Campione - La Escritura de Su Historia PDF
Campione - La Escritura de Su Historia PDF
Campione - La Escritura de Su Historia PDF
_--l_/\..._
1 1 1 1 I I I 1 1 1 "¡II I I I 1 1 1 1 1 1 I I I 1 1 1 1 1 1 I I 1 1
1005041775
-
.-
� Cf1 -o.., ()'
( 10)
1/;-°Y1TlS'
Daniel Campione
Argentina
La escritura de su historia
(Ensayo)
��1
� ���C�;E���:�L
EDICIONES DEL INSTITUTO MOVILlZADOR DE FONDOS
COOPERATIVOS
./
F
1"'lwlIlas p
uupresión Grupo Editor Alt.amira
[S B. N 9GO-860-120-5
Argentina La escritura de su historia· 3
A modo de presentación
6 Daniel Campione
-
Daniel Campione
ner su al
basamento, apoyarse en una lectura de la época que
se vivía, signada por una tendencia a la
fragmentación de los
saberes, y en la aparición con fuerza de W1a serie de cuestio
nes que las grandes escuelas históricas a las que se venía si
guiendo hasta ese momento (Arenales y el marxismo, las fun
dament.ales), habían ignorado o desarrollado escasamente."
La idea de 'progreso' que había alentado a los
mejores histo
riadores del siglo XX, dentro y fuera del marxismo, aparecía
en bancarrota, y tendían a desarrollarse W1a serie de 'retor
--_._�-� ...
Argentina la escritura de su historia -
13
NOTAS
I
Escribe al respecto A. Gilly: "El grupo o la clase social cuyo interés coinci
de con la critica radical (subrayado en el original) de los poderes estable
en AAW, Historia ¿para que", Siglo XXI, l Sva. Edición, 2000, p. 200.
GiJIy, "La historia como crítica o como discurso del poder" AA.W,
"
A. en
Los rasgos del trabajo historiográfico que aquí se señalan, están tomados
"
II
gia de conjunto.
En el plano político-institucional, si bien el programa de
la 'organización nacional' había quedado fijado entre 1852 y
1860, con el dictado de la Constitución Nacional y su refor
17
Daniel Campione
/
Argentina la escritura de su historia· 19
nuestro país.:"
Este programa de formación de un canon histórico arran
caría en las postrimerías de la 'organización nacional'," iría
convirtiéndose en parte de un proyecto de dominación cons
23
'determinismo' de
nuestro país. López critica además cierto
histórico con más es
su rival, frente a una idea del desarrollo
su parte."
pacio para el libre albedrío sostenida por
de la base
Ambos polemizarían sobre la importancia
defendiendo el segun-
heurística en el trabajo histórico,
Argentina la escritura de su historia -
25
/
Argentina la escritura de su historia· 27
NOTAS
I
Para la caracterización de ese periodo de la historia argentina hay varias
obras importantes, con distintos enfoques. Las de lectura absolutamente in
dispensable son Laformacion del Estado araentino, de Osear Ozslak, El
Orden Conservador, de Natalio Botana, La [ormaciori de la Argentina
moderna, de Ezequiel Gallo y Roberto Cortés Conde, Una, nación para el
desierto argentino, de Tulio Halperín Donghí. La tradición marxista y de
izquierda no ha producido todavía un gran libro sobre esta etapa, aunque
pueden tomarse referencias en los tomos correspondientes de la obra de
Peña (De Mitre a Roca y Sarmiento, Alberdi, el 90) yen algunos pasajes
de la Historia Critica de Puiggrós.
...
'C
Leopoldo Mármora ha realizado un excelente análisis de esta conformación
de historia y una tradición corno parte del proceso de desarrollo capi
una
gués que no pretende tolerar más que historia nacional y una tradición
una
fías de los personajes más notables del R'Ío de la Plata, Buenos Aires,
28 Daniel Campione
-
1857. Esa obra, la que se dio profusa difusión en su época, puede ser leí
a
espíritu ele veneración a las tradící .nes argentinas, nubles y elevados pen
samientos de bien
público y anhelos de verdad, de justicia y de progreso,
buscando en el ejemplo de sus próceres las virtudes y enseñanzas que han
de servirles para contribuir con honroso y altivo patriotismo a la felicidad y
grandeza de la República." Esos propósitos moralizadores, de inspiración
patriótica, iban acompañados de la obligación de celebrar actos patrios y ge
nerar todas las oportunidades posibles de exaltar la pertenencia a la Nación.
. ,
11
Vale la pena reproducir in extenso un comentario al respecto de Fernan
do Devoto: "El problema de la construcción de la nación deviene en cambio
un tópico dominante en las elites argentinas en los quince años anteriores a
la primera guerra mundial. En esa etapa una recorrida por la vasta literatu
ra que desde ámbitos oficiales o privados se produce revela que los temores
de desintegración social como resultado del alud inmigratorio, de la cues
tión social o de ambas conjuntamente concentran las ansiedades de los gru
pos dirigentes argentinos." (. ) "La solución mayoritariamente propuesta
..
para los males de esa imaginada Babel en la que se habría convertido la Ar
gentina con sus escuelas de comunidades (. ) con sus nuevas migraciones ..
Relr¡ rano.,. incluye pormenorizado relato de las guerras civiles del periodo).
algunos estudios que analizan en particular la historiografía ro
jo.
Existen
mántica anterior él Mitre y López, ligada en gran medida a la generación de
18:37 y al exilio montevideano (Echeverría, Alberdi, Gutiérrez, Florencio Va
rela), e incluyendo a los primeros trabajos del joven Mitre y de los principa
les representantes de esa generación de 'los proscriptos', en la que los estu
dios históricos se realizaban sobre bases todavía muy precarias, y corno un
Argentina La escritura de su historia -
31
Daniel Campione
nes han estudiado recientemente esta cuestión ... a partir del reconoci
miento social que habría suscitado como dueño de documentos cuya canti
dad y calidad pocos se atreverían a discutir, el enunciador de la Historia se
"
'c
Natalio Botana ha dedicado buena parte de uno de sus libros a comparar
33
paciones del poder público que ellas engendran, la tranmisión del poder no
es delegación omnímoda de la soberanía que se hacen los
otra cosa que la
"
unos a los otros, sin que la opinión pública tenga jamás cómo estorbarlo ...
p. )(x''CII. Una buena extensión del Prefacio está dedicada a un alegato a fa
vor del parlamentarismo.
"
i..
López considera al 'gobierno libre' evidentemente incompatible con el
...
sufragio universal y con la soberanía brutal del número, que es siempre igno
rante de los deberes que impone y que exige el orden político". Ibídem, p. LI.
",, U
esos que con membretes federales nos gobiernan bajo un régimen sin
•••
muy bien pudiera ser que la falta de verdad federal nos aconseje volver a la
verdad unitaria bajo el régimen libre de la república conservadora y parla
mentaria: la única que puede acondicionamos en la vida libre y bajo las le
""
V. F. López produjo en realidad dos obras a modo de resumen, relaciona
das con la enseñanza de la historia nacional. La primera fue el Compendio
nuestro país, difundió en sus escritos, donde campea a la par que su estilo
/
Argentina la escritura de su historia -
35
'"
Juan A. García fue profesor de Introducción al Derecho en la UBA, y em
prendió en La Ciudad Indiana un ensayo sobre la configuración social y
las ideas circulantes en la ciudad y campaña bonaerense del período colo
nial, justo el filo del cambio de siglo (1<1 obra es de
en 1900), y bajo la explí
cita inspiración de Fustel de Coulanges y Taine.
"
Hijo de un diplomático y escritor (Vicente G. Quesada), actuó en política
dentro del juarizmo. Fue titular de la cátedra de Sociología en la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA, designado a principios de siglo. Hizo un lar
go viaje por Alemania del que fue resultado su libro La enseñanea de la
h istoria en las uriiuersidades alemanas, obra con la que ingresó en la
: ,rérnica a favor de una pedagogía destinada a crear una 'conciencia hístó
dido fue Rosas y su tiempo, en tres t.omos. Halperín Donghi marca la di
ferencia entre el espíritu con que abordan la labor histórica Ramos Mejía
o Juan Agustín García, ambos orientados por el positivismo, respecto a los
"
",
Francés de origen, director de la Biblioteca Nacional durante largos años,
crítico literario muy severo, ajeno a la vida universitaria, Groussac apareció
como una autoridad intelectual de primer orden en las décadas iniciales del
(ni la posquerro., La Colmena, 2001 y Julio Stortini, "La recepción del mé
rable de 1914 (se sigue reeditando hasta hoy) llamado Estudio sobre las
de historia economi
gl.wrras civiles arqent.inas, la compilación Temas
de 1929, y un estudio sobre su ciudad de residencia, Rosa
(;(1, arqeritina,
rio, titulado Historia de Rosario, 1689-1939, del año 1943. El advenimien
to del peronismo terminó con su prolongada carrera judicial, con el juicio
político a la Corte Suprema, que lo incluyó y t.erminó en su separación.
/
Argentina la escritura de su historia -
37
;"
Ramón ,J. Cárcano es un caso arquetípico de combinación de miembro
conspicuo de la alta burguesía, político e intelectual. Después de iniciar su
lO
Político, diplomático y funcionario público corno su padre, vinculó más
claramente su inserción en el aparato estatal con la tarea histcríográfica, ya
tina, de 1973,
Los historiadores de la Academia Nacional de la Hist.oria se empeñan en
11
sult.ó más que efímera, ya que su existencia se diluyó antes de 1860, Más
allá de su corta vida, y de su irrelevancia práctica, filiar a la Junta y a la
Academia el Instituto, significa agregar casi cuatro décadas a la anti
en
co y Geográfico del
Uruguay tomó parte el propio Mitre durante su exilio
mor II evidr-ano, junto con el
uruguayo Andrés Lamas y algunos otros exilia
dos, circunstancia también mencionada en ocasiones como lejano antece
dent« de la inst itucionalidad histórica argentina. Una buena síntesis de ese
int f'lIt( 1
organizativo, en el contexto de los ant ecedentes de la
profesionaliza
ej('m d<' la historiografía en el país, se encuentra en Pablo
Buchbinder, "Vín
CIII()s privados, instituciones públicas y reglas profesionales en los
orígenes
(Ir' la hist: lli( 19rafía argentina", en Boietiri del Instiuüo de Historia
Aige-;¡
t.ina '1 Americano: "Dr Emilio Rociqnoni" Tercera serie, núm. l;�, l er. se
mr-st n' de l D!)6, pp. Gí -68,
:
i
En Pablo
Buchbinder, art cít., pp. 69 y ss. se describe este proceso de
.
/
/-:--
Argentina la escritura de su historia' 39
III
El Instituto de
investigaciones Históricas de la Facultad
de Filosofía y Letras de la lIBA, fue fundado en los primeros
años del siglo XX, con el nombre de Sección de Historia
y
bajo la dirección de Luis María Torres, que inició la publica
ción de la serie Documentos para la historia
argentina,
de los que se editaron varios tornos, y una completa docu
mentación sobre Asambleas Constitusterües A rqentinas.
Otra de las actividades del Instituto fue la exploración y ca
talogación de los archivos españoles, en especial el Archivo
de Indias, de Sevilla, en el que trabajó José Torre Revello.
En 1920 tornó la dirección Emilio Ravignani, y al
poco tiem
po cambió su denominación por la de Instituto de Investiga
ciones Históricas. Ravignani permanecería en la dirección
del Instituto hasta los primeros años del peronismo. La pri
mitiva Sección de Historia fue el principal lugar de origen de
la Nueva Escuela, allí revistaban, del grupo inicial menciona
do por J. A. García; Ravignani, Carbia, Molinari y Luis María
Torres, y fue donde la tendencia renovadora imperó sin dis
puta desde un comienzo, ya que en la Junta convivieron mu
cho tiempo quienes se adscribían a la renovación con auto
res de menor rigor metódico y menos apego a los documen
tos originales."
La obra mas recordada de Ravignani fue la Historia
Constitucional Argentina, extenso estudio de la organiza
ción jurídico-institucional del país, tema que integró lo cen
t.ral de sus preocupaciones históricas. A diferencia de los his
toriadores de generaciones anteriores, comprometidos polí
ticaruente con el orden oligárquico-conservador, y de con
lismo, y sería destacado miembro del bloque 'de los 44', como
se conoció a los legisladores de la UCR que formaban la ban
cada opositora al peronismo gobernante. Tam�ién ra�cal,
fue otro prohombre del Instituto, DIego
pero yrigoyenista,
Argentina La escritura de su historia -
43
45
con la
pretensión de 'apoliticismo', con un razonamiento en
el que a la identificación con el
pensamiento oficial no se le
asignaba carácter político, sino que constituía la única creen
cia posible para un historiador
cabal, el que imbuido de 'sa
no patriotismo',
participaba 'naturalmente' en la legitimación
la
historiográfica más propensa a la exaltación patriótica ya
elusión de cualquier enfoque crítico, lo que se acentuaría
después de 1930:
"Después de 1930, argentina desencadena
ante la crisis
alcan
da, la visión académica comienza a cristalizarse, y
za la dirnensión de institución de 'estado', en
un marco
49
su desarrollo la
Argentina se relaciona con dos insti
en
53
55
NOTAS
I
Argentina fue pi primer país latinoamericano donde
se produce el proceso
dc proíesionalízación de los
historiadores, bastante antes que en México y
Brasil, d. Carlos A Aguirre Rojas, Pensamiento historioqrtifico e historio
qrafia riel siqlo XX, Prohistoria-Suárez, Rosario, 2000, pp. í5 y siguientes.
:
Esa el< lb !e centralidad de la 'autoridad'
historiográfica (Universidad y Aca
dernia) C()!lS ti tu iría una peculiaridad argentina, a diferencia de
Europa, con
predominio completo de las
universidades, y de otros países de Sudamérica
donde la autoridad máxima son las respectivas academias nacionales. cf. Fer
liando J. Devoto, "La enseñanza de la historia argentina y americana. Nivel
superior y universitario: dos estudios de casos", en Academia Nacional de la
Historia, L(1 Junta de Historia Numis'mática Americana .y el Mouimien
toHistorioanifico en la Arqentina (1893-1938), t.omo I1, 1996, p. :390.
--_ ..
--
_--.
'.
Argentina la escritura de su historia -
57
l
CL José Carlos Chiararnonte, entrevista en Javier Trímboli y Roy Hora,
Pensar la Araentina. Los historiadores hablan de historia y política,
El Cielo por Asalto, 1994, p. 150.: "La prioridad del historiador-gentleman,
del historiador de familia principal, desaparece, y surgen historiadores de
apellidos extraños, corno Ravignaru, Molinari o Levene, todos de origen in
migrante." En realidad, la 'prof'esionalización' abarcó a intelectuales en ge
neral. David Viñas ubica el surgimiento de la Nueva Escuela Histórica, den
tro de UII proceso general de profesionalización de escritores (' intelectua
les, en ligazón directa con el origen inmigratorio, de clase media, de muchos
de ellos. Menciona en ese sentido a Roberto F. Giusti y la fundación de No
sotros, 1907, ya Alberto Gerchunoff Cf. D. Viñas, Literatura araenti
en
.
,
Gravitaba sobre la 'nueva escuela' la concepción que Le Goff caracteriza
"
como un ideal erudito positivista que eludía las ideas y excluía de la his
...
la 'nueva escuela' influían tanto los grandes aut.ores alemanes (en primer lu
gar el manual de método de Bernheim, tit.ulado Lehrbuch. der historischen.
Methode, del año 1889) corno sus seguidores franceses, Langlois y Seigno
bos (autores de Introduction. au 1; etudes historiques de 1898). La expre
..
Ranke realizara por propia iniciativa". Cf. R D. Carbia, op. cit. p. 78. Al mis
mo ideal historiográfico hace alusión E. H. Can: "Cuando Ranke, en el cuar
toriográfica 'oficial',
1"
Siguió habiendo, por mucho tiempo, hombres de las familias tradiciona
les que realizaban su tarea de historiadores en los intersticios que les deja
ba la actividad política, la función pública o la diplomacia, como los Carca
no padre e hijo, Carlos A Pueyrredón, Benjamín Villegas Basavilbaso y
otros, pero ya eran un componente secundario dentro de la 'comunidad de
historiadores', regida por los profesionales,
11
Ricardo Levene, La cultura histórica, y el serüimiento de la naciona
lidad, ColecciónAustral, Espasa Calpe, 2° edición, 1946, p. 23, El pasaie
reproducido aquí forma parte del discurso titulado "La unidad histórica
argentina" pronunciado en la ANH, en marzo de 1942, En otro discurso de
la misma época, Levene definía la 'cultura histórica' como factor de cohe
sión nacional ,
más aún ,
como componente importante del lazo social: "Es
Argentina La escritura de su historia· 59
tampoco, cuando son completas, las atinadas reflexiones, que por lo gene
ral hállanse en los mismos documentos." E. De Gandía, op. cit. p. 11. Nóte
se que la reflexión, situada en un lugar subordinado, también es tomada co
p. 21.
�"
cf. Aurora Ravina, ídem anterior,
"1
Algunos de sacerdotes-académicos fueron realmente historiadores,
estos
de vasta producción; corno el Padre Guillermo Furlong, pero a posteriori,
la Academia se inclinó por figuras encumbradas de la jerarquía eclesiástica
//---
/
Argentina la escritura de su historia -
61
existido entre la Junta y el ejercicio del poder politico a través de sus miern
bros, en el decenio de 1930 hacía más próxima, o por lo menos su discur
se
5,
R. Levene, "Homenaje al Dr. Emilio Ravígnaní" en Boletín de la Acade
mia Nacional de la Historia, vol. XXIX, 1958, p. 5:3.
�I;
La iniciativa de publicar la obra fue formalizada y oficializada en 1934,
también durante la presidencia de Justo (y con Levene ya presidiendo la
Junta), mediante un decreto presidencial y la solicitud de un crédito ex
traordinario al Congreso para su publicación, la de un resumen en dos volú
menes a la enseñanza, y de un Atlas histórico .IJ
destinado geográfico, el
que fue aprobado por Ley N° 12.114 (estas dos últimas publicaciones nun
ca se hicieron). La referida ley fue debatida y aprobada por la Cámara de Di
63
;"
También en esos años se creó el Instituto Sanmartiniano, luego nacionali
zado comoInstituto Nacional Sanmartiniano, a instancias de José Pacífico
Otero, especialista en la historia de San Martín. CL C. A. Guzmán, "José Pa
cífico Otero", pp, 153-155, en Academia Argentina de la Historia, Historia
dores Arqentimos, Ciudad Argentina, 2000.
ru
Cf. A. Cattaruzza, "Descifrando pasados: debates y representaciones de la
historia nacional." En Alejandro Cattaruzza (dir.) Crisis ecorurm.ica, avan
ce del Estado e incertidumorc política (1930-1943), tomo VII de Nue
va Historia Araentina, p. 466.
11
Las figuras más destacadas de la entonces Sección de Historia de 13 Fa
cultad de Filosofía y Letras, de la UBA, fueron autores de un libro de texto.
Se trata de Rómulo Carbia, Emilio Ravígnani, Diego Luis Molinari y Luis Ma
ría Torres, Manual de Historia de la Civilización Argentina, Biblioteca
de la Asociación Nacional del Profesorado, 1917.
le
El sargento Cabral ocupa un lugar desmesurado en el imaginario históri
co, expresado en una de las canciones patrióticas más frecuentadas, el nom
bre de institutos militares, nombre de calles, plazas y escuelas de todo el
país. Sin embargo su aparición en la historia (como la de otro personaje de
la Independencia, el negro Falucho), es el heroísmo de un instante, que lo
saca del anonimato impuesto por su condición subalterna. En Cabral el me
canismo raya la perfección, porque su actuación está dada por la salvación
del héroe principal, constituyéndose en vehículo para que éste pueda llevar
a cabo su misión, encontrando la muerte en ese acto heroico. El hombre co
Daniel Campione
::
Puede constarse la existencia de este 'corte' en múltiples ediciones de los
manuales firmados por José C. Ibáñez, para las asignaturas Historia Argen
tina e Historia de las Instituciones argentinas.
Hay quien lo señala como continuador del propio Mitre (Miguel Angel
:1
con minuciosidad
claro el auspicio oficial a la publicación, que reconstruye
la trayectoria de la institución antecesora de la Academia.
Argentina la escritura de su historia -
65
IV
El revisionismo histórico
na iba por esa línea era obvio que esta imagen era una
El ascenso al
gobierno de la Unión Cívica Radical en
1916, no modificó de
manera significativa la visión que el or
patizaban Rosas
con y los caudillos antes de 1930, como
Ricardo Caballero o Dardo Corvalán Mendilaharzu, pero
que no se integraron plenamente a ese movimiento.
Fueron los síntomas de la crisis del modelo de integra-
ción al mercado mundial, con el reemplazo del crecimiento
económico sostenido por el estancamiento y la recesión; y
el período de convulsiones abierto por la guerra de 1914, la
revolución rusa, el fascismo y la crisis de 1929, los que abrie
ron la puerta para que comenzaran a aparecer voces contes
tatarias, con variadas orientaciones e intencionalidades. Y
con el golpe de 19;30, y el corte no sólo institucional
que sig
nificó(la atmósfera cultural eintelectual cambió de modo
perdurable, evolucionando a un clima de menor tolerancia),
69
Daniel Campione
/
Argentina La escritura de su historia -
73
1:--:"::""
/
/
Argentina La escritura de su historia -
75
pudiable.
(Carlos Ibarguren," los her
Los 'revisionistas' iniciales
manos Irazusta, Ernesto Palacio") estaban ligados a un ata
77
/
Argentina la escritura de su historia -
79
ción 'la década infame') y Jorge Del Río (que se ocupó de los
monopolios eléctricos).
El autor de El hombre que está solo y espera, erigió a
la intervención del imperialismo británico, y a la complici
dad de sus socios locales, en causa central de la deforma
ción estructural de toda la economía argentina, y por lo
tanto a la liberación de esa tutela imperialista en el núcleo
maestro de cualquier intento de política emancipatoría."
Su Historia de los ferrocarriles arqentinos y Politice.
briuinica en el Río de la Plata, editados por Plus Ultra, se
vendieron por millares, al igual que Bases para la recons
trucción nacional, una recopilación de sus artículos pos
teriores la caída de Perón. En estos últimos trabajos se
a
gentina y mundial.
Si un TI iérito global revisionismo históri
corresponde al
co es haber puesto las bases
para un análisis crítico de la his
toria nacional, cuestionando la apologética de la clase dorni
nante local, y su alianza con el capital británico, su cultura y
sus valores. Se denunciaba así el sentido central de una his
83
intelligentzia a su servicio.
En el fondo, tanto el revisionismo inicial, como el de lí
nea 'forjista', en cuanto no se planteaban cambiar el carácter
Peronismo e historiografía
/
Argentina la escritura de su historia -
87
por el gobierno, sobre todo con motivo del Año del Liberta
dor General San Martín, en 1950 (en realidad ya la letra de
la marcha 'Los muchachos peronistas' ensayaba el vínculo,
con Perón realizador de la Argentina soñada por San
corno
liO
internos favorecidos por aportes externos."
En los años 60-70 el 'revisionismo de izquierda' ya será
una matriz muy difundida para pensar el presente del país
desde el pasado, leyendo en éste las claves para una pers
pectiva de transformación revolucionaria que iba ganando
predicamento entre sectores sociales cada vez más amplios.
El auge de masas de esos años será tributario en parte de la
simbología federal, interpretando la historia toda del país co
mo un prolongado combate entre el imperialismo y sus alia
91
da. Los vientos que soplaban desde el Estado, con eco en las
capas medias que habían sido su mejor 'clientela' en los años
de éxito, no les eran favorables. La derrota electoral del pe
ronismo, frente a un presidente electo en base a la revalora
ción casi eufórica de la democracia representativa, y la utili
zación del Preámbulo de la Constitución de 185:3 en el rol
simbólico de una suerte de credo laico, trazaba los rumbos
para un reencuentrode amplios sectores de la sociedad con
la tradición liberal, y el consiguiente distanciamiento con el
/
92 -
Daniel Campione
93
el nivel académico.
El año 1989 fue otra estación en el camino hacia el oca
so. La visión revisionista estaba vinculada desde siempre a
W1a concepción política que se centraba en la creencia acer
/
Argentina La escritura de su historia -
95
está en con
mo apuesta político-cultural, el revisionismo no
diciones (nunca lo estuvo) de reivindicar una legitimidad
asentada exclusivamente en la calidad de su trabajo historio
han muer
gráfico. Siendo que casi todas sus grandes figuras
to,o se hallan envejecidas, y que no parece haber ba
muy
ses, siquiera mínimas, para un recambio, no aparece hoy pre
visible otro porvenir que su progresiva extinción.
NOTAS
I
Allí, junto a la reivindicación de la 'Vieja Argentina', Maristella Svampa
vincula posiciones de este tipo a sectores tradicionales, y en especial del
interior, que se sentían postergados por los cambios vertiginosos que
ex
sobre la vi
Gálvez, El Diario de Gabriel Quiroga. Opiniones
�
Manuel
da argentina. Taurus, 2001, pp. 85-86
;
Ibidem.
I
T. H. Donghi, entrevista en R. Hora y J. Trímboli, op. cit. p. 51.
"
Ejemplo de filiación del revisionismo remontada a fines del siglo
esa
primer sexenio radical las que suscitaron las crít.icas más acaloradas,
pues en este punto Yrigoyen continuó con la correct.a aplicación del mo
.-¡;,...
/
Argentina la escritura de su historia -
97
11
"La historia falsificada fue iniciada por combatientes que, en el mejor
de los casos, no expresaron el pensamiento profundo del país; por mino
rías que la realidad de su momento rechazaba de su seno y que precisa
mente las rechazaba por afán de imponer instituciones, modos y es
su
"
menta así esta incorporación: "La Academia reconocía así a uno de los
mejores exponentes de la contrahistoria revisionista, un hombre cuyas
referencias intelectuales, metodológicas y políticas ya no desentonaban
en la magnífica sala donde los exponentes de la tan mentada 'historia
oficial' lo reconocían como uno de los suyos." cf. D. Quattrochi-Woisson
99
cia de que el simple funcionamiento del sistema constituía una panacea pa
"
dar a la plebe un lugar en el sistema político, pero sin otorgarle por ello
ningún influjo real en las decisiones del poder." (T. Halperín Donghi, "El
revisionismo histórico argentino como visión decadentista de la historia
nacional" en Punto de Vista, Año 7, n° 23, abril de 1985, p. 11.
""
La prosapia intelectual de ese revisionismo remite con claridad a la se
gunda mitad del XIX, representada por los pensadores que sostuvieron
el federalismo antirrosista posterior a Caseros y denunciaron las accio
nes políticas del 'mitrisrno', desde la
ejecución del Chacho él la guerra del
Paraguay; tales como Carlos Guido y Spano, Olegario V. Andrade, José
Hernández, y el propio Alberdi de Pequeños y grandes hombres del Pla
ta y otros escritos de su exilio europeo. Un interesante
enfoque al res
pecto es efectuado por el estudioso norteamericano Nicolás Shumway,
en el capítulo correpondiente de su libro La inven.ción de la
Arqentina
Historia de una idea, Emecé, 2a. edición, 1995, pp. 235 y ss.
)11
cf. Armando Raúl Bazán, La investigación histórica en la Argenti
na (l940-19í:3) Buenos Aires, 1974, p. 226. Este autor plantea esa ver
tiente revísionista como una defensa de los caudillos y del pueblo de las
provincias en tanto que 'componentes genuinos del alma argentina',
frente a los ingredientes 'aluviales' provenientes de la
ciudad-puerto.
En una línea diferente, también los historiadores de la 'izquierda nacio
nal' planteaban una diferenciación fuerte respecto del 'porteñismo' de
los revisionist.as 'tradicionales', con José María Rosa a la cabeza. Cf. Al
fredo Terzaga, "Rosismo y mitrismo: Dos alas de un mismo partido", en
AAVV. El revisionismo histórico socialista, Octubre, 1974. En un senti
do parecido se expresó por esos años, A.J. Pérez Amuchástegui: "Los his
toriadores provincianos se hicieron presentes para clarificar problemas y
situaciones desatendidas, desdeñadas o, incluso, subvertidas maligna
mente para justificar arteros intereses. En los últimos años ha cobrado
Argentina la escritura de su historia -
1 01
hasta en su salud
no pensarnient.o y actitudes políticas, sino
ya por su
de 1905. Serían los hombres de FO R..JA años después, los que tomarían
,
;7
impugnación global de la forma
Atilio García Mellid fue autor de una
lfl3
"
propondrá como explicación global de los males nacionales: bajo las for
mas de la independencia política no somos sino una colonia. ( ) Sin du ...
11
Para Alberto Pla, la visión de los revisionist.as es "( ) la misma de los ...
Daniel Campione
1 05
c.
Halperín Donghi lo señala con agudeza: "Aun sin identificarse por en
•.
cf. Adrián G, Zarrilli, Talía V Gutierrez y Osvaldo Graciano, Los Estudios
Históricos e-n la Unicersidad Nacional. de La Plata (1905-1990) Tradi
ción, renovación. /j sinaularidad. Academia Nacional de la Historia, 1998,
.,
Al menos tres destacados historiadores fueron parlamentarios durante
el peronismo: Molinari y Palacio, por el oficialismo y Ravignani, de la
opo
sición radical. Con todo, las principales intervenciones parlamentarias
106 Daniel Campione
.
na. Si bien es cierto que tal tendencia tuvo su gravitación, corno él mis
e,"
.Iohn William Cooke, el
importante entre los impulsores tempra
más
nos (fines de los '50 y comienzos de los '60) de la convergencia entre el
que secular, que era el de la entera nación, contra las minorías del privi
legio que usurpaban el gobierno aliadas a alguna potencia extranjera." A.
Cattaruzza, "Algunas reflexiones sobre el revisionismo histórico" en F.
Devot.o (comp.) op. cit 1, p. 124.
"
h"
Horacio Tarcus caract.eriza así este rasgo: el antiintelectualismo, fi
...
gura que se acrecent.ará a lo largo de los '60 y primeros '7n, pero que ya
t.oda claridad en autores corno'Jaurct che, que des
aparece perfilada con
cierta medida a sus enfoques. Así escribió Los caudillos, y El 45, entre
ot.ros. Siempre atento y perceptivo a las tendencias del mercado, los 'SO
Soi) Roca, la Historia
lo encontraron en un plan diferente, marcado por
bajos. 'Félix Luna' tiende a convertirse en una 'marca' con promesa cer
/
108 -
Daniel Campione
comienzos de los años '!)O aquella potencia que había caracterizado al re
visionismo, y al menos sorprendido a sus antagonistas, parece agotada.
Esta opinión, que retomaremos más adelante, no supone 'decretar' la
muerte de un movimiento inte-lectual, sino sostener que, aprisionado ell
t.re su todavía penetración académica y su mínimo registro de los
escasa
;,
Nos referimos a la temática de obras recientes de Norberto Galasso,
que ha publicado biografías de J. W. Cooke, de Arturo .Jauretche, e inclu
so de Enrique Santos Discépolo, para luego dar a luz una
biografía de
San coincidente con cumplirse un siglo y medio de su muerte.
Martín,
Galasso quizás el único revisionista que aun cuenta con audiencia fue
es
1 O9
/
/
Argentina La escritura de su historia -
113
colegas de Sociología.
Se volvió por un tiempo a la hegemonía plena del 'acade
micismo' conservador, previa renuncia masiva de estos profe
sores, identificados, no con el gobierno radical depuesto, pe
ro sí con las grandes líneas del orden de cosas anterior. Co
mo en áreas más centrales de la realidad social, la 'Revolución
114 Daniel Campione
-
<�-
/
Argentina la escritura de su historia -
115
117
Daniel Campione
sin
quílosarniento académico sigue, en general, su curso,
grandes turbaciones.
Esa actitud 'profesionalista' no deja de ser un drástico
cambio de frente con respecto a las concepciones que sobre
la relación entre actividad académica y rnilitancia política ha
bía sido pensada como deseable, en algunos casos por las
mismas personas, no más de unos años atrás.
En el pasaje del entusiasmo revolucionario al conformis
mo 'democrático', se había tornado la decisión de asumir co
Daniel Campione
1 25
Daniel Campione
129
Daniel Campione
destinados
han conspirado contra la producción de trabajos
a perdurar. El malograrse de algunas
obras por la manía 'par
mismo trabajo.
ticularista' se da a veces en el transcurso del
Carlos Chiaramont.e,
Así en Mercaderes del Litoral de José
interesante análi
lo que apunta en la introducción como un
sis delcapitalismo de la primera mitad del siglo XIX, con la hi
resulta ser
pótesis de la preeminencia del capital comercial,
estudio circunscripto a
sólo el prólogo de un pormenorizado
sobre el terna general.
la provincia de Corrientes, sin regresar
Luis Alberto Romero es el lider del grupo de los 'nuevos
su aspecto de 'empresa culturar.
historiadores', al menos en
desea
noche de los bastones largos', el hiato que simbolizó el
cátedra de His
bezamiento de la 'renovación' post-55) de la
encabeza ade
toria Social General que aquél había ejercido,
intervención historiográfica:
más los más variados campos de
conduce el grueso de las co
es editorialista del diario Clarin;
/'.
Argentina la escritura de su historia· 131
Daniel Campione
135
Daniel Campione
fortalezas en
su mayoría producidos desde la izquierda. Las
cuanto a cohesión interna, inserción institucional y capaci
alcan
dad organizativa para actuar en ámbitos diversos, no
zan a ocultar las falencias de fondo
de su producción.
-
-
/�
Argentina la escritura de su historia -
137
i\OTAS
I
Romero era, realidad, especialista en historia medieval, doctorándose
en
Daniel Campione
San Martín en el
Homenaje a J. L. Romero el 6-04-8�. por M. Mazzeo y Fer
nando Pita (mímeo).
I
En ocasiones se tiende a poner en duda la influencia de Arenales sobre la
renovación historiográfica, en lo que respecta a Romero. Enrique
sobre todo
"
13 �
económico social de la renovación de los años '60 visto desde los años '90.
en Fernando Devoto (cornp.) La historiografía argentina en el siglo XX
11
Con ser un discípulo de Levene y un cultor de la vieja historiografía eru
I�
Con una ironía que no oculta una antipatía profunda, Halperín Donghi se
p. 505.
140 Daniel Campione
-
1I
En Tulio
Halperín Donghi, el trabajo sobre la historia de nuestro país, se
vinculó siempre a una producción corno historiador Iatínoamericanista, pre
llo Económico y Punto de Vista que se citan en otras partes de este tra
bajo, y otros anteriores Imaqo Mumdi, Sur o La Nación, y el breve li
en
/
Argentina la escritura de su historia -
141
tidos con los cuales funciona una comunidad académica. Creo que la ta
rea principal de quienes asumieron la conducción político-académica a fi
nes de 1983 fue instituir esos criterios, sobre los que habría que asentar
se la legitimidad de la nueva situación y con los cuales podría funcionar
una comunidad académica." L. A. Romero, "La historiografía argentina en
142 Daniel Campione
-
más tranquila podemos tener una historia que sin ninguna intención de des
valorizarla, es una historia que podemos caracterizar como mucho más aca
démica. Una historia en la cual se consideran los temas como si fuera un edi
ficio que hay que completar: ahoraha hecho esto, ahora hay que comen
se
esclarecimiento del presente y del futuro a través del pasado. Es una reite
ración de algo que ya había pasado con la generación positivista." (Entrevis
ta a T. Halperín Donghi, en R. Hora y J. Trímboli, op. cit., p. 45)
c.
Un comentarioagudo sobre este cambio de actitud (aunque no exento de
las ambigüedades y la ampulosidad que aquejan la trayect.oria de algunos
crítícos del proceso act.ual) se encuentra en AAVV. Manifiesto de octubre.
Para una crítica de la razón académica, s/f. p. 4. Allí se lee: "Así, aquellos que
años atrás habían denostado con virulencia que las prácticas y los saberes
universitarios tuvieran como eje central de su reproducción los mismos lí
mites de la institución, 'recuperada la democracia' abrazaron esa lógica con
110 menos entusiasmo."
;H
Se ha mencionado varias veces en trabajos recientes, la t.endencia a t.omar
Argentina la escritura de su historia -
143
é"
Véase al respecto la biografía de Agustín P. Justo publicada por Luciano
de Privitelio en la colección del Fondo de Cultura Económica.
'o
A través de los autores mencionados, aludimos a un conjunto ele trabajos
históricos escritos por no-historiadores (pero sí científicos sociales), que tal
vez precisamente por no estar encorsetados por ciertos
tics de la 'comunidad
tica que ya tiene casi dos décadas, pero conserva vigencia: "En el escenario
de la reconstrucción de la historia la escuela de Arenales no ha asumido el
papel de defender explícitamente las excelencias del capitalismo, como lo
han hecho ciertos sectores de la 'novísima historia económica' [ J SU tarea ...
cios y a seguir con su tarea de conducir a los jóvenes por los senderos lumi
Daniel Campione
n
"La negación del cont1ict.o en el presente c. ) implica y requiere su nega
..
ción pretérita. Por otra parte esta negación es más una histórica expresión
de deseos de los sectores dominantes que un dato de h realidad. Si se par
te de esta premisa (la negación del conflicto en nuestra
sociedad) cobra
sentido el rechazo de las visiones antinómicas del pasado." ("Respuesta del
Centro de Estudios Universitarios José Carlos Mariáte-guí a los 'nuevos in
vestigadores'."), Boletiri Centro de Estudios Uniucrsitarios José Carlos
Mariátcou.i. N° :3, 2° edición. "Debates en Historia". Octubre de 1994, p. fi).
En realidad el conflicto no es negado por completo sino negado como
supe
rable (yen la referencia al pasado, superado), susceptible de conciliación.
'1
Hoy
no es raro encontrar en
prólogos o introducciones de libros expresio
nes del tipo de ésta, impensables una décadas atrás en historiadores de
pre
tensión al menos 'progresista': "Dejamos constancia de nuestro
agradecí
miento a la Fundación Omega Seguros por su apoyo para la edición de este
volumen." (R. Hora y J. Trímboli, Discutir Halperin, El Cielo por Asalto,
1997). Y conste que se trata de autores
pertenecientes a las nuevas genera
ciones, que no se abstienen de firmar manifiestos críticos contra la tenden
cia predominante.
",
cf. L. A. Homero y L H. Gutiérrez, Los sectores populares y el mouimien
to obrero en Comité Internacional de Ciencias Históricas. Comité Argentino.
Historiografía Araentima (1958-1988). Una eualuacion. crítica de la
producción historica. arqentina, Buenos Aires, Argentina, 1990, p. :379.
)0;
Permítasenos aquí una cita de Josep Fontana, que aunque referida a la
historiografía a nivel mundial, viene muy a cuento en su modo de asociar la
critica a flagrantes omisiones de cierto marxismo, la detección de maniobras
ideológicas encubiertas en el objetivo de solucionarlos, y la necesidad de
preservar la centralidad de la perspectiva de clase, imbuida de un análisis
de la totalidad que eluda todo economicismo: "La insuficiencia de los análi
sis economicistas, por otra parte, ha dado lugar a
que sea la historiografía
académica la que haya planteado los problemas que ofrecen las otras di
mensiones del hombre, ocupándose de temas como el sexo, la familia, la
pri
sión, la ley y el delito, el miedo, lo imaginario, la mujer, la locura c. ) Lo cual
..
145
una imagen coherente del presente, y por lo tanto, estaba agotada." A. San
ricos de los últimos tiempos: ..... debemos prestar atención a las limitaciones
de historiografía que, a pesar de contar con condiciones de producción
una
1"
Hilda Sábato, Capitalismo .y ganadería en Buenos Aires: La fiebre
del lanar 1850-1880, Sudamericana-Historia y Cultura, 1989. La autora
realizó la versión original del trabajo como tesis de doctorado en la Univer
sidad de Londres, presentada en 1981. Luego la revisó con propósito de
convertirla en libro, el que apareció recién en 1989.
11
Nos referimos en realidad a una investigación colectiva que Jorge F. Sába
to dirigió, y la que participaron José Luis Moreno, Jorge Schvarzer, Juan
en
Carlos Korol y Manuel Trumper, entre otros, con asiento en el CISEA, y par
te de cuyos resultados fueron reunidos en J. F. Sábato, La clase dom.inan
te en laArgentina moderna. Formación y caracteristicas. CISEA/Gel,
1988. Este trabajo, comenzado en realidad en los inicios de la dictadura de
1976, pareció iniciar una fecunda perspectiva de trabajo destinada a re-pen
sar el clásico
problema de la caracterización de nuestras clases propietarias
y de nuestro capitalismo en general. Parecía marcar W1 camino en el que el
rigor investígativo no impidiera la perspectiva integradora, la posibilidad de
efectuar generalizaciones, en una orientación que no se hundiera en la minu
cia monográfica sin caer en las afirmaciones fáciles de cierta ensayística. Y
estuvo acompañado por un meritorio trabajo de Schvarzer que decía mucho
146 .
Daniel Campione
1::
Otra excepción puede estar constituida por la obra de Enrique Tanderer,
ya mencionada en una nota más arriba.
r.:
Hilda Sábato, La polüica en las calles. Entre el voto 'M la mouilieacion:
Buenos Aires, 1862-1880, Sudamericana. Historia y Cultura, 199�, p 2:3.
",
En realidad se reunieron en trabajos: el que le da título, es
el volumen dos
crito en 1981 e inédito hasta la edición de este
(1999), y el que en su momen
to sirvió de introducción a Mariátegui y los orígenes del marxismo latinoame
ricano. Cuadernos de Pasado y Presente, 60, Siglo XXI, México, 1979.
1!ó
Algunos ejemplos de la Biblioteca Política de CEAL, a los que podrían
agregarse par de decenas más de títulos: Edgardo J. Bilsky, La Fo.R.A
un
"
Luis Alberto Romero, "Versiones del pasado. Estudios sobre la Argentina
moderna", en Clarin, Suplemento Cultura y Nación, p. 9, :3/6/200l.
sus primeros diecisiete números. Cf. Osear H. Aelo, "De historiadores e his
toriografía. Apuntes sobre el Boletín del Instituto Ravígnani", en Taller, Vol.
6. N° 16-Julio 2001, p. 104.
'"
Ema Cibotti ha producido una caracterización de esa impronta genera
cional, la de los formados durante la dictadura militar, en contacto con
quienes en esa época estaban marginados de la Universidad, como Lean
dro Gutiérrez, y a quienes pasaron a considerar
'hermanos mayores'.sus
Daniel Campione
',1
Véase sobre el grupo que edita Entrepasados la fuerte critica que les ha
ce E. Sartelli en "Tres expresiones de una crisis y una tesis olvidada" en Ra
zori y Reuolucion, N° l-Otoño 1995, sobre todo por su incapacidad de ge
nerar un proyecto historiográfico propio, y su esterilidad en lo que respecta
a la producción de obras de envergadura, que rebasen el marco del papero
""
ese instituto, Mario Rapoport, acaba de publicar una Histo
El director de
ria Económica, Política y Social de la Argentina (1880-2000) una
suerte de extenso manual, pero con claro destino al estudiante universita
rio en materias relacionadas con la historia. En el Instituto de Historia Eco
nómica de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, un ámbito nada
insignificante en cuánto a los recursos que maneja, trabajan historiadores
con pasado (o presente) de militancia en el maoísmo (PCR), pero ello no se
entre otros posibles). Juan Carlos Torre, sociólogo de formación pero con
obra relativamente abundante en la historiografía ligada al periodo peronis
ta, ha sido un mentor del espacio del Di Tella. En cuanto a Desarrollo Eco
nómico, la revista del IDES con cuatro décadas de trayectoria, no está he
gernonízada por los nistoriadores, pero sí por el grupo más amplio nucleado
en su momento en tomo al Club de Cultura Socialista. Cortés Conde, por su
te último, como Botana y Gallo, están hace ya unos años incorporados con
carácter pleno ('miembros de número') a la Academia Nacional de la Histo
ria, en lo que fonna parte, a nuestro juicio, del avance hacia la conformación
de una 'comunidad de historiadores' unificada, capaz de consolidar una nue
va 'historia oficia!', como comentamos en su momento.
Argentina la escriblra de su historia -
149
VI
Historiografía e izquierda
tónomo como en la de
adquirir 'visibilidad' frente a las dos
tendencias predominantes.
Tendía a quedar como W1 tercero en discordia, difícilmen
te perceptible entre dos adversarios numerosos, organizados
150 Daniel Campione
-
1 51
153
155
Daniel Campione
/"_.
/
Argentina la escritura de su historia' 157
15 9
/
Argentina la escritura de su historia -
163
La historiografía producida
en el ámbito de los partidos de izquierda
Daniel Campione
165
una relación de
discipulado con el autor de El Hombre Me
ciiocre, directa y p-usonalizada en Ponce, mediatizada por
este último en Agosti, una genealogía intelectual que se pro
Daniel Campione
167
16 9
torna
general fuera de] ámbito de las ciencias sociales, que
ron tardíamente el camino de
la indagación en ese campo,
institucional fuera de los
sin formación sistemática, asiento
Argentina la escritura de su historia -
171
173
Una historia
de la miiitamcia revolucionaria en A rgentina, realiza
dos por Eduardo Anguita y Martín Caparrós, basada en un
La historiografía de izquierda
en los ámbitos profesionalizados
181
183
Genovese entre
(Howard Zinn, David Montgornery, Eugene
en la propia carrera de
otros). Procuraron disputar espacio
Historia de la UBN'\ pero lograron implantarse sólida
no
187
/'
188 Daniel Campione
.
El panorama de
conjunto nos habla de la existencia de
esfuerzos importantes, pero carentes de una articulación que
permita considerarlos una corriente, un 'campo' determina
do. Construir esa articulación, trabajar en la convergencia de
esfuerzos que hoy se dan en dispersión, generar la capacidad
de darse una política para antagonizar con más éxito al pen
samiento del establishrnent, son objetivos que no pueden
conseguirse ni rápida ni fácilmente, pero hoy existe el pro
blema de que suelen ni siquiera ser percibidos en concreto
corno rnetas a alcanzar, y por lo tanto no suscitan mayor
NOTAS
1
La metáfora pertenece a Gramsci en los Cuadernos de la Cárcel.
�
Esta obra fue objeto de sucesivas reediciones, reelaboraciones y ampliacio
nes por parte del autor. La última, hasta el momento. fue la efectuada en los
años '80 en Hispamérica, presentada en tres volúmenes.
!
Puiggrós se sumó al peronismo 'desde afuera', llegando a formar el grupo
denominado "Movimiento Obrero Comunista", sobre la base de los disiden
tes del PC que lo acompañaron en su salida de 1945. Los años '70 lo encon
trarían junto a la 'tendencia revolucionaria', y luego al 'peronismo auténtico'
yal 'peronismo montonero'.
1
Pla le reprocha a Puíggrós una valoración positiva del Ejército que conclu
ye por negar el carácter de clase de éste, su carácter de núcleo represivo
del Estado capitalista. Cf. Alberto J. Pla, Ideología y método en. la histo
riografía argentina. Ediciones Nueva Visión., Buenos Aires, 1972, p. 160
Rodofo
"
189
llano o de donde disponga, en la tarea histórica que usted dirige con cere
bro genial." La Opinión, Bs. Ac.., 4 de octubre de 1973, reproducido por Li
bario Justo, Nuestra patria iiasalla (Historia riel coloniaje argentino), t.
Unidos
V, De "dominio británico" a "patio trasero" de los Estados
(193011990), Grito Sagrado, 1990, pp 261- 262.
�
Horacio Tarcus ha expuesto el ya lejano y casi olvidado debate Gallo/Jus
too Gallo defendía la inexistencia de todo resto feudal y la presencia de un
mérica, s/f.
1"
En realidad Ramos fue un privilegiado, dentro de la izquierda argentina,
por la repercusión crítica y mediática dada a sus trabajos desde fines de los
años '50. Su obra más ambiciosa, la síntesis de la historia argentina titulada
Renotucion y contrarrecolucion en la Arqentina, Amerindia, 1957, tuvo
innumerables ediciones, en diversos formatos (se la publicó también en for
ma de tomos separados), y la corriente de Ramos condujo sucesivas casas
editoras dedicadas en gran parte a sus obras (Octubre, Coyoacán, Mar Dul
ce, etc.). Su simultánea actuación política pública, con sucesivos agrupa
En ese trabajo se lanza una tesis t.an original como atendible: la objetiva
proximidad de las posiciones de Ramos y de las de uno de sus enemigos
predilectos, el Partido Comunista Argentino. Cf. Ibídem, p. 107. En reali
dad, creernos que Ramos llega a un resultado parecido que el PC. en
•
le
planteo de Ramos, y los últimos es-
Ha sido señalada la filiación entre ese
1',
Ramos logró captar para las filas de la 'izquierda nacional', de modo tem
191
,�
Néstor Kohan atribuye la inflexión de su marxismo a la relación de disci
Mondolfo, Rodolfo im
pulado con el filósofo italiano radicado en Argentina,
de la obra marxiana tendía a rechazar la catego
pulsor de una lectura que
histórico
"'
Peña, investigador y ensayista, oscilaba entre un enfoque
como
de Milcíades Peña.
plio lugar en J. O. Acha. "La concepción historiográfica
Las desigualdades de los marxismos." Mímeo.
reunieron en C. S. As
Algunos de los principales trabajos de ese debate se
�,
"Modos
sadourian, C.F.S. Cardoso, H. Ciafardini, J. C. Garavaglia, E. Laclau,
de producción en América Latina", Córdoba, Cuadernos de Pasado y Pre
sente, 1973.
�,
Jóvenes historiadores oriundos de Córdoba como José Carlos Chiara
1 93
Horado Badaracco, ha sido terna ele una biografía novelada de Juan Rosa
les, publicada muy recient.emente por La Rosa Blindada.
La huelga patagónica (h� 1921 y la masacre posterior, no tienen otro ante
;¡
cielo con el seudónimo ele 'Facón Grande', apodo que hoy da nombre al ho
tel de ese gremio en la Ciudad de Buenos Aires.
:,
Utilizamos el término 'vindicación' en el sentido que le asigna O. Acha
en el trabajo arriba citado: "Mientras que la reivindicación implica una
Daniel Campione
dría aquella o esta acción de resistencia". (O. Acha. arto cit. p. :3)
:x
Gori es narrador y poeta, además de ensayista en trabajos él menudo liga
Quizás con menos nivel, otro trabajo clásico sobre luchas sociales en el me
dio rural santafesino desde una perspectiva de izquierda es, de Plácido Gre
reeditado varias versiones de diferente
la, El Grito de Alcorta, veces en
nales (Mónica Gordillo, Pablo Pozzi, entre ot.ros), en una audaz, y por eso
11
Palcos llegó <1 ser miembro de número de la Academia Nacional de la His
toriográfica liberal.
le
Periodist.a de La Nación, educador, y militante socialista, Campobassi
compuso dos extensas biografías: Sarmiento y su época y Mitre .IJ su épo
no se apartan de las líneas habituales en la interpretación favorable
ca, que
de ambos personajes.
1:
Escribe el historiador del agro de origen francés Roman Gaignard: "Auto
Od
didacta, investigador cuidadoso y paciente, militante socialista ( ), J. ...
extremadamente infor
done nos aporta la visión apasionada del polemista
nadie términos tan claros y tan
mado. Después de 1930 supo exponer en
Daniel Campione
1"
el que produjo, ya <¡{lOS después, so
El más recordado trabajo de Sornmi es
bre La recotucion del 90. Antes había trabajado sobre el capital trasnacio
nal en Argentina, con un buen estudio sobre el capital norteamericano (Los
capitales uanquis en la A rqentina.y, y otro sobre el de origen alemán, evi
dente trabajo de 'encargo', donde en aras de señalar al capital vinculado al
nazismo como enemigo principal. daba la impresión que todo el capitalismo
argentino se hallaba bajo égida alemana.
1"
Adolfo Dorfrnan escribió una Historia de la Industrio Argentina, cuya
de traba
cién ahora se emprenden algunos intentos de retomar ese campo
jo con permanencia.
',e
Este breve libro de cien páginas) condensa una fundamenta
(menos
más
ción de la labor histórica en la línea del DIAMAT soviético, que ocupa
el
la mitad de sus páginas, mientras que a la historiografía liberal y
re
de
visionismo se le dedican sendos capítulos de menos de diez páginas cada
de los elementos comunes entre ambas corrien
uno, y otro de valoración
más breve aun, lo que evidencia que la preocupación central
era rea
tes,
refutación de los contrin
firmar el enfoque 'científico', mientras que la
como una operación rápida y sencilla. Es interesante
la
cantes aparecía
llamamos 'revisionis
valoración negativa que se hace de lo que nosotros
'trampa' ideológica: "A partir de la
mo de izquierda', reduciéndolo
a una
cf. ...
cos bribones y furiosos' cuyo delito fue trabajar por la independencia na
Agosti, cuya crítica a su vez realizó José Aricó, y está incluida en uno de
los capítulos de La cola del diablo. Itinerario de Gramsci en America La
tina, Puntosur, 1988.
,7
Leonardo Paso. Rosas, realidad y mito, Cartago, 3a edición, 1975, p. 128.
''"
Con ser una suerte de 'historiador oficial' del partido, Paso siempre man
tuvo tareas partidarias no vinculadas a su labor histórica. El trabajo inte
lectual ocupaba un lugar marginal en el conjunto de la estructura
partida
ria, y se tendía a Que fuera así en las vidas individuales de quiénes cum
plían esas funciones.
',,,
Los trabajos de Julio Novayo no provenían del área de influencia de
Paso,
sino que eran alentados por el 'responsable
ideológico' del ese partido por
entonces, Osear Arévalo.
,"'
Raúl Larra no puede ser considerado en rigor un historiador, pero su
1 9 8 Daniel Campione
-
producción estuvo casi siempre ligada al pasado argentino, sea como bió
grafo (El solitario de Pinas, sobre Lisandro de la Torre, además de las ci
tadas) o como novelista (Sin, Tregua, casi una biografía novelada de José
Peter, y una de las pocas historias de ficción con centro en la clase obre
ra industrial la lit.eratura argentina o ro soy Andresito Artiaas, sobre
en
. ;,
Marta Cavilliotti, "Hacia la superacion de los 'revísionismos'" en Lautaro,
y ampliada, 1975.
';1
Cf. José Ornar Acha, "Rodolfo Puiggrós, Nación, peronismo y revolu
ción", mímeo.
';',
.Juan José Hernández Arregui, en La Formacion. de la Conciencia Na
./
Argentina La escritura de su historia' 199
ti"
Sin ser un historiador,
sino un filósofo y teórico de la política, Silvio
Frondizi ha dado de los aportes importantes a la interpretación des
uno
R.
brepasaba las consignas impartidas por las organizaciones gremiales."
Sindicatos en la Argentina, Sudestada, 1967, pp. 11-12.
poder
Carri, y
", señalarse estos trabajos, quizás la que
De las falencias que pueden en
done, op cit, p. 6.
"Se debe cobrar conciencia del lugar específico y acotado que ocupa
71; en
autóno
Las reflexiones recientes sobre la posibilidad de generar espacios
t:
/
Argentina la escritura de su historia -
2 01
CrCSO,1984.
Al filo del golpe militar Munnis fue reemplazado en la dirección por Marin
"1
y Beba Balvé, que serian de allí en adelant.e figuras protagónícas, a las que se
agrega Nicolás Iñigo Carrera. Avanzados los años '80 CIeSO sufrirla la salida
de Marin, y ya en los '90 la de Iñigo Carrera. La institución sigue existiendo,
bajo la dirección de Balvé.
"-'
Entrevista a J. C. Marín, realizada en 1999, citada por Agustín Santella,
"Desarrollos en ciencias sociales: el CICSO" en Razón y Recolucion, n° 6,
otoño de 2000, p. 5.
sa Blindada, 2000.
�I
jóvenes vinculados a Pozzi a Er
Pueden contarse entre los historiadores
nesto Salas, Alejandro Schneider, Roberto Elisalde, Hernán Camarero, Pa
na, y con
recomposición de la clase obrera arqentino. (1 [)85-1993), El Bloque,
1994), ha trabajado primero sobre las luchas obreras de 1955 en adelante y
ahora se he. volcado a la historia de la izquierda, siendo su última aportación
en coautoría, la aludida en esta página, Los setentistas. Izquierda .1J clase
-en todos los casos, dejando espacio al mito peronista-. No queremos decir
estuviera exenta
que la izquierda haya sido protagonista excluyente, o que
de errores, sectarismos y problemas. Lo que sí queremos decir es que el pe
ríodo 1955-1976 se caracterizó por una relación dinámica y dialéctica entre
la izquierda y la clase obrera. Esta relación tuvo una influencia, aún hoy no
estudiada, muy profunda, que llegó a radicalizar sectores del peronismo." (P.
Poz7J yA. Schneider, Los setentistas ...
p. 17)
lO<
Razón y Reuoluciori comenzó a aparecer 1995, y han aparecido has
en
losofía y Letras.
_,
La inserción académica de Kohan es relativa, ya que buena parte de su ac
tividad se desarrolla por fuera de la Universidad. Ultímamente ha cubierto un
rol importante en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo.
de 1997 y en
plosión con las cát.edras 'Che Guevara', desarrolladas a partir
torno a los treinta afias de la muerte del Che. A partir de entonces, inicia
tivas de ese tipo se han multiplicado a lo país: Marx, Ma
largo y ancho del
etc. han si
riátegui, John William Cooke, Agustín Tosco, Antonio Gramsci,
do advocación de sendas cátedras de este tipo. En ese fenómeno, la his
toria nacional no ha tenido hasta ahora la fuert.e presencia que hubiera po
dido esperarse. Algún curso de historia argentina dentro de la Cátedra Li
bre de Derechos Humanos dirigida por Osvaldo Bayer, el curso de historia
del movimiento obrero encuadrado como Cátedra Libre Agustín Tosco, y
no mucho más.
La divulgación histórica
---_,. �
...
,.
/"
,..
208 Daniel Campione
.
2O9
/
212 Daniel Campione
.
213
---
-- __
214 Daniel Campione-
NOTAS
I
El escritor nacionalista fue autor de varias novelas históricas, centradas en
el periodo rosista (1829-1852). Varias de ellas estaban estruct.uradas al mo
do de 'episodios nacionales' (nombre de la serie de relatos históricos del es
critor español Benito Pérez Galdós), abarcando un lapso y sucesos que ya
se indicaban en el título: El general Quiroga: 1829-1835, Tiempo de
titución por la entonces Radio del Estado. Cf. Cattaruzza, A., "Descifran
do ...
", arto cit. p. 454.
1
La historia argentina de Luna apareció incluso como anexo al popular dia
rio Cronica, en folletos coleccionables de modo independiente.
la 'alta' divulgación, a la vez que vuelca trabajos que, por su tema y orienta
ción, parecen orientados re-generar
a un consenso en tomo a las valoracio
nes de la vieja historia liberal.
"
217
VIII
propenso a reconocer.
219
/
220 -
Daniel Campione
221
------_
-,
-,
222 .
Daniel Campione
223
ANEXO
Bibliografía comentada
Se
incluye en este anexo una breve guía bibliográfica co
mentada, destinada a quienes quieran profundizar en los te
mas tratados. Se la divide en dos secciones: la primera cen
•
AAVV, Historia ¿para que", Siglo XXI, Isa edición, 2000.
Diez artículos de sendos historiadores mexicanos (o re
sidentes allí) que procuran dar respuesta a la pregunta
del título. Aunque la mayoría de los trabajos contienen
algunas referencias específicas a la historia y la histo
riografía mexicana, el sentido de la obra es universaliza
ble. Destacaría en especial dos: el de Carlos Pereyra,
que da título al libro, y el de Adolfo Gilly, "La historia
como crítica o como discurso del
poder". Ambos reivin
dican una historia con orientación de clase,
desprovista
de pretensiones de 'neutralidad', militante por las
transformaciones sociales, pero rigurosa, respetuosa de
la verdad de los hechos, enemiga de las conclusiones
apresuradas. La edición original ya tiene dos décadas,
pero no ha perdido vigencia.
224 Daniel Campione
-
bre todo en la
primera parte del libro, titulada simplemen
te "La Historia", hace un recorrido somero sobre el itine
rario del pensamiento histórico de la
antigüedad
a nues
tros días, y esboza algunos de sus principales problemas.
----
----
226 Daniel Campione
.
•
Josep Fontana, Historia: Análisis del pasado y pro
yecto social, Crítica-G rijalbo Barcelona, 1982.
,
documen
ejemplos concretos, instrucciones para fichar
tos y bibliografía, y otros métodos básicos a utilizar.
•
Ciro F. S. Cardoso-Héctor Pérez Brignoli, Los métodos
de la historia. Introducción a los problemas, meto
dos ?J técnicas de la historia demoqráfica, economi
ca y social. Critica, 1.976-1999.
países 'socialistas'.
del pasa
•
Philippe Joutaurd, Esas voces que nos llegan
1999.
do, Fondo de Cultura Económica,
Se trata de un integral Ce internacional) sobre el
estudio
desarrollo de la historia oral. Los seis primeros capítulos
son una suerte de historia de la sub-disciplina, desplega
uno de
sus protagonistas
principales (Vi lar es un gran
historiador, especializado en historia de Esparta, más es
pecíñcamente de Cataluña). La responsable de la edición
española le ha agregado amplias not.as al pie que enrique
cen notablemente la obra
y le agregan precisión a los co
mentarios del autor.
•
Pi erreVilar, Introducción al 'vocabulario del aruilisis
historico, Hysparuérica, 1992.
Es unaespecie de diccionario de las principales catego
ríasaplicables a la historia, con visible predominio del en
foque marxista. Escrita en lID t.ono didáctico y con pre
tensión introductoria, constituye una
muy buena presen
tación para principiantes en los estudios
históricos, de
las categorías teóricas en tomo a la sociedad
y la políti
ca, analizadas desde el punto de vista del historiador.
•
Eric Hobsbawn, Sobre la historia, Critica, Barcelona,
1998.
Daniel Campione
historiado
interesantes los titulados "¿,Qué le deben los
res aKarl Marx'?", "El presente como historia", "Marx y la
historia" y "Sobre la historia desde abajo".
Historia
• Thad Sitton, George L. Meharfy, O.L. Davis .Ir.,
oral. Una guía para profesores (y otras personas).
el tra
histórica yen el rnanejo de la sub-disciplina que es
soporte magnético .
231
de métodos y técnicas en la
y un extenso tratamiento
tercera última. Resulta muy interesante el capítulo :3 de
y
la primera parte, dedicado, bajo el título de "La renova
ción historiográñca", a un rápido pero amplio panorama
de los 'paradigmas' historiográficos del último siglo.
les), de una manera amena, sin que por eso pierda rigor.
233
•
Pctcr Burke (ed.), Formas de hacer historia. Alianza
Universidad, 2°
reimpresión, 1996.
Esta colección de artículos trata diversos modos del que
hacer historiográfico, sobre todo aquellos que han surgi
do tomado auge en épocas recientes. Así la historia
o
interrela
para pasar a analizar luego las convergencias e
sociolo
social (sincrónico, básicamente dominado por la
historia
cesidad de aprendizajes recíprocos. Burke es un
sobre temas de histo
dor, con abundantes publicaciones
sensibilidad especíñca
riografía, lo que no le quita una
mente 'sociológica'.
• Waldo Ansaldi (cornpilador), Historia/Socioloqia/Socio
logía histórica, CEAL, 1994.
El compilador, un historiador argentino contemporáneo,
entrecruzamiento de campos, por estar
que conoce el
dedicado a argentina y latinoarue
enseñar historia social
/
Argentina la escritura de su historia -
235
más allá de las primeras décadas del siglo XX, sin llegar
a tratar ni a la nueva escuela ni a los revisionist.as. El au
tor es W1 exponente de primer orden de la Nueva Escue
la Histórica, tamizada su visión histórica por una pers
Daniel Campione
Daniel Campione
239
Daniel Campione
•
Tulio Halperín Donghi, Ensauos de h.istorioarafia, El
Cielo por Asalto, 1996.
241
•
Javier Trímboli y Roy Hora, Pensar la A roentiua. Los
historiadores hablan. de h.istoria y polüica, El Cielo
por Asalto, 1994
Conjunto de reportajes a historiadores argentinos COI1-
t.ernporáneos, que versan sobre el pasado y presente de
la disciplina en el país. Son entrevistados José Carlos
Chiaramonte (el mayor especialist.a en hist aria de la pri
mera mitad de] siglo XIX), Hilda Sábat.o (la más recono
bajos recientes.
• Bebe Clementi, Rosas en la historia nacional, La Plé
yade, 1970.
El libro recorrido por la historiografía acerca de
es un
243
•
Alejandro Cattaruzza, "Descifrando pasados: debates y
representaciones de la historia nacional", capítulo X del
torno VII de Nueva Historia Argentina (Crisis econo
245
•
Alejandro Herrero Herrero, La.', Ideas y sus
y Fabián
historiadores. Un fraqrnento del campo iauelectual
en los años nooenta. Centro de Publicaciones/Universi
dad Nacional del Litoral, 1996.
Compilación de un amplio conjunto de entrevistas (un to
tal de más de treinta), a investigadores argentinos con
temporáneos que trabajan en historia de las ideas o histo
ria intelectual. Los reportajes se dividen en dos secciones,
la primera dedicada a autores consagrados y la segunda a
jóvenes investigadores, y no se limita al campo de los his
toriadores, sino que incluye a filósofos y estudiosos de la
literatura, bajo el común denominador de que trabajen
sobre la evolución intelectual del país. Como en otras se
lecciones de este tipo de los años recientes, con intención
o sin ella, se produce un corte ideológico, que hace que
Daniel Campione
•
Maristella Svampa, El dilema argentino: Ciinlieacion.
o barbarie. De Sarmiento al revisionisrno peronista.
El Cielo por Asalto. 1994.
Daniel Campione
discurso
Ricardo L. Costa y Danuta T. Mozejko, El
corno
•
Argentina la escritura de su historia -
249
Daniel Campione
Artículos en revistas
Daniel Campione
253
INDICE
3 I. A modo de presentación
65 IV El reinsionismo histórico
84 Peronismo e historiografía