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Los Quimbayas y Sus Vecinos (Museos)

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LOS QUIMBAYAS Y SUS VECINOS:

PROBLEMAS ARQ UEOLOGIC OS PARA LOS


MUSEOS REGIONALES DE ARMENIA,
PEREIRA Y MANIZALES
HECTOR LLANOS VARGAS
Profesor de la Universidad Nacional de Colo mbia

La aceptación por el Museo del Oro del Banco de la República de la


propuesta de elaboración del guión para los nuevos museos regionales
de las ciudades de Armenia, Pereira y Manizales, significó enfrentar
un reto arqueológico en un co ntexto museográfico , porque al tener
como tema principal a los quimbayas y demás grupos aborígenes que
habitaron los territorios del antiguo Caldas, la información científica
que existe al respecto , en lo relacionado con el período prehispánico,
es mínima.
Acerca de los quimbayas se ha escrito en apariencia mucho,
debido a la popularidad de sus valiosos objetos de o ro, que en su gran
mayoría, al haber sido obtenidos por guaqueros, se han convertido en
piezas de museo , sin localización histórica precisa.
La calidad técnica y artística de la orfebrería y la alfarería
prehispánicas excavadas de tumbas del Viejo Caldas, permitió que los
quimbayas adquirieran prestigio nacional e internacional, especial-
mente desde el momento en que el gobierno colombiano regaló a
España el ya famo so "tesoro de los quimbayas", que reposa en el
Museo de América de Madrid. Este acto oficial rememoró la leyenda
de El Dorad o, que durante el siglo XVI mantuvo viva la codicia de los
conquistadores.
Los quimbayas, por haber sido notabilísimos orfebres, se con-
virtieron en las víctimas preferidas de guaqueros, comerciantes y
coleccionistas particulares del patrimonio colombiano, cuyas mentes
se fascinan con el codiciado metal precioso , aunque esto siga siendo un
"elogio a la locura o a la estulticia", como lo dijo Erasmo de Rotter-
dam hace varios siglos.
Los quimbayas, desde el punto de vista de su identidad étnica, se
hallan entre los grupos menos investigados por los arqueólogos. Es
mayor y más rica en detalles la información de la guaquería que la de la
arqueología. No existe ni periodización histórica ni clasificación de sus
objetos, como consecuencia de excavaciones científicas. Técnicamente
sólo se han excavado unas pocas tumbas, cuyos resultados son insigni-
ficantes si se piensa en los centenares de entierros guaqueados. Apenas
hay unas cuantas dataciones de C-14, y recientemente se están estu-
diando los sitios de vivienda que comienzan a despejar el complejo
mundo cultural precolombin o regional.

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LOS QUIMBA VAS Y SUS VECINOS

Algunos investigadores han tratado de llenar este desolador


panorama científico realizando estudios estilísticos y técnicos de la
cerámica y la orfebrería. Mediante comparaciones con los materiales
arqueológicos de otras regiones prehispánicas más investigadas , han
propuesto clasificaciones formales e hipotéticas.
De los quimbayas sí hay un conocimiento científico de su histo-
ria a partir del momento de la conquista hispánica hasta su extinción
en tiempos modernos. Utilizando fuentes escritas, investigadores
como Juan Friede y Luis Duque Gómez han reconstruido la vida
cotidiana de los quimbayas en el siglo XVI.
Por las razones antes expuestas , el guión museográfico se hizo
con base en las crónicas del siglo XVI y en los trabajos etnohistóricos.
El contenido central de los museos de Armenia, Pereira y Manizales se
sitúa en dicha centuria, tratando de mirar hacia el pasado prehispánico
por intermedio de los objetos culturales y la escasa información
arqueológica existente.
En los tres museos no se hace la apología de los objetos de oro, al
no presentarlos aislados, como si se tratara del famoso tesoro de El
Dorado. La orfebrería formó parte de un sistema cultural dentro del
cual coexistió con la alfarería, la industria lítica y las actividades
sociales, económicas , políticas y mágicas. Esta actitud no demerita la
alta calidad tecnológica y el sentido estético que poseen los objetos de
oro y cobre.
A diferencia de otros museos, los de Armenia , Pereira y Maniza-
les tienen como protagonistas a los quimbayas y demás comunidades
aborígenes vecinas. Las piezas de barro, metal y piedra son vistas
como productos culturales de grupos sociales.
El museo del Centro Cultural de Armenia tiene dos áreas de
exposición. A la primera se le asignaron como contenido las activida-
des de la vida cotidiana; a la segunda, lo relacionado con el mundo
simbólico. Las dos temáticas, estrechamente vinculadas , resultaron de
dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿cómo eran los quimba-
yas?, ¿dónde y cómo vivían?
Las crónicas y las figuras antropomorfas de barro y oro permi-
tieron deducir en forma aproximada cómo eran los rasgos físicos y los
adornos corporales.
La respuesta al segundo interrogante se logró con base en la
información geográfica relacionada con los suelos , el relieve, la vege-
tación , la fauna y el clima de las tierras del antiguo Caldas. Con ayuda
de fotografías se expone ante el visitante un mural sobre el paisaje en
que habitaron los quimbayas, desde los bosques muy húmedos y
húmedos premontanos (piso cafetero) hasta las tierras frías y los
páramos como el del Ruiz.
La información sobre la naturaleza se obtuvo pensando en que
los indígenas aprovecharon los recursos naturales no sólo para la
obtención de alimentos (vegetales y animales) o para sus industrias
artesanales (madera, sal, cobre, oro, arcillas y rocas), sino también
para transformarlos en seres míticos en contextos mágicos (sapos,
caracoles , aves y reptiles).

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HECTOR LLANOS VARGAS

Los quimbayas y demás grupos dieron una respuesta a las pecu-


liaridades del paisaje, al edificar sus casas dispersas sobre las suaves
lomas o concentradas en aldeas o poblados. Para sus viviendas utiliza-
ron recursos como la guadua, troncos de árboles y hojas de palma.
Al tercer interrogante se dio respuesta por intermedio de los
siguientes apartes: el matrimonio, los trabajos de los hombres y las
mujeres, los campos de cultivo, los alimentos, los cultivadores de
colmenas, los magníficos alfareros y orfebres, los tejedores de algo-
dón, los trabajadores de la sal, los comerciantes, los señores dorados
(caciques), los hombres del tiempo mítico (chamanes), el mundo de los
muertos, el ritual caníbal, danzas y cantos y las "ye rbas" mágicas.
Al existir descripciones en las crónicas y rica iconografía en la
alfarería y la orfebrería, se elaboraron gráficas que reconstruyen, de
manera creativa, escenas de la vida cotidiana y las prácticas rituales.
En las vitrinas de la primera área se colocaron las cerámicas y los
objetos de oro y de piedra, con significados funcionales , como los
recipientes de barro utilizados para la preparación y el consumo de los
alimentos, las piedras y manos de moler, los raspadores de madera, los
artefactos de corte, Jos pulidores, Jos cinceles, los barretones; y ador-
nos con posibles significados de jerarquía social, como Jos pectorales,
las narigueras, las orejeras, los brazaletes y las diademas. El maniquí
que recibe al visitante representa a un cacique con su ajuar de oro.
El complejo mundo alfarero, al carecer de ubicación cronológica
y espacial precisa, se expuso por grupos estilísticos , de tal manera que
el visitante pueda apreciar la calidad técnica y artística característica
de las sociedades indígenas prehispánicas que vivieron en el Viejo
Caldas.
Algo similar se hizo , en la medida de lo posible, con los valiosos
objetos de oro y cobre . En la llamada orfebrería quimbaya se diferen-
cian dos conjuntos est ilísticos y técnicos, uno identificado con las
figuras antropomorfas y los procesos que forman parte del "tesoro de
los quimbayas", que, a diferencia del segundo grupo, poseen mayor
riqueza formal y tecnológica. El primero ha sido situado entre los
siglos VI y el IX de nuestra era, y el segundo corresponde al período
tardío que llega hasta la conquista española.
Respecto a la periodización, se tomó la decisión de pasarla por
alto mientras no haya nuevos trabajos de investigación arqueológica.
Se consideró más oportuno decirle al visitante que el proceso histórico
prehispánico se desconoce. Además, los contenidos del museo se
ampliarán cuando exista mayor información.
En la segunda área se muestran Jos objetos de oro y cerámica con
una iconografía simbólica. En un mural gráfico se narran escenas
rituales y prácticas funerarias. Estas se aprecian aún más en un dio-
rama que reconstruye una tumba con su ajuar.
La visita al museo es un primer paso o motivación sobre su
temática, que se canalizará por otros medios de divulgación y promo-
ción, como hojas volantes o catálogos, en los cuales la información
será más profunda.
A diferencia de Jos museos de Manizales y Pe re ira, el de Arme-
nia, al estar inscrito en un centro cultural de gran dimensión, recoge

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una muestra de los diferentes estilos alfareros y orfébricos hallados en


los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y en los territorios
del norte del Valle del Cauca. En este museo se hace hincapié en el
grupo de los quimbayas.
El museo de Manizales tiene como tema principal los indígenas
que habitaron en el siglo XVI las tierras del actual departamento de
Caldas y el sur de Antioquia: ansermas, cara mantas , cartamas, armas ,
zopías, paucuras, pozos, carrapas, picaras, samanaes, amaníes y pan-
tágoras. Por esta razón solamente se exhiben los complejos alfareros
que en dicho departamento, hasta la fecha , se han encontrado (marrón
inciso, aplicado inciso y polícromo).
A la cerámica marrón incisa se ha asociado la llamada orfebrería
clásica, de la que se poseen pocas piezas, por lo cual se hizo un montaje
fotográfico referente a piezas del "tesoro de los quimbayas".
Aprovechando una excelente cita del conquistador Jorge Ro-
bledo, por su carácter descriptivo , sobre el entierro de los señores
principales de la provincia de Armenia, se realizó una reconstrucción
artística (acuarelas) sobre el tema. También se exponen dos acuarelas
que muestran el laboreo agrícola y la industria de la sal.
Al museo de Pereira se le dio como tema principal el grupo de los
quimbayas. En sus vitrinas solamente se expone cerámica considerada
tardía, que se caracteriza por la presencia de un baño rojo, la decora-
ción de pintura negativa de color negro, la policromía y otras técnicas
menos frecuentes .
En este mismo museo las salas de exposición tienen peculiarida-
des que lo diferencian de los museos de Armenia y Manizales. La parte
gráfica se integró en un gran mural , donde se representan el paisaje , la
vivienda, los campos de cultivo , algunos trabajos domésticos y unas
figuras de carácter ritual sobre la orfebrería, la alfarería y la sal. La
orfebrería se expone en una gran vitrina, con lo cual se logra una visión
de conjunto, en la que se intercalan unas figuras antropomorfas de
barro que le van comunicando al visitante lo relacionado con la vida
cotidiana y los rituales de los quimbayas.
Como se podrá apreciar al recorrer las salas de exposición de los
tres museos, cada uno de ellos presenta particularidades, en lo refe-
rente tanto a las piezas arqueológicas como a las gráficas. Los tres
fueron montados a partir de un solo guión , bajo unos mismos criterios
metodológicos y con variantes museológicas, de tal manera que son
independientes pero complementarios.
Es de esperarse que la temática expuesta promueva y divulgue el
patrimonio cultural y los conocimientos sobre los indígenas que habi-
taron el Viejo Caldas, recordándole al visitante la presencia histórica
prehispánica y la supervivencia de la realidad indígena, en grupos
como los emberá-chamíes, que habitan parte del territorio de Risaralda.
La investigación arqueológica es de gran importancia para acla-
rar los interrogantes sobre los quimbayas y demás comunidades que
vivieron en el antiguo Caldas.
El complejo cultural identificado con los quimbayas del siglo
XVI, no sólo es de gran interés para la comprensión del surgimiento y
evolución de los cacicazgos del valle del río Cauca, sino también de un

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HECTOR LLANOS VARGAS

horizonte cu ltu ral americano origin ado en el período formativo de la


costa pacífica ecuatoriana.
Como lo plantean la orfe brería y la alfarería , los territorios del
Ca u ca medio parecen constituir un núcleo de experimentación y des-
envo lvi miento cu ltural que se extiende a otras regiones colombianas.
El alto nivel tecnológico y artístico alcanzado en el Viejo Caldas refleja
unas estructuras económicas, políticas, sociales y míticas propias de
los procesos de desarrollo regionales de los andes septentri onales de
Suramérica.

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