Estatutos de La Comunidad de Emmanuel y de La Fraternidad de Jesús
Estatutos de La Comunidad de Emmanuel y de La Fraternidad de Jesús
Estatutos de La Comunidad de Emmanuel y de La Fraternidad de Jesús
La Comunidad del Emmanuel es una asociación de fieles de todos los estados de vida.
La comunidad toma su nombre de la Escritura: Ved que la Virgen concebirá y dará a luz un
hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros" (Mt 1, 23)
EMMANUEL es “DIOS CON NOSOTROS”, presente en la vida cotidiana.
Para todos, es reconocer a Jesús como el centro de su vida, para “estar en el mundo sin ser
del mundo”. Para algunos, significa buscar la santificación en la vida ordinaria, familiar y
celibato por el Reino; para otros aún, en una vida dedicada a tiempo completo a las obras
de apostolado.
La gracia profunda de la Comunidad viene de la Adoración Eucarística del Dios realmente
presente en medio de nosotros: “EMMANUEL”.
De esta Adoración nace la compasión por todos los hombres que mueren de hambre
material y espiritualmente De esta compasión nace la sed de evangelizar en el mundo
entero y particularmente a los más pobres.
El abandono al Espíritu Santo, la Palabra de Dios, la intercesión de María Madre de Dios, los
sacramentos y la liturgia, enraízan la vida comunitaria1 y apostólica en la vida misma de la
Iglesia.
b) Entre los miembros católicos de la Comunidad Emmanuel, algunos pueden recibir una
llamada más radical. En el corazón mismo de la Comunidad, la Fraternidad de Jesús
propone una entrega de sí mismo por medio de una consagración 3, un compromiso más
determinado de fidelidad a la Iglesia y de disponibilidad para la misión en el contexto
comunitario Esta consagración, de tipo bautismal, se hace según el espíritu y las
modalidades descritas más adelante párrafos d, e, f, g).
g) Así, los consagrados se entregan con el fin de acoger el fuego de la caridad de Cristo y
de hacerlo resplandecer primeramente en la Comunidad del Emmanuel, y con ella, por
todas partes a donde sean enviados.
I. NATURALEZA Y FIN
1. La Comunidad reúne a fieles (Christi fideles) de todos los estados de vida que desean
comprometerse juntos en una vida a la vez contemplativa y apostólica en el seno de la
Iglesia Católica. Todos los miembros, laicos y clérigos, se reconocen mutuamente como
hermanos en Cristo, con una misma llamada a la santidad y al anuncio del Evangelio.
Quieren realizar esta llamada, cada cual según su estado de vida y su ministerio. Se
comprometen a formar juntos una misma Comunidad, y se prometen los unos a los otros,
en el seno de esta Comunidad, una asistencia activa material, fraternal y espiritual para la
vida de santificación y el anuncio del Reino de Dios.
4. La Comunidad es, dentro de la Iglesia, una Asociación privada de fieles con personalidad
jurídica. Está gobernada por sus propios responsables con la autonomía reconocida por el
derecho general de la Iglesia, en particular en los artículos 215, 298 a 311 y 321 a 329 del
Código de Derecho Canónico, y con las normas establecidas por los presentes estatutos.
La vida y el apostolado de la Comunidad están bajo la vigilancia de la Sede Apostólica y a
nivel diocesano, del Ordinario del lugar de actividades, en la medida de las actividades que
allí se ejercen (canon 305).
4. Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam Actuositatem, n° 19: “aliae finem generalem
apostolicum Ecclesiae sibi proponunt”.
6. La Comunidad comprende miembros de todos los estados de vida (cf. artículos 298 y
307 del Código de Derecho Canónico):
– personas laicas casadas o solteras,
– hombres y mujeres comprometidos en el celibato por el Reino,
– diáconos permanentes,
– sacerdotes, diáconos con miras al sacerdocio, seminaristas,
– religiosos y religiosas.
Probación
11. Al compromiso le precede un período de probación de dos años como mínimo, que
comprende etapas fijadas por la costumbre, o, si llega el caso, por un reglamento interior,
el uno y el otro aprobados y revisables por el Consejo.
Estas etapas de probación se hacen con el consentimiento del Moderador o de su
representante regional, y el parecer del Consejo.
12. Las personas que se preparan para el bautismo pueden ser admitidas a la probación,
pero no al compromiso.
Compromiso
13. El compromiso en la Comunidad del Emmanuel se hace por un año.
Se renueva cada año.
El compromiso y la renovación se hacen delante del Santísimo Sacramento expuesto, en
presencia del Moderador o de su representante, y de los miembros del Consejo, si es
posible.
Comporta la fórmula siguiente: “Yo, N., me comprometo en la Comunidad del Emmanuel…”
14. Los miembros de la Comunidad del Emmanuel se comprometen a una vida fraterna,
contemplativa y apostólica en el mundo y en la vida de cada día.
16. Los miembros de la Comunidad del Emmanuel se comprometen a una vida comunitaria
susceptible de favorecer el espíritu de adoración, de compasión y de evangelización.
Esta vida comunitaria se adapta a la vida cotidiana normal en el mundo activo, y a las
circunstancias en las cuales cada miembro se pueda encontrar personalmente.
Hay fraternidades, residenciales o no, según el caso. En las fraternidades, el acento se pone
sobre el compartir fraterno, la santificación, la vida apostólica.
El Consejo fija el ritmo y el modo de las reuniones, y, en principio, cada uno participa una
vez al mes en las grandes reuniones comunitarias (por ejemplo, sábado por la tarde y
domingo).
17. A fin de vivir la vida y el espíritu comunitario, los sacerdotes y diáconos son igualmente
miembros de una fraternidad, ya sea entre ellos, ya sea con personas de otros estados de
vida. En este caso se dará una preferencia a los hermanos y hermanas de la Fraternidad de
Jesús.
Se hará lo mismo con los célibes por el Reino.
18. En ningún caso puede haber residencia común para solteros de sexo diferente. Los
apartamentos o pisos autónomos, aunque estén situados en un mismo edificio, constituyen
en este sentido una residencia separada.
19. Cada uno de los miembros de la Comunidad se adhiere a las orientaciones propuestas
por el Moderador y el Consejo. Siguiendo sus indicaciones, participa, en su propia medida,
en las actividades apostólicas propuestas por la Comunidad y en los servicios.
20. Cada miembro se beneficia de la oración y del consejo de los hermanos. Según el
derecho común, cada uno puede recurrir libremente a un confesor o a un director de
conciencia, quedando a salvo la disciplina de la Comunidad: en su caminar comunitario
cada uno está ayudado por un acompañante, distinto en principio del responsable de
fraternidad o de servicio.
El acompañante es escogido o aceptado de acuerdo con los responsables de la Comunidad.
Se debe ser acompañado por alguien del mismo sexo.
21. En función de sus posibilidades y de las necesidades de su familia, cada cual entrega un
justo diezmo, fijado por él de acuerdo con la Comunidad.
4°) De común acuerdo entre el Obispo y el Moderador, una parte del ministerio y del tiempo
de cada sacerdote y diácono se consagra, bajo la responsabilidad del Moderador, a las
obras propias de la Comunidad.
Este tiempo se fija de la manera siguiente:
– el sacerdote puede ser destinado en alternancia, por un período dado, ya a la diócesis,
ya a las obras propias de la Comunidad;
– o bien el sacerdote puede ser destinado, a tiempo parcial, a una misión diocesana,
quedando disponible el tiempo restante para las obras propias de la Comunidad.
En conjunto, se procurará respetar la proporción de una tercera parte para la Comunidad y
dos terceras partes para la diócesis.
El Moderador debe informar regularmente al Obispo de incardinación sobre los sacerdotes
que están destinados durante un tiempo como misioneros del Emmanuel en sus obras
propias.
5°) Para los diáconos permanentes, su misión debe tener muy en cuenta su situación
familiar y profesional por una parte, y por otra los asocia en la medida de lo posible a los
compromisos de la Comunidad misma.
30. El compromiso del celibato por el Reino se hace, después del discernimiento necesario,
por un período de tres años, renovable. Podrá ser definitivo. Los hermanos y hermanas de
la Comunidad del Emmanuel y de la Fraternidad de Jesús son los primeros testigos de este
compromiso. Se comprometen por su parte a honrar y sostener a la persona en el paso que
ha dado.
31. Un reglamento de vida, aprobado y revisado por el Consejo a petición de uno u otro de
los responsables de las cuestiones específicas del estado de vida de los célibes por el
Reino, puntualiza, por lo demás, las disposiciones particulares de este estado de vida, de
una parte para las mujeres, de otra parte para los hombres.
32. El Moderador, con la aprobación del Consejo, designa una mujer y un hombre
responsables de las cuestiones específicas del estado de vida de los célibes por el Reino,
escogidos de entre estos célibes consagrados.
La duración de este cargo es de tres años, renovable. Sin embargo se puede cesar del cargo
en las mismas condiciones (cf. art. 42).
VI. GOBIERNO
34. El Consejo define las provincias comunitarias. Pueden abarcar todo un país, o incluso
desbordar las fronteras de un país, según el número de personas, la envergadura de las
actividades y el grado de desarrollo de la Comunidad.
El Comité Consultivo
36. El Consejo establece cada año la lista de los miembros titulares del Comité Consultivo
entre el 1° y el 30 de octubre. Su número es de doscientas personas como máximo,
comprendiendo al Moderador y a los Consejos de Comunidad y de Fraternidad.
Figurarán en él los responsables de los grandes servicios apostólicos fundados o
promovidos por la Comunidad, los coordinadores de provincia, los ancianos de la
Comunidad considerados como útiles para la profundización de su carisma, y otros
designados para asegurar una representación equitativa y cualitativa de los estados de vida
o de ciertas realidades comunitarias.
El comité consultivo se reúne, en principio, una vez al año bajo la convocatoria del
Moderador, con un orden del día propuesto por él, con el parecer del Consejo.
El Moderador puede igualmente convocar, según el mismo proceder, reuniones parciales
del comité consultivo, por ejemplo, para un conjunto de países o de provincias, o para un
estado de vida.
El comité consultivo es invitado por el Moderador a reflexionar con el Consejo Internacional
sobre cuestiones concernientes a la vida y al futuro de la Comunidad. Con este objeto, da y
recibe informaciones, procede a los estudios que le son pedidos. No tiene ni poder
deliberante, ni autoridad.
37. El colegio de oración y de elección tiene como objeto proceder a la elección de los
miembros del Consejo en el discernimiento y la oración. El Moderador lo reúne a su debido
tiempo, en un lugar fijado por él con el parecer del Consejo.
El colegio lo forman, además del Moderador y los Consejos de la Comunidad y de la
Fraternidad, el Comité Consultivo (miembros titulares) y un número equivalente de grandes
electores. Estos últimos son elegidos en el ámbito de la provincia por todos los miembros
comprometidos. El número de los grandes electores a designar por cada provincia lo fija el
Consejo a prorrateo de los comprometidos.
Las elecciones del Colegio y del Consejo se hacen en la oración al Espíritu Santo, la
responsabilidad libre y la búsqueda de la voluntad de Dios. Los criterios son: el bien común
de la Comunidad, la puesta en práctica de su carisma al servicio de la Iglesia y, en profunda
unión con ella, el servicio de la Evangelización.
El Consejo Internacional
38. Está formado al menos por doce miembros. Puede decidir aumentar su número hasta
diez y siete miembros a lo sumo. Los miembros son elegidos por tres años entre los
miembros comprometidos de la Comunidad del Emmanuel, consagrados en la Fraternidad
de Jesús. Son renovables después, dos veces consecutivas. Son libres de aceptar el
mandato.
Al aceptar el mandato, harán el compromiso de disponibilidad, si aún no lo han hecho.
Cada tres años se renueva un tercio de los miembros del Consejo. El Moderador tiene un
estatuto diferente.
39. El Consejo fija, con el Moderador, las orientaciones generales de la vida, del
apostolado, de la formación de la Comunidad en conformidad con su carisma propio.
Tiene el poder de definir las provincias y de modificarlas.
El Moderador
40. El Moderador asegura la buena marcha de la Comunidad. Anima en ella la santificación,
coordina en ella la vida y la evangelización. Representa a la Comunidad ante las
autoridades religiosas y civiles.
Preside el Consejo Internacional. En unión con el Consejo Internacional supervisa las
provincias.
Es elegido por el Consejo Internacional con la mayoría de dos tercios, por tres años
renovables dos veces consecutivas, entre los miembros o antiguos miembros del Consejo
de la Comunidad.
42. El Moderador, con la aprobación del Consejo Internacional, nombra igualmente una
mujer, y, si es oportuno, un hombre responsables dentro de la Comunidad de las
cuestiones específicas a los célibes por el Reino.
Si la persona designada para este cargo no es miembro del Consejo, el Moderador y el
Consejo pueden, en cualquier momento, decidir adjuntarlo al Consejo como
supernumerario y miembro de pleno derecho. Pero en este caso, la participación en el
Consejo cesa inmediatamente con el cargo
43. En lo que concierne a la gestión, el Moderador está asistido por el ecónomo. Éste no es
necesariamente miembro del Consejo.
48. Las cuestiones específicas de la Fraternidad están igualmente bajo la autoridad del
Moderador de la Comunidad del Emmanuel, asistido por el Consejo de la Fraternidad de
Jesús. Se requiere el parecer de este Consejo para los pasos de probación que se dan en la
Fraternidad, su conformidad para las consagraciones y compromisos de disponibilidad.
Como para la Comunidad, las etapas del caminar quedan fijadas por la costumbre, o si se
da el caso, por un reglamento interior, uno y otro aprobados y revisables por el Consejo de
la Fraternidad. El espíritu y el ámbito de la consagración y del compromiso de
disponibilidad en la Fraternidad de Jesús se exponen en el Preámbulo n° II.
49. El Consejo de la Fraternidad está compuesto por quince miembros, cuya tercera parte
se renueva cada cinco años. Los nombra el Moderador de entre los miembros antiguos o
actuales del Consejo de la Comunidad del Emmanuel o de entre los miembros consagrados
que tengan una experiencia reconocida.
ASISTENTE ECLESIASTICO
52. El Consejo Pontificio para los Laicos, de entre una lista de tres nombres propuesta por
el Moderador, nombra por tres años, renovables en las mismas condiciones, un Asistente
eclesiástico, juntamente para la Comunidad del Emmanuel y la Fraternidad de Jesús.
56. Cada cual se compromete, en función de sus disponibilidades y de sus cargas y por una
contribución voluntaria:
1° a participar en los gastos de la vida común cuando sea el caso (residencia común por
ejemplo);
2° a sostener la vida de la Comunidad y sus actividades y a subvenir, si puede, a las
empresas misioneras, apostólicas y caritativas de la Comunidad.
57. El servicio prestado a la Comunidad por los miembros clérigos es objeto de una
remuneración por parte de la Comunidad, fijada por convenio con la diócesis.
Para los laicos, el servicio prestado a la diócesis es objeto de una remuneración fijada por
convenio con la diócesis.
60. Los estatutos pueden ser traducidos, permaneciendo la versión francesa como la
norma.
Los estatutos no pueden ser modificados más que por la mayoría de las cuatro quintas
partes de los Consejos de la Comunidad y de la Fraternidad reunidos, y con la aprobación
del Consejo Pontificio para los Laicos, bajo el canon 314.
Copia conforme a la original presentada ante el Consejo Pontificio para los Laicos.