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Introducción A La Química de La Coordinación

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1

INTRODUCCION
A LA QUIMICA
DE COORDINACION
Una de las áreas de investigación más productiva en el siglo XX ha sido, como ya se dijo,
el desarrollo de la química de coordinación por Alfred Werner. El hecho de que el
número, variedad y complejidad de compuestos de coordinación continúe creciendo,
incluso después de haberse cumplido el primer centenario de los trabajos iniciales, da una
medida del impulso dado por Werner al relanzamiento de la química inorgánica. Antes de
profundizar en una perspectiva histórica de esta parte importante de la química
inorgánica, necesitamos establecer una serie de definiciones importantes.
La Química de coordinación trata de compuestos en los que un pequeño número de
moléculas o iones denominados ligandos rodean a un ión o átomo metálico central. Cada
ligando (del latín ligare, que significa «enlazar») cede un par de electrones al metal. El
enlace ligando-metal, que a menudo se representa como M ← :L, es un ejemplo de enlace
covalente-coordinado en el que ambos electrones provienen del mismo átomo. El número
de coordinación es el número de ligandos que rodean a un ión o átomo metálico dado.
Los valores más comunes son cuatro o seis (o a veces otros números enteros menores). El
conjunto de ligandos constituye la esfera de coordinación y se incluyen, junto con el
metal, entre corchetes cuando se escribe la fórmula molecular. Por ejemplo, una fórmula
característica podría ser [ML6]Xn o Mn’[ML4], donde M’ es un catión metálico sencillo y
X puede representar a varios aniones. Observa que en la primera fórmula la esfera de
coordinación y el metal M constituyen un catión, mientras que en la segunda constituyen
un anión. A estos iones metálicos coordinados se les denomina a veces aniones o cationes
complejos.
Los compuestos de coordinación se caracterizan por presentar una amplia gama de
colores intensos. Cuando varían el número y tipo de ligandos, a menudo hay un cambio
significativo en el color y en las propiedades magnéticas del compuesto. En cursos
anteriores es posible que hayas estudiado ejemplos de iones coordinados (o complejos),
como por ejemplo el catión incoloro Ag(NH3)2+ (estudiado junto con el grupo 1 de la
marcha analítica cualitativa), el ión azul oscuro Cu(NH3)42+ (un buen test para la
identificación de iones cobre en solución), el ión rojo oscuro FeSCN 2+ [ muy sensible a
la presencia de iones hierro(III)], y cationes acuosos típicos, por ejemplo, Ca(H 2O)62+ y
Fe(H2O)63+ , que se suelen abreviar como Ca2+ (aq) y Fe3+ (aq) respectivamente.
Quizá, en un curso de química general, hayas visto anteriormente compuestos de
coordinación (llamados complejos de metales de transición). Este tema, si es que se trata
en este tipo de cursos, se estudia de una manera muy superficial, generalmente por
problemas de tiempo. Sin embargo, en la primera parte de este libro, la química de
coordinación será nuestro único punto de atención. Por tanto, estudiaremos de un modo
sistemático la historia, nomenclatura, estructuras, teorías de enlace, reacciones y
aplicaciones de estos compuestos. (Tras un curso de química física se pueden desarrollar
muchos aspectos matemáticos y teóricos.) En este capítulo daremos una perspectiva
histórica de estos compuestos, introduciremos algunos ligandos comunes y
desarrollaremos un sistema de nomenclatura.
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PERSPECTIVA HISTORICA
En cursos anteriores se han investigado las bases de la estructura atómica, la tabla
periódica y el enlace químico. En las dos primeras columnas de la Figura 2.1 se presentan
cronológicamente algunos de los conceptos más estudiados.
En la parte superior de la primera columna, puede verse que algunas de las primeras leyes
establecieron claramente que los compuestos químicos presentan siempre la misma
composición definida en masa (Proust) y que esta masa se conserva siempre en las
diferentes reacciones (Lavoisier). Estos hechos empíricos (a partir de datos
experimentales) condujeron a la primera teoría atómica concreta, desarrollada a finales
del siglo XIX por el químico inglés John Dalton. Dalton supuso que los átomos eran
esferas duras e impenetrables similares a minúsculas bolas de billar. No tuvo ocasión (al
menos por escrito) de especular sobre sus estructuras internas. En el siglo X se
descubrieron y caracterizaron más de cuarenta elementos. Debido al aumento del número
de elementos conocidos década a década, hubo una serie de intentos para ordenarlos de
una forma coherente. Dmitri Mendeleev, basándose en el trabajo de otros investigadores
descubrió que las propiedades de estos elementos parecían variar de una forma periódica
y publicó su primera tabla periódica en 1869. A pesar de que se iba sabiendo más acerca
de las propiedades de estos elementos, la estructura interna de sus átomos seguía siendo
un misterio.
Hacia finales del siglo x numerosos descubrimientos hicieron que se empezara a
demostrar que había algo dentro de los átomos. Balmer ideó una fórmula, basada en una
serie de números enteros permitidos, que organizó (pero no justificó) el espectro visible
del hidrógeno. Roentgen y Becquerel descubrieron los rayos X y la radiactividad,
respectivamente. J. J. Thomson descubrió que los electrones eran un componente
fundamental de toda la materia. Ernest Rutherford, después de ver los resultados al
incidir partículas alfa (emitidas por átomos radiactivos) sobre láminas finas de oro,
propuso que los átomos estaban constituidos por un núcleo macizo muy pequeño,
rodeado de electrones. (Niels Bohr no tardó mucho en sugerir que estos electrones se
podría representar girando alrededor del núcleo como los planetas giran alrededor del
Sol.) El concepto de núcleo de Rutherford se hizo muy popular rápidamente, pero la
representación de los electrones girando en órbitas alrededor del núcleo se sustituyó
pronto por la de «nubes» de electrones atraídos mediante fuerzas electrostáticas en un
área limitada alrededor del núcleo. Los orbitales atómicos son una imagen mental o un
modelo empleado todavía por los químicos en el modelo actual del átomo de Schródinger
(mecano-cuántico). Este modelo justifica bien la necesidad de utilizar números enteros
(números cuánticos) para describir las líneas del espectro y la tabla periódica.
En la segunda columna de la Figura 2.1 se exponen simultáneamente algunas de las ideas
sobre estructura molecular y enlace. En la época de Dalton no todos los químicos
admitían que existían los átomos. Aquellos que lo admitían (y sin duda algunos de los
que no) sólo podían especular acerca de cómo podían estas partículas fundamentales
asociarse o enlazarse unas a otras. (Se sugirió que cada átomo podía tener un número
característico de puntos de anclaje que de alguna manera le mantenían unido a otros
átomos.)
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Como se ve en la figura, los químicos orgánicos abrieron un camino al concebir nuevas


ideas relativas a las unidades estructurales básicas de los compuestos basados en el
carbono. Parecía haber grupos de átomos (por ejemplo, el grupo metilo, CH 3─ o el grupo
etilo, CH3CH2─), a veces llamados radicales, que estaban presentes en un gran número de
compuestos y permanecían intactos después de varias reacciones químicas. A mediados
del siglo XIX se aceptó el concepto de una valencia fija asociada a cada átomo con objeto
de justificar la naturaleza de los compuestos orgánicos y de los fragmentos que los
constituyen. Como dijo Sir Edward Frankland, «sea cual sea la naturaleza de la unión de
los átomos, el poder de combinación de los elementos... se compensa siempre con el
mismo número de átomos». Así, se pensó que el carbono siempre tenía una valencia fija
4, el oxígeno 2, el hidrógeno 1 y así sucesivamente.
A finales del siglo XIX experimentos con la electricidad indicaron que ésta
probablemente desempeñaba un papel importante en el enlace molecular. Después del
descubrimiento del electrón, G. N. Lewis propuso que estas pequeñas partículas negativas
podían ser las responsables de que los átomos se mantuvieran unidos. El número de
electrones de los recientemente descubiertos «gases inertes» parecía ser especialmente
estable. La regla del octete llegó a ser la guía del enlace químico. Siguieron varias teorías
más sofisticadas en los años treinta. Nevil Sidgwick propuso que los pares de electrones
podían repelerse entre sí y desempeñar un papel significativo en la determinación de la
forma de una molécula. Linus Pauling y otros propusieron que el solapamiento de
orbitales atómicos especiales o de orbitales híbridos podían enlazar un átomo con otro.
Además, se desarrolló durante esta época la teoría de que las moléculas podían ser un
grupo de núcleos que se mantienen unidos por ondas electrónicas limitadas, llamadas
orbitales moleculares (no atómicos). Todas estas ideas, desde los diagramas electrónicos
de puntos hasta las teorías de la repulsión de pares de electrones de la capa de valencia
(VSEPR)’, de enlace de valencia (VB) y de orbitales moleculares (MO) siguen ayudando
a los químicos actuales a describir la estructura y el enlace de los compuestos.
Hemos supuesto que las ideas anteriormente expuestas te son más o menos familiares.
(Daremos un breve repaso de cada tema, pero es posible que necesites consultar tu libro y
tus notas de química general.) Sin embargo, los compuestos de coordinación que se
explican en términos generales en la tercera columna de la Figura 2.1, es probable que te
sean menos familiares. ¿Cómo y por quién fueron descubiertos estos compuestos? ¿Qué
era la teoría de la cadena? ¿Por qué perdió frente a la teoría de la coordinación de
Werner? ¿Se podían justificar estos compuestos nuevos y diferentes utilizando
comparativamente las ideas que tan bien habían trabajado los químicos orgánicos?
¿Cómo contribuyeron al final las ideas acerca de estructura atómica y molecular a la
comprensión de estos compuestos? En la siguiente sección se recogen las respuestas a
tales preguntas.
HISTORIA DE LOS COMPUESTOS DE COORDINACION
Primeros compuestos
Muy a finales del siglo X Tassaert, un químico francés tan olvidado en la historia de la
química que se desconoce su nombre, observó que combinando amoníaco con un mineral
de cobalto se formaba un producto de color caoba o marrón rojizo.
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Probablemente éste sería el primer compuesto de coordinación obtenido. Durante la


primera mitad del siglo x se prepararon otros muchos compuestos amoniacales de
cobalto, generalmente cristalinos. Estos compuestos presentaban colores intensos, y sus
nombres se relacionaban con estos colores, por ejemplo, roseo-, luteo- (del latín luteus,
«amarillo oscuro») y cloruros purpureocobálticos. Sin embargo, a pesar de los numerosos
intentos, no se había desarrollado ninguna base teórica que justificara satisfactoriamente
estos maravillosos compuestos.
Debido el éxito que tuvieron los químicos orgánicos al describir las unidades
estructurales y las valencias atómicas fijas de los compuestos basados en el carbono, era
natural pensar que estas ideas se pudieran aplicar a los compuestos amoniacales. Sin
embargo, los resultados fueron decepcionantes.
VSEPR. Del inglés valence-shell electron-pair repulsion.
2 VB. Del inglés valence-bond.
MO. Del inglés molecular orbital.

Observa los datos clásicos para los cloruros amoniacales de cobalto que se enumeran en
la Tabla 2.1.
Las fórmulas que se utilizaban en las últimas décadas del siglo XIX indicaban la relación
molar amoníaco:cobalto pero dejaban a la imaginación la naturaleza de su enlace. (El
compuesto con una relación 3:1 amoníaco:cobalto resultó difícil de preparar. En su lugar
se utilizó el compuesto de iridio correspondiente.) Las conductividades de disoluciones
de estos compuestos daban una medida cualitativa. La conductividad empezaba a
considerarse como una medida del número de iones que se producen en disolución. El
número de iones cloruro que precipitan cuando se adiciona una solución acuosa de ni
trato de plata se refiere a la reacción que se representa en la Ecuación:
AgNO3 (aq) + Cl- (aq) → AgCl(s) + NO3- (aq)
¿Cómo se podían explicar ahora tales datos? Más importante desde un punto de vista
histórico, ¿cómo explicaron tales datos los químicos de finales de la década de 1860 que
habían estudiado las ideas tan acertadas de la química orgánica? Como se muestra en la
Figura 2.1, para entonces parecía haberse establecido plenamente que todos los elementos
tienen una valencia, a veces llamada capacidad de combinación, que tiene un valor único
fijo. Además, muchos investigadores habían descubierto que los compuestos orgánicos se
podían representar por largas cadenas de átomos de carbono, compuestas por radicales y
grupos de varios tipos que también parecían tener valencias fijas. Por ejemplo, el hexano,
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CH3─CH2 ─CH2 ─CH2 ─CH2 ─CH3, con su cadena de seis átomos de carbono, podría
representarse por dos grupos metilo monovalentes (CH3─) en los extremos y con cuatro
grupos metileno divalentes (—CH2─) en el centro. El alcohol corriente de cereal, de
composición C2H6O, estaba compuesto por grupos etilo (C2H5─) e hidroxilo (—OH) que
dan una fórmula estructural C2H5OH. El alcohol de madera, CH4O que se representa
análogamente como CH3─OH, está compuesto por grupos metilo e hidroxilo.

Teoría de la concatenación de Blomstrand-Jørgensen


Christian Wilhelm Blomstrand formuló por primera vez en 1869 su teoría de la
concatenación para justificar los cloruros amoniacales de cobalto y otra serie de
compuestos amoniacales. Blomstrand, sabiendo que la valencia del cobalto era 3,
concatenó simultáneamente a los átomos de cobalto, grupos de moléculas de amoníaco
«divalentes» y cloruros monovalentes para hacer una representación de CoC1.6NH3
similar a la que se muestra en la Figura 2.2a. (En realidad, basándose en medidas de
densidades de vapor, Blomstrand re presentó inicialmente el compuesto como un
dímero.) Esta era una estructura perfectamente razonable en base a las ideas vigentes en
la época. Propuso que el amoníaco «divalente» era válido si se ve al cloruro de amonio
como H—NH3─Cl, se compensaba la valencia 3 del cobalto, los átomos de nitrógeno
estaban concatenados igual que lo estaban los de carbono en los com puestos orgánicos, y
los tres cloruros monovalentes estaban lo suficientemente separados del átomo de cobalto
como para poder precipitar al añadir una disolución acuosa de cloruro de plata.
En 1884, Sophus Mads Jørgensen, un discípulo de Blomstrand, propuso algunas
correcciones a las representaciones de su maestro. En primer lugar, descubrió nuevas
pruebas que indicaban que estos compuestos eran monómeros. En segundo lugar,
modificó la distancia entre los grupos cloruro y el cobalto para justificar las velocidades a
las que precipitaban los diferentes cloruros. El primer cloruro precipitaba mucho más
rápidamente que los otros,
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por lo que le situó más lejos y, por tanto, menos sometido a la acción del átomo de
cobalto. Sus diagramas de los tres primeros cloruros amoniacales de cobalto se muestran
en la Figura 2.2b. Fíjate en que en el segundo compuesto, hay un cloruro unido
directamente al cobalto y, por eso, Jørgensen supuso que no estaba disponible para
precipitar con nitrato de plata. En el tercer compuesto hay dos cloruros semejantes. Estas
correcciones mejoraron considerablemente la teoría de la concatenación, pero no
respondía a numerosas preguntas. Por ejemplo, ¿por qué había solamente seis moléculas
de amoníaco? ¿Por qué no ocho o diez? ¿Por qué no se veían moléculas de amoníaco
químicamente diferentes dependiendo de la posición que ocuparan en la cadena? Sin
embargo, en conjunto parecía que la teoría de Blomstrand-Jørgen sen sobre los
compuestos amoniacales de cobalto iba por el camino correcto.
¿Pero había un compuesto con tres amoníacos solamente? Como se ve en la Figura 2.2b
(4), la teoría de la concatenación decía que podría existir y, además, que tendría un
cloruro ionizable. Pero este compuesto en concreto no se había obtenido. Jørgensen se
puso a prepararlo para probar su versión de la teoría de la concatenación. A pesar de sus
numerosos intentos, este excelente químico preparativo no pudo conseguir el compuesto
de cobalto deseado. Sin embargo, logró obtener, después de mucho tiempo y esfuerzo un
compuesto análogo, el cloruro amoniacal de iridio. Desafortunadamente, descubrió que
era un compuesto neutro sin cloruros ionizables. Paradójicamente, la teoría de la
concatenación estaba en duda gracias a los numerosos resulta dos de uno de sus
principales defensores.
Teoría de la coordinación de Werner

A Alfred Werner (1866-1919) El éxito de Werner explicando los compuestos de coordinación se debió en gran parte a la aplicación
de nuevas ideas: la teoría de la disociación electrolítica y los principios de la química estructural.

Alfred Werner, un químico suizo-alemán, se estaba decidiendo entre la química orgánica


y la química inorgánica. Sus primeras contribuciones (estereoquímica o disposición
espacial de los átomos en compuestos de nitrógeno) estaban dentro de la orgánica, pero
en esos días estaban surgiendo muchas preguntas interesantes de inorgánica, por lo que
decidió que ese era el área en el que quería trabajar. Observó que los químicos
inorgánicos tenían dificultades para explicar los compuestos de coordinación, y sabía que
las ideas establecidas en química orgánica les llevaban a un callejón sin salida. En 1892,
cuando Werner tenía solamente veintiséis años de edad, le llegó en un sueño su teoría de
la coordinación. Se despertó y empezó a escribirla, y a las cinco en punto de la mañana
estaba prácticamente terminada.
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Pero su nueva teoría rompía con las tradiciones anteriores, y lo principal era que no tenía
pruebas experimentales que apoyaran sus ideas. Jørgensen, Blomstrand y otros
consideraban a Werner un joven impulsivo y a su teoría una atrevida ficción. Werner
dedicó el resto de su vida a dirigir una investigación sistemática y meticulosa, para
demostrar que su intuición era correcta.
Werner determinó que la idea de una única valencia fija no se podía aplicar al cobalto ni
a otros metales parecidos. Trabajando con compuestos amoniacales de cobalto y otras
series relacionadas de cromo y platino propuso que, en lugar de eso, dichos metales
tenían dos tipos de valencia, una valencia primaria (hauptvalenz) y una valencia
secundaria (nebenvalenz). La valencia primaria o ionizable corresponde a lo que hoy
llamamos estado de oxidación. El cobalto tiene un estado de + 3. La valencia secundaria
se denomina generalmente número de coordinación. Para el cobalto este número es 6.
Werner afirmaba que esta valencia secundaria se dirigía hacia posiciones geométricas
fijas en el espacio.
En la Figura 2.3 se muestran las primeras ideas de Werner acerca del enlace en los
compuestos amoniacales de cobalto. El decía que el cobalto debía compensar
simultáneamente sus dos valencias, la primaria y la secundaria. Las líneas continuas
indican los grupos que compensan la valencia primaria, mientras que las líneas
discontinuas, dirigidas siempre hacia las mismas posiciones fijas en el espacio, indican
los que compensan la valencia secundaria. En el primer compuesto (1), todos los cloruros
compensan únicamente la valencia

Figura 2.3. Representación de Werner de cloruros amoniacales de cobalto. Las líneas continuas señalan los grupos que compensan la
valencia primaria o el esta do de oxidación (+ 3) del cobalto, mientras que las líneas discontinuas indican los grupos que compensan la
valencia secundaria o el número de coordinación (6). La valencia secundaria presenta una posición fija en el espacio.

Dos compuestos de coordinación El ión complejo [CoCl(NO2)(NH3)4]+

El compuesto de la izquierda es [ Co(NH3)6]Cl3. El compuesto de la derecha es [ Co(NH3)5 Cl]Cl2.


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primaria, mientras que los amoníacos compensan la secundaria. En el segundo compuesto


(2), un cloruro tiene una doble función y ayuda a compensar ambas valencias. El cloruro
que compensa la valencia secundaria (y está directamente unido al ión Co 3+) no puede
precipitar con nitrato de plata. El tercer compuesto (3), tiene dos cloruros con doble
función y sólo uno disponible para precipitar. El cuarto compuesto (4), de acuerdo con
Werner, sería un compuesto neutro sin cloruros ionizables. Eso era exactamente lo que
Jørgensen había observado en el compuesto de iridio.
Inmediatamente después Werner empezó a trabajar en la geometría de la valencia
secundaria (o el número de coordinación). Como se observa en la Tabla 2.2, los seis
amoníacos que rodean al átomo o ión metálico central podrían adoptar una de las tres
geometrías habituales, plano hexagonal, prisma trigonal y octaédrica. En la tabla se
compara la información acerca del número de isómeros predicho y el real para diversos
compuestos de coordinación.
Hay pocos comentarios que se puedan hacer acerca de la información que se recoge en
esta tabla antes de que se discuta el significado de los datos. Fíjate primero en los
símbolos, en los compuestos M representa el metal central y A y B los diversos ligandos.
Para cada isómero, los números entre paréntesis indican las posiciones relativas de los
ligandos B. Los isómeros se definen aquí como compuestos que tienen el mismo número
y tipo de enlaces químicos pero que difieren en la disposición espacial de esos enlaces. El
número de isómeros predicho se refiere al número de disposiciones geométricas en el

Tabla 2.2. Número real de isómeros frente al predicho en las tres geometrías diferentes para un número de
coordinación 6.

espacio que son posibles teóricamente. Por ejemplo, en el caso MA octaédrico, sólo hay
una geometría posible aunque hay muchas formas de representarla. La Figura 2.4a
muestra tres formas equivalentes de representar cada isómero. En cada caso, la misma
configuración simplemente tiene diferentes orientaciones espaciales de forma que, un
ligando B ocupa cualquiera de las posiciones axiales o cualquier posición ecuatorial. En
otras palabras, las seis posiciones octaédricas son equivalentes y no importa la posición
que ocupe e ligando B.
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La Figura 2.4b muestra tres posibles configuraciones equivalentes para el primer isómero
MA mientras que en la Figura 2.4c se observa el mismo número para el segundo isómero.
Ahora podemos analizar los datos de la Tabla 2.2. En el caso MA en la actualidad se
puede preparar experimentalmente un único isómero, lo que es coherente con las tres
geometrías propuestas. Sin embargo, Werner sólo pudo preparar dos isómeros para el
compuesto MA En el caso de una geometría octaédrica, el número real de isómeros y el
teórico coinciden, pero en los casos plano hexagonal y prisma trigonal, teóricamente son
posibles tres isómeros. Aceptando que Werner no olvidó ningún isómero, los datos
indican que la geometría de las «posiciones fijas en el espacio» de los seis ligandos es
octaédrica. Para el caso MA el mismo tipo de análisis conduce a un resultado semejante.
Únicamente la configuración octaédrica tiene un número de isómeros igual a los que se
pueden preparar en realidad.
A partir de esos resultados (obtenidos al analizar muchas series de compuestos de
coordinación) Werner fue capaz de predecir que se tendrían que obtener dos isómeros
para el compuesto CoC13 .4NH3 Estos eran difíciles de preparar, pero finalmente en 1907
Werner lo consiguió. Descubrió dos isómeros, uno verde claro y otro de color violeta
intenso. Ahora bien, a pesar de que todo esto podría ser considerado como una evidencia
«negativa» (lo contrario de una prueba concluyente) por un filósofo de ciencia (era la
ausencia de un isómero lo que constituía la evidencia), la teoría de la coordinación iba
siendo cada vez más convincente. Sin embargo, la prueba «negativa» fue suficiente para
Jørgensen. En 1907 dejó de oponerse a la «audaz» teoría de la coordinación de Werner.
Todo esto demostró, como tantas otras veces en el caso de la ciencia, que en ocasiones
necesitamos correr riesgos. Algunas veces deberíamos seguir nuestra intuición, o como
en el caso de Werner su sueño, y defender una nueva forma de pensar aunque no muy
firme con objeto de realizar un avance auténticamente revolucionario.
Blomstrand y Jørgensen intentaron aplicar las ideas de la química orgánica para justificar
los nuevos compuestos de coordinación. Y con ello, aunque siempre se podría discutir,
disminuyeron el avance de la comprensión de esta rama de la química. El secreto está,
por supuesto, en saber cuándo hay que aplicar las ideas establecidas y cuándo hay que
separarse de ellas. Werner eligió la segunda opción y, veinte años después, en 1913,
recibió el Premio Nóbel de química.
Figura 2.4. Configuraciones equivalentes de algunos isómeros octaédricos.
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VISION ACTUAL DE LOS COMPUESTOS DE COORDINACION


Las fórmulas actuales de los compuestos de coordinación se escriben de manera que se
vea claramente los grupos que forman parte de la esfera de coordinación y los que no.
Como se indicó en la introducción de este capítulo, el átomo o ión metálico y los ligandos
coordinados a él se incluyen entre corchetes. Por tanto, los cloruros amoniacales de
cobalto se pueden representar como sigue:

Las moléculas de amoníaco y los iones cloruro que se incluyen entre corchetes,
compensan el número de coordinación del cobalto. Los cloruros que forman parte de la
esfera de coordinación desempeñan una doble función, ya que además ayudan a
compensar el estado de oxidación + 3 del cobalto. Los cloruros que están situados fuera
de los corchetes, a veces denominados contraiones, solamente compensan el estado de
oxidación. Estos son los únicos cloruros iónicos que pueden precipitar con nitrato de
plata. Por ejemplo, si se disuelve en agua el compuesto (2) y se añaden acuoiones plata,
la reacción que tiene lugar se podría representar mediante la Ecuación:
[Co(NH3)5Cl]Cl2 (s) + 2Ag+ (aq) → 2AgC1(s) + [ Co(NH3)5Cl] + 2
Aunque el tema más frecuente de su programa de investigación fueron los compuestos de
cobalto, Werner y sus colaboradores trabajaron también con otros metales. Considera,
como un ejemplo, la siguiente serie de compuestos amoniacales de platino que se
formulan según la nomenclatura actual. Fíjate que en este caso la serie incluye además
aniones complejos. Los contraiones en los últimos ejemplos, compuestos (6) y (7), son
cationes potasio:

También se investigaron complejos de cromo. En 1901, Werner utilizó los resultados


obtenidos en las determinaciones de pesos moleculares y conductividades, para proponer
que los dos compuestos conocidos de fórmula CrC13.6H2O se podrían representar como
[Cr(H2O)6]Cl3 violeta y [ Cr(H2O)4Cl2]Cl . 2H2O verde esmeralda.
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Verdaderamente, el amoníaco ha sido uno de los ligandos más importantes, al haber sido
estudiado ampliamente por Werner. Se considera un ligando monodentado que se define
como aquel que sólo cede un par de electrones al átomo o ión metálico. La palabra
monodentado proviene del griego monos y del latín dentis y, como es de esperar,
literalmente quiere decir «un diente». Un ligando monodentado, por tanto, sólo tiene un
par de electrones con el que «unirse» al metal. En la Tabla 2.3 se muestran algunos
ligandos mono- dentados comunes. (La nomenclatura utilizada para estos ligandos se
discutirá en la sección siguiente.) Lógicamente, también hay ligandos bidentados, tri
dentados y, en general, polidentados. En la Tabla 2.3 se muestran además algunos
ligandos polidentados comunes. Entre paréntesis se da el número de átomos dadores de
estos ligandos. Por ejemplo, para la etilenodiamina es 2.
La etilenodiamina, que se puede ver en la Figura 2.5, ha sido un ligando bidentado muy
importante en el trabajo tanto de Werner como de JØrgcnsen. Observa que los dos
átomos de nitrógeno de este compuesto tienen un único par de electrones que puede ceder
al metal. Observa también que, cuando ambos pares de electrones interaccionan con el
mismo metal, resulta una configuración que más bien parece un cangrejo agarrando a su
víctima. Los ligandos polidentados que forman uno o más anillos con un átomo metálico
de esta forma, se llaman quelatos o agentes quelantes, término que deriva del griego
chele, y que significa «pinza». Por cierto, si has estudiado química orgánica, te
sorprenderá el nombre de etilenodiamina. Los químicos orgánicos actuales podrían
llamar a este compuesto 1,2-diaminoetano, pero el término antiguo que utiliza el radical
etileno —C2H4─ parece ser una constante en la nomenclatura de la química de
coordinación.
En la Tabla 2.3 se presentan otros dos tipos de ligandos habituales que se mencionarán
aquí brevemente. En primer lugar están los ligandos puente, que se definen como
aquellos que contienen dos pares de electrones que ceden simultáneamente a dos átomos
metálicos.
La interacción entre estos ligandos y los átomos de metal se puede representar como M
← :L: → M. Ligandos de tipo puente pueden ser amida (NH2-), carbonilo (CO), cloruro
(Cl- ), cianuro (CN- ), hidróxido (OH-), nitrito (NO2- ), óxido (O2- ), peróxido (O2 2-),
sulfato (SO42- ) y tiocianato (SCN- ). Werner obtuvo numerosos compuestos de cobalto
con amoníaco o etilenodiamina y este tipo de ligandos. El segundo tipo de ligandos lo
constituyen los ligandos ambidentados. Son ligandos que, dependiendo de las
condiciones y del metal implicado, pueden ceder al átomo metálico el par de electrones
de uno de sus dos átomos donadores. Este tipo de ligandos se puede representar como
:AB: , y pueden formar uno de estos dos enlaces covalentes coordinados posibles con un
átomo metálico, bien M ← :AB: o :AB: → M. Ligandos ambidentados comunes son
cianuro, tiocianato y nitrito.
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PROBLEMAS
1.1. Describe brevemente, con tus propias palabras, la teoría atómica de Dalton. ¿Cómo
se podía haber utilizado el concepto de puntos de anclaje para explicar la existencia de
moléculas formadas con los átomos que imaginó Dalton?
1.2. La ley de la composición definida dice que la proporción en masa de los elementos
en un compuesto dado, es siempre la misma. ¿Cómo pudieron llegar los primeros
químicos al concepto de valencia fija a partir de esa observación?
1.3. La ley de las proporciones múltiples dice que dos elementos se pueden combinar en
proporciones en masa distintas para formar diferentes compuestos. Por ejemplo,
monóxido y dióxido de carbono. ¿Está de acuerdo o no esta ley, de la que estos dos
óxidos son un ejemplo, con el concepto de valencia fija?
Explica brevemente tu respuesta.
1.4. Explica brevemente cómo el experimento en el que partículas alfa incidían sobre
láminas finas de oro llevó a Ernest Rutherford a proponer que el átomo contenía un
núcleo.
1.5. Escribe un párrafo conciso explicando cómo se pueden aplicar los conocimien tos
mecano-cuánticos modernos de Schródinger para explicar las líneas de los espectros de
emisión de los elementos.
1.6. Escribe un párrafo breve y conciso explicando cómo las reglas que rigen las
relaciones entre los cuatro números cuánticos determinan la forma de la tabla periódica
actual.
1.7. Explica brevemente cómo el concepto de valencia llevó a llenar los famosos espacios
en blanco de la primera tabla periódica de Mendeleev.
1.8. Resume brevemente cómo las ideas de: (a) cadenas de átomos de carbono; (b)
valencias fijas simples para todos los átomos, y (c) grupos de átomos («radica les») con
capacidad de combinación fija, llevó a resultados decepcionantes en la representación de
los compuestos de coordinación.
1.9. Si hubieras estado en el lugar de Jørgensen a finales de 1890, ¿cómo habrías
intentado explicar los dos isómeros posibles de CoC13 . 4NH3
1.10. De la misma manera que se pensó que la molécula de amoníaco tenía una valencia
total de 2 y se representaba como —NH3 ─ en la teoría de la concatenación de
Blomstrand-Jørgensen, la molécula de agua se podría representar como —H 2O─ . A
continuación se muestran varios compuestos que contienen cromo (I1I), agua y cloruro.
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(a) Escribe una ecuación ajustada para la reacción entre el compuesto (1) y una
disolución acuosa de nitrato de plata, AgNO3
(b) ¿Cómo sugieres que podrían variar las conductividades de disoluciones acuosas de
estos compuestos?
(c) Dibuja diagramas adecuados para el compuesto (2) de la serie anterior utilizando:
(i) la teoría de la concatenación de Blomstrand-Jørgensen,
(ii) la teoría de la coordinación de Werner, y
(iii) el método actual de representar los compuestos de coordinación.
1.11. Los primeros compuestos que consideraron Blomstrand, Jørgensen y Werner,
para los que intentaron elaborar una teoría y que hoy conocemos como compuestos de
coordinación, fueron, como hemos visto, compuestos amoniacales de cobalto. A finales
del siglo X se descubrieron otra serie de cloruros amoniacales de platino para los que se
han recogido en una tabla los siguientes datos.

(a) Escribe las fórmulas estructurales de estos tres compuestos que habrían podido
escribir Blomstrand y Jørgensen.
(b) Escribe las fórmulas estructurales de estos compuestos [los dos isómeros del
compuesto (3)] que Werner habría escrito.
(e) Escribe las fórmulas estructurales tal y como se podrían representar hoy. (Aclaración:
La geometría alrededor del platino es plano cuadrada.)
1.12. ¿De qué forma sugerirías que influyó en el pensamiento de Werner la idea de
Jørgensen de situar los cloruros menos reactivos cerca del átomo de cobalto y los más
reactivos más lejos?
1.13. Los compuestos de coordinación de fórmula MA4 podrían ser plano cuadrados o
tetraédricos. ¿Cuántos isómeros dirías que existen para los compuestos de fórmula
MA2B2 con esas dos geometrías?. Se conocen dos isómeros del compuesto Pt(NH 3)2Cl2
mientras que sólo uno de [ -. Especula con las estructuras de estos complejos.
1.14. Imagina que la nebenvalenz (valencia secundaria) de Werner estuviera dirigida
hacia los vértices de un prisma trigonal. Dibuja todos los isómeros posibles del cloruro de
tetraminodiclorocobalto(III).
1.15. Imagina que la nebenvalenz de Werner estuviera dirigida hacia los vértices de un
hexágono. Dibuja todos los isómeros posibles del catión tetraminodicloro platinato(IV).
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1.16. Imagina que la nebenvalenz de Alfred Werner tuviera forma plano hexagonal en
vez de octaédrica. Dibuja y nombra todos los isómeros posibles de Cr(CO)3Cl3
1.17. Imagina que la nebenvalenz de Alfred Werner tuviera forma de prisma trigonal en
vez de octaédrica. Dibuja y nombra todos los isómeros posibles de Cr(CO)3Cl3
1.18. Dado el compuesto Cr(H2O)3 Cl3
(a) Dibuja un diagrama que indique cómo podía haber representado Werner este
compuesto. Explica qué ligandos compensan las valencias primaria y secundaria.
(b) ¿Cuántos isómeros geométricos de Cr(H2O)3Cl serían posibles si la esfera de
coordinación de este compuesto fuera prisma trigonal? ¿Cuántos si fuera octaédrica?
Justifica tu respuesta dibujando diagramas claros.
1.19. Compara y diferencia los términos ambidentado y ambidiestro.
1.20. Dibuja un diagrama similar al de la Figura 2.5 para el ligando bidentado oxalato.
(Aclaración: Este anión tiene estructuras resonantes.)
1.21. Al combinar cobalto (III), amoníaco, aniones nitrito (NO 2-) y cationes potasio (K+ )
se forma una serie de siete compuestos de coordinación.
(a) Escribe las fórmulas actuales de los miembros de esta serie. (Aclaración:
Algunos compuestos no contienen los cuatro componentes mencionados.)
(b) ¿Cuántos nitritos iónicos podría haber en cada uno de estos compuestos?
(c) ¿Cuántos isómeros de cada uno de ellos podrías decir que hay si supones que la esfera
de coordinación es octaédrica?
1.22. Al combinar hierro (II), H2O, Cl- y NH4+ se puede formar una serie de siete
compuestos de coordinación, uno de los cuales es [Fe(H2O)6]Cl2
(a) Escribe las fórmulas actuales de los otros miembros de la serie. (Aclaración: Algunos
compuestos no contienen los cuatro componentes mencionados.)
(b) ¿Cuántos cloruros pueden precipitar al reaccionar cada uno de estos compuestos con
una disolución acuosa de nitrato de plata?
(c) ¿Cuántos isómeros de cada uno de ellos podrías decir que hay si supones que la esfera
de coordinación es octaédrica?
1.23. Nombra los siguientes compuestos:
(a) [Pt(NH3)4Cl2]SO4
(b) K3[Mo(CN)6 F2]
(c) K[Co(EDTA)]
(d) [Co(NH3)3(NO2)3]
(e) [ Fe(en)3][Ir(Cl)6]
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1.24. Nombra los siguientes compuestos:


(a) [Pt(NH3)6]Cl4
(b) [Ni (acac){P(C6H5)3}4]NO3
(c) (NH4)4[Fe(C2O4)3 ]
(d) W(CO)3(NO2)2
(e) [VCl2(en)2]4[Fe(CN6)]
1.25. Nombra los siguientes compuestos:
(a) [ Pt{P(C6 H5)3}4](CH3COO)4
(b) Ca3[Ag(S2O3)2]2
(c) Ru{As(C6H5)3}3Br
(d) K[Cd(H2O)2(NTA)]
(e) [Ag(NH3)2]2[Co(NH3)ONO5 ]
1.26. Muchos compuestos de coordinación se nombraron inicialmente por su color o
por el nombre de la persona que los sintetizó por primera vez. Nombra los siguientes
compuestos utilizando la nomenclatura actual:
(a) sal «rosea»: [Co(NH3)5H2O]Br3
(b) cloruro purpureocobáltico: [Co(NH3)5Cl]Cl2
(c) sal de Zeise: K[PtCl3 (C2H4)]
(d) sal de Vauquelin: [Pd(NH3)4 [PdCl4]
1.27. Nombra los siguientes compuestos:
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1.28. Escribe las fórmulas de los siguientes compuestos:


(a) cloruro de pentamino(dinitrógeno)rutenio(II)
(b) nitrato de acuobis(etilenodiamina)tiocianatocobalto(1I1)
(c) hexaisocianocromato(III) de sodio
(d) pentaclorocuprato(II) de hexaminocobalto(III)
1.29. Escribe las fórmulas de los siguientes compuestos:
(a) acetato de bis(metilamina)plata(I)
(b) dibromodioxalatocobaltato(III) de bario
(c) carbonilotris(trifenilfosfina)nfquel(0)
(d) tetracloroplatinato(II) de tetrakis(piridina)platino(II).
1.30. Escribe las fórmulas de los siguientes compuestos:
(a) cloruro de tetrakis(piridina)bis(trifenilarsina)cobalto(III)
(b) dicarbonilonitrosilocobaltato(-I) de amonio
(c) octacianomolibdato(V) de potasio
(d) diaminodicloroplatino(II) (sal de Peyrone)
1.31. Escribe las fórmulas de los siguientes compuestos:
(a) cloruro de pentaminocromo(III)-p-hidroxopentaminocromo(III) (b) bromuro de
diamino(etilenodiamina)cromo(III)- cobalto(I1I).
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