HEDONISMO
HEDONISMO
HEDONISMO
¿QUÉ ES?
El Hedonismo es una corriente filosófica que persigue por todos los medios la supresión del dolor y
las penas, buscando la felicidad y el placer como motivo y fin de vida. Cabe aclarar que, El
hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha afirmación ha sido
admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del hedonismo, sino en considerar que el
placer es el único y supremo bien. El término «hedonismo» puede tomarse en dos sentidos, lato y
estricto. En el primero, el hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra
placer tendría un significado muy extenso, que abarcaría tanto el placer como la utilidad; en este
sentido, el utilitarismo se encuadraría dentro del hedonismo. En un sentido más restringido, el
hedonismo se diferencia del utilitarismo, fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el
placer individual, mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la
utilidad social. El hedonismo tiene un carácter individualista, el utilitarismo es de índole social y
sostiene el punto de vista de que la satisfacción humana se encuentra en la búsqueda y posesión
del placer material y físico. Dentro del hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos
formas del mismo, de acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Este designa al
placer sensible, o inferior, y al placer espiritual, o superior. En consecuencia, habrá dos formas de
hedonismo llamadas hedonismo absoluto y hedonismo mitigado, o eudemonismo. Esta
concepción tiene influencias externas como lo son los cireaicos y los epicúreos.
Hedonismo absoluto
Afirma que el único bien es el placer sensible y el único mal el dolor sensible. Es muy difícil aceptar
esta tesis estrictamente pues haría al ser humano un animal irracional. Esta tesis presenta la
siguiente estructura:
2.Dentro de los diversos placeres tiene supremacía el sensible, la naturaleza de sumo bien es
propia de los placeres sensibles.
3.En el seno del placer sensible, únicamente hemos de buscar el placer presente, ya que el pasado
no existe y el futuro es dudoso.
4.La misión de la virtud es elegir entre los posibles placeres, el mas intenso.
5.El hombre sabio y prudente, aunque busque y desee el placer, lo domina y no llega a estar
esclavizado por él.
Hedonismo mitigado
Sostiene que el placer es el bien del hombre, pero prefiere al placer espiritual sobre el sensible.
Esta tesis plantea lo siguiente:
2.Distingue dentro del placer el movimiento (se produce para satisfacer un deseo) y el reposo (en
el se han eliminado las apetencias), dándole mas valor al reposo.
3.Determinación de una aritmética del placer, donde estas presentes las siguientes reglas
rechazar el dolor presente, que no pueda producir en el futuro un placer mas intenso.
4.La misión de la virtud está encaminada a facilitar la aplicación en cada caso de la aritmética del
placer.
5.Basado en estas directrices el hombre podrá alcanzar la ausencia del dolor, que nos dará
tranquilidad, que es en lo que radica la felicidad.
ESCUELA CIRENAICA
Fue fundada por un discípulo de Socrates, Aristipo de Cirene (aprox. -435 a -356). Se considera
como el padre del hedonismo. Nació en una familia pudiente, vivió una vida sin problemas
económicos. Fundó la escuela cirenaica Las principales características de esta escuela fueron la
notable importancia que concedieron a la ética, marcada por un sensualismo hedonista y a una
epistemología empírica y escéptica. Algunos de estos argumentos anticipan los que
posteriormente propondrán epicúreos y escépticos, aunque con diferencias y es que las escuelas
helenísticas tenían diversas inquietudes comunes, la forma en que cada una propone como
resolverlas es lo que las diferencia.
En muy difícil seguir la evolución de esta escuela dado el escaso material con que contamos, pero
parece ser, que si bien en un principio tenía cierta homogeneidad, los discípulos posteriores
llegaron a replantear una parte importante de las doctrinas, provocando una serie de crisis y
escisiones que aceleraron su temprano final.
Aristipo defendió el placer como el bien superior, pero igualmente defendió el ideal de
autodominio de los instintos y el ejercicio de autosuficiencia y libertad personal para disfrutar de
los placeres a nuestro alcance, sin dejarnos dominar por ellos. Lo importante es saber adaptarse a
las circunstancias, saber disfrutar de lo presente y no pretender lo que no está a nuestro alcance.
Autodominio y adaptación a las circunstancias que sabían llevar con dignidad, según Diógenes
Laercio, “solo a Aristipo le había sido dado llevar dignamente tanto una túnica como unos
harapos” y Diógenes el cínico le calificó de "perro real".
Arete y Aristipo Metrodidacta. Aristipo de Cirene transmitió sus conocimientos a su hija Arete, que
se dedicó a la filosofía con una gran afición, y ésta a su vez, educó a su hijo Aristipo el Joven o
también Metrodidacta, que quiere decir educado por su madre.
Aristipo el Joven puso en orden las doctrinas cirenaicas y es probable que algunas de las
cuestiones más relevantes fueran trasmitidas como las sistematizó él mismo, aunque fueron
planteadas inicialmente por su abuelo, tales como el placer como fin último o la definición de
placer como movimiento.
Hegesias de Cirene, vivió entre los siglos -IV, -III, era conocido por su pesimismo. En Hegesias
encontramos las primeras divergencias respecto de los cirenaicos anteriores. Opinaba que
conseguir la felicidad es imposible a causa de la fragilidad del cuerpo y los vaivenes del destino,
solo en contados momentos disfrutamos del placer, que además no depende de nosotros, por
tanto es preferible buscar como evitar el dolor, mediante la indiferencia.
Según Hegesias, la vida y la muerte son preferibles por igual, la elección por una u otra resulta
indiferente. Predicaba el suicidio convencido de que era lo mejor para el sabio, decía que la vida es
un bien para el insensato, para el sabio es indiferente, por esta razón era conocido como el
"consejero de la muerte". Tanto es así, que según algunos comentarios, el rey Tolomeo le prohibió
que predicara sobre semejantes asuntos, porque parece ser que era capaz de persuadir a mucha
gente para que se suicidara.
Anníceris de Cirene. Pasó un tiempo en la escuela cirenaica y después fundó su propia escuela.
Anníceris y sus seguidores seguían considerando el placer como el bien superior, pero moderaron
el acentuado egoísmo de sus predecesores, posibilitando el altruismo y concediendo un cierto
valor a la amistad. Afirmaban que no hay un fin determinado para toda la vida, sino que hay uno
propio para cada acción, pues el placer procede de la acción.
Teodoro de Cirene "el ateo" (siglo -IV), según algunas noticias es probable que pasara por varias
escuelas antes de la cirenaica. Tenia algunos rasgos cínicos como la desvergüenza, la franqueza
radical o el rechazo de las convenciones sociales. Todo esto unido a su ateismo, le ocasiono
numerosos problemas con la sociedad de su tiempo, cosa que a Teodoro no debió importunarle
demasiado. Fue maestro del cínico Bión de Boristenes, también ateo reconocido.
Teodoro rechazaba toda noción de divinidad, dejó escrito un libro sobre este tema que habría
tenido mucha influencia posteriormente en Epicuro. Teodoro introdujo algunas modificaciones en
las teorías cirenaicas, consideró el placer como un estado de ánimo y no como las sensaciones
placenteras. Aunque como bien superior puso la felicidad en lugar del placer.
ESCUELA DE EPICUREO
Estamos ante una escuela filosófica fundada en Atenas por Epicuro de Samos (341-270 a. C.) en el
año 306 a. C. y que permaneció activa en la ciudad al menos hasta el siglo II d. C., también era
conocida como “El Jardín”. La ética que desarrolla Epicuro se centra en la descripción del placer
verdadero y en los métodos necesarios para obtenerlo.
Placeres “en movimiento”: aquellos que se propagan por la carne y que provocan una excitación
violenta y efímera. Epicuro los califica como “dulces y aduladores”. Como ejemplo más claro
podemos citar el placer sexual. Si trasladamos las palabras de Epicuro a un contexto más
contemporáneo, podemos pensar en estos placeres como aquellos que producen una gran
descarga de neurotransmisores (ya sea dopamina, endorfinas u otros), de manera que producen
un “subidón” muy marcado, pero que posteriormente también producen sufrimiento por su falta.
Como tales, son difíciles de moderar y proclives a dominar al individuo.
Placeres “en reposo”: este tipo de placeres inducen un “estado de equilibrio” en el individuo. Este
estado se caracteriza por su naturaleza negativa: consiste en no tener frío, no tener hambre y no
tener sed; y produce sosiego y ausencia de sufrimiento. Estos son los verdaderos placeres para
Epicuro, pues son los que conducen a la calma y la sabiduría.
Esta clasificación de los placeres es muy importante para entender qué es el hedonismo de
Epicuro. El epicureísmo aspira a la obtención de placeres más sutiles, obtenidos por vía negativa y
que si se cultivan correctamente conducen a la paz. Como se puede apreciar, esta clasificación tan
sencilla es ya en sí misma un condicionante para un tipo de vida muy concreto.
Este tal vez sea el punto más importante de la reflexión epicúrea acerca del placer. La liberación, el
estado de ataraxia, de tranquilidad, permite al individuo abrirse a la contemplación de su propia
existencia.
Esta es una de las grandes enseñanzas de Epicuro. Liberémonos de todo lo superfluo y fijémonos
al fin en el hecho de nuestra propia existencia. Pero para poder llegar a este punto es necesario
ejercer una disciplina del deseo.
Naturales y necesarios: deseos cuya satisfacción libera del dolor y el sufrimiento y que
corresponden a las exigencias vitales y necesidades más elementales: comer, beber…
Ni naturales ni necesarios: deseos producidos por convenciones sociales u opiniones vacías, deseo
ilimitado por la riqueza, la fama o la inmortalidad.
Así, la vida epicúrea se consagra a satisfacer los deseos naturales y necesarios (que son muy fáciles
de satisfacer), moderar y evitar en la medida de lo posible los deseos naturales y no necesarios, y
evitar por completo los deseos que no son ni naturales ni necesarios.
Epicuro hablo sobre cuatro grandes miedos y se refirió a la lucha contra estos como “el
tetrafarmaco”, que incluía 4 conclusiones para lograr una paz mental, las cuales eran:
Leontion, Metrodoro de Lámpsaco (el joven), Zenón de Sidón, Filodemo de Gadara, Hermarco
de Mitilene, Diógenes de Enoanda, Tito Albucio, Cayo Amafinio, Apolodoro el Epicúreo,
Cavalcante dei Cavalcanti
Los cirenaicos se diferencian de los epicúreos, que también buscaban el placer, en que, aunque los
cirenaicos admiten que también hay placeres mentales prefieren los corporales a los que
conceden el máximo valor. Los cirenaicos prefieren los placeres inmediatos sobre los placeres
futuros, no se fían de que en el futuro podamos disfrutar como en el presente, porque puede que
cambien los deseos, o que no estemos en ya en buenas condiciones o simplemente que hayamos
muerto.
Así mismo, coinciden en que Las dos escuelas convergen en su repudio por la superstición y la
religión y sus bases en la conducta y el juicio mediante la experiencia y la razón. Así anticipan las
posiciones del humanismo e iluminismo posteriores.
Thomas Hobbes
John Locke, padre del liberalismo político moderno, y David Hume, inglés el primero y escocés el
segundo,
En su “Ensayo sobre el entendimiento humano” Locke defiende como legítima cualquier teoría
que glorifique el placer con manifestación empírica del bien.
Hume, en “Investigación sobre los principios de la moral”, abunda en las tesis de Locke y añade
que los cuerpos no son más que grupos de sensaciones. La sustancia espíritu no existe y por ende
el hombre debe aspirar al placer y a la felicidad nada más que mediante las vías corporales
Dentro de la filosofía contemporánea se destaca la figura de Michel Onfray como abierto
proponente del hedonismo, quien manifiesta en una entrevista que «se cree que el hedonista es
aquel que hace el elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, que es un consumidor. Eso es un
hedonismo vulgar que propicia la sociedad. Yo propongo un hedonismo filosófico que es en gran
medida lo contrario, del ser en vez del tener, que no pasa por el dinero, pero sí por una
modificación del comportamiento. Lograr una presencia real en el mundo, y disfrutar
jubilosamente de la existencia: oler mejor, gustar, escuchar mejor, no estar enojado con el cuerpo
y considerar las pasiones y pulsiones como amigas y no como adversarias».5
Otra figura destacable en defensa de este planteamiento hedonista es la escritora Valérie Tasso.
Su libro Antimanual de sexo intenta abordar desde esta perspectiva el fenómeno de la sexualidad
humana con declaraciones como la siguiente: «El hedonismo es una actitud ante la vida. Es una
filosofía vital que prima al instante sobre el devenir, que reivindica la valentía sobre el miedo, que
respeta la materialidad y cuestiona el espíritu, que gestiona lo que sucede sin despreciarse por lo
que nunca sucedió, que aprecia la lógica de la vida y cuestiona la lógica de la muerte, que sabe que
lo suficiente es suficiente, que busca el placer donde está, no donde se busca, que hace de su
cuerpo su aliado y no su prisión, que desea sin que lo esclavice su deseo, que emplea su tiempo
más que su dinero [...] El hedonista ejerce el difícil arte de establecer la paz consigo mismo»
El catolicismo se opone a las formas más sensuales del hedonismo, considerando que minan los
valores y las virtudes del eudemonismo espiritual, en el cual el Cristianismo frecuentemente ha
fundado su moral.
El hedonismo es considerado por muchas religiones una actitud carente de moral pero no porque
aprecie algún placer, sino porque lo antepone a las exigencias del amor a Dios y al prójimo. Para el
catolicismo, es una actitud que corre el riesgo de caer en el egocentrismo, el cual incapacita
gravemente al sujeto para relacionarse con otros, a menos que sea para explotarlos y satisfacer su
afán de placer.
CONCLUSIÓN
Vale la pena preguntarnos si en las sociedades contemporáneas sigue vigente el hedonismo. ¿Qué
tan hedonista es la sociedad colombiana? A nuestro parecer, la sociedad colombiana cada vez se
aleja más del hedonismo que Epicureo proponía, cada vez estamos más distantes de un estilo de
vida en donde predomine la austeridad como forma para alcanzar un placer y a su vez la felicidad.
Por el contrario, nos empeñamos en encontrar la felicidad en cosas difíciles de obtener, y placeres
efímeros, como el dinero, las drogas, los lujos y demás. Dejando de lado la búsqueda de la
felicidad a través de lo espiritual y centrándonos cada vez más en buscar la felicidad en cosas
materiales, que al fin y al cabo nos terminan volviendo insaciables ya que muchas veces tenemos
lo necesario para ser felices, por ejemplo; una familia, amistades, tiempo para disfrutar y salud,
pero encontramos un supuesto “placer” en tener más y más cosas, tanto que llegamos al punto de
esclavizarnos al consumismo y las apariencias, siendo estos en realidad obstáculos para lograr una
felicidad plena y actuar de acuerdo al bien
Ya lo menciono Epicureo en épocas pasadas, si quieres ser rico no te afanes en aumentar tus
bienes sino en disminuir tu codicia
http://www.cinicos.com/cirenaicos.htm
http://filosofia-osvaldo.blogspot.com/2010/07/hedonismo.html