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Cabrera Sosa Marisol PDF

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ARTÍCULO

PRESENCIA. MIRADAS DESDE Y HACIA LA EDUCACIÓN, N.3 (2018)


Colegio Stella Maris http://www.stellamaris.edu.uy/
Montevideo – Uruguay
ISSN 2393-7076

Petrona Viera: el oficio de pintar

Marisol Cabrera Sosa1

Allí, durante los recreos, me mezclo a


niños de todas las edades, tomo apuntes,
observo, escojo los más interesantes y los
208
invito a mi estudio, que siempre es
una verdadera romería de mocosuelos.
Petrona Viera

Petrona Viera es considerada la primera pintora profesional del Uruguay. Nace el


24 de marzo de 1895. Hija del Presidente Feliciano Viera del Partido Colorado,
pertenece a una de las familias patricias del país. Una meningitis a la edad de dos años
le provocará una pérdida total de la audición. Contará con un ambiente familiar propicio
para el desarrollo de una sensibilidad artística que se verá acompañada por la presencia
de docentes que influirán en su obra y en el estilo desarrollado. La madre de Petrona,
Carmen Garino, estimulaba la sensibilidad estética en sus once hijos. En el hogar de los
Viera se recibía a músicos y muchos de los hermanos cultivaron el gusto por el arte.
Petrona contará con el apoyo de una maestra especializada en niños con
discapacidad auditiva. Madelaine Larnaudie le enseñará a leer, a escribir y a

1
Profesora de Historia por el Instituto de Profesores Artigas (IPA). Licenciada en Ciencias de la
Educación por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE). Universidad de la
República (UdelaR). Maestranda en Ciencias Humanas, opción Teorías y Prácticas en Educación por
la FHCE de la UdelaR.
comunicarse mediante un lenguaje de señas. Aprenderá también a leer los labios. El
proceso será arduo. Petrona no tuvo contacto con otras personas sordas. Es probable que
el lenguaje de señas2 utilizado para comunicarse contara con elementos aprendidos con
Larnaudie y algunos creados por Petrona.
Había que ver cómo se hacía entender con las hermanas. Ella hacía gestos y los
otros le hablaban siempre de frente, para que les leyera los labios. Pero si hablaba con
extraños era diferente: no entendía y los demás no entendíamos lo que ella quería
decir. Pero en esos casos la que le ayudaba era Lucha, la tercera de las hermanas, que
la acompañaba mucho y le explicaba a los demás lo que ella quería decir. Parecía muy
infantil, se reía y uno nunca estaba seguro de que hubiera entendido lo que ella quería
decir (Bottero, 1997:227).

De acuerdo con el relato anterior, la dificultad para comunicarse con personas


que no formaran parte de su núcleo cercano y restringido desarrollará en ella una afición
por la soledad. Petrona reflexiona acerca de esos aspectos en una entrevista: “La soledad
me encanta. He logrado crear, dentro de mí misma, un espacio aislado de los demás, en
el que puedo cultivar mis propias opiniones, sentir independientemente y pensar
independientemente” (Sobremonte, 1940: 2).
Ese espacio aislado que Petrona considera fundamental para la sensibilidad y
para el pensamiento autónomo se verá influenciado por docentes que colaborarán en el
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desarrollo estético de la pintora uruguaya.

La influencia de los docentes en la obra de Petrona Viera


El primer docente que comienza con una educación formal estética será el artista
catalán Vicente Puig. El profesor pertenece al Círculo de Bellas Artes de Montevideo.
El apoyo familiar para que Petrona reciba una educación especializada continúa
Intuición del Dr. Viera; esa era la vida, solo quedaba concretar el proyecto, buscar
los medios adecuados ya que a Petrona le era imposible recibir la enseñanza brindada
a sus hermanos. Ella no fue nunca a una escuela, la enseñanza recibida fue en su casa,
la suya no era época de institutos especializados. Vocación natural de la jovencita al
encontrar en el dibujo la manera de dar expresión a sentimientos y emociones cuya
manifestación le estaba vedada con la voz, el dibujo es la compensación plástica,
equilibra su decir (Pereda, 1987: 40).

El profesor catalán le enseñará los primeros rudimentos en el dibujo, en el uso de


los pinceles y en el primer acercamiento a la técnica del óleo. Cuando Puig abandona
Uruguay será sustituido en el año 1923 por Guillermo Laborde, que también pertenece
al Círculo de Bellas Artes. Laborde formaba parte de lo que se denominó la Escuela
montevideana. Había viajado en el año 1910 a Europa a través de la oportunidad que

2
Le llamaban “la mudita”
significaba la
Ley de Becas (1907) las nuevas posibilidades que la sociedad le ofrece para
entablar un contacto sistemático con la pintura renovadora. Especialmente el viaje a
Europa los hacía copartícipes de un sistema de influencia que, por primera vez en la
historia de nuestra pintura, se presenta como fenómeno grupal, o más precisamente
generacional (Peluffo, 1988: 69).
En ese fenómeno grupal de la plástica uruguaya Petrona será la única mujer que
conforme el grupo. Se conjugarán un talento indiscutible y una condición social
privilegiada. Su origen social, la preocupación familiar y la posibilidad de brindarle una
educación adecuada a su discapacidad auditiva permitirán que Petrona desarrolle su
sensibilidad artística.

Laborde y la sensibilidad plástica de Petrona: segunda y tercera etapa


Guillermo Laborde será el maestro de Petrona porque pertenece al círculo de
amigos de Feliciano Viera. Se convertirá en su “amigo, guía y consejero” (Bottero,
1997: 229) e influirá en el estilo que identificará a Petrona: el planismo. El planismo
que desarrollará la Escuela montevideana buscará conciliar el cromatismo de los
pintores fauves y otros postimpresionistas ( Kees Van Dongen, entre otros) con criterios
compositivos novedosos. Se representarán los objetos a través de planos que no recurren
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al claroscuro sino a la claridad de las formas con el uso de un color puro en toda la
superficie. El cromatismo es el protagonista: “el color puede ser una voz, el color se
puede transformar en una palabra” (Gauguin, apud Bottero, 1997: 231).
En la obra de Petrona la cotidianeidad expresada a través del color puro
representa, en una primera etapa, a sus hermanas, al paisaje de la quinta y a los jardines
de la familia. Su entorno reducido abre paso a la monumentalidad estética. Petrona
transforma lo simple en complejo. Los diferentes planos de color estallan en la paleta de
la artista. Es dueña de un estilo. El Diario el Bien Público del 19 de agosto de 1939
expresará acerca de la artista
Petrona Viera es ya pintora, precisamente porque ha sabido distinguir “lo
secundario de lo principal”. Busca las esencias de las cosas, tratando de expresarse de
la forma más simple, más sintética, más natural. Y como hay tan firme unidad entre la
mujer y la artista, vemos que, desde el primer momento, es dueña de un estilo
(Restone, 1939:s/d).

Hasta el fallecimiento de su padre, la vida de Petrona transcurre en la casaquinta


de La Unión. El espacio familiar conforma su universo y da cuenta de él en numerosas
obras como “Mi hermanita estudiando grande”.3

En esta obra el planismo con su lenguaje pictórico posee una riqueza cromática
que reivindica la pureza de una escena familiar. Se representa a la infancia en una
actividad que formaba parte del ámbito cuidado al que hace referencia Petrona. El
espacio familiar alimenta su cultivo individual y personal del arte bajo la influencia del 211

maestro Laborde. La obra de Petrona coincidía con el espíritu complaciente (Peluffo,


1998) de la época. Los artistas no percibían una distancia entre el país idealizado y el
país real en el batllismo de principios del siglo XX nutrido por un modelo pequeño
burgués.
La muerte del padre de Petrona, la mudanza a una casa donada por el Partido
Colorado en la calle 8 de octubre, los aprietos económicos inaugurarán en la artista una
tercera etapa. Irrumpen los paisajes, los desnudos en los años 30 y unos pocos retratos.
Los paisajes son los más numerosos dentro de la obra de este período, que se
puede decir que abarca toda la década del treinta. Lo primero que impresiona en ellos
es la ausencia de figuras humanas y también el hecho de que no son para nada
apacibles, tienen un aire de virulencia, un aire de tormenta, o al menos, de fenómeno
natural recién sucedido: lluvia, viento (Bottero, 1997: 234).

3
http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/petrona_viera/archivo/coleccion_mnav/Mi_hermanita_estud
iando_grande.jpg
En la pintura Playa Costa Azul4 se observa la continuidad en el estilo planista.
Existe una atmósfera que superpone los planos en la búsqueda de la pureza en la
naturaleza. Petrona saldrá al exterior de su casa en esta etapa e inaugurará los desnudos
pintando en la planta alta de la casa de 8 de octubre. Participará en vernisages, realizará
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muestras y viajará a Buenos Aires para exponer en los años treinta, cuarenta y parte de
los cincuenta.
En el año 40 fallece Guillermo Laborde. Durante cinco años Petrona no expone
y son escasas las salidas al exterior. Entabla relación con el último maestro: Guillermo
Rodríguez quien también pertenecía al Círculo de Bellas Artes.

La última etapa de Petrona: el cambio en la técnica


En esta última etapa Petrona abandona el planismo en forma gradual. Su paleta
renuncia a la riqueza cromática que la había caracterizado. Practica el grabado, la
acuarela y la cerámica bajo la supervisión de Rodríguez.

4
https://autores.uy/obra/12123
Este período exploratorio en el arte coincide con los reconocimientos hacia su
213
obra planista. En los años 50 su luminosidad comienza a desaparecer. Hay un deseo del
regreso al planismo. Pinta pequeños cuadros con frutas y con flores. Destruye muchos
de ellos. En 1959 fallece su último maestro y Petrona se recluye nuevamente. Ella
también está enferma pero lo oculta en un encierro obstinado. Existe una preocupación
por el orden en su taller, embala los cuadros, ordena los pinceles. Un día la encuentran
semidesnuda curándose el pecho con un enorme bulto. La operan. Fallece el 4 de
octubre de 1960.
Dejará una inmensa obra pictórica y el legado del artista que “no debe limitar,
encerrar la satisfacción de ver en un número pequeño. Apenas levante los párpados, sus
ojos han de tener un objetivo, estar despiertos, terriblemente despiertos, amargamente
despiertos, si es necesario” (Sobremonte apud Ilustración Argentina-Atlántida, 1940,
s/d).
Bibliografía

Bottero, M. (1997) Petrona Viera en Larre Borges et al. Mujeres uruguayas. El lado
femenino de nuestra historia. Montevideo: Alfaguara.
http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/petrona_viera/sobre_cm.htm (recuperado
15/9/2018 hora 20:15)
Peluffo, G. (2006) Historia de la pintura en el Uruguay. El imaginario nacional-
regional 1830-1930. Montevideo: Banda Oriental.
Pereda, R. (1987) El planismo y Petrona Viera. Montevideo: Galería Latina.
Restone (1939) La pintura de Petrona Viera en El Bien Público. Disponible en
http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/petrona_viera/sobre_cm.htm
(recuperado 15/9/2018 hora 20:15)
Sobremonte, C. (1940) Entrevista a Petrona Viera. Atlántida. Ilustración argentina.
Disponible en
http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/petrona_viera/sobre_viera/entrevista_pet
rona_viera.pdf

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