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EL TLC: ENTRE LA CONTROVERSIA Y LAS PROMESAS FUTURAS

ENSAYO

LUCELY PALECHOR
LIBARDO CERÓN

Profesor
JUAN HUGO TORRES

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AUTONOMA DEL CAUCA


FACULTAD DE DERECHO
ECONOMIA
TERCER SEMESTRE (N)
POPAYÁN
2008
EL TLC: ENTRE LA CONTROVERSIA Y LAS PROMESAS FUTURAS

En interés de los 10 países más desarrollados del mundo de la implementación

global de las reglas de juego que permitan retornar al comercio internacional

basado en los principios minimalistas del Estado promulgados por el teórico del

liberalismo económico Adam Smith, pero enmarcados dentro de las necesidades

del poscapitalismo, se plasma en la política cuyo objetivo fundamental es la

creación de un mercado abierto de consumidores en los países de América Latina,

donde los productos y servicios generados en las economías desarrolladas tengan

cautivos millones de consumidores revitalizando así las economías desarrolladas.

De ahí que se promueva desde 1990 la denominada Política Neoliberal bajo cuya

égida sean promovido reformas económicas, laborales, monetarias, fiscales,

educativas, y de los servicios asistenciales en los países Latinoamericanos. Un

ejemplo de ello son las reformas efectuadas desde ese entonces en Colombia. No

es un secreto que la constitución de 1991 responde a las necesidades e intereses

impuestos por los países desarrollados y sus transnacionales a través del Fondo

Monetario Internacional (FMI), dando piso legal a transformaciones tales como el

reconocimiento de las minorías culturales y étnicas, la necesidad de

modernización del Estado, los Derechos Humanos y las libertades individuales.

De manera que, desde la apertura económica impuesta por el Presidente Gaviria

hasta las llevadas a cabo por el Presidente Uribe Vélez, se presencia la progresiva

adecuación de Colombia para permitir el ingreso de transnacionales. De hecho,

este ingreso es hoy una realidad puesto que las grandes empresas estatales del

pasado, especialmente en el sector minero y de las telecomunicaciones, están en


manos extrajeras. Además, se han hecho ajustes fiscales, recortes

presupuestales, que liquidan entidades estatales y/o las fusionan; esto dentro de

la política de recorte de gastos y la promulgada competitividad y eficiencia.

También han sido reformadas la legislación laboral al alterar las condiciones de

pensión de los trabajadores y promover la aplicación omnímoda de la tercerización

lo que equivale a retornar el esquema laboral a una situación anterior a 1930 en el

país contraviniendo los acuerdos internacionales pactados con la OIT, el sistema

general de salud mediante la ley 100 de 1993 con lo cual prácticamente se

privatiza la salud en Colombia con todas las consecuencias que ello conlleva, y la

educación mediante las reformas que implican cobertura, retención y calidad

educativa que son sólo sofismas para poder reducir costos, despedir docentes e

implantar el sistema de oferentes.

A partir de este panorama, el gobierno del Presidente Uribe promotor incondicional

de la globalización, el neoliberalismo siguiendo los lineamientos de M. Friedman y

las propuestas sobre Tratados de Libre Comercio bilaterales con los Estados

Unidos, quiere legalizar el ingreso del país dentro del mercado global bajo la regla

de libertad arancelaria, competitividad y privatización donde el Estado es

solamente un garante de las transacciones comerciales de las transnacionales.

Por eso el interés del gobierno en crear condiciones de seguridad en el sector

rural, de reprimir las acciones de la guerra interna y de buscar a todo trance el

Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Así las cosas, el gobierno

miente descaradamente sobre la verdadera intencionalidad y el verdadero alcance


e impacto de este tratado comercial sobre la economía colombiana. Una de las

mentiras más promovida es que en todos los países en los cuales se ha llevado a

cabo las reformas neoliberal y se ha aprobado un Tratado de Libre comercio con

los Estados Unidos, se ha logrado el mejoramiento de las condiciones económicas

y de vida de la población y por tanto la implementación del TLC ha sido altamente

benéfico; se aduce como ejemplos el caso de México, Chile y Costa Rica. Lo que

no se dice es que estos casos son muy particulares por sus circunstancias

especificas y que además su actual bonanza ha sido pagada con elevados costos

sociales. Para empezar, en México quienes pagaron los platos rotos fueron las

comunidades indígenas más pobres del sur del país especialmente de Chiapas y

que en reacción al TLC (que en este caso se denomina Nafta) surgió el

movimiento Zapatista de Liberación Nacional, el cual es el primer movimiento

revolucionario que pretende reivindicaciones sociales de un grupo étnico alta y

perennemente marginado de los beneficios sociales. Por otra parte, el caso de

Chile es traumático ya que es pueblo debió soportar una violenta dictadura militar

que reprimió la voluntad popular y democrática de un gobierno socialista en Chile

en los tiempo de allende, de donde al ingresar a la globalización tuvieron la

conciencia de colocar límites a las exigencias extrajeras colocando reglas de juego

que no lesionaran sus intereses, con lo cual protegieron su patria y gozan hoy las

ventajas de la globalización. El caso de Costa Rica es igualmente sui generis, ya

que ha tenido condiciones especiales consistentes en una migración muy bien

planificada de ser un país netamente agrícola con economía basada en el café

hacia un país con una economía altamente competitiva gestada a partir de la


inversión en conocimiento y educación, la promoción en tecnología y ciencia, la

investigación y la explotación del turismo; de manera que Costa Rica al acoger los

lineamientos globales y firmar el TLC con los Estados Unidos tenía condiciones

apropiadas y no acepto imposiciones que lesionaran sus intereses. Pero el caso

de los otros países centroamericanos ha sido desastroso porque se han visto

mucho más pobres y con más retos socioeconómicos después de acoger el TLC.

Así las cosas, es evidente que el TLC en el caso colombiano donde existe una

grave crisis socioeconómica y una creciente desigualdad entre ricos y pobres, con

altos niveles de violencia, desempleo, pobreza no tiene las condiciones necesarias

para permitir que se aprovechen las ventajas de la globalización. Sería entonces

dañino firmar este acuerdo comercial.

Otra mentira propagada por el gobierno apunta en el sentido de considerar las

exportaciones como la principal fuente de desarrollo y crecimiento de una

economía esto es una falacia como la demuestra por ejemplo el actual caso de la

revaluación de la divisa norteamericana cuyo efecto es una aparente aumento de

exportaciones de Colombia por ejemplo en un sector agrícola ya que se debe

exportar más para obtener la misma cantidad de dólares. Así, el crecimiento de la

balanza comercial pareciera generar crecimiento pero en realidad está haciendo lo

contrario. Por otra parte, no es posible competir en igualdad de condiciones con

países desarrollados puesto que en esencia países como Colombia son

exportadores de materias primas y grandes importadores de bienes industriales y

tecnológicos, así como de gasolina que no se puede comparar el precio de un


producto de alta tecnología o manufacturado con el de una materia prima. Por

ejemplo, las transnacionales como Exxon se llevan el petróleo colombiano y lo

vende hoy por hoy a un promedio de US120 por barril, pero de esta cantidad solo

le corresponde a Colombia pírrico 10% es decir, US12 por barril en cambio,

importar la misma cantidad de gasolina sale mucho más costoso porque el

petróleo ha sido refinado. De igual manera en otros rubros económicos. De esta

manera queda sin piso también la afirmación que el futuro de Colombia depende

de exportaciones competitivas en el mercado internacional, y para ser

competitivos según el gobierno es necesaria la modernización impulsada por el

TLC, a lo que es necesario apuntar que Colombia no puede competir de manera

ventajosa con nuevos productos de exportación ya que las condiciones las

imponen los ricos.

Por otro lado, no es posible afirmar que el TLC con Estados Unidos sea un

simple acuerdo comercial y que los capitales extranjeros atraídos por su firma van

a promover el desarrollo de la nación. Primero, porque el TLC es impuesto desde

fuera y abarca no sólo la economía y el comercio sino también las políticas

desregulatorias que implican el dejar hacer, dejar pasar a las transnacionales, en

cosas como el pago de salario o las cargas fiscales o la compra y venta de bienes

y servicios. Segundo, porque el interés de los capitales extranjeros invertidos en

Colombia es el de importar tecnología ya obsoleta en sus países y obtener

grandes ganancias explotando el mercado local utilizando para ello los menores

costos posibles; no se genera entonces ni transferencia tecnológica ni más


creación de empleo ni mucho menos se generan creaciones de nuevas empresas.

Por el contrario hay despido de trabajadores.

Con esto en mente, es posible afirmar que en el caso de Colombia el TLC como

está planteado actualmente y bajo las condiciones del país ni es viable y ni

ventajoso. Sin embargo, se tiene que considerar que es necesario realizar un

Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y también con otros países

porque la globalización económica no se puede detener y no pactar con otros

poderes económicos sería irresponsable. Lo que primero se debe hacer es

mejorar las condiciones sociales mediante inversión social que garantice que las

nuevas generaciones van a tener una vida digna, que tendrán fuentes de empleo y

gozaran de la satisfacción adecuada de sus necesidades básicas. Esto implica un

real compromiso de todos para gestar una nueva sociedad, un nuevo plan de

desarrollo para el país donde el centro sea la educación para la creación de

competencias científicas y tecnológicas, para transformar las entidades

universitarias en verdaderas empresas autónomas que sirvan de punta de lanza

de la industria. Esto no es fácil pero es necesario si se quiere negociar con

inteligencia y selectivamente. Solo así puede tener sentido pactar un TLC con los

Estados Unidos que sirva para promover las exportaciones, generar bienestar y

explotar las ventajas competitivas del país en el concierto comercial internacional.

Bajo estas condiciones sería muy ventajosa la privatización de las universidades,

la modernización de las industrias, la importación de tecnología de punta y

telecomunicaciones, la migración de transnacionales a territorio colombiano. El


país no carece de gran potencial en capital humano puesto que el colombiano

promedio es muy creativo y recursivo. Ejemplo de ello es que existan

colombianos en altos cargos en las grandes transnacionales como Microsoft. Lo

que se debe hacer es dar la oportunidad a ese talento para crecer, por ejemplo

masificando las computadoras y los sistemas. Para esto es excelente el TLC.


VENTAJAS DEL TLC

 Hace posible la inserción del país en la economía global

 Permite la adquisición de bienes y servicios a menor precio

 Aumenta las posibilidades de acceso a nuevas tecnologías y proceso de

formación fomentando la formación de investigadores

 Permite la implementación de esquemas de calidad total y reingeniería

dentro de las empresas

 Permite que las empresas se dediquen a los que saben hacer y reduzcan

costos

DESVENTAJAS DEL TLC

 Países con conflictos socioeconómicos fuertes no pueden aprovechar sus

ventajas

 Sí no se protege sectores vitales de la economía que no puedan

inicialmente competir se generan impactos socialesnegativos tales como

desempleo y pauperización

 Una privatización generalizada de los bienes estatales permite que las

transnacionales impongan su ley en detrimento de la economía de los

nacionales. Por tanto pueden tomar medidas para fijar términos claros de

negociación

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