MUNILIBRO18
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MILAGROS
“Guarda y custodia desta ciudad”
Álvarez Calderón / Canessa / Hidalgo
MuniLibros
FIESTAS y COSTUMBRES
María Rosa Álvarez Calderón Larco (1958)
SEÑOR DE LOS
MILAGROS
“Guarda y custodia desta ciudad”
SEÑOR DE LOS MILAGROS “Guarda y custodia desta ciudad”
© María Rosa Álvarez Calderón Larco, Liliana Canessa Cavassa y Pedro Hidalgo Díaz
© Municipalidad Metropolitana de Lima
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta
publicación, por cualquier medio o procedimiento, extractada o modificada, en castellano
o cualquier otro idioma, sin autorización expresa del autor y de la Municipalidad de Lima.
Editado por:
Municipalidad Metropolitana de Lima
Jirón de la Unión 300
Lima, Cercado
www.munilima.gob.pe
» PRÓLOGO
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» INTRODUCCIÓN
» Penitente nazareno en la procesión del Señor de los Milagros (1855). Pancho Fierro
La ciudad se viste de morado, el color característico de esta
celebración; se cierran las calles del Centro Histórico al paso de la
procesión entre guirnaldas y banderines, cantos, bandas, aplausos y
homenajes; se encienden cirios finamente adornados; y se comen
anticuchos, picarones y turrón de doña Pepa, dulce decorado con
confituras multicolor que evocan al tumulto que sigue al lienzo
procesional cuando se le mira pasar desde un balcón.
CAPÍTULO I
CUENTA LA HISTORIA
María Rosa Álvarez Calderón Larco
Los orígenes
En 1533, Francisco Pizarro decide enviar una expedición presidida por
su hermano Hernando con rumbo al santuario de Pachacamac,
entonces uno de los más importantes del Incanato. Hernando parte
de Cajamarca el 6 de enero, con veinte hombres a caballo, y arriba a
su destino 24 días más tarde. Luego de haber recolectado los tesoros
que buscaban, pidió ver el ídolo del santuario y, diciendo que no era
Dios, mandó quebrar la imagen, ante el asombro de los habitantes del
templo que esperaban una reacción de su divinidad. Parte de dicha
población fue reubicada posteriormente en unos terrenos, a las
afueras de la Ciudad de los Reyes, que denominaron Pachacamilla.
Nuestra historia tiene su origen en esa zona, pero más de 100 años
más tarde, en una Lima donde la religiosidad era parte importante de
la vida de sus habitantes. Era indispensable pertenecer o estar
vinculado a una iglesia o a una devoción, y los máximos
representantes políticos y sociales participaban en los
acontecimientos religiosos que se
celebraban cada tres o cuatro días. 17
» El muro con la imagen del Cristo crucificado flanqueado por el sol y la luna
permanece en pie en la zona de Pachacamilla, luego del terremoto de 1655.
Lo cierto es que el anonimato de la autoría de la imagen no ha
mermado el impacto que ha tenido en la población, y con el tiempo
ha adquirido un efecto ecualizador, logrando que el devoto, cualquiera
que sea su origen, se vea reflejado en ella, haciéndola más cercana y
propia.
26 beatas.
» Sebastián de Antuñano, quien en 1684 recibió el encargo de preservar 27
el culto al Señor de los Milagros
» Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, fundadora del Instituto
Nazareno e iniciadora del uso del hábito morado
CRONOLOGÍA
La devoción del Señor de los Milagros es una historia que se sigue
escribiendo. Fueron algunos los elegidos, desde el pintor anónimo, en
1651 y Antuñano, quien en 1684 recibió el encargo de preservar el culto,
hasta los que participaron en la construcción de la iglesia de las Nazarenas,
los que consolidaron la fe en el Cristo Moreno.
1651 1655
Un pintor Devastador
anónimo pinta terremoto
un Cristo del 13 de
crucificado en noviembre.
una pared de Solo el muro
adobe. queda en pie.
1706
Al morir, Antonia Lucía del
Espíritu Santo encarga a Josefa
de la Providencia la dirección
espiritual del beaterio, que
deberá convertir en monasterio
bajo la regla de las Carmelitas
Descalzas de Santa Teresa,
conservando su condición
de Nazarenas.
1671 1681 1684 1687 1700
• Andrés de León
Antonia Antuñano La tarde del Antuñano
cuida el muro
Lucía viste recibe el terremoto invita a
que encuentra
de morado encargo de del 20 de la madre
abandonado.
y funda el preservar el octubre, Antonia Lucía
• Las autoridades
primer Colegio culto al Señor Antuñano y sus beatas
hacen borrar la
Nazareno en de los Milagros. saca el lienzo nazarenas a
imagen.
el Callao. Compra las en procesión trasladarse a
• El virrey de
dos manzanas por primera Pachacamilla.
Lemos contrata a
donde se vez.
José
encuentra el
de la Parra para
muro.
completar el mural
y manda a celebrar
la primera misa.
En casa, finalmente
En 1698, el Consejo de Indias ordenó la demolición del beaterio y la
dispersión de las beatas. Al enterarse Antuñano de lo que consideró
una injusticia, se acercó donde la madre Antonia Lucía y las invitó a
mudarse a Pachacamilla. El 12 de octubre de 1700 ante el escribano
Francisco Montiel Dávalos, Antuñano hace donación de los terrenos y
sus contenidos a la madre Antonia Lucía del Espíritu Santo y sus
herederas, con el propósito de perpetuar y garantizar el culto al Señor
de los Milagros de Nazarenas.
El monasterio
Había que lograr, finalmente, convertir el beaterio en monasterio. Ya
eran dueñas del terreno y su contenido, pero faltaba el sustento
monetario. Es entonces que María Fernández de Córdoba y Sandé,
benefactora de las beatas, les entrega la suma necesaria para
conseguir el permiso.
La iglesia
El 28 de octubre de 1746, otro terremoto sacudió Lima. Fue uno de los
más fuertes registrados en la historia de la ciudad. Las Nazarenas no
aparecen en la lista de iglesias destruidas, pero Felipe Colmenares
contradice esta versión diciendo que el terremoto derribó cercas y
oficinas del monasterio y “puso en total ruina su Iglesia”.
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35
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CAPÍTULO II
EL MES MORADO
Presbítero Doctor Pedro Hidalgo Díaz
Octubre
En el mes de octubre se dan vivencias que expresan el modo de
pensar y sentir de muchos limeños. Es el mes morado “en que se
engalana Lima”, como canta el vals de Mario Cavagnaro “Lima de
octubre”. Es el mes de la procesión, en la cual “entre nubes de
incienso y al son de trompeta, clarín y tambor; entre sahumerio, fe y
oración, avanza lentamente el anda del Señor”, como recita el vals
“Estampa limeña” de Alicia Maguiña. Es un mes de religiosidad en el
que para muchos se aviva una experiencia de Jesucristo que permite
cantar: “Su rostro es un milagro/ su pecho, ternura/ su voz, dulce
consuelo /y sus ojos, piedad”, como reza el mismo vals. La canción
popular ha recogido el sentimiento del pueblo y lo ha expresado con
claras palabras: “Yo le voy cantando, voy en procesión, yo le voy
rogando por mi pueblo y mi salvación”, porque es el “Señor de todas
las razas, de días dulces y amargos, aquí yo vengo a cantarte mi Señor
de los Milagros”, como lo expresa Willy Noriega en
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su canción. La devoción al Señor de los Milagros es fuente de identidad
religiosa y cultural de la ciudad de Lima.
La imagen como símbolo
Acerquémonos al sentido de la imagen del Señor de los Milagros. Lo
central es que representa a Jesucristo, en el momento supremo de
su entrega en la cruz por la salvación del género humano. Para la fe
católica es la máxima expresión del amor de Dios por los hombres.
Esta imagen despierta gratitud, arrepentimiento y súplica de perdón,
confianza para suplicar el milagro y deseos de conversión. Es con ella
con quien los fieles se sienten y quieren permanecer vinculados. La
imagen es mediación para un contacto con “el Señor”, como le llaman
los fieles. Por eso, para los devotos, es el Señor quien sale, quien
llega, quien es honrado, quien quiere ser visto, tocado, alcanzado.
Todo gira en torno al Señor, cuya imagen, en el muro o las andas,
concentra las miradas y los afectos de sus fieles. El Señor es la razón
de ser de una manifestación de fe y amor que ha pasado de
generación en generación superando las tres centurias y caminando
hacia una cuarta.
También cabe señalar que los mayores milagros, más grandes que
las curaciones físicas o beneficios materiales obtenidos, son los
prodigios de la transformación a una vida de bien. En tal sentido, es
bueno poner de relieve la gran afluencia de peregrinos durante todo
el año, y también en octubre, buscando reorientar su vida, desde la
experiencia del perdón divino, buscado en el sacramento de la
reconciliación, como se le llama a la confesión, en la capilla habilitada
para dicho propósito en el santuario de las Nazarenas.
La procesión
La procesión es un signo importante de la devoción al Señor de los
Milagros. La multitudinaria presencia de devotos, caminando durante
largas horas tras la imagen por las calles de la ciudad, muestra la
Lima religiosa, capaz de reconocer la dimensión de lo trascendente,
conectada con el pasado y mirando con esperanza el futuro. Hay
40 ciertamente otras procesiones, pero, sin duda, la procesión del Señor
de los Milagros es una manifestación de fe singular en Lima.
• El reencuentro
El primer sábado de octubre es un día ansiosamente esperado por los
devotos. Desde comienzos del siglo XX ese día se traslada la imagen
procesional desde el monasterio de Nazarenas hasta la iglesia del
mismo nombre, donde permanece —salvo los días de recorrido— hasta
el 1 de noviembre.
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» Durante los cinco días en los que sale en procesión, el Señor de los Milagros
recorre las calles de Lima acompañado por multitudes de devotos.
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motivado también por un terremoto devastador en 1746, el 28 de
octubre se convierte en otra fecha de recorrido tradicional.
» Cada vez que salen las andas es una tradición que se ponga un
ramo de orquídeas moradas a los pies del Señor.
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» Los devotos engalanan sus balcones y ventanas para festejar al Señor a su paso.
El fervor popular se manifiesta en estos recorridos. Las guirnaldas,
cadenetas, quitasueños y faroles confeccionados muchas veces por
los vecinos engalanan las calles expresando la alegría por el paso de la
imagen del Señor, como también la música, sobre todo la criolla. Las
monjas de clausura que reciben las andas dentro de la iglesia de sus
monasterios se expresan de otra forma: con cantos religiosos y
oración comunitaria y silenciosa ante la sagrada imagen. En los
hospitales la imagen es bienvenida con la esperanza de recibir salud y
fortaleza.
• El recorrido de despedida
El primero de noviembre la imagen del Señor de los Milagros vuelve
procesionalmente al monasterio de las Nazarenas, donde
permanecerá hasta la salida del año siguiente. La última procesión es
breve, en relación a las otras. Se inicia a las once y media de la
mañana, hora en que las andas salen del santuario hasta la
intersección de la avenida Tacna y el jirón Huancavelica para la misa
que desde el 2002 se celebra allí, pues la capacidad de la iglesia era
desbordada por la cantidad de fieles. Luego de la misa, la imagen del
Señor es llevada hasta el local de la hermandad, en el jirón Chancay,
para que esta rinda el homenaje de despedida, antes de reingresar al
monasterio hacia el atardecer.
» Cada año una cuadrilla diferente se encarga del homenaje frente al local de la hermandad.
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• El ritual procesional
La procesión sigue un ritual. Desde que la imagen cruza el umbral del
monasterio o la iglesia, y el patrón de andas entrega el martillo al
capataz general, la hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas
se encarga del recorrido.
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A los que caminan hay que añadir los que esperan, sobre todo en
las plazas, en un rincón de una gran avenida, en los cruces de las
esquinas
o en un estrado de un homenaje. La espera puede durar horas, pero la 61
La visita al santuario
Es común identificar la devoción al Señor de los Milagros con la
procesión, pero hay que recordar que los días de procesión son solo
cinco. En los días restantes de octubre, en la iglesia de las Nazarenas,
un río de personas no cesa de fluir. Muchas de ellas para ver un
momento la imagen y rezar. Otras para participar de la misa (que en
dicho mes es celebrada casi cada hora, desde las seis de la mañana
hasta las nueve de la noche), algunas para seguir las novenas. Son
muchísimas quienes buscan el perdón de Dios en el sacramento de la
confesión ofrecido por varios sacerdotes durante gran parte del día.
Hay quienes desean estar muy cercanos a las andas, a fin de tocar
para experimentar cercanía, por eso se ha destinado el horario de
dos a cuatro de la tarde para que quienes lo desean lleguen ante las
andas. La fila formada por estos fieles abarca muchas veces casi toda
la manzana formada por los jirones Huancavelica y Chancay y las
avenidas Emancipación y Tacna.
Expresiones culturales
La devoción al Señor de los Milagros ha generado y genera
expresiones culturales en textilería, orfebrería, música y canto,
diseños florales, pintura y gastronomía.
» Exvotos o milagros con los que los fieles agradecen las gracias concedidas.
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CAPÍTULO III
PRESERVACIÓN DE UNA HISTORIA VIVA
Liliana Canessa Cavassa
Restauraciones invaluables
Las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas, lideradas por las madres
María Soledad de Nuestra Señora de Guadalupe y María Rosa del
Pilar, conscientes de la relevancia de las imágenes del mural del Señor
de los Milagros y de los lienzos procesionales del Señor y de la Virgen
de la Nube, no solo en lo devocional sino también como patrimonio
cultural, vieron la necesidad de someterlas a una seria restauración.
Después de investigar alternativas, decidieron convocar al Museo
Pedro de Osma, a cargo de Pedro Gjurinovic Canevaro, que facilitó el
personal especializado, y lograron el apoyo del Banco de Crédito del
Perú, representado por Luis Nieri Galindo.
Primeras intervenciones
Para un análisis certero es preciso obtener información histórica que
permita conocer los materiales de la obra e identificar las
intervenciones realizadas. Por ello, hubo que contextualizar la obra y
visualizarla en el terremoto de 1655, cuando en medio de la tragedia
queda en pie un muro de adobe de técnica pobre y colores al temple.
• INC, 1974
Nuevamente el muro sufre un problema a causa de la humedad. Una
lluvia que penetra por un espacio que hay entre la pared y el claustro,
que se agudiza por el vidrio que protegía el mural por delante, genera
hongos en la capa pictórica (color). En esta oportunidad, la
intervención estuvo a cargo del Instituto Nacional de Cultura, hoy
Ministerio de Cultura. Los restauradores encargados de dicho trabajo
optaron por retirar el vidrio y registrar el estado del mural utilizando
métodos de estudio como fotografías de moderna tecnología. Luego,
se limpiaron los hongos y se arregló la capa pictórica en las zonas
faltantes.
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Al ingresar al taller, la Virgen tenía las características de la
advocación de la Virgen de la Merced, estaba cubierta por una capa
de barniz nueva y su muy dura ejecución artística la hacía parecer una
estampa impresa; era un repinte total sobre el original. Gracias a los
datos que se fueron adquiriendo con los diferentes exámenes, se
pudo identificar la representación anterior. En el proceso, se encontró
una capa de barniz con el escudo de la Virgen del Carmen, pero se
tuvo que retirar también esta capa para llegar al original.
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» EPÍLOGO
Lima es una ciudad que vibra con sus procesiones, de todas las que
han subsistido al pasar del tiempo, y de las muchas que se han
agregado con la migración del campo a la ciudad. La más concurrida,
la más larga, la que más ha trascendido, es esta, tan limeña y tan del
mundo ahora. Bien dicen que “donde hay un peruano, está el Señor
de los Milagros”.
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» AGRADECIMIENTOS
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Álvarez Calderón / Canessa /
Hidalgo
» FUENTES
Antonia Lucía del Espíritu Santo. Testamento. 1709. Archivo del Monasterio
Nazarenas.
En R. Vargas, Historia del Santo Cristo de los Milagros. Lima: 1984.
Museo Pedro de Osma. (1991). Informe técnico: Restauración del Lienzo del Señor
de los Milagros. Lima: Museo Pedro de Osma.
Álvarez Calderón / Canessa /
Hidalgo
Vargas Ugarte, S.J., R. (2018). Historia del Santo Cristo de los Milagros. 5.a
ed. Lima: Ausonia S.A.
» ÍNDICE Y
PROCEDENCIA DE
LAS IMÁGENES
SEBASTIÁN DE ANTUÑANO
Óleo sobre lienzo. Dante Meza, 1999. Museo del Señor de los Milagros
Fotografía: Daniel Giannoni. AMNCD ....................................................................25
HERMANAS CANToras
Fotografía: María Rosa Álvarez Calderón. AMNCD ..............................................62
CIRIOS TRADICIONALES
Fotografía: María Rosa Álvarez Calderón. AMNCD.............................................69