Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
0% encontró este documento útil (0 votos)
456 vistas5 páginas

Tradicion Oral Manabita, Cuentos, Décimas y Amorfinos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 5

Estética

Solórzano Intriago Javier

El cuento en la tradición oral manabita, las


Décimas y los Amorfinos.

José Morán González

NBC Artes Escénicas

2020
EL CUENTO EN LA TRADICIÓN ORAL MANABITA

Para comprender el cuento en la tradición oral manabita, debemos primero entender que es la
tradición oral en un contexto general, "la tradición oral es un fenómeno rico y complejo, que se
ha transformado en la vía más utilizada para trasmitir información y experiencias a través de los
siglos. Tiene una influencia directa en la dinámica de la historia y la supervivencia de los
pueblos a nivel del mundo (…), (…) la tradición oral se ha explicado como recuerdos de las
costumbres y culturas del pasado, estos han sido trasmitidos y narrados de forma oral a través de
la historia (…)", (María Fernanda Joza Vera, Melanie Gabriela Dueñas Vera, “Dinámica de la supervivencia de la
tradición oral manabita a través de los amorfinos" Articulo-agosto 2017). "La tradición oral es un fenómeno
rico y complejo, que se convirtió en el medio más utilizado a lo largo de los siglos para
transferir saberes y experiencias (…)" (Civallero, 2007, pág. 1). En base a todo esto podemos decir
que la tradición oral de los pueblos, son dinámicas y por ende cambian frecuentemente,
obligando a las sociedades desarrollar habilidades que permitan poder adaptarse a estos cambios
del entorno, pero sin que pierda la esencia de sus tradiciones. Dentro de los diferentes tipos de
expresión oral podemos mencionar los más populares: cuentos, leyendas, mitos, relatos,
amorfinos, bailes, adivinanzas, proverbios, canciones infantiles, contos y poemas épicos,
supersticiones, canciones entre otros.

Ahora si hablemos del tema que nos compete, el cuento en la tradición oral, los mismos que se
encuentran muy arraigados en las culturas tradicionales desde mucho antes que se tuviera
acceso a la educación; a lo que respecta a Manabí, era muy común encontrar al cuentero quien
era el padre, madre, pariente o algún miembro de la comunidad, rodeado de un público que con
mucha atención estaba pendiente de la narración, por lo general este publico eran niños, niñas y
adolescentes. El escuchar cuentos, el oyente se sumerge en un mundo de fantasía, donde recrea
un sinnúmero de seres asombrosos según las características que esté relatando el cuentero, el
solo imaginarse todo y el poder que se puede desplegar de estos seres provoca temor y asombro.
Por otra parte, según la trama en que se desarrolla el cuento, el oyente asocia el que hacer o no
en alguna situación de la vida cotidiana que se le podría presentar, también, se produce un
proceso inconsciente que va más allá del aprendizaje de la reflexión moral, y es justamente el
entender el ejercicio del poder y la actitud que debe asumir frente a él, dentro del cuento el
castigo o recompensa están dentro del contexto donde los personajes se ven forzados a tomar
acciones. Por lo general los cuentos tienen un sincretismo religioso, como lo dice Enrique
Dussel, la religiosidad popular es "el núcleo fundamental del sentido de totalidad de la cultura
popular" (Dussel, 1986, pág. 104); aquí podemos traer la frase muy usada "si haces eso te vas al
infierno, pero si no lo haces te vas al cielo".
En uno de sus viajes al oriente Ecuatoriano David Torres (actor, cuentero, titiritero) cuenta que,
en esta parte del Ecuador, los cuentos nacen de los sueños, "soñar es una actividad que permite
al ser humano desahogar algunas situaciones que en el estado consciente no es siempre posible
abarcar (…) (…) durante el sueño se estimula la recepción de mensajes que bien interpretados,
nos ayudan a conectar las situaciones reales con nuestra organización mental y física" (Georgina
Reyes – octubre de 2018); dice David que, en ésta zona, los abuelos-padres se reúnen muy 5:00
am con todos los miembros de la familia para empezar a contar los sueños que han tenido esa
noche, y así poder crear los cuentos, esto lo hacen porque los sueños están recientes y así no se
olvidan.

LAS DÉCIMAS
Otra de las expresiones literarias montuvias es la décima, esta expresión es muy poca conocida
y estudiada en la provincia, "la décima toma su nombre de su forma original que consistía en
una estrofa de diez versos (…). La décima latinoamericana colonial y la décima afrolatina
(llamada a veces décima criolla) tiene en realidad un total de cuarenta y cuatro líneas" (Ana María
Kleymeyer, La décima: Fusión y desarrollo cultural en el afro-pacífico, Quito: Abya-Yala, 2000, 17.). Manuel
Rendón Solórzano es uno de los decimeros montuvio-manaba, que aún se escucha en Calceta, y
su obra nos ubica a mediados del siglo XIX. Para hablar de la décima en el Ecuador debemos
ubicarnos en la provincia de Esmeraldas, al norte del país frontera con Colombia; los
afrocolombianos y los afro-ecuatorianos además de convivir en tierras cercanas, comparten
rasgos culturales que vienen de tiempos coloniales, los pueblos africanos se apropiaron de la
décima traída de España y la transformaron en una fusión colorida, sonora y rítmica en el
Pacifico sur. Por lo tanto, la décima que conocemos en el Ecuador y se muestra libremente en
nuestra provincia es la décima afro-pacífico. No se sabe a ciencia cierta cómo llegó la décima a
la provincia, puede ser tal vez por la cercanía de Esmeraldas y Manabí y también, por motivos
de violencia donde los pobladores de Esmeraldas se internaron en las desconocidas montañas o
selva esmeraldeñas y manabitas. Como dice Alexandra Cusme en su tesis "se conoce de un
asentamiento afrodescendiente en el cantón Junín, que hoy tiene por nombre El Toro (…), de
ahí se piensa que con los primeros habitantes afros de Junín viajó la décima a Calceta (…)".
Contó todos los granitos
que caían de un aguacero,
contó los astros del cielo
y la flor del paraíso,
por su propia cuenta quiso
llevar la pronunciación;
contó con mucha razón
los vellos de una señora,
en dos minutos y una hora
un sabio contó un millón. (fragmento de "UN SABIO CONTÓ UN MILLÓN" obra completa
de: Manuel Rendón Solórzano – pág. 58 – tesis de Alexandra Cusme Salazar).
LOS AMORFINOS
Los amorfinos es otra de las expresiones orales manabitas, como dice Raymundo Zambrano en
la entrevista de visión 360 (a partir del minuto 32:00), los amorfinos " deriva de la copla
española, o sea la copla se regó por América y fue diversificándose y adaptándose a la realidad a
cada lugar, adquiriendo varias musicalidades, la definición de copla española es versos de 4
líneas octosílabos que se cantan (…), hay cuatro ritmos octosílabos, porro, cumbia, salsa, acá
hay amorfinos". Raymundo dice que en Perú también hay amorfinos, pero los tocan arpegiados
(es una manera de ejecutar los tonos de un acorde: en vez de tocarlos de manera simultánea, se
hacen oír en sucesión rápida, generalmente del mas grave al más agudo; definición de
Wikipedia). Dice también que nuestros amorfinos son parecidos a la guaracha cubana, es un
ritmo alegre, aparte es una danza, versos y poesía popular que se hace contrapunto (desafío
poético entre dos o más payadores o cantores que, acompañados con un instrumento como la
guitarra, improvisan versos tratando de superar cada uno la originalidad o el humor del otro,
definición de Oxford Languages).

"Negrita dame tu mano


para apretarte los dedos
para llevarme un consuelo
ya que llevarte no puedo" (Raymundo Zambrano).
El amorfino es creado para enamorar, para dar un consejo, advertencias, para bromear, estas
composiciones están ligadas a la espontaneidad e incluso a la improvisación de la gente del
campo. Raymundo dice que hay estructuras y métricas para tomar en cuenta, porque la
definición es copla y hay tres maneras de rimarlas, eso es universal, por eso toman el nombre de
copla, cuarteta, redondilla, dentro de estos están: el baile del sombrerito, compadre gallinazo y
la iguana. "Esta manifestación estaba presente en la vida de todos, pero, que se está perdiendo
de a poco y uno de los factores puede ser por la migración del campo a la ciudad" (Yenny
Estrada, Historiadora guayaquileña), la radio que fue un elemento del montuvio hizo que
mestizara su cultura y fuera incluyendo elementos que no le eran propios, " ya no cantaba a lo
montuvio, ahora imitaba a lo que la radio le trasmitía" incluso dice que no solo esta costumbre,
"hasta la forma de vestir cambió, antes se veía el sombrero de mocora (…) y ahora por
cuestiones políticas se ve la gorra que suplantó el sombrero" (Yenny Estrada). Carlos
Wellington (músico y activista cultural) coincide con Yenny Estrada; para él " evolucionar es
tener una mejor casa y lo ancestral ya es solo para los abuelitos". Para Ángela Zevallos
(Activista cultural) "el abuelo era el televisor de la casa, ahora el televisor desbancó al abuelo".

Desde 1712 se tenían vestigios de los amorfinos según la historiadora Libertad Regalado, donde
se dice que en una fiesta montuvia estaba el amorfino, ya para 1925 se registra partituras de
amorfinos y la forma de danzarlos; dice Libertad que el amorfino no es un género si no que son
varios géneros (música, danza, el amorfino como canción y como verso). Existen instrumentos
para los amorfinos, como la caja tambora (Andrés Macías) y el quinto montuvio (Schubert
Ganchozo). Según Raymundo Z. el amorfino está relacionado a las fiestas religiosas, una de
ellas es el chigualo (tema hablado anteriormente con la Lic. Juliana De La Cruz, donde nos
decía que en estas fiestas se daba los amorfinos) primero se desarrollaba todo el tema religioso y
luego los juegos de ronda, en este caso el amorfino para enamorar. En base a todo esto, los
amorfinos nacen como una adaptación de la copla española con las características populares del
montuvio, como lo es el humor y la alegría, su métrica está constituida de versos octosílabos de
4 líneas, y su rima combina versos consonantes y asonantes ("La rima asonante es aquella donde
solo coinciden los sonidos vocálicos en la última sílaba de cada verso, mientras que la rima
consonante es aquella donde coinciden todos los sonidos de la última sílaba de cada verso, tanto
vocales como consonantes" página de internet "Diferenciador"), lo particular es también el uso
de palabras propias del montuvio (Aguaitar, apearse, endenantes, viravuelta entre muchas más).

En base a toda esta investigación realizada, que realmente es muy amplia, desde mi punto de
vista estético y tomando las palabras de Enrique Dussel y de los Mentaos de la manigua, para
rescatar nuestra tradición oral (hablando de las diferentes manifestaciones de ésta) se debe
promover una enseñanza que empiece desde las instituciones de educación primaria, donde se
de la historia como es, de nuestra cultura y dejar de ser eurocéntricos, aprendiendo costumbres
de otras culturas que lo único que hacen es que nuestras raíces se vayan desapareciendo, muchos
pensaran que nuestras costumbres (que por cierto son muy hermosas y tienen un significado de
espiritualidad ancestral) no son muy relevantes para crear un género musical (hablando del
amorfino) donde podamos hacerlo parte de nuestras vidas cotidianas y así poder ser
embajadores un género que nos representa primero como manabitas y luego como ecuatorianos.

Amorfinos de mi creación:

Desde mi gran San Isidro Cada mañana despierto Si yo tuviera dos alas
yo te pienso con fervor pensando una ilusión iría volando tras de ti
que espero llegue el día y el no tenerte cerca pero como no las tengo
que nos juntemos mi amor. se me parte el corazón. voy caminando hacia ti.

Fuentes:
https://www.eumed.net/rev/cccss/2017/03/tradicion-oral-manabita.html
http://www.munayi.uleam.edu.ec/wp-content/uploads/2019/01/cuentos-de-tradicion-oral-2-1.pdf
file:///C:/Users/Leonardo/Downloads/Cusme,%20A.-Memoria%20del%20monte.pdf
https://news.culturacolectiva.com/ciencia/que-son-los-suenos-y-por-que-sonamos/
https://youtu.be/w1kmcHjuUjc
https://www.diferenciador.com/rima-asonante-y-consonante/
bibliografía:
Alexandra Cusme Salazar, Memoria del monte: Manuel Rendón Solórzano, Decimas, Universidad
Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador - Ediciones Abya-Yala.

También podría gustarte