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Resumen de Aves Sin Nido

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1.

BIOGRAFÍA DE LA AUTORA

Clorinda Matto de Turner

Clorinda Matto de Turner nació en Paullu, provincia de Calca, departamento de Cusco, el 11


de noviembre de 1854. Sus padres fueron Ramón Torres y Grimanesa Usandívanas. Su infancia
está llena de vivencias campesinas y de un espíritu nostálgico andino.

Contrae matrimonio en su tierra natal el 27 de julio de 1871 con John Turner ,un comerciante
inglés radicado en el Cusco, instalándose con su esposo en una finca en la provincia de Tinta. Al
enviudar y entrar en un periodo de dificultades económicas, se trasladó a Arequipa donde se
dedicó al periodismo. Escribe para los periódicos: El Mercurio y El Heraldo. Publicó los dos
volúmenes de Tradiciones Cusqueñas y leyendas (1883-1896).

En 1877 viaja a Lima, donde es recibida con beneplácito por los escritores y columnistas
limeños, agrupados en el “Salón Literario”, llegando a colaborar con los periódicos y revistas de
la capital. Se asocia al Ateneo y el Círculo Literario, agrupaciones de poetas y escritores
románticos y prerrealistas.

Aves sin nido, la novela precursora del Realismo en Perú, le costó el exilio en Buenos Aires,
Argentina, ya que removió el ambiente conservador de la época, siendo acusada de hereje.
Fue la primera en plantear el tema del indigenismo y su proyección social; posteriormente
publicó otras dos novelas: Índole (1891) y Herencia (1893).

El 25 de octubre del 1909, muere en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Obras :

PROSA:

 “Aves Sin Nido”


 Índole
 “Tradiciones Cusqueñas y Leyendas”

TEATRO:

 Hima-Sumac
2. RESUMEN DE LA OBRA POR CAPÍTULOS
Capítulo I
En el primer capítulo se realiza la descripción del pueblo de
Killac. Haciendo distinción entre las “casas”(techumbre de teja
colorada cocida al horno) para los notables y las “chozas” (de paja)
para los naturales. Crítica a la iglesia, la describe como el lugar donde
se miente y se murmura la vida del prójimo.
Descripción de la magnífica casa quinta “Manzanares” una mansión
que fue propiedad del cura don Pedro de Miranda y Claro del cual
existen ciertas murmuraciones “no santas” en el pueblo y que más
tarde se transformó en obispo de la diócesis.

Capítulo II
Descripción de Marcela de treinta años de edad. Ésta se acerca a la
casa de Lucía, esposa de Fernando Marín, que había ido a
establecerse temporalmente en el campo. El motivo de su visita es
pedirle ayuda.
Lucía la deja pasar a su casa y Marcela se extiende en sus desgracias:
su esposo Juan Yupanqui tiene intenciones de matarse debido a la
miserable vida que llevan. Deben dinero y ella debe entrar a trabajar
en la casa del cura de la que las mujeres suelen salir deshonradas
(“salían mirando al suelo”). Una de las causas de su pobreza es la
muerte de la suegra de Marcela la cual les ha valido que el cura les
embargue su cosecha de papas para cobrarse el precio del entierro y
las oraciones.
Lucía se espanta por la monstruosidad de lo que Marcela le
cuenta y le promete hablar con el gobernador y el cura, luego la
despide para que vuelva con sus hijas y tranquilice a su marido.

Capítulo III
Describe las condiciones de explotación a la que están sometidos los
aborígenes que se dedican a la cría de la alpaca1 cuya vida compara
al infierno. Los cobradores se destacan en esta explotación y es de
eso que se trata la desesperación de Marcela: la próxima llegada del
cobrador a su casa. Destaca la complicidad de la iglesia en esta
situación que al no denunciarla se convierte en cómplice de la misma.

Capítulo IV
Descripción de Lucía “cuya existencia no alcanzaba los veinte años”.
Ella y su esposo estaban establecida hacía un año en Killac, habitaba
“la casa blanca”, donde se había implantado una oficina para el
beneficio de los minerales de plata que explotaba en la provincia
limítrofe una compañía de la cual don Fernando Marín era accionista
principal y, en la actualidad, gerente. Piensa en llamar al cura y al
gobernador, le hubiese gustado recibir el consejo de su esposo pero
éste no se halla al momento en Killac, decide igualmente poner
manos a la obra y mandar a llamar al cura y al gobernador.
Capítulo V
Descripción del aspecto del cura Pascual (sucesor de don Pedro
Miranda y Claro) de cincuenta años de edad (“para un observador
fisiológico el conjunto del cura Pascual podía definirse por un nido de
sierpes lujuriosas, prontas a despertar al menor ruido causado por la
voz de una mujer”. Descripción del aspecto don Sebastián Pancorbo,
quien acompaña al cura. Éste hombre que apenas recibió instrucción
primaria durante tres años casó con doña Petronila Hinojosa, hija de
notable, y en seguida le hicieron gobernador, puesto más
encumbrado al que se aspira en un pueblo. Lucía les pide en nombre
de la religión cristiana que perdonen la deuda a la familia de Juan
Yupanqui. El cura replica preguntándole “¿Quién puede vivir sin
rentas?” debido a que la vida diaria de los sacerdotes está cada día
más cara “Nos moriremos de hambre” le explica. El gobernador
asiente a lo que el cura dice “sepa usted, señorita, que la costumbre
es ley, y que nade nos sacará de nuestras costumbres. Lucía arguye
que la caridad también es ley del corazón.

Capítulo VI
Marcela espera a Juan con alegría para contarle acerca de las
promesas que le ha hecho Lucía, sin embargo Juan se muestra
pesimista y desconfía. A la mañana después de rezar Juan se dirige a
su trabajo y Marcela a casa de Lucía. Juan tiene el presentimiento de
que el cobrador llegará ese día.

Capítulo VII
Lucía está con Fernando. Ella le recuerda que le ha prometido para el
28 un vestido pero que pretende que en vez de regalárselo le
entregue el valor del vestido. Fernando le entrega un cheque por
doscientos soles.
Pocos momentos después Marcela se acercaba al patio de la casa de
Lucía con una bella muchacha.

Capítulo VIII
La historia regresa al momento al que el cura y el gobernador se
retiraban de la casa de María en el capítulo V. Comentan acerca de lo
hablado en casa de Doña Luisa y de las ideas de Fernando mientras
comienzan a planear una forma de echarlos del pueblo, sin embargo
el gobernador le advierte al cura que hay que andarse con cuidado
pues Luisa y Fernando tienen buenas influencias. El gobernador
Sebastián invita a tomar una copa al cura a la gobernación. Al entrar
encontraron reunidos a varios vecinos notables comentando, cada
cual a su modo, la llamada del párroco y del gobernador a casa del
señor Marín, pues la noticia ya se sabía en todo el pueblo. La
reunión constaba de ocho personas. El cura, el gobernador, Estéfano
Benites (muchacho de diecinueve años) y cinco individuos más
pertenecientes a familias distinguidas del lugar, todos hombres de
estado. El cura y el gobernador enteran a los demás de lo sucedido y
todos reaccionan enérgicamente contra Lucía y Fernando “los
foráneos”, todos están dispuestos a no consentir que se destruyan
las costumbres de reparto, mitas, pongos y
demás.
El capítulo concluye con el siguiente párrafo: “Y aquella tarde se
pactó
en la sala de la autoridad civil, en presencia de la autoridad
eclesiástica,
el odio que iba a envolver al honrado don Fernando en la ola de
sangre
que produjo una demanda amistosa y caritativa de su mujer”.
Capítulo IX
Lucía es visitada por Marcela y su hija, a quien Lucía admira por su
belleza. Mientras hablan de las deudas de Marcela llega Juan, quien
se echa a los pies de Lucía suplicando clemencia pues el cobrador,
como no tenían dinero, se ha llevado a su hija menor. Dice a Lucía
que hay que actuar rápido porque sino de un momento a otro
venderán a su hija y la llevarán a Arequipa. Entra Fernando que le
pregunta a Juan si sabe dónde han llevado a su hija. Juan le responde
que a lo del gobernador.
Van Fernando y Juan a lo del gobernador y Marcela y Lucía se
quedan en la casa. La única esperanza de la inocente Marcela para
que se terminen sus deudas es que muera el señor cura. Lucía ofrece
una golosina a Margarita (hija de Marcela) y le entrega el dinero que
Marcela adeuda al cura diciéndole: “Toma, pues, Marcela, estos
cuarenta soles, que son cincuenta pesos. Anda, paga la deuda al
señor cura, no le hables de nada de lo que sucede con el cobrador y
si te pregunta de dónde tienes esta plata, respóndele que un
cristiano te la ha dado en nombre de Dios, y nada más. No te
detengas y procura volver pronto.”

Capítulo X
Entran Don Fernando y Juan donde el gobernador. Se describe a
Fernando Marín como “persona distinguida en los centros sociales de
la capital peruana, y su fisonomía revelaba al hombre justo, ilustrado
en vasta escala, y tan prudente como sagaz. Fernando pide que el
gobernador Sebastián Pancorbo devuelva la hija a Juan. El
gobernador arguye que se trata sólo de un ardid para que “estos
indios” paguen. Fernando replica acerca de la injusticia de los
intereses de la deuda pero el gobernador le responde que se trata de
“costumbre y comercio lícito”. A través de una garantía de dinero que
firma don Fernando logran que la hija de Juan vuelva con él.
Cuando don Fernando y Juan han salido entra la esposa del
gobernador que le recrimina a Fernando las cosas que está tramando
contra los
Marín y le pide que no tome participación en ello pero el gobernador
no
le hace ningún caso.
Capítulo XI
Descripción del aspecto y carácter de Doña Petronila Hinojosa
(esposa del gobernador Sebastián Pancorbo). Es una mujer humilde a
pesar de su posición. Se la describe como “es del tipo de la serrana
de provincia, con su corazón tan bueno como generoso, pues que
obsequia a todo el mundo, y derrama lágrimas por todo el que se
muere, conózcalo o no”[...] “Esta clase de mujeres, que poseen
corazón de oro y alma de ángel dentro de un busto de barro mal
modelado.
Doña Petronila, con educación esmerada, habría sido una
notabilidad social, pues era una joya valiosa perdida en los
peñascales de Killac”.

Capítulo XII
Marcela y su hija Margarita de catorce años entran a la casa del cura.
Éste manifiesta una actitud interesada para con las virtudes físicas de
la hija de Marcela y le dice que ya podría mandarla a trabajar para la
iglesia lavando calcetines y que también ella debería ayudar. Marcela
le entrega los cincuenta pesos que debía, el cura sorprendido insinúa
a Marcela que ha ganado esa plata prostituyéndose. Ella,
ruborizándose insiste en que se la ha dado un cristiana, como el cura
no le cree acaba confesando que se la ha dado Lucía y el cura. Éste
se encoleriza contra Lucía.

Capítulo XIII
Alegría y felicidad en la casa de los Marín cuando llegan Juan y don
Fernando aunque tanto él como Lucía temen represalias se alegran
de estar del lado de “los buenos”. Luego llegan Marcela y Margarita y
cuentan lo sucedido en la casa del cura y diciendo que este ha
vendido su alma a Rochino (un brujo verde, especie de diablo) por las
actitudes lujuriosas que aparenta. Repara don Fernando, al igual que
antes Lucía, en la belleza de Margarita. Piensan que por ello debe
educarse con esmero y deciden tomarla por ahijada. Cuando salen
Marcela, Juan y Margarita hablan del aspecto de Margarita, su talla,
su belleza, el fuego de sus ojos negros. Después Fernando pide que
se concentren en visitar a Doña Petronila para que ella quede
desimpresionada de lo que el haya contado don Sebastián. Lucía
cuenta que el hijo del gobernador está pronto a llegar al pueblo.

Capítulo XIV
El cura, luego de que Marcela y su hija se van de su casa manda a su
sirviente a que llame a Sebastián y “a los amigos” y después a casa
de don Estéfano. Todos acuden a la Iglesia luego de ser avisados. En
la reunión el cura relata “la humillación” a que ha sido sometido ya
que le han “botado a las barbas” los reales que le debía el tal
Yupanqui. El gobernador explica que a él hoy le ha sucedido lo
mismo. Don Estéfano dice “Es un ataque directo a nuestro cura y a
nuestro gobernador”. Planean una estrategia para matar a Lucía y
don Fernando. Ésta consiste en simular que han llegado unos
bandoleros que piensan en atacar la Iglesia, para ello harán sonar las
campanas y dirán que se han escondido en casa de los Marín.

Capítulo XV
Manuel ha llegado a la casa paterna en Killac. Doña Petronila
presenta a su hijo a Lucía y Fernando. Descripción de Manuel “era un
joven de veinte eneros, de estatura competente, es decir, ni alto ni
bajo, de semblante dulce y voz cuyo timbre sonoro le atraía las
simpatías de sus oyentes. Sus labios rojos delgados estaban
sombreados por un bigote muy negro y sus grandes ojos resaltaban
por un círculo ojeroso que los rodeaba. Su palabra fácil y su porte
amanerado, completaban el conjunto de un joven interesante”. Le
declara a Fernando que está en el segundo año de Derecho. Se oyen
disparos que desconciertan a todos.

Petronila indica a Lucía y Fernando que vuelvan a su casa y se


encierren.
Manuel decide acompañar a los visitantes. Ha simpatizado desde el
primer momento con los visitantes, les dice: “Señora, yo que al llegar
a
Killac creí morirme de tristeza en este villorio, lo he encontrado
embellecido por la presencia de usted y la de su esposo.” Es difícil
para un muchacho como Manuel que viene de la ciudad encontrarse
en un pueblo así donde apenas puede charlar con sus padres, la
amistad de los Marín hará más amena la estadía. Al llegar a casa de
los esposos Marín Fernando y Lucía invitan a pasar a Manuel pero él
prefiere volver para ahorrarle molestias a su madre aunque promete
hacerles una visita otro día. Fernando y Lucía se van a dormir. Los
despierta el motín. El capítulo concluye así:
Y como el granizo que las negras nubes arrojan en medio de celajes
eléctricos, comenzó a llover piedra y bala sobre el indefenso hogar de
don Fernando.
Mil sombras cruzaban en diferentes direcciones, y la algazara
comenzó a levantarse como la ola gigante que la tempestad alza en
el seno de los mares, para romperla en la plaza con un bramido ronco
y formidable. El motín era aterrador.
Las voces de mando, bárbaras y contradictorias, ya en castellano, ya
en quechua, se dejaban percibir, no obstante el ruido de las piedras y
la fusilería.
-¡Forasteros!
-¡Ladrones!
-¡Súhua! ¡Súhua!
-¡Entremetidos! -decían éstos y aquéllos.
-¡Mueran! ¡Mueran!
-¡Huañuchiy!
-¡Matarlos! -repetían mil voces.
Y la acompasada vibración de la campana tocando a rebato era la
respuesta a toda la vocería.
Lucía y don Fernando abandonaron el lecho del descanso, cubiertos
con sus escasas ropas de dormir y lo poco que tomaron al paso para
huir o caer en manos de sus implacables sacrificadores, para
encontrar muerte cruel y temprana en medio de esa muchedumbre
ebria de alcohol y de ira.

Capítulo XVI
Felicidad en casa de Juan Yupanqui. La misma les ha sido devuelta
por sus bienhechores los Marín quienes han saldado sus deudas y han
decidido adoptar a su hija Margarita. Van a comer y Juan hasta piensa
matar al día siguiente una gallina de la alegría que siente.

Capítulo XVII
El cura se encuentra un tanto inquieto en su habitación por los tiros,
junto a él se halla una mujer clandestinamente recibida. El cura intenta
hacerle creer que podrían haber ladrones en Killac que quieran
asaltar la iglesia. Don Sebastián no se ha recogido todavía a esas
horas y su esposa se preocupa por lo que puede pasar. Manda a
Manuel que se quede con ella y ambos van a acostarse.

Capítulo XVIII
Don Fernando (con su escopeta) y sus capataces se preparan para la
defensa de la casa, Lucía le pide que huyan para salvarse, Fernando
advierte la imposibilidad de la acción ya que las entradas de la casa
están ya ganadas. La gente del pueblo acaba por darse cuenta que lo
de los ladrones ha sido mentira y que allí no hay más que gente
honrada (al parecer es Manuel quién lo dice y logra que se disuelva el
motín aunque no está especificado en el texto). Se dispersan. La
entrada de los Marín está destrozada. Llega doña Petronila que había
venido tras los pasos de su hijo Manuel. Encuentran el cadáver de un
indio: es Juan que ha muerto traspasado por una bala. Él y su esposa
Marcela (que ha sido también herida) habían acudido desde los
primeros tiros en auxilio de los Marín. Doña Petronila y Manuel
separan a Marcela para llevarla a que la asistan ya que está muy
malherida, piden ayuda a unos hombres que, como todos los del
motín, se encuentran alcoholizados.

Capítulo XIX
El cura está deseoso de saber los resultados de lo sucedido en casa
de los Marín pero disimula ante Melitonita (la mujer que había entrado
clandestinamente). La manda a averiguar qué ha sucedido en casa de
Lucía y Fernando.
Diálogo en casa de los Marín entre Manuel, Fernando y Lucía. Don
Fernando anuncia que se hará cargo de las hijas de Marcela. Piden a
Manuel que se encargué de buscar los culpables, éste sabe que uno
de ellos ha sido su padre.

Capítulo XX
Margarita entra a la casa de la que ayer había salido tan feliz, ahora
desgarrada y herida en una camilla de palos. Transcurren dos días en
los que Marcela se encuentra bastante grave. Fernando ya ha
conseguido una sepultura para Juan con todos los honores que le ha
sido posible aunque duda de que logren hallar al culpable.
Desconfían del cura.
Conversan y Fernando diserta acerca de la situación de los indios y
del sistema que los ha condenado a una mala alimentación y por lo
tanto no ha permitido que se desarrolle su inteligencia lo
necesario.

Capítulo XXI
Manuel da vueltas en su cabeza a todo lo sucedido y concluye en que
según lo investigado los autores del asalto a la casa de los Marín son
don Sebastián (su padre), el cura Pascual y Estéfano Benites. Su
madre entra a su habitación. Quieren salvar a don Sebastián de las
atrocidades que está cometiendo. Su madre le dice que desde que lo
nombraron gobernador se ha vuelto otro. Su madre le pide a Manuel
que hable con él, que lo escuchará. Manuel replica “Temo que no! Si
yo fuese su hijo verdaderamente, hablaría en él la voz del amor
paterno, pero... tú... tú lo sabes”. Deciden que primero hablará
Petronila con Sebastián y luego lo hará Manuel. Después de hablar
con Sebastián, Petronila le cuenta a Manuel lo sucedido, la respuesta
de don Sebastián ha sido “Yo sabré lo que me hago”.

Capítulo XXII
Manuel relata a don Sebastián las cosas que se dicen acerca de su
culpabilidad. Éste se muestra sorprendido. Manuel le pide que
renuncie a su cargo antes que lo destituyan, él se ofrece a hablar con
el cura (a quien consideran el principal responsable). Al principio el
gobernador se niega pero luego es persuadido y abraza a su hijo
agradeciéndole. Manuel se dirige a casa del cura Pascual.
Sin rodeos Manuel se dirige al cura Pascual acusándolo de lo
sucedido anteanoche. Éste lo acusa de insolente y le pide pruebas,
Manuel afirma tenerlas. El cura colérico lo invita a marcharse.
Después se domina y le pregunta qué pretende que haga. Manuel le
dice que él y Sebastián deben reparar lo que han hecho antes de que
la justicia lo reclame. El cura se lamenta de que don Sebastián lo
haya vendido. Interrumpe la conversación un sirviente de Don
Fernando que llega solicitando auxilios para un moribundo.

Capítulo XXIII
Fernando y Lucía conversan acerca del infortunio de la pobre Marcela.
Margarita llama a Lucía diciendo que su madre la solicita urgente. Al
acudir Lucía a la habitación donde se encuentra Marcela está confiesa
entre lágrimas que va a morirse y teme por sus hijas. Lucía le
promete encargarse de ellas y darles cobijo en su casa. La
tranquiliza ante la inminencia diciéndole que no tema porque ha sido
buena cristiana.
Marcela va a confesarle un secreto no sin antes pedirle que
prometa no decir nada a nadie. Interrumpe esta situación la llegada
del cura Pascual.
Llegan Manuel y Don Sebastián a la casa de los Marín, Fernando se
muestra descontento de ver a Sebastián. Manuel intenta calmar los
ánimos y le explica que han venido a ver qué pueden hacer para
resarcirse de la ofensa que le han hecho. Fernando responde que a él
le basta muy poco pero ¿cómo se reparan los daños causados en
tanta víctima? Se produce una discusión entre Manuel, Lucía,
Fernando y Sebastián. Lucía denuncia las atrocidades a que están
sometidos los indios y Manuel intenta buscar una solución a lo
ocurrido. El matrimonio Marín piensa que no es posible rectificar todo
lo sucedido. La situación es interrumpida por Margarita que anuncia la
muerte de Marcela. Al final del capítulo cura y gobernador, únicos
responsables, se encuentran ante el cadáver.

Capítulo XXIV
Escobedo y Estéfano planean qué hacer en caso de que lleguen las
autoridades y se descubra lo que han hecho. Buscan un chivo
expiatorio: el campanero. El cura Pascual se encuentra ante el
cadáver de María y dice lo siguiente:“-Alabad todos a Dios, porque,
dando hoy la gloria a una santa en el cielo, redime a un pecador en la
tierra. ¡Hijos míos! ¡Hijos míos! ¡Perdón!
¡Pues yo prometo en este templo augusto, aquí, frente a las reliquias
de una mártir, que para este pecador comenzará una era nueva...!
Todos quedaron estupefactos, y miraban al cura Pascual, creyendo
que estaba loco. Pero él, sin darse cuenta, continuó: -No creáis que
en mí hubiese muerto la semilla del bien que deposita en el corazón
del hombre la palabra de la madre cristiana. ¡Desdichado el hombre
que es arrojado al desierto del curato sin el amparo de la familia!
¡Perdón! ¡Perdón...!
Y volvió a caer de rodillas, entrelazando las manos en actitud
suplicante.
-Desvaría -dijo uno.
-Se ha vuelto loco -observaron otros.
Don Fernando, adelantando varios pasos, tomó del brazo al cura
Pascual,
lo levantó y le condujo a su escritorio o cuarto de trabajo, para
ofrecerle un descanso.”

3. Argumento de la obra:
La historia se desarrolla en el pueblo de Kíllac (luna),lugar en donde las
autoridades encabezadas por el sacerdote del pueblo ,cometen abuso de autoridad
maltratando y explotando a los ingenuos indios.

Juan Yupanqui y su mujer Marcela ,pobres indios del pueblo, sufren las
consecuencias de este abuso ,pues como no pueden pagar las deudas
contraídas injustamente ,son víctimas de malvados hombres de poder, quienes
le arrebatan no solo sus pocos bienes sino además le quitan a su pequeña
niña ,Rosalía. Marcela acude ante la señora Marín, quien escucha consternada
el abuso que cometen las autoridades y con ayuda de su esposo acuden a
las autoridades para recriminarles su cobarde e injusta actitud.

Las malas autoridades ,ante esta denuncia, se reúnen y deciden acabar con
la vida de los Marín , para evitar perder sus costumbres y beneficios ancestrales.
Fingen por la noche un asalto a la iglesia y luego disparan contra la casa de
los Marín , aduciendo que allí se han escondido los delincuentes. Gracias la
valiente intervención de Juan y Marcela ,se salvan los Marín ,pero el indio
muere y su esposa agoniza.

Doña Lucía le propone cuidar a sus hijas: Margarita y Rosalía y además


se entera de un terrible secreto .Manuel hijo del Alcalde , y por tanto hijo de
una de las autoridades implicados en el asesinato ; se enamora de Margarita;
pero Lucia temiendo que este amor no sería perfecto , puesto que algún día le
recriminaría que padre participo en la muerte del suyo .Sin embargo Margarita
le dice que no se preocupe porque en realidad su verdadero padre no es el
alcalde sino un antiguo sacerdote del pueblo .

Ante la confesión de Manuel ,Lucia se queda atónita ,pues el secreto que


escucho de Marcela era que Margarita también era hija del mismo sacerdote,
por lo tanto Manuel y Margarita eran hermanos ,por lo que su
matrimonio era imposible , y se convierten en las inocentes víctimas de la
injusticia e inmortalidad de las malas autoridades , “Aves sin Nido”.

4. Análisis literario:

-Publicación de la obra. Fue publicada en el año de 1889.Obra


dedicada a Manuel Gonzales Prada.
- MOVIMIENTO LITERARIO:
Realismo.
-GÉNERO LITERARIO:
Narrativo.
-ESPECIE LITERARIA:
Novela.
-INTERPRETACIÓN DEL TÍTULO:
DENOTATIVO:
El ave que vuela y no tiene un nido fijo, no conoce donde vio la primera luz.
CONNOTATIVO:
La niña sin casa y sin padres, huérfana, sin destino feliz.

- ORGANIZACIÓN DEL CONTENIDO:


La estructura de la novela “Aves sin Nido” es la siguiente: La Primera Parte, con veintiséis
capítulos cortos, la Segunda Parte con Treinta y dos capítulos.
El contenido de la obra “Aves Sin Nido”, Consta de 317 páginas, Ediciones Cultura
Peruana, Edición lima, 2001.
- TEMA principal o central :
El tema central de la obra es la denuncia social de los abusos cometidos por las
autoridades y el clero, en un pueblito del Cusco(Kíllac) en agravio de los indígenas ;
también narra el amor imposible entre Manuel y Margarita, revelándose al final de
la obra que son hermanos .

-SUB. TEMAS:
Ø El abuso sexual.
Ø El amor.
Ø La inocencia.
Ø La ambición.
Ø La bondad de Lucia y Fernando
Ø El viaje.

- PERSONAJES:
PERSONAJES PRINCIPALES:
Margarita, hija del obispo y de Marcela. Enamorada de su propio hermano sin
saberlo. Sobresale por su belleza. Tenía 14 años.
Manuel, joven apuesto hijo del obispo y de doña Petronila. Hermano paterno de
Margarita, sin saberlo, hasta el final de la obra.

PERSONAJES SECUNDARIOS:
Fernando Marín, esposo de Lucia, gerente y accionista de una compañía minera.
Lucia Marín, esposa de Fernando, madrina de Margarita.
Sebastián Pancorbo, gobernador de Killac
Doña Petronila, india esposa del gobernador.
Marcela, india seducida por el obispo Pedro de Miranda. Mujer de Juan Yupanqui, de
unos 30 años .Madre de Margarita y Rosalía.

Juan Yupanqui
Cura Pascual

-ESCENARIO: Las acciones se desarrollan en el pueblo de Killac(Cusco)

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