Análisis Sentencia T 142 2019
Análisis Sentencia T 142 2019
Análisis Sentencia T 142 2019
i. (…) las niñas y niños menores de catorce años no gozan de una suficiente capacidad
de comprensión y valoración respecto del acto sexual, y por tanto, aunque presten su
“consentimiento” para realizarlo o llevar a cabo prácticas sexuales diversas de él, no
lo hacen en condiciones de dominio y autocontrol propios.
-y cuando un niño de catorce años se emancipa.
- o cuando un adolecente de 17 años tiene relaciones con una menor de 14 años pero
que esta ha tenido relaciones sexuales desde los 13 y su anatomía se encuentra
completamente desarrollada.
- No juega un papel importante la “evolución”, al entender que los jóvenes de hoy en
día con 17 años ya tienen babar, o las mujeres a los 14 ya están desarrolladas
ii. (…) una persona mayor de catorce años está en la capacidad de consentir un acto
sexual, no obstante, se deben tener en cuenta factores asociados como la asimetría –
edad, estatus y relaciones de poder- entre la víctima y el victimario, así como la
coerción física y/o psicológica, el engaño, chantaje, manipulación, la etnia y las
condiciones socioeconómicas.
iii. (…) No hay relación directa entre la capacidad de decisión y el desarrollo sexual y
hormonal temprano.
iv. (…) no es posible determinar una edad especifica en la que se determine que una
persona tiene la capacidad de consentir un acto sexual.
v. (…) las niñas menores de catorce (14) años, casi universalmente son demasiado
jóvenes para iniciar actividad sexual.
- En el caso de las comunidades indígenas esto cambia?.
vi. (…) adolecentes hombres, la iniciación sexual penetrativa puede ocurrir en la
adolescencia temprana –menores de catorce (14) años-
vii. (…) en cuanto a la aplicación del principio de oportunidad, cuando la víctima es
menor de catorce años y el victimario es menor de edad, menciona que se debe
realizar un ejercicio interpretativo integral del ordenamiento jurídico colombiano en
materia de infancia y adolescencia.
67. (…) la filosofía del principio de oportunidad radica en la necesidad de simplificar,
acelerar y hacer más eficiente la administración de justicia penal, descongestionándola de la
criminalidad de poca monta y permitiendo que, a partir de un ejercicio de ponderación, se
pueda renunciar o atenuar la persecución penal en contrapeso de los beneficios que en materia
de lucha contra la macrocriminalidad esta significa o acarrea.
73. De conformidad con lo anterior, el legislador, instituyó como fin del Código de Infancia y
Adolescencia el de garantizarle a los niños, niñas y adolescentes “su pleno y armonioso
desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de
felicidad, amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad
humana, sin discriminación alguna”; bajo la regulación de normas sustantivas y procesales,
los principios establecidos en la Constitución Política y en los instrumentos internacionales de
derechos humanos.
104.
(b) El principio de oportunidad está instituido no como una regla, sino como un principio
rector de aplicación preferente dentro del Sistema Penal para Adolescentes, el cual, tiene
como sustento normativo la supremacía del interés del menor.
(c) (…) el principio de oportunidad es uno de los beneficios más apropiados para garantizar
no solo la justicia restaurativa sino la verdad y la reparación de la víctima
111. (…) el principio de proporcionalidad parte de la premisa según la cual “ningún órgano o
funcionario público puede restringir los derechos fundamentales sino cuando se trata de una
medida estrictamente necesaria y útil para alcanzar una finalidad constitucionalmente valiosa y
cuando el beneficio en términos constitucionales es superior al costo que la restricción apareja.
Cualquier restricción que no supere este juicio carecerá de fundamento constitucional y, por lo
tanto, debe ser expulsada del mundo del derecho”.
¨* Lo anterior como quiera que, de las pruebas que obran en el proceso penal remitido a esta
Corporación, en calidad de préstamo, se pudo establecer con certeza que el joven M.A.L.P. (i)
asistió a PROFAMILIA a recibir cursos de educación sexual; (ii) no tiene más ingresos al sistema
judicial; (iii) actualmente tiene un desarrollo físico y psicológico adecuado; (iv) se encuentra
cursando una carrera de educación superior e ingresó a la vida laboral. Respecto de la menor de
edad víctima, se tiene que (i) de acuerdo con el informe médico legal y sexológico recaudado no
presenta afectaciones físicas o psicológicas derivadas del hecho que desencadenó el proceso; (ii)
asistió a la fundación “Creemos en ti” para recibir apoyo psicológico y formación sexual, todo en
coordinación con el ICBF y; (iii) participó de manera adecuada dentro del proceso penal y
consintió, junto con sus representantes legales, la solicitud de aplicación del principio de
oportunidad en favor de M.A.L.P.
1. En el caso sub examine la Sala concluye que según los principios orientadores del
Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes la imposición de una medida de
detención no resulta necesaria para el joven acusado de la conducta punible. Lo anterior,
teniendo en cuenta que, como se ha dicho, este proceso tiene una finalidad “protectora,
educativa y restaurativa” en el cual se busca, mediante la adopción de medidas
diferenciadas respecto del proceso ordinario para adultos, la mínima intervención en la
libertad de los menores.
2. 132. “[…] En procura de asegurar el interés superior del menor es preciso, una
vez establecida la materialidad del delito y su responsabilidad, no aplicar sin
mayor ponderación la privación de libertad en centro de atención especializada,
sino por el contrario, constatar qué medidas se encuentran acordes a su situación
y materializan los propósitos del legislador y de la normativa internacional (…)”.