J. M. Castillo, Eucaristía
J. M. Castillo, Eucaristía
J. M. Castillo, Eucaristía
aparezca como un gesto individual, sino que siem- 4. LA EXPERIENCIA DE LA PRIMERA COMUNIDAD
pre se trata de una experiencia compartida por un
En Hch 2,42-47 se resume el ideal de lo que de-
grupo; b) la eucaristía es una comida «compartida»;
be ser una comunidad cristiana. Se trata de una
lo que significa que se trata de una «acción» que
comunidad que «frecuenta el templo», «parte el pan
comporta un determinado simbolismo.
en las casas» y todos «comen juntos alabando a
Dios». El texto distingue, por una parte, el «templo»,
ya que los miembros de la comunidad eran judíos
3. LAS COMIDAS DE JESUS
de Jerusalén, y, por otra, la «fracción del pan» que
Pablo y los sinópticos coinciden en que Jesús se celebraba en las «casas». Se distingue, pues, el
instituyó la eucaristía en una comida, la cena de espacio sagrado del espacio profano. Y la eucaris-
despedida. Los evangelios hablan, con sorprenden- tía, como acto propio y específico de la comunidad,
te frecuencia, de las comidas de Jesús. Tales comi- se localiza en el ámbito de lo profano. No era, por
das eran, muchas veces, motivo de polémica y en- tanto, un ritual religioso, sino un símbolo comuni-
frentamientos. A veces, porque Jesús y sus discí- tario.
pulos no se ajustaban a las normas establecidas
Las consecuencias que se seguían de esta expe-
sobre pureza ritual (Mc 7,2-5 par.; Mt 12,21 par.;
riencia comunitaria han quedado claramente afir-
cf. Jn 18,28); otras veces, porque Jesús comía con
madas en los sumarios de los Hechos: «los creyen-
pecadores y gente escandalosa (Mc 2,16 par.; Lc
tes vivían todos unidos y lo tenían todo en común»
15,2); también porque Jesús no se ajustaba a las
(Hch 2,44); «en el grupo de los creyentes todos pen-
normas sobre el ayuno (Mc 2,17-18 par.); o porque
saban y sentían lo mismo, lo poseían todo en co-
los enemigos de Jesús le acusaban de ser un comi-
mún y nadie consideraba suyo nada de lo que te-
lón y un borracho (Mt 11,18-19). En la sociedad del
nía» (Hch 4,32). Estos textos idealizan lo que de he-
tiempo de Jesús, el hecho de comer no era una co-
cho ocurría allí. Pero expresan con fuerza las con-
sa intrascendente desde el punto de vista religioso.
secuencias que se tienen que seguir en una comu-
La comida tenía un cierto sentido teológico. Pero
nidad cuando celebra la eucaristía correctamente.
Jesús y su comunidad no se ajustaban a la teología
No se trata, primordialmente, de consecuencias de
establecida al respecto. También en este sentido,
carácter «religioso», sino de orden «social». En cuan-
Jesús resultó ser un revolucionario. ¿Por qué?
to que lo que cada uno tenía (había propiedad pri-
En la mentalidad judía compartir la mesa signi- vada), lo ponía a disposición de los demás.
ficaba solidarizarse con los comensales. Por eso era
escandaloso comer con pecadores, no observar el
ayuno, dejar de cumplir las normas rituales sobre 5. CUANDO LA EUCARISTÍA SE HACE IMPOSIBLE
la pureza precisamente para compartir la comida.
Las exigencias sociales de la eucaristía están
Porque, para Jesús, lo importante no era observar
afirmadas, con más fuerza aún, en 1Cor 11,17-34.
los rituales o las costumbres religiosas, sino la so-
Se trata aquí de las severas advertencias que hace
lidaridad con los despreciados precisamente por la
Pablo a la comunidad de Corinto, precisamente
religión. Es lo que afirma el mismo Jesús: «Cuando
porque allí se celebraba mal la eucaristía. El fallo
des un banquete invita a los pobres, lisiados, cojos
no estaba en que se dejasen de cumplir determina-
y ciegos; y dichoso tú entonces porque no pueden
das normas litúrgicas. Ni en que el ministro de la
pagarte» (Lc 14,13-14). La misma enseñanza se re-
celebración no estuviera debidamente «ordenado». 0
pite en la parábola del gran banquete (Lc 14,21
que los corintios tuvieran ideas equivocadas sobre
par.).
la presencia de Cristo en el pan y el vino. Nada de
La importancia de estas enseñanzas radica en el lo que ahora preocupa a los teólogos, en relación
simbolismo de la comida. En efecto, la comida es con la eucaristía, era allí motivo de preocupación.
fuente de vida, lo que mantiene y fortalece nuestra Todo consistía en que los cristianos estaban dividi-
vida. Por eso, compartir la misma comida es com- dos. Porque entre ellos había ricos y pobres, de
partir la misma vida. De ahí que la comida y la be- manera que los ricos comían y bebían hasta embo-
bida son consideradas realidades «sacramentales» rracharse, mientras que los pobres pasaban ham-
en muchas religiones: la bebida desencadena una bre (1Cor 11, 21). Y luego todos se reunían a cele-
cierta corriente amorosa; la comida en común liga brar la misma eucaristía.
a los participantes. Y la experiencia diaria nos en-
Ahora bien, Pablo les dice a aquellos cristianos
seña que el hecho de sentarse a la misma mesa es
que cuando la eucaristía se celebra así, eso ya no
vivido, en todas las culturas, como un gesto de par-
es celebrar la «cena del Señor», más aún, se puede
ticipación amistosa e incluso amorosa. A partir de
traducir: «así es imposible comer la cena del Señor»
estas experiencias se tiene que interpretar el signi-
(oúk éstin kyriakon deipnon phageîn) (1Cor 11,21).
ficado fundamental de la eucaristía.
Es decir, los que se reúnen para celebrar la euca-
EUCARISTÍA • J. M. CASTILLO 3
ristía en realidad no se reúnen primordialmente esclavitud de Egipto. Se trata, por tanto, de un tex-
para un acto de devoción, de piedad o de religión, y to de liberación. Una liberación que no sólo se re-
mucho menos para un acto social o de carácter po- cuerda, sino que además (y sobre todo) se hace ac-
lítico o incluso militar, sino para fundirse en uno tual. La Mishná lo comenta así: «Cada uno está
(synergoménon èpi tò aúto) (1Cor 11,20). La división obligado a considerarse, de generación en genera-
o el enfrentamiento entre personas o grupos hace ción, como si él mismo hubiera salido de Egipto». O
imposible la celebración de la eucaristía. Un hecho también: «Es necesario que todo israelita sepa que
social imposibilita un acontecimiento teológico. La él mismo ha sido liberado de la esclavitud».
«ortodoxia» depende esencialmente de la «ortopra-
Por tanto, cuando en cada celebración de la eu-
xis».
caristía se dice: «Haced esto en memoria mía», se
trata, por supuesto, de que los cristianos celebra-
mos la eucaristía para acordarnos de Jesús, o sea,
6. LA SIGNIFICACIÓN FUNDAMENTAL
para mantener vivo el recuerdo de lo que fue la vi-
De lo dicho se desprende que la significación da y el destino de Jesús. Pero no es sólo eso. Se
fundamental de la eucaristía se ha de interpretar a trata, además, de que la celebración misma es me-
partir del símbolo de la comida compartida. Com- moria passionis, mortis et resurrectionis Domini nos-
partir la misma mesa es compartir la misma vida. Y tri Iesu Christi, es decir, al celebrar la eucaristía se
como en la eucaristía la comida es Jesús mismo, hace presente y actual la condena y el fracaso de
de ahí se sigue que la eucaristía es el sacramento Jesús, la locura y la debilidad del Dios de Jesús (cf.
en el que los creyentes se comprometen a compar- 1Cor 1,25), el éxito inexplicable y desconcertante
tir la misma vida que llevó Jesús y la misma vida del condenado y el fracasado. Se trata, por tanto,
entre ellos, en el amor y la solidaridad. de una «memoria subversiva» (Metz). La eucaristía,
si es que se celebra correctamente, rompe todos
Esto es lo que expresa el evangelio de Juan. Es- nuestros esquemas y desestabiliza todas nuestras
te evangelio, que habla ampliamente de la eucaris- seguridades. Y así es como nos da la libertad y la
tía en el capítulo sexto, no recoge el relato de la felicidad que siempre anhelamos.
institución. De manera que justamente donde los
otros evangelios cuentan la institución eucarística, Pero hay más. Porque así es como la eucaristía
entre el anuncio de la traición de judas (Mt 26,21- resulta, además de «memoria», también «proclama-
25 par.) y el anuncio de la negación de Pedro (Mt ción». Lo dijo Jesús: «Cada vez que comáis este pan
26,31-35 par.), Juan coloca el mandamiento del y bebáis esta copa proclamad la muerte del Señor
amor Jn 13,34-35). El cuarto evangelio expresa así hasta que vuelva» (1Cor 11,26). En este texto el
dónde está el significado profundo de la eucaristía. imperativo «proclamad» traduce el verbo katag-
Lo fundamental en ella no está en repetir miméti- galein, que es uno de los términos técnicos que uti-
camente el relato de la institución. Ni siquiera en liza el NT para hablar de la proclamación misional
comer y beber el pan y el vino consagrados. Lo de- del Evangelio (Hch 4,2; 13,5.38; 15,36; 16,17; 17,
terminante es la experiencia profunda que se expre- 3.23; 1Cor 2,1; 9,14; Flp 1,17-18; Col 1,28). Una
sa en el ritual eucarístico. Y esa experiencia no es comunidad que hace la «memoria subversiva» de
otra que la unión de las personas en el amor. Jesús, hace también la «proclamación» ante el
mundo de que Jesús no fracasó para siempre, sino
que su presencia sigue siendo actual y decisiva.
7. EUCARISTÍA COMO MEMORIAL
Según la tradición de Lucas y Pablo, cuando Je- 8. LA PRESENCIA DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA
sús instituyó la eucaristía, dio este mandato a sus
discípulos: «Haced lo mismo en memoria mía» (Lc La presencia de Cristo en la eucaristía es un
22,19; 1Cor 11,24). La «memoria» (zikkaron), en la hecho que la Iglesia nunca ha puesto en duda. Los
concepción de los judíos, es la celebración conme- relatos de la institución dicen que Jesús tomó un
morativa de un acontecimiento del pasado que se pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a
hace presente en la comunidad celebrante, la cual los discípulos diciendo: «Tomad, comed: esto es mi
toma parte en el acontecimiento y en la salvación cuerpo» (Mt 26,26 par.). En esta frase hay que des-
que el acontecimiento anuncia. Por tanto, el «me- tacar el realismo que identifica el sujeto «esto» (un
morial» no es un mero recuerdo de lo que pasó, pan) con el predicado «mi cuerpo» (la persona de
sino que es la actualización del hecho que se re- Jesús). Téngase en cuenta que, en la tradición
cuerda. griega, la palabra soma (cuerpo) alude, desde He-
rodoto, a la persona entera. Por tanto, si tenemos
El texto más importante del AT sobre el memo- en cuenta que Jesús no era un loco (que decía co-
rial es Ex 13,3-9, que se refiere a la pascua judía, sas extrañas) ni un iluso (que vivía engañado), no
es decir, a la salida del pueblo cuando escapa de la queda más remedio que concluir en la verdadera y
4 EUCARISTÍA • J. M. CASTILLO
*
CASTILLO, J. M., «Eucaristía», en TAMAYO, J. J. (dir.),
Nuevo diccionario de Teología, Madrid, Trotta, 2005, p.
342-348.