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San Judas Tadeo Novena Breve

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SAN JUDAS TADEO

Siglo I
2. NOVENA BREVE

ORACIÓN PREPARATORIA

Bendito Apóstol, San Judas


Tadeo, Cristo te concedió
poder para obrar maravillas
conducentes al bien
espiritual de los hombres:
presenta al Señor mi
oración y si es de su
agrado, haz que logre la
gracia que solicito de su
misericordia.

Se pide la gracia que se


desea obtener y a
continuación se reza la
oración del día
correspondiente.
   
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:

DÍAS
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9

   

DÍA PRIMERO 

San Judas Tadeo, El Señor te llamó a la gracia del apostolado, y tú


correspondiste hasta dar la vida por Él. Consígueme del Señor que yo
también sea fiel en el cumplimiento de su voluntad.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS


San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.


R. Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

Oración. Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y María,


escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan. Amén.

__________

DÍA SEGUNDO 

San Judas Tadeo, tú aprendiste de Jesús el amor que te llevó al martirio.


Consígueme del Señor que yo también le ame con un amor de preferencia.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA TERCERO 

San Judas Tadeo, tan grande fue tu amor al prójimo que no te perdonaste
trabajo alguno para atraerlos a Dios. Consígueme del Señor que yo posponga
mis intereses por la gloria de Dios y por el bien de mi prójimo.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA CUARTO 

San Judas Tadeo, fue tanta tu abnegación que desterraste el hombre viejo
de pecado para que Cristo viviera en ti. Consígueme del Señor, que
mortificando mis pasiones, viva sólo para Él.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA QUINTO 

San Judas Tadeo, tú detestaste la gloria y ostentación del mundo para


implantar la Cruz y el Evangelio. Consígueme del Señor que yo sólo me gloríe
en la Cruz de Cristo viviendo conforme al Evangelio.

Terminar con las oraciones finales del día primero.


__________

DÍA SEXTO 

San Judas Tadeo, tu dejaste todo para seguir al Maestro. Consígueme del
Señor que yo esté pronto a sacrificar por Dios aún mi propio interés.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA SÉPTIMO 

San Judas Tadeo, tan grande fue tu celo santo que hiciste salir de los ídolos a
los demonios. Consígueme del Señor, que detestando los ídolos que me
dominan, adore sólo a mi Dios.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA OCTAVO 

San Judas Tadeo, entregando tu vida y tu sangre diste valeroso testimonio


de fe. Consígueme del Señor que, detestando todo temor, sepa dar
testimonio de Cristo ante los hombres.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

__________

DÍA NOVENO 

San Judas Tadeo, habiendo recibido el premio y la corona has hecho evidente
tu protección obrando prodigios y maravillas con tus devotos. Consígueme
del Señor que yo sienta tu protección para que pueda cantar eternamente
sus maravillas.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

SAN JUDAS TADEO


Siglo I
3. NOVENA I [1]
Páginas: 1. Oraciones | 2. Novena breve
3. Novena I | 4. Novena II | 5. Novena III

PÁGINAS DE LA NOVENA

> I. Días 1 a 3

II. Días 4 a 6

III. Días 7 a 9

   
II. DÍAS 1 | 2 | 3

DÍA PRIMERO 

San Judas, el sanador poderoso

San Judas acompañó a Jesús por las aldeas de Israel y fue testigo de su poder
de sanación. Tal vez el vio a Jesús curar a los diez leprosos, sanar a una mujer
sufriendo hemorragias, resucitar a los muertos. Cuando el pobre ciego gritó,
"¡Jesús, hijo de David! Ten compasión de mí," San Judas probablemente oyó a
Jesús contestar: "Recobra tu vista. Tu fe te ha sanado." (Lc 18:39-42)

San Judas fue uno de los discípulos a quienes Jesús "dio poder y autoridad ... y
los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. " (Lc 9:1-2). Los envió de dos
en dos, y ellos se quedaron admirados porque "Echaban a muchos espíritus
malos y sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite." (Mc 6:13)

Tal vez dudamos que Dios quiera lo mejor para nosotros. Puede ser que a veces
pensemos que nuestro sufrimiento o enfermedad es un castigo de Dios por
nuestros pecados. Nos olvidamos como Jesús trabajaba incansablemente para
sanar a los enfermos. Cuando Jesús curó al hombre que nació ciego, explicó,
"Esta incapacidad no es por haber pecado él o sus padres, sino para que la obra
de Dios se manifieste en él." (Jn 9:3)

San Judas entendió que el deseo del Señor era sanar a la gente. Después de la
ascensión de Jesús, San Judas y los otros apóstoles "salieron a predicar por
todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con señales
milagrosas que los acompañaban." (Mc 16:18) Las palabras de Jesús durante la
última cena se cumplieron en San Judas: "Les aseguro que la persona que cree
en mi hará también las obras que yo hago, y hará otras todavía más grandes."
(Jn 12:14)

ORACIÓN

San Judas, tú fuiste testigo del poder sanador de nuestro Señor, Jesús. Tú viste
su compasión por los enfermos y moribundos. Tú mismo tocaste a los enfermos,
compartiste los dolores de los afligidos, y animaste a los desconsolados. Tú
recibiste la autoridad y el poder de Jesús para hacer maravillas, curar a los
incurables, y restaurar a los incapacitados. Te pedimos que intercedas ante
nuestro hermano, Jesús, para que envíe su gracia para sanar a los enfermos y
afligidos, para levantar a los espíritus caídos, y para infundir esperanza a los
corazones desesperados. Amén.

 Compromiso. Prometo que de alguna manera llevaré la buena nueva del


amor de Dios a una persona enferma.

__________
 

DÍA SEGUNDO 

San Judas, Apóstol de Oración

Jesús enseñó a San Judas cómo rezar y cómo orar con una fe que puede
trasladar montañas. Su oración fue inspirada por las palabras de Jesús: "Pidan,
y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá." (Lc
11:9-10)

A veces pensamos que Dios nos ha abandonado o que nuestras oraciones no


fueron escuchadas. San Judas, al contrario, oraba con la confianza inculcada por
la enseñanza de Jesús: "Fijense como crecen las flores; no trabajan ni hilan. Sin
embargo, ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como una de
ellas. ¡Cuánto más Dios habrá de vestirlos a ustedes!.... Por lo tanto, no anden
afligidos....Tu Padre ya sabe lo que necesitan. Pongan su atención en el reino de
Dios, y recibirán también estas otras cosas." (Lc 12:22-31)

Aunque no entendamos totalmente los caminos de Dios, nos ponemos en sus


manos con mucha confianza, como Jesús mismo lo hizo. San Judas estuvo con
Jesús la noche en que el Señor oró en el huerto. Allí, en su agonía de oración,
Jesús enseñó a sus apóstoles cómo rezar: "Padre, si es posible, líbrame de este
trago amargo, pero que no se haga lo que yo quiera sino lo que tú quieras." (Mt
26:39)

Cuando somos insistentes pero confiados en nuestra oración, permitimos que


nuestra oración transforme nuestras vidas. Abrimos nuestros corazones al
espíritu de Dios, aceptando los desafíos que Dios nos envía y generosamente
comprometiéndonos a imitar a Jesús. San Judas entendió las palabras del
Señor: "No todos los que me dicen: 'Señor, Señor,' entrarán en el reino de Dios,
sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre." (Mt 7:21)

ORACIÓN

San Judas, por medio de oración alababas a Dios por las obras maravillosas de
Jesús. Pediste a Dios la fuerza para enfrentar los retos de tu apostolado. Pusiste
tu confianza en la misericordia de Dios, creyendo firmemente que Dios te amaba
y entendía tus penas y alegrías, tus sueños y miedos, tus triunfos y fracasos.
Comprendiste que nada es imposible para Dios. Te pedimos que ores por
nosotros delante del Altísimo para que nos llene con su fuerza, entendamos su
voluntad para nosotros, y con mucha confianza nos coloquemos en sus manos
amorosas. Amén.
 Compromiso. Me comprometo de nuevo a orar con más confianza para
que siempre se haga la voluntad de Dios en mí.

__________
 

DÍA TERCERO 

San Judas, Paciente en el Sufrimiento

Como los demás apóstoles, San Judas sufrió un martirio por su compromiso de
llevar a cabo la misión de nuestro Señor, Jesucristo. Aceptó el reto de Jesús, "Si
alguien quiere ser discípulo mío, que se olvide de si mismo, cargue con su cruz
cada día y que me siga." (Lc 9:23)

San Judas compartió sus sufrimientos con el Señor. Le escuchó decir, "Vengan a
mi todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré
descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mi, que soy paciente
y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo
es fácil y la carga que les doy a llevar es liviana." (Mt 11:28-30)

San Judas creía que sus sufrimientos estaban unidos a los de Jesucristo y, por
eso, tenían valor redentor. San Pablo declaró, "Me alegro de lo que sufro por
ustedes; porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que
falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo." (Col 1:24)

San Judas era humano. Sentía dolor como nosotros. Pero se acordaba del
sufrimiento de Jesús, su sentido de abandono en la cruz cuando gritó, "Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27:46). Estas memorias le
ayudaron a aguantar el dolor porque él sabia que sufría en comunión con el
Señor.

En nuestros sufrimientos reflexionamos sobre los de nuestro Salvador,


Jesucristo. Le escupieron, fue azotado, coronado con espinas y clavado en la
cruz donde se quedó colgado por tres horas. Tal vez el sufrimiento más doloroso
que atravesó su corazón fue el rechazo de parte de los líderes del pueblo y el
abandono por sus amigos. Sin embargo, Jesús se mantuvo fiel hasta el final
cuando gritó, "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu." (Lc 23:46)

ORACIÓN

San Judas, tú te mantuviste fiel al Señor hasta la muerte. Entregaste tu vida


para que otros pudieran vivir. Aguantaste el dolor físico y el abandono espiritual.
Pero, te alegraste por poder unir tus sufrimientos a los de nuestro Salvador
Jesús , y así compartiste en la redención del mundo . Ahora te pedimos que
intercedas con nuestro hermano, Jesucristo, para que nosotros también
podamos ser fieles en nuestros sufrimientos. Ayúdanos a confiar en Dios y
poner nuestras vidas en sus manos. Amén.
 Compromiso. Juntaré todos mis sufrimientos y dolores a los de Jesucristo
para la redención del mundo y animaré a otra persona que está
sufriendo.

DÍA CUARTO 
San Judas, Campeón de Justicia y Paz

Al acompañar a Jesús y al escuchar su enseñanza, San Judas aprendió cómo luchar


por la justicia y la paz. El oyó el sermón de la montaña cuando Jesús enseñó,
"Bienaventurados son los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como
hijos e hijas de Dios....Bienaventurados ustedes cuando por cause mía los
maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y
muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el
cielo." (Mt 5:9, 11-12)

San Judas escribió en su carta, "Les ruego que luchen por la fe que una vez fue
entregada a los que pertenecen a Dios." (Judas 1:3). San Judas sí luchaba por todo
lo que Jesús trató de establecer. Como Jesús, San Judas predicaba la buena nueva
a los pobres, proclamó la libertad a los cautivos, restauró la vista a los ciegos, y
liberó a los oprimidos. (Lc 4:18)

A veces resistimos el reto del Señor para luchar por el reino de justicia y paz.
Tememos la crítica y el conflicto; buscamos la comodidad y la conveniencia. San
Judas no fue así. El trabajó por la justicia con mucho entusiasmo porque entendía
que sin justicia, no hay una paz verdadera.

Por su compromiso al reino de justicia y paz, San Judas sufrió precisamente como
Jesús había predicho, "Los odiarán a ustedes por causa mía." (Mt 10:22) Sin
embargo, él disfrutó de la paz que Jesús prometió en la última cena, "Mi paz les
dejo; mi paz les doy, pero no como dan la paz los del mundo." (Jn 14:27)

ORACIÓN

San Judas, tú muy valientemente predicaste la Palabra de Dios en las situaciones


más difíciles. Como Jesús, tú defendiste a los pobres y oprimidos y desafiaste a los
ricos y poderosos. Cuando te amenazaron con la muerte, no acudiste a la violencia
o desesperación sino te acordaste de las palabras de Jesús sobre la paz y el perdón.
Escucha nuestra oración por la paz y justicia en el mundo. Pide al Señor que nos dé
la valentía para defender lo correcto. Ora para que seamos constructores efectivos
de la paz como tú, especialmente donde hay guerra y opresión, en nuestras
comunidades donde hay violencia y conflicto, y en nuestras familias donde hay
discusiones y peleas. Amén.

 Compromiso. Prometo levantar la voz y actuar contra la injusticia y trabajar


por la paz dondequiera que yo esté.

__________
 
DÍA QUINTO 
San Judas, Servidor del Pueblo de Dios

San Judas tenía el privilegio de acompañar a Jesús diariamente. Aprendía del Señor
cómo Dios nos ama y cómo debemos amarnos unas personas a otras.

A veces queremos que otros nos sirvan, que hagan lo que nosotros queremos y que
atiendan a nuestras necesidades. Como San Judas, debemos aprender de Jesús
quien dijo, "La persona entre ustedes que quiera ser grande, deberá servir a los
demás; y la persona que quiera ser el primero, deberá ser su esclavo, como el hijo
del pueblo que no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida como
precio por la libertad de muchos." (Mt 20:26-28)

En la última cena Jesús mostró a San Judas y a los otros apóstoles cómo deberían
servir. Les lavó los pies y luego dijo, "Yo les he dado un ejemplo para que ustedes
hagan lo mismo que yo les he hecho." (Jn 13:15)

San Judas no buscaba un premio por hacer el bien. Más bien, vivía lo que Cristo
enseñó: "Cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deberán decir:
'Somos servidores que no hacíamos falta, porque no hemos hecho más que cumplir
con nuestra obligación' ."(Lc 17:10)

San Judas cumplió los mandamientos señalados por Jesús como los más
importantes: amar a Dios con todo su corazón, toda su alma, y toda su mente, y a
su prójimo como a si mismo (Mt 22:27-40). Jesús quiere que nos amemos como él
nos ama: "Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes unas
personas a otras. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de
que son mis discípulos." (Jn 13:34-35)

ORACIÓN

San Judas, aunque fuiste elegido por Jesús como uno de los apóstoles, aprendiste
a no ser orgulloso, ni buscar honores o los lugares más altos. Al contrario, te
humillaste en su servicio a tus hermanas y hermanos. Pedimos que nos ayudes a
servir con un corazón más generoso y sacrificar nuestro propio interés por el bien
de otros. Intercede por nosotros con nuestro Cristo crucificado, quien se humilló en
la cruz, quien sacrificó su vida para que tengamos vida nosotros. Que lo imitemos
con una vida de servicio a los demás, una vida dedicada y desinteresada. Amén.

 Compromiso. Prometo cumplir un servicio a los que lo necesitan más o a los


que no lo esperan.

__________
 

DÍA SEXTO 

San Judas, Reconciliador Compasivo

Aunque fue un apóstol, San Judas era humano como todos nosotros, y el perdón no
le vino fácilmente. Pero, él aprendió de su Maestro, nuestro Señor, cómo perdonar.
Probablemente fue sorprendido al escuchar a Jesús decir, "Amen a sus enemigos y
recen por quienes los persiguen," para que "sean perfectos, como su Padre que
está en el cielo es perfecto." (Mt 5:44, 48).

Como San Pablo, San Judas predicaba que no debemos dejar que el sol se ponga
sobre nuestra ira. (Ef 4:26) Y si tenemos algo en contra de alguien, tenemos que
reconciliarnos con esa persona antes de presentar nuestra ofrenda en el altar. (Mt
5:23-24)

¿Perdonamos a las personas que nos han ofendido? Y cuántas veces debemos
perdonarlos? Cuando Pedro hizo a Jesús esa pregunta, quizás San Judas oyó su
respuesta: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete." (Mt
18:22)

Cuando Jesús enseñaba a San Judas y a los otros apóstoles como orar, explicó, "Si
perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los
perdonará también a ustedes." (Mt 6:14) Por esta razón rezamos con las palabras
que Jesús nos enseñó, "perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden."

ORACIÓN

San Judas, apóstol de la misericordia y reconciliación, ayúdanos a perdonarnos


unos a otros. Tú comprendes la profundidad de la compasión de Dios y nuestra
resistencia a perdonar. Tú aprendiste de Jesús, el hijo de Dios, cómo ser
misericordioso. El le enseñó cómo perdonar a los que le persiguieron y le dieron la
muerte. Intercede por nosotros delante de nuestro Dios compasivo para que
podamos perdonar a las personas que nos han ofendido. Ayúdanos a quitar todo
vestigio de odio, amargura o rencor de nuestro corazón. Que tengamos la fuerza de
perdonar como Dios nos perdona. Amén.

 Compromiso. Perdonaré a alguien que me ha ofendido y trataré de


reconciliarme con esa persona.

DÍA SÉPTIMO 
San Judas, Predicador de la Buena Nueva del Reino de Dios

Jesús entrenó a San Judas y envió a él y a los demás a las aldeas lejanas para
predicar la Buena Nueva y para trabajar por el reino de Dios. Después de la
ascensión de Cristo, San Judas se dedicó a continuar la obra del Señor y se acordó
de su mandato, "Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis
discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y
enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y sepan que yo
siempre estaré con ustedes hasta el fin del mundo." (Mt 28:19-20)

A veces pensamos que no estamos llamados ni enviados; erróneamente pensamos


que no tenemos nada que ofrecer al mundo o que nos falta conocimiento o poder
suficiente para cambiar las cosas. Nos olvidamos que por el bautizo recibimos una
luz y fuimos comisionados igualmente como San Judas, "Ustedes son la sal de la
sierra.... la luz del mundo .... Procuren que su luz brille delante de la gente para
que viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el
cielo." (Mt 5:13-16)
San Judas sabía cómo llevar la Buena Nueva de Jesús a otros. Aprendió del Señor
que cuando demos de comer a los hambrientos o beber a los que tienen sed o
vestimos a los desnudos o visitamos a los enfermos o encarcelados, estamos
haciéndolo a Jesús. (Mt 25:31-46)

Valientemente San Judas anunciaba la Buena Nueva del amor de Dios y con
entusiasmo predicaba la venida del reino de justicia, paz y amor. Recordaba las
palabras de Jesús en la última cena: "En el mundo, ustedes habrán de sufrir, pero
tengan valor; yo he vencido al mundo." (Jn 16:33)

ORACIÓN

San Judas, tú dejaste tu casa y viajaste lejos para llevar la Buena Nueva del amor
de Dios a todas las naciones. Predicaste con entusiasmo todo lo que habías
aprendido personalmente de las palabras y obras del Señor Jesús. Tú
valientemente enfrentaste la critica, el rechazo y al final el martirio. Pide al Señor
que envíe al Espíritu Santo para que podamos ser fieles mensajeros del amor,
perdón y justicia de Dios a este mundo tan egoísta, violento e injusto. Ayúdanos a
ser la sal de la sierra y la luz del mundo por la manera caritativa y compasiva que
hablamos y tratamos a los demás. Amén.

 Compromiso. Actuaré según mi fe y llevaré la Buena Nueva de Jesucristo a


otros por mis palabras, obras y ejemplo.

__________
 

DÍA OCTAVO 
San Judas, Abogado en Casos Difíciles

San Judas fue más que un seguidor de Jesús; era su primo y amigo. Su estrecha
relación con el Señor no solamente cambió su vida sino que lo convirtió en un
abogado fuerte para nosotros. De Jesús llegó a comprender la profundidad de la
compasión y la fuerza del poder infinito de Dios. Aprendió a no dudar de la
sabiduría de Dios ni desconfiar de la misericordia divina.

San Judas entendía que todos queremos estar cerca de Jesús, ser su amigo, sentir
el calor de su amor, y experimentar su poder de curación. San Judas escuchó a
Jesús decir, "Yo les llamo mis amigos porque les he dado a conocer todo lo que mi
Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mi, sino yo los he escogido a
ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto
permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre." (Jn 15:15-
16)

A veces nos desesperamos del amor de Dios o por lo menos dudamos que Dios nos
oiga. Nos preguntamos: ¿Por qué me va mal? ¿Dónde está el Señor cuando lo
necesito?

Venimos a San Judas porque creemos que él es un hombre de compasión quien


entiende que nada es imposible para Dios. Creyó lo que Jesús le había dicho en la
última cena, "Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré." (Jn 14:14) El
oyó a Jesús decir, "...nada es imposible para Dios." (Mc 10:27)
ORACIÓN

San Judas, tú eres el primo hermano y amigo de Jesús. Al acompañarle en sus


viajes y verlo curar a los enfermos, aprendiste a sentir su compasión infinita y a
experimentar su gracia salvadora. Tú creíste que él tiene las palabras de la vida
eterna y el poder sobre toda enfermedad y la muerte. Intercede por nosotros ahora
para que sintamos el cariño de su amistad, el calor de su presencia, y el poder
sanador de su espíritu. Ya que nada es imposible para nuestro Dios, pidamos que él
nos cure de toda clase de enfermedad del cuerpo y del alma. Amén.

 Compromiso. Prometo animar a alguien que se encuentra en una situación


desesperada.

__________
 

DÍA NOVENO 

San Judas, Fundador de la Iglesia

Como uno de los doce apóstoles, San Judas es un fundador de la Iglesia de


Jesucristo. Dondequiera que San Judas viajara, trató de organizar comunidades en
las cuales "todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto
tenían...repartían sus bienes de acuerdo a lo que cada uno necesitaba. Acudían al
templo con mucho entusiasmo y con un mismo espíritu y compartían el pan en sus
casas, comiendo con alegría y sencillez." (Hechos 2:44-46)

San Judas creía en la unidad e igualdad en la Iglesia. Como San Pablo, entendía
que "todos somos partes del Cuerpo de Cristo." (1 Cor 12:27). Porque todos somos
iguales en Cristo, San Judas profesó con San Pablo que "Ya no hay diferencia entre
judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque unidos a Cristo Jesús, todos
somos uno solo." (Gal 3:28)

Jesús prometió a los apóstoles enviar a su Espíritu, el Abogado, "para introducirlos


a la verdad total." (Jn 16:13). En Pentecostés, recibieron al Espíritu "como un
viento fuerte del cielo, "comenzaron a hablar en lenguas y realizar maravillas de
curación. (Hechos 2:24). Ellos vencieron su miedo y predicaron con sabiduría y
fuerza.

El Señor nos llama a todos para ser miembros activos de nuestras comunidades
parroquiales, compartiendo nuestros dones y poniendo nuestros talentos al servicio
de los demás. Debemos superar nuestro miedo y egoísmo para reforzar el Cuerpo
de Cristo, que es la Iglesia. Jesús deseaba mucho que todos fuéramos uno como él
y su Padre son uno. Que trabajemos todos por la unidad e igualdad entre todos los
creyentes en Jesucristo.

ORACIÓN

San Judas, tú viajaste lejos para llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todas las
naciones. Tú reuniste a la gente en comunidades de fe para que pudieran vivir el
evangelio del Señor, compartiendo sus vidas y recursos, uniendo sus corazones y
mentes en Cristo. Tú reconociste la dignidad de todos, la diversidad de dones, y la
igualdad entre todos los hijos e hijas de Dios. Intercede con el Señor para que
envíe a su Espíritu a cada uno de nosotros y a nuestros líderes de la iglesia para
que podamos forjar una unidad e igualdad entre tanta división y discriminación en
nuestras comunidades eclesiales. Ayúdanos a vencer nuestro miedo o egoísmo para
poner nuestros dones al servicio de nuestras hermanas y hermanos en nuestras
iglesias locales. Amén.

 Compromiso. Prometo hacer algo para ayudar reforzar la Iglesia local, o


sea, mi parroquia.

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