La Revelación Del Hijo
La Revelación Del Hijo
La Revelación Del Hijo
1) El Testimonio de Dios.
Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
Hebreos 11:3 “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,
de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”
Romanos 1:16-17 “16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17 Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá.”
1 Corintios 2:1 “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de
Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.”
2 Corintios 5:12-18 “12 No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión
de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las
apariencias y no en el corazón. 13 Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es
para vosotros. 14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por
todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a
nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo
conocemos así. 17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió
consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”
2 Corintios 5:12-18 (NTV) “12 ¿Estamos de nuevo recomendándonos a ustedes? No, estamos
dándoles un motivo para que estén orgullosos de nosotros, para que puedan responder a los que
se jactan de tener ministerios espectaculares en vez de tener un corazón sincero. 13 Si parecemos
estar locos es para darle gloria a Dios. Y, si estamos en nuestro sano juicio, es para beneficio de
ustedes. 14 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo
murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. 15 Él murió
por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más
bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos.
16 Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo,
pensábamos de Cristo sólo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos
ahora! 17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona
nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! 18Y todo esto es un regalo de
Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de
reconciliar a la gente con él.”
Las Escrituras nos narran que fue a José y no a María ni al bebé Jesús a quien
Dios le envió un sueño para advertirle del peligro.
El Señor Jesucristo aunque nunca dejó de ser Dios, tampoco echó mano de sus
atributos divinos para hacer Su ministerio.
Siendo Dios vivió como hombre, Él aprendió a caminar, a hablar, a leer, a oír y a
creer y a recibir la revelación de la Palabra y a andar en la luz de ésta.
2) A Juan el bautista le fue anunciado qué señal vería para saber quién era el
Cristo Juan y él dio testimonio de la verdad: Jesús es el Hijo de Dios, el Cristo, el
Cordero de Dios.
Juan 1:29-34 “29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un
varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; mas para que
fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan
testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre
él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien
veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.”
Juan conocía a Jesús (Sus madres eran parientes. María, madre de Jesús, visitaba la casa de
Elisabeth, madre de Juan), pero no le conocía como el Cristo.
Juan 1:6-10 “6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por
testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la
luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo
hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el
mundo no le conoció.”
Juan 1:35-42 “35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36 Y mirando a
Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37 Le oyeron hablar los dos
discípulos, y siguieron a Jesús. 38 Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué
buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? 39 Les dijo: Venid
y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la
hora décima. 40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan,
y habían seguido a Jesús. 41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado
al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres
Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro).”
Juan 4:41-42 “41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 y decían a la mujer: Ya no
creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que
verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.”
Todos ellos judíos o parientes de judíos habían oído Génesis y Éxodo, y muchos
de ellos habían creído el evangelio:
Sabían de la caída del hombre, oyeron de sus abuelos a quienes sus propios
tatarabuelos les contaron lo que a su vez habían oído de sus abuelos quienes
oyeron a Adán y a Enoc de cómo había sido la tierra antes de la caída.
Ellos oyeron que “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15) y así sabían
que el mundo cambiaría.
Lucas 2:39-52 “39 Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de
sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. 41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la
fiesta de la pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre
de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que
lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de
un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron
a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado
en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se
maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le
dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con
angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi
Padre me es necesario estar? 50 Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. 51 Y
descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas
cosas en su corazón. 52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y
los hombres.”
Mateo 16:13-20 “13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos,
diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: Y vosotros,
¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no
te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú
eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado
en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. 20 Entonces mandó
a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.”
1 Juan 4:17 “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en
el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.”
De arriba:
Juan 3:31 “El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas
terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.”
Juan 8:23 “Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no
soy de este mundo.”
Juan 15:19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo,
antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”
Juan 17:14 “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.”
Juan 17:16 “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”
Del Cielo:
Juan 6:31-35 “31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del
cielo les dio a comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del
cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que
descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no
tendrá sed jamás.”
1 Corintios 15:47-49 “47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es
el Señor, es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales
también los celestiales. 49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la
imagen del celestial.”