MARRADI, A. (2007) "Método, Metodología y Técnicas"
MARRADI, A. (2007) "Método, Metodología y Técnicas"
MARRADI, A. (2007) "Método, Metodología y Técnicas"
' Parece, en efecto, que la tesis - de Bachelard (1934, 1938) y d e muchos otros- de una separa-
r ión neta (la coupure épistemologique) entre lenguaje ordinario y lenguaje científico sea fa lsa co-
mo descripción de la s ituación - donde se encuen tra a menudo una plena continuidad- y no
oportuna como prescripción. Se prefiere la tesis de Schutz (1953) según la cual el científico so cial
d ebe tr~tar de sentar sus tél minos en el lenguaje ord i n~ r io, o al men os de hacerlos comprensibles a
•: u ~ obj(•tos. qu(.' , di ft•rt• rwi.r ck l.ls ciencias f'í sic.rs 1.1111hir n so n sujetos.
'"" . . . . . . , , .. , ' " ' 1 , , , ... . .. , , " ' ' • • 1 ' . ... ,. ,, 1
Arnauld y Nicole 1662) la idea de una sucesión de pasos sobrevive y se conjuga , 11 1h";t.l l Les. Se viene ex pl it i1 ,111do c.td a vez más la idea - implícita en el con-
con la del arte (entendida en el sentido de h abilidad). ' , pto g1 icgo de t:mcr'tlWl') de que ve rd ad y certitud son conjugables, de que se
11t l'ck. por lo tanto, hablar de la realidad que nos circunda sin renunciar a la
1
, , 1 tc '/.•t de lograr el nivel de veracidad que sólo los matemáticos pueden garan-
3.2. La visión clásica del método 11 .u una ambición que será la bandera del empirism o lógico -como muestra
l1 1111odenominación del movimiento.
Primero en la tradición fil osófica occidental, Descartes proclama el papel 1..1 idea de un programa que establece con anticipación una serie no modifi-
central del método en la actividad intelectual (Discours de la Méthode, 1637). Él ' d,¡,. de operaciones que, de ser practicad as, garantizan el conocimiento cientí-
mismo ya había definido el m étodo como "reglas ciertas y fáciles que cualquie- lit , , •,obre cualquier argumento, es todavía hoy uno de los significados que pre-
ra fuera el que las observara con exactitud le sería imposible tom ar lo falso por v.d••t e en la expresión 'método científico'. Pero - visto también las dificultades
verdadero, sin requerir inútilmente esfuerzos de la m ente, pero aumentando , 111 nmradas por los em piristas lógicos para transferir aquellas ideas desde el
siempre gradualmente el [propio] saber, y lo conducirían al conocimiento ver- l'l.uw de los enun ciados de pri ncipio a sus aplicaciones- tal idea queda rezaga-
dadero de todo aquello que fuese capaz de conocer" (Cuarta Regula ad directio- ,¡, t'l\ lugar de ocupar triunfalmente el escenario como en los tiempos de Bacon
n em ingenii, 1628). 1k scartes. Lo confirma entre o tras cosas la creciente escasez de tex tos que
Esta naturaleza universal del método había sido subrayada ::~lguno s años l" t•pongan especificar la m encionada serie no modificable de operaciones.
antes por Francis Bacon en el aforismo 122 del Novum Organ um (162o): La más reciente - a nuestro entender- de dichas listas de operaciones que
"Nuestro método de investigación pone casi a la par todos los intelectos, por- 111 lit' , sin entrar en detalles, una cierta p retensión de completud ha sido publi-
1 111.1 por Theodorson y Theodorson en la voz scientiEc method en su Diccio-
que d eja poco espacio a las capacidades individuales, pero las liga con reglas
muy sólidas y con demostraciones". ' 1.11 w de sociología (1970: 370). Dice así:
n icas" (véase Berka 1963: 8) que no tenía en Bacon y tenía sólo potencialmente ol1 lt1 11dida incluso en las ciencias sociales.3 Hasta los años cincuenta no era para
11 11 L1 1aro encontrarse con declaraciones como la siguiente, del antropólogo
r ~ . 11 1lo l : " llay un único m étodo científico, a pesar de ser p racticado con diversos
2
Carlos Strasser ha resaltado (1979: 19) otros rasgos que Bacon y Descartes ti enen en común:
el desprecio por todos los conocimientos que la sabiduría humana había acumui.Hln .\ lll t·~ d t• t•llos.
y el énfasis sobre la utilidad práctica d e los descubrimientos.
niveles de rigor y coherencia, y a este respecto la física y la química han alcan-
zado los m ejores resultados. Cada investigación está vinculada a este método, y .qtottl' ind iv iduJ ic Íl ll tt' lln ljlll , pt 1,1 1111 1111 • ¡ u 11 wt dtf tt tlt nc nlc formal i:¿ablc,
1 •• t.tl vez indis pcns,1hk t' tlt ncl.tlllll .t' lt'.tlt v.t" ( ~tJ68: 27).
ningún otro es concebible" (1949/1972: 227).4 En epistemología, la t esis de la
un idad del método científico ha sido afirmada tam bién recientemente, en una Vinculada a la prcccdt.·IHt', tll t.l f.l'gunda línea crítica señala el peligro de que
1111.1 pan icular serie de proced imientos, identificada con "el método científi-
forma más cauta: "Se pued e razonablemente afirm ar que las diversas discipli-
nas científicas t ienen el m ismo m étodo en lo que se refiere a los procedim ien - ' o", se reifique y se vuelva un fin en sí. S "Si el criterio es el resp eto a un sistema
tos o al com plejo de reglas que las integran" (Pera 1978: 11). •¡,. 1cglas -observa m aliciosamente Lecuyer- incluso una guía telefónica es
1111.1 buena investigación científica" (1968: 124). Y el sociólogo alemán Weigert
11111,, irónicamente que "la caracte rística de la magia es la atribución de eficacia a
3·3· Críticas a la visión clásica tttll.tles minuciosamente observados sin indagar el nexo causal entro rito y
' lt-cLO" (1970: n6). En el m ismo espíritu irónico Merton observaba que la se-
1 llt'ncia rigurosa de actos aparece invariablemente en el momento de presentar
Pero no todos están de acuerdo. Dalton ha observado polémicamente: " Se
presume que una secuen cia invariable: formulación de hipótesis/ control/ 11)•, informes de investigación (1949: 506) - lo que recuerda las punzantes ob-
confirm ación sea compartida p or todos los científicos, que todos concuerden .,,. , vaciones de Fleck sobre el proceso de racionali zación ex post que sufren los
en que ésta es la única vía al conocimiento; en resum en, que existe un único JIIOCedimientos experimentales (1935: § 4 .2).
método científico" (1964: 59) . En cambio "nos podemos preguntar - observa Aun compartiendo muchas de estas críticas a la tesis de la naturaleza única
Howard Becker- si los metodólogos, los guardianes institucionales de la me- y lija del método científico, no se puede suscribir a la boutJde de los estadísti-
todología, afrontan realmente el entero espectro d e las cuestiones m etodológi- 1 os Wallis y Roberts, para quienes "no hay nada que pueda llamarse mé todo
cas relevantes para la sociología, o si se limitan a un subconjunto n o aleatorio ' H'ntífico. Es decir, n o existen procedimientos que indiquen al científico cómo
(como dirían ellos) de tales cuestiones" (1970: 3). En el m ism o espíritu, el so- 1 111pezar, cómo prosegu ir, qué conclus ion es alcanzar" (1956: 5). Aunque rara-
ciólogo y epistemólogo polaco Mokrzycki sostiene: " Los fundamentos de este tnt·nte explicitada en todo detalle, en la conscien cia colectiva de los investiga-
'método' se encuentran fuera de la sociología, carentes de contac to con el pen - ,lo t es en cien cias sociales una cierta idea de aquel método científico existe: se la
samiento sociológico. La 'metodología de las ciencias sociales' se ha vuelto u na 1 m· uentra por ejem plo en el recurso de muchos autores a palabras clave como
cinta de transmisión que distribuye a los sociólogos el ' m étodo científico', es 'lt tpótesis', 'verificación', 'experimental', que cumplen una función de legiti -
decir, las ideas de aquellos autores que pasan por ser expertos en el tema" tlt,lción de su propia obra.
(1983: 72). " Muchos de nosotros -agrega Dalton- aceptamos el 'método cien- Pero "la calidad de un científico - recuerda Toulmin- se demuestra menos
tífico' porque estamos convencidos de que se ha desarroll ado en las ciencias por su fidelidad a un 'método' universal que por su sensibilidad a las exigencias
naturales ... Pero en las ciencias naturales no se profesa deferencia a este m ode- ,... pccíficas de un problema" (1972, vol. I: 150). En sus comentarios a una compila-
lo como lo hacemos nosotros" (1964: 59). ' ton de ensayos clásicos de investigación social , Madge sostiene: "Si es justo pe-
La vivacidad de estas reacciones se explica por su relación con un período, ,¡, r a un investigador que ind ique lo más precisamente posible aquello que pre-
no lejano, en el cual la orientación cientificista dominaba en las ciencias socia- il'llde hacer antes de iniciar el trabajo, no se sigue necesariamente que quienes
les: se sostenía - como se ha visto en los pasajes citados- no sólo que la ciencia lt.ll en exactamente lo que habían establecido sean los mejores investigadores [... ]
tiene un solo m étodo, sino que se trata de aquel método santificado por los éxi- 1 ,., virtudes del buen invest igador son la flexibilidad, la prontitud para compren-
tos de las ciencias físicas. En los años recientes, esta idea de la unidad d el m éto- ,¡, 1 una nueva situación y la capacidad de aprovechar las ocasiones imprevistas"
do ha sido criticada. "La idea m ism a de 'un método' acrecienta la confianza en ( to ¡Cn/1966: 290). En sí, la fidelidad a los procedimientos codificados no ofrece
los propios resultados y reduce la predisposición a preguntarse si los p rocedi- tt lttguna garantía: "dado u n procedimiento adecuado, es posible reconocer inves-
mientos consolidados tien en sentido en el caso particular" (Kriz 1988: 184). Pa- ll¡:.lciones consideradas pseudocientíficas que lo satisfacen " (se trata de la "para-
ra el epistemólogo francés Haroun Jamous, en la raíz de esta orientación se en- llltj,t del procedimiento" resaltada por Pera 1991: 27). "Sea un buen artesano, que
cuentra la "repulsión por la incertidumbre, [... ] la perenne necesid ad de 1 lt¡:l' vez por vez qué procedimiento seguir", recomienda Milis, y agrega una invi-
riendas estables y definitiva s que puedan d ispensarnos de recu rrir a aquel l.tl ión: "pedimos a quien haya producido trabajos de calidad contarnos en detalle
• nmo ha operado: sólo en estas conversaciones con investigadores expertos los
l'•vc nes podrán adquirir una útil sensibilidad metodológica" (1959: 224 y 228).
4 Declaraciones tan categóricas se pueden encontrar en las obras del psicólogo conductista
Son muchos los que dicen que el método es sobre todo una elección. "La
Skinner (1953: 5), del sociólogo operacionista Lundberg (1938: 191-192), del antropólogo Murdock
1 ttt•stión metodológica propiamente dicha es la elección de la técnica en fun-
(1949: 183) y -naturalmente- también en las obras de los epistemólogos neopositivistas (Neu-
rath 1931-32: 407; Hempel1935/1948: 382) o cercanos al neopositivismo (Kemeny 1959/1972: 27;
Rudner 1966/1968: 18-9).
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ción d e la nat u raleza del tratamiento que cad a técnica impone a s u objeto " t• t•pció n el térmi no h a desarroli.H.lo un plural (para designar el com plejo de
(Bourdieu et al. 1968: 59). " En la toma de decisiones con siste en definitiva la in- lt 't n icas , el grupo de técnicas de un cierto tip o) que no se justificaba en ninguna
vestigación cien tífica" (Sam aja 2.001: 16). "Cada investigación es un largo sen - 1it · 1.\s acepcion es exam inadas en las secciones p recedentes . El uso de 'm étodo/
dero con muchas bifurcaciones en las que se debe tom ar una decisión [... ] Nin- lnt·todos' en el sentido de 'técnica/técnicas' ha sido y es endémico en las disci-
guna regla, ningún algoritmo puede decir cuál es la decisión justa [... ] Cuanto planas más orien tadas a la in vestigación empírica, que están m ás frecuen t e-
m ás el investigador conciba al método com o u na secuencia rígida de pasos, más IIH'nte e n contacto con in strumentos operativos.
decisiones tomará sin reflexionar y sin darse cuenta" (Kriz 1988: 81 y 131). Ade- Kaplan distingue los métodos de las técnicas por cuan to los prim eros valen
más, tener que escoger no sign ifica necesariamente el deber afrontar cada pro- dt• m odo bastante gen eral en todas las cien cias o en una parte importante de
blema con una sola técnica: "Si se elige una sola técnica, los resultados no pue- l' ll.ls (1964 : 2.3). Se encuentra, en efecto, en el uso una cierta estratificación je-
den ser considerados independientes de la técnica elegida, y por lo tanto no son a.Jrquica en el sen tido indicado por Kaplan (los métodos son m ás generales y
estables: pueden de hecho ser contradichos por resultados obtenidos con otras an,\s nobles que las técnicas), pero ningún otro autor-por lo que sabem os- la
técnicas" (Van Meter 1994: 23). la,, expresado.
Si la investigación debe ser "un proceso cognitivo más que un simple pro- Se ha h ablado de la indebida expan sión semántica del término ' m étod o'.
ceso de validación de ideas ya form uladas" (Bailyn 1977: 101) , es necesario "saber Pe ro un abuso todavía m ás grave, como verem os en breve, lo su fre el térm ino
man tener la tensión en tre la necesaria función de reducción de la complejidad ' M ETODO LOG íA' . En docenas de términos científicos - much os de los cuales se
fenoménica y la apertura a dimensiones que permi tan aum entar la complej i- la.m pasado al lenguaje ordinario- el sufijo 'logía' está u til izado en el sentido
dad de los esquemas conceptuales" (Crespi 1985: 343). de " discurso sobre", "estudio de". Por lo tan to, 'metodología' debería ser el dis-
El m étod o es por lo tan to algo mucho m ás complej o que una sim ple se- < u rso, estudio, reflexió n sobre el m étodo. Emp ero en la investigación social
cuencia unidimensional d e pasos. "Sin dudas - observa Polanyi- el científico no rteamericana - cuyos cultores generalmente n o tienen alguna idea de las raí-
procede en modo m etód ico . Pero su m étodo es como las m áxim as de u n arte l es griegas del lenguaje científico- se ha difundido desde hace tiempo (y ha si-
que aplica de manera original a sus problemas" (1958: 311). Su obra es "muy si- do implacablemen te exportada a otros países) la costumbre de llamar meth o-
milar a una creación artística .. . pero no es un arte como la escult ura y la pintu- clology a la técnica. Es éste el abuso terminológico que se señalaba más arriba.
ra, en las cuales u no es libre de obtener cualquier cosa del material crudo. Es un Se comprenden las protestas del interaccionista Blumer hacia esta "asombrosa
arte como la arquitectura, en la cual se puede mostrar creatividad trabajando an clinación a identificar la metodología con una limitada p orción de su objeto
con m ateriales crudos caracterizados por limitadas propiedades ingenieriles, y de est udio" (1969: 22.; véase t ambién Sartori 1984 : g).
para comitentes con presu puestos vinculado s a obj etivos precisos" (D avis Sin embargo, hay autores que al definir el término m uestran que no han ol-
1964: 267-8). La gestión de recursos en presen cia de vínculos es un asp ecto ca- vidado las raíces griegas de la termi nología científica, 6 p ero son u na minoría. La
racterístico del concepto de m étodo; luego volveremos a esto. definición m ás cercana al espíritu de este tex to se debe a Lazarsfeld: "la meto-
Por el momento se puede concluir que la visión cartesiano-baconiana d el dología examin a las investigacion es para expli citar los p rocedimientos qu e
método, que hasta hace algunos decenios no se ponía en tela de juicio, hoy en luc ra n usados, los supuestos subyacentes, y los modos explicativos ofrecidos"
día genera p erplejidad. No parece hab er escandalizado a nad ie Marcello Pera ( I.JZarsfeld et al. 1972.: xi). Lazarsfeld sintetiza su punto de vista con esta analo-
cuando ha descrito la "paradoja del m étodo ": " la ciencia se caracteriza p or su ¡:aa: "la poesía es em oción a la cual se vuelve con ánimo tranquilo. Considero la
m étodo, p ero una caracterización precisa d el m étod o destru ye la ciencia" metod ología un volver al t rabajo creativo con el mism o est ad o de áni mo"
(19 91 : 39)- (1959/1967: 186). Aun n o habiendo nu nca d efinido directam ente el términ o
' método', Lazars feld muestra e n estos pasajes concebirlo com o una actividad
1 reativa , a la par de Milis , Polanyi, Davis y otros ?
3-4· Método y metodología A propósito de la m etodología en su sentido propio, se discute si ella debe
·.n un a discip lina prescriptiva o descriptiva. Por la segunda alternativa se ha
Sin emba rgo, este cambio de perspectiva no ha dejado todavía n inguna pao nun ciado con fuerza Dewey (1938); otros h an resaltad o que el estudio em -
huella en el lenguaje. Una consecue ncia inevitable del hecho de que la orienta-
ción prevalecien te a lo largo del tiempo en la fi losofía de las ciencias sociales
¡, Por ejem plo Nov.1k : "la meto dología se encarga del análisis de los procedimientos c ientífi-
reificase el método en u na sucesión de pasos y procedimien tos h a sido que el
' '"y ele los i nsLr u l1l l' lllll ~ ,¡,, invt·~ ti p,~c i ó n" (1976: xv) ; Sm elser: "metodología es la evaluació n crí-
térm ino 'método' no sólo designe u n m odo particular de cumplir aquellos pa- l ll ,1de las ac t i v i d .u lt ·~ do loi VI'~ I I u .u lrm 1' 1\ te !ación con los estándares científi cos" (1976: 3); Stoet-
sos ("método experimental", "método hipotético-deductivo"), sino también o· l " 1,1 mcaodnlunt.t ¡u u ,¡, ,¡, ll11 lo • • 1111111 o•l rllll<>ci m icnto q ue resulta de una reflexión sobre los
algún paso específi co, e inclu so los instrumentos op erativos que permiten ,, •PI'l tos ¡•mph ill,. ,¡, I1 I11Vt 11 ~ ln11 ' ( 1t¡h •, ' ''"" 10 )
n ampl ir los vari os pasos (es deci r, las técnicas: véase a p.1nad o 3-s). En es ta 1 Vo•.U\'11' luM1'·' •11'1 do ! 11 • 111 '' • o 1111111- u ollo.o
pírico de cómo trabajan los científicos es una tarea de la historia y de la sociolo- ••l tt l'l dos, que tiene n VIl 10111 1111 1111.111l.tt lt lll itHIII tllll t' llt ,ll entre su referente y
gía de la ciencia; la metodología debe ser prescriptiva. "La metodología -escri- !.1• l•• nc ia, pero se disLi llj:lll'll p1 11 !.1 tl l11 '\ t Ió n de t:li relació n. En un segundo
be el e~ist~mólogo italiano Brusch i- implica una concepción lógico -raciona] IJ;IIiflcodo, una técnico se si1 ve del conocimiento adquirido por las ciencias so-
de la Cieno a [ ... ] El aspecto normativo, que en la filosofía de la ciencia puede '"'' l.1 realidad para modificor olgunos asp ectos de ésta. En un tercer significa-
se~ laten~e, aquí es manifiesto y directo[ ... ] El metodólogo declara aquello que ti", I'S una ciencia la que se sirve de técnicas para con ocer mejor algún aspecto
el mvestigador debe h acer para obtener ciencia" (199I: 38-g). ¡~, . •,u objeto. En am bos conceptos , y en particular en el último -él que aquí n os
Se puede aceptar la idea de que la metodología sea, en última instancia 1111 1'1esa- , se encuentran presentes asp ectos de la intensión del concepto ilus-
también una disciplina normativa, en cuanto da indicaciones acerca de lo que e~ lt.Hio por Gallino.
oportuno hacer en cada situación específica. Pero tales indicaciones no deben 1:n el ámbito de la medicina, la clínica se sirve del conocimiento adquirido
bas_arse en un modelo abstracto y gen eral de ciencia, sino en aquello que la bis- p• 11 b fisiología y la patología - que son ciencias- para curar a los enfermos, y
tona Y la sociología de la cien cia nos refieren. Por ejemplo, a la luz del hecho de 1'• po r lo tanto una técnica en el segundo significado. Una situación análoga se
que una cierta técnica, perfectamente adecuada en abstracto, sea en realidad tl.1 l' n la ingeniería civil, cu ando se sirve de los conocimientos de estadística y
muchas veces portadora de graves sesgos, v.g. a causa de una insuficiente consi- d 1n,'l mica para construir edificios, rutas, puentes. Es cierto -como hace n otar
deración de los procesos psico-socio-antropológicos que su aplicación tiende a 1•! f 1sico italiano Cini- que "la tecnología proporciona a la investigación cientí-
poner en movimiento entre los sujetos observados y¡o entre los observadores. l it .1 contribuciones origin ales" (1990: xiv); pero la distinción es analítica: si en
La contraposición descriptivo/prescriptivo encuentra un paralelo en la dis- 1•l :1mbito de la investigación tecnológica se adquieren nuevos conocimientos
tinción entre los dos significados que el término 'metodología' tiene en el len- •.o bre la realidad que se desea mod ificar, en este momento se está h aciendo
1 ll'ncia. Además, decir que la técnica (en el segundo significado) aplica los co-
guaje corriente de la investigación social - significados que corresponden a los
dos roles del m etodólogo profesional. Cuando estudia y enseña, el metodólogo •wc imientos científicos para intervenir sobre la realidad n o significa dismi-
debe tener una orientación descriptiva, es decir, debe estar abierto a aprender 11 11 irla; somos todos conscientes del hecho de que " la invención de un in stru-
d~ las experienci_as de otros investigadores evaluándolas sin preconceptos, y 11 \L' nto muchas veces ha marcado una época" (Jevon s 1874: 272).
dispuesto a refenr en modo sistemático y sintético aquello que ha aprendido. Las técnicas de las que hablamos aquí son instrumentales a los fin es cog-
Cuando utiliza sus propias competencias, capacidad y experiencia al servicio II IISCitivos de las diversas ciencias. Son "los procedimientos específicos em-
de una_ in:estigación, suya o de otros, el metodólogo no puede ser otra cosa que l'll'odos en una ciencia, o por un particular género de investigaciones dentro de
prescnpt!vo, en cuanto debe elegir los in strumentos a utilizar y cómo utilizar- 1111.1 ciencia [ ... J Son las forma s de cumplim entar el trabajo de una ciencia que
los. En este sentido, será mejor que en sus prescripciones tenga en cuenta todo •.o n considerados, por razones más o menos convincentes, aceptables por una
aquello que ha aprendido en su otro rol. • omunidad científica. El adiestramiento científico tiene que ver en gran medi-
d,, con la adquisición del dominio de las técnicas" (Kaplan 1964: 19); en gran
•nedida pero no enteramente, como advierte Lazarsfeld (1959/1967: 229) -y
3·5· Las técnicas llluchos, incluido Kaplan, estarían de acuerdo.
La relación entre método y técnica (en el significado analizado en esta sec-
También el término 'TÉCNlCA' deriva del griego, en el qu e tEXVll d esign a • i6n) puede ser clarificada con una imagen. Cada investigación tiene un objeti-
una c~pacida~ a_rtística, no aquella individual e irrepetible del genio, sino aque- vo cognoscitivo: es decir, busca mejorar, profundizar, articular el conocimiento
lla mas domestica del artesan o, transmisible de padre a hijo (en efecto el tér- •.obre un cierto argumento. Podemos imaginar este objetivo como un claro en
11 11 .1 selva: se con fía qu e puede ser alcanzado, se espera alcanzarlo, pero no se
mino tiene un probable parentesco con tEKvov, hijo). '
La bella definición del sociólogo italiano Gallino ("complejo más 0 me- ·..1be exactamente dón de está, y menos aún se tienen claras las ideas sobre có-
nos codificado de normas y formas de proceder reconocido por una colecti- 1110 llegar. Podemos también imaginar que el investigador (o quien toma las de-
vidad, transmitido o transmisible por aprendizaje, elaborado con el fin de • is iones sobre cómo proceder) parte de un punto cualquiera en el confín de la
desarrollar una actividad manual e intelectual de carácter recurrente [. .. J Un ·.viva . Raramente está totalmente aislado, y raramente es plenamente libre; ge-
procedimiento extemporáneo, que n o se reitera ni sufre alguna forma de co - neralmente tiene ayudas y también limitaciones. Dispon e de fondos públicos o
dificación, no es una técnica au n si resulta por una vez excepcionalmente in- l ll in dos, y casi siempre tiene colabo radores más o menos expertos en varias
genioso Y eficaz": 1978, 712-3) muestra que muchos elementos del significado 1.11 cas. Puede recurrir, si le parece oportuno, a entes esp ecializados en la reco-
original griego se han mantenido al menos en uno de los significados centra- ll•rción d e información y/ o en el análisis de datos. Entre sus recursos se en-
les del tér min o. t uc ntra también el bagaje de con ocimientos derivados de experiencias prece-
Gallino toma, en efecto, el significado antropol6gico, muy difundid~ tam- de ntes de investigación, propias y ajenas. La limitación principal está dada por
bién en el lengu aje ordin ario. Pero junto a éste se pueden d istinguir Ztl menos t· l pin o fij ado para la e ntrega de los resultados de la investigación. Muchas ve-
ces este plazo es impuesto por un comitente que no tiene idea de la compleji- l'l objetivismo del invcs tig,,dor, que cree debilitar el valor de sus resul-
dad de la tarea. A veces la naturaleza del comitente, o más genéricamente el cli- t:~dos si adm ite cuánto dependen de las elecciones efectuadas (o que
ma político-cultural, impone límites a la libertad de profundizar en una u otra atribuye con gran fundamento tal convicción a su público);
dirección. Otras veces la naturaleza del problema investigado p one límites éti- el hecho de que buena parte del público se comporta com o si leyese una
cos a las técnicas que se podrían usar. novela policíaca: quiere saber quién es el asesino y no se in teresa por los
La selva por atravesar es recorrida por segm entos más o menos largos, en detalles del proceso de investigación (l o lamentan Caben y Nagel 1934:
varias direcciones, de senderos ya trazados, más o menos transitados: son las 199-400).
técnicas qu e otros investigadores han ideado, modificado, desarrollado. Natu- En fin, el hecho de que los responsables de casas ed itoriales y revistas
ralmente, es mucho más cómodo recorrer senderos ya trazados, pero no se sa- comparten en gran medida el objeti vismo de auto res y p úblico, y el
be si nos conducirán al claro buscado o a alguna otra parte. hamb re de hechos d el segundo, y debe n tenerlos en cuenta aun si no
La tarea del investigador/metod ólogo consist e en escoger el camino, te- los comparten.
niendo en cuenta la naturaleza de los senderos presentes en el terreno, el tiem-
po y los recursos dispon ibles (en p articular, el grado de adiestramiento/ pre- •, ucede entonces que incluso auto res muy escrupulosos con finan el infor-
disposición de sus colaboradores para manejar las dive rsas técnicas). En este 1111 nn•todológico a un apéndice, imaginando que "aquel que quiera saber más
sentido, su tarea se asemeja a la combinación de factores produ ctivo s que el d. u¡ul' llo que el investigador ha efectivamente hecho y del modo en que lo ha
emprendedor efectúa en presencia de restricciones y limitaciones, disp onien- 111 1lu1 ¡...]dispondrá de tanta paciencia com o de curiosidad" (Calvi 1980: 21).
do de recursos escasos (Schumpeter 1942) y de "economías extern as".8 Tam- 1 1 hecho de que las técnicas n o posean la n aturaleza abstracta del método,
bién el emprendedor toma frecuentemente decision es : en cada momento debe 11111 que sean recursos tangibles y disponibles, n o implica una menor nobleza
elegir si confiar una cierta tarea a colaboradores exte rnos, o proceder por sí 1 1 lt•v,mcia para el trabajo científico. La orientación de los grandes teóricos9
mismo pero siguiendo un sendero ya bien tran sitado, u otro sendero apenas 1' u• th-sprecian las técnicas es precientífica, dacio que sólo a través de su empleo
trazado, o bien combinar varios senderos; decidirá también si recorrer fielmen- 1 ¡tllt•de de algún modo controlar empíricamente u na teoría - e inclus o una
te estos senderos, o intentar p equeñas variaciones del recorrido (modificacio- 1• 111 tl'Oría. Además, sólo a través de un uso competente de las técnicas este
n es a técnicas existentes), o bien internarse en la selva, imaginando procedi- 1!1111 t>l puede hacerse de modo con fiable.
mientos nuevos, a veces para confrontar los resultados con aquellos de las •; ,métricamente, cae en una postura errada aquel que fe tich iza una o m ás
técnicas existentes. 1 1111l,IS, en el sentid o de que desa rrolla u na gran pericia en su aplicación, pero
Lo esencial del concepto de método está en lo siguiente: en la elección de l1 1 onsidera sólo como objetos rcady made, carentes de historia y de profun -
las técnicas a aplicar, en la capacidad de modificar técnicas existentes, adaptán- ild td · ignora y quiere ignorar el h echo de que cada técnica ha sido ideada y de-
dolas a los problemas propios, y de imagin ar técnicas nuevas. Una vez que un 1111d lada en el marco d e ciertos supuestos onto-gnoseo-epis temológicos, 10
procedimiento nuevo o una modificación de un procedimiento existente h an 1111 lt·gi timan el recurso a cie rtas manipulac iones de la información o a ciertas
sido ideados y son codificados y difundidos, éstos se reifican y se convierten en l11t 1'1 prctaciones de los resultados.
una técnica a disposición de la comunidad de investigadores : no ya en una ca- 1h•sde hace algún t iempo, esta tendencia a la especialización estrecha se ha
pacidad privada sino en un objeto público. Sucede com o con la parole de Saus- 111 111tfestado -y ha sido relevada y denunciada en los Estados Unidos-: algu-
sure: una vez comunicada, ya es langue. ""'1 111cl0dólogos son en realidad especialistas en una o dos técnicas, y las apli-
Los resultados de una investigación dependen del complejo de eleccion es 1 111 1 todos los problemas que enfrentan sin cuidarse de su pertinencia. De esta
que el investigador/metodólogo h a realizado a lo largo de todo el recorrido. f, 11 111.1 producen resultados sin sentido," y cu ando se dan cuenta, no tienen so-
Por este motivo, en el in fo rme de investigación se debería destinar amplio es- 1111 111ncs, ya que no tienen una sabiduría y experiencia generalizada que les per-
p acio para reportar y comentar las elecciones h echas, evaluando en lo posible 11111111,\ elegir las herramientas más adec uadas a su problema.
su s impactos sobre los resultados . Lamen tablemente, en cambio, es muy raro '>t• puede pensar que la superespecialización se desarrolla paralelamente a
que ese espacio sea destinado (siendo Schussler 1982 una de las elogiables ex- l1 II' IHicncia al consumo de masas, porque ambas presentan dos características
cepcion es).
Como determinantes de esta situación -qu e demuestra una conciencia '1l 1" w.wd theorists, como Jos llamaba irónicamente Milis (1959), teniendo como blanco
científica todavía embrional- convergen varios factores: 1'11111 1p.d .1 l'arsons.
'" Sob1 e cómo es la realidad, cómo podemos conocerla y cuáles son los objetos y los límites de
lt>ll'l\11,\,
"Como pasa cuando 1rr nif,,., ronr¡•hidas para variables cardinales se aplican a variables que
8 Es dec ir, de recursos que la sociedad pone a su disposición (rutas, put'lllt"'· 1""'1111'•, t'lt t't rr~). "" lllllllnlllin.llcs
>111 cl ud .1, v,1lc c11 c;,t mbio d ou o moti vo, es decir, l<1 p10pcns io n .1 j)I OLL'di
1
estrecham ente p arecidas: la propensión a orientat sc 1t,1ci,1t·l p1 e11 lt tt to nuevo
¡ 1111 lllet'• cl llllJHt l t't in wnsivc m ás bien que ficld-intcnsivc (má s sim ilares a un
abandonando el antiguo cualquiera fuera su valor, y la pi()¡H' Il '•io n ,\ o rie ntarse
hu 1111 e•lc•ll tonico q ue a un paseo con amigos por un bosque). Este factor actúa,
hacia productos cada vez m ás artificiales y efectist as (que en nuestro caso quie-
1 e ¡u11 1ucrza propia, sea por vía de la imitación de las ciencias físico-natura-
re decir sobre todo computer in tensive). Basta pensar en la rápida sucesión de
ltll1 111 l .1~~ que las simulaciones computarizadas tienen un rol cada vez m ás im-
modas que ha traído a la escena del análisis de datos: primero la regresión múl-
1" lll ,enll': p~ r esta razón parece destinado a ejercer una influencia duradera.
tiple, luego el análisis factorial, luego el path analysis, luego los m odelos lag li-
N 11'•l' puede dejar de lado, en fin, un a explicación de corte kuhniana : buena
neares, luego el análisis de las correspondencias , y así sucesivam en te. Lo obser-
" 111 e· el 1• los jóvenes emergen tes en las ciencias humanas en los ai'ios sesenta y
vaba de m anera incisiva Labovitz:
11 111 .1lt .m percibido la preparación estadística como el canal privilegiado para
Que en el análisis de datos de las ciencias sociales imperan las modas es 11 11 .111 11 ir rápidam ente un patrim onio d e exp ertise que su s mayores n o p o-
más que evidente. ¿Quién sigue usando el escalograma de Guttman? Esta l ttl , lo que les permitía hacerse imprescindibles, y pretender a mediano plazo
técnica dem odée ha sido sustituida por otras [.. .] Se usa la técnica en boga, 11111 olll l'sión anticipada (Collins 1975: 54).
sea apropiada o no. La gen te se pregunta: "Quiero emplear el análisis facto-
rial: ¿cuál es el problema?" O bien te dice: " Quiero utilizar el último grito
de la moda, el path analysis: ¿Tienes algunos datos?" (1968: 221) . 11 Epistem ología y gnoseología
Se ha puesto como ejemplo el análisis de datos porque ha sido el t eatro de l•tl lo que respecta a la relación entre m etodología (y m étodo) y EPI ST EM 0 -
este recien te desarrollo. El m etodólogo italiano R icolfi lo ha juzgado, u n poco 11 ''"" · c•xiste un consenso general sob re el hecho de que la m etodología ocu pa
severam ente, como un " progreso aparente" (1982: 338); también el norteame- 1e ¡ce~ t l to n central de un con tinuum de análisis crí tico [... ] [entre] el análisis de
ricano Davis piensa que "las técnicas estadísticas avan zadas no nos dicen m u- 11 1" P.tu b dos epistemológicos que h acen posible el conocimiento social y [... ]
cho más que el análisis t abular de los tiempos de Lazarsfeld" (1 987: 179). Pero, l1 1 l.dto t .1ción de las técnicas de investigación " (Gallino 1978 : 4 65) . Ocuparse
m ás allá d el juicio sobre su u tilidad , la opin ión general es que las técnicas de f, 1111'1odología es encontrarse en u na continua tensión dialéctica entre los po-
análisis matem ático -estadístico se encuen tran ac tualmente mucho más desa- I , ele · c"ae continuum, porque "si la metodología abandona su lado epistemo-
rrolladas que las técnicas de recolección d e in form aciones o de presentación 1 1¡'1• n '•l' 1 educe a una tecnología o una práctica que ya no controla intelectual-
gráfica de los resultados. "'• 111e· Si abandon a el lado técnico, se t rans fo rm a en una p ura reflexió n
Hace algunos años otro metodólogo italiano lamentaba "el desequilib rio 111 .. ed tl " sobre las ciencias sociales, incapaz de incid ir sobre las actividades d e
entre el desarrollo de estos m étodos m atemáticos y sus efectivas aplicaciones", l1 eVI"olt¡:.tción" (Brusch i 1991: 41).
sosteniendo que "el con ocimiento de la matem ática y de la estadística propor- l{l ·st,\ agregar que en uno de los p olos n o se encuentra ta n sólo la episte-
ciona prestigio. Lo importante es que el investigador llegue a dem ostrar [... ] ltt tclll¡: t,\ (refl exión sobre los fin es, condiciones y límites d el conocimien to
que sabe dominar estos m étodos" (Capecchi 1972: 39). " Los t extos de m etodo- t• ttl dt lC>) sino también la GN OSEOLOG ÍA (reflexión sobre los fines, condicio-
logía - iron iza Troy Duster- siguen afirmando que todas las técnicas tienen el IH v ltmitcs del con ocimient o tout-court). La gnoseología ha sido y es f re-
mismo valor[ .. .] De h echo, el p rogram a d e los cu rsos y el tipo de ar tículos 111 llll'tne nte olvidada en las d eclaraciones como las m encion adas arriba. Las
aceptados para publicación pronto clan el mensaje a estudiantes y doctorandos: 1 1 11 111"• p ueden ser dos , u na lingüística y otra sustancial. El término gem elo
¡las técnicas están estratificadas!" (1981: 112). t l tl 1 gnoscology) no existe en inglés, y p or lo ta nt o nunca aparece en la im-
Naturalmen te, podemos preguntarnos acerca del motivo de este mayor de- 1'""1 ttll' literat ura anglonorteamerican a sobre el tema. En inglés, de hecho, se
sarrollo y mayor prestigio de las técnicas de análisis de datos . Se decía más 12 11 1 ''f ll"tcmology para design ar la filosofía del conocimien to (gnoseología) y
arriba que la fa scinación por las n ovedades es un m otivo para la tendencia a la ( 11 1'' e·v.d c ncia p hilosop by of scien ce por aquello qu e n osotros llam am os
especialización; sin embargo, éste no es válido en lo que respecta a las técnicas 1,¡ le' lllOIOgÍa.
de análisis en su conjunto: en el currículo de los departamentos de ciencias so- 1 l ··q:undo mo tivo p uede derivar del hecho de que tod os los inten tos de
ciales norteamericanos y de Europa del norte las técnicas estadísticas no son ¡l e1 1111 111ndamento de certeza absoluta al conocimiento científico (los más re-
novedad desde h ace al menos treinta o cuarenta años. 1 11 111 e·· l'l fenomen ismo de Schlick y d el primer Carnap, y el fisicali sm o d e
N• 111 ,11 h y del segundo Carnap) han fracasado frente a la constatación, inevita-
ltlc 1'11 ¡:1toscología, d e que n o puede haber nexos rígidos entre la esfera de los
12
Van Meter, quien fuera presidente del com ité de metodología d e la asociación mundial de 11 l•' tl' tli i'S (la realidad) , la esfera del p ensam iento y la esfera del lengu aje (Ma-
los sociólogos, ha afirmado tranquilamente, en u na reseña dedicada por la revista de la UNESCO a
l 1 tcl t 1e¡t¡;¡ ). Puede suceder que esta situación , aceptada con escaso ent usiasmo
los d iversos sectores de la sociolo gía: "El término 'método' significa habitu almente 'método de
análisis de da tos' a menos que se especifique otra cosa" (1994: 19). I'"• 111111 hos clt• los que se ocupan de c i c n ci:~ , haya provocado un sentimiento de
turbació n freme a una d isciplina que pone en cvidc1H 1.1 ltl'• il tllllt'S de las p rc
tensiones cognoscitivas de las otras.
Si la metodología se sitúa donde se ha dicho, ¿donde se sitúa el método? En
la sección previa se ha planteado que éste consiste esencialmente en el arte de
elegir las técnicas más apropiadas para enfrentar un problema cognoscitivo,
eventu almente combinándolas, comparándolas, aportando modificaciones e
incluso proponiendo alguna solución nueva. Aquello que no surgió en las sec-
ciones precedentes y que quisiéramos subrayar antes de concluir este capítulo,
es que el metodólogo no realiza estas elecciones sólo a la luz de sus competen-
cias técnicas y de las experiencias de investigación propias y ajenas. Su propen-
sión a utilizar una u otra técnica y su manera de interpretar las experiencias de
investigación están condicionadas por sus opciones gnoseoepistemológicas:
"Las soluciones técnicas presuponen soluciones metodológicas generales y es-
tas últimas, por otra parte, implican que se den respuestas adecuadas a ciertas
cuestiones epistemológicas" (Ammassari 1985: 178).