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Relieve Terrestre

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Introducción

La superficie terrestre adopta diversas formas que constituyen el


relieve. El relieve terrestre cambia continuamente debido a la
acción conjunta de la energía interna (procesos endógenos) y la
energía externa (procesos exógenos) del planeta. La corteza de La
Tierra, por ser la capa más externa, se ve afectada por estos
procesos geológicos que la modelan. Todo este ciclo de
transformaciones donde se construye y destruye el relieve terrestre
se conoce con el nombre de Ciclo Geológico.
El relieve de la corteza continental y la corteza oceánica es distinto,
debido a que cada zona se encuentra sometida a procesos
geológicos diferentes.

ZONA CONTINENTAL. En esta zona se pueden distinguir grandes


zonas con caracteres comunes. Éstas son:
Zonas montañosas. Son el resultado de procesos geológicos muy
activos y recientes, ya que la erosión actúa sobre ellas con fuerza.
Las formaciones típicas que se encuentran son:

• Montañas: Son zonas elevadas, con fuertes pendientes.


• Línea de cumbre: es la línea imaginaria que une los picos de
una cordillera de montañas.
• Collados o puertos: son pequeñas depresiones entre dos
zonas elevadas.
• Altiplanicies: son zonas llanas a gran altura, situadas entre
montañas.
• Valles: depresiones entre montañas por donde suele discurrir
el agua. Pueden tener forma de V, si el agente geológico
modelador es el agua superficial, y forma de U, si el agente
erosivo es el hielo de un glaciar.
Mesetas. Zonas llanas que destacan de los relieves colindantes por
su altura. Suelen ser estructuras muy antiguas que han sido
erosionadas a lo largo de millones de años. Son transformadas por
aguas superficiales.
Depresiones. Zonas llanas situadas a poca altura sobre el nivel del
mar o, incluso, bajo este nivel. Es el caso de los Países Bajos o las
marismas del Guadalquivir, que son inundadas por el mar. Las
depresiones también pueden inundarse de agua dulce, formando
lagos como el Lago Victoria en África.
ZONA OCEÁNICA. En el relieve ubicado bajo las aguas oceánicas
encontramos dos tipos de corteza, una pequeña porción de corteza
continental y la corteza oceánica.
Corteza continental bajo las aguas. En la corteza continental se
distingue la plataforma continental, que es un área uniforme, con
poca pendiente. Esta zona se une al fondo oceánico mediante
el talud continental, que es una superficie con fuerte inclinación.
Corteza oceánica. En la corteza oceánica se distinguen:

• Dorsales oceánicas: son grandes elevaciones de unos 3.000


metros sobre el fondo oceánico. Se encuentran en los bordes
de placas litosféricas asociadas a volcanes submarinos.
• Llanuras abisales: son grandes extensiones llanas sobre las
que encontramos montes submarinos y guyots.
• Guyots: son montes submarinos de cimas planas. La cima fue
erosionada cuando se encontraba a nivel del mar.
• Fosas abisales: son fisuras estrechas y profundas donde se
acumula gran cantidad de sedimentos. Se localizan en los
bordes de placa, cerca de un continente o de una zona insular.
Están asociadas a la presencia de terremotos.
El relieve terrestre
El relieve actual de la Tierra es el resultado de un largo proceso que
todavía continúa y tiene diversas partes, como por ejemplo la
teoría de la tectónica de placas, que indica que la litosfera está
dividida en diversas placas tectónicas que se desplazan lentamente,
lo que provoca que la superficie terrestre esté en continuo cambio,
teoría de la deriva continental.

La teoría de la deriva continental


Alfred Wegener, en 1912, fue el primero que formuló la teoría de la
deriva continental, según la cual se ha producido un
desplazamiento de los continentes a lo largo de la historia
geológica. Wegener supone la existencia de un supercontinente,
denominado Pangea, que constituía un bloque compacto hace 300
millones de años sobre un mar llamado Pantalasa. Al inicio de la era
secundaria, hace algo más de 200 millones de años, la Pangea
empezó a fragmentarse, primero en dos supercontinentes,
Gondwana al sur y Laurasia al norte, y a continuación en los
actuales continentes, que empezaron a separarse y siguen
haciéndolo.

La teoría de la tectónica de placas.


Recientemente se ha completado y corregido la hipótesis de
Wegener con la teoría de la tectónica de placas, que parte de la
idea de que la superficie terrestre, la litosfera o parte más externa
de la Tierra, está constituida por placas rígidas que se mueven
flotando por encima de una zona de materiales plásticos en el
manto superior (Astenosfera).

Los movimientos de las placas litosféricas rígidas se producen


debido a las corrientes de convección existentes en el manto y
explican los fenómenos geológicos que tienen lugar en la corteza
terrestre como la formación de las cordilleras y la actividad sísmica
y volcánica, que se producen en los límites o bordes de las placas.

Se distinguen ocho grandes placas litosféricas: placa africana, que


comprende la casi totalidad del continente africano; placa
euroasiática, esencialmente continental, pero que también engloba
parte del Atlántico norte; placa norteamericana, que comprende
América del Norte y parte del Atlántico norte; placa sudamericana,
que comprende América del Sur y la parte occidental del Atlántico
sur; placa del Antártico, con parte continental y parte oceánica.
Placa indoaustraliana, que comprende Australia y el Noreste del
océano Índico; placa del Pacífico meridional, enteramente
oceánica; placa del Pacífico septentrional, también completamente
oceánica. Algunas de estas placas, al ser estudiadas con detalle, se
subdividen en placas secundarias de menores dimensiones, pero
cuya existencia sirve para explicar la tectónica de ciertas zonas.

La litosfera
La litosfera (de la palabra del griego que significa literalmente
"esfera de piedra") es la capa más superficial de la Tierra sólida,
caracterizada por su rigidez. Comprende los continentes y también
los fondos oceánicos. Está formada por la corteza terrestre y por
una zona externa del manto y "flota" sobre la astenosfera, una capa
“blanda” que forma parte del manto superior. Tiene un espesor
que varía entre aproximadamente 100 km para los océanos y 150
km para los continentes y es la zona donde se produce, en
interacción con la astenosfera, la tectónica de placas

La formación del relieve.


La superficie de la Tierra no es plana, sino que es muy irregular y
accidentada, existen áreas elevadas, deprimidas, en pendientes etc.
El conjunto de todas las formas que presenta la superficie terrestre
constituye el relieve. El relieve se representa en los mapas a través
de las curvas de nivel que unen puntos de igual altitud sobre el
nivel del mar, así como con distintos colores o tonalidades según la
altitud.

Las deformaciones de la corteza


terrestre:
Como hemos visto, las placas tectónicas están en continuo
movimiento y estos movimientos tectónicos generan
desplazamientos, hundimientos y alzamientos, dando lugar a los
siguientes tipos de deformaciones de la corteza terrestre:

a) Fallas: las fallas son fracturas de los materiales rocosos


producidos por los movimientos tectónicos. Generalmente originan
bloques elevados, denominados horst, y bloques hundidos,
denominados graben o fosas tectónicas. Entre las fallas más
famosas nos encontramos la californiana de San Andrés, que
provoca grandes terremotos en la costa este de los Estados Unidos.

b) Plegamientos

Se producen también bajo esfuerzos compresivos de origen


tectónico y consisten en deformaciones sin roturas, de los estratos
de las cuencas sedimentarias. Al plegarse los sedimentos se
originan zonas elevadas, denominadas anticlinales, y zonas
hundidas, denominadas sinclinales.
c) Basculamientos: Los movimientos tectónicos también pueden
producir basculamientos, cuando bloques de la litosfera con una
inclinación de su superficie determinada varían ésta a consecuencia
de sus efectos.

Fuerzas internas y fuerzas externas:


Todos estos movimientos tectónicos provocan intensas fuerzas en
el interior de la tierra y esas poderosas fuerzas que provienen del
interior de la Tierra son las que provocan los desplazamientos de
ascenso y descenso que van formando el relieve. Las principales
fuerzas internas son los volcanes y los terremotos.

Terremotos
Los terremotos son movimientos violentos de la corteza terrestre
que, por lo general, causan severas transformaciones en el relieve,
como grietas y desprendimientos del terreno; y si se producen en el
océano pueden generar grandes olas que se denominan tsunamis –
nombre japonés del maremoto–, que arrasan enormes zonas en las
costas. Las causas de los terremotos son dos fenómenos: el
vulcanismo y la actividad tectónica.

En cuanto a su expresión, los terremotos suceden en forma de


sacudidas. La principal puede durar desde segundos hasta dos
minutos. Si después hay pequeñas sacudidas, se habla de réplicas.

El lugar en el interior de la Tierra donde se origina el terremoto se


llama hipocentro, y el que se ubica encima de él, en la superficie
terrestre, epicentro
Seguramente, has escuchado hablar de seísmo y terremoto como
sinónimos; pero en realidad el seísmo es solo un movimiento de
tierra provocado por el acomodamiento de las rocas de la litosfera
(corteza terrestre). Cuando el seísmo sacude con gran intensidad la
Tierra se denomina terremoto. Los seísmos se miden en dos
escalas: de Mercalli, que mide sus efectos, y la de Richter, que
registra la energía que libera

Volcanes
Los volcanes son aberturas en la superficie terrestre a través de las
cuales se expulsa materia incandescente, gases y cenizas. Estos
elementos provenientes del interior de la Tierra se acumulan y
forman un relieve, generalmente de forma cónica.

En las entrañas de la Tierra también existen rocas fundidas que se


encuentran a altas temperaturas y presiones, llamadas magma. En
su ascenso, el magma, en estado líquido, funde las rocas de la
litosfera, llegando a la superficie y ocasionando una erupción
volcánica. El magma sube a través de una chimenea, cuya parte
superior se llama cráter.

Aunque por lo general la erupción de un volcán puede provocar


movimientos sísmicos, estos son más localizados y menos fuertes
que los de origen tectónico.

Fuerzas Externas
Las formas del relieve no son sólo la consecuencia de la acción de
las fuerzas internas de la Tierra. El relieve se transforma debido a la
acción de una serie de agentes externos que modelan la superficie
terrestre mediante procesos físicos, químicos y biológicos, que
pueden durar desde un instante hasta millones de años. Los
principales agentes externos que transforman el relieve terrestre
son el agua, el aire y los seres vivos. La transformación del relieve
se produce en tres fases: erosión, transporte y sedimentación.

• La erosión es el conjunto de procesos de desgaste, fragmentación


y fractura de las rocas debidos a la acción de agentes como las
corrientes de agua, el viento, los seres vivos, etc. Supone el
arranque de pequeños fragmentos de material rocoso, con la
consiguiente alteración de las formas del relieve.

• El transporte es el arrastre de los materiales arrancados por la


erosión, ya sean arrastrados por los glaciares y las corrientes de los
ríos, o por los seres vivos, o bien suspendidos en el aire y en las
aguas del mar.

• La sedimentación es el proceso de acumulación en una zona de


depósito de los materiales después de haber sido erosionados y
transportados. Los agentes externos participan en las tres fases de
modelado. Por ejemplo, el viento puede desgastar la roca,
transportar polvo y acumular arena.

▪ Acción del agua. - El agua es uno de los más importantes agentes


externos cuya función principal, además de la erosión, es la de
transportar los materiales erosionados. La lluvia y el agua de capas
subterráneas y ríos transforman el terreno por erosión y
sedimentación. El material erosionado y llevado por los ríos forma
los suelos más fértiles del mundo
. ▪ Acción del viento. - El viento desgasta las rocas, arranca
partículas de arena ya disgregadas y con ellas golpea, pule y da
forma a otras rocas. Asimismo, el viento transporta la arena
durante kilómetros y la deposita formando dunas.

▪ Acción de los seres humanos. - El ser humano también modifica el


paisaje debido a la práctica de la agricultura y la ganadería, la tala
de bosques, los incendios, la construcción de carreteras y embalses,
la explotación de minas, las guerras, etc.

La hidrosfera:
Es la capa de agua que recubre el 70% de la superficie de la Tierra y
cuya presencia es imprescindible para el mantenimiento de la vida.
La Tierra es el único planeta en el que existe agua en sus tres
estados físicos (sólido, líquido y gaseoso) Se formó a partir del
vapor de agua existente a la atmósfera primitiva cuando la
superficie del planeta, formado hace 4.600 millones de años, se
enfrió suficientemente. La forman los océanos, mares, ríos
terrestres y subterráneos, glaciares, lagos, lagunas y el vapor de
agua contenido en la atmósfera. Debido a los desplazamientos de
las aguas y al ciclo del agua la hidrosfera sufre cambios
continuamente. De acuerdo con la cantidad de sal disuelta en el
agua se puede diferenciar:

Agua salada:
Es la que forma parte de los mares y océanos, que poseen una
salinidad media de 35 gramos por litro de agua. La salinidad de las
aguas varía de acuerdo con la temperatura, la evaporación y al
aporte de agua dulce por parte de los ríos y las precipitaciones.
Agua dulce: Es la que forma parte de los ríos y lagos. Su poca
salinidad se debe a que proviene de las lluvias.

El ciclo del agua:


El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del
agua entre los distintos compartimentos de la hidrosfera y el agua
solamente se traslada de unos lugares a otros o cambia de estado.
Comienza con la evaporación del agua desde la superficie del
océano. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el
vapor se transforma en agua: es la condensación. Las gotas se
juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la
precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como
nieve o granizo.

Una parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los
seres vivos; otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un
lago o el océano. A este fenómeno se le conoce como escorrentía.
Otro poco del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de
agua subterránea. Este proceso es la percolación o filtración a los
acuíferos. Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá
nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la
evaporación.

Estados y composición del agua:


Estado líquido:
En este estado el agua posee gases disueltos (oxígeno y dióxido de
carbono) que permiten la respiración de los organismos que
habitan en ella y la fotosíntesis, en el caso de los vegetales.
Además, tiene la capacidad de disolver otras sustancias, que son
necesarias para el desarrollo de la vida, como las sales. El agua en
estado líquido forma océanos, mares, ríos, arroyos, lagos, lagunas,
etc.

Estado sólido:
Al bajar de 0 °C el agua se congela, pasando al estado sólido.
Cuando el agua experimenta dicho proceso, aumenta su volumen a
medida que la temperatura desciende. El agua en estado sólido
forma la nieve, el hielo, el granizo. De este modo se originan
enormes masas de hielo que cubren los lugares más fríos de la
Tierra. También aparecen en los picos nevados de las montañas y
en lugares donde las temperaturas llegan, en invierno, a varios
grados bajo cero. La nieve cae en forma de copos que cubren calles,
casas, árboles, etc.

Estado gaseoso:
El agua al alcanzar los 100º C pasa al estado gaseoso o vapor de
agua. Debido al aumento de temperatura, las moléculas poseen
mayor movilidad y chocan entre sí por lo cual se dispensan y
ascienden ocupando mayor lugar. El agua en estado gaseoso forma
parte de la atmósfera, se encuentra en el aire y en las nubes.

El agua está formada por dos elementos químicos, oxigeno e


hidrogeno, combinados en proporción de dos moléculas de
hidrogeno por una de oxígeno. Su fórmula química es H2O. En su
estado natural, el agua contiene disueltas diversas sustancias. De
hecho, en estado puro, únicamente podríamos encontrar agua si la
recogemos directamente de la lluvia y a la mayor altitud posible (y
esta agua también lleva disueltas sustancias gaseosas de la
atmósfera). También se puede producir de forma artificial (agua
destilada). Por otro lado, el sabor salado del agua de mares y
océanos (y algunos lagos) se debe a la abundante cantidad de sales
disueltas en ella. De hecho, el agua pura no tiene sabor, color ni
olor.

Distribución del agua en la tierra.


(aguas marinas y aguas
continentales).
Las aguas marinas:
Constituyen el 97% de la hidrosfera, son las aguas de los océanos y
los mares. Su profundidad media es de 4000 m.
Las aguas continentales:
Representan el 3% de la hidrosfera. Son las aguas que se localizan
en los continentes. Se distribuyen a su vez en: Aguas superficiales,
(7%), subterráneas. Representan el 20% y casquetes polares y
glaciares representa el 79%. El agua también se encuentra en la
atmósfera en forma de vapor y de nubes.

Las aguas marinas


- Aproximadamente el 70% de la superficie de la Tierra está
cubierta de agua y los mares contienen algo más del 97% del agua
existente en la Tierra. Dichas aguas son saladas porque contienen
cloruro sódico (NaCl), es decir, sal común, entre otras sustancias en
disolución. Llamamos salinidad a la cantidad de sal disuelta en las
aguas marinas. Es mayor en los mares cerrados y cálidos, como el
Mar Muerto, donde se produce una gran evaporación de agua; en
cambio es menor en los mares abiertos y fríos, como el Mar del
Norte.

El agua del mar se encuentra en continuo movimiento debido a los


vientos, a las diferencias térmicas y de salinidad entre unas zonas y
otras, a la atracción del Sol y la Luna, a la morfología de los océanos
etc.

Las olas son movimientos ondulatorios del agua, producidos por el


viento, que se originan en la superficie de los océanos y mares y se
propagan hasta llegar a las costas. Los tsunamis, son olas gigantes.

Las mareas son movimientos periódicos del agua del océano que
consiste en ascensos y descensos del nivel del agua. Son
provocados por las fuerzas de atracción que ejercen la Luna y el Sol
sobre la Tierra (sobre todo la Luna). Cuando la marea es alta, recibe
el nombre de pleamar, y cuando desciende y el agua alcanza el
nivel más bajo, se denomina bajamar. Las mareas son perceptibles
en las costas donde se observa los cambios de nivel del mar. La
amplitud que alcanzan es mayor en las costas de los océanos
abiertos que en los mares cerrados, así mientras que en el océano
Atlántico oscilan entre 3 y 16 m, en el mar Mediterráneo es de unos
30 cm.

Las corrientes marinas son cursos de agua que se desplazan por el


interior de los océanos. Este desplazamiento se produce por: el
movimiento de rotación de la tierra, los vientos, y la diferencia de
densidad provocada por las distintas temperaturas y la salinidad del
agua

Las aguas continentales


Son las constituidas por los lagos, ríos y corrientes superficiales. Los
lagos son masas de agua de gran extensión y profundidad en
depresiones del terreno denominadas cubetas. En muchos casos,
del lago sale un río que va al mar, en otros no hay desagüe, sino
que las aguas se evaporan a la atmósfera directamente desde el
lago. Aunque en su mayoría son de agua dulce, también existen
lagos salados. El origen de los lagos puede ser: cárstico, glaciar,
tectónico como en la zona del Rift africano en el que se sitúan lagos
como el de Victoria, Tanganika; o volcánico: cuando el agua rellena
el cráter de un volcán. Cuando son muy grandes se denominan
mares, como el Caspio, que tiene una extensión poco menor que
España.
Un río es una corriente natural de agua que fluye con continuidad.
Posee un caudal determinado, rara vez constante a lo largo del año,
y desemboca en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se
denomina afluente. La parte final de un río es su desembocadura.
Cuando el río es corto y estrecho, recibe el nombre de riacho,
riachuelo o arroyo. Un río está compuesto por varias partes básicas.
Por lo general, los ríos, especialmente los más grandes, se dividen
en tres partes principales, de acuerdo con su capacidad erosiva y de
transporte de sedimentos:

Curso superior: Generalmente, esta parte de los ríos coincide con


las áreas montañosas de una cuenca determinada. Aquí, el
potencial erosivo es mucho mayor y los ríos suelen formar valles en
V al encajarse en el relieve. Algunas veces, cuando esta parte de un
río se encuentra en regiones de montaña de clima seco pueden
denominarse barrancos, ramblas o torrentes.

Curso medio: Generalmente, en el curso medio de un río suelen


alternarse las áreas o zonas donde el río erosiona y donde deposita
parte de sus sedimentos, lo cual se debe, principalmente, a las
fluctuaciones de la pendiente y a la influencia que reciben con
respecto al caudal y sedimentos de sus afluentes. A lo largo del
curso medio, la sección transversal del río habitualmente se irá
suavizando, tomando forma de U en lugar de la forma de V que
prevalece en el curso superior.

Curso inferior: En las partes en donde el río fluye en áreas


relativamente planas, suele formar meandros: establece curvas
regulares, pudiendo llegar a formar lagos en herradura. Al fluir el
río, acarrea grandes cantidades de sedimentos, los que pueden dar
origen a islas sedimentarias, llamadas deltas. La desembocadura de
un río que termina en una boca muy ancha y profunda se denomina
estuario.

Régimen de un río
Se llama caudal de un río a la cantidad de agua que transportan por
unidad de tiempo. De acuerdo con su origen, pueden distinguirse
tres regímenes diferentes:

- Régimen pluvial: Su caudal aumenta en épocas de lluvia,


generalmente verano o invierno.

- Régimen nival: Su caudal aumenta en épocas de deshielo, a


principios del verano.

- Régimen mixto: Su caudal aumenta en épocas de lluvia y


deshielo.

El período de menor caudal recibe la denominación de estiaje,


mientras que el de mayor caudal se denomina creciente. Existen
ríos que presentan regímenes regulares y mantienen su nivel de
caudal durante todo el año.

Aguas subterráneas
Son las aguas que forman ríos subterráneos, cuyo aporte se debe al
agua de lluvia, nevadas o deshielos que se infiltra en suelos
permeables hasta llegar a las capas impermeables. Allí se forman
las capas freáticas en acuíferos que se desplazan siguiendo el
desnivel del terreno. Son de suma utilidad pues es utilizada para
consumo y riego cuando sus condiciones lo permiten. Pueden
originar fuentes, manantiales o extraerse mediante pozos.

Principales formas de relieve:


Los procesos externos, relacionados con el clima y la fuerza de
gravedad, dan paso a las formas superficiales del relieve. Las
montañas son las formas del relieve de mayor elevación, con una
altura superior a los 600 metros sobre el nivel del mar, por lo
general con laderas escarpadas. Existen montañas antiguas y
jóvenes. Las montañas antiguas presentan formas redondeadas
debido al desgaste provocado por la erosión del agua del hielo o el
viento. Las montañas jóvenes se caracterizan por su mayor altura y
sus formas puntiagudas. Normalmente, los glaciares o ríos de hielo
tienen su origen en las altas montañas. Las montañas suelen estar
agrupadas en grandes conjuntos denominados cordilleras, entre las
que destacan la del Himalaya, en Asia y la de los Andes, en América.

Las mesetas son planicies elevadas y su altitud respecto al nivel del


mar suele superar los 400 metros, aunque algunas rebasan dicha
cifra. Es el caso, de la meseta del Tíbet, en Asia, que está situada a
más de 2.000 metros de altitud y es la más elevada del mundo.
Pueden tener valles estrechos y profundos que originan grandes
desniveles. Las mesetas también se llaman altiplanicies o altiplanos,
cuando se encuentran a gran altura sobre el nivel del mar.

Las colinas son semejantes a las montañas, pero las diferencias de


nivel son menos marcadas. El relieve quebrado predomina sobre el
llano, pero las formas son más pequeñas o redondeadas. Las
llanuras poseen un relieve casi horizontal, con alteraciones muy
leves. La mayoría se encuentra a poca altura sobre el nivel del mar
(no suele superar los 200 metros sobre el nivel del mar). Las
llanuras ocupan una gran parte de los continentes, como la Gran
Llanura Europea, y están recorridas por ríos, que excavan
depresiones alargadas llamadas valles.

Principales formas del relieve


costero.
El relieve costero, es aquel relieve que se refiere a los accidentes
geográficos que se encuentran en las costas. El relieve costero se
clasifica en entrantes y salientes.

Golfo: Entrante del mar en la tierra. Se origina porque allí se acaba


el relieve montañoso. Se sitúan entre los grandes cabos. Otra
denominación de golfo es bahía.

Cabo: Punta de tierra que penetra en el mar. Son extremos


montañosos.

Península: Porción de tierra rodeada de agua por todas partes


menos por una, a través de la cual se une a otras tierras y que
recibe el nombre de istmo.

Delta: Terreno de forma triangular que se forma en la


desembocadura de algunos ríos con arena y piedras traídas por las
aguas.

Albufera: Extensión de agua salada separada del mar por una


estrecha franja de tierra. Ejemplo: la de Valencia o el Mar Menor en
Murcia.
Isla: Porción de tierra, más pequeña que un continente, rodeada de
agua por todas partes.

Archipiélago: Conjunto de islas. Ejemplos: archipiélago de las


Canarias, Baleares, Azores.

Estrecho: Paso estrecho de agua entre dos tierras. También pueden


definirse como pasos naturales de agua entre dos costas, mediante
los cuales se comunican un mar con otro mar, que puede ser libre o
interior. Ejemplos: estrecho de Gibraltar, estrecho de Mesina.
Conclusión
El relieve terrestre cambia continuamente debido a la acción
conjunta de la energía interna (procesos endógenos) y la
energía externa (procesos exógenos) del planeta. La corteza
de La Tierra, por ser la capa más externa, se ve afectada por
estos procesos geológicos que la modelan.

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