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Justificacion Conductas Antisociales

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Justificación

La presente investigación busca contribuir en la comprensión de la importancia de

conocer los procesos emocionales de los jóvenes y/o adolescentes del colegio Andrés bello

(Cúcuta) con el fin de generar nuevos conocimientos sobre la problemática de las conductas

antisociales y poder profundizar en la relación de dichas conductas y la inteligencia

emocional; se ha comprobado que las emociones generan un efecto regulador en las

interacciones sociales, lo que nos lleva a pensar que cuando presentamos problemas en la

parte emocional tenemos dificultades al momento de controlar nuestros impulsos o

conductas.

La conducta antisocial es uno de los problemas más habituales en la niñez y

adolescencia, como bien sabemos hay muchos menores que se encuentran en tratamiento

por agresividad, problemas de conducta y conducta antisocial, todas estas conductas

representan una amenaza para el desarrollo individual y social del adolescente, y por

consiguiente es un objeto de estudio de gran relevancia. Los pocos estudios que se han

realizado sobre los posibles detonantes de estas conductas han arrojado resultados

significativos para dichas investigaciones, según los factores culturales, familiares,

escolares, individuales en los que se encuentra el adolescente, dado que la conducta social

es compleja y la violencia se da debido a múltiples factores. En el caso de los menores

infractores, se ha comprobado que la presencia de un bajo nivel de empatía conlleva

dificultades para comprender el estado emocional de los demás, aspecto implicado en el

desarrollo de la Conducta Antisocial (Graña, 2010, 75).


Ahora bien, para prevenir e intervenir en dicha problemática debemos hacerlo desde

diversos factores socio-culturales; debemos tener en cuenta que la educación familiar

desarrolla un papel primordial, ya que los padres son quienes deben generar empatía y una

conducta social positiva que refuerce estas conductas en sus hijos/hijas, Según (Lösel y

Bender, 2003) “son los denominados factores de protección del sujeto: buena salud,

inteligencia social (empatía, habilidades de relación) , autocontrol, inteligencia escolar..; y

los denominados factores de protección del ambiente : padres con relación de apego, con

habilidades de crianza y que supervisan y adultos como modelos positivos, amigos

prosociales, etc.”. Según estos autores encontramos que son los padres quienes tienen el

papel fundamental en la crianza de sus hijos para generar la prevención de conductas

antisociales.

Las emociones son una parte fundamental del se humano, ya que nos ayudan a

relacionarnos de manera adecuada. Según Goleman (2002), “las personas que gobiernan

adecuadamente sus sentimientos, y asimismo saben interpretar y relacionarse efectivamente

con los sentimientos de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los

dominios de la vida, desde el noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las

reglas tácitas que gobiernan el éxito en el seno de una organización…” (28).

Cabe destacar, que desde la perspectiva de la psicología, no solo es importante tener

en cuenta el desarrollo cognitivo del adolescente, sino también su desarrollo emocional,

aptitud que proporciona a las personas la capacidad de reconocer y manejar sus propios

sentimientos, y establecer relaciones interpersonales saludables con los demás, lo que

actualmente se conoce como habilidades de la Inteligencia Emocional (Goleman, 2002)


Es importante resaltar que no todos los adolescentes que han cometido alguna

infracción o conducta persisten con este comportamiento a lo largo de su vida, aunque

existirá un pequeño grupo cuya conducta antisocial persistente los expone a desarrollar un

“trastorno antisocial de la personalidad” en la edad adulta como lo indican los criterios del

DSM-V.

Teniendo en cuenta que este trabajo se centra en las variables de Inteligencia

Emocional y conductas antisociales debido a que son factores relevantes en la vida de los

adolescentes, es importante realizar esta investigación, en la cual, no solamente se pretende

determinar los niveles de desarrollo de la Inteligencia Emocional que presentan los

adolescentes de colegio Andrés bello (Cúcuta); sino también describir la relación entre la

inteligencia emocional y las conductas antisociales, según los resultados de esta

investigación se pueden generar nuevos conocimientos y entregar un aporte sobre la

relación de estas dos variables, ya que es un espacio de transición importante para llegar a

la adultez contando con las herramientas que ayuden a la persona a desenvolverse

adecuadamente como adulto en su medio.


Referencias

GRAÑA José Luis G. y Rodríguez Mª José B. (2010). Programa Central de

Tratamiento Educativo y Terapéutico Para Menores Infractores, Facultad de Psicología,

Universidad Complutense de Madrid.

Lösel, D. Y Bender, D. (2003) Factores de resiliencia en Farrington, D.P. y Coid,

J.W (eds) prevención temprana del comportamiento antisocial del adulto (pp.130-204).

Cambridge: Cambridge University Press.

GOLEMAN, Daniel (2002). La Inteligencia Emocional, Javier Vergara, editor,

Printing Books.

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