Arquitectura Moderna
Arquitectura Moderna
Arquitectura Moderna
Es importante mencionar que para lograr completar este ensayo relacionado a la arquitectura
moderna en el Perú se han utilizado estudios y opiniones de destacados profesionales. Al final se
hace una breve reseña bibliográfica.
Para finales de la década de 1920 Le Corbusier había definido sus cinco puntos de la arquitectura
moderna plasmados posteriormente en la Villa Savoye, y Mies van der Rohe ya había hecho lo
propio demostrado las cualidades de una nueva arquitectura en el Pabellón Alemán para la
Exposición Universal de Barcelona, en 1929. Sin embargo, en el Perú, se desarrollaba una
arquitectura con estilos básicamente “neocoloniales” y “californianos” que permanecieron
inamovibles hasta finales de la década de 1940.
Según historiadores, durante la década de 1930, el Perú logra una aproximación a esta
modernidad - llamados por algunos “estilo internacional” - con algunas construcciones en la ciudad
de Lima que correspondían a una tendencia a la que se le llamó “Estilo Buque”, estilo que se
practicó de manera eventual, dejando en todo momento la supremacía del neocolonialismo
existente.
Para mediados de la década de 1940 los arquitectos peruanos empiezan a vincularse con la
arquitectura moderna. Las visitas de arquitectos como Richard Neutra, José Luís Sert y Walter
Gropius en estos años sirvieron para sentar las bases del movimiento moderno en el Perú.
Los años que Belaúnde dirigió la publicación coinciden con la primera fase de las grandes
migraciones internas, el hecho demográfico más importante de la historia de nuestro país (y de
Lima), que modificó el patrón histórico de ocupación del territorio. El Perú, básicamente rural y
serrano hasta el censo de 1940, pasó a ser un país urbano y costeño.
La planificación implica la noción de una autoridad que impone prioridades que se hallan por
encima de los intereses económicos individuales y por encima también de las reglas del libre
mercado.
La Revista abogó por la modificación de la norma liberal que había guiado al estado peruano desde
los años de la “República Aristocrática”. La revista defendió la tesis de promover el desarrollo a
través de un crecimiento hacia adentro; fue partidaria, por lo tanto, del proceso de “sustitución de
importaciones” y contraria al modelo exclusivamente exportador. La revista EL Arquitecto Peruano
llamaba a los empresarios a impulsar la inversión de capital para la ampliación del mercado interno.
En este sentido, para el arquitecto Belaúnde había que producir en el Perú fierro, cemento, vidrio y
madera, ya que un país sin industrias básicas no podía aspirar al desarrollo.
En las elecciones de 1945, en las que triunfó la opción reformista de Bustamante y Rivero,
Belaúnde Terry salió elegido diputado por Lima. En esta primera responsabilidad política, el joven
arquitecto impulsó, desde el Congreso, e inspirado en las ideas de su revista, cuatro importante
leyes:
1. La propiedad horizontal del suelo.- De acuerdo a la ley vigente, solo podía haber un dueño por
edificio, por lo que los departamentos solo podían alquilarse (por ello, había pocos en Lima). La
nueva ley autorizaba al propietario de un departamento a inscribir su propiedad en forma
independiente y compartir el suelo con los dueños de los otros departamentos de su edificio. Esta
norma fue un mecanismo indispensable para estimular los edificios por departamentos en nuestra
ciudad.
CASA WIRACOCHA, Lima - 1948. Luis Miroquesada, arquitecto.
LAS UNIDADES VECINALES. La Corporación Nacional de Vivienda fue la que impulsó la
creación de unidades vecinales para resolver el problema de la vivienda en nuestra ciudad. Se
acordó la construcción de 7 unidades vecinales, cuatro en Lima y tres en el Callao. Se trataba de
complejos habitacionales autónomos; por ello, contaban con mercado, posta médica, comisaría,
centro cívico o local comunal, oficina de correos, escuelas primarias para niños y niñas, cine-teatro,
cancha de fútbol, piscina y, lógicamente, una iglesia; además, tenían un sistema de circulación
peatonal y vehicular propio. Recién, en 1955, se construyó la unidad vecinal de Mirones, diseñada
por el arquitecto Santiago Agurto Calvo, sobre la avenida Colonial, ex carretera del Callao.
Unidad Vecinal Matute, Lima. Arq. Santiago Agurto, 1952 - 1953.
Mayor Información sobre las Unidades de Vivienda o Conjuntos Vecinales:
http://divagarquitectura.blogspot.com/2012/04/unidad-vecinal-matute.html
La adopción de la Unidad Vecinal, como modelo urbano autónomo, había sido recomendado por
los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, y en Latinoamérica, la labor de difusión la
cumpliría los Congresos Panamericanos, influyente en el caso peruano, el realizado en su sede en
1947.
Gracias a la Corporación Nacional de la Vivienda, y los fondos económicos correspondientes, se
dio inicio a la primera Unidad vecinal: la UV 3 (1950), en la Av. Colonial, que abriría paso a un
grupo importante de conjuntos vecinales que abarcan hasta 1985.
Se planteó un tipo de hábitat nuevo basado en el “tapiz urbano”, esto es, un compacto tejido de
casas de una, dos y tres plantas con patios cerrados por muros. Estos patios suelen ser mayores
que las propias viviendas, apropiados para que los habitantes conserven sus hábitos de vida al
exterior. Los viales de servicio y calles de peatones se definen con los muros de escasa altura y
prácticamente sin aberturas.
Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, estas casas basadas en las casas con patio de la
arquitectura local eran nuevas versiones de la arquitectura mediterránea, cuyo origen se remonta a
la antigüedad. Estas simples estructuras de ladrillo requerían menos sofisticación tecnológica y
causaban menos alteración social que la ordenación en bloques, y eran mucho más factibles
económicamente para viviendas de bajo coste. Como estaba previsto que los residentes de
Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyo un espacio en las casas para
guardar animales. Giedion aludió posteriormente a estas casas como “formas transitorias entre el
pasado y el futuro”, pero en su propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la
estrecha relación con las costumbres locales.
El “tapiz urbano” conformado por estas viviendas patio constituyo el primer ejemplo de una
modalidad de hábitat de alta densidad y baja altura que resulta ideal para situaciones donde el
suelo tiene un precio bajo y el clima es árido, es decir, donde los posibles espacios dejados entre
los edificios no estarían cubiertos por un manto vegetal, sino por polvo y matorrales. Este plan de
Chimbote se presentó al VII CIAM de 1949, celebrado en Bergamo, al que asistieron arquitectos
jóvenes, de la tercera generación del movimiento moderno.
Las visitas de José Luis Sert al Perú para el desarrollo del Plan Regulador de Chimbote sirvió
también para relacionarse con los proyectistas del "Plan Regulador de Lima", el cual sólo fue
construido en lo que es hoy es el Centro Cívico, varios años después.
Para los arquitectos peruanos, el ingreso de la arquitectura moderna significó una evolución
lograda en países desarrollados y luego trasladada a nuestro país. La universalidad, como uno de
los principios del movimiento moderno, no será completamente entendido por los arquitectos
locales, y es por ello que se ven un sin número de intentos en la búsqueda de aspectos formales
que le proporcione a la arquitectura moderna –producida en el Perú- la identidad anhelada.
Héctor Velarde
Extracto de la conferencia ofrecida el 21 de Diciembre de 1957,
En la sociedad de arquitectos del Perú.
Uno de los primeros intentos por lograr esta identidad propia del Perú se puede ver en los trabajo
desarrollados por el arquitecto Enrique Seoane Ros, quien colocó a manera de decoración frisos
abstractos con figuras zoomorfas que evocaban la arquitectura desarrollada por la cultura Chimú.
El Edificio Wilson proyectado por Seoane Ros en 1946 nos da un acercamiento a los primeros
intentos de plasmar una identidad peruana en la arquitectura. Estas reminiscencias también las
podemos observar en el edificio del Ministerio de Educación el cual Proyectó para 1951.
El arquitecto Walter Gropius en una conferencia dirigida a arquitectos peruanos, se refirió a este
intento de buscar una identidad de la siguiente manera:
…“Busquen la autentica expresión regional, pero sin apoyarse en viejos emblemas y detalles
superficiales”…
Walter Gropius
Sin llegar a utilizar una decoración o detalles superficiales como manifestó Walter Gropius, el
arquitecto Teodoro Cron logrará plasmar en sus proyectos una serie de composiciones que evocan
al pasado arquitectónico peruano. El manejo de la luz en el uso de celosías de madera en las
ventanas y la composición de la fachada del Edificio de Departamentos en la calle Roma será una
puesta en escena interesante de lo que podría ser una arquitectura moderna con carácter nacional,
causando una gran expectativa en la sociedad limeña hacia la década de 1950. Otro proyecto del
mismo arquitecto, donde la tradición local se reflejará en el uso del patio como elemento de
distribución, es la casa del señor Jean Schaer en San Isidro, en 1958. Sin embargo la influencia
que generaron las obras de Teodoro Cron en sus seguidores no llegó a ser plasmada con la misma
calidad.
El arquitecto José García Bryce también desarrolló una serie de proyectos en los que demuestra
gran destreza para abstraer reminiscencias históricas peruanas, como en el proyecto que publicó la
revista El Arquitecto Peruano en 1962 con el título “Una Casa con Inspiración Limeña”, donde se
proponía el uso del adobe como material constructivo logrando mantener una “formalidad
moderna”.
El arquitecto español José Luís Sert y su socio Paúl Lester Wiener en el proyecto para el Plan
Regulador de Chimbote hacia 1948, luego de varios estudios, desarrollan una serie de propuestas
arquitectónicas y urbanas modernas que se adecuaban a las costumbres locales que encontraron
en Chimbote. Estas costumbres lleva a los proyectistas a proponer un tipo de hábitat nuevo basado
en el “tapiz urbano”, esto es, un compacto tejido de casas de una, dos y tres plantas con patios
cerrados por muros. Estos patios suelen ser mayores que las propias viviendas, apropiados para
que los habitantes conserven sus hábitos de vida al exterior. Los viales de servicio y calles de
peatones se definen con los muros de escasa altura y prácticamente sin aberturas.
Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, eran casas basadas en las casas con patio de la
arquitectura local, cuyo origen se remonta a la antigüedad. Estas simples estructuras de ladrillo
requerían menos sofisticación tecnológica y causaban menos alteración social que la ordenación
en bloques, y más factibles para viviendas de bajo costo. Como estaba previsto que los residentes
de Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyo un espacio en las casas para
guardar animales. Giedion aludió posteriormente a estas casas como “formas transitorias entre el
pasado y el futuro”, pero en su propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la
estrecha relación con las costumbres locales.
Con Juan Velasco Alvarado como presidente del Perú, las principales obras arquitectónicas
cambiaron de rubro, pasando de la vivienda al edificio institucional. Se proyectaron y construyeron
ministerios, observándose el uso de concreto caravista perteneciente a la etapa llamada
“Brutalista”.
Fuente Bibliográfica: