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Arquitectura Moderna

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ARQUITECTURA MODERNA EN EL PERÚ

Ensayos Personales, 2012.

El texto que se expone a continuación es el resultado de casi 10 años de estudios relacionados al


desarrollo de la arquitectura moderna en el Perú. 

Es importante mencionar que para lograr completar este ensayo relacionado a la arquitectura
moderna en el Perú se han utilizado estudios y opiniones de destacados profesionales. Al final se
hace una breve reseña bibliográfica.

Fernando Freire, arquitecto.

ARQUITECTURA MODERNA EN EL PERÚ

La Arquitectura Moderna se desarrolló en el Perú tardíamente, aproximadamente 20 años después


de que se construyeran los primeros antecedentes europeos.

Para finales de la década de 1920 Le Corbusier había definido sus cinco puntos de la arquitectura
moderna plasmados posteriormente en la Villa Savoye, y Mies van der Rohe ya había hecho lo
propio demostrado las cualidades de una nueva arquitectura en el Pabellón Alemán para la
Exposición Universal de Barcelona, en 1929. Sin embargo, en el Perú, se desarrollaba una
arquitectura con estilos básicamente “neocoloniales” y “californianos” que permanecieron
inamovibles hasta finales de la década de 1940.

Según historiadores, durante la década de 1930, el Perú logra una aproximación a esta
modernidad - llamados por algunos “estilo internacional” - con algunas construcciones en la ciudad
de Lima que correspondían a una tendencia a la que se le llamó “Estilo Buque”, estilo que se
practicó de manera eventual, dejando en todo momento la supremacía del neocolonialismo
existente.
Para mediados de la década de 1940 los arquitectos peruanos empiezan a vincularse con la
arquitectura moderna. Las visitas de arquitectos como Richard Neutra, José Luís Sert y Walter
Gropius en estos años sirvieron para sentar las bases del movimiento moderno en el Perú.

Dentro de las primeras manifestaciones modernas en proyectos de arquitectos peruanos llama la


atención, por la fecha de su proyección, la modernidad con la que el Arquitecto Santiago  Agurto   
presenta   su   tesis   de   grado   publicada    en   1945   por   la  revista  “El Arquitecto Peruano”.

Tesis de Grado. Santiago Agurto, 1945.

LA REVISTA EL ARQUITECTO PERUANO.Fundada por el arquitecto Fernando Belaunde


Terry en 1937, es la publicación más importante en temas arquitectónicos y urbanos en el Perú en
el siglo XX. Bajo la dirección de Fernando Belaúnde (1937-1963), la revista publicó un total de 202
números. Hasta 1950, fue una publicación mensual; luego, apareció cada dos meses y, desde
1958, cada cuatro.

Los años que Belaúnde dirigió la publicación coinciden con la primera fase de las grandes
migraciones internas, el hecho demográfico más importante de la historia de nuestro país (y de
Lima), que modificó el patrón histórico de ocupación del territorio. El Perú, básicamente rural y
serrano hasta el censo de 1940, pasó a ser un país urbano y costeño.
La planificación implica la noción de una autoridad que impone prioridades que se hallan por
encima de los intereses económicos individuales y por encima también de las reglas del libre
mercado.

La Revista abogó por la modificación de la norma liberal que había guiado al estado peruano desde
los años de la “República Aristocrática”. La revista defendió la tesis de promover el desarrollo a
través de un crecimiento hacia adentro; fue partidaria, por lo tanto, del proceso de “sustitución de
importaciones” y contraria al modelo exclusivamente exportador. La revista EL Arquitecto Peruano
llamaba a los empresarios a impulsar la inversión de capital para la ampliación del mercado interno.
En este sentido, para el arquitecto Belaúnde había que producir en el Perú fierro, cemento, vidrio y
madera, ya que un país sin industrias básicas no podía aspirar al desarrollo.

En las elecciones de 1945, en las que triunfó la opción reformista de Bustamante y Rivero,
Belaúnde Terry salió elegido diputado por Lima. En esta primera responsabilidad política, el joven
arquitecto impulsó, desde el Congreso, e inspirado en las ideas de su revista, cuatro importante
leyes:

1. La propiedad horizontal del suelo.- De acuerdo a la ley vigente, solo podía haber un dueño por
edificio, por lo que los departamentos solo podían alquilarse (por ello, había pocos en Lima). La
nueva ley autorizaba al propietario de un departamento a inscribir su propiedad en forma
independiente y compartir el suelo con los dueños de los otros departamentos de su edificio. Esta
norma fue un mecanismo indispensable para estimular los edificios por departamentos en nuestra
ciudad.

2. La constitución de la Oficina Nacional para la Planificación Urbana (ONPU).- Era la oficina


del estado encargada de la formulación de los planes de desarrollo urbano de todas las ciudades
del país, empezando por Lima; así, el estado se involucraba directamente en el desarrollo nacional.
Esta institución fue el antecedente del Instituto Nacional de Planificación.
3. La creación de la Corporación Nacional de Vivienda (CNV).- Tenía como propósito la
construcción de viviendas para los sectores medios y populares. La principal obra, en estos años,
de la CNV fue el proyecto global de las unidades vecinales.

4. Los centros climáticos de invierno.- Bajo esta ley se construyó la colonia vacacional de


Huampaní.

LA REFORMA ESTUDIANTIL DE 1946. En 1946, tanto alumnos como profesores de la


Escuela de Ingenieros se organizaron para llevar a cabo una reforma estudiantil que nivele la
enseñanza arquitectónica en relación a la nueva arquitectura desarrollada en el ámbito
internacional.  El cambio en los estudios estuvo complementado con las visitas de distintos
arquitectos extranjeros entre quienes se contó a Walter Gropius y Josep Lluís Sert en 1953. En
1955, con la transformación de la Escuela Nacional de Ingenieros en Universidad Nacional de
Ingeniería, el Departamento de Arquitectura quedó convertido en Facultad. La construcción de la
actual Facultad de Arquitectura tuvo inicio en 1951 gracias a la participación del Estado, la empresa
privada, profesores y alumnos. El edificio fue uno de los primeros en ser construidos en el campus,
su diseño arquitectónico fue realizado por el arquitecto italiano Mario Bianco y su ejecución gracias
a un esmerado y destacable esfuerzo conjunto liderado por el arquitecto Fernando Belaúnde, en
ese entonces jefe del Departamento.

LA AGRUPACIÓN ESPACIO. En Mayo de 1947, un grupo de jóvenes estudiantes de


arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros, lideran a un grupo de intelectuales, arquitectos y
artistas. Adoptan el nombre ESPACIO y, a la manera de las vanguardias europeas, lanzan un
Manifiesto que marcará el inicio de sus actividades y de los cambios que propugnan.
Desde mediados de los años cuarenta, Lima vivía una vorágine modernizante auspiciada por la
difusión de las imágenes de la modernidad, el fin de la segunda guerra mundial y por el optimista
ambiente existente luego de la elección de José Luis Bustamante y Rivero como expresión de
nuevos vientos en el país.
La radical transformación de la plaza de armas de Lima y los ensanches en las calles importantes
de su centro histórico, testimoniaban el espíritu que animaba a los cambios promovidos, emulando
lo ocurrido en otras metrópolis. Desde esa perspectiva, los paradigmas del cambio se mantenían
marcadamente desactualizados.
El arte y la arquitectura transitaban los caminos signados por la pasiva mirada al pasado, aislados
de los acontecimientos arquitectónicos prevalecientes en el mundo. Un mundo que salía de la
segunda gran guerra y veía consolidar a Norteamérica como principal potencia. Un mundo que
había vivido -décadas atrás-, el entusiasmo por la renovación total del arte y la arquitectura, y que
pocos años después planteaba ya un cuestionamiento a las radicales formulaciones vanguardistas,
vivía el inesperado viraje de los grandes maestros de la arquitectura y el surgimiento de propuestas
abiertas, frescas e incluyentes.
En esta doble y contradictoria realidad, la de dos mundos paralelos y diacrónicos, se forma en el
Perú una agrupación de intelectuales: artistas, estudiantes y profesionales, dispuestos a enfrentar a
los defensores del adormecimiento de las manifestaciones culturales de nuestra sociedad.
Reunidos en torno a la estimulante figura de Luis Miró Quesada, un grupo de jóvenes estudiantes
de arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros -la actual Universidad Nacional de Ingeniería-,
surge hace medio siglo, la Agrupación ESPACIO, vehículo de las expectativas de algunos círculos
de encuentro y discusión como manifestación específica de una sociedad preocupada por el
presente y el futuro.
ESPACIO, se propone marcar distancias, señalando un derrotero; se plantea la tarea de repensar
el arte del Perú y se enfrenta al dilema de combatir el origen de su propio estatus, revisando y
cuestionando el desarrollo de nuestra cultura, entendiendo la misma de manera integral, como
manifestación de un momento determinado, y de un hombre nuevo. Se constituye entonces en uno
de los movimientos más importantes de nuestra modernidad y sin lugar a dudas, en el más
conocido y trascendental en el mundo artístico. La arquitectura, asumiría en dicho proceso un
decidido liderazgo.
Para cumplir su misión organizan conferencias, exposiciones y publicaciones. Editan la revista
ESPACIO y publican una sección en el diario EL COMERCIO. Pero sobre todo producirán, harán
arte. Rápidamente, la aceptación del arte moderno se hace patente en la década del cincuenta, al
final de la cual, los más activos miembros de la Agrupación, han arribado al campo político,
persuadidos seguramente de la necesidad de modernizar también el país. Transcurrido el tiempo,
el Perú ha cambiado notoriamente. Lima y el país han crecido y se han transformado. El mundo en
la era post-moderna, lejos de ser el mismo vuelve a mirar hacia sus más cercanos orígenes: los de
la modernidad. Hace un alto y se formula una serie de inquietantes interrogantes: tradición, cambio,
globalización, pasado, futuro, país, nación.......; tratando de contestarlas en esta oportunidad a
través de las manifestaciones del arte, estimuladas y realizadas por la Agrupación ESPACIO.

PRIMERAS OBRAS Y PROYECTOS DE ARQUITECTURA MODERNA EN EL PERÚ:

               CLUB DE TIRO EN AREQUIPA, Cordova - Williams - Polar,1946.

          
                   CASA WIRACOCHA, Lima - 1948. Luis Miroquesada, arquitecto.

                   UNIDAD VENICAL N° 3, Lima – 1949. Pryectistas: A. Dammert, C. Morales M., M.


Valega, L. Dorich, E. Montagne, J. Benites, F. Belaúnde.

                   EDIFICIO DE DEPARTAMENTOS EN CALLE ROMA, Lima – 1950. 


                   Teodoro Cron, arquitecto.
                   CASA D´ONOFRIO, Lima – 1950. Córdova - Williams - Mario Bianco.

                   FACULTAD DE ARQUITECTURA, UNI. LIMA – 1951. Mario Bianco, arquitecto.

  
LAS UNIDADES VECINALES. La Corporación Nacional de Vivienda fue la que impulsó la
creación de unidades vecinales para resolver el problema de la vivienda en nuestra ciudad. Se
acordó la construcción de 7 unidades vecinales, cuatro en Lima y tres en el Callao. Se trataba de
complejos habitacionales autónomos; por ello, contaban con mercado, posta médica, comisaría,
centro cívico o local comunal, oficina de correos, escuelas primarias para niños y niñas, cine-teatro,
cancha de fútbol, piscina y, lógicamente, una iglesia; además, tenían un sistema de circulación
peatonal y vehicular propio. Recién, en 1955, se construyó la unidad vecinal de Mirones, diseñada
por el arquitecto Santiago Agurto Calvo, sobre la avenida Colonial, ex carretera del Callao.
Unidad Vecinal Matute, Lima. Arq. Santiago Agurto, 1952 - 1953. 
Mayor Información sobre las Unidades de Vivienda o Conjuntos Vecinales:  
http://divagarquitectura.blogspot.com/2012/04/unidad-vecinal-matute.html   

La adopción de la Unidad Vecinal, como modelo urbano autónomo, había sido recomendado por
los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, y en Latinoamérica, la labor de difusión la
cumpliría los Congresos Panamericanos, influyente en el caso peruano, el realizado en su sede en
1947.
Gracias a la Corporación Nacional de la Vivienda, y los fondos económicos correspondientes, se
dio inicio a la primera Unidad vecinal: la UV 3 (1950), en la Av. Colonial, que abriría paso a un
grupo importante de conjuntos vecinales que abarcan hasta 1985.

EL PLAN REGULADOR DE CHIMBOTE. El desarrollo de los recursos mineros del norte


del Perú requería la creación de un puerto apropiado. Chimbote en esos momentos era una aldea
de pescadores que disponía de un buen puerto natural en su bahía. Para ese entonces Chimbote
tenía 4000 habitantes y estos pobladores vivían bajo un trazado desarrollado por Henry Meiggs,
ingeniero norteamericano, en el año 1860, donde se encontraban las llamadas “chozas de barro”
que eran las viviendas precarias de los pobladores.

Se planteó un tipo de hábitat nuevo basado en el “tapiz urbano”, esto es, un compacto tejido de
casas de una, dos y tres plantas con patios cerrados por muros. Estos patios suelen ser mayores
que las propias viviendas, apropiados para que los habitantes conserven sus hábitos de vida al
exterior. Los viales de servicio y calles de peatones se definen con los muros de escasa altura y
prácticamente sin aberturas.

Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, estas casas basadas en las casas con patio de la
arquitectura local eran nuevas versiones de la arquitectura mediterránea, cuyo origen se remonta a
la antigüedad. Estas simples estructuras de ladrillo requerían menos sofisticación tecnológica y
causaban menos alteración social que la ordenación en bloques, y eran mucho más factibles
económicamente para viviendas de bajo coste. Como estaba previsto que los residentes de
Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyo un espacio en las casas para
guardar animales. Giedion aludió posteriormente a estas casas como “formas transitorias entre el
pasado y el futuro”, pero en su propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la
estrecha relación con las costumbres locales.

El “tapiz urbano” conformado por estas viviendas patio constituyo el primer ejemplo de una
modalidad de hábitat de alta densidad y baja altura que resulta ideal para situaciones donde el
suelo tiene un precio bajo y el clima es árido, es decir, donde los posibles espacios dejados entre
los edificios no estarían cubiertos por un manto vegetal, sino por polvo y matorrales. Este plan de
Chimbote se presentó al VII CIAM de 1949, celebrado en Bergamo, al que asistieron arquitectos
jóvenes, de la tercera generación del movimiento moderno.

Las visitas de José Luis Sert al Perú para el desarrollo del Plan Regulador de Chimbote sirvió
también para relacionarse con los proyectistas del "Plan Regulador de Lima", el cual sólo fue
construido en lo que es hoy es el Centro Cívico, varios años después.

Desde 1950, en el Perú, la arquitectura moderna fue aceptada e ingresó a su periodo de


consolidación. Con el desarrollo de los medios de comunicación se acortaron rápidamente las
distancias, respecto a lo que se hacía en arquitectura a nivel mundial, llegando su auge hacia
década de 1960.

PECULIARIDADES: LA ADECUACIÓN DE LA ARQUITECTURA MODERNA AL PERÚ.

LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD. El desarrollo de la arquitectura en el Perú desde la


época colonial hasta nuestros días está ligado primordialmente a la evolución arquitectónica de
países con tradiciones y costumbres ajenas a la realidad peruana, por lo que los arquitectos
locales, en todo momento, han tratado de darle a esta arquitectura adoptada alguna caracterización
que permita identificarla como peruana. Para inicios del siglo XX se generaron corrientes
“neoperuanas” e “indigenistas” con la finalidad de rescatar elementos precolombinos que
trasciendan por encima de la nueva arquitectura. Sin embargo, por diversas razones, es que esta
corriente neoperuana no obtuvo la acogida necesaria para su desarrollo, prevaleciendo lo
neocolonial como estilo que lideró hasta iniciada la década de 1940.

Para los arquitectos peruanos, el ingreso de la arquitectura moderna significó una evolución
lograda en países desarrollados y luego trasladada a nuestro país. La universalidad, como uno de
los principios del movimiento moderno, no será completamente entendido por los arquitectos
locales, y es por ello que se ven un sin número de intentos en la búsqueda de aspectos formales
que le proporcione a la arquitectura moderna –producida en el Perú- la identidad anhelada.

Esta búsqueda de una identidad nacional en la arquitectura moderna y contemporánea es hasta la


fecha una de las preocupaciones que mantiene ocupados a muchos de los arquitectos peruanos. El
hecho de darle una identidad peruana a la arquitectura será motivo de estudio y práctica por parte
de arquitectos como Enrique Seoane, Héctor Velarde, José García Bryce, entre otros.
“Nuestro caso, parecido al de México, pero sin la voluntad expresa de ser rebeldes hacia lo
tradicional hispano, y diferente al de Brasil, porque allá todo era virgen mientras que aquí había un
mundo arquitectónico ya hecho cuando vino el Europeo, es un caso del mayor interés en América,
“y es que hay tierras tan abonadas por viejas culturas, razas milenarias y siglos de historia, que
todo lo que se plante en ellas, por intenso y novedoso que sea, tendrá siempre un brote de forma
original y de alma propia.

Héctor Velarde
Extracto de la conferencia ofrecida el 21 de Diciembre de 1957,
En la sociedad de arquitectos del Perú.

Uno de los primeros intentos por lograr esta identidad propia del Perú se puede ver en los trabajo
desarrollados por el arquitecto Enrique Seoane Ros, quien colocó a manera de decoración frisos
abstractos con figuras zoomorfas que evocaban la arquitectura desarrollada por la cultura Chimú.
El Edificio Wilson proyectado por Seoane Ros en 1946 nos da un acercamiento a los primeros
intentos de plasmar una identidad peruana en la arquitectura. Estas reminiscencias también las
podemos observar en el edificio del Ministerio de Educación el cual Proyectó para 1951.

El arquitecto Walter Gropius en una conferencia dirigida a arquitectos peruanos, se refirió a este
intento de buscar una identidad de la siguiente manera:

…“Busquen la autentica expresión regional, pero sin apoyarse en viejos emblemas y detalles
superficiales”…
                                                                             Walter Gropius

Sin llegar a utilizar una decoración o detalles superficiales como manifestó Walter Gropius, el
arquitecto Teodoro Cron logrará plasmar en sus proyectos una serie de composiciones que evocan
al pasado arquitectónico peruano. El manejo de la luz en el uso de celosías de madera en las
ventanas y la composición de la fachada del Edificio de Departamentos en la calle Roma será una
puesta en escena interesante de lo que podría ser una arquitectura moderna con carácter nacional,
causando una gran expectativa en la sociedad limeña hacia la década de 1950. Otro proyecto  del
mismo arquitecto, donde la tradición local se reflejará en el uso del patio como elemento de
distribución, es la casa del señor Jean Schaer en San Isidro, en 1958. Sin embargo la influencia
que generaron las obras de Teodoro Cron en sus seguidores no llegó a ser plasmada con la misma
calidad.

El arquitecto José García Bryce también desarrolló una serie de proyectos en los que demuestra
gran destreza para abstraer reminiscencias históricas peruanas, como en el proyecto que publicó la
revista El Arquitecto Peruano en 1962 con el título “Una Casa con Inspiración Limeña”, donde se
proponía el uso del adobe como material constructivo logrando mantener una “formalidad
moderna”.

LAS COSTUMBRES LOCALES. Las costumbres y tradiciones peruanas en todo momento


se verán reflejadas en la proyección de edificaciones modernas. Costumbres que muestran una
realidad nacional, una manera de vivir particular y distinta a los lugares donde se gestó esta
arquitectura moderna, lo que permitirá dotar, a los proyectos modernos desarrollados en el Perú,
de una identidad local inminente.

El arquitecto español José Luís Sert y su socio Paúl Lester Wiener en el proyecto para el Plan
Regulador de Chimbote hacia 1948, luego de varios estudios, desarrollan una serie de propuestas
arquitectónicas y urbanas modernas que se adecuaban a las costumbres locales que encontraron
en Chimbote. Estas costumbres lleva a los proyectistas a proponer un tipo de hábitat nuevo basado
en el “tapiz urbano”, esto es, un compacto tejido de casas de una, dos y tres plantas con patios
cerrados por muros. Estos patios suelen ser mayores que las propias viviendas, apropiados para
que los habitantes conserven sus hábitos de vida al exterior. Los viales de servicio y calles de
peatones se definen con los muros de escasa altura y prácticamente sin aberturas.

Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, eran casas basadas en las casas con patio de la
arquitectura local, cuyo origen se remonta a la antigüedad. Estas simples estructuras de ladrillo
requerían menos sofisticación tecnológica y causaban menos alteración social que la ordenación
en bloques, y más factibles para viviendas de bajo costo. Como estaba previsto que los residentes
de Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyo un espacio en las casas para
guardar animales. Giedion aludió posteriormente a estas casas como “formas transitorias entre el
pasado y el futuro”, pero en su propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la
estrecha relación con las costumbres locales.

En el Perú, gracias a sus costumbres que demandan necesidades arquitectónicas específicas, se


ha desarrollado una arquitectura moderna con características tipológicas y funcionales propias de
una determinada sociedad y lugar. Como factor importante de esta identidad en la arquitectura
nacional –y quizás la más importante dentro del movimiento moderno, ya que se da por motivos de
función y no de forma- es la distribución de las viviendas modernas desarrolladas a nivel nacional,
la cual muestra espacios destinados al personal de servicio; aquellos espacios que pudieron ser
excluidos en las viviendas modernas del primer mundo.
El área de servidumbre, a diferencia de los países desarrollados, es hasta la fecha un
requerimiento indispensable para la proyección de viviendas en el Perú. Dentro de las clases media
y alta de la sociedad peruana la existencia de personal de servicio en las viviendas es un hecho
cotidiano que ha generado una particularidad arquitectónica de nuestro medio. Hecho que
demuestra una realidad económica nacional, donde la mano de obra sigue siendo muy barata,
permitiendo el acceso a tener personal de servicio dentro de las viviendas, generando de esta
manera soluciones funcionales propias de la arquitectura local.

Finalmente, el auge arquitectónico moderno se observa en el primer gobierno del Presidente


Fernando Belaúnde Terry 1963 – 1968, el cual fue interrumpido por el golpe militar en el año 1968.

Con Juan Velasco Alvarado como presidente del Perú, las principales obras arquitectónicas
cambiaron de rubro, pasando de la vivienda al edificio institucional. Se proyectaron y construyeron
ministerios, observándose el uso de concreto caravista perteneciente a la etapa llamada
“Brutalista”.

Fuente Bibliográfica: 

 1.     Córdova, Adolfo “La Agrupación Espacio y la Arquitectura Peruana” – 2005.


 2.    http://blog.pucp.edu.pe/item/115922/arquitectura-y-arquitectos-en-lima-fernando-belaunde-terry
 3.     Ludeña, Wiley "Piqueras – Belaunde - La Agrupación Espacio: TRES BUENOS TIGRES. Vanguardia y
Urbanismo en el Perú del Siglo XX". Editado por el CAP Regional Junín y Urbe ediciones - Huancayo 2004. Pag. 186.
 4.     José Bentín Diez Canseco Extracto de Libro: Enrique Seoane Ros, Una Búsqueda de raíces peruanas.
Lima, 1989.
 5.    http://www.arqandina.com/pages/general/inv031.htm

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