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Tirso de Molina Ante La Comedia Nueva

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FRANCISCO FLORIT DURAN

TIRSO DE MOLINA
ANTE LA COMEDIA NUEVA
APROXIMACION A UNA POETICA

Edita Revista «Estudios»


Madrid
1986

"6 UNIVERSIDAD DE NAVARRA


• BIBLIOTECA DE HUMANIDADES
), i61fAtSU
pe
,

A mis padres

Sep. «Estudios», Depósito legal: M. 3.393·1958

Gráficas Arias Montano, S. A. - Móstoles (Madrid)


---------------

«... que no han de ser tan desgraciados tus versos como los de
muchos que, encarecidos y no pagados, mendigan en los teatros
la censura del vulgo idiota, expuestos a la envidia de los intere-
sados, miserable cuanto ingeniosa profesión de un arte, prince-
sa de las liberales, vuelta ya mecánica por obligarla la pobreza
de sus dueños a hacer vendible lo que les concedió el cielo
gratuito.»

TIRSO DE MaLINA, Deleytar aprovechando


f

INDICE

Páginas
Nota preliminar ...................................... . 11
CAPíTULO I: La causa eficiente de la poesía y la defensa de la liber-
tad artística ....................................... . 15
1. La dualidad tópica ingenio-arte ................... . 15
2. Tirso frente a la normativa clasicista ............... . 31
CAPíTULO II: Tres conceptos de imitación: «Mimesis», «Imitado
vitae» y «Retractio» ................................. 49
1. Algunas precisiones al concepto de mimesis. La imitación
tragicómica .................................... 49
2. Imitatio vitae ................................... 56
3. La imitación verosúuil y la verdad poética . . . . . . . . . . . . 65
4. La ilusión teatral .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
5. La imitación de modelos y materias tradicionales: la re-
tractio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
CAPíTULO III: La cuestión de la finalidad del arte: Deleitar aprove-
chando. ........................................... 105
1. Breve sinopsis histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
2. La cuestión de la finalidad del arte en Tirso de Molina. 115
2.1. Una lenta evolución personal ................. 115
2.2. La finalidad del arte en la práctica dramática de Tir-
so de Molina .............................. 13 4
2.2.1. Escenas concebidas para el lucimiento de los
actores ............................ . 144
2.2.2. La deleitosa variedad de escenas ....... . 154
2.2.3. Técnicas para mantener el interés de la ac-
ción ..... ,......................... 160
2.2.4. Aut prodesse ........................ 169
Abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
f'
i

NOTA PRELIMINAR

En el presente traba¡'o nos proponemos estudiar uno de los aspectos que


la crítica tirsista ha venido tradicionalmente postergando: el de las ideas esté-
ticas de Tirso de Malina en relación con su práctica dramática. A pesar de
que en cualquier análz:ris de la teoria dramática barroca no falta la vigorosa
defensa que Gabriel Tél/ez hizo de la comedia áurea, éstos se limitan a cons-
tatar ya glosar la apología tirsiana sin adentrarse en mayores consideraciones.
Yes el caso que los Cigarrales de Toledo (1624) se configura como un texto
muy denso y rico, en donde el Mercedario vertebra buena parte de sus ideas
literarias, de su manera de entender la creación artística y e! teatro de su
tiempo. Un teatro que desde hace años está dominado por Lope de Vega,
creador de un modelo dramático que pesa sobre los demás ingenios literarios
que pretenden abrirse camino en los corrales de comedias. Lope es el paradig-
ma, entre otras razones, por haber ideado la fórmula que satzSface, que entu-
siasma al público teatral del siglo XVII. Un público heterogéneo, social y
culturalmente, al que hay que divertir por espacio de más de dos horas. En
modo alguno, pues, debe olvidarse el peso que el género comedia nueva e¡'erce
sobre autores como Tirso de Malina. Lope con el modelo creado alcanza el
éxito popular, por lo que su autoridad, tanto desde el punto de vista de la
teoria como desde e! de la práctica escénica, es poco menos que incontroverti-
ble. En esta circunstancia histórica escribe Gabriel Tél/ez su teatro, al tiempo
que reflexiona acerca de la creación artística. Reflexión que no es de! mismo
tipo que la llevada a cabo por los preceptistas. El Mercedario es, ante todo y
sobre todo, un creador orgulloso que ha de resolver los problemas técnicos de
su prodUCCión literaria en un ambiente, la mayoría de las veces, encrespado a
causa de los enfrentamientos entre partidarios y enemigos de la comedia espa-
ñola del siglo XVII.
Acaso por este clima y por su condición de ingenio creador, Tirso no se
dedicó a estructurar coherentemente sus pensamientos y consideraciones sobre
la comedia, sino que, cuando sintió que el teatro que él practicaba con éxito

11
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DURÁN

Permítasenos, también, rendir desde estas páginas un emocionado y entra-


era atacado desde varios y poderosos frentes, salió en su defensa argumentan-
ñable recuerdo al Dr. don Mariano Baquero Goyanes. Nunca olvidaremos
do con pasmosa modernidad en favor de la comedia nueva. Sus ideas, pues,
sus palabras de ánimo en los momentos de desfallecimiento, sus lúcidos conse-
están diseminadas a lo largo de toda su obra: en sus dos misceláneas (Cigarra-
jos, sus sabias aportaciones y el trato amable y afectuoso que en todo tiempo
les de Toledo de 1624 y Deleytar aprovechando de 1635), en la Historia
tuvo con nosotros. Su recuerdo y ejemplo iluminará siempre nuestro camino
General de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes (1639), en varzas
universitario.
de sus piezas dramáticas, especialmente en El vergonzoso en palacio y en La
fingida Arcadia, y en las dedicatorzas a las partes Tercera (1633), Cuarta
(1635) y Quinta (1636) de sus comedias.
Dado, por consiguiente, el carácter disperso de sus juicios estéticos, hemos
procurado crear un corpus lo más coherente posible de los mismos, a la vez
que enfrentamos este conjunto de ideas con la teoría clásica (Aristóteles y
Horacio), la clasicista (humanistas italianos del siglo XVI, el Pinciano y Cas-
cales) y la barroca (Turia y Barreda), sin dejar a un lado a los dos escritores
más significativos de nuestro Siglo de Oro: Cervantes y Lope de Vega. En
virtud de este cotejo, podemos descubrir la aportación personal de Tirso, al
tiempo que sus deudas teóricas con la tradición clásica. Asimismo hemos bus-
cado el reflejo de las Ideas tirsianas en su práctica teatral con el fin de comple-
tar el cuadro.
Con todo ello pretendemos mostrar la imagen de un escritor, Tirso de
Malina, que siempre actuó como un creador consciente y orgulloso de la
condición inspirada de su arte dramático. Un comediógrafo atento a la recep-
ción de su obra literaria y preocupado por las leyes internas y los componentes
del sistema propios de la comedia nueva.
En fin, somos conscientes de que este libro constituye tan sólo un primer
acercamiento a la poética dramática de Gabriel Téllez. Sin embargo, creemos
que nuestra contribución puede permitir un mejor conocimiento del arte tea-
tral del autor de El burlador y configurarse como una pieza más de la cons-
trucción de la dramaturgia del Mercedario.
Quisiéramos dejar constancia, en último grado, de nuestra profunda grati-
tud a todas aquellas personas sin cuya paciente colaboración nuestra tarea
hubiera sido imposible. En primer lugar, deseamos expresar nuestro más sin-
cero agradecimiento al Dr. Luis Vázquez, director de Estudios, que generosa-
mente publica este trabajo. Asimismo hemos de manifestar nuestra gratitud
al Dr. Jean Canavaggio (Universidad de Caen), que nos ayudó en la gestación
del libro y que siemprl! resolvió con inteligencia y prontitud nuestras dudas.
No menor es la deuda con nuestros compañeros de la Universidad de Murcia,
especialmente con los Dres. Díez de Revenga Torres, Esteve Serrano y Her-
nández Terrés, pues todos ellos, no obstante sus numerosas ocupaciones do-
centes y cientificas, estuvieron al tanto de la marcha de nuestra investigación,
dándonos valiosos consejos bibliográficos y metodológicos.
13
12
CAPITULO 1

LA CAUSA EFICIENTE DE LA POESIA


y LA DEFENSA DE LA LIBERTAD ARTISTICA

. 1. LA DUALIDAD TÓPICA INGENIO-ARTE

Dentro de nuestra tradición estética el tema de la índole del poeta


preocupó siempre a quienes reflexionaron de un modo sostenido acerca
del arte literario. Desde Horacio se observa con claridad cómo la dualidad
ingenium-ars adopta una postura de equilibrado eclecticismo que pende
sobre las mentes de los continuadores y exégetas del poeta latino, perpe-
tuándose este topiquizado eclecticismo durante siglos.
En el primero de los textos tirsianos que a este respecto citamos cabe
apreciar tal ponderado equilibrio:
«Tirso, aunque humilde pastor de Man~anares, halló en la llaneza
generosa de Toledo mejor acogida que en su patria - tan apoderada de la
embidia estrangera- llegó en un pequeño barco, aunque curioso, hecho
todo un jardín que hallara lugar entre los hibleos, y en medio dél una
palma altíssima, sobre cuyos últimos cogollos estava una corona de laurel.
Trepava el pastor por ella, vestido un pellico blanco con unas barras de
púrpura á los pechos, marca de los de su professióll, y ayudávanle á subir
dos alas, .
escrito en la una: Ingenio
y en la otra: Estudio
holando con ellas tan alto que tocaya ya con la mano á la corona ... »1

¡ TIRSO DE MOUNA: Ggarrales'de Toledo, ed. de V, SaidArmesto, Madrid. Editorial Rena-


cimiento, 1913, págs. 102-103.

15
FRANCISCO FLORlT DuRAN TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Debemos destacar en este texto varios aspectos, a nuestro juicio, intere- que venía siendo ofrecido por los escritores y preceptistas de un modo casi
santes. En primer lugar, Tirso de Malina se presenta a sí mismo como aforístico.
personaje, de ahí que sus palabras cobren un valor testimonial innegable. Por lo que respecta a la terminología empleada (ingenio-estudio) se trata
No obstante la concesión literaria y bucólica de aparecer como <<humilde de una traduccióp de los tecnicismos latinos ingenium y studium. El Diccio-
pastor de Man~anares», es decir, de su tierra madrileña, lo importante nario de Autoridades define e! término estudio como: «Aplicación a saber y
aquí es que Tirso va vestido con «un pellico blanco con unas barras de entender, que según Cicerón es una ocupación gustosa de! ánimo continua
púrpura á los pechos», lo que significa. que lleva puesto el hábito merceda- y eficazmente dedicada a saber y alcanzar alguna ciencia o facultad: como
rio. Fray Gabrie! Téllez, en cuanto escritor, reconoce explícitamente que la Philosophía, Theología, Poesía, etc. Es tomado de! latino Studium»4.
para alcanzar la corona de laure!, premio destinado a los poetas, es necesa- Más· de una vez Tirso de Malina, por boca de sus personajes literarios,
rio ayudarse de! ingenio y del estudio. Nótese, en segundo lugar, la manera ensalza e! estudio como medio para alcanzar la fama y la grandeza. En su
en que nuestro autor presenta e! tópico de estirpe horaciana. Por tratarse comedia titulada El melancólico, Rogerio se expresa en los siguientes tér-
de un lugar común e! tema sonaría ya como algo desgastado, ajado, agotado minos:
por e! excesivo uso'. Aquí lo encontramos con unos tintes originales e «Era mi pasatiempo
innovadores en cuanto a su presentación se refiere. No puede negar e! los libros y las armas, contra el tiempo
Mercedario su condición de autor teatral, calidad que aflora en e! modo de que el ocio necio pierde:
presentarnos e! tópico. Nos referimos a esta mostración medularmente tea- ya el agua, el viento, y ya el campo verde,
midiendo auroras frescas
tral, de montaje escénico fácilmente visualizable por e! lector de los Cigarra- con envidiosas cazas y con pescas;
les: Tirso trepando a la palmera para coger la corona de laure! ayudado y mientras estudiaba,
por dos alas'; visión, pues, muy gráfica de! manoseado tópico horaciano agradecido al cielo, me preciaba,
que a pesar de la herencia
en que el mun.do estriba la potencia
• :1 C:){~lO es sabido, Aristóteles mantiene en su Poética una actitud de equilibrio con referen-
CIa al tOpICO que nos ocupa: «Pero Homero, así como es superior en lo demás, también parece de necios opulentos,
haber visto bien esto, ya sea gracias al arte o gracias a la naturaleza», citamos por la edición que llamo sabios yo por testamentos;
de V. Garda Yebra (Madrid, Gredas, 1974, pág. 156). Recuérdense asimismo los conocidos yo con la industria mía,
versos de Horado en su Arte poética: lo que no a la fortuna, le debía
«Natura fieret laudabile carmen an arte
quaesitum est; ego nec studium sine divita vena ría Tirso, en su Philosophía Antigua Poética, donde el médico vallisoletano adopt,a una postura
nec rude prosit video ingenium; alterius sic ecléctica y en donde encontramos, asimismo, la corona de laurel como galardon al perfecto
altera poscit opem res et coniurat amice.»
poeta: el Pinciano, interlocutor en el libro, pregunta:
(Cfr. Epitres, París, «Les Belles Lettres», 7. a ed., 1978, vss. 408-411, pág. 223). Nótese que «¿Qué cosa es esta del Parnaso y de la corona?; que ya sé que I~s poetas ~iemp~e
el tópico se presenta de un modo directo, sin envolturas metafóricas, a diferencia de como lo habláys por vnos -rodeos exquisitos y peregrinos. Vgo dixo: Yo qUIero, con licenCIa,
hemos observado en Tirso de Malina. responder a esta pregunta, como quien come~<;ó a subir la áspera cuesta del mo?te,
Por otra parte, el tema que nos ocupa es algo más complejo de lo expuesto anteriormente y como quien recibió la corona dada de graCIa y en merced antes d~ la aue~ subido,
con respecto a Aristóteles y Horacio, pues son muchos los matices que pueden hacerse en lo La corona, señor compañero, es la honra, a la qua! muchas vezes slgue la mmorta-
:eferente a ese sostenido equilibrio entre el ingenio y el arte. Como quiera que sale de nuestro lidad de la fama; y la subida deste monte alto es el trabajo, ayuntado a! natural
Intento narrar el detalle de sus vicisitudes, remitimos al libro del profesor A. GARctA BERRIO,
Formación de la teoría literaria moderna: tópica horaciana y Renacimiento europeo, Barcelona, ingenio,»
Planeta, 1977, págs. 237*330 (en adelante abreviaremos: Formación ... , vol. 1), donde se encon- Citamos por la edición de' A. Carballo Picaza, Madrid, CSIC, 1973; 3 vals., vol. I,
trará amplia documentación sobre el tópico de la causa eficiente de la poesía desde sus oríge- pág. 153, Para conocer mejor la postura del Pinciano acerca ~e este tema, vtd. M. MENÉNDEZ
nes hasta el Renacimiento. Para un buen conocimiento de la presencia de la cuestión en las PELAYO Historia de las ideas estéticas en España, Madrid, CSIC, 4." ed., 1974,_ t. I,
poéticas italianas. del XVI resulta imprescindible la . consulta del monumental trabajo de págs. 701-711; A. VILANOVA, «Preceptistas españoles de los siglos XV; y XVII», en Historia
B. .WEINBERG, A history o/ Literary Criticism in the italian Renaissance ([he University of General de las Literaturas Hispánicas, Barcelona, Vergara, 1953, t. III, pags. 603-614; SANFORD
Chicago Press, 1961, 2 vals.). En el caso concreto de Horacio, estimamos de gran utilidad la SHEPARD, El Pinciano y las teorías literarias del Siglo de Oro, Madrid, Gredos, 1970, y, final-
cons~ta del libro de C. O. BRINK, Horace on Po.etry (Cambridge University Press, 1971, mente, A. GARCíA BERRIo, Introducción a la poética clasicista: Cascales, Barcelona, Planeta,
especialmente págs 394-400), 1975, págs. 151-152. . -
} Téngase presente a este respecto el texto de López Pinciano, que verosímilmente conoce- .; Cfr. Diccionario de Autoridades, Madrid, Gredas, 1969, tomo D-N, pág. 658.

16 17
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

a la naturaleza,
ambicioso de fama y de grandeza clásica que sostiene que los oradores con e! uso se hacen y que encontramos
no heredada, adquirida recogida en una comedia tirsiana:
con noble ingenio y estudiosa vida «que aunque es verdad que los ingenieros nacen
que ilustra más la personal noblez~.»5
delicados, tal vez en cualquier parte,
En la comedia Ventura te dé Dios, hzii los oradores con el uso se hacen
:JO 1eemos:
o la Naturaleza pule el arte.»
«De la honra es breve atajo (La vida y muerte de Herodes, ODC, 1, p, 1596 a)
el estudio, que el cuerdo ama
porque al templo de la fama ' El concepto de exercitatio es fácilmente allegable al campo de la crea-
se entra por el trabajo.
No cobra valor ni medra
ción literaria, y así lo hace Tirso cuando en su novela El bandolero, por
la ociosidad regalada, boca de Saurina, habla de esta práctica que complementa y desarrolla,
que una gota continuada como ocurre con e! estudio, e! ingenio innato de! poeta:
rompe la más dura piedra.»
«... pues si libros y experiencias no le trabajan -se refiere al talento natu-
(ODC, 1, p, 1639 b) ral-, será diamante en bruto y margarita en concha, plata sin ensaye y
oro entre la arena. (.. ,) Por las sierras sé yo que te acompañan cuadernos,
Se desprende, por consiguiente d l 1b
natural (ingenio) debe perfecci , e as p~ a rasde Téllez que el talento ya propios, ya adquiridos, con que ferias al tiempo 10 que sabes, vitupe-
rando el ocio de los que sepultan los espíritus en la ignorancia de los
ción integral de! ser humano on~~eiccon e estudIO ,~ara lograr la forma- vicios. Veneraré desde hoy en ti los empleos de tu ingenio ejercitado, si te
bien, ¿qué entiende Tirso por e~;udi~") ~enfe, tamblen de! poeta, Ahora admiraba hasta ahora hábil para las fiestas, las conversaciones, las luchas
esta cuestión, pues e! autor no d 'Il esu ta un tanto dIfIcil responder a y las cazas.»7
na parte, Sin embargo parece cl esarro a su concepto de estudio en ningu-
'd ' aro, por tratarse de un ' Saurina alaba en su hermano Pedro, que acaba de recitar una extensa
Ignora o por un hombre de la r ' , '1 asunto antiguo y no
!Ormaclon mte ectual y h " d T' composición poética creada por él, e! resultado literario de su ingenio que
so, que .con el término estudi (t d' ,\ umamstlca e Ir-
,, o s u zum/ se expresaba e! d se ejercita con la práctica poética, de ahí que emplee la fórmuia de «ingenio
clOn y posterior aprendizaJ'e del , p r o c e s o e capta-
ars tanto oratona como p 't' Ob' ejercitado», Obsérvese, asimismo, cómo la joven reconoce que e! talento
te, el concepto de ars no es e! m' A ' oe Ica, vlamen-
barroco, a pesar de presentar b IStmo en ;Istóte!es que en un dramaturgo natural necesita de «libros y experiencias» para acrecentarse y brillar con
as antes mas puntos com d 1 más intensidad, Esta referencia a la neces.aria experiencia de! mundo cons-
h a comentado muchas veces En l' ,unes e o que se,
dario insiste en la necesidad d t~a ~u,ler cas~, lo CIerto es que e! Merce- tituía uno de los tópicos literarios más usuales, Tirso, al igual que Cervantes
proceso de formación de! escrit~r r:naJ~ contmuad? y del estudio en el y Huarte de San Juan, por citar dos antecedentes', recomienda viajar y
alcanzar la nobleza de espíritu, y l de cualquIer persona que desee conocer otros lugares, hasta e! punto de poner en labios de un personaje
de su obra Ventura te dé Dios, hijo esta sentencia:
Junto al necesario estudio tradicional
términos de la Retórica se con ' b' mI ente se recomendaba lo que en «No es hombre quien de su tierra
, , oCIa aJo e nombre de e 't' E
conSlstlan en unos eJ'ercicios dI· xercz atzanes, stas no sale.»
, e ectura y redacción d 11 '
citar las facultades del orad 6 N ' para esarro ar y eJer- (ODC., 1, p, 1659 a)
or, o es mas que la aplicación de la máxima

, 5 TIRSO DE MaLINA, El melancólico en Ohr D ' .


Ríos" Madri~, Agu~ar, 1946-1962, 3 v;ls., vol.;S /a~attcbas completas, ed. de Bla.nca de los
Observese como TIrso vuelve a unir 10 t' . ,.p g.. 34 . En adelante se abreVIará ODC 7 TIRSO DE MaLINA, El bandolero, ed. de A. Nougué, Madrid, Castalia, 1979, pág. 134.
y estudiosa vida», s ermmos tngento y estudio al decir: «con noble ingeni~ 8 Dice el doctor Huarte de San Juan: «Esto de salir el hombre de su natural para ser
. 6 Para una ampliación del concepto exercitati ' H valeroso y sabio es de tanta importancia que ningún maestro hay en el mundo que tanto pueda
lIteraria, Madrid, Gredas 1966 vol TI p' 405 ~3~ease . LAUSBERG, Manual de Retórica enseñar, especialmente viéndose muchas veces desamparado del favor y regalo de su patria»,
Pamplona, EUNSA, 1979, págs~ 70-'71.' ags, - , y K. SPANG, Fundamentos de Retórica, Examen de ingenios para las ciencias, Madrid, Editora Nadonal, 1977, pág. 75. Para el caso de
Cervantes, cfr. E. O. RrLEY, Teoría de la novela en Cervantes, Madrid, Taurus, 1966, pág. 121.
18
19
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A. UNA POÉTICA
En términos parecidos se m'f'
an¡ lesta en El amor me'dteo:
.
«Huélgome infinito yo
ductos de modo previo a su manifestación o ejecución>,l1. Tal consideración
de veros por esta tierr~' del término que nos ocupa cabe encontrarla reseñada en el Dicdonario
que el que en la suya s~ encierra crítico etimológico castellano e hispánico: «Es fuert;a interior del ánimo con
y nunca se divirtió que muchas veces inventamos lo que de otri no aprendimos»!2, es decir, el
en 1a,5 demás, no merece ingenio como talento natural frente a un ars aprendido, el ingenio como
d~ dls~reto estimación, 13
HIstorIas los reinos son
virtud innata del poeta y elemento esencial en el proceso creador • A este
y el que verlos apetece ' respecto se debe tener presente el doblete ingenium-natura que desde Ho-
estudiando en la experi~nda racio ~parece de un modo sostenido en los textos de crítica literaria y en
que a tantos renombre ha dado los de creación. El vocablo natura es, traducido generalmente por naturale-
vuelve a casa consumado za, pero en varios autores de la época barroca encontramos la expresión
y es,para todo. No hay cIencia
en libros como en los ojoS ... »9 «el natura!>'; así el P. Morell dice:
«Ingenio se toma aquí por el natural, y Genio, que según Demócrito
Estos versos de El amor médico está . . para los versos ayuda más que el arte.»14
dar a este respecto que Gabriel T'll nllsu~lclentemente claros. Sólo recor-
101argo d e su 'vIda recorrió Esp - eezevoalap'"
d ractlca esta Idea, pues a De hecho cabe afirmar, por lo que respecta a los siglos XVI y XVII,
cruZo' e1 Atl'antico para perman ana d e norte
_ a sur y d e este a oeste incluso . que la dualidad entre el talento innato y la técnica aprendida se plasmó
E d' ecer os anos en 1 . 1 d S ' verbalmente con los términos Naturaleza-Arte más que con Ingenio-Arte.
stu 10, trabajo exercitatz' '. a IS a e anta Domingo
b' l ' 1 ' o, experIencIa del d . No se nos, oculta que el concepto Naturaleza abarca mucho más que su
aJo e rotu o genérico de <<lo ad "d ?,un o, pueden agruparse
por revelación profética no en ¡UlrJ
o;' ~s decI.r, el poeta logra un ars no sinonimia con ingenio!5, pero a la hora de centrarse en la causa eficiente
del trabajo, poco a poco' Sin {ance urlOSO, SlUo a través del estudio y del hecho literario, la pareja Ingenio-Naturaleza se opone conjuntamente a
moneda: el ingenio el t;lentoe:: ar~o, ~so fa basta. Está la otra cara de la conceptos tales como arte, reglas, normativa, estudio, doctrina, etc.
1t
toda su extensión. ' ur ,SlU e cual no puede haber poeta en En nuestra opinión, la contienda tradicional entre Arte y Naturaleza ha
" El concepto ingenio presenta en r' sido enfocada desde dos puntos de vista: por una parte, cabe encontrarla
ClOn semántica 10. En palabras d '1 P" lffier lugar, una difícil caracteriza_ bajo la tópica expresión de que el arte imita a la naturaleza, lugar común
d d 1 e prOlesor Garcí B . . 1 . que se repite frecuentemente y que creó una rica casuística de la que se
es e uego una virtud o capacidad d d . a etrJo, e lUgenio «es
e or en lUtelectual que elabora pro- hablará en otro capítulo de nuestro trabajo; y, por otra parte, en el contex-
. 'C. ttamos en esta ocasión en acle!
Ma~;lGd, Espasa-Calpe, 1969, vs~. lJ41_56~nte por la edición de clásicos castellanos n.O 131
u Ibid., pág. 410.
ARCÍA BERRJo ha
semántica del t' r .
d' d 1
. est~ la o os rasgos generales ue '
' 12 J. COROMINAS y J. A. PASCUAL, Dicdonario crítico etimológico castellano e hispánico,
moderna: POétic: man"e tntgensw leudIa comedia barroca ~td cFioourCmurrl.~n edu lla caracterización
tn1n o Madrid, Gredas, 1980, voL lll, pág. 144 a.
' rtsa. tgo eO D d . . aeton e ateo' l' , 13 Así lo estima LUIS GIL en su libro Los antt'guos y la «inspiración» poética, Madrid,
l 980, pags. 409-422 A ro, pto. e Lengua Española U' 'd d na tterarta
i.nvestigación llevada' a cnbestro modo de'ver, habría que matizar el , ~lversl a ~e Murcia, Guadarrama, 1967, pág, 34, donde señala: <<El término ingenium, traducción aproximada del
mgenio en el teatro del ~. 0 p~r ebprofesor García Berrio acerca de lJun o de ~ar:;da de esta griego sophía en su sentido de "talento", de predisposición especial congénita para algo.»
1
t
constatado la frecuente u:~í~aci~n d~' :~est~ ue el autor considera ~~;e;l~~;hoeld téhm~no
14 Tomamos la cita de GARC1A BERRIO, Formación ... , vol. 1, op. cit., pág. 240.
15 DAVID H. DARST, en este sentido, tras recordarnos que el concepto de Naturaleza pre-
~~~~~ ~~t~:i~fa efectivamente tanta de:c~!ex~;ac~~~ase obras ?ramáticas barrocas s~gnÜí~: senta una polisemia en la teoria literaria del Renacimiento, afirma:

+
del pÓblico» (o:.u:.t~O ~bstracto de la teoria literaria y la l~~~ss~~:es s~ nos pretende hacer

;~~:~:~~~C~:c~dd ~o~~;)io~a;~~d:s~~lerí';e!~:e:'a~~a Be~rii~l~~~:~::t~~l~~:~o


presencia de un térr:in~sn~S~tg~ü:?ores que ~cudfan a los co:r:i~s adee~e:~~~e1.dapd culeUtural,
«In general, however, two distinct and separate consíderations of the outside world
were subsumed under the tetro "nature". 00 the one hand, nature was understood
to be the conglomerate of plants, animals, human beíngs, and the whole contempo-
rary scene of uses, custoros, and mores; while It also referred to the metaphysical
menos pr p d
i: . 1 lca necesarIamente s ., las. or o la
vocablo c:n a:~t::~~ edtua1m~nte comprendieran yu u::~:;s~~n ;opul~dr. o que l?s se~tores
a
e matIces que vemos en la d'
s come las.
u cotl lana eXIstencIa tal
world of ever variable and multiplex process directed towards sorne end.»
The comic art o/Tirso de Molina, Valencia, Castalia, 1974, pág. 13. Véase del mismo autor
su reciente libro Imitatio (Polémicas sobre la imitadón en el Siglo de Oro), Madrid, Orígenes,
20 1985, sobre todo el capítulo I.II.

21
FRANCISCO FLORlT DURAN
NA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMAcrON A UNA POÉTICA
to que actualmente nos Ocupa, es decir, en clara sinonimia con ingenio y
TIRSO DE
MOL!
_ d del talento, no prouClr~n d"

la~~;h~s~i~;;O~ bur!a~ceodde i::~~::s del


opuesta abiertamente al arte entendido como un conjunto de preceptos 1 . an acampana as 1 1 mls-
paral6 hacer bien algo o una serie de conocimientos conseguidos por e! estu- de pedantedaci sin embargo, e?
dio • Esta oposición se resume en la tópica interrogante de si el poeta nace arte. ~o¿~: :preciar en esta po~tura cerv~~:~n;o~oda bien 2l
. El médico
o se hace. No es nuestra intención entrar en un análisis de! desarrollo !)las.» H rte de San Juan, a qUien Cerva . se manifiesta abiertamen-
histórico de tal cuestión, puesto que ésta cuenta con una excelente biblio- doctor ua 'd Examen de zngenzos,
17 .
renacentista, e
n su conoCl o 1
1 del talento, de mgenro. . " .
grafía • Sí, empero, consideramos útil el recordar la postura sobre este
~ber,
en favor de la natura eza, or ex eriencia que donde no
aspecto de dos de los más importantes escritores del Siglo de Oro: Cervan-
te T . dos los filósofos antiguohs hallbaron pPor demás es trabajar en
tes y Lope de Vega, con e! fin de contrastarla con la de Tirso de Malina, hay «naturaleza
o que 22d'lsponga al om re a s
habida cuenta de que todos ellos se educaron en e! mismo caldo de cultivo las reglas del arte.»
y ofrecen la importante condición de escritores, es decir, de creadores fren-
'b Harte'
te a los preceptistas que lógicamente hacían hincapié en e! arte, en las Más adelante escrl e u . 1 filósofos antiguos _ que
reglas, pues para ello redactaban sus tratados de poética concebidos como «Sólo afirmaron
( -se refliel'e)~: ~leq~e ~p~!nde, vana cosa es el arte,
unos útiles manuales para aprender a escribir, i. e., un «ars bene scribendi», faltando ' eII a. l.. los la Natura eza b' 23
e. maestros, 1os libros y el tra aJo.»
al igual que las retóricas se configuraban como un «ars bene dicendi». la experIenCIa, . n más
El hispanista sajón Riley nos recuerda que «la opinión más extendida 1 h anista español no constrtuye .
era que e! poeta nace sin duda con una habilidad natural, pero sólo podrá En realidad, estas palabra~ d~ ~~<Quod natura non dat, Salmantrca
losa del conOCido alÜrlsmo.
alcanzar la perfección si estudia y aplica las reglas de su arte»18; así, Cervan- que una g . ., soste-
tes, siguiendo la tradición, hace que Don Quijote diga:
pra~sc:s~
t t» f iI
eS~:dos
blecer una pOSlClon
~ra
sobr~ P~~tesis
non e de Lope de Vega resulta di íc lo amante que el

~~~~xe ~aradojas, contr~d:~~I:~~: ~ea~nta r~s~~~~


«Porque, según es opinión verdadera, el poeta nace: quieren decir . Enn este unto. Es de conOCido en sus manifestaCiones
que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta; y con aquella
inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone cosas, de las que han corrido al
que hace verdadero al que dijo: esl deus in nobis... , etcétera. También de teoría literaria; baste recor a. dones vertidas por el autor en e
digo que el natural poeta que se ayudare del arte será mucho mejor yse to de la sincerida? o no/~ ~as ~~~~:cribano hace tiempo que co~sa1~::~a~
aventajará al poeta que sólo por el arte quisiere serlo; la razón es porque
el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perficiónala; así que, mezcladas :~e~~~~:se;h!~~~:oYa l~s ~:~ifesta~:~:~~ ~;c~;~~ ~~::!:~~e;:~~:'onios
ria'4 En el capítulo segundoo~e s~ t b;e la dualidad Naturaleza-Arte. ~e
la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un perfetísimo
poeta.»19

del ~utor de El caballero de "!'e. ,


o sJe Garda Berrio, que «el tono mas
Cervantes, pues, considera que la unión de! arte y la naturaleza da la encuesta se deduce, en oplnIon reconocimiento del superior r~sp~to
eneralizado parece inclinarse por ~~i uiente sumisión a ellas de las InlCla-
~ebido
como resultado e! logro de un poeta perfecto. Con todo, parece que e!
creador de la novela moderna se inclina por el talento, e! natural, frente a
las reglas, y así lo afirma Riley: <<Para Cervantes, que ridiculiza toda clase
a .las normas
tivas del zngenzo...
. ,,25 . De la lectura e
r
del arte y la su d capítulo parece, efectivamente, que

CIon"... )En
vol.opinión de GAReÍA
1, op. cit., BERRJO,
pág. 239. ésta sería la idea que Horacio tenía del ars. Cfr. Forma- 20 Teoría de la novela en Cervantes: ,op. C~~l.Plá{p~~. 375, nota 6, donde se aporta biblio-
G cíA BERRIO Formacwn ... ,
Cfr. A. AR, . . pág. 62.
~r se'~ a los filósofos antl-
21 o dI .
" Pata una bib1iogtaffa del tema desde sus orígenes hasta el Renacimiento, vM. nota 2. El grafía sobre este puntoJ' E amen de ingenios para la: CIenCIas,
profesor Garda Berrio (Formación ... , vol. n, op. cit., págs. 337-422) ofrece una visión de este HUARTE DE SAN UAN, dd etor renacentista atrIbuye es~s a de San Juan eonsideta
Ibid., pág. 80. Aunq¡e t ra de su obra se desprende que , ~art:a Garda Berrio cuando
22
aspecto
de en las poéticas españolas de los siglos XVI y XVII jUnto a la .opinión de los eseritotes
la época.
deJ:z=~:n sup~riores¡"ld'~!td~~:natribuida
2J

que ell?mgemo natu~


18 Teoría de la novela en Cervantes, op. cit., pág. 115. guos, cierto yelaque elementos invariablemen-
1 uilibrio dialéctico de a u a 1
" Don Quijote, ed. de Martín de Riquer, Madtid, Cupsa, 2.' edición, 1977, pág. 695.
Reeuérdense, asimismo, estas palabras que don Quijote dedica a su escudero Sancho Panza: escribe: «La
te por
pteeedene~a e(F~r:~ción
Huarte al zngemo»
.. " vol. n, op. cit., pá~. j54~ adrid, CSIC, 1961. Véanse
d v:ega sobre preceptiva dramattca,
« ... buen
natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga" (tbid., pág. 906). 24 Afirmaciones de Lope e
. 1 páginas 33-41. 9
22 espeCIalmente, ,as 1 II o . cit., pág. .376, nota .
25 FormaclOn ... , vo . , p 23
FRANCISCO FLORlT DURÁN
E MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
TIRSO D d
los autores del trabajo se inclinan por un Lope de Vega conocedor y prac-
stas dos cualidades que TIrSO prop gl'nea profana Cigarrales de ~oledo.
ticante de un arte, de una serie de preceptos que en el resto del libro se . u na le son reconocidas por os perso-
analizan. Un Lope de Vega que proclama la necesidad del estudio y el e s en los preliminares de .'u mllsAce a ación a esta obra tirsiana, f/tmada
esfuerzo a la hora de escribir las comedias. Sin embargo, a nuestro modo na J d JáureguI en a prov T' .
Por un lado, uan e b el 1621 dice refiriéndose a Irso.
de ver, el ansia de los autores por demostrar un postulado de base: «En
en Madrid el 27 de octu re e , d como se descubre en la
Lope existe un arte en su creación dramática taxativamente aludido en las
comedias y prólogos»'6, puede que lleve a Luis C. Pérez y a F. Sánchez
d' del
«El ingenio y estu 1 0 , Autor es gran e,
donde hallarán los af"IClOna dos apa
._
materia entrete~ida
rato notable de.s;osfat~l~::o;, artificio muy diestro en las comedIas
de mvenClon
Escribano a forzar la balanza hacia el arte, no ponderando debidamente
afirmaciones lopescas como la siguiente: selectas que entremete.»

<<Pero no se le niegue a la Poesía ser una de las Cosas que hoy en el . emas laudatorios que vienen tras la aproba-
mundo merecen exaltación y alabanza, quando tiene y participa del natu- . , está uno de doña Marta e San Ambrosio
Por otro lado, entre los,pod . y Piña, monja en la Magda-
ra! y arte, de que aquí se trata, porque sin el uno y el otro antes sería lclon'd Madrid que entre otras cosas dIce:
digna de· vitU:perio»27,
ena e , . . leanra
«Sólo vuestro tngent~ a . '3"
o no recogiendo estas palabras del Fénix en la dedicatoria a Fray Gabriel con el arte y la esper~enc~a,
T éllez de su comedia Lo fingtdo verdadero: «Que quien tiene arte y natural, essencia y ser de la CIenCia ... »
podrá felicemente escribir ... »". Por todo ello estamos de acuerdo con Díez
.. ue Tirso de Molina considera necesa-
Borque cuando afirma que de los numerosos iestimonios de Lope sobre Abara bien, si resulta mamfIesto q d' de! estudio para ser un buen
e O
este punto «se desprende, en general, una voluntad de conjugar inspiración rio y útil e! conocimiento del arte po.r mt lt s del Mercedario cabe encon-
y reglas, naturaleza y arte, que quedaría sintetizado en estos famosos versos: poeta, no es menos cle . rto.que en. , varIOs
d 1 inexenio
o de! talento natura,1 d e la
"y así con sus preceptos y rigores / cultiva el arte naturales flores"»2'. Idea trar una incontrastable estlmaclon . e !rud.'
asimismo mantenida por Alan S. Trueblood: « ... as Lope grew older he
1 como una precIosa v .
inspiración persona 1 . d ésta el ingenio; éste -que,
Was less concerned to rank than to reconcile ... Art and nature, far from '
«Lo más preCIOSO es el alma''... t díae ni mengua nI. crece, ~o rque
o mejor
being discrete categories, are more and more viewed as interpenetrating.»JO puesto que lu:~ m~s da11aso ~~~l::~ess: av~ntaja a lo más
es gratuito przvzlegzo e a na
presumld~ en
Aunque el asunto es mucho más complejo de lo aquí expuesto, se pue- . - 31
sangre y poseslOnes.» ".
. de concluir que tanto Cervantes como Lope de Vega sentían la necesidad
Es una actitud recurrente en d Ir~o 1 h edada Como acertadamente
de conciliar el natural y el arte, estimándolos como elementos esenciales en T' e! apreciar la nobleza de espmtu
la creación artística. Ambos, arte y naturaleza, se reclaman mutuamente y bl
sin ellos juntos el poeta no será un «perfetísimo poeta». más que la no eza d e sangre. ' es . eClr, a er
f «no .
por heredar dtu1os y b'lene,' de
afirma e! P. Luis Vázquez, TIrso tr:~:ral ingenio y su personal capaCIdad
¿Cuál es la actitud de Tirso a este respecto? En el arranque del presente
fortuna, sino por saber activar su 1 ue interesa resaltar es que nuestro
creadora»". Como quiera q~~ sea, °e!kgenio es «gratuito privilegio de la
capítulo tuvimos ocasión de ver cómo el Mercedario, a través de una alego-
ría, reconocía que el ingenio y el estudio eran necesarios para conseguir la
autor por boca de Saurina, lce que .. , esta frase revela sin ambages
fama como poeta, para elevarse a la cumbre del Parnaso. Curiosamente, '
naturaleza», puesto que, en nuestra
d Eloplmon,
burlador tenía por el t alento nat u ral i
Alt'rmaciones de Lope de Vega .. " op. ct't., pág. 41, la alta estimación que e! autor :: 1 b 1 P Vázquez, la aristocracIa de
De ahí que prefirier~, como sena a E~ ~is~o vocablo «privilegio» supone
26

pág."37.Son palabras de Lope en La Arcadia, recogidas por Pérez y Sánchez Escribano, ibtd.~
talento a la aristocracl.~ de la sang~.. enio no está al alcance de todos los
" Obras de Lope de Vega, BAE, tomo CLXXVII, Madrid, Atlas, 1964, pág. 53. claramente la afirmacl0n de que mg
. " J. M. DIEZ BORQUE, «Lope para el vulgo. Niveles de Significación,;, en Actas del coloquio
Teoría y ReaMad
Roma, en el teatro español del siglo XVIL La influencia italiana. Instituto Español
~b paf'T~ll;z n:c~ó h~z~o~t~c~~~~~ez s;~ae
de Cultura, 1981, pág. 311. , 35 El brayado es nuestro. ale en
" El bandolero, ed. en 1579. Nuevos a
JO ALAN S. 1974,
Massachusetts, TRUEBLOOD, Experience and Artútic Expression t1t Lope de Vega, Cambridge,
pág, 508. 32 LUISV~u~z.;; rI~adrId,
Homenaje a Tzrso e ? l~a}
l' d
revista «Estudios», 1981, pago 3 1 c;pítulo: el de la
e a hemos citado en el arranque e
colación otros textos ¡tlciSlanOs ~:¿ El melancóliCO
24 alegoría de las alas y e e su co 25
FRANCISCO FLORIT DURAN
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

seres humanos, por lo menos el talento '


Con referencia a la idea del ' , necesano para ser un buen poeta «Castlgóme en serlo DioS», Tan lacónica respuesta nos muestra a un Tirso
lllgefllo como don d 1 1 ' de Malina que cree que las poetas nacen en virtud de un designio celestial.
record ar que aparece más d I e a natura eza, conviene
e una vez a o largo d ti" De todos modos, e! Mercedario no olvidará nunca, tal y como se ha visto
na IIeva a cabo acerca de la cr "1' , ,e esta re eXlOn que Sauri-
d 1 d eaClOn Iterana' slem d' en varios textos, que el estudio y e! trabajo continuado son elementos que
o e po er, la fuerza, del ingenio natural:' pre, a emas, encarecien_
coadyuvan poderosamente a la perfección de! poeta, Por ello nos parece
. ~ «Lo que digo es que, como las a . que está poco matizada la opinión de Kennedy, quien señala al respecto de
SI es:a s: permite liberal a un espírit:b~ tlen¿n -p<:t autora a la naturaleza,
sabra mas en un día que otros en diez I~~raos~~lstrado de sus potencias, estas palabras tirsianas que acabamos de citar:
«In the latter's fight with the Aristotelians over natural versus arte)
Hipérboles aparte cabe ob ' Tirso would unhesitatingly seize the opportunity to glorify inborn talent
Tirso atn'b uye a la naturaleza
' la servardque
' SI en los d os textos anteriores over trainning.»36
a 't ' proce encla del ing n' 1
CI ~r este aparece como don del ciel ' s ' e 10, en e que pasamos
u~a Joya como premio por su com o, ,a~rIna l~ ha dado a Pedro Guillén Efectivamente, son muchos los casos, como se puede apreciar, en los
Tlsbe; la joven añade: pOSlClon poetlca acerca de Píramo y que e! Mercedario elogia el ingenio, pero también alaba el estudio, e!
aprendizaje de una técnica, de un arte, Ahora bien, e! hecho de que ponde-
«,,,quiero premiar tu fáb 1 . re un cierto eclecticismo (ingenio-estudio) no significa en modo alguno que
de 'd ua con esta Joya qu
sgracla os tus versos como 1 d h' e no h an d e ser tan
dos, mend'19an en los teatros 1os e mued os que
' encareCl'dos y no paga- Tirso dejara de sentirse ante todo un poeta con una autoconciencia de
enVI'd'la d e 1os interesados mi a censura
bl el V?1go 1'd'lota, expuestos a la creador genial y original, muy orgulloso de su condición de ta!", por lo
arte, princesa de las liberal~s serr
e cuan:o,lllgeniosa profesión de un que en varias ocasiones enaltece la condición inspirada de su arte literario,
de sus dueños a hacer vendibl:Ul~ ta ya f.mecamca ,~or o"?ligarla la pobreza condición proveniente de su ingenio natural, don del cielo, Téngase presen-
que es concedlO el ctelo gratuito.»34
te a este respecto que cuando Tirso considera el ingenio como un regalo
, En el contexto de una dura crítica a los '
pInteros» que decía Lope d V T' tramOYIstas, a los «poetas car- celestial no está pensando, en nuestra opinión, en la idea platónica sobre el
b d I e ega, Irso lleva a c b origen de la poesía, Nada más lejano de la creación entendida como un
anza e arte literario, «princesa de las liber 1 a o una encendida ala-
lo que nos Interesa resaltar ahor a es», concluyendo -y esto es trance,' una locura incontrolable, que nuestro autor, entre otras- razones
tendid a- con una proclama i' dI' por tratarse en sus orígenes de una visión paganizante del asunto, Al afir-
o como gratuito privilegio del cielo, con e Ingenio en-
mar que e! talento creador es una virtud concedida por Dios, Tirso no está
Con todo, donde Tirso se define a '1 '
en vIrtud de un don divino 1 e mIsmo como poeta desde la cuna nada más que constatando su actitud de hombre creyente y sabedor de que
' h' " es
comed la Istorlca Antona Gar ' ' 1 en a escena terc es de Dios, Sumo Hacedor, de donde todo procede, Así pues, no se trata
era, acto tercero, de su
cast e anos mantienen un di '1
II Cla, en a venta de M II 'd de una posición de providencialismo o neoplatonismo por parte de Tirso,
o orl o portugueses y
ricana Ruth Lee Kenned y35 a og: que, como ha demostrado la tlrsista ame- puesto que mal se podría conciliar la teoría de la creación artística conside-
' con lene numerosos e!em b . rada como una fuerza irracional con la firme autoconciencia tirsiana de ser
Cuand o e1 segundo portugu' t h b entos auto iográficos
castellano en contra de la ees"dr~s a er escuchado las quejas del séptim~ un creador, un poeta,
nVI la que reina ent 1
apunta: «Poeta debéis ser v T' re oS poetas de Madrid
os», Irso por boca del castellano responde; J6 Ibid" pág, 350,
37 Con referencia a este asunto, R. Lee Kennedy nos recuerda que Tirso era un hombre
orgulloso (a proud man) con un difícil carácter del que él mismo se daba cuenta, La tirsista
33 El bandolero, ed, dt pa'g 134
cita el siguiente texto extraído del prólogo «al bien intencionado» de sus Cigarrales:
N
35cl 'R fS.
J'Ib'd' Pag, ""
El subrayado es nuestro
r, ?TH EE KENNEDY, Studies in T' I
«Ya juzgarás, por lo dicho, que me vendo soberbio por consumadísimo, Pero ni te
or;h Caro~,a, Chapel Hill, 1974, págs. 95~~~í ~~hel dramatist llnd his competitors, 1620-26 engañas en todo, ni en todo aciertas, Mira) toda arrogante presunción es locura, y
~~~Icana an Iza detalladamente el significado ¿Iti o argo de estas páginas la tirsista nortea~ todo abatimiento de sí mismo que no se ejercita por Dios es pusilanimidad» (ibid.)
e la conv~rsadón mantenida por los
bocaelldan¡os y IlloS portugueses en la venta de Mollorffi¡'do dE págs, 350-351),
e caste ano sépt' , o, n su opmi' yo h Por lo que respecta al tema del orgullo del poeta y sus orígenes, véase E, R. CURTIUS,
rioreda~tó :~bi~~:v~~a~d~ap~~argamente.
esta escena °q~e :~:~d~~tM~~:e~~~
Parece ser Literatura europea y Edad Media latina, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2,' reimpre-
unos momentos personales muy d ¡
26 o orosos, sión, 1976, págs, 680-681.

27
FRANCISCO FLORIT DURAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
A lo largo de la producción literaria de Tirso se encuentran numerosos

y lmanIbl~s ~ te crítica a. los plagiarios es en la dedl~


testimonios en los que el propio autor exalta su capacidad de originalidad, .f t de un modo más rotundo este alarde d.e
Su imaginación inagotable, a la vez que satiriza y fustiga con dureza a aque- .,Conl' dtodo, donde se
d creadora a su slgmen
ongma 1 a (1633) de sus comedlas:
llos escritores incapaces de encontrar tramas, argumentos, recursos extraí-
catoria a la Tercera parte d misma sustancia ha labrado la
dos de su propia minerva. Todo esto prueba, a nuestro modo de ver, una
«Gusano es su autor de seda: e su ientas y más comedias vistie~
estimación de la imagen del creador artístico y, fundamentalmente, de su 'd d d telas con que cuatroc . tos
numerosa a aesus pro~es<;res S4~
cantlaños
ron por veinte . desnudar, corneja, aJenos asun
ingenio natural entendido «como elemento previo, instantáneo, de la inven- j

ni disfrazar pensamientos adoptlvos.» ,


tatio»". Un texto de Cigarrales de Toledo ilustra lo que decimos: acaba
de representarse la comedia tirsiana El vergonzoso en palaci~,
. «celebrada . . de metáfora, las «artificiosas abejas>~ se ha?
Aunque Tlrso ha camblado , . anos» en «cornejas», slgue dl-
c~nvertido ::a~lg
con general aplauso años había»; la representación ha entretenido a los
espectadores y, a pesar de haber durado cerca de tres horas, a la mayoría en «gusano de sedt y los poeta original, entre los que él
se les pasó el tiempo volando. A continuación se lee: ciendo lo mismo: todos los ap aus~s pa 1 plagiarios. Como señala
«Esto, en los oyentes desapassionado s y que asistían allí más para re-
se cuenta, y to os
d los despreclOs para os d .. A
n del texto arriba cita o: ~s a.n <'"'r:
H W. Sullivan, dos aspectos destaca d th premium set on ongmah-
crear el alma con el poético entretenimiento que para censurarle; que los . f h , . ner substance, an e d b h
zánganos de la miel que ellos no saben labrar y hurtan á las artificiosas expression o t e poet s m . th ory specially as develope yt e
abejas) no pudieron dexar de hazer de las suyas, y con murmuradores ty' both features of the expresslvde .e d' basado en considerar el arte
susurros picar en los deleitosos panales del ingenio.» ' . • 42 E t rasgo de mo ernId a , el 1 .
Romantlcs.» se . . . del poeta muestra a to apreclO
como expresión de la sustancla .mterlOr el despr:cio que le producían las
(Cigarrales, ed. cit., pág. 123) que Tirso sentía. por el talento mnato y .
Esta metáfora apícola, a la que tan aficionado era Tirso", nos muestra . 43 l' r S'
cornejas ltera la . . . un alma bien organizada que
cómo el autor enfrenta las artificiosas abejas con los zánganos de la miel «¡Oh cuán ventajosamente se ,dlfe,rencla de seda saca de su subs~
ajena; es decir, a los poetas inspirados Tirso opone los poetas plagiarios, con solos los rudimento~ ?e las clen~~~n!~ alcázares y'templos, de la de
sano
quienes, careciendo del ingenio y de la imaginación creadora, plagian los tancia misma telas prodlglOsa~ que a d és de macear cáñamos grose~
productos literarios que son fruto del ingenio y trabajo de los otros. Contra algunos verdugos de cartapaciOS que, espu
tales personajes el Mercedario siempre lanzará sus afiladas críticas, mofán-
dose abiertamente de los que no tienen talento para urdir enredos, accio-
;; Comedias de Tirso de Molino, NBAE, IV, e~;a clt~/s~brino de Gabriel Téllez. Con
. , LVII Esta dedicatoria está
nes, tramas, etc. Obsérvese lo que escribe, bajo su propio pseudónimo, en
La ventura con el nombre: firmada por don Francisco
b L~cas de Alvila, '~1: !torf; tirsiaha de esta dedi~a~ona escd:lbe
referencia a este so rmo · de TIrso y a ad pOSI
ffth artes Tirso ehooses ro make hls mterme laryf
R L KENNEDY; «In his third, fomth, an 1 d PA il " There undoubtedly existed aman 0lf
'ne~hew, ~~t
TIRSO. Si salgo de esta maraña
he de her una comedia. a one named "don FranCISCO Lucas ;irs;' in these introductions, Ttrso hzmsel
. h may well have been nephew to . ' . , 118 nota 84).
CORBIN. A vos nunca os faltan trazas. that
mustname,
necessare ily be expressing
T' dhimself!»
Malina (Studtes'doP.
and the rama al aun ctt.'J'C
g· te; Reformation, Amsterdam,
42 H. W. SULLIVAN, trso e, .- ,
editions Rodopi, 2. ed., 1981, pa~. 89.
Q
TIRSO. No las hurto como algunos ué en su edición de El bandolero, ed. Cit., pa-
que ala postre se silbatan4o, " En 10 referente a la «corne~":t. oN:): fábula de Fedro, la cornej~ engalana~a cO~e1~i
i'0t:v~l;~J~~~b~~:~~ir~ d~rio~ plagiarios.» .":he:: ~~~~;ocf~ikl~~c~e~~: ~~!Jaba
:~:~ J: p1jma~~~:EeC::';~~~R, espo~oles ~e1
38 Cfr. Formación ... , vol. n, op. Clt., pág. 410. Ténganse presentes, asimismo, las palabras
gina 135,
de Aristóteles en su Poético, ed. cit., 1451b27_28, pág. 160; «De esto resulta claro que el poeta 1;corneja vestida con Cuentos folklóricos\
de .Or?al(~r:.
debe ser artífice de fábulas más que de versos»,
por ladeEspaña
Siglo del Siglo Editan
Oro, Barcelona, rUlca, 1983 , pág. 45) y que Tirso evoca de pasa a en u
" Para más ejemplos, cfr. la dedicatoria de la miscelánea tirsiana Deleytar aprovechando,
Madrid, Imprenta Marín, 1765, dos vals. También en el prólogo 'que escribe Tirso para la comedia Cautela contra cautela: 'd
cuarta parte de sus comedias critica a los «enjambres de zánganos de miel ajena», en dara «Lengua a su rey. atrevl a
referencia a los poetas plagiarios (cfr. Comedias de TIrso de Molino, ed. de Cotarelo y Mori, verificado nos deja .
NBAE, IV, Madrid, 1906, pág. LXVI. el cuento de la corneJ~
40 La ventura con el nombre, IU, xili¡ ODC, UI, pág. 1000b. de ajenas plumas vesttda.»
28 (I, x; ODC, n, pág. 928a.)

29

r
L
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXI1v1ACrÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN

ros adquiridos en las ferias de corpulent l'h ~ 2, TIRSO FRENTE A LA NORMATIVA CLASICISTA
porque al cabo de un siglo de vi ili as 1 renas, se venden oráculos
fardel de estopa cuyos hilos d g a¡ nos sacan a la plaza del deseo medio Si durante la Edad Media el prestigio y la autoridad de Aristóteles
deran sin artificio!». eSlgua es nos enseñan a retazos lo que zur-
radica en el campo de la filosofía merced a su cristianización, el Renaci-
, , (El bandolero, ed, cit" pág, 133) miento es la época que entroniza al Estagirita en el terreno de la doctrina
Esta mSlstencia de T éllez en aparecer com estética, hasta el punto de no faltar exclamaciones como la que hace Esca-
emplea en la creación literaria sus ro' o U? poeta que, por un lado, Iígero en su Poetices Libri Septem: <<Aristoteles imperator noster, omnium
otro, desdeña a los plagi ' p plOS y orIgmales materiales y por bonarum artium dictator perpetuus,»45 Sin embargo, esta sacralización del
arIOS que se sIrven de I 'd '
supone Ia cifra y razo'n d 'e as leas y temas ajenos principio de autoridad, de una autoridad -en punto a doctrina estética-,
e un cur1oso renóm r '
por algunos hispanistas' nos est f" eno perfectamente estudiado infalible e inmutable, no la encontramos en tiempos del propio Aristóteles,
'11 , a m o s re menda a lo I "
sajones aman «self-plagiarism I f' que os tlrslstas anglo- Es bien sabido que la Poética pertenece a los escritos esotéricos o acroamá-
Pero de ello se hablará nI'» y e rances Nougué «l'auto-imitatioll»44 ticos, es decir, aquellas obras aristotélicas no publicadas y destinadas a ser
e e sIguIente capítulo '
A modo de resumen cabe decir " " oídas, Se trata poco menos que de «cuadernos» de notas que servirían al
consideraba sin ambages que I 'lar c~~slgUlente, que Tirso de Malina griego en sus clases peripatéticas, de ahí el carácter fragmentario e incom-
estu
cindibles y necesarias en tod e b 10 y ~ mgemo eran cualidades impres- pleto de tales escritos, Para desgracia nuestra la Poética: «Es uno de los
o uen eSCrItor Sin einb h
que se sentía ante todo poeta n I " argo, como ombre (escritos) que presentan en mayor grado el carácter fragmentario y aparen-
condición inspirada de su poe' l' o ocu tdo'dnunca su legítimo orgullo por la temente inconexo .. ,»46, suscitando hoy en día aún controversias acerca del
'd s a, enten I o este térm' l'
sentl o, por su fuerza creadora por e' '1' , mo en e mas amplio significado de algún pasaje que permanece oscuro, Por otra parte, como
, 'd' , s u ,ertl Imagmación Fr I '
1nsplra o y orIginal sitúa Tirso I I " 1 ,ente a escrItor recuerda Garda Berrio, la Poética «se concibió como un comentario a pos-
a la «corneja engalanada con pI a p aglarlO, a «zángano de la miel ajena» teriori de una literatura dada, con validez concreta y circunscrita a las cir-
umas ajenas» en fin a t d 11 '
que se aprovechan del escritor imagi t' '1 b .' o os aque os poetas cunstancias estéticas e históricas de las que surgió»47, Así pues, esta obra
mación del creador artístico . na Ivo y a OrIOso, Tal ponderada esti- no incluía todo, no abarcaba todo, sino que su campo se limitaba, lógica-
'b dd conecta, como cabe esp I
II erta el ingenio frente a I d' " ' erar, con e tema de la mente, a la literatura griega -':épica y tragedia-, conocida por Aristóteles,
d I I a con IClon Imperativa de l I d
e a ma comprendida autoridad dA' , I as reg as erivadas Este carácter circunstancial de la Poética no será olvidado por quienes
rio a aceptar, sin más unas leye e" rIstote ebs , La negativa del Merceda- se opusieron a la rigidez de los preceptistas italianos del XVI, apoyando
vendrá dada por su fi~me con s po~tlcas esta l,ecidas hace muchos siglos sus reivindicaciones de innovación estética sobre tal aspecto, En este senti-
, , venCImIento en la I 'bil' d d d
IrraCIOnalmente la creación Iiterari P d IImposl I a e aherrojar do son altamente significativas las palabras de Antonio degli Albizzi escritas
de la comedia áurea y se op a, ,or to o e o defendió la regularidad
, I uso a qUIenes la censur b d d ' , en 1573:
mto erantes, a quienes, encastillados en 'd ~ ~n es e pOSICIOnes
realidad teatral de su época y , sUbs leas, vlvlan de espaldas a la
, se empecma an en tI' «,,,lo non posso indurmi a credere, quantunque l'opinion commune
normativa que ya no era válida l' d ,some er a escrItor a una paia esser in contrario, che sia necessario, che in ogni poema, et in ogni
en e tiempo e TIrso,
tempo di ciascun poeta, i precetti, et le regole della poetica d' Aristotele
siano osservate appunto, considerato, che esse riguardano lo squisito
dell'arte, et sono fondate tutte su una o due tragedie antiche, et sopra
l'Iliade, et Odissea di Homero solamente, i quali poemi bisogna-rebbe

44 S b '
o re este lnteresante aspecto del t ..
HR, IV, ,19.3 6, págs. 55-65, de G. E. W:~o~lrslano, cfr.: «Tirso:s Self-Plagiarism in Plot», 45 J. C. ESCALIGERO, Poetices Libri Septem (ed, Heidelberg), '1581, VII, 932; cit, por E, 0,
Self-~~aglarlsm», HR, V, 1937, págs. 176-180: A':J'TEMPLIN, «Another instances of Tirso's RILEY, Teorfa de la novela en Cervantes, op. cit., pág, 36.
le;eatre de Tirso de Molina», Mélanges ¿¡ Mar~el ~U~~17' <<ABPrdopos de l'autoimitation dans 46 Son palabras de V. García Yebra en su introducción a la Poética de Aristóteles, ed, cit"
y AVID H, DARST, «Tirso de Molina's Self PI '. , a at on, or eaux, 1962, págs, 559-566 pág, lO,
procedures in the Renaissance» Bcom XJOdi:glar!sml' constru,cted forms, and composítional 47 A. GARCÍA BERRIO, Introducción a la poética ... , op. cit" pág, 145,
, " ,n" 1980, pags, 29-38,
31
30
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:
FRANCISCO FLORIT DuRAN
. 1 .. antro, en e1seno d e1 propio humanis-
imitare in tutto, et per tutto o si ueramente pili tosto copiarli, o tradurli, clásicos por parte de los c aSlclstas enc nejO ado por los «rebeldes» será
· dantes El argumento ma dI·
chi uolesse, che fossero fatti appunto come quelli.»48 mo voces d Iscor· n las disputas acerca e a Irte-
l· que encontraremos e 1 d
exactamente e mismo. _ l. 1 creador debe acomodarse a gusto e
El tenor general de los humanistas italianos, empero, no era el que se
gularidad de la comedia espano a. e , amo varían las costumbres y los
ribe· gusto que varia c l·d d
acaba de observar. El caso es que el Renacimiento italiano convierte en la época en que esc , l' Habida cuenta de tal rea la, una
código inmutable lo que había sido una reflexión coyuntural. La expresión hábitos de las personas y de asdepocas. 1 t éxito en el pasado no tiene
de <<Aristoteles imperator noster» es fiel reflejo del sentimiento de la mayo- obra que pudiera haber resulta o ~~ comp ~~ este sentido escribe Giraldi
ría de los preceptistas italianos del Cinquecento, lo que llevó, entre otras ué serlo en el presente o en e uturo.
por q .
. cosas, a la progresiva aristotelización del Ays poetica de Horacio, realizada Cintio el año" 1543: . on artito dalle regale, che da Aristo-
por los comentaristas de la obra del poeta latino. Error grave, pues, como «Et se forse in quelche parte,. m\ s p. tr,' l'ho fatto coll' essempio
es sabido, Horacio no conoció 'la Poética de Aristóteles. Con ello no quere· .1 "costumt de tempt nos , 11
tile, per conJormarmt ca, h lt imente diede il principio a e sue
mas señalar la inexistencia de puntos comunes entre ambas obras, lo que de gli antichi, perche SI uede, c e a r modo disposero le loro fauole
ltro
ocurre es que éstos proceden más bien de una común tradición en torno a fauo1e Eunpl '·de c h Sophoc
e, le 1et con a"1 mi ha concesso ü med· eSlffiO
i Romani,,, che i Greci,. Et o tre a ~~~d~ cio richiede, o luogo, otempo
un tema común". Como quiera que fuese, lo que nos interesa resaltar es
Aristotile, TI quale non u~ta punt?, q neggio il partirci alquanto da que·
que si los clásicos, Aristóteles y Horacio, reflexionaron sobre el arte literario o la qualita delle c?se, c e son,o m m: che dati ci ha,».'í2
que tenían cercano en el tiempo y dieron una serie de preceptos basados ll'arte, ch'egli ha "dotta sotto 1 prec e ü ,
en el análisis de las obras de su época, la mayoría de los clasicistas (precep- . . a arta de la autoridad de Aristóteles Y debe
tistas del XVI) crearon una teoría literaria artificial hecha de espaldas a la Véase cómo Cmtlo no se P , . arlo stotélica venga avalada por el
ión a la canonlstlca h
realidad artística de su momento histórico, teoría que resultó absolutamen· hacer que su transgres . . . d autoridad seguía pesando muC o
. f·l' f riego El prmclplO e . .
te inoperante para el estudio de las obras españolas del XVII e incluso propiO lOSO a g · . . del XVI Será el mismo Cmtlo, empero,
para muchas del Renacimiento italiano. entre los humanistas Itahanos . 1 referente a la defensa de la
t ás importante en o
Estos humanistas se consideraban los descubridores de la Poética aristo- quien re d acte e1 teX o m . . mutable En el prólogo a su
., t' t" frente a la normativa m . 1 1
télica que, desde su punto de vista, había sido recuperada por ellos tras innovacton es e IC~, 1543 1 escritor renacentista proc ama, en pa a·
largos siglos de olvido". Desde la primera traducción latina con espíritu drama Attte, tamblen de '. e l · bd· able principio de la hbertad
renacentista, llevada a cabo por Valla en 1498, se multiplicarán las edicio·
d 1 f sor García Berna, «e lOa IC
b ras e pro e 1 d.· alismo tiránico de la norma>>:
nes, traducciones y comentarios del escrito aristotélico. Las poéticas rena· humana ... contra e tra IClon
centistas se configuran, pues, como exégesis de la del Estagirita junto al «Certa cosa e che cuanto e qui pr~dutto
análisis del Ars poetica horaciano, no viendo más allá de tales obras e ins· SI genera e corrompe e muta e varla , d
e ,nel, mon o
h " l'uomo
O tutto o in parte; e c
taurando el principio de autoridad como norma sagrada: lo dicho por Aris- Di libero volere, e ch'e in suo arbitriO
tóteles y Horado es la Verdad misma, inmutable y perenne. Ove meglio gli par piegar la mente.
Sin embargo, como reseña WeinbergjJ ,-la fidelidad incontrastable a los E percio crede ora il poeta nO,stro
Che s1 ferme non siam le leggl poste
A le tragedie che non gli sla dato 53
A. DEGLI ALBIZZI, Risposta al discorso di M. Ridolfo Castravilla contro a Dante, Mss.
48 Usór fuor del prescrítto in qualche parte.»
Biblioteca Vaticana, 1573, dt. por Weínberg, History ... } op. cit., pág. 839, nota 32.
49 Consideramos que por salirse de nuestro campo específico de investigación no es perti" d 1 rincipios básicos de los partida·
nente extenderse sobre este aspecto: para la fusión de Aristóteles y Horado durante el Rena- Más adelante C~tio r~~oge uno ~
rios de la innovaClOn estetlca que, an an..
oSIo
el tiempo, se convertirá en un
.
cimiento italiano véase WEINBERG, History ... , op. cit.} págs. 111-155; para las fuentes doctrina-
les del Ars poetica horaciano, vid. C. 0, BRlNK, Horace on Poetry, op. cit., págs, vü·xxiii.
.50 WEINBERG lleva a cabo un profundo análisis de la transmisión de la Poética en el Rena-
. . á 914 nota 3. El subrayado es nuestro. ,
cimiento italiano, cfr. History ..., op. cit., págs. 349-714. 52 G
Cit. por WEINBERG, Htstory ... , ?p ..c¡tt·,VP g.. C Cagnacíni, 1543, pág. 7, ap. Garcla
n A. GARetA BERRIO, Formación ... , vol I, op. cit., págs. 288·300, nos ofrece una apretada 53 G GIRALDI CINTIO, prólogo a11 At! e, eneCla, . .
sinopsis, basada en los textos recogidos por Wdnberg, de aquellos humanistas italianos que . . 11 " pág 297 nota 44.
Berrio, Formacion ... , VO. ,op. el ., . ,
se opusieron al dogmatismo de sus contemporáneos. 33
32
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA 'NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

~:~!li!~sE~~:f!~~~~~~~:: ~~:~~~~;g:~r:~t~!;~:r~~~:,r;;: I~r~~!:


convien, che sia sempre ed in ogni eta, ne differenza di tempi il cangia,
come ch' ella abbia potere di cangiare costumi evita, per la cui mutazione
non e, che'l vero nel suo stato non rimanga.»57
teatro. A cualquier lector dell,~~t:~~:~siohae de ~atlar la ;nanera d~ hacer
memoria los versos en donde el F én' pd sco ~ vendra en segUida a la Estas palabras del preceptista italiano dan la pauta general de las poéti-
ley a la que ha de sujetarse la creaci~~ ~~:~ri:~aa~ ~:~~, ~~\~;~:~~ como casdel XVI Y se enfrentan con las de aquellos humanistas que adoptaban
una postura de clara modernidad ante el impulso ineluctable de la creación
«Sustento, en fin, 10 que escribí, y conozco artística del momento, postura que puede muy bien resumirse en una sen-
que a~que fueran mejor de otra manera, tencia de Giorgio Bartoli: «Chi compone oggi le tragedie doverebbe acco-
no tuvIeran el gusto que han tenido:
porque, ~ veces, 10 que es contra 10 justo
modarsi a la credenza d'oggidi.,,58 Esta afirmación la encontraremos formu-
por la mIsma razón deleita el gustO.»54 ' lada en nuestros escritores del XVII, suponiendo la cifra y razón de su
propio quebacer literario.
com:o~~~~oG~;c~~~e!~~,e:~n::;::d~~~~~~~:~~::~as del XVI constituye, Conviene ahora recordar sucintamente la actitud de los dos preceptistas

tiva: a la ~~ednsión enseñable y aprendible del ars»~; ~o:~g~e~;I~o~m~­


más significativos del Siglo de Oro: Pinciano y Cascales. Certeramente se
ha alabado la Philosophía Antigua Poética del médico vallisoletano como
equlparaClOn e Aristóteles con la recta r '
unas palabras de Lionard SI"
d e a
azon, pue en traerse a colación una de las pocas poéticas del XVI que va mucho más allá de la simple exégesis
negativa a cualquier mutac~ón :~:::~;ue representan el inmovilismo y la
de la obra aristotélica. Habiendo bebido de un modo directo en la Poética
del Estagirita y conociendo a fondo los comentarios y tratados de los huma-
«Le regale dell' arte sono verament TI . nistas italianos del XVI, el Pinciano, como escribe Vilanova, «nos ofrece
nelle scienze' ma non er ci' h d' e, ne a poeSla, como le massime
uno de los corpus más vastos de doctrinas literarias y estéticas que haya
piu chiari sc~ittori, un~ per ;ss~r }~~~ ~ttendIlo, ci?e per l' avere avuti
°i'
l'
non basterebbe ne l'esempio d'Om r a su a, raglone: senza Iaquale escrito ningún preceptista del Renacimiento»59. Lo importante radica en
non ne lascio ammaestramento nen: ;, n~ au~orlta d~AristotileJ il quale que, a pesar de configurarse la Philosophía como una obra basada esencial-
detta ragione.»56 oettca, c e non losse fondato su la mente en las teorías estéticas aristotélicas, el Pinciano no se deja cegar
nunca por la autoridad de Aristóteles y cabe apreciar en su obra cierta
Iiter~~:: ~:~e~ *tfridaf del E~t~girita servirá para la condenación de la independencia de juicio en punto a ideas estéticas, reconociendo el princi-
turno cuando b~sá~d~:ee e~a:ol file, p~eceptista Antonio Sebastiano Min- pio de libertad artística que comenzaba a impregnar el mundo literario de
' . osoro grlego fustiga d r su época. A este respecto las siguientes palabras que el preceptista español
ob ra L'arte poetica (1563) el Orlandofi' dA' u amente en su pone en boca de F adrique, uno de los interlocutores de la obra, resultan
el imperdonable pecado de ir en con~;:o~e 1: u~~:~ ~or ha~~r cometiddo
una fábula múltipl M' f e aCClon, crean o muy significativas:
e. mturno, rente a quienes trataban d . 'f I «... mas, antes, no se deuen dezir manchas por salir del camino ordina-
poema de Ariosto desde una nueva poética, dice: e jUst1lcar e rio, pues algunas vezes se sale con hermosura del arte, y no todos los
preceptos de estados y políticas están en las historias, ni tampoco todos
tele, e ad Oraúo si debba' Ma
dell'Omerica poesi' .
l'
« ... non pero sano di tanta aut rit' h d
a, ~ e cre ~r piii loro, che ad Aristo-
,se art7 lnsegnatl da castora con l'esemplo
los de la Poética se veen experimentados en las acciones; assÍ que no es

darsene possa; per~i~c;h~aJu~~ne 'i:g;~~it~omo un¡'althra diversa da, quella


. a, e que, c e una volta e vero,
57 A. SEBASTIANO MINTURNO, L'arte poetica, Venecia, Cia. Andrea Valaussori, M.D.L.

XIII, pág. 32, cit. por Weinberg, History ... , op. cit., pág. 972, nota 36.
Cfr. L9PE DE VEGA, Arte nuévo vss 372 376 .
J. de54 José Prades, Madrid CSIC 1971' ~. 300- ; cltamos por la edición comentada de 58 lbld., pág. 931, nota 36.
55Cf G ",pag,. 59 A. VILANOVA, «Preceptistas ... », arto cit., pág. 604. Menéndez Pelayo elogia igualmente.
" L r, ARc0 BERRIO, Formación.", vol. I, op. cit., pág: 295 este tratado de ciencia literaria afirmando: «Es el único de los humanistas del siglo XVI que
IONARDO SAL V1ATI, Degli Accadem'ct. d tI e . .
to contra'l dialogo dell'epica poesia d'
op. cit., pág. 1005, nota 24.
é '1le r~sla difesa d~trOrlando Furioso dell'Arios-
t ammt o e egrmo, Clt. por Weinberg, History ... ,
presenta lo que podemos llamar un sistema literario completo, cuyas líneas generales pueden
restaurarse, aun independientemente del texto de Aristóteles.,,», Historia de las Ideas estéticas,
op. cit., vol. 1, pág. 701.
34 35
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLINA AN1E LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
suficiente
V' ¡j'
causa para cuipar una acción el dezí "N 1
lrg 10, no Eurípídes, no Sóphodes" .»60 r: o o usó Homero, no CascaJes publica sus Cartas filológicas, donde aparece, entre otras, la dedi-
cada <<Al Apolo de España, Lope de Vega Carpio, en defensa de las come-
Igualmente conocida y comentada es I ' "
adopta en el debate acerca de I 'da Pdoslclon que Francisco Cascales dias y representación de ellas»6', Esta epístola ha sido interpretada en algu-
l' , I a perennl a d 'd d d na ocasión como un cambio de actitud del preceptista murciano con res-
c aSIca y a consecuente discusión sobre l ' o ca" UCI a e la normativa
En un texto, traducción literal de d a l:;?ovaclOn en el campo literario, pecto a la comedia áurea"', Lo cierto es, a nuestro modo de ver, que Casca-
el preceptista murciano se mu t uno e, Inturno que se ha citado antes Jes se muestra aquí como un apologista del teatro nacional, pero en su
reglas clásicas y del principio ~ ra part~a~io de la inmutabilidad de la; vertiente ética, A pesar de dedicar a Lope de Vega encendidos elogios, su
Horacio la facultad de poseer la :e:;t~r\a l' atribuyendo a Aristóteles y idea acerca de la pureza de los géneros literarios, es decir, su abierta oposi-
, a a so uta SIn sombra de duda' ción a la tragicomedia, especie teatral básica en nuestra escena barroca,
~<Y 51 ay algunos que estúdien e . . sigue siendo la misma, no ha variado desde que escribió las Tablas, tal y
~arec~ q~e van buscando frondosos á~~l::ntar ~ue~a ~arte poética, me como se observa al leer la epístola titulada <<Al maestro Pedro González de
e EtIOpla. y ciertamente no e t y ver es Jardmes en las arenas
a
e!1eI?iga .. de la razón, y la v~rdad :~ l: vco~a esto que buscar leí en gente Sepúlveda, catedrático de Retórica en la Universidad de Alcalá de Hena-
SI bIen essos, por mostrar qu 1 arredad, y en el error la certeza y res»6', donde Cascales vuelve a negar con argumentos parecidos a los em-
pr t d ' e va en mucho con " '
e e? en lntroduzir nueva poética en 1 ' s~ mgeruo y doctrina pleados en las Tablas la bondad del híbrido tragicómico,
autorIdad que se deva creer antes a el e mundo, ,al ..f1n no serán de tanta
el arte enseñada déstos viene bien co!oi be a ;~f1stote.les y Horado. y si
En contraste con la actitud de férrea defensa de la inmutabilidad de las
reglas clásicas, véanse las que pasan por ser las dos mejores justificaciones
no veo porqué se aya de llamar un d' a ¿menea y vlrgiliana poesía yo
e~, y lo que una vez es verdadero c~n l.versa e lotra; porque la verdad ~na de la innovación estética llevada a cabo en España: el Apologético de las
cra de tiempos no la muda. Que auvlene que o. sea siempre, y la diteren- comedias españolas (1616), de Ricardo de Turia, y la Invectiva a las comedias
costumbres y culto, desta mutación nque clll~ tIene poder de mudar las que prohibió Trajano y apología por las nuestras (1622), de Francisco de
en su ~stadb, (.. ,) ¿Y quál arte, cuát~ res, ta qu~ bve,rdad no se quede Barreda, Ambos escribieron desde el firme apoyo que les proporcionó la
que .qUIen la professa no procure se .clencl~, qua! dISCIplina se halla, en
architectura, no la música no 1 gIIr ~as pIsadas de los antiguos? No la ineluctable realidad teatral de la España barroca, con unos corrales de
¿ Sol~mente la poesía pre;umir: :~c~:tura, n? la medicina, no la milicia. comedias abarrotados por un público que exigía de continuo más y más
fue SIempre de los sabios vituperado?>~~tros tIempos hazer lo que en ella piezas teatrales que se ajustaran al modelo impuesto por Lope de Vega, De
ahí que Ricardo de Turia, en su defensa de la comedia española, no emplea-
Corolario de esta rígida actitud será la ', ra «razones filosó±lcas ni metafísicas», sino arguyendo ah effectu .. ,»66, es
bIas del teatro lopesco y d I ' , ~o~denaclOn en las mismas Ta-
..
____ e genero traglcomlco ' Algunos anos
62 - d espués
CASTALIO: Ni son c;:omedias ni sombra dellas, Son unos hermafroditos, unos
monstruos de la poesía. Ninguna de essas fábulas tiene materia cómica,
, .60 A. LÓPEZ PINCIANO, Philosophía A ' , .
10g1CO~ después de Aristóteles, Horacio ::t!i~~oettca" ed: cit., vol. III, pág. 296. Como es aunque más acabe en alegría.
([bid., págs, 193-194)
~;rarIo; PIara la presencia de la doctrina horacia or mas clbtado por Pinciano en su tratado
eton ... , va . II, op. dt págs 102 112 na en esta o ra, véase GARclA BERRIO p, 63 FRANCISCO CASCALES, 'Cartas filológkas, Madrid, Espasa-Calpe, 1954, 3 vals. Para la
61 FRAN C" . - , ' orma-
CISCO ASCALES Tablas o" ." carta del preceptista murciano a Lope, cfr. voL JI, págs. 38-70.
Cal~e, 1975, págs. 62-64, ' P etlcas, edl~lon de Benito Brancaforte, Madrid, Espasa- 64 Cfr. ROMERA NAVARRO, La preceptiva dramática de Lope de Vega y otros ensayos sobre el
, Cascales, yendo contra corriente se o on " . Fénix, Madrid, Yunque, 1935, pág, 27: «Sin embargo, la fuerza y el prestigio de las innovacio-
~lemfo, el cual gozaba del favor entu'siasta Pdele a!b~~atroOqbue, se hacia en la España de su nes de Lope influyeron en CascaIes, pues respecto del teatro muestra en las Cartas filológicas,
Inter ocutores de las Tablas: pu leo, servese este diálogo entre dos un criterio más liberal y progresivo, hasta el punto de aplaudir a Lope de Vega.»
65 FRANCISCO CASCALES, Cartas filológicas, ed. cit., págs. 223-240; para lo referente a la
PlERIO'. ¡'Válame D'lOS! L uego según esso n sono ' .
representan Cisneros Vel' Al comedIas las que cada día nos tragicomedia, vid. págs. 232-233. Con respecto a la relación entre Lope de Vega y Cascales,
r ,azquez, caraz Ríos S d ' puede consultarse con provecho el artículo de S. de la Nuez Caballero, <<Murcia en dos obras
otros ramosos en el arte h' t ., . ' ,antan er, Ptnedo y
IS nomca' porque tod
pesad urn b res, revoluciones a r aVlOS
. 'd
1 -
as, o as mas, llevan
dramáticas de Lope de Vega», Anales de la Universidad de Murcia, Filosofía y Letras,
mientas, desafíos, cuchilladasgv , esagravios, bofetadas, desmenti- vol. XXI, 1-2, curso 1962-63, págs. 59-88, y el trabajo de Juan Barceló Jiménez, «La epístola
texto de la fábula como n - Tuertes, que aunque las aya en el con- de Cascales a Lope de Vega con motivo de la licitud de las comedias», Seglsmundo, n.O 2,
días. , o conc uyan con ellas, son tenidas por come- 1965, págs, 227-245,
66 RICARDO DE TURIA, Apologético de las comedias, cit, por Preceptt'va dramática '" op. cit.,

36 pág, 178,

37
FRANCISCO FLORlT DURAN
decir, basand .' TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXTh1ACIÓN A UNA POÉTICA
1 . ,o sus motIVOS para la mutació ' .
a comedIa aurea y en el gusto del p 'bl" n estet~ca en el éxito popular de
teatro dIferente al que se hacía en la e~polCO el ~panol que desea un tipo de éncuentro con que encarecer el mérito de este olvidado discurso.,,6' Así es;
ca e aSIca' Barreda elabora en su poética una serie de motivos que apoyan el cambio
«Pues si esto es ~ .
Grec' . aSl y estas comedias h de sensibilidad estética en la España del XVII, recusando, a la vez, todos
q~:cf: dee~~:~i~l s~~~t:nd~s~~~:~:u~~ ~~st¡;s~:ñoinesd~e;~~:~~~~~p~~ aquellos argumentos que tradicionalmente se enfrentaban a la comedia nue-
va. Entiende muy bien el autor que todo arte ha de evolucionar con el paso
;O . pto de Artstoteles en su Poética) p ~le es el aplauso (primer
d~~ 19nOra~tes algunos que inventaron pr~l segUlt as leyes de los pasados del tiempo, el cual es la causa fundamental de la mudanza estética:
s, no mas para declarar la traza y m ,?gOdS y argumentos en las come' «... porque es ley de la ley que se mude y borre con el tiempo. Este, a
Costa tan d arana e l l a ' -
ayunos e entendellas se salí s, que sm esta ayuda de cuyo imperio baja la cabeza todo el universo, tiene majestad de derogar
. T' l' an como entraban?»67
las leyes de los más poderosos príncipes, más sabios legisladores, porque
urla, a Igual que hizo Lo e d
muchos escritos, advierte que <~hacee::ega en el Arte nuevo y en otros
con la velocidad de su curso descubre cada día nuevas razones, que per-
suaden lo contrario que las primeras. No, pues, no basta para su duración
segu~as (las ~eglas) nace de ignorallas»68alEel que pIensa que el dejar de el nombre de leyes o preceptos, pues, no hay ninguno a quien haya dado
COme la espanola el prurito de que . 1 xlste entre los defensores de la privilegios de eternidad el tiempo; derogarlos hemos cuando él nos descu-
antIguo p I ' no se es tome . briese razones diferentes.»7o
1 ' fr p que sIempre aclaran com h . por Ignorantes del arte
cen ¿.s
reg as clásicas con lo que el n~ segu~r~e a VIsto en Turia, que cono- Por ello el principio inmutable de autoridad queda rechazado, convir-
prohl~~: !:1enéndez Pelayo al respecto de l:s/o es por desconocimiento. tiéndose éste en pura superstición por parte de quienes lo practican:
10 1 raJano y apolo ía t. nvectzva a las comedias
dra,:,ática en el siglo xv;.
f:~o:~:.uestras: «No se escribió mejor poé~~:
de Tirso de Ri d d
«Hay hombres - dice Barreda - tan supersticiosos de la antigüedad
que, sin más abono de que hace muchos años que uno dijo una cosa, la
dTurla, de Alfonso Sa'n eh ez, se encuentargumentos . Cat o e J
siguen tenazmente y sobre eso harán traición a su patria.»70 bis
a, y esforzados y subidos d ran recogIdos y enlazados por B
, . e punto con . arre-
eSptrltu racional y sistemático en medi ~roPla y varonil elocuencia y con Si los preceptistas barrocos partidarios de la caducidad de la normativa
o e sus mayores audacias. Apenas clásica fijada por los clasicistas se muestran, según se acaba de ver, como
"lbd
68
. 179.
t '> pago acendrados defensores de la mutación estética, no puede sorprender, pues,
Este prurito de los defensot que entre los creadores se eleven voces que proclaman, sin pudor alguno,
barrocos no desconocí j es del teatro nacional por d
10 'd' an e arte antiguo t' 1
s partl . arIos de la perennidad d 1
emostrar que 1 d
es a p enamente justificado si ten os ramaturgos
su derecho a escoger del arte antiguo lo que consideran vigente y a rechazar
leyes antIguas Recuérd ese e as reglas les acusaban reiter d emos en Cuenta que aquellos elementos y reglas en nada operativos para la nueva sensibilidad
los que más ~tacó la co ed~ este sentido la afirmación que haca sa~ente de desconocer tales de la época. Pues mal se podría conciliar la férrea proclamación y defensa
me la nueva' L
.
m uestran Ignorar totahn 1 . « os autores de comedí e uarez de F¡'gueroa, uno de
trazas de comedias Con jte e arte, rehusando valerse dél con aS que se Usan hoy, ignoran o que del ingenio propio hacen Tirso y los demás dramaturgos barrocos con
l
y artes, Madrid 1615 e. gusto moderno del auditorio» (PI. a eg~r serIes forzoso medir las
-al l ' ' , ot. por Precept' d ' . aza untversal de t d l. .
la sujeción a una normativa que tenía como aval principal el haber sido
sen a a Ignorancia en tva ramatka op cit ' 17) o as as Ciencias fijada, en gran medida, por la antigüedad clásica. Los comediógrafos
- punto a teoría literaria de los Ínge~i ., pa~ j 4. También Cascales
PruRIo' p os espano es' del XVII se niegan a entregarse a una latría inconsciente e irreflexiva, a
. ¿ ues tan faltos son'de en d' . .
aciertan a hazer una buena ~~lm¡emd¡~ean? to los poetas de España, que no seguir a Aristóteles porque sea Aristóteles, tal y como hicieron muchos
CASTALIO: F j preceptistas italianos del XVI. Por todo esto se le puede «perder el respe-
r ¿ a tos de entendimiento? Ab .
aventajan a las demás nacio::~ ~ntes, en caudal de entendimiento
{S que son de algún nombre, est~dia~o los poet~s.estrangeros (digo),
to» a esa autoridad clásica un tanto etérea, que está más allá del bien y del
os pre;e~tos y obsenraciones ue s e arte pOetl:a y saben por ella
mal, creada por los renacentistas italianos7l . Sin embargo, lo cierto y verdad
en la comlca, en la lfrica y en ~tras ~~ua;dan en la epica, en la trágica
a no errar ellos, y a conocer ta f' ~slas menores. y de aquí vien~ 69 M. MENÉNDEZ PELAYO, Histoda de las ideas estéticas, op. cit., pág. 794.
~~~tr)s, qué poeta ay, aun de lo~ r:~~Ta;::te n(estras faltas. ¿Entre 70 FRANCISCO BARREDA, Invectiva a las comedias que_prohibió Trajano y apología por las
os , que nos diga qué cosa es soneto y os.?s bexj' ce~to siempre los nuestras, cit. por Preceptiva dramática, op. cit., pág. 225. En otra ocasión Barreda dice: «Crece
que o Igaclones tiene? el arte con el tiempo; él le alienta, él le cría.» (ibid., pág. 223).
(Tablas poéticas, ed cit P' 70 bi, Ibid., pág. 218.
38 . ., ags. 194·95)
71 Es de sobra conocido para los estudiosos de la historia de la teoría literaria que una cosa

39
FRANCISCO PLORlT DURAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
es que los dramaturgoS barrocos coincidirán, en 10 Sustancial de sus ideas
estéticas, con Aristóteles y Horacio. Por decirlo Con palabras de Vicente ,b' vuelve a afirmar:
Gaos: «Ya no se venera a Aristóteles porque es Aristóteles, sino porque es y un poco mas a aJo .. . uedándose en pie lo pr~cipal, que es
razonable.»" Esta racionalidad llevó a los autores españoles del XVII a J>ero en las cosas ar~lf1clales, ql do y lo accesorio.»
( . da día varIa el uso, e mo
seguir las teorías del filósofo griego en sus puntos esenciales, de modo que la sustanaa) ca 1 la discusión acerca
ya no resulta sorprendente ni extraño oír hablar entre ciertos sectores de la . ., l clave de arco en ill
A ¡ radica en nuestra OpInlOn, a . lásica: se trata senc amente
crítica moderna del aristotelismo de la comedia nueva". qu 'd d ducidad de la normauva e
de la perenm a o ca . .. estéticos esenciales, que por
su misma na-
. d la
Es bien sabido que la ruptura estética con la clasicidad no se alcanza de d mantener aquellos prInCIpIOS f e lo exijan las circunstancIas. e
t;,ralezad~°io:gu;tos, aquell~: :s~
un modo definitivo hasta la llegada del movimiento Romántico. Antes de e . er etilos, y variar con om ectos que ya no Uenen
ese mOmento la autoridad de Aristóteles continúa pesando sobre los escri- de las modas, etc., permanente evolución
tores de todos los tiempos, quienes 10 siguen de cerca o de lejos respetando epoca,. Estamos por consiguiente, ante un adr inicial A imitación de la
VIgenCIa. , ado en su e s iot a . pio
sus ideas. Esto es así no por la propia personalidad de Aristóteles, sino e no puede quedarse est~nc. arte ha de evolucionar por su pro,
porque fue uno de los primeros en reflexionar sobre el hecho literario de qu 1 y. de las cosas
natura
interés eza . El artifICIales,
y subSIstencIa. mismo1Tirso,el algunos anos
_ -después , mantendra la
su tiempo, fijando unas normas válidas para los siglos venideros y volunta_
riamente aceptadas por los escritores que vinieron detrás de él. Por todo d Ios Cigarra es; 1 rnos
ello es lógico que, cuando los comediógrafos españoles del XVII discurren tesis ya apunta a e n . de las cosas, en quanto a ave ._
<<Mucho se les deve a lo: ~invento:~s ue cada día la atención y el alino

lu~ ~g:~~ f::op~~~~:n yn:~~~a~s,dc~io¿a;;:~~~:,;í~~t~b~~:'c;


acerca de la normativa estética heredada, optan inteligentemente por una
fórmula intermedia que Tirso de Malina nos cuenta:
:l:~::~ medrados como lo~ que a~~;~~esub~rdína a las segundas 7~ausas
dado

-oxalá no- los ~rajes, en fm, ~~fección reiterarse muchas veces.»


«y si me argüís que á los primeros inventores, devemos, los que pro-
fessamos sus facultades, guardar sus preceptos -pena de ser tenidos por
ambiciosos y poco agradecidos á la luz que nos dieron para proseguir sus y a las ideas, requIere para su p se centren

Estas palabras, poco m~nos que p un manifiesto de la manera de ser y


habilidades_,os respondo: que aunque a los tales se les deve la venera- redarwinianas, aunque no
ción de haver salido con la dificultad que tienen todas las cosas en sus
principios, con todo eso, es cierto que, añadiendo perfeciones á su inven- en la comedia áurea, consUlt,'lyen t°t'abida cuenta de que el teatro barr~co
ción (cosa, puesto que fáczl, necessaria), es fuer,a que quedándose la sustan-
cia en pie, se muden los accidentes, mejorándolos con la experiencia.» hac~ r de la misma. Nos exp leamos.
nacla con e l fin de ser representado por
. . la reacclon
unos cómicos, con 10 que os
. , d e l público'lad reiterada

~ráctica ~e~~ra~e
es el Aristóteles clásico y otra distinta, al menos no igual, el Aristóteles visto por los renacen_ aetas conocerían inmedIatamente . unto de referencia que un rama-
p
tistas italianos. De este modo no es extraño que Menéndez Pidalllegue a afirmar: <<Aristóteles, escénica re resent aba.e1 escénico. No en vano nos cuen-
el de los preceptistas, claro es, más que el verdadero, pesaba demasiado aún ... ». (Cfr. «Lope d' r para perfeCClOna
turgo po la tene " d Lope de Vega:
de Vega, el arte nuevo y la nUeva biografía», reCogido en De Cervantes y Lope de Vega, t
Madrid, Espasa-Calpe, 1940. pág. 126. Asimismo, Alberto Blecua escribe: <<Al morir elyi- Ricardo de Turia a proposlto e ,. de nuestros tiempos, y
nunca bien celebr~do Lope e
glo XVI, la práctica teatral española, en realidad, había perdido el respeto a AristÓteles, o a . d los poetas comICOS d Vega
«Tanto, que el prínCIpe e a:
d~;~~d~a:~f~;m~d~::"s'::;a: como,~~n:~n~~:~~:!~~~:~~~o;~~ta
mejor, alAllanza
Madrid, Aristóteles visto por
Editorial, ojospág.
1981, renacentista,,>.
9.) (Introducción a Peribáñez y Fuente Ovejuna,
aunle
" VICENTE' GAOS, «La poética invisible de Lope de Vega», en Claves de I"eratura espa- cen maravil1
sue, . an aplauso, y aque
. a y granJe ,
ñola LMadrid, 1971, pág. 289. Este inteligente y un tanto olvidado artÍculo apareció por
págs. 123-142.
primera vez en Temas y problemas de Literatura española, Madrid, Guadarrama, 1959,

Toledof'T~d, de"Molina's Cigarrales de TOTtl~do


7; Destacan especialmente por su insistencia en este aspecto del teatro del Siglo de Oro los
1 bra aclo es nuestro. MARGARET
't págs, 126-127, E su y d Deleytar aprovechan-
siguientes estudios: mVING P. ROTHBERG, «Lope de Vega and the Aristotelian Elements of the 74 CIgarrales
(S de abedecen a un deseo de
WILSON « ame aspects o uso
'21) piensa que estas pa a 1 bras de 1rso o d Mi t r
raducción literal e n u _
Comed)'», Bcom., XN, 1963, págs. 1-4; DUNCAN MOIR, «The Classical tradition in spanish
do», HR, XXII, 1954, pago . aciones de Cascales, que son una t ue la verdad una es, y lo
responder a las sigUlente~ af~;,anteriormente por nosotros: <~ ... P:da de tiempos no lo muda.
dramatic theoty and practice in the seventeenth centuf)'», en e/assical Drama and lts in/luence,
essays presented to H. D. F. Kitro, ed. M. ]. Anderson, Lando , 1965, págs. 191-228, y
F. SANCHEZ
tiva ESCRIBANO,
dramática, «Ensayo
op. cit.} págs. sintesis sobre la comedia españolandel siglo XVI!», en Precep-
39-53. no, y que ya han
que una vez es ver
:;¡:lt~~nviene
o
que lo sea siempre, y
d mudar las costumbres y c t,
l':ud~edesta mutaCIón no resulta que

40 Que aunque ella tie~e pod~ es~ado.» (Tablas, ed. :it., ~ág¡ 6~ rcedes, op elt, vol. l, pág. 1
la verdad no se que eledn sl Orden de Nuestra Senora e as e
" Hlstorta Genera e a 41

"- - ---._- ---'~'-- '~'_._--~--


APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA, . deo
. hartO conocidos por todos, per, .
en todo, buscándose ocasi'ones en nuevas comedias, que corno de fuente
perenne nacen incansablemente de su fertílísimo ingenio.»76 r~í
a
~r:~~:~adeu~~~~:s~~~d~:R'ó~t~~~~n::t~c~!:n:::p::~;~~o
n distanCIa. ecuer d
s~;:::;~~
Así pues, cabe señalar que el rechazo por parte de Tirso y de los demás ca media una gra '1 stran lo comenta o:
alabras de Ruiz Ramón que 1 u . nuestro teatro del Siglo de
escritores barrocos de la inmarcesible canonística aristotélica impuesta por
los clasicistas, nace no sólo de la exaltación del ingenio creador frente al
P Al lado de esa libertad que caract~~~:c~nte
sujeción a una fórmula
-« . r en cuenta esa der la gran para~
ars antiguo, sino también por la misma índole de la comedia nueva, especie Oro ~s. nece~~l~ :l~e:a mínimam~nte, si querd:f~r:~~rse así: el teatro
teatral que en nada se aviene con un arte concebido para otras sensibili- 1r~m~~lad!ma nacional, paradOja que Pf;rmula dramática, per9 no es
dades. e~~:ñol es revolucp:mario e:nt~:nts~ ah~~oria interdna. Est~~~%ae~~::f:
Ahora bien, conviene valorar en sus justos términos el conceptb de nada revoluciona,rlO laenh~u . de las variaciones e un SlS
- l es estudIar
espano Istotla
libertad artística proclamado por los comediógrafos barrocos, puesto que
se ha caído en afirmaciones poco matizadas acerca de la libertad de ingenio ~~ .
lenamente conscientes de este sIste-
reclamada por el dramaturgo áureo, considerando a éste antecedente del Q e los propios dramaturgos eran p 1 hecho de que frecuentemente
artista romántico rebelde y revolucionario y juzgando, asimismo, el teatro
barroco como romántico avant la lettre; todo ello en virtud de la pretendida ma in~ariablelo prueba, entNre otrpaus e~'::~~ir
de ejemplo el tdóPilCO de qn~:
d 1 m1smo. os d d mo o a armo

¡:o~~:~dd~~F:~:~ ~~ ~~~~~t~ ;r~::~i:~t~~r~;s:q~:~~:!:~n s~e t~~:~cl


espontaneidad creadora de Lope de Vega y su escuela. A nuestro modo de
ver, pese a que durante el Romanticismo la comedia nueva de cuño lopesco
fuera centro de atención e inspiración por parte de los dramaturgos españo- rota y an .1 ello no es extrano dia A
, .' a fuer de repetIr o; por d I ' do Manrique en su trage
les y extranjeros, la realidad es que el concepto de libertad artística propug- toplCO . Ji o pomen . d o en boca e .crIa
nado por los comediógrafos del XVII se refiere más a una libertad para convenClOna .sm nganza estos versos:
secreto agraVlO, secreta ve
escoger la fórmula dramática que satisfaga plenamente las necesidades esté-
ticas del momento, que a una libertad entendida como exaltación pasional «y pues que con tanta gloria
del genio creador único e irrepetible. Quiere decirse, pues, que los autores dama y galán se han casado,
erdonad, noble se~ado: 79
. teatrales barrocos, una vez escogido un tipo de teatro que viene avalado pque aquí acaba la hlstona,»
por el éxito popular, fijan y reiteran hasta la saciedad tal esquema dramáti-
co, con lo que la libertad de creación artística se ve constreñida ya que los ó icos versos que se colocan al final de
«poetas" han de atenerse a un modelo tipificado. Como apunta el profesor A simple vista se trata de ~os. t ,P a calderoniana viene dada porque ~l
la obra; sin embargo, la sP~~~n:117e~1~cto primero de su ~ag~dt~l ~::en~
Díez Borque, es necesario .
«aludir a la rigidez estructural de la comedia, que repite el esquema, obra autor pone estos verso L Otro ejemplo de esta ur b . 1
tras obra, proponiendo al espectador el consumo del mismo producto boda de doña Leonor con don ope. la comedia lopesca La dama bo ~. a
(. .. ), Lope dio con el esquema, con la fórmula, comprobó su éxito en los vencionallo encontramos en b los manidos empareJam1e~-
corrales y repetirla sistemáticamente será su labor como dramaturgo que
permitirá, a la vez, la formación de una escuela que, tras posesionarse de
~~~~~~~ de la acción dramáticad~: ~:~':u:r~:,;eniso y Duardo, qued~~:r~
la fórmula, puede producir, que no crear, comedias en colaboración.»77 tos, cuatro en este caso, pert ue le lleva al primero de ellos a prop
damas con las que casarse, o q
Los autores, pues, se movían en 'unos estrechos márgenes de' cr~ación. al segundo:
Claro está que no escribían sus comedias con falsilla y que mostraban su
ingenio y originalidad en la manera de presentar unos temas, unas estructu- l, Madrid, Cátedra, 1979,
. 'a del teatro español, tomo
78 F RUIZ RAMÓN, Htstort T d'as ed e introducción
, 183 184 Calderón de la Barca. rage l , .
76 _RICARDO DE TURIA, Apologético.", cito por Preceptiva dramática, op. cit" pág. 179. pags . .. creta venganza, en II pág 54
77 J. M.
DiEZ BORQUE, Sociologfa de la comedia española del siglo XVII, Madrid, Cátedra, 79 A secreto agravIO, se
, Madr'Id , anza
Ali Editona! 1968, tomO,
,
' .
1976, pág. 357. de F, Ruiz Ramon, 43

42
FRANCISCO FLORIT DURAN
FENISO. «Vos TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACIÓN AUNA· POÉTICA
y yo sólo faltamos
Dad acá esa mano her~osa.»80 ron en los dramaturgos barrocos. El aristotelismo de la comedia nueva se
La intención del F éni I . basa en una realidad innegable: toda creación literaria ha de apoyarse en
«solter?s» es clara y consti~l a emparejar cómicamente a los dos I un conjunto de principios artísticos universales, sin los que no sería posible
c~medla española en cuyo n:~¡!~~~' una burl~ del. sistema invariablea;:~s la comunicación entre el autor y el receptor, individual o múltiple. Lo que
e proplO Lope de Ve T o y consohdaclón no poc 1 a ocurre es que en nuestra tradición estética occidental el primero que for-
convencionalismo por I~a. ampoco se le escapó a Tirso d a ~ p~ tenía muló, de un modo más o menos coherente, estos principios radicales fue
este caso sacado de Su co!~~ra~e ;nOfifa en varias ocasiones del ~ism~hnV~ tal Aristóteles en su Poética, de ahí que el punto de referencia obligado sea él.
'--" Irmeza en 1. h . ease
BUNOL y hb a ermosura: Queremos decir, pues, que las coincidencias entre el tratado del Estagirita
. - a remos comedia visto y las ideas estéticas de nuestros dramaturgos áureos reflejadas en su prácti-
que no acaba casamientos.
ENGRACIA. L ca dramática no nacen de una inconsciente latría, sino de una reflexión
¿ ¡ubego no piensas conmigo meditada y matizada acerca de la esencia de la creación literaria, especial-
ce e rarlos?
BUNOL.
mente de la teatral". Por ello parece evidente que los autores dramáticos
Ni por pienso. de la España del XVII, frente a los humanistas italianos del cinquecerito,
ENGRACIA. P no entienden la Poética aristotélica como una poetica perennis, con 10 que
ues ¿por qué causa, atrevido?
BUNOL. P
,orque pueda rematarse
pueden desviarse de las «recomendaciones» del filósofo griego cuando
curas y sin padrino '
SIn comprenden que los tiempos y los gustos han cambiado en algunos as-
una comedia soltera S1 5, pectos.
I~c1uso cabe observar esta burla n Han sido Duncan Moir y F. Sánchez Escribano quienes mejor han estu-
~~~:~o, Id?ndf' conforme al decoru: ~~: ~~~e~a
bhagiográfica del Mer-
diado la influencia de la poética aristotélico-horaciana en la teoría y práctica
de la comedia española del XVII". En sus articulas enumeran y pasan
, a 19ua que hace su amo, llevar un .d e e ~. al tema, el criado
PENDÓN Es a Vl a d e cehbe: revista a los principios fundamentales de la estética clásica que rigen en el
. ~ peranza: a un monasterio teatro español de la edad barroca. El hispanista anglosajón considera, por
tú motilona, y yo [rail ' ejemplo, que el Arte nuevo de Lope presenta, por ¡ma parte, un conjunto
no ha hb e, .
S y que a lar en matrim . de ideas clásicas y, por otro, un número de innovaciones con respecto a la
an Pendón han d II omos,
e amarme82, antigüedad clásica. Ese recital de ideas aristotélico-horacianas está consti-
. Volviendo al punto central en Id' " tuido por las siguientes:
mdad de las normas artísti I a lSCUSlon sobre la caducidad
para Tirso de Molina los ~as:.o que nos interesa es reseñar ~ peren- Estimación moral y didáctica de las buenas obras. El concepto horacia-
c~áles los accidentales. Q~::kcJ:~~s sustanciales, por lo tanto in~~~~~e:on no de deleitar aprovechando es uno de los más relevantes de la época.
Unidad de acción.
directamente de Aristót~les y Hora~i~ue I~s aspectos Sustanciales proced~:
, qUlenes, en buena medid . fI Construcción esmerada de la pieza teatral.
'" La·d. a, m uye- Estructura tripartita de la obra: exposición, nudo y desenlace.
ama boba ed . d
pág. 185, , . e tntro ucción de D. Marín Madr' _
81 Lafi'rmeZa en 'a h ' td, Catedra 1981
' ,vss, 3179-3180
82 S ~, ermosura In . OD ' 8' E. O. RrLEY cree ver en Cervantes 10 mismo que apreciamos en los dramaturgos barro*
h ~nto y sastre, lIl, xiv, iÚd ,~lx'8 be,. II!, pág. 1443b. cos: «Forma parte, más bien, de aquellos que consideran que el arte está sujeto a ciertos
. ex austlVo puede hallarse e .: p~g. 8. Stn Intención de II principios universales e inmutables, pero también a condiciones accidentales, que son las
negoci~:: III, xvii; Aver'güel!e ~~tlvo Irónico..en comedias tirsianase;~: a cabo un inventario únicas susceptibles de cambio» (Teorla de la novela en Cervantes, op. cit., pág. 51). Como
ln: XV111; Bellaco sois Gómez nI ga:~. nI, XXUj El melancólico In ~ c~mo: Esto sí que es fácilmente se notará, la coincidencia entre el insigne novelista y el Mercedario es manifiesta en
.a Ironizad6n por parte de l' , xx~" etcétera. Sobre este as 'e ,XXVI; o hay peor sordo, este punto. Por otra parte, como simple dato, recuérdese lo que dice ABRAMS a propósito de
Juego de originalidad; rasgo clmedlü+M'~fos, cfr. ':In recient~ a: : lcieconvenci6n teatral y
°ci· los críticos anglosajones del siglo XVIII: «Todos los críticos del siglo XVIII, salvo 'unos pocos
vol 35, n.O 2, 1983, págs. 197*2~6a comedIa frente a su carácter ;arad' J;~. WEIGER, «El excéntricos, creían en la validez de cierto conjunto de reglas universales.» (El espejo y la
. tgmattco», en Bcom
M • lámpara. Teoría romántica y tradición critica, Barcelona, Barral Editores, 1975, pág. 38.)
84 Para la referencia bibliográfica, véase la nota 73.

45
~
I
,

"

FRANCISCO FLORIT DURAN TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACI6N A UNA POÉTICA I ¡

Decorum
A ' en persona)es,
' palabras
' y acciones presumido toledano» arremete contra la comedia tirsiana El vergonzoso en
C cClOnes
' y temas verosúuil es, ' palacio por no haber respetado ésta la unidad de tiempo ni la de lugar, Un
onslstencia en los caracteres 85 poco después, Tirso defenderá la especie teatral tragicomedia apoyándose
Por su parte, Sánchez Escribano es 'f " , en que el arte ha de imitar a la naturaleza, De todo ello se dará cumplida
:entales, que gobiernan el teatro españ~~~ It
dIeCISIete principios funda- cuenta en el siguiente capítulo de nuestro estudio,
e Arlstoteles, De tan amplia nómina lo e, XVII, procedentes todos ellos Estas innovaciones estéticas no suponen un enfrentamiento con la auto-
~o de obra teatral como res111tado de 1 q~e ~nte~esa destacar es el concep_ ridad de Aristóteles; sino que se oponen abiertamente a la intolerancia e
ombres, para unirlo al repertorio d ~m;uaclOn de las 86acciones de los intransigencia de los clasicistas, Es de sobra conocido que el filósofo griego
pl1ede decir que la sustancz'a' d ' e, OIr antes citado , Así pues sólo se muestra firme en lo referente a la unidad de acción; por lo que
, e estIrpe an t tT h ' se
ne, m,ml1table en la teoría dramática b s o e ICo- oraciana que se mantie- respecta a la de tiempo, Aristóteles, como nos recuerda Garda Yebra, «se
practIca teatral está constiwida or 1 arro:a y que se ve reflejada en la limita a señalar una tendencia o costumbre de la tragedia clásica»88; y en
_ La obra teatral ' 1 p os sIgUIentes pl1ntos esenciales: cuanto a la unidad de lugar; ni la nombra, Lo mismo ocurre con el concepto
como reSl1 tado d I ' , «tragicomedia», ql1e no existía en la mente del Estagirita, Fl1eron los pre-
Tal ml'm eSlsadesr
'h '1 e a mImeSIs'
La l1nidad de "eh esdencla mente verosímil, ' ceptistas italianos del XVI quienes sacralizaron y canonizaron las unidades
acclon a e ser respet d E de tiempo y lugar, siendo Castelvetro el que las rel1nió y fijó", Así pues, los
tes problemas a la hora de lle 1 ~ a, ,st~ aspecto planteará bastan-
La comedia se estmctma con~~;~ a practIca, t
desenlace, El dramatmgo ha de e a esque~a d,; exposición, nl1do y
comediógrafos barrocos, sabedores de tal realidad crítica, se opl1sieron con
sl1tiles razones y con su práctica teatral a quienes pretendían hacer de la
obra, mantener el Interes hasta el final de la Poética aristotélica una poetica perennis a imitación de lo que se había he-
cho, en el terreno de la filosofía, con el sistema aristotélico-tomista, Surge
1Conforme al p recepto h '
oraclano el f d
l1ego de la teatral, ha de ser el d
In e tod~ pieza literaria, desde
entonces la guerra literaria, que en España cobrará especial vitl1lencia en
las discusiones acerca de la irregl1laridad de la comedia nueva, No serán,
lector,
. e entretener e Instmir al al1dl't'
ono, a1
ASImismo, el concepto horaciano de d de SCHACK en su Historia de la literatura y'del arte dramático en España (Madrid, 1885-87, voL
ta, sobre todo en lo referente a la r ecoru,,!, ha de ser tenido en cuen- nI, pág. 400), dice: <da apología más ingeniosa y elocuente del teatro nacional»; ROMERA
Todo esto en lo ql1e t _ 1 p esentaclon de los personajes, NAVARRO, La preceptiva dramática de Lope... , op. cit., pág. 29: «Ninguna apología más calurosa

tn 1 a ane a a Sl1stan" bl
:e~e a creación literaria de los dramat~: In~uta e ql1e opera activa-
. e ,. o lna, como trataremos de mostrar gas arrocos, entre ellos Tirso
y resuelta, ni más fundada, que la de Tirso en los Cigarrales de Toledo ... »; pág. 75: «Tirso de
Malina, en su brillantísima defensa de la comedia nueva, es el que con más razonables y
plausibles argumentos se declaró, como en la práctica lo venían haciendo todos, contra la
e ql1e oCl1rre con lo accidental d ' a lo largo de nl1estro traba)'o Pero unidad de tiempo.» Esta apología y defensa del teatro nacional realizada por el Mercedario es
e d'" ,es eClr con la ' . " poco menos que referencia obligada en muchos estudios consagrados al teatro tirsiano, Pueden
dome,I,a aurea? A ningún estl1dioso d~ 1 s,InnovaclOnes estéticas de la consultarse, entre otros, los siguientes trabajos: A. MOREL FATIO, «Les défenseurs de la come-
ramatIca barroca se le oCl11ta l1e est ,a teona ,Y práctica de la literatl1ra dia», Ero, IV, 1902, págs. 30-44; E. COTARELO y MORl, Comedias de Tirso de Malina, ed. cit.,
tos: la ruptura con las l1nidad~ d I a Innovaclon se basa en dos elemen págs. xxüi-xxv y xxix-xxxi; J. H. PARKER, «Tirso de Malina defensor de la comedia nueva»,

otra, la mezcla de lo trágico y lo c~m~:r tiem~o,


Y por una parte, ,y po;
Rev. de la Universidad de San Carlos, Guatemala, n.O 12 (julio-septiembre), 1948, págs, 39-48;
M. WILSON, «Some aspects, .. », arto cit., págs. 20-22; A. NOUGUÉ, L'oeuvre en prose de Tirso
que de la comedia nl1eva hace Tirs d M
E~ Sl1f¡clente con leer la defensa de Malina, Centre de Recherches de l'Institut de Etudes Hispaniques, París, 1962,
págs. 347-352; F. SCHALK, «Poetik und Selbsdarstel1ung im Werk Tirso de Malinas», Romanis-
apología calificada por Menénd z;el e olIna en los Cigarrales de Toledo
che Forschugen, Colonia, LXXX, 1968, págs. 86-104; S. MAUREL, L'univers dramaüque de
ql1e conocemos»" para d e ayo como «la más brillante y nerv' ' Tirso de Molina, op, cit., págs. 11-30; H. W. SULLlVAN, Tirso de Malina and the drama o/ the
" arnos cuenta de este h h EL' lOsa
85 . ' ec o. rectlvamente, «el Counter Re/ormation, op. cit" págs. 71-99, En todos estos estudios se elogia abiertamente la
defensa que de la comedia nueva hace Téllez, destacando los crí.ticos la habilidad del autor
D, MOIR, «The Classical »art'
. 86 ~ para argumentar en favor de una especie teatral que él mismo practicaba con no poco éxito,
El largo inventario lle cÍ'" ' CIt., pago 196,
va ~ a cabo por F. SANCHEZ ESCRIB 88 ARISTÓTELES, Poéüca, ed, cit., pág, 263, nota 98. El texto aristotélico dice: «y también
87 MENÉNDEZ PE~;oco;;7dla. española del siglo X'VII» rt A~O p~ede verse en su tra'bajo
<<Ensayo síntesis sobr 1
por la extensión; pues la tragedia se esfuerza lo más posible por atenerse a una revolución del
. los elogios que los crítico;- ha~td~di::d~asa ideasdes~étú;as) .op, ~r:, ~~i.lt;Ság:7i~r S
esta erensa tlrsiana de 1 ' d'"
eh'
on mu os
solo excederla poco, mientras la epopeya es ilimitada en el tiempo ...», ed. cit" págs. 143-144.
89 Cfr. WElNBERG, History ... , op, cit., págs, 508-510.
46 a come ta nueva: el conde
47
FRANCISCO FLORIT DuRAN

empero, tales batallas ajenas a motivos individuales y personales, de amis-


tad o enemistad, más que a auténticas razones de discrepancia en punto a
90
teoría literaria • Con todo, los dramaturgos sentirán la ineludible necesidad
de defender su manera de escribir comedias, su arte dramático, frente a
quienes se empecinaban en aherrojar la creación dentro de un conjunto de
reglas y preceptos que poco tenían que ver con la realidad literaria del
momento. A través de la defensa de la comedia nueva que hace Tirso
podemos ir espigando sus ideas teatrales, su manera de entender la creación CAPITULO II
artística y. su posición con respecto a conceptos claves dentro de la estética
literaria, en último término, su poética dramática. Claro está que la recons-
trucción de los aspectos esenciales de tal poética no puede llevarse a cabo
sólo con los textos consagrados a la loa y apología de la comedia áurea,
TRES CONCEPTOS DE IMITACION:
sino que también cabe encontrarlos en aquellos en los que el Mercedario «MIMESIS», «IMITATIO VITAE»
reflexiona con más calma sobre su quehacer artístico y, en última instancia, y «RETRACTIO»
la propia práctica teatral tirsiana aportará valiosísimo material. De lo que
decimos se deduce que somos partidarios de quienes sostienen que los
comediógrafos españoles del XVII concebían su obra conforme a unas 1. ALGUNAS PRECISIONES AL CONCEPTO DE "MIMESIS".
ideas básicas, de un modo consciente y reflexivo, alejados de un arte repen- LA IMITACI6NTRAGIC6MICA
tista e intuitivo. Recuérdense a este respecto las palabras de F. Sánchez
Escribano: .
Lo pnmero que se aprecIa . al analizar el concepto de «mimesis»
. " , . es que
t' rmino que a 10 largo de la tradlclon crltlca, y ya
«En resumen, la comedia española del siglo XVII no se estructuró ni
con una repentista ignorancia ni con una repentista ligereza, a espaldas de ~~:d:n:::n~~:~~e~o:el~~ic~S, presenta una difícil caracterización semántica,
una teoría del arte dramático, sino con principios estéticos ya dados por observándose varias interpretaciones de tal concepto: .. ..
Aristóteles y Horado, pero refundidos para someterlos al gusto espiritual
de la época y a las exigencias del espíritu.»91 "1 it tion" (Mimesis) which almost a11 the literary cntIcs of antlq~l-
« .m a b 'could mean either a holding up to nature In
Apartemos, por consiguiente, de nuestras mentes la imagen de un Lope :!~~~v;~o~~~~~ :~alis~ic portrait of objects existin? therde for the sen:es
de Vega que crea de la nada y con la nada cientos y cientos de comedias. , ')
d d'n of nature's facts In or er to presen a
to apprehend (~castlc , ren .etI gf t re (what should be rather (han
Lope, Tirso, Calderón, fueron autores de teatro plenamente conscientes de height~ned or ldealize veT~n d~s :'eiliod of creating rather a faithful
su labor como tales. No sólo basaban su quehacer artístico en la experien- ;;P~i~~ 'ofk~~ c~~~~~~~sns~ tha~ the poet create~ a kind of s~cond nature
cia que les proporcionaba el ver sus obras representadas en los corrales de by means of divine inspiration and his imaginatIve powers.»
comedias, sino que también conocían la tradición estética greco-latina y
utilizaron de ella lo que creían que era más conveniente para el momento M els and Commonplaces: Renaissance Literary Critt:cism" New
1 BAXTER ~THA~AY, aro ARST The comic art o/Tirso de Malina, op, ctt.,.~ag, 14,
que les tocó vivir. Su labor, por lo que respecta a las ideas artísticas, consis- York, 1968, pago 88, CIt. por D. ~,D¡ ¡i r p cit pág 22 también ve esta dIficultad:
tió en aprovechar lo sustancial de la tradición clásica y variar lo accidental. Obsérvese cómo ABRAMS, El espejO y a ampa~, o¡' "¡os ti~mp'os en que hace su aparición,
". ." es ya un concepto Slffip e en .' . D k
«,,,pero el d e mImeSIS no ; .. D A RUSSELL Criticism m Anttqutty, uc-
9{J Cfr. J. DE ENTRAMBASAGUAS, Una guerra literaria del Siglo de Oro: Lope de Vega y los registrada en los diálogos de Platon». ASlm¡ls~o, d' '.; n a su ~apítu1o consagrado al estudio
preceptistas aristotélicos, Madrid, Rev. de Archivos, 1932. El estudio del profesor Entrambasa- h L d 1981 pág 99 escribe en a mtro UCClO d .
wort, on on, , " d " 1 fn imitatio) are difficult wor sto mterpret,
guas demuestra lo que comentamos, pues se preocupa más por estudiar con rigor documental de la mimesis: «These (mimesis y su tra ucdclon b~' 1 ~, De un modo más claro nos lo dice
and they cover a num er o
el ambiente íntimo en que se movfa el Fénix, sus amistades y enemistades, las rencillas entre b f confusions an am 19u1tles». ¡ 11 o 3
., "b r eois" realism» Poetics, vO. ,n. ,
los bandos literarios del tiempo, que atender a la problemática literaria suscitada en torno a la J. BRUCK, «From Aristotelean mlffiesls. to f ~~is~otle's concept 'of "mimesis" can not be
querella entre los partidarios de la renovación estética y los defensores de la perennidad de las july, 1982, pág. 190: «The ex~ct mearung o dio lobal de la mimesis, entendida como
reglas clásicas y clasicistas, ascertained with absolute c¡ertamtUYd'''dPara un ;estdu la 1iteratura occidental, VId. el libro' de
"
representaclOn poe't'IC a de a rea a ' a ,
traves. e M' i 1950
91 p, SANCHEZ ESCRIBANO, «Ensayo síntesis",», arto cit., págs. 52-5.3.
E. AUERBACH, Mimesis, Fondo de Cultura Economlca, ex co, .
48 49
ROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
LA COMEDIA NUEVA, AP
TIRSO DE MOLINA ANTE .
FRANCISCO FLORIT DuRAN
. ita por medio dellenguale,
, Se intentará, pues, en este epígrafe delimitar lo más claramente posible onsagra su tratado al estudio de! a~e ll~~::de su poética, de dos modos
este término, ya que se trata de un concepto esencial en la teoría literaria y ~cupándose, confor~e a 10 que nos l;en uaje: la tragedia y la épic~. PrecI-
estética, al definir por medio del mismo el proceso de la creación artística. diferentes de imitaClOn por medid d:'ita~ón es de donde arrancara andan-
Por lo que respecta al concepto «mimesis» en Aristóteles, parece que mente de los llamados modos 1 el, literarios4. Recordamos por sU
sa . o toda la teoría de os generas
los investigadores están de acuerdo a la hora de precisar su significado: es do el tlemp
. 1as p alabras dA'
importanCla e rls t'teles'
o . . 'bl imitar las mismas cosas
algo muy diferente y que no tiene nada que ver con la copia fiel de la . s medIOS es pOSI e t
¡
¡ realidad circundante. Aléjese, por consiguiente, de la mente la identidad 1
«En efecto, con oS mIsmo . ti ~ ndose hasta cierto punto en o ro,
unas veces narrándolas (ya conVlr.e y sin cambiar), o bien presentan-
mimesis = copia, remedo, reflejo; etc., al centrarse en la Poética del Estagi- como hace Homero, ya como uno mI~~~ actuantes» (poética, 1448a20-24,
rita'. Puede comprenderse mejor esto si se piensa que Aristóteles en su do a todos los imitados como operan e
Poética dice que la aulética y la citarÍstica son imitaciones (1447aI5-16); si ed. cit., pág. 133). .
. por aulética entiende el filósofo griego el arte de tocar la flauta y por r e! género !iteratlo teatro
hoy enten d emos po h b
citatÍstica el arte de tocar la citara, ¿de qué realidad son copia o reflejo Con arreglo a esto, 1o que d' dellengual' e de unos om res
. 't
nfiguraría como 1a Iml ac
ión por me la
1 " ca donde la imita . "'
clan a
tales artes, en caso de que se diera a mimesis el significado de remedo o
se ca d' nte frente a o epi , d E al
copia de la realidad? Lo que ocurre es que, al traducir mimesis por imitatio que actúan Y obran Irectam~ 'de los hombres viene narra a. n cu -
es
y, consecuentemente, por imitación) el concepto se decantará hacia unos través de! lenguaje de las acclo n s centrar la atención en un modo de
. h
so 10 que nos mteresa a ora e
terrenos donde es interpretado como traslado fiel de una realidad exterior. qUler ca , . 1
Ahora bien, sería, asimismo, miope la visión que no entendiera que el imitación muy particular. . 1 ., de mimesis si se trae a ca a-
concepto de mimesis tiene algo que ver con la realidad, porque para Aristó- Tal vez se pueda precisar melar a nFo~lOn
A' tóteles en su mca.
teles la relación que se establece entre la obra de arte y la realidad es ción unas palabras d e tls b rte lo que la naturaleza
f . yaca aenpa
precisamente una relación mimética, en el sentido aristotélico del término. <<En general, el arte per e~clona otra- parte, imita a la misma natu-
Bruck realiza una lúcida exégesis de Aristóteles y su idea de mimesis cuan- misma no puede acabar y ultImar y, en
do dice: raleza.»5
mo recuerda Riley\
«Art-works such as paintings, drama or epic stories are "representa- .' la naturaleza era, ca
tians" in that they produce images, characters and plots in the likeness of La idea de que el arte :mlta a i 10 de Oro. Sin embargo, 10 importante
real objects, persons and actio1?s, and folloW' the same "schema" so to n lugar común en la Espana de! S g . sl'gnificaba para muchos talen-
speak, in that they have a similar structure and telos. At the same time,
U - al que este aXioma 'n
en este momento es sen ar d . con Aristóteles, que el arte opera segu
the aesthetic creations are mere "representations" and not part oE the tos de la época, en correspon e~cla f que 10 hace la naturaleza en su
reality context which they represento The term "mimesis" denotes both
these aspects: the unreality of aesthetic representations and theÍt likeness los mismos principios Y de la misma arTa ue el concepto de mimeSIS co-
to real objects and actions.»J proceso creador (natura naturans). C7~ o. ~na noción plenamente dinámi-
bra su genuino significado y eterna i~: ~l ~brar, no la obra. Por ello, cuando
Sin embargo, aunque todo producto artístico es el resultado de un pro- ca, activa, creadora, es declr: se 1m ue el arte imita a la naturaleza, se refle-
ceso mimético según Aristóteles, las obras de arte se diferencian entre sí 1 dramaturgos barrocos afirman q
por tres motivos: «o por imitar con medios diversos, o por imitar objetos r~~, en palabras de D. H. Darst:
diversos, o por imitarlos diversamente y no del mismo modo» (Poética,
1447aI6-18, ed. cit., pág. 127). Como es bien sabido, el filósofo griego , d áticos en las poéticas del Sig~~ de
4 Sobre este aspecto, cfr. M. NEW;:LS, 4~~~fe::;~o:~~. GARCíA BERRlO, IntroducclO ti
ll

Tesis Book, 197 4,pags. , .


2 Aunque por necesidades de sÚltesis partimos de Aristóteles, no se puede olvidar que el Oro, Lond on, a~, 1-86 oo' 16 Harvard Universuy
concepto mimesis, en relación con la literatura, aparece por primera vez en la República de la poética.", op. at., l?ags. 8' AruSTOTLE, The Physics, II, Vl11, 199a15- ,
5 Para el texto gr1ego , Vt d.
Platón. D. A. RUSSELL, Criticism in Antiquity, op. cit.) págs. 102-106, analiza inteligentemente
este hecho. Press, 1963, pág. 172. , d la novela en Cervantes, op_ cit., pág. 99.
6 E. O. RILEY, T eorza e
3 }. BRUCK, «From-Aristotelean mimesis ... », arto cit., pág. 190. 51

50
--¡

TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA; APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA


FRANCISCO FLORlT DuRAN
CASTALIO. Ni son comedias ni sombra dellas. Son unos hermafroditos,
« ... to the re-cteatl<;m· (rather than the s · , g unos monstruos de la poesía. Ninguna de essas fábulas tiene
p{oeess of tbis natura naturans (rath h erv1e h'0pym ) on stage of the materia cómica, aunque más acabe en alegría.
t e outside world).»7 er t ao o t e final visible shapes in
(. ,,)
CASTALIO. «¡Desterrad, desterrad de vuestro pensamiento la monstruosa
C~mo hemos indicado, no se les oeult b . tragicomedia, que es imposible e:q.ley del arte averla!»9
relaclOn dialéctica entre arte y n t i a da a los esctltores barrocos esta
m' 1 a uraeza ande a '1 r
lentras que a naturaleza vitaliza 1 'T d que perlecciona a ésta De estas palabras se deduce que la mezcla del género trágico con el
en a arte. o o ello teni d .
cuenta ese carácter miméti en o sIempre muy
mentes que, cuando los drama~o ya a?untado. Tan grabado estaba en sus cómico era vista por los clasicistas como algo monstruoso y fuera. de toda
der y justificar, frente a los at urgos aureos slenten la necesidad de defen- lógica artística. Entonces, ¿qué impulsó a los dramaturgos barrocos, en
teatral tragicomedia cifra y aq~es dY censuras de los clasicistas, la especie contra de los principios del «arte», a continuar llevando a cabo esa mezcla
, razon esumanr d h genérica? No se tome como solución simplista la siguiente respuesta: el
mano como precioso argumento irrebatibl d e a e. acer teatro, echan comediógrafo español del XVII, dadas las especiales características que con-
ejemplo, Lope de Vega deJ'ó escrit eA e este aXIOma básico. Así, por currían en el teatro de la época, debía construir una pieza teatral que delei-
o en su rte nuevo:
«l:ftrág~co y lo cómico mezclado, tara al mayor número posible de espectadores, para ello no podía aherrojar
la comedia en unas leyes dictadas por unas personas que no contemplaban
y erenclO con Séneca, aunque sea
como otro Minotauro de P ~c en sus tratados poéticos la evolución de los tiempos y el cambio de sensibi-
har' aSile,
an grave una parte, otra ridícula lidad estética. Los dramaturgos barrocos se rebelan, teórica y prácticamen-
que aq~esta variedad deleita muchd te, contra los estrechos límites de la norma literaria que les impide reprodu-
buen ejemplo nos da Naturaleza '
que por tal variedad tiene bellez~.» cir lo que está en la naturaleza, en la realidad.
La defensa que de la tragicomedia hace Tirso se basa radicalmente en
(Vss. 174-180)' esta rebelión antielasicista y supone, con todas las reservas lógicas, un ante-
. Efectivamente, al recordar Lo e d V cedente de la teoría de la evolución que nacerá en el XIX:
«Et per tal variar natura e bell p e elga el verso de Serafina Aquilano' «Esta diferencia hay de la Naturaleza al Arte: que lo que aquélla desde
b a» se une a . .. d .
o rar de la naturaleza y elogia l~ t . p~mclplO e que el arte imita el su creación constituyó no se puede variar; y así siempre el peral producirá
lanzaban los partidarios de l ' ragl~ome ia frente a los dardos que le peras y las encinas su grossero fruto. y con todo esso, la diversidad del
E" a mcomumcabihd d d i '
sctltas a prmcipios del siglo XVII y ublicad a _ e os ge~eros teatrales. terruño y la diferente influencia del cielo y clima á que están sugetos, la
tes palabras de Cascales son fiel refl"; del ~s anos despues, las siguien- saca muchas vezes de su misma especie y casi constituye en otras diversas.
Pues si hemos de dar crédito á Antonio de Lebrixa en el Prólogo de su
mtransigentes: J mo o de pensar de los clasicistas
Vocabulario, no crió Dios, al principio del mundo, sino una sola especie
de melones, de quien han salido tantas y entre sí tan diversas como se ve
en las calaba~as, pepinos y cohombros, que todos tuvieron en sus princi-
: D. H. DARST, The Comic Ar! 01 Tirso de M f . pios una misma producción. Fuera de que, ya que no en todo, pueda
Sale de nuestro intento narrar el d t o !na, ,op. at.) pág. 15.
debates de la tragicomedia dentro fu e alle de ~a r1ca casuística planteada en tor
~e ~ra./e te;~ fu los
variar estas cosas el hortelano, á lo menos en parte, mediando la industria
de nuestras fronteras, véase el libro Espana. Para una visión. general del
~e~~~~ :';,~a~:d!:g~and, P~bl. ?f ¡jni~~s~:~fiJ¡:~~o~:~:~!ts ¡";;~n. ¿ndentradedvelopm;:~
del ingerir. De dos diversas especies compone una tercera, como se ve en
el durazno, que engerto en.el membrillo produze al melocotón, en quien
cos en las ,.' uena SInteSlS es la que lleva a cab M . ' os en los hazen parentesco lo dorado y agrio de lo uno con lo dulce y encarnado de
op. cit.,Pá:,oe;~;sjú °f ci{-, págs. 125-152, así como A.G;;;~;:'~S' Los géneros dra.,,!áti- lo otro. Pero en las cosas artificiales, quedándose en pie lo principal, que
pueden consul . or o que respecta a trabajos sobre Lo ERRIO, IntroducClon ... , es la sustancia, cada día varía el uso, el modo y lo accesorio. El primer
Tragedia and }~:Sg~~;~trde.ot.rosLmuchos, los siguientes: E. S. M6~~e Vsega y Iabtragic?media sastre que cortó de vestir á nuestros primeros padres fué Dios -si á tan
inh~~ilida~raditi,:n ;H9-i2¿~ k. M¿'Cn~o }rh~
el . al e ta ID ope» HR . 1 194 ' « ome o servaUon
ínclito artífice es bien se le acomode tan humildé atributo; más no le 'será
...»,art. cit., págs. 3, págs. 185·209; D. MOIR,
págs. 525_53e;~j,0~~ PJar~ragedia: resumen crítico», :Y~r~e: ~egda YCla pr~tendida
J M R ' . ..' ES, Lope de Vega El ' a rl, aSlaha, 1971
~ágs' 73~~~S'
. . SIgnificado y doctrina del «Arte N~evo» a¡te¿;uevdo ... , op. cit.) págs. 120-125, ;
e pe e Vega, Madrid, SGEL, 1976, 9 F. CASCALES, Tablas poéticas, ed. cit., págs. 194 y 213.
53
52
FRANCISCO FLORlT DURÁN APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
TIRSO DE MO LINA ANTE LN COMEDIA NUEVA:

indecente, pues Dios es todo en todas las cosas-o ¿Fuera, pues, razÓn, «Amigo, dispu.so ~l ~ie1o
que por esto anduviéssernos agora como ellos cubiertos de pieles y que ;. con providenCIa 4lvma,
condenássemos los trages - dexo los profanos y lascivos, que ésso de como las fábulas cuentan
s
suyo lo están, y hablo de los honestos y religiosos-, porque ansÍ en la que en efecto, moralizan
materia como en las formas diversas se distinguen de aquéllos? Claro está los ~ucesos de los hombres,
que diréys que no. Pues si "en lo artificial", cuyo ser consiste sólo en la que imitase nuestra vida
mudable imposición de los hombres, puede el uso mudar en los trages y a una tela, que las Parcas
oficios hasta la sustancia, y "en lo natural", se produzen, por medio de los de varios colores hilan.
ingertos, cada día diferentes frutos, ¿qué mucho que la Comedia, á imita- Si todo fuera dichoso,
ción de entrambas cosas, varíe las leyes de sus antepassados y ingiera como siempre desatinan
industriosamente lo trágico con 10 cómico, sacando una mezcla apacible al hombre felicidades
destos dos encohtrados poemas, y que participando de entrambos, intro~
Y al soberbio precipitan,. ,
duzga ya personas graves como la una y ya jocosas y ridículas como la ¿ quién con éI se ave~lguara.
otra?»lO
Si todas fueran desdIchas,
más valiera nácer bruto,
Lo que Tirso de Malina postula en este texto es e! derecho de la come- peñasco, o planta sin vida.
dia española a crear una nueva especie artística: la tragicomedia, de! mismo Tejió de lanas opues~as
modo que en la naturaleza, ya sea por medios naturales o por causa de la nuestra duración falhda
técnica humana, de dos diversas especies pueda nacer una tercera ll . Nos el influjo de los cielos .
que en lo mortal predomman;
encontramos de nuevo ante e! tópico: e! arte imita e! obrar dela naturaleza. ya los males, ya los ,?ienes
Aunque resulta difícil elucidar si Tirso se está refiriendo a que e! arte imita mezclan diferentes hstas,
e! obrar de la naturaleza (mimesis) o a que e! arte copia, remeda a la mas como aquellos son tantos,
naturaleza ya formada. A nuestro modo de ver, aquÍ no se trataría tanto de poco, estotros se d'IVIsan.»
. 12

que el arte (la comedia, e! comediógrafo) opera según los mismos mecanis-
mos de la naturaleza, cuanto de que e! arte imita, reproduce, copia, a la . d 1 umento tirsiano, se puede decir que si la
natura naturata, es decir, e! arte reproduce los fenómenos de la naturaleza. Así pues, recapItulan o e arg. . e! arte conforme al precepto
1 de dichas y trIstezas y S I , d'
No obstante, parece verosímil e! pensar que cabe encontrar aquÍ un eco de vida es una mezc a . ' 1 habrá en que la come la, a
ambas ideas mezcladas. Sea como fuere, de las palabras de Tirso se deduce clásico, ha de imitar a la naturalelza'l cqtUr~g~~ con lo cómico? Barreda en
. . " de la naturaleza ~ mezc
lmltaclOll ~ e. o
que para e! autor la tragicomedia nace de la observación de la vida, de la 1622 se manifestó en iguales termmos: di . .
naturaleza. Las siguientes palabras que Tirso pone en labios de don Alonso . . . ~ Mientras nuestra come a ImIta-
de Mercado en su pieza teatral La lealtad contra la enVidia son altamente «El norte de la poesía es la Imltacl~n. más arte No hay más leyes a
significativas, puesto que e! personaje constata que la vida es una mezcla re con ~ropiedad, segura corre; íl~o o d~ todas, qu~ imite. En obedecién-
de pasos alegres y tristes: quien sUjetar el cuello. Esta es ep~ g h n de mezclar pasos alegres con
dola cumple con todas. ¿Por que nEO se a dia no es retrato de aquellas
' .I la el cielo? ¿ sta come .
~ e ha de referir su imagen.»
13
los tristes, SI os mezc I
obras? Pues si es retrato, c aro esta qu
W Cigarrales de Toledo) ed. cit., págs. 126-127.
JIEste tipo de metáfora botánica empleado por Tirso como mero· recurso pedagógico no n este. .
razonam1ento estamos ya muy lejos del
exento de cierta intencionalidad, se convertirá, andando el tiempo, en una teoría para explicar Ocurre, empero, que ca .. n un tópico de enorme fortuna
los géneros literarios a la luz de las ideas evolucionistas. Cfr. GARASA, Los géneros literarios, . éIi de mImesIs para caer e , .
concepto arIstot ca. , El' ' D to gramático y profesor de RetOrIca
Buenos Aires, Columba, 1969, págs. 184-194, donde se analizan los géneros literarios en la
doctrina de la evolución.
y diversa interpretaclOn que la ona , .
En otro orden de cosas, debemos señalar que la tragicomedia no nace con Lope y su
escuela, pero, como acertadamente apunta Juana de José Prades, <do que sí es novedad, en
cambio, -es la mezcla "sui generis" de elementos trágicos y cómicos propia de los dramaturgos 'd' III x ODC III págs. 789b-790a.
españoles de la Comedia nueva»,· Lope de Vega. El Arte nuevo... ) C!p. cit.) pág. 122. 12
13
La lealtad contra la .envl za, 'el :~ p~r Preceptiva dramdtica.", op. cit.)
F. BARREDA, Invectzva a las come zas ... , el •
pá~. 218 .
54 55
APROXIMACIÚN A UNA POÉTICA
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA:
FRANCISCO FLORIT DuRAN

«¿Qué fiesta o juego se halla,


en laRoma de! siglo IV, atribuyó a Cicerón: «Comoediam esse Cícero ait
que no le ofrezcan los versos?
.
imitationem vitae, speculum consuetudinis'i in:aginem ve~~tatis,»14 En la comedia, los OJos
¿no se deleitan y ven ,
mil cosas que hacen que esten
2. «IMITATIO VITAE» olvidados tus enojos?
La música, ¿no recrea
el oído, y el discreto
Olvidémonos, en principio, de que esta definición ciceroniana posee no gusta allí del conceto
un alto grado de intención moralizadora «<speculum consuetudinis» e y la traza que desea? .
«imaginem veritatis»), o al menos así fue entendida por los preceptistas de Para el alegre, ¿no ha~ tlsa?;:¡
los siglos XVI y XVII!', con e! propósito de extendernos en la rica casuística Para el triste, ¿no hay tr~steza,
Para el agudo, ¿agudez.a.
planteada por la primera parte de la definición: <<Imitatio vitae». Aquí se Allí el necio, ¿no se aVIsa?
quiere expresar sin ambages que la comedia ha de copiar y reflejar la vida, El ignorante, ¿no sabe? .
la realidad circundante. Mas antes de. entrar en materia conviene, en nues- ¿No hay guerra para el vahente,
tra opinión, clarificar un problema terminológico, puesto que para Aristóte- consejos para el prudente,
les, Horacio, Cicerón y demás clásicos e! término «comedia» no significaba y autoridad para e! grave?
Moros hay, si quieres moros;
lo mismo que para nuestros dramaturgos barrocos. Los escritores greco-la- si apetecen tus deseos
tinos, los humanistas italianos de! XVI Y los preceptistas de! Siglo de Oro torneos, te hac:n torneosl~
partidarios de! arte antiguo entendían por' comedia una misma cosa que si toros, correran toros,»
puede ejemplificarse con la definición que da e! Pinciano: «Comedia es ., m leta definición que Lope de Vega pone en
imitación activa hecha para limpiar e! ánimo de las passiones por medio Recuérdese tamblen la ca p b tral El castigo sin venganza:
de! de!eyte y risa.»!6 Esta era la exposición académica, la que interpretaba boca del duque de Ferrara en su o ra tea .
la comedia como drama risible. Pero en la España barroca junto a esta <<Agora sabes, Ricardo, .
definición erudita convivía una popular que llamaba comedia a. toda suerte ue es la comedia un espejO ..
de poema dramático, a toda pieza teatral, como nos recuerda Duncan
~n que el necio, el sabio, el VIeJO,
el moZo, el fuerte, el gallardo,
Moir!', estructurada en tres actos. Para los comediógrafos españoles de! e! rey, e! gobernador,
XVII la comedia era un todo dirigido a la inmensa mayoría; así lo entiende la doncella, la casada
Tirso de Malina cuando, en su conocida comedia El vergonzoso en palacio, siendo al ejemplo escuchada
le hace decir a doña Serafina: de la vida y de! honor,
retrata nuestras costumbres,
o livianas o severas,
14 Aelii Donati... Commentum Terentii.", Recensuit P. WESSNER, Leipzig, 1902, t. n, mezclando burlas y veras, 19
pág. 22, cit. por la edición de las Tablas poéticas, ed. cit., pág. 37, nota 22. donaires y pesadumbres.»
15 Esta definición aparece, traducida literalmente, en las Tablas poéticas de Cascales: «De
manera que el poema no basta ser agradable, sino provechoso y moral, como quien es imita- acertadamente apunta Wardropp~r, que
ción de la vida; espejo de las costumbres, imagen de la verdad», ed. cit., pág. 37. De las Sin embargo, el caso es, como d poema dramático" calca, sin em-
. ., d "toda suerte e ,
palabras del preceptista murciano se deduce que para él, como para la mayoría de los eruditos «esta caractetlZaC10n ~. D t a Cicerón»20, con lo que se esta
de la época, la definición de comedia atribuida a Cicerón por Elio Donato comporta necesaria- bargo, la definición atribUida por ona o
mente una' visión provechosa y edificante de la comedia.
16 A. LÚPEZ PINCIANO, Philosophía Antigua Poética, ed. cit., vol. III, pág. 17.
17 Cfr. D. MOIR, «The Classical Tradition".», art. cit., pág. 221. En este artículo el hispa- . Il 749_770,'págs.98-99. d d
nista anglosajón aporta numerosos datos acerca de este problema terminológico y genérico. lB El vergonzoso en palactO, ed. CIt., acto. ,vss~anza ed. de A. DaVid Kossoff, Ma rI ,
Asimismo resulta muy útil la consulta del estudio de B. W. WARDROPPER, «La comedia espa- . 19 El perro del hortelano ~ El castt~2 stn ven ,
ñola del Siglo de Oro», incluido como apéndice de la obra de Olson Teoría de la comedia, Castaha, 1978, vss. 214-225, pags · 241-~edia española ..», art. cit., pág. 190.
2.0 Cfr. B. W. WARDROPPER,« L a ca
Ariel, Barcelona, 1978, págs. 183-242; para el aspecto que nos ocupa, vzd. págs. 189-191.
57
56
: ) XWACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORlT DURÁN E 'IOUNA ANTE LA COMEDlA NUEVA: Al RO
TIRSO D ,. 1 d
, ' do apasionado hasta e punto e
ante la ambigüedad y confusión terminológica vigente en la Edad de Oro cómo viven 'la acción fictlCla de un m~o el «malo» pretende sorprender;~
española con respecto al vocablo «comedia»,
avisar con gritos al títere «bueno» cu;~s modos, creemos, frente a O.rtega ,
Con todo, habida cuenta de que estamos estudiando la poética de un por la espalda para golpearlo'l De to 1 o real e! llegar a vivir apaslOnada-
dramaturgo barroco, lo que interesa especialmente es reflexionar de un que el tomar la ficción teatra c~~o a ~ es p:ivativo de las personas poco
modo detenido acerca de la relación entre ficción y realidad, arte y vida en mente lo que se ve sobre las, ta ~~ ~e ende, en gran medida, de la habl-
la comedia áurea, pues los autores teatrales de! XVII se entregaron en repe- cultivadas intelectualmente, smo q ~ ~ o de los actores, etc" para hacer
tidas ocasiones a un curioso juego, como se verá en un epígtafe posterior, lidad del dramaturgo, de! director le:~e:c~ador en la ficción y atraparlo en
en e! que se afirmaba o negaba la ilusión teatral, en e! que e! postulado creíble lo irreal, para mtroduclr a 1a teoría brechtiana, recogIda baJO la
«imitatio vitae» presentaba extrañas facetas y en donde la verosimilitud se
ella, Recuérdese, a este respec.~~'kqu(:l efecto de! distanciamiento), agrupa
configuraba como un principio básico no siempre interpretado de un modo
unívoco. expresión del Verfremdungs elje t 1u~nico fin de recordar al audltorto
, d ~ . teatrales con e . .~ ~ un
toda _una sene e tecnlcas ~ iendo es pura ÍlCC10ll, esta en .
La vinculación de! arte con la realidad de la vida, por lo menos en e! he cho incuestionable: lo que esta v de Brecht nace como OpOSI-
ámbito literario, parece un hecho poco menos que axiomático, Ocurre, un , 1 Esta postura ~ ~ ,
'
teatro vlen do algo que ,es Irrea ' úblico que tomaba la ficcion escemca ~ 1
empero, que nuestra mente de críticos se \Te poderosamente mediatizada ción a un teatro antertor y adun p ~ nformista y burguesa; de ahl a
por muchos años de Realismo a la manera positivista y empírica, que exige como real , como una reahda , eso Sl, co
una conexión entre literatura y vida lo más férrea posible, Esto es especial-
actitud brechtiana, ,~ arece claro que para los dramaturgos
mente significativo en e! teatro, No obstante, el hecho de que en las últimas Volviendo a la comedIa aurea p " ficción mentira, Lope de Vega
décadas se hayan montado espectáculos que creaban un espacio «mítico» barrocos el teatro es sobre todo ;nv~clon'humana~ y divinas del licenciado
donde todo era posible y verosímil, una de las principales dificultades con escribió un soneto, recogido en nas lm:stítulo «A la muerte de una dama,
las que se encuentra el director escénico que en la España de finales de! T é de Burguillos (1634), que eva po
siglo xx desee poner en pie una comedia de nuestros autores barrocos, om " y donde se lee:
representante uniea», .. 11 blandura,
viene dada por la mentalidad teatral del público que no se contenta con «Yacen en este marmo ~
que los versos creen el espacio escénico, Parece como si el espectador la tierna voz, la enamorada Ita,.
estuviera menos dispuesto a ser «farseado», a dejarse «farsear». Téngase en , "d e verdades la mentzra
q ue vlStlO 1 f' ,
cuenta que el hecho de ir a ver una obra de teatro supone un acto de "de persona 19ura.
en to d a aCClOTI
la grave del coturno compostu~aJ
buena voluntad por parte de! espectador, que acepta, en principio, de buen los Ya de amor suspIra,
queya d cee, d'
grado entrar en la irrealidad, en la ficción teatral, que suspende durante e! , con donaire, que imita~o a filra,
tiempo que dura la representación su «buen sentido» y acepta como real ~ 1 tosco traje la inocenCIa pura.
aquello que es irreal, Esta posición, lógicamente, no significa ingenuidad, e Fingió toda figura de tal suer.te,
.
al contrario, como muy bien señaló Ortega y Gasset en su ensayo Idea del que muriéndose apenas fue crelda
Teatro, son, precisamente, los seres ingenuos quienes no logran entrar en
. d en la nota anterior. Claro es ~ue el
ese mundo metafórico e irreal de la escena, quienes se creen ciegamente
que lo que acontece sobre el escenario es reaPI, Piénsese, por ejemplo, en " Ello se de,p~ntde ad~,I~nP~!~~r::t;~~~~mao~~~ap:rson"s~I~~b~r:~ l~od~u;~~ h~:~~~~
caso contado por r eg 'd nte un ataque de sus enemIgos. d CC1'O' nar emotivamente
té prevem o a 'bl q e pue e rea
al e~t ene una I'b
un grupo de niños contemplando una función de títeres; lo usual es ver actor para que más o menos senSl e, u . 1 enta a este respecto
1 1 por eJemp o, pres

Cfr. J. ORTEGA y GASSET, Ideas sobre el teatro y la novela, «Revista de Occidente», en


en cuanto t , I d 1
1 ra,
. La historia de a nove a,
según la habilidad e e~ct1~~~. el gran éxito de público qu~ tuvo .:0
el . . ero folletinesco, tanto
lo más cercano en el
interesantes casos. Recuerd d rante el siglo pasado. Por c1tar un el P, en busca del anillo
21 1 mo en teatro, u - H bbit y sus aven tUf
. a la o de ver una pieza
.
Alianza Editorial, Madrid, 1982, pág. 83; dice a este respecto el filósofo español: «Todos en nove a ca 1 'd con el pequeno 1oh d leer una
., no ha su n o . nove 1
recordamos, cuando nuestra vieja e ingenua criada -de origen campesino_ fue una vez al tiempo, ¿qUlen 1 b de Tolkien? Es deCIr, a a . ora e si involuntariamente por e
teatro, que, al contarnos sus impresiones averiguamos que había tomado los acontecimientos mágico, leyendo as o ras los que el receptor se deja arrastra; ca r como reales los hechos
de la escena como si fuesen reales, y ella había querido prevenir al ~ctor de que, si se quedaba teatral, hay mo~:ntodS en l' . n y ello supone, obviamente, e toma
r
oder de seducclon e 1a lcelO ,
allí, iban los enemigos a m~tar1o.»
~arrados o puestos sobre las tablas.
58 59
DU~N
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POETICA
FRANCISCO FLORIT '

Bien es cierto que esta actitud tirsiana responde a una evolución, acen-
en J~; singultos de su trance fuerte.
tuada con el paso de los años, de la mentalidad y psicología personal del
lo mís!~'i~~~~at;onn bienlfingió en la vida, Mercedario. Tirso fue espaciando su creación dramática para consagrarse
por 1 en a· muerte
que aun a muerte pareció jing;da,»2} en los últimos años de su vida a los escritoS «provechosos», sin olvidar, eso

Resulta fácil colegir por este sí, que tal literatura debe también deleitar.
la En cualquier caso, lo cierto es que podemos decir con Díez Borque que
tr recurrencia de! verbo/z'ng/'r que sonetolla postura de. Lope
en e corto d de Vega . N'otese
es veces, poniendo de manifiest espaCIO e seis versos apar en la comedia barroca «el divorcio entre realidad y teatro no es total, aun-
y, consecuentemente que la comedia tenderá hacia una convención que descarta el reflejo exacto
L ' , el
etat ro eso pur que para
f .e! .Fénix e! arte de representarece
ope Insiste en e! aspecto ver ' . o IngI~l1ento. Véase, asimismo de la vida real y de las costumbres morales en cuanto a su primordial fin
«que ,vistió de verdades la ment~:~~II <~e ~Icción,.
la. por dos veces lo 'd%~~ de espectáculo»27. De todos modos, como el propio Díez Borque recono-
mu~~endose apenas fue creída ... »". ~st:InglOtoda fIgura de tal suerte / qU~ ce", la comedia, si bien no calca la vida real, sí que se basa en costumbres,
me Ida con las palabras que Lope sonet~, empero, contrasta en cierta prácticas, sistemas de valores y datos procedentes de la realidad española
PuSO del XVII. Por ello resulta posible, con muchas limitaciones y objeciones,
i~i~ac~~
-que ya se han citado- en s b en ablOs de! duque de Ferrar
l estudiar algunos rasgos sociales de la España de los Austrias a través de la
afirma que la comedia es 'una Ed calstigo sin venganza. Allí Lop:
on e a vIda y que retrata nuestras comedia áurea". Ahora bien, frente al documento histórico conservado en
1costumbres
R' ' con 1o que parece contrad"
as /mas de Tomé de Bur 'tl eClrse SI nos atenemos al sane d los archivos, la perspectiva del comediógrafo será siempre una visión nece-
imitación de la vida t b' ,gu/ os. Esta consideración de la com d' to e sariamente subjetiva, y, como creador, será partidario de la verdad poética
l am len se encue n t T' e la como
en pa acto hace decir a doña Serafina: ra en Irso, quien en El vergonzoso antes que de la histórica. Por otra parte, razones obvias de subsistencia
política y física llevan al escritor a colorear la realidad social y a proponer,
«¿Quieres ver los epitetos como apunta Díez Borque, «una ideología gratificadora y conservadora,
buel de la comedia he hallado? tendente a mantener los grandes ideales patrocinados por la aristocracia»".
e a vIda es un traslado ... »25,
postura de Calderón de la Barca, Aubrun recuerda: «Como dice Calderón al final de Eco y
De est~ modo. e! Mercedario se hace ec . . ., Narciso: no hay más que los tontoS que puedan creer en la realidad de lo que ocurre en el
ComedIa, que Imprime a la misma una . o de :a defInIClOn ciceroniana de
IIdad, Ybdonde e! término «traslado» esclelrt~ patInda de realidad, de credibi- escenario», La comedia española, Madrid, Taurus.. 1?68, p~g,217,
" DiEZ BORQUE, Sociología de la comedía española del XVII, Madrid, Cátedra, 1976,
In em argo ' en e1 P ro'1ogo que escribiós nommo . e COpIo pág. 101. Por su parte. E. O.RILEY, <<AspectoS de! concepto de admiratio en la teoría literaria
S h , a, retrato, reflejo.
v"c a~do, al reflexionar acerca de! mo p~ra su mlsce!anea Deleytar apro- del Siglo de Oro», Homenaje a Dámaso Alo"so, Madrid, Gredas, 1960, vol. Ul, pág. 179,
hIstorIas hagiográficas, rechaza decidid
lde
IIter~f1o
en e! que verter sus tres
escribe: «El realismo documental moderno es una idea enteramente ajena a la teoría literaria
able
nes, a causa de: amente a comedia, entre otras razo- del Siglo de Díez
2S Dice Oro,)Borque: «Claro que la acción poética no es mecánicamente homolog con
la acción real habitual. pero las acciones cristalizadas de la comedia (frente • lo eventual de la
« .. .la po~a f& que ganan las verdades vidal están regidas y gobernadas por un determinado sistema de valores y a partir de éstos sí

~;od~t~ essecie (se refiere a las h:~~g~~'?: p~es no hay comedia deqlas
en semejantes argumentos añaden 1 J con los ensanches mentirosos ue que podemos establecer el sentido de la relación teatro-realidad, en cuanto imitación Y trans-
posición, no calco, y, consecuentemente, la funcionalidad de la comedia», Sociología ... , op. cit.,
19lOSe su casa, que encierra un FIos Slcas en que no pongan más
anctoruffi»26, págs." 361-362.
R. del Arco y Garay ha llevado a cabo un exhaustivo inventario de aquellos elementos
de la sociedad española que aparecen en el teatrO tirsiano. Aun concediendo una cierta bon-
dad a este estudio, la verdad es que se trata de una extensa nómina de personajes y costumbres
23 L OPE DE VEGA Poesía '
24 E;t Barcelona, 13 ~uguera,
Revenga mtroducción,
s, 1982, pág, 402 selección y notas de Francisco Javier Dí d
nada más, es decir, el autor no se detiene a investigar científica e históricamente los datos
os versos: «Fmgió toda f . ez e espigados de las comedias del Mercedario, dándole el rango de verdad absoluta a todas las
e~ue f~e
nos recuerdan la anécdota 19ura de tal suerte / que muriénd descripciones y afirmaciones de Téllez. Cfr. La sociedad española en Tirso de Moli"a, «Revista
«Cuenta Kierkegaard que Ortega recoge en su ensayo Idea delo;e apenas creída ... » Internacional de Sociología», n." 8, 1944, págs. 175-190: n." 10. 1945, págs. 459-477, y
aVIsarlo al público pero' un :Irco se produjo un incendi Fea/ro, ed. CIt., pág. 88: n." 11. 1945, págs. 335-359: Y Más sobre Tirso de Moli"a y el medía social, BRAE,
" El ver onza; este. creyo que se trataba de una a o. ue e,ncargado e! payaso de
26 Deleyt~r apr~v:~t:!ato, cid. W., ac;o n, vss. 771-7iJ y;~:d~:as y pereció abrasado.» tomo XXXUl. 1953, págs. 19-72 Y243,293.
0, e , CIt., prologo, El subrayado es' nu~stro, Con respecto a la
>O DÍEZ BORQUE, Sociología ... , op. cit., pág. 359.
61
60
FRANCISCO FLOlliT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIM:ACIÚN A UNA POÉTICA

, " 1 nredo la acción, etc, Tirso de Malina lo expresa


Con todo, basta con haber leído un número no muy extenso _de comedias
para darse cuenta de que a los comediógrafos les preocupaban los aconteci_
naCidos de la lntnga, e e 1d los temas históricos, afirma:
sin lugar a dudas cuan d o, en e caso e ." .,,'
mientos de la vida cotidiana y, sobre todo, aquéllos que se salían de la . . . d A 010 se estrechasse á la reeoleeclon hIst~r1ca
«¡Como SI la h~enCla be p. . t de personas verdaderas, arqmtec-
rutina diaria, siendo éstos los que generalmente más les atraían dado e! Y no pudiesse fabncar, so re CIffilen os
carácter extraordinario de los mismos, , f'mgl'd as.»
turas del ingento I 35 .
Entrando en un terreno práctico, a modo de ejemplo, fijemos nuestra
atención en la comedia de ambiente rural. En opinión de! hispanista francés Con estas palabras el Mercedario no está nada más que situándose en
N, Saloman, «cette "comedia" propase a la fois un reflet du rée!, une el terreno de la Poética aristotélica, donde se lee:
négation du rée! et une idéalisation du rée],>3l, y no habría mayor error que 1 t ue no corresponde al poeta
«y también resulta clar~ pOí o expued~aqsuceder esto es lo posible
e! considerar a estas comedias como documentos de historia social", Acaso
decir lo que h.a ~~eedidoi sm~e~d~de ~~ efecto, el hi~toriado~ y el poeta
una parte importante de! reflejo de la realidad campesina viene dada por la según la verosul11lrtud o a n e . en prosa (pues sería
incorporación a las comedias de motivos folklóricos (canciones, bailes, pu- 'f' d ' r las cosas en verso o
no se dI erenClan por eCI . no serían menos historia en
llas, cuentecillos tradicionales), fiestas campesinas, trajes, etc., que respon- posible versificar las ob~fs de .Hero¿otoqJe uno dice lo que ha sucedido,
den con cierta fide!idad a la realidad de! campo español de! XVII", Estos verso que en prosa); l~ dI erdnelape~~ae:~ también la poesía es más filosófi-
aderezos tenían como misión no sólo el deleitar la vista y los oídos del y el otro, lo que Plodhr~a su~~ ero la poesía dice más bien lo general, y la
ca y elevada que a lstorla, pues
espectador urbano, sino también el contribuir a recrear la necesaria atmós- historia, lo particular.» ." 58)
fera villana para hacer verosímil la representación, además de una clara (1451a36-1451b7, ed, Clt" pags, 157-1
función política: presentar únicamente la cara amable de la vida campesina,
omitiendo «la miseria cotidiana, material y mental, que caracteriza el cam-
pesinado español en e! siglo XVII»3., Esta era la verdadera realidad del cam- Serge Maure! ha estudiado detenidamente las fuentes, de lasfcomedia s
,
tirsianas de tema histÓrICO, '
observand o como eI Mercedano ) con
escruarme a l oa
u1oso
pesino español de aque! tiempo que los dramaturgos ocultan, estilizando
dicho pOd él en los ~iga~a~~o:ehTs~~:t~~snop:~t~:~~tr~e~~yHistoria, Tirso
literariamente su cotidiano vivir, No deben interpretarse estas palabras r
como una amarga queja por no haber convertido Lope o Tirso sus numero- la hora e respetar os e , ' f 'das» se ún las necesidades teatra-
sas comedias de ambiente rural en unos agudos manifiestos sociales en construye «arquitecturas del lllgen~~ l~gl 'tica3~ Así por ejemplo, en su

~d~~~;Taau~~~i~:I: 1:~;2:?:~~f;~ai~~:::r~a~n~~ ;f~~~~l::t!~1 :~i~~


contra de la opresión del campesinado, Aparte de las circunstancias obvias
del momento, que hubieran abortado cualquier expresión que atentara con-
tra la Monarquía y su manera de gobernar, existe el hecho de que los
o e, , I ' te la llltrlga amorosa,
dramaturgos barrocos se consideraban por encima de todo creadores y se ambiente históric~" Resul~1 e:i~:c~:~:7~\~~:::s~~ Castilla doña Catalina
sentían orgullosos de poseer la suficiente inspiración e imaginación para fruto de su lllvenclOn; esta e , T n apasionado vínculo amoroso no
construir una fábula teatral. Partiendo de la realidad cercana o de la histó- y el I~fante de A~agon don Enr~q~: C:talina y Enrique llegaron a casarse,
rica se creen en el derecho de transformarla según sus propios intereses, eXlstlo nunca hlstoncame~te, au q , d" I España del siglo xv tal y
10 cierto es que este matrImOnIO sorplen 10 en a
como 10 recogieron las crónicas:
31 N. SALOMaN, Recherches sur le theme paysan dans la «cOJJjedia» au temps de Lope de
Vega, Bordeaux, 1965, págs, 914-915.
32 Cfr, también DfEZ BORQUE, Sociología ... , op. cit., págs, 309-353,
33 Al público urbano, a quien iba dirigida esta cIase .de comedia, debiera gustarle mucho
. . , 12.3 Estas palabras son la respuesta a una crítica de
35 Cigarrales de Toledo, ed. CIt., pago ' . d 1 C' les porque: «El poeta, contra
todo este mundo de canciones y bailes rústicos, pues los comediógrafos barrocos fatigaron I ' h h un personaje e os tgarra , d
El vergonzoso en pa actO, ee a por h " h h tor al Duque de Coimbra don Pe ro,
reiteradamente este tipo de comedia. En un reciente libro, F. J. DÍEZ DE REVENGA ha estudia- la verdad de los anales portuguese~, aVla 1~ o J:~ Alonso su sobrino, le dió, sin que le
do, entre otras, estas canciones de estirpe y ambiente rústico. V. Teatro de Lope de Vega V siendo assí que murió en una bata a que e ey ,
lírica tradicional, Dpto. de Literatura Española, Universidad de Murcia, 1983. .
34 DÍEZ BORQUE, Sociología ... , op. cit., pág. 313.
quedasse hijo sucessor,,:» d ' d Trso de Molina, op. cit., págs. 139-184.
36 S. MAUREL, L'umvers ramattque e 1

62 63
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:
FRANCISCO fLORIT DuRAN
. nifica al menos en la época barroca, que su arte sea realista. El ,autor
«... e algunos fueron no poco maravillados como tan presto se concluyera no Slg d' I realidad vital y de los hechos históricos, mas su mlslO:'. no
casamiento que por tantas veces e tan duramente había seydo por la Infan~ se sirve e a l ' e ha de edificar
ta doña Catalina denegado»37. d b ser la de presentar los hechos ta y como son, S!nO qu . 1
e eficción verosímil, es decir, que tenga apariencia de verdad Y" por o
Las mismas crónicas informan de las sucesivas negativas de la Infanta una pueda llegar a ser Habida cuenta de esto, en la teona de la
tanto q u e ' . il' d 1
castellana a sus esponsales con e! de Aragón: «Rogándoles e requiriéndoles imita~ión literaria el concepto, un tanto escurridizo, ?e v~roslmd I tu ,resu -
· e'lla sustancia misma e la comu - ni
que no diesen lugar que ella hubiese de casar contra su voluntad con e! ta importantísimó, puesto que ra d lea en
Infante don Enrique.»" Frente a la verdad histórica recogida en las cróni- ca(:Íón poética.
cas, Tirso presenta en su comedia La peña de Francia a Catalina y Enrique
enamorados apasionadamente; basándose en este sentimiento construye
toda una intriga dramática, propia de sus comedias profanas, que ocupa la LA IMITACIÓN VEROSÍMIL y LA VERDAD POÉTICA
3.
mayor parte del acto primero y muchas escenas de los otros dos. Hace que
don Pedro, hermano de don Enrique, sea el rival amoroso, cuando en la Si de entrada para mayor claridad operativa, ha de darse ~na definiciót
realidad fue enemigo político; se sirve del recurso del billete escrito por la de verosimilitud' cabría decir que lo verosímil no es la reahda~, no es a
amada que la compromete y suscita celos y equívocos"; no faltan las esce- dad tangible' pero sí que es la semejanza a lo verdadero: amo muy
nas nocturnas con la dama al balcón y la escala puesta por don Pedro"; la ~~~n ha dejado 'escrito Vicente Gaos: «La verosimilitud consiste en hace~
persecución del rey Juan II que obliga a los amantes a refugiarse en las lo parezca.»43 Estamos, por conSIgUIente, en e
que al go que no es real , d I ' ., d 1
montañas4!, etc., etc. Al obrar de este modo es cierto que TélIez va en ámbito del parecer, que no de! ser, es decir, en e! terreno e a opmlOn, e
contra de la verdad de las crónicas, pero desde el punto de vista de la
sensibilidad teatral de un comediógrafo español de! Siglo de Oro y, sobre
perspectivismo de la interpretación del oyente o del lector, por lo tanto
' erso de' lo literario Y de lo artístico, donde e! autor Juega con a
et
e I U niv . .~' 44
todo, desde la perspectiva del espectador barroco, es innegable que se le inteligenCia Y la paSlOn de los oyentes. .
puede sacar mucho más partido teatral al amor de Catalina y Enrique que Durante siglos se ha estado de acuerdo en un postulado: e! escritor
al empecinado desamor de la Infanta de Castilla, tal y como lo recoge la debe hacer creíbles y probables sus ficciones;'. Ocurre, s!n embargo, que
verdad histórica. Así pues, según él mismo afirmó en sus Cigarrales de
Toledo y demostró con la práctica dramática, e! Mercedario no tiene ningún
empacho a la hora de transformar la Historia y amoldarla a sus gustos y 294 ·
4) VICENTE GAOS
, «La poética invisible.,... », art. cit"1 pág, 1 1 d 1 R t'
diE' il allegar a a campo e a e 0-
necesidades teatrales. ~~ Planteada en estos términos la cuestlon, no resu _ta .IC .
rica entendida como ciencia del discurso, Rico VERDU escrtbe a este res~ect~. . .
Imitación poética de la vida, transformación de los hechos históricos de • , . l' los de la Dialéctica. Su úmca diferenCIa conSlS-
acuerdo con las peculiares circunstancias dramáticas, tales han sido los as- «Los tOpICOS son os mIsmos que 1 R .' d lo probable en aquélla se
11' d 1 Verdad y en a etonca e ,
pectos que nos han ocupado en estas últimas páginas. Se puede concluir ~u:~a i~::c~s~da~at~gic: ; en ésta la verosimilitud. P~r eso a la fialéc~ica le ¡alta
diciendo que e! arte de! poeta está orientado hacia la realidad", pero ello con la verdad desnuda, mie~tr~s que la Retórica d;~babl~arn~o:vid~~t:~l~nl~s q~e ~:
oyentes para lograr su asentImIento efo1 una cosa p , ado» (La Retórica
lo mismo en un asunto que puede af¡r~arse tanto como :er neg
española de los siglos XVI y XVII, MadrId. CSIC, 1973. pago 253): . e
37 Crónicas de los Reyes de Castilla, BAE, t. LXVIII, año 1420, cap. XXI, pág. 388b, cito
por ¡bid.; pág. 155, nota 63. ~5 No deja de ser altamente significativo que un escritor de novelas pohC1abas, JarJentr~
38 Crónicas ... } op. cit., año 1420, cap. V, pág. 382b; cit. por ibtd., pág. 155.
mente alejado de preceptivas clásicas, redactara el año 1949 unos apuntes so re gene
39 Cfr. La peña de Francia, acto 1, viii-xi, ODC., 1, págs. 1844b-1846b. olidaco que comienzan del siguiente modo: .' J •

~o [bid, acto 1, xvi: «Sale Don Pedro, solo y con una escala», pág. 1849a. p , " " ' a l el desenlace deben tener unas motIvaCIones verostmt!es.
«La sltuaclon ¡OlC1 Y J '1 . ' n vero-
J

~l [bid., acto n, xii, págs. 1864b-1865a y acto lII, xviii, pág. 1880b. Deben mostrar los actos verosímiles de personajes veros¡mt es en una sltUjCIO _
;42 Recuérdense a este respecto las siguientes palabras de Gonzalo Torrente Ballester: «El símil recordando además que la verosimilitud depende en buena par~eJ e un P:o
arte parte siempre de lo real, se aleja, a veces desaparece en algún horizonte remoto, pero lo blem'a de estilo» (RAYMOND CHANDLER, «Apuntes sobre la novela pohclaca», ~pen­
frecuente es que regrese a la realidad, si bien los caminos suelen ser diferentes», en el prólogo dice introductorio de su novela Peces de colores, Barcelona, Bruguera, 1981, pag. 5.
a Una partida de ajedrez, de Thomas Middleton, traducción, introducción y notas de Angel El subrayado es nuestro).
Luis Pujante, Cuadernos de la Cátedra de Teatro, Universidad de Murcia, 1983, pág. 9.
65
64
FRANCISCO FLORlT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

al pertenecer la verosimilitud al campo del parecer, los límites entre lo 'd pero que pueden llegar a ser, el poeta se pone en el terreno de lo
verosímil y lo inverosímil no pueden fijarse de un modo estable y perenne, ocumo 1 fl C . li
no verdadero, desde luego, mas también de o no a so. amo mte gente-
entrando siempre en juego el juicio particular del espectador o del lector mente afirma Ortega y Gasset: «Lo verosímil preséntase a la v~z como no
tanto si éste es un preceptista del siglo XVI como si se trata de un aprendi; de dero y no falso. Cuanto más se aproxIme a la verdad estrlcta aumen-
v ra. ., 1148
de herrero que acude a ver una comedia de Lope o Calderón. Habida tará su energía, con tal que no se confunda Jamas con e a.». "
cuenta de esto, nos proponemos llevar a cabo, en primer lugar, una breve Horacio, en su Epístola a los Pisones, se expresa en los mIsmos termmos
sinopsis diacrónica del concepto de verosimilitud y, en segundo término, que Aristóteles al proclamar en su preciso hexámetro:
detenernos en el tratamiento que Tirso de Malina le dio al tema4". .
«Fieta voluptatis causa prOXlma verlS.»
. ~9

Páginas más arriba se recordó el conocido texto de la Poética de Aristó-


teles donde el Estagirita establece las diferencias entre poesía e historia, Cabe observar que el poeta latino usa el vocablo «ficta», que se opone
cItemos de nuevo el arranque del mismo, pues es muy pertinente con refe- a «historia», es decir, lo fingido frente. a lo histórico, lo verdad~ro. De este
rencia a la imitación verosímil: oda el mismo Horacio está en sintonía con todos los que esuman que la
m , f
~<y también result~ clar~ por lo expuesto que no corresponde al poeta especificidad del arte literario radica precisa~ente en contar « Ic;a»: cosas
decIr lo que ha sucedIdo, SlnO lo que podría suceder, esto es, lo posible fingidas, ficciones, siempre y cuando tales ftcclones sean verosumles, es
según la verosimilitud o la necesidad.» " . . 50
deCIr, esten «prOXlma vetls» . . ,-
(1451a36-38, ed. cit., pág. 157) No obstante, serán aquellos preceptistas que siguen de cerca a Arlstote-
les, interpretándolo en su justo término, quienes comprendan,meJord ~on­
A partir de este punto es cuando la preocupación de Aristóteles por lo cepto de verosimilitud. En España fue, sin lugar a dudas, Lop;,z Pmclano
verosímil es constante en todo su tratado acromático". De aquí es de quien de un modo más acertado razonó sobre la verdad poeUca. En la
donde parte toda la ulterior casuística en torno a lo verosímil )' a la relación epístola cuarta de su Philosophía Antigua Poética pone en labIOS de Fadrl-
entre ficción e historia, asistiendo a lo largo de los siglos a diferentes inter- que estas inteligentes palabras:
pretaciones de <<lo posible» y «lo verosímih>. El acierto genial de Aristóteles
«Assí que las descripciones de tiempo~, .lu~~res~ pal~cios, bosques y
nace de su dignificación de la poesía a través del concepto de imitación
semejantes, como sean con imitación y verlSlmihtu.d,. seran poen:asj y no
verosímil. Como se sabe, Platón en su República ataca a la poesía por dos lo serán si de imitación carecen; que el que deSCtlUleSSe .a AranJ~e.z o al
motivos, de los que nos interesa ahora sólo uno: la poesía se aleja de la Escurial assÍ como están, en metro, no haría poema, SInO escrn~lr :rna
verdad porque imita el mundo real que es a su vez una imitación del mun- historia en metro, y assí no sería hazaña mucha; porque la obra P~l~clpal
do superior de las ideas. De este modo el poeta es imitador de una imita- no está en dezir la verdad de la cosa, sino en fingirla que s:a verl~untl y
negada a la razón; por cuya causa, y porque el poeta trat~ mas la vmversa~
ción, por lo que está doblemente alejado de la Verdad. Frente a esta posi- lidad, dize el Philósofo en sus Poéticos que mucho mas ~xcelente es la
ción platónica, Aristóteles, que toma de Platón la idea de mimesis, advierte poética que la historia; y yo añado que porqu~ el poeta es muentor de lo
en su Poética que el poeta no cuenta los hechos sucedidos, sino lo que que nadie imaginó, y el historiador no haze mas que trasladar 10 que otros
podría suceder según lo verosímil y necesario. Al argumentar de esta forma, han escrito.»5!
el Estagirita limpia a la poesía del estigma platónico de «mentirosa», pues,
al tener que narrar hechos posibles y verosímiles, es decir, que no han
~s J. ORTEGA y GASSET, «Teoría de lo -verosímil», en su ensayo Pers~nas, obras, cosas ... ,
Obras completas, Madrid, «Revista de Occidente», 7. a ed." 1970, vol. 1, pago ~5? 'd .
46 A. PORQUERAS MAYO ha consagrado dos trabajos al estudio de la verdad universal en el ~9 HORACIO, De arte poetica liber, ed. cit., verso 33~, p.a,g. 219.Fara un analisls mas eteDl-
Siglo de Oro. Allí se Ileva a cabo una acertada síntesis del tema arrancando desde Aristóteles. do de este hexámetro en su relación con Cicerón y Qurntiltano, vease C. O. BRINK, Horace on
Cfr. ~(El proble~a de la verdad po~tíca en la Edad de Oro», en Temas)' formas de la literatura
espanola, MadrId, Gredas, 1972, pags. 94-113, y «La verdad universal y la teoría dramática en '" eon respect o al hecho de no haber utilizado Horaelo. e1"
Poet1"'/, op. cit., pág. 355. .. .¡. 'b
termmo vertstmz la, eSCrI e
. b h' d 'b'
la Edad ~e Oro», en Preceptt"va dramática ... , op. dt., págs. 388-396. BRlNK: «Horace avoíds a prosaic tetm like verist"milia a~d replaces It y sornet mg eSCrI mg
~7 Cfr. AruSTóTELES, Poética, ed. cit., pág. 531; allí García Yebra ha ordenado todos los a concrete, spatial notian, 'clase to the truth'», ibi~.,. ibzd.
textos de esta obra aristotélica que emplean el término verosímil o verosúmlitud. 5l A. LÓPEZ PINCIANO, Philosophía Antigua Poetzca, ed. cit., vol. 1, págs. 265-266.

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FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Siguiendo a Aristóteles (Poética, 1451a36-51b7), el Pinciano entiende nión del Pinciano, son moneda corriente en el teatro español del siglo XVII.
perfectamente que la misión del poeta recae en crear verosímilmente un Claro está que por obvios motivos cronológicos, la fecha de publicación
mundo literario, con lo que:
del tratado del Pinciano es 1596, el autor no puede estar pensando en lo
«el objeto (de la poesía) no es la mentira, qué sería coincidir con la So- que normalmente se entiende por comedia barroca: sino que su atención
phístiC3, ni la Historia, que sería tomar la materia al histórico; y no siendo puede dirigirse al teatro español de la segunda nutad del XVI: Lope de
historia, porque toca fábulas, ni mentira, porque toca historia, tiene por
objeto el verisímíl que todo lo ahrar;a»52, Rueda, Juan de Timoneda, Alonso de la Vega, etc. 55 Como quiera que
fuese, lo que interesa destacar es la postura liberal del Pinciano a~te estos
De gran interés resultan para nuestro trabajo las reflexiones que el Pin- «defecto~» frente a la recalcitrante intolerancia de muchos preceptIstas:
ciano lleva a cabo acerca de la verosimilitud en el teatro. Con un instinto «Que pues no puede ser de otra manera y la acción es de1eytosa, la tal
crítico muy fino reconocé que, con ser la verosimilitud condición necesaria fábula no sea condenada, ni el autor tenido en menos.»56
en toda especie literaria, mucho más lo es en el teatro, pues éste mueve
más el ánimo de los receptores al entrar por el sentido de la vista esencial- Esta sentencia dice mucho del Pinciano en cuanto a su posición ante el
mente, con lo que la falta en contra de la verosimilitud es más manifiesta. fenómeno literario. Quedó dicho en el capítulo anterior que el autor de la
Concluye el preceptista vallisoletano recomendando especial cuidado en Philosophía, pese a seguir a Aristóteles directamente, manifestaba una inde-
punto a lo verosímil cuando se trata de! género dramático". Un poco más pendencia critica envidiable. En el punto que nos ocupa aparece nueva-
abajo expone una serie de errores comunes que cabe apreciar en el teatro, mente como un hombre que reconoce el principio de libertad artística, al
todos ellos en contra de su idea de verosimilitud: tiempo que muestra la suficiente sensibilidad para constatar una evidencia
ineluctable: no obstante ir en contra de la verosimilitud, este tipo de fábu-
Cuando los actores en el escenario representan una acción a las dos de las son deleitosas. Es lógico que como intelectual formado en la teoría
.la tarde y figura que la acción dramática transcurre de noche" «¿qué clásica señale la importancia de la verosimilitud tal y como él la entiende,
semejan,a a verdad tiene la tal obra, pues los actores dizen que es de pero como ser humano que vive su tiempo no puede volver la cara al teatro
noche y los oyentes están mirando al sol?". de su época.
Cuando un representante se persigna, como si saliese de su casa, y a Todo lo que estamos afirmando no quiere decir que, en nuestra opi-.
tres pasos está llamando a otra casa que figura a cien pasos de la suya, nión, teatro y verosimilitud constituyan una antinomia irresoluble. Lo que
«¿qué verisimilitud tiene?». ocurre es que nos enfrentamos ante el hecho esencial de la verosimilitud ya
Cuando un actor le está hablando a otro al oído, como en secreto, y da apuntado en el arranque del presente epígrafe: al hablar de lo verosímil se
voces de modo que puedan oírlo todos los espectadores del teatro, debe tener en cuenta que se trata de un fenómeno que penetra en el terreno
«¿qué verisimilitud tiene?»"
r de lo opinable, del acuerdo social. Así, lo que resulta verosimil para unos
Como cualquier lector o espectador de la comedia barroca notaría en no tiene que serlo necesariamente para otros. De ahí, por ejemplo, que ni
seguida, estos defectos que atentan contra la verosimilitud escénica en opi- a Lope ni a Tirso se les ocurriera pensar, o por lo menos nunca lo manifes-
taron literariamente, que fuera inverosimil la acción de un personaje ha-
blando con otro, como en secreto, y que se oyera en todo e! corral de
" [bid., vol. 1, pág. 220. comedias. Esto es así por la sencilla razón de que tal paso escénico está
5) Las palabras del Pinciano son éstas:
montado sobre la pura convención y el artificio teatral. Ciert¡JJllente que e!
«y es de aduertir que, aunque en toda especie de fábula es la verisimilitud
necessarÍa, pero mucho más en las dramáticas y representatiuas, las quales mueuen
personaje A le está contando algo al personaje B, pero e$e. algo constituye
mucho más el ánimo, porque entra su imitación por el ojo, y, por ser acción sujeta un secreto para los personajes C, D, F, n; para ellos que no para el espec-
a la vista, la falta es mucho más manifiesta que no en aquellas especies de fábulas
que entran por el oydo o lectura, como son las comunes; assí que especialmente es
55 Entiéndase nuestra aseveración en términos relativos, Estos rasgos que el Pinciano atri·
menester la semejan¡;a a verdad en las dichas fábulas actiuas .. ,» (Ibid., vol. n,
pág. 70). buye al teatro, evidentemente no son privativos del teatro nacional, pero es lícito afirmar que
" [bid., voLII, pág. 72. guardan una semejanza con la comedia prelopesca.
56 A. LÓPEZ PINCIANO, Philosophía Antigua Poética, ed. cit., vol. II, pág, 73.

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FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

tador, a quien se le debe dar la clave de la intriga. Lógicamente, los actores Es una constante entre los eruditos de la época el considerar, tal y
que encarnan a los personajes C, D, F, etc., fingirán que no oyen, con lo como lo hace Carballo, que las ficciones disparatadas en vez de deleitar,
que la ficción, aceptada por los espectadores, está servida57 • repugnan por ir en contra de cualquier lógica establecida. El Pinciano, por
L~i~ Alfonso de Carballo publica en la ciudad de Medina del Campo ejemplo, dice a este respecto:
su poetlca lntltulada Czsne de Apolo58. En el diálogo tercero, consagrado al «.. .las ficciones que no tienen imitación y verisimilítud, no son fábulas,
análisis de la poesía dramática, dice que la materia de este tipo de poesía sino disparates, como algunas de las que antiguamente llamaron Milesias,
agota libros de cauallerías, los quales tienen acaesdmientos fuera de toda
«fueron las Fabulas y ficciones semejantes a verdad»'''; Zoylo, que junto a
buena imitación y semejan<;a a verdad»62.
la Lectura y a Carvallo, son los interlocutores de este libro dialogístico, le
pregunta a la Lectura si tal actitud no era mentir. Esta le responde: Recuérdense, asimismo, estas palabras del humanista Luis Vives:
«Ya queda esso muy aueriguado, mas ya agora se hazen comedías de «Cuando se ponen a contar algo, ¿qué placer o qué gusto puede haber
Historia.s cierta.s, ansí profanas como diuínas, y aun de personas phisicas adonde tan abiertamente, tan loca y tan descarada mienten? El uno mató
que anSl las qUiero llamar a las que de suyo son espirituales, o intdectua- él sólo veinte hombres y el otro treinta. El otro, traspasado con seiscientas
les, que no tie~en .al fin figura de persona, y debaxo della se representa heridas y dejado por muerto, el día siguiente se levanta sarro y bueno, '!
como es la paClenCla, fortaleza, o alguna otra virtud, ó vido ... »60 cobradas sus fuerzas. (... ) ¿Qué locura es tomar placer de estas vanI-
dades?»6J
Es una preocupación obsesiva la que tiene Carballo con respecto a la
verdad o a la mentira poética. Hombre profundamente inquieto por el tema Bien es verdad que esta es una opinión de un reducido grupo de pensa-
de la moralidad literaria, trata 'de justificar en su tratado que el poeta no es dores de la época, pues, como muy bien ha demostrado Maxime Chevalier,
un mentiroso, sino un creador de ficciones verosímiles no muy alejadas de los libros de caballerías fueron leídos y gustaron de ellos personas muy
la verdad. Véase este interesante diálogo: cultas e instruidas".
Por lo que respecta al preceptista Cascales, cabe encontrar en él la
LECTURA. Las fictÍones son de dos maneras, verisimiles y fabulosas. Las
verisímiles son las que cuentan algo, que sino fue, pudo ser, 6 topiquizada división aristotélica entre poesía e historia, repitiendo una vez
podrá succe?er, y estas han de ser muy aparentes, y semejantes más la idea de que el poeta no narra los hechos como pasaron, sino como
a verdad, SIn que se cuente en ellas cosas imposibles, que «fue possible o verisímil o necessario que passasse»65. A su modo de ver
repugnen el entendimiento, y orden, ordinario de successos
será verosímil una narración:
ni a la na~ur~l:za. Destas vsaron los Hebreos, llamandolas pa~
rabol~s, slgrüfIcando y enseñando en ellas mucha y prouechosa «Si las cosas que se narran correspondieren a las personas, tiempos,
doctrIna. lugares y ocasiones; y si se contare aver sido como fue possible, o necessa-
rio o verisímil que sucediessen. y aunque principalmente emos de estu-
ZOYLO. Pues al fin son fingidas, que necessidad tienen de tanta appa-
rienda de verdad. di~r en hazer probable lo fingido, no nos emos de enfriar ni descuidar en
el caso verdadero, sustentarle con buenas y firmes razones.»66
LECTURA. Porque esta suerte de fictiones tienen su sal y gusto en, el
proceder y successo de las cosas, y siendo disparatado, mas Se ve a simple vista que Cascales concede gran importancia a la verdad
suele enfadar que deIeytar, y assí entiendo yo que lo quiso
histórica (<<el caso verdadero»), pero tampoco descuida lo fingido que, tal
enseñar Oracio en este verso: Conforme a verdad sean las fic-
tiones. 61

57Pu~de. ~ncontrarse una buena síntesis de las ideas del Pinciano sobre la verdad poética 62 A. LÓPEZ PINCIANO, Phílosophía Antígua Poétíca, ed. cit., vol. n, pág. 8.
y la verosImilItud en A. VILANOVA, «Precel?tístas de los siglos XVI y XVII», arto cit., pág. 611, 63 Cit. por E. O. RrLEY, Teoría de la novela en Cervantes, op. cit., pág. 282. .
6-1 MAXIME CHEVALIER Lectura 11 lectores en la España del síglo XVI y XVII, Madt1d,
y en A. PORQUERAS MAYO, «La verdad ulllversal y la teoría dramática en la Edad de Oro» , .
art. cit., págs . .390-.391. ' Turner, 1976, págs. 65-103.
58 LUIS ALFONSO DE CARBALLO, Cisne de Apolo, edición de A. Porqueras Mayo, Madrid
65 FRANCISCO CASCALES, Tablas poéticas, ed. cit., pág. 159. .
eSle, 1958, 2 vals. ' 66 Ibíd., págs. 149-150. Téngase en cuenta que el término «narraD> para el prec~~t1sta
" [bid., vol. n, pág. 16. murciano no significa únicamente el construir una novela o un cuent.o,. SIDO que tamblen se
60 Ibíd., íbíd. aplica al teatro y a la lírica; cfr. ibzd., pág. 145,. donde Ca~cales ~Isttngue tres modos de
" [bid., vol. I, págs. 80-81. narración: simple (la lírica), pura imitación (tragedIa y comedIa) y mIxta (epopeya).
71
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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

y como él señala, se ha de procurar que sea «probable». Sucede de nuevo !itud. A título de ilustración, he aquí una serie de afirmaciones hechas por
que nos enfrentamos con distintos niveles y concepciones de 10 verosímil. críticos de la época a este respecto:
Piénsese en un caso directamente relacionado con la comedia áurea o, al «Los vicios de que adolece consisten en 1~ inverosim~litud y pobreza
menos, se trata de un recurso muy utilizado por los comediógrafos barro- de sus invenciones (... ), en la demasiada conftanza que tIene en la fe de
cos: Pierio y Castalio, los dos interlocutores de las Tablas Poéticas de Casca- los espectadores ... »69
les. dialogan acerca del número de actores que ha de haber sobre el escena- "Ya hemos dicho que este ingenio (Lope de Vega) C.. ) rara vez obede-
rio; Castalio fija dicho número en cinco, 10 que le parece a Pierio una cifra ció a la ley de la verosimilitud C.. ). No puede negarse que TIrSO .en la
a todas luces insuficiente, pues para representar una rebelión, un ejército o mayor parte de sus fábulas siguió la marcha Irregular de su maestro, y aun
cualquier acción bélica son imprescindibles muchos más actores. He aquí la exageró.»70
la respuesta de Castalio: «Se conoce al instante que abusa de su fácil ingenio, estirándole a
«Sí, para alguna dessas- ocasiones será menester mucha gente. Pero ni veces hasta llegar a la sutileza y afectación; que .no. ~e afana muc?o p~;
la tragedia ni la comedia admite guerras, porque en el tablado no se puede guardar en el plan ni en los incidentes la veroSImilItud que debIera.»
hazer verdadera imitación de un exército. ¿No veis vos que imitar es repre~ «Sus invenciones son además altamente inverosímiles, abusando de la
sentar al vivo las cosas corno suelen o deven passar? ¿Pues cómo sacaréis demasiada confianza que tiene en la buena fe de los espectadores.»72
al tablado dos exércitos.?»67
«La verosimilitud, por tanto, no le preocupa, por regla. general, y ~asta
se mofa de ella ofreciéndonos escenas inesperadas que forJa a su caprIcho,
Es claro que los dramaturgos barrocos no compartían este criterio de y levantando ~n los aires, como extrañas combinaciones, las creaciones
Cascales. Como se sabe, en el teatro español del XVII resulta frecuente más singulares.»7,}
encontrarse con escenas bélicas o en las que un ejército debe salir a las
tablas, normalmente bajo la acotación de «soldados». Como quiera que las Estas críticas contra Tirso de Malina no están justificadas ni razonadas
compañías que actuaban en los corrales de comedias solían contar con un por quienes las hacen. Todos ellos parece que desconocen ~que! famoso
número de actores que oscilaba entre catorce y dieciséis, es obvio que no texto tirsiano de los Cigarrales de Toledo, donde e! Mercedano defiende el
podía aparecer sobre el escenario un verdadero ejército compuesto por no respeto a la unidad de tiempo, sacralizada por Bernardo S~gni en 15497~,
cientos de actores. La apariencia de verdad se conseguía, como señala Díez apoyándose precisamente en la inverosimilitud en la que caena e! c~medlo­
Borque, «mediante murmullos y gritos dentro o mediante cuatro o cinco grafo español de! XVII si siguiera tal precepto de n;an:e~er la umdad de
personajes dando vueltas alrededor del escenario»". Nos hallamos, pues, tiempo. La argumentación de Tirso no puede ser mas loglca:
ante dos concepciones distintas de la verosimilitud teatral: la de Cascales,
«Porque si aquellos (los inventores de la comedia) establecieron que
que exige casi un realismo naturalista y, ante la imposibilidad de lograrlo, una Comedia no representasse sino la acción que moralmente puede suce~
opta por rechazar la presencia sobre las tablas de un ejército, y la de los der en veinte y cuatro horas, ¿cuánto mayor inconveniente será que en
comediógrafos áureos que, en virtud de un pacto tácito con los espectado-
res, recurren a procedimientos de oficio para crear una apariencia de
69 AGUSTÍN DuRAN, Artículos biográficos y críticos de varios autores'acerca de Fray Gabriel
verdad.
Tél/ex y sus obras. f.. en BAE, V, Madrid, 1848, pág. XIV.
En líneas generales, la crítica decimonónica consideró qué el teatro de 70 ALBERTO LISTA Artículos biográficos... , op. CIt., pago XXV.
71 F. MARTÍNEZ D~ LA ROSA, Artículos biográficos... , ·op. cit., pág. XXX.
Gabriel Téllez constituía un compendio de faltas en contra de la verosimi-
72 A. GIL DE ZANATE, Artículos biográfi'cos..., op: cit., pág. ~II.
73 A. F. SCHACK, Historia de la literatura, op. CIt., vol. III, pags .. 406',407. .
74 Como se recordará, Aristóteles en su Poética, 49b12-14, ed. Cit., pago 143, al analizar .l~s
67 Ibid., pág. 228. El subrayado es nuestro. Recuérdese que anteriormente el Pinciano se diferencias existentes entre la epopeya y la tragedia, señala cómo una de ellas es. ~a extenslon
había expresado en términos semejantes, acusando de impropias a las acciones teatrales que y dice: «pues la tragedia se e.sfuerza lo más posible por aten~rse a una revoluclOI?, del solo
supo~en la repres~ntación de una batalla sobre el escenario; vid. Philosophía Antigua Poética, excederla poco». Estas palabras del Estagirita,. que no eran mas que.una ~0~statacl0n ~e una
od. Cit.• vol. I1I, pago 267. costumbre de la tragedia clásica, fueron sacralizadas ~or los p~eceptista~ 1tallanos d:l ~mque­
, 68 Cfr.- El alcalde de Zalamea, edición de J. M. Díez Borque, Madrid, Castalia, 1979, cento. Fue Bernardo Segni, en 1549, el primero en ftJar la umdad de tiempo en vemticuatro
pago 119, nota. horas; vid. a este respecto B. WEINBERG, History ... ) op. cit., págs. 404-406.

72 73
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

tan breve tiempo un galán discreto se enamore de una dama cuerda, la CRESPO. Como en Alcalá estudiabas
solicite, regale y festeje, y que sin passar siquiera un día la ·obligue y tienes pergeño sutil77 ,
disponga de suerte sus amores, que, comen<;ando á pretenderla por la
mañana, se case con ella á la noche? ¿Qué lugar tiene para fundar zelos,
on lo que la verosimilitud qued a respetad a, ya q u e es posible yd'semejante
E 1
encarecer desesperaciones, consolarse con esperan<;as y pintar los demás c verdad que un estudiante d e Alca l'a componga un ' soneto
afectos y accidentes sin los cuales el amor no es de ninguna estima? Ni 1eru Ita. d' n L a
a . . ncontramos con a come la a
¿cómo se podrá preciar un amante de firme y leal si no passan algunos línea de justificar unos conOClmlemos n~s e iI ' q el Mercedario dedi-
días, meses y aun años en que se haga prueva de su costancia? C.. ); )' no lealtad contra.la envidia, perteneCIente a a tr ogIa _ ue . ,
siendo esto verisimtl en un día, tiene obligación de fingir passan los neces- , 1 P'
ca a os lzarra. AIII' la india Guaica le dice al espanol Casulla como es que
sarios para la tal acción sea perfecta,»75
sabe hablar español:
Así pues, en opinión de Tirso de Malina, resulta de todo punto invero- GUAICA. Yayo sé ,
símil que en e! corto espacio temporal de un día puedan suceder una larga tu lengua,_porq~e serví ._ 78
a un espanol mas de un ano,
serie de acontecimientos necesarios y pertinentes para e! normal desarrollo
de' la intriga dramática. Quiere decirse, por consiguiente, que son las nece-
sidades argumentales y no e! tiempo escénico las que mandan en la arqui- O s empero Tirso busca justificaciones a unos c.onocimientos
tras vece , . '~. n coro onente maravdloso. En un
tectura de la comedia. María de! Pilar Palomo ha estudiado certeramente un tanto peregnnos, mas bIen. con CUaravi at tras haber oído a la salvaje
esta subordinación de! tiempo físico al tiempo dramático en la práctica caso parecido al antenor, FranCISCO _ 11 J ~ombres de Alcides y Atlante
teatral tirsiana; remitimos, pues, a este estudio de la tirsista española"'. amazona Martesia pronunCIar en espano os d d' de ha aprendido
El tener presente la psicología de! espectador a la hora de justificar e! y sus respectivas .historia~, le pregunta ~s~~b~~ ~d~~a o:spañol, Martesia
rechazo de la unidad de tiempo demuestra que Téllez se sentía preocupado ella tales hlstonas y como es que a
por la reacción de! público de sus comedias. Esta consideración psicológica responde:
del espectador llevó al Mercedario a rodear sus ficciones dramáticas de MARTESIA. Dudas discreto; pero no te esp~ntes
todo tipo de precauciones, con e! fin de que no pasaran por inverosímiles. que tal divinidad mi pecho enclc:ra
que oráculo soy, pasmo de esta tierra.
Claro es que, como creador más inclinado a la inspiración que al arte,
algunas veces no cumple con demasiado celo sus propias inclinaciones o ( ... )
¿Espantárate agora, .'
deseos. sí esto te certifica la experienCia,
En principio, pueden verse unos ejemplos muy simples que demuestran que quien registra cuan:o su .luz ?ora
hasta qué punto era Tirso capaz de curarse en salud ante las posibles pro- tenga noticia de cualqUlcra CIenCIa,
testas del auditorio. En el arranque de la primera parte de la Santa Juana hablando en todas lenguas, tus vocablos
y . ,7"
pronunCIe. .
un personaje rústico, Toribio, compone y recita un soneto amoroso muy
erudito. Esto debía extrañar a parte de los espectadores que conocieran la
dificultad de componer un soneto culto; por ello Tirso se ·adelanta a las
posibles manifestaciones de desaprobación y pone inmediatamente en boca
de otro personaje estas palabras dirigidas a Toribio: " La Santa ¡ualla 11." partel, l. i, ODC. 1, pá 774b'
78
Yi 766b
La lealtad contra la en~¡dia, ~~: \'11, OD~il 'l:g·701b-702a.
En esta misma comedia,
Amazo!1as en las Indzas, I, 111, ?DC, _ ' IP g. h
7'7 Menalipe le pregunta que
. d Jer espano a y su ermana
75Cigarrales de Toledo, ed. cit" págs, 125-126. El subrayado es nuestro. MartesÍa aparece c~n un traje e m~ . 't es la respuesta de Martesia:
cómo lo ha consegUldo en tan poco ttempo, es a
76Cfr. Obras de Tirso de Malina, edición y estudio de María del Pilar Palomo, BAE,
voL CCXXVI, Madrid, Atlas, 1970, págs, XXIX-XXXVII. Por otra parte, con referencia a las «Nunca en eso dificultes
reflexiones llevadas a cabo por preceptistas y comediógrafos españoles del XVII acerca de la mientras vieres en mi lista
unidad de tiempo, vid. M, ROMERA NAVARRO, Preceptiva dramática de Lope de Vega, op. cit., los espíritus sujetos .
págs. 65:78; A. GARClA BERRIO, Introducción a la poética ... , op. cit., págs. 333-336; que ejecutan cuanto pIdo.»
J. M. ROZAS, Significado y doctrina ... , op. cit.) págs. 93-97. (lbld., pág. 719a)

74 75
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACION A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DURAN
, ste exclama al ver la semejanza con la
Es de sobra conocida la importancia que tiene e! disfraz en la comedia Carrasco no la reconocen, pero e
barroca. En cientos de ellas cabe encontrar a la mujer vestida de hombre'°, hermana de su amo:
en algunas pocas al hombre vestido de mujer8l , en otras muchas un perso- CARRASCO. (Aparte.! Parece que la cabeza
83
naje oculta su identidad bajo un disfraz de villano si es noble o de noble si le han cortado a doña Inés ,

es villano, etc. Est~ recurso, tan de! agrado de los espectadores españo- haciendo comentarías acerca del tono de voz de este Guzmán:
les de! XVII, le podría plantear al comediógrafo problemas de inverosimili-
CARRASCO. (Aparte.! (Parece capón
tud en punto a la agnición. Quiere decirse que si un personaje oculta su
en el tiple.) Gentilhombre, 84
identidad bajo un disfraz, lo verosímil es que otro personaje muy cercano ¿es medio entre hembra y macho? ,
al disfrazado, que ignora e! ardid de su allegado, se asombre ante el pareci-
do físico de ambos, que en realidad son una misma persona. De este modo a lo que doña Inés tiene que responder con energía:
el autor guarda la debida verosimilitud. Recuérdese a este respecto e! cono- DONA INÉS. Soy más hombre que él, borracho.
cido caso de la Odisea: Vlises ha llegado al palacio de Itaca bajo la figura ( ... )
de un mendigo; nadie le reconoce, ni siquiera Penélope, merced a la inter- Hombre soy que un rostro cruza.
vención de los dioses; sin embargo, la vieja nodriza Euriclea exclama al Si me enojo ... 85
verlo:
Más interesante si cabe, es observar este recurso en la comedia. La
«Mas yo nunca dos hombres he visto que así se parezcan como en Viol~nte se d!sf;-aza de v!lla-
villana de Vallecas. En esta pieza teatral, doña
cuerpo y en piernas y en voz te pareces tú a Ulises,» 1 ' 't d ocultar su identidad. Doña V!olante tema un anuguo
na con e propos! o e , al verla vestida de villana y sin
Lo que le obliga a responder al ingenioso Vlises: Pretendiente ' don Juan ded Aragon, que, ., d
11 P r mor de la intriga crea a por o a
d ñ
reconocerla, se enamora e e a. ° .
la eventuali~ .
«Bien lo puedes, ¡oh anciana!, decir, pues lo ha dicho quienquiera Violante, ésta debe recibir a don Juan en traje d~ da;;;a, an:~ criado de la
que nos vio alguna vez a los dos, descubriendo, asimismo, ese gran pareci- dad de que don Juan reconozca en la dama a a vana,
do entre ambos que notas tú ahora,»82
protagonista le dice a su ama:
AGUADO. ¿Pues no te ha de co~ocer
Tirso de Malina, al igual que hicieron los demás dramaturgos barrocos, si viene, habiéndote VISto
prestó especial atención a estas situaciones de disfraz. Así, por ejemplo, en tantaS veces?
su divertida comedia La villana de la Sagra, doña Inés se presenta ante su
hermano y ante e! lacayo Carrasco bajo un disfraz varonil con e! nombre y la dama responde:
de Guzmán. Por necesidades de la intriga su hermano don Luis y su criado DONA VIOLANTE. ¿No ha de hacer
el traje noble que visto
mudanza en mí? Una mujer
con el traje, si reparas,
80 Cfr, M, ROMERA NAVARRO, La preceptiva dramática ... , op. cit., págs, 109-139; yespecial-
muda el rostro.
mente el documentado libro de C. BRA vo- VILLASANTE, La mujer vesttda de hombre en el teatro
español (siglos XVI-XVII), Madrid, SGEL, 1976. Aguado refuerza la verosimilitud con esta afirmación:
81 CfL JEAN CANAVAGGIO, «Los disfrazados de mujer en la comedia», en Actas del
11 Coloquio del Grupo de Estudios sobre Teatro Español, Toulouse, 1978, p~gs. 135-145, En el AGUADO. Maravillas
caso de las comedias tirsianas, este recurso aparece en El Aquiles, donde el héroe de la guerra hacéis las mujeres, raras,
de Troya se disfraza de mujer; asimismo, en La República al revés se da la presencia episódica pues de cuatro salserillas
de un disfrazado de mujer. sabéis sacar veinte caras.
82 HOMERO, Odisea, canto XIX, vss. 380-385, cito por la traducción de]. M. Pabón, Ma-

drid, Gredas, 1982, pág. 413. Como se sabe, poco después de estas palabras la anciana Euri- " La villana de la Sagra, n, viii, ODC, n, pág. 142b.
clea reconocerá a Ulises merced a la cicatriz, efecto de la dentellada que un jabalí le día en
84 Ibid., ibid.
sus años infantiles. Sobre, esta agnición véase ARISTÓTELES, Poética, 54b25-28, ed. cit.,
pág. 183. "' Ibid., ,bid.
77
76
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

De tod~s modos,. Tirso; con la intención de rodear su ficción de todas que un personaje ha de encubrir su verdadera personalidad por muy varia-
las precaucIOnes posIbles ante las críticas de los espectadores hace dos motivos, dándose la circunstancia verosímil de que este personaje sea
don Juan, al ver a doña Vi~lante, exclame: ,que
reconocido, el propio Tirso, adelantándose a las suspicacias de los especta-
DON JUAN. (Aparte.) ¡Válgame el cielo! ¡Qué veo! dores, hace que otro personaje se asombre del parecido que el disfrazado
¿No he visto yo esta mujer guarda con su amigo, familiar, etc. El Mercedario actúa de este modo por-
otras veces? (. .. ) que sabe muy bien que hay unos límites más allá de los cuales la verosimi-
(Aparte.) ¿No es ésta la labradora litud de la ficción se resiente. En este sentido, es curioso notar cómo hay
que vino a tiranizar comedias en las que Tirso desciende a los más mínimos detalles para hacer
el alma que en ella adora? creíble lina situación. Estamos pensando en el caso concreto de su comedia
(... )
Privar contra su gusto: Don Juan de Cardona, que goza de la privanza real,
(Aparte.) Su imagen en ella veo, enterado de que su monarca pretende poseer a su hermana y después olvi-
y aunque lo niega el vestido darla, decide presentarse ante el rey, amparándose en el oscuro manto de
su cara y mis ojos creo.
Su retrato es y traslado86 . la noche, bajo la condición de un misterioso caballero que conoce los de-
seos reales. Su intención es persuadir al monarca para que no lleve a cabo
tal deshonra. Ahora bien, es lógico que el rey pueda reconocerlo por la
, Tan gran confusión en la mente de don Juan provocaría el deleite del voz, mas don Juan concibe una estratagema para no ser descubierto:
p~bhco, sobre todo al estar éste en el secreto del enredo urdido pd-
VIOlante. . or ona DON JUAN. Yo divertiré el amor
que su juventud provoca,
. Véase, ~inalmerite, un ejemplo no ya de mujer disfrazada de hombre pues para disimular
sm~ de g~lan que esconde su verdadera identidad bajo el disfraz de criado: la voz, si le llego a hablar,
con una bala en la boca,
en ;s prlmeras escenas de Quien calla, otorga se nos informa de que eí mal me podrá conocer"8,
con e C~rlos pretende, por razón de estado, a la marquesa Aurora. Nunca
se han VlstO en persona, pero el conde le ha mandado a la dama un retrat La añagaza surte efecto y el rey no puede reconocer a su privado:
suyo. Carlo~ ha .decidido presentarse en el palacio de la marquesa Auror~
REY. Hombre, quien quiera que seas,
baJO la aparlenCIa de un ple!oeyo, con la intención de averiguar si la dama' si encerrado no dejara
le ama, pues en caso contrarIO no forzará la voluntad de A ror b a don Juan, como no ignoras
te 1 r l' . d 1 u a, no astan-
as azones po lUcas e matrimonio Al ser advertl'do por s . T (pues no se te encubre nada\
dI" u amlgo ea- sospechara que él mismo eras,
oro que a marquesa Uene su retrato, con lo que no le será difícil recono-
cerlo, Carlos responde: puesto que O.e. aunque) no hay semejanza
ni en tu voz ni en tus razones
CARLOS. Si la doy, cual pienso, enojos con las suyas 89 .
no habrá puesto en él los ojos87.
Al quedarse solo el rey, piensa por un momento si no serán don Juan
,El conde Se eXp'resa de esta manera porque sospecha que la dama no y el misterioso caballero la misma persona, pero:
esta enamorada de el, y, en consecuencia, ni siquiera habrá reparado en el REY. No; su voz es diferente90 .
retrato.
Nos viene a la memoria, a este respecto, un caso donde cabe observar
Se observa, pues, que cuando Tirso crea una situación dramática en la
también la minuciosidad con la que el autor prepara un encubrimiento de

:; La ~illana de Vallecas, III, ii, y ID, ili, ODC, págs. 834b-835a 88 Privar contra su gusto, Il, xxi, ODC, IlI, pág. 1099 a-b. El subrayado es nuestro.
Quzen calla, otorga, l. iv, ODC, r, pág. 1417b. . "' Ibid., pág. 1102 •.
" Ibid., pág. 1103b.
78
79
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN

es el Arte Nuevo, Lope se ocupa del asunto estableciendo cuatro niveles


~~~~;:l;~~!!e X::;u~:~: ~~~~g~~ Shakespeare El mercader de Venecia, lingüísticos para seispersonajes94 •
Resultaría agotador el pretender demostrar que Tirso de Malina hace
PORTIA. Vamos, Nerissa; pues llevo entre manos
caso a esta antigua norma en sus comedias. En muchas de sus piezas teatra-
algo qdue ¡todavía TI? co~océis. Veremos a nuestros maridos
antes e o que se ImagInan. les el Mercedarío presenta a personajes rústicos que hablan como tales,
respeta la gravedad real, los viejos suelen ser sentenciosos y los amantes
NERISSA. ¿Y ellos? ¿Podrán vernos?
apasionados. Más interesante, a nuestro modo de ver, que llevar a cabo un
PORTIA. Sí, Nerissa. Pero con tal aspecto inventario es traer a colación un curioso caso que ilustra perfectamente el
que deberán pensar en atributos interés de Tirso por la correcta adecuación entre personaje y lenguaje. En
que no tenemos. Y yo os apuesto lo que vos queráis
que c~ando ~stemos disfrazadas de mancebo
un momento de su comedia La vida y muerte de Herodes, éste, disfrazado
yo sere el mas atractivo de los dos de pastor, requiebra amorosamente a Maríadnes, quien se sorprende ante
y el que lleve su daga con mayor donaire' la falta de adecuación entre el lenguaje de su admirador y sus vestiduras
y pOll?té voz medio de hombre, medio j~ven,
rústicas; por ello dice:
af1aut~~dola, y cambiaré nuestro andar afectado
por vlr~es zancadas; y hablaré de pendencias MARIADNES. Mil cosas he mirado en tu sujeto
cOblO hfuese un joven fatuo, diré mentiras ingeniosas
so re , anorables damas que mi amor solicitan,
tan opuestas Y nuevas como extrañas:
si rústico, ¿cómo eres tan discreto?
Y, a qUlenes rechazo causándoles muerte y enfermedad (. .. )
sm que yo pueda remediarlo.,,91 los que antíparas toscas cual tú visten,
con palabras groseras satisfacen
a los que en techos míseros asisten;
Aunque, .como e~ perfectamente conocido, en el desarrollo posterior de ( ... )
l~ obr~ PortIa y Nerlssa no adoptarán el disfraz de caballeretes sino el de Tú, pues, sin él, que afrentas la elocuencia
a oga o y amanuense, deb~ señalarse el gran número de detalles ue d y a Demóstenes puedes compararte,
~~~t1a con respecto ~ ,su pOSIble mutación. El dramaturgo isabelino :uestr: ¿cómo falto de letras y experiencia,
sutilizas conceptos Y palabras
gran preocupaclon por hacer sus acciones verosímiles; todos los deta- y a Atenas hurtas el lenguaje y ciencia?95
lles que aporta la Joven contribuyen a ello' imitar la voz d 1 d 1
mb' 1 ¡; d . e a o escente
ca . lar a arma e andar, un carácter apropiado a su nueva condición e~' Como se ve, lo que le maravilla y extraña a Mariadnes es que Herodes
deCIr,
t comportarse1 según
d el .carácter de los J'óvenes . T'engase presente' a pueda ser a la vez rústico y galán discreto. El que al final de.la comedia
es e respecto, que a a ecuacIón entre edad y cara'cter ya f - 1d ' dará la orden de degollar a los Inocentes, le aclara el misterio a SU amada
Ari t't 1 R" ue sena a a por
s o. e es en su etortca y reformulada posteriormente por Hor . contándole que procede de un alto linaje, de modo que el decorum no ha
conOCIda teoría del decorum 92 • aClo en su
sido transgredido.
Si esta ~decuación entre carácter y edad busca la verosimilitud no me- Otro aspecto interesante en relación con la imitación verosímil es el de
nos conv~ll1ente es la correspondencia entre personaje y len ua'e 'S t la falta de verosimilitud cronológica o anacronismo. Desde un plano teórico
~;í~~~a v~eJ;s t~:;~~ió~J r~óri~~, que Horacio sintetiza perfec~an1e~teee:~~ Tirso muestra su preocupación por ello en los Cigarrales y en su novela El
es. am len en ese manual de recetas dramáticas que bandolero recogida en el Deleytar aprovechando. En la primera de estas dos
obras tirsianas, tras asistir a la representación de la comedia Cómo han de
. 91 W . SHAKESPEARE, El mercader de Venecia III" 1 d'"-
pea;;, Madrid, Cátedra, 1984, pág. 127. " I V , CIt. por a e lClon del Instituto Shakes- 94 LOPE DE VEGA, Arte nuevo, ed. cit., vss. 269-279, pág. 296: VéaseJ. M. ROZAS, Signifi'ca-

AruSTOTELES, Relónca, 1389a.3-1389b13 ed ci


- do y doctrina ... , op. cit., págs. 115-118. Para un estudio de conjunto acerca de los personajes
de los Jóvenes, y vid. también por lo que res 't '1 t., ,pags ..J 126-127, para el caso concreto de la comedia áurea, cfr. J. DE JosÉ PRADEs, Teoría sobre los personajes de la comedia nueva,
poe~ca-l~ber, vss. 161-165, pá~. 211. pec a a caracter.\<le los jóvenes, HORACIO, De arte Madrid, CSIC, 1963.
95 La vida y muerte de Herodes, JI, i, ODC, l, págs. 1595b-1596a.
lbld., VSS. 114-119, pág. 208.
81
80
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:
TIRSO ,

ser los amigos, los personajes desgranan ciertas ideas acerca de! teatro, Don ,.. " ,,'Vál ame Jesucristo!», Recuérdese, P?r eJem-
metano, se santlg~e y dIga, I p% 1 phía Antigua Poética, tamblen atlen-
Melchor analiza las posibles causas por las que una comedia puede fracasar lo que López Pmclano, en su , oso
~e ~ estas posibles yerros:
y dice:
,,' se guarde la costumbre para
«La primera es vituperio del pO,eta, que, ó no sabe tra<;arIa ó escribe «Ya está dicho, respon~lO. :adr:q~~, sfu:no hiziesse vna épica del.rey
impropiedades tan indigestas que rebolviendo el estómago al sufrimiento que la narración sea verosll~:ll~, po q 11 que el dios Iúpiter y Mercuno y
provocan á silvas y vituperios. Yo conozco uno de los más corpulentos, y don F ernando e1 San cto y d!Xlese en e' da o antes d ' ser reydo .»"
euna
no de los más dignos, que en una comedia sacada de un Flos Santorum, los demás entraron en concilio, no sera crey , .
en romance - cuyo argumento fué la vida de uno de los J uezes de Israel-,
. ,, 1 Mercedario por boca de su personaJ~
se dexó dezir entre ciertas promesas que el gracioso hazia á no sé quién, El segundo caso que cntlca e , '1'\ d cronológica, Resulta un mani-
"que le traería e! turbante de! gran Sofí",", ¡Mirad qué gentil necedad, 11 en la mveros1m11 u d 1 h a
profetizar un pastor los Sofíes que vinieron á Persia más de mil años Lorino entra d e eno d' 't ada en los orígenes e a um-
. ue en una come la Sl u
después del nacimiento de Cristo!»96. fiesta anacronismo q ' a Abe! jugando a las cartas, ,
nidad se nos presente a Cam y T' fustiga los anacronismos, podna
Tirso, pues, está satirizando a un poeta dramático que en e! diálogo de A la vista de! empeño con que lrso entra ningún desatino, ninguna
una comedia ha dejado caer un evidente anacronismo al emplear e! término pensarse que en sus ca
medias no se encu
1 erosimilitud cronológ1ca, , No h aya,t 1
de Sofí, que era un título de dignidad que se le daba a los soberanos inexactitud en lo que, :especta ac::edia tirsiana que presenta interesantes
persas, en una obra teatral que dramatiza la vida de uno de los jueces de Fi'Jemos nuestra atencton en una 1 d 's como lo de menos, Como es
Israel. 'd T nto es o e ma ,
aspectos en este sentl o: a, d b' t bíblico donde Tirso dramatiza
media e am len e l' T
La cuestión de los detalles anacrónicos en e! diálogo vuelve a aparecer sabido se trata d e una co d l h" 'dl'go y la de! rico Epu on, res
en su novela El bandolero, Pedro Guillén, un pastor de innato talento poé- ' T
dos parábolas evange lcas, ,la , e IJO probe señalar en esta comed'la99 :
tico, acaba de leer su largo poema centrado en la fábula de Píramo y Tisbe, son los casos de claro anacromsmo que ca par·tir con su amo Liberio ha-
Se suscita un diálogo en torno a la composición de Pedro y e! pastor Lorino , d ' o se dIspone a
a) Gulín, cna o-graClos, 1 d l il r Al verse caballero en una
pregunta por qué no fueron más sensatos los amantes yen lugar de escapar- cia Alejandría montado en una m~ a e a
mula en lugar del asno propIO de os escu eros
JU
e de los libros de caballerías,
se a los montes y dejarse matar no pasaron por la vicaría, Dorinta le explica
al inquisidor Lorino que Píramo y Tisbe vivieron en Babilonia y no en la exclama lleno de gozo:
España cristiana, Este error suyo le trae a la memoria otras impropiedades GULÍN, Yo lacayo Gandalín,
semejantes vistas por él sobre las tablas: y ei primero que anda a mula,
trompetero de la Gula,
«Que ya yo he visto representar una comedia de un poeta, cuya corpu- que por eso soy Gulín, ,
lenta fama, a poder de consonantes arménicos, nos echa pullas, en que ya en jumento, ya en rocm,
cuando le daba no sé qué mensajero cierta mala nueva a un rey moro, ya de portante, ya al trote,
dijo, santiguándose: «¡Válgame Jesucristo!, ¿que eso pasa?». Y en otra
pintó a Caín martirizando a Abel porque en el juego de los naipes le quitó
una primera con cincuenta y cinco de copas.»97 'A' 1 III págs . 167-168,
' va.,
Poética ed . cit., ., L'b
98 A LÓPEZ PINCIANO, Philosophza bnttgua . r en 'la comedia, de menor extenslon: 1 e-
, l' que ca e apreCia
99 Hay otro yerro, e pnmero . de su padre, dice:
En e! primer caso, e! rey moro santiguándose, se trata más bien de una rio después de escuchar las amonestaciones d'
falta en contra de! decorum de! personaje, una inverosimilitud en e! lengua- , «¿Tan adeudado te el?
para que llores, perpleJ?,
je, pues queda fuera de toda lógica y credibilidad que un rey moro, maho- culpas que finges en ~1
que en cada maravedz .
me has de estar siempre un conseja ?»" ...
Cigarrales de Toledo, ed. cit., págs. 339.340.
96
(Tanto es lo de más como lo de menos, J, Vll1,
El bandolero, ed. cit., pág. 143. RUTH LEE KENNEDY aporta gran número de pruebas
97
para identificar a este «poeta corpulento» satirizado más de una vez por el Mercedario. En ODC I pág, 1mb) , 1
opinión de la tirsista norteamericana, se trata de Luis Vélez de Guevara, con quien, al parecer, .
'
t el maraved1 era u
na moned~ ~spañola
li
acuñada muchos siglos despues de a
ObVlamen e, 1 h h de esta pieza bíb ca.
Tirso no mantuvo muy buenas relaciones. Cfr. Studies in Tirso ... , op. cit., págs. 247-265. época en que ocurren os ec os
82 83
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEV A: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
comiendo a pasto o a escote,
daré a venteros venganza; NICANDRO. ¡Milagro!
no me llamen Sancho Panza) TAIDA. Amigo debe ser vuestro,
que se enoja Don Qutiote lOO , Aunque soy su apa~íon~do,
NISIRO.
la verdad 'es más ml amIga.
Gulin hace referencia a dos obras de creación: Amadís de Cauta, ya Confírmenla los teatros
que nombra a Gandalin, que en realidad es Gandales de Escocia e! escude- gozosos y deleitables. _
ro que instruye al héroe caballeresco, y Don Quijote. Se trata, por consi- por más de nue;e o dle~ anos
guiente, de un anacronismo, puesto que se nombran dos novelas españolas que tienen en p1e a la tlsa
y a los gustos con descanso.
que aparecerán en los siglos XVI y XVII dentro de una comedia inspirada
temáticamente y también en cuanto a los personajes y costumbres en dos FLORA. ,.
'Qué entremeses habrá escrito?·
parábolas bíblicas. ¿Se trata de un lapsus de Tirso? Es decir, ¿se ha dejado NrsIRo. Al pie de trescientos.
llevar e! autor por la inspiración incontrolada, sin darse cuenta de! error LIBERIO. ¿Tantos?
que cometía? No parece que sea asi si se tiene presente la investigación de NISIRO. y acaban en bailes todos,
Ruth Lee Kennedy que constata e! hecho de que esta comedia fue retocada si los antiguos en palos.
El hizo La malcontenta,
por Tirso en varios momentos: «This play was first written as an auto "El marión, Los antojad?s,
in 1612, was converted in 1621-23 into a comedia, was retouched anew dos de Los monos, El Juego
around 1626 before Jt was included in Tirso's Parte primera (Sevi- del hombre y el de Los rábanos,
lla, 1627»>101. De este hecho se deduce que Tirso era plenamente consciente La ola, El ciego, Los títeres,
de lo que dejaba escrito y que no le importaba caer en un error de invero- Comprar peines, El gabacho,
similitud histórica. Los consonantes, y ahora
he visto casi acabado
b) Liberio y sus amigos salen de! teatro. Acaban de ver una comedia uno de Los bailarines
con sus respectivos entremeses, o mejor, entremés. Todo e! diálogo nos vergonzantes, qu~ ~a jurado
traslada a la actualidad teatral de la España de! Siglo de Oro: dar risa a un envldlOso
junto a un bien afortunado 102 •
LIBERIO. ¡Brava comedia!
. . A . t panegirico del entremesista in-
En opinión de, Eugem~ sensl~~ ~:~as con Luis Quiñones de Bena-
DIODORO. ¡Donosa!

nombrado - que elldenu[¡d , ?d s o ant~s de enviar Tirso la comedia


LIBERIO. ¿Y el entremés? ca O
TAIDA. Extremado. t oque ser mtro UCl o poc d
LIBERIO. ¿Quién fue el poeta?
vente- uv b . , . publi"
ostetlor caClOn en la Parte primera e sus come-.
para su apro aClOn y p _ de e! ilustre investigador: «No es una idea gratul-
dlas (Sev!11a, 1627). y a~~
NISIRO. La sal bíblico a la actualidad teatral es tan mortal y
de los gustos, el regalo
de nuestra corte. Es de un hombre ta, pues e! salto del aT len:: de trabazón orgánica, puede suponerse
ncia
mozo, cuerdo, cortesano, caprichoso que, por a ,a~ 103 inión que comparte Ruth Lee
virtuoso y que no ha dicho episodio intercalado a ulumahho,ra». o~an distinguidos conocedores de
d
mal de poeta. Kennedy104. Si se admi~e es~ blP~teslSpt:r la idea de que Tirso voluntaria-
nuestro teatro naClOna ,se e era ace falta en contra de la verosimili-
100 Tanto es lo de más como lo de menos, 1, xiv, ibid.} 1121b, El subrayado es nuestro. t n la misma ob ra una nueva I
mente come e e . I M rcedario prefiriera alabar e teatro
RUTH LEE KENNEDY ha estudiado, desde la perspectiva de las relaciones de Tirso con Cervan- tud cronológica. Parece como SI e e
tes, estos versos. Cfr. Sobre la relación de Tirsb con Cervantes, en BRAE, tomo LIX,
n,O CCXVII, mayo-agosto 1979, págs. 249-50.
101 Rurn LEE KENNEDY, Studies in Tirso ... , op. cit., pág. 180, nota 47. La tirsista norte-
, 1 d II vü ed.' cit., pág. 1130 a-b.
102 Tanto es lo de mas como o e menos, -' d' d L pe de Rueda a Quiñones de Benaven-
americana mantiene la misma tesis años después: cfr. Sobre la relación de Tirso con Cervantes, 103 EUGENIO ASENSIO, Itinerario del en.tremes: , es e o
art, cit., pág, 248. . G d 1971 2 a edición revIsada, pag, 131.
te, MadrId, re os, -,·S b 1 1 'ón arto cit. , pág, 248, nota 39.
104 RUTH LEE KENNEDY, o re a re aCl ... ,
84
85
FRANCISCO FLORlT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

menor de Quiñones de Benavente, en caso de que éste sea el entremesista los peligros que puede acarrear el juego de las cartas. Por otra parte, no
incensado, a costa del anacronismo, antes que pasar por alto esa loa con el deja de ser curioso que Tirso cometa un desatino parecido al que él critica
fin de respetar la propiedad histórica de la comedia. en su novela El bandolero, ya comentado anteriormente: Caín y Abel jugan-
e) Tras asistir a la representación escénica, Liberio y sus amigos deci- do a las cartas.
den Jugar a los naIpes. En una larga tirada de versos, Tirso nos presenta a Sacar conclusiones de esta contradicción resulta muy difícil; entre otras
los personajes jugando a las cartas: razones, porque esta es una comedia que se sale de la pauta general obser-
DIODORO. ¡Cinco!
vada por el Mercedario. Es cierto que en sus obras teatrales con un contex-
to histórico muy determinado es posible hallar frecuentes anacronismos,
NICANDRO. ¡Siete!
. pero es que, como ya queda dicho, los comediógrafos barrocos no buscan
LIBERlO. ¡Sota!
la reconstrucción fiel de un tiempo pasado cual arqueólogos literarios. Por
NISlRO. ¡Tres!
encima de todo está su capacidad para inventar de nuevo e! pasado y,
LIBERlO. El naipe me cupo.
sobre todo, e! hecho de configurar verosímilmente sus ficciones inspiradas
NICANDRO. Paro en la historia con datos cercanos al espectador. En este sentido, y con
esto más a cinco pintas.
referencia a la verosimilitud en e! vestuario, Duncan Moir escribe:
NISIRO. Paro.
DIODORO. Paro.
«If you want to show a King of Egypt to a seventeenth-century towns-
man of Madrid or lo a peasant of the Alpujarra, show him as these per-
LIBERlO. Digo y hago. sons know a King looks. AVelázquez portrait, plus a crown. Or an image
DIODORO. Caballo y dos 10'. from a Spanish emblem book. lE you dress him in accordance with lhe
findings from your archaeological researches, he may well confuse: he
La escena concluye con la pérdida por parte de Liberio de una gran may be taken fer some sort of monk, and a presumptuos Qne at that.»107
suma de dinero. Son los primeros pasos del joven libertino hacia su ruina
económica. Obviamente, el texto evangélico de San Lucas, donde se cuenta Por ello, pese a esta innegable contradicción, a Tirso de Malina, como
la parábola del hijo pródigo, no hace ninguna referencia a los naipes: dramaturgo, le resulta mucho más rentable la escena de Liberio dilapidan-
do su herencia en las cartas, porque ésta llega perfectamente al espectador .
. <:A~ol~sce?-tior filius. peregre profectus est in regionem longinquam, Además, es lícito suponer que e! público, al menos la inmensa mayoría,
et lbl dlSSlpaVlt substantlam suam vivendo luxuriose.»106
no se detendría a pensar en e! anacronismo 108•
Tirso, pues, ~scenifica la vida disoluta de Liberio y para tal fin escoge,
entre otros, el VICIO de las cartas. Ocurre, empero, que lÍo deja de ser un
anacronismo que unos jóvenes en el año 1 de nuestra era jueguen a las 4. LA ILUSIÓN TEATRAL
cartas y enviden con rey, caballo, sota o as. La escena es propia y típica de
cualquier comedia áurea de capa y espada. En los dos apartados anteriores de! presente capítulo se han analizado
Creemos que este último caso de inverosimilitud cronológica responde dos conceptos: e! de la comedia como <<ÍmitalÍo vitae» y e! de la imitación
al deseo tirsiano de construir, no obstante el anacronismo, una acción que verosímil, cuyo fin esencial, en manos de! autor dramático, es e! de mante-
deleitara en una comedia eminentemente provechosa, aunque nunca llegue ner la ilusión teatral, es decir, e! que los espectadores consideren a la come-
al sermón dramatizado. Cabe suponer que los espectadores de la comedia
bíblica disfrutarían viendo a los personajes sobre el escenario jugar a los
107 DUNCAN MOIR, «The Classical...»), arto cit., pág. 218.
naipes, a la vez que podrían extraer alguna conclusión edificante acerca de i08 No deseamos concluir este epígrafe, consagrado al e~tudio de la imitacióI?-.yerosúnil,
sin recordar que en el caso de Cervantes y de Lope contamos con dos excelentes -análisis de
este fenómeno: para Cervantes y la relación entre verdad poética y verdad histórica en su
105 Tanto es lo de más como lo de menos) JI, vü, págs. 1130b-1131a. teatro, vid. J. CANAVAGGIO, Cervantes dramaturge, París, PUF, 1977, págs. 39-101. En el ca~o
106 Seco Lucam, Xv, 13, cit. por Maurel, L'univers... , op. dt., pág. 61. El subrayado es de Lope, vid. L. C. PÉREZ y F. SÁNCHEZ ESCRlBANO, Afirmaciones de Lope de Vega ... ) op. at.,
nuestro. págs. 175-188.

86 87

I
l.
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
:1, FRANCISCO FLORlT DuRAN
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA:

de toda plebeya masa,


dia como un trozo de vida que se escenifica por unos actores más o menos y ya en la corte no pasa
hábiles. Sin embargo, también se pudo ver que los propios comediógrafos lacayo con estribillo,
barrocos eran plenamente conscientes de que la comedia consistía en una y temo, si así le t:ato ~
ficción con apariencia de verdad. Esta tensión entre ficción y realidad origi- y allá me ven algun dla,
la grita y silbatería.
nó una curiosa dialéctica en virtud de la cual los autores negaban o afirma-
ESPERANZA. Líbrenos Dios de un SI'lb ato 110 .
ban la ilusión teatral.
Recuérdese que ya se pudo contemplar en e! primer capítulo un claro Tal y como 'se observa, el gracioso Ricote trata de desautomatld'zarde!
ejemplo de negación de esta ilusión teatral cuando se comentó cómo Lope, . d . d . 1 hace preCIsamente, recor an o
primer encuentro entre crla o y erla a, o , d 1 d'
Tirso y Calderón se burlaban en sus propias comedias de la convención de to i uizado y convencional que era, incluso da datos acerca e .I~­
acabar las mismas concertando matrimonios. Al obrar de este modo, los lo st:q~e le producía al espectador esta relación reiterada p~r 10~.con:edlO­
dramaturgos no hacen más que recordar al espectador que lo que les ha ~afos De este modo rompe la ilusión teatral y hace not~r ~ au Ito~~o que
divertido durante unas horas es una pura ficción inventada por ellos y llena ~ .' no es un ser de carne y hueso, sino un personaje e come la que
de recursos repetidos. José F. Montesinos ha observado que generalmente ~~ !'!~~~~tra en una situación repetida hasta e! hastío por los au~~es de!
este recordarle al espectador que lo que está viendo no es vida, sino teatro, . Por otra parte e! deseo final de la criada Esperanza: « I renos
tiempo. , d 1 il " d 'ti
suele encomendárse!o e! comediógrafo a la figura de! donaire: ,<El - e! Dios de un silbato», asegura esa negación e a uSlon ra~a ca. 1
gracioso- será e! que con más audacia se atreva a romper la ilusión dramá- Otro guiño irónico al espectador acerca de las convenCIones terra es
tica con alusiones a las convenciones de la comedia»109, lo cual resulta a arece en la entretenida comedia calderoniana No hay burl~s ~~n e amor.
consecuente si pensamos que e! gracioso funciona en la comedia como e! la!derón, por boca de! gracioso Moscate!, presenta una vanaClOn stb~, e!
contrapunto realista al idealismo de su'amo; ¡quién mejor que él para seña- tema de! amol" en la comedia: e! enamorado en este caso no es e g an,
lar al auditorio que lo que está viendo es una ilusión! Las puntadas irónicas
sino e! criado:
de! gracioso no se limitan a satirizar e! tópico final de la comedia, sino que Que se ha trocado la suerte
MOSCATEL.
también tienen en cuenta otras convenciones dramáticas. Por ejemplo, Ri- al paso, pues siempre dio
cote, en la .comedia tirsiana El Caballero de Gracia, ironiza acerca de la el teatro enamorado
relación entre lacayo y criada: . al amo, y libre al criado.
No tengo la culpa yo
RICOTE. No sé por dónde empezar desta mudanza; y aSÍ,
contigo, Esperanza, a hablar. deja que hoy el mundo vea
ESPERANZA. Pues qué, ¿da también en santo? esta novedad, y sea
RICOTE. No; mas un poeta amigo,
, tu'll'b
yo e1 ga1anJ e 1 re 111 .
que en la corte de Castilla
es águila y maravilla Asimismo resulta en nuestra opinión, interesante apuntar qu: estas bur-
hablando una vez conmigo,
l de las eonvencio~es teatrales no sólo aparecen en
as ladcolmedlal:dsldnodqule
ióneareala ea
me dijo, viendo el ensayo también en e! entremés cabe encontrar esta negac , d L .
de una comedia famosa: ficción como en e! caso de la pieza menor El mundo al reves, e ~IS
«Ya, hermano, es cansada cosa
que entre fregona y lacayo
Quiño~es de Benavente, donde un personaje le recuerda a otro que estan
siempre empiecen su papel en lJ.n entremés:
con esto. ¿Y él no habla nada?
¿y ella es soltera o casada?
Porque esto de y ella y él 110El caballero de Gracia, 1, v, 0l?c, III.' pág; 271~a. e 'BRAVO-VILLASANTE, en su artículo
era sagrado y chorrillo 111 No hay burlas con el amor, 1, 1, ed. Cl~., pa~.FE . xXvIII 1944 págs. 264-268, recoge
La realidad de la ficción, negada por el gra~toso" "
varios ejemplos sacados del teatro calderoruano.
109 ]. F, MONTESINOS, Estudios sobre Lape de Vega, Salamanca, Anaya, 1967, .pág. 62.
89
88
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:

. d ' . ca mo en el caso de su come-


Pu"es desa suerte, señores, neceSI'dad de )'ustificar esta práctIca ramatIca,
l
disculpado puedo estar, dia Celos con celos se curan, donde se ee:
pues si yo no me conozco
muchos en el mundo habrá GASCÓN. Aunque los.que .ejerci~amos
que no sepan lo que son ministerios mfenores
por verse en alto lugar. ni hablamos con los señores
ni retretes profanamos
Calle, que éste es entremés el uso excepción de leyes,
y se pasa a murmurar 112 • que e~ las comedias admite,
porque el vulgo lo permite,
Otra posibilidad adecuada para negar la ilusión dramática venía dada hablar lacayos con reyes,
cuando el comediógrafo reflexiona acerca de la relación establecida entre esta vez (que, por ser una,
el amo y el criado en el seno de la pieza teatral. Contra la familiaridad en se me puede tolerar),
el trato amo-criado levantaron su voz varios preceptistas entre los que se subo gran señor, a dar
, f 115
plácemes a tu ortuna ,
halla Pellicer de Tovar, quien, a pesar de ser un acérrimo defensor del
teatro nacional a la maneralopesca, no pudo por menos que censurar tal T' d fiende la quiebra de una norma esta-
práctica dramática: Como tantas otras veces, Irso e bre teatral del momento. Gas-
. 'd l
elusoenacostum . 1
bleclda apoyan ose en , d' . , de ficción que tIene pena
«Procurar de excusar aquella familiar llaneza que vemos cada día entre ' un ente e lnvenClOn, '
eón se confIgura como l d más comedias los lacayos enta-
el señor y el criado, fiándole los más importantes secretos. Porque si el
héroe es gran señor, como acontece las más veces, ¿por qué ha de ser
conciencia de serlo y que sabe que en as e I'StOSO Con todo ello no es
- res en un tono a m . ,
cómplice en todos sus misterios un lacayo?»iU blan relación con sus seno . l uso dramático de la época,
T 'Hez no obstante segUIr e
óbice para que. .e, '1 la comedia Amar por señas:
Años antes, Ricardo de Turia había justificado con un gran sentido de mostrara su Ob]eClOn a recurso en
lo teatral este pecado de los comediógrafos barrocos: DON GABRIEL. ¿Cuándo suelo . ,
tener yo satlSfaCClOn
«y la introducción de los lacayos en las comedias no es porque entien~ de ti ni de otro criado?
dan que la persona de un lacayo sea para comunicalle negocios de estado ¿Comunico yo secretos
y de gobierno, sino por no multiplicar interlocutores; porque si a cada contigo?
príncipe le hubiesen de poner la casa que su estado pide, ni habría compa- Muchos discretos
ñía, por numerosa que fuese, que bastase a representar la comedia, ni MONTOYA.
a sus ministros han dado
menos teatro, aunque fuese un coliseo, de bastante capacidad a tantas cuenta de cosas más graves,
figuras; y así hace el lacayo las de todos los criados de aquel príncipe.»1i4
cuyo consejo ren;edia ,
imposibles. ¿Que c_omedla
Como quiera que fuese, parece ser que a Tirso de Malina le preocupaba hay, si las de Espana sabes,
esta falta en contra de la imitación verosímil, pues no era lógico que el en que el gracioso no tenga
lacayo compartiera estrechamente los problemas de su amo. Por supuesto privanza, contra leyes,
con Duques, Condes y Reyes,
que tal preocupación no significa que el Mercedario optara en sus comedias
ya venga bien, ya no, ve~ga?
por un realismo; de hecho, sus obras teatrales están plagadas de criados 'Qué secreto no le Ílan.
que intiman con sus amos. Sin embargo, en alguna ocasión sintió Tirso la "Qué Infanta no le da entrada?
~A qué Princesa no agrada?
DON GABRIEL. Los poetas desvarían
!l2 Cit. por H. E. BERGMAN, Luis Quiñones de Benavente y sus entremeses, Valencia, Casta- con esas civilidades,
lia, 1965, pág. 35.
m J. PELLICERDE TOVAR, Idea de la comedia de Casti!!a, cit. por Preceptiva dramática, op.
dt., pág. 271.
lH RICARDO DE TURIA, Apologético de las comedias españolas, dt. por ibid., págs. 179-180, 115 Celos con celos se curan, II, iü, ODC, Il, pág. 1345b.
91
90
FRANCISCO FLORlT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

pues dando a la pluma prisa, figura de! donaire en la comedia hagiográfica Santo y sastre, dirige su pala-
por ocasionar la risa, bra afilada contra las mujeres que se agolpaban en la cazuela de los corrales
no excusan impropiedades l16 . de comedias: un disoluto personaje, Lelio, ha sido castigado por Dios en-
mudeciéndole; al verlo, Pendón exclama humorísticamente:
Finalmente, cabe recoger en estas páginas otro medio empleado por los
dramaturgos barrocos para negar la ilusión teatral. Este recurso muestra PENDON. ¡Oh, si lo fueran también
cuantas mujeres nos ven! 118.
bIen a las claras que la comedia áurea era concebida por e! escritor para ser
representada sobre un escenario y ante un público. Nos referimos a aque- Es de suponer que estas palabras de! gracioso Pendón en contra de la
llos casos e~ los q~e un personaje de la comedia apostrofa al público de! charlatanería femenina suscitarían una ruidosa protesta por parte de las
corral, se dinge directamente a él. En la comedia calderoniana No hay espectadoras, a la par que una no menos sonora aprobación de! público
burlas con el am?r la criada Inés ha llevado a cabo un astuto ardid y no masculino. Piénsese, por otra parte, que Tirso no hace más que seguir una
desea ser descubIerta; al quedarse sola en escena dice a los espectadores: práctica frecuente entre los autores de su tiempo, quienes no tenían reparo
INÉS. Aquesta es mi casa. El manto en calificar a las mujeres de deslenguadas y charlatanas impenitentes. Flec-
me he de quitar a la puerta: niakoska señala cómo en las loas que precedían a la representación escéni-
que para esto solamente
ca, a la hora de pedir silencio,
creo en las faldas nuestras
usarnos los guardainfantes. «les femrnes de la cazuela, qui n' etaient évidernment pas les plus silencÍeu-
Ahora, aunque mi ama, la necia, ses, sont violemment prises a pardeo (... ) Les femmes, que le comédien
me haya echado un rato menos appelle "mes reines", sont traitées de mauvaíses langues, de bavardes im-
no sabrá que he estado fuera. ' pénitentes et de sottes.»119
Nadie de ustedes lo diga,
que les cargo la condencia 117. Otro ejemplo en el que Tirso fustiga a su auditorio cáusticamente apa-
rece en la comedia Ventura te dé Dios, hijo: Fulvio, maestro de gramática
, Con e~tas palabras puestas en labios de la criada Inés, Calderón hace al latina, trata en vano de que su pupilo Otón aprenda la lengua latina. Des-
publico, co?,plice de la intriga dramática a la vez que le recuerda que lo pués de un año de estudiar e! Arte de Nebrija, el joven no ha conseguido
que ~sta vIendo. es una f~cción de la cual él, e! público, es espectador. pasar de la primera conjugación; Fulvio exclama desesperado:
TI,r~o de I;I0lma tamblen se hIZO eco de esta técnica que refuta la ilusión
FULVIO. ¡Qué de Otones que me miran,
dramatlca. Vease, en prImer lugar, un curioso ejemplo en e! que Pendón, discretos en la opinión,
que para el Antonio son
tamquam asinus ad lyram 12o .
116 Amar por ~:ñas, I, i, .ODC, 1, pág. 1770a, Este recurso de negar la ilusión cómica al
habl.ar de Ja reJacIon amo-crIado cabe encontrarlo de nuevo en la comedia El celoso prud t
(Ir, IV); en e Si en e! caso anterior Tirso llamaba charlatanas a las mujeres, en éste va
GASCÓN. Si os saco por el olor más allá y se atreve a comparar a su público, al menos a parte del mismo,
me vais oliendo a señor, con un asno. De todos modos, no creemos que nadie se diera por aludido,
y si es que habéis menesterme pues es rasgo esencial de la condición humana pensar que los defectos son
entre discreto y bellaco,
os servifé de podenco
siempre patrimonio del prójimo.
para todo lo mostrenco,
que por el olor 10 saco.
118 Santo y sastre, III, íx, ODC, III, pág. 84a.
~orque nunca los señores, 119 ]EAN-LoUlS FLECNIAKOSKA, «La 'loa' comme source pour la connaissance des rapports
smo en las comedias, hablan
troupe-public», en Dramaturgie et société. Rapports entre l'oeuvre thédlrale, son interprétation
con lacayos, si no entablan
el son public aux XVle el XVIJe siecles, París, CNRS, 1968, t.' I, pág. 113.
por sus medios amores.
120 Ventura te dé Dios, hijo, I, ü, ODC, 1, pág. 1640b. AUBRUN recoge algunos ejemplos de
. (ODC, 1, pág. 1249b) este tipo de distanciación en el teatro calderoniano; vid. La comedia española, op. cit.,
117 No hay burlas con el amor, Ir, v, ed. cit., págs. 54-55. pág, 94, nota l.

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FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

A través, por consiguiente, de la burla de las convenciones teatrales En otras ocasiones no se compara el enredo con el de las comedias,
por medio de la crítica a las relaciones demasiado amistosas entre amo; sino con e! de una novela:
lacayo o haciendo que un personaje se dirija al público de un modo directo, VIOLANTE. ¡Extremada
Tirso de Malina niega la realidad de la ficción, es decir, la ilusión teatral, novela se puede hacer,
señala las distancias entre el teatro y el mundo. Aguado, de esta maraña!123
Sin embargo, no es siempre Tirso partidario de la distanciación, sino Por otra parte, al igual que ocurría con la negación de la ilusión teatral,
que algunas veces echa mano de los recursos necesarios para afirmar la la afirmación de la misma se puede también encontrar en los entremeses,
ilusión dramática. Un procedimiento recurrente en su teatro es el de hacer comparando las situaciones de la intriga entremesil con escenas propias de
que los personajes comparen la intriga teatral que están viviendo sobre las las obras dramáticas:
tablas con situaciones o escenas comúnmente halladas en obras de ficción.
Gus. ¿Hay figura como ésta?
Con ello la comedia obtiene el rango de realidad, de vida, que se asemeja ¿Para qué es tanto mosquete?
al arte, a lo irreaL Don Melchor, por ejemplo, en La celosa de sí misma, se
ARR. Para la guarda y defensa
siente asombrado ante el enredo en el que está metido y le dice a su criado de mis siempre perseguidas
Ventura: mal logradas faldriqueras.
Ellas y yo la escuchamos;
DON MELCHOR. ¿Será posible que haya diga.
Historia como la mía
Gus. Pues, ¿soy yo comedia
en cuantas dan alabanza
que con la mosquetería
a poéticas ficciones?
tengo de ponerme en temas?
ARR. No será sino entremés
y el criado dice, por su parte:
que se acaba, si se acerca,
VENTURA. ¡Oh qué comedia tan brava con baile de perdigones
hiciera, a ser yo poeta, y música de escopetas 124 .
si escribiera esta traza! 121
Se puede concluir este apartado consagrado a la afirmación de la ilusión
En la comedia Desde Toledo a Madrid son continuos los elogios que los dramática, trayendo a colación un curioso ejemplo que se encuentra en la
personajes hacen de la acción. Sin embargo, debe destacarse uno en concre- comedia tirsiana Quien calla, otorga, continuación de El castigo del pensé-
to: don Baltasar se disfraza de criado para estar más cerca de su amada que. Obviamente, los personajes centrales son los mismos en ambas come-
doña Mayor, la cual marcha hacia Madrid con el fin de casarse con don dias: don Rodrigo y su lacayo Chinchilla. Mediado el acto primero, e! cria-
Luis, joven noble adinerado, a quien ella no ama. Al enterarse don Felipe, do, procedente de Madrid, se reúne en Italia con su amo; le cuenta que su
un amigo de don Baltasar, de la estratagema urdida por el enamorado, le fama en España no es muy buena, pues todo e! mundo sabe su torpe y
dice a Carreña, criado de aquél: necio comportamiento por causa de! cual perdió la mano de la condesa
DON BALTASAR. No hiciera mala comedia Diana. Acto seguido dice Chinchilla:
quien la traza aprovechara CHINCHILLA. Hizo un diablo de poeta
de vuestro amo l22 . de tu historia o tu desgracia,
una comedia en Toledo,
El castigo, intitulada,
121La celosa de sí misma, lII, xiü, ODC, II, pág. 1484b.
122 Desde Toledo a Madrid, JI, ix, ODC, llI, págs. 815b. La autoría de esta comedia es un
tanto incierta, ya que apareció publicada por primera vez en la Parte XXVI de comedias 1971, págs. 357-366, y por SERGE MAUREL, L'univers..., op: cit., pág. 408, nota 17, podemos
escogtdas de varios autores, Madrid, Francisco Nieto, 1666, 4. a , atribuida a Tirso. En cualquier pensar en una paternidad tirsiana para esta entretenida comedia.
caso, ha-bida cuenta de los argumentos aportados por RUTH LEE KENNEDY en su artículo 123 La villana de Vallecas, IlI, xvüi, ODC, II, pág. 850a.
Tirso's 'Desde Toledo a Madrid': lts date and place o/ composition, HWLF, Madrid, Castalia, 124 Tomamos el ejemplo de H. E. BERGMAN, Luis Quiñones de Benavente, op. cit.} pág. 37.

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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

del penséque, que ha corrido Mercedario imitara o copiara a Cervantes 127 , sino que sencillamente Tirso
P?r los teatros de España, sintió Ja, necesidad de justificar su comedia El castigo del penséque, y para
clUdades, villas y aldeas; ello se sirve de un recurso que encontramos algunos años antes en el segun-
y aunque ha sido celebrada
todos te echan maldiciones' do Quijote.
porque siendo español hay~s
afrentado a tu nación,
y con ella la prosapia 5. LA IMITACIÓN DE MODELOS Y MATERIAS TRADICIONALES:
de los Jirones; que dicen
_LA «RETRACTIO»
que ninguno de esa casa
supo perder coyuntura
en amores ni en hazañas Como es sabido, la retractio constituía uno de los puntos esenciales en
si no eres tú 125. ' las poéticas y retóricas clásicas y clasicistas. Los autores de estos tratados
recomendaban la imitación de aquellos escritores que estuvieran consagra-
No re~ultaría .e~traño, habida cuenta de las palabras del lacayo Chinchi- dos definitivamente, quienes alcanzaban el rango de modelos dignos de ser
lla, que Tm~ reCIbIera alguna crítica del público al haber presentado a don . imitados, a la vez que se defendía la inspiración artística basada en materias
RodrIgo GIran, de tan ilustre apellido en la España del XVII, como un ser y personajes tradicionales '28 . Obviamente, podía ocurrir, y de hecho sucedía,
que obra de un modo un tanto estúpido. Con todo, lo que cabe destacar que, bajo la excusa' de imitar los arquetipos literarios, muchos escritores se
ahor~ es que el Mercedario introduce en una ficción teatral una clara refe- entregaran al más descarado plagio artístico, al hurto alevoso. No se le
rencIa a otra obra suya e incluso a la representación de la misma: ocultó esta realidad a Lope de Vega:
OnNCHILLA. Yo la vi en Guadalajara «Los que carecen de invención, no se les había de permitir escribir
representar a Balbín; libros, porque no hacen más que dar círculos en las sentencias de los
y en saliendo con sus calzas autores graves y volver a repetir 10 dicho, pues los nuevos caminos argu-
hecho lacayo Chinchilla, yen más fertilidad de ingenio, y hallarse el ánima racional en celebro más
subióseme la mostaza bien organizado y templado.»129
a las narices y estuve
por darle una cuchillada 126.
y a tuvimos ocasión de ver cómo Tirso descargaba su artillería verbal
. Al hacer esto Tirso consigue afirmar la ilusión cómica, ya que los perso- contra los plagiarios; pero también están los que echan mano de polianteas
naJe~ hablan como seres reales que han vivido una historia real que luego y diccionarios para construirse una erudición literaria que, necesariamente,
h~ sld.o llevada a las tablas por unos actores. No deja de ser un curioso y es artificiosa. Véanse estas palabras que T éllez pone en labios de Saurina
dlverudo recurso que. refuerza la realidad de la ficción, cuyo caso más en su novela El bandolero:
con~cldo en nuestra literatura cabe hallarlo en la novela cervantina Don «¿Cómo, pues, entre riscos ásperos y serranos simples, te lisonjean las
QUIJote, c~ncretam~nte en el capítulo tercero del Quijote de 1615, en don- musas con más lucimiento que en los liceos y academias a los que, emba-
de el bachiller Sanson Carrasco le cuenta al hidalgo y a su escudero Sancho razando libros, hurtan sudores, y graduados por la poliantea, sin osar a la
que anda. impreso un Ii?ro donde se narran las aventuras de ambos, las que
les acaecIeron en la prImera parte de la novela. Nótese, por otra parte, la
127 RUTH LEE KENNEDY sitúa esta comedia, su redacción, entre diciembre de 1619 y marzo
semejanza del recurso en Cervantes y Tirso. Esto no quiere decir que el de 1624; vid. su artículo «On the date of five plays by Tirso de Malina», HR, vol. X, n.O 3,
july 1942, págs. 183-190.
12~ QUiend~al/aI' otorga, 1, vii, ODC, 1, pág. 1420a. Don Rodrigo será rehabilitado por-Tirso 128 A. GARCíA BERRlO realiza una apretada síntesis del tema en su libro Introducción a la
ep esta come la a casarse con la marquesa Aurora poética ... , op. cit., págs. 171-180. Para la interpretación de,los controvertidos hexámetros hora-
'", ¡b'd
1., t.'b'd
1., BLANCA DE LOS Ríos ha reconstruido
. la historia escénica de El casti o del cianos que tratan de este aspecto, vid. C. O. BRINK, Horace on poetry, op. dt., págs. 432-440.
pend~q~e d~
jjrtIendci en¿:bezan;ie?-to del texto dramático que dice: «Representóla Her~dia» 129 Cit. por A. GARCíA BERRlO, Introducción a la poética ... , op. cit., pág. 178.' Con respecto

~ lb~c~, f °OllDsoC re ;re la. bAslmlsmo, la tirsista española da información sobre Doming~ al tema de la originalidad en Lope de Vega, cfr. L. C. PÉREZ y F. SANCHEZ ESCRlBANO,
a ID, c r. " pags. 673 -674a-b. Ajirmadones... , op. dt., págs. 81-136.

96 97
FRANCISCO FLORlT DuRAN TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

~~~~a fr:ndq,uea-r' los lúnhes de sus preceptos, blasonan -desestimaciones Verdad misma, quintaesenciada, hecha palabra, De este modo, la fuerza de
a es u lOS y ensorb ecen menosprecios?»l3O
convicción de la Biblia es mucho mayor que la de la literatura profana o
, Ahora bien, cosa muy distinta era el préstamo legítimo de unos versos paga~a, Edgar de Bruyne, profundo conocedor de estos temas, tras haber
a¡enos para entreverarlos en la obra propia, Esto fue una práctica habitual recogido diversas opiniones de los Padres de la Iglesia, concluye:
~nt~e l os poetas barroc~s, quienes lo hacían generalmente con el propósito «Las letras bíblicas son más antiguas que las clásicas; se fundamentan
e ~m~,str~ sus conocImIentos y erudición, De todos es conocida la enor- en la autoridad divina y no en invenciones humanas. Sus visiones están
inspiradas por el Espíritu Santo y no han sido "vistas" bajo la embriaguez
me a IClOn e Lope de Vega a esmaltar los prólogos de sus comedias y el
delirante de musas diabólicas; su contenido es verdad pura y bienaventu-
cuerpf de sus obras en prosa con numerosas citas de autores latinos Tirso rada y no una mezcla de falsedades y realidad; su lenguaje figurado es
for e. contran?, no fue un escritor partidario de exornar sus cre~cione~ más antiguo, más espontáneo y más grave que la lexis de los griegos, ya
Ite:ar~as con cItas y versos de otros autores, ya fueran griegos ya latinos que se halla al servicio de la revelación religiosa y no es un mero juego
ya Itahanos, etc, A este respecto son muy significativas unas palabras su a~ formalista. Más aún: considerada según la forma, la Escritura Sagrada
posee, al menos para Jerónimo y Agustín, una belleza propia que resiste
que encont,:-amos en la Introducción de la Historia General de la Orde/de
toda comparación con las letras clásicas profanas.»132.
Nuestra Senara de las Mercedes:
s n ~Tanpoco ,pienso defraudarles a los que ignoran las lenguas que 'no Se habrá notado, por consiguiente, la importancia que la Sagrada Escri-
10 . e su patrIa, l~ que fuera precisso y estubiere en la Íatina, trasiadándo- tura tiene en el terreno de la Estética para los hombres de la Iglesia, que
0, aun~ue cot:a nesgo la elegancia que desa¡;ona todo 1~ tradu 'd deseaban oponerla a la literatura profana y pagana, a la que no veían con
no hate agravIO a la v:rdad, porque desde agora propongo :~ ~~!r7:i~ muy buenos ojos, Pero volviendo a Tirso de Malina y a la Biblia, se debe
falabra 9ue no sea averIguada y en romance, mientras la ocasión no fuere
an "PdrecIssla -que, o. por lo autorizado de la cláusula o lo breve de el señalar que Serge Maure! ha estudiado detenidamente las fuentes bíblicas
peno o, ta vez lo dlspensa.»Bl de las cinco comedias tirsianas que se inspiran en los textos sagrados, mos-
1J3
trando la mayor o menor sujeción de las mismas a tales textos , Tirso,
d Pero, ¿ cuál es la ~~titud del Mercedario cuando se sirve en alguna obra pues, se inspira para crear estas comedias en un asunto tradicional, en todo
e unaII materIa
' tradIcIOnal? Queda dicho que Tirso ' cr't'
I lCO, d uramente a un mode!o, que supera ética y estéticamente a la literatura profana; se trata
aque os eSCrItores que plagian a otros, a la vez que en muchas de sus obras de un caso de retractio sagrada, Mas no obstante imitar una materia tan
alardea de'; ser
d un creador original. Con todo ' T e'llezech a mano en mas ' de importante como la bíblica, el Mercedario no hará una recreación servil de
una ocaslOn ,e un material que no procede de su propia minerva: tal es el los temas bíblicos, aunque la fidelidad al texto sagrado ha de entenderse
cas~ de sus cI,nco comedIas Inspiradas directamente en episodios bíblicos siempre en e! sentido de un respeto escrupuloso a lo esencial. Así, por
r retractz~ estaba centrada en la imitación de los autores greco-Iatin;s
y en as materIas por ellos tratadas, Sin embargo, junto a esta posición ue
ejemplo, con respecto a la comedia La mujer que manda en casa, Maure!
dice: "Celle "comedia" fait apparaítre un respect fort scrupuleux du text
rOfuf~aba I~s modelos paganos, surge la idea, sembrada por los PaZes saeré»!", En ocasiones cabe observar que Tirso se limita a reproducir con
e a g ~sla, e consIderar a la Sagrada Escritura no sólo como un texto gran fidelidad los.versículos bíblicos, Véase el siguiente ejemplo, donde se
;on ~,n Indudable balar ético, fundamento de la religión cristiana sino cita en primer lugar el texto sagrado:
am b len como una o ta con virtualidades estéticas, como un inmenso ~oema
«Invocate nomina deorum vestrorum
lle~o de belleza y, consecuentemente, susceptible de ser imitado A te et ego invocabo nomen Domini meij
- el de no tratarse de una obra de flcclOn,
va or estétIco se ,le unía ' " SIno .. desl
e a
132 EDGAR DE BRUYNE, Historia de la EsUtica) Biblioteca de Autores Cristianos, Ma-
drid, 1963, vol. n, pág. 368. Véase, del mismo autor, su libro Estudios de Estética Medieval,
DO. El bandolero) ed. cit., pág. 13.3. Como recuerda A N ,. . . Madrid, Gredas, 1958, vol. 1, págs. 224-225, donde resume algunas ideas de pensadores de la
Autortdades, la poliantea era una « reco]eCClon
" o agregad' d ougue,. . CItando el DlcClonario de Edad Media acerca del paralelismo en punto a ideas estéticas entre la cultura profana y el
en distintas clases». Fue un libro muy d ],0] e notlcIas en materias diferentes y
diccionario del saber. usa o en, e SIg o XVII y constituía una especie de humanismo religioso.
131 H' . G m S. MAUREL, L'únivers. .) op. cit., págs. 35-65.
tstorta eneral de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, ed . cit ., vol " 1 pago
' 2. 134 Ibid., pág. 35.

98 99
FMNCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

~t De~s guí exaudierit per ignern,


Ipse Slt Deus. Respondens omnis
con el único propósito de conquistar a Tamar. Asimismo, en e! segundo
populus ait: Optima propositio.» acto. de la pieza teatral, cabe encontrar un recurso netamente dramático,
138
escénico, muy utilizado por Tirso y que Nougué titula Sci!ne mimée :
]EHÚ (a ]EZABEL) Invoquen ellos sus dioses Amón, perdidamente enamorado de Tamar, le dice a ésta, con la intención
yo invocaré al que me alienta
y aquél que piadoso oyere J
de tenerla cerca de sí, que está enamorado de la hija de! rey de los amonitas
10 que sus siervos le ruegan y que para consolarse de la ausencia de su amada se haga pasar por ésta.
y el holocausto abrasare Tamar acepta, pero pronto se da cuenta de! engaño ante la pasión que su
ese Dios llamarse pueda~ hermanastro le manifiesta, con lo que da por terminado el juego de fingir
Proposición admirable y actuar como la hija del rey de los amonitas. .
gritan todos; así sea135.'
Otro elemento de clara estirpe teatral del que se sirve Tirso para dar
Por contra, Maure! enseña que en la comedia La mejor espigadera forma dramática a este tema bíblico viene dado por la larga tirada de versos
los 2.454 versos. de las jornadas primera y segunda se corresponden única- que Tamar, tras haber sido violada por Amón, pronuncia ante e! rey David,
mente con I~s cmco pt11;,eros versículos de! libro de Ru/h (135 bis). Salomón y Absalón. Este desgarrado parlamento nos muestra cómo Tirso,
. Ahora bIen, lo que mteresa no es tanto e! resaltar la mayor o menor apoyándose en un solo versículo bíblico: «y Thamar tomó ceniza, y espar-
fld~lIda.~ tlrslana a la Sagrada Escritura, como e! analizar brevemente la cióla sobre su cabeza, y rompió la ropa de colores de que estaba vestida; y
utilIzaclOn t~atraI de esa re/rac/io bíblica, pues ahí reside, a nuestro modo puestas sus manos sobre su cabeza fuese gritando»D9, crea una escena que
de ver, la orlgmalIdad de! autor. Tomamos como ejemplo la comedia intitu- sobrecogería a los espectadores. Vemos, pues, cómo Tirso sobre e! cañama-
lada La vengan~a de Tamar. Tirso se inspira para la ejecución de esta obra zo de la historia bíblica, que respeta en su esencia, va tejiendo una serie de
fn e! segundo lIbro de Samuel, capítulo XII, versículos 1-37. Allí se relata escenas, hijas de su inspiración, tales como los episodios de ambiente rústi-
a desenfrenada pasión amorosa de Amón hiJ'o de! rey David p h co que cabe hallar en el acto tercero de esta misma pieza teatral; episodios
TI' I . ' , or su er- que alivian la tensión dramática justo antes del trágico desenlace. Para suge-
manastra amar, a VIO aCIón de la joven y la ulterior venganza de Absalón
que da ~uerte a su hermano Amón. Basándose en estos materiales que le rir una atmósfera campestre, Tirso echa mano de sus fundamentados cono-
proporcIOnan. las escuetas noticias bíblicas, Gabrie! Téllez construye una cimientos de la lírica de tipo tradicional y recurre, por ejemplo, a este
<<tragedIa lastimosa», ~omo él mismo la llama, que cuenta con elementos villancico:
propIos de sus, comedIas profanas. Por ejemplo, a partir de! versículo pri- i
,
«Al esquilmo, ganaderos,
mero: «Despues de esto aconteció que Absalom, hijo de David, tenía una i que balan las ovejas y los carneros.
~ermana hermosa que se llamaba Thamar, de la cual se enamoró Amnón Ganaderos, a esquilmar,
ijo de David»I", teje e! Mercedario todo su acto primero con lo qu ' que llama los pastores el mayoral...»140
como apunta Maure!, «nous assistons á la naissance de cett; étrange pa::
slon dans le coeur d' Ammon, grace a des scenes galantes /or/ éloignées du
clz":a/ biblique»137. Amón.se configura como un galán de comedias palacie-
Ll8 A. NOUGuÉ, <<A propos de l'auto-imitation ... », arto cit., pág. 562. Podemos citar dos
gas. se hace pasar por hIJO de! Jardinero, ocultando su identidad bajo e!
comedias tirsianas, no recogidas por el autor del artículo, donde se aprecia este procedimiento
manto de la noche y disfrazando su voz con un hablar rústico; todo ello teatral concebido para el lucimiento de los actores: Quien calla, otorga, IU, xiii, ODC, 1,
pág. 1449a-b, y La huerta de Juan Férnández, III, i, ODC, UI, págs. 626b-628a. Para la escena
«mimée» de La venganza de Tamar, cfr. ed. cit., vSS. 701-820 del acto segundo, págs. 82-86.
139 II, Samuel, XIII, 19, cit. por el texto bíblico, que trae la edición de La venganza de
Tamar hecha por Paterson, ed. cit., pág. 148. Para el lamento de T amar en la comedia tirsiana,
vid. ed. cit., acto IIl, vSS. 176-281, págs. 101-104.
140 La venganza de Tamar, ed. cit., acto III, vss. 558-559, págs. 113-114. Ernesto Jareño ha
agrupado y comentado las poesías líricas entreveradas en el teatro tirsiano; vid. Tirso de Mali-
na. Poesías líricas, edición de E. Jareño, Madrid, Castalia, 1969. Para el caso concreto de este
villancico, cfr. págs. 60·62.
100
101

UNIVERSIDAD DE NAVARRA
BIBLIOTECA DE HUMANIDADES
FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Al lado de estos episodios rústicos, la tragedia de T


unos pocos elem t ~. h' amar cuenta con No desearíamos concluir este epígrafe sin comentar un curioso fenóme-
Respondiendo al ~~~:e;~:~~o~u~Ut:d an sldod ~st~diados por Heathcote 14!. no, ya señalado por varios tirsistas extranjeros!45, en virtud del cual el Mer-
me cedario se entrega a una retractio de sí mismo. Quiere decirse que Tirso se
Tirso pone en La venganza de Tam a c7 la aurea es una tragicomedia,
relaja~r I~ tensión de esta tragedia so:b:;a:~4~.a~7:r~::~ ue conl tribluyen a
5 autoimita, se plagia, al reiterar en sus propias comedias argumentos, técni-
tos comlcos no aparecen en la Sagr d E ' . a que ta es e emen- cas, recursos, escenas, creadas por él. Aunque se pueda aceptar que T éllez
a a scrltura' TIrso p 1 1 hace uso de la autoimitación por razones inherentes a su legítimo orgullo
el cuerpo de su obra dramática al i 1 h' ' , ues, os ca ~oca en
con el fin de no carg .' gua que IZO con las escenas rustIcas como creador y por el prurito de originalidad, lo cierto y verdad es que,
, ar exceSivamente su creación . '
presentes hacia el final de la comed' l con unos tIntes trágicos dadas las circunstancias especiales que concurren en la comedia española
manos de Absalón: la con a espantosa muerte de Amón a del XVII, nuestro dramaturgo se daría perfecta cuenta de que una serie de
escenas, recursos, técnicas, situaciones, etc., obtenían fácilmente el favor
«Descúbrense aparadores de plata a1•d 1
de manjares y descompuesta 1 ' l 'ill
as as va) as, y una mesa llena del público. Téngase presente, por ejemplo, un tipo de escenas muchas
en
la m:sa sentado, y caído de ~s;~:h:n:~ ensangrentados, y Amón sobre veces repetido por Tirso a lo largo de su producción dramática y del que
cuchIllo en la otra atravesada p I e a con una taza en la mano y un ya se ha hablado en este epígrafe: el tipo de escena que Nougué titula scene
, or a garganta una daga ... »14J
mimée!46. Se trata de una escena pensada para el lucimiento de los actores,
De todo ello se deduce, en nuestra opinión T ~ll ~ . cuyo ejemplo más logrado cabe encontrarlo en El vergonzoso en palacio!47:
de retract¡o bastante amplia El d b ' que ~. ez tema una Idea en un momento de la divertida comedia, Serafina, en traje de varón, ensaya
blico digno d " d' ~ramaturgo arroco utIlIza un material bí-
e ser ImIta o no solo por 'd d ~ . . una pieza teatral titulada La portuguesa cruel y representa el papel de un
por su valor estétic ~u capacI a etIca, SIno también galán que pasa por tres sucesivos estados de ánimo según el comportamien-
Biblia. Pero dado o, y r~spedta la susta?cla de los hechos registrados en la
. ' que a e constrUIr una pieza te tr 1 . d to de su amada: celoso, enamorado tierno y loco de ira. Es, sin lugar a
lmagin~ciódn creadora para completar los episodios b~Ii;;s se tr~e e su dudas, una de las escenas más visceralmente teatrales compuesta por el
una setle , e componentes ya utiliz d y o ace con comediógrafo mercedario, quien, observando el éxito obtenido por la mis-
li de galanteo amoroso s ' . ~ a os~ en sus comedias profanas: escenas
tradicional: element~s c~~~7tmee) atmosfera rústica con canciones de tipo
ma, decidió, cambiando lo accidental, repetir en varias obras la sustancia
del paso teatral: uno o más personajes fingen otra identidad, representan
1 , T' cos para contrapuntear lo «horror d 1
1,! caso, etc.. llrso, por consiguiente, teatraliza un tema bíblico siend~O¡; 1 e otro papel distinto al suyo por diferentes motivos. Para decirlo sin rodeos,
l o sustancIa al texto de la Sagrada E . , e en nos encontramos ante el conocido y barroco tema del teatro dentro del
. . . Sctltura pero va más all ~ .
¡¡'1 1a ImItaCIón del modelo con los frutos d ' 1 d ~ . a e Impregna
e su ta ento ramatlcoI44,
teatro, puesto que Serafina, en el caso de El vergonzoso en palacio, está
'1 actuando dentro de otra actuación!".
141 A A. HEATHCOTE «El elemento có' 1s .
en ~LF, Madrid, Cast~lia, 1971, págs. 2~~~~~nEi c~r~d~s }bíblicas ~e Tirso de Malina»,
las pags. ~75-277. . ana 1SlS e a comedIa que nos ocupa, en sentiels qui servent de centre d'intéret a chacun des troÍs actes. Des quelques versets
142 Ibzd., pág. 275. correspondants, Tirso tire la substance d'un certain nombre de scenes sur lesquelles
143 T - d il greffe des épisodes galants et champetres pour étoffer le récít dramatique.»
La venganza e ramar ed dt á 126 E el .
10m quienes matan a Amón:' . ., p g. . n relato bíblico son los criados de Absa- (L'un{vers dramatique ... , op. at., págs. 52-53.)
145 Véase el capítulo primero, nota 44, del presente trabajo, donde damos la bibliografía
«y había mandado Absruom a sus cri d d" d T
pertinente.
cuando el corazón de Amnón estará al a os .lclen o; 'Yo os ruego que miréis,
a Ambón", entonces matadlo' y no t e?!,e de VInO, y cuando yo os dijere, "Herid 146 A. NOUGuÉ, «L'auto-imitation.,,», arto cit., págs. 561-562.

zaos, pues, y sed hombres ~aliente:n~;111 tem~td que¡oAobS lo he mandado. Esfor- 147 Cfr. El vergonzoso en palado, edición de Everett Hesse, Madrid, Cátedra, 1977,

Amnón como Absalom se lo había' dosdcna os] e salom lo hicieron con acto 11, vss. 843-1.036, págs. 101-107.
pág. 148. man a o ... », I, Samuel, XIII, 28-29, ¡bid., 148 Para un análisis más profundo de este recurso en El vergonzoso, vid. J. CASALDUERO,
«Sentido y forma de El vergonzoso en palacio», en Estudios sobre el teatro español, Madrid,
lo. que acabamos de comentar'
144 SERGE MAUREL sintetiza perfectamente Gredas, 1962, págs. 83-112, y F. AYALA, «Erotismo y juego teatral en Tirso», en Insula,
- «La 'comedía' reste don Ede! d . . año XIX, n,O 214, sept. 1964, págs. 1 y 7. H. W, SULLIVAN, en su libro Tirso de MoHna and
L'amour d'Amon pour Tham~r 1,· e, an¡s son archüectute, au rédt bíblique. the Drama 01 the Counter Relormation, op. cit., págs. U5-141, trata el tema del play within the
, mceste, a vengeance, sont les trois moments es- play en varias comedias tirsianas, analizando el significado barroco de tal procedimiento. Para
102
103
FRANCISCO FLORIT DuRAN

Imitación de materias tradicionales y autoimitación constitu en


dos formas de un mIsmo concepto de imit . , L . ' " y , pues,
. . acron. a lmltacron entendid
~i~ ~:eoa;~::~: ~nc~:~e:;t~~~;Z~~~il~;~a~:o ~~gít;m~ prést~m? Iit:~~
a
Cron y la capacidad imaginativa no manan con abunden
an . e que a msplra-
SlOnes. Cla en algunas OCa-

CAPITULO nI

LA CUESTION DE LA FINALIDAD DEL ARTE:


DELEITAR APROVECHANDO

1. BREVE SINOPSIS HISTÓRICA DE LA CUESTIÓN

La tirsista norteamericana Ruth Lee Kennedy dejó escrita en su libro


Studies in Tirso, 1 una frase que deseamos colocar ene! frontispicio del
presente capítulo, dada su pertinencia en relación a nuestro objeto de aná-
lisis:
«Here was one point on which every Spaniard couId agree, no matter
in which camp he might be found: the historian, the imaginative poet, the
stem cleric, a11 alike conceded the bewitching power of drama as a literary
form and its tremendous potentialy for god or evil.»l

Cierto. Este poder de seducción, de encantamiento y su potencialidad '


para el bien o para e! mal, constituye la esencia misma del hecho teatral.
No sólo en la comedia barroca, sino también en aquellas épocas en las que
e! teatro es capaz de atraer a un número ingente de espectadores de los
más diversos estratos sociales y culturales. Ni a Aristóteles ni a Horacio se
les ocultaba esta fuerza seductora del arte escénico; el poeta latino supo
ver perfectamente tal realidad de indiscutible raigambre retórica cuando
afirmó:

un certero análisis general del asunto puede 1


DíAz, El teatro y la teatralidad 'del B conBsu taelrse Con provecho el libro de E OROZCO
,
pags. 169-234.
arroco}, are ona Pl aneta, 1969, especialmente
. las
1 R. LEE KENNEDY, Studies in Tirso, 1. .. , op. cit.} pág. 43.
104
105
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA;
FRANCISCO FLORIT DuRAN
. ' 1 otro bando militaban los hombres de 19le-
«Aut agitur res in scaenis aut acta refertur, hombres de pensamIento, en e , l' ' etc Y en este encrespado
Segnius inritant animos demissa per aurem sia, los clasicistas intolerantes, c~ertos po mCOS 'te y'su capacidad para ima-
quam sunt oculis subiecta fidelibus et quae d' , f s deblan ejercer su ar
ambiente I os come logra o d dl'as los escenarios españoles y en-
ipse sibi tradit spectator.,,»2 , f'b 1 t ían que llenar e come
g1nar. a u as, en ~ ras a un úblico heterogéneo en cuanto a
Lo que entra por los ojos, lo que se ve, siempre produce un mayor treteper du~ante mas de dos h~ lante de ~er distraído, Habida cuenta, por
efecto que aquello que simplemente oímos o leemos de un libro, Esta ver- gusto se refiere, a la par que an e 1 lt no poco difícil saber hasta
dad de perogrullo resulta fundamental, a nuestro modo de ver, para enten- " d t ambiente teatra resu a d
conslgUlente, e es e dd XVI! defienden la moralidad e sus
der todo lo relacionado con la cuestión de la finalidad del arte en la come- qué p\1nto, cuando los dramaturgo~ d el. expediente ante los catones al
, , li ' stán cubnen o
dia española del XVII, puesto que el teatro nacional ejerció sobre los espec- prodUCCIOnes teranas, e 1 nscientes y sinceros al ponderar
trio son P enamente ca ,
tadores una influencia como no volverá a ocurrir en los siglos venideros, u.so o, por eI con ra , d' t d,'endo bien lo repeuremos
h ' '1 d s come las' en en ,
Resulta ¡¡Itamente significativo, a este respecto, que un hombre de la cultura lo provec 0S0 Y utl , e ~u d b 'd t'ficarse el posible utilitarismo didac-
y educación de López Pinciano llegue a expresarse en los siguientes tér- más de una vez, que Jamas e e 1 en I moral ñoña o equiparar a la
I d" rafas barrocos con una d
minos: tista d e os come IOg , el ' Por otra parte, en to o este
«Claro éstá, dixo Vgo, que el poema que en papel está no tañe ni comedia con un sermon de e~~~ b:~:~:'claro: Lope, Tirso, Calderón y
dan~a, mas verdaderamente que las actiones trágicas y cómicas se dizen asunto parece que hay un ~ or ullosos del poder que tenían los
actiuas porque tienen su perfeción en la actión y representación, y las demás dram~turgos se senuan a~~~tre:ener, divertir, a los espectadores, y
frutos de su mgenlodPara 7el~:~aÚdad esencial era ésta, Ocurre, empero, y
que, leydas y en papel no mueuen, representadas mueuen grandemente,
Esto, dixo el Pinciano, que Vgo dize es tanta verdad, que ninguna
cosa más; y es tan cierto, que tengo yo en mi casa vn libro de comedias para ellos, los crea ores, a l ' 1 ' personal de cada uno de los
, 1 'mbito de a pSlCO ogla 1
muy buenas, y nunca me acuerdo dél, mas, en viendo los rótulos de Cisne- aqul se entra en ~, a n ue sus obras teatrales sirviesen para a go
ros y Galuez, me pierdo por los oyr, y mientras estoy en el teatro ni el autores, que tamblen procduraba q d satisfacción como autores se veía
invierno me enfría ni en el estío me'da calor.»'> más que el deleitar, pues e este mo o su
Reconocido, pues, este poder del teatro en cuanto representación, no acrecentada, " d 1 ma ha de hacerse referencia, en primer
puede sorprender que en la España de los Austrias se llevaran a cabo En una apretada SmO?S1S ee d:~e el haber formulado de un modo cla,ro
intensísimos debates acerca de la licitud moral del teatro, enfrentándose lugar, a HoraClO, pues a el se 1 1 " d la finalidad del arte literarIO,
, t fundamenta cuestIOn e 'd
dos grupos irreconciliables: los defensores de la moralidad de la comedia por prunera vez es a 1 P' serán comentados y repeu os
Sus hexámetros de la Epístol~ a os Is~nes durante el Renacimiento Y el
áurea y los que de un modo virulento impugnaban-las piezas teatrales que hasta la saciedad por preceptIstas y escntores
se ponían sobre las tablas de los corrales de comedias, En el primer grupo
estaban, lógicamente, las gentes de teatro, pero también había políticos y Barroco: <<Aut prodesse volunt aut delectare poetae
aut simul et iucunda et ¡donea dicere vitae.»
(Vss, 333-334)
2 HORACIO, De Arte Poética, ed. cit., vss. 179'-182, pág. 212. El filósofo griego ya había
dicho algo parecido en su Poética, 62a14-18, ed. cit., pág, 237:
y más adelante:
«Después, porque tiene todo lo que tiene la epopeya (pues también puede usar
su verso), y todavía, lo cual no es poco, la música y el espectáculo, medios efícacísi- «Omne tulit punctum qui mÍscuit utile dulci,
mos para deleitar. Además tiene la ventaja de ser visible en la lectura y en la lectorem delectando pariterque monendo.» .
represéntaci6n.» (Vss, 343-344)

Esta explícita actitud ecléctica, de esti?e retórica', da~: ~i~~l~~ ~Pi~i~~


y en la Retórica reconoce' también Aristóteles el poder de 10 teatral:
«y así es forzoso que los que refuerzan el efecto con sus gestos, sus voces y
vestido y, en general, con 10 teatral despiertan más la compasión, porque hacen de Garda Berrio, «a sospechar en su uero mterna u ,
que parezcan cercano al ponerlo delante de los ojos, o como inminente o como
recién sucedido» (1386a34-37, ed. cit., pág, 118). d' d e o BruNK Horace on Poetry, op. cit., págs. 352,
3 A. LÓPEZ PINCIANO, Philosophía Antigua Poética, ed. cit., vol. I, pág. 244. El subrayado
4 Así lo muestra el documento estu ~ d lectar~ are tbéj{nes (tele) of the craftsman ... ».
es nuestro. «In rhetorical theory docere, movere, an e
107
106
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA; APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

quiere, subconsciente, pero positivamente activa estimación del gozo artísti-


co»,, No podía ser de otra manera, pues cuando un creador sienta precep-
más vendible su merca.dena. 'i b
ñar y dieron la doctrma en a u osa n
I
' ( ) L s philósophos antiguos quisieron ense-
arración como quien dora una
,
tiva sobre temas que le atañen a él mismo en cuanto escritor, suele inclinar píldora.»9
e! fiel de la balanza hacia e! lado más específicamente artístico y creativo; e el Pinciano no toma partido por ninguno
parece que en e! presente caso no hay duda de que ese lado está en la El caso es, como se ve, qu ," quilibrada aunque repugne
d f ' d ide adoptar una poslclOn e
ponderada estimación de! deleite artístico, de los os mes y e c , 'osalO Como quiera que
1 h a dos fmes en una mIsma c ,
Tras e! cerrado didactismo medieval, e! Renacimiento presentará opi- a la natura eza que ay _ 1 Ph '1 phía Antigua Poética el mu-
niones para todos los gustos, desde el eclecticismo horaciano hasta las posi- sea lo importan~ e~ ~e~al~ jue ~~a :rtís:i~~osalió en condiciones de pari-
ciones extremas de utilitarismo, por una parte, y de aclamación de! deleite cdhads veces ata,cadofened~~fe f~n ~~áctico-moralista: «y digo que el fin es la
. a con el mas e . h 11
por otra, Obviamos profundizar más en el asunto, ya que existe una vasta 1 d I e doctrma son onestos» ,
bibliografía', doctrina y deleyte, y que e e eyt y blica el Cisne de Apoto, de Luis
En los albores de! SIglo XVII se p~ , r ro de' cima titulado
Pasando al campo de la teoría literaria española, surge la figura del b 11 E 1 diálogo primero, parag al' ,
Pinciano, una vez más, autor de nuestro más importante tratado de poética, Alfonso de Car a o, n e d f" y figuras para declarar sus
1 Poetas usaron e lcuones, ,
En su epístola tercera es donde trata monográficamente e! aspecto de! fin «Porque causa os , 1 d 1 f d la poesía Una de las razones
de! arte literario, A lo largo de toda ella cabe observar que la posición de! conceptos», el autor trata e tema e m s:mientos c~n ficciones y figuras
por las cuales los poetas encubren sus pe~ blo recibiesse su doctrina»,
preceptista vallisoletano es la de equiparar e! deleite y la enseñanza, Esta
es en opinión de Carballo, «para que e puhe, el PI'nciano:
actitud de equilibrio y de clara procedencia horaciana puede verse en varios '
Argumentando, ,
a contmuaClon," 1o que ya se a VIsto en
textos:
, li d lo malo la naturaleza de los hombres que
«Porque es tan mc na a a d ' " estatutos que los vicios los
«Para ser legítimo poema, ha de tener el fin también, que es enseñar 'ff' 1 t ciben leyes octrma, n , - I I
dI lCU tosame~ e. re 1 P ~s uanta dificultad auia para ensenar es a
y deleytar; que las imitaciones que no lo hazen, no son dignas del venera.
ble nombre de poema.»7 aparten. Y assl. vIendo. dOS 1~: q subjetarles a las justas leyes y honestas
virtud, y reduzIrles a VI a po.lt1~t' y rocuraron ac;;ucararselo todo, y dorar-
y más adelante afirma por boca de F adrique: costumbres, que esta.uan oblliga . os p un'l'les y fictiones para que rumia-
I 1 lantenas de as f19uras s , "f' 12
se
dasoycon as ga cayessen en 1a cuent a de la verdad que sigm Icauan .. ,»
entendidas,
<<Dotrina •y deleyte conuiene tenga mezclado el que tiene el poema;
que el ,que tiene mucha dattina, no es bien recebido, ni leydo, y el que Más adelante, en clara sintonía con Horacio, dice 10 mismo que el poeta
tiene sólo deleyte, no es -razón que lo sea.»8
latino:
Pinciano justifica e! eclecticismo en la obra literaria recurriendo a la d to aprouechar juntamente, segun lo
«El fin del Poeta es . ~r con(tlen y t ) enxerir las cosas prouechosas
condición humana que, desde e! pecado original, se muestra mucho más que dize Oracio (.:,), QUlSleron os p~3e as
inclinada al gozo y al deleite que a la trabajosa tarea de! aprendizaje; por en las fictiones y figuras deleytosas ... »
ello, los primeros filósofos endulzaron e! enojoso aprendizaje de la virtud
haciéndolo lo más deleitoso posible:
«La inclinación humana era aparejada más al deleyte que a la virtud, , ento del Pinciano, pues aparecerá. ut~izado
9 Ibid. págs. 209-210. Retengase este argum . 'f' ue el Mercedario se mspue en
y a la philosophía mezcló el oro désta con la figura de aquél, para hacer ' ' d M li
varias veces por TIrso e o na.?,
Ell empero no slgm lca q
?,
'1
rgumento era moneda corrIente en a
el preceptista vallisoletano, ya que esta expreSlon o a
.5A. GARCfA BERRIO, Introducción ... , op, cit., pág. 87. época barroca. ,, '1 el fin vltimo y principal, y assí ponen dos
10 Cfr. ibid., pág. 210: «mas ay questlon quGa bse~] ] censor de las epístolas, al comentar
6 Cfr. ibid.} págs. 89-92 y del mismo autor vid. Formación ... } vol. I, págs, 331-410. , t' usa» Don a rte e ']
fines mientras se auerlgua es ~ .ca .
j

7 A. LÓPEZ PINCIANO, Philosophía Antigua Poética, ed. cit., vol. J, pág. 199. 'del da esta cosa y saber claramente qua sea
8 Ibid., pág. 213. Líneas más abajo se lee:
este aspecto, dice: «... p~ro .qulSlera .ver n;as a gaza ,
el fin de los dos más prmclpal.» Ibzd., pago 232.
<<y, en suma, la Poética es arte inuentada, como todas las demás, para bien y vtil
del mundo; de la qual fue origen y principio el fin que ya es dicho,- y otra vez digo,
¡¡ Ibid., pág, 214,
12 LUIS ALFONSO DE CARBALLO,
C'
lsne
de Apolo, ed, cit" vol. 1, págs, 114-115,
la doctrina con el deleite» (ibid., ibíd.). n Ibid" pág, 116,

108 109
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Según se desprende de sus palabras, Carballo asocia e! componente e! sentir de los dramaturgos barrocos si nos atenemos a la práctica teatral
d~leltoso a la dImensión estilístico-formal de la obra literaria. Tal constata- de éstos. Al igual que al defender la nueva estética dramática, Turia y
Clan, que supone un importante paso en la valoración de la vertiente hedo- Barreda escriben acerca de la finalidad de! teatro nacional sin ningún tipo
nIsta-formal de! arte literario, consigue su máxima formulación en las si- de prejuicios ni de ambigüedades, puesto que sus espaldas están perfecta-
gUIentes palabras: mente cubiertas por miles de piezas teatrales que obtenían e! refrendo po-
1 'hFue la quinta ra~ón, para que mejor se quedasse en la memoria de pular en los corrales de comedias. De este modo, Turia, al defender la
os ombres la do~trIna que. debaxo de tales figuras les enseñauan, que comedia áurea, ,escribe con absoluta convicción:
rara guardar vna pIedra J?,reclOsa, y traerla siempre a la vista, suelen hazer- «Cuando por los españoles fuera inventado este poema, antes es digno
e vn. engaste en vna so:t1Ja, r?pa, o collar. Ansi los Poetas para que no se de alabanza que de reprehensión, dando por constante una máxima que
per~lesse ?e la memona la nca, y preciosa piedra de su doctrina y an~ no se puede negar ni cavilar, y es que los que escriben es a fin de satisfacer
dumesse sl~mpre a la vist~ la engastaron en los engastes ricos de s~s fígu-
el gusto para quien escriben ... »17
r~s, y semeJan~as, apropnandolas, y ajustandolas a la verdad como a la
pIedra el engaste.»14 '
¿Cabe mayor aplomo y seguridad en las palabras de Turia? Mucho
P?r lo que respecta a Cascales, simplemente reseñar que e! preceptista había cambiado e! panorama teatral español desde los tiempos de! Pinciano
murcIano no aporta nada nuevo a la cuestión de la finalidad de! arte. Como para que Turia hablara de! modo en e! que lo hace. En términos parecidos
apunta G~rcía Berrio, sus opiniones a este respecto son una mezcla de los se expresará Barreda algunos años después; con un gran sentido de lo que
t~xtos eclectlcos de Horacio, de la definición de comedia atribuida a Cice- debe ser e! teatro y su finalidad, dice:
ron por Donato y de la catarsis aristotélica l '. Estas son las palabras de « ... ni hay para qué el teatro se haga tribunal o púlpito, en siglo que es tan
Cascales: dichoso en lo uno y 10 otro. Basta que aconseje como amigo, sin que
amenace como juez»18
. «El fin .de la poesía es agradar y aprovechar, imitando. Por este fin
d IXO HoracIo: No dejan de ser significativas estas palabras de Barreda en un momento
Todos los votos se llevó el poeta en que la comedia española estaba recibiendo duras y apocalípticas censu-
que supo ser de gusto y de provecho:
ya alegrando al lector, ya aconsejando. ras desde e! Tribunal y desde e! púlpito. El preceptista, pues, descarta de
los fines de la comedia todo aquello que pueda situarse en e! terreno de la
De mane:a que .el poe.~a no bas~a ser agradable, sino provechoso y moral, admonición o la amonestación severa, colocándose en e! ámbito de! consejo
como qmen es .I,mltaclOn ?e la vIda, espejo de las costumbres, imagen de
la he~~ad. ¿Quien duda, SinO que leyendo los hombres las obras de poesía amistoso.
0b a andose ~n l~s representaciones tan allegadas a la verdad, se acostum~ La cuestión de la finalidad del arte literario en dos de los grandes escri-
ra a tener mIsencordia y miedo?»I6 tores de! Siglo de Oro, Cervantes y Lope ha sido perfectamente estudiado
hace algunos años l9 • Nos limitaremos, por consiguiente, a recordar las con-
También los dos grandes defensores de la comedia áurea, Ricardo de
clusiones de los investigadores, sin olvidar que se está ya ante creadores y
Tuna y FrancI.sc~ de Barreda, terciaron en la cuestión de la finalidad de!
arte. Es muy SIgnifIcativo que ambos tratadistas coincidan plenamente con
17 RICARDO DE TURIA, Apologético de las comedias españolas} cit. por Preceptiva dramática.,,}
14¡bid., págs. 117.118. op. cit.} pág. 178. .
:: Cfr. A. GARCfA BERRIO, Formación".} vol. JI, op. cit.} pág. 448. 18 FRANCISCO BARREDA, Invectiva la las comedias que prohibió Trajano y apología por las
Tablas poéticas} ed "cit} pa'gs . 3738 e nuestras} cit. por ibid.} pág. 225. Un poco antes había dicho:
F't t a::FRANCISCO CASCALES,
1 -. En l '
O rererente a sus artas
1 o oJtcas en una so a ocasión vuelve a tratar esta cuestión de la fl'n lid d d 1 li . «Dignas son de veneración las (tragedias) de Séneca, mas no se acuerdan que la
h ., d l d- d a a e arte terarro
Pacl~;n o Os e, Pdasda a en su epístola a Tribaldos de Toledo titulada «Sobre la obscuridad del poesía no basta que enseñe si no deleita» (ibid.) pág._ 221).
o tJemo y Ote a es»: No se trata aquí de un simple eco del eclecticismo horaciano, sino de una clara afirmación
d·l}.ues me ha de conceder que cualquier escritor pretende en sus obras enseñar de la vertiente hedonista del teatro.
19 Para el caso de Cervantes cfr. E. O. RILEY, lr:or/tI de la lIovela .. " ·up. cit., págs. 135-146.
f
~ ~ltar y( dmo~er, y que l~ obscuridad cierra a cal y canto las puertas de los tre~
o ICIOS» e . CIt., vol. J, pago 162). Con referencia a Lope de Vega véase Afirmaciones... } up. cit.} págs. 69-79.

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FRANCISCO FLOIUr DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

no frente a preceptistas alejados de los fértiles campos de la creación, con Como se ve, esta imagen gozó de una gran fortuna en esta época, y a
lo que puede darse e! caso de la conocida antinomia entre la teoría y la quienes la emplearon se les puede considerar poco menos que antecedentes
práctica literaria: una cosa es lo que se dice en e! ámbito teórico y otra lo de los actuales psicólogos clínicos, ya que en ella cabe observar una )rofu~­
que se lleva a cabo en e! mundo de la praxis literaria. En cualquier caso, da preocupación por la salud mental de las personas, al otorgar ~ ~ a
interesa ahora, por lo que respecta a Cervantes, señalar la insistencia del literatura imaginativa un poder de bálsamo relajante, un poder terapeu!lc~.
autor de Don Quijote en un aspecto que los defensores de la utilidad de la De este modo, como lúcidamente formula Riley, delectare es prodesse ,
comedia áurea repitieron más de una vez, aunque su validez no se circuns- con lo que ambas funciones forman e! haz y el envés de una mIsma mone-
cribe sólo al género teatral, sino que se refiere a cualquier modalidad de da. Acaso lo mismo pensaba Cervantes cuando en e! prólogo de sus Novelas
literatura imaginativa. Cervantes, como otros muchos, consideraba que e! ejemplares dejó escrito:
provecho de! arte literario viene dado por su capacidad para servir de «Sí, que no siempre se está en los templos, no sie~~re se ocupan los
descanso y distracción a los seres humanos, para hacerles olvidar durante oratorios no siempre se asiste a los negocios por cahftcados que sean.
un momento sus preocupaciones cotidianas, para aliviar sus males y tensio- Horas h~y de recreación, donde el afligido espíritu descanse; para este
nes, «pues no es posible que esté continuo e! arco armado, ni la condición efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas
y flaqueza humana se puede sustentar sin alguna lícita recreación»'o. Esta y se cultivan con curiosidad los jardines.»2-1
metáfora de! arco tenso fue muy utilizada en defensa de las comedias. Sólo le faltó añadir a Cervantes: "Se leen novelas y se. ven comedias».
Así, cuando e! Consejo Real de Castilla realizó su dictamen, e! año 1648, Téngase en cuenta que estos textos se escribie~on en un !lempo en el que
en favor de las representaciones teatrales, la vemos empleada como argu- e! ser humano tenía pocas posibilidades para dIstraer sus preocupa~lOnes y
mento de los consejeros: sus tensiones. Para los españoles del siglo XVII el t~atro se configuraba
«El arco si muchas veces se flecha se quiebra, ejemplo con que San como, en palabras de Menéndez Pidal, «un ¡Justre cmedrama». En p~co
Juan Evangelista repreendio al que le zensuraba que se entretubiese con más de dos horas se le daba al espectador una amplia muestra de la VIda
sus diszipulos mezclando entre graves negozios algunos de divertimiento, cotidiana, aunque estilizada, es verdad, pero también, en VIrtud de! po?er
como lo refiere Santo Thomas tratando de la misma materia,»2l
evocador de los versos, podían trasladarse al mundo medIeval, a paIses
para ellos remotos, a tranquilas campiñas, podían ver r~p~esentadas ante
También aparece algunos años antes en e! Memorial impreso dirigzdo al
sus ojos escenas bíblicas, mitológicas, bélicas, etc. Ehmmar las repre-
rey D. Felipe JI, para que levante la suspensión en las representaciones de
sentaciones teatrales, tal y como propugnaban l~s s~veros catones, huble~e
comedias, de! año 1598; dicen los miembros de! ayuntamiento madrileño, sido quitarle al pueblo español una de sus mas lillportantes fuentes e
autores de este memorial:
deleite, regocijo, distracción". Pero volviendo al caso de Cervantes, de sus
(<Pues así como conviene aflojar el arco para poderle flechar en la
ocasión, conviene que el entendimiento que anda ocupado en cosas gra~
ves, alguna vez afloje la cuerda y desocupe para volverse a ocupar más 23 E. 0, RrLEY, Teoría de la novela .. :, op" cit., pág. 144. Ganes Madrid Edito-
asentado,»22 24 MIGUEL DE CERVANTES, Novelas ejemplares, ed. de M. Baquero ay , "'
ra Nacional, 1976, Val!. l, p~g. 87. te poder de diversión debe añadirse, entre otros muchos,
25 No se nos ocu ta que Junto a es . 1 "d 1 ' ue
el Poder de controlar ideológicamente al pueblo español. Ealfectl.vamdenr¡e. aall eo Ogb1areq¡os
d " d x tacIón e osv oresso "
20 Don Quijote, l, 48, ed, cit., pág, 526, respira la co~edii ~~rpe:ri~ d:rí~s aA:s~~~a~E~r~~~~ ~e~e;ales, los comediógrafos barroc?s
21 Texto recogido por J. E. VAREY y N, D, SHERGOLD en su libro Teatros y comedias en que se sostenla e l . d r el Estado en caso contrariO
comulgaban con el sistema de ideas y creenCias l?ropugn.a o po 1 ' . il b stre-
Madrid: 1600-1650. Estudios y documentos, London, Tamesis Books, 1971, pág. 169. Este sus comedias no hubieran llegado a estrenarse m a pubhcdarse , pues "~ cen.s ura vlg a Uadedes'
documento ya había sido incluido en el libro de E. COTARELO y MaRI, Bibliografía de las ellonOlnVali
chamente cualqUIer . aUs'bo d e heterod ' D e tdsmoos
OXla. o o . d a d osreal 'a "
controversias sobre la licitud del teatro en España, RABM, Madrid, 1904, págs. 165b-169b, · de Molina que entreveraron en sus piezas teatra
pero como presenta muchos errores hemos preferido citar por una edición más cuidada.
T
a) h ub o .d ramaturgos, como lrso , .,o' d L d V es Ciertas
V'1
dosis de "contestación política, y b) el conformismo político~ldeologlco e .¿pe e 1ega, ed~z
22 Ibi!i., pág. 421b. En el mismo sentido se expresaba A. LÓPEZ PINCIANO en su PhilasoMa de Guevara Hurtado de Mendoza, etc., no se opone al he~ho de conSI e~ar a a come la
Antigua Poética, ed. cit., voL TII, pág. 229: «porque los arcos que están siempre armados, española del XVII como especiaHsima fuente de placer y d\versión, acaso preCIsamente por ese
,¡ están a gran riesgo de quebrarse.» deseo de controlar ideológicamente al pueblo.
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I FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACION A UNA POÉTICA
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palabras se deduce, al menos en un plano teórico, que para el creador de P nque todas veces el orador no persuada, ni el médico sane, el
I la novela moderna este género literario tiene como función principal el poeta es diferente, porque siempre que escn'b'lend
« ero au
0;;0 -
ensenare d 1 yt
y e e a-
entretenimiento; lo que ocurre es que ese deleite producido por la ficción re, será con mucha razón indigno de este nombre,»
I novelesca es, a su vez, provechoso para el ser humano, ya que libera a éste Criticando a algunos escritores de su época, dice Lope:
de muchas tensiones al constituir un agradable pasatiempo. Por otro lado,
como no pueden escribir,JOni para deleitar ni pata enseñar, amenazan
puesto que Riley ha estudiado la cuestión en el caso de Cervantes, no sólo «",y
con que pueden reprehender»
I en la teoría sino también en la práctica, obviamos el decir más sobre este
I asunto de la finalidad del arte literario en el inmortal novelista". E tas últimas palabras del Fénix demuestran cómo en la mente del
I
En cuanto a Lope de Vega, resulta lógico esperar que en sus afirmacio- escrit~r barroco se separaba de un modo claro la idea de enseñar de la d~
nes teóricas acerca de esta cuestión no se le olvide la vertiente deleitosa. amonestar, reprender, censurar. Es lo ya ~icho p~r Barreda, es dec:r, e
Uno de los textos más recordados por los críticos, dada su importancia no teatro no debe ser en modo alguno ni un púlpito n; un tnbunal. Al :"IS:"O
sólo a este respecto sino también en lo referente a otras cuestiones de tiempo, estas palabras enseñan que Lope no descUldab~ ellad~ utilitarista
teoría literaria, cabe encontrarlo en las palabras preliminares a su novela La del arte literario. En último término, de la lectura del mventano l:evado a
desdicha por la honra: cabo por L. C. Pérez y F. Sánchez Escribano acerca de la cuestlon de la
«Demás que yo he pensado que tienen las novelas los mismos precep~ finalidad del arte literario en Lope de Vega, se deduce que Lope concede,
tos que las comedias, cuyo fin es haber dado su autor contento y gusto al al menos en un plano teórico, igual importanc:a ~l docere yal delectare.
pueblo, aunque se ahorque el arte; y esto aunque va dicho al descuido, Con ello no hace más que situarse en la larga nomma de escntores que se
fue opinión de Aristóteles.»27
enganchaban al tópico horaciano.
En seguida le habrá venido a la memoria a cualquier lector del Arte
nuevo lopesco aquellos versos en los que se hace referencia al gusto del
2. LA CUESTIÓN DE LA FINALIDAD DEL ARTE EN TIRSO DE MOLINA
público y donde se justifica la transgresión del arte antiguo apoyándose en
que el autor del «discurso» escribe para deleitar y contentar al oyente. Sin
embargo, evitamos toda referencia a esos versos del Arte nuevo por dos 2.1. Una lenta evolución personal
motivos:. en primer lugar, porque son muy conocidos y están en la mente
de todos, y en segundo término por el hecho de que para cualquier crítico A cualquiera que tenga una visión global de la obra literaria de Tirso
esta obra de Lope sigue siendo una peligrosa arma cargada de interpreta- de Malina no se le escapa el hecho de que el Mercedano fue. ~bandon~~do
ciones y equívocos". Fuera del Arte nuevo no faltan las afirmaciones lopes- poco a poco la literatura profana, fue espaciando su creaClOn d "dramatlca,
,.
cas de clara estirpe horaciana: para entregarse en los últimos años de su vida a un tipo e creaClOn art1stl~a
más acorde con su condición de fraile de la Orden de la Me~ced,. ~s deCir,
26 Cfr. E. O. RILEY, Teoría de la novela... } op. cit.} págs., 135-146 y 154-174. Recuérdese
entregarse a una práctica literaria impregnada de un tono mas e~lf¡cante y
una cosa; pese a la insistencia cervantina en los entretenimientos honestos y lícitos, no obstante provechoso. Rinaldo Froldi resume perfectamente esta evoluclOn cuando
lo que afirma en el prólogo de las Novelas ejemplares acerca de la moralidad y ejemplaridad escribe:
de las mismas, no todas las novelas son dignas de estimación moral, como muy bien señala
Riley, op. at., pág. 165, «no lo es, desd~ luego, El celoso extremeño, ni siquiera en la versión «Se ad esempio nei Cigarrales) il deleitar sembra essere motivo domi-
corregida». Sobre este asunto vid. asimismo W. PABST, La novela corta en la teoría y en la nante, senza quasi che appaia l'a1tro (quello dell'aprovechar), nel Deleitar
creación literaria, Madrid, Gredas, 1972, págs. 212-251.
27 LOPE DE VEGA, Novelas a Marcia Leonarda, ed, de F. Rico, Madrid, Alianza Editorial,
1968, pág, 74. Son varías los textos de la Poética de Aristóteles en los que puede estar pen~an~ Estudios sobre Lope de Vega, Salamanca, Anaya, 1967, págs. 1-20] .RrC1~~7~~~L~ L~~~A~e
do el Fénix, cfr., entre otros, 1459a20, 1459b30 y 1460a16, Vega y la formaáón de la comedia, Salamanca, Anaya, 1973: pags. - " z'. ué e;
28 La bibliografía a este respecto es muy amplia y se observa que los estudiosos conceden
diferentes significados al Arte nuevo, significados, según ellos, más implícitos que explícitos.

Significado y doctrina del «Arte nuevo» de Lope de Ve?a, op. at., y ORozco1~-is ' cQ
el «Arte nuevo» de Lope de Vega, Ediciones de la Umversidad de Sa amanea, ,
Puede consultarse con utilidad los siguientes trabajos: R MENÉNDEZ PIDAL, «Lope de Vega, 29 Cit., por Afirmaciones... , op. át., pág. 45.
Arte nuevo y la nueva biografía», art. cit.; J. F. MONTESINOS, «La paradoja del Arte nuevo» en JO Ibid.• pág. 46.

114 115
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

aprovechando si scopre che i due motivi si fondono, anzi il primo díventa na se despreocupa de todo lo referente a la vertiente deleitosa del arte
secundario, un vero e proprio strumento sulla via di una viva adesione ad lit~rario. Es muy importante que quede esto claro: el Mercedario en cuanto
un ~ero storico e m?rale. (... ) Nella Historia de la Merced poi questo escritor, ya sea de temas profanos, ya de temas religiosos, siempre estuvo
motivo del vero stOtlCO e morale (vite di religiosi e di santO dominera
assoluto,»31 preocupado, siempre estuvo atento al problema d~ ,la recepción de sus pie-
zas literarias, y para él fue una verdadera obseslOn el procurar que sus
La evolución es empmcamente demostrable: los Cigarrales de Toledo escritos no cansaran o aburrieran al posible lector o espectador. Por ello
(1624) se configura como una miscelánea en donde se encuentran tres co- no es extraño que en la introducción de su Historia General de la Orden ... ,
medias - El vergonzoso en palacio, Cómo han de ser los amigos y El celoso obra monumental que refleja su interés por los temas religiosos, llegara a
prudente- que responden al tipo genérico de comedias de enredo-palacie- decir:
gas"; en donde las poesías entreveradas son todas ellas de tema profano, y «Comenc;aré, pues, desde nuestros primeros fundamentos y proseguiré
ni tan diEfuso que fastidie, ni tan concisso que obscurezca, antes, hechan-
en donde, por ejemplo, Tirso interpola uno de los relatos más divertidos
do (sic) por en medio, sin dexar cosa sustancial, es~usaré doc~~inas pro-
que jamás escribiera: la novela de Los tres maridos burlados", que guarda prias de los púlpitos y libros morales, y repre~enslOnes prolIJas contr~
cierta correspondencia con los relatos medievales de la bella mal maridada. vicios con las sutilezas de autoridades de la Escntura y Santos, porque m
Por contra, su miscelánea Deleytar aprovechando (1635), en vez de come- es m;teria que pertenezca a las historias, ni los sucesos de ésta necesitan
dias presenta tres autos sacramentales - El colmenero divino, Los hermanos de ellas, pues su misma narración predicará tácitamente exemplos para
los virtuosos y escarmientos para los no tales, sin cansarlo.»36
parecidos y No le arriendo la ganancia-, dos novelas inspiradas en los pri-
meros tiempos del cristianismo -La Patrona de las Musas y Los triunfos de Por este motivo tampoco puede sorprender que critique el método de
la Verdad- y una tercera inspirada en el cristianismo medieval - El bando- trabajo de Fray Alonso Remón, anterior cronista de la Orden Mercedaria,
lero- 34 ; y, aunque los poemas más extensos entreverados en esta miscelá- diciendo:
nea son de índole mitológica y amatoria, cabe encontrar en ella gran núme- «¿Qué maravílla, pues, si aunque digno de estimación por prim~ro en
ro de poesías devotas que buscan la exaltación de la religiosidad". Por lo dar a nuestra España esta crónica en su idioma, no la adornan las czrcuns-
tancias requisitas, que aprovechan y entretienen?»}7
que respecta a su Historia General de la Orden de Nuestra Señora de las
Mercedes (1639), poco se puede comentar, pues su título en sí es lo sufi- En otra parte de su Historia, antes de comenzar el relato de la reden-
cientemente explícito. ción de cautivos llevada a cabo en Túnez por Fray Juan de Malina, Tirso
Con 'todo, no se pueden interpretar estos datos objetivos en el sentido se disculpa porque va a ser más prolijo en su narración:
de considerar que, cuando Tirso dedica menos tiempo a la literatura profa-
«Esta vez, pues, solamente, ha de dispensar en lo ceñido y ~reve c~n
que en las demás procedo, para deleytar aprovechando a los cunosos, SIn
. ~l RINALDO FROLDI, «ll Deleitar aprovechando nella poetica tirsiana», en Studi Tirsiani, defraudar la circunstancia que inporte al casso.»38
Milan, 1958, pág, 170, M." PILAR PALOMO se expresa en términos parecidos: «Sin embargo
voluntariamente sin duda, sin tajantes decisiones, Tirso de Molina comienza a apartarse del Ocurre, por consiguiente, que a T éllez no se le olvida, a pesar de estar
teatro, para. él que escribe casi .esporádicamente. No están demasiado lejos los cincuenta años, escribiendo una historia de su orden religiosa, que toda obra literaria debe
y una espeCIe de madurez erudIta, de sereno afán científico, de religioso didactismo va sustitu-
yendo el «divertimento», de pletórico vitalismo de sus comedias anteriores», Prólogo a Tirso respetar el principio horaciano de mezclar lo provechoso con lo deleitoso.
de Molina. Obras, ed. cit., tomo 236 de la BAE, pág. XX. Tampoco se le oculta que este eclecticismo ha de ser especialmente obser-
32 Así las cataloga M." PILAR PALOMO, cfr. «La creación dramática de Tirso de Malina»
vado en aquellas obras en que la materia se acerca al terreno de los temas
en Tirso de Molina. Obras, Barcelona, Vergara, 1968, pág. 84. '
33 Cfr. Cigarrales deo_Toledo, ed. cit., págs. 344-379. Para un detenido estudio de esta
novela véase el análisis de A. NOUGuÉ en L'oeuvre en prose... , op. cit., págs. 117-136. 36 Historia CéneraL, ed. cit., vol. L pág. 2, ss. 21-27.
3~ NOUGuÉ, ibld., págs. 213-318, lleva a cabo un profundo examen de las mismas. Véase 37 Ibid., ibtd., ss. 7-9. El subrayado es nuestro.
también el interesante artículo de M." PILAR PALOMO, «Lectura del Deleitar aprovechando: en 38 Ibid., vol. n, pág. 571, ss. 5-7. El subrayado es nuestro. Sobre la Historia, apa~te de la
torno a El bandolero», en Homenaje al profesor F. Yndurain Madrid Editora Nacional extensa introducción del P. PENEDO REY en la edición que la Orden de la Merced realizó hace
1984, págs. 347-363. ' , . . ' algunos años, op. cit., especialmente págs. CVIII-C~CI, .cfr. E; GONZÁLEZ. CAS1R?, La Historia
35 El -P. LUIS V ÁZQUEZ ha agrupado estas poesías en un volumen titulado Poesía lírica General, de Gabriel Téllez, en el conjunto de la hIstonografla mercedana del SIglo XVII», en
(<<Deleytar aprovechando»), Madrid, Narcea Ediciones, 1981. _ Homenaje a Tirso de Molina, op. cit., págs. 537-574.

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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

religiosos, de lo sagrado. Tirso, perfecto conocedor de la pasta de la que He aquí la fórmula para que e! público acepte la literatura edificante y
está hecha el ser humano, sabe que los relatos hagiográficos, los religiosos provechosa: dorar la píldora, eslabonar lo útil con lo entretenido. No es
en general, si no están sazonados con un estilo deleitoso, si no cuentan con una metáfora original de Tirso ésta de «dorar la píldora», ya que la hemos
elementos capaces de seducir al lector, éste no los lee, con lo que se pierde visto en boca de! Pinciano y de Carballo, pero Gabriel T éllez supo aplicar
lo provechoso y útil de tales relatos. Recuérdense a este respecto las pala- perfectamente en su creación artística tal receta. Por otro lado, la idea de
bras que el Mercedario dejó escritas en el prólogo de su Deleytar aprove- mezclar lo útil con lo deleitoso recorre todo su Deleytar aprovechando,
chando: desde. el propio título hasta el final mismo de la obra. Algunos pocos ejem-
«Vidas de Santos (me decía assímismo) sencillamente impressas, por plos mostrarán la manera en que Tirso entretejía lo provechoso con lo
más que las sazone 10 admirable de sus casos, se llevan consigo lo fastidio- entretenido: en la novela Los Triunfos de la Verdad, segund~ de las narra-
so, que todo lo divino. Los títulos solos de los libros Espirituales dan de ciones interpoladas en el Deleytar aprovechando, aparece en un momento
suerte en cara; que ofrecerle a un mercader el privilegio de valde, para del relato San Pedro disputando con un apóstata blasfemo, pero:
que los fíe al molde, es sentenciarle a la pérdida del gasto, y la impression
al destierro de las especerías, o cartones. Tan insípida tiene la devoción «, .. para que disputa, tan digna de advertirse, lleve lo sabroso del estilo,
nuestra tibieza.»39 con lo util de su consequencia; me pareció reducirla a un Dialogo entre
el Divino Apostol, y su infernal opuesto: porque de tres, que los dos
Ante esta realidad inexorable de la condición humana, T éllez conoce el tuvieron, sólo éste, por no dar entrada al fastidio, ha de hacernos hoy
remedio y lo aplica en su creación artística. Así, en la miscelánea de clara plato. No se le quitará cosa substancial; antes le aliñaremos con lo apetito-
finalidad moralizadora, Deleytar aprovechando, cuyo título es toda una pro- so de las Musas.»41
mesa, encuentra la fórmula para que sus narraciones provechosas lleguen
al máximo público posible y no le produzcan hastío, para que las tres y Tirso escribe un larguísimo diálogo en verso donde ambos personajes
historias de tres personajes de vida ejemplar sean leídas y alcancen su efecto disputan sobre cuestiones teológicas. Aquí, por consiguiente, lo provechoso
beneficioso: se ve endulzado con el deleite de los versos. Poco después se encuentra el
<<Pues buen remedio (proseguia mi discurso) doremos esta pildora; mismo recurso aplicado a una situación similar:
hagamos una miscelánea provechosa: y a Ímitación de la Aveja, que con «Pero porque en un viage largo, para hacerle alivioso, i~porta, que el
su artificio, y las flores de los romerales, saca un tercer mixto, que saluda- camino, ni todo sea cuestas, ni valles todo; sino que ya estendiendo la
ble, y dulce, ni es totalmente tomillo, ni romero, ni del todo degenera de vista por estos, ya venciendo dificultades de las otras, disminuya la varie-
sus virtudes, y ·subSt'ancia; novelémos a lo santo; y entre lo marañoso, y dad de sus fastidios; me pareció reducir lo más substancial de tres dispu-
entretexido de lo raro de sus vidas, fabriquémos estos tres panales, que tas, que el anciano Philosopho tuvo con los tres hermanos, presidiendolos
Hsongeando al apetito enfermo, comunique confitado 10 medicinal de sus el Cathedratico de Príma de la Iglesia; a un dialogo, que entre los cinco,
exemplos.»40 con la diversidad de trages, y personas, disfrace entre lo apacible de los
versos, lo difícil de la materia. Y assi salgan ahora los prevenidos para esta
accion estudiosa y recreable.»42
39 Deleytar aprovechando, ed. cit., vol. l. prólogo. Al final de la obra Tirso vuelve a insistir
en este punto: En fin, al concluir esta miscelánea Tirso de Malina vuelve a recordar el
«Determináronse en fin los seis, de dar a la Imprenta las de estos tres' soberanos propósito de la misma:
héroes del martyrio, dilatando la pluma por el espacioso campo de sus hazañas, sin
ir contra la verdad de ellas: para que de este modo los gustos, que con tanto fastidio «Ojalá consigan sus deseos; y este libro vuestro agrado: que si hazañas
se muestran desganados a lo espiritual y provechoso; y con tanto hipo se dexan improprias en los de caballerias, amores vanos en los pastoriles, sucessos
arrebatar de 10 profano, y de lo quimérico; con la apariencia de esto disfrazada la inutiles en las nobelas, y transformaciones alegoricas en las fabulas, entor-
medicina, se eslabonasen 10 entretenido y lo útil.» (Ibid., vol. n, pág. 371. El subra- pecen costumbres~ y tyranizan tiempos; gozando en los semejantes a éste,
yado es nuestro). lo apetecible de los otros; medraran universalmente, el Sabio, el Religioso,
40 ¡bid., ibid. Como quiera que nuestro estudio va encaminado al análisis de la finalidad
del arte en el teatro tirsiano, no podemos detenernos a estudiar la ejecución de esta fórmula
en su miscelánea Deleytar apro,Vechando, vid., para ello NOUGuÉ y su libro L'oeuvre en prose... , 41 Deleytar aprovechando, ed. cit., voL 1, pág. 313. El ~ubrayado es nuestro.
op. cit., págs. 321-341. 42 Ibid., pág. 375. El subrayado es nuestro.

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FRANCISCO fLORIT DuRAN


TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIúN A UNA PO:t:TICA

la d?ma, la recogida, el niño, y el viejo; noticias de los mas victoriosos por partes, puesto que el asunto es un tanto complicado, ya que, por ejem-
Japlta~es, mas c~lebradas, y felices hermosuras, que despacharon las con-
.uc~as e la graCIa. ~ provocandolos su imitación, empeñarán sus agrade- plo, el Deleytar aprovechando se publica en 1635, aunque su autor lo con-
Clml~ntos, a que prosIga en la se.?und,a parte, con lo que en ésta ha comen- cluyó en 1632, y ese mismo año de 1635 Tirso publica la segunda y cuarta
~a~o, como 10 promete su dueno, 51 consigue este libro lo que el título parte de sus comedias, y un año después la quinta parte45 , ¿Acaso las publi-
mSlnua, que es De1eytar aprovechando.»4} có para que quedaran sepultadas entre los <<legajos de algún tratante pape-
lista»? No creemos, por otra parte, que este cambio de registro se deba a
El caso es que para cualq~ier lector del teatro tirsiano, para quienes
su conocido episodio ante la Junta de Reformación, con ser un suceso muy
tengan presentes en su memOfla comedias como Marta la piadosa, Don Gil
importante y un dictamen muy duro, Como es sabido, el 6 de marzo de
de las calza; verdes" El vergonzoso en palacio, El castigo del penséque, etcéte-
ra, esta actitud tlrslana al principio del párrafo citado en d nd f' '1625 la Junta de Reformación proclama el siguiente dictamen:
11' " ,oeseustlga
a a Iteratura de :magmación, puede que les sorprenda y extrañe, Sin em- <<Maestro T él/ez, por otro nombre Tirso, que hace comedias. Tratóse del
bargo, m,ayor sera el asombro si se recuerda otro texto del Deleytar en escándalo que causa un fraile Mercedario que se llama el maestro Téllez,
donde Tellez ,aparta de su mente la idea de verter en un molde teatral lo por otro nombre Tirso, con comedias que hace profanas y de malos incen-
que luego seran las tres novelas de la miscelánea provechosa: tivos y ejemplos. y por ser caso notorio, se acordó que se consulte a
S, M, de que el confesor diga al nuncio le eche de aquí a uno de los
(~Buscaba, pues, mi pluma alguna disposición nueva que la rnedrasse monasterios más remotos de su religión y le imponga excomunión mayor,
credIto cOd,tales tres assuntos, Tal vez imaginaba fiarlos 'al teatro en otras latae sententiae, para que no haga comedias ni otro ningún género de
tres co~e las; ?er~ apenas me las consultaba el pensamiento: quando versos profanos. y esto se haga luego.»46
fetroced~endo, el mIsmo me .ad.vertia, quan desganado el auditorio a todo
o sagra o, amenazaba. at:~vImIentos, ya embidiosos, ya ignorantes: si los
~tls de los ot:os se dlst~nguen: lo contingente del aplauso, lo peligroso No obstante este duro dictamen, lo cierto y verdad es que el Merceda-
rio siguió escribiendo comedias", Debe señalarse, asimismo, algo en lo que
r' e as ostentacIones
. 'dcarpmteras J y pintoras', a donde han d ad o en acoger-
comE, a portena e Convento, las penurias de las trazas y sentencias'
a po.ca e que ganan las verdades, con los ensanches mentirosos que e~
coinciden la mayoría de los tirsistas: este acuerdo de la Junta no fue tomado
por motivos éticos, sino por manifiestas razones políticas, es decir, Tirso
semeJante~ argumentos añaden las Musas; pues no hay comedia de las de
era un enemigo relativamente incómodo para el conde-duque de Olivares,
esta espeCIe en que no pongan más prodigios de su casa, que encierra un
~los Sanctorum; (como les venga a cuenta las tramoyas;) sin que escru u- Es el caso, pues, que Tirso siguió escribiendo para el teatro, pero a
ltcen los Ploetas las ,censuras, que el Concilio Sacrosanto Tridentino ful~i­ partir de los primeros años de la década de los treinta espacia considerable-
ha c]mr~ os que finge? m~lagrosJ nunca sucedidos: y ultimamente recela- mente su producción dramática, El p, Penedo Rey estima que el año de
a, e sa :r por experIenCIa,_ lo poco que permanece la memoria de los 1630 es fundamental en la vida personal y literaria de Tirso, según él:
Varon~s celebres, que por este camino se manifiestan al concurso' pues la
que mas goza, es en la Corte quince días, y en los demás pueblo's tres o «A partir de 1630, al festivo y apicarado comediógrafo y al novelista y
quatrdo; quedando al tercer año sepultados sus quadernos en los legaj~s poeta mundano reemplaza el hagiógrafo de buena ley, recreándose en la
quan o mucho, de algun tratante papelista.»44 '
fragancia de su santoral, desde Deleitar aprovechando -que como obra
de transición contiene aún hartos episodios amatorio-novelescos- hasta
¿Qué ocurre aquí? ¿Es acaso éste el mismo Tirso de Moll'na q. -
nt h b' d e d'd " ue anos
a ,es a la ~,en I o acerrunamente el teatro nacional? ¿Es éste el mismo
TIrso de, Malina q~e se sent~a legítimamente orgulloso de su ingenio y de ~5 Para todo lo referente a las dnco partes de las comedias tirsianas véase ALICE
su cap~C1dad para Inventar sItuaciones, escenas, técnicas y pasos teatrales;>
H. BUSHEE, «The five Partes of Tirso de Malina», HR, vol. rIl, april 1935, núm. 2,
págs, 89-102,
¿Es Te~ez un redomado hipócrita como su Marta, o es que tal vez está 46 Tomamos el texto del artículo de A. GONZÁLEZ PALENCIA, «Quevedo, Tirso y las come-

desenganado, amargamente desengañado de la comedia áurea? Vayamos dias ante la Junta de Reformación», en BRAE, 25, 1946, pág. 83.
~7 Por ejemplo su comedia La huerta de Juan Fernández ha sido fechada entre marzo y
abril de 1626, cfr. R L. KENNEDY, Studies in Tirso, 1..., op. dt., pág. 90, nota 35; la trilogía de
43 Ibid" voL 11, pág, 372. los Pizarra: Amazonas en las Indias, Todo es dar en una cosa y La lealtad contra la envidia, fue
44 Ibt'd., vol. 1, prólogo. escrita en el convento de Trujillo entre los años 1626 a 1630, cfr. R. 1. KENNEDY, ibid.,
pág. 272, nota U. Asimismo la comedia Las Qut'nas de Portugal está fechada en 1638.
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la vida fragmentada de Santa María de Cervellón, pasando por la animada versos del Acto de «muy pobres», «arcaicos», «muy primitivos», «muy im-
galería de la Historia»48.
perfectos», como para ser de! Tirso de 1630.. .
Como quiera que fuese, lo que parece c1erto es que a partlr de 1630
Fundamenta e! P. Penedo estas aseveraciones en e! controvertido Acto Tirso no escribe de un modo sostenido para e! teatro". Cabe observar en
de contrición sobre e! que se sigue hoy discutiendo. Fray Antonio Hardá y . producción literaria desde este año un mayor interés por la verdad frente
Mújica, mercedario milanés nacido en 1672, en su obra Bibliotheca Scripto- :los «ensanches mentirosos» de! arte dramático. Para e! Mercedario, orgu-
rum Regalis ac Milit. Ordinis Inmaculatae Virginis Mariae de Mercede Re- lloso siempre de sus ficciones literarias, ahora la verdad, lo histórico, supera
demptionis Captivorum, después de dar noticia de la primera, segunda y a cualquier fruto imaginado de! artista. Esta idea es una constante en su
tercera parte de las comedias de Tirso de Malina, dice: Deleytar aprovechando:
«Scripsit etiam versa oratione Actum contritionis, Matriti, in fol., anno «... ni quanto el Bocaci~, el Giraldo, el 'yandel?, y ~tros es~rivieron en
1630, quem inter Historicus Apparatus Matritensis Archivi servatum vidi Toscano; Eliodoro en griego; en portugues Fernan Me~dez Pmto, B~rcla~
tomo 5.°»49. yo en Francia; los autores de los Belianis~s, Febos, Prlmaleones, DIanas,
Guzmanes de Alfarache, Gerardos, y Persiles, en nuestro castellano; pue~
den compararse (puesto que todos son patrañas) con los sucessos porten~
Basándose en este texto de Hardá, donde se habla de un Acto de contri-
tosos, raros y verdaderos de estos tres sugetos»53.
ción escrito por Tirso en 1630, obra, por otra parte, únicamente vista por
e! mercedario milanés, por lo que cualquier afirmación sobre su existencia Un poco más adelante dice:
debe nacer de! crédito concedido a sus palabras, y a través de una serie de «Poca necesidad tenemos de Novelas (replicó Doña Beatriz) havíendo
caminos que se obvian aquí, e! P. Penedo identifica e! Apóstrofe ¿¡ Christo Vidas de Santos, en lo prodigioso, de tanta más admiración, que en lo
Señor nuestro puesto en el Ara de la Vera-Cruz, publicado por e! mercedario fingido, quanto más se aventajan sus verdades a las fábulas, que por mu-
Bernardo Briones en 1698, con e! mencionado Acto de contrición visto por cho que quimericen, no las igualan»54,
Hardá. En opinión de! P. Penedo la prueba fundamental para llevar a cabo
tal identificación es la nota marginal que Briones pone al Apóstrofe: «Nos- y al final de la miscelánea se puede leer:
ter Téllez in Rihtmi(co»>. El investigador mercedario concluye que este <<Mostrando él las ventajas, que aun en lo más apetitoso de sucessos
Acto de contrición marca un cambio radical en e! quehacer literario de varios, y fortuitos hace la verdad a las ficciones; las histori~s a l~s fábulas.
Tirso, a partir de esta fecha: «en vez de divertir a la gente por tablados y Pues por mas que el ingenio mas discursivo en ellas qu~erlce, y texa
prodigios, y novedades, riesgos~ ~vent~ras, zelo~, desesperacl~nes, y ~mo~
corrales, alimentar los deseos de perfección con santas y amenas lecturas; res enmarañados; no los podra Imagmar tan fmos, tan apaCIbles, ro tan
en lugar de mantener a la farándula, nutrir celdas, coros y retiros de! espí- exemplares, como nos lo refieren las vidas de los santos»55.
ritu, sirviendo mejor a Dios sin renunciar al deleite de la pluma, en verso
y en prosa»". Sin embargo, en un reciente trabajo e! P. Luis Vázquez ha No deja de ser curioso que el Tirso de 1632, fecha en la que se terminó
tratado de demostrar, verosímilmente en nuestra opinión, que ese Acto de la redacción del Deleytar, coincida con el anónimo autor del libelo Diálogos
contrición, publicado por Penedo, no es e! que Hardá atribuye a Tirso de de las comedias en este punto de la superioridad de la literatura de temas
Molina5l . El P. Vázquez se basa en argumentos estilísticos y califica a los cristianos sobre la de los profanos. No deja de ser curioso, decimos, porque
estos Diálogos, escritos en 1620, constituyen un durísimo document~ en
contra de la comedia de corte lopesco y en donde se llega a llamar al Ferux
. M. PENEDO REY, «Tirso de Malina, El Acto de Contrición», en RABM, tomo LXXV,
48
1~2, enero-diciembre 1968-1972, pág. 492.
49 Cfr. M. PENEDO REY, «Documentos para la biografía de Tirso de Malina», Revista 52 Esa es la idea que tiene R. L. KENNEDY: «1 doubt very much that Tirso ever wrote. a
Estudios, V, 1949, pág .. 729. play after Pennínghis acto de contrición (1630), though he probably retouched sorne», Studtes
50 M, PENEDO REY, «Tirso de Malina. EI.Acto de Contrición, art. cit., pág. 492. El subraya- in Tirso, 1, op. cit., pág, 115, nota 74.
do es nuestro. El texto atribuido a Tirso 10 recoge Penedo en las págs. 501-509 de su artículo. 53 Deleytar aprovechando, ed. cit., vol. 1, prólogo.
51 LUIS VAzQUEZ, «El Apóstrofe de Articela espiritual (1698) no puede ser el Acto de 54 Ibid., ibid., pág. 5.
Contrición de Tirso (1630)>> en Homenaje a Tirso de Malina, op. cit., págs. 157-175. 55 Ibid., vol. n, pág. 371. El subrayado es nuestro.

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FRANCISCO FLOruT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACION A UNA POÉTICA

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i «lobo carnicero de las almas». El autor de!libe!o se expresa en los siguien- «Para dar, pues, Don Francisco la última sazon a su fiesta, salio con
tes términos con respecto a la literatura sagrada: otro de su edad, y despejó: y assentandose a los estremos del tablado,
dixo el primero: Mi antecesor reduxo los entremeses (que en la ley del
«Aquí (se refiere a las Sagradas Escrituras) sí que hallarán raros meta~ uso, y no de la consequenci.a, debian seguirse a los coloquios) a versos
~orf?sios y t:ansformaciones, porque las de Ovidio y otras, de sólo haber entretenidos y espirituales»59,
mtrOldo o sonado las de la Sagrada Escritura se fingieron. Aquí sí que hay
aven~uras y fartunados sucesos; pues cuando quieren fingir alguno, ha de En parecidos términos se expresa otro personaje de esta miscelánea
se~eJars~ a uno de e~tos. Aquí sí q~e hay altibajos de reyes y reinas: ¡qué
tras la «representación» de! último coloquio divino entreverado en la obra:
enrIquecidas que estan estas ArcadIas de semejantes sucesos! Aquí sí que
hay guerras y valentías. ¿Dónde hubo maravillas como las de la vara de «Salieron, pues, mientras su canoro aplauso entretenia al audit~ri~,
Moisés? Allá, la que fingieron de oro que tenía el rey Mida. Cuando hubo Don Melchor, y un primo suyo, por nombre Don Fernando, a sObst1tulr
de fing~ mil invenciones, ¿no hubieron de reducirse o parecerse a lo que con el prometido Certamen el entremes, que se excluyó por razón de
les hablan ~ontado de. la vara ?e Moisés? ¿Dónde el abrir las aguas y estado de nuestro festejo»6o.
l1ove~r mana y codormces? ¿Donde el herir la piedra y sacar fuentes?
¿Cuando llegaron las mentiras de Ovidio a estas verdades?»56. Esta práctica de sustituir los entremeses por versos responde a un plan
calculado por los personajes de la miscelánea, quienes lo deciden en e!
Otro aspecto que muestra la mayor preocupación que por estos años arranque de la obra poco antes de retirarse de! mundaual bullicio que
sentía Tirso por la moralidad y la vertiente provechosa de! arte literario, campea de! domingo al martes de carnaval:
cabe encontrarlo en su censura de la práctica de representar entremeses «y si alla se representan comedias, que se proporcionan a sus comidas,
con los autos sacramentales que, según nos informa Bergman, era una prác- representemos nosostros coloquios que solemnicen el banquete, con que
tica habitual en aquellos tiempos". En e! Deleytar aprovechando los entre- en los mas de los Templos hace el Amor plato franco a sus alumnos.
meses son sustituidos por versos devotos, recalcando, eso sí, e! carácter Adornen ellos las suyas de entremeses, musicas, y bayles; que nosotros
además deleitoso de tales composiciones poéticas. Obsérvese cómo Tirso vestiremos las nuestras de poemas, hymnos y canciones sacras; porque
cumpliendo con lo regocijado de estos dias, iguales en lo festivo, nos
nunca olvida ese carácter ecléctico del arte literario a pesar de censurar los
aventajemos en l? provechoso de sus recreos»61.
entremeses:
«Esta fiesta ha de ser, al passo que regocijada, totalmen~e devota. Los Resulta de nuevo curioso que en este punto de la inconveniencia de
entremeses, q~e la profanidad celebra; tienen más de ingeniosos en las representar entremeses junto a coloquios o autos sacramentales, Tirso de
agud.ezas saty!1cas, que en la traza, y disposición, que los poemas cómicos Malina adopte la misma postura que la de los censores impenitentes de las
reqmeren. No me parecio guarnecer tela tan preciosa, como Dialogos divi- representaciones teatrales. Ténganse presentes unas palabras de Fray José
nos, con passamanos tan agenos de la modestia christiana; (. ..... ). Escogí,
pu~s, ~n su lugar, versos, que cumpliendo con lo devoto y sutil; mezclando
de Jesús María en su escrito Primera parte de las excelencias de la Castidad
lo JOVial) y entretenido; hiciessen un aliñado ramillete»58. (1600), obra en la que arremete frecuentemente contra las representracio-
nes dramáticas y aporta sutiles razones para demostrar la inconveniencia
Tras la «representación» de su auto Los hermanos pareados se lee en e! de tales prácticas escénicas. Por lo que respecta a los entremeses represen-
Deleytar aprovechando: tados junto a los autos sacramentales dice Fray José:
<<y como están connaturalizados y habituados en sus malos usos (se refiere
a los cómicos), dicen y hacen- muchas veces delante del Santí~imo Sacra~
56 Diálogos de las comedias (1620), cit. por E. COTARELO y MORI, Bibliografía.", op. cit.) mento cosas ajenas del nombre cristiano y dignas de grave castIgo; y cuan~
págs. 224b-225a. El subrayado es nuestro, do fuera tolerable que personas tan infames y viciosas representaran tan
57 H. E., BERGMAN, ~uis Quií}ones de Benavente ... ) op, at,) pág. 22, recoge el siguiente altos misterios (qué no sé cómo pueda tolerarse) ¿qué tienen que ver
texto del obIspo-de BadaJoz, escnto el año 1605:
«que en la fiestas del C~rpus Christi no se haga comedia ninguna profana, sino de
alg?nos autos devotos SIn mezcla de entremeses profanos ni cosa que no sea para
mejor enderezar el pueblo a devoción., ,» 59 Ibid" ibid" pág, 482. El subrayado es nuestro,
&> Ibid., voL Il, pág. 333.
58 Deleytar aprovechando, ed, cit" vol. 1, pág. 204, El subrayado es nuestro. ,61 Ibid., voL 1, pág. 6.
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FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA AN1E LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

fiestas sagradas con los entremeses de latrocinios y adulterios que de ordi- En cualquier caso, Tirso de Molina defiende la moralidad d~ su teatro en
nario mezclan entre los autos sacramentales? Si esto con razón es insufi- los Cigarrales de Toledo frente a los ataques de los censores mtolerantes y
ciente en las comedias profanas, ¿cómo se tolera en las que tratan de anacrónicos. Tras la representación de El celoso prudente, Don Juan de
cosas sagradas?»62,
Salcedo y Don Garda alaban la comedia desde el punto de vista ético:
Se ha visto, tanto en la Historia como en el Deleytar aprovechando, que «'Milen agora (dixo don Juan de Salcedo) los Zoylos murmuraciones
en la piedra de la embidia! ¡Veamos si hallarán, los que parten un pel~,
l
la gran preocupación del Mercedario en las obras de tema religioso era el
alguno en ésta digno de reprehensión! Cesuren los catones este entretenl-
que estas creaciones literarias no llegaran a aburrir a los lectores, que no miento, que por más que le registren no tendrán las costum~res modestas
les cansaran, ya que, al abandonar la lectura de las mismas, todo el poder ocasión de distraerse, Aquí pueden aprender los zelosos a no dexarse
«curativo» quedaría inerte. Para evitar tan peligrosa eventualidad el mejor llevar de experiencias mentirosas; los maridos, a ser pruden~esj .las damas
remedio, en opinión de Tirso, consiste en imitar un antiguo recurso farma- a ser firmes; los príncipes, a cumplir palabras; los padres, a mlt~r p~r la
cológico, es decir, dorar la píldora, con el fin de que el enfermo no note el honra de sus hijos; los criados a ser leales; y todos los presentes, a estImar
el entretenimiento de la comedia, (que) en estos tiempos, expurgada de
regusto amargo de la medicina. La traducción de esta técnica médica al las imperfecciones que en los años passados se consentian a los tc:atros de
terreno de la creación artística se condensa en la fórmula de estirpe horacia- España, y limpia de toda acción torpe, deleita enseñando y ensena dando
na enseñar y entretener conjuntamente. Quiere decirse, pues, que Gabriel gusto... 1b
Téllez en las obras en las que el componente didáctico-provechoso está Apacibles predicadoras (replicó don Garda) son las que, en a a an,a
claro a simple vista recuerda siempre al lector, y lo lleva a cabo en la de sus autores, no passan de los limites honestos, p~es p7rsuaden y cura~
los ánimos que se quiere aprovechar de sus consejOS dlsfra~ados, ¿Q~e
práctica, que el factor utilitarista de su producción literaria está convenien- píldora se atreverá a acometer desnuda la salud del enfermo, por mas
temente endulzado con recursos y técnicas que producirán deleite, entrete- eficaz que sea su medicina, si no viene con la máscara del 0;0 que, hern:o~
nimiento a quien leyere su obra provechosa. En último término, el autor da . sea su amargura? Ya las verdades que no se v!s,ten con meta~ora~ mgemo~
por sentado el carácter edificante de su creación y justifica el valor deleitoso '!
sas y versos deleitables, dan en rostro y.son difIc,;ltosas de dl~erlr. ~9U1
de la misma. vienen tan bien guisadas, que el más delIcado estomago las reCIbe, slgulen-
dose1e el provecho que no'hiziera a venir sin adorno ... »64, .
Sin embargo, en las obras de tema profano de Téllez cabe observar la
inversión de esta actitud, es decir, no se discute el placer que la obra
Varias son las consecuencias que cabe extraer de este largo texto de los
produce y se defiende el carácter provechoso de la misma. Lógicamente es
Cigarrales. Fijemos la atención, en primer lugar, en. las palabras de don
en las comedias donde el Mercedario pone más interés a la hora de justifi-
Garda. Debieron ser redactadas por Tirso alrededor de 1621, ya que las
car su utilidad. No podía ser de otro modo dada la especial situación en la aprobaciones están fechadas el 8 y el 27 de octubre de ese mismo añ06'. En
que se desenvolvió la comedia barroca. El teatro fue centro de atención
ellas el Mercedario sostiene el mismo argumento que años después expon-
durante muchos años por parte de los moralistas y de las altas jerarquías
drá en el Deleytar aprovechando y en la Historia: para poder conseguir el
eclesiásticas, quienes pretendieron acabar con las representaciones teatrales
provecho deseado hay que mezclar éste con el deleite. Por lo tanto, en este
ante el cúmulo de maldades observable, según ellos, en cualquier comedia
punto el pensamiento de Gabriel Téllez se mantiene invariable a lo largo
áurea6'. Los comediógrafos debieron sufrir continuos ataques, censuras y de los años y su fórmula será la de entretener y enseñar juntamente. Ahora
anatemas por parte de los que Tirso apellidaba catones, por lo que es lógico bien, lo que cambia es el empeño con el que Tirso defiende su comedia
que, cuando tienen ocasión, defiendan la ejemplaridad de sus comedias.
Cosa distinta es la sinceridad o falsedad de tales protestas de moralidad.
64 Cigarrales de Toledo, ed. cit" págs. 380-381. El subra~ado es nuestro. .
65 Como se sabe la primera edición conservada de los Ctgarra(es de Toledo es la 162¿,. Sm
62 Fr, JOSÉ DE JESÚS MARíA, Primera parte de las excelencias de la virtud de la casttdad
(1600), cit. por E. COTARELO y MORI, Bibliografía ... , op. cit., pág. 377b.
embargo, habida cuenta de que las aprobaciones estáfol fechad~s .:D1621, mucho~ erIUcos,
desde Hardá hasta la propia Kennedy, aunque cambIa de opln1on en 1974, defienden la
63 _Aparte de los valiosos documentos recogidos por E, COTARELO y MaRI en su Bibliogra- existencia de una princeps fechada en 1621. A. K. G. PATERS~N ha argu~entado en ~a,:or de
fía ..., op. cit., puede consultarse el capítulo V del libro II de A GARcÍA BERRIO, Formación ... , considerar la edición de 1624 como la editio princeps, cf;. «TIrso de MalIna: Two Blbliogra-
op. cit., vol. n, págs. 483-546. phical Studie,,>, HR, XXXV, 1967, págs. 43-68.

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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

por boca de don Juan de Salcedo. Está redactada esta defensa, queda di- DON SANCHO. Disimulad, cuerdo honor;
cho, hacia 1621, y su teatro, como el de los demás dramaturgos del momen- vamos secreta venganza:
to, padece numerosos y virulentos ataques desde varios frentes. En este sin lengua os he menester
. porque e! prudente hace y calla68 •
Cigarral quinto, casi al final de la miscelánea, Tirso defiende lo provechoso,
lo útil, de sus piezas teatrales; si antes, en esta misma obra, había llevadoa Quiere decirse que don Sancho titubea a la hora de matar a su esposa,
cabo una apología de la comedia nueva desde el punto de vista estético, na por amor sino porque si lo hace sin un plan bien calculado su ~frenta
ahora lo hace desde el ético. Así, en opinión del autor, la comedia El celoso se hará públiéa. Con todo, e! caso es que, merced a esta prudenCIa, don
prudente se configura como un compendio de ejemplos provechosos para Sancho evita la muerte de una persona inocente: su esposa DIana. La come-
diversas personas, las cuales pueden extraer de la pieza teatral valiosas . di~ concluye con e! siguiente consejo de don Sancho:
enseñanzas para su vida cotidiana. Aunque Ruth Lee Kennedy aprecia en <<El celoso como yo,
esta glosa que Tirso hace de su comedia cierta ironía66, la verdad es, a calle y averigüe, cuerdo,
nuestro modo de ver, que el Mercedario en esta obra y en otras como sospechas mil veces falsas,
Escarmientos para el cuerdo y La vida y muerte de Herodes se sirve de su como las mías salieron69 ,
teatro para transmitir una idea muy querida por él: lo inhumano y cruel del
código del honor que exige la muerte de la mujer pecadora. Tirso, a dife- Como muy bien apunta Serge Maure!, lo que quiere pr~bar ~sta b ra c:
rencia de Lope y Calderón, jamás escribió, que sepamos, una sola comedia, es que «ce sentíment de l'honneur et de la vengeance dOlt ceder a h regle
mejor dicho, tragedia de honor, sino que, al contrario, prefirió que sus chrétíenne»7o, y cita e! hispanista francés estos versos de la comedIa que
personajes masculinos escarmentaran antes de cometer tan abominable ctÍ- Tirso pone en boca de! marido:
meno El caso más conocido de esta actitud tirsiana es, sin lugar a dudas, El DON SANCHO. ¡Ay leyes Heras de! mundo
celoso prudente, cuyo solo título es suficientemente esclarecedor de las in- de las de Dios embarazo!71
tenciones del autor. En esta obra se presenta a don Sancho atormentado Es lógico que un hombre de la formación religiosa de Tirso notara. e!
por la duda de la fidelidad de su esposa Diana; el marido decide investigar abierto enfrentamiento que existía entre el código de! honor y la d0 7trma
prudentemente antes de llevar a cabo cualquier acción:
de la Iglesia Católica, «porque e! honor tiene e! mismo valor q7~e la VIda, y
DON SANCHO. El silencio sabe obrar; de aquí que ésta pueda ser qUItada por cuestiones de honra» :,Este con-
indicios he visto llanos traste entre las fieras leyes de! mundo y las leyes de DIOS tamblen aparece
si a pensamientos livianos
obras aplica en mi mengua
en su comedia Escarmientos para el cuerdo: don Garda de Sa ve cómo su
DIana, calle la lengua, confianza ha sido traicionada por su huésped, don Manue! de Sosa, al
porque el honor todo es manos67 • haber seducido ésta a la hija de aquél, Leonor. Don Garda se encuentra en
el dilema de juzgar a su hija o bien por las leyes humanas de! honor: lo que
Bien es verdad que este sigilo de don Sancho nace de su interés porque significa la muerte para la joven, o bien guiarse por e! precepto dIVinO que
no sea conocido su agravio, tal y como se desprende de los anteriores propugna la clemencia:
versos y de los que siguen:
DON GARCfA. Venganza: solo sois vos
ley del mundo ~in prudencia;.
66 Dice R. L. KENNEDY: «Tirso, in rus analysis of El celoso prudente follows the example ley de Dios sois -v9s, clemenCIa,
of Agreda y Vargas almost certainly with tongue in cheek!, Studies in Tirso, 1, op. dt.,
pág. 179, nota 45. Agreda y Vargas en sus Novelas morales (1620) señala al final de cada una
de sus narraciones las lecciones morales que se deben sacar de la conducta de cada personaje, 6S [bid., I1, xxi, pág. 1263b.
siguiendo las recomendaciones hechas por Suárez de Figueroa. Téngase presente que Agreda " [bid., I1I, xix, pág. 1279b.
y Vargas fue un acérrimo enemigo de Lope deVega, por lo que, en opinión de R. L. Kennedy, 70 SERGEMAUREL, L'univers dramatique ... ) op. cit., pág. 441.
Tirso se mofa de este escritor al imitar su recurso en los Cigarrales. Con todo, insistimos, a 71 El celoso prudente, ed. cit., IlI, iii, pág. 1265b.. ., . .
nueStro modo de ver, la sinceridad de Tirso aquÍ está fuera de toda duda. 72 'Son palabras de J. M, DíEZ BORQUE en su lrbro,Socwlogta de la comedza .. , op. cit.,
67 El celoso prudente, II, xii, ODC, 1, pág. 1256b. pág. 104.

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FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

y yo el juez entre las dos. dre, s'il était un autre Don Juan. Il s'ensuit que l'autorité paternelle est
Seguir al mundo y no a Dios mise a mal.»77
es necia temeridad'
rigor, filos embotad En último término, a modo de recapitulación de todo lo expuesto, es
y adquirid con mi mudanza "¡ lícito afirmar, a nuestro modo de ver, que en el devenir de la carrera litera-
~o la honra en la venganza,'
ria de Tirso de Malina se observa una lenta y bien meditada evolución
SI no la honra en la piedad73 ,
hacia posiciones más conservadoras por lo que respecta al valor moral de!
De este modo,. al rechazar T éllez en sus comedias la ley de! pundonor arte literario. Ello no significa, empero, que el Mercedario olvidara la ver-
de ese punto de ho:,ra que reclama, cuando se ve agraviado, una justici~ tiente deleitosa de su quehacer artístico. Para él la fórmula horaciana «<pro-
expeditiva, antiCristIana, está convirtiendo una de!eitosa comedl'a desse et delectare») resume perfectamente la misión del escritor. Con todo,
1 " d 1 'i1 en una . es cierto que poco a poco fue abandonando un tipo de literatura tradicio-
eCClOn e n:or.a ut para los espectadores. Como señala Maure! a este
~e~pecto: «Amslla 'comedia' d'intrigue a retrouvé les b;ons de la 'comedi ' nalmente estimado por su finalidad lúdica, por su enorme poder para en-
edlf¡ante.»74 a tretener Y divertir: la comedia española de! Siglo de Oro, en especial la
. La defen~a de la moralidad y utilidad de El celoso prudente, hecha por comedia de enredo y de intriga, con el fin de entregarse a la narración de
TltSo en el cIgarral quinto, tiene un antecedente en la comedia El vergonzo- vidas de santos y otras obras del género religioso 78 que, aunque consiguió
so en palaezo, que es defendida por su autor en e! Cigarral primero dond que fueran amenas y entretenidas, distan mucho de parecerse a sus come-
se lee con respecto a la comedia: ' e dias de años atrás, incluso a sus comedias hagiográficas. ¿Qué pudo ser lo
que motivó esta evolución? Cualquier respuesta se presenta como algo difí-
« ••• p;incipalment; salie;,do tan acendrada (el día de hoy) de los que sin
pas~on Y, con su lCIencIa tIenen a su cargo el expurgarla de palabras
cil y subjetivo. Sin embargo, se cuenta con un dato objetivo bien a la vista:
acclOnes mdecentes»75. y el 11 de mayo de 1629 es e!egido Provincial de la Orden de la Merced Fray
Pedro Merino, catedrático de Filosofía Moral de la UnivÚsidad de Sala-
Es cierto, Tirso no habla en vano, que las comedias pasaban una férrea manca, maestro y amigo íntimo de Tirso y, según e! P. Penecio, «con la
censura antes de su repr~sentación y de su posterior publicación. Como elección de Merino comenzó a brillar para Tirso la aurora»79. El tecién
recuerda Cotarelo. y Mari, la junta de teólogos adoptó en e! año 1600, elegido Provincial le encarga a su discípulo Téllez la organización del certa-
entre otras, la sIguIente resolución: men literario de las fiestas de la canonización de San Pedro Nolasco y San
«Que antes, de representarse en público las comedias y entremeses Ramón Nonato, celebradas en octubre de 1629. En opinión del P. Penedo:
fuesen reconoc~~os por algunas personas doctas, entre ellas un teólogo «El desbordamiento de espiritualidad, fervor y entusiasmo en toda la
por lo mi enos, y estos las debiesen ver representar antes que se representa- Orden, con motivo de la canonización repercutió en el ánimo de Tirso
sen en os teatros,»76 hasta resolverse a dejar el teatro y toda suerte de literatura profana, consa-
grándose a la devota de provecho para religión y las almas.»80 .
Resulta ve~osímil, pues, que El vergonzoso en palado pasase por la criba
y fu~se corregIda. Ahora hlen, Nougué señala acertadamente que esta co- 77 A. NOUGuÉ, L'oeuvre en prose... , op. cit., pág. 353.
medIa, que según el Mercedario ha sido expurgada de toda acción indecen- 78 M. PENEDO REy en su introducción á la· Historia, ed. cit., voL I, pág. CIX, recuerda

te, presenta algunas faltas en contra de la moralidad: estas obras religiosas proyectadas por Gabtlel Téllez;
«Entre ellas figuraban sendas biografías de San Ramón Nonato y Santa María
hEnf~n, acc~sation plus gr~ve, elle (Serafina) accepte de recevoir dans de Cervellón. Las de algunos religiosos de eminente virtud, recogidas en uno o más
sa c am re, nUltamment, un mconnu, dont elle pourrait avoir a se, plain- volúmenes. Otros dos consagrados a los conventos de Madres Mercedarias de la
Asunción, en Sevilla, y de Don Juan de Alarcón en Madrid, y algunas de sus
monjas de santidad insigne. Finalmente, un respetable· tomo dedicado a las imáge~
73 E '
scarmlentos para e1cuerdo JI iv ODC III pa'g 238 nes milagrosas de la Santísima Virgen, veneradas en los conventos de la Orden, c'on
74S'M ' '" ".a.
75- ~RGE AUREL, L univers dramatique ... , op. cit., pág. 441. la advocación de la Merced y otros títulos.»
76 ~tgarrales de Toledo, ed. cit., pág. 118.
79 Ibid., pág. XCI.
cIt. por E. COTARELO y MORl, Bibliografía '.1 1 ... , Oh. " pago
r ct.) ' 208 . 80 Ibid., ibid.

130 131
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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

E~ta ~s la explicación que da e! P. Penedo al abandono de Tirso al «N O oygan comedias so pena de cuatro meses de cárcel y si 10 savemos
espaclaml~nto de su producción literaria de comedias. No obstante, ~os castigaremos con todo rigor al transgresor.»84
parec~ mas aceptable la que aporta Minelli. Según e! crítico italiano e! Mer- «Ytem se confirma la prohibición de que los religiosos no vean las
cedarlo se aparta de! teatro con~ e! fin de atar las manos a sus enemigos <<y comedias en los theatros con las penas y censuras que acerca desto están
de esta manera poder e! n~evo Provincial (Fr. Pedro Merino) prestarle
puestas en actas de reformación y en otras visitas.»85
toda su ayuda para consegulr e! puesto de cronista generaL>'!. Téngase en
cuenta qu~ dentro de la Orden Mercedaria el teatro que practicaba Tirso, Si bien no se dice nada con respecto a escribir comedias y sí a verlas,
la~ c~medlas en general, no estaban bien vistas. Uno de los personajes con cabe suponer, dada la dureza de las prohibiciones, que tampoco estaría
mas. mfluencla dentro de la Orden por aquellos años en los que Tirso se bien considerado, en la mejor de las hipótesis, que un religioso escribiera
dedlcaba al teatro, Fray Alonso Remón, opinaba del siguiente modo sobre comedias profanas. Por ello no es extraño que Gabrie! Téllez estuviera un
las comedias: tanto apartado de los altos cargos dentro de la Orden de la Merced y que
éstos llegaran cuando su labor de escritor teatral decae. Por otra parte, no
« ... ni tampo,co, se avía de per~itir a la gente mo~a y de poca experiencia, resultaría aventurado, en nuestra opinión, suponer que el hecho de que
los entretenImIentos y recreaCIOnes de las comedias y espectáculos de los Tirso espaciara su quehacer dramático pudiera venir dado por su nombra-
teatros, por, los muchos daños que se pueden seguir, de que la mocedad miento, en 1632, de cronista general de la Orden de la Merced. Cargo
poco experunentada ha~a ,el juizio que no deviera de lo que es burlas, y
lo tome de veras, y se aficIOne a la golosina de los hayles descompuestos importantísimo que le obligaría a entregarse de lleno a la redacción de la
Y,los movÍ1J:lientos deshonestos, de las palabras obscenas y torpes, de lo~ monumental Historia, quitándole tiempo para otros menesteres literarios.
dIchos de rIsa y burIas ... »82 . Téngase en cuenta que este cargo de cronista llevaba implícito una serie de
exenciones, tales como la de no asistir a los rezos y oraciones diarias cele-
bradas en comunidad, con el fin de que el cronista pudiera ocupar e! mayor
Véanse asimismo estos textos entresacados de las Actas de visitas de los
Provinciales mercedarios: tiempo posible en su labor de historiador de la Orden. Por ello, por consi-
guiente, no es extraño que Tirso, absorto en su nueva misión, dejara a un
.;«Ytem, orden~mos y ~andamos que ningún religioso conventual ni lado su vena dramática. Tómese esta argumentación como una mera hipó-
huesped pueda Qtr comedIas en el Corral dellas, pena de graviori culpa tesis, ya que se trata de analizar conductas humanas, yeso resulta muy
por un ano y al Padre comendador o presidente que constándole que las difícil de constatar objetiva y empíricamente. Lo único cierto, ya se ha
oren y no executare esta pena, sea suspenso por seis meses de su off¡. dicho más de una vez, es que hacia 1630 Tirso de Malina comienza un
C10.»83
proceso de acercamiento hacia una literatura eminentemente religiosa y
edificante, pero no olvida que es deber inexcusable de todo escritor el
hacer amenas sus narraciones, aún más si éstas tienen un carácter religioso .
• 81 F. MINELLI, introducción a la comedia tirsiana La fingida Arcadia Madrid Revista E t ~ En un plano teórico, es decir, teniendo presentes las afirmaciones de Téllez
dtos, 1980, pág. 16. ' , su
sobre la finalidad del arte no cabe hablar de cambio o conversión, sino que
. 82 Fr. ~LONSO REMÓN, Entretenimientos y juegos honestos, recreaciones christianas para que
en todo genero de estado se recreen los sentidos, sin que se estrague el alma Madrid 1623 . tanto en los Cigarrales de Toledo (1624), como en el Deleytar aprovechando
por A NOUGuÉ l' . ,,- ), , CIt. (1635) y como en la Historia General (1639) se pueden leer palabras en las
. , . oeuvre. en prose.", op. ca., pags. 353-354, nota 11. A pesar de este texto,
un tanto apocalíp~Ico, 10 CIerto y verdad es que Alonso Remón fue en su tiempo un renombra- que el Mercedario insiste en la mezcla de lo deleitoso con lo edificante y
do~ poet?" dramatIco, alabado, e~tre otros muchos, por Cervantes y Lope de Vega. De su
producclon teatral destaca espeCIalmente la comedia de enredo Las tres mujeres en una (ha . útil. Cosa diferente es la temática. Sin lugar a dudas, ahí sí que se produce
1609), dentro de la más pura línea lopesca. Para un estudio sobre este escritor mercedario v~:t
1v!. FERNÁNDEZ ~IETO, Investigadones sobre Alonso Remón. Dramaturgo desconocido dei
¿glo ~VII) Madrrd, Retorno Ediciones, 1974. El crítico Fernández Nieto edita en este estudio
os pIezas t~atrales: el Auto de El hijo pródigo y la antes mencionada. . 84 Acta de visita del Rvdmo. Salmerón, los días 23 de noviembre a11 de diciembre de 1640
~3 RecogIdo en el Acta de visita del ~rovincíal Fr. GerónÍmo de Bustamante, 5~10 de al convento mercedario de Toledo, cit., por ibid.) pág. 27.
novl.embre de 1~08, al ~on'.:e?to mercedarro de Toledo, cit. por M. PENEDO REY, «Tirso de 85 Acta de visita de Fr. Marcos Salmerón en su visita al convento mercedario de Madrid,
Molina. AportaCIones blOgraflcas» ' en Estudios) V 1949
"pa'g . 26,not a..5 año 1640, cit, por ibt'd.) pág. 87, nota 12. •

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TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXTh1ACIÓN A UNA POÉTICA
,FRANCISCO FLORIT DuRAN

un cambio notable, pues Tirso abandona la ' . Dar gusto, pues, era la difícil tarea a la que se entregaba e! comediógra-
se de lleno a la religiosa. En este sentido tem:t1ca pr~ana para entregar- fo. Ciertamente que era difícil, puesto que e! público al que se intentaba
de una evolución que se "acentúa con e! c~:r:~ ~ que s: a vellido ?ablando satisfacer no reaccionaba ni se comportaba ante los estímulos estéticos de!
de escribir comedias religiosas d. e los anos, p~es Tellez pasó autor como un solo individuo, sino que, dada su heterogeneidad en cuanto
mente narraciones devotas Ell: ~~me las profan~~ a escrIbIr casi única- a gustoS, sensibilidad, cultura, educación, etc., la misión de un Lope o de
de su gran labor como dra~ t ' pero, n%slgnifIca que se arrepintiera un Tirso era la de contentar a todos y a cada uno de ellos. Quiere decirse
y acercándose en los ú!tun. a ur.?o, sd qu~ e lentamente evolucionando
lllo
, asanos e SU vIda aun t -' d que el dramaturgo debía agradar, contentar, a una gran variedad de enten-
~:~~d~~~dición de cronista general de la Ord~n ~u:'~:sS~:~r:c~:
de 1::
dimientos, de sensibilidades, desde el ganapán iletrado hasta el docto erudi-
to "forjado en el saber de la antigüedad greco-latina. No se les ocultaba a
los propios escritores tan difícil empeño, así, por ejemplo, Guillén de Cas-
tro en El curioso impertinente pone en labios de un personaje estos versos:
2.2. . . . de T·zrso de M ol·zna
La finalzdad del arte en la práctica dramáti.rn ,N es su fin (el de la comedia) el procurar
que las oiga un pueblo entero,
Es obvio, pero ha de recordarse· los dramatur .- dando al sabio y al grosero

~i~~:e~~~:~, s:~rP::;:~i~e~~::s ~end~Sc!~~;:o::~t~l~ee~~~~:~,;~e~i~:~


se agolpaba ruidosamente en los corrales d
u
d. ICO eter~geneo que
que reír y que gustar.»88

Bances Candamo, al final del siglo XVII, insiste en la dificultad de la


lo reconocen al final de sus obr d he come las. Los propIOS autores empresa:
as cuan o acen decIr a un personaje:
«Es el papel más dificultoso y más peligroso de quantos oi se escriven
DON PEDRO. Esta comedia, senado . en quantas facultades y ciencias aL El Theólogo, el Jurisconsulto, el Médi-
hecha para daros con~ento co, el Philósofo y otro cualquiera que saca a la luz una obra de su facultad,
se llama ... 86 ' va expuesto a sola la censura de los que la profesan, porque los otros o
no la leen, o confiesan que no la entienden. Pero ¿qué hombre, por rústi-
No sólo Lope de Vega como l· I co e ignorante que sea, ha confesado hasta oi con veras que no entiende
también Tirso lo afirma:' en e e¡emp o que se acaba de citar, sino
la Comedia? ¿Qual no presume tener jurisdicción competente sobre el
Ingenio, que con poca piedad de sí la entregó a su votO?89
DONJUAN. El privado fui por fuerza
n:ás ya lo seré con gusto Heterogeneidad de! público, pues, que cristaliza en una diversidad de
51 os lo ha dado esta comediaS?,
gustos. Tal realidad supone un elemento trascendental a la hora de la crea-
ción teatral por parte del escritor. Habida cuenta de que la comedia va
86 7
LOPEpE VEGA, Servir a seña; discreto,el·'
. or Afi· trmact.
ones... ~ op. Cll., pago 47.
.,
Fnvar contra su gusto JII xvii ODC III P ';
8 "
destinada a una gran variedad de personas, el comediógrafo configura su
q~e ~ambién los actores en Ías ¡¿as d;muestr~n ,~ag. ~116b. ~o sólo los dramaturgos, sino obra mezclando diversos y heterogéneos componentes: populares y de refi-
publico: un lnteres espeClal por dar gusto y contento al
«salimos aquí nosotros
por dar gusto a quíen nos oye.»
(Cfr. J. L. FLECNIAKOSKA La loa «En éste (se refiere a tiempo), por mi ventura,
. Madrid, SGEL 1975 pá· ·111)· mis pecados me trajeron
En el conocido libro de Agustín de Ro'a El .. ' . ' g. . a que diese gusto a tantos
veces los cómicos afirman esta imperiosa n J s'd ¡1 aJe entretentdo se observa cómo muchas
eceSl a de agradar a tantas personas'
unos sabios y otros necios.»
(Cfr. El viaje entretenido, Madrid, Castalia, 1972,
«sufrir tantas necedades .
págs. 290, 412 y 484, respectivamente.)
oír tantos pareceres, ,
contentar a tantos gustos 88 GUILLÉN DE CASTRO, El curioso impertinente, cit. por Preceptiva dramdtica ... , op. cit.,
y dar gusto a tantas gentes.» pág. 204.
89 F. BANCES CANDAMO, Theatro de los Theatros de los passados y presentes.. siglos, London,
«No me negaréis que no es grandísimo t b' d
muchos y alcanzar favor de muchos ... » ra aJo ar gusto a muchos, servir a Tamesis Books Limited, 1970, pá~. 82. ' .
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FRANCISCO FLORIT DuRAN
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

nada sutileza, escenas cómicas y pasos dramáticos etc Por' 1


result r 1 ' . eJemp o, no Para el agudo, ¿agudeza?
muO a aro encontrar en a comedia áurea tiradas de versos, dirigidas a las Allí el necio, ¿no se avisa?
~~~~ de la cazuela, que presentan un incontrovertible tinte feminista Es El ignorante, ¿no sabe?
u~ a r~ur~ol para ganar el favor y el aplauso de un sector muy ruidoso ¿No hay guerra para el valiente,
e mtranqu o e corral de comedias, que Tirso pone en práctica más de consejos para el prudente,
una vez: y autoridad para el grave ?91

LAURENCIA. ¿Y nosotras que sufrimos; He aquí, como señala Ruiz Ramón", «todo un manifiesto teatral dirigi-
que hechas esclavas vivimos do ala inmensa mayoría». Tirso considera que la comedia puede satisfacer
aguándonos los placeres
vosotros; de hijos cargadas;
ydeleitar al discreto, al alegre, al triste, al agudo, al necio, etc. Es conscien-
ya callando, ya meciendo te, pues, de esa heterogeneidad de gustos y sensibilidades que obliga al
mil dolores padeciendo ' dramaturgo a componer una obra que se configura, en palabras de Díez
~ueve meses de preñadas, Borque, «como una adición de elementos distintos»", lo que se decanta en
Siempre con temor y Susto una multiplicidad de planos significativos, en distintos niveles de significa-
de que el parto nos asombre
ción. Los autores sabían muy bien, por ejemplo, que las figuras retóricas,
dejándonos cualquier hombr~
la pena y llevando el gustO?90 la polimetría, los conceptos y sentencias embutidos en la comedia no po-
dían ser debidamente apreciados por algunos espectadores, como nos re-
No cabe duda de que estos versos provocarían el aplauso unánime de cuerda Lope de Vega:
1as mUjeres de la cazuela. TEATRO. (".)nadie me podrá persuadir, con mediano entendimiento,
1 . T ~l diver~idad de espectadores, de entendimientos, de gustos, y el coro- que la mayor parte de las mujeres que aquel jaulón encierra,
y de los ignorantes que asisten a los bancos, entiendan los
arlo e consIderar a la comedia como una fiesta donde se puede encontrar
versos, las figuras retóricas, los conceptos y sentencias, las
~e t~do, quleda certe~a~e~te expresado en los siguientes versos que recita imitaciones y el grave común estilo.
era ma en a comedía urs!ana El vergonzoso en palacio: FORASTERO. Algunos doctos y cortesanos habrá también, que agradezcan
DOÑA SERAFlNA. No me podrás tú juntar a los poetas sus estudios, con diferencia de los buenos a los
para los sentidos todos no tales, de los legos a los científicos. 94
los deleites que hay diversos)
como en la comedia. Estas palabras del Fénix conducen a lo que en el Siglo de Oro constitu-
DOÑA JUANA.
Calla. yó una antinomia irreconciliable por lo que respecta al público y a los
DOÑA SERAFlNA. ¿Qué fiesta o juego se hallá, lectores de las obras literarias: la oposición discreto vs vulgo". Para el
que no le ofrezcan los versos? discreto todo serán alabanzas y elogios; para el vulgo, por el contrario,
En la comedia, los ojos quedarán las críticas, insultos, denuestos, desprecios. No obstante las pala-
¿no se deleitan y ven bras de Don Quijote:
mil. cosas que hacen que estén
olVIdados tus enojos?
91 El vergonzoso en palacio, U, xiv, ed. cit., vss. 745-766, págs. 98-99. El subrayado es
La música, ¿no recrea
nuestro.
el oído, y el discreto 92 F. RUIZ RAMÓN, Historia del teatro español, voL 1, op. cit., pág. 211.
no gusta allí del conceto 93 J. M. DiEZ BORQUE, Soct'ología ... , op. cit., pág. 246.
y la traza que desea? 94 Prólogo dialogístt'co a la Parte XVI, BAE, tomo LU, pág. xxvb.
Para el alegre, ¿no hay risa? 95 J. M. DiEZ BORQUE ha consagrado varios de' sus trabajos a estudiar este tema, vid.
Para el triste, ¿no hay tristeza? Sociologfa de la comedia española del siglo XVII, op. cit.; Sociedad y teatro en la España de Lope
de Vega, Barcelona, Bosch, 1978, y, especialmente, <<Públicos del teatro español del si-
glo XVII», en Teatro clásico. español. Problemas de una lectura actual, II Jornadas de Teatro
90 La Dama del olivar, II, íi, ODC. 1, pág. 1192. Clásico Español (Almagro, 1979), ed. de F. Ruiz Ramón, Madrid, Ministerio de. Cultura, 1980,
págs. 61-88, y «Lope para el vulgo. Niveles de signmcacióID>, arto cito
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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

«y no penséis, señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente plebeya «Porque la honra y su interés
y humilde; que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, no estriba tanto en lo que es
puede y debe entrar en número de vulgo»96. como en 10 que el vulgo dice.»
(Amazonas en las Indias, ODC, IlI, pág.707a)
lo cierto y verdad es que solía equipararse discreto con noble y vulgo con
plebeyo. Esta actitud de menosprecio del vulgo viene de muy lejos; Aristó- Por supuesto que los adJ' etivos que califican al vulgo siempre presentan
teles, en su Retórica, había dejado escrito:
un tenor insultante:
«Puesto que el vulgo es bastante malo y no se sabe sobreponer al «y ya sabéis cuán cruel
lucro y en los peligros es cobarde ... »97. es un pueblo y yulgo loco.» ,
(La Dama del olivar, ODC, 1, pago 1207b)
Incluso el Estagirita distingue ya en La Política dos tipos de especta-
dores: «A un bárbaro simplón, ¿no es caso recio,
que el torpe vulgo estatuas levante?»
«y puesto que los espectadores son de dos clases, una libre y educada, y (Santo y sastre, ODC, III, pág. 83a)
la otra ruda, compuesta de artesanos, jornaleros y otros semejantes»98,
«y que no sales verás
donde ya se expresa esa asociación plebeyo-vulgo. y el poeta latino Hora- de lo común y trillado
cio manifestó sin ambages su desprecio al vulgo en su conocido verso: del vulgo desatinado.»
¡!
«Odi profanum vulgus et arcea»". Con lo que la actitud despreciativa de (Amor y celos hacen discretos, ODC, 1,
los comediógrafos barrocos hacia el vulgo no es más que fruto de una larga pág. 1529b).
tradición observable ya en la c1asicidad greco-latina.
En este sentido, Tirso de Malina no fue ajeno a esta estimación negativa Más duro se mostró en sus obras narrativas a la hora de adjetivar al
del vulgo, estando su obra, tanto la narrativa como la dramática, esmaltada vulgo:
'el vulgo , dixo don Vela ' con todo el aplauso y risa imagina-
«¿ T ragana
de ataques a esa masa heterogénea y abigarrada. En muchas de sus come-
dias el vulgo aparece como una fuerza impersonal que representa la opinión ble la turbantada que le. dio eL po:t~~i buche (respondió él) de la vallena
pública, «el qué dirán», que juzga precipitadamente, sin detenerse a refle- Pleb~~:'~k::n<;~ri:~a~:~~c~:l"~~aga-caperu<;as" ¿y no quereys vos que el
xionar: poblacho trague turbantes?» .. l'
«El valor que heredo «Que como fa!tab a ehusma plebeya'cohechada
... de la enVIdIa,
102
y a 19no-
. hubo atrevimiento que desluclesse mgemos.»
de mi generosa sangre ranCla, n o , 1 d has
d s raciados tus versos como os e mue
no sufre que el vulgo necio « ... que no h~n de ser tan de g ndigan en los teatros la censura del
vuestro honor en duda pong?» que, encarecIdos y no paga os, me
vuIgo t'd'tota ... » 103
(Palabras y plumas, ODC, 1, pág. 1330b)
'1 . 1b que Tirso pone en boca de
Préstese! atendo' nEa¡ ~;:~o~::aps:e: ~e:~~an derto desencanto,. cierto
«Si no me parto, vivo
con riesgo de mi fama Saunna en a novela }
a! que dirán del vulgo vil sujeta.»
(El Aquzles, ODC, 1, pág. 1908a) ~ 1 S b 1 concepto vulgo en la Edad de Oro», en
100 A. PORQUERAS MAYO en su artlc~ 0« o re. e á s 114-127, analiza la presencia del
Temas y formas de la Literatura Espanola, °f
ctt' P Jr~ y previamente, lleva a cabo una
d
96 Don Quzjote, n,
16, ed. cit., pág. 694. término vulgo en varios aut?res de nuesdtr° 19l1°B 'bel' Vé;se también su trabajo «Punción
'; h' t'flca arrancan o d e a l t a . , , . 't
97 ARISTÓTELES, Retórica, edición del texto con aparato critiCo, ttaducción, prólogo y notas
pequeña lntrod UCClon 1~ o " d 1 Edad de Oro», en Preceptiva dramattca, op. ct .,
del 'vulgo' en la preceptIva dramatlca e a
por Antonio Tovar, Instituto de Estudios Políticos, ,Madrid, 1971, pág. 108.
98 Tomamos la cita de V.- GARCíA YEBRA en su edición de la Poética de Aristóteles, ed. cit., págs. 365-387. d" 340 El subrayado es nuestro.
pág. 275, nota 151. 101 Cigarrales de Toledo,. e . clt.~ pago i '
102 Deleytar aprovechando, ed. CIt., tomo ,pag.
204 El subrayado es nuestro.
.
99 HORACIO, Oda 1, libro III, Opera, Oxford Uníversity Press, 1901, pág. 53. 103 El bandolero, ed. cit., pág. 138. El subrayado es rluestro.

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FRANCISCO FLORIT DuRAN
.TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NU EV A: APROXIMACION A UNA POÉTICA
desengaño, Es la contradicción· del dramaturgo barroco: desprecia la pre-
sencia del vulgo en los teatros, pero a la hora de escribir las comedias ha :....... documentos conservad o s, se sabe que Tirso b mantuvo relaciones
' " d Econ t los
de pensar en él, ha de concebir escenas que le resulten deleitosas y entrete- ' •... de comedias y con los actores; sin em argo, en oplnlon e n ram-
nidas, porque, al fin y al cabo, el vulgo también paga su entrada y del ua s no debió existir un vínculo demasiado estrecho entre el Merc~da-
.b'.asag
1 gente, d e la faran
' d u la107 , Il'mitándose los contactos al acto admlnls-
d f
dinero que aporta viven los autores de comedias (directores-empresarios),
rlO y ad la venta de sus producciones dramáticas, siempre y cuan o uera
los poetas, los actores y un largo etcétera, No hay duda de que todo cambia
tratlvo ioeTirso
, el que aslS ' t'lera a la firma de! contrato y no delegara len
cuando el teatro se organiza como una empresa, cuando la comedia adquie- l P
e'1'pro ' o como es lo mas ' probable , Esta actitud aporta una nueva uz
re un carácter venal, cuando el escritor se profesionaliza y vive de sus
ganancias, Es muy conocido el caso de Lope de Vega, y los testimonios a 1;
a gun a:;;'1 índole personal de ,Gabriel T éIlez, tan diferente a la de Lope
acerc: a Tirso de Malina se consideró un autor teatral, pero, al mls?,o
este respecto muestran cómo los autores de comedias se disputaban las
de, Vpog fue
, un convenCI'do fr aile mercedario que supo perfectamente , 'f dlfe-
'
obras teatrales del Fénix, ya que su solo nombre aseguraba el éxito econó-
tlern,' b ' nes A este respecto resulta altamente slgnllcatlvo
mico de la representación 104 , Caso más complejo es el de Tirso de Malina, renclar am as vOdceacu~ m~do tan sostenido el seudónimo a lo largo de su
Hay datos objetivos, documentos notariales, que demuestran que el Merce- que mantuviera, .
dario fue un comediógrafo de reconocido prestigio en su tiempo e incluso carrera literaria, que segun Entrambasaguas, ,
los autores de comedias, como sucedía con Lope, le pagaban las comedias «No uede interpretarse de otra forma que basánd?se en que su reli-
antes de estar terminadas: . . d ~rre rochable que le hizo alcanzar puestos unportantes en su
glOslda ,P ul ' a ello para aislar su persona verdaderamente del am-
«Sepan quantos esta carta de obligación vieren y entendiren, como yo ~:~~~'li~:r~~i~, :~pecial~ente el t~atro, ta~8relacionado con lugares y gen-
juan acacio, autor de comedias, -y vecino de la ciudad de c;arago~aJ estante tes tan impropias de su estado rehglOso,»
al presente en esta ciudad de toledo, otorgo y conozco que debo y me
obligo de dar y pagar é dare é pagare al Padre Frai gabriel tellez, Professo
del monasterio de la merced dessta ciudad, y a guien su poder oviere, mili En cualquier caso, a pesar del desprecio hacia e! vulgo y no obstante las
reales de plata castellanos, de á treinta y cuatro maravedis cada uno de los palabras que dejó escritas en los Ctgarrales: , ,
cuales son por rac;on de tres comedias que me ha entregado, que tienen «Que si él (Lope de Vega), en muchas partes de sus eSCrItos, dIze q¡e
por titulos, la una dellas como han de ser los amigos y la otra sisto quinto
y la otra el saber guardar su hacienda de la cual le ¡alta por hacer una el no guardar el arte antiguo lo haze pOdr clon~ormarse con e!o~usto d1:el~
lebe - ue nunca consintió el freno e as eyes Y, ~r~cep -',
jornada (.. ,) En toledo á diez y nueve de septiembre de mil y seiscientos y
doce años ... »105 ppor su na~ural modestia
" Y porque ., no109atribuya la malICIa Ignorante a arro-
gancia lo que es polluca perfeclOn,» ,

Asimismo los actores de más renombre, entre los que cabe citar a Ro- lo cierto y verdad es que T éIlez configuró su arte dramático sus come- á
que de Figueroa, representaban las comedias tirsianas, Se sabe, por ejem- dias teniendo muy presente que ést~s iban a ser representa ~s ante un
plo, que este Roque de Figueroa fue el autor y el actor que estrenó El público heterogéneo al que había que divertir y entretener, Y lo I~teresante
condenado por desconfiado y Elburlador de Sevilla 106 , Así pues, en virtud de ara nuestro planteamiento es que los espectadores, de un ~o o u otro,
Presionaban sobre la configuración de la comedia dado el caracter venal de
fa misma, Si el poeta quería que sus obras teatrales se r<;presentaran en I~s
104 Cfr. J. M. DfEz BORQUE. Sociedad y teatro... , op. cit.) págs. 91-117. 'l echar mano de una serie de recursos, teCnlcas, recetas, e
105 Tomamos el documento de ODC, l, pág. 109. El subrayado es nuestro. Por lo que corrales, d eb a l b'd p r los
respecta a esta comedia, El saber guardar su hacienda, nada se sabe con certeza. J. LÓPEZ medios estéticos, refrendados po~ el fa~or pOdPu ~r y con~,e 1E~s pr~fesor
NAvío, en su artículo «Una comedia de Tirso que no está perdida», Estudios, XVI, 1960, comediógrafos pensando en e! fin deleitoso e a come la,
p~gs. 331-347.- sostiene convincentemente que la comedia bíblica Tanto es lo de más como lo
de menos es la comedia vendida a, Juan Acacio en 1612 con el título de El saber guardar su
hacienda.
107 . ' de Lope de Vega y Tirso de Molina»,
. coetanea
J. DE ENTRAMBASAGUAS, «LaronVlvenCla
106 Cfr. E. COTARELO y MORI, <<.Apéndice n, Actores de Tirso», en Tirso de Molina. Inves-
tigacioneLbiobibliogrdjic4S, Madrid, 18~3, págs. 197-221. Para el caso concreto de Roque de Estudios, XVIII, 1962, pág, 392, nota 15,
Figueroa vid. págs. 203-206. 108 Ibid., pág, 392, nota 14.. ,
109 Cigarrales de Toledo, ed. CIt., pago 128.
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FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA AN1E LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Díez Borque señala algunas consecuencias de la presión del público sobre ble que el auditorio esté distraído, charlando o armando bullici0 113 ; de ah!
la comedia que consideramos pertinente reflejar aquí: la necesidad imperiosa de mantener el interés, la intriga, porque:
«... en sabiendo el vulgo elJin que tiene,
Situaciones con énfasis que se repiten para que el público comprenda
vuelve el rostro a la puerta y las espaldas
bien. al que esperó tres horas cara a cara,
Escenas concebidas para llamar la atención del auditorio. que no hay más que saber en lo que para»ll4,
Técnicas para dilatar el desenlace, para que no decrezca la atención del
público. de ahí, también, el que el poeta conciba escenas pensando en el lucimiento
de los actores o que las cree teniendo en su mente un actor o una actriz
Desenlace feliz, como constante, tras una enorme acumulación de in-
determinados. Nótese cómo estos dos últimos recursos buscan el divertir a
trigas.
los espectadores, el distraerlos. Claro es que no son éstos los dos únicos
Duración acomodada a la paciencia del público. medios empleados por los comediógrafos para alcanzar el fin de entretener;
No escoger temas «horrorosos» que no agraden al auditorio. normalmente, al analizar una comedia, los criticas suelen hacer hincapié en
No dejar el escenario vacio. otros procedimientos: el verso, la música, el baile, el humor, etc. Con ser
Pasajes concebidos, pensando en actores concretos y sus posibilidades,
y sobre todo en la primera actriz, ya que esto debía contar mucho en la
demanda del director de la compañía y podía llevarle a rechazar una DON ANTONIO. Prima: con una mentira
tengo de gozar, si puedo,
comediaBD. la ocasión
(I1I,. vss. 908·910).
Todos estos aspectos nacen, a nuestro modo de ver, no tanto del carác- DON ANTONIO, (Aparte.) Prima: todo esto es engaño
ter venal de la comedia áurea, como de algo obvio: la comedia es creada (I1I, VS. 925).
por el dramaturgo con la finalidad de representarla, de ponerla sobre las DON ANTONIO. (Aparte.) Ya va de mentira, prima
tablas, ante un público ruidoso, abigarrado, heterogéneo" l , al que hay que
(I1I, VS. 944).
distraer durante un largo espacio de tiempo. Por ello es necesario que el
escritor repita varias veces una situación, unos versos, una idea, con el fin Obsétvese, por otra parte, cómo Tirso es fiel al precepto aristotélico: «Es necesario, pues,
de que el espectador se entere bien por si no ha podido oírlo la primera variar cuando se repite ... » (Retórica, 1413b22-23, ed. cit., pág. 208) y varía la fórmula verbal:
«con una mentira», <<todo es engaño», <<ya va de mentira».
vez 112 ; por e11o 1as comed'las suel 'd
en empezar rul osamente, ya que es pOSI-.
11.l Es, asimismo, muy frecuente la presencia de este recurso en las comedías del Merce~a­
rio. Tal vez el ejemplo más claro y significativo, no sólo por el componente sonoro, 's.mo
también por la teatralidad y la fuerza visual, sea el arranque de su comedia Escarmientos para
110 J. M. DtEZ BORQUE, S~ciedad y teatro... , op. cit.,
págs. 108-109. el cuerdo:
111 Debemos aclarar que al hablar de la heterogeneidad del público nos estamos refiriendo <<Música de todos los géneros. Y entran por un palenque con los instrumentos
sólo a la variedad de gustos, sensibilidades, inteligencias, cultura, etc., nunca a las creencias de un Bautismo en fuentes de plata, GENTILESHOMBRES bizarros en cuerpo; detrás
políticas o religiosas, En este sentido la homogeneidad del auditorio era manifiesta, como dice de todos, DON JUAN, que lleva sobre una fuente un turbante y e~ él una corona, y
AUBRUN: «lo que hace que el auditorio sea coherente es que todo el mundo comulga en los en el remate una cruz, Luego, vestido a 10 turquesco, de blanco, el REY SAFIDfN,
mismos ideales y comparte los mismos prejuicios» (La comedia española, op. cit., pág. 71); cfr. descubierta la cabeza; a su lado, GARCfA DE SA, viejo, gobernador, bizarro, en cuer-
también F. RUIZ RAMÓN, Historia del teatro español, vol. 1, op. cit., pág. 145: <<Para hacer po a lo antiguo. SOLDADOS bizarros, uno de ellos con la banda de las Quinas de
popular y nacional ese "arte nuevo" era necesario descubrir, por debajo de .la heq:rogeneidad Portugal, y arcabuces, trompetas, cajas ... » (ODC, TII, pág. 221a),
del público, su homogeneidad como pueblo. Lope, genialmente pueblo, no tiene más que
bucear en su propio sistema de ideas y creencias para dar con el módulo del nuevo arte.» Con un gran sentido de lo teatral y con un profundo conocimiento de las condiciones en
112 Se trata del conocido recurso de indudable raigambre retórica que hoy conocemos bajo las que sus comedias debían representarse, Tirso comienza esta pieza echando ma?-o de el~­
el rótulo de información redundante. El teatro tirsiano presenta numerosos casos de informa- mentos sonoros, visuales, plásticos, etc., que harían que el espectador centrara sus cmco senti-
ción .redundante. Véase, por ejemplo, lo que ocurre en El vergonzoso en palado: don Antonio, dos en las tablas. Para los efectos sonoros en la comedia áurea, vid. HENRI RECOULES, <<Ruidos
en el corto espacio de 36 versos, le dice tres veces a su prima doña Juana que todo lo que le y efectos sonoros en el teatro español del Siglo de Oro», BRAE, LV, 1975, págs. 109-145.
va a contar a Serafina es mentira, es un puro engaño: 114 LOPE DE VEGA, Arte nuevo, ed. cit., vSS. 236-239, p~g. 294.

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TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA, APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN

arrugas que una carga de repollos, y que se enamore la otra y le diga: 'j ay
tal,es recurs~s unos medios estéticos de primer orden, creemos que resultará que don Gilito de perlas! ¡es un brinco, un dix, un juguete de amor!'»J17
mas p~~vec oso el que se centre la atención en otros tres no menos intereM
santes : De la lectura de estas palabras se desprende, en nuestra opinión, que
Tirso padeció en sus propias carnes la falta de adecuación entre actqr y
Escenas concebidas para el lucimiento de los actores. personaje. El Mercedario se queja de la falta de verosimilitud a la hora de
La deleitosa variedad de escenas. encarnar un actor el personaje que le corresponde y le viene a la memoria
Técnicas para mantener el interés. casi automáticamente el caso de su Don Gil de las calzas verdes hécho por
Jeróhima de Burgos ll8 , mujer de el autor de comedias Pedro Valdés, y la
Señora Gerarda de Lope de Vega. Blanca de los Ríos resume el motivo por
el cual Tirso se enfada: "y como la Jerónima era corpulenta, adiposa y no
2.2.1. Escenas conceb,das para el lucimiento de los actores
muy niña, la personificación del gentilísimo Don Gil de las calzas verdes se
malogró lastimosamente en ella, con gran desesperación de Tirso.>,119 El
,Qu~ Tirso de Molina no ignoraba la importancia que el actor o la actriz mismo Lope de Vega afirma que el teatro ha llegado a una situación lasti-
tema a a ho.ra del éxito o fracaso de una comedia, 10 muestran dos textos mosa, entre otras razones, por la falta de buenos actores:
suyos. dEl p~1m.ero procede del prólogo a la Tercera Parte de sus comedias
TEATRO. Yo he llegado a gran desdicha, y presumo que tiene origen de
y reza el sIguIente modo: 1
una tres causas, o por no haver buenos representantes ... 2.0

1 .<<Á. da ~aza salen (que ya no se usan baratillos) los que pude sisarle'
Sin embargo, éste no es el único motivo que los contertulios de los
astlma o e ver q~e muchos papeles' de esta especie que se aplaudiero~
e~ los~ cor~ales en vtrtud de los que la recitaron, se silben después en silenM Cigarrales tienen en contra de los actores, para los personajes de la miscelá-
ClO leIdos, y no mI e'lespanto, que es muy diferente la novia en la iglesia nea tirsiana "lo más intolerable»:
compuesta y en e ta amo casera,»116
«Es ver errar los versos por instantes, estropeando passos que merecie-
ran, a recitados con fidelidad, suma veneración.»m

En el segundo texto T éllez expresa 10 contrario es decir que un mal


representante puede echar a perder una buena com~dia: ' 117 Cigarrales de Toledo, ed. cit., pág. 340. Obsérvese cómo Aristóteles ya decía algo seme-
jante:
. <<La segunda causa, prosiguió don Melchor, de perderse una comedia «Hacen esta clase de fábulas (las episódicas) los malos poetas espontáneamente,
es por lo mal que le entalla el papel al representante ¿Quién h d f .' y los buenos a causa de los actores; pues al componer obras de certamen y alargar
por estremada gu h .~ d . a e su tI!, excesivamente la fábula, se ven forzados muchas veces a torcer el orden de los
d d I e sea, ver que aVlen ose su dueño desvelado en pintar
una ama e a Corte,. salga~á hazer esta figura una del infierno, con más hechos.» (Poétt'ca, 1451b35-40, ed. cit., pág. 161).
carnes que un antrueJo, mas años que un solar de la montana - y más 118 Don Gil de las calzas verdes fue estrenada por la compañia de Pedro Valdés en la
ciudad de Toledo en julio de 1615, cfr. F. DE B. SAN ROMAN, Lope de Vega, los cómicos
toledanos y el poeta sastre, Madrid, Imprenta Góngora, 1935, doc. 432, págs. 209-210. En
cuanto a la fecha de redacción de la comedia vid, J. MILLÉ y GIMÉNEz, «La fecha del Don Gil
115 Por otra parte y habid

MORLEY que analizan 1 ,. ..


t d
la bibliografía sobre ~I Merceda~~e~u:nt: qhe
°t .
nuestro leto _de estudio es Tirso de Molina,
' ace ya muc os anos, con dos artículos de S G
de las calzas verdes», RHi, LXVIII, 1926, págs. 201-206, que la sitúa entre 1614 y 1615. Por
otra parte, como mero dato, recuérdese que Tirso cita a Pedro Valdés en esta divertida co-
Molina», BHi, VII, 1905~ ~:~~1~~7t~~~~na; <~fhe use of verse. for~s (stro?~es) by Tirs~ d~ media:
dias de Tirso de Molina» BHi XVI 1911 ' uso de las con:b~naclones metncas en las come- CARAMANCHEL. «Preguntad a Valdés con qué comedia
do frecuentemente por los e;peciallstas ~:~s~::~;08 ..~slmlsmo, el hu~~r ha sido estudia- ha de empezar mañana ...»
lograrse con la lectura del trabajo de E. GIJÓN ZAPAT d~~oh una buen~ VlSton ge?eral puede (ODe. 1, acto IlI. ese. VID, pág. 1751b).
Revista Estudios, núm. 47 págs. 523-749 A, umor en Tirso de Molma, Madrid,
Preámbulo a Don Gil de las calzas verdes, t'bid., pág. 1709.
116C'
·t(t ~i ;u~~:S~O y MaRI, en su introducción a Comedias de Tirso de Molino." ed
cit pág tti..
' • 119
LOPE DE VEGA, «Prólogo dialogístico» (entre el Teatro y un Forastero), Comedias, Parte
120

~~~í~~~~t:~:~ ~~brino ~~ ~ir:~.~;:~r~. a~:~:~aPd;a~::st:~:!nfi:~~~a;~~ L~~a~d: ~~¡a~~idO XVI, ed. cit., pág. xxva. El subrayado es nuestro.
121 Cigarrales de Toledo, ed. cit., pág. 341. Tras haber criticado a los malos representantes,

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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Altamente significativas son estas palabras que Tirso pone en boca de TEATRO. ¡Ay, ay, ay!
uno de los personajes de los Cigarrales, y es así porque, al considerar como FORASTERO. ¿De qué te quejas teatro?
<<lo más intolerable» el que los actores se olviden de los versos, el Merceda- TEATRO. ¡Ay, ay, ay! . f ?
rio opta decididamente por un teatro donde las palabras, los versos, frutos FORASTERO. Q " ?
¿ ue tienes ( 'Que' novedad es esta?
l f ¿Estás en ermo J que

preciosos de su vena poética, constituyen la médula de la comedia. En parece tocador ese que tienes por a rente.
virtud de esta idea no es extraño que nuestro autor fuera un acérrimo. TEATRO.
. una nube que estos días me ha puesto los autores
No es SinO
enemigo de los dramaturgos que configuraban sus piezas teatrales a base en la cabeza.
de tramoyas. En el conocido «Parnaso de Apolo», paso escénico de su FORASTERO. Pues ¿qué puede moverte a tales voces? ,
comedia La fingida Arcadia, Tirso, además de satirizar a los poetas cultera- TEATRO. .Es posible que no me ves herido, quebradas las ple~nas )
nos, critica duramente a los tramoyistas: fas brazos, lleno de mil agujeros, de mil trampas y e mI
clavos?
PINZÓN. Pues éstos venden
FORASTERO. 'Quién te ha puesto en estado tan miserable?
a todo representante e .
comedias falsas. Con liga TEATRO. Los carpinteros por orden de los autores
de infinitos badulaques (... ) 1 d " s los poetas de los
han adulterado a Apolo Pues los autores se va en e ma9uI~~ ,
con tramoyas, maderajes carpinteros, y los oyentes de los OJOS .
y bofetones, que es Dios
y osan abofetearle; . a ciertos autores que practicaban por aquel
y están corridas las musas Frente a ciertos po~ta,¡ y do de efectismos y recursos «carpinteros»,
que las hacen ganapanes, entonces un arte teatra p agaidido artido por el poeta ingenioso que no
cargadas de tantas vigas, Tirso. de Mohna, toma~dflo de,c de la~ramoya para deleitar a los espectado-
peñas, fuentes, torres, naves, neceSIta recurrir a una 1n aC10n
que las tienen deslomadas; res, otorga la corona de laurel a aquel poeta que:
y así les mandan que pasen
penas y cargas eternas «escribiendo dulce y fácil,
a sus culpas semejantes, sin hacerle carpintero,
y los atormentan sierpes, hundirle, ni entramoyarle,
arpías, grifos salvajes entretiene el auditorio
que son los que en sus comedias dos horas, sin que le ga~te
introducen, ignorantes, más de un billete, dos cmtas,
125
dando al ingenio de palos 122 . un vaso de agua o un guante» .

Recuérdese a este respecto cómo Lope de Vega un año antes, en H aquí un claro elogio de la comedia de corte lopesco y, a la vez" del
1621"', y había atacado la hipertrofia del tramoyismo en el teatro nacional: e .. N d' d ser curioso por otra parte, como
propio arte teatral urslano .. o eja. e ' edia La fingida Arca-
Tirso se burla de los tramoyistas haclend. o que su con; .
dia acabe con un efecto «carpintero», dice la acotaclOn.
Tirso parece como si se arrepintiera de haber sido tan duro con los actores y pone en boca de
un personaje femenino esta alabanza de los cómicos:
«Ahora, señores, bueno está de murmuración (dixo la Reyna). Emplead essos 12~ «Prólogo dialogístico» (entre el Teatro un Forastero), Co~edias, Parte XVI, ed. cit.,
azero~ en la cena que os llama, y dexad á los pobres, que harto hazen -guardando
en la memoria un processo de papeles de cincuenta comedias- en no passarse en el pág. xxva. . 25 2432 á s 140-141. El subrayado es nuestro.
tablado de un dicho á otro, como delincuente entre dos juridiciones.» ([bid., ibid). 125 La fingida Arcadia, ed. CIt., vss. 2~ - , Ph bg¡· para mida de enseñar, Muchas son
d' dice' «entrettene» y no a a
Nótese cómo el M erce arlO
'T _ _
122 La fingida Arcadia, ed. cit., vss. 2367.2387, pág. 139. . 1 1 del billete entre otras veanse: LM pena
las comedias tirsianas en donde se. empE/a e t :ecdsl~enséque La Santa Juana (2.a parte), Don
123_Rurn LEE KENNEDY, «On the date, .. », art. cit., págs. 191·197, fecha la comedia que de Franda Cómo han de ser los amIgos, cas tgo e ,
nos ocupa en 1622. Gil de la/calzad verdes, Por el sótano y el torno, etc. .

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FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

«Baja don Felipe en una nube y quédase Espantado estoy, por Dios,
abajo, y al mismo tiempo arrebata otra de vos, y de Celia bella:
a Carlos, y, vuela arriba.»126 de vos, porque habláis con ella;
della, porque os oye a vos;
y el gracioso Pinzón comenta con sorna: que, supuesto que sabéis
las conocidas ventajas
<<Mas hoy por mi industria abaja, que hace a vuestras prendas bajas
porque no falten tramoyas el valor que conocéis
a desenlazar marañas en mí, desacato ha sido:
y satisfacer sospechas en vos por habella amado,
con que nos confunde Anarda; y en ella, por haber dado
por arte de encantamiento a vuestro amor loco oído.
vuelas, Olimpo, no caigas Oye: no hay satisfacciones,
que saldrá malla apariencia.»127 que serán intentos vanos;
pues como no tenéis manos,
Ahora bien, el hecho de que Tirso de Malina se incline por un tipo de queréis vencerme a razones.
comedia alejado del exceso de tramoyismo y efectismo teatral, que sea par- Haga vuestro esfuerzo alarde,
tidario de una comedia que logra su fuerza de seducción y entretenimiento acábense mis recelos,
en virtud del ingenio del poeta para crear y urdir enredos, intrigas, transmi- que no es bien que me dé celos,
tidas a través de los versos, no quiere decir, en modo alguno, que ignorara, un hombre que es tan cobarde.
(Echa mano.!
queda dicho, la importancia del actor a la hora de la representación escéni-
Muestra tu valor agora,
ca. Por tal motivo, en muchas de sus piezas teatrales cabe observar escenas medroso, infame enemigo;
concebidas para el lucimiento de los actores cuyo fin primario es el de muere.
deleitar a los espectadores. Resultaría abrumador llevar a cabo un detenido JUANA. ¡Ay! ten; que no es conmigo
inventario de este recurso en el teatro tirsiano; por ello ha de centrarse la la pesadumbre, señora 128 •
atención en su comedia El vergonzoso en palacio. Sin lugar a dudas, una de
Téngase siempre presente que Serafina, en hábito de ho.~bre, está re-
las escenas de mayor teatralidad de toda la comedia áurea es aquella en la
presentando un papel, está actuando dentro de otraactuaClon. P?Co des-
que Serafina, vestida de varón, ensaya el papel de una comedia intitulada
pués, la joven representa a este mismo príncipe que, muy a lo tierno, le
La portuguesa cruel, donde finge, en primer lugar, ser un príncipe que riñe
pide perdón a su dama por haberse mostrado celoso:
a un conde por desesperados celos de su dama:
SERAFINA. (Representa.) Los cielos me son testigos,
SERAFlNA. Conde: vuestro atrevimiento si el enojo que te he dado,
a tal término ha venido, al alma no me ha llegado.
que ya la ley ha rompido Mi bien seamos amigos;
de mi honrado sufrimiento. basta, no haya más enojos,
pues yo propio me castigo,
126 La fingida Arcadia, ed. cit" pág. )54. vuelvan a juga.r conmigo
127 ¡bid.) vss. 2916-2923. El subrayado es nuestro. Recuérdese cómo ARISTÓTELES en su las dos niñas desos ojos;
Poética se muestra partidario de que el desenlace provenga de la fábula misma y no en virtud quitad el ceño, no os note
de la intervención de un deus ex machina: mi amor, niñas soberanas;
«Es, pues, evidente que también el desenlace de la fábula debe resultar de la que dirá que sois villanas,
fábula misma y no, como en la Medea, de una máquina.,,», 1454a38-1454b2, viéndoos andar con capote.
ed. cit., pág. 181. ¿De qué sirve este desdén,
Para todo el problema de la puesta en escena de la comedia áurea cfr. N. D. SHERGOLD, mi gloria, mi luz, mi cielo;
A Histofy 01 the Spanish Stage, /rom Medieval Times, untt! the end o/ the XVIIth CenturyJ
Oxford, 1967, págs. 209-235. 128 El vergonzoso en palacio, ed. cit., acto n, vss. 871-898, págs. 102-103.

149
148
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

mi regalo, mi consuelo, porque a su son bailan todos;


mi paz, mi gloria, mi bien? pues ellos bailan, bailemos.
¿Qué no me quieres mirar? Va: Perantón, Perantón ...
i Que esto no te satisfaga! (Baila.)
Mátame, toma esa daga. Haced mudanzas, deseos,
Mas no me querrás matar; pues vuestra Celia las hace:
que aunque te enojes, yo sé tocá, Pero Sastre, el viejo,
que en mí tu gusto se emplea. pues que la villa lo paga.
No haya más, mi Celia, ea; Ya se entraron allá. dentro,
mira que me enojaré. ya quieren dar colación:
(Va a abrazar a DOÑA JUANA) la capa del sufrimiento
Como te adoro, me atrevo; (Rebózare.)
no te apartes, no te quites.
me rebozaré, que así
JUANA. Pasito, que te derrites; podré llegar encubierto,
de nieve te has vuelto sebo 129 • y arrimarme a este rincón,
como mis merecimientos.
El clímax de toda esta escena llega cuando Serafina fi11ge que el prínci- Avellanas y tostones
pe se ha vuelto loco al enterarse de que su dama se casa con el conde: dan a todos, ¡Hola! ¡Ah, necios!
SERAFINA. ¿Que se casa con el conde, Llegad, tomaré un puñado.-
y me olvida Celia? ¡Cielos!
¿Yo necio? MentÍs.-¿Yo miento?
Pero mujer y mudanza Tomad.-¿A mí bofetón?
tienen un principio mesmo. (Dare un bofetón.)
¿Qué se hicieron los favores, Muera,-Téngase. ¿Qué es esto?-
que cual flores prometieron (Echa mano.)
el fruto de mi esperanza? No fue nada.-Sean amigos.-
Mas fueron flores de almendro; Yo lo soy.-Yo serlo quiero.
un cierzo las ha secado. (Envaina.)
Loco estoy, matarme quiero; Ya ha llegado el señor cura.
piérdase también la vida, Por muchos años y buenos
pues ya se ha perdido el seso, se regocije esta casa
Mas no; vamos a las bodas; con bodas y casamientos,-
que razón es, pensamiento, Por vertú de su mercé,
pues que la costa pagamos, señor cura: aquí hay asiento.-
que a mi costa nos holguemos, Eso no. - Tome esta silla
En la aldea se desposan de costillas. - No haré, cierto.-
los dos a lo villanesco; Digo que la ha de tomar.-
que pues se casa en aldea, Este escaño estaba bueno;
villana su amor (la) ha vuelto; mas por no ser porfiado ... -
celos volemos allá, Ya se ha rellanado el viejo.
pues tenéis alas de fuego. Echa vino, Hernán Alonso;
A lindo tiempo llegamos, beba el cura, y vaya arreo,-
desde aquí verla podemos, ¡Oh, cómo sabe a la pega!-
Ya salen los convidados, También Celia sabe a celos.
el tamboril toca el tiempo, Ya es hora del desposorio;
todos están en pie puestos;
los novios y los padrinos
129 Ibid., acto II, vss. 915-942, págs. 103-104. enfrente, y el cura enmedio.-

150 151
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

Fabio: ¿queréis por esposa poco después, en el acto tercero. Se trata de un tipo de escena muy repeti-
a Celia hermosa? - Sí, quiero.- do por e! Mercedarío a lo largo de sus comedias y que Nougué llama réve
Vos, Celia: ¿queréis a Fabio?- simulélJ2: Magdalena quiere que Mireno, de quien está enamorada, le
Por mi esposo y mi dueño. ~
muestre sus sentimientos amorosos. Con tal fin, cuando aparece e! galán, la
¡Oh, perros! ¡En mi presencia!
(Mete mano.)
dama finge que está dormida y que sueña en voz alta, engarzando un diálo-
El príncipe Pinabelo go con Mireno. Incluso, como se vio en el caso de Serafina, ella misma se
soy, mueran los desposados pregunta y se responde mientras que hace como que duerme (UI, vss.
el cura, la gente, el pueblo. ~ 545-610). Se trata, por consiguiente, de una escena que busca el deleite, la
¡Ay, qu: nos mata! -'- Pegadles, risa de! espectador, apoyándose en la habilidad de! actor y de la actriz que
celos mIOS, vuestro incendio:
pues Sansón me he vuelto muera dan corporeidad a los personajes de Mireno y Magdalena.
Sansón con los Filisteos' ' Véase, finalmente, otra escena concebida para que e! actor muestre su
que no hay quien pued~ resistir el fuego capacidad histriónica, asimismo presente en El vergonzoso en palacio. La
cuando le enciende amor y soplan celos.' dificultad viene dada porque e! actor ha de mudar la voz de su personaje y
JUANA. ¡Pecadora de mí; tente! hacer que éste hable como si fuera otro, todo ello con la intención de
que n<: soy Celia, ni Celia, engañar a una dama. Aunque e! público viera claramente que un mismo
para all'arte contra mí Do .
actor muda la voz para fingirse otro personaje, es verosímil que éste real-
mente cambiara su voz para dar mayor credibilidad a la ficción. ¿Acaso no
No cdabe duda de que esta última escena en la que Serafina se finge un l3J
enamora . o loca y despreciad o por su d ama, suscItaría . existían en aque! tiempo actores y actrices, recuérdese a María Rique!me ,
entre los espectado-
capaces de transforma.r <<la color» de! rostro según las circunstancias de la
dres reaCCIones muy. favo r ables. N o so'1o este trecho, sino también los otros
os 'tque se acción? No puede sorprender, pues, que Tirso monte una escena en la que
l han'bl' CItado. contIenen una gran variedad d e 'mgred'lentes para e! mismo actor ha de alterar en pocos segundos su voz y convertirla en la
db eIel ar a pu b ICO. BIen es verdad l ,. d
que e eXlto e estas escenas ha d
asarse, en uen~ parte, en la habilidad y maestría de la actriz que encarn~ de otro personaje, llegando a establecerse un diálogo entre «ambos»:
~I p{'e! de S~~af¡~a. ~odo en ella es pura esencia teatral, puro espectáculo' ANTONIO. (Como don Antonio.)
e;-a. ma, veslI a e ombre, lo que comporta un indudable component~ Don Díonís, amor te iguala
erolIco para los espectadores de la época' asistimos a una dil t d a la ventura mayor
d t d dI ' aa a escena
e «eatro entro e teatro», pues la dama ensaya La portu 1 que pudo dar; corresponde
e! d l f'd . guesa crue en a tu dicha. Amigo. conde:
int marco e a mgl
l a realIdad de .El veraonzoso en pa 'ae/'o BI . l
1 , ; especIa mente
6
(Como don Dionís.)
eresante es e erescendo emocIonal en e! que Serafina f " d
enamorado fu . b l ' mglen ose un
naso, se a a anza sobre Juana y antes representa ella sola l a
escena de! enamorado arremetiendo contra invisibles enemigos (~e1 cura 02 A. NOUGuÉ, <<A propos de l'auto·imitation ... », arto cit., págs. 559-561. El hispanista
¡a gente, JI ¡ueblo» vs. 1030); las acotaciones de la última escena seña¡a~ francés recoge en este trabajo ejemplos de lo que él califica como scene mt'mée (págs. 561-562),
entre ellas se encuentra la que se acaba de citar: Serafina representando al enamorado en tres
a ataxIa e.a que es presa la dama: Baila, Rebózase, Dase un bo'etón E h estados de ánimo diferentes. Aparte de las comedias citadas por Nougué se puede añadir dos
mano . , ' Envazna, Mete m ano, oI que'Impnme . d"mamlsmo y vistosidad
" ' , ae laa casos interesantes de este tipo de fecurso escénico: Quien calla, otorga, IlI, xüi, ODC, 1,
aCCIono pág. 1449a y La Huerta de Juan Fernández, Ill, i, ODC, Ill, págs. 626b-628a. Por lo que
respecta a El vergonzoso en palacio y a este sueño fingido (cfr. ed. cit., acto III, VSS. 453:6P,
No ~ólo cuenta El vergonzoso en palacio con esta escena ro icia ar págs. 125-129), Recordamos, como dato puramente anecdótico, que cuando el Te.atro Univer-
e! lUCImIento de los actores , sino que tambl"en es pOSt'ble encontrar
p p otrop una sitario de Murcia estrenó esta obra tirsiana ante un público mayoritariamente universitario, los
mayores aplausos fueron para esta divertida escena.
m Para esta famosa actriz, hija de Alonso de Riquelme, véase H. A. RENNERT, «Spanish
:::Ibid" n, vss. 955-1039, págs. 104-107. actors and actress berween 1560 and 1680», RHi, XVI, 1907, pág. 481 y también A. CASTRO
y H. A. RENNERT, Vida de Lope de Vega, Salamanca, Anaya, 1968, pág. 301, nota 2, págs. 309
.FRAN~ISCO AYALA, Erotismo y juego ... , arto c i t ' 1'..
complIcado Juego del teatro dentro del t t El" pago 7, ana Iza Inteligentemente este y 310, nota 34.
ea ro en vergonzoso en palado. .
153
152
APROXIMACIÓN A UNA POÉ:TICA
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:

por vuestra industria y favor se uida un aire alegre. Ocurre lo mismo :o~ el
río para contraponer en g d " lento le sucede uno rapldo,
he adquirido tanto bien; ' I ., n tempo ramauco d" f
dadme esos brazos; yo soy ritmo de a acClOn: a u I . d de versos cultos el come logra o
fugaz VIV.. az. A"Slmlsm, o auna argaura
. d" a 1 o escenas de hbl a a popuIal'.
tu amigo, conde, desde hoy. ' " l l de tipo tra lelona d
Yo vuestro esclavo. -Está bien; suele oponer canclonel as .d d la fórmula teatral consagra a
dará el tiempo testimonio Tirso de Malina, en cuanto .segUl?r e técnica que busca el deleite.
t
P Lope, estructura sus comedias seguhn es ~a escena vertebrada métrÍca-
desta deuda. - AquÍ te aguardo, or
que así mis amigos guardo; . ontra su gusto ay u , .t
entrad.-Adiós, don Antonio 1H : Por ejemp Io, .en P r/Var c . "d de un lenguaje concepUs a,
1
mente en octavas rea es, en
la que slrVlen ose
'd
h .
L' de Mendoza cómo a Visto
. C d I uentaa on UIS "
. don Juan de al'
, ona
I e c
. l' más ermosa'Jam a' s soñada . Su narraClOn
h . ' es
2.2.2. La deleitosa variedad de escenas bañarse en el 1'10 a amuJe d íI b s) y toda ella del SigUIente
lenta, detenida, larga (noventa en ecas a o
El principio renacentista de la variedad como generadora de deleite tenor:
alcanza gran importancia, teórica y práctica, en el seno de la estética barro- «Acrecentaba Apolo a rayos rojos .
grados de fuego, que abrasando. aptlsa
ca. Por lo que respecta a la comedia áurea, los dramaturgos configuran ésta
se la dan a la dama, y él todo ?)os,.
como una sucesión de escenas lentas y rápidas, tristes y alegres, deleitosas lo que en Dafne no pudo, aqUl. dIVIsa.
e instructivas, sirviéndose, asimismo, de una rica polimetría. Todo, pues, Despoja ropas, ~el ~mor des?o]os,
tiende a la variedad en la comedia barroca, sin olvidar que esta variedad se hasta el lino sutü (SI no ca~Isa~,
engarza en una unidad superior cual es el tema de la obra y la acción. ve1O que corre a imagen ctlstalma
. 136

Nótese, además, cómo tal variedad alcanza generalmente una formulación el viento, sumiller de su cartIlla» .
antitética o contrapuntística. Quiere decirse que a una situación, tensa, trá~ . des ués de esta escena, Tirso coloca una
gica, le suele suceder una escena divertida, alegre, cómica, distendida135. Pues bien, inmediatamente P tral En ella se ve cómo don
. d . 'n puramente tea .
Aparte de la voluntad, más o menos sincera, de imitar el obrar el obrar de llena de dinamismo, e acelO, d I d Nápoles don Fadríque, que es
la naturaleza, los comediógrafos actúan de este modo por una necesidad Juan y don Luis acuden en favdor eS r_eY :e a conti~uación sólo las acota-
'd . nmascara os. enaIan ~ .
que nace de la misma esencia de la comedia áurea: su puesta en pie ante perseguI o por seiS e d I ' 'dad de la acción dramatlca:
b muestra e a vlvaCI
un público vario y de diverso gusto. Habida cuenta de esto, el creador de ciones que son uena d acuchillando al Rey.
la pieza teatral sólo permite que el tono triste dure lo estrictamente necesa- «(Antonello y otros cinco. Enmascara os,
Dichos.)>> d d Juan don Luis y Calvo, y acome-
134 El vergonzoso en palacio, acto JII, ed. cit., vss. 1309-1321, págs. 150-151. La bibliografía
«(Echan mano a las espa as o n , .
acerca del modo de representar el actor en la España del XVII es escasísima, puede consultarse ten a los enmascarados.)>> Calvo y un enmascarado.)>>
el artículo de]. M. ROZAS, <<Sobre la técnica del actor barroco», en Teatro Clásico Español.
Problemas de una lectura actual, II Jornadas de Teatro Clásico Español (Almagro, 1979), «(Entranse peleando todos, menos quien peleaba, y sálense
C I el enmascarad o con
op. cit., págs. 89-106. Por lo que respecta a los comediantes, su vida, sus problemas, vid. «(Entranse a va y . d otro enmascarado.»>
e. PELLICER, Tratado histórico sobre el origen y progreso de la comedia y del histrionismo en acuchillando don Juan sm espa a Yd ontra el Rey que tropieza
España, Barcelona, Labor, 1975, especialmente las -págs. 85-147. Asimismo es interesante el l A 1I0yotros osc ,
capítulo segundo, parte primera 'del libro de J M. DÍEz BORQUE, Sociedad y teatro ... , op. cit., «(Huye. Sa en ntone h b '1 don Juan y recibe el golpe,
págs. 29:90. Finalmenú~ cabe señalar que C. PÉREZ PASTOR recogió a principios de siglo cae y yendo a henrle se ec a so re e137
numerosos documentos a'cerca de los actores: Nuevos datos acerca del histrionismo español en y '1 spada al Rey y da tras ellos.»>
tomaae ... I
los siglo XVI y'XVII, Madrid, Imprel).ta de la Revista Española, 1901 y Nuevos datos ... (segunda .. lado esta escena dinámica ongma e
La antítesis es malllf¡esta. Por ,ot~o h b~rle salvado don Juan la vida al
serie), BHi, VIII-XVII, 1906-1915.
m -En el t"eatro de Lope de Vega la presencia de esta antítesis ha sido puesta de manifiesto tema de la comedia ya que, a ralz e a
por L. e. PÉREz y F. SÁNCHEZ ESCR!BANO, Afirmaciones... , op. cit., pág. 108:
«La antítesis es un recurso del que se valió Lope en la división de las escenas
en una comedia, técnica dramática que, al parecer, servía para entretener al público 136
... ODC " JlI pág. lO71b.
Privar contra su gusto, 1,lU,
y que da esa variedad teatral existente en la naturaleza.» H7 Ibid., pág. 1079 a-b.
155
154
FRANCISCO FLORlT DuRAN .
TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

rey, éste le hace su privado pese a la negativa de don Juan, de ahí e! título propia hija. Así pues, los enamorados están separados y en dra-
de Privar contra su gusto. mático estado 139 .
Dentro de la estructura contrapuntística de la comedia barroca, los ca- Escena C (cómica): Tamayo no sabe dónde ~stá su amo. Tiene
sos más interesantes vienen dados, en nuestra opinión, por e! contraste miedo de ser reconocido y castigado por los amIgos del conde. Para
entre situaciones trágicas y situaciones cómicas. No en vano el gran acierto ocultar su identidad se pone la bada en la cabeza. Al ser preguntado
de la comedia áurea es su arquitectura tragicómica que permite una enorme
quién es, responde:
variedad de registros escénicos. En la comedia tirsiana Cómo ha de ser los
TAMAYO. Un pobre barbero , .
amigos cabe observar un ejemplo muy ilustrativo de lo que queda dicho:
que vengo a sangrar a un mUSICO,
una escena trágica viene precedida y es seguida por situaciones cómicas. La digo, un criado que ago.ra
acción se centra en un torneo entre la flor y nata de la caballería: murió, por quíen FranCIa llora.
La bacía te hará cierto
Escena A (cómica): Tamayo, figura del donaire, sale a escena «con de que a sangralle venía.
un vestido de risa -dice la acotación-, con lanza». Lleva una bacía
de barbero, una bolsa vacía y una tarjeta con una ballena pintada. A DUQUE. ¡Echad este loco!
esta vis comica visual se le añada el gracejo verbal no exento de TAMAYO. Bueno.
ingenio cuando Tamayo explica el significado del lema que ha esco- .Vive Dios que voy relleno!
I
¡Mamóla ~ !140
el Duque, hacta.
gido para el torneo:
TAMAYO. Oíd su interpretación, ueda claro por consiguiente, cómo Tirso, preocupado siempre por
que a fe que es de una gallega .
Una bacía de barbero no ~rgar excesi~amentelos tintes dram~ticos,
atl:opa la
trágico, entre dos escenas con CIerta uerza cornlca
t:~t~av~~~t ~~:~
es ésta, y bolsa de cuero
estotra que pende de ella;
una bota aquésta, aquélla ver~~ nuevo caso de antítesis se da en La villana de la Sagra: Angélica
una ballena. Ahora quiero d d n Luis la engaña con otra mUJer, por
daros la interpretación. cree erróne.admente que su a~: ~e~ro Al enterarse de la decisión de su
Porque esté la bota mía
lo que decI e casarse con o . d contra
llena, gasto mi ración amada, don Lui,s .se vuelve loco, delir,~';g~re~j~~~nede:p:::ix,a~o; rienda
y siempre traigo vacía todos En un lmco y emotIvo m o n o . su
la bolsa. Aquesta razón suelt; a su dolorido sentir. Es una situación trá.gl~a. En esto ap;r~e gé-
que traigo, Tamayo ordena criado Carrasco y don Luis lo confunde, en prmClplO, con su ama a n
la bota con la ballena lica:
la bolsa con la bacía:
lea, pues, franchota mía. DON LUIS. ¡Oh mi ángel! ¡Oh n;i cielo!
Gocen mis ojos tus OJos,
ROSELA '(Lee.) «Vacía, porque va llena»l38. mí brazo enlace tu cuello,
bella Angélica del alma.
Escena B (trágica): Manrique, amo de Tamayo, mata en justa e igual
CARRASCO. ¡Bueno está, por Días, el cuento!
lid al conde de Tolosa. Pese a haber acaecido la muerte en un .Yo Angélica, con más barbas
torneo, Manrique debe escapar de las iras de los amigos del conde I
que un albañi olarrIero.
" ,141 .
tras defenderse en un lance de espaldas. La situación se agrava al
enterarse el padre de Armensinda, íntimo amigo de! de Tolosa,
que su hija está enamorada de Manrique. Decide encarcelar a su 139 Cfr. ibid., acto J, xili-xv, págs. 283b-285a.
140 Ibid., 1, xvi, pág. 285b. ". 'a-b
138 -Cómo han de ser los amigos, J, xii, ODC, J, pág. 283a. 141 La villana de la Sagra, III, XX111, ODC, II, pago 167 .

156 157
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLlNA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACI6N A UNA POÉTICA

Luehgo da ddon Luis en pensar que su criado tiene guardada dentro d Tirso también se sirve de la deleitosa variedad de las escenas cuando
su pec o a su ama: e imprime a su pieza teatral un carácter provechoso. En Doña Beatriz de
DON LUIS.
¡Oh cándido)' blanco pecho Silva e! Mercedario sitúa una escena basada en la vis comica de la figura de!
de aquella Angélica ingrata! donaire justo antes de que ponga en boca de San Antonio de Padua una
Tengo de darte mil besos. larga tirada de versos donde se exalta, fervorosamente, el dogma de la
CARRASCO. I'Ay, que me muerde, señores! Inmaculada Concepción. De este modo Tirso logra que los espectadores
entren «endulzados» en la parte edificante de la comedia, parte, además,
DON LUIS. Poco mal te haré si muerdo
que también resulta deleitosa en virtud del efectismo escénico conseguigo
si es~ ~e hierro el pecho tuy~,
¿que 1mporta que muerda en hierro? abase de tram()yas y apariencias"'.
En fin, cabe, asimismo, observar la variedad contrapuntística en el uso
CARRASCO. ¡Cuerpo de Cristo contigo!
del lenguaje. Es frecuente oponer unos versos cultos a un diálogo entre
¿Soy yo de turrón o queso
para comerme a bocados?142. rústicos. Así lo hace el Mercedario en La vida y muerte de Herodes: a los
siguientes versos de la escena séptima del acto primero de tono erudito y
Parece evidente que esta escena en donde don Luis l . b
amorosa t . d 1 ' oco, requle ra culto:
h men e a su crl~ . o y uego pretende, o llega a hacerlo, besarle el «Las crines, entre distintas
pec o, posee una comlcldad que se opone al dramatism d l lazadas, si al mayo pintas
que le preceden. o e as escenas que a su tienda sale a abrir,
A este contraste entre lo trágico y lo cómico fruto d I ' no harás poco en distinguir
deleitosa variedad, se puede allegar e! tipo de op' .. , de bal necesana y si son flores o son cintas.
. . .. 1 OSI Clan a e entre una ( ... )
sltuaclOn pro ongadamente tensa, un curso dramático demasiado intens Los dos hermanos sobre ellos,
~ ,consecuente relmanso escénico, generalmente una tirada de versos líri~~: sueltos al sol los cabellos,
ease este eJemp o en La Dama del olivar: . robando almas y dando ojos,
Escenas 11-16 del acto II: se dramatizan un conjunto de situaciones para que los suyos rojos
trence envidioso de vellos»146.
con un fuerte componente emocional para el espectador. Laurencia
. haber sldo deshonrada por el comendador don Guill'en, PI'd'
tras .'
e JUSt1~ opone, en la escena noventa del mismo acto, estos:
Cla y
G '11' d venganza en
. un largo parlamento!4' Don
. . G t' d
as on acusa a on «Mirad, tío:
Ul e~ e tan mfame acto, cuando echan mano a las espaldas se les yo no sé si es amorío,
comuntca que la hacienda de éste arde en llamas. Laurencia, de ban- si estangurria o sudor
dolera, captura al comendador y se dispone a darle tormento. Mas sea 10 que sea
mi mal, como dijo el otro,
Escena 17 . deld acto II: soliloquio de un personaje en la l'mea d eI en viéndola me quillotro
menospreclo e corte y alabanza de aldea: y el alma se me menea
«Más precio yo mi prado,
el pecho se me bazuca
y me dan ceciones luego ... »147.
ser rey de vuestras flores y belleza
tejiendo coronado ' Así pues, Tirso de Malina lleva a cabo en su práctica teatral la tarea de
guirnaldas que regalen mi cabeza
entre el arado y bueyes, J
cumplir el principio renacentista de la variedad como generadora de delei-
que la diadema avara de los reyes»144. te. Ocurre, empero, que este principio adquiere con el Barroco una dimen-

142 [bid., UI, xxiii, págs. 167b-168a. 145 Cfr. Doña Beatriz de Silva, III, vii-ix, ODC, U, págs. 905b-909a.
143 SE~~E MAUREL, L'univers dramatlque... , op. cit.
'28 . 146 La vida y muerte de Herodes, I, vii, ODC, I, págs. 1585b y 1586a. Son tan sólo unos
de Laurencla en comparación con las de su h , . ,pars' b 5-]289, analrza estas palabras pocos versos a modo de ejemplo, la tirada es mucho más larga.
144 La Dama del olivar U xvii ODC 1 ~moln210m2aben a o ra opesca: Fuente Ovejuna.
" , " pago . 147 Ibid., 1. ix, pág. 1587a.

158 159
TIRSO DE MaLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DURÁN

sión esencialmente antitética, donde se contraponen escenas trágicas y có- Tirso de Malina sí que resultaban necesarios estos procedimientos y de ahí
micas, lentas y rápidas, etc. Con todo, a nuestro modo de ver, en la base que e! Mercedario les prestara toda su atención. .
de la deleitosa variedad de escenas late la incontrovertible máxima tan Así pues, por ejemplo, e! primer y/o e! segundo acto de una comedIa
suele concluir con una elevación de! interés dramático al colocar al perso-
recordada en este epígrafe: el comediógrafo debe distraer y deleitar a un
naje central en una situación teatral difícil, al hablar los personajes de sus
público heterogéneo en cuanto a formación estética y a sensibilidad se
planes para e! futuro cercano, por la acumulación de nueVOS enr~do:, etc.
refiere, es decir, variedad de escenas para un auditorio vario y exigente.
Buena muestra de este empeño puede observarse en el prurito de los dra- Tal práctica dramática tiene una explicación: como se sabe el p,ublico de
los. corrales de comedias no asistía únicamente a la representaClon de una
maturgos por dilatar la solución de la intriga hasta la postrera escena, con
el propósito de mantener el interés de los espectadores por lo que está comedia, sino que también se representaban entremes~~ Y bailes. :ero lo
que aquí interesa resaltar es el orden de la represent~clOn, que sol:a ser el
pasando en las tablas. Es cuestión de divertir al público hasta el final de la
que sigue: loa, jornada 1.", entremés; jornada 2.', bade; Jornada ~. , same-
representación.
tel49. Quiere decirse, pues, que el público presencIaba un es,r:ectaculo glo-
bal, total, sin interrupción. Habida cuenta de esto, el comedlOg~afo, con e!
2.2.3. Técnicas para mantener el interés de la acción fin de que el espectador mantuviera viva en su mente la c?medl~ mIentras
en las tablas se ponía un entremés o un baile, solía conclUIr el primer acto,
Los dramaturgos barrocos, en virtud de la experiencia lograda a través
por ejemplo, suscitando todavía más el interés por la pieza. teatral. .
de la representación de sus comedias, sabían muy bien que no poca parte V éanse algunos casos entresacados de las comediaS !lrSlanas. En el Pri-
del éxito de sus creaciones dramáticas nada de la habilidad con que ellos mer acto de Desde Toledo a Madrid se presenta a una dama que marcha
plantearan la intriga, el enredo. Se trataba de hacer uso de una serie de hacia la villa y corte para casarse con un hombre que ella no ama. En unas
recursos y de técnicas tendentes a mantener el interés de la trama, colocan- curiosas circunstancias conoce a don Baltasar y nace el amor entre ambos,
do una elevación del interés dramático allí donde fuere necesario con el fin
El debe impedir a toda costa e! matrimonio de su amada,c?n el hombre de
de que el espectador estuviera atento a la representación y se entretuviera Madrid. Un amigo le pregunta cómo va a lograr su proposlto, don Baltasar
con lo que ocurría ante sus ojos. Si bien es verdad que la necesidad de
sostener, a lo latgo de la obra, la atención por aquello que sucede, no es responde:
DON BALTASAR. Impediréis la quimera
privativo del teatro, ya que cabe observar este prurito en e! género narrati-
de mi amor, por inauditas
vo, no es menos cierto que en el teatro español del XVII era absolutamente si os las cuento: todo junto
necesario que en muchas de las comedias, no sólo en las conocidas bajo e! 10 sabréis estando hecho 150 ,
marbete de comedia de enredo, e! espectador permaneciera sentado hasta
e! final de! todo, en silencio o, al menos, jaleando y aplaudiendo los pasos y el acto termina con estas palabras del galán:
escénicos, es decir, que se centrara en lo que estaba viendo y no hablara a DON BALTASAR. Veréis, pues celos me abrasan,
gritos con las mujeres de la cazuela o diera pie a alguna riña con los mosque- las maravillas que pasan
desde Toledo a Madrid 151.
teros 148 • No se nos oculta, empero, que andando el tiempo, estas técnicas,
nacidas de una verdadera necesidad dadas las circunstancias que rodeaban No podía faltar este recurso en una de las comedias que pasa por tener
al espectáculo teatral, se convirtieron en recursos codificados y, como tales, una de las tramas más enredadas de! teatro naCIOnal: Don Gzl de la '}alzas
repetidos hasta la saciedad por los escritores aunque no lo exigiera la espe- verdes. El final del acto primero es ejemplar por lo que respecta a la tecmca
cificidad escénica. En cualquier caso, en nuestra opinión, en el tiempo de de elevar el interés de la acción al término del acto primero y/o segundo.
Se trata de una escena donde los personajes quedan confusos ante la presen-
l~S JUAN DE ZABA~E-r:~, el costumbrista español del XVII, dejó escrito en El día de fiesta
una Interesante descnpclon de lo que era una representación teatral en un corral de comedias: Para estos aspectos, cfr, J, M. DiEZ BORQUE, Sociedad y teatro" op. cit., págs. 269-297.
149 J
actores, público, técnica teatral, etc., vid. El día de fiesta, Madrid, Castalia, 19B3, págs. 307-
323. Tras la lectura se comprende fácilmente por qué los comediógrafos debían hacer uso de Desde Toledo a Madrid, I, vüi, ODC, III, pág, BOSa.
150

los recursos propios para mantener el interés de la acción dramática. m Ibid., pág. 808b.
161
160
FRANCISCO FLORIT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

cia, no simultánea, de d~s don Giles' doña J . A veces éste concluye colocando Tirso al personaje en una situación
el nombre de don Gil es u d I ' u~na, disfrazada de varón y con- difícil, cuya solución sólo se conocerá después. Téngase presente a este
., no e os personaJes' el otro d M '
tam b len oculta su identidad b' aJo elmIsmo
' '
nombre El es on d ar!ln que respecto e! final de! acto primero de La peña de Francia, donde se aprecia
e1 enre d o, la causa de la conf l" . . especta or conoce una elevación e intensificación del interés dramático, pues don Enrique,
us on, pero cIertamente q d' f '1
a 1os personajes confusos ' d _ ue IS rutana a ver privado del rey Juan II de Castilla, en virtud de una calumnia es encarcela-
. d y como ona Inés y doña Cl
apasIOna amente enamoradas d e d on G'l (d _ Juana): ara se muestran
lona do por orden de su monarca. Los espectadores saben que el valido es
DOÑA CLARA , Q ue a Don GIl. tengo por dueño. inocente, pero han de esperar a los dos próximos actos para que se endere-
DOÑA INÉS. ¿Tú? ce el entuerto15~.
Finalmente un curioso caso en donde se nota cómo Tirso acaba e! acto
DOÑA CLARA. Yo, pues; y en yendo a casa segundo de un modo estruendoso: la protagonista de Averígüelo, Vargas,
procuraré que mi madre '
me case con él.
Sancha, al ver cómo su amado requiebra a otra mujer, exclama:
DOÑA INÉS. El alma SANCHA. Pero pues tan tarde llego,
te haré yo sacar primero. y ellos se hablan despacio,
gritemos: ¡Fuego en palacio! (Grita.)
DOÑA CLARA. ¡Hay tal Don Gil! ¡Agua traigan! ¡Fuego, fuego!
DON PEDRO. Tus mudanzas IAp.J -Con que se abrasen los dos,
han de obligarme ... como mi pecho se abrasa -.
DOÑA INÉS. . Don Gil FELIPA. ¡Ay, cielos! ¿Fuego hay en casa?
es mI esposo: ¿qué te cansas? Adiós.
DON MARTÍN. Yo soy Don Gil, Inés mía; M'AIRO. Voyme.
cumpla yo tus esperanzas.
FELIPA. Adiós.
DOÑA INÉS. Don Gil de las calzas verdes
he dicho yo. RAMIRO. AdióS 155 .
( ... )
DOÑA INÉS. (Aparte.) ¡Ay Don Gil del alma,l52. Se uata, por consiguiente, de un final de acto dinámico, con brío, que
entretiene y divierte al público, a la vez que hace que el espectador se
El espectador, pues, desearía ve; rean d d I · .
que para todo el enredo Recuérd . ~ a a a comedIa para saber en sienta seducido por el ingenio de Sancha, esperando el último acto para
do presenta una situació~ idéntl' ~sde, smMem ,argo, que el fmal del acto segun- ver si consigue su propósito.
d 1 1 ca. on artm confuso
e as ca zas verdes que le está haciendo la" ~ causa de ~n d on Gil Claro es que el interés de la comedia no se centra sólo en e! final del
planes de matrimonio con doña Inés vIda ImposIble y arrumando sus primer o segundo acto. El comediógrafo ha de mantener e! enredo, la
Otro caso cabe encontrarlo en el final d 1 intriga, a lo largo de toda la representación, a la par que debe ofrecer el
y el torno: don Fernando enam d d Be acto segundo de Por el sótano desenlace en los últimos versos de la pieza teatral. Como se sabe, la exposi-
Jusepa, merced a diverso~ acon~r~ ~ e er~arda, y don Duarte, galán de ción de los acontecimientos en la comedia áurea adopta una estructura
sus damas, de ahí que el act t c mIentas, sIenten amenazado el amor de tripartita: exposición, nudo y.desenlace. Lope de Vega en su Arte nuevo,
o ermme con estas palabras:
así lo recomienda:
DON FERNANDO. Celos llevo.
DON DUARTE. «En el acto primero ponga el caso,
Yo temores 153
en el segundo enlaze los sucessos
con lo que la intriga queda asegurada para el últi~o acto.
152-D Gl La peña de Francia, 1, xxü, ODC, J, págs. 1852b-1853b.
m P:; el i ,fe la calizas verdes, 1, x, ODC, 1, pág. 1727a-b 154
so ano y e torno, II, xviü, ODC, III, pág, 581b, ' 155 Averígüelo, Vargas, n, xxiii, ed, cit., pág. 228.

162 163
FRANCISCO FLORIT DURAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA

de Suerte que, hasta el d'


apenas juzgue nadie en m e 10 del tercero ñados y enredados. Obsérvese cómo los propios personajes de las comedias
lo que para» 156.
tirsianas constatan el enredo en e! que se hallan metidos:
Y Pellicer de Tovar años más tarde lo refrenda' VIOLANTE. ¡Extremada
. . El séptimo precepto es el de 1 - . . novela se puede hacer,
pt1me~a jornada sirve de entabl a mara~a o contexto de la comedia Aguado, de esta maraña! 160,
~r
h: de apretando el poeta con ~r:if~7o
"l.mtento .~el
poeta. En la segu~J: JERÓNIMA. ¿Cómo hallaré la salida
;e e ma!, de filodo que parezca imposible dillven cI0fl Yempeñándola siem~ de tan encantada Creta?161,
s vue tas a a traza y ten 1 esatalla. E n la tercera dé
~udoso en la salida que ha gde ~a~h~~~ indeciso, neutral o indifer:~~o­ CABELLO. ¿Do me llevas
tde comenzar a destejer el laberinto a segulndlla escena, que es dond~
e rcunstantes»157, Y cane U1 e a satisfac" Clan de los
desta suerte? ¿Qué marañas
comienzan ya tus hazañas?162.

. El preceptista barroco se ha fi' d ' Tejer un laberinto, crear una espesa maraña, enredar'!a madeja de la
dla nueva para establecer este re~a o en I~ practica dramática de la come- acción, tal es e! propósito de los comediógrafos en la mayoría de sus obras
mIsmo sentido: el comediógrafo d ehto. INotese que todo va dirigido en un teatrales. Ahora bien, ¿cómo se consigue esto?, ¿qué recursos y técnicas ha
enredada posible con la intención ~ e p antear una acción que sea lo más de emplear e! dramaturgo? Véase la comedia Don Gil de las calzas verdes.
~oso», es decir, con el propósito de q~:e~er al espectador «indeciso» y «du- En ella, como en otras muchas de Tirso, un personaje femenino es e! autor
1 esar:olb de la acción. Con todo, como e oye~te de. la comedia esté atento al de! enredo, de la maraña, a base de mentiras y más mentiras. En este
o mas Imponante no era ue el ' ,:"uy len dIce Juana de José Prades sentido Don Gil resulta paradigmático: como se sabe doña Juana, que ha
come.~ia, pues lo cierto y v~rdad !ubhco descubriera el desenlace de I~ sido engañada y abandonada por don Martín, persigue a su amante, que va
soluclon mucho antes del final dIque, generalmente, éste adivinaba 1 a casarse con otra, con e! fin de impedir por todos los medios ese matrimo-
~onterplhar cómo el dramaturgo e e~;:~:~
aclto, }ino ~u:
<<10 inusitado er: nio. El público de! XVII, perfecto conocedor de la. comedia áurea, acaso
evar os asta el desenlace»158 Es . a a marana, la "traza" para sospecharía un final feliz en e! que doña Juana se casa con don Martín, tal
los dramaturgos barrocos sob;e to'd efect1¡amente, en este aspecto donde y como realmente ocurre en la comedia tirsiana. Como quiera que fuese,
y espada y de enredo, po~ían todo s~ .en a~ comedias de amores, de capa esto no importaba demasiado, lo verdaderamente interesante y entretenido
trataba, en muchas ocasiones de Ingemo y todo su arte aprendido Se para el espectador barroco era e! observar cómo doña Juana iba tejiendo
a c~bo .la pirueta teatral más' brill~~~~entar el más. difícil todavía, de ll~var
;~d~~lo. Recuérdese, a propósito de
ue
1: 'd
oC~~lOnara la admiración del
I a e deleItar y enseñar se encontraba a mlraclO~ q?e aliado de la fina-
una espesa maraña en torno a su galán y el contemplar después cómo se
salía de semejante laberinto dramático. La técnica utilizada por el Merceda-
rio, a través de su protagonista femenina, es bien sencilla: doña Juana va
cls:a y barroca, la de producir admiració~ en la teorla literaria clásica, clasi- acumulando mentiras y éstas enredan, hasta un límite querido por e! come-
AsI pues, Lope, Tirso, Calderón ROJ' Z enilllos oyentes o en los lectores!59 diógrafo, la comedia. Ciertamente, que no sólo doña Juana farsea la reali-
d e sus compOSICIones
.. dramáticas' pr as orrb a' etc ., a1 conf'Igurar la trama. dad de la ficción, sino que también lo hacen otros personajes de la come-
d e modo y m anera que éstos aparecier
' ocura an exponer 1
l' os acontecimientos dia. En último término, es e! hecho de que otros personajes no conozcan
an ante os oJos del p u'bl'leo enmara- la <<verdad» lo que crea el enredo y e! conflicto dramático. Nótese la técnica
de la que hablamos, de un modo esquemático:
156LOPE DE VEGA, Arte nu
estos versos lopescos 'd b' evo> vss, 298~301 ed cit ,- 1, i doña Juana bajo e! disfraz de don Gil de las calzas verdes.
págs. 105-107. ,VI. t ¡d.; págs. 188-190, ;]. M. R~:A~g·l97:~.Para un comentario de
. 157]. PELLICERDE Tov ' ¡gnt;tcado y doctrina; op. cit.; ,... 1, x don Martín bajo e! disfraz de don Gil de Albornoz.
at.; pág. 268, AR, Idea de la comedia de Casttlla cit p P '
158 ]. DE JOSÉ PRADES L P d V. ; . or recepttva dramática ... ; op
159 _ Cfr. E. .0, RrLEY, '<<A~p:ct~s J
ga . El <<Arte nuevo» ...; op. dt.; á . La vt"llana de Vallecas, III, xviü, ODC, II, pág, 850a. El subrayado es nuestro.
novela... ; op. CIt.; págs. 146~154 , ~ g. 189.
160
el concepto ... », art, cit. ' y del mIsmo autor, Teoría de la 161 El amor médico, II, xii, ed. cit., vss. 2099-2100, pág. 85. El subrayado es nuestro.
162 Averígüelo Vargas, TI, v, ed. cit., vss, 1480-82, pág. 201. El subrayado es nuestro,
164
165
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DuRAN
dentemente, al final de la comedia la dama embaucadora servirá de Ariadna
lId' ~ Dodña JMuana prepara la siguiente mentira: su criado Quintana le a los demás personajes y les explicará la maraña por ella urdida, tal y como
Ira a on attín_ qu e su ama esta' en un convento de Valladolid «con
sospechas de prenada». Esto se lleva a cabo en II . Quintana anuncia:
lI, v Escena en la que doña J d I ' :11. «Aguardad,
e! disfraz y el nombre de doñ~a~~i~~r; c~na eT~~e~e f~~;~;~~e~~;J~ que se apean unas damas
de un coche, y viene aprisa
momo entre d on Martín y doña Inés le cuenta a ' h·· - a dar luz a estas marañas»164.
esencia es que don Migue! de Ribe:a gozó de e~:t~d~~aa ~:~~~a ~uya
rlabra de m~trin;-0nioy luego huyó sin cumplir la promesa. Aqu; do~~ y dice doña Juana:
<N o he sido el Don Gil fingido,
uana no esta mas que engañando con la verdad, pues, no obstante
célebre ya por mis calzas,
~~~~Ia~ de no~bres y lugares, la sustancia de su relato se corresponde temido por ahna en pena»165.
d _ o ue a e a, en cuanto doña Juana, le ha ocurrido. Por otro lado

d
o~a JEula?a, con e! propósito de poner celosa a doña Inés le dice qu~
ona
1 vIra ' es decir , ell
a , es t'a un poco enamorada de don ' G·l d 1
La solución, e! desenlace, pues, en esta comedia aparece cuando doña
Juana se quita e! disfraz y descubre su verdadera identidad, una vez que ha

~l lae:ct~~~
ca zas ve;des, es decir, ella también. Como se nota fácilmente I e as logrado su propósito. De todos modos, como ya se dijo, la solución, en
un desafIO espectador por parte de! dramaturgo que anuda este caso e! concierto matrimonial entre doña Juana y don Martín, no es 10
~i:~~ vez mas, parecIendo imposible una solución a tanto enredo y men- importante, sino que e! interés de la comedia viene dado por e! modo en
que e! comediógrafo desteje la tela de araña. Téngase en cuenta que en
- lI, xiv Doña Juana, vestida de don Gil d 1 Don Gil de las calzas verdes, al igual que en otras muchas comedias, al
presenta ante don Pedro padre d d _ I ,e as calzas verdes, se
cartas que se le h 'd ' d e ona nes, y, valiéndose de unas espectador se le dan todas las claves de! enredo, incluso de un modo redun-
an cal o a on Martín en la ' dante '''', es decir, que e! auditorio sabe muy bien que don Gil y doña
don Gil de Alborn f '1 s que aparece este como
verdadero don Gil ~z~l ~;;~ae;~e ': (~eal~nte, ella, doña Juana) es e! Elvira' son una misma persona cuyo «verdadero» nombre es e! de doña
Pedro decide casar a su hij; Inés ~~~ d~~ artm, es un Impos~or. Don
Juana; 10 que ignora, por 10 que se mantiene pegado a su asiento, es la
«esta noche» P"' 1 Gil, es decIr, con dona Juana forma en la que se va a ir tejiendo y destejiendo el tapiz de la acción, no
de t~do e! e~re~:~s~~:f;~a~ú;~f ~;rP::~i~~nq~:;stá al tamo de la cla~e
sabe qué nuevas mentiras urdirá doña Juana y las consecuencias teatrales
monlO entre d . ro conCierta un rnattl- de estas invenciones.
os mUJeres. Este tipo de comedia debió de ser de! agrado de Tirso puesto que
III, i Pohr Orden dde doña Juana, Quintana le dice a don Martín que repite varias veces una estructura Y una técnica muy semejante, es decir, una
de
S u doñ Ja muerto e un ma1parto. A··
ama slmlsmo le cuenta que e! espíritu mujer, por un motivo concreto, esconde su personalidad bajo dos identida-
que se ~a~:~' s,:;;mQa, ~e aparece con un vertido varonil y diciendo des fingidas: así, Jerónima, en El amor médico, se hace pasar por el doctor
on 1 . U10tana exclama en un aparte: Barbosa y por la hermana de éste, doña Marta de Barce!os, todo ello con
«No sé en lo que ha de parar la intención de conquistar a don Gaspar. De! mismo modo, en La villana
tanta suma de mentira»163. de la Sagra, Inés, vestida de hombre y con e! nombre de Guzmán, marcha
de Galicia a Toledo en busca de su hermano don Luis, posteriormente se
- lII, iv Doña Juana le escribe a su d 1 d·
la ha apuñalado, dejándola moribun!.a ;e: e Ice que don Martín
una nueva mentira de doña Juana. . o supuesto que se trata de
164 Ibid., III, xxi, pág. 1761a-b.
Ibid., m, xxii, pág. 1761b. . .
ceb~~~~~: ~oe::J:~:~g~:rt:t;;!:~ ~::s ~~~' :a;t~~ncia, las mentillras co~-
1'5
166Dada la complejidad y 10 enmarañado de la acción de Don Gil, Tirso de Malina, con
. . se case con e a. EVl- muy buen criterio, hace que en el arranque del acto segundo doña Juana sintetice, brevemente,
lo ocurrido en el acto primero. De este modo el espectador, tras el entremés, entraría en

163 Don Gil de las calzas verdes) III" i ODC " 1 pago
' 17440. situación en seguida.
167
166
APROXIMACI6N A UNA POÉTICA
FRANCISCO fLORlT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA:

acreditad lo que oíst~s;


hará pasar por doña Juana con e! fin de enredar más la acción, En fin, en
ojos, en sus mano~ Vistes
La villana de Vallecas, doña ViaJante, para restaurar su honor perdido y desacreditarse lab~os.
encontrar al ladrón de su honra, se disfraza de panadera de Vallecas porque No os podrán satlsfa.cer
su hermano está en Madrid y ella ha de encontrar al hombre que la deshon- disculpas para conm.Igo;
ró antes de que aquél tome venganza, Además de hacerse pasar por pana- que no vale por testl~o, 168
siendo parte, una mUjer .
dera, también oculta su personalidad llamándose doña Inés, Todas estas
mujeres, con tal de conseguir sus propósitos, no escatiman mentiras y dis~
fraces que enredan la acción y acumulan acontecimientos, 2.2.4, «Aut prodesse",» ,
Otras veces, empero, el enredo no es creado voluntariamente por un , d ver cómo e! Mercedano fue
personaje, sino que nace de un equívoco, de un error involuntario, de! Al analizar la evolución de TltSdo se ~~ o on el fin de dedicarse a una
, d
lentamente espaCIan o su creac h
ión ramatica c
" loen algún momento, ego a
11 '
«azar» calculado por e! dramaturgo, Así, por ejemplo, en Doña Beatriz de
Silva la trama surge cuando don Pedro, al ir a enseñarle al rey el retrato de ll'teratura más ed I'f'Icant e y provec osa, mc'dusrarlas, 1 'd d
mentirosas y a eJa as e
, d ' ' por conSI e T'll
la futura reina, se equivoca y le muestra e! de doña Beatriz de Silva; e! rey criticar las fiCCIOnes ramat;cas 1 s últimos años de su vida, Antes e ez
se enamora súbitamente de la dama y don Pedro comprende las consecuen- la verdad, Pero esto ocurno e~ o d edl'as varias de las cuales pa-
cias de tal error: , l' CIentos e com, ' 1 ,p
había dejado escntas a gunos dI' d todo el teatro naclOna '1. re-
'd' t'd sy eeltosas e
san por ser las mas iver 1 a
, 1
r con sus piezas teatra es o acaso
DON PEDRO, ¿Que haya podido hacer tan grave daño ' " nte entretene _
el trueco de un papel pintado? ¡Ah cielos! tendía el Merce d ano untcame 1 cuestión no es sencilla, pues entra;,a
y que yo en el remedio ignore el modo. buscaba algo más? La r~~puesta a ta mente subjetiva por parte ~el estudl~-
Perderé a 111í Beatriz, verá mi engaño sl'empre una interpretaclon necesana q e para algunos cntlcos decI-
el Rey don Juan; tendrá la Reina celos "
d 1 teatro tlrSlanO, S'm embargo , parece u
y yo, inocente, pagarélo todo l67 . so e, 1 t estaba muy claro:
monÓDiCOS e asun o d tirse al contemplar aquellas
1 de menos e resen .
En e! arranque de El amor y el amistad se presenta a don Guillén, «La rígida mora. no pue .' de desenvoltura, aquellos graClosas pe~-
oculto entre unos matorrales, escuchando una conversación entre su mejor damas, modelos de Imp~~encia Y . rtina'e, siempre lamentando las prt-
amigo, don Grao, y su amada Este!a, La dama, ante los requiebros amoro- sonificaciones de la malic~a y del ldlbe do Iy protegiendo los segundos las
sos de don Grao, manifiesta su eterno amor y su fidelidad a don Guillén, meras su perdz'do honor . l. Siempre
169
i ean d
intrigas más torpes y li'hianaf» . ntemente traspasar los límites del pu or
quien, oculto como está y un poco alejado de la escena, no oye esta decla- « ... pero ese empeño le a~e recuentimientos morales de la ternura en un
ración de Estela e interpreta mal el beso que don Grao le da a la dama, De y de la decencia, con~ert1t lo~ se . ~ uitarle al amor su venda, y expo-
esta equivocación de don Guillén nace el enredo de la acción dramática, mero comercio de van.idad y ~isoluci(tludibrio del vulgo malicioso y poco
nerle desnudo, pero SIn venguenza, a
dando el caballero más crédito a SllS ojos y a sus oídos que a las palahras
de amor que Estela le dedica para ruhricar su inocencia: ' delicado»170. . Tirso son los finales de muchas de sus
«Pero lo más insufrtble de. El castt' o del penséque) en Marta
DON GUILLÉN, ¡Ah ingrata! ¡Qué fácilmente piezas. En El vergonzoso en palaczt )en consu~an los matrimonios entre
tu excusa me persuadiera la piadosa) en Del mal, ell m)e ~os! ~dos~ contrario a las costumbres»17l,
a adorarte, si no viera bastidores, (Todo lo cua es mmu
que es la mentira elocuente
y persuasivo el engaño! . dI' ODC I1I, pág, 511a,b, , á s XIX,XX,
168 El amor y el amtsta, , IV, ~ '¡ b' ráficos y críticos ... », arto cit., p g .
Arboles que mis congojas RANOS <<Artlcu os lOg . 'XXII
ojos hacen vuestras hojas: ~~: ~~~~~~~~S~A,~~rtícuios biográficos Y¡ ~ítiC(~r'~~ ;.\~~,~¿:,gHistort~
' XXVII . Obsérvense estas pa a ras e ,
de la literatu-
o me engañan o me engaño. 171 lb!'d pago
'J 1
¿Yo engañarme? Eso no. Agravios, ra voL III, op. cit.) pág. 409: . ' ulos oéticos que los morales. To~os os
,,' «Lo mismo descono_ce TIrSO 10s_es~uktrig! amorosas no morales, que a veces
poetas dramáticos e~pan~les han traza o
167 Doña Beatriz de Silva, 1. xv, ODC, ~I, pág. 881a. 1- degeneran hasta la lIcenCIa ...»
169
168
APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORlT DuRAN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: .

. .' e le arezca aceptable que tales artl-


No es nuestra inten~ión ni viene a cuento lanzar un «Anatema sit!» escrito la comedia, ello no slgnlÜca qu , decir y acaso no le faltara razón,
contra el teatro tirsiano en su vertiente moral tal y como hacen los hombres Al' ero censor po d t i a , 1 d 1 XVII na
ficios se usen. gun sev h d d a los amantes españo es e u
del XIX. Por el contrario, creemos que Gabriel T éllez, en tanto que come- el hecho es que TIrso a .. a o
diógrafo, no descuidó la faceta provechosa en sus comedias. Aunque no se que d I ' s edIfIcantes. ..
buena idea y no e as ma d' d 1 zón a los moralistas que crltlcan
ar
nos oculta que las aprobaciones de las obras tenían muchos elementos tópi- Si en esta ocasión se le po tia h ~ ra iones en las que Gabriel T éllez
. tras muc as situaC . rvit
cos, obsérvese la aprobación de la Quinta Parte de las comedias tirsianas
firmadas por Calderón de la Barca:
el teatro tirsiano, eXisten d' ° ta pretende enseñar, aconseJar, se
.>

recuerda al final de la come la que es .


«Muy Poderoso Señor. Por mandato de V. A. he visto e! libro intitula- de ejemplo, escarmentar, etc.:
do Quinta parte de las Comedias de! MRO. Tirso de Molina, recogidas «Venid, condes valer~sos,
por don Francisco Lucas de Avila, en las quales no hallo cosa que disuene ue dejáis ejemplos VlVOS
de nuestra Sana Fe y buenas costumbres: antes hay en ella mucha erudi~ ~n que los hombres apr.endal~4
ción y exemp1ar doctrina por la moralidad que tienen encerrada en su como han de ser los amzgos» .
honesto y apacible entretenimiento, efetos todos del ingenio de su autor,
que con tantas muestra de ciencia, virtud y religión ha dado que aprender «En mí escarmiente desde hoy
a los que deseamos imitarle. No tienen inconveniente para imprimírse»172, la ciega Ambición h':,mana,
y si cual yo se despena . 175
Bien es verdad, como decía el propio Tirso, que una cosa es <<la novia no le arriendo la ganancta»
en la Iglesia compuesta» y otra «en el tálamo casera», es decir, que es muy
1p 'blico arrepentimiento de los peca-
diferente juzgar la moralidad de una representación escénica de una come- La Dama del olivar conc1uye con e u
dia a considerar el provecho ético de una comedia leída. Pero no es menos dores:
cierto que el Mercedario no era responsable de los yerros morales cometi- Yo os consagro insigne imagen
LAURENCIA.
dos en la representación. . 'da y desde hoy
mlVl, .;ordena,
Con todo, parece relativamente claro que Tirso de Malina se preocupa si en pecados la imlte,
por el efecto moral de sus comedias. Véase, por ejemplo, cómo advierte lo en virtud ser Magdalena.
siguiente al final de Por el sótano y el torno: GUlLLÉN. y yo, Petronila bella,
siendo esposO vuestro, doy
<<Esto sirva al Cielo firmes promesas 176
de entretener solamente de enmendar mis travesuras
no porque haya estas malicias,
que Por el sótano y el torno En otras ocasiones el poeta aconseja:
Tirso escribe, mas no afirrna»173,
DeJ'e palabras quien ama,
Es decir, el poeta ha concebido una comedia entretenida en donde que sin obras to d
« Ian,
as vue '
porque palabras y plumllas 177
todo gira alrededor de un hueco excavado en el sótano que permite a los dicen que el viento las eva» .
amantes comunicarse sin ser echados en falta de sus casas. Este ardid,
según Tirso, no tiene otro fin que el de deleitar y no se pretende que .. amente a los espectadores, como ocurre al
proliferen tales astucias entre los enamorados de carne y hueso. Parece Algunas veces se dltlge ciar d d doña Gracia, personaje que no ha
el amzstad, en on e . d'
como si el Mercedario se curara en salud al advertir que, si bien él ha final d e El amor Y 1 1 rgo de la comedIa, Ice:
actuado muy honradamente a o a

172 Cit. por- E. COTARELO y MORI en la introducción a su edición de Comedias de Tirso de . III xviii, ODC. 1, pág. 313b.
Malina, ed. cit., pág. LXVII, nota 1. Con respecto a esta aprobación RUTH LEE KENNEDY, n4 Co'mo han de ser los amzgos"
. (auto sacrame
ntal) , ODC , 1, pág. 661b.
Studies in Tirso, L., op. cit., pág. 58, piensa que Calderón <<was, I believe, speaking with all 175 No le arriendo Za gananCIa ODC 1 pág. 1218b.
sinceritY;>.
173 Por el sótano y el torno, In. xxi, ODC, nI, pág. 598b. ~:~ ~:l~br;:/;iuo;~:,\N~~~:ODC, l, pág. 1336b.
171
170
¡J
I
A APROXIM:ACI6N A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DURÁN TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEV :

DOÑA GRACIA. Si en nosotras escarmientan , .t dificante que guía al autor es diaman-


las bellezas desta corte,
Aquí no cabe la duda, el proPloslho e I'dad intelectual del público de
T' o olVida a eterogene d .
yo doy la burla por buena l7'. tino; aunque Irso n. one su tesis teológica acerca de la pre estma-
los corrales de comedias y exp d 1 incluso repite los argumentos
Se refiere a ella y a doña Vitoria, quienes se han movido únicamente ción y libre albedrío de un mOdO c aro e, te bien' sobre todo, el mensaje
por el interés, por lo que al final reciben el castigo de quedarse solas y sin .1 que el especta or los c a p , h
amparo. sustancia es para ]' itado cuatro veces en oc enta
final de la pieza teatral, que aparece exp IC
Téngase presente, por otra parte, que Tirso de Malina escribió muchas versos:
comedias de tema religioso en las que, sin olvidar el precepto de entretener PEDRISCO. Enrieo con ser tan malo,
y deleitar, ilustraba a los espectadores con vidas de santos, comedias bíbli- se salvÓ, y éste al infierno
cas, etc. Algunos títulos son: La Santa Juana; La Dama del olivar, basada en se fue por desconfiado.
(Vss.2900-2902).
la piadosa tradición de la aparición de la Virgen a un pastor; La peña de
Francia, que trata del descubrimiento de una imagen de Nuestra Señora de PAULO. Pero fui desconfiado .
la Peña de Francia; Doña Beatriz de Silva; La elección por la virtud; Santo y de la gran piedad de DIOS ...
l79 (Vss.2952-2953).
sastre, etc. Asimismo, Tirso no dudó de echar mano de la tramoya a la
hora de las apoteósicas escenas finales de buena parte de estas comedias, (... ) Id'
.y yo también sea ma Ita,
pues todo redundaba en beneficio de la exaltación de la fe, es decir, la ~ues que fui desconfiado!
teatralidad al servicio de la religión. Véase el final de La Santa Juana, Terce- (Vss. 2961-2962).
ra parte: ... quien fuere desconfiado,
PEDRISCO.
«(Descubren una cortina y aparecerá la Santa de rodillas con un Cristo mire el ejemplo presente
en la mano y coronada la cabeza como la pintan, y la~ monjas a sus lados, no más.
estén sobre una tarima a forma de cama.) (Vss. 2978"298W".
(Descúbrese de rodillas sobre una tarima, puestas las manos la Santa ., ., r instruir teológicamente a los
elevada, y a sus lados las monjas hincadas de rodillas.) Al lado de la preocupaclO.n t1r~lanal ~ode los santos, sin olvidar nunca
(Suben la tramoya)>>180.
espectadores, por ensalzar la vidda eJ.emp a ncibe sus comedias religiosas
1 q e el Merce ario no ca .
En estas escenas finales de las comedias hagiográficas se evidencian, en -qued e c aro- u . . ' ra enseñar deleitando, Junto a
nuestra opinión, los tres fines del arte literario: deleitan y producen admira- como un sermón domlll~c~l, smo q~e procu b hablar de una moral civil
, . ral religIOSO deClamas, ca e . ..
ción por su efectismo, a la vez que aprovechan en virtud de su exaltación este proposuo mo - , d bajo el concepto de JustiCIa
de la religión. Claro es que esta proclamación de la fe católica viene dada que, en palabras de Díez Borque, es «expre~ata~to hipertrofiado por el his-
por una visión muy superficial y primitiva del mundo religioso. Quiere poética»l83. Como se sabe est;4 concePulto, u el malvado ha de recibir su
. , A A Parker l post a que al h
decirse, que se queda en la corteza, en el exterior, en el milagro efectista panista sajan '. ' . .'. erecerlo, es decir, «quien tace que
que seduce a las mentes primarias y no entra a analizar verdaderos proble- castigo y que nadie debe sufrlr smfu:' d por Tirso en El burlador de
mas religiosos y teológicos. '1o con el reranusa o
tal pague», por d eclr
Cosa muy distinta, sin embargo, es El condenado por desconfiado1'1.
sttón uede verse en A. RODRÍGUE:Z LóPEZ- V ~QUEZ,
Una buena sínteSiS del estado de la~ cU El !ndenado por desconfiado», en Cauce, numo 6,
d
178 el amor y el amistad, III, xx, ODC, In, pág. 547b. , d 's de Claramonte y la autorla e
(<.n.n re . 'd
179 Para un detallado estudio de las fuentes del teatro religioso de Tirso, cfr. SERGE MAUo·
1983 Sevilla, págs. 135-175. .< d d" d C Motón y Rolena Adomo, MadrId, Cate ra,
REL, L'univers dramatique ... , op. cit., págs. 35-135. 182 El condenado por desconjta o, e lClon e .
180 La Santa Juana O.a parte), III, xxi-xxii, ODC, 1, págs. 907a, 908a y 908b. Para un 5' edición, 1982, págs. 212-213, 215-216 y 217. d o al pág 364.
análisis semiológico de este tipo de escenas cfr. J. M. DiEz BORQUE, «Aproxímadón semioló-
gica a la escena del teatro del siglo de oro español», en Semiología del teatro, Barcelona,
. 18' J M. DiEZ BORQUE~ SOC1ologza de la c~n;: ;: p~ :<Aproximaclón al drama españ. ol.
184 Cfr. la verSión espanola de este tr~baJo. d.· .... · de M 'Durán y R. González Echevarna,
Planeta, 1975, págs. 80-83. del Siglo de Oro», en Calderón} la cntlca, e lClon .
181 Como se sabe la autoría de este drama religioso sigue siendo un misterio para la crítica. MadrId, Gtedos, 1976, voL 1, pags. 329-357.
172 173
TIRSO DE MOLINA ANTE LA COMEDIA NUEVA: APROXIMACIÓN A UNA POÉTICA
FRANCISCO FLORIT DURÁN

porque al que cual yo la pierde


Se~ill~. Precisamente esta obra y El condenado por desconfiado resultan, en le cabrá parte conmigo
opl~lon de A. A. Parker, paradigmáticas en lo referente a la severidad de! del Castigo del penséquel87 •
C~Stlgo, pues tanto don Juan como Paulo son condenados al infierno en En otro orden de cosas, y adentrándonos en la moral civil, conviene
~Irwd de S;"S actitudes frente a Dios. En cualquier caso, la presencia de la recordar la preocupación de Gabrie! T éllez por los temas políticos, interés
JustiCIa poetlca en estas dos piezas teatrales es harto conocida y resultaría que se trasluce en su producción teatral, especialmente a partir de la llega-
redundante hablar de ello aquí. Sí, empero, deseamos recordar que tal da al poder del Conde Duque de Olivares. Debemos a Ruth Lee Kennedy
prmC1pl~, por lo que respecta a El burlador, ha sido objeto de inteligentes el haber puesto de manifiesto este importante hecho, pues e! propósito que
puntuahzaclOnes por parte de Ruiz Ramón, quien señala: guía al Mercedario al adoptar una abierta actitud crítica en contra del
~(que .sólo Don J~an reciba castig~, y tan tremendo, pero no los otros privado de Felipe IV, e incluso en contra del propio monarca, aunque aquí
-m, sIqU1era un C~Stlgo menor apropiado a sus culpas-, debe hacernos las censuras son mucho más sutiles y veladas, es el de reformar al soberano
medItar, en porque no se cumple el principio de justicia poética sino
antes bIen el de la injusticia poética, en esos otros personajes. No me y debilitar e! poder de su valido:
p~rece qU,e s~a.en eS,.t~ draI?a -como en otros- lo significativo el princi~ «Or the ruler may be under the power of a cynical favoritej and Tirso
p~o ?;la JuStlcia poeti~a, ~1~0 su v~lor ,relativo y, especialmente, la contra~ wanted no all~powerful privado to stand between the sovereign and his
dlccIOn patente entre JustlCia y nO~Just1cia poéticas»185. vassals. In short, out dramatist sought to do in various comedias what
Lisón y Biedma was striving to do with his memorials: reform the sove~
Sin descarta: la p~sible ironía dramática y teniendo siempre en cuenta reign and weaken the power of his privado»188.
que analizamos mtenclOnes humanas, por lo tanto subjetivas se nos ocurre Aunque dada la férrea censura resultaba casi imposible que los drama-
a modo de pura hipótesis, que e! hecho de que sólo don J ua~ sea castigad~ turgos colaran en sus comedias alguna crítica a la Monarquía o al privado
y de un modo tan severo, puede venir dado por e! interés de Tirso en que de turno, lo cierto y verdad es que en varias comedias tirsianas, escritas o
los espectadores pongan toda su atención en la tesis central del drama:
retocadas en la segunda década de! XVII, cabe observar ciertas reprobacio-
no .oe puede Jugar ~on la justicia divina. Tal vez si los demás personajes nes al comportamiento de Felipe IV y de don Gaspar de Guzmán. Bien es
r~clbleran su mereCIdo castigo al término de la obra, e! espectador percibi-
verdad que se trata de juicios bastante ocultos, que sólo pueden sacarse a'
rla con menor mtensldad este propósito tirsiano.
la luz a través de un esfuerzo erudito. Aunque también puede suceder que
Por otro .lado, recuérdese que la justicia poética está presente en todas estén oscuros para los lectores o espectadores de! siglo XX y resulten lúcidos
aquellas comedIas en las que la dama deshonrada consigue, tras varias peri-
y claros para un espectador de la época de Tirso. Con todo, y en opinión
pecI~s, ca.sarse con e! caballero a quien ella se entregó bajo palabra de
de Ruth Lee Kennedy la comedia Privar contra su gusto, por ejemplo, repre-
matrlmomo. Es e~e fmal en bodas, tan ironizado por los propios dramatur-
senta:
gos como ya se VIO, que restaura e! orden y e! equilibrio roto en e! inicio «las primeras impresiones de Tirso sobre el r:ue~o régimen de Oliva~es
de ~a com~dial86. Otras veces, sin embargo, un galán puede llegar a ser (. .. ). Se nos presenta a un joven rey, mucho mas mteresado en una mUjer
castigado sm casarse con la mujer amada por su torpeza en e! juego amoro- hermosa que en los asuntos de estado; un rey que prefiere tr~spasar el
duro trabajo del gobierno a su privado, y está perfectamente dIspuesto a
so, tal y como le ocurre a don Rodrigo en El castigo del penséque qUIen,
pagarle en honores y mercedes con tal de quedar él mismo libre para sus
en e! desenlace, aconseja a los enamorados: '
amoríos»189.
DON RODRIGO, El cuerdo amante escarmiente
en mí, y goce la ocasión; No se puede olvidar, a este respecto, que Tirso de Malina es el autor
de La prudencia en la mujer, verdadero manual de regimine principis, en
.,. 185 F. RUIZ RAM~N, Estudios de Teatro Español clásico y contemporáneo, Madrid, Funda~
Clon Juan March, C~~edra, 1976, pág. 36; vid, también las págs, 71-96 donde Ruiz Ramón 187 El castigo del penséque, IIl, xxii, ODC, l, pág. 722b,
d~sa~rolla la culp~~ilidad de los otros personajes de la obra tirsiana, culpabilidad puesta, 188 RUTH LEEKENNEDY, Studies in Tirso, L., op. cit.) págs. 55-56. ' ~
asnr¡;:mo, d: manifIesto por S. MAUREL, L'univers dramatique ... , op. cit., págs, 561-572. 189 Rum LEE KENNEDY, «La perspectiva política de Tirso en Privar contra su gusto, de
Recuerdes,.e que A.. G. REICHE~BERGER, «The uniqueness of the 'Comedia'», HR, 1621, y la de sus comedias políticas posteriores», en Homenaje a Tirso de Malina, op. cit.,
XXVII, 1959, pago 307, dlce: «a Spanish play follows the pattero from order disturb d t
order restored.» e o pág. 234.
175
174
FRANCISCO FLORIT DuRAN

donde e! autor expone su idea de lo que ha de ser e! príncipe cristiano, por


lo que la comedia adquiere un innegable carácter edificante y moral dirigi-
do, especialmente, a Felipe IV'90. También se ha de recordar de nuevo que
e! Mercedatio sufrió e! dictamen de la Junta de Reformación más que por
problemas éticos, por motivos políticos y de enfrentamiento con don Gas-
par de Guzmán.
Así pues, de todo lo expuesto en e! presente epígrafe cabe concluir que
Tirso de Malina no descuidó la vertiente edificante de sus comedias. Buena
prueba de ello son sus comedias religiosas, especialmente las hagiográficas; ABREVIATURAS
los dramas en los que adoctrina teológicamente al oyente sobre aspectos
. que preocupaban en aquel tiempo, tal como hace en El condenado por BAE Biblioteca de Autores Españoles, Madrid .
desconfiado y e! El burlador de Sevilla; la presencia de una moral civil encar- Bulletin 01 the Comedúmtes, Chapel Hil!.
Bcom
nada en e! concepto de la justicia poética; y en sus sinceros deseos de
reformar la política de Felipe IV. Por todo ello nos parecen muy acertadas BHi Bulletin hispanújue, Burdeos.
las siguientes palabras de N. D. Shergold: BRAE Boletín de la Real Academia Española, Madrid.
«It ought not to be assumed, however, that when seventeenth~century DCECH Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, Madrid, 1980.
literature claims to be didactic, and so to suscribe to the idea of "enseñar Hispanic Review, Filadelfia.
deleitando", "delightful teaching", the writers necessarily had their tongue HR
in theÍr cheek, and were trying in sorne way to placate asevere and intole~ HWLF Homenaje a William L. Fichter, Madrid, 197.1.
rant censor, It is significant in this connexíon that Lope and Calderón Nueva Biblioteca de Autores Españoles, Madrid.
both became príests, and that Tirso was a Mercedarian friar; and ít is NBAE
evident from their works that although these are not written from the Tirso de Molina, Obras dramáticas completas, ed. de Blanca de los Ríos,
ODC
cloister, they share the moral and ethical preoccupations of theÍr age, Madrid, 1946-1962, 3 vals.
which they are anxíous, through the medium oE the drama, to explore,
RABM Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, Madrid.
deve1op, and demonstrate»l9l,
RFE Revista de Filología Española, Madrid.
Ciertamente que Tirso de Malina, aunque escribiera físicamente en la
celda de su convento mercedatio, sabía muy bien que esa comedia que RHi Revue Hispanújue, Nueva York-París.
pergeñaba no podía configurarse como un sermón apocalíptico, pero tam-
poco como un modelo de vicios y malas costumbres. La fórmula, pues,
consistía en mezclar lo útil con lo entretenido, inclinando, acaso, la balanza
hacia e! lado de lo deleitoso. No obstante esa evidente inclinación del fiel,
aumentada por motivo del componente visual y espectacular de la represen-
tación a cargo de los actores y actrices, e! Mercedario entrevera en las
obras teatrales sus pensamientos éticos en punto a moral religiosa y civil,
sin abusar en ningún momento de la paciencia del espectador, pero con
convencimiento, como persona que ha madurado en la soledad de su celda
y en su continua relación con e! mundo exterior las inquietudes, tanto las
eternas como las efímeras, de! ser humano.
190 Cfr, RUTH LEE KENNEDY, «La prudencia en la mujer y el ambiente en .que se concibió»,
Revista Estudios, Madrid, 1949, núm, 5, págs. 223-293,
191 N, D. SHERGOLD, A History 01 the Spanish Stage . ., op. cit., pág. 554.

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