Eugenio de Salazar - Silva de Poesía
Eugenio de Salazar - Silva de Poesía
Eugenio de Salazar - Silva de Poesía
Eugenio de Salazar
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SILVA DE POESÍA. EUGENIO DE SALAZAR
COORDINA LA EDICIÓN:
JOSÉ J. LABRADOR HERRAIZ
© del texto:
JAIME JosÉ MARTÍNEZ MARTÍN
© de la edición:
FRENT E DE AFIRMACIÓN HISPANISTA, A. C.
MÉXICO 2019
Castillo del Morro 114, 11930. México D. F.
www.hispanista.org/
LA SILVA DE POESÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2. El cancionero petrarquista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
1. Poesía encomiástica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . 84
2. Poesía dirigida a amigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . 107
3. Poesía satírico-burlesca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . 112
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TERCERA PARTE DE LA SILVA DE POESÍA QUE CONTIENE
LAS OBRAS DE DEVOCIÓN DEL AUTOR, DIVIDIDAS EN
TRES PARTES ......................... . ............. 623
Primera parte de la tercera en que están las obras pastoriles . . . . . . . 625
Segunda parte de la tercera de la Silva, en que se contienen las
obras en metro castellano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 663
Tercera de la tercera parte de la Silva de poesía de Eugenio de
Salazar en que hay sonetos y líricos y psalmos y otras obras . . . 773
NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR . . . . 885
BIOGRAFIA DE
EUGENIO DE SALAZAR
H asta hace poco tiempo eran escasos los datos que se sabían sobre la vida de
Eugenio de Salazar (Cioranescu: 1968: 9-22). Fue el descubrimiento en 1992
de su testamento (Maldonado Macías, 1992: 449) lo que primero permitió ir per
filando mejor al personaje y eliminando errores que se habían ido trasmitiendo
con los años, como el supuesto apellido «De Alarcón», que frecuentemente se le
atribuía. En los años sucesivos, gracias a la continuada labor de investigación en
los archivos (Fradejas, 1998; Martínez Martín, 1999: 147-162; Martínez Martín,
2002: 9-46; Vallejo. 2005), se ha rescatado valiosa documentación relacionada con
él de tal manera que hoy día conocemos bastante bien los momentos principales
de su biografía y los rasgos más destacados de su personalidad.
Eugenio de Salazar nació en Madrid el 15 de noviembre de 1530 1 , fruto del
matrimonio entre don Pedro de Salazar y doña Aldonza Vásquez de Carrión.
De su padre, servidor del Emperador Carlos V y cronista de sus empresas en
Alemania y en el norte de África2 , heredó tanto su dedicación a la Corona
como su afición a las letras.
1 El día exacto de su nacimiento se deduce de las afirmaciones que hacer en algunos poe
mas de la Silva dedicados a su patrón, San Eugenio, cuya fiesta se celebra ese día: «Bendito
Eugenio del Señor amado/ [ ...] que en tu majada y día fui nacido/ y con tu santo nombre
confirmado» (fol. 314v) y en el poema hagiográfico escrito probablemente con motivo del
traslado de los restos del santo a Toledo en 1565 (fols. 34H-344v): «Dichoso yo, Eugenio, si/
tener tal nombre merezco,/ dichoso me llamo a mí/ que en vuestro día nací» (vv. 221-224).
2 De él se conservan una Historia y primera parte de la Guerra que don Carlos Quinto, Em
perador de los romanos, Rey de España y Alemaña, movió contra los príncipes y ciudades
rebeldes del Reino de Alemania y sucesos que tuvo, Nápoles, Juan Pablo Suganappo, 1548
(2 ª edic., con variaciones en el título, en Sevilla, Domenico de Robertis, 1552); una Historia
de la guerra hecha contra la Ciudad de África. Con la destruicion de la villa de Monazter y
isla del Gozo y pérdida de Tripol de Berbería con otras muy nuevas cosas, Nápoles, Maestre
Mathia, 1552 (Palau indica que en algunos ejemplares de esta obra destinados a España se
cambió la portada y el título); y una Hispania Victrix. Historia en la cual se cuentan mu-
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
chas guerras succedidas entre Cristianos e infieles, así en mar como en tierra desde el año de
mil y quinientos y cuarenta y seis hasta el de sesenta y cinco. Con las guerras acontecidas en
la Berbería entre el Xarife y los reyes de Marruecos, Fez y Velez, Medina del Campo, Vicen
te de Millis, 1570 (reimpresa en Medina del Campo en 1576). Además, se conservan de él
otros manuscritos tanto de carácter historiográfico como literario (Blecua Perdices, 1983).
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BIOGRAFÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
Son tantos los que pretenden ser proveídos, que si Dios no hiciese en los oficios un
milagro semejante al de los cinco panes y dos peces, sería imposible caber bocado a
la centésima parte de las bocas que acá están abiertas (Cioranescu, 1968: 89).
En un relato que linda con la picaresca, nos ofrece una visión divertida de su
día a día, de los trucos para darse a conocer de los poderosos de los que depende
su destino, los falsos rumores que corren y las esperanzas nunca cumplidas:
En esto pasamos el día hasta que quiere llegar el término de salir nuestro Presi
dente del Consejo, que media hora antes, porque no se nos vaya, salimos a la plaza
que está delante del palacio donde se hace el consejo. Y unos se ponen en ruines
caballos, otros en viejos cuartagos y otros en mulas mohínas, algunas de color y
las más de hambre. Si es invierno, allí nos azota el cierzo, como si fuésemos robles
de la Montaña. Si es estío, allí nos derrite el sol, como a cuartos de ajusticiados, y
para sufrir esto, cualquiera se precisa de armarse de la paciencia de un Job (Salazar,
1968: 93).
Todo ello nos presenta a un Salazar muy distinto del que se muestra a través
de su obra poética, en la que la sátira y la burla constituyen un aspecto muy poco
desarrollado, como veremos.
Sea como fuere, lo cierto es que recibió algunos nombramientos de poca con
sideración que le obligaron a realizar diversos viajes, de los que dejó a menudo un
divertido relato en sus epístolas dirigidas a amigos y valedores3 • El más importante
de ellos fue, sin duda, el de gobernador de las islas de Tenerife y La Palma en 1567,
donde tuvo que hacer frente a los ataques de los piratas ingleses y berberiscos con
unas fuerzas militares de las que se burlará en su correspondencia.
Tras verse obligado a permanecer en Canarias para pasar el juicio de residen
cia, con no pocos problemas económicos, por fin en 1573 le llega la noticia de su
nombramiento como oidor en la Audiencia de Santo Domingo, lo que supuso el
inicio de una larga estancia en América de más de veinticinco años. Antes de ini
ciar tan peligroso viaje, Salazar se informa, de nuevo en clave de humor, sobre su
nuevo destino en una carta enviada al canónigo Santiesteban, que había residido
en aquella isla con anterioridad. En ella, a modo de requisitoria, le plantea veinti
cuatro preguntas sobre todo tipo de cuestiones: población, situación de la religión,
3 La de fecha más temprana es la de «La hermosa tripera», que fue escrita en la villa de
Congosto (León) en 1559 mientras que la de «La navegación a las Indias» es posterior a su
llegada a Santo Domingo en 1574.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
alimentos, criados, sobre la situación de la Audiencia, etc. Y, cómo no, sobre algu
nas cuestiones que habían captado la atención y la fantasía de los españoles de la
época desde las primera crónicas: «Si conocen unas atrevidas e mal intencionadas
almas que habitan en la dicha isla de Santo Domingo, que algunos llaman niguas,
que procuran deshacer la unión y amistad de entre la uña y la carne» (Salazar,
1968: 192).
Durante los años que residió en la isla caribeña, Salazar entró en contacto con
los grupos más cultivados, para los cuales, como era habitual en la época, escribir
versos era no solo una cuestión artística, sino también social. De estos intereses,
queda en la Silva de poesía rastro en los poemas que intercambió con diversas per
sonas, entre las que destaca por su importancia histórica doña Leonor de Ovando,
monja en el monasterio de Regina Codi, la primera poetisa del Nuevo Mundo.
La presencia en la isla caribeña de Eugenio de Salazar fue bastante breve. El mal
funcionamiento de la audiencia a causa de los enfrentamientos entre sus miem
bros obligó al Consejo de Indias a disolverla e iniciar un juicio de residencia del
que salió indemne aunque con una pequeña multa. Como compensación, al poco
tiempo se le nombró fiscal en la Audiencia de Guatemala, adonde llegó en 1577.
Las funciones del fiscal eran distintas de las del oidor, pero era una figura que
tenía una gran importancia para la administración colonial por cuanto era el en
cargado de velar por todo aquello que afectase «a la jurisdicción real, al Patrimo
nio real y a la Hacienda del rey [ ...] Así era en líneas generales la figura del fiscal,
defensor de la legalidad, de la buena marcha de la administración de justicia, del
buen orden en el gobierno, del buen trato a los indios, de la honesta y correc
ta administración de la hacienda real y de orden público» (Polanco Alcántara,
1992: 75-79).
Gracias a que tenía entre sus obligaciones la de comunicar directamente al
Consejo de Indias todas aquellas cuestiones de importancia que afectaban a su
jurisdicción, el Archivo de Indias guarda una importante documentación que nos
permite seguir con detalle la que fue su actividad profesion_al y los temas a los que
tuvo que dedicarse, tanto durante los años que permaneció en Centroamérica
como en México: el Patronato Regio, la situación de los indios, la Caja Real, etc.
En todos ellos, a tenor de la documentación conservada, Salazar llevó a cabo una
sistemática labor en defensa de la Corona y de sus intereses, como queda demos
trado por la falta de denuncias importantes en su contra y por los sucesivos reco
nocimientos que tuvo por parte de las autoridades de la metrópoli.
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BIOGRAFÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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BIOGRAFÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
se vayan proveyendo del servicio necesario y los indios sean excusados de este
trabajo con lo cual, mediante Dios, volverán en sí y se aumentarán (AGI, México,
217, N. 27).
En su disculpa hay que recordar que no estuvo solo a la hora de hacer esta
propuesta pues, como es sabido, en algún momento fue defendida incluso por Las
Casas, quien más tarde se arrepentiría amargamente por ello.
Otra expresión de esta contradicción en la que vivía Salazar en cuanto fiscal se
puede ver en la postura que defiende ante el problema de las tribus chichimecas
que impedían el tráfico comercial con la zona norte de México y, en especial, con
las ricas minas de plata de Zacatecas. Si por un lado, defendía las medidas mili
tares que los diversos virreyes tomaron para asegurar la región, por otra no deja
de reconocer que el problema había surgido en buena parte por los abusos que
habían cometido los propios españoles contra los indígenas y, posteriormente,
alabaría la política destinada a atraerles pacíficamente. Sea como fuere, parece que
su labor fue del agrado del Consejo pues cuando en 1587 se propuso su nombre
para cubrir una plaza de oidor en al misma audiencia, se indica que, de la visita
que había realizado el obispo Moya de Contreras, no se derivaba ninguna razón
para rechazarlo.
Poco antes, en 1585, se produjo un hecho que debió despertar no pocas espe
ranzas en Salazar: la llegada de un nuevo virrey, el Marqués de Villamanrique.
Este acontecimiento si por una parte acababa con un largo periodo de interinidad
en el Virreinato, por otra abría la esperanza de poder participar más activamente
en la vida cultural que se desarrollaba alrededor de la corte. Así, para recibirle,
compuso una larga composición en verso, la «Descripción de la laguna de Mé
xico», protagonizada por los propios virreyes en figura de los pastores Alvar y
Blanca. Con ella Salazar pretendía, además, ofrecerles un retrato de la realidad
maravillosa de la capital mexicana de manera parecida a lo que hará no muchos
años después Bernardo de Balbuena en su Grandeza mexicana.
Sin embargo, el gobierno de Villamanrique no respondió siempre a las expec
tativas despertadas: sus continuos enfrentamientos con las órdenes mendicantes
y con los obispos de México y de Tlaxcala, así como con la Audiencia de Guada
lajara, le ganaron muchos enemigos y movieron al Consejo de Indias a sustituirle
en el cargo en 1590.
Como ya hemos señalado, Salazar había sido ascendido a oidor de la Audien
cia de Nueva España algunos años antes, lo que supondrá una reducción impar-
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BIOGRAFÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
tante en las comunicaciones directas con España y, por tanto, de nuestro conoci
miento sobre su actividad posterior. Es fácil imaginar que los asuntos que llegaron
a su mesa siguieron siendo más o menos los mismos, pero que su participación
en ellos cambió algo debido a su nueva responsabilidad. Por otra parte, después
de las tensiones que marcaron el periodo precedente, el gobierno de don Luis de
Velasco, el hijo, supuso una vuelta a esa normalidad relativa que caracterizó la
convivencia de los diversos poderes durante el siglo xv1.
Durante este tiempo, Salazar mantuvo una estrecha relación con la universi
dad: no solo se doctoró en cánones en 1591, sino que medió con las autoridades de
la metrópoli para encontrar una solución a las dificultades económicas que sufría
y ocupó el puesto de rector de la misma. Además, escribió una epístola a Fernan
do de Herrera en la que alababa el nivel de los estudios humanísticos en Nueva
España, aunque no recibió respuesta, según él mismo afirma, porque para cuando
llegó el poeta sevillano había fallecido, hecho ocurrido en 1597.
En 1600, como culminación de una larga vida dedicada a servir al Rey en
América, Salazar es nombrado consejero de Indias y tiene que regresar a España.
Se trata de un honor en absoluto frecuente, como explica Francisco R. Calderón
(1988: 126):
El paso de un tribunal americano al Consejo de Indias fue sumamente raro y así
tenemos que el Consejo de Indias constituyó el escalafón de ascenso para los ju
ristas peninsulares, quedando casi excluidos los americanos. Mark Burkholder ha
encontrado que durante el reinado de la Casa de Austria solo ocho personas fueron
promovidas de una audiencia americana al Consejo de Indias.
Para entonces, tenía ya setenta años y sus dos hijos habían fallecido. En 1601
hizo testamento y su mujer y él firmaron un codicilo al mismo. Como Felipe III
había traslado la corte a Valladolid, tuvo que trasladarse a esa ciudad castellana,
no sin antes escribir el que quizá fuera su último poema, lamentando la ruina en
la que quedaba su ciudad natal (Martínez Martín, 2001: 151-169). Poco después,
en 1602, moría dejando a su mujer en una difícil situación económica, como se
desprende de la ayuda que el Consejo le prestó para el entierro y para su propio
mantenimiento. Doña Catalina murió un año y cuatro meses después.
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--
LA OBRA LITERARIA DE EUGENIO DE SALAZAR
14°. Iten, digo que yo he procurado juntar y sacar en limpio otros estudios míos
demás de los referidos en la cláusa precediente, los quales tengo enquadernados en
vn libro qubierto con pergamino azul dorado, con vn título que dize De peculia
ribus curiarum Noui Orbis. Y los mismos, en otro libro grande enquadernado en
cuero leonado con cintas amarillas, y otro de menos hojas enquadernado tanbién
en cuero leonado y dorado y cintas amarillas. Y esta primera obra dexo vltimamen
te sacada en limpio, mas emendada y añadida, escrita de mano en tres cuerpos de
pliego enquadernados en pergamino, con rayas azules y cintas verdes.
Así, pues, Eugenio de Salazar escribió tanto obras jurídicas como literarias.
Por lo que respecta a las primeras, sabemos que Nicolás Antonio (1996: 362) y
21
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
León Pinelo (1982) mencionan una: De los negocios incidentes en las Audiencias
de las Indias, que Humberto Maldonado Macías identifica con la obra para cuya
publicación solicitó permiso en 1594:
De los estudios en que me he ocupado sirviendo a v. M. en las Indias, he hecho un
libro que a v. M. envío suplicando le mande ver y, si pareciere que puede ser de al
guna utilidad para en estas partes, se sirva de mandarle aprobar con su real licencia
para la impresión. Hame animado en este trabajo la necesidad que he visto que acá
hay de resolución en los puntos que en este libro trato [ ...] di a esta obra el título de
Incidencias de las Audiencias de Indias (AGI, México, 71, R. 8, N. 101).
Y que quizá sea la misma que aún en los últimos años de su vida seguía in
tentando llevar a las prensas, como se deduce de la carta dedicatoria que dirige
a Felipe III, incluida en el manuscrito de la Navegación del alma, donde vuelve a
recordar que ha escrito «un libro de estudios jurídicos que podría, mediante Dios,
ser útil para en aquellas partes de las Indias».
Por lo que respecta a su producción literaria, sin duda fueron las epístolas en
prosa las que hasta hace poco tiempo habían merecido más la atención de la crí
tica. El propio Salazar incluyó cinco de ellas en el manuscrito de la Silva de poesía
(la de la corte, la de la milicia, la del mar, la de los catarriberas y la de Tormaleo),
lo que es indicio suficiente de alto valor artístico que les otorgaba. Sin embargo,
en la carta a sus hijos que precede al manuscrito, ya mencionada diversas veces,
les advirtió de que ni la de los catarriberas ni la de Asturias se publicasen «porque,
aunque tienen agudeza y erudición, son cartas de donaires y no se puede sacar
otro fruto de ellas más que el gusto de las razones».
Tomando como base las cinco de este manuscrito, Pascual de Gayangos pu
blicó las Cartas de Eugenio de Salazar, vecino y natural de Madrid, escritas a muy
particulares amigos suyos (Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1866). De
ahí fueron recuperadas más modernamente en el vol. II del Epistolario español
(Madrid, BAE, 1965, pp. 283-310) por Eugenio de Ochoa. A ellas hay que sumar
las inéditas que Paz y Meliá recopiló en la colección Sales españolas o agudezas del
ingenio nacional (Madrid, 1902, pp. 213-276). Más modernamente Alejandro Cio
ranescu reunió toda su producción epistolar bajo el título de Obras festivas (Santa
Cruz de Tenerife, Romerman ed., 1968). Tambien se conserva en la Biblioteca Na
cional de Madrid otro manuscrito autógrafo (signatura Ms. 22658), en muy malas
condiciones, en el que se contienen copias de parte de ellas, además de otras cartas
inéditas (Fradejas Lebrero, 1998).
22
11111
Así, pues, hasta tiempos recientes, la única manera que tenían los especia
listas que no podían acudir directamente al manuscrito conservado en la Real
Academia de la Historia de Madrid (signatura 9/5477), era la antología que hizo
Bartolomé José Gallardo en su Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos
(Madrid, 1889, t. IV). Solo más recientemente Jaime J. Martínez Martín preparó
una edición crítica publicada en el CD-ROM Textos clásicos de poesía virreinal (ed.
Antonio Lorente Medina, Fundación Tavera, 2001) reproducida parcialmente en
Silva de poesía. Obras que Eugenio de Salazar hizo a contemplación de doña Cata
lina Carrillo, su mujer (Roma, Bulzoni, 2004) 5•
Además, Salazar es autor de otras dos obras: un largo poema alegórico, la
Navegación del alma por el discurso de todas las edades del hombre, en el que
predomina el tono moralizante. Escrito en tercetos encadenados, aprovecha su
profundo conocimiento del léxico marinero para describir la vida del hombre a lo
largo de los siete periodos en que se ordena: infancia, puericia, adolescencia, ju
ventud, madurez, senectud y decrepitud. Se encuentra depositado en la Biblioteca
Nacional de Madrid (signatura Ms. 3669) y ha sido editado por Jessica C. Locke
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
(México, El Colegio de México, 2011) y más recientemente aún por José Ramón
Carriazo y Antonio Sánchez Jiménez (New York, Idea, 2018). El hecho de que la
dedicatoria vaya dirigida a Felipe III y de que se nombra a sí mismo como miem
bro del Consejo de Indias nos indica que, aunque su génesis pudo ser más larga
(los textos preliminares remiten incluso a su residencia en Guatemala), aún seguía
teniendo esperanza de poder publicarla en los últimos años de su vida.
Por último, Salazar es también autor de una Suma de arte de poesía, pequeño
tratado que, por las apostillas eruditas que escribió al margen, no debía estar pen
sado para un uso personal aunque hoy día nos resulte imposible determinar con
seguridad quiénes eran sus destinatarios directos (¿quizá sus hijos?). Descubierto
y estudiado por Víctor Infantes (1990: 529-536) en la British Library (signatura
1322, K. 13 (n. 17), ha sido editado recientemente por Martha Lilia Tenorio (Méxi
co, El Colegio de México, 2010). En ningún caso tiene pretensiones de originali
dad, sino que se limita a resumir algunas ideas difundidas en la época tanto por
los teóricos como por los grandes autores: «Suma del arte de poesía colegida de la
teoría expresa de diversos autores y de la práctica y lección de los más excelentes
poetas latinos, proenzales, italianos y españoles».
24
LA SILVA DE POESÍA 6
Todo ello nos indica que en él existió desde muy pronto una firme voluntad
editora, que llega al extremo de imponer a sus hijos unas reglas muy estrictas y
minuciosas sobre cómo debía llevarse a cabo la impresión de sus poemas tras su
muerte. Sin embargo, por motivos que él mismo nos señala, este deseo no se llevó
nunca a cabo: el miedo a que su dedicación a los versos fuese entendida como una
frivolidad en alguien de su posición, de acuerdo con una cierta mentalidad de la
época que entendía que la lírica era un género menor.
Así, pues, por lo que es fácil intuir, Salazar mantuvo siempre su condición de
poeta en el ámbito privado de su intimidad. Es cierto que allá donde iba gustaba de
entrar en contacto con personas que compartían su afición por las letras y que inter
cambiaba poemas con ellos; también lo es que en ocasiones participaba con versos en
algunas celebraciones públicas y que no dudaba en dedicar algunas a determinados
personajes de la familia real o a los virreyes, probablemente con el fin de ganarse su
favor; sin embargo, la ausencia de referencias externas a su figura como poeta y el
hecho de que sus versos no aparezcan recogidos en otros manuscritos, parece indi-
6 El estudio que sigue sobre la Silva de poes{a es en lo fundamental un resumen de las ideas
que expuse de manera más amplia en mi estudio Eugenio de Salazar y la poesía novohispa
na (2002), dado que considero que siguen siendo válidas.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
carnos que su poesía más íntima y personal quedó relegada a un nivel familiar al que
es fácil suponer que tenían acceso muy pocos amigos íntimos. Además, esta hipótesis
la confirma el propio autor en la dedicatoria a su mujer que precede a la primera
parte de la Silva:
Solamente mi musa en esto se ocupa para alguna recreación vuestra y gránde con
tento mío. Y para le dar, señora, alguna vez a algún particular amigo mostrándole
alguna cosa de las que aquí, por amor y servicio vuestro, escribo (fols. 2v-3r).
Por tanto, Salazar tenía una alta consideración de sí mismo como poeta y de su
obra, a la que consideraba digna de permanecer y de ser editada, y con la que es
peraba conseguir algún día la gloria literaria. Por todo ello, la fue reuniendo en un
manuscrito del que, debido a las continuas correcciones y añadidos, fue necesario
hacer una copia que encargó a un profesional, que es la que conservamos hoy. Sin
embargo, con el paso de los años, mostrando una verdadera vocación de perfec
ción literaria, continuó corrigiendo y ampliando, lo que originó nuevas variantes
y cambios de opinión sobre la ubicación de algunos poemas dentro del conjunto e
incluso sobre la conveniencia de conservar o no otros.
Pese a ello, la Silva se presenta ante nosotros como un volumen aparentemente
bien estructurado, si bien de un estudio más profundo resulta evidente que Sala
zar no ha conseguido siempre dar al volumen una organización interna sólida:
-Primera parte: en ella se recogen «las obras que Eugenio de Salazar hizo a
contemplación de doña Catalina Carrillo, su amada mujer», es decir, su poesía
sentimental. A su vez, se compone de dos secciones:
a. Las composiciones pastoriles;
b. La «segunda parte de la primera de la Silva» que, como veremos, se orga
niza en su mayor parte a la manera de un cancionero petrarquista.
-Segunda parte: en la que se recogen las «obras que el autor compuso a con
templación de diversas personas y para diversos fines», es decir, las obras de cir
cunstancias, fundamentalmente en alabanza de personas de la más alta condición,
como Felipe II y otros miembros de la familia real ( el príncipe don Carlos, Isabel
de Valois, la princesa Isabel Clara Eugenia, etc.); de los virreyes Marqueses de Vi
llamanrique y otros altos personajes de la política de la época con los que Salazar
tuvo alguna relación; o de amigos suyos. Además, hay un grupo de composiciones
de carácter funeral; y también incluye un pequeño corpus de poesía satírico-bur
lesca que retoma el tono humorístico de sus epístolas.
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LA SILVA DE POESÍA
-Tercera parte: «contiene las obras de devoción del autor», es decir, su obra
de tres:
de carácter religioso. A su vez se subdivi en
a. «Primera parte de la tercera, en que están las obras pastoriles»;
b. «Segunda parte de la tercera de la Silva, en que se contienen las obras en
metro castellano»;
c. «Tercera de la tercera parte de la Silva de poesía de Eugenio de Salazar en
que hay sonetos y líricos y psalmos y otras obras».
Así, pues, por lo que atañe a la división principal en tres partes, está claro que
el criterio organizador más importante es el receptor: doña Catalina Carrillo en
la primera; diversas personas unidas al autor por algún vínculo social o personal
en la segunda; y Dios en la tercera. Un segundo criterio general sería el temático,
pero este solo se aplicaría de manera rigurosa a la primera (poesía sentimental) y
a la tercera (religiosa), mientras que en la segunda se mezclan otros (poesía lau
datoria, funeral, satírico-burlesca, etc.) de manera desordenada. Por último, en el
interior de la primera y de la tercera partes, se establece una subdivisión basada
de nuevo en criterios diversos: el genérico (poesía pastoril vs. cancionero petrar
quista) o bien se mezclan de nuevo el genérico con el métrico (poemas pastoriles
por una parte; versos escritos en metro castellano frente a versos escritos en metro
italiano). Naturalmente esta convivencia de criterios distintos y no siempre cohe
rentes explica que en ocasiones no resulte clara la inclusión de un poema en una
u otra sección más allá de la mera voluntad del autor.
No puede sorprender este tipo de estructura porque para finales del s. xvr el
gran modelo de libro de poesía del Renacimiento, el Canzoniere de Petrarca, había
entrado en franca decadencia. En su lugar, para esos años, cada vez más se va a
imponer el modelo que predominará en el Barroco (Di Benedetto, 1996: 25-26),
basado en la variedad de formas y asuntos:
Existía además la multiplicidad de registros que cada poeta presentaba en sus ten
tativas de abarcar todos los temas y todos los estilos o de brillar en cualquier géne
ro. La unidad poemática de los cancioneros petrarquistas solo se da ocasionalmen
te; los libros de poesía presentan una enorme variedad que o bien viene clasificada
por temas o por criterios métricos. Aun así las Rimas, Obras, Musas o Florilegios de
autor único tienden a ordenar la materia y hasta a jerarquizarla, desde lo religioso
a lo burlesco, si se trata de una división temática; o desde el soneto y la octava al
romance o la letrilla satírica, si se hace una disposición por criterios métricos (Egi
do, 1990: 33).
27
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Así, pues, es el carácter moral de sus obras, dirigidas a su propia mujer, lo que
las eleva por encima de tantos versos a los que se reconoce un gran valor literario,
pero que ya habían sido objeto de crítica por parte de algunos religiosos por ale
jarse de las rígidas normas sociales del momento.
Como ya hemos señalado anteriormente, el corpus sentimental se estructura
en dos grandes núcleos: uno primero que recoge las obras pastoriles y otro cuyo
criterio organizador no se declara pero que no es otro que el modelo del Canzo
niere de Petrarca. Ambos comparten muchos elementos, desde la tradición métri
ca, las fuentes literarias en las que beben e incluso una misma filosofía amorosa de
carácter neoplatónico, si bien en este punto, como veremos, se producirá una serie
de incoherencias cuya importancia no será menor.
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LA SILVA DE POESÍA
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LA SILVA DE POESÍA
Lo stretto rapporto tra letteratura in volgare e ambiente cortese e ben evidente nell'
Arcadia [ ... ] Motivo di fondo dell' Arcadia e il suo presentarsi come una creazione
che proietta sullo sfondo favoloso la societa letteraria napoletana, idealizzata e per
fezionata nel sogno arcadico, che rappresenta non tanto il capovolgimento in posi
tivo della realta, quanto la prosecuzione, se non la consacrazione a futura memoria,
del mondo reale e concreto, delle stesse abitudini di corte (De Blasi, 1988: 277).
Faltaba poco, por tanto, para que del modelo todavía fuertemente virgiliano de
Sannazaro, la égloga derivase hacia un paradigma totalmente cortés cuya fuente prin
cipal no podía ser otra que el Petrarca del Canzoniere, recuperado por Bembo por
aquellos años como paradigma del poetizar en vulgar. Como consecuencia, la poesía
bucólica italiana abandona durante el Renacimiento la variedad temática que la ha
bía caracterizado desde sus orígenes, convirtiéndose fundamentalmente en un cauce
para la introspección amorosa según el modelo petrarquista y, en último instante,
para la realización de un ideal literario cortesano. Así, el juego galante, los lamentos
de los caballeros por la dureza de las damas y la meditación sobre el amor siguiendo
los tópicos del neoplatonismo hallarán en el disfraz pastoril una nueva posibilidad de
expresarse. En consecuencia, se favorece contemporáneamente una tendencia a ele
var al género del nivel humilde al que le relegaba la tradición retórica (Egida, 1985).
La influencia que el modelo de Sannazaro tuvo en España es fácil de entender
si tenemos en cuenta la importancia que en la formación poética de Garcilaso tuvo
su estancia en Nápoles y su colaboración con la Academia pontaniana, cuyo figura
principal hasta poco años antes de su llegada había sido precisamente el autor de
la Arcadia. Gracias a esa experiencia el toledano consiguió perfilar un modelo
pastoril basado principalmente en las Bucólicas virgilianas, pero donde también,
en un claro ejemplo de esa imitación ecléctica defendida por los más importantes
humanistas, juegan un importante papel los grandes clásicos (Horado y Ovidio,
por ejemplo), así como los más significativos poetas renacentistas (el propio Pe
trarca en primer lugar, pero también Tansillo y otros). De esta forma conformó
un paradigma eclógico que reúne lo mejor de la tradición anterior al tiempo que
la supera mediante su personal sensibilidad artística, convirtiéndose precisamente
por esto en el gran modelo al que mirarán desde ese mismo momento todos los
poetas españoles que apostaban por seguir esa senda (Lapesa, 1985: 115).
Así, pues, a partir de Garcilaso podemos considerar perfectamente adaptada
entre nosotros esta tradición renacentista, que es, en definitiva, a la que remite
Salazar en su Suma de arte de poesía cuando intenta explicar las características
del género:
31
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Esta poesía ha de tener una sencillez alegre, una ufanidad alegre y honesta, sin
doblez. La sentencia llana y cierta. Tenga gala y arte sin afeite y un ahínco pastoril
el motivo. En la relación, un orgullo. Rudo el metro. Vaya con cualque brinco y no
muy agudo el sentido, sino llano e inteligible, sesudo y no muy filosofal. Trate con
las hierbas y flores del campo, con los árboles del monte, con las frutas más silves
tres, con la leche, queso, mantecas, con su ganado, con los instrumentos de música
pastoriles. Las comparaciones y juramentos sean de estas cosas silvestres de que
verisímilmente se entienda que el pastor pudo tener noticia y no de cosas más altas
y fuera de su trato y conocimiento porque se perdería el decoro de este estilo [ ...]
Y todo lo pastoril vaya tan bien trabado uno con otro y de tan buen sentido que
aquel a quien pareciere fácil lo imite con mucha dificultad. Si dos pastores o más
cantaren, corresponda el uno al otro en la generalidad de término respondiendo
con loor a loor, con metáfora a metáfora y con comparación a comparación y no
más ni menos versos en la vez del uno que en la del otro. Mas cuando no cantan,
sino hablan, no es menester siempre guardar esta igualdad ni correspondencia del
número ni de los términos del verso (Salazar, 2010: 109-110).
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LA SILVA DE POESÍA
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
des, que la sitúan en una posición tan alta que ningún poeta, no solo él, podría
merecerla:
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-
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
lectos para las églogas -lo habían usado, por ejemplo, Sannazaro y Garcilaso-,
lo que explica su uso en la poesía pastoril de Salazar.
Desde luego resulta necesario buscar una explicación a una decisión métri
ca tan extraña, que suponía romper con la norma más habitual tanto en España
como en Italia. Muy probablemente hay que buscarla en la relación ya señalada
durante sus años de estudiante en Alcalá con don Juan Hurtado de Mendoza, ma
drileño como él, autor de El buen plazer trobado (Alcalá, 1550), cuyo título reza:
«Buen plazer trabado en treze discantes de quarta rima castellana según imitación
de trabas francesas ...». En el prólogo (Hurtado de Mendoza, 1956: 10), el autor
dice que ha compuesto en verso latino, castellano e italiano, pero que ha decidido
imitar además las trovas francesas:
36
·---------------�
LA SILVA DE POESÍA
Por lo que respecta a la estructura, hay que recordar que el género ofrecía va-
s:
rias posibilidade
La mayoría de las églogas clásicas se conformaba a una de las siguientes categorías
formales: estructura monódica o canto de una sola voz; estructura dual o aque
lla en la que dos pastores cantan sus lamentos, ya sea en forma de duelo o como
cantos simétricos, pero separados [ ... ] La distinción entre estas dos modalidades,
una en la que habla el poeta directamente por sí mismo o por medio del discurso
citado del personaje, otra en la que el poeta hace hablar o actuar a los personajes
introducidos, remite a la caracterización aristotélica de las maneras de imitación
y a su codificación por Diomedes: el genus activum vel imitativum se definía por
la ausencia de la intervención del poeta como se realiza en las formas dramáticas;
el genus enarratívum en que solo habla el poeta; y el genus commune o míxtum en
el que alternan las voces del poeta y de los personajes, tal como se dio en la poesía
épica (Schnabel, 1996: 39 y 86-87).
37
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
No obstante esto, sea por la estructura ya señalada, sea por su longitud, solo
40 versos, el poema se aleja del modelo garcilasista y se acerca más al virgiliano o
sannazariano en donde no son extrañas composiciones de tamaño semejante. Es
el caso de la Égloga 1111 del mantuano, 63 versos, o, sobre todo, la VII de la Arcadia,
39. Esta última también presenta el monólogo desesperado de un único pastor, si
bien aquí se trata de una composición perfectamente monódica gracias a que la
función de la voz poética externa es asumida por la prosa correspondiente que
envuelve el canto.
Como es habitual en la Silva, entre égloga y égloga, el poeta intercala poemas
más breves, principalmente sonetos o madrigales cuya función sería la de ofrecer
una pausa rebajando la tensión amorosa al tiempo que hacen avanzar la narración
de la historia sentimental. En el caso del soneto siguiente, se nos sitúa ante otra de
las características que será posible percibir en su poesía: la marcada presencia de
rasgos típicos de la literatura cancioneril en las composiciones en verso italiano:
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·---------------�
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39
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40
p
LA SILVA DE POESÍA
típico paisaje ameno, ambientado esta vez en la ribera del río Duero a su paso por
los «zamoranos campos», con las consecuencias que esto tiene a la hora de fechar
la composición, como ya vimos en su momento.
El paisaje está descrito en sus elementos constitutivos tradicionales: flores,
hierbas, árboles, fuente, alberca, viento suave y aves, en donde moran persona
jes de la mitología clásica: Neptuno, Ninfas, Apolo, etc. Se trata, por tanto, de la
representación plástica de esa Arcadia idealizada por la tradición literaria que al
berga el mundo perdido de la Edad de Oro y donde los pastores disfrutan de una
vida serena, encarnación del otium campesino, dedicada al canto y a los amores
platónicos.
Abandonada esta primera parte, la voz narrante presenta a los protagonistas
de égloga: Eugonio, Coridón y Ortino. El nombre del segundo, es decir, Cori
la
dón pertenece a la tradición de las bucólicas virgilianas, ya que en la Égloga vn
aparece un pastor con su nombre; en cambio, Ortino, aun siendo menos habi
tual, sin embargo deriva de hortus, según el principio de la onomástica bucólica
que bautizaba a menudo a sus personajes con nombres que hiciesen referencia al
mundo vegetal con la finalidad de simbolizar la unión del pastor con la naturaleza
(Iventosch, 1975: 32). Además, hay que decir que a lo largo del texto se mencionan
a otros dos personajes que no intervienen, Alcino y Silvia. De ninguno de ellos,
excepto lógicamente de Eugonio, sabemos si esconden a algún personaje histórico
del entorno de Salazar o si, por el contrario, son meras criaturas de su arte literario.
En cualquier caso, no conviene obsesionarse con las interpretaciones alegóricas de
este estilo, pues raramente es posible hacer atribuciones a partir de datos sólidos.
El diálogo pastoril se inicia con una breve alabanza del lugar ameno, apenas
descrito por parte de Coridón, que da pie a sendas afirmaciones de sus dos com
pañeros que destacan sus deseos de regalar lo mejor de sus rebaños a sus amadas.
Comienza así un debate sobre el amor, en el que Eugonio y Ortino defenderán este
estado como natural al ser humano, frente a Coridón que, en cambio, lo rechaza
( «yo no camino por aquesta senda», v. 144). Es de destacar que frente a la idealiza
ción de la mujer propia del pastor de tradición petrarquista, Coridón manifesta un
carácter más «realista», criticando a sus compañeros por lo absurdo que le resulta
que regalen a sus damas cuanto tienen: «Si vuestros fuesen los espesos montes /
que nuestra España en partes mil levanta/ [ ...] cuido que para dar a las pastoras/
de quien tratáis muy poco se os harían» (vv. 133-134 y 142-143). Incluso no duda en
calificarlas de «bobas».Además, resalta, frente al diálogo amoroso, tema único del
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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..
LA SILVA DE POESÍA
cima e intagliata, per man di Cariteo, bifolco venuto da la fruttifera Ispagna, una
testa di ariete, con le coma sí maestrevolmente lavorate che Toribio, oltra gli altri
ricchissimo, mi volse per quello dare un cane, animoso strangulatore di lupi (San
nazaro, 1990: 65-66).
No obstante, es difícil poder establecer un nexo directo entre ambos textos, ya que
se trata de un tópico que es fácil documentar en numerosas obras de este estilo.
Apar te del hecho de presentar ambos como motivo de cambio un perro caza
dor de lobos y un cayado ricamente decorado, los versos de Salazar reproducen
otros detalles interesantes de la Arcadia. Por ejemplo, el hecho de atribuir la auto
ría del objeto a un artista real: Sannazaro, en la prosa xr, describe también como
premio de wia competición un «vaso di legno» decorado por Mantegna, mientras
que el regalo de Salazar es obra de Berruguete, con lo que ello supone de nacio
nalizar la tradición sacándola de las referencias clásicas o italianas. La descripción
ecfrástica del bastón da paso a un largo paréntesis (vv. 321-442), en el que va a
desarrollar una digresión de carácter artístico, en este caso concreto de un objeto
cotidiano de madera que ha sido ricamente labrado (Manero Sorolla 1988: 176)
con escenas cinegéticas y mitológicas (Endimión y la Luna).
Inicia a continuación el canto amebeo, con el ya mencionado cambio de me
tro, en el que los dos pastores empiezan invocando a las musas para que les ayu
den en la disputa. El núcleo del debate es una serie de alabanzas a sus respectivas
damas para lo que recurren a comparaciones simples basadas en la experiencia,
no en la cultura, como corresponde a personajes humildes. Los elementos de la
naturaleza son la base de sus imágenes: el sol y la luna, la nieve y la rosa, el ciprés
y el chopo, el sol que declina y las flores, las hojas, etc. También se señalan objetos
del vestido o de la actividad cotidiana de las pastoras. En cualquier caso vemos
cómo Salazar respeta el principio por él mismo expresado en la Suma ... según el
cual «si dos pastores o más cantaren, corresponda el uno al otro en la generalidad
de término respondiendo a loor con loor, con metáfora a metáfora y con compa
ración a comparación, y no más ni menos versos en la vez del uno que en la del
otro (Salazar, 2010: no)». El canto termina con el regreso de la voz narrativa que
relata el fin del debate e introduce el juicio de Coridón, quien habla en primera
persona para concluir que ambos han sido tan brillantes que no puede declarar
un vencedor, dejando la solución final para otro día.
Entre la Égloga m y la nn encontramos los dos únicos madrigales de toda
la Silva. Salazar explica en su Suma del arte de poesía que el madrigal debe tra-
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LA SILVA DE POESÍA
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Salazar mantiene los mismos esquemas retóricos propios del garcilasismo: así,
si Salido se lamentaba de que por dolor solo encontraba consuelo en los aspectos
menos positivos de la naturaleza ( «Por ti el silencio de la selva umbrosa, / por ti
la esquividad y apartamiento / del solitario monte m' agradaba; / por ti la verde
hierba ... », vv. 99-102) a Eugonio le resultarán desagradables los más placenteros y
lo hace siguiendo la misma fórmula retórica:
Siguiendo otro de los tópicos retóricos más habituales del bucolismo, Eugonio
demostrará su incapacidad de entender tanta dureza haciendo una autoalabanza
de su persona, digna de mejor fortuna: ha triunfado en las competiciones con los
demás pastores y le ha ofrecido los trofeos a su amada sin recibir a cambio grati
tud alguna, lo que contrasta con los ejemplos que da Naturaleza (campos, abejas
y ganado):
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Una vez que Carilia ha terminado su monólogo, se nos informa de que Eugo
nio ha asistido escondido a la escena e inicia su parlamento haciendo profesión
de amor sincero e invocando por dos veces el castigo de la naturaleza si en algún
momento falta a su amor:
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Y cuando yo hiciere
pensase otra cosa, los leones
bravos y fieros osos despedacen
mi corazón [ ... ]
rayos del cielo sobre mí caerían
y sobre mi haberío do estuviese,
y que me tragarían
los sotos o riberas do anduviese (vv. 362-365 y 376-379).
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LA SILVA DE POESÍA
biera ido componiendo con posterioridad algunos textos ( o corrigiendo los que
�: habían sido escritos) para lograr dar este carácter casi novelesco a su historia.
Aunque el relato de los amores pastoriles de Eugonio y Carilia termina aquí,
1 cierto es que aún se encuentran dos poemas más. El primero, «Glosa y canción
ºastoril», nos remite desde su propio título a una mezcla curiosa de tradición
�astellana e italiana. Métricamente estamos ante una canción pastoril compuesta
en estancias (aBC,aBC:cDDE), aunque contrariamente a la norma alternan ende
casílabos y hexasílabos; en cambio, la herencia cancioneril remite al hecho de que
el mismo verso se repite al final de cada estrofa ( algo que, por otra parte, es fácil
encontrar en las églogas). En ella asistimos al diálogo entre Eugonio y Carilia, re
latado por una voz poética exterior que introduce las sucesivas intervenciones de
los protagonistas mediante verbos dicendi. Dicho coloquio se desarrolla en fun
ción de la desesperación del pastor y el consuelo de la dama que insistirá en la idea
base marcada por el estribillo: «Que con un firme amor todo se alcanza». Lo cierto
es que los parlamentos parecen remitirnos a un periodo anterior al matrimonio:
No te desespere
no me hallar a tu deseo presta
ni pienses que no siento tu querella
que a las veces muere
la que hace morir por ser honesta (vv. 37-41),
lo cual supondría la ruptura del orden narrativo seguido hasta ahora. Probable
mente fue por este motivo por lo que la situó al final, para marcar su separación
con los poemas anteriores y evitar que contaminase la serie anterior.
La segunda composición, con la que realmente se cierra esta primera parte de
la poesía sentimental de Eugenio de Salazar, lleva por título «Reportamiento del
alma» y es un largo poema de carácter religioso escrito en coplas castellanas. En
realidad, nuestro autor era consciente de que ni por tema ni por metro este era su
sitio adecuado, por lo que en algún momento pensó ubicarla en otro lugar dentro
de la Silva, como indica la siguiente apostilla que aparece escrita al margen: «Esta
obra ha de estar al fin de la segunda parte de la tercera tras la traducción de la
lección sexta del santo Job quis mihl hoc tribuat quod in inferno protegas me, foja
407»; sin embargo, con posterioridad la tachó.
Como hipótesis que pudiera justificar esta última decisión, podría pensarse en
la posibilidad de que, al dar a su poesía pastoril un carácter secuencial que per-
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
mitía una lectura lineal de su historia de amor, pudo recordar al final de su vida,
que lo mismo que el Canzoniere terminaba con una canción destinada a la Virgen,
podría ser conveniente dar un cierre moralizante a su obra.
2. EL CANCIONERO PETRARQUISTA
Como es sabido, la revolución poética iniciada a partir de 1526 por Boscán y Gar
cilaso supuso la sustitución de una antigua y prestigiosa tradición poética, la can
cioneril, por otra importada desde Italia, el petrarquismo. Este, tal como lo enten
demos hoy día, en buena parte era el resultado de una estrategia cultural que había
tenido en Pietro Bembo a su gran valedor, ya que además de editar la versión
canónica del Canzoniere (1501), convirtió a Petrarca en el sumo modelo lingüísti
co en sus Prose della volgar lingue y en modelo humano y amoroso en Gli asolani.
Asimismo, mostró el camino de cómo podía y debía ser imitado este paradigma
con sus propias Rime. A partir de aquí, ya quedaba plenamente trazado el camino
que debían seguir todos aquellos que quisieran seguir la senda del que ya se había
convertido en el sumo modelo del poetizar renacentista.
Para los españoles de la época, el nuevo sistema poético implicaba la asimila
ción de un verso nuevo, el endecasílabo, y de unas determinadas formas métricas
(soneto, canción petrarquista, etc.), pero también la sustitución de una norma
lingüística y poética basada en la artificiosidad por otra que encontraba en la na
turalidad el fundamento de su belleza. Además, este andamiaje solo se podía sus
tentar si iba unido a una filosofía muy determinada, el neoplatonismo, que servía
de sustento ideológico al conjunto.
Cuando el joven Eugenio de Salazar empezó a dar sus primeros pasos en el
mundo de la poesía, Garcilaso había conseguido ya que, a pesar de las resisten
cias y no pocas críticas, el petrarquismo se convirtiese en la moda principal del
momento y que los más importantes y renovadores escritores de la época se de
cantasen de manera decidida por él. No es de extrañar, pues, que también nuestro
joven poeta quisiera asentar su fama literaria siguiendo su senda. Sin embargo,
no sabemos si desde el principio tuvo en su cabeza el proyecto de construir un
cancionero, aunque lo que está claro es que en algún momento, quizá cuando de
cidió reunir su poesía en un volumen ordenado y coherente, tomó la decisión de
ordenar su corpus sentimental siguiendo este modelo.
Pero este no era uh proyecto sencillo. Los Rerum vulgariumfragmenta eran un
proyecto complejo que al poeta aretino le había llevado muchos años y que había
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LA SILVA DE POESÍA
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Como vemos, se ha optado por recuperar una fórmula retórica que tradi
cionalmente se unía más con la poesía épica que con la lírica: la invocación a
las musas (Gorni, 1989: 37). En realidad, teniendo en consideración el princi
pio humanístico de la imitación ecléctica que el mismo Petrarca había defen
dido, esta fórnula había sido utilizada ya por otros poetas italianos, como el
propio Pietro Bembo («Dive, per cui s' apre Elicona e serra ...»), pero Salazar
de nuevo añade un elemento propio y original: elimina el motivo del arrepen
timiento final que servía para dar ese tono de retractación moral al conjunto,
ya que al ser un poemario dirigido a su esposa, carecía de sentido.
Desde luego resultaría sorprendente que un hombre que evitó publicar sus
obras por el miedo a que considerasen que su afición a las letras pudiera ser
un signo de ligereza, sin embargo hubiese renunciado sin más a un elemento
estructural que podía por sí mismo dar un sentido edificante al conjunto de
su obra sentimental. Entiendo que quizá en algún momento Salazar sí pensase
en incluir algún poema que fuese en este sentido, pero con el tiempo, al confi
gurar un conjunto poético en el que la poesía religiosa ocupaba el tercer libro,
pudo reconsiderar su decisión. Es lo que pasó, aparentemente, con el soneto
«En flores han pasado mis amores» (fol. 97V) cuya colocación primera estaba
en el libro primero, pero que luego fue tachado y trasladado al tercero.
Además hay otros elementos que insisten en la interpretación de este texto
como soneto prólogo: el hecho de que contempla su vida juvenil con el arre
pentimiento de quien considera que se ha malgastado en asuntos terrenales
(«[...] en mí, que he sido cabo de amadores», v. 8); la perspectiva del poeta
habla desde una posicion vital de madurez («Ya dan de la partida los temblores
/ al alma temerosa ...», vv. 5-6); y la llamada al arrepentimiento final:
Naturalmente es muy posible que esto mismo haya podido suceder en otros
casos, como el soneto «Ya nueva ley es dada a mis sentidos», que aparece como el
número v y que va acompañado de una apostilla, tachada, que indica «Volviendo
de las vistas». Todo indica que el motivo de esta autocorrección puede estar re
lacionado con el hecho de que la velación era un rito que se llevaba a cabo poco
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-
LA SILVA DE POESÍA
No puede extrañar, pues, que sea un motivo sobre el que el poeta volverá una
y otra vez:
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LA SILVA DE POESÍA
tam bién destaca de manera importante: castidad, piedad, etc. que la con-
el1 Jas que
ut.an corn
o obra maestra de Dios, o de la Naturaleza como delegada de El (Lida,
fig . _ 0): <;De gracias y virtudes una idea/ quiso criar Natura poderosa... »
1979· l79 29
Tarllbién la Nat-w-aleza juega un papel importante, pues con ella consigue es-
com unicación especial. Así, cuando la realidad le obliga a apartarse
tablecer una · ' ' b o1es, 1as flores, 1os nos,
'
ta consegtura evocar1a gracias· a 1os ar
de su amada, el poe
rdar que este es uno de los temas más importantes de la poesía
etc. Hay que reco
Salaza:r desarrolla muy especia · 1mente en 1a Canc1on · ' v, estruc-
renacentista y que · ' 1 · '
metnco
' · de 1a canc10n cxxvr de1 Canzo-
tw-adas las seis estancias segun e esquema
niere: abC,abC: cdeeDfF, si bien la canción de Petrarca tenía 5 estancias y la de Sa
laza r 6 y el commiato difiere: AfF en el primero y abbAcC en el segundo. Además,
volvemos a encontrar otra muestra de la imitación de esta canción de Petrarca en
el v. 29, «¡oh, agua dulce y fresca y cristalina!», tomado del v. 1, «Chiare, fresche et
dolci acque», si bien mediatizado por el <<Corrientes aguas, puras y cristalinas» de
Garcilaso (Égl. 1, v. 239).
El poema se estructura de una manera equilibrada. Cada una de las estancias
se divide temáticamente en dos partes, coincidiendo con la división en frente y
sirima. La primera parte desarrolla una invocación a la naturaleza (flores y hier
bas en la primera, árboles en la segunda, agua, aire, viento y aves respectivamente
en la tercera, cuarta, quinta y sexta) exaltando sus efectos positivos. La segunda,
en cambio, que está en todos los casos formada por una frase exclamativa intro
ducida por la interjección «ay», es un lamento por el recuerdo de la amada, bien
referido a alguna parte concreta de su cuerpo: mano, pies, cuerpo y gesto, cabello,
o más genéricamente a su «gentil persona». En este sentido, esta composición
parece estar desarrollando, según el principio de la amplificatio clásica, la primera
parte de la canción petrarquista mencionada, en cuya estancia inaugural desarro
lla también la relación entre la naturaleza y las diferentes partes de la dama: agua,
ramas, hierba y flores, aire por un lado y miembros, seno, ojos o bien el recuerdo
de su persona mientras está apoyada.
El commiato, según el esquema clásico, es una llamamiento a la canción para
que, abandonando este espacio natural, se dirija a donde esté la amada para co
municarle que la única causa de que no haya muerto ya es la esperanza de volverla
a ver. En este constante avanzar hacia adelante y hacia atrás en la relación entre
ambos personajes, progresa el poeta en la introspección de su propio sentimiento
amoroso que caracteriza a todo cancionero petrarquista. Sin embargo, predomi-
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
nan los momentos de desesperación ante lo que interpreta como ingratitud que
llevan al poeta al límite de sus fuerzas, aunque al final permanecerá fiel:
Resulta fácil darse cuenta cómo en ningún caso estamos ante una verdade
ra tensión dramática fruto del enfrentamiento interno que pueda sentir el poeta
entre el deseo de servir a Dios del poeta y su pasión amorosa, como ocurre, por
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LA SILVA DE POESÍA
Vemos, pues, cómo el corpus poético del poeta madrileño se dirige claramente
por la senda que, siguiendo a Petrarca, habían recorrido muchos autores durante
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___, --
el siglo xv1, tanto en Italia como en España. En efecto, una lectura atenta de las
sucesivas composiciones nos permite ir viendo muchos de los tópicos habituales
de la poesía amorosa italianizante a través de los cuales vemos avanzar la histo
ria sentimental de Eugenio de Salazar y de doña Catalina Carrillo. Pero en otras
ocasiones la deuda con el poeta aretino es mucho más directa. Así, en numerosos
poemas podemos encontrar reflejos de una lectura muy atenta por su parte sobre
todo a través de la apropiación de lexemas, sintagmas y oraciones que estaban
presentes en el Canzoniere. Es el caso, por ejemplo, del soneto «Escribe, escribe,
Amor me dijo un día» basado en el soneto xcrn de Petrarca, «Piu volte Amor m'
avea gia detto: -Scrivi, / scrivi. .. », que ya Boscán había imitado en su canción
«Gran tiempo ha que Amor me dize: -Scrive».
Mucho más interesante es, sin embargo, la evidente recreación del modelo pe
trarquista de la canción ccv1 del Canzoniere en la Canción 1111 de Salazar. Repro
duzco íntegramente ambas composiciones con el fin de facilitar la comparación
entre ambas:
,..r,# ,...
® lsi�i..r1·(vtui;¡v, J:mu,
J�ITIAI l>li_f'"��,·- ,i�td.:
Ji
1�111,1 ""2'",i�, �f� u,:/':tw.
¿,.-c"'f. "''lit.\ ":}1,14[,v
60
LA SILVA DE POESÍA
PETRARCA SALAZAR
S' j" 1 dissi mal, ch' i' vegna in odío aquella Si dije, ay triste, yo jamás tal cosa,
et senza 'I qual morrei; jamás mi pena vea yo acabada;
del cui amor vivo,
5 , ¡ 1 dissi, che
miei dí sian pochi et rei, si dije tal, no vea mitigada
et di vil signoria l' anima ancell a; jamás mi angustia y ansia congojosa;
s' ¡> l dissi, contra roe s' arme ogni stella, s si dije tal, siempre más rigurosa
et dal mio lato sia y más endurecida
paura et Gelosia vea a la que es mi vida
et la nemica mia y si posible fuere, más hermosa.
piú feroce ver' me sempre et piú bella. Si dije tal, cual lengua criminosa,
10 S' i' 1 dissi, Amor, l' aurate sue quadrella 10 blasfema, sea la mía ajusticiada;
sp enda in me tutte, et 1' impiombate in lei; si dije tal, jamás sea escuchada
s' i' 1 dissi, cielo et terra, uomini et dei mi voz de los oídos de mi diosa;
mi sian contrari, et essa ognor piú fella; si dije tal, mi voluntad ansiosa
s' i' 1 dissi, chi con sua cieca facella nunca yo vea cumplida;
15 dritto a morte m' invia, 15 ni halle yo salida
pur come suol si stia, en culpa tan atroz y vergonzosa.
né mai piú dolce o pia
Si dije tal, mi vista desterrada
ver' me si mostri, in atto od in favella.
sea de aquella vista esclarecida;
S' i' 1 dissi mai, di quel ch' i' men vorrei si dije tal, no hallen acogida
20 piena trovi quest' aspra et breve via; 20 mis ruegos en el pecho de mi amada;
s' i' 1 dissi, il fero ardor che desvía si dije tal, no se vea consolada,
cresca in me quanto il fier ghiaccio in costei; contenta ni gozosa
s' i' 1 dissi, unqua non veggian li occhi mei esta alma deseosa,
sol chiara, o sua sorella, mas siempre en triste olvido sepultada.
25 né donna né donzella,
25 Si dije tal, mi alma vea yo echada
ma terribil procella,
luego del alto cedro ado se anida;
qua! Pharaone in perseguir li hebrei.
si dije tal, aquella empedernida
S' i' 1 dissi, coi sospir', quant' io mai fei, condición no la vea yo ablandada;
sia Pieta per me morta, et Cortesia; si dije tal, no vea mejorada
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s' i' 1 dissi, il dir s' innaspri, che s' udia 30 mi suerte trabajosa
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
PETRARCA SALAZAR
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LA SILVA DE POESÍA
7 Guglielmo Gorni (1987: 224) señala que el esquema métrico menos seguido de entre las
canciones de Petrarca es precisamente el de la canción CCVI (señala solo dos), lo que
reivindica la audacia técnica de Salazar de competir con un modelo cuya dificultad era
reconocida ya en la época, lo que justifica de alguna manera sus límites.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
duce el antiguo modelo provenzal de las coblas doblas, es decir, de estancias que
repiten el sistema de rimas formando grupos de dos estancias:
RVF Silva
1 y 2 estancias: ABBA,AcccA ABBA,AccA
3 y 4 estancias: BCCB, BaaaB BCCB,BaaB
5 y 6 estancias: CAAC,CbbbC CAAC,CbbC
commiato: cbba(a)C Cbbc
Vemos, por tanto, que cada estancia se compone de 8 o 9 versos de los cuales
la fronte se compone de dos pies de cuatro endecasílabos con rima abrazada y una
sirima, a la que se une mediante un verso que sirve de unión y que repite la rima
del último verso de la parte inicial. Dicha sirima se compone de cuatro versos
en el poema de Salazar y cinco en el de Petrarca. En ambos casos el primero y
el último son endecasílabos y comparten rima, mientras que los del medio son
heptasílabos y son dos en el madrileño y tres en el aretino. Además, las estrofas se
organizan en parejas cambiando la distribución de las rimas, que son las mismas
siempre, cada dos.
Por lo que se refiere al commiato hay que decir que también en este caso consta
de un verso menos en el madrileño, pero mientras que en él se reproduce la es
tructura y la rima de los últimos versos de la estancia inmediatamente anterior, en
Petrarca se introduce una variante importante: sobre la base de la última sirima el
autor ha querido recoger las seis rimas presentes a lo largo del poema para lo cual
ha modificado la del último heptasílabo y, con el fin de que todas estuviesen dos
veces presentes, ha introducido una rima interna en el último endecasílabo.
Así, pues, vemos cómo Salazar, partiendo de un hecho biográfico, si es verdad
lo que dice en la apostilla que acompaña al poema, «Una dama dijo a su Catalina
que decía el autor que ya no la amaba y que quería más a otra», recoge de sus
lecturas un poema del Canzoniere, en el que Petrarca expresaba una experiencia
parecida, y sobre un modelo literario prestigioso reproduce una vivencia propia.
Con todo resulta difícil saber cuánto hay de biografía en este texto y cuánto de
simple imitación. Además, este poema tenía una serie de elementos que le hacían
particularmente significativo en sí mismo y dentro del Canzoniere, elementos que
64
LA SILVA DE POESÍA
Este soneto se conecta explícitamente con el siguiente, de tal manera que los
tres pueden leerse como una unidad de significado dentro del corpus sentimental
65
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
A los que acabamos de mencionar, podemos añadir una gran cantidad de ca
sos en los que composiciones que se sitúan a continuación unas de otras man
tienen relaciones íntimas de carácter temático y formal. Es el caso de los sonetos
«Maravillado estaba Amor un día», «En gran cuidado está el Amor metido» y «Al
cielo, hijo, ya nos recojamos» (fols. 84r y 84v) en los que desarrolla el tema del
Amor enamorado y de la potencia de la amada del poeta ante quien ceden Cupi
do y Venus.
Aún más complejas son las relaciones entre los sonetos «El que los ciegos lla
man dios de amores» y «Siempre te he sido, Amor, muy obediente» (fol. 97r), en
los que el poeta manifiesta el deseo de abandonar el servicio de la dama, que se
unen formalmente mediante una de las fórmulas más habituales en Salazar para
establecer el nexo entre las composiciones: la repetición de una o varias palabras
claves en el último endecasílabo de un poema y el primero del siguiente, en este
caso la referencia al dios Amor. Además, el tema continúa en las composiciones
66
LA SILVA DE POESÍA
67
h
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
presenta también una cercanía al primero de Garcilaso con el que comparte las
dos ideas claves: la muerte del poeta y la certeza de que esta es la voluntad de la
amada. En este sentido el soneto mantiene bastante fielmente los juegos de pala
bras de matiz cancioneril presentes en el modelo:
Garcilaso Salazar
acabaré / perderme / acabarme muertes / muera
quisiere / querello quiera / querer / quisiere
Algo parecido podemos ver en el soneto «En mí estáis vos y cuanto en vos
florece» (fol. 91v), cuyo primer cuarteto se basa en el soneto v de Garcilaso:
En mí estáis vos y cuanto en vos florece.
Yo tengo el corazón que habéis perdido:
dentro en vos misma y dentro en mí metido,
dentro de esta alma que por vos padece.
Vemos cómo Salazar recrea sobre los dos primeros endecasílabos del original,
«Escrito 'stá en mi alma vuestro gesto/ y cuanto yo escribir de vos deseo», el ini
cial de su poema expresando el mismo concepto, la presencia de la imagen de la
amada en el alma del poeta como consecuencia del enamoramiento, manteniendo
además la estructura hilativa «y cuanto». También es de origen garcilasista el v.
13, «tomar tal corazón por instrumento», que imita el octavo, «tomando ya la fe
por presupuesto», con el que mantiene una casi idéntica estructura sintáctica y,
aunque cambia la palabra final del verso, la misma rima.
Muchos otros versos, sintagmas y conceptos que aparecen en esta parte de la
Silva tienen un claro referente en la poesía de poeta toledano, por ejemplo el v.
53 de la «Epístola a su Catalina» (fol. Sor), «que ponga dulce fin a los dolores»,
que recuerda el «que diese amargo fin a mis amores» (Égl. 1, v. 287). Lo mismo
podemos decir del verso 72 de la misma composición, «que de la ingratitud Dios
no se agrada», idea que ya estaba presente en la Canción I de Garcilaso, quien a
68
LA SILVA DE POESÍA
acía otra expresada en Torres Naharro (Lapesa, 1985: 53), si bien inten
su ve� reh osamente eliminar las referencias a Dios, tan del gusto de la poesía
taba LO fructu
H ab1amos visto ya como este mismo concepto estab a presente en 1a
.
xv.
, . ,
.
del sig l o , ·'
ar y como en esa ocas10n nuestro autor hab'ia segm"do 1a senda
1 a II de Salaz
oledano; ahora, en cambio, mantiene las referencias religiosas en
�:;ada por el t
profano.
un contexto
Otro elemento que también hay que comentar y que destaca la coherencia de
de su poesía sentimental de la Silva es la variedad métrica. Sabe
1a segu nda parte
qu
os e Pet ra rca recurrió solo a cinco formas: soneto, canción, madrigal, sextina
rnballata. Sin embargo, hay que recordar una vez más que la norma del aretino fue
r¡eropre flexible: «H petrarch isroo metrico, si puo tranquillamente asserire, non e
mai stato un programma rigido, né un imperativo categorico, per la prattica cin
quecentesca» (Gorni, 1987: 223). Por tanto, siempre que se mantuviese como base
el sistema canónico, se podían aportar novedades que no supusiesen una ruptura
radical. Así, Salazar recurrirá en este núcleo poético a sonetos, canciones, una
ballata, dos epístolas, dos epigramas y una glosa en octavas.
Como no podía ser de otra manera, será el soneto la forma métrica más repe
tida en la Silva de poesía. De entre todas las variantes posible, se prefiere la forma
más exitosa en la tradición renacentista, la que consta de dos cuartetos con rima
ABBA ABBA; los tercetos, en cambio, admiten mayor libertad, si bien las preferidas son
CDC DCD y CDE CDE.
Pero por encima de esto, quizá lo propio de buena parte de los sonetos que
estamos comentando es que en ellos se ha perdido el carácter reflexivo que de
fine al mejor petrarquismo; en su lugar, prevalece el tono mucho más ligero de
los poemas cortesanos en los que no existe una verdadera tensión fruto de un
sentimiento real. En su lugar lo que encontramos es la prueba de que el autor ha
asimilado bien una lengua poética cuyas fórmulas, tópicos, etc. repite con habi
lidad, pero un tanto mecánicamente. Prueba de ello son los poemas escritos por
encargo, como el soneto «Puerto galano por quien tanto peno...» » (fol. 74r), es
crito porque «mandole su Catalina que hiciese un soneto muy enamorado a una
dama que tenía el apellido de Portugal», o el que inicia «Fuerte es mi amor y fuerte
mi deseo» (fol. 96v), compuesto también a petición de su dama para una amiga.
Se trata, pues, de sonetos en los que prevalece sobre la gravita petrarquista,
basada en el conocimiento de una teoría amorosa y en la expresión severa de una
meditación sobre una experiencia personal, la piacevolezza derivada del juego,
69
--
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Junto al soneto, la otra forma básica del corpus que estamos estudiando es la
canción, como no podía ser de otra manera. A ellos se une la originalidad de que
Salazar incluya una ballata, forma que aparecía hasta en siete ocasiones en los
Rerum Vulgarium Fragmenta, pero que era ya una forma en plena decadencia y
que, de hecho, en el s. XVI era en España bastante rara. Se trata en su caso de una
ballata mediana por cuanto el estribillo está compuesto de tres versos: YzZ, es de
cir, dos endecasílabos y un heptasílabo, que va seguido de siete estancias, la última
de las cuales se cierra con un verso que es una variante del último del estribillo.
70
LA SILVA DE POESÍA
No utiliza Salazar para este núcleo poético ni madrigales quizá porque, como
a hem
os comentado, para él estaba muy unido al universo pastoril, ni sextinas,
y que sí aparecen en otros momentos en la Silva, como veremos. En cambio,
aun
dad, da entrada a dos epístolas en tercetos, forma métrica que, aunque
o O nove
c o�ormaba parte del modelo petrarquista, ya había sido usado por algunos de sus
n
caso, estamos ante dos poemas cuyo tono se acerca mas ' a11'meo
·
·mitadores. En su
�en ambas el tema principal es el lamento por el rechazo de la amada) que al na
rrativo o m editativo propio de su uso más común en epístolas morales, sátiras, etc.
Sin duda la novedad más importante, métricamente hablando, de esta primera
arte del «cancionero» de Eugenio de Salazar es la presencia de una glosa en oc
iavas. Ya hemos visto cómo al final de las composiciones pastoriles de la primera
parte de la Silva, nuestro autor daba cabida a un poema al que denominaba «glosa
y canción pastoril» y comentamos entonces los problemas que planteaba la unión
de dos tradiciones distintas, como eran la italiana y la cancioneril en un mismo
poema. Una situación semejante se nos vuelve a presentar ahora por cuanto nos
encontramos con una glosa ( en este caso aparece claramente especificado el ver
so glosado) en octavas. Esta, que era una de las formas más característcas de la
literatura italiana, aunque se especializó como forma estrófica del poema épico
renacentista y en general de la poesía narrativa, tenía también una importante
tradición lírica en autores como Boccaccio, Poliziano o Bembo, cuyo ejemplo fue
seguido por Boscán en su Octava rima, obra que inaugura dicho género en la
poesía española.
El poema, un canto a los efectos de los ojos sobre el alma del poeta, se orga
niza a partir de la repetición sistemática de términos relacionados con el campo
semántico de la vista: ojos, mirar, vista, etc. En concreto, cada una de las seis es
tancias inicia con la palabra «ojos» que se repite, además, en el verso tercero de las
estrofas 3 y 5 y en los vv. 3 y 5 de la estrofa quinta. Cada una de estas anáforas se
ve reforzada por la repetición del endecasílabo glosado, en el que ya de por sí se
insiste sobre el concepto de nuevo mediante la acumulación de términos pertene
cientes al campo semántico ya mencionado: «Mirad ojos, mirad al que heristes».
Como estamos viendo, pues, todo indica que Eugenio de Salazar quiso estruc
turar los poemas recogidos en la segunda de su corpus sentimental a la manera de
un Canzoniere petrarquista. Sin embargo, a partir de un momento, empezamos
ª ver elementos que suponen una ruptura con ese modelo. Como es sabido, los
Rerum Vulgarium Fragmenta se dividen en dos partes cuyo momento divisor es
la muerte de Laura. Es esta circunstancia la que nos permite hablar de un Canzo-
71
h
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
niere in vita y de otro in morte. En el caso concreto de nuestro autor esta situación
nunca se produjo; sin embargo sí podemos establecer un punto que supone un
cambio radical en la evolución de su historia de amor. Lo encontramos en el fol.
104r, cuando la apostilla que acompaña al soneto «Trescientos y once lustros aca
bados» nos informa de que «Declara el año, mes y día de su matrimonio con su
doña Catalina Carrillo, que fue 9 de mayo de 1557».
Como hemos señalado previamente, el amor neoplatónico es un sistema ba
sado en la idealización de una mujer que resulta inalcanzable entre otras cosas
porque normalmente está casada. Era esta realidad lo que generaba la tensión que
justificaba el poemario. Sin embargo, dicha tensión resulta innecesaria si el amor
entre amante y amada se puede consumar en el matrimonio. Por tanto, era inevi
table que un hecho así tuviera consecuenciasª .
Salazar va a intentar mantener vivo el modelo hasta el punto de que este sone
to de alguna manera propone un modelo retórico muy cercano al soneto prólogo,
como si de hecho estuviese dando inicio a un nuevo cancionero:
72
LA SILVA DE POESÍA
73
....,...
(Prieto, 1975; 105-138), ya que era uno de los cinco metros presentes en el Canzo
niere. Lo importante es que había adquirido un significado de género aristocráti
co, que ya había recogido Herrera, en cuanto manera de demostrar la habilidad
técnica y el arte literario del poeta.
Con la «Canción en ausencia» (fol. 114v) se inicia, por fin, un grupo de poemas
que supone una verdadera continuación del cancionero matrimonial iniciado en
el fol. 104r. Se trata de unas composiciones, en las que se puede percibir una pro
gresión argumental que avanzaría entre momentos de tristeza y lamentos, corno
consecuencia de la lejanía a la que los esposos se ven sometidos, y de felicidad por
el reencuentro. De esta manera dos son los términos que encontrarnos ya en la
primera estancia y que resumen las claves del cancionero matrimonial: «esposa»
(v. 8) y «ausencia» (v. 10).
Estructuralmente hablando, la canción presenta una organización con algunos
desequilibrios. Así, las tres primeras estancias retornan el gusto por la descripción
de la naturaleza y la relación entre esta y el poeta mediante la comparación entre
los efectos del sol y la luna, cuya presencia alumbra al mundo corno la amada
alegra y elimina las tristezas, y el mes de mayo, que hace florecer las selvas, pero
cuya ausencia supone su muerte, al igual que la presencia y la ausencia de la dama
suponen la vida y la muerte del poeta:
El mayo es de mi vida
aquel tiempo que vivo do te veo,
en él mi alma y corazón florece;
pero en tu ausencia toda flor perece
hasta que este rodeo
se acabe y vuelva al mayo que deseo (vv. 31-36).
74
LA SILVA DE POESÍA
75
JAllvIB JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
unas fórmulas en gran parte coincidentes con los poemas anteriores, pero que
se expresan métricamente sobre todo en coplas castellanas o en coplas reales,
aunque también hay una epístola en redondillas que termina en una quintilla.
Con todo, la ruptura más radical de la filosofía de lo que es un cancione
ro petrarquista se produce en el fol. 14or cuando Salazar introduce un largo
poema dedicado a su mujer titulado «Las reglas de la buena casada» en el que,
en coplas reales (abaab:ccddc), desarrolla un tema tan poco idealizante como
puede ser una especie de manual sobre el comportamiento que han de guardar
las mujeres que han contraído matrimonio, entre los que podemos ver que
«ame y tema a su marido», «que no sea ventanera», «que no sea callejera»,
«que no responda al hombre que le hablare alguna palabra atrevida o desho
nesta, que mejor es callar», «que no sea melindrosa», etc. Se trata, pues, de una
serie de consejos que se pueden encontrar en cualquier libro de educación al
matrimonio de los numerosos que se publicaron en la época (Aguilar Salas,
2000: I, 259-264).
76
LA SILVA DE POESÍA
Termina esta larga introducción inicial con una invocación a su esposa, con el fin
de que le conceda su favor para que su musa pueda cantar su belleza:
77
---
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
78
LA SILVA DE POESÍA
aquel varón dichoso/ que el cielo destinó para consorte/ tuyo, que
endito sea
«B de ser hiJ·o venturoso/ de aquesta noble villa» (vv. 1217-1219).
ha
Así, pues, hemos visto cómo esta segunda parte del ciclo de poesía sentimental
ua nio de Salazar presenta un primer núcleo en el cual es fácil rastrear gran
de E e
ementos constitutivos de un cancionero petrarquista: el tema amo
p atte d e los el
oplatónica, la existencia de una única dama a la que va dirigida
roso de base ne
oesía, etc. Además, encontramos elementos estructurales necesarios, como
�-!neto prólogo, el soneto que da inicio a la biografía sentimental ubicando el
ri.mer encuentro con la amada en una fecha importante del calendario, etc. Asi
�smo otros elementos determinantes, como la interrelación de las composicio
nes, de manera que el conjunto sea homogéneo y avance de manera cohesionada,
evitando así la simple antología de textos que se superponen pero sin conformar
una unidad.
Sin emb argo esta estructura empieza a disolverse cuando se hace presente un
elemento que, si bien en principio le sirvió a Salazar para mantener la división
de la historia sentimental en dos partes, como Petrarca, sin embargo, de hecho,
impedía su continuidad: el matrimonio con doña Catalina Carrillo. Aunque en
un primer momento intentó prolongar la ficción sentimental mediante la tensión
amorosa producida por la separación forzada de la amada; poco a poco vamos a
ir viendo cómo las incoherencias (la introducción de poemas en metro castellano,
de un poema didáctico sobre cómo debe comportarse una mujer casada, etc.) van
a terminar por disolver definitamente el proyecto.
79
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Por lo tanto, es necesario que, al abordar el estudio de este corpus poético, de
jemos de lado los prejuicios que a menudo impiden reconocer los valores que en
realidad tienen algunas de estas composiciones. Entre otros, que con frecuencia
resultan muy útiles a la hora de situar a los autores en su contexto social y cultu
ral. Sin embargo, tampoco hay que ocultar el hecho cierto de que, con frecuencia,
muchas de ellas quedan muy lejos de los niveles de calidad literaria que han ga
rantizado la fama de los distintos autores.
Por otra parte, a la hora de estudiar este corpus nos encontramos con varios
problemas que hay que tener en cuenta: el primero es que no pocos de los textos
que se integran en cualquiera de las tres partes de la Silva podrían haberse incluí-
80
LA SILVA DE POESÍA
. mayor dificultad en alguna de las otras dos. Por ejemplo, es fácil entender .
s
do J.ll algonos de los poemas que Salazar intercambiaba con sus amigos o con los
córnO
articipó en fiestas religiosas hubiesen podido considerarse como poemas
q u� ?osos sin más; y de la misma manera, algunos textos que se incluyen entre la
reliV,
ti mental..1no son sino encargos que el poeta recibió de su propia mujer
poes1a sen pOu
•. ,
iJan
, . . .
11ab· erse cons1'derado como poesia de circunstancias sm
.
y, poi lo tanto,
rzo.
n,ucbo esfue
y en segundo lugar, hay que hacer frente al hecho de que Salazar, a diferencia
en la primera y en la tercera parte, no ha organizado los poemas si
de lo que hace
guiendo ningún criterio ni temático ni métrico, por lo que sería útil buscar algún
sistema que permita agruparlos. Desde luego, no se puede afirmar que los textos
se dispongan en un orden cronológico, aunque en ocasiones, es posible percibir
que algunos de ellos for�an se:ies que más o menos podemos relacionar con al
gunos momentos de su b10grafia:
• Poemas escritos en honor de los Virreyes Marqueses de Villamanrique,
en ocasión de su llegada a México en 1585. Consta de un soneto dedica
do a la virreina y otro al virrey además de la «Descripción de la laguna
de México».
• Poemas escritos durante su estancia en La Española (1574-1575): incluyen
las composiciones que intercambia con doña Leonor de Ovando, Francis
co Tostado de la Peña y doña Elvira de Mendoza, todos ellos poetas de la
isla; además, incluye un canto en loor de la ciudad de Santo Domingo y un
soneto burlesco.
• Poemas escritos durante su permanencia en Guatemala (1579-1582): reúne
los que envió y recibió de don Pedro de Liébana, así como el que dedicó a
la muerte de doña Madalena de Vargas y, probablemente, también el que
hizo en honor de don Pedro de las Roelas, general de carrera de Indias.
Además, los dos que celebran la conquista de Portugal por Felipe II (1580)
y los jeroglíficos inventados para las honras fúnebres en memoria de la
reina doña Ana de Austria, así como la canción de igual tema (1580). La
larga composición escrita como texto preliminar para la edición de los
Diálogos militares de Diego García de Palacio podría ser de esta época o
de los primeros años del periodo mexicano, ya que en ambos momentos
coincidieron los dos autores, pero en la dedicatoria se señala que el autor
era aún oidor en Guatemala, por lo que parece lógico incluirla en este
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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LA SILVA DE POESÍA
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b
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
l. POESÍA ENCOMIÁSTICA
Podría sorprender que el mismo hombre que escribía a sus hijos su temor a que
su actividad poética pudiese ser considerado como un motivo de menosprecio
de su persona, sin embargo no tuviese inconveniente en mostrarse públicamente
como autor de versos cuando determinadas circunstancias así lo aconsejaban. En
cualquier caso, a través de estas composiciones, Salazar se presenta ante nosotros
como un poeta cortesano que utiliza su estro lírico con el fin de participar en
acontecimientos festivos o luctuosos de la comunidad, o bien para obtener mer
cedes de las autoridades.
Así, pues, nos encontramos fundamentalmente con composiciones escritas en
honor de personas cuyo favor esperaba ganar, presumiblemente por la ayuda que
pudieran prestarle en sus ambiciones profesionales. Se trata, pues, de personas
de gran relieve político en la España de su tiempo, como los Marqueses Villa
manrique, Virreyes de la Nueva España, a los que escribe celebrando su llegada
a México, o el Marqués de Mondéjar, al que alaba con ocasión de haber decidido
retirarse de los fastos de la corte. En el caso de don Juan de Figueroa, le dedica un
lamento con ocasión de su muerte. Naturalmente, si esta poesía tenía entre sus
fines principales el de demostrar su ortodoxia política, es lógico que uno de los
receptores inmediatos de sus poemas fuera el propio rey Felipe II y su familia ( el
príncipe don Carlos y la infanta Isabel Clara Eugenia, así como las reinas Isabel de
Valois y Ana de Austria), a los que dedica varios poemas laudatorios.
Pero si muchos de estos poemas tienen un tono celebrativo y laudatorio, tam
bién son frecuentes los que surgen a raíz de una defunción. En este sentido, pode
mos destacar los jeroglíficos que Salazar escribió en ocasión de la muerte del rey
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88
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Albar, que hace una manifestación de amor en la línea idealizada típica de este
tipo de literatura, rompe, sin embargo, el modelo al declarar ( como ya habíamos
visto en el caso de Salazar) que le une ya a su pastora el vínculo matrimonial:
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Resulta curioso observar a este respecto cómo Salazar recrea este paradigma
retórico de manera casi idéntica en otras ocasiones: en la canción que dedica a la
infanta Isabel Clara Eugenia (fol. 199v), el poeta madrileño repite la alabanza re
tomando el mismo juego de palabras ya visto con el nombre, Clara, y el adjetivo,
clara que sirve para definirlas:
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LA SILVA DE POESÍA
91
b
-
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
la tradición clásica y renacentista, pero es posible ver cómo hacen acto de presen
cia elementos nuevos que responden a la realidad novohispana.
Sin duda, uno de los más interesantes poemas de esta serie es la epístola al
Marqués de Mondéjar con motivo de su decisión de retirarse de la vida pública.
Como es lógico imaginar, para Salazar tenía que resultar muy importante mante
ner su relación con una persona que ocupaba una posición de gran relevancia en
la corte. Por tanto, no es de extrañar que, además de llevar a cabo una alabanza del
Marqués, sin embargo, poco a poco vaya introduciendo elementos nuevos que le
aportan variedad y originalidad.
Como es sabido, el género epistolar adquirió en el siglo XVI un gran desarrollo
tanto por la necesidad de poner en contacto un mundo cada vez más amplio e in
terrelacionado, como por la curiosidad del hombre renacentista por estar al tanto
de las novedades que circulaban por Europa. En este sentido, las cartas constituían
una excelente manera de trasmitir conocimientos y de democratizar el saber, al
ponerlos a disposición de un público amplio. No es de extrañar, pues, que se edita
sen numerosos epistolarios, algunos de los cuales alcanzaron un importante éxito,
como las Epístolas familiares de fray Antonio de Guevara.
De esta manera, lo que en principio era un género cuya finalidad era básica
mente práctica, poco a poco se fue tiñendo de elementos literarios, lo que estable
cía la necesidad de que el escritor pensase no solo en un receptor inmediato, sino
también en otro mediato del que le podían separar una gran distancia o incluso
un largo tiempo. Esta circunstancia estaba ya presente en el propio Petrarca cuan
do en sus colecciones de epístolas introdujo algunas dirigidas a personajes de la
antigüedad ya difuntos, como Cicerón, Séneca, Horado, etc., a los que se siente
especialmente unido y con los que querría establecer una comunicación amistosa.
Fue de nuevo el poeta aretino quien recuperó para la literatura humanística
la epístola en verso a partir de la imitación de modelos latinos, principalmente de
Horado. El género así establecido tomará a lo largo de la centuria dos direcciones
principales: la epístola familiar y la moral. La primera se caracterizaba por la va
riedad temática, por el tono ligero y despreocupado y por estar escrita en el estilo
coloquial que caracteriza la comunicación entre personas unidas por el vínculo de
la amistad. Elemento fundamental de este tipo de epístola es la presencia de chis
tes, refranes, facecias, etc. que contribuyen decisivamente a dar un tono ameno al
género y a proporcionarle la recomendada variedad renacentista.
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Estos versos parecen indicarnos, como ya hemos adelantado, que esta epístola
ció a petición del Marqués. En esta época (la carta hay que fecharla entre 1557
0
� ) Salazar había seguido a la corte de Toledo a Madrid en espera del tan
559 ,
miento, y debía ser conocido entre ciertos círculos intelectuales
�eseado nombra
do rid.
relacionados con Alcalá, Tole y Mad
Explic ada la supuesta tardanza, Salazar inicia rápidamente una alabanza de don
Lui s Hurtado de Mendoza en virtud de los muchos beneficios que le ha otorgado:
No estoy dorado de tan mal sentido
ni soy tan falto de conocimiento
que no conozca el bien que he recibido
y la largueza que tu nacimiento
muy noble y generoso usó conmigo (vv. 28-32).
Lógicamente, no podía faltar una declaración de humildad por parte del poeta
que justifica su obra con la imposibilidad de corresponder al Marqués tal como
se merece:
95
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
qués: sus hazañas militares contra los árabes en Túnez y los franceses en la guerra
de Navarra, así como su defensa de Granada. En segundo lugar, su buen gobierno
durante el periodo que fue Presidente del Consejo de Indias ( «A ti, cuyo gobierno
fue tan bueno/ a los del otro polo y Nuevo Mundo», vv. 58-59). Así, a través de la
repetición de la fórmula «a ti... », que se reitera cuatro veces en esta parte y dos más
adelante, Salazar fija al mismo tiempo el sujeto de su canto y los motivos del mismo.
El resultado es la creación de un modelo de gobernante sabio y prudente, que usa
con habilidad la fuerza y la bondad con sus subditos sin hacer distinción entre ellos:
96
LA SILVA DE POESÍA
Se inicia entonces una oposición entre acá y allá, entre corte y aldea, entre el
espacio de Salazar y el del Marqués, que reproduce la oposición ya vista entre el
antes y el después en la vida de don Luis Hurtado de Mendoza:
Acá faltaba tiempo, allá te sobra;
sobraba acá el cuidado, allá te falta
en lo que es fuera de espiritual obra (vv. 172-174)
97
h
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LA SILVA DE POESÍA
- 99
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Este mismo tono es rastreable en aquellas partes en las que el discurso se dirige
hacia la consolatio. Repitiendo la invocación a las musas con que había iniciado, el
autor introduce un nuevo tema: el imperio de la muerte no afecta al alma ( «Em
pero, dura Parca, no tuviste / poder contra su espíritu glorioso», vv. 31-32). De
esta manera el poeta añade un elemento de carácter religioso relacionado con el
principio cristiano de la vida celestial. El autor hace un elogio del más allá como
lugar de felicidad y descanso frente a la existencia terrena que en el texto se marca
retóricamente mediante la oposición entre «allí» / «acá», que se conecta con la
antítesis reír/llorar:
100
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101
b
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Prosigue el encomio con una nueva serie anafórica que sirve de respuesta a las
preguntas retóricas formuladas anteriormente:
102
LA SILVA DE POESÍA
El resultado de tanta virtud no podía ser sino el triunfo «en literal milicia» lo
u e da
pie a que el autor haga una biografía de don Juan de Figueroa: la relación
q la Universidad de Salamanca y con la iglesia de Toledo, la carrera en política
�:�a mano de Carlos V y Felipe II que le llevó_ a ocupar puestos importantes en
o la presidencia del Consejo de Ordenes, la regencia de Nápoles y
1 corte, com
: residencia del Consejo de Castilla, cargo que ocupaba cuando murió en 1565.
1 p
Al fin el poema abandona el tono encomiástico y retoma el discurso consola
to rio, con lo que establece una oposición entre la infelicidad en que queda España
por la muerte de tan buen gobernante y la felicidad de quien ahora, por fin, goza
de la vida eterna. Que no solo es la prometida por Dios al alma, sino también la
de la fama, que conservará por los siglos el recuerdo de su persona: «A ti no llore
que aunque son pasados / tus días siempre vivirá tu fama / entre los que en virtud
son más mentados» (vv. 205-207). Con ello Salazar sigue el esquema marcado por
Garcilaso en su «Elegía por la muerte de don Bernaldino de Todelo», que se había
convertido ya en un tópico en la poesía española, de dejar el final del poema para
situar al muerto en un más allá virtuoso que le hace digno de envidia para los que
todavía no han alcanzado esa perfección, con lo que la misma muerte y la certeza
de haber alcanzado la fama y la eternidad refuerzan la idea de consuelo que el
poeta pretende con su poema.
Aunque la Silva de poesía pretendía ser fundamentalmente un cartapacio poé
tico, lo cierto es que Salazar acabó convirtiéndola en un volumen misceláneo en el
que preservar para la posteridad toda aquella parte de su producción literaria que
consideraba digna de ser recordada; Así, al final, introdujo algunas de sus epísto
las en prosa; y en su interior dio entrada a un corpus de literatura emblemática.
Este tipo de literatura, que tanta importancia adquirió durante los siglos xv1 y
xvn, tuvo en los Emblemas de Alciato (Manero Sorolla, 1988: 171-191) su modelo
fundamental, aunque ya existía en España una tradición anterior de no menor
importancia y que facilitó su arraigo entre nosotros.
Dejamos de lado aspectos teóricos que han sido ya ampliamente discutidos
acerca de las distintas variantes del género (emblema, empresa, jeroglífico, etc.) o
de la preminencia de lo literario sobre lo artístico, una vez demostrado el carác
ter específicamente literario que tuvo en su origen la obra del jurista italiano. Lo
103
--
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
cierto es que cuando Salazar recurre por primera vez a esta forma con motivo Q
la muerte de la reina doña Ana de Austria, ocurrida en 1580, el género e taba y�
extensamente difundido en la Península Ibérica y de aquí se había expor tado a
América como elemento fundamental de las fiestas públicas y también de la euse�
ñanza (Pascual Buxó, 1994: 241-253).
No puede extrañar, pues, que conservemos referencias a numerosos festejos
públicos en los que este tipo de literatura jugó un papel importante. En muchas
de estas relaciones, sobre todo en las que se conservan manuscritas y no llegar on
a la imprenta, la parte gráfica ha sido sustituida por una simple descripción. Pero
también se dio el caso de volúmenes que sí salieron de las prensas y en los que
ocurrió lo mismo: sin duda, la necesidad de acelerar los tiempos de edición (sobre
todo cuando el tema que la justificaba estaba unida a un hecho de actualidad) y de
abaratar los costes explica que una o varias de las partes en que tradicionalmente
se dividían -pictura, inscriptio o subscriptio y descriptio- no apareciesen (Infan
tes, 1996: 93-109).
En los tres casos en los que Salazar escribe «jeroglíficas» lo hace para parti
cipar en las exequias por la muerte de alguna autoridad o miembro de la familia
gobernante (Gallego, 1987: 171-181): la de la reina doña Ana; la de doña Francisca
Enríquez, hija del Virrey Marqués de Villamanrique; y la de Felipe II. En ningun o
de estos casos se han conservado relaciones manuscritas o ediciones que repro
duzcan los túmulos de los que formaban parte, por lo que carecemos de otros
documentos que pudieran complementar la descripción de Salazar o que nos per
mitan saber si llegaron a exponerse en público.
La mayor parte de los jeroglíficos de la Silva presentan una estructura básica.
Como ya hemos dicho, falta siempre la parte gráfica, la pictura, que es sustituida
por una descripción. Esta es seguida de una «letra» o poesía, aunque también
puede ser más de una, y, solo en algunas ocasiones, por un comentario, en el que
se nos dan los elementos necesarios para interpretar la «imagen» y la subscriptio.
Por lo que respecta al elemento pictórico, hay que decir que Salazar recurre en
él a varias tradiciones distintas, que van de la mitología clásica (Hércules, Bria- .•
reo, Argos, Atlas, etc.) a la iconografía cristiana (cruz, ángeles, demonios, santos,
etc.). A veces, el origen de los motivos que aparecen en esos jeroglíficos hay que
buscarlo en la tradición anterior, como es el caso de la cigüeña, que difundieron
durante el siglo XVI Horapollo y Alciato, pero que se remonta incluso más atrás,
como símbolo del amor paternofilial. Según esta tradición, la cigüeña alimenta Y
104
LA SILVA DE POESÍA
u e
p � enII Salazar recupera esta imagen ya tradicional:
pehp
p¡_ntó trna cigüeña que sacaba sus polluelos alderredor del nido y los enseñaba a
volar, a tender el cuello y las zancas, desplegar y batir las alas sustentándolos a ra -
tos sobre ]as suyas. Que esta piadosa y amorosa cigüeña significaba al católico rey
Pilipe segundo que, con grande amor y cuidado, enseñó y puso en el camino del
servido de Dios a su caro hijo y sucesor, el príncipe Filipe tercero, y le metió en el
ejercicio del gobierno y en el cuerpo de los consejos desde el principio de su ado
lescencia para que, cuando a Su Majestad, Dios le llevase, quedase el nuevo rey bien
puesto en lo que converua al servicio snyo y al bien de sus reinos. Que este ínclito y
excelente príncipe se denotaba en los pollitos de la cigüeüa, que aprendían a volar
con la ayuda y enseñanza de su madre (fol. 204r/v).
Ahora bien, como es fácil observar, nuestro autor ha procedido a introducir
elementos nuevos en función de unos intereses propios. Así, el concepto del amor
entre padres e hijos se decanta hacia los primeros, quienes no solo procuran el ali
mento a sus crías, sino que les enseñan «a tender el cuello y las zancas, desplegar
y batir las alas» (elementos estos extraídos de la observación directa más que de la
lectura) y, sobre todo, son ellos los que les sustentan sobre su cuerpo. Estas modi
ficaciones deben interpretarse, obviamente, en relación con el deseo de exaltar la
preocupación, digna de todo buen monarca, de educar a sus hijos con el fin de que
sean también ellos buenos príncipes cristianos (Bernat, 1999: 239-242).
La presencia de elementos simbólicos de tradición medieval procedentes de
los bestiarios medievales es frecuente en los emblemas de Salazar; con indepen
dencia, por supuesto, de la vida sucesiva que de hecho tuvieron durante el Renaci
miento. Así, en la «Jeroglífica VIII» dedicada a la muerte de la hija de los Marque
ses de Villamanrique, Salazar describe la siguiente pictura:
Pintó un león y una leona que parecían estar bramando sobre un cachorrillo suyo
que parecía estar muerto, y aludiendo a una naturaleza de los leones que, naciendo
sus cachorrillos casi muertos, a bramidos los despiertan y resucitan. Y significando
por el león y la leona al Virrey y Virreyna y por el cachorrito muerto a la hija de
funta» (fol. 29or).
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106
LA SILVA DE POESÍA
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
zadas o simples reuniones de amigos con parecidos intereses culturales) en las que
a menudo se traducían o imitaban poemas ajenos, por ejemplo italianos. Ya Fu.
cilla relacionó el soneto «Denota fe lo blanco y su pureza» (Salazar cita su fuente
italiana «Candida e pura fede il bianco apreza») con otros de Serafina Aquilano y
de Gutierre de Cetina; o el que empieza «Mi madre, dicen, que de mí preñada»
traducción a partir del epigrama latino «Quurn mea me genitrix... » de Polizian�
(1979: ll, 221-223).
108
LA SILVA DE POESÍA
Así, pues, menciona su obra poética, que podía conocer directamente por el
volumen Algunas obras (1582) o por copias manuscritas (conviene recordar que
algunos poemas suyos forman parte de las Flores de baria poesía, recopiladas
en México). Además, confirma que ha leído sus Anotaciones a la poesía de Gar
cilaso de la Vega (1580); por último, lo que queda menos claro es a qué obras
en prosa se refiere, puesto que en vida del autor se publicaron la Relación de la
guerra de Chipre y suceso de la batalla naval de Lepanto (1572) y el Elogio de la
vida y muerte de Tomás Moro (1592), mientras que permanecieron inéditas la
Respuesta a las Observaciones del Prete Jacopín y una Historia de las más nota
bles cosas que han sucedido en el mundo hasta la edad del emperador Carlos V,
que debía estar concluida en 1590, pero que se ha perdido.
La epístola se inicia con un panegírico a la ciudad de México que, en gran
medida, sigue los elementos habituales del canon clásico de las alabanzas a las
ciudades (Curtius 1989: 228-229): situación de la ciudad, conquista y gestas de
los españoles, con especial relieve para la figura de Cortés y, sobre todo, la labor
misionera que, promovida por los reyes, ha conseguido erradicar la idolatría e
implantar firmemente la fe verdadera. A este respecto, conviene recordar que no
es extraño que Salazar resalte entre todas esta faceta del dominio español, porque,
como es sabido, la legalidad de la presencia ibérica en el Nuevo Mundo se basaba
precisamente en su finalidad última misionera.
Si bien el tópico clásico solía centrarse en primer lugar en la alabanza de las
calles, edificios, obras públicas, etc., para solo luego pasar a enumerar el desarrollo
de lar artes y las ciencias, Salazar resumirá la grandeza de la ciudad recurriendo
al tópico del sobrepujamiento: «Aquí una gran metrópoli que Iberia/ no la tiene
me jor» (vv. 223-224) y centra su atención desde el primer momento en los aspec
tos culturales, alabando y enumerando uno por uno los varios campos del saber
en los que destaca México: gramática, música, aritmética, dialéctica, geometría,
astrología, es decir el conjunto de las materias que constituían el trivium y el qua
drivium a las que se añaden filosofía, física y medicina, así como las dos ramas
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del derecho, civil y canónico, y la teología, «la ciencia que tomó el lugar primero>>
(v. 106) para el mundo medieval y aún en esta época, con lo que se completa el
conjunto de los saberes del siglo xv1.
Ahora bien, lo que centra el interés de Salazar en el poema, en función de la
personalidad de su interlocutor y de la finalidad última que se propone, es el de.
sarrollo de las letras:
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3. POESÍA SATÍRICO-BURLESCA
Para los tratadistas de los siglos xv1 y xvu, la sátira constituyó un problema teóri
co de difícil solución. Por un lado formaba parte del sistema poético clásico cuya
adaptación a las lenguas vulgares constituyó una de las principales obsesiones de
los autores del Renacimiento. Para ellos, la satura latina, sobre todo a partir del
modelo horaciano, se ofrecía como un género cuyas marcas formales y temáticas
resultaban bien definidas: estilo medio, rechazo de todo aquello que pudiera acer
carla a la diatriba, carácter moral, aceptación del uso de la risa como medio para
alcanzar el fin reformador, pero evitando el ataque mordaz.
Por otro, como tal género, la sátira tuvo que sufrir las prevenciones que sus
citaba otra tradición que venía a confluir con ella pero de la que se diferenciaba,
entre otras cosas, por el uso que hacía del humor. Se trata de una tradición me
dieval, en parte relacionada con la expresión popular carnavalesca, que usaba la
risa como un fin en sí misma, pero que no cristalizó en un molde genérico estable,
sino que podía permear cualquier composición.
Es precisamente el rechazo a este último modelo lo que explica que muchos
teóricos olvidasen o rechazasen directamente la sátira como forma poética digna
y que, cuando la aceptaban, lo hiciesen poniendo el énfasis en sus aspectos mora
les y haciendo explícito su rechazo de la invectiva personal. En esta misma línea se
expresa el propio Eugenio de Salazar en su Suma del arte de poesía:
La sátira [ ...] es para reprehender vicios y males. Requiere el verso desabrido y,
aunque sea en nuestro vulgar castellano, es bien que no vaya tan sabroso ni rodado
en algunos lugares como convenía [ ... ] porque con el desabrimiento del verso se ha
de dar a entender parte del afecto y enojo del satírico en los vicios que reprehende.
Requiere agudeza en el decir y no seüalar al que pica (Salazar, 2010: 107).
112
LA SILVA DE POESÍA
113
b
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Sin embargo resulta fácil distinguir una estructura interna muy precisa, aun
que muy frágil. Así, la primera parte es en la que más fácilmente se percibe ese
sistema de agregación caótica que he mencionado: junto a figuras más o menos
comunes a cualquier obra de tema parecido (jóvenes livianos, tahúres, galanes que
gastan cuanto tienen en vestidos, etc.), vemos el interés de Salazar por representar
el fruto de su propia experiencia personal destacando un gran número de per
sonajes que giran en torno a la administración (pretendientes a cargos públicos,
privados ladrones, funcionarios sin escrúpulos, etc.) y, en especial, al mundo del
derecho (abogados, fiscales, jueces, pleiteantes, etc.). La corte se nos presenta así
como un avispero en el que rigen todo tipo de vicios (falsedad, soberbia, murmu
ración, lisonja, adulación, corrupción, etc.):
114
LA SILVA DE POESÍA
Se trata de la sátira contra las mujeres: casadas infieles, viejas lascivas, señoras
elindrosas, jóvenes ligeras, prostitutas de vario tipo, etc., junto a, cómo no, otras
iten de nuevo a su experiencia personal: mujeres pleiteadoras.
qtle rem
J11
por fin, el poeta decide, esta vez sí, terminar, pero antes decide recordar una
z más uno de los defectos peores que, de alguna manera estaba presente en
los modelos negativos ya vistos: los «cortesanos bajos de quilates» que
":rios de
:111tentan imitar lo que hacen los demás:
115
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
ningún caso llega a los grados de crueldad que fueron frecuentes en los grandes
maestros del género durante el siglo xvrr.
Algo parecido, vemos que ocurre en el soneto «Señor doctor, vivido he en
grande engaño ... » (fol. 214v), que también se puede relacionar con una tradición
de larga trayectoria previa, la de la literatura antigalénica. Como el anterior, tain__
bién nace a partir de un caso real, como reza la apostilla puesta al margen en el
manuscrito: «A un médico que tenía un encordio», enfermedad que Covarrubias
describe como «una seca maligna que nace en las ingles [ ... ] es enfermedad sucia
y asquerosa, embajadora del mal francés». Salazar construye su burla a partir de
un personal acto de contrición: recuerda que siempre había defendido que no ha
bía dolor como el provocado por el mal de amores, pero el ejemplo de este médico
le ha convencido de su error:
116
LA SILVA DE POESÍA
podríamos definir la sátira por su intención de censura moral, es decir, por la di
mensión ética, mientras que lo burlesco aparece siempre ligado a la noción de esti
lo: poesías burlescas son aquellas «cuyo estilo es todo templado de burlas y veras»
(González de Salas) [...] Son, creo, nociones que pertenecen a distintas esferas;
investigar la frontera que las delimlta sobre una misma línea continua me pare
ce difícil: ambas categorías coexisten y se interfieren en planos distintos del de la
intención ideológica.[ ... ] Ambas categorías pueden formar parte de un poema en
diversos grados: más que de poemas satíricos opuestos a poemas burlescos habría
que hablar de poemas más o menos satíricos expresados en estilo más o menos
burlesco, lo cual postula la existencia de varias modalidades: poemas satíricos no
burlescos (la risa no es esencial a la sátira[ ...]); poemas satíricos burlescos (inten
ción de censura moral y estilo burlesco); poemas burlescos no satíricos: se podrían
denominar así los que parecen faltos de intención crítica o moral, atentos única
mente al delectare y a la diversión risible que procede del alarde estilístico.
Al establecer que ambas categorías no son incompatibles, sino que pueden
coe xistir, ya que afectan a niveles distintos, el satírico a la intención ética y el bur
lesco al estilo, no resulta imprescindible determinar la preeminencia de uno sobre
el otro puesto que pueden convivir.
Por otra parte, puede ocurrir que, con el paso del tiempo, hayamos perdido
la información necesaria para poder decidir si un determinado texto tiene o no
voluntad satírica. Por ejemplo, en un determinado poema los procedimientos jo
cosos pueden tapar hasta tal punto la moralidad que, en ausencia de un conoci
miento preciso del contexto en el que surgió, resulte imposible decir con certeza si
existió esa voluntad o si se trata de un mero juego.
Es lo que podría ocurrir con el «Epistolio de Pablos Gonzalo a su Lorenza»
(«Salud envía a ti, cruel Lorenza ... », fols. 311r-312r). De la apostilla al margen del
manuscrito se puede deducir que se escribió para desembarazarse de un amigo
que le importunaba para que le escribiese versos para su dama. Por tanto, aunque
podríamos considerar la posibilidad de que Salazar hubiese buscado ridiculizar
un cierto comportamiento, lo forzado del argumento, unido al hecho de que tam
bién lo escribió «para burlarle» y el tono evidentemente lúdico permiten pensar
que estamos fundamentalmente ante una simple broma entre amigos cuyo fin
principal sería el de provocar la diversión.
Se trata de una epístola en tercetos en la que un personaje de clase baja, un
«�u�?», es decir, un proxeneta se dirige a su «dama» lamentándose de su dureza y
pid iendole que le conceda sus favores. Escrita en un lenguaje de germanías, con
117
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
esta composición Salazar se suma a una corriente de poetas que, ante la constante
repetición de temas, imágenes, etc. por parte de los numerosísimos imitadores de
Petrarca, reaccionaron subvirtiendo las bases mismas del sistema. Para conseguir
lo, el modo más eficaz resultó la parodia de sus pilares fundamentales: la dama y
la filosofía neoplatónica que lo sustentaba.
La primera degradación del modelo empieza por la descripción física de la
amada: el poeta evita la mayor parte de los tópicos característicos de la donna
angelicata y los sustituye por otros cuyo fin es la destrucción del ideal femenino9
Así, pues, Lorenza es una mujer gorda («que mucha carne y fofa es mucho enfa
do», v. 90) y grande de tamaño ( «Mirándote me corre la babaza/ que, en viendo tu
grandeza, me embeleso/ según eres de gorda y de grandaza», vv. 35-36), a pesar de
todo lo cual no duda en calificarla de «hermosa». Pero es que, además, el color de
su rostro es «de buen blanco puro», bien lejos del «rosa y azucena» de Garcilaso,
lo que se ve reforzado por el «cabello aljofarado», que hace referencia a las liendres
de los piojos que los tiñen.
Aunque lo normal era que la amada no cediera a las pretensiones del poeta,
Pablos no puede entender que «siempre tenga el corazón tan duro, / teniendo ya
tan blanda la barriga» (vv. 8 y 9) y le advierte «que si con otra yo tener mis tratos
/ quisiese, hallaría por aventura/ los gustos y favores más baratos» (vv. 25-27), lo
que nos remite a la elección del nombre de la protagonista, directamente relacio
nado con el campo de la prostitución (Alonso Hernández, 1979: 298).
Quizá por ello Pablos Gonzalo se ve solo «tristecillo y medio malo» (v. 4), lo
que contrasta con tanta locura de amor como se podía leer en los poemas senti
mentales al uso. No es de extrañar, pues, que al final, desesperado de tanto recha
zo, abandone a su amada, pero sin dramas ni muertes por amor, como ocurría en
las novelas sentimentales y pastoriles tan de moda en el siglo xvr:
9 Son varias las epístolas en prosa en las que Salazar ofrece visiones deformadas de mujeres
que rompen radicalmente con su descripción de Carilia en su poesía sentimental, pero es
especialmente significativa el tratamiento que da al tema en la «Carta para una vieja tri-
pera y partera que se preciaba de hermosa y se jactaba de muchos servidores ...» (Salazar,
1968: 164-172), que mantiene evidentes puntos de contacto con el «Epistolio...» incluso
estilísticos, como el recurso a sufijos burlescos (cruelaza, ingratona, duraza, sordona), la
referencia a la liendres del pelo de la dama en metáfora de aljófar y la oposición: corazón/
pecho duro - barriga blanda.
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.º
rnag
el1 antitética. Resaltando los efectos que sobre ella tienen el viento, el otoño,
� sequía, etc. se nos está indicando la pérdida de ese paraíso terrenal, de esa Edad
;e Oro que caracteriza el mundo de los pastores:
Los prados, que la linda primavera
pintados tiene con la hermosura
de la agradable hierba y varias flores [ ... ]
mañana los veréis sin hermosura
de su verde vestido despojados,
desnudos de su gala y lozanía
si los alcanza el capeador otoño [ ... ]
Y la corriente clara, fresca y pura
de este agradable arroyo cristalino [ ... ]
seca estará y sin fuerzas, represada,
en estantías balsas convertida
de sucias ovas con fealdad cubierta,
poblada de mil sapos ponzoñosos (vv. 16-52).
123
b
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La pérdida de este Edén hace que el pastor invoque al único que puede calt\.
biar esta situación y devolver su perfección al mundo: «Tú, Mayoral divino ... >> (
149). De esta manera, la égloga, que hasta este momento se desarrollaba dentro d'I.
los cánones profanos del género, adquiere un significado religioso que solo estabt!
esbozado en algunos sintagmas, como en la imagen del mnndo como valle d.a
lágrimas. Así, sabemos que la causa de todo este desastre, que hasta ahora se l'\o:
había escondido, es el pecado y que todo el poema hay que interpretarlo en este
sentido alegórico:
Tú conoces, Tú sabes mi pobreza,
que si este rebañuelo que me diste
me falta no me queda algún sustento [ ... ]
Tú me le guarda, gran Pastor Eterno.
Tú me le vela, Mayoral del mundo,
Tú me le diste, Tú me le sustenta,
de los dañosos pastos le desvía,
de ponzoñosas aguas me le aparta [ ... ] (vv. 166-177).
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125
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A esta se unen otras, como las series de interrogaciones retóricas, que sirven
para aumentar el tono quejumbroso al tiempo que se resalta la crueldad de quien
ha provocado muerte tan injusta («¿Qué mastines rabiosos te mordieron?,/ ¿qué
lobos tan hambrientos te arañaron?,/ ¿qué osos tan fieros te han molido?,/ ¿qué
leones tan bravos te han deshecho?», vv. 132-135), lo monstruoso de las injurias
sufridas durante la pasión («¿Qué mereció, ¡ay Mesias!, tu costado/ que tan abier
to con crueldad le veo?,/ ¿qué mereció, bien mío, tu cabeza/ que está de espinas
duras traspasada?/ ¡Oh, gran crueza!, ¡oh, vista dolorosa!/ ¿Qué mereció tu boca
y dulce lengua/ que de amargura así te la han llenado?», vv. 150-156).
126
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METRO CASTELLANO
oENlA.S EN
1,. P hO de que este núcleo poético incluya todas aquellas obras que formalmen-
c
13) be teoecen a wia determinada tradición métrica explica los diversos géneros
te p odemos encontrar en él: glosa , comentarios, discantes, poemas hagiográ
er
�cº\arl'.lbién son variadas las formas estróficas; si bien en este caso hay un claro
uvod, O1,,...
,,.,;nio de las coplas reales, a las que hay que añadir redondillas, quintillas,
pr e
etc.
villancicos,
Como ya hemos visto que ocurría en las poesías pastoriles, también en estas
. una general ausencia de introspección personal que penaliza la calidad poé-
1::: general del corpus. Por lo general, predomina el tono devoto característico
�e los poemas 1 agiográficos, como el dedicado a San Eugenio, seguramente con
..:vo del traslado de sus reliquias
111 O u
. desde Francia a Toledo en 1565. Se trató de una
ocasión importante, por cuanto formaba parte de la política religiosa filipina de
defensa de la ortodoxia católica y represión antiluterana. Las mismas característi
cas d el santo, primer obispo de Toledo, y la parafernalia que siguió a su traslado y
recibimiento explican el gran interés popular y oficial con el que se siguió.
El poema, desarrollado en veintitrés coplas reales con rima abaab:ccdcd, pre
senta todos los defectos habituales en una composición de este tipo: prosaísmo,
falta de cualquier tipo de sentimiento personal, etc. En realidad, no es más que
una hagiografía que repasa las etapas fundamentales de la vida del santo: su re
lación con el primer obispo de París, san Dionisia; su llegada a Toledo, enviado
por su maestro, para convertir a la ciudad de la que fue primer obispo; su viaje a
Francia para encontrarse de nuevo con él, sin saber que en tanto había muerto;
su martirio y la leyenda según la cual su cuerpo fue arrojado a un lago, donde fue
encontrado incorrupto siglos después; los milagros que hacían sus reliquias, la
extensión de su culto y su traslado a París, donde permaneció hasta que Felipe II
consiguió su traslado a Toledo.
No m uy distinto resulta el poema que abre esta segunda parte, «Aplicaciones
del alma», en el que el autor repasa la historia sagrada desde la creación, pasando
por los episodios de la torre de Babel, la huida de Egipto, el maná, el becerro de
oro, etc., hasta llegar a la Encarnación del hijo de Dios en María, el nacimiento, las
tentaciones, la crucifixión, la resurrección
y la ascensión. El poema se desarrolla
en 12 coplas reales
(abaab:ccddc) estructuradas de tal manera que mientras que
en la primera
quintilla se tratan los distintos episodios bíblicos, en la segunda el
129
fAlME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
poeta intenta sacar las consecuencias que para su alma se derivan de dichas his,
torias. Se trata, por tanto, de un poema fundamentalmente didáctico dirigido a la
reforma espiritual por medio de la «aplicación» personal de las enseñanzas de las
Sagradas Escrituras.
Uno de los núcleos más importantes de esta segunda parte lo constituyen las
glosas. Son en total doce las composiciones que aparecen definidas de esta manera
por Salazar, si bien entre ellas hay diferencias notables. En su Suma del arte de Poe,
sía, el autor madrileño afirma que «es la más subtil compostura que entre los espa,
ñoles se usa» (Salazar, 2010: 163) y da toda una serie de normas para los que quieren
acogerse a este género, que están en la línea de los tratados de la época. No obstante )
conviene recordar que la glosa es un género muy variado que se puede aplicar a casi
cualquier tipo de poema, tema, etc. De hecho, aunque nació como poema profano
desde el reinado de Carlos V se difundió también con terna religioso.
Por lo que respecta a Salazar no cabe duda de que en él prevalecen las glosas
de tema sacro, ya que a estas doce hay que sumar los tres poemas pastoriles que
son en realidad tres glosas de carácter moral de la segunda parte. Por el contrario,
solo hay dos de tema profano entre la poesía de circunstancias, las dedicadas a un
accidente que sufrió el príncipe don Carlos, que se suman a las otras dos dedica
das a doña Catalina Carrillo 10 •
Podernos encontrar dos tipos principales:
a-La glosa de motes: se torna como punto de partida una frase sentenciosa o
un verso (o dos). Se trata, en cualquier caso, de conceptos agudos que a veces in
cluso introducen paradojas o juegos de palabras de gusto cancioneril ( «En la vida
está la muerte», «Vivo yo/ ya no yo ... »). En algún caso la frase bíblica se mantiene
en latín, algo que la poética de este género admitía, pero en otros es el mismo Sa
lazar el que la traduce e, incluso, en un caso construye a partir de ella una cabeza
de canción, como hace con una frase de san Pablo.
b- La glosa de una estrofa: normalmente se trata de la cabeza de una canción
o de un villancico. A veces Salazar señala que desconoce el autor de los versos que
glosa, mientras que en otros casos lo indica en nota al margen. En este último
10 Naturalmente, habría que considerar también aquellos poemas en metro italiano (canción,
octavas, égloga en estancias) que Salazar compone siguiendo la técnica de la glosa y a los que
denom:ina de esta manera. Se trata de una variante que se difundió sobre todo a partir de la
segw,da mitad del siglo XVI y que puede tocar argumentos profanos (tres) o sacros (uno).
130
LA SILVA DE POESÍA
131
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
En el caso concreto que nos ocupa, Salazar retoma unos versos preexistentes
en los que se desarrolla una imagen clásica de la poesía cancioneril profana, ¡�
caza de altanería. Lo que hace el autor es construir sobre ellos una glosa dedicada
a la Encarnación de Cristo, con lo que el sentido eróti o -que él mismo había de.
sarrollado previamente siguiendo los cánones tradicionales- ha sido sustituido
por otro sacro.
No es el único caso en el que Salazar realiza este tipo de ejercicio. Por ejemplo,
en el «Lírico r» recupera el primer verso de la «Ode ad florem Gnidi» de Garcilaso
para construir un canto de alabanza a Dios.
En general, podemos afirmar que las glosas de tema religioso de la Silva con
servan las características habituales del género, tanto desde el punto de vista retó
rico como desde el métrico. Es evidente el gusto por el conceptismo y por el juego
de palabras ( «Que su nombre bien nos muestra / su poder y gracia suma / y en
esta divina muestra / para el mal y muerte nuestra / todo el remedio se suma»),
el recurso a la paradoja y la mezcla de un lenguaje culto con elementos populares
( «yo no siento más que un leño»).
Es sabido que la glosa nace dentro de un ambiente cultural y literario parti
cularmente favorable a las relaciones de intertextualidad. Son varios los géneros
europeos y españoles en los que de un modo u otro entran en relación poemas
distintos como las ensaladas, los decires de refranes, los villancicos, etc. En este
sentido son varias las composiciones de la Silva recogidos bajo el título de «co
mento», «exposición», «canción», «discante».
Anteriormente señalamos el carácter circunstancial que caracteriza a algunas
de las composiciones religiosas de Salazar. Sin duda alguna aquéllas en las que este
es más evidente son los enigmas. Este tipo de literatura implica por definición un
juego entre un emisor y un receptor, entre quien presenta el enigma y quien tiene
que resolverlo. Sabemos también que este tipo de «acertijos», «enigmas» o «adivi
nanzas» se generalizaron en la corte y en la poesía española desde finales del siglo
x v y que, durante el x v1, tuvieron un gran florecimiento. El hecho de que se trate
de un género con el que los autores no pretendían alcanzar la fama, sino solo de
mostrar su ingenio en las relaciones sociales explica la escasez de textos. No obs
tante, se puede documentar ejemplos de su uso cortesano en novelas, comedias,
cancioneros, etc. En otros casos, lo fundamental era provocar el humor, así en los
de carácter erótico u obsceno. En estos, a menudo se incitaba a la interpretación
grosera mediante una serie de referencias aparentemente claras; en cambio, quien
132
LA SILVA DE POESÍA
s, .0ponía la adivinanza daba como correcta otra respuesta menos evidente, pero
P1 ¡rnente válida. Esta circunstacia provocaba la risa, ya que se dejaba en evi
la ll3
¡g cia a quien había interpretado únicamente el sentido sexual (McGrady, 1984).
la, d�10 era habitual en la época, también existió una variedad de enigma de natu
�;eza religiosa. Así, por ejemplo, Alonso de Ledesma introdujo en sus Conceptos
.(l 1 • ituales tres sobre el tema de las virtudes teologales.
esP, r
En nuestro caso Salazar propone tres de carácter religioso, relacionados con
ento de la Eucaristía. Una particularidad del género en nuestro autor es
1 sacram
ter eminentemente emblemático con el que se presenta. Cada una de las
,� car ác
clivina nzas consta de una descripción de carácter pictórico como la que solía
1- uir en sus jeroglíficos a la inexistente imagen. A continuación, el enigma
5 istit
\
ropjamente dicho, que tiene en los tres casos el mismo esquema métrico: una
)
;o
�opla real (abaab:ccdcd en el primer caso, abbab:ccddc en el segundo y abaab:ccd
n
d� en el tercero) seguida de un terceto, eff, que cierra el enigma con fórmulas muy
),
parecidas.
Como es habitual en este tipo de composiciones, el poeta plantea un acerti
i jo cuya resolución, si no es imposible, sí resulta problemática. El carácter lúdico
provenía precisamente de que exigía un esfuerzo intelectual por parte del lector,
)S
quien tenia que desentrañar el arcano que se escondía bajo las palabras. En este
IS
sentido, el enigma, como los jeroglíficos, participa de esa interpretación del géne
:e
ro emblemático como un lenguaje en clave capaz de esconder significados ocultos
y, en su origen, especialmente útil para comunicar con la divinidad. Veamos por
)-
tanto el primero:
IS
:e En alta torre subí
n de firmísimo cimiento
1e y aunque no hay ventana allí
¡. desde dentro cosas vi
o de grande encarecimiento.
:e
Está sentada en el suelo,
por capitel tiene el cielo,
;-
todo el mundo cabrá en ella,
s,
,s fuera no hay bien ni consuelo.
n Decid, ¿qué torre es aquélla?
n
133
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
En todo el mundo se da
una fruta que sustenta
millares de hombres de cuenta
y al que más sin fuerza está,
esta le esfuerza y alienta.
No se come con la boca,
ni con las manos se toca
ni con los ojos se mira:
acierte quien cierto tira
que no hará poca cosa.
Con este fruto comido,
el pan que nos da el Señor
tiene admirable sabor.
134
LA SILVA DE POESÍA
En este caso, creo que la respuesta podría ser la uva. La primera quintilla pre-
n un acertijo que podría tener w1 sentido exclusivamente profano: es un fruto
ta
:
s e se da prácticamente en todo el mundo y, en cuanto que de ella se produce el
\10, alienta al que está sin fuerzas. Ahora bien, en el sacrificio de la misa, el vino,
� decir, la u.va se convierte en la sangre de Cristo y, por tanto, el alimento que
e frece a los hombres es de naturaleza espiritual. En cuanto tal alimento espiritual,
ºste fruto no se come con la boca, sino con el alma, no se toca con la mano, porque
[:
s :e bebe, y no se mira por ctianto la transformación del pan y del vino en el cuerpo
a gre solo se puede ver con los ojos del alma.
� y la san
s El tercer enigma sigue la misma senda de los dos anteriores. Presenta en la
a «pictura» una imagen de mujer penitente según el modelo iconográfico de la Mag
dalena, que, con el extremo de la cruz, se abre el pecho, del que sale un fuego. La
letra dice:
y
Un fuego vi do se ardía
r un ser de grande excelencia
)) y aquel fuego consumía
e males que aquel ser tenía
con que estaba en gran dolencia.
a De allá del cielo viniendo
un viento, y en él hiriendo
más alza la llama el vuelo,
tanto que ha llegado al cielo.
¿Qué es esto que no lo entiendo?
Cocido con este fuego,
el pan que da el Soberano
es mantenimiento sano.
Los versos de Salazar están haciendo referencia a las tres personas de la Tri
nidad: el «ser de grande excelencia» que sufre los terribles «males» es Cristo en
la cnlZ; el fuego que le alivia es el Espíritu Santo; el viento que lo eleva al cielo es
Dios Padre_. La imaginería utilizada está basada fundamentalmente en la Biblia.
En este sentido conviene recordru· que la lengua de fuego fue la forma que asumió
la tercera persona al descender sobre los apóstoles en Pentecostés, mientras que en
el A.ntiguo Testamento, entre las varias formas externas que asume Yavé, el viento
es una de ellas. Por otra parte, la presencia de ese fuego que sale del pecho de la
135
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
mujer penitente por la herida representa el Espíritu que se eleva favorecido por la
contemplación de la cruz, siguiendo el pensamiento de San Pablo cuando afirllla
que el cuerpo del hombre es el templo de Dios.
«Gemidos del alma» es uno de los poemas que por su carácter penitencial
representa una evidente ocasión fracasada por parte de Salazar. A diferencia de
la mayor parte de poemas que estarnos viendo, en los que predomina el carácter
catequizante y ocasional, el acto de contricción que supone el reconocimiento de
su debilidad humana, el deseo de reformarse y su súplica de perdón a Dios podría
haber sido una buena ocasión para hacer una poesía religiosa intimista y perso nal,
Sin embargo, el tono de sermón predomina y la sinceridad brilla por su ausencia.
La serie termina con una serie de tres traducciones de sendos pasajes extraídos
del libro de Job según la paráfrasis del capuchino Franz Titelrnan. La costumbre
de hacer poemas en vulgar sobre textos religiosos corno oraciones e himnos fue
muy frecuente durante la Edad Media en toda Europa. Es, sin embargo, hacia
finales del siglo xv y, sobre todo, en la primera mitad del XVI cuando asistirnos a
una explosión de adaptaciones, más o menos libres, de los textos bíblicos. De esta
manera podernos encontrar traducciones, paráfrasis, explicaciones, comentarios,
glosas, etc. Esta poesía de inspiración escrituraría sufrió un duro golpe a media
dos de siglo con la publicación del índice de Valdés (1559) que, de hecho, suponía
la prohibición total de verter a las lenguas vulgares las Sagradas Escrituras.
No tenemos ninguna noticia que nos permita saber en qué momento, o mo
mentos, Salazar se ocupó de este tipo de composiciones, entre las que hay que
incluir, además de las traducciones del libro de Job, sus versiones de los salmos,
de los que hablaremos más adelante. A la luz de lo dicho podríamos pensar en la
conveniencia de fecharlas en una fecha temprana, a lo que contribuiría la elección
del verso octosilábico, la forma más usual durante la primera mitad del siglo xvr.
Sin embargo, y a pesar de la desconfianza y de la censura eclesiástica, este tipo de
literatura siguió cultivándose, también en metros cancioneriles, hasta bien entra
da la centuria siguiente.
El Libro de Job había merecido la atención de los escritores ya desde la Edad
Media (recordemos la traducción que hizo el Canciller Ayala de la Expositio in Job
de san Gregario Magno). Pero durante los siglos xvr y XVII se asiste a un aumento
notable del interés por él; interés que tendrá su momento culminante con la tra·
ducción de fray Luis de León en tercetos encadenados.
136
LA SILVA DE POESÍA
137
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
138
LA SILVA DE POESÍA
en donde podemos ver un sentido del tiempo que pasa que acerca al Salazar ma
duro a una sensibilidad casi barrroca.
Es notable el efecto que consigue el autor con la ausencia de encabalgamien
to en los dos cuartetos: el ritmo se hace cadencioso, seco. La sucesión de unos
conceptos que, siendo diversos entre sí, reiteran y refuerzan la idea principal
del paso del tiempo dan al poema un tono casi gnómico. El mensaje se marca
aún más por la relación simétrica que se establece entre las palabras rima, to
das adjetivos o participios excepto una que es un sustantivo, que insisten en el
mensaje negativo, y los ocho sustantivos que encabezan los correspondientes
e ndecasílabos: niñez-acabada, juventud-incierta, frescura-muerta, beldad-pa
sada, contentos-nonada, discurso-reyerta, sueño-despierta, sangre-helada.
Una vez que se ha creado de esta manera un efecto contundente, los dos
tercetos marcan un cambio de ritmo en la sintaxis que se corresponde con
el triunfo de un tono más discursivo. El primero insiste en la idea expresada
anteriormente, el paso del tiempo, a la vez que añade un elemento nuevo, el
139
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
Si de mi sorda lira
las voces avivases,
¡oh, criador de la celeste esfera!,
y al alto, donde aspira,
sus tonos levantases,
resonaría en tu loor doquiera,
140
LA SILVA DE POESÍA
templada de manera
que a su son y armonía,
líricos cantos con placer te cante (vv. 1-9).
141
JA1ME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
culpa». Tiene, pues, un evidente carácter teórico y didascálico que alejan al poellla.
del tono laudatorio o devoto que predomina en los demás.
Métricamente se pueden dividir en dos grupos. El primero está formado Por
nueve composiciones (n, III, IV, v, VI, VII, VIII, x y XI), que constan de diez esta11_
cías de canción petrarquista, si bien en ningún caso encontramos el commiato. En
los poemas m y x aparecen dos variantes respecto de los esquemas más habitua..
les: el verso que sirve de llave es un endecasílabo, frente a la norma que prefería el
heptasílabo; y además, en la sirima se incluye una rima de la cabeza, algo también
poco frecuente.
El segundo, poemas I y IX, se organiza en liras si bien en ninguno de los dos
casos se recurre al modelo que impuso Garcilaso con su «Oda ad florem Gnidi».
El poema IX sigue la variante aBaBcC, que se repite diez veces, ya usada por fray
Luis en alguna de sus obras. El «Lírico I», que se compone de veinte estrofas, sigue
el siguiente paradigma: abCabC. Se trata del sexteto lira también utilizado por San
Juan de la Cruz en la «Llama de amor viva». En este último caso, sorprende esta
elección por cuanto, desde los primeros versos, existe una evidente voluntad de
establecer una clara relación con la obra del poeta toledano: «Si de mi sorda lira¡
las voces avivases ...», vv. 1-2).
Ya hemos visto cómo al final de las obras compuestas en metro castellano
Salazar incluía una traducción de algunos pasos del Libro de Job. De forma pare
cida esta tercera parte se va a cerrar con otras composiciones de carácter bíblico:
en primer lugar, una traducción de la lamentación primera de Jeremías, según la
interpretación y paráfrasis de san Jerónimo y del cardenal Hugón; y por último,
cinco salmos.
A finales del siglo XVI es perceptible una cierta evolución en el tratamiento de
los textos bíblicos. Frente a las tradicionales traducciones, paráfrasis, comentarios,
etc., se extiende una literatura que se relaciona de una manera más indirecta con
las Sagradas Escrituras. Se trata de una literatura de carácter penitencial, basada
sobre todo en los Salmos, pero también en el Libro de Job y en las Lamentaciones
de Jeremías. La traducción de Jeremías supone un acercamiento al texto bíblico
muy distinto del que caracterizaba su versión del Libro de Job. En efecto, frente
a la libertad y al generoso uso de la amplificatio, esta se caracteriza por atenerse
mucho más al texto latino. Al mismo tiempo, la elección de la forma métrica, la X
terza rima, nos presenta a un Salazar mucho más de acuerdo con las corrientes
p
humanísticas de su época. Por otra parte, los tercetos encadenados le permitían
142
LA SILVA DE POESÍA
Así, pues, estamos ante imitaciones más o menos libres que parten de un mo
delo dado, en este caso del Salterio, del que retoman imágenes, temas, estilo, pero
al que adaptan sus circunstancias personales o históricas.
El género penitencial en esta época alcanzó gran éxito, debido en parte a
la co1npleja situación religiosa y política que vive Europa a finales del siglo
xv¡ Y a la crisis espiritual que vive el hombre de la época. En este ambiente, el
pecador se dirige en primera persona a Dios para declarar su culpa y suplicar
143
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
144
LA SILVA DE POESÍA
Que también lo es moral. Para reflejar el fracaso que ha sido su vida utiliza
netáforas: primero retoma la vieja imagen del hombre como peregrino
do;a' que esta caminante ánima mía / de tu ciudad, mi Dios, se ve cercana», vv.
)· inmediatamente después, su vi.da es identificada con una nave que ha
3(<<1-3 1- ' l ru mbo ( <<Ella conoce que ha perdido el tino / de su derrota y que
e di
do e
p ;dió la estrella / de la prosperidad de su destino / y así las varias olas dan con
��a¡ a do el mudable viento las impele», vv. 37-41).
El reconocimiento de sus errores produce en él miedo ( «Merece mi pecado y
m que me eches con las furias infernales», vv. 91-92) y llanto:
mi al icia /
Vergüenza y confusión me es cuando veo
la ceguedad y vanas fantasías
en que como ignorante me recreo.
¡Ay, cuán dellorar son los tristes días
que por tan mal camino he caminado (vv. 46-50),
Sus pecados son tan grandes que no merece ser escuchado ( «Indigno soy de
la merced y suelta / y del perdón que pido injustamente, / que no merece mi alma
ser absuelta», vv. 118-120). Pero la confianza en la piedad divina le da ánimo para
pensar que su clamor será escuchado, lo que da un tono de esperanza final al poe
ma: «De ti venga la gracia y el consuelo / para que el vivir mío así se emiende / que
merezca adorarte yo en el cielo» (vv. 134-136).
Los demás, presentan semejanzas y diferencias sobre este modelo puramente
penitencial. Por ejemplo, es sabido que uno de los problemas más importantes
que presenta la división en géneros de los salmos es el carácter mixto de algunos
de ellos. Salazar recoge también este elemento en el segundo, donde mezcla temas
diversos que van de la súplica de perdón y el arrepentimiento a la alabanza de
Dios. En cambio, el tercero es una «execración contra los que son ingratos a nues
tro buen Dios». El poema empieza alabando a Dios por su misericordia, continúa
pidiéndole que le castigue si su corazón olvida sus preceptos y termina suplicando
su ayuda para no caer en ninguna de las circunstancias enumeradas precedente
mente. Lo más interesante de este salmo es comprobar cómo la primera persona
que se dirige al Creador a veces se identifica con el poeta y otras con una colectivi
dad, más o menos informe, en la que están incluidos todos los que se encuentran
en la misma situación.
145
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
146
CRITERIOS DE EDICION
L a Silva de poesía quedó inédita en su momento pese al interés editor que Eu
enio de alazar manifestó en una carta dirigida a sus hijos que precede al
gmeo. En ella les da toda una serie de indicaciones realmente precisas sobre
° 10
" 0 se debía publicar el manuscrito después de su muerte:
e6JTl
y para la impresión habéis de advertir mucho a las cosas siguientes que ha de ad
ver tir el impresor:
-Primeramente que se imprima en buen papel y con buena tinta y la letra sea la
mejor que se halle y no sea pequeña y en toda la obra sea una misma, excepto en
]as apostillas de los márgenes, que ha de ser diferente. Podrá ser esta del margen
escolástica chiquita y ponga el impresor estas apostillas en los lugares en que van
en el registro.
-Que se haga la cantidad de letras vocales que sea necesaria con comillas encima
para señalar las sinalefas como van en el registro, de esta manera: a', e' , i', o', u'. [ ...]
-Que se tenga muy gran cuidado que no haya mentira en la impresión ni sílaba ni
letra falsa porque en faltando o trocándose sílaba o letra, se echa a perder el verso y
todo queda malo. Y vuelvo a decir que de esto debe haber muy gran cuidado. Y para
que esto se consiga conviene y es necesario que al principio de cada primera haz de
cada pliego, antes que se tire otro pliego, se corrija con la estampa y con el registro y
se enmienden los errores, y aquel pliego se rompa en que hubiere error. Y esta correc
ción ha de hacer con el impresor uno de vosotros mismos o un buen poeta a quien lo
encomendéis. Y si esto no hacéis, habrá mil mentiras y será la obra muy mala.
-Que mire el impresor cómo va escrito todo en el registro y así lo haga en la
impresión; [ ... ] Que en lo que toca a los vocablos terminantes, que son los vocablos
postreros de cada verso, los ponga el impresor como van, sin quitar ni añadir letra,
aunque le parezca que no va buena la ortografía porque si algunos terminantes van
con menos letras escritos de las que a él le parecerá que han de llevar, aquello se hace
Y permite y es necesario por causa del consonante; que no sería bueno si fuesen los
tales vocablos escritos con todas sus letras. Ejemplos de esto: para dar consonante a
tanto decimos santo, sin c, porque si dijésemos sancto, con c, no sería consonante.
Para dar consonante a vino decimos dino, sin g, porque si dijésemos digno, con g,
no sería consonante. Para dar consonante a piloto decimos doto, sin c, porque si di
jésemos docto, con c, no sería consonante. Para dar consonante a prometo decimos
conceto, sin p, porque si dijésemos concepto, con p, no sería consonante. Y para dar
consonante a amigo decimos antigo, sin u, porque si dijésemos antiguo, con u, no
147
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
sería consonante. Y para dar consonante a Tajo decimos bajo, con j, y no bax:0, e
x, porque no sería consonante. Y para dar consonante a llave, decimos save, co º�
ll
y no sabe, con b, porque no sería consonante. Y para dar consonante a lisa dec1n1 v, rt)c
prisa, con una s, porque si escribiésemos pdssa, con dos ss, no sería couso11a1\�1
Y de esta manera habrá otros muchos terminantes en esta obra que parezcan ll'te. soJ
escritos, y no lo están, sino bien conforme a las leyes de poesía; y si de otra mau;' de
se escribiesen estarían mal, lo cual el impresor y el que le ayudare a corregir lttic � aq
mucho en esto no lo yerren pensand que aciertan, sino sigan puntualmente el t��
e-
gistro, que está muy corregido, y acertarán y no echarán a perder la obra.
-Procúrese mucho trazar la impresión cómo, si fuere posible, no quede sonet
o
estanza ni copla comenzada en una plana para acabarse en la siguiente, porqi/
demás de que no parece tan bien, se interrumpe el sentido que e lleva en el con�
cepto de la estanza, copla o soneto mudando los ojos de una plana a otra an tes qu
�
se acabe de leer. Y así podrán ir en una plana dos sonetos enteros, y tres octav�
rimas, y dos stanzas de canciones, y de algunas cabrán tres, y tres coplas castellai1�$
y los tercetos que cupieren. Y porque algunos títulos que van sobre las cabezas�
algunos sonetos son largos y podrían impedir este orden, se podrán poner los tales do
títulos al lado, en el margen. te
El tamaño de la hoja no es bien que sea hoja de pliego porque libros semejantes
la
que los llevan de camino y a muchas partes para entretenimiento, no los quiere�
grandes. Ni sea de ochavo, que se quita autoridad a la obra [ ...]
148
CRITERIOS DE EDICIÓN
12 La Silva se compone de cuatro partes: las tres primeras recogen la producción poética de Sa
lazar, que es la que presentamos en este volumen; en cambio, la última reúne algunas de sus
epístolas en prosa, que ya han sido editadas y estudiadas en otras ocasiones. De los 533 folios
que componen el manuscrito, las secciones que forman el núcleo de este trabajo ocupan
hasta el folio 497V, mientras que la última empieza en el 505r. Conviene tener en cuenta, sin
embargo, que algunosfolios han quedado en blanco, y que otros han sido cortados, en con
creto del 409 al 412, del 434 al 436 y del 498 al 504, todos ellos incluidos. Además, el volumen
está precedido por una carta de Salazar dirigida a sus hijos que no está cosida al carpacio.
13 En la Biblioteca Nacional de Madrid se conserva una copia manuscrita del siglo XIX que
sigue bastante fielmente el original de la Academia de la Historia. Las diferencias que
existen entre ambos se limitan a errores de transcripción. También hay algunos poemas
que han sido cambiados de posición. No obstante, ninguna de estas variantes tiene impor
tancia ecdóticamente hablando, por lo que no se recogen en el aparato crítico.
149
JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
mismo autor realizó en el texto. En todos estos casos, procedo en nota a inct:
en primer lugar, en cursiva, la versión definitiva segtúda de la desechada Poi��
autor, también en cursiva (por ejemplo: a en lugar de b). A continuación e.xpl�
allí donde es necesario, la corrección que se ha verificado.
En aquellas raras ocasiones en las que existía la posibilidad, se han confro
tado con otras versiones (por ejemplo, en los poemas que servían como text�.
preliminares de otras obras que sí fueron publicadas).
01
150
he
SILVA DE POESÍA
) la
sar
tos
ISO,
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di
Sin
11es
)fil
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nte
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:sía
de
del
¡US
esta Silva de poesía 110 me detexminé a publicarla en mis días porque aunque,
Al fl.ijos,
engaüo, tiene obras que pueden salir a luz temí, por causa de mi profesión
5¡ 110 me
oficio, o tuviesen algunos a desautoridad mía publicar e imprimir obras en metro
n
:astellano. {2J No sé si esta razón cesará después de mi muerte. [3] Comunicadlo con
allligos que sean cuerdos y graves y tengan buen voto, y si les pareciere que la obra es
tal y que mi memoria no padecerá detrimento en publicarla, hacedla imprimir. [4]
Que si Dios es servido que yo deje acabados y impresos mis puntos de derecho, o en
estado que vosotros los podáis acabar e imprimir en mi nombre primero que esta Silva,
aún parece se podrá mejor publicar ella, pues habiéndose visto mis trabajos jurídicos,
no se presumirá que gasté mi tiempo en hacer metros. [5] Consideradlo todo bien y
haced lo que fuere más acertado. [6] Si os resolviéredes en imprimir esta obra, hacedle
un buen prólogo, no largo, y dirigidla en él a persona que la autorice y os pueda hacer
bien y favor. [7] Y haced mención en él de vuestro abuelo y de cómo escribió tantas
historias. [ 8] Esto sucintamente para que por él se entienda que él fue vuestro abuelo y
yo vuestro padre, y vosotros hijos y nietos de los que escribieron estas obras. [9] Y bien
puede el prólogo ir en nombre de ambos porque ambos obliguéis a la persona a quien
dedicáredes la obra. [10] Tras el prólogo ha de ir esa recomendación que aquí queda
escrita para el lector; y no os encontréis en d prólogo particularmente con cosa de ella.
[u] Si alguno de vosotros fuere Dios servido que venga a México, allí la podréis
imprimir, que hay emprenta, aunque no de muy buena letra; que el Virrey dará li
cencia. [12] Y para la impresión habéis BI de advertir mucho a las cosas siguientes
que ha de advertir el impresor:
[13] -Primeramente que se imprima en buen papel y con buena tinta y la letra sea
la mejor que se halle y no sea pequeña y en toda la obra sea una misma, excepto
en las apostillas de los márgenes, que ha de ser diferente. [14] Podrá ser esta del
margen escolástica chiquita y ponga el impresor estas apostillas en los lugares
en que van en el registro. [15] Que se haga la cantidad de letras vocales que sea
EUGENIO DE SALAZAR
necesaria con comillas encima para señalar la sinalefas como van en el reg¡8
1
de esta manera: a', e' , i', o', u'. [16] Que la impresión e haga por este libro n.u � ce�
aunque sea menester desencuadernarle, porque la ortografía en él está bien g-u!;y¡ anti
dada; y las obras escritas y continuadas por el orden que deben estar; y no es:t• dar
así en el primer libro que Fernando escribió, que está ya hecho borrador. [17] Q.� son
en el repertorio se junten los ringlones que están apartados y en el libro se jun llt b, p
t
las obras sin que quede blanco alguno porque aquellos blancos que hay los hi con
yo dejar de propósito para meter en lugar conveniente otras obras si las hiciese.q de
csc1
[18] -Que se tenga muy gran cuidado que no haya mentira en la impresión ni s{ se e
J
ba ni letra falsa porque en faltando o trocándose sílaba o letra, se echa a perder a. init
verso y todo queda malo. [19] Y vuelvo a decir que de esto debe haber muy gr te e
�
cuidado. [20] Y para que esto se consiga, conviene y es necesario que al princip·
de cada primera haz de cada pliego, antes que se tire otro pliego, se corrija con'k [37]
estampa y con el registro y se enmienden los errores y aquel pliego se rompa e
que hubiere error. [21] Y esta corrección ha de hacer con el impresor uno de vo.
sotros mismos o un buen poeta a quien lo encomendéis. [22] Y si esto no hace¡�
habrá mil mentiras y será la obra muy mala.
[23] -Que mire el impresor cómo va escrito todo en el registro y así lo haga enl¡
impresión; que al principio de cada soneto, cuarteto, terceto o estanza saque el
primer verso un poco al margen; que en la distancia de entre verso y verso haya
igualdad; que entre soneto y soneto, estanza y estanza haya un blanco convenien,
te; y entre copla y copla lo mismo. [24] Que los tercetos vayan continuados con
igualdad, sin que haya blanco entre terceto C/ y terceto, y sacada al margen la pri•
mera letra, o sílaba, de cada terceto. [25] En fin, mire al original y sígale en todo,
que eso le pido, y no se errará.
[26] -Que en lo que toca a los vocablos terminantes, que son los vocablos pm·
treros de cada verso, los ponga el impresor como van, sin quitar ni añadir letr�
aunque le parezca que no va buena la ortografía porque si algunos terminantes
van con menos letras escritos de las que a él le parecerá que han de llevar, aquello
se hace y permite y es necesario por causa del consonante; que no sería bueno�
fuesen los tales vocablos escritos con todas sus letras. [27] Ejemplos de esto: para
dar consonante a tanto decimos santo, sin c, porque si dijésemos sancto, con�
no sería consonante. [28] Para dar consonante a vino decimos dino, sin g, porqui
si dijésemos digno, con g, no sería consonante. [29] Para dar consonante a pil010 POI
tur:
decimos doto, sin c, porque si dijésemos docto, con c, no sería consonante. [3ol
Para dar consonante a prometo decimos conceto, sin p, porque si dijésemos con·
154
SILVA DE POESÍA
con
un. manera habrá otros muchos terminantes en esta obra que parezcan mal
de e·tst
ª , ·
o lo estan, sino b.1en comorme
_e a 1as 1eyes de poes1a;
' y s1· de otra manera
escri s y n
-biese n estarían mal. [36) Lo cual impresor y el que le ayudare a corregir
se esc1�J
el
..e 0 rouch
o en esto no lo yerren pensando que aciertan, sino sigan puntualmen-
�:'� registro, que está muy corregido, y acertarán y no echarán a perder la obra.
155
EUGENIO DE SALAZAR
son cartas de donaires y no se puede sacar otro fruto de ellas más que el gus
las razones. ª:
t
[Ir
156
SILVA DE POESÍA
SILVA DE POESÍA
Jr
COMPUESTA POR
llo
s¡n EVGENIO DE SALAZAR, VECINO Y NATURAL DE MADRID.
t as
lo
A
1.A su muy amada esposa. Hoja 2.
2. ¿A quién cantaré líricos cantares? Canto. 3.
157
EUGENIO DE SALAZAR
B
íív 21. Bendito Eugenio, del Señor amado. Soneto. 314.
22. Buena Pascua de Reyes y buen día. Soneto. 206.
23. Bramando suele andar el mar de España. Soneto. 216.
24. Blanca sobre las blancas que por suerte. Soneto. 181.
25. Bucólica al Virrey y Virreina de la Nueva España. 182.
26. Bucólica 1ª. De devoción. 316.
27. Bucólica 2. A la Natividad de Cristo, Nuestro Redentor. 321.
28. Bucólica 3. A la Natividad de Cristo Nuestro Redentor. 324.
29. Bucólica 4. A la muerte de Cristo Nuestro Redentor. 325.
30. Bucólica 5. A la resurrección de Cristo Nuestro Redentor. 330.
31. Blanca, divina, circular figura. Soneto. 433.
32. Bucólica 6. Al Misterio de la Encarnación. 335.
c
33. Carilia mía, di, ¿qué vida es esta. Soneto pastoril. 43.
34. Caer podrá a la tierra el firmamento. Soneto. 85.
35. Creer o no creer cuando se acierta. Soneto. 93.
36. Centelleaba una luciente estrella. Soneto. 133.
37. Cantares míos que estáis rebelados. Soneto. 211.
38. Soneto italiano en que se declaran las significaciones de los colores y
su traducción. 212.
39. Culpables horas, engañosos días. Soneto. 413.
40. Clavado y fijo en el madero duro. Soneto. 425.
41. Claro lucero que al albor saliste. Soneto. 437.
ííír 42. Canción estando el serenísimo príncipe don Carlos de España desahu·
ciado de una herida que se hizo en la cabeza cayendo. 255.
43. Canción lamentable a la muerte de la serenísima reina doña Ana, nues·
tra señora. 283.
158
SILVA DE POESÍA
D
iiiv 60. Del río Guadarrama en la ribera. Soneto pastoril. 7.
61. Doraba el sol la célebre mañana. Soneto. 7 3.
62. De todos amadores he notado. Soneto. 7 8.
63. De gracias y virtudes una idea. Soneto. 84.
64. Dulces ciruelas, peras olorosas. Soneto. 105.
65. Del poco amor se causa el frío olvido. Soneto. 133.
66. Después que el verbo eterno en carne vino. Soneto. 137.
67. Domingo se llamaba un pastor bueno. Soneto. 206.
hu-
68. Divino Eugenio, ilustre y sublimado. Soneto. 209.
69. De Érato, Euterpe, Polimnía y Clío. Soneto. 215.
70. Dentro en mí tengo lo que busco fuera. Soneto. 86.
71. Dejadme sueños, no me andéis turbando. Soneto. 47 0.
159
EUGENIO DE SALAZAR
E
ivr 84. Eugonio, ya después que estás gozando. Soneto pastoril. 58.
85. Eugenio preclarísimo, el poeta. Soneto. 215.
86. En gran cuidado está el amor metido. Soneto. 84.
87. Escribe, escribe, Amor me dijo un día. Soneto. 85.
88. El jabalí que en monte fue herido. Soneto. 90.
89. En fuerte punto, bella dama, alzaste. Soneto. 96.
90. El que los ciegos llaman dios de amores. Soneto. 97.
91. En pago de mi amor tan sin medida. Soneto. 122.
92. El que ab aeterno es Hijo glorioso. Soneto. 205.
93. El niño Dios, la Virgen, y parida. Soneto. 205.
94. El buen pastor Domingo pregonero. Soneto. 206.
95. El vehemente espíritu del cielo. Soneto. 207.
96. En ti he esperado siempre y en ti espero. Soneto. 413.
97. En mí estáis vos y cuanto en vos florece. Soneto. 91.
98. Eugonio, Eugonio, toca tu zampoña. Soneto. 1.
160
SILVA DE POESÍA
F
117. Fuerte es mi amor y fuerte mi deseo. Soneto. 96.
118. Facciones. A todas las facciones y demás partes. Sonetos. Comien
zan hoja 100.
119. Faltando van los gustos y contentos. Soneto. 470
G
120. Gallarda dama cuya altiva frente. Soneto. 7 9.
121. Gana tenía de vos el justo cielo. Sextina. 216.
123. Glosa sobre: Ay, que por ti, Carilia, no reposo. 40.
124. Glosa sobre: Que con un firme amor todo se alcanza. 61.
161
EUGENIO DE SALAZAR
H
145. Hízome Amor de quien no quiere verme. Soneto. 85.
146. Heroico ingenio del sutil Tostado. Soneto. 209.
147. Hacéis donaire de mi retirada. Soneto. 98.
J
148. Jeroglíficas en la muerte de la serenísima reina Doña Ana, nuesW
señora. Comienzan a hoja 277.
149. Jeroglíficas, Soneto, sextina y epitafio en la muerte de la muy ilust«
dama doña Francisca Enríquez, hija del Marqués de VillamanriqU�
Virrey de la Nueva España. Desde hoja 289 hasta hoja 294 vir
162
SILVA DE POESÍA
15 0 Jero
glíficas en la muerte del católico rey de España don Felipe Segun
do. Comienzan a hoja 305.
I
151. Iba un pastor que Eugonio se llamaba. Soneto pastoril. 7.
vv
15 2. Jardín de mil lindezas adornado. Soneto. 215 .
153. Insignias de la pasión. Estanzas. 47 2.
J
15 4. Jugáis señora al ajedrez conmigo. Soneto. 86.
L
1 55. Llevome por un paso la ventura. Soneto. 9 5.
163
EUGENIO DE SALAZAR
N
175. No sigo el estandarte del Bautista. Soneto. 207.
176. No lejos del Cedrón con amor cena. Soneto pastoril. 334.
177. Niñez en su comienzo ya acabada. Soneto. 470.
viir
178. No puedo desviar el pensamiento. Canción distessa. 121.
179. Natividad de Cristo, nuestro Redentor. Sonetos. Hoja 421, 422. B
�q
licas. Hoja 321-324.
180. Nuestra Señora. Sextina. Hoja 315. Glosa. 345. Discante. 371, So1,
423. Canción glosada. 424. Lírico. 460. Psalmo. 492. Bucólica de
Encarnación. 335.
181. Nací y casé en Madrid, criome estudiando. Soneto. 302.
o
182. Ojos que escurescéis a las estrellas. Soneto. 78.
183. Oh bella vista tanto deseada. Soneto. 117.
viv 184. Oh alma rica y bienaventurada. Soneto. 213.
185. Oh lozanico vaso vidrioso. Soneto. 421.
186. Ojos cuya beldad esclarecida. Canto y glosa. 100.
187. Hoy que toma el Rey del cielo. Canción castellana. 218.
188. Oh esperanza mía. Lírico. 440.
189. Oh cuánto y cuánto debo al gran Dios mío. Lírico. 454.
190. Hoy es el día que celebra el cielo. Lírico a la asunción de Nues�
Señora. 460.
191. Oración al Padre Eterno. 478.
p
192. Por un florido valle Eugonio andaba. Madri(g]al. 28.
193. Por el lumbroso oriente parecía. Soneto pastoril. 37.
164
SILVA DE POESÍA
1 94
p uerto galano por quien tanto peno. Soneto. 74.
1 9 5.
pilar ilustre que para su arrimo. Soneto. 75.
6 eciosa mano de lindezas llena. Soneto. 7 7.
1 9 . Pr
1 97. Poli
do, lozanico, amado guante. Soneto. 105.
1 98. Pech
o que tal concepto ha producido. Soneto. 207.
199 . Peno so detener, penosa estada. Soneto. 214.
200. ¿Podreisme vos vedar que yo no os ame? Soneto. 7 9.
201. Parte superior por tierra echada. Soneto. 47 1.
víir
202. Para cualquier oído delicado. Canción ballata al nombre de Catalina. 89.
203. Pues no me quieres, amor. Canción. 148.
Buco. 204. Por el profundo mar la presta nave. Sextina. 414.
205. Pues tanta razón tengo. Lírico. 459.
meto.
206. Perpetuación de mayo. 155.
de la
20 7. Psalmo a la Santísima Trinidad y Eternidad de Dios. Psalmo de loo-
res 1. 489.
208. Psalmo a la limpísima concepción de Nuestra Señora. 492. Psal. 1111.
209. Psalmo penitencial. 495. Psal. v.
210. Psalmo 1111. 359. Psal. 11 quid est Deus.
211. Psalmo. De execración. 362. Psalmo m.
Q
212. Quizá por gracia o por desgracia mía. Soneto 7 3.
213. ¿Quién fuera aquel tan bien aventurado. Soneto. 74,
214. Cuando mi amor y fe bien considero. Soneto. 79.
215. Cuando de amor procede el crudo celo. Soneto. 133.
L1estra 216. Cual suele al tiempo del caliente estío. Soneto 414.
217. ¿Cuándo veré aquel tiempo tan dichoso. Soneto. 431.
218. Cuando se muestra en el sereno cielo. Sextina. 109.
219. Cuanto el tiempo va acercando. Canto del cisne. 388.
220. Cuando en el occidente. Canción. 114.
221. Quién es aquel, oh peligrosa muerte. Canción. 409.
165
EUGENIO DE SALAZAR
viiv 222. Cual suelen las tinieblas desterrarse. Versos sueltos. 208.
223. Quum mea me genitrix gravida gestaret in alvo. Epigrama del her
frodito y su traducción. 213. 1iJt
224. Cuando del bravo Marte está encendida. 223.
225. Cuando comienza el alma pecadora. Lírico de lo que siente el a
�
mala al tiempo del arrancar. 451.
R
226. Rasgados ojos donde más contento. Soneto. 78.
227. Resplandeciente sol del alma mía. Soneto. 96.
228. Reportamiento del alma. 63.
229. Reglas de la buena casada. 140.
230. Romance. 149.
231. Romance. 302.
232. Resurrección de Cristo Nuestro Redentor. Canción castellana. 36'&,
Soneto. 425. Bucólica. 330.
s
233. Si cuando aquel grande Alejandro vido. Soneto. 1.
234. Salid del agua pura y cristalina. Soneto. 5.
235. Si puedo no temer el no quereros. Soneto. 7 9. villv
236. Si disparates llamas mis razones. Soneto. 90.
237. Siempre te he sido, Amor, muy obediente. Soneto. 97.
238. Si con razón se teme el caballero. Soneto. 104.
viiir 239. Si quieres, cruda esposa, que yo muera. Soneto. 104.
240. Sabido tienes, desleal olvido. Soneto. 122.
241. Su alto cetro y gloriosa espada. Soneto. 193.
242. Señora, no sé si del gran Bautista. Soneto. 207.
243. Señor doctor, vivido he en grande engaño. Soneto. 214.
244. Sublime majestad esclarecida. Soneto. 27 7.
245. San Eugenio. Soneto. 314. Coplas. 341.
246. San Pedro. Soneto. 415.
166
SILVA DE POESÍA
T
viiiv 264. Tended, señora, por este occidente. Soneto. 77.
265. Trescientos y once lustros acabados. Soneto. 104.
266. Triste dolor y triste desconsuelo. Soneto. 122.
267. Tienes licencia tú, mosca importuna. Soneto. 86.
268. Tú, que a Dimas oíste. Lírico. 445.
u
269. Un solo bien me ha hecho el Dios de amores. Soneto. 85.
270. Una beldad que va tan adelante. Soneto. 214.
V .
27 1. Varias y lindas flores. Canción. 94.
167
EUGENIO DE SALAZAR
y
272. Ya nueva ley es dada a mis sentidos. Soneto. 74.
273. Ya, dama, estáis muy hecha a mis fieros. Soneto. 91.
274. ¿Yo dije tal? Estaba yo privado. Soneto. 93.
275. Ya hizo amor de mí lo que quería. Soneto. 104.
276. Ya que me tienes en destierro amargo. Soneto. 128.
lv
168
SILVA DE POESÍA
I
DON PEDRO DE LIÉBANA, DEÁN DE LA CATEDRAL
¡r DE GUATEMALA, EN INDIAS
SONETO
11
1v
SONETO DE UN RELIGIOSO MUY GRAVE Y DOCTO
CUYO NOMBRE NO SE DECLARA PORQUE ÉL NO
DIO LICENCIA PARA ELLO
169
EUGENIO DE SALAZAR
170
PRIMERA PARTE DE LA SILVA EN QUE
ESTÁN LAS OBRAS QUE EUGENIO DE
SALAZAR HIZO A CONTEMPLACIÓN DE
DOÑA CATALINA CARRILLO, SU AMADA
MUJER
173
EUGENIO DE SALAZAR
1
3v EUGENIO DE SALAZAR A SU MUY AMADA ESPOSA Y SEÑORA
DOÑA CATALINA CARRILLO
CANTO
174
SILVA DE POESÍA
175
EUGENIO DE SALAZAR
176
SILVA DE POESÍA
2
SONETO
sv
Salid del agua pura, cristalina,
hermosas ninfas al florido prado
y oiréis el tono dulce y acordado
en quien ya mi zampoña más se afina.
3
6r
ÉGLOGA I n
EUGONIO
177
EUGENIO DE SALAZAR
178
SILVA DE POESÍA
4
SONETO
7r
Del río Guadarrama en la ribera, Guadarrarna, el río de Madrid,
llamado por otro nombre
Eugonio, su ganado apacentando, Manzanares.
bella vista que ama deseando,
espera congojoso y desespera.
5
SONETO
179
EUGENIO DE SALAZAR
6
lOr
ÉGLOGA 11 ª
EUGONJO
180
SILVA DE POESÍA
181
EUGENIO DE SALAZAR
55 y si procuran verte
aquestos ojos tan desconsolados,
que ver tu gracia es todo su conhorte,
¡ay, cuán en balde velan desvelados
pues gustas, claro norte,
60 traellos de tu vista desterrados!
Ya sabes cuántas veces me acaece
pasar por tu majada deseoso
de ver esa beldad tan celebrada, l]r
y tú, con continente desdeñoso,
65 cual sol que se transmonta y desparece,
te escondes a mis ojos indignada.
Carilia, si te enfada
ver a tu firme Eugonio y te desgusta
volver tus ojos bellos a la parte
70 do está el que en solo verte tanto gusta,
permíteme el mirarte,
que no te pido en esto cosa injusta.
llv Solo con poder verte viviría
mi triste corazón de gloria lleno:
75 no prives de este bien a quien te adama.
Acuérdate del tiempo que ha que peno
por tu gracia y beldad, Carilia mía;
responde con piedad a quien te llama,
que si al que tanto te ama
80 quieres quitar la gloria y el consuelo
de aquesa vista tan esclarecida,
¿qué bien le quedaría en todo el suelo?
Prívame de la vida
y no de ver esa beldad del cielo.
85 Si veo salir dorando la mañana
al claro sol de su lumbroso oriente
y no te veo a ti, sol de mis ojos,
de lágrimas le da fértil corriente
la falta de tu vista soberana
182
SILVA DE POESÍA
183
EUGENIO DE SALAZAR
184
SILVA DE POESÍA
7
SONETO
185
EUGENIO DE SALAZAR
8
17r ÉGLOGA IIIª
186
SILVA DE POESÍA
187
EUGENIO DE SALAZAR
188
SILVA DE POESÍA
189
EUGENIO DE SALAZAR
190
SILVA DE POESÍA
191
EUGENIO DE SALAZAR
192
SILVA DE POESÍA
193
EUGENIO DE SALAZAR
194
SILVA DE POESÍA
195
EUGENIO DE SALAZAR
197
EUGENIO DE SALAZAR
198
SILVA DE POESÍA
199
EUGENIO DE SALAZAR
es la de mi Carilia vergonzosa.
ORT: En el rosal la colorada rosa
500 de menudo rocío muy poblada
con mi Florisa un poco calurosa
sudando no podrá ser comparada.
EUG: Las lindas flores de que está adornada
esta ribera más la hermosean;
505 lindos lunares hacen alindada
ORT:
la cara que mis ojos ver desean.
¿Ves cuántas verdes hojas se menean ª'
en el grande olmo que en la fuente estriba?,
más son las gracias que aquel ser rodean
510 de la que sobre mí mil años viva.
EUG: La hermosura, que a mi vida aviva
su blanca mano ahora, ¡oh quién mirara
flores cogiendo aquí de abajo arriba
y aun una y otra vez se la besara!
26v ORT: En espesura verde se hallara,
ojalá ahora sola mi Florisa,
y yo tras una mata la acechara
y la viera vestir alba camisa.
EUG: Cuando mi vista la beldad divisa
520 de mi Carilia, aquella es hora buena.
Sus lindos ojos, cara y frente lisa
deshacen mis congojas y mi pena.
ORT: Estonces para mí es la buena estrena
_)
cuando mis ojos hallan la lindeza
525 de la Florisa que me trae en cadena,
en quien no veo muestra de esquiveza.
EUG: ¿Has visto a las mañanas la clareza
del gran lucero en la majada estando?,
así al albor se muestra la belleza
530 de mi Carilia y sale relumbrando.
ORT: Mil rayos de oro pasa derramando 27i
la mi Florisa por doquier que vaya,
los prados y los montes alegrando:
no sé sin ella dónde placer haya.
200
h,
SILVA DE POESÍA
201
EUGENIO DE SALAZAR
9
28r MADRI[G]AL
202
SILVA DE POESÍA
10
MADRI[G]AL
11
3lr ÉG LOGAIIII
EUGONIO
203
EUGENIO DE SALAZAR
204
SILVA DE POESÍA
205
EUGENIO DE SALAZAR
206
SILVA DE POESÍA
207
EUGENIO DE SALAZAR
208
►
SILVA DE POESÍA
209
EUGENIO DE SALAZAR
210
SILVA DE POESÍA
211
EUGENIO DE SALAZAR
12
37,. SONETO
212
SILVA DE POESÍA
13
ÉGLOGA V
.,or
EUGONIO
213
EUGENIO DE SALAZAR
214
SILVA DE POESÍA
215
EUGENIO DE SALAZAR
216
SILVA DE POESÍA
217
EUGENIO DE SALAZAR
l4
SONETO
15
Carilia m{a, di, ¿qué vida es esta
que vivo yo sin ti y sin bien alguno?
¿qué mal es este mío tan importuno?,
decfa Eugonio un d{a en la floresta.
s Ni yo reposo en medio de la siesta,
ni cuando el valle y monte está más bruno;
los días se me van de uno en uno
de lloro todos, que uno no hay defiesta.
10
Fiesta sin ti ya sé que no podría
tenella yo ni aun otro algún gasajo
,,
...
15
47r ÉGLOGA VI
CARILIA - EUGONIO
218
SILVA DE POESÍA
219
EUGENIO DE SALAZAR
220
SILVA DE POESÍA
221
EUGENIO DE SALAZAR
222
,-----------
SILVA DE POESÍA
223
EUGENIO DE SALAZAR
224
SILVA DE POESÍA
225
EUGENIO DE SALAZAR
226
SILVA DE POESÍA
227
EUGENIO DE SALAZAR
228
SILVA DE POESÍA
229
EUGENIO DE SALAZAR
230
SILVA DE POESÍA
440
Cinco veces cubrió la blanca helada
56r aqueste soto ya y la hoja nueva
y otras tantas su fruto dio la espiga
y la preciosa vid después que ceba
mis ojos tu beldad, que es de mi amada
según tu gracia y merecer me obliga
445
y nadie habrá que diga
que en todo aqueste tiempo menos haya
de nuestro haber, Carilia, alguna pieza
ni que por mí se disminuya o caya
450 tan sola una cabeza;
antes procuro que en aumento vaya.
Aquí de ovejas tienes un atajo
que lindas crías te dará aqueste año;
cincuenta vacas traes en la dehesa;
455 de cabras y de chivos un rebaño
tuyo en la sierra pace sin trabajo
que porque no es mayor a mí me pesa;
y allá, do más espesa
está la hierba, cien carneros bellos
460 un tu pastor te tiene en buena guarda
que no hay que rehugar en todos ellos;
y, si Dios te lo guarda,
muy cedo sentirás provecho de ellos.
56v
Tú haces gran ventaja en hermosura.
465
en gracia, lozanía y polideza
a cuantas mira el sol y cubre el cielo;
a la beldad excede tu belleza
Y a la frescura misma tu frescura;
pastora no te iguala en todo el suelo.
231
EUGENIO DE SALAZAR
232
SILVA DE POESÍA
16
SBr SONETO
233
EUGENIO DE SALAZAR
17
SONETO
18
61r GLOSA Y CANCIÓN PASTORIL
Junto a la ribera
del claro Guadarrama estaba un día Guadarrama: el río de Madrid, 62r
Eugonio y su ganado sesteando. llamado por otro nombre
Manzanares.
Con voz lastimera,
234
SILVA DE POESÍA
10 El pastor responde:
¿En qué ha de confiar un desdichado
que tanto ha que te adora sin provecho?
Yo no sé por dónde
pueda meter mi amor algún cuidado
15 en ese tan cerrado y duro pecho.
Deja ya el despecho,
dice Carilia, y la desconfianza
que con un firme amor todo se alcanza.
61V
El pastor replica:
20 Pastora bien has visto el tiempo largo
que por tu hermosura he padecido
y, aunque multiplica
mi larga pena y mi dolor amargo,
todo lo pagas con desdén y olvido.
25 Ella ha respondido:
Eugonio, no te canse la tardanza
que con un firme amor todo se alcanza.
Dice Eugonio luego:
¡Ay, que se tarda mucho mi remedio
30 y crece mi dolor y mi tormento!
Para que mi fuego
no me consuma, tomo ya por medio
sacrificarle a tu merecimiento.
Ese es buen intento,
35 dice Carilia, y te dará pujanza,
que. con un firme amor todo se alcanza.
62r
No te desespere
no me hallar a tu deseo presta
ni pienses que no siento tu querella
235
EUGENIO DE SALAZAR
19
63r REPORTAMIENTO DEL ALMA
I
Pues mi cuerpo es débil cosa,
aunque él se tiene por fuerte,
y pujante y presurosa
nos representa la muerte
5 la batalla temerosa;
mucho importa prevenir
lo que ha de ser necesario
para con honra salir
y con valor resistir
10 al universal contrario.
II
Contrario, sabio y astuto,
fuerte, animoso y osado,
absoluto y disoluto,
236
SILVA DE POESÍA
soberbio y desvergonzado
y en maldades resoluto.
15
contrario muy deseoso
de mi detruición y afrenta,
enemigo poderoso
y émulo muy envidioso
del alma que a Dios contenta.
20
III
63V
Enemigo de razón,
amigo de la injusticia,
armador de la ocasión
de su perversa malicia
25
que cause mi perdición.
Ser de mil cautelas lleno,
de mil lazos y celadas,
con :fin que mi ser, Dios bueno,
sea malo y de ti ajeno
30 y yo siga sus pisadas.
IIII
Adversario cuya vista
jamás quiere tomar sueño,
solícito en su conquista
procurando hacerse dueño
35 de mí y ponerme en su lista.·
Contrario que los que quieren
de su poder escaparse
conviene que en Dios lo esperen
porque los que en Dios no mueren
40 al maldito han de entregarse.
V
Tan enemigo del bien
y tan amigo del mal
que no quiere ver que alguién
237
EUGENIO DE SALAZAR
641' VI
Y como cayó redondo
en lazo de ilúame soga,
aunque me aparto y escondo,
quiere, corno el que se ah ga,
55 llevarme consigo a fondo.
Y pues no tiene reparo
�'U tormento eterno y duro,
que a mí no me valga amparo
ni suba yo al monte claro
60 pues él bajó al seno escuro.
vn
Y con infernal gobierno
pretende se multiplique
la población del infierno
y a mí no se me adjudique
65 morada en el reino eterno.
Que corno salió de1 cielo
de comulgado y maldito,
quiere enterrarme en el suelo
porque no alcance mi vuelo
70 a aquel celestial distrito.
VIII
238
SILVA DE POESÍA
X
Sino que en la sima escura,
triste, para siempre caya
y al fuego que siempre dura
tan por sus pasos me vaya
95 cuanto el traidor lo procura.
Y, en fin, anda tan alerta
y me trae tan afligida
que, cuando me ve despierta,
me pone, ¡ay Dios!, como muerta
100 de su mal sueño vencida.
XI
Pues, Señor, si este enemigo
me está dando la batalla
Y ha cerrado ya conmigo,
239
EUGENIO DE SALAZAR
65r XII
Si tu brazo valeroso b>''
no se pone a defenderme
de este enemigo furioso,
¿cómo podré yo valerme?
ll5 ni hacer tiro provechoso?
¿ Cómo me será posible
de sus manos escaparme
ni de su furor terrible
si Tú, oh amparo invencible,
120 no te pones a ampararme?
XIII
Si tu fuerte escudo y lanza
a mi favor no se apresta
ni das cierta la esperanza
que en ti solo tengo puesta
125 de toda mi buena andanza,
¿qué será de mí, cuitada,
que el tirano robador
me quiere llevar robada
do siempre quede privada
130 de ti, mi Dios y Señor?
XIIII
Si no me das fortaleza,
Señor, para resistille
y oponerme a su braveza,
240
SILVA DE POESÍA
XVI
Si tu gracia no me das,
Dios, para socorro mío,
bien sabes que es por demás
ponerse mi fuerza y brío
155 contra el fuerte Satanás.
Que aunque yo soy animosa
la carne me es adversaria
y tan mala y alevosa
que no trata de otra cosa
160 sino de serme contraria.
XVII
Y ponerme yo a lidiar
con quien tanto poder tiene,
¿qué me puede a mí prestar
241
EUGENIO DE SALAZAR
66r XVIII
Y pues solo con quererlo
Tú, Señor, podré vencerle,
da poder para poderlo,
fuerza para deshacerle
175 pues todo puedes hacerlo.
Porque aqueste mal tirano
no piense, Señor, de ti
que quieres dejarme en vano
siendo hechura de tu mano
180 y que él se apodere en mí.
XIX
Y si tu arco y tus flechas
no tomas para ayudarme
y muy lejos de mí le echas,
¿cómo podré yo librarme
185 de sus cárceles estrechas?
Que en ti solo está el poder
que puede hacer yo no muera
y sin ti no puede ser
que un alma pueda vencer
190 bestia tan terrible y fiera.
XX
Y Dios mío, :finalmente,
¿cómo un alma militante
subirá a aquel excelente
242
SILVA DE POESÍA
XXII
Que aunque el sagrado bautismo
me lavó esta primer mancha
quedó del pecado mismo
la simiente que se ensancha
215 hasta llegar al abismo,
y quedóme un torpe olvido
de lo que has hecho por mí
y un ser mal agradecido
del mucho bien recebido
220 no de otro sino de ti.
XXIII
Un ciego desconocerte,
un no inclinarme a servirte,
un mal desobedecerte,
243
EUGENIO DE SALAZAR
un culpable deservirte
225 digno de la eterna muerte.
Un andar muy dividida
de tu justa voluntad,
de todo bien distraída,
viviendo una torpe vida
230 sujeta a toda maldad.
67r XXIIII
Que entonces más me agradaba 6Í•'
XXV
He vivido sin acuerdo
de ti, Dios crucificado,
tan lejos del obrar cuerdo,
tan dormida en el pecado
245 que aun apenas hoy recuerdo,
tan embebida en mis daños
y tan firme amiga de ellos
que vienen a ser tamaños,
que pasan por mí los años
250 sin que de mí pasen ellos.
XXVI
Siento que me saboreo
en ser libre y muy exenta
y en los vicios me recreo
244
SILVA DE POESÍA
XXVIII
Y cuando quiero humillarme
y de veras conocerme
entonces suelo hincharme
y en tanto muy más perderme
275 cuanto más pienso ganarme.
Porque ocupa mi memoria
una presunción que engaña
y un golpe de vanagloria
que me quita la victoria
280 y mis buenas obras daña.
XXIX
Dejo los llanos senderos
por donde bien se camina,
ando por cerros y oteros
245
EUGENI· DESALAZAR
do el tino se desatina
285 y da en mil despeñaderos;
y aunque Tú, Dios, me criaste
para ti sin merecello
y tanto bien me aplicaste,
temo que he de dar al traste
290 y perderte a ti y perdello.
68r XXX
Que siendo Tú, Dios jocundo,
tan magnánimo y tan bueno,
y Dios de amor tan profundo,
de ti, Señor, me enajeno
295 y te dejo por el mundo.
Trayo los ojos perdidos
que no ven la luz del día,
estragados los oídos
y ocupados los sentidos
300 en lo que es perdición mía.
XXXI
¡Oh mi Dios, si te pluguiera
que en naciendo que nací
del cuerpo me dividiera
porque él no ofendiera a mí,
305 ni a ti, Señor, yo ofendiera!
Que si entonces· me das puerto,
íbame al cielo desnuda
y fuera admirable acierto
tener para siempre cierto
310 lo que hoy tengo tan en duda.
XXXII
Ni me pongo a ver si asoma
la muerte del cuerpo mío,
sujeto a mortal carcoma,
246
SILVA DE POESÍA
ni pienso en mi desavío
si en mal estado me toma.
31 5
Ni advierto que el dividirme
en sazón triste y contraria
sería para hundirme
do quede sin redimirme
para siempre tributaria.
320
XXXIII
681'
A sueño suelto reposo
que no me trae desvelada
el juicio riguroso
do tengo de ser juzgada
325 ni tu fallo temeroso,
como si tuviese hechos
bastantísimos descargos
de todos mis malos hechos
y hubiesen sido derechos
330 mis pasos tuertos y largos.
XXXIIII
No reparo en las moradas
de los escuros infiernos
do las almas condenadas
con sus tormentos eternos
335 han de ser atormentadas,
que tanta es mi inadvertencia,
triste, que no echo de ver
esta mi torpe imprudencia
y culpable negligencia
340 el fin que puede tener.
XXXV
Como bestia irracional
solo pienso en lo presente,
no en otro bien ni otro mal
247
EUGENIO DE SALAZAR
ni en el peligro eminente
345 que puede ser tan mortal.
Y pues, cuitada, no atiendo
sino a lo que está delante
y otro bien no le pretendo,
¿cómo me iré disponiendo
350 para el bien más importante?
69r XXXVI
Que cuanto delante veo
son mil soberbios antojos
y un mortífero deseo
de la carne y de los ojos
355 en que triste me recreo.
Y si según carne vivo,
¿qué manera es de vivir
que tengo mi ser cautivo
de la carne en quien revivo
360 sin pensar en el morir?
XXXVII
Enfádame el bien obrar
y cánsame, en comenzando,
que lo que ha de aprovechar,
eso me está atormentando
365 si en ello quiero durar.
Y así no vendrá derecha
en mis plantas y frutales
la provechosa cosecha
sino en bienes muy estrecha
370 y muy copiosa de males.
XXXVIII
Tras los cuales presurosa,
cual metal que al molde corre,
voy corriendo y deseosa
248
SILVA DE POESÍA
XL
Y finalmente, Señor,
no me hallo con mejora
sino cantina peor
y más mala y pecadora
395 en mi cuerpo pecador.
En el cual, según natura,
será breve la manida
y muy presto la soltura
y grande la desventura
400 si en desgracia es mi salida.
XLI
Pues ¿ qué haré desdichada
si no te dueles de mí?,
¿ quién ha de darme la entrada
249
EUGENIO DE SALAZAR
70r XLII
¿Adónde iré yo, perdida,
que pueda hallar socorro
para socorrer mi vida
tan aviesa que me corro
415 de que no estoy muy corrida?
Que si Tú no me le das,
que a nadie sueles negarle,
hallarle yo es por demás.
Espero me le darás
420 pues es tuyo a todos darle.
XLIII
Enternece mi dureza
pues eres tan pío y tierno
y destierra la pereza
de este mi lerdo gobierno
425 fundado en ciega simpleza.
Y en corregir mi igrtotancia
no ande tu mano corta
pues es darme una ganancia
para mí tan de importancia
430 y que a ti tan poco importa.
XLIIII
Veme, Señor, de la mano
detén mi ciega carrera
con tu poder soberano
250
SILVA DE POESÍA
XLVI
Antes que se me resuelva
el cuerpo do me encerraste
haz, Señor, que yo revuelva
sobre mí y, pues me criaste,
455 que a mi criador me vuelva.
Y a ti, mi Dios, considere,
y lo a ti, mi Dios, debido,
y que en ti, mi Dios, espere
la vida que nunca muere
460 y el bien nunca merecido.
70v XLVII
Conozco mi perdición
la cual no tiene desculpa
pues busqué toda ocasión
251
EUGENIO DE SALAZAR
XLVIII
¡Y cuánto mejor hallara
este día mi derecho
si a tus leyes me llegara
y de los males que he hecho
475 por servirte me apartara!
Aunque ya que me reporto
( que, plega a ti, no sea tarde,
pues que el trecho es ya tan corto)
en tu piedad me conforto
480 y dejo de ser cobarde.
XLVIIII
Pero pues que lo pasado,
pío Señor, ya pasó
(aunque fue tal mi pecado
que estoy temerosa yo
485 que all..ll hoy no está perdonado);
pues eres Dios tan clemente,
dame tu gracia divina,
que me haga penitente
y llore yo amargamente
490 mi pecado y mi ruina.
L
Y conozca yo, Dios mío,
que merezco muerte eterna
y que, aunque en ti yo confío
252
SILVA DE POESÍA
1lr LII
Que ya es tiempo que yo mire
lo que mirar me conviene,
ya es tiempo que yo suspire
y deje el mal que me tiene
515 y tome el bien que me inspire.
Pero, aunque el tiempo está instando
y conozco su apretura,
veo se me va pasando
sin que yo vaya ganando
520 algo del bien que asegura.
LIII
Que aunque yo más me asegure
es seguridad incier ta,
Y aunque mi bien yo procure
253
EUGENIO DE SALAZAR
LIIII
Por los cuales voy errada
y llevo perdido el tino
de lá derecha jornada
y de tu real camino
535 del cual voy descaminada.
Sírvete de enderezarme
y de corregir mi gusto,
Señor, y de reportarme
cómo venga a desgustarme
540 de aquello que yo más gusto.
LV
Y dame ya tu conhorte
para que en ti me guarezca
gracia con que me reporte
de manera que merezca
545 verte en tu sublime corte.
Y en el palacio del cielo,
donde Tú, Señor, habitas,
levantada de este suelo
con infinito consuelo
550 te dé gracias infinitas.
254
SILVA DE POESÍA
SEGUNDA PARTE DE LA
'()' PRIMERA DE LA SILVA
20
SONETO
21
73v
SONETO
255
EUGENIO DE SALAZAR
22
SONETO
23
741' SONETO
Portugal.
256
SILVA DE POESÍA
24
SONETO
257
EUGENIO DE SALAZAR
25
74v SONETO
258
SILVA DE POESÍA
27
SONETO
28
SONETO
259
EUGENIO DE SALAZAR
29
75v CANCIÓN!
La pena rigurosa
de gran beldad nacida
y del desdén esquivo de una dama
en tanto es más penosa
5 en cuanto más crecida
la fe y amor del amador que la ama;
y así la fuerte llama
que abrasa al alma mía,
¡ay, mi cruel señora!,
10 es más consumidora
por proceder de tanta gallardía,
dureza y hermosura,
de tanto amor y fe tan firme y pura.
Amarte en tanto extremo,
15 vivir por ti muriendo
en triste desconsuelo y descontento
y ver que a vela y remo
aun no saldré hendiendo
el tempestuoso mar de mi tormento,
20 aun no da atrevimiento
al corazón medroso
para te osar rogar
y a ti me encomendar.
En trance tan cruel y peligroso
260
SILVA DE POESÍA
no sé si es poquedad
25
no osar pedir socorro a tu piedad.
Valido ser deseo,
76r mas veo claramente,
¡ay triste!, que fortuna me es contraria,
30
pues cuanto más me arreo
de fe y amor ardiente,
más sin piedad te hallo, ¡oh mi adversaria!
Mi alma es tributaria
de la lindeza tuya
35 y tú, por no perderla,
debías socorrerla
antes que su congoja la destruya;
que pues su pecho paga,
bien es que algún alivio se le haga.
40 Contienda muy reñida
en mí ya se revuelve
sobre mi amor y pena y tu belleza.
Ansiosa y desvalida,
sensualidad se vuelve
45 a tu gentil donaire y gran lindeza.
Razón de la crueza,
que en mí por ti ejecuto,
pesante y lastimada,
resiste denodada,
50 más como amor en mí te dio tributo
esta razón condeno
por otra que hay mayor si por ti peno.
16v En desear servirte
y todo tiempo amarte,
55 la vida se me pasa y va volando;
a ti, en no arrepentirte;
antes, en alegrarte
de cuánto mal estoy por ti pasando.
¿Cuándo verná aquel cuando
261
EUGENIO DE SALAZAR
30
SONETO
262
SILVA DE POESÍA
31
SONETO
263
EUGENIO DE SALAZAR
32
SONETO
33
78r SONETO
264
SIi.VA DE POESÍA
34
SONETO
5
donde a sus flechas temple da y aliento
con que los corazones nos deshace,
y adonde lazos arma con que enlace
las libertades que hay en un. momento;
adonde Amor graciosamente rie;
10 de donde siempre tira y siempre acierta
y causa más peligro y más dulzura,
abierto os ha mi corazón la puerta:
antes que de él su alma se desvíe,
le dad siquiera un hora de ventura.
35
78v SONETO
265
EUGENIO DE SALAZAR
36
SONETO
37
79r SONETO
266
SILVA DE POESÍA
38
SONETO
267
EUÚENIO DE SALAZAR
39
79v SONETO
40
SONETO
268
SILVA DE POESÍA
41
EPÍSTOLA A SU CATALINA
269
EUGENIO DE SALAZAR
270
SILVA DE POESÍA
271
EUGENIO DE SALAZAR
272
SILVA DE POESÍA
273
EUGENIO DE SALAZAR
42
82v SONETO
274
SILVA DE POESÍA
43
CANCIÓNII
Si ser agradecida
merece una fe firme en el amante
y en mucho ser tenida
una amorosa voluntad constante,
·por qué no se agradece
5
!1 corazón que en fe y amor más crece?
Conozco que el amaros,
señora, a vuestro ser es tan debido
que no hay por qué culparos
aunque por vos no sea agradecido;
mas ¿cuál pecho hay tan duro
que no le mueva un ay de un amor puro?
Y si en amaros uso
de algún atrevimiento que no deba,
15 no me tengáis confuso,
que justo es perdonarme aunque me atreva:
que el que a os amar se atreve
contra sí hace y hace lo que debe.
&3v Si vuestra hermosura
20 tan rara y vuestro gran merecimiento
tanto mi alma apura
que es fuerza usar de aqueste atrevimiento,
esto me sea desculpa
que al que es forzado no se imputa culpa.
25 Y no esquivéis señora
aceptar por morada un limpio pecho
adonde un amor mora
tan sin igual, tan fuerte y tan estrecho
cual para vos conviene,
30
porque es sin par con la que par no tiene.
Mas si queréis que quiera
forzarme a no quereros como os quiero,
275
EUGENIO DE SALAZAR
44
84r SONETO
45
SONETO
276
SILVA DE POESÍA
46
SONETO
84v
Al cielo, hijo, ya nos recojamos,
decía la alta Venus a Cupido,
que a nuestro nombre cubre ya el olvido,
ya por demás por este mundo andamos;
5 que si en la rica Europa ahora entramos
nuestro valor sería escarnecido
por una Catalina que ha subido
adonde yo ni tú jamás llegamos.
Con sola su palabra hiere y prende,
10 de dulce muerte mata a los que mira,
de su lindeza no hay quien se defienda.
Con cada mano cinco flechas tira
de cada tiro y su bel aire enciende:
huyamos, hijo, no nos mate o prenda.
277
EUGENIO DE SALAZAR
47
SONETO
48
85r SONETO
278
SILVA DE POESÍA
49
SONETO
50
85v SONETO
279
EUGENIO DE SALAZAR
51
SONETO
52
86r SONETO
280
SILVA DE POESÍA
a,
Dentro una dura suavidad y enter
5 ella beldad que me deshace
dentro aqu
y dentro lo que al alma satisface
y al alma aflige no sé en qué manera.
y si lo busco Juera es porque atino
a hallar gloria humana sin desgusto,
10
mas hallo que es engaño y desatino.
y cuando en el amor es todo gusto
nunca se gusta de aquel gusto fino
que causan penas del amor injusto.
53
SONETO
281
EUGENIO DE SALAZAR
54
86v SONETO
55
89r CANCIÓN BALLATA III
I
La consonancia de una voz subida
5 y arpa bien tocada
despierta al buen oído y le convida
a ser de él escuchada,
así cualquiera parte pronunciada
del nombre en quien se afina
10 toda dulzura y gracia peregrina.
282
SILVA DE POESÍA
11
En lindo abril la dulce Filomena
sobre bel ramo estando,
su corto cuello y alta cantilena
al cielo levantando,
¡5 por olvidar su pena está cantando
con armonía divina
el bello nombre al hora matutina.
III
Cuando el sonido claro y los acentos
del dulce nombre hieren,
89V 20 el aire delicado y frescos vientos
gran suavidad adquieren
y dulce son harán por donde fueren
con furia repentina
hiriendo hora en el cedro, hora en la encina.
IIII
25 Penetra el son de nombre tan suave
el más duro costado;
él abre el fuerte corazón sin llave
solo con ser mentado;
dentro en mi alma está siempre encerrado
30 y hecho viva espina
contra la cual no basta arma acerina.
V
Su consonancia alegra mis sentidos
y tanto los levanta
que en verse ya de puntos tan subidos
35 su altura los espanta.
¡Oh, quién gozase son de gracia tanta
desde qu� sol declina
hasta que en círculo alto más se empina!
283
.,....
EUGENIO DE SALAZAR
VI
El dulce nombre pone gran gobierno
40 en el corazón mío,
90r en él templa la furia del invierno
y del ferviente estío.
Cuando de pena triste desvarío
y el mal me desatina,
45 en solo oírle hallo medicina.
VII
Cuando fatigas y ansias sin remedio
muy mucho me apretaren
y como en ellas se haya de dar medio,
las gentes no alcanzaren,
50 remediarme han si a voces pronunciaren
junto a mi oreja indina
el dulce nombre de mi Catalina.
56
90v SONETO
284
SILVA DE POESÍA
57
SONETO
58
91r SONETO
Ya, dama, estáis muy hecha a mis fieros. Dijo su Catalina un día
No los teméis ni de ellos se os da nada que deseaba le diesen
ni os persuadís que podéis ver llegada doscientos azotes por
justicia y este dicho dio
la hora en que yo quiera no quereros. ocasión a este soneto.
s Tenéis por cierto que con solo veros
mi alma ha de estar siempre encadenada.
No estéis de mí ni vos tan con.fiada
que puede Amor la suerte revolveros.
285
EUGENIO DE SALAZAR
59
91v SONETO
60
SONETO
286
SILVA DE POESÍA
61
92r CANCIÓNIIII
287
EUGENIO DE SALAZAR
288
SILVA DE POESÍA
62
SONETO
63
93v SONETO
289
EUGENIO D� SALAZAR
64
94r CANCIÓN V
290
SILVA DE POESÍA
291
EUGENIO DE SALAZAR
Lozanas y polidas
aves de amores llenas
que, yendo por el aire mansamente
o en árboles mecidas,
70 con vuestras cantilenas
hacéis un son suave y excelente,
¡ay, cuánto mi alma siente
que esté de vuestro canto
lejos el vivo oído
75 y singular sentido
de quien sobre mí tiene poder tanto,
que a estar aquí mi estrella
gozara ella de oíros, yo de vella!
95v Parte de esta verdura,
80 canción, y ve a do posa
la que llamarán diosa
gentiles de la gracia y hermosura,
y di que si no muero,
es porque verla o tierna o dura espero;
65
SONETO
292
SILVA DE POESÍA
66
96r SONETO
67
SONETO
293
►
EUGENIO DE SALAZAR
68
96v SONETO
69
SONETO
294
SILVA DE POESÍA
70
97r SONETO
295
EUGENIO DE SALAZAR
71
SONETO
72
98r SONETO
296
--
SILVA DE POESÍA
73
SONETO
74
98v SONETO
297
EUGENIO DE SALAZ.AR
75
SONETO
76
lOOr Mirad ojos, mirad al que heristes.
GLOSA
298
SILVA DE POESÍA
299
EUGENIO DE SALAZAR
77
lOlr SONETO
300
SILVA DE POESÍA
78
EPÍSTOLA A SU CATALINA
301
EUGENIO DE SALAZAR
302
SILVA DE POESÍA
303
EUGENIO DE SALAZAR
79
104r SONETO
304
SILVA DE POESÍA
80
SONETO
81
104v SONETO
305
-
EUGENIO DE SALAZAR
82
SONETO
83
105r SONETO
306
SILVA DE POESÍA
84
SONETO
85
105v SONETO
307
"r'
EUGENIO DE SALAZAR
86
SONETO
308
SILVA DE POESÍA
87
SEXTINA DOBLE
¡09f
Cuando se muestra en el sereno cielo
alegre y clara la hermosa luna,
el resplandor de sus hermosos ojos
y el claro lustre de su clara frente
5 destierran las tinieblas de la noche
y llenan de alegría el mar y tierra.
Cuando a mi vista triste está la tierra,
nublado y negro le parece el cielo
y todo se le hace escura noche
10 si veo delante mi serena luna
y la alegría de su alegre frente,
todo se alegra entonces en mis ojos
Pues si los rayos de los claros ojos
que hoy alumbran la española tierra
15 y aquella blanca, limpia y lisa frente
que en su serenidad excede al cielo
se vuelve a mí, no hay sol, no digo luna,
que vuelva en día así mi triste noche.
Aquella es para mí la larga noche
20 que no se enjugan mis llorosos ojos
ni ven la claridad de la alta luna
ni hallo lugar bueno en mar ni tierra,
cuando no siento la que me dio el cielo
a par de mí ni beso su alba frente.
25 Es tabla del amor aquella frente
adonde está pintado, día y noche,
cuanta beldad produce el alto cielo.
Ventanas de su madre son los ojos
de donde mira y señorea la tierra
30 y ve debajo el mundo y aun la luna.
109v A la lindeza de la linda luna
deshace el lustre de la llana frente
309
EUGENIO DE SALAZAR
310
SILVA DE POESÍA,
88
A LOS CABELLOS
311
EUGENIO DE SALAZAR
89
lllr ALA FRENTE
90
ALOS OJOS
312
SILVA DE POESÍA
91
92
LAS NARICES
313
EUGENIO DE SALAZAR
93
112r ALA BOCA
94
ALA RISA
314
SILVA DE POESÍA
95
315
EUGENIO DE SALAZAR
96
ALAS OREJAS
97
113r ALA BARBA
316
SILVA DE POESÍA
98
AL CUELLO
99
113v A LOS PECHOS
317
r
EUGENIO DE SALAZAR
100
A LAS MANOS
101
114r AL CUERPO
318
SILVA DE POESÍA
102
A LO ENCUBIERTO
319
r
EUGENIO DE SALAZAR
103
114v CANCIÓN EN AUSENCIA VI
Cuando en el occidente
con su dorado carro se traspone
Febo y el bajo polo va alumbrando,
ausente el oriente
5 de aquella luz que gran beldad le pone,
triste su vuelta queda deseando.
Como el sol relumbrando,
hermosa esposa mía, tu figura
mi corazón alegra y clarifica,
10 pero la ausencia tuya mortifica
mi gozo y mi ventura
hasta que vuelva a ver tu hermosura.
La bella y clara luna
la tierra escura alumbra y hace clara
15 y hace parecer la noche al día;
pero si nube alguna
se antepone a su serena cara,
la luz se impide que ella nos envía.
¡Oh clara luna mía,
20 cuya serenidad de mí destierra
cualquiera escuridad de descontento!
Tinieblas de pesar me dan tormento
después que tanta tierra
entre ti y mí se puso a darme guerra.
115r 25 Cuando el lucido mayo
con su agradable vista al mundo mira,
cualquiera selva verde está y florida,
mas el fogoso rayo
que el gran patrón del cuarto cielo tira
30 la abrasa y tala viendo su partida.
El mayo es de mi vida
aquel tiempo que vivo do te veo,
en él mi alma y corazón florece;
320
SILVA DE POESÍA
321
EUGENIO DE SALAZAR
322
SILVA DE POESÍA
323
EUGENIO DE SALAZAR
104
117v SONETO
105
SONETO
324
SILVA DE POESÍA
106
CANCIÓN DISTESA VII
121r
No puedo desviar el pensamiento
de aquella hermosura
que está en mi corazón apoderada
ni para verme de ella un punto ausente
s me hallo sin gran pena poderoso.
Por do camina en pensamiento y vuelo
querría yo ir volando
Alivio pone grande en mi tormento
la angélica figura
10 que en sí mi alma tiene transformada.
La rara gentileza y continente,
cuando lo miro, siento que reposo.
¡Ay, que declina el gozo y se me yela
de ello me desviando!
15 No hallan los placeres aposento
do mora la tristura
y aquesta ahora en mí está aposentada.
Muy clara es la razón y congruente
el tiempo para estar triste y penoso,
20 pues que la fina flor que me consuela
no puedo estar mirando.
¡Oh, quién la viera ahora aquí un momento,
si no quiere ventura
que fuese más, su blanca toca alzada,
25 su cara descubierta y clara frente,
para decirle con suspiro ansioso:
325
EUGENIO DE SALAZAR
107
122r SONETO
326
SILVA DE POESÍA
108
SONETO
109
122v SONETO
327
EUGENIO DE SALAZAR
110
SONETO
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SILVA DE POESÍA
111
CANCIÓN VIII
329
EUGENIO DE SALAZAR
solías de la camisa
35 y andarte por mí cara
(!ay, quién no se acordara!)
linda, suave, fresca, blanda y lisa.
No sé por qué en ausencia,
si estás sin ella, me quíes dar dolencia.
40 ¿Cuántas veces dejaste
el oloroso guante
para entregarte a aquesta mano mía?,
¿cuántas veces tomaste
aguja penetrante,
45 que a la de cualquier ninfa excedería,
y lo que fantasía
te ofrecía obrabas
con gentil gala y arte
sin muestra de cansarte
50 porque era para mí lo que labrabas?
¿Y ahora, ¡oh, mano blanca!,
para tomar la pluma estás tan manca?
127r Tú dulce prenda fuiste
y señal verdadera
55 del maridable trato y poderío;
tú, la que interveníste
como fiel tercera
entre el amor de tu señora y mío;
ni el calor ni el frío
60 solían impedirte
en darme algún contento
y así ni sé ni siento
por qué quieres ahora arrepentirte
y dejar tu costumbre
65 tan buena y darme tanta pesadumbre.
Sí tinta te ha faltado
y no poder ni gana,
(que plega a Dios, ¡oh, mano!, que así sea)
del corazón ansiado
330
SILVA DE POESÍA
112
12Br SONETO
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EUGENIO DE SALAZAR
113
SONETO
332
SILVA DE POESÍA
114
1Jlr CANCIÓN IX
333
EUGENIO DE SALAZAR
334
SILVA DE POESÍA
132V
¡Oh, plega a Dios yo vaya,
80 dulce amor mío, presto
a donde ya que así me trate el crudo,
como despertado haya,
vea tu alegre gesto,
tu fresco brazo sobre mí desnudo,
85 y con tan lindo escudo
cubierto y amparado
al punto que le mire
no tema ni suspire
y un vano sueño no me dé cuidado
90 y armar pueda una higa
contra cualquier fatiga!
Canción, luego te parte
a ver la Ninfa bella
que está tal cual es ella
95 toda en mí todo y de mí en cualquier parte,
y no digas cuál quedo,
no causes triste miedo.
115
l33r SONETO
335
EUGENIO DE SALAZAR
116
SONETO
336
SILVA DE POESÍA
117
SONETO
J33V
Cuando de amor procede el crudo celo Preguntole una vez su
y va en verdad penosa bien fundado, Catalina cuándo eran
los celos más penosos.
entonces es un mal desesperado
que no admite remedio ni consuelo.
5 Y con rigor debría el recto cielo
satisfacer al triste enamorado
a quien su ingrata dama h.a defraudado
volviendo a otro galán. su vario vuelo.
Que con razón se agravia y se lamenta
10 cuando encontró con dama no constante
aquel que firmemente en amor arde.
Que es ley de amor que el fino y firme amante
se ame con constancia y sin afrenta.
Mas esta ley, ¿qué dama hay que la guarde?
118
SONETO
337
EUGENIO DE SALAZAR
119
137r SONETO
120
SONETO
338
SILVA DE POESÍA
121
GLOSADA
122
GLOSA DEL AUTOR
I
Dama, habéis ahora dado
en burlar de mis pasiones
y doblar más mi cuidado
con me tener atajado
5 atajando mis razones.
Comenzándoos yo a decir:
«Véome tan sin remedio... »,
comenzastes a reír
339
EUGENIO DE SALAZAR
y riéndoos, repetir:
10 « Véame tan sin remedio».
II
Y repetir los gemidos
de un encendido amador
con donaires conocidos
son términos entendidos
15 de dama libre de amor.
Que a no ser libre y exento
vuestro pecho de amor tal
para os dar a vos contento
pondríades más aliento
20 que para curar mi mal.
139v III
Pero viéneos por natura
libre ser y vencedora
y no fue don de ventura,
sino que a vuestra hermosura
25 le es debido el ser señora.
Y así la dulce cadena
vuestra es tan medicinal
que con su pena despena
y es ella para mi pena
30 la cura más principal.
IIII
Porque pues no hay merecer
dama que al vuestro merezca
sin razón es pretender
que acabe mi padecer
35 ni mi fe y amor fenezca.
Y así la mayor razón
es amaros sin remedio,
que en tan suave pasión
340
SILVA DE POESÍA
errada resolución
40
es tomar el fin por medio.
123
I
Entre mil notables cosas
que de vos tengo notadas,
luz de damas virtuosas,
noté las muy provechosas
5 reglas de buenas casadas.
Y si vuestro favor dais
al que os ama y vos amáis,
atreveréme a escribillas
y cantando referillas
10 según que vos las obráis.
II
Dadme ya, pues, vuestra ayuda,
dulce alivio de mis penas,
despertad mi musa ruda,
desatad mi lengua muda
15 en reglas que son tan buenas.
Y pues hizo el alto Dios
tal merced a mí y a vos
que las sepáis tan de coro
y guardéis más que tesoro
20 cantemos ambos a dos.
341
EUGENIO DE SALAZAR
140v III
Ame y tema a Dios del cielo 1 • regla: Ame y tema a Dios
1a casa
cualquiera buena casada ª·
d
porque de Él viene el consuelo
y quien no le ama en el suelo
25 no terná en el cielo nada.
Que debajo de este amor
se encierra todo el valor
de virtud y honestidad
y de limpia castidad
30 que es de casadas honor.
IIII
Ame y tema a su marido 2• regla: Ame y tema a su marid
O,
la casada que a Dios ama,
que si el varón no es querido,
mal se juntará en un nido
35 con hembra que le desama.
Y si del temor se exenta
y en ser libre se contenta,
yo la juzgo por perdida,
que a cabeza no temida
40 mal darán los miembros cuenta.
V
En mucho siempre le tenga, Buenos efectos que nacen
pues lo pide la razón. de amar y temer y estimar la
casada a su marido en esta
La fortuna vaya o venga, copla y las dos siguientes.
siempre la mujer sostenga
45 del marido la opinión.
Que del temerle y amarle
y en grande precio estimarle
resulta el obedecerle
y en lo justo complacerle
50 y en lo honesto contentarle.
342
SILVA DE POESÍA
VI
J41f
Nace que él de todos sea
tenido en honor y prez
y que ella siempre desea
no hacerle cosa fea
55 que manche su limpia tez.
Que procurará quitalle
de peligro y no hablalle
cosa que le dé desgusto;
y si le viere sin gusto,
60 con blandura consolalle.
VII
Que la paz le será amable
con él a cualquiera hora
y la obediencia agradable
y terná por muy loable
65 ser su sierva y su señora.
No mostrará descontento
con necesidades ciento
y si dalle no pudiere
él lo que ella le pidiere,
70 terná un justo sufrimiento.
VIII
En su alma imprima el sello 3• regla: Que sea casta y
da casada honesta y casta honesta en público y en
secreto, en hechos y en dichos.
y en lo secreto ha de sello
y en público parecello,
75 que uno sin otro no basta.
Ni aun el honesto derecho
se cumple con solo el hecho,
que,, si en las palabras mengua
honestidad por la lengua,
80 se juzga no casto el pecho.
343
EUGENIO DE SALAZAR
141v IX
Y solo por se abstener Que no se puede llainar
de otro varón no se nombre honesta la mujer que so):ta 111
tiene <1ue hacer c;:on otro . eritc
honesta, pues puede ser tto
su ma:rido, si le faltan la: sino cu�
esto por más no poder ec a1·an en 1 as coplas 8.Pattes
se dl
• e¡_��
.igu1e¡¡
85 o por gran miedo de su hombre. tc.1.
Otras prendas necesarias
y en su servicio ordinarias
trae la honestidad consigo,
que a las que les faltan digo
90 que no son sus tributarias.
X
Los ojos mucho refrene Pónen�e las partes de
la
honest1�ad en esta cop
porque el mirar da osadía l�
y las qumce siguiente
para lo que no conviene s.
y si en el mirar se abstiene,
95 cesar terná cobardía.
Que los ojos son las puertas
por donde entran encubiertas
las saetas y prisiones;
a los castos corazones,
100 conviene no estén abiertas.
XI
Viva la casada buena Que se recate.
recatada y muy cuidosa
para huir la cadena
del ciego Amor, que da pena
105 a las tales vergonzosa.
Que el cuidoso recatarse
es medio para librarse
de cualquier peligro feo
y es cierto el mejor arreo
110 de que ella puede arrearse.
344
SILVA DE POESÍA
XII
J42r
La vergüenza no le falte Que sea vergonzosa.
porque si aquesta le falta,
no hay rosicler que la esmalte,
pues falta el precioso esmalte
I15 con que honestidad se esmalta.
Y a la mujer falta de esto
ni en el pecho ni en el gesto
honestidad le respira
y cuanto en ella se mira
120 se juzga por deshonesto.
XIII
No sea amiga de ventana Que no sea ventanera.
que se entra el aire por ella
de cualquier gente mundana
y a la flaca fuerza humana
125 es en peligro ponella.
La casada se ennoblece,
hermosea y esclarece
en una honesta clausura;
y si ser vista procura,
130 se afea y escurece.
XIIII
No salga a menudo fuera, Que no sea callejera.
que la autoridad se pierde
andando de esta manera
porque a la que es callejera
135 cualquier gozque ladra y muerde.
Y andando fuera de casa,
sus humores desencasa
y los que de honesto entienden
su soltura reprehenden
140 por donde quiera que pasa.
345
EUGENIO DE SALAZAR
142v XV
Los oídos no los abra Que no escuche palabras de a
· finJ· lllor
a palabras de livianos nad"1e le d"1ga, smo a que no I es que
as e
ºY .
que una dañada palabra
al corazón descalabra
145 y en él cría mil gusanos.
Y si algún descomedido
hablare como atrevido,
hágase que no oye nada
porque ella quede vengada
150 y el necio quede corrido.
XVI
Cuando habla un mal mirado Que no responda al hombre
el callar es lo mejor, que le hablare alguna palabra
atrevida o deshonesta, ni le riña
no llamarle malcriado, que mejor es callar.
necio ni desvergonzado,
155 que lo terná por favor.
Las casadas no se apliquen
a actos que las publiquen
por mujeres deshonestas:
quieren las que dan respuestas
160 que los hombres las repliquen.
XVII
Huya de ser melindrosa Que no sea melindrosa.
la que quiere parecer
de su honestidad celosa
porque es deshonesta cosa
165 el melindre en la mujer.
Es señal de liviandad
y de poca enteridad
en los preceptos que alego
de la santa honestidad
170 y muestra de mal sosiego.
346
SILVA DE POESÍA
XVIII
14 3 (
Hable con peso y medida Que hable poco y concertado y a tiempo.
la mujer a donde quiera
y si quiere ser tenida
por honesta y entendida,
175 aborrezca el ser parlera.
Porque si de lengua es suelta,
juzgarla han por desenvuelta
y con la desenvoltura,
y más donde hay hermosura,
180 honestidad no anda envuelta.
XIX
En el comer y en el vino Que se temple en el comer y beber.
mucho importa la templanza
porque si en esto no hay tino
la carne por mal camino
185 a mil vicios se abalanza.
Y la templanza es la rienda
que la guía bien y enmienda
y quebranta sus furores
y sin esta en las mejores
190 no hay una que se defienda.
XX
Si los trajes excesivos Que no sea amiga de trajes excesivos.
las casadas moderasen
los pensamientos altivos,
presunción y bríos vivos
195 yo fío que los templasen.
Mas es penosa zozobra
que quieran lo que les sobra
y las hace desear
lo que no se ha de alcanzar
200 con buen medio ni buena obra.
347
EUGENIO DE SALAZAR
143v XXI
Nunca esté ociosa en su casa Q uenoew
la que quiere ser honesta; e oc·lllsa_
del tiempo sea muy escasa
que si en ocio se le pasa,
205 perdelle muy mucho cuesta.
Que los ociosos momentos
acarrean pensamientos
y aun obras de daño llenas:
no se hacen cosas buenas
210 con ociosos instrumentos.
XXII
Que en ausencia del rn
Estando el marido ausente, aridll
es t'e recog1'da y no se pon
un recogimiento honesto, a
galas ni cure m ucho el g
un vestido continente: rostro, ni admita visitas ni
la gala no es conviniente conversaciones sospechosas.
215 ni se cure mucho el gesto.
Ni conversación se admita
a quien la callada grita
de las lenguas cortadoras
no perdone a todas horas,
220 que es mancha que no se quita.
XXIII
Estime su honor y fama, Que tema las murmuraciones
tema las murmuraciones de las malas lenguas y no
haga ni diga cosa que pueda
que, como fogosa llama, parecer mal, aunque la haga
abrasan la hoja y rama con buena intención.
225 de las castas intenciones.
Que aunque la intención florece,
si el hecho o dicho se ofrece
con un color sospechoso,
juzga el mundo malicioso
230 mal de lo que mal parece.
348
...
SILVA DE POESÍA
XXIII!
1 4 4(
En pensamientos dañados Que alance y espela los
malos pensamientos.
sus ratos no los emplee
que serían mal gastados.
Antes, con pies acerados,
235 los huelle y los acocee.
Porque cuando hace asiento
un dañado pensamiento
es la carcoma y polilla
que al corazón amancilla
240 y al alma saca de tiento.
XXV
Trate con castas mujeres, Que trate con mujeres honestas.
con honestas compañías,
de honestos placeres
porque no den desplaceres
245 a su honor sus demasías.
Que si a las ciegas se llega
luego la ternán por ciega
porque las viciosas son
tales que su contagión
250 más que la tiña se pega.
XXVI
A la soberbia aborrezca 4• regla: Que la casada
que a cualquiera desordena no sea soberbia,y si
viere al marido enojado,
y de humildad se guarnezca calle y no le responda.
porque con razón merezca
255 nombre de casada buena.
Cuando están más encendidos
en enojo los maridos
con faltar soberbia loca
y con un callar de boca,
260 se echan a los pies rendidos.
349
EUGENIO DE SALAZAR
144v XXVII
Hechos y dichos evite s• regla: Que no dé 0
cas·ó
con hechos ni dicho I n
que den causa de empecella que e1 mane Par�
. 1 o algulla
y cualquier ocasión quite Ve7.
ponga las manos en ella
con que a su marido incite porque por ali{ se irá s·
ienipr�.
265 a poner manos en ella.
Que si ella se desenfrena,
él hará la mala estrena,
acabada la paciencia,
y tomará más licencia
270 para darla afrenta y pena.
XXVIII
De loar es si hiciese 6• regla: Que haga lo q_ue su
lo que el marido mandase marido"la mandare aunque
algunas veces vea que va fuera de
aunque mal le pareciese razón, con que el mandato no sea
con que el mandar no excediese conlra la honra de él ni de ella.
275 tanto que se deshonrase.
Que si la mujer no hace
lo que al marido le place,
huye de ellos la concordia
y entra cizaña y discordia
280 que los destruye y deshace.
XXIX
La que muy celosa fuere 7ª regla: Que no sea muy celosa.
pida celos con modestia
al marido que bien quiere
que si de pie y mano hiere,
285 heriránla como a bestia.
Y si es celosa importuna,
el marido se importuna
y aun a veces se amohína
y a otras ciento se inclina
290 quien no amaba sino a una.
350
SILVA DE POESÍA
XXX
J45r
Su vestido y su tocado 8• regla: Que de ordinario
se vista y toque honrosa y
de ordinario con aseo, honestamente y no con vestido
no vista traje apocado apocado ni siempre de arreo.
sino honroso y moderado,
295 no cada día de arreo.
Que cualquier mujer honrada
con honestidad tocada
y honestamente vestida
es de todos más tenida
300 y al marido más agrada.
XXXI
Sea la mujer guardosa 9• regla: Que sea guardosa.
de lo que el marido gana,
que es cosa muy provechosa.
No gastadora pomposa
305 ni desperdiciada vana.
Que aunque más haya adquirido
el solicito marido,
se va todo si ella es tal
y a la mujer no está mal
310 tener el puño encogido.
XXXII
Pero no tanta estrecheza 10 regla: Que no sea mísera ni
que en las cosas del honor apretada en las cosas de la honra.
no haya aquella largueza.
que conviene a la nobleza
315 del marido y su valor.
Porque la mujer que es corta
en las cosas que le importa
al marido derramarse
ocasión da para odiarse
320 y con pena se soporta.
351
EUGENIO DE SALAZAR
145v XXXIII
Y si huéspedes trajere 11 regla: Que si el ti.)
· ar1d
a casa el marido un día, a casa algunos huésped o lraJ01
1:
reciba y trate bien y al es los
mostrará que bien le quiere egrelllc�tc.
si ella los recibiere
325 con blando amor y alegría.
Porque es grande enteridad
no haber contrariedad
entre ellos ni variedades
y que sus dos voluntades
330 sean una voluntad.
XXXIII!
La cordura y discreción 12 regla: Que sea cuerda
en la casada es gran prenda y prudente para gobern
ar
su casa y familia.
para la gobernación
porque ande todo en razón
335 y uno con otro se entienda.
Si con su familia y gente
la casada no es prudente
y le falta un buen gobierno,
duro se hará lo tierno
340 y nada le es obediente.
XXXV
A los hijos, mucho amallos 13 regla: Que ame, recoja,
ocupe y castigue a los hijos.
con amor puro y constante;
recogellos y ocupallos
y a sus tiempos castigallos,
345 que es cosa muy importante.
Que hijos no castigados
salen mal encaminados
y cuando han de ganar honra,
dan a sus padres deshonra
350 y ellos quedan aviltados.
352
SILVA DE POESÍA
XXXVI
146(
Liberal desenvoltura 14 regla: Que sea liberal y
la mujer por casa tenga. desenvuelta por su casa y no
sea menester que de las puertas
Mire y mande con cordura adentro el marido provea nada.
y con presteza y soltura
355 do conviene vaya y venga.
Por injuria ha de tener
cualquier honrada mujer
que de las puertas adentro
su marido haga encuentro
360 ni tenga que proveer.
XXXVII
Desde el tejado al cimiento: 15 regla: Que haga que esté
toda la casa y rincones de ella
la casa esté jaspeando
limpios y aseados, no solamente
y no solo su aposento su estrado y aposento.
y el estrado de su asiento
365 esté limpio y relumbrando.
Porque aunque la mujer sea
limpia y en ella se vea
limpieza resplandeciendo
cuando no se está riendo
370 su casa, no hay quien lo crea.
XXXVIII
A los vecinos afable 16 regla: Que sea
afable con los vecinos.
sea y con frente serena
siempre se muestre amigable,
nunca de nadie mal hable,
375 que es gran bien la lengua buena.
Que la que a sí se sublima
y a los próximos no estima,
quien la desprecie no falta
y mil lenguas hallan falta
380 en quien con una lastima.
353
EUGENIO DE SALAZAR
146v XXXIX
Y aunque más buena se sienta 17 regla:
d Que , por seni·
•• i
casa a a s1 mesma mu rse 1
la casada y le parezca yb a
honesta y casta no seq uel'Ja y
que se toma estrecha cuenta ensob
ni menosprecie a las cr
ue no b..,-
y cualquier virtud sustenta 10s-..:
o11.�
de ello no se ensoberbezca.
385 Ni a quien sale de compás
tenga en menos por su más,
que permite Dios por esto
la soberbia caya presto
390 y caída quede atrás.
124
CANCIÓN CASTELLANA
AJENA GLOSADA
125
GLOSA DEL AUTOR
354
SILVA DE POESÍA
355
EUGENIO DE SALAZAR
126
148r CANCIÓN CASTELLANA
356
SILVA DE POESÍA
25 Tú pierdes un amador
en amarte tan despierto
que cuando le veas muerto,
culparás tu desamor.
Tienes tantos de vasallos
30 que no puedes escribillos
sin seso para regillos,
sin ojos para mirallos.
Y así tengo por peor
ser tuyo que no ser ya;
35 pues mi corazón saldrá
del trance de tu rigor.
Nunca te hallé piadoso
ni te conocí constante.
¡Ay del miserable amante
40 que en ti espera algún reposo!
¡Ay del que espera favor
en ti, que no sabes dalle
y un dulce, que por gustalle,
se traga tanto amargor!
149r 45 Pierdo en perderte yo, triste,
la vista de una hermosura,
que mi gloria y mi ventura
solo en la mirar consiste.
Mas si con este sabor
50 me consumo sin remedio
más vale tomar por medio
morir presto con valor.
127
ROMANCE
357
EUGENIO DE SALAZAR
358
SILVA DE POESÍA
359
EUGENIO DE SALAZAR
128
151r EPÍSTOLA A SU CATALINA
El insufrible tormento
y el incesable penar
no me dejan ya callar
el fuerte dolor que siento.
360
SILVA DE POESÍA
5 Y conviene la pasión
que tanto en el alma toca
prorrumpa antes por la boca
que reviente el corazón.
Y ayude también la pluma
10 con sus llorosos borrones
a su Marte las pasiones
que no pueden tener suma.
Que aunque hablando y escribiendo
temo que te doy desgusto
15 mira, señora, que es justo
se queje el que está muriendo.
Y si tú no das licencia,
dámela mi fuerte mal
que si esta es culpa mortal
20 yo haré la penitencia.
Y aunque por tú no querello
yo carezca de desculpa,
a ti te echarán la culpa,
pues eres la causa de ello.
151v 25 Y si atrevido me llamas
porque te muestro mi juego,
¿quién podrá vedar al fuego
que no descubra sus llamas?
Gran fuerza me hago a mí
30 por callar y padecer,
mas esto no puede ser
por ser la causa de ti.
Y pues en mis penas hay
tal fuerza para sentillas,
35 ¿quién ha de poder sufrillas
sin poder decir un ay?
361
EUGENIO DE SALAZAR
362
SILVA DE POESÍA
363
EUGENIO DE SALAZAR
364
SILVA DE POESÍA
365
EUGENIO DE SALAZAR
366
SILVA DE POESÍA
Y si al corazón también
1ssr
quieres matar, presto está,
que de ningún mal huirá
200 el que no espera algún bien
ni se duele de él alguién.
129
A SU AMADA ESPOSA Y SEÑORA
DOÑA CATALINA CARRILLO
LA PERPETUACIÓN DE MAYO
367
EUGENIO DE SALAZAR
368
SILVA DE POESÍA
369
--
EUGENIO DE SALAZAR
370
SILVA DE POESÍA
371
EUGENIO DE SALAZAR
372
SILVA DE POESÍA
373
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EUGENIO DE SALAZAR
374
SILVA DE POESÍA
375
EUGENIO DE SALAZAR
376
SILVA DE POESÍA
377
♦
EUGENIO DE SALAZAR
378
SILVA DE POESÍA
379
►
EUGENIO DE SALAZAR
380
-
SILVA DE POESÍA
J65r
A la mayor Armenia se endereza
do vio al Tigris y Eufrates que salían
475 del monte Tauro y con no igual presteza
por campos amenísimos corrían.
Vio al Sila, que sostuvo en su cabeza Sila, monte.
el arca de Noé, donde venían
ya las reliquias del extinto mundo
480 sobrellevadas por un mar profundo.
A Calcos, la mentada, el paso tira
do estuvo aquel dorado vellocino;
y la grande Meotis luego mira Meotis, laguna.
do el Tanais pone fin a su camino. Tanais, río.
485 Y en tierra de los getas ya respira,
que son los claros godos de quien vino
la soberana prole y alta silla
de los ínclitos reyes de Castilla.
Por la Sarmacia de Asia se entra luego
490 y por la gran Tartaria do habitaron
las fuertes Amazonas, que con fuego
de corazón mil gentes sujetaron.
Y dijo: No soy yo tan rudo y ciego
que la beldad que todos estimaron
495 la ponga en dama falta de una teta
do no puede hermosura haber perfeta.
165v La septentrional Scitia ve despierto
y Valga o Rha, aquel río caudaloso,
que es la valla que parte con pie cierto
500 al tártaro del scita valeroso.
Y hacia do el sol nace a paso abierto
381
EUGENIO DE SALAZAR
382
SILVA DE POESÍA
383
EUGENIO DE SALAZAR
384
SILVA DE POESÍA
385
EUGENIO DE SALAZAR
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EUGENIO DE SALAZAR
388
SILVA DE POESÍA
389
EUGENIO DE SALAZAR
390
SILVA DE POESÍA
391
EUGENIO DE SALAZAR
392
SILVA DE POESÍA
J73V
Pensaba Mayo si sería acaso
la Fénix una, la que allí miraba,
mas que desde el oriente hasta el ocaso
venido hubiese no se le asentaba.
900 Aunque considerando bien el caso,
pensó si la linda ave demostraba
haber dentro en la torre algún sujeto
en quien hacer pudiese el bello efeto.
Y así a la ilustre torre se abalanza
905 al salir del lucero luminoso,
lleno su corazón de confianza
que hallará un lucero más lumbroso,
y entró a una rica cuadra sin tardanza
buscando aquel tesoro codicioso.
910 La cuadra estaba bien aderezada
con muy ricos doseles adornada.
Allí un dorado lecho, aunque pequeño,
con cobertor de plata y fina seda,
Don donde una niña estaba en dulce sueño.
915 na Nadie la entrada al lindo Mayo veda.
Ca Cantaba el ave, que al divino dueño
393
EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
396
SILVA DE POESÍA
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SILVA DE POESÍA
399
►
EUGENIO DE SALAZAR
400
SILVA DE POESÍA
401
EUGENIO DE SALAZAR
402
SILVA DE POESÍA
403
1s1r SEGUNDA PARTE DE LA SILVA DE POESÍA
DONDE HAY OBRAS QUE EL AUTOR
COMPUSO A CONTEMPLACIÓN DE
DIVERSAS PERSONAS Y PARA DIVERSOS
FINES
►
130
SONETO
131
182r BUCÓLICA
ALBAR - BLANCA
.,
407
EUGENIO DE SALAZAR
408
SILVA DE POESÍA
1s3r
A su patrón marino de improviso
fue a dar la nueva dulce y deseada
de cómo le había hecho un paraíso
de agua de lindezas adornada.
45 Holgóse el gran Neptuno del aviso
y luego quiso entrar en la morada
temiendo si tardase en poseella
se le entraría Júpiter en ella.
Y así, viniendo aprisa y encubierto,
50 del ancho mar por la estrechura atina
cual cauto capitán que va cubierto
a tomar fuerza por secreta mina;
y ya llegando al deseado puerto,
salió con gracia y majestad divina
55 por la clara laguna dando lustre
al agua y campo y a aquel pueblo ilustre.
Hizo su entrada en una gran ballena
que las saladas ondas va hendiendo,
de resplandor y claro lustre llena,
60 del agua en su gran boca recogiendo,
y la ciudad y largos campos llena
de espadañadas de ella que esparciendo
iba amorosamente y rociando
los comarcanos pueblos admirando.
183v 65 Sobre la grande bestia, rica silla
de limpio nácar que del sol herido
en varios visos sale a maravilla,
cual lindo pecho del pavón lucido.
Sentado en ella, el rey, a quien se humilla
70 el mar soberbio, el que es obedecido
de los pejes más fieros y espantosos
y de los vientos bravos y furiosos.
Con grave aspecto y rostro muy sereno,
barba de plata que le cubre el pecho,
409
--
EUGENIO DE SALAZAR
410
SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
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417
r11
1
EUGENIO DE SALAZAR
418
7
SILVA DE POESÍA
419
EUGENIO DE SALAZAR
420
SILVA DE POESÍA
Si el caso variable
460 causó tan gran mudanza
como es notorio, amado Albar, contigo,
no fue conmigo estable.
También yo entré en la danza:
la tierra, el cielo, el mar es buen testigo.
465 Por valle y monte sigo
ganosa tus pisadas
y los secos rastrojos
son flores en mis ojos
si por tu senda van enderezadas,
470 que cuando amor atierra
llana se hace la fragosa sierra.
Las sierras castellanas
de mil contentos llenas
do mis ojos la luz primera vieron
475 y las prendas humanas
que tengo allá tan buenas
de mayorales que allí son y fueron
conmigo no tuvieron
poder que yo dejase
480 tu presencia en mis días;
ni aquellas dulces crías
(¡ay, quién de ellas acá no se acordase!)
que junto al Betis dejo
por tú quererlo, de lo cual me quejo.
192r 485 Ver los campos floridos,
los prados muy herbosos
y de ganado llenas las dehesas
y los verdes ejidos
de pastores graciosos
490 pidiendo a las pastoras sus empresas;
no son esas las presas
de mis ojos leales
que solo a ti ver quiero,
mi norte y mi lucero,
421
�
EUGENIO DE SALAZAR
422
SILVA DE POESÍA
423
1
...__
EUGENIO DE SALAZAR
132
A DON ÁLVARO MANRIQUE DE ZúÑIGA,
MARQUÉS DE VILLAMANRIQUE, V IRREY DE LA
NUEVA ESPAÑA
SONETO
133
194r [CABEZA DE CANCIÓN AJENA]
B. ¿ Qué haré, Mingo, que muero Hizo esta cabeza de canción el Il."'º
y Costanza huelga y calla? Duque de Sesa, nieto del Gran
Capitán, y glósase con intento
M. Que la olvides, compañero, moral de divértir a cualquiera del
y pues te deja, dejalla. amor y afición carnal de las mujeres.
424
SILVA DE POESÍA
134
GLOSA DEL AUTOR
¡
Pues como a libre y artero
me tomas por consejero,
1
toma un consejo de amigo:
Y es que te consejo y digo
30 que la olvides, compañero.
Igual te será salir
del cordojo y mal que mata
425
EUGENIO DE SALAZAR
y descansado vivir,
que no viviendo morir
35 por zagala tan ingrata.
Si a tu pena desechalla
y a Costanza lastimalla
quies y bien vengarte de ella,
has de no oílla ni vella
40 y pues te deja, dejalla.
Da a la muerte el amorío
que te consume y marchita.
Mira de Costanza el brío
y la frescura. Yo fío
45 que amor nunca la derrita.
Tu camino verdadero
es dejar el mal sendero
por do tan perdido vas,
si no siempre me dirás:
50 ¿Qué haré, Mingo, que muero?
195r B. ¡Oh, Mingo, y cómo se ve
que hablas de talanquera!
A tener mi amor y fe,
a mí hinco, muy bien sé
55 hablaras de otra manera;
que si la pena se encalla,
es muy mala de arrancalla;
y así he de sufrir mi mal
aunque veo que estoy tal,
60 y Costanza huelga y calla.
M. El que más hace más vale
y salir de este barranco,
¡oh Blas!, mira que te cale;
y quien lo procura sale
65 si se esfuerza a dar buen tranco.
B. Que lo quiero y lo requiero
porque en Costanza no espero,
-
426
SILVA DE POESÍA
195V
¿His que dé grande risada
de ti cualquier mozalbillo
viendo a Costanza peinada,
gorda, alegre y colorada
85 y a ti flaco y amarillo?
Si yo no so mal certero
ahotas Blas, compañero,
que aquesa tu buena amiga
nunca, como tú, me diga:
90 ¿ Qué haré, Mingo, que muero?
Por san, que verás, si sientes,
que es raposa y tiene roña.
Asmo que no tienes mientes
pues buscas con qué revientes
95 y no huyes tal pozoña.
Para tu tirria lanzalla,
tu fuerza y color cobralla,
dime Blas, ¿qué piensas her?,
que estás hoy peor que ayer
100 y Costanza huelga y calla.
B. Ni sé qué tengo de herme
ni tampoco por dó voy.
• 427
EUGENIO DE SALAZAR
135
[CABEZA DE CANCIÓN AJENA]
MINGO-BLAS
428
SILVA DE POESÍA
136
GLOSA DEL AUTO�
429
EUGENIO DE SALAZAR
430
SILVA DE POESÍA
•
431
EUGENIO DE SALAZAR
137
198v [CABEZA DE CANCIÓN AJENA]
138
GLOSA DEL AUTOR
432
SILVA DE POESÍA
'
metido en pensijo huerte,
torna en ti que estás mortal
y si quies guarido verte,
10 agasájate, Pascual.
Estas zagalas de ogaño
ya sé que quieren tristura
en el corazón extraño
porque del ajeno daño
15 no tienen dolor ni cura.
1 Con una gota de miel
1 te hinche el zaque de hiel
esa que te trae perdido
y si no quies beber de él,
20 no estés tan amodorrido.
199r ¿Esperas tu quemazón
el duro pecho carc<:>ma
de llorenta o tu pas�ón
ablande aquel corazón?
25 Mejor mal lobo le coma.
Si de hembras quies saber
lo que es rece de entender
a quien pagan con olvido
por ti y muchos podrás ver
30 que al que más se da al dolido.
Si aquesa tirria aballases
y al gasajo lugar dieses,
hes que cuando te mirases
en el agua do abrevases
35 de otro color te vieses,
y quizás que tu alegreza
desharié aquella dureza.
Huelga y ríe que no hay tal
que al que más al mal se aveza
40 más se le quellotra el mal.
433
......__
EUGENIO DE SALAZAR
139
199v A LA ÍNCLITA DAMA Y SERENÍSIMA
SEÑORA DOÑA ISABEL CLARA
EUGENIA, INFANTA DE ESPAÑA
CANCIÓN XIII
434
SILVA DE POESÍA
.. 435
......,,
EUGENIO DE SALAZAR
436
SILVA DE POESÍA
437
EUGENIO DE SALAZAR
438
-----
"'I
SILVA DE POESÍA
202v
Como del oro más subido y fino
y piedra que más sale y centellea
se forma el joyel rico, inestimable,
180 vuestra persona y ser tan peregrino,
así formado, fue de la alta idea
y padres de valor incomparable;
y porque más estable,
infanta en el mundo una,
185 vuestra buena fortuna
esté y fija la rueda variable,
tenéis un sol, hermano de vos, luna,
un príncipe tan alto
cuyo querer aúna
190 con el vuestro está unido en nada falto
ni os hará falta en voluntad ni en obra
el príncipe que a todo el mundo sobra.
Dichosa la lustrosa y clara España,
pues vuestros ojos claros y serenos
195 la miran y la huellan vuestras plantas.
Dichosa ella que os mira y no se engaña
y ve con ojos propios y no ajenos
en vuestro bel sujeto gracias tantas.
Dichosa sobre cuantas
200 provincias el sol sabe
pues en su dicha cabe
gozar la flor de todas las infantas
y vuestro ser tan asentado y grave.
Con esto se engrandezca,
439
EUGENIO DE SALAZAR
140
JEROGLÍFICA 23
[1] Pintó una águila caudal volando cerca del cielo y un sacre que en vuelo la iba
siguiendo por alcanzarla. [2] El águila era figura del católico rey Filipe Segundo
que, en sus obras, siempre llevó la intención levantada al cielo. [3] Y el sacre sig
nificaba al ínclito rey Filipe Tercero, dignísimo hijo y sucesor suyo que, en sus
acciones y costumbres, sigue y procura mucho imitar y alcanzar al magnánimo y
católico padre. [ 4] Y decía la letra de encima:
440
SILVA DE POESÍA
141
JEROGLÍFICA 24
[i]Pintó el mar de Lepanto donde fue famosa la batalla naval que venció el S. D.
Jua n de Austria, capitán general de la armada cristiana, por el invictísimo rey don
Fílipe Segundo. [2] Y en este mar pintó un peje espada con la espada que tiene
en el rostro muy sangrienta, que este peje significaba la armada cristiana y iba
siguiendo una ballena que denotaba la armada /204r/turquesca, que huía del peje
espada herida en muchas partes derramando tanta sangre que tenía teñido todo
el mar. [3] También se denota en esta jeroglífica el mar de este mundo y en el peje
espada al ánima del católico Filipe Segundo, que con la espada de la gracia y favor
de Dios, que la defendía y ayudaba, venció la ballena, que es el demonio. [ 4]. Y la
letra de encima decía:
Reverseque sunt aque et operuerunt currus et aequites cuncti exercitus Faraonis.
Exodí c. 14
142
JEROGLÍFICA 25
[1] Pintó una cigüeña que sacaba sus polluelos alderredor del nido y los enseñaba
a volar, a tender el cuello y las zancas, desplegar y batir las alas sustentándolos a
ratos sobre las suyas. [2] Que esta piadosa y amorosa cigüeña significaba al ca
tólico rey Filipe Segundo que, con grande amor y cuidado, enseñó y puso en el
camino del servicio de Dios /204v/ a su caro hijo y sucesor, el príncipe Filipe Ter-
441
EUGENIO DE SALAZAR
143
20sr A LA INGENIOSA POETA Y MUY RELIGIOSA OBSERVANTE
DOÑA LEONOR DE OVANDO, PROFESA EN EL
MONASTERIO DE REGINA DE LA ESPAÑOLA. EUGENIO DE
SALAZAR, SU MUY DEVOTO Y SERVIDOR, EN LA FIESTA
DE LA NATIVIDAD
SONETO
442
SILVA DE POESÍA
144
SONETO
443
♦
EUGENIO DE SALAZAR
145
206r DE LA MISMA SEÑORA AL MISMO, EN LA PASCUA
DE LOS REYES
SONETO
146
DEL MISMO A LA MISMA SEÑORA, EN RESPU ESTA
SONETO
444
SILVA DE POESÍA
147
SONETO
445
EUGENIO DE SALAZAR
148
DE LA MISMA SEÑORA AL MISMO, EN RESPU ESTA
SONETO
149
2D7r DEL MISMO A LA MISMA SEÑORA EN LA PASCUA
DEL ESPÍRITU SANTO
SONETO
446
SILVA DE POESÍA
150
DE LA MISMA SEÑORA AL MISMO EN RESPUESTA
SONETO
447
>
EUGENIO DE SALAZAR
151
207v DEL MISMO A LA MISMA SEÑORA EN DÍA DE SAN
JUAN BAUTISTA
SONETO
152
DE LA MISMA SEÑORA AL MISMO, EN RESPUESTA
SONETO
448
SILVA DE POESÍA
153
SEXTINA
2osr
De la cautiva madre el triste pecho, Del mismo a la misma
¿cuál quedará?, ¿con cuán ansiosa pena señora consolándola en la
partida de tres hermanos.
viendo entregar el entrañable hijo
al cruel comprador que muda tierra?
5 Do ya no espera, ¿verán más sus ojos
su dulce parto, su querida prenda?
Pues vos ahora que una dulce prenda,
y muchas prendas dulces que en el pecho
tenéis, señora ilustre, a vuestros ojos
10 huyen dejándoos en penosa pena,
¿qué sentiréis tan sola en sola tierra?
Dolor de madre que ha perdido el hijo.
Hermanos caros más que caro hijo
dejan la cara hermana, cara prenda,
15 dejan la dulce patria, antigua tierra,
al inconstante mar echan el pecho.
No salen libres, no, de triste pena:
buen testimonio dan su tiernos ojos.
Mas todos llevan ya puestos los ojos
20 en sus intentos y el Eterno Hijo
sea servido mitigar la pena
que de ellos todos os quedó por prenda.
Él dará alivio a vuestro ansioso pecho
con darles buen suceso en cualquier tierra.
449
�
EUGENIO DE SALAZAR
154
VERSOS SUELTOS
450
SILVA DE POESÍA
155
209v SONETO
451
EUGENIO DE SALAZAR
156
SONETO
452
SILVA DE POESÍA
157
CANTO
De España a La Española
enderezó ventura
de mi navío la dudosa proa
y aquesta suerte sola
5 me puso en un altura
digna de un otro ser de mayor loa,
pues hallo en este asiento
lo que da al alma y ojos gran contento.
La religión cristiana
10 muy viva y encendida
veo que está alumbrando en este puesto
y la virtud con gana
de andar desencogida
en todo lo que es justo y es honesto,
15 ¡oh venturoso suelo
por donde corre del licor del cielo!
Con gran contento miro
aquí los corazones
de lealtad y de nobleza llenos
20 y en ellos me remiro,
que tienen perfecciones
de que otros muchos he ya visto ajenos:
un brío caluroso,
valor, largueza, aliento generoso.
210v 25 Una bondad sencilla
y condición piadosa
con blanda gracia y con amor constante
cual la noble Castilla,
453
b
EUGENIO DE SALAZAR
afable y generosa,
30 · suele prestar con voluntad pujante,
un grave continente
y no enfadoso a la discreta gente.
De mil ingenios raros
se gozan los efetos
35 en La Española bien afortunada;
de mil juicios claros
las obras y concetos
que la harán amable y deseada
del uno al otro norte,
40 en simple aldea y en curiosa corte.
Libetra e Hipocrene
corren y se levantan
Pimpla, Citerón, Helicón, Parnaso
aquí, y Apolo tiene
45 vasallas que adelantan
el honor suyo en este extraño paso
y entre ellas hay alguna
que no hay su igual debajo de la luna.
211r Uranias hay no pocas
50 que del cielo cantando
a las fieras ponen mansedumbre;
Euterpes que a las rocas
fijas atraen volando;
Eratos que se suben a la cumbre;
55 y algunas Calíopes
que dudo que otras en el mundo topes.
Miro con alegría
beldad y gentileza
en las vistosas damas y galanes,
60 lozana gallardía,
llaneza con grandeza
y graciosos semblantes y ademanes
454
SILVA DE POESÍA
158
211v SONETO
455
EUGENIO DE SALAZAR
159
212r HABÍA EN LA ISLA ESPAÑOLA UN HOMBRE LLAMADO CAS-
TAÑO QUE ECHABA JUICIOS Y RESP ONDÍA A MUCHOS SOB RE
SUCESOS FUTUROS. ESTE QUISO PASAR A LA ISLA DE CUBA EN
UN NAVÍO CARGADO DE MERCADERÍAS SUYAS Y EN EL VIAJE
ENCONTRÓ UN COSARIO FRANCÉS QUE LE TOMÓ A ÉL Y AL
NAVÍO Y LO QUE LLEVABA. ESTE CASO DEL ASTRÓLOGO DIO
CAUSA AL SIGUIENTE
SONETO
160
212v SONETO
456
SILVA DE POESÍA
161
SONETO
162
2l3r EPIGRAMMA Versos traducidos del
griego en latín por Angelo
Policiano y ahora del latín
en nuestro vulgar en el
Quum mea me genitrix gravida gestaret in alvo, soneto siguiente.
quid pareret fertur consuluisse deos.
Mas est, Phaebus ait; Mars, foemina; Iunoque, neutrum.
457
♦
EUGENIO DE SALAZAR
163
SONETO
164
213v SONETO
458
l
SILVA DE POESÍA
5
Vives gozosa en celestial morada
gozando el dulce fruto que sembraste.
¡Bien haya el bien que acá también obraste
pues hoy por ello estás glorificada!
A tus hermanas dulces tanto fuiste
10 en este mundo piadoso hermano
que desterró tu ausencia su consuelo,
pero pues te sacó divina mano
a vida alegre de esta vida triste,
cese su pena y llanto y desconsuelo.
165
OTRO
459
►
EUGENIO DE SALAZAR
166
214r SONETO
167
SONETO
460
SILVA DE POESÍA
168
SONETO
169
SONETO
461
►
'f.
EUGENIO DE SALAZAR
170
215r SONETO
171
SONETO
462
SILVA DE POESÍA
172
21sv AL LIBRO DE LAS OBRAS, LLENAS DE DOCTRINA,
ERUDICIÓN Y GALA, DEL ILUSTRE POETA, DON
PEDRO DE LIÉBANA, DEÁN DE GUATEMALA
SONETO
463
►
EUGENIO DE SALAZAR
173
216r A DON PEDRO DE LAS ROELAS, GENERAL DE LA
ARMADA DE LA NUEVA ESPAÑA, QUERIÉNDOSE
EMBARCAR
SONETO
174
216v A LA MUERTE DE DOÑA MADALENA DE
VARGAS, NATURAL DE MADRID, QUE MURIÓ EN
GUATEMALA
SEXTINA
464
SILVA DE POESÍA
465
EUGENIO DE SALAZAR
175
217v AL SEPULCRO DE LA MISMA SEÑORA DOÑA
MADALENA. EPITAFIO
En aquesta sepultura
mora un cuerpo en quien moró
la discreción y cordura,
gran virtud y bondad pura,
s a quien nunca contrastó
su gracia y gran hermosura.
Fue la ilustre Madalena
que vivió vida tan buena
y murió tan buena muerte
10 que quebrantó la cadena
del alma y con mejor suerte
trocó por gloria la pena.
176
218r LA VICTORIA DEL CATÓLICO REY DON FILIPE
SEGUNDO EN LA CONQUISTA DE PORTOGAL
CELEBRÓ CON SOLEMNE PROCESIÓN Y OFICIOS LA
IGLESIA DE GUATEMALA DANDO GRACIAS A DIOS
EL DÍA DE LAS ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR Y
PARA CANTAR EN LA PROCESIÓN Y FIESTA HIZO EL
AUTOR LAS DOS CANCIONES SIGUIENTES
CANCIÓN
I
s Convino que padeciese
Dios, y así entrase en su gloria
466
SILVA DE POESÍA
zJBV II
Venciendo el gran Dios y hombre
su adversario poderoso,
15 subió triunfante y glorioso
con gloria de inmortal nombre.
Y así dio nombre inmortal
a Filipe, rey de España,
pues con victoria tamaña
20 le ha metido en Portogal.
III
IIII
¡Oh felice eterno estado
30 que tal Señor te aprehende
cuyo ser no comprehende
todo lo por el criado!
¡Oh dichosa dicha tal!
¡Cual Dios quiso concederte,
35 que viniese a poseerte
tan buen rey, oh Portogal!
467
EUGENIO DE SALAZAR
177
219r CANCIÓN BALLATA X
I
Tenía su corona conquistada
s el redentor por guerra
y quiso que por guerra acrecentada
fuese en el mar y tierra
la del alto Filipe do se encierra
el sol y do aparece
10 que para su servicio le engrandece.
II
No quiso dar la Majestad divina
corona cuantiosa
a la cabeza que no fuera dina
de joya tan preciosa,
15 mas diola a aquella majestad famosa
que tanto le obedece
de donde en todo el orbe resplandece.
III
Católico Filipe, tal potencia
te dio el dador divino
219v 20 que ya están implorando tu clemencia
y haciéndote camino
el turco y el sofí, el tártaro y chino
y la fe por ti crece
que así lo quiere Dios, que te enriquece.
-
468
SILVA DE POESÍA
IIII
178
A LA TRADUCCIÓN DE LOS LIBROS DE RE MILITAR!
HECHA POR EL SECRETARIO DIEGO GRACIÁN
DEL GRIEGO Y LATÍN Y FRANCÉS EN LENGUA
CASTELLANA
CANTO
469
EUGENIO DE SALAZAR
470
-
SILVA DE POESÍA
471
♦
•
EUGENIO DE SALAZAR
De la Belona cruda
y del fiero Marte, poco a poco,
se fue templando aquel furor tan loco
y desorden tan ruda
90 que no sabía hacer daño poco.
Y los ingenios tanto
se avivaron en suertes de la guerra
que el campo que se aloja en poca tierra
a veces causa espanto
95 al que en tendido suelo aún no se encierra.
221v El ingenioso griego
Onosandro y el galo Langeay
de guerra muestran los preceptos que hay
en elocuente pliego
100 por atajar la causa de tanto ay.
El general cuál sea,
cómo han de levantarse los soldados,
cómo serán regidos y ordenados,
y cómo en la pelea
105 han de ser repartidos y animados;
y cómo han de esparcirse
a tiempos y a sus tiempos recogerse,
cuándo el ligarse y el desenvolverse,
el cerrarse y abrirse
uo convenga, el ofender y el defenderse;
cómo habrá bastimento,
cómo se aloje bien la infantería,
cómo esté fuerte la caballería,
al sol, al agua, al viento,
115 y dó se plante bien la artillería;
en campo y en poblado,
cómo se haga la despierta vela
y el reconocimiento, que la escuela
472
---
SILVA DE POESÍA
.,
473
11?
EUGENIO DE SALAZAR
474
-
SILVA DE POESÍA
al defensor de Troya,
223r que dejó el mundo de su fama lleno,
y a los dos griegos, cuyo grande trueno
hizo que hasta hoy se oya
190 la musa heroica del poeta bueno;
y cuanto de las guerras
pudo alcanzar el Alejandro altivo
y el Africano Escipión, que hoy vivo
anda por todas tierras,
195 y el gran cartaginés a Roma esquivo;
César y su contrario,
que con ventura tuvo triste trato
cuando pensó que el mundo en poco rato
fuera su tributario;
200 el prudente Sertorio y Viriato;
cuanto el fuerte Bernardo
y el valeroso Conde de Castilla
y el bravo Cid, que fue gran maravilla,
su espada, lanza y dardo
205 y le dio entre famosos la alta silla;
y cuantos capitanes
de nuestros tiempos contra los paganos
saber mostraron y contra campanos,
franceses y alemanes
210 su furia ejecutanto con sus manos.
Lector, pues si deseas
hacerte sabio en el militar uso
que a tantos mal compuestos bien compuso,
no sé dónde lo veas
215 más vivo y elegante y no difuso
223v que en la pintura bella
que nos pintó Gracián con gracia tanta
que tanto a otras pinturas se adelanta
cuanto a cualquiera estrella
220 la clara aurora cuando se levanta.
475
EUGENIO DE SALAZAR
179
A LOS DIÁLOGOS MILI.TARES DEL LICENCIADO
DIEGO GARCÍA DE PALACIO, DEL CONSEJO DE SU
MAJESTAD Y SU OIDOR EN LA REAL AU DIENCIA DE
G UATEMALA
CANTO
476
-
SILVA DE POESÍA
Sea el que (2) puso el riepto y desafió 2- Don Diego Ordóñez de Lara.
2 24v
a todo el noble pueblo zamorano;
35 o el Yáñez Minaya (3) cuyo brío 3- Don Alvar Yáñez Minaya.
sacó a su rey de la enemiga mano;
Ordoño, el buen sobrino del buen (4) tío; 4- Cid.
Machuca (5), aquel de gaje no liviano; 5- Diego Pérez de
o aquel Diego García (6) el Denodado; Vargas Machuca.
477
r-
EUGENIO DE SALAZAR
478
SILVA DE POESÍA
479
b
EUGENIO DE SALAZAR
480
SILVA DE POESÍA
481
ap
EUGENIO DE SALAZAR
482
SILVA DE POESÍA
229r
Y así la pluma no ha hecho embarazo
250 al natural del vivo autor en nada,
que tiene un pecho fuerte y diestro brazo
herencia de mayores heredada.
Palacios y Arces que le dan su abrazo
y han procreado gente señalada,
255 finos soldados, sabios capitanes
contra turcos, franceses y alemanes.
Si le alcanzara el noble rey Pelayo,
primer recobrador de las Españas,
y si le conociera el claro rayo
260 que vio de la milicia las entrañas,
el Quinto Carlos que' el copioso mayo
no llevó flores cuantas él hazañas,
¡oh, qué de abrazos dieran y favores
al que de guerra enseña los primores!
265 Al que los da a entender como él lo entiende
con gran facilidad y rico estilo
tal que cualquier ingenio le aprehende
aunque no tenga muy agudo el filo.
Suene Palacio en cuanto parte y hiende
270 el largo Océano y Sur, la Tana y Nilo.
Jáctate España de este gran tesoro
merecedor de rica estampa de oro.
483
EUGENIO DE SALAZAR
180
229v EN LOOR DE LOS FAMOSOS CABALLEROS DE
LA RELIGIÓN Y CAPITANES Y SOLDADOS QUE
MURIERON PELEANDO CONTRA LOS TURCOS
DEFENDIENDO LA FE DE JESUCRISTO EN EL
FUERTE DE MALTA LLAMADO SAN TELMO EL AÑO
DE 1565
ESTANZAS
484
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181
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239r
Que vaya calle abajo o calle arriba,
encuentro cien mil pares de extranjeros
que en su particular cada uno estriba.
Principio y medio y fin suyo es dineros
380 y a la fértil España en desfrutalla
ir a los naturales delanteros.
Así, vencida la cruel batalla)
los cobardes soldados entrar suelen
a coger el despojo que se halla,
385 cuando a los otros las heridas duelen
que en conquistallo tiene recebidas
y ellos no tienen ya de quien recelen.
Veo cabezas no muy entendidas
en la milicia, ni aun ejercitadas,
390 que desde acá dan fáciles salidas,
murmuran de personas señaladas
que allá la guerra hacen y reciben
y culpan sus salidas, sus entradas;
499
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244V
A lo que. oliere, huela y no repare
ninguno en eso, que es forzada cosa
675 el canto repetir y aun si bastare.
Enfádame la dama melindrosa
que huye de un ratón y estando a escuras
es más que cien Roldanes animosa.
Como la negra las enjaguaduras
680 del jarro oliendo, cuando están delante
sus amos, hace gestos y figuras,
con el olor del vino penetrante
finge mil ascos y revolvimientos
de estómago y gran pena en el semblante,
685 detrás tiene gaznates tan sedientos
que agota las tinajas y lagares
y aun maja para el zumo los sarmientos.
Algunas hallarás, si las buscares,
que compran a dinero los amores
690 teniendo blancos ya los aladares;
como quien compra para las labores
de su heredad esclavo que allí emplee,
allí are y cabe y eche sus sudores.
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EUGENIO DE SALAZAR
510
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511
EUGENIO DE SALAZAR
512
SILVA DE POESÍA
182
SONETO
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p
Silva de poesía,
fol. 246v. Biblioteca de la RAH de
Madrid (signatura 9/5477)
513
EUGENIO DE SALAZAR
183
A DON LUIS HURTADO DE MENDOZA, MARQUÉS
DE MONDEJAR, SEÑOR DE LA PROVINCIA DE
ALMOGUERA, DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y
GUERRA DE SU MAJESTAD, EUGENIO DE SALAZAR
Salud:
Temiendo quedo no hayas sospechado,
Epístola,
excelente Marqués, por mi tardanza
que estoy de tus mandatos olvidado
247r y que esta cause en ti desconfianza
5 de aquella voluntad que en mí entendiste
para el servicio tuyo sin mudanza.
Aunque si a las mercedes advertiste
de que con larga mano me cargaste
cuando de mi persona te serviste,
10 y aquella humanidad con que trataste
a aqueste tu criado y los favores
de que, por tu nobleza, me arreaste
dejaran de penarme los temores
que represento, pues verás por esto
15 que debo dar pregón de tus loores;
y que no solamente debo aquesto,
mas debo y deberé de aquí a que muera
meter en tu servicio todo el resto;
y que, en quien tanto debe, culpa fuera
20 de ti olvidarse ni de tu mandato,
y culpa que desculpa no tuviera.
Y que pues cupo tu amoroso trato
en mí y con él hacerme mil mercedes,
cabrá el no ser a mi señor ingrato;
25 y aquesto visto, que también ver puedes,
verás que mi tardanza no fue olvido,
pues ya mi obligación me echó en tus redes.
514
SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
516
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EUGENIO DE SALAZAR
518
SILVA DE POESÍA
519
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EUGENIO DE SALAZAR
520
SILVA DE POESÍA
184
A LA MUERTE DEL MEMORABLE SEÑOR JUAN DE
FIGUEROA, PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPREMO
DEL REY DON FILIPE SEGUNDO
ELEGÍA
521
.,
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522
SILVA DE POESÍA
523
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524
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.,
525
........
EUGENIO DE SALAZAR
526
SILVA DE POESÍA
527
♦
EUGENIO DE SALAZAR
185
2ssv ESTANDO EL SERENÍSIMO DON CARLOS, P RÍNCIPE
DE ESPAÑA, OLEADO Y DESAHUCIADO DE LOS
MÉDICOS DE UNA HERIDA QUE SE HIZO EN
L A CABEZA CAYENDO, SIENDO DE EDAD DE
DIECISIETE AÑOS
CANCIÓN XI
-
528
SILVA DE POESÍA
529
EUGENIO DE SALAZAR
530
SILVA DE POESÍA
75
tienes determinado, larga sea
la hebra, que se vea
por siglos dilatada!
Mira que es gran dolor tan presto muera
y cosa tan preciada
80 no dure más que rosa en primavera.
Del Tajo al indio Hidaspe y mar Bermejo,
a las caspias riveras
y dondequier que el sol suba y descienda,
darían dolor las nuevas lastimeras
85 de nuestro claro espejo,
y dar harían al llanto larga rienda.
Y más donde se entienda
de su valor y orgullo alguna parte
y de su corazón el vivo fuego,
90 digno de eterno pliego,
que demostraba ser de un nuevo Marte,
a quien con fuerza y arte
de su milicia fuerte
sus hados prometieron grandes glorias.
95 ¡Deja ganar, oh muerte,
trofeos tan famosos y victorias!
Como derriba la guadaña aguda
del montañés forzudo
entre la hierba las hermosas flores,
100 la tuya así no hallará desnudo,
si quieres ser tan cruda,
el verde prado de otras muy mejores;
hallará en él colores
de firme fe, de religión cristiana,
105 de gran justicia y singular prudencia,
de milicia y clemencia,
largueza y fortaleza soberana,
de condición humana,
destreza, ánimo y brío.
531
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EUGENIO DE SALAZAR
532
SILVA DE POESÍA
533
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EUGENIO DE SALAZAR
186
Bajase el sacre real Estando el serenísimo príncipe
don Carlos en la villa de Alcalá de
a la garza por asilla
Henares y posando en las casas
y hiriose sin herilla. arzobispales, donde moraba tainb¡
el alcaide de ellas, que tenía u na
hija que se llamaba doña Mariana
187 de Garcetas, el príncipe se aficionó
a ella y bajándola a ver un día por
GLOSA l ª una escalera de un caracol cayó
y se hizo la herida de que llegó a
Amor, que es vanaglorioso, punto de muerte, que dio causa a )
ha hecho una gran hazaña: canción precediente; y después que
fue nuestro Señor servido sanarle.
por mostrar que es hazañoso salió en la Universidad de Alcalá
hirió de un tiro amoroso esta cabeza de villancico que aquí
5 al real sacre de España. glosa. No supe el autor de ella y es
misma se vuelve a glosar otra vez
Y él, viéndose así llagado entre las obras de devoción.
y que en alto vuelo alzado
le apretaba más el mal,
para poder ser curado
10 bajase el sacre real.
259r Érale fuerza bajarse
para salir con su empresa
y a la garza derribarse
porque había de curarse
15 con hacer tan bella presa.
Y así, con llaga reciente
y con corazón ardiente,
el gran sacre de Castilla
acometió reciamente
20 a la garza por asilla.
534
SILVA DB POBSÍA
188
GLOSAII
Usando de su licencia
el Amor contra los reyes
por mostrarnos su potencia
y la falta de clemencia
5 de sus rigurosas leyes,
en cruel fuego encendido,
hirió al sacre más subido
con un tiro desigu&l,
y sintiéndose herido
10 bajose el sacre real.
25911 Y bajose porque quiere
la ley de Amor sin compás
que viva aquel que venciere
y, que si lo menos hiere,
15 se lleve tras sí lo más.
Y mediante este derecho,
si es tal, puesto en estrecho,
el gran halcón de Castilla
se abatió, herido el pecho,
20 a la garza por asilla.
535
EUGENIO DE SALAZAR
189
260r A LA CATÓLICA Y REAL MAJESTAD DEL
INVICTÍSIMO DON FILIPE SEGUNDO, REY DE LAS
ESPAÑAS, DE LAS DOS SICILIAS, DE LAS INDIAS Y DE
JERUSALÉN
CANTO
536
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SILVA DE POESÍA
537
➔ 11.'.
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538
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SILVA DE POESÍA
539
EUGENIO DE SALAZAR
540
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263V
Cendrada plata y oro tanto envían
las ricas Indias que es espanto vello
y tus Españas tanto acá te crían
que bien podrías hacer montes de ello,
165 mas cuanto por el norte y sur te guían
y acá se halla, es peso de un cabello
según te huelgas en no atesorallo
sino expendello realmente y dallo.
Fue excelencia de las más notables
170 que de Alejandro Magno se escribiesen
por quien sus hechos fueron memorables
que cosa no negó que le pidiesen.
¿ Quién negará que sean comparables
a donde quiera que se conociesen,
175 ¡oh gran Filipe!, a aquellas tus larguezas
y tus mercedes altas y grandezas?
No se convertirá en tu mesa franca
jamás en oro la real comida
como en aquella mesa coja y manca
180 del insaciable, avaro, triste Mida.
Tu oro en fuertes torres no se estanca
que por mil puertas tú le das salida
abiertas esas manos tan reales
como las saben siempre abrir los tales.
264r 185 En todas partes tus larguezas mientan,
por dondequiera ya van extendidas
y allá, entre las estrellas, las asientan
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EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
26Sr
Los santos templos de tu Dios veneras
y de su Iglesia firme pilar eres.
235 A sus prelados honras y prosperas
y a los demás ministros mucho quieres.
En aumentar la santa fe te esmeras.
Tus fiestas son aquestas y placeres,
católico Filipe, y tus holguras
240 y lo que en todo tiempo más procuras.
Con que cuidado y gana procuraste
presto atajar la contagiosa peste
que vino a dar como navío al traste
de otros tristes reinos en aqueste.
245 Del luterano hilo que cortaste,
¡oh plega a Dios!, ninguna hebra reste
para que alguno pueda más atarse
ni en miserables lazos enlazarse.
A las arpías sucias que volaron
250 la montuosa Arcadia allí habitando
y al triste rey Fineo atormentaron
sus mesas y manjares ensuciando
los fuertes dos hermanos alanzaron
con alas y con flechas se ayudando;
255 así tú has alanzado, ¡ oh grande arquero!,
a las arpías malas de Lutero.
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558
SILVA DE POESÍA
190
277r A LA MAJESTAD MISMA
SONETO
559
EUGENIO DE SALAZAR
191
277v JEROGLÍFICAS
En la muerte de la serenísima reina doña Ana, nuestra señora, que de Dios goza, la
Real Audiencia y Chancillería que reside en la ciudad de Santiago de la provincia
de Guatemala en Indias hizo exequias y túmulo muy suntuoso y solemne; y en
el túmulo hubo muchas jeroglíficas y letras de las cuales el autor, que a la sazón
residía en aquella ciudad, hizo las siguientes.
EPITAFIO
560
SILVA DE POESÍA
192
JEROGLÍFICA 1 ª
193
JEROGLÍFICA II
561
EUGENIO DE SALAZAR
194
278v JEROGLÍFICA III
195
JEROGLÍFICA 1111
Pintóse una corona real sobre un cojín que estaba sobre un bufete y en voz del
misma corona dice la letra:
196
JEROGLÍFICA V
Hizo estampar una Muerte, vendados los ojos, que tiró una flecha con un are
que llevaba a la Serenísima Reina, que estaba en la cama, y la hirió por el pech
y decía la letra:
562
SILVA DE POESÍA
197
JEROGLÍFICA VI
ORBE NUEVO
Largo y undoso Sur, que mis riberas
10 sueles bañar suave y blandamente,
si la Ana que has perdido no perdieras,
dichoso mar de reina así excelente.
Mas pues ya la perdiste muy de veras
lo siente y sienta nuestra indiana gente.
15 En lágrimas penosas te convierte,
llora y lloremos tan llorosa muerte.
198
279v JEROGLÍFICA VII
Hizo pintar un laberinto al modo del de Creta con título de laberinto del mundo
Y a la reina, nuestra señora, que con una cruz en la mano y asida de la cuerda del
ovillo, remedando en esto a Teseo, había entrado y habiendo vencido allá dentro al
563
EUGENIO DE SALAZAR
199
JEROGLÍFICA VIII
200
JEROGLÍFICA IX
Hizo pintar el río Tajo de la cinta arriba en figura de hombre coronado y ceñido
de hojas de roble y llorando tanto que de las lágrimas se hacía el río desde la cin
tura abajo. De la misma manera se pintó en frente de él el río Albis, que riega la
Hungría. Y mirándose y hablándose el uno al otro en nombre de sus provincias,
564
SILVA DE POESÍA
28ov
ALBIS. Tú, Tajo, que solías
sobre la arena de oro
ir mansamente a todos alegrando
y en gran gozo vivías
1s con mi imperial tesoro
tu líquido cristal tanto ilustrando;
ya vino el triste cuando,
a ti y a mí la muerte persiguiendo
nos fuerza a ir por doquiera lamentando.
20 Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
201
JEROGLÍFICA X
Hizo pintar a la serenísima reina y contra ella la Muerte, que la segaba con su
guadaña por medio del cuerpo, la Fortuna, que iba a descargar golpe en ella con
su rueda, y la Envidia, flaca y amarilla, con dos culebras en los dientes, despeda
zándose el pecho con la una mano y saliéndole fuego de él y con la otra mano
tirando de la reina, nuestra señora, por manera que las tres la mataban. Y detrás
de ella levantaba la Fama su vuelo desde un globo del mundo con su trompeta en
la boca. Llena la fama de lenguas con que iba pregonando el valor y virtudes de la
serenísima reina; y decía la letra:
565
EUGENIO DE SALAZAR
202
JEROGLÍFICA XI
Hizo pintar una Muerte que es la Muerte segunda del capítulo 6 y 20 del Apo.
calipsis, que es el infierno y condenación a quien la serenísima, valerosísima, y
cristianísima reina había vencido y derrocado de su caballo amarillo, que estaba
espantado y medio empinado, y la muerte tendida en el suelo con su título: haec
est mors secunda. Y la Reina arrodillada sobra ella y puestas las manos y levanta
dos los ojos al cielo. Detrás estaba otra Muerte, que es la natural, que le pasaba la
guadaña por la garganta; y decía la letra:
203
JEROGLÍFICA XII
566
SILVA DE POESÍA
quiere decir:
qt1e
La mía no la aguardastes,
que Dios por vuestro valor
os dio corona mayor.
204
JEROGLÍFICA XIII
fljzo pintar a Italia, una dama armada de peto, espaldar, gola, brazales, celada,
escarpes y espada ceñida, y de la cintura abajo un ropaje de mujer bien trazado, la
mano izquierda en el puño de la espada y en la derecha un libro, por haber floreci
do Italia e n armas y letras. Estaba mirando a una Muerte que se pintó enfrente de
ella con su guadaña en la mano y la Muerte miraba a Italia. La cual en un terceto
en lengua toscana pregunta a la muerte y ella le responde en otro:
ITALIA
MUERTE
282r
Mandata foi del re che a tuti priva
per trar questa alma che e gia sopra il sale.
Beato piu chi la piü tosto arriva.
205
JEROGLÍFICA XIIII
Hizo pintar el viento cierzo soplando con grande ímpetu contra una palma co
ronada que estaba en la ribera de el río Guadiana y había quebrado la palma y
dado con ella y con su corona en tierra, que el cierzo denota la muerte y la palma
567
EUGENIO DE SALAZAR
HISPANO
568
SILVA DE POESÍA
206
283v A LA MUERTE DE LA SERENÍSIMA REINA DOÑA
ANA, NUESTRA SEÑORA
569
EUGENIO DE SALAZAR
570
SILVA DE POESÍA
571
p;
EUGENIO DE SALAZAR
572
SILVA DE POESÍA
120
digo tu amado y dulce y alto fruto,
consuelo, y tras este hoy, traya un mañana
que tire a aqueste gran dolor la rienda
y nos modere el congojoso luto.
Servirse a el justo Dios que tal tributo
125 por tu gran parto cese
y que él nos atraviese
por el mar de estos lloros a pie enjuto
cumpliendo las gloriosas esperanzas
que de él en Dios tenemos
130 y en él te demos nuevas alabanzas.
2s6r
Alma felice que a tus pies ya tienes
la luna y claro sol y las estrellas
que tu real cabeza tenía encima,
¿cuánto más bella estás entre almas bellas?,
135 ¿cuánto más rica y de más altos bienes
que acá aunque fuiste de las reinas prima?,
en ese reino ¿ cuánto más se estima
y con razón cuán grande
que el alto Dios te mande
140 que acá mandar con imperial estima?
y cuánto más, alma real, te importa
ver la gloriosa vista
que siendo vista no da gloria corta.
No pienses, alma gloriosa y rica,
145 que llora tu partida el triste mundo
habiendo sido para tal bien tuyo,
para que goces de tu Dios jocundo
y de su gloria, que te glorifica,
y hace que no tengas otro cuyo.
150 Lloran tus reinos el desastre suyo,
lloran que te perdieron
porque no merecieron
tan alto bien y en esto yo concluyo
que tanto mal es digno de llorarse
573
EUGENIO DE SALAZAR
207
LA MUERTE DE UN GRAN PRIVADO DE LA
MAJESTAD DEL REY FILIPE II DE ESPAÑA DIO
CAUSA LO SIGUIENTE
SONETO
574
SILVA DE POESÍA
208
EL AUTOR A UN AMIGO SUYO VIEJO Y MUY
E ERMO QUE LE ESCRIBÓ UNA CARTA EN METRO
NF
CON MUCHA DIVERSIDAD DE TROVAS
209
289r JEROGLÍFICAS
575
EUGENIO DE SALAZAR
JEROGLÍFICA Iª
Ejecución de tormento
en los corazones dos,
fiadores de saneamiento
de la ejecución de Dios.
210
JEROGLÍFICA 11
Pintó al Virrey en una casa de campo donde murió la dama puesto a un corredor,
vestido de luto, con rostro muy triste, mirando a una palomita blanca que iba en
vuelo a meterse en el cielo, significando por esta palomita el ánima de la defunta
dama; y decía la letra en persona del Virrey:
211
JEROGLÍFICA III
Pintó una vid con su hoja y pendiente de ella un racimo de agraz que cortaba un
ángel con su mano, significando por la vid a la Virreina y por el racimo de agraz
a la dama; y decía la letra:
576
SILVA DE POESÍA
212
JEROGLÍFICA IIII
pintó un río con creciente turbia que llevaba una palma verde y la metía en el mar,
significando por el río turbio, la enfermedad y abundancia del mal humor y por la
palma, el ánima de la defunta y por el mar, la gloria; decía la letra:
La creciente impetuosa
del desapiadado humor
llevó la palma preciosa"
al mar de glorioso amor.
213
JEROGLÍFICA V
Pintó una garcita blanca que volando se entraba el cielo, significando por esta
garza el ánima referida; y decía la letra:
214
JEROGLÍFICA VI
577
í
EUGENIO DE SALAZAR
215
JEROGLÍFICA VII
Pintó un ángel que iba volando al cielo con el alma /29or/ en brazos y un d
que parecía la había querido asir, y el ángel le derrocó y así caía cabeza at�ºnio
el aire; y decía la letra en boca del ángel: ªJo Por
No pienses ennegrecer,
enemigo, esta alma franca,
que la hija de tal Blanca
blanca fue y blanca ha de ser.
216
JEROGLÍFICA VIII
Pintó un león y una leona que parecían estar bramando sobre un cachorrillo suyo
que parecía estar muerto, y aludiendo a una naturaleza de los leones que, nacien
do sus cachorrillos casi muertos, a bramidos los despiertan y resucitan. y signi
ficando por el león y la leona al Virrey y Virreina y por el cachorrito muerto a la
hija defunta, dice la letra hablando con los padres:
217
JEROGLÍFICA IX
Pintó un pradito muy verde y florido que la muerte con su guadaña le acababa de
segar todo y derribar la hierba y flores al suelo; y significando por este prado la
dama muerta, decía la letra hablando con él:
578
SILVA DE POESÍA
218
JEROGLÍFICA X
Pintó la Nueva España en figura de una india /29ov/ autorizada vestida de negro a
su usanza con dos pedazos de metal en las manos: uno de oro y otro de plata que
entre la tierra descubrían las vetas del oro y la plata. Miraba con ojos llorosos a la
alma que estaba en el cielo con un pedazo de oro puro en las manos. Y en voz de
la Nueva España decía la letra:
Esto tenía yo que presentarte
clara Francisca bella,
mas tu, ¡oh luciente estrella!,
tomaste para ti la mejor parte
s y en puesto más seguro
dejando el oro bajo por lo puro.
219
JEROGLÍFICA XI
Pintó a Sevilla y a México: la ciudad de Sevilla en figura de una mujer muy auto
rizada con vestido negro y tocas blancas muy honesta y su manto sobre la cabeza,
que miraba a México, que estaba en frente De ella mirándola en figura de hombre,
vestido de luto también, muy autorizado. Y hablando primero Sevilla y respon
diendo México, decía la letra:
SEVILLA
México caudaloso, dame cuenta
de aquella prenda ilustre y cuantiosa,
de aquella joya de tan alta cuenta,
579
EUGENIO DE SALAZAR
220
JEROGLÍFICA XII
Pintó la laguna de México y algunos brazos de ella de los del agua dulce y tres nin
fas muy tristes, las manos en las mejillas, a las orillas de estos brazos en lo verde,
y en medio de la laguna, en figura de ella, pintó una mujer desnuda muy llorosa
de pies sobre un peje grande, rodeada la cabeza y otras partes de ovas verde os
curas. Y lamentándose la laguna y las tres ninfas, decía la letra glosando el verso
siguiente:
580
SILVA DE POESfA
581
EUGENIO DE SALAZAR
221
292r JEROGLÍFICA XIII
Pintó una mata de un rosal llena de rosas que el viento cierzo hería en ella
grande ímpetu y la había quebrado y echado las rosas por tierra; y una past�on:
muy llorosa mirando el rosal destruido y lamentándose. Significaba el rosal
�
dama defunta y el cierzo la muerte; y en la pastora, llamada Blanca, se figuró
1
Virreina, su madre, que en estilo pastoril se lamenta llamando Beleida a su h"•1
�or su beldad, y por el apellido de Velasco, y Alvar al Virrey, por el nombre :
Alvaro. Y dijo así la letra:
582
SILVA DE POESÍA
222
293r SONETO
583
EUGENIO DE SALAZAR
223
293v SEXTINA
584
SILVA DE POESÍA
224
PUSO EN LA TUMBA QUE ESTABA CUBIERTA DE
UNA RICA TELA DE BROCADO ENCARNADO UN
EPITAFIO QUE DECfA:
585
it:,
EUGENIO DE SALAZAR
225
295r EN LAS HONRAS DE DOÑA ISABEL RODRÍGUEZ
MUJER DEL DOCTOR SANTIAGO VERA, PRESIDENTE
QUE FUE DE LA REAL AUDIENCIA DE LAS FILIPINAS
Y DESPUÉS DE LA REAL AUDICIENCIA DE JALISCO,
EPITAFIO Y SONETO
EPITAFIO
226
SONETO
586
SILVA DE POESÍA
227
AL INSIGNE POETA HERNANDO DE HERRERA
EPÍSTOLA
EN QUE SE REFIERE EL ESTADO DE LA ILUSTRE
CIUDAD DE MÉXICO, CABEZA DE LA NUEVA
ESPAÑA, Y SE APUNTA EL FIN DE CADA UNA DE LAS
ARTES LIBERALES Y CIENCIAS Y PROPIEDAD DE
TODAS LAS ESPECIES DE POESÍA
NO HAY RESPUESTA DE ESTA EPÍSTOLA PORQUE
CUANDO LLEGÓ A ESPAÑA ERA YA MUERTO ESTE
FAMOSO POETA
587
♦
EUGENIO DE SALAZAR
588
SILVA DE POESÍA
589
EUGENIO DE SALAZAR
590
SILVA DE POESÍA
591
t
EUGENIO DE SALAZAR
592
SILVA DE POESÍA
593
Ali
EUGENIO DE SALAZAR
594
SILVA DE POESÍA
595
►
EUGENIO DE SALAZAR
596
SILV:A DE POESÍA
597
EUGENIO DE SALAZAR
598
SILVA DE POESÍA
228
SONETO EN QUE DECLARA EL AUTOR DÓNDE
N CIÓ, DÓNDE SE CASÓ, DÓNDE ESTUDIÓ, DÓNDE
A
SE HIZO LICENCIADO, DÓNDE DOCTOR Y TODOS
LOS OFICIOS QUE TUVO
5
Las salinas reales fui juzgando,
puertos de raya a Portugal vecina;
juez pesquisidor fui a la cantina
y estuve en las Canarias gobernando.
Oidor fui en La Española y Guatemala
10 me tuvo por fiscal; y de allí un salto
di en México a fiscal y a oidor luego.
De allí di otro al tribunal más alto
de Indias, que me puso Dios la escala.
Allí me abrase su divino fuego.
229
302Y ROMANCE EN VOZ DE CATALINA EN
UNA AUSENCIA LARGA ULTRAMAR DEL
AUTOR SIENDO DESPOSADOS Este romance se
ha de poner en
la primera parte.
Descríbese en esta primera parte el
crepúsculo de la mañana hasta donde
aparece esta señal o
599
EUGENIO DE SALAZAR
600
SILVA DE POESÍA
601
EUGENIO DE SALAZAR
602
SILVA DE POESÍA
603
r
1
EUGENIO DE SALAZAR
604
SILVA DE POESÍA
¡A}'-,1 ¿como
' . ?
tardas, amigo.,
¡ay!, ¿cómo tardas, amado?
Norte, que eres del mar guía,
ven su aguja enderezando.
Tú, poderoso Neptuno,
que sobre el mar tienes mando,
195
allana las altas olas
con tu tridente sagrado.
Y tú, Nereo, dios marino,
ven su navío ayudando.
Traedle en hombros, delfines,
200 como le pongáis en salvo.
Engañadoras sirenas,
que habéis engañado a tantos,
no permita Dios del cielo
le detengan vuestros cantos.
205 Vientos, sedme favorables,
no os tenga yo por contrarios,
traedme ya mi tesoro
y mi bien tan deseado:
305v Favonio, sopla en sus velas
210 con soplo en popa y templado;
no me le ofendas Vulturno,
Áfrico, no estés airado,
no le metáis por bajíos
ni en doblar prolijos cabos,
215 no encalle su nave en sirtes
ni toque en duros peñascos,
no le levantéis tormentas
ni alteréis el mar salado
que bien bastan las que pasa
220 este pecho atormentado.
¡Ay!, ¿cómo tardas, amigo?,
¡ay!, ¿cómo tardas, amado?
605
EUGENIO DE SALAZAR
230
JEROGLÍFICAS
Para las exequias que hizo la Real Audiencia de México en la muerte del C
Rey de las Españas don Filipe Segundo, compuso el autor las jeroglíficas sig 0lico ª�
y las más de las autoridades de la escritura que en ellas se ponen se aplicalltente$
sentido tropológico sacadas de su propia significación y sentido y aplicadat �n el
tólico Rey defunto y al ínclito nuevo rey don Filipe Tercero, único hijo y suª Ca.
y a España y a la Nueva España. cesor1
JEROGLÍFICA Iª
Pintó una ave Fénix nueva en su nido donde, de los Por ser el ave Fénll(· ,
huesos y médulas de la ave Fénix muerta, se había en el mundo aludienun1ca
dºª
formado, con una letra encima que decía: . u1aridad.
esta smg
231
306r [JEROGLÍFICA] 2ª
Pintó una águila caudal con un pico muy corvo y presas grandes para denotar
mucha edad en ella, que con el vuelo casi llegaba a la región del fuego; y encima
una letra que decía:
606
SILVA DE POESÍA
y la suya transformada
en otro Filipe tal.
232
[JEROGLÍFICA] 3ª
pintó un sol al oriente cuyos ramos llegaban al occidente denotando por este sol
al católico rey don Filipe segundo, y encima una letra que decía:
Sol egressus est super terram.
Genesis, c. 19.
y debajo, otra letra en vulgar que decía:
Alumbró con claros rayos
este sol resplandeciente
desde el oriente al poniente.
233
[JEROGLÍFICA] 4ª
Pintó a Hércules sustentando el cielo en sus hombros para denotar la carga que el
Católico rey Filipe sustentó de tantos reinos y estados, de tantas guerras por tierra
ypor mar y la carga de la Iglesia Católica, cuya defensa vino a quedar en sola su
leal persona y poder. Y encima una letra que decía:
*
607
EUGENIO DE SALAZAR
234
[JEROGLÍFICA] S ª
Pintó al dios Jano con sus dos caras, que con la una miraba al tiempo Pas d
llevaba al Católico rey don Filipe segundo delante de sí y con la otra rn� 0 que
tiempo que venía y traía al ínclito rey don Filipe tercero armado de ricatªba al
con corona sobre el timble noble; y encima una letra que decía: ai-lll&s,
235
[JEROGLÍFICA] 6ª
608
SILVA DE POESÍA
236
[JEROGLÍFICA] 7ª
237
[JEROGLÍFICA] 8ª
Pintó el globo del mundo y una escala que afirmaba sobre él y llegaba al cielo y
el católico Rey defunto, que con una letra en el pecho /307r/ que decía: Fe, y una
cruz en la mano con una letra en ella que decía: Seña, había subido por la escala y
estaba de pies en la entrada del cielo; y decía una letra de encima:
609
EUGENIO DE SALAZAR
238
[JEROGLÍFICA] 9 ª
Pintó la procesión del entierro del buen Rey cuando le llevaban a sepult ar· y
' en.�
�����
239
[JEROGLÍFICA] 10ª
Pintó a Dios padre en el cielo en su divino trono y a san Filipe y Santiago, patrón
de España, hincados de rodillas ante el /307v/ acatamiento divino y en med io de
los dos el ánima del católico Rey que ambos la ofrecían el Eterno Padre; y una letra
encima que decía:
610
SILVA DE POESÍA
240
[JEROGLÍFICA] 11 ª
p·ntó una palma atravesada y cargada encorvada hacia arriba contra la carga, que
e;ta palma significaba al católico Filipe segundo; y encima una letra que decía:
Quasi palma exaltata sum. Ecclesiastici, c. 24.
y debajo otra letra en vulgar que decía:
Mientras más cargas tuvistes
on en el suelo
los más levantado hacia el cielo.
da
241
da,
(JEROGLÍFICA] 12ª
Pintó una corona y el alma del buen Rey que la tenía debajo de los pies, con una
letra encima que decía:
611
EUGENIO DE SALAZAR
242
[JEROGLÍFICA] 13 ª
Pintó a Atlas que dejaba la carga de los cielos en los hombros de Bérc
por Atlas, que dejaba la carga, se denotaba el Filipe segundo y por Bér Ules, %i
la tomaba, el gran Filipe tercero; y encima una letra que decía: cutes, q1¡
c
Alter alterius onera portate. Paulo ad Galatas, c. 6.
Y abajo otra letra en vulgar que decía:
243
[JEROGLÍFICA] 14ª
Pintó el alma del católico Rey, coronada de palma y con un ramo de palma en la
mano, que la subían dos ángeles al cielo con dos letras encima que la una decía:
612
SILVA DE POESÍA
244
[JEROGLÍFICA] 15 ª
y de bajo, otra letra en vulgar en nombre del glorioso mártir que decía:
Con nombre mío para loor vuestro,
edificó Filipe este alto templo:
premiad, Señor, un tan insigne ejemplo.
245
[JEROGLÍFICA] 16ª
la Pintó una caja de plomo en figura de la en que fue metido el cuerpo del católico
rey don Filipe y junto a ella la /308v/ muerte en pie con su guadaña en la mano
derecha y con el dedo de la siniestra señalando la caja; y tenía encima esta letra:
613
EUGENIO DE SALAZAR
246
[JEROGLÍFICA] 17ª
Pintó una bóveda o carnero donde se depositan los cuerpos muertos cen·ad
puerta en figura de la en que fue depositado el cuerpo de católico rey defu.nto a la
muerte a un lado en pie sefíalando la bóveda con una mano y con su guadai: la
la otra; y una letra encima que decía: en
247
[JEROGLÍFICA] 18ª
Pintó un túmulo muy alto y autorizado y encima una letra que decía:
Iamque Iacob extenderat in monte tabernaculum. Genes., c. 31.
Y debajo una deprecación en vulgar que decía:
Muy chicos son los túmulos del suelo
del grande goce el gran Rey en el cielo.
248
309r [JEROGLÍFICA] 19ª
614
SILVA DE POESÍA
d rod illas y plegadas las manos, como que se la entregaba a Dios el ángel,
cada e que decia:
1etra encima
. ,
con una
Reddite ergo quae sunt Dei, Deo. Marcí, c. 12.
y debajo otra letra en vulgar que decía:
A ti, rey soberano,
entrego aquesta llave y el castillo
de que he sido en Castilla castellano
que, aunque combatillo
s el enemigo fuerte ha procurado
con su poder e ingenios por ganarle,
no ha podido entrarle
que tu divino muro le ha guardado
y, pues le entrego libro y sin ultraje,
10 dame por libre, Dios, de mi homenaje.
249
[JEROGLÍFICA] 20ª
Pintó la Nueva España en figura de una mujer venerable cubierta de luto con as
pecto muy triste derramando lágrimas; y encima una letra que decía:
309v SONETO
Llegó ya el fin de aquel gozoso estado
en que esta España Nueva en vos vivía;
llegó, ¡ay Filipe!, aquel penoso día
que en vuestro fin me estaba aparejado.
s El término que puso el triste hado
a mi ventura grande y alegría
615
EUGENIO DE SALAZAR
250
[JEROGLÍFICA] 21 ª
Pintó a la España antigua en figura de una mujer valerosa armada de peto, espal
dar, gola, brazales, celada y escarpes, espada ceñida y la lanza arrimada cerca de
ella; de la cintura abajo un ropaje de mujer bien trazado de luto, una cruz en el
peto hincado un codo sobre un bufete cubierto de negro y puesta la mano en la
mejilla como que se estaba lamentando por la muerte del católico rey Filipe; con
una letra encima que decía:
310r SEXTINA
Llegó ya el triste y tan temido día
de la creciente del ansioso lloro
que inunda toda la afligida tierra,
del congojoso y fatigoso luto
s de que me cubre la llorosa muerte
del gran monarca que me llevó el cielo.
Mis llantos rompan el más alto cielo
y mis gemidos lleguen este día
al mandador de la penosa muerte;
616
SILVA DE POESÍA
617
EUGENIO DE SALAZAR
251
[JEROGLÍFICA] 22 ª
el nuevo rey Filipe tercero, su ínclito hijo y sucesor, y así el monte tenía en/ a
un título que decía «Filipmón», nombre compuesto de Fil.ipe y monte; y la l��:
de encima decía:
Et ut refulsit sol in clypeos aureos, et aereos, resplenduerunt monte
ab eis, et resplenduerunt sicut lampades ignis. Machabeor. 1, c. 6 s
Y debajo otra letra en vulgar que decía:
Ya aquel resplandeciente
sol de rayos lumbrosos
que con su clara lumbre nos cubría
entra en el occidente
s dejando muy llorosos
los ojos que él llenaba de alegría,
mas no se acabó el día
a los que en Dios esperan
que en el florido monte de su nombre
10 florece su renombre
y sus lustrosos rayos reverberan.
Estas jeroglíficas se
continúan y acaban atrás,
en las hojas 203 y 204.
618
SILVA DE POESÍA
252
EPISTOLIO DE PABLOS GONZALO A SU LORENZA
619
►
EUGENIO DE SALAZAR
620
SILVA DE POESÍA
621
EUGENIO DE SALAZAR
253
SONETO
622
TERCERA PARTE DE LA SILVA DE POESÍA
QUE CONTIENE LAS OBRAS DE DEVOCIÓN
DEL AUTOR, DIVIDIDAS EN TRES PARTES
PRIMERA PARTE DE LA TERCERA
EN QUE ESTÁN LAS OBRAS PASTORILES
254
CANCIÓN SEXTINA AL PADRE ETERNO
OFRECIÉNDOLE LAS OBRAS DE ESTE LIBRO Y LAS
DEMÁS
625
f
EUGENIO DE SALAZAR
255
314v ALPRIMER GLORIOSO SANTO E UGENIO MÁRTIR,
MI PATRÓN Y ABO GADO, PRIMER ARZOBISPO QUE
F UE DE TOLEDO, SUPLICÁNDOLE ME FAVOREZCA
ANTE LA MAJESTAD DIVINA PARA QUE ACEPTE EL
PEQUEÑO PRESENTE DE MIS OBRAS
SONETO
626
SILVA DE POESÍA
256
SONETO INVOCANDO EL FAVOR DIVINO
;1sr
Aquella luz divina tan lumbrosa
que a las tinieblas hace mediodía
alumbre mi juicio y fantasía
en esta estancia triste y tenebrosa.
5 Y la preciada sangre gloriosa
que por la cruz altísima corr(a
hincha de su virtud la vena mía
y de fertilidad substanciosa.
Alumbra mis sentidos y mi musa,
.10 ¡oh Redentor del mundo!, con tu fuego
porque mis cantos salgan encendidos.
Da clara vista a mi sentido ciego
y haz que de tu gracia en él infusa
y tu valor mis versos sean validos.
257
315v A NUESTRA SEÑORA INVOCANDO EL
FAVOR DIVINO
CANCIÓN SEXTINA
627
EUGENIO DE SALAZAR
628
SILVA DE POESÍA
BUCÓLICAS
258
BUCÓLICA 1 ª
EN QUE SE DENOTA EL PELIGRO EN QUE ESTÁ
EL ALMA EN ESTA VIDA POR EL CUIDADO Y
ACECHANZAS DEL DEMONIO
EUGONIO
629
EUGENIO DE SALAZAR
630
SILVA DE POESÍA
631
+,
1111""""';,
EUGENIO DE SALAZAR
632
SILVA DE POESÍA
633
♦
EUGENIO DE SALAZAR
634
SILVA DE POESÍA
259
321r A LA NATIV IDAD DE CRISTO NUESTRO REDENTOR
BUCOLICA II
ARVALIO - EUGONIO
635
EUGENIO DE SALAZAR
636
SILVA DE POESÍA
637
EUGENIO DE SALAZAR
638
SILVA DE POESÍA
639
EUGENIO DE SALAZAR
640
SILVA DE POESÍA
260
A LA NATIVIDAD DE CRISTO NUESTRO REDENTOR
BUCÓLICA III
RURANO
641
EUGENIO DE SALAZAR
642
SILVA DE POESÍA
261
A LA MUERTE DE CRISTO NUESTRO REDENTOR
BUCÓLICA 1111ª
JUAN
643
EUGENIO DE SALAZAR
644
SILVA DE POESÍA
645
EUGENIO DE SALAZAR
646
SILVA DE POESÍA
647
rr:
1
EUGENIO DE SALAZAR
648
SILVA DE POESÍA
649
EUGENIO DE SALAZAR
262
330v A LA RESURECCIÓN DE CRISTO NUESTRO
REDENTOR
BUCÓLICA V
MELIBEO - HERBASIO - ALPINO
650
SILVA DE POESÍA
651
�
,r1•111
EUGENIO DE SALAZAR
652
SILVA DE POESÍA
653
',
EUGENIO DE SALAZAR
654
SILVA DE POESÍA
655
♦
EUGENIO DE SALAZAR
263
334v SONETO
264
335r BUCÓLICA VI
656
SILVA DE POESÍA
SEXTINA DOBLE
657
EUGENIO DE SALAZAR
658
SILVA DE POESÍA
659
EUGENIO DE SALAZAR
660
SILVA DE POESÍA
135
hasta que en curso ya cincomilésimo
lució el alto zodíaco
y vino en vos, ¡oh bella!, contra el pésimo,
el movedor astríaco.
Miró la causa pública
el Mayoral eterno mucho amándonos,
miró por su república
pastor de los pastores enviándonos
y en vos, vaso escogido, salud dándonos
contra la confirmada y mortal ética.
145 Llevad vientos el sónito
desde la inda a la majada bética
del grande bien incónito.
MATEO: Ya la nación incrédula
de los hatos gentílicos erráticos
150 puede hacerse crédula
y pueden ya dejar de ser temáticos
y en nueva ley de gracia hacerse práticos
de la vuestra, ¡oh María!, socorriéndose
contra su ciego escándalo,
155 que se quietará de vos valiéndose,
¡oh oloroso sándalo!
33Br SIMÓN: Aunque es de voces rátiles,
Virgen y madre, este mi sordo cálamo,
hoy quiero sean portátiles
160 al lauro, al cedro, al roble, al pino, al álamo
sonando el son de vuestro limpio tálamo
al cual bajó el señor del orbe esférico
de vos tanto agradándose
que de ello desde el Tigris al Ibérico
165 la tierra está alegrándose.
TADEO: La sonada levántese
hoy de mi flauta y mi canción bucólica
y de la oír espántese
el mal raposo en su mansión diabólica
661
EUGENIO DE SALAZAR
662
-----
SILVA DE POESÍA
265
APLICACIONES DEL ALMA
I
En el principio, Señor,
criaste el cielo y la tierra,
y a nuestro padre mayor
a quien hizo ser traidor
s el que siempre nos da guerra.
Mi ánima en cualquier hora
como a su criador te adora;
si el malo quiere engañarla,
plega a ti, Señor, guardarla
10 porque no te sea traidora.
II
Alta torre quiso alzar
Nembrod, soberbio gigante,
para en ella se amparar,
mas hecístela llanar,
1s ¡oh gran Dios!, en un instante.
Mi alma no cayó en vicio
de hacer tal edificio
ni armar torres de viento;
haz que funde en el cimiento
20 de tu fe, amor y servicio.
III
339v A tu pueblo de Israel
ancho camino heciste
en el mar Bermejo y él
663
EUGENIO DE SALAZAR
IIII
Cuarenta años sustentaste
con aquel maná bendito
el pueblo que tanto amaste
después que le libertaste
35 del cautiverio de Egito.
El maná, cuerpo precioso
de tu hijo glorioso,
sustente, Señor, mi alma
porque salga de esta calma
40 al puerto de tu reposo.
V
Entre tanto que subió
Moisén por la sacra ley,
el gran pueblo idolatró
y la lealtad quebró
45 debida al divino Rey.
Señor que en el cielo estás,
de mi alma Tú jamás
te apartes, no caya en yerro
de adorar algún becerro
50 que la entregue a Satanás.
340r VI
El enfermo que miraba
la serpiente de metal
que del madero colgaba
664
SILVA DE POESÍA
en mirándola sanaba
55 de su venenoso mal.
Y pues fuiste en cruz alzado
por sanar nuestro pecado,
Señor, sana al alma mía
que con ansia y agonía
60 te mira crucificado.
VII
A meterte en las entrañas
veniste de virgen madre
por deshacer las marañas
de nuestras culpas tan mañas
65 y satisfacer al Padre.
Mi alma haz, Señor, bella
y aunque indigna, te entra en ella
y por tuya la prohija:
ella sea tu humilde hija,
70 Tú, piadoso padre de ella.
VIII
En saliendo, ¡oh Rey del cielo!,
de aquel vientre tan profundo,
sentiste en cuanto hombre el yelo
y la dureza del suelo
75 y otras miserias del mundo.
Cuando mi alma desatada
salga de esta ruin posada,
por tu piedad, que vaya,
Señor, do no sienta ni haya
80 sino vida descansada.
IX
340v Satán, que tu vida vido,
fue a tentarte en el desierto,
pero fue por ti vencido
665
EUGENIO DE SALAZAR
X
Con duros clavos clavaron
tus pies y manos preciosas
y en dura cruz te fijaron,
¡ay!, los que de ti llevaron
95 mercedes tan abundosas.
Tu loor mi alma publique
y jamás te sacrifique,
Señor, con obra culpable;
tu pasión inestimable
100 y cruz en ella edifique.
XI
Saliste al día tercero
de tu sepultura santa
resucitado y entero,
Dios y hombre verdadero,
105 ¡oh obra de virtud tanta!
A mi ánima despierta
y si por desdicha muerta
la vieres en tu desgracia,
resucítela tu gracia,
llO buen Jesús, que es vida cierta.
341r XII
Dejando el género humano,
Señor, ya puesto en victoria
por la virtud de tu mano
666
SILVA DE POESÍA
266
AL GLORIOSO SAN EUGENIO MÁRTIR, PRIMER
ARZOPISPO DE TOLEDO, MI PATRÓN Y ABOGADO
I
Vos, que desde Arlés de Francia,
Eugenio, distes un vuelo
que fue de tanta ganancia
y tan crecida importancia
s que importó a Toledo el cielo.
No es de maravillar
que pudiésedes llegar
tan lejos de vuestra escuela,
que eso y más puede volar
10 quien con alas de Dios vuela.
II
A Toledo, la dichosa,
antes de vos desdichada,
que en ceguedad engañosa
vivía alegre y gustosa
1s por el demonio engañada,
llegastes, santo precioso,
de su bien tan deseoso
que en llegando se entendió
el poder del poderoso
20 Señor que allí os envió.
667
EUGENIO DE SALAZAR
341v III
Por eso fue Dios servido
gozásedes la lección
de aquel ingenio subido
del discípulo escogido
25 del gran vaso de elección.
Porque habíades de venir,
gran Eugenio, a le servir
en la ciudad toledana
donde Él os quiso subir
30 con su gracia soberana.
IIII
V
Eugenio, primer regente
que mitra pontifical
gozastes muy dignamente
de aquella iglesia eminente
45 de Toledo la Real,
por vuestras obras tamañas
Dios os dio de las Españas
el santo y sacro primado
para con vuestras hazañas
50 ser allí glorificado.
668
SILVA DB POESÍA
VI
;,JJf y a lo que fue de obra vuestra
acudistes vos tan bien
cuanto la ventura nuestra
lo demuestra con la muestra
de nuestro crecido bien.
55
Bien que, Eugenio, predicando,
orando con fe y obrando,
obras de eterna memoria
hecistes, almas ganando
60
para el Dios de eterna gloria.
VII
Y hecho este santo efeto
quisistes volver a ver
al amigo tan perfeto,
al maestro tan discreto,
65 por hacer vuestro deber.
Para gloria de los dos
os llamó el piadoso Dios
a Groley para el martirio
do floreciésedes vos
70 como entre espinas el lirio.
VIll
Bárbaros que allí os corrieron
os cortaron la cabeza
porque vuestra luz no vieron
ni vuestro ser conocieron
75 ni el valor de la alta pieza.
¡Oh mártir!, ¡oh clara estrella!,
que vuestra cabeza bella
y tan rica de altos dones
holgáis de darla y perdella
80 por dar a Dios corazones.
669
EUGENIO DE SALAZAR
342v IX
En Groley, ¡oh padre mío!,
de Toledo tan distante,
sin impedirlo el desvío,
hecisteis oficio pío
85 de pelícano constante,
pues desde allá alimentastes
los hijos que acá dejastes
con vuestra sangre tan buena,
prenda que a Dios empeñastes
90 por la culpa nuestra y pena.
X
Los que así os martirizaron,
mártir a Dios tan fiel,
vuestro santo cuerpo echaron
en el lago que llamaron
95 de Marchais junto al Dueil.
Donde años ciento y más ciento
estuvo el rico talento
escondido en su hondura
endulzando el elemento
100 con su gracia y su dulzura.
XI
Agua pura, cristalina
que cubriste tal tesoro
donde la gracia divina
se encorporó por fe fina
105 como con la plata el oro,
¿qué agua se te compara
por más limpia, dulce y clara
que sea, pues fuiste engaste
de aquella joya tan rara
110 que tantos tiempos gozaste?
670
SILVA DE POESÍA
XII
343'
Mas, ¿cómo la descubriste
agua simple, inadvertida
que tal bien perder quisiste?
Y pues tanto bien perdiste,
115 ¿cómo no pierdes la vida?
No te culpo, que lo quiso
el Señor del Paraíso
que ya se manifestase
y dio su divino aviso
120 a quien tu bien te quitase.
XIII
XIII
En un carro bien compuesto
os metió aquel noble Hercoldo
a vuestro servicio presto
sobre un rico lecho puesto
135 y encima un decente toldo.
Y a la yunta que tiraba
el carro, que así os llevaba,
nadie la mostró el camino,
Dios sabe quién la guiaba
140 y cuál era su destino.
671
EUGENIO DE SALAZAR
343v XV
Que hasta Duel anduvo
y allí, padre venerable,
vuestro carro se detuvo
do mil tiempos se retuvo
145 vuestra reliquia admirable
mil beneficios haciendo,
y aquel pueblo engradeciendo
por vuestro ruego tan tierno
con milagros floreciendo
150 que en vos hizo el Padre eterno.
XVI
Y un tiempo que por guardarse
le fue a Francia necesario
de vos, Eugenio, ayudarse
y a vuestro favor llegarse
155 por remedio extraordinario,
porque Dios bien la hiciese
y de ella piedad hubiese
mediante vuestro sufragio
de manera que saliese
160 de Francia un mortal contagio.
XVII
Acordose que os llegasen
un poco más a París,
do más gentes os rogasen,
y en procesión os llevasen
165 al templo de San Donís
donde está aquel gran maestro,
Dionisio, que lo fue vuestro,
y dos tales cortesanos
del cielo, con brazo diestro,
170 hiciesen por sus hermanos.
672
SILVA DE POESÍA
XVIII
344r
Sobre el altar os tenían
durante el divino oficio
y los que con vos venían
mudaros de allí querían
175 acabado el sacrificio.
Y queriendo ya llevaros
quisistes, santo, quedaros.
Fuerza ni poder humano
no pudo de allí mudaros
180 que os tuvo Dios con su mano.
XIX
Mientras, mil veces con priesas
andó el sol sus doce sinos
y otras quinientas sin ésas
gozaron almas francesas
185 vuestros favores divinos;
y viendo a las españolas,
Dios, sin vos, tristes y solas,
de vos les hizo merced:
regalolas, consololas
190 y mató su hambre y sed.
XX
673
+
if'I
EUGENIO DE SALAZAR
344v XXI
Vuestro amigo se publica
Dios por su inmensa clemencia,
pues por vos se multiplica
su iglesia y se purifica
205 con fe viva y penitencia,
Eugenio, que os deberán
los de Toledo y dirán
a quien hecistes amigos
del Eterno Capitán,
210 del enemigo, enemigos.
XXII
Dichosa y llena de bienes,
Toledo y dorado Tajo,
rica iglesia que en rehenes
tan grande patrón ya tienes
215 contra cualquier gran trabajo.
Dichosa ha sido tu suerte,
pues has merecido verte
con tal fuerza y tal riqueza
que podrá siempre valerte
220 con el rey de :;urna alteza.
XXIII
Dichoso yo, Eugenio, si
tener tal nombre merezco,
dichoso me llamo a mí
que en vuestro día nací
225 si su bien no desmerezco.
Dichosa sea sin duda
mi alma que ya no duda
de su bien y su derecho
si tuviere vuestra ayuda
230 en este camino estrecho.
674
SILVA DE POESÍA
267
GLOSAS SOBRE EL VERSO DE LOS CANTARES: «TOTA ES
PULCHRA, AMICA MEA», QUE QUIERE DECIR:
«TODA ERES HERMOSA, AMIGA MíA».
A LA HERMOSURA Y GRACIA ESPIRITUAL DE
NUESTRA SEÑORA
GLOSAP
345v 11
Tu gracia cantar querría
si me ayudases con ella,
graciosa virgen María,
que sin ella no podría
15 mi voz baja cantar de ella.
Y pues de gracia eres llena,
de gracia abunde mi vena
y mi voz graciosa sea
en la dulce cantilena.
20 Tota es pulchra, amica mea.
III
Eres toda tan hermosa
cuanto Dios quiso criarte
con su mano poderosa.
¿Dónde hallaremos cosa
675
+
EUGENIO DE SALAZAR
IIII
346r V
Por tu entera hermosura
te escogió el eterno Padre
para darte la ventura
sobre toda criatura
45 que a su hijo fueses madre.
Y la deidad soberana
en ti tomó carne humana,
por eso en cantar se emplea
la iglesia con voz ufana:
50 tota es pulchra, amica mea.
VI
Madre y esposa de aquel
solo Dios en ti encarnado,
antes del parto y en él
virgen fuiste y después de él
-
676
l
SILVA DE POESÍA
VII
Escurece a las estrellas
tu rostro resplandeciente
porque la lindeza de ellas
no llega ni sus centellas
65 a tu beldad excelente.
Tampoco se te compara
la luna con bella cara
ni el sol que el orbe. rodea,
que eres tú toda más clara
70 tota es pulchra, amica mea.
3461' VIII
Tú, la más esclarecida;
tú, sobre todo reluces
porque en ti, reina de vida,
como en linterna metida
75 estuvo la luz de luces.
Y de ti nació la lumbre
que alumbró el valle y la cumbre
y a doquiera centellea,
luz de perpetua costumbre:
80 tota es pulchra, amica mea.
IX
eva MAría
La fealdad que hallaste
de nuestra madre primera
con tu beldad la quitaste
y el mundo hermoseaste
677
+
EUGENIO DE SALAZAR
X
Serena y divina luna,
tú, por gracia celestial,
fuiste aquella sola y una
que salió sin raza alguna
95 de pecado original.
El ángel y el serafín,
arcángel y querubín
cantando se saborea
de ti y cantará sin fin:
100 tota es pulchra, amica mea.
347r XI
De estrellas resplandecientes,
¡oh gran reina!, es tu corona.
De gracias sobre excelentes
te cubrió sobre las gentes
105 el que a tu ruego perdona.
Toda llena de limpieza,
toda llena de pureza,
llena de la eterna idea,
toda llena de grandeza,
110 tota es pulchra, amica mea.
XII
Tú estás siempre abogando
por este culpado mundo
y al juez alto rogando
que de su piedad usando
678
SILVA DE POESÍA
268
GLÓSANSE LAS PALABRAS DE SAN FRANCISCO
¿QUIÉN ERES Tú Y QUIEN SOY YO?
GLOSA 11
I
La soberbia desbarata
todo buen conocimiento
y tan malos tratos trata
que, como agua al fuego, mata
s al justo agradecimiento.
Esta a Luzbel arrojó
del cielo hasta el infierno,
esta al triste no dejó
decir: Oh gran Dios eterno,
10 ¿quién eres Tú y quién soy yo?
II
Señor, esta hinchazón
que de tu reino destierra,
no entre en mi corazón
porque juzgue sin pasión
15 que eres Tú, Dios,yyo, tierra.
Que el que así no lo juzgó
merece, cuando más sienta,
679
EUGENIO DE SALAZAR
348r III
Tú eres mi criador,
yo, tu indigna criatura;
Tú, mi Dios y mi Señor,
yo soy tu siervo menor
25 si me dieres tal ventura;
Tú, quien todo lo crió,
yo, gusanillo del suelo;
Tú, el que ab aeterno reinó.
Dame a entender, Rey del cielo,
30 ¿quién eres Tú y quién soy yo?
IV
Tú, mi Dios omnipotente,
yo, menos que un vil pelillo;
Tú, Dios benigno y clemente;
Tú, Dios justo y excelente,
35 uno y trino a quien me humillo.
Luz que todo lo alumbró,
mar de gracia y caridad,
Dios que por nos se humanó,
esencia de la bondad.
40 ¿Quién eres Tú y quién soy yo?
V
Tú eres el que bajaste
de tu trono soberano
y al hombre te sujetaste
por salvar como salvaste
45 al triste género humano.
Yo, quien siempre te ofendió,
Tú el que en cruz por mí moriste.
680
SILVA DE POESÍA
348V
VI
Que si esto considerase
el que mal se conociese,
yo fío que él se alcanzase
a pocos pasos que andase
55 y a conocerse viniese.
Y como quien despertó
de un sueño muy profundo
que viendo reconoció
dijese: ¡Oh, Señor del mundo!,
60 ¿quién eres Tú y quién soy yo?
VII
Y el que esto no considera
ni lo tiene en la memoria
cuitado de él, que va fuera
de la derecha carrera
65 por do se va a eterna gloria.
Y si Escila le sorbió,
dirá viéndose sorbido:
mi culpa lo mereció,
Dios, pues nunca he conocido
70 quién eres Tú y quién soy yo.
VIII
Quien no teme el grave cargo
ni el alcance del pecar
y se atreve, sin embargo,
a su Dios, el día amargo,
75 ¿cómo se ha de descargar?
Dichoso quien cuenta dio
si la majestad piadosa
681
+
EUGENIO DE SALAZAR
349r IX
Si ejecutados vamos
ante la vara infinita
por las deudas en que estamos,
aunque más nos opongamos,
85 ¿quién mostrará paga o quita?
Si no dice el que tomó,
siendo Dios, humano nombre:
tu deuda se perdonó
para que conozcas hombre
90 quién eres tú y quién soy Yo.
X
¡Oh mi Dios!, ¿quién alcanzara
conocerte y conocerse?,
¿oh quién hasta ti se alzara
o quién hasta sí bajara
95 para a ti y a sí entenderse?
Como tu sangre aclaró
los ojos del buen Longinos
y aclarados tu ser vio,
vean mis ojos indinos
100 quién eres Tú y quién soy yo.
269
349v TRADÚCENSE Y GLÓSANSE LAS PALABRAS
DE SAN PABLO AD GALATAS, C. 2
Vivo autem,
iam non ego,
vivit in me Christus.
682
SILVA DE POESÍA
ren decir:
aue quie
Vivo yo
ya no yo,
vive en mí
el que en cruz murió por mí.
GLOSA III
683
♦
EUGENIO DE SALAZAR
684
SILVA DE POESÍA
351r 75
Haz, Señor, por tu pasión
que Tú en mí y yo en ti viva;
levanta mi corazón
y sus alas a tu son
se batan la cumbre arriba.
so Yo no espero que la rueda
me trabuque a do no pueda
salir que, aunque merecí
mucho mal, más bien me queda
el que en cruz murió por mí.
270
Es mucho ganar el mundo Hizo esta cabeza de villancico
y mucho más de estimar el insigne maestro Ambrosio de
Morales, catedrático de Retórica en
saberle menospreciar. la Universidad de Alcalá.
271
GLOSAIIII
685
EUGENIO DE SALAZAR
272
[VILLANCICO]
686
--
SILVA DE POESÍA
274
[VILLANCICO]
352v Bajose el sacre real Esta cabeza de villancico está
a la garza por asilla glosada otras dos veces en la
segunda parte de este volumen.
y hiriose sin herilla.
687
it
EUGENIO DE SALAZAR
275
GLOSA VI
Habíase decretado
por la eterna Trinidad
que el Verbo fuese encarnado
para muerte del pecado
5 del hombre y su libertad.
Y el sacre divino fuese
el que en la Virgen viniese,
bella garza celestial,
y porque esto se cumpliese
10 bajase el sacre real.
Que aunque andaba levantada
la garza con alto vuelo,
era muy sobrepujada
del sacre, cuya morada
15 es en el más alto cielo.
Y así, porque la alcanzase
y el Verbo eterno encarnase
por tan alta maravilla,
fue bien que el sacre bajase
20 a la garza por asilla.
353r ¡Oh bajada soberana
con que toma el Verbo eterno
en la Virgen tan de gana
la naturaleza humana
25 por librarnos del infierno!
Pero aunque el sacre bajó
y a la garza alcance dio,
ella quedó sin mancilla
y él en su amor se hirió
30 y hiriose sin herilla.
688
SILVA DE POESÍA
276
[CANCIÓN]]
277
GLOSA VII
689
♦
EUGENIO DE SALAZAR
278
[CANCIÓN]
279
GLOSA VIII
690
SILVA DE POESÍA
691
EUGENIO DE SALAZAR
280
[CANCIÓN]
281
GLOSAIX
692
SILVA DE POESÍA
25 caridad, fe y esperanza.
Con esta vida no veo
la vida eterna que creo:
¿por qué me pena el vivir?,
¿por qué el acabar deseo?,
30 ¿por qué el gozo del morir?
La vida me dio muriendo
355V
mi Redentor soberano;
la vida me da viviendo
cuando, mis caídas viendo,
35 me da su gloriosa mano.
Ven, muerte, por mí muy bella,
limpia y clara como estrella
antes que dé tal caída
que enojado mi Dios de ella
40 no me torne a dar la vida.
282
[CANCIÓN AJENA]
283
GLOSA DEL AUTOR. Xª
693
EUGENIO DE SALAZAR
694
SILVA DE POESÍA
284
A LA MISMA, OTRA GLOSA DEL AUTOR. XIª
356V
¿ Qué muestras de más amor
que venderse a gente dura
por los siervos del Señor,
transformarse el Criador
5 en su propia criatura,
dar hoy señal de pasión
por la compra y ser venido
a comprarnos redención
con más que enorme lesión
10 el niño recién nacido?
Y por quedar obligado
a la salvación del hombre,
que estaba en tan pobre estado,
la obligación ha firmado
15 Jesús de su propio nombre.
Que el dulce dador de vida
porque desde luego arribe,
gustando el alma caída,
del dulce de su venida
20 un dulce nombre recibe.
Nombre de tal maravilla
y de preeminencia tanta
que todo se le arrodilla
y el ser que más se le humilla
25 más crece y más se levanta.
Nombre de gloria y consuelo,
nombre en quien la alma revive,
nombre de Dios para el suelo,
nombre de quien sabe el cielo
30 que el que le alcanzare vive.
357r
Porque en la recia batalla
del hombre y el adversario,
695
EUGENIO DE SALAZAR
285
GLOSÁNDOSE LOS DOS PRESUPUESTOS SIGUIENTES
I
En esta mezquina era
van los tiempos de tal suerte
y las cosas de manera
que dirá, y muy bien, cualquiera
5 en la vida está la muerte.
Porque es ya tan trabajosa,
cojijosa y peligrosa
que el triste vivir convida
a decir por clara cosa:
10 en la muerte está la vida.
357v 11
¿Qué goza el hombre viviendo
vida para bien quererte
sino en ti vivir muriendo?,
¿cómo no ha de andar diciendo:
15 en la vida está la muerte?
Y pues el morir acaba
696
SILVA DE POESÍA
III
Los que vivimos, ¿qué vemos
sino mal y dolor fuerte?
De quien vivió, ¿qué leemos
sino cosas que entendemos
25 en la vida está la muerte?
Porque las calamidades,
trabajos y adversidades
son tantas que el bien se olvida,
y si he de decir verdades,
30 en la muerte está la vida.
IIII
La miseria y la pobreza
por todo el mundo se vierte
y hoy ser pobre es tal vileza
que viviendo sin riqueza
35 en la vida está la muerte.
Porque es tan menospreciado
el pobre desventurado
y su vida es tan corrida
que dirá por acertado:
40 en la muerte está la vida.
358r V
Del mundo va desterrada
porque todo desconcierte
la verdad, que es muy odiada,
y donde ella no es hallada
45 en la vida está la muerte.
Porque vida sin verdad
697
p: ..
EUGENIO DE SALAZAR
es vida de escuridad
donde todo mal se anida,
y al que está sin claridad
50 en la muerte está la vida.
VI
Desordenada codicia
hace que nadie despierte
del sueño de la malicia
y que diga la justicia:
55 en la vida está la muerte.
Porque a mí ya no me acatan,
antes se me desacatan
y ando sola y perseguida
y a los que a mí me maltratan,
60 en la muerte está la vida.
VII
Caridad no hay do esperalla,
a lo bueno no se advierte,
amistad no hay do buscalla
y cuando esto no se halla
65 en la vida está la muerte.
No se hallan sino engaños
y raíces de mil daños;
anda todo sin medida
bien se ve que en tales años
70 en la muerte está la vida.
358v VIII
La virtud alzó su vuelo
hacia al que en sí la convierte
y, en fin, se ha subido al cielo
por lo cual, acá en el suelo,
75 en la vida está la muerte.
Que donde virtud no mora
698
SILVA DB POESÍA
ni se estima ni se honora
ni es en nadie agradecida
muy buena es la postrer hora,
80 en la muerte está la vida.
IX
Ley de mi Dios tan profundo,
cuando acabo de entenderte
entiendo que, si me fundo
y vivo en la ley del mundo,
85 en la vida está la muerte.
Y veo que no trabamos
de otro tronco ni otros ramos
y yendo tan de caída
para que más nos cayamos,
en la muerte está la vida.
X
Que si el triste pecador
a su Dios no se convierte,
el morir le es muy mejor
que ofendiendo a su criador
95 en la vida está la muerte.
Mas si deja de ofendelle
y se humilla a conocelle,
venturosa su partida
pues partiendo el alma a velle,
100 en la muerte está la vida.
359r XI
Cuando a nuestros malos vicios
el ánima se divierte
y sale fuera de quicios
viviendo en tales oficios,
105 en la vida está la muerte.
Venturosa la ventura
699
♦
"i
EUGENIO DE SALAZAR
XII
¡Oh alto Señor divino!,
haz que yo atine y acierte
viviendo a tu buen camino
que si por él no camino,
llS en la vida está la muerte.
Y si aporto al claro puerto
de eterna gloria y concierto,
la muerte sea bien venida
pues si vivo estando muerto,
120 en la muerte está la vida.
286
359v PSALMO «QUID EST DEUS?» Este psalmo se ha
de poner adelante
consecutivo al psalmo
11 1 y tras este los demás
Virtud divina, universal, eterna psalmos que se
eres Dios mío y de virtudes fuente siguieren. Está el psalmo
primero a hoja 489.
de donde el cielo y tierra se gobierna.
Sabiduría inmensa, no patente
5 sino a ti solo y a tu ser profundo,
don tuyo a ti debido solamente.
Virtud de omnipotencia con que el mundo
superior e inferior criaste
y los perpetuos senos del profundo,
10 con que el gran firmamento así afirmaste
y el primer móvil anda en movimiento
perpetuo porque Tú se lo mandaste.
700
SILVA DE POESÍA
701
EUGENIO DE SALAZAR
702
SILVA DE POESÍA
703
♦
EUGENIO DE SALAZAR
704
SILVA DE POESÍA
705
EUGENIO DE SALAZAR
287
PSALMO DE EXECRACIÓN CONTRA LOS QUE SON
INGRATOS A NUESTRO BUEN DIOS
III
Eterno criador de tierra y cielo,
supremo proveedor de las criaturas,
dador del bien y celestial consuelo;
Divino Dios que desde las alturas
s nuestra torpeza y ceguedad mirando
das clara luz a los que están a escuras;
Largo dador que nunca de estar dando
tu larga mano se verá cansada,
siempre nuestras pobrezas remediando;
706
SILVA DE POESÍA
363r
si no te traigo, ¡oh dulce Dios!, metido
20 dentro, en mi corazón, con grande gusto,
no entre yo en tu reino esclarecido;
si te olvidare, ¡oh Dios clemente y justo!,
de mí se olvide mi derecha mano
y ella me dé el castigo de hombre injusto;
25 si el mirar mío al blanco soberano
de tu suma bondad no enderezare,
tu mirar pío yo desee en vano;
si por gustos del mundo te dejare,
jamás consiga yo los de tu gloria
30 ni la perdición mía se repare;
si de mi vida breve y transitoria
los días no ocupare en tu servicio,
no los reciba el año en su memoria
que no merecerán tal beneficio
35 días en que mi vida se empeora,
días gastados en tu deservicio;
no vean la luz de la dorada aurora
ni el claro resplandor del sol lumbroso,
escuridad los cubra a cualquier hora;
40 si por mi Señor solo, glorioso,
a ti, Dios, no tuviere sin negarte,
tus gajes pierda yo como alevoso;
707
EUGENIO DE SALAZAR
si no he de obedecerte y agradarte
como a mi padre y mi señor divino,
45 no tenga yo en tu herencia alguna parte;
si me saliere yo de tu camino,
no me vuelva a guiar tu clara estrella
en pena de mi error y desatino,
que no mereceré que la luz de ella
50 me saque del camino de la muerte
al de tu triunfante ciudad bella;
363v si me encerrare en el cerrado fuerte
de los deleites de la escura tierra,
no goce yo los del glorioso verte;
55 si al miserable pobre se le cierra
mi puerta y la piedad con él me falta,
de tu misericordia me destierra;
si a la necesidad y estrecha falta
de la viuda y del huérfano he faltado,
60 falte a mi alma el bien con que se esmalta;
si la justicia a alguno he denegado,
castígueme el rigor de tu justicia
sin que consiga yo ser perdonado;
si se pegó la mácula y malicia
65 a mis manos jamás, el Dios que adoro
dé rigurosa pena a tal codicia;
si me enfiucié en haberes, plata ni oro,
si en el vano favor de los humanos,
no gocé yo del celestial tesoro;
70 si alguna vez besé mis propias manos
a mí me atribuyendo lo que es tuyo,
niégame, Dios, tus bienes soberanos;
si con desdén del mal vestido huyo,
desdéñeme tu vista y tu grandeza,
75 desnudo quede yo del favor suyo;
708
SILVA DE POESÍA
709
♦
EUGENIO DE SALAZAR
710
SILVA DE POESÍA
711
♦
EUGENIO DE SALAZAR
288
[VILLANCICO]
289
COMENTO DEL AUTOR
712
SILVA DE POESÍA
290
CANCIÓN A LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
NUESTRO REDENTOR
II
Moriste con muerte buena,
tú, que dabas muerte mala,
15 y caíste de la escala
trabando ya de la almena;
713
EUGENIO DE SALAZAR
III
Gloriosa muerte tal
que mató a la muerte astrosa,
resurrección gloriosa
que es para vida eternal.
2s ¡Oh, hazaña esclarecida,
que el vencido hoy vencedor
sale y con fuerza menor
la vencedora vencida!
291
292
EXPOSICIÓN DEL AUTOR
I
s Dios es en Dios el amor
y consigo entró en la lucha
no con otro luchador
que esta fue fuerza mayor
vencer Él su fuerza mucha.
714
SILVA DE POESÍA
II
III
IIII
20 Empero como Dios vido
que por la primer malicia
fue gravemente ofendido
quiso ser por sí vencido
para darse su justicia.
368r V
25 Y así, luchando en el cielo,
Dios con ese Dios eterno,
el Amor piadoso y tierno,
que en Él es Dios, dio en el suelo
con Dios y aun en el infierno.
715
EUGENIO DE SALAZAR
293
371v DISCANTES SOBRE LAS PALABRAS DEL
PROFETA ESAÍAS, c. XI:
«Et egredietur virga de radice Iesse»,
QUE QUIERE DECIR
«Saldrá una vara de la raíz de Jesé»
APLICADAS A LA GLORIOSA NATIVIDAD DE
NUESTRA SEÑORA
DISCANTE I
716
SILVA DE POESÍA
25 de su muerte en el madero;
para ser madre escogida
del dador de eterna vida,
matador de eterna muerte,
y seáis nuestra guarida
30 contra el enemigo fuerte.
Salís cual la linda aurora
con su lustroso arrebol;
hermosa, ¡oh alta señora!,
cual la luna que enamora,
35 y escogida como el sol.
Por luz podemos tener
vuestro precioso ser
lleno de gracia apacible,
pues venís a nos traer
40 a la luz inextinguible.
372V Venís, Virgen, a traernos
al Hijo de Dios eterno,
y con Él favorecernos
y libres por Él hacernos
45 del pecho del triste infierno.
Y pues sois la buena estrena
y contra el mal nuestro y pena,
en vos puso Dios el modo:
venid mucho en hora buena
50 que con vos viene el bien todo.
Ya el invierno riguroso
pasó con su tempestad
y el verano deleitoso,
blando, suave y gracioso
55 viene lleno de beldad.
Ya el temeroso señor
ha dejado su furor
que salió la clara estrella,
nació la divina flor,
60 llegó el tiempo del cogella.
717
♦
EUGENIO DE SALAZAR
718
SILVA DE POESÍA
3 7 3V
Vos, el alto caduceo
que para paz nuestra viene
con plenario jubileo
a medida del deseo
105 de lo que al hombre conviene.
Vos, la vara de concordia
anuncio de la victoria
que por vos ha de alcanzarse
mediante el Rey de la gloria
uo que en vos tiene de encerrarse.
Vara sois que denotáis
el cetro del poder sumo
y ante el poder que mostráis
del que vos representáis
115 todo otro poder es humo.
En hora buena venistes,
en hora buena nacistes,
vara de más firme fe,
y en hora buena salistes
120 de la raíz de Jesé.
294
374r
SOBRE LAS PALABRAS DEL PSALMISTA, PSAL. 101:
719
EUGENIO DE SALAZAR
DISCANTE II
720
SILVA DE POESÍA
35
y en lo malo me contento.
Oh días desventurados,
quién os viese ya pasados,
días de gran confusión
cuando tras ojos cerrados
40 se abalanza el corazón.
Huyo tan poco los daños
37Sr
y, en fin, es tal mi vivir
en mis juveniles años
como si fuesen tamaños
45 que no hubiese de morir.
Mi corazón sin limpieza,
mi corazón con dureza
y muy más frío que el hielo
y con tan mortal graveza
50 que no se alivia del suelo.
Mi pensamiento rastrero
anda en cosas de la tierra,
no pienso ni considero
aquel solo bien entero
55 que en ti, Dios mío, se encierra.
Porque las inclinaciones
de los mozos corazones
van lejos del bien eterno
y llegadas a ocasiones
60 que encaminan al infierno.
Ni me duelen los dolores
que a mis prójimos fatigan
ni corrijo sus errores,
sino pásamelo en flores
65 o mal hagan o mal digan.
¡Ojalá más mal no hubiese
y que yo mal no hiciese
ni dijese mal de alguno
y que a ti, mi Dios, pluguiese
70 que ayunase yo este ayuno!
721
t
EUGENIO DE SALAZAR
722
SILVA DE POESÍA
295
SOBRE LAS PALABRAS DEL PSALMISTA:
«Descendant in infernum víventes», PSAL. 54,
QUE QUIERE DECIR:
«Desciendan al infierno los hombre cuanto viven en este
mundo»
DISCANT E III
723
EUGENIO DE SALAZAR
724
SILVA DE POESÍA
725
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EUGENIO DE SALAZAR
296
SOBRE LAS PALABRAS DEL PSALMISTA, PSAL. 15:
«Dixi Dominus meus: Deus meus es tu quoniam bonorum
meorum no eges»
QUE QUIERE DECIR:
«Dije al Señor: Tú eres mi Dios porque no has menester los
bienes míos»
DISCANTE IIII
726
SILVA DE POESÍA
727
EUGENIO DE SALAZAR
728
SILVA DE POESÍA
297
380r SOBRE LAS PALABRAS DE CRISTO NUESTRO
REDENTOR
«Panis quem ego daba, caro mea est pro mundi vita». loan., 6.
729
EUGENIO DE SALAZAR
DISCANTE V
298
380v SOBRE LAS PALABRAS DEL PSALMISTA:
«Renovabitur ut aquila iuventus mea». Psal. 102
APLICADO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
DISCANTE VI
730
SILVA DE POESÍA
299
38lr GEMIDOS DEL ALMA
731
EUGENIO DE SALAZAR
732
SILVA DE POESÍA
733
EUGENIO DE SALAZAR
-
734
SILVA DB POESÍA
735
EUGENIO DE SALAZAR
736
SILVA DB POBSÍA
300
38�r
AL SANT1SIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTfA
737
EUGENIO DE SALAZAR
P.
738
SILVA DB POESÍA
301
[ENIGMA]
J87V
En alta torre subí
de firmísimo cimiento
y aunque no hay ventana allí,
desde dentro cosas vi
de grande encarecimiento.
Está sentada en el suelo,
por capitel tiene el cielo,
todo el mundo cabrá en ella,
fuera no hay bien ni consuelo.
10 Decid, ¿qué torre es aquella?
Desde esta torre se alcanza
la substancia del bocado
en tierra y cielo estimado.
302
[ENIGMA]
En todo el mundo se da
una fruta que sustenta
millares de hombres de cuenta
739
EUGENIO DE SALAZAR
303
[ENIGMA]
Un fuego vi do se ardía
un ser de grande excelencia
y aquel fuego consumía
males que aquel ser tenía
s con que estaba en gran dolencia.
De allá del cielo viniendo
un viento, y en él hiriendo
más alza la llama el vuelo,
tanto que ha llegado al cielo.
10 ¿Qué es esto que no lo entiendo?
Cocido con este fuego,
el pan que da el Soberano
es mantenimiento sano.
740
....__
SILVA DE POESÍA
304
CANTO DEL CISNE EN UNA DESPEDIDA Este canto ha de
DE SU CATALINA. ESTE CANTO HA DE estar en la primera
ESTAR PARA UNA AUSENCIA ULTRAMAR parte de este libro,
entre las obras de
ANTES QUE SE DESPOSASE CON EL LA mi Cata.lina.
741
EUGENIO DE SALAZAR
742
SILVA DE POESÍA
743
EUGENIO DE SALAZAR
744
SILVA DB POESÍA
J 25
Muero tu beldad no viendo
y muero también con verte;
mas el ver da dulce muerte,
no ver es vivir muriendo.
Pues, señora, si me alejo
130 do no se pueda ver más,
por lo dicho entenderás
con cuánta razón me quejo
habiendo de estar sujeto
a un desesperado mal,
135 no viendo el rico caudal
de ese mi divino objeto.
No viendo tu hermosura,
tu gracia ni gentileza,
tu discreción ni grandeza,
140 ¡ay de mí y de mi ventura!
Bien puedes tener por cierto
que si llego a despedirme
y de tu vista partirme
allí o presto he de ser muerto.
l45 Y si luego no muriere,
será para mayor mal,
viviendo en pena mortal
cuanto yo sin ti viviere.
Que llores p01· mí no quiero,
150 aunque muerto tú me veas,
solo te pido que creas,
mi vida, que por ti muero.
745
EUGENIO DE SALAZAR
746
SILVA DE POESÍA
305
DIÁLOGO PR1MERO DE LA INVENCIÓN DE LA
,9zr CRUZ EN QUE SE REFIEREN M UCHOS PASOS DE LA
ESCRITURA DONDE SE FIGURÓ LA CRUZ DE CRISTO
NUESTRO REDENTOR
II
Por aquesto, a lo que entiendo,
todo está regocijado,
que vuestra persona viendo
y gesto tan reverendo,
15 ¿qué hay que no se haya alegrado?
Pues si de mí hablo ahora,
yo os digo, bella señora,
de veras que me parece
que con vos llega la hora
20 en que el sol nos aparece.
392v
IIJ
S: Engáñaste, buen pastor,
si piensas tú que produce
mi persona este color,
747
EUGENIO DE SALAZAR
IIII
V
Y no alumbra solamente
estos campos la alta cruz
que del oriente al poniente
y a todo lugar y gente
45 se extiende su clara luz.
Luz de cruz que se figura
en la Sagrada Escritura
muchas veces por ser ella
tal que la mayor ventura
so nuestra vino a pender de ella.
393r VI
P: Oyo lo que me decís,
señora, que es gran contento
y en buen punto aquí venís,
748
SILVA DE POESÍA
VII
Empero de las figuras
tantas que decís que había
en las santas escrituras
que a vos no serán escuras,
65 pues sois la sabiduría,
si bien hacerme queréis,
os ruego me declaréis
algunas con que se encienda
este pecho que aquí veis
70 más en amor de esta prenda.
VIII
S: Pláceme de contentarte,
pastor bueno, porque veo
que deseas por tu parte
con esta cruz abrazarte
75 y es muy bueno tu deseo.
Y así, si con atención
oyes mi declaración,
harete la voluntad
para que en tu corazón
80 metas cruz de claridad.
393v IX
El árbol que Dios crío Genesis c. 2.
en medio del paraíso
donde la vida engirió,
749
11-----------
EUGENIO DE SALAZAR
X
La grande arca de Noé Genesis c. 7
en la cual salvo y seguro
el género humano fue
ser figura bien se ve
95 de esta cruz que yo figuro,
pues si nosotros queremos,
en ella salvos seremos
del diluvio de pecados
y en ella libres saldremos
100 a los montes encumbrados.
XI
Y aquella leña mentada Genesis c. 22
que para el gran sacrificio
de Isac fue aparejada
y al hombro le fue cargada
105 por hacer debido oficio,
de esta cruz fue la figura
que grande, pesada y dura
se cargó al Hijo de Dios
y en ella con gana pura
llO se sacrificó por nos.
394r XII
La escala que en sueños vía Genesis c. 28
Jacob, que llegaba al cielo,
por la cual le parecía
750
SILVA DE POESÍA
XIII
Jacob un báculo tuvo Genesis c. 32
con el cual pasó el Jordán
y otras partes por do anduvo
y este báculo retuvo
125 para alivio de su afán.
La cruz de mi Redentor
es el báculo mejor
para pasar la creciente
de aqueste mundo traidor
130 y su penosa corriente.
XIIII
Y cuando a los dos hermanos Genesis c. 48
el mismo Jacob bendijo
cruzó con amor las manos
dándoles los soberanos
135 dones que su boca dijo.
Aquel cruzar testifica
la cruz que el alma edifica,
pues de esta cruz conseguimos
bendición que vivifica
140 que en su señal recibimos.
J91v
XV
Y del gran Moisés la vara Exodic.4
en que mil �eñales dio,
pues hiriendo el agua clara Exodi c. 7
751
P'I
EUGENIO DE SALAZAR
XVI
La vara con que hiriendo Nurneri c. 2
0
la piedra dura y sin venas
el agua salió corriendo
donde el gran pueblo bebiendo
155 mató su sed y sus penas,
figura la cruz preciosa
en cuya virtud gloriosa
señales se ven sin cuento
y fue Cristo, ¡oh grande cosa!,
160 herido en ella y sangriento.
XVII
Esta cruz con que herido
nuestro mar de tentaciones
abre camino seguido
hasta llegar al partido
165 de las más altas regiones.
Cruz que hiere el duro pecho
y le ablanda y da, deshecho,
en agua penitencial
que según justo derecho
170 mata la sed más mortal.
395r XVIII
La coluna que guiando Exodi c.13
iba al pueblo de Israel,
que de Egipto iba dejando
752
SILVA DE POESÍA
XIX
En forma de nube va
cuando la contemplación
del hombre en la muerte está,
que el Hijo de Dios acá
185 padeció y en su pasión;
y entonces será de fuego
cuando se contemple el ruego
que desde ella al Padre hizo
y su amor en que me anego
190 con que nuestro mal deshizo.
XX
Cuando en las aguas echó Exodi c.15
Moisés un dulce madero
de amargas las endulzó
y en aquel se denotó
195 este en quien dulzura espero.
Con cuyo poder tan largo
y memoria del descargo
que dio en él Dios, por la ajena
culpa se hace lo amargo
200 dulce y gloria nuestra pena.
,39Sv XXI
La seca vara admirable Numeri c.12
de Aarón reverdecida
con hoja y flor deleitable
753
EUGENIO DE SALAZAR
XXII
Aquel madero excelente Numeri c.
21
en el cual fue levantada
la saludable serpiente
que al más mordido paciente
215 sanaba en siendo mirada;
ese la cruz representa
donde la gente sangrienta
al Redentor levantaron
y nuestras llagas y afrenta
220 con su vista se sanaron.
XXIII
396r XXIIII
La vara con que tocaba Judicum c. 6
el ángel el sacrificio
de Gedeón y causaba
754
SILVA DE POESÍA
XXV
2¡
Y de Jonatas la vara Regum libri 1, c. 14
con que alcanzó de la miel
que volvió su vista clara,
esta cruz muestra a la clara
245 con qué alcanzamos a aquel
que es la miel de más dulzura,
Dios en humanal natura
que nuestra vida alumbró
para ver su inmensa altura
250 y los cielos nos abrió.
XXVI
.6 El gran profeta real Regum 1, c. 16
su dulce arpa tocando
con sonido cordial
sanaba a Saúl su mal
255 sus espíritus sacando.
Figuró esta arpa acorde
la cruz que hizo concorde
al hombre con su criado
y expele a Satán discorde
260 del pecho del pecador.
396v
XXVII
•6
También pastor advertid Regum 1, c. 12
que figuró este trofeo
en cayado que David
755
EUGENIO DE SALAZAR
XXVIII
Yendo Elías temeroso Regurn 3, c. 19
por Jezabel perseguido
al pie de un enebro umbroso,
aunque triste y congojoso,
275 sosegó y quedó adormido.
Y nosotros, que tememos
al Demonio y sus extremos,
debajo de esta cruz nuestra
seguros dormir podremos
280 que el enebro nos la muestra.
XXJX
Aquel profeta divino, Regum 4, e, 4
Eliseo, a Giezí,
para ayuda en el camino,
dio su báculo y atino
285 que esta cruz figuró allí;
de la cual no tengo duda
que se nos dio para ayuda
del camino de este valle
y por señal donde acuda
290 quien quiere que Dios le halle.
397r XXX
Y la vara que Asuero Ester c. S
hacia Ester tendió de gana
en señal de verdadero
756
SILVA DE POESÍA
XXXI
19
Y el madero que tenía Ester c. 7
Naamán aparejado
contra aquel que él mal quería;
que al revés de su agonía,
305 él fue en él ajusticiado.
Esta cruz daba a entender
que el diablo quiso tener
contra Cristo puesta a punto
y él vino en ella a perder
310 su poder todo en un punto.
XXXII
•4 Y la llave de importancia Isai. c. 22
que al Eleacin fue puesta
sobre el hombro con instancia
para abrir aquella estancia
315 de David que tanto presta,
la cruz de Jesús enseña
que al hombro llevó por seña
en su sangrienta batalla
con que abrió puerta en la peña
320 donde el mayor bien se halla.
397v
XXXIII
'5
Y el grande árbol que miraba Danielis, c. 4
Nabucdonosor soñando
que al alto cielo llegaba
757
EUGENIO DE SALAZAR
XXXIIII
Aquesta cruz tan subida
nos figuró claramente
por todo el mundo extendida
y a toda gente esparcida
335 por predicación patente,
de hojas muy adornada
con la humanidad sagrada
de Cristo, que allí dio fruto,
para toda alma criada
340 del hombre sabio y el bruto.
XXXV
Debajo de esta se amparan
los brutos, los pecadores
y en sus ramos se reparan
las aves, los que se paran
345 a contemplar los dolores
y las penas tan sangrientas
de Cristo, con las afrentas
y muerte que padeció,
alcanza de nuestras cuentas
350 que en ella por nos pagó.
398r XXXVI
Ya pastor ves declaradas
de las figuras profundas
que en las crónicas sagradas
758
SILVA DE POESÍA
XXXVII
XXXVIlI
759
EUGENIO DE SALAZAR
306
DIÁLOGO SEGUNDO DE LA INVENCIÓN DE LA
CRUZ EN QUE SE PONEN ALGUNAS LETRAS QUE
CUADRAN CON LA CRUZ DE CRISTO, NUESTRO
REDENTOR
L: Contentamiento grande debemos todos tener, señor Gridonio, con tan seña
lada merced como de la mano de Dios hemos recibido este día en habernos
permitido hallar la verdadera cruz santísima en que murió por nosotros y
redimió el linaje humano.
G: Por cierto, señor Lipandro, yo así lo conozco y verdaderamente mi gozo es
tanto cuanto jamás he recibí i399r/ do. Tanto que de contento toda esta maña
na he esta estado componiendo letras aplicadas a esta cruz gloriosa.
L: ¡Oh señor Gridonio, y cuán buenas serán esas letras compuestas por tan devo
ta musa y sobre tan excelente sujeto! Suplico a V.M. gocemos de las muestras
de tan buen ingenio que, aunque la paga no será satisfactoria, yo pagaré con
referirle otras que yo he hecho con gana de acertar a decir algo que cuadre al
loor de esta divina pieza, que fue medio para nuestra salvación.
G: Yo quiero hacer lo poco que V. M. me pide por gozar de lo mucho que me pro
mete. Porque dello pienso conseguir tres provechos: uno, cumplir lo que V. �
me manda; otro, oír sus delicados y artificiosos motes; y otro, manife star mis
rudezas a quien las podrá limar con tan delicada lima.
760
SILVA DE POESÍA
.....
pejernos eso, señor Gridonio, que lo que V. M. dijere saldrá tan polido y lima
¡, do q ue ninguno terná que limar y todos tendremos en ello dechado que imitar
:
S1. nu
estro ingenio pudiere volar tan alto.
pues una letra, señor, de las que he compuesto es ésta:
G:
La tierra con todo el cielo
sustentó
este palo y no quebró.
por cierto, está bien encarecida la fuerza grande del palo de la santa cruz sus
L:
tentan do a Dios hombre, Señor del cielo y la tierra, que tiene mucho más peso
que todo ello junto. Una de las que yo hice es la que V. M. ahora oirá:
Madero depositario
de Cristo y de su pasión,
precio de la redención.
761
EUGENIO DE SALAZAR
G: ¡Oh amorosísimo y piadosísimo Dios, que por una cosa tan baja como el h
bre quisiste hacerte hombre y hecho hombre subir a tu glorioso cielo Por ;rn
tos tormentos y tan cruda y afrentosa muerte como en esta cruz Pade . 11•
' ·
ª
cuan JUS to sera' que 1os que qms1eren
· · gozar de tu g1ona · sub
an a ella
Ciste
. ·
cammo que I4oor¡rr., .1u sub1ste s1gmen · das y pasen por laPor el
· do tus seguras pisa
º
templación de las congojas y muerte que en esta cruz sufriste, y aun se po con.
en ella para sufrir parte de ellas, y cuán justo será que los que no pasare:gan
este amargo paso no suban al reino celestial ni gocen de la dulzura de la Vi8�or
1611
divina! Oiga V. M. otra:
Desde el suelo
alcanza esta grande escala
hasta el cielo.
L: Y cómo que alcanza, pues fue esta altísima cruz, figurada por la escala que el
santo patriarca Jacob vio en sueños que desde la tierra llegaba al cielo; y así fue
necesario, pues después que el redentor del mundo fue en ella puesto y la puso
para nosotros, está en esta cruz preciosa todo el artificio de nuestra subida de
la tierra al cielo. En otra letra dije yo de esta manera:
762
SILVA DE POESÍA
n · suficientísimos fueron los ardientes tiros que de esta divina pieza salieron para
G
· batir y romper los fortísimos y cerrados muros del cielo. De ella se tiraron
los fatigosos tormentos y muerte que el Redentor del mundo en ella sufrió:
el dolor de aquella corona de penetrantísimas espinas, las crueles heridas de
pies y manos y costado que los duros clavos y lanza hicieron, el amargor de
la amarga bebida de hiel y vinagre, la inestimable sangre que del sacratísimo
cuerpo salió, aquel amorosísimo y piadosísimo ruego que al Padre eterno hizo
diciendo: «Pater ignosce illis», y el último tiro que de ella se tiró diciendo el
Hijo de Dios: «Consummatum est», con que se/401r/ acabó de romper y abrir
el cerrado muro del cielo. Otra oirá V. M. con que yo acabaré, que es esta:
Del divino rosicler
de manos, pies y lanzada
mereció ser esmaltada.
L: Dichosa y más que dichosa joya que con tan inestimable esmalte fue esmaltada
y dichoso y más que dichoso mundo que tal joya y tesoro como este ha hoy
hallado. Yo quiero decir a V. M. otra sola con que también quiero acabar:
763
EUGENIO DE SALAZAR
307
TRADUCCIÓN DE LA LECCIÓN PRIMERA EN
EL C. 7 DEL SANTO JOB, CONFORME A LA
INTERPRETACIÓN Y PARÁFRASE DE TITELMAN
764
SILVA DE POESÍA
765
�
lrll
EUGENIO DE SALAZAR
no sé cómo satisfaga
ni sé cómo se deshaga
50 el cargo de mi malicia.
¿Por qué me reputas, di, Quare posuisti me co t
n rariu "1 t1b¡,
mi Dios, por contrario tuyo,
pues que sabes Tú de mí
que me he dado todo a ti
55 y que no tengo otro cuyo?
¿Por qué me das aflicciones
como si fuese enemigo?,
¿por qué contra mí te pones
siendo de mis intenciones
60 Tú, Dios, el mejor testigo?
403r Haces que a mí mismo sea Et factus sum mihimetipsi
gravls?
muy pesado y enfadoso,
sin quererme ver me vea
y viéndome en tal pelea,
65 de mí mismo esté quejoso.
Señor, y si estoy caído Cur non to/lis peccatum rneum,
por mi culpa y mi pecado,
¿por qué no soy socorrido,
y de ti no soy valido,
70 pues sin ti será escusado?
¿Por qué no quitas, Dios mío, Et quaere non aufers iniquitatem rneam?
mi culpable iniquidad?,
¿por qué no tiempla mi brío
tu divino poderío
75 y amorosa piedad?
Mira, Señor, que ya estoy
Ecce nunc in pulvere dormiam; et si
hecho polvo y cosa vana mane me quaesieris, non subsistam,
y tan cerca al morir voy
que los que me vieren hoy
80 no me hallarán mañana.
-
766
SILVA DE POESÍA
308
TRADUCCIÓN DE LA LECCIÓN SEGUNDA EN
403V EL C. 10 DEL SANTO JOB CONFORME A LA
INTERPRETACIÓN Y PARÁFRASE DE TITELMAN
tib;,
Mi alma está fastidiada Taedet animam meam vitae meae;
de mi vida corporal
que sustenta
pena tan descompasada,
5
tan pesado y fuerte mal,
tanta afrenta.
Soltaré mi lengua amarga Dimittam adversum me eloquium meum.
que contra mí y mi miseria
clame al cielo
ivisl 10 porque en fatiga tan larga
y en mi pobreza y laceria
sea consuelo.
Hablaré con amargura Loquar in amaritudine animae meae.
de mi alma y corazón
um, 15 fatigado
al Señor que así me apura
y de tan fuerte aflicción
me ha cargado.
404r Y diré a Dios: ¡Oh Señor!, Dicam Deo: Noli me condemnare;
¡n,/ 20 no me quieras condenar
porque hable
ni en el juicio mayor
me quieras manifestar
por culpable.
·tsi 25 Dame causa de mis penas, Indica mihi cur me ita iudices.
¡111, de mi prisión tan estrecha
y afrentosa,
muestra por dó me pues,
pues tu vara es tan derecha
30 y piadosa.
767
EUGENIO DE SALAZAR
Que si tu voluntad es
que sin culpa yo padezca,
sea así,
pues la mía Tú la ves
35 que es que mi dolor más crezca
si es por ti.
Mas, ¿parécete que es justo
Nunquid bonum tibi
que me calumnies y oprimas videtur, si calumnie
ns m
con zozobra opprimas me opus m e' et
40 y que de esto tomes gusto tuarum, et consiliumanuutn
siendo de tus manos primas impiorum adiuves?
traza y obra?,
404v ¿y que parezca que apruebas
de los malos la costumbre
45 sin desculpa haciendo tan duras pruebas
y con tanta pesadumbre
do no hay culpa?
No harás Tú, Dios, tal hecho,
50 que es justo cuanto Tú haces
y Tú quieres,
y pues me enciendes el pecho
cuando el cuerpo me deshaces,
bien me hieres.
55 Dios, ¿son de carne tus ojos?, Nunquid oculi carnei tibl
¿ves Tú como humana gente?, sunt? aut sicut videt horno,
et tu videbis?
¿es incierto
tu mirar o tiene antojos?,
¿no ves como lo patente
60 lo encubierto?
Penarme no es error tuyo
ni en tu juicio ignorancia
puede haber.
No sé para qué te arguyo
65 pues en todo es la importancia
tu querer.
768
SILVA DE POESÍA
et 75 cosa es clara,
ni de ponerme a tormento
para saber mi maldad
a la clara.
Ni para saber si vivo Et scias quia nihil impium fecerim,
80 sin crimen grave o liviano
que me arguya,
pues no hay hombre muerto o vivo Cum sit nemo qui a
que a tu poderosa mano manu tua possit eruere?
se le huya.
309
405v INTRODUC<:;:IóN DE LA LECCIÓN SEXTA EN
EL C.14 DEL SANCTO JOB, CONFORME A LA
INTERPRETACIÓN Y PARÁFRASE DE TITELMAN
1,,
Poderoso Dios eterno, Quis mihi hoc tribuat, ut
de ti, ¿quién me alcanzaría? in inferno protegas me,
Me ampares el fuerte día
en el limbo del infierno.
5 ¿Quién me alcanzará, Señor? Et abscondas me, donec
Me tengas allí escondido transeat furor tuus,
do no sea visto ni oído
mientras pasa tu furor.
769
EUGENIO DE SALAZAR
que yo he de resucitar.
Por lo cual el tiempo largo Cunctis diebus quibus nun
..
e rn1l1to,
que en batalla tan reñida
paso, mi cansada vida
20 viviendo triste y amargo,
406r vivo con esta esperanza Expecto.
de inmortal resurrección
y tiémplase mi pasión
con aquesta confianza.
25 Hasta que por mi victoria Donec veniat immutatio mea,
yo sea remunerado
y por ti, mi Dios, mudado
a estado de eterno gloria.
Tú, Señor, me llamarás Vocabis, et ego respondebo tib/,
30 con la trompeta sonora,
responderéte a la hora
saliendo sin tardar más.
Y saldré en mi cuerpo humano Operi manuum tuarum porriges dexteram.
como todos los humanos
35 que a las obras de tus manos
Tú, Señor, darás la mano.
Y aunque Tú desde mi infancia Tu quidem gressus meas dinumera5li,
me has contado las pisadas
y también tienes contadas
40 las horas de mi ignorancia,
· meis.
perdóname, ¡oh suma Alteza!, Sed parc e pecca t,s
mis errores tan notados
770
SILVA DE POESÍA
771
k
TERCERA DE LA TERCERA PARTE DE LA
SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
EN QUE HAY SONETOS Y LÍRICOS Y
PSALMOS Y OTRAS OBRAS
310
4131' SONETO
311
SONETO
773
�
EUGENIO DE SALAZAR
312
414r SONETO
774
SILVA DE POESÍA
313
SONETO
314
414v CANCIÓN SEXTINA
775
EUGENIO DE SALAZAR
315
415v SONETO
776
SILVA DB POESÍA
316
SONETO
o.
777
EUGENIO DE SALAZAR
317
416r A LA HUMILDAD Y POBRESA DEL SERÁFICO
FRANCISCO
SONETO
318
416v AL SERÁFICO FRANCISCO
SONETO
778
S11,VA DE POESÍA
319
A LA GLORIOSA SANTA CLARA
SONETO
779
EUGENIO DE SALAZAR
320
417v A LA REAL Y GLORIOSA VIRGEN Y MÁRTIR SANTA
CATALINA, ESPOSA DE JESUCRISTO, DE QUIEN SOY
INMÉRITO DEVO TO
SONE TO
321
418r A L A GLORIOSA VIRGEN SANTA CECILIA
ESTANZAS
780
SILVA DE POESÍA
4J8V
Este amoroso fuego que produce
tal caridad y amor tan vivo y fuerte
que ante el más claro sol alumbra y luce
20 y hace perder el miedo de la muerte;
este en la gran Cecilia así reluce,
este a la virgen dio tan alta suerte
que sin temer los ásperos tormentos
levantó a Dios sus altos pensamientos.
25 Este la hace por momentos crezca
su puro amor para su dulce amado;
este, que su fe viva se engrandezca
para su buen Jesús a quien se ha dado;
este, que su constancia permanezca
30 en el divino intento comenzado
de darse toda en todo a su Dios bueno
y de él solo traer su pecho lleno.
Este, que hizo siempre estar amando
Cecilia a su criador sin divertirse,
35 con lengua y corazón siempre alabando
al Dios de quien no quiso despedirse;
este la voluntad le fue aplicando
a viva caridad sin desasirse,
procurando guiar al claro cielo
40 las almas que vía ciegas en el suelo.
419r Y de esta caridad acompañada
a su merecimiento concedida,
781
EUGENIO DE SALAZAR
322
419v ESTANZAS EN LOOR DEL GLORIOSO
PADRE SAN BENITO,
782
SILVA DE POESÍA
l
420r
Debajo de tu seña están contados
10 cincuenta y cinco mil y más quinientos
con cinco encima mílites sagrados
a quien da el Padre eterno acostamientos
y en celestiales campos alojados
los tiene ya por su merecimientos
15 y acá por su valor ha permitido
canonizados todos hayan sido.
En la romana silla presidieron
más veinte y cuatro papas venerables
que regla y orden tuya obedecieron
20 haciendo vidas santas y loables
y dos mil cardenales te siguieron
a Dios no poco aceptos y agradables
con siete mil benditos arzobispos
de tu escuadrón y quince mil obispos.
25 Cincuenta mil abades de tu bando
y más de otros sesenta sin aquestos
la gloriosa vista están gozando
del sumo Padre en celestiales puestos.
Allí se están de gloria alimentando
30 y ¿cuántos más habrá sin todos estos
de tus secuaces (¡oh bendito santo!)
que gozan para siempre gozo tanto?
420v A tu bandera ilustre y tan segura
se sometió la escuadra cluniacense,
35 también debajo de ella se asegura,
la cisterciense y la camaldulense;
la celestina siempre duró y dura
con ella la fuldense y vulterdense;
la banda vallumbrosa y silvestrina,
40 sionesa, olivetana y la justina.
¡Oh gran patrón de número sin cuento,
de padres santos, justos y escogidos!;
¡oh gran principio y firme fundamento
783
EUGENIO DE SALAZAR
323
421r SOBRE UN VASO DE V IDRIO QUE ESTABA LLENO DE
AGUA Y CON UNA MACETA DE FLORES COLORADAS Y
NARANJADAS CON SUS CABOS V ERDES
SONETO
784
SILVA DE POESÍA
324
EL DEÁN DE GUATEMALA, DON PEDRO DE
LIÉBANA A LA NATIVIDAD DEL HIJO DE DIOS
SONETO EL CUAL ENVIÓ A EUGENIO DE SALAZAR
POR LE HACER MERCED
325
422r RESPONDIÓ EUGENIO DE SALAZAR AL SEÑOR
DEÁN CON EL SONETO SIGUIENTE HECHO A LA
MISMA FIESTA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
785
Pi
EUGENIO DE SALAZAR
326
422v SONETO A LA SACRATÍSIMA FIESTA Y PASCUA DE LOS
SANTÍSIMOS REYES, POR DON PEDRO DE LIÉBANA,
DEÁN, AL LICENCIADO EUGENIO DE SALAZAR
786
SILVA DE POESÍA
327
SONETO A LA SACRATÍSIMA FIESTA Y PASCUA DE LOS
SANTÍSIMOS REYES, POR EUGENIO DE SALAZAR. A DON
PEDRO DE LIÉBANA, DEÁN DE GUATEMALA
328
423v A LA GLORIOSA ASU NCIÓN DE NUESTRA SEÑORA
SONETO
787
P,¡,[11
EUGENIO DE SALAZAR
329
424r CANCIÓN A NUESTRA SEÑORA
GLOSANDO EL VERSO SIGUIENTE:
«Que ser madre de Dios es mayor cosa»
788
SILVA DE POESÍA
789
R
EUGENIO DE SALAZAR
330
SONETO
331
425v A LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
SONETO
790
SILVA DE POESÍA
332
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA
EUCARISTÍA ESTANZAS
791
EUGENIO DE SALAZAR
333
427r AL MISMO SACRAMENTO SANTÍSIMO
SONETO
334
427v AL MISMO SACRAMENTO SANTÍSIMO
SONETO
792
SILVA DE POESÍA
335
42Br AL MISMO SACRAMENTO SANTÍSIMO DENOTANDO EL
EFECTO DE LA TRANSFORMACIÓN DEL HOMBRE EN
DIOS CON SU PRECIOSA COMIDA
SONETO
793
EUGENIO DE SALAZAR
336
428v AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DENOTANDO
EL EFECTO DE AUMENTO DE V IRTUDES QUE
PROCEDE DE LA TRANSFORMACIÓN
SONETO
337
429r ESTANZAS A MANERA DE TROVAS FRANCESAS AL
SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
GENESIS, C. 3
794
SILVA DE POESÍA
GENESIS, C. 14
429V
GENESIS, C. 40
José en la prisión interpretaba
las uvas en el cáliz exprimidas
y el pan que en el canasto se mostraba
20 a los dos presos que temían sus vidas.
Y Tú, que de los presos no te olvidas,
gran Dios, en la alta cena interpretaste
el pan y vino con que nos convidas,
tu cuerpo y sangre en material engaste.
EXODI, C. 16
795
EUGENIO DE SALAZAR
REGUM LIB. 3, C. 19
338
796
SILVA DE POESÍA
797
PI
EUGENIO DE SALAZAR
339
431r AL MISMO SACRAMENTO SANTÍSIMO
LAS SIGUIENTES
ESTANZAS
798
SILVA DE POESÍA
340
SONETO
341
432r A LA GLORIOSA SANTA MARÍA MAGDALENA,
SOBRE SU GLORIOSA CONVERSIÓN
ESTANZAS
799
jifi
EUGENIO DE SALAZAR
800
SILVA DE POESÍA
342
433v AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
SONETO
801
EUGENIO DE SALAZAR
343
'
437r AL GLORIOSO SAN JUAN BAU TISTA
SONETO
802
SILVA DE POESÍA
344
CANTOS LÍRICOS
43Br
LÍRICO I
Si de mi sorda lira
las voces avivases,
¡oh criador de la celeste esfera!,
y al alto, donde aspira,
5 sus tonos levantases,
resonaría en tu loor doquiera,
templada de manera
que a su son y armonía,
líricos cantos con placer te cante
10 y sea tan entera
en gracia y melodía
que todo corazón a ti levante.
Y para el buen discante
tuyo y tu contrapunto,
15 haz que mi mano lleve los tenores
sin toque malsonante,
sin que te pierda punto
ni deje de sonar en tus loores.
438v En ti están los primores
20 de música perfeta,
en ti la verdadera consonancia.
A ti, que la mejores,
el ánima discreta
a todas horas pida con instancia.
25 En ti está la ganancia,
mi Dios y Señor bueno;
en ti está el bien más alto y la riqueza.
Todo lo de importancia
procede de tu seno
30 y de tu ser eterno y tu grandeza.
803
EUGENIO DE SALAZAR
Bendita tu largueza
y tu copiosa mano
que ha dado al mundo cuanto bien retiene,
¡oh celestial franqueza!,
35 que te hiciste humano
por darle un bien que en bienes par no tiene.
A lo que nos conviene
siempre estás muy atento
con atención benigna y amorosa
40 y cuanto bien nos viene
emana del talento
de tu amor grande y voluntad piadosa.
439r ¡Oh cuán maravillosa
prueba heciste de esto
45 por nuestra vida en dura cruz muriendo!
¡Oh muerte venturosa
que de la vida el resto
ganó al tahúr maldito en cruz venciendo!
En ti siempre riendo
50 está el gozo más puro;
en ti la gloria entera de quilates;
a ti, Dios, me encomiendo,
que de otro bien no curo;
a ti, que del pecado me rescates.
55 Tú tiemplas los debates
que el alma tener suele
con la viciosa carne y apetito
y nuestros disparates
como sobre ellos vuele
60 razón, y diga: Sobre el monte habito.
Tu ser será infinito,
tu verdad infinita,
sin fin será tu amor y tu clemencia,
de mí huirá el maldito
804
SILVA DE POESÍA
si tu piedad bendita
65
mostrare de tu amor en mi aparencia.
Para la resistencia
4'9" y aun para haber victoria
contra mi adverso y enemigo fuerte,
70
Tú me darás potencia,
dador de toda gloria,
en la virtud de tu preciosa muerte.
¡Oh más que buena suerte
del alma afortunada,
75
que ve tu gloriosa hermosura,
pues si merece verte
será glorificada
perpetuamente en la mayor altura!
De Dios es la ventura:
80 Él la da a quien le place
y todo el bien que quiere da con ella.
Dichosa la criatura
que a su criador aplace
y guarda tanta dicha sin perdella.
85 La más luciente estrella
que sin parar camina
y desde el alto cielo resplandece
no es tan clara y bella
como el alma divina
90 a quien su Dios alumbra y esclarece.
"40r En esta se parece
el sol mil rayos dando
como en linterna clara la candela;
en esta no anochece,
95 que está siempre alumbrando
aquel eterno Sol que nos consuela.
¡Oh cuando no se hiela
el corazón dichoso
805
EUGENIO DE SALAZAR
345
LÍRICO II
806
SILVA DE POESÍA
10
aunque parezca loco
deseo y no pequeño desvarío,
mi grande atrevimiento
ante tu soberano acatamiento.
Mas creo ciertamente,
15 ¡oh mi Señor piadoso!,
que Tú no has de juzgallo por locura,
pues eres tan clemente,
benigno y amoroso
que das oído a toda criatura
20 que con fe firme y pura
tu piedad invoca.
Y Tú, Señor, podrás
mi fe encendella más,
si te parece que es mi llama poca,
25 para que así encendida
merezca yo, mi Dios, ser de ti oída.
Enciéndame tu fuego
si de él falta en mí sientes;
abráseme, mi bien, yo en amor tuyo;
30 oye mi ansioso ruego,
pues rogar me consientes,
que este mi ser bien sabe que no es suyo.
Él no tiene otro cuyo
sino el de tu grandeza,
35 y no está tan sin tino
que se tenga por dino
de verse en trono de tan grande alteza;
mas aunque hay falta en mí,
merézcalo, Dios mío, yo por ti.
44Iv 40 Yo soy hechura tuya,
bendita yo por ello
y más bendito Tú, que me criaste,
y antes yo me destruya
que en peso de un cabello
807
f.
EUGENIO DE SALAZAR
808
SILVA DE POESÍA
809
EUGENIO DE SALAZAR
ni permitas me oprima
llS la que suele poner mi vida en cuentos;
de aquesta carne digo
que tanto es contra mí y jamás conmigo.
443r Cual viuda tortolilla,
que sola y sin consuelo
120 por todas partes anda lamentando,
y de la alta ramilla
del olmo se echa al suelo,
ni en un lugar ni en otro sosegando,
tal por los valles ando,
125 y tal por los collados
mi soledad plañiendo,
mis fatigas gimiendo;
y no serán mis llantos acabados
primero que a ti vuele,
130 consuelo mío, y en ti me consuele.
346
LÍRICO III
810
SILVA DE POESÍA
811
EUGENIO DE SALAZAR
812
SILVA DE POESÍA
347
LÍRICO IIII
813
-,
1
EUGENIO DE SALAZAR
814
SILVA DE POESÍA
40
de do si al soberano
trono se anima a levantar un vuelo
las alas topan y el calor se enfría;
y aunque salir querría
a contemplar tu esencia soberana
45 no puede y vuela como deslumbrado
murciégalo en la cámara encerrado.
Dala, Señor, ventana
por do a ti salga y vuele, pues lo ha gana.
De carne son mis ojos,
50 de carne, ¡ay Dios!, me diste los oídos,
el paladar, narices y las manos;
y toman mil antojos
estos que me ministran defendidos
para su alma a quien son muy villanos.
55 Estos cinco gusanos
no hagan mal ni puedan empecella,
Señor, por tus preciosas cinco llagas;
antes, merced tan grande y bien la hagas
que todos sean con ella
60 y en loor de ellos vuelva su querella.
447r Su enemigo fuerte
con siete tiros todas horas bate
la flaca fuerza donde está encerrada;
y por le dar la muerte
65 la cerca de este fuerte que combate
por cinco partes tiene aportillada.
Sea por ti amparada,
Señor, y cierra Tú cualquier portillo
por donde entralla el mal Satán tentare
70 porque con tu favor e ayuda ampare
y guarde su castillo
y, al fin, la llave entregue a su caudillo.
Así como traspasan
del sol los fuertes rayos con presteza
815
EUGENIO DE SALAZAR
816
SILVA DE POESÍA
348
A LA PASIÓN DE CRISTO, NUESTRO REDENTOR
LÍRICO V
817
EUGENIO DE SALAZAR
818
SILVA DE POESÍA
819
EUGENIO DE SALAZAR
820
SILVA DE POESÍA
349
DICTUM MIRABILE PETRI DAMIAN CARDINALIS. DE
HORA MORTIS
Pensandum est quippe, cum anima peccatrix vinculis incipit carnis ab
solví, quam amaro terrore concutitur, quantis mordacis conscientiae
stimulis laceratur. Recolit vetita quae commisit, videt mandata, quae
adimplere contempsit, dolet indulta poenitentiae tempora se inaniter
percepisse, plorat immobilem districtae ultionis articulum inevitabili
ter imminere: manere satagit, ire compellitur: recuperare vult perdita,
non auditur: post terga respiciens totius transactae vita cursum unum
brevissi !451r! mum deputat itineris passum: ante se oculus dirigit, et
in.finitae perennitatis spatia deprehendit. Plorat itaque quod intra tam
breve tempus acquirere potuit laetitiam omnium seculorum; deflet et se
propter tam brevis temporis illecebram voluptatem inenarrabilem ami
sisse dulcedinem: erubescit quod propter illam substantiam, quae ver
mibus orat obnoxia, illa neglexit, quae angelicís choris erant inferenda.
O quam angustae erunt tune viae reproborum: superius erit iudex ira
tus, inferius horrendum chaos: a dextris peccata accusantia, a sinistris
infinita daemonia ad supplicium trahentia: intus conscientia vrens, fo
ris mundus ardens. Miser peccator sic deprehensus quo fugiet? latere
erit impossibile, apparere intolerabile, sustinere importabile.
LÍRICO VI
821
EUGENIO DE SALAZAR
822
SILVA DE POESÍA
823
EUGENIO DE SALAZAR
824
SILVA DE POESÍA
350
454r LÍRICO VII
825
♦
EUGENIO DE SALAZAR
826
l
SILVA DE POESÍA
827
EUGENIO DE SALAZAR
828
SILVA DE POESÍA
351
829
EUGENIO DE SALAZAR
830
SILVA DE POESÍA
831
EUGENIO DE SALAZAR
832
SILVA DE POESÍA
352
45 9r
LÍRICO IX
833
.EUGENIO DE SALAZAR
834
SILVA DE POESÍA
353
A LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA
LÍRICO X
835
EUGENIO DE SALAZAR
836
SILVA DE POESÍA
837
EUGENIO DE SALAZAR
354
463r LÍRICO XI
838
SILVA DE POESÍA
839
EUGENIO DE SALAZAR
y así, de desatino
lleno mi entendimiento y desconcierto,
45 mi fantasía en loco devaneo
andaba, siendo vivo, más que muerto
en peligro y rodeo
cual rota nave que no atina al puerto.
465v Vía en mi casa los hermosos vasos
50 trasvertiendo licores saludables
y no podía de ellos ayudarme.
Para mí eran mis manos miserables
y mis familiares tan escasos
que de nada podía aprovecharme;
55 y aunque por remediarme,
muchos de mis amigos trabajaban
a mí mal medicinas aplicando
que con gana y amor me ministraban,
mi gran mal contrastando,
60 sus beneficios nada me aliviaban.
466r ¡Ay, cuán atada estaba ya mi lengua!;
mi corazón,¡ay!, cuán cobarde y frío;
y mi cerebro, ajeno con locura.
De mí burlaba el enemigo mío,
65 dejábame pensar en mi gran mengua
y comenzar a me poner en cura
y luego, sin mesura,
volvía a derribarme con revuelta
como el astuto gato que, teniendo
70 cogido al ratoncillo, le da suelta
y al tiempo que huyendo
se le quiere ir, le coge y da otra vuelta.
466v Estando en este trance temeroso,
entró en mi entendimiento una luz clara
75 (no sé por dónde, ¡oh piedad inmensa!),
un esfuerzo en mi pecho que a la clara
volvió mi corazón fuerte y brioso
con un aliento y osadía intensa
840
SILVA DE POESÍA
841
í
EUGENIO DE SALAZAR
355
469v SONETO
356
470r SONETO
842
SILVA DE POESÍA
357
SONETO
358
470r SONETO
843
EUGENIO DE SALAZAR
359
SONETO
844
SILVA DE POESÍA
360
4 7 Jr SONETO
361
472r A LAS INSIGNIAS DE LA PASIÓN DE CRISTO,
NUESTRO REDENTOR
ESTANZAS
845
EUGENIO DE SALAZAR
Al beso de Judas
¡Ay, paz de Judas, que heciste guerra
10 a la divina Paz que desde el cielo
vino a dar paz perpetua al mar y tierra
lleno de amor y divinal consuelo!
De guerra salió paz que ya destierra
la guerra eterna con piadoso celo.
15 Pérfida, mala y alevosa boca
que vende a Cristo y a su rostro toca.
A las sogas
Ásperas sogas que al Señor atastes
como si fuera esclavo fugitivo,
sus delicados miembros apretastes
20 como de malhechor y hombre nocivo,
ni vistes ni sentistes ni mirastes
que atábades al Hijo de Dios vivo.
¡Ay, malas sogas que ya sois muy buenas
pues dando pena quitáis tantas penas!
472v A la mano que dio una bofetada a Jesucristo
25 Mano atrevida, mano rigurosa,
sacrílega, maldita y dura mano
que con injuria grave y vergonzosa
heriste sin respeto al Soberano.
Llorad ojos tan dura y fuerte cosa,
30 llorad hecho tan feo e inhumano.
Que vea el cielo hoy una bofetada
a mano abierta al príncipe de Él dada.
Al gallo
Gallo que con tu canto diste aviso
a Pedro apóstol del quebrantamiento
35 de su palabra, con que de improviso
se avergonzó y salió con sentimiento
amargo cuando al Rey del paraíso
quebró la fe, quebró el prometimiento.
846
--
SILVA DE POESÍA
847
EUGENIO DE SALAZAR
848
SILVA DE POESÍA
474r
Al martillo
Dulce martillo que tan bien hiriendo
los dulces clavos dulce son hacías
cuando los ibas sin sentir metiendo
100 por las manos y pies que no entendías.
Bravo dolor causaste al que muriendo
quiso endulzar nuestros amargos días.
¡Oh martilladas dulces e importantes
que el cielo abristes tan cerrado de antes!
A la cruz
105 ¡Oh cruz divina que de vos pendiente
estuvo el peso del remedio nuestro,
de vos la salvación de toda gente,
tanta fue la virtud y valor vuestro!
Con ambos brazos, ¡oh cruz excelente!,
110 nos ayudáis, que el uno y otro es diestro.
¡Oh bienaventurado el que subiere
por vos a ver a Cristo que en vos muere!
Al título
¡Oh buen Jesús, llamado nazareno,
de los judíos rey alto y triunfante
115 como lo muestra el título tan bueno
escrito con la pluma tan constante
de aquel Pilato que, a no estar ajeno
de Dios y de su gracia tan distante,
pudiera firme estar en Dios bendito
120 como lo estuvo en no borrar lo escrito!
474v A los dardos y suertes
Dichoso dado que ganó la suerte
que por el universo tanto suena
que pudo rico, ¡ay ganador!, hacerte
y libertarte de perpetua pena
849
EUGENIO DE SALAZAR
850
SILVA DE POESÍA
A las tenazas
Tenazas que servistes al eterno
Señor a quien los cielos respetaban
155 y les sacastes con bocado tierno
los duros clavos que le traspasaban,
¡oh cuánto pesar distes al infierno
y cuánto gozo a los que a Dios alaban,
y pues hecistes hoy tan buen oficio,
160 el mundo os loe por tan gran servicio!
A la sábana de la mortaja
Ahora a ti mi triste canto he vuelto,
sábana limpia y divinal sudario,
donde el divino cuerpo estuvo envuelto
del que dejó sin fuerza al adversario
165 y de la muerte ya el poder resuelto.
Venérete odorífero incensario,
pues que cubriste al gran dador de vidas,
sus llagas, sus azotes, sus heridas.
362
476r LAMENTACIÓN PRIMERA DEL PROFETA JEREMÍAS
TRADUCIDA SEGÚN LA INTERPRETACIÓN Y
PARÁFRASE DEL GLORIOSO SAN JERÓNIMO Y EL
CARDENAL HUGÓN
851
EUGENIO DE SALAZAR
852
SILVA DE POESÍA
853
-
EUGENIO DE SALAZAR
854
SILVA DE POESÍA
363
ORACIÓN AL PADRE ETERNO
1: Pater noster qui es in caelis. Item, Pater vester caelestis pascit illa. Math. 6.
-Dominus dixit ad me: .filius meus es tu; ego hodie genui te. Psal. 2.
-Benedictus Deus et Pater Domini nostri Iesu Christi. Paul. ad Corinth.
epist. [... ]c. 1.
2: Laudate Dominum, omnes gentes. Psal. 116.
-Laudate Dominum de caelis; laudate eum in excelsis. Psal. 148.
-Ecce nunc benedícite Domino, omnes serví Domini. Psal. 133.
-Gloria patri et filio et spiritui sancto.
-Ideo gratias agimus Deo sine intermissione. Paul. ad Thessalonic. c.2.
3: Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam; et secundum
multitudinem miserationum tuarum, dele iniquitatem meam. Psal. 50
-Miserere mei, Deus, miserere mei, quoniam in te con.fidit anima mea. Psal. 56.
4: Haec est enim gratia, si propter Dei conscientiam sustinet quis tristias, patiens
iniuste. Petrus apost. epist. 1 ª c. 2.
-Ut sicut regnavit peccatum in mortem: ita et gratia regnet per iustitiam in vi
tam aeternam, per Iesum Christum Dominum nostrum. Paul. 1 ª ad Roma. c. 5.
855
EUGENIO DE SALAZAR
-Iustificati ergo ex ji.de, pacem habemus ad Deum per Dominum nostrurn Ie-
sum Christum: per quem habemus accessum per fidem in gratiam istarn
n
qua stamus, et gloriamur in spe gloriae filiorum Dei. Paul. 1 ad Roma. c.;. i
ª
856
SILVA DE POESÍA
-Si dixerimus quoniam peccatum non habemus, ipsi nos seducimus, et veritas in
nobis nos est. loan. epist. 1 ª c. 1.
:z: Sic enim Deus dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret: ut omnis qui
credit in eum, non pereat, sed habeat vitam aeternam. Non enim misit Deus
Filium suum in mundum, ut iudicet mundum, sed ut salvetur mundum per
ipsum. Ioannis, 3.
/ 479v/ 3: Operi manuum tuarum porrige dexteram. Job c. 14.
-Manus tuae fecerunt me, et plasmaverunt me totum in circuitu. Job c. 10.
857
EUGENIO DE SALAZAR
-Si igina linguis hominum loquar, et angelorum, charitatem autem non habeam
factus sum velut aes sonans, aut cymbalum tinniens. Paul. ad corinth. 1 c. 13_ '
-Nunc autem manent, .fides, spes, charítas: tría haec; maior autem horum est
charitas. Paul. ad corinth. 1 c. 13.
-Induite víscera misericordiae, benignitatem, etc. Super omnia autem haec cha
ritatem �abete, quod est vinculum perfectionis. Paul. ad colossen. c. 3.
-Finis praecepti est charitas de corde puro, et conscientia bona, et .fide non .ficta.
Paul. 1 ª ad Timoth. c. 1.
480v 25 Señor, enciende en el corazón mío
tal caridad que al próximo (1) yo ayude
como Tú mandas: con efecto y brío,
y que en su ayuda yo trabaje y sude.
Enfréneme tu mano este albedrío (2)
30 libre, no me perturbe y desayude,
mi propia voluntad no me destruya,
no tenga yo jamás sino la tuya (3).
1: Probatur ex supra proxime adductis sub numero 4.
-Qui diligit proximum, legem impleuit. Nam: Non adulterabis: Non occides, non
furaberis: Non falsum testimoníum dices: Non concupisces: et si quod est aliud
mandatum, in hoc verbo ínstauratur: Diliges proximum tuum sicut teipsum.
Dilectio proximi malum non operatur. Plenitudo ergo legis est dilectio. Paul ad
roman. c. 13.
858
SILVA DE POESÍA
-Quis infirmatur, et ego non infirmar? quis scandalizatur, et ego non uror? Paul.
ad corinth. 2 c. 11.
-Qui enim non diligit fratrem suum quem videt, Deum, quem non videt, qua
modo potest diligere? loan. epist. 1 ª c. 4.
2: Sin autem malum vobis videtur ut Domino serviatis, optio vobis datur: elige
hodie quod placet. Iosue c. [. . . J
-Cum metu et tremare vestram salutem operamini. Paul. ad philip. c. 2.
-Nolite obdurare corda vestra. Psal. 94.
-Proiicite a vobis omnes iniquitates vestras in quibus praevaricati estis, et facite
vobis cor novum, et spiritum novum. Ezechielis c. 18.
/481r/ - Semper est autem in nobis voluntas libera, sed non semper est bona.
Aut enim a iustitia libera est, quando servit peccato, et tune est mala: aut
a peccato libera est quando servit iustitiae, et tune est bona. August. lib. De
gratia et libero arbitrio ad Valentinum c. 15. Ex quo etiam probatur gratiam
et liberum arbitrium concurre inquit enim August. dicto loco gratia vero Dei
semper est bona et per hanc fit ut sit horno bonae voluntatis qui prius fuit vo
luntatis malae. Per hanc etiam fit ut ipsa bona voluntas, quae iam esse coepit,
augeatur, et tam magna fiat ut possit implere divina mandata quae volverit,
cum valde perfecteque volverit. Ad hoc enim valet quod scriptum est per Eze
chielem c. 15 si volveris conservabis mandata.
3: Fiat voluntas tua, sicut in caelo, et in terra. Math. c. 6. Lucae c. 11.
-Non omnis qui dicit mihi, Domine, Domine, intrabit in regnum caelorum: sed
qui facit voluntatem Patris mei, qui in caelis est. Math. c. 7, c. 12.
-Meus cibus est ut faciam voluntatem eius qui misit me, ut perficiam opus eius.
Ioannis c. 4.
-Domine, quid me vis facere? Actorum 9.
-Et cum ei suadere non possemus, quievimus, dicentes: Domini voluntas fiat.
Actorum 21.
-Dominus dedit, Dominus abstulit; sicut Domino placuit, ita factum est. Sit
nomen Domine benedictum. Job c. 1.
-Benedícite Domino, omnes virtutes eius, ministri eius, qui facitis voluntatem
eius. Psal. 102.
-Domine, ad te confugi. Doce me facere voluntatem tuam, quia Deus meus es
tu. Psal. 142.
859
EUGENIO DE SALAZAR
860
SILVA DE POESÍA
11.ram,
et si ambulavero in medio umbrae mortis, non timebo mala, quoniam tu
l'YI
f
mecum es. Psal. 22.
amat periculum peribit in illo. Ecclesiasti. c. 3.
6: Qui
Ubi non est sepes, diripietur possessio. Ecclesiastici c. 36.
J:
De los asaltos y combates fuertes
que el cuerpo (1) da a aquesta alma por momentos
y la sensualidad para mil muertes
bastantes con sus duros movimientos,
45 la libra Tú, Señor; Tú la despiertes
y por tu gran piedad le des alientos
tales que en tu virtud de que se valga
libre y triunfante (2) y victoriosa salga.
1: Quoniam lumbi mei impleti sum illusionibus, et non est sanitas in carne
mea. Psal. 37,
-Ergo fratres debitores sumus non carni, ut secundum carnem vivamus. Si enim
secundum carnem vixeritis, moriemini: si autem spiritu jacta carnis mortifi
caveritis, vivetis. Quicumque enim spiritu Dei agunt, ii sunt filii Dei. Paul. ad
roman. c. 8.
/482v/ -Et ne magnitudo revelationum extollat me, datus est mihi stimulus
carnis meae angelus Satanae, qui me colaphizet. Paul. ad corinth. 2 ª c. 12.
-Manifiesta sunt opera carnis: quae sunt fornicatio, immunditia, impudicitia,
luxuria, idolorum servitus, veneficia, inimicitiae, contentiones, aemulationes,
irae, rixae, dissensiones, sectae, invidiae, homicidia, ebrietates, comessationes,
et his similia, quae praedico vobis, sicut praedixi: quoniam qui talia agunt,
regnum Dei non consequentur. Paul. ad galat. c. 5.
-Caro enim concupiscit adversus spiritum: spiritus autem adversus carnem:
haec enim sibi invicem adversantur: ut non quaecumque vultis, illa faciatis.
Paul. ad galat. c. 5.
-Quoniam qui seminat in carne sua, de carne et metet corruptionem: qui autem
seminat in spiritu, de spiritu metet vitam aeternam. Paul. ad galat. c. 6.
2: Nam et qui certat in agane, non coronabitur nisi legitime certaverit. Paul. ad
Timoth. 2ª c. 2.
-Qui vicerit, possidebit haec, et ero illi Deus; et ille erit mihi filius. Apocalip. c. 21.
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EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
1: Dum lucem habetis, credite in lucem, ut filii lucis sitis. Ioann. 12.
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EUGENIO DE SALAZAR
1: Vigilate ergo, quia nescitis qua hora Dominus vester venturus sit. Math. 2 _
4
- Vigilate, et orate ut non intretis in tentationem. Math. 26.
/ 486r/ -Sobrii estate, et vigilate: quia adversarius vester diabolus tanqu a
rugiens circuit, quaerens quem devoret. Petrus apost. epist. 1 c. 5. rn 1eo
-Si ergo non vigilaveris, veniam ad te tanquam Jur et nescies qua hora veniarn
ad te. Apocalip. c. 3.
2: Dominus custodit te, Dominus protectio tua super manum dexterarn tuarn.
Psal. 120.
-Nisi Dominus custodierit civitatem, frustra vigilant qui custodiunt earn.
Psal. 126.
3: Et audiui vocen de caelo, dicentem mihi: Beati mortui qui in Domino moriun
tur. Apocalip. c. 14.
4: Qui vicerit, non laedetur a marte secunda. Apocalip. c. 2.
1: Sive ergo manducatis, sive bibitis, vel aliud quid facitis: omnia in gloriam Dei
facite. Paul. 1ª ad corinth. c. 10.
-Omne, quodcumque facitis aut in verbo aut in opere, omnia in nomine Domi
ni nostri Iesu Christi, gratias agentes Deo et Patri per ipsum. Paul. ad colos
sens. c. 3.
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SILVA DE POESÍA
z: Beati estis cum maledixerint vobis homines, et persecuti vos fuerint, et dixerint
omne malun adversum vos mentientes, propter me: gaudete, et exultate, quo
niam merces vestra copiosa est in caelis. Math. 5.
El valor y virtud de la preciosa
90 sangre (1) que en dura cruz por mí vertiste,
los méritos, Jesús (2), de la gloriosa
pasión que por mis culpas padeciste,
suplan mi vida tan defectuosa
para que esta alma fatigada y triste
95 pueda gozar del bien (3) de que hoy carece,
pues por sus obras nadie le merece (4).
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EUGENIO DE SALAZAR
1: Monstrate esse matrem summat per te preces qui pro nobis natus tulit esse tuus.
In hymno quem canit ecclesia.
2: Ad te clamamus ad te suspiramus. In oratione salve regina quam canit ecclesia.
3: Sancta Maria mater Dei ora pro nobis peccatoribus nunc et in hora mortis nos
tra. Amen. Verba quae addidit ecclesia salutationis angelicae.
-Crisostomus in Liturgia siue missa sua ait: Dirige nostram vitam et confirma
nos in timare tuo, omnes, custodi vitam nostram stabili nostras, gressus, preci
bus et supplicationibus sanctae Deiparae et semper virginis Mariae, et omnium
sanctorum.
-Augustinus Sermone 2 ° De annunciatione domenica, qui est Sermo 19 De sanc
tis ait: O beata Maria, saeculum omne captivum tuum deprecatur assensum:
te, apud Deum, mundus suae .fidei obsidem fecit. Et rursus ait: Et cum suscepe
ris vota, culpas nostras orando excusa. Et item ait: Assiste parata votis poscen
tium, et repende omnibus optatum effectum. Sint tibi studia assidue orare pro
populo Dei, quae mervisti benedicta redemptoremferre mundi.
-Canisius Authoritatum Sacrae Scripturne parte [11 in IIJ'l De alutatione an
gelica questionem. 18 ait: Quippe sanctorum patrum vestigiis insistentes, non
modo laudabilem, et admirabilem illam virginem quae sicut lilium est inter
spinas, salutamus, sed et eam virtute Dei auctam esse tanta creddimus at
que pro.fitemur, ut possit prodesse, favere, annuere miseris morta/ibus, dum
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
est cum Deum deprecamur ut in oratione Domenica. Ibi: Fiat voluntas tu.ec�nt¡s
ª•.
enim quis Deo imperat, sed precem Jundit. Et sic capitur, amen, 'in hac o 11011
r;attone.
364
489v PSALMO DE LOORES l. Elpsalrno II está
,
atras, hoja 359.
Loor al alto Padre sempiterno,
loor al Hijo y Espíritu Santo,
un Dios y tres personas ab aeterno;
loor a Aquel que es santo, santo, santo,
5 Señor de los ejércitos do quiera,
que al cielo y tierra y infierno pone espanto;
loor al sumo Dios, que su bandera
el que siguiere no será vencido
ni temerá que en la batalla muera;
10 loor al no criado ni nacido
y al que antes de los siglos fue engendrado
y al del Padre y del Hijo procedido;
loor al uno y tres, que en un estado
estará eternamente, y ser divino
15 que para siempre no será mudado;
loor, loor, loor al uno y trino;
loor, loor, loor al trino y uno,
al Padre, al Verbo, al que en la Virgen vino;
490r loor al que cual Él no hay otro alguno,
20 al que es rey y señor eterno y solo,
que el sustento nos da en tiempo oportuno;
loor al cierto y perdurable polo
del alma navegante en mar incierto
sobre las ondas de malicia y dolo;
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
365
PSALMO A LA LIMPÍSIMA CONCEPCIÓN
DE LA MADRE DE DIOS
IIII
Ínclita Virgen, soberana madre
del Redentor del mundo, que escogida
fuistes por el eterno y sumo Padre
492v para ser madre de la misma vida
5 del que mató a la muerte con su muerte
y recobró la gracia tan perdida.
Antes que el brazo poderoso y fuerte
del Criador sus obras comenzase,
fue sin principio vuestra buena suerte.
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SILVA DE POESÍA
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W"
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
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366
49Sr PSALMO PENITENCIAL V
879
rr
EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
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EUGENIO DE SALAZAR
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SILVA DE POESÍA
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA
DE EUGENIO DE SALAZAR
[DEDICATORIA]
3. Sino: pero.
4. Facundo: El que tiene elocuencia, elegancia y abundancia de palabras y
colores retóricos ( Covarrubias).
SILVA DE POESÍA:
[1] ¿A quién cantaré líricos cantares?:
endecasílabos sueltos
1: Antonio Prieto señala la semejanza de este verso con el del villancico «A
quién contaré yo mis quexas», recogido por Francisco Salinas en De musica
libri septem, cap. x del libro VI (Prieto, 1984: 11, 656).
31: Garcilaso: «Si de mi baja lira» (Ode ad florem Gnidi, v. 1). La referencia al
estilo bajo que caracteriza a la literatura pastoril, presente ya en Virgilio y fir
memente establecido en la teoría literaria desde la Edad Media, se convirtió
en un tópico de la literatura bucólica del siglo XVI en el que, además, podía
confluir una declaración de humildad del poeta.
32: Arión: Músico griego al que, de vuelta de un viaje, le asaltaron los mari
neros del barco en el que viajaba. Antes de morir, pidió permiso para cantar
por última vez. La belleza de su canto hizo que Apolo enviara en su ayuda
unos delfines, que le condujeron hasta la orilla montado en su lomo.
[2] Salid del agua pura, cristalina:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
1: Garcilaso: «Corrientes aguas puras, cristalinas» (Eglóga 1, v. 239).
5: So: Bajo.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
12: El tópico del no sé qué, es decir, el reconocimiento por parte del poeta de
su incapacidad para describir sus sentimientos se repite numerosas veces a
lo largo de la Silva.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
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JAIME TOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
recordar que Bembo, en le Prose della volgar lingua, como homenaje a Pe
trarca, admite también la existencia de formas madrigalescas no tan libres
aun siendo consciente de las novedades que en se habían impuesto en su
tiempo en la forma del madrigal (véase nota al madrigal sucesivo).
En su Suma del arte de poesía, dice: «Madrial se llama de mandra, vocablo
toscano que quiere decir aprisco o lugar donde las ovejas se acogen a la som
bra» (Salazar, 2010: 178). Esta era la etimología defendida por Antonio da
Tempo y por Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana. No obstante,
la forma «madrial» que usa Salazar, tiene su origen, probablemente, en Pie
tro Bembo, quien en el Libro II de sus Prose... , al hablar de la etimología de
esta forma métrica escribe: « [ ... ] queste universalmente son o tutte madriali
chiamate, o percio che da prima cose materiali e grosse si cantassero in que
lla maniera di rime, sciolta e materiale altresi; o pure perché cosi, piu che in
altro modo, pastorali amori e altri loro boscarecci avenimenti ragionassero
quelle genti, nella guisa che i Latini e i Greci ragionano nelle egloghe loro, il
nome delle canzoni formando e pigliando dalle mandre» (Bembo, 1966: 152).
[ 10] Más bella que las bellas:
madrigal: aBbAACddC:EE
Con este segundo madrigal, Salazar demuestra conocer la evolución que el
género había sufrido. En este periodo, se caracteriza por mezclar endecasí
labos y heptasílabos sin ningún esquema de rimas prefijado y sin más reglas
que el número de versos, que no debía ser inferior a 8 ni superior a 12, si bien
se encuentran ejemplos en los que estos límites no se respetan. Lógicamente
la libertad del metro no quiere decir que, a veces, no sea posible individuar
una estructura precisa, como es el caso de este ejemplo de Salazar en el que
podemos ver el juego de tercetos y pareado. Por otra parte, es de destacar
el hecho de que Salazar mantiene al madrigal dentro del bucolismo y del
estilo humilde que caracterizó al género en sus orígenes. Esta circunstancia
se habían ido perdiendo hasta el punto de que durante el siglo XVI se había
convertido ya en un género culto apto para tratar asuntos amorosos y corte
sanos, como lo vemos, por ejemplo, en Cetina.
4: Pella: La [pelota] que se hace en forma redonda, apretándola con las ma
nos de una parte y de otra, ora sea de nieve ora de manteca o de otra cosa
( Covarrubias).
9: Cucharro: Parece un cruce entre cacharro y cuchara (Autoridades).
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literatura pastoril. Algo semejante se podría decir del tópico del placer que
el poeta recibe por el dolor y una muerte que tienen su origen en la amada.
12: Defender: Vedar, prohibir (DRAE).
1
¡ 25] Amor, cómo permite tu derecho:
s soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
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ºn.-
60: Vado: Lugar de un río con fondo firme, llano y poco profundo, por d
de se puede pasar andando o cabalgando (DRAE).
71: «Yo acabaré, que me entregué sin arte/ a quien sabrá perder me y acab
me», Garc1·1aso, soneto 1, vv. 9-10. ar,
83: Excusarse: Eximirse dando razón, como no puede uno hacer lo que
1
piden [...] Excusable, la cosa que tiene causa para no ser condenada, y e
xi�
mirla de culpa (Covarrubias).
[30] Tended, señora, por este occidente:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
El tema de los ojos es uno de los más característicos de la lírica petrarquista
de ahí la importancia a todo lo que se relaciona con ellos: mirada, vista, e tc.
3: tendeldos. «Juan de Valdés, refiriéndose a los imperativos poneldo, embial
do, dice: «no sé qué sea la causa porque lo mezclan desta manera ... ; tengo
por mejor que el verbo vaya por sí y el pronombre por sí»; sin embargo, la
lucha entre dalde y dadle, teneldo y tenedlo se prolongó hasta la época de
Calderón» (Lapesa, 1986: 391).
9-11: El empíreo es el lugar donde los bienaventurados gozan de la contem
plación divina. La «esfera» del v. 9 hace referencia al sistema tolemaico-cris
tiano del universo, según el cual este se dividía en una serie de esferas la
última de las cuales era, precisamente, el empíreo.
[31] Amada frente honesta y muy serena:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
De nuevo un tópico petrarquista que podemos encontrar en Garcilaso, Bem
bo, etc: el soneto en el que se describe la belleza de la amada. El esque
ma habitual exigía que la descripción física de la amada se organizase en
modo descendente tal y como, por ejemplo, la realiza Góngora en su famoso
«Mientras por competir con tu cabello ... ». Salazar sigue bastante fielmente
esta norma: en los cuartetos enumera las diversas partes de la fisionomía de
la dama (frente, cabello, ojos, boca, dientes, color del rostro, cuerpo), mien
tras que en los terceros insiste en el carácter divino de esa belleza. Con este
soneto parece iniciarse una serie de composiciones que tienen en común el
hecho de elogiar la belleza de la amada centrándose en alguna parte de su
cuerpo: sonetos 32 y 33, las manos; 34 y 35, los ojos; 37, la frente.
4: Rosicler: Rosa claro y suave semejante al de la aurora (DRAE).
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
siguie nte manera: «Un cuerpo sutil causado y producido de la más delgada
y tenue y apurada parte de la sangre del corazón, y es el que da la virtud y
fuerza de la alma a los miembros espirituales para que puedan ejercitar sus
propias acciones. Otros lo nombran vapor sanguíneo, y algunos instrumento
de la ánima, y asiento del calor natural». Por su parte, Antonio Prieto resalta
la importancia que se encierra en este concepto en cuanto es índice de un
conocimiento de la teoría amorosa y de una línea poética que tiene un punto
fundamental en los «spiriti» de Cavalcanti y que estará presente en autores
como Garcilaso, Francisco de Figueroa, etc. (1984: 1, 86 y 246-247).
14: Los nueve de la fama: a principios del siglo XIV se fijó una lista de nueve
héroes a los que se consideraba compendio de todas las virtudes caballeres
cas. Formaban parte de ella tres personajes de la antigüedad: Héctor, Alejan
dro y César; tres de la Biblia: Josué, David y Judas Macabeo; y tres cristianos:
Arturo, Carlomagno y Godofredo de Bouillón.
[34] Rasgados ojos donde más contento:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
[35] Ojos que escurecéis a las estrellas:
soneto: ABBA:ABBA CDE:CDE
[36] De todos amadores he notado:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
[37] Gallarda dama cuya altiva frente:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
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5-6: Según la mitología clásica, Cupido usaba dos tipos de flechas: con las de
oro provocaba el amor y con las de plomo conseguía que la persona alcanza
da fuese totalmente ajena a este sentimiento.
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
Imitación de la canción CCVI, «S'i' 1 dissi mai, ch'i' vegna in odio a quella»
de Petrarca en el tema y en la particularísima forma de las rimas del autor
aretino. Se trata, en efecto, de un esquema métrico en el que las sucesivas
estancias comparten la rima dos a dos. Salazar introduce, no obstante, varias
novedades sobre el paradigma del toscano: reduce, en primer lugar, el núme
ro de versos de las estancias de 9 a 8 y, en segundo lugar, rompe el esquema
recopilativo del commiato ya que en Petrarca se recuperaban de nuevo las
tres rimas reduplicadas (para lo cual tiene que introducir en el verso quinto
una rima en medio que recoge la del verso anterior), mientras que en Salazar
una de las rimas se pierde.
[62] ¿ Yo dije tal?¿Estaba yo privado:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
Marco Santagata (1979, 30-31) ha señalado la íntima relación estructural que
existe en la RVF entre el soneto CCV y la canción CCVI. Es evidente que
Salazar ha querido reproducir en su «cancionero» la misma secuencia. En
efecto, resulta clara la continuidad temática representada entre el «si dije tal»
del poema anterior y el «¿ Yo dije tal?» de este.
[63] Creer o no creer, si bien se acierta:
soneto: ABBA:ABBA CDC:DCD
[64] Varias y lindas flores:
canción Petrarquista:
estancias: abC,abC:cdeeDfF
com: deeDfF
Antonio Prieto (1984: 11,659) ha resaltado la comunicación con la naturaleza
que caracteriza esta canción.
5: Librea: Trajes que los príncipes, señores y algunas otras personas dan a sus
criados (DRAE).
39: Acteón descubrió a Diana mientras se bañaba desnuda en una fuente.
La diosa, enfadada, lo convirtió en ciervo, por lo que fue devorado por los
perros de su jauría.
40: Petrarca, CXXVI, v. 10: «aere sacro, sereno».
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turnos, Hera le encargó que vigilara a lo, de quien estaba celosa. Hermes re
cibió de Zeus el encargo de liberar a su amante, para lo cual durmió a Argos
y posteriormente lo mató. Hera, para inmortalizar a quien le había servido,
transportó sus ojos a las plumas del pavo real.
69: Cojijo: Inquietud moral apremiante (DRAE).
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
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tendría que volver con ella, ya que sería la única que podría cm-arlo gr:s:n
a su conocimiento de las plantas medicinales. Efectivamente, hacia el fcias
de la guerra de Troya, París fue herido y recordó la profecía de la ninfa ;i al
a buscarla (o envió mensajeros), pero ella se negó a curarle como vengat . ue
lza
por haberla abandonado. París murió y Enone se suicidó.
49: Hace referencia a la historia de Hero y Leandro. Este cada noche atrave
saba a nado el Helesponto para encontrar a su amada, Hero, que vivía en la
orilla contraria. Para ayudarlo en esta peligrosa travesía, la joven encendía
una antorcha en lo alto de su casa, que servía a su amante corno guía. Una
noche el fuego se apagó y Leandro murió ahogado. Al día siguiente, Hero se
suicidó al ver su cadáver en la costa.
61: Dernofonte, de regreso de la guerra de Troya, llegó a las costas de Tracia;
allí fue acogido por el rey de la ciudad, cuya hija, Filis, se enamoró de él. El
joven se casó con ella, pero al poco tiempo la dejó para volver a Atenas pro
metiéndola que regresaría. Desesperada por el abandono de Dernofonte, que
en tanto se había vuelto a casar, Filis se ahorcó.
86: El sol.
[104] ¡Oh bella vista tanto deseada:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
12: Tres veces tanto dura.
14: «cuán presto se va el plazer.. . Pues si vernos lo presento / como en un
punto se es ido/ y acabado ... », Jorge Manrique, Coplas por la muerte de su
padre, vv. 7 y 13-15.
[105] Ahora que mis ojos han llegado:
soneto: ABBA:ABBA CDE:DCE
[106] No puedo desviar el pensamiento:
canción «distessa»: AbCD(y)EF(z)g
Salazar en su Suma ... la describe de la siguiente manera: «Esta canción lla
mada distesa es muy galana y grave y artificiosa y aun difícil. Hácese de
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
rnuchas estancias y cada estancia de muchos pies al arbitrio del autor, aun
que no se ha de pasar de siete pies en la estancia. Esta manera de canción
usaron primero los proenzales; ha de llevar cada estancia dos pies rotos, el
segundo y el postrero, y los demás han de ser enteros. Los consonantes han
de ser de esta manera; que en la primera estancia no ha de haber consonante
en alguno, sino que cada verso termine en diverso consonante, y todas las
demás han de ir respondiendo por su orden en los consonantes en la prime
ra estancia, que por eso se llama distesa, como de sí misma, pues todas las
estancias siguientes van en los consonantes de la primera. O dícese distesa
como extendida, porque los consonantes de la primera estancias se extien
den a los demás y corresponden de esta manera: al primero verso el primero
verso de todas las otras y al segundo el segundo, y así por su orden; y aunque
todas han de ir en el consonante de la primera, ha de huir el poeta de acabar
en el mismo vocablo.
Lleva otro secreto esta canción: que en el cuarto verso en la tercera sílaba
hace cesura, y así se ha de hacer en todas las estancias, y respondiendo al
consonante de aquella cesura; y lo mismo es en el sexto verso en la quinta
sílaba, y en el consonante de la cesura del cuarto verso ha de ser diferente de
la del sexto» (Salazar, 2010: 177-178).
33: Trayo: traigo. Forma arcaica que perduró hasta finales del siglo XVI.
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JAIME JOSÉ MARTÍNEZ MARTÍN
so» (Salazar, 1968: 89). Como tal fórmula, podemos encontrarla tambiéne l
t
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
917
ji!►,
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NOTAS A LA SILVA DE POESÍA DE EUGENIO DE SALAZAR
9-12: Véase cómo el autor usa el mismo estilo que había usado en las compo
siciones anteriores. En este caso recurre a los mismos juegos de palabras que
ha usado hasta ahora para la poesía italianizante y para la castellana.
[128] El insufrible tormento:
epístola compuesta de 49 redondillas (abba) más 1 quintilla (abbaa) final.
164: Este tipo de hipérbole sagrada provocó durante el siglo x v y principios
del XVI una respuesta por parte de religiosos y moralistas, como puede ver
se en los preliminares de la Celestina, escrita «en reprehensión de los locos
amadores que, vencidos de su desordenado apetito, a sus amigos llaman y
dicen ser su dios».
201: En la praxis poética del siglo xv, la estructura fonética de la palabra
se podía alterar en función de las necesidades métricas (cómputo silábico,
rima, etc.) del verso. Este hecho que hoy puede resultar sorprendente era
habitual tanto en el verso de arte mayor como en el de arte real, tal y como
ha demostrado Fernando Lázaro Carreter (1979: 75-111).
[129] Después que Amor y la Fortuna y Hado:
octavas: ABABABCC
Gallardo indica que Salazar lo compuso para perpetuar su matrimonio, ocu
rrido en mayo de 1557.
30-48: El principio de este poema recuerda al de la Oda ad florem Gnidi de
Garcilaso. También ahí el poema inicia con una larguísima oración subordi
nada (en este caso una condicional, en Salazar una temporal) que encuentra
solo la principal a partir de este verso 29 y en ambos casos esta oración prin
cipal es una explicación primero en negativo de lo que no cantará y luego en
positivo (no cantaré ... sino cantaré... ).
48: Bel: Bello (DRAE).
1 68: Copia: Vale abundancia [ .. . ] El cuerno de la copia; el mismo que de la
l Amaltea (Covarrubias). Según el mito clásico cuando era niño, Zeus sobre
l vivió gracias a los cuidados de la ninfa Amaltea (según otras versiones era
una cabra). Durante uno de sus juegos el dios rompió uno de sus cuernos de
1 la cabra gracias a la cual se nutría y lo regaló a Amaltea, asegurándole que se
1 llenaría de todo aquello que desease. De esta leyenda nace el mito del cuerno
de la abundancia.
73-88: Flores de diversos colores.
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