Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Axel Rivas Revivir Las Aulas Un Libro para Cambiar La Educacic3b3n Pdf. - Sintesis - Cap. - 9

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Universidad Nacional de Córdoba

Escuela de Ciencias de la Información


Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II

Un libro para cambiar la educación. Necesitamos cambiar la educación. Este


libro es el primer gran paso para lograrlo. Del aula al mundo. Cap. 8 y 9.
Autor: Axel Rivas
IX. Una visión del cambio

LAS ESCUELAS QUE ABANDONAMOS: NO TODO TIEMPO PASADO FUE


MEJOR
Las escuelas nacidas de las dos primeras revoluciones educativas, la religiosa y la
estatal, eran una imposición. Lo que hacían era inculcar conocimientos únicos,
indiscutibles, intocables. Repetían un mundo. No había en ellas posibilidad de
cambiar el libreto. Sólo se esperaba la eficiencia de la repetición, la misma que
anula el pensamiento y agiganta la reproducción del mundo vigente. Eran
escuelas conservadoras.
Ellas tenían dos conductores: la obligación y el mérito. Se aprendía por obligación;
así era la experiencia de la escolarización para contingentes enteros de alumnos.
Especialmente, en la escuela secundaria cada uno avanzaba como
responsabilidad personal. Si no lo hacía, la escuela tenía reglas estrictas:
expulsión, desaprobación, repitencia.
La exclusión era el producto de un modelo único para todos. Los perdedores de la
escuela eran los sectores populares. La correlación entre pobreza y fracaso
escolar era alta y constante.
La memorización era la forma dominante de relación con los conocimientos. Los
pobres rápidamente eran excluidos, con suerte terminaban la primaria. Los
débiles, los indisciplinados, los problemáticos eran borrados de la escuela
secundaria.
Los que quedaban aprendían cosas bien concretas: saberes fundamentales,
rutinas, hábitos, reglas, un orden social.
Es imposible desconocer que esto mejoraba la vida de las personas, que
alimentaba la economía, que potenciaba la democracia y la inclusión social. Pero
el resultado eran aprendizajes en serie y una sociedad intacta en sus
desigualdades.
Están llegando los años decisivos para la educación. Las escuelas fueron un gran
avance en su tiempo, pero eran limitadas. No les tengamos nostalgia, son las
escuelas que abandonamos.

EL VACÍO: LA GRAN TRANSICIÓN EDUCATIVA DONDE ESTAMOS


PARADOS
Universidad Nacional de Córdoba
Escuela de Ciencias de la Información
Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II

Las escuelas del presente son mejores que las del pasado. Caídas,
deslegitimadas, dispersas. Abrieron sus puertas a los excluidos en el nivel inicial y
secundario. Son escuelas donde hay más libertades y el conocimiento comienza a
ser algo que se descubre y no sólo se impone. Son escuelas confundidas.
En ellas se quebraron las normas de autoridad. Aparecieron las pantallas que se
llevaron a los niños y jóvenes a un mundo que desconocemos. Nuestra vieja
escuela quedó en dos frentes de batalla: la herencia de la fragmentación social y
la mayor expansión de las desigualdades sociales; y la amenaza del fin de las
escuelas a manos del mundo digital que enseñará sin necesidad de docentes.
Estamos siendo atravesados por olas de cambio que no podemos entender ni
sabemos bien cómo enfrentar, en las aulas reina el desconcierto. Muchas
escuelas y docentes viven atrapados entre la norma de la vieja escuela y las
infinitas posibilidades del sueño digital. Entre la disciplina tradicional y el facilismo.
Entre la repitencia y la promoción automática.
Los viejos conductores no funcionan y no sabemos con qué reemplazarlos. En las
aulas reinan los dilemas irresueltos. No podemos despegarnos del pasado y
tenemos adherido un presente que no entendemos.
Trataré de presentar la visión de las escuelas que creo posibles. Las escuelas
inolvidables, las que cambian vidas. Ya existen, como dije. No son un invento
están aisladas pero nos prestan lecciones inspiradoras.
Esta visión, cuenta con cinto tipos de capacidades de actuar que debemos formar
en nuestros alumnos, las que intentan orientar el rumbo en medio de una
gigantesca transición que nos ha sacado de las viejas escuelas y nos ha dejado
perdidos.
1. Creación de la fortaleza interior. Nada más importante que un niño o
joven que se siente capaz, que no tiene temor a expresarse, pensar,
proyectar. Las escuelas deben atacar la desigualdad desde adentro
alimentando la autoestima.
2. Socialización con reconocimiento en los demás. Se trata del saber
cultural. Se aprende de los demás, de ver otras culturas, de pasar
experiencias variadas, que permitan entender al otro y repensarse uno
mismo. Es la virtud de ser capaz de ponerse en los pies del otro, de mirar al
mundo desde ojos ajenos.
3. Aprender a aprender. El propósito de la educación es usar la riqueza del
pasado para dar nueva vida al conocimiento. Es interiorizar las prácticas
para apropiarse de los saberes, a través de un trabajo a desarrollar
Universidad Nacional de Córdoba
Escuela de Ciencias de la Información
Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II
4. Conjunto de aprendizajes globales y comunes que todos debemos
dominar. Se trata de saberes fundamentales, nos enriquecerán la vida, nos
darán armas para lo que nos espera. Es un gran conjunto de derechos
Esos saberes son patrimonio de la humanidad, son nuestras tradiciones,
nuestra memoria.
El aprendizaje en profundidad puede desarrollarse desde primer grado,
pese a que tiene que tener mayor espacio en la educación secundaria. Es
el aprendizaje especializado, que requiere autonomía, esfuerzo,
perseverancia, se nutre de los alumnos apasionados por alguna de las
diversas formas de conocimiento. Requiere dominar conocimientos,
sentirlos como propios.

¿CÓMO SALDREMOS DE LOS MUROS QUE ENCIERRAN LAS AULAS? LOS


CINCO CONDUCTORES
Hoy es pura confusión, estamos en plena transición. Salimos de las viejas
escuelas pero no sabemos adónde vamos. ¿Cómo? A través del reemplazo de los
dos viejos conductores del aprendizaje: la obligación y la meritocracia.

1. La pasión de aprender. Este es el gran reemplazo de la obligación,


aunque nunca será completo. Será necesaria la obligación de ir cada
día a la escuela, de respetar la autoridad de los adultos, de cumplir las
normas. La pasión por aprender se conduce a través de una docencia
que inspira y seduce. Se trata del docente que ve algo extraordinario en
sus alumnos, que sabe buscarlo y cultivarlo.
2. Dar sentido a lo que se debe aprender. Todo corre demasiado rápido en
la vida de los alumnos. Son más impacientes que nunca, están
hiperestimulados, y necesitan respuestas. Hay que sacar a cada saber
de ese estado de quietud. Hay que buscar el sentido de todo lo que
enseñamos. Cada docente debe brindar ese sentido, para qué sirve,
para cuando, en qué contextos, cómo cambió en el tiempo y cómo
cambiará en el futuro. Necesitamos docentes que sepan sus disciplinas,
y se sientan como pez en el agua de cada campo de saberes. Son
pasos grandes, que van hacia la apropiación del sentido de lo que se
aprende. Reemplazan la repetición mecánica, intrascendente, obsoleta
del conocimiento formal.
3. Tener reglas claras y legítimas. Las escuelas necesitan reglas. No
pueden hacerse cada día ni basarse en la inspiración. Son instituciones,
toda escuela que funciona bien tiene reglas claras, que ordenan, que
dan previsibilidad, que dan tiempo a la enseñanza. Las reglas son una
Universidad Nacional de Córdoba
Escuela de Ciencias de la Información
Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II
demostración de confianza, y funcionan como un acuerdo, un pacto, un
motor dentro de las escuelas.
4. El esfuerzo. Este es el conductor que continúa y replantea la vieja idea
de la meritocracia. El esfuerzo personal y colectivo debe ser alimentado
y valorado. Estudiar es un trabajo, y el esfuerzo debe venir por uno
mismo. Hay un río de conocimiento que está debajo de nuestros pies,
esperando a ser descubierto, conquistado, no impuesto. Llevará mucha
dedicación y paciencia. Si no hay promesa de un mañana real, toda la
tarea educativa se nubla. Por eso será tan importante que el docente
sepa cultivar el esfuerzo de sus alumnos.
5. El apoyo. Es hora de poner el apoyo escolar en su lugar, debe ser
constante e integral. No algo separado, que está fuera del horario
escolar, fuera de las clases. El apoyo es a veces una mirada, una
palabra. Muchas veces escapa a la tarea docente, puesto que se trata
también del apoyo de las políticas estatales que generan condiciones
dignas en las escuelas.
Los nuevos conductores deben reemplazar la memorización con la comprensión.
Uno comprende algo cuando puede relacionarlo, explicarlo, encontrar evidencias y
generalizar. Estos cinco conductores son la llave de las escuelas del futuro, harán
que cada alumno quiera ir cada día a clase.

CUATRO REVOLUCIONES EDUCATIVAS JUNTAS PUEDEN MOVER EL


MUNDO
Las cuatro revoluciones educativas son estampidas en la historia del
conocimiento. Lo han cambiado todo, fueron masivas, mundiales, incontenibles.
1. Fuerza revolucionaria 1: profundos trabajos con las conciencias.
Fue religiosa, nos dio el aula tal como la conocemos hoy: un lugar de encuentro
absolutamente constante, graduado, de un mismo docente con un mismo grupo de
alumnos, en tiempos de dispersión está en las escuelas el poder de la paciencia.
Esta fuerza es hoy imperiosa. La fuerza de cuidar de cada alumno, del más débil,
de los diferentes. Hay quienes no valoran todo lo que esta primera fuerza
revolucionaria nos ha brindado. El contacto diario de un maestro con sus alumnos,
bien aprovechado, es una fuerza educativa inagotable.
2. Fuerza revolucionaria 2: escala universal de integración
La segunda revolución educativa nos legó la idea de la educación como derecho.
Fue la revolución estatal, desarrollada durante los siglos XIX y XX. Creó los
sistemas educativos, esas redes inmensas de escuelas que responden a un
mínimo mandato, un mismo currículum y una misma nación.
Universidad Nacional de Córdoba
Escuela de Ciencias de la Información
Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II

Alineó las conciencias, arrasó con las diferencias culturales, homogeneizó a la


sociedad. Nos permitió estas en aulas comunes pese a las diferencias sociales y
culturales. Hoy, en plena caída de su fuerza, la educación común, gratuita, lauca y
pública es una conquista a defender.
3. Fuerza revolucionaria 3: libertad de pensamiento
La tercera revolución es la que más golpeó a las escuelas. Fue la revolución
cultural que liberó a los jóvenes de los adultos. Generó libertades impensadas,
desató la incertidumbre. Quizás allí esté la clave del futuro de la educación. ¿Qué
vamos a hacer con ese nuevo sentimiento de libertad que recorre los cuerpos y las
mentes de nuestros alumnos?
La libertad de ellos es una fuerza mucho más potente que su sumisión. El docente
y la escuela que entiendan esto tendrán todo a su favor para conquistar su pasión
por el aprendizaje.
4. Fuerza revolucionaria 4: el conocimiento en la palma de las manos
La revolución digital de internet. Todo el conocimiento universal está siendo
vertido a velocidades desconcertantes en un mismo formato. Al alcance de la
palma de nuestras manos, es la mayor etapa de expansión de las posibilidades de
aprendizaje de la historia de la humanidad.
En pocos años tendremos la llegada a la universalización de internet en las
escuelas y hogares. Será otro mundo. Las pedagogías deberán reinventarse. Será
fascinante si lo concebimos como una oportunidad, no como una amenaza.

COMBINACIONES PARA CAMBIAR LA EDUCACIÓN


Sólo las combinaciones cambiarán la educación. No los extremos, no la tibieza,
las combinaciones correctas. Potentes, durables, viables. De la sociedad
apoyando a sus docentes, de la política educativa apostando en serio al cambio.
Necesitamos docentes preparados para responder a los cambios que vendrán.
Para leerlos, interpretarlos y traducirlos pedagógicamente. Eso requerirá aumentar
el prestigio social de la docencia, su formación, su relación con las tecnologías, su
salario y puesto de trabajo.
Necesitamos políticas que amplíen la mirada. El aprendizaje será una
combinación de presencial y virtual. El objetivo será la retroalimentación y no la
disputa. Necesitamos escuelas donde el tiempo se divida en dos modelos: uno
más parecido al tradicional, con horarios y materia fijas; y otro donde exista un
espacio de trabajo en taller, con más de un docente, interdisciplinario, con
proyectos y prácticas concretas, con grupos y edades diversos, sin acreditaciones,
con el uso estratégico de la tecnología.
Universidad Nacional de Córdoba
Escuela de Ciencias de la Información
Profesorado Universitario en Comunicación Social: Taller de Práctica Docente II

El cambio llegará en dos etapas. La primera será la del combate hacia la


dispersión, desigualdad y debilidad reinante en las escuelas. La segunda, en
tanto, será de abajo hacia arriba, nacerá de todo lo sembrado. De los docentes
que pasaron el riguroso examen de formación y adquirieron capacidades de
mejora autónoma permanente. De las escuelas que comenzarán a formar redes y
buscarán horizontalmente la enseñanza y la innovación.

También podría gustarte