04 - EPP's
04 - EPP's
04 - EPP's
La utilización de un EPP o de una combinación de EPP contra uno o varios riesgos puede
conllevar una serie de molestias. Por consiguiente, a la hora de elegir un EPP apropiado,
no sólo hay que tener en cuenta el nivel de seguridad necesario, sino también la
comodidad.
Su elección deberá basarse en el estudio y la evaluación de los riesgos presentes en el
lugar de trabajo. Esto comprende la duración de la exposición a los riesgos, su frecuencia
y la gravedad, las condiciones existentes en el trabajo y su entorno, el tipo de daños
posibles para el trabajador y su constitución física.
Sólo son aptos para el uso los equipos de protección individual que se hallan en perfectas
condiciones y pueden asegurar plenamente la función protectora prevista.
El EPP debe poder resistir numerosas acciones e influencias de modo que garantice
durante toda su vida útil la función de protección requerida. Entre estas influencias que
pueden amenazar la eficacia protectora del EPP, cabe citar: inclemencias del tiempo,
desgaste por utilización, acciones mecánicas, almacenamiento y/o mantenimiento
inadecuado, etc.
CASCOS DE SEGURIDAD
Un casco de protección es una prenda para cubrir la cabeza del usuario, que está
destinada esencialmente a proteger la parte superior de la cabeza contra heridas
producidas por golpes u objetos que caigan sobre el mismo.
Para conseguir esta capacidad de protección y reducir las consecuencias destructivas de
los golpes en la cabeza el casco debe estar dotado de una serie de elementos que
posteriormente se describirán, cuyo funcionamiento conjunto sea capaz de cumplir las
siguientes condiciones:
1) Limitar la presión aplicada al cráneo, distribuyendo la fuerza de impacto sobre la mayor
superficie posible.
2) Desviar los objetos que caigan, por medio de una forma adecuadamente lisa y
redondeada.
3) Disipar y dispersar la energía del impacto, de modo que no se transmita en su totalidad
a la cabeza y el cuello.
Los cascos utilizados para trabajos especiales deben cumplir otros requisitos adicionales,
como la protección frente a salpicaduras de metal fundido (industrias del hierro y del
acero), protección frente a contactos eléctricos, etc.
Los principales elementos del casco se presentan en el siguiente esquema:
En el lugar de trabajo, la cabeza del trabajador y su cuerpo entero puede hallarse expuesta
a riesgos de naturaleza diversa las cuales pueden clasificarse en tres grupos, según su
forma de actuación:
a) Lesiones craneales debidas a acciones externas (caídas de objetos, impactos, etc.)
b) Riesgos para las personas por acciones sobre la cabeza (riesgo eléctrico, etc.)
c) Riesgos para la salud o molestias vinculados al uso del casco de seguridad.
Para deparar una protección eficaz contra los riesgos los cascos deben mantenerse útiles,
duraderos y resistentes frente a numerosas acciones e influencias, de modo que su
función protectora quede garantizada durante toda su vida útil. Entre estas influencias que
pueden amenazar la eficacia protectora del casco, cabe citar: almacenamiento,
mantenimiento, limpieza, acción del calor y el frío, humedad, desgaste, suciedad, etc.
¿Cómo utilizarlo?
Algunas indicaciones prácticas de interés relativas a este particular son:
La mejor protección frente a la perforación la proporcionan los cascos de materiales
termoplásticos provistos de un buen arnés.
Cuando hay peligro de contacto con conductores eléctricos desnudos, deben
utilizarse exclusivamente cascos de materiales termoplásticos. Deben carecer de
orificios de ventilación y los remaches y otras posibles piezas metálicas no deben
asomar por el exterior del armazón.
Los cascos destinados a personas que trabajan en lugares altos deben estar
provistos de barbijo/mentonera para asegurar su sujeción.
La forma de casco más común dentro de las diversas comercializadas es la de
"gorra", con visera y ala alrededor. Deben utilizarse siempre con la visera hacia
adelante y no colocarse debajo de estos gorras u otros objetos que puedan producir
que no funcione de manera adecuada ante un evento no deseado o la rotura de
alguno de sus componentes.
Mantenimiento
Algunas recomendaciones de interés se recogen a continuación:
Los cascos fabricados con polietileno, polipropileno o ABS tienden a perder la
resistencia mecánica por efecto del calor, el frío y la exposición al sol o a fuentes
intensas de radiación ultravioleta (UV). Si este tipo de cascos se utilizan con
regularidad al aire libre o cerca de fuentes ultravioleta, como las estaciones de
CALZADO DE SEGURIDAD
En el lugar de trabajo los pies del trabajador, y por estos su cuerpo
entero, pueden hallarse expuestos a riesgos de naturaleza diversa,
los cuales pueden agruparse en tres grupos, según su forma de
actuación:
a) Lesiones en los pies producidas por acciones externas. (Riesgos
térmicos, químicos, mecánicos, biológicos, etc.).
b) Riesgos para las personas por una acción sobre el pie. (Riesgos
de caídas, eléctricos, etc.).
c) Riesgos para la salud o molestias vinculados al uso del calzado. (esguinces,
incomodidad y molestia del calzado, etc.).
¿Cómo utilizarlo?
Algunas indicaciones prácticas de interés, relativas a este particular, son:
Existen zapatos y botines, pero se recomienda el uso de botines ya que resultan más
prácticos, ofrecen mayor protección, aseguran una mejor sujeción del pie, no
permiten torceduras y por tanto disminuyen el riesgo de lesiones.
La transpiración de los pies no está relacionada específicamente con la utilización
del calzado de seguridad, sino que aparece con todo tipo de zapatos o botas. Como
medida de higiene diaria deberán lavarse los pies, utilizar medias y ventilar el
calzado luego de su uso.
La vida útil del calzado de uso profesional guarda relación con las condiciones de
empleo y la calidad de su mantenimiento. El calzado debe ser objeto de un control
regular. Si su estado es deficiente se deberá dejar de utilizar y reemplazarlo.
Los artículos de cuero se adaptan a la forma del pie del primer usuario. Por este
motivo, al igual que por cuestiones de higiene, debe evitarse su reutilización por otra
persona.
En la construcción, debido al tipo de tareas que se desarrollan, se utilizan zapatos,
botines o botas con punteras de acero (a excepción del personal que realiza tareas
eléctricas que debe hacer uso de punteras de material no conductor de la
electricidad).
Para aquellos trabajos que demanden la utilización, y posible contacto del trabajador,
con materiales líquidos o semilíquidos, deberán usarse botas de goma.
Es importante tener en cuenta que aquellos trabajadores que realicen trabajos con
tensión, si bien deben hacer uso de calzado dieléctrico no se considerarán estos
como una barrera de protección ya que la misma no esta garantizada a raíz del
desgaste de la suela por el propio uso del calzado o por roturas que este pueda tener
(por ejemplo, al picar algún elemento cortante).
Mantenimiento:
Para el mantenimiento del calzado de uso profesional se recomienda:
1) Limpiarlo regularmente.
2) Secarlo cuando esté húmedo. Sin embargo, no deberá colocarse demasiado cerca de
una fuente de calor para evitar un cambio demasiado brusco de temperatura y el
PROTECTORES AUDITIVOS
El ruido actúa a través del órgano del oído
sobre los sistemas nerviosos central y
autónomo. Cuando el estímulo sobrepasa
determinados límites, se produce sordera y
efectos patológicos en ambos sistemas, tanto
instantáneos como diferidos. A niveles mucho
menores, el ruido produce malestar y dificulta o
impide la atención, la comunicación, la
concentración, el descanso y el sueño.
La reiteración de estas situaciones puede
ocasionar estados crónicos de nerviosismo y
estrés lo que, a su vez, lleva a trastornos
psicofísicos, enfermedades cardiovasculares y
alteraciones del sistema inmunitario.
Malestar:
Este es quizá el efecto más común del ruido sobre las personas y la causa inmediata de la
mayor parte de las quejas.
La sensación de malestar procede no sólo de la interferencia con la actividad en curso o
con el reposo sino también de otras sensaciones, menos definidas, pero a veces muy
La habituación al ruido:
Se han citado casos de soldados que han podido dormir junto a una pieza de artillería que
no cesaba de disparar o de comunidades que, a pesar de la cercanía de un aeropuerto,
logran conciliar el sueño, aun cuando éste sea de poca calidad. Es cierto que a medio o
largo plazo el organismo se habitúa al ruido, empleando para ello dos mecanismos
diferentes por cada uno de los cuales se paga un precio distinto.
El primer mecanismo es la disminución de la sensibilidad del oído y su precio, la sordera
temporal o permanente. Muchas de las personas a las que el ruido no molesta dirían, si lo
supiesen, que no oyen el ruido o que lo oyen menos que otros o menos que antes.
Naturalmente tampoco oyen otros sonidos que les son necesarios.
Mediante el segundo mecanismo, son las capas corticales del cerebro las que se habitúan.
Dicho de otra forma, oímos el ruido, pero no nos damos cuenta. Durante el sueño, las
señales llegan a nuestro sistema nervioso, no nos despiertan, pero desencadenan
consecuencias fisiológicas de las que no somos conscientes: frecuencia cardiaca, flujo
sanguíneo o actividad cerebral. Es el llamado síndrome de adaptación.
PROTECCIÓN AUDITIVA:
La protección auditiva puede ser realizada en forma general o individual. En el primero de
los casos la protección se dirige a la fuente sonora y al ambiente laboral mientras que en el
segundo caso será dirigida específicamente a los individuos.
Protección general:
Control de la fuente sonora.
Equipos silenciadores.
Disminución de vibraciones.
Modernización de la maquinaria.
Atenuación sonora:
Aislación acústica.
Absorción acústica.
Protección individual:
Protección personal.
Cabinas insonorizadas individuales.
Disminución de los tiempos de exposición.
Protección personal
Al agotarse todos los recursos técnicos y no poderse lograr una atenuación satisfactoria
del ruido es necesario seleccionar el protector acústico más adecuado. Esto se hace en
base a la curva de atenuación de cada protector, y fundamentalmente por la comodidad y
aceptación por parte del usuario.
Es fundamental que la educación deba hacerse consciente por parte del profesional, del
empresario y del obrero. Respecto a este último por lo general desconoce los riesgos, por
lo tanto, no exige inicialmente la protección a la exposición, aunque posteriormente pueda
exigir la compensación por la pérdida de audición.
Tipos de protectores:
Hay dos tipos de protectores auditivos, los que se calzan sobre todo el pabellón auricular
para bloquear toda la circunferencia del canal auditivo (protectores de copa) y son
ajustables por medio de una vincha, y los tapones de oído que se insertan dentro del canal
auditivo (protectores endoaurales).
a) Protectores Endoaurales: Los llamados tapones
descartables, son fabricados con algodón encerado o espuma de
poliuretano muy liviana y suave. Proveen muy buena atenuación,
y deben ser descartados luego de cada uso. Se insertan en los
canales auditivos.
Los llamados tapones descartables, son fabricados con algodón
encerado o espuma de poliuretano muy liviana y suave. Proveen
muy buena atenuación, y deben ser descartados luego de cada
uso. Se insertan en los canales auditivos.
Los tapones reutilizables son fabricados con materiales plásticos o con silicona muy suave.
Entre usos sucesivos, deben ser lavados con agua caliente enjabonada. También se
insertan en los canales auditivos.
Las manos deben estar limpias antes de insertar los tapones en los oídos; asimismo debe
comprobarse el ajuste para optimizar la atenuación, ya que el canal auditivo y el oído
externo se expanden durante el día.
b) Protectores de Copa: Mal llamados también “auriculares” están
diseñados para constituir un sello atenuador al ruido alrededor de las
orejas, protegiendo el oído contra la pérdida de sensibilidad. Se
mantienen en su lugar mediante un cabezal elástico. También existen
modelos que se acoplan a los cascos de seguridad.
Si el trabajador utiliza anteojos o tiene el cabello largo los protectores
auditivos no tienen buen ajuste, respecto a los tapones de oído, para ser
efectivos deben bloquear totalmente el canal auditivo.
Ambos tipos proveen una reducción del ruido de 15 a 30 dB y son equivalentes en cuanto
a la reducción de ruido, aunque los tapones son mejores para ruidos de baja frecuencia y
los protectores para altas frecuencias. Los protectores de algodón sólo reducen el ruido
aproximadamente 7 dB.
El uso de ambos protectores simultáneamente suma una protección de 10 a 15 dB más
que individualmente y es aconsejable cuando el ruido supera los 105 dB.
Uno de los problemas más comunes de todos los protectores es que no son utilizados en
forma continua o que no calzan bien.
Un protector que reduce un promedio de 30 dB utilizado continuamente durante un período
de trabajo de 8 hs dará una protección de sólo 9 dB si se lo quita sólo una hora en el ruido.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que el sonido también es transmitido al oído
interno a través del hueso y los tejidos blandos lo cual hace que la protección auditiva
resulte insuficiente en ambientes muy ruidosos. Por esta forma de transmisión es que se
aconseja el uso de calzado con suela de goma blanda para que la misma absorba gran
parte de la energía que proviene del suelo.
¿Cómo utilizarlos?
Los protectores auditivos deberán llevarse mientras dure la exposición al ruido.
Retirar el protector, siquiera durante un corto espacio de tiempo, reduce seriamente
la protección.
Algunos tapones auditivos son de uso único. Otros pueden utilizarse durante un
número determinado de días o de años si su mantenimiento se efectúa de modo
correcto
Los tapones son estrictamente personales. Por cuestiones de higiene, debe
prohibirse su reutilización por otra persona. Las orejeras pueden ser utilizados
excepcionalmente por otras personas previa desinfección.
Mantenimiento:
El mantenimiento de los protectores auditivos (con excepción de los desechables)
deberá efectuarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
Tras lavarlos o limpiarlos, deberán secarse cuidadosamente los protectores y
después se colocarán en un lugar limpio antes de ser reutilizados.
Deberán desecharse los protectores cuando hayan alcanzado su límite de empleo o
cuando se hayan deteriorado.
jardinería.
Suelen estar fabricados en combinaciones de piel flor (bovina o porcina), serraje y algodón.
Existen también versiones reforzadas dependiendo del grado de protección exigido:
- Guantes contra el frío o calor:
No todos los puestos de trabajo requieren de guantes con unas propiedades de seguridad
excelentes. A veces, los guantes actúan como simple prenda de abrigo y, en estos casos,
el tejido puede ser forro polar, poliéster o algodón.
En otros casos es necesario que sean resistentes a altas temperaturas y que no trasmitan
el calor al usuario, por esto existen guantes tipo kevlar que cumplen esta función.
- Guantes dieléctricos:
Este tipo de guante es utilizado para trabajos con tensión eléctrica (los hay de distintas
categorías de protección en función de la tensión de trabajo) que brindan una barrera
aislante entre el trabajador y el conductor eléctrico. No obstante, se recomienda su
utilización en conjunto con otro guante que resista los esfuerzos mecánicos a fin de evitar
su rotura (por corte o pinchazos) y así seguir manteniendo su característica aislante.
Guantes: ¿Cómo utilizarlos?
La piel es por sí misma una buena protección contra las agresiones del exterior. Por
ello hay que prestar atención a una adecuada higiene de las manos con agua y
jabón.
A la hora de elegir unos guantes de protección hay que considerar, por una parte, la
sensibilidad al tacto y la capacidad de agarre y, por otra, la necesidad de la
protección más elevada posible.
Los guantes de protección deben ser de talla correcta. La utilización de unos guantes
demasiado estrechos puede, por ejemplo, mermar sus propiedades aislantes o
dificultar la circulación.
Al elegir guantes para la protección contra productos químicos hay que tener en
cuenta los siguientes elementos:
- en algunos casos ciertos materiales, que proporcionan una buena protección contra
unos productos químicos, protegen muy mal contra otros.
- la mezcla de ciertos productos puede a veces dar como resultado propiedades
diferentes de las que cabría esperar en función del conocimiento de las
propiedades de cada uno de ellos.
Mantenimiento:
Se debe sustituir los guantes que presenten roturas, agujeros, etc., dado que su
acción protectora se habrá reducido.
En cuanto a los guantes de protección contra los productos químicos, estos
requieren una especial atención, siendo conveniente establecer un calendario para la
sustitución periódica de los guantes a fin de garantizar que se cambien antes de ser
permeados por los productos químicos.
Los guantes de cuero, algodón o similares, deberán conservarse limpios y secos por
el lado que está en contacto con la piel. En cualquier caso, los guantes de protección
deberán limpiarse siguiendo las instrucciones del proveedor.
ROPA DE TRABAJO
Si bien, en muchas ocasiones no es considerada un EPP, la ropa nos protege de algunos
riesgos como: proyección de partículas, salpicaduras, contacto con sustancias o materiales
calientes, condiciones ambientales de trabajo adversas.
Los requisitos que debe cumplir son:
Ser de tela flexible, que permita una fácil limpieza y desinfección y adecuada a las
condiciones del puesto de trabajo.
Ajustar bien al cuerpo del trabajador, sin perjuicio de su comodidad y facilidad de
movimientos.
Siempre que las circunstancias lo permitan, las mangas deben ser cortas y cuando
sean largas y ajustar adecuadamente.
Eliminar o reducir en lo posible, elementos adicionales como bolsillos, botones,
partes vueltas hacia arriba, cordones y otros, por razones higiénicas y para evitar
enganches.
No usar elementos que puedan originar un riesgo adicional de accidente como ser:
corbatas, bufandas, pulseras, cadenas, collares, anillos y otros.
En casos especiales debe ser de tela impermeable, incombustible, de abrigo
resistente a sustancias agresivas, y siempre que sea necesario, se debe dotar al
trabajador de delantales, mandiles, petos, chalecos, fajas, cinturones anchos y otros
elementos que puedan ser necesarios y complementarios a su utilización.