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04 - EPP's

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Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente

ELEMENTOS DE PROTECCIÓN PERSONAL


Se entenderá por equipo de protección personal (EPP) a cualquier equipo destinado a ser
llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan
amenazar su seguridad o su salud en el trabajo, así como cualquier complemento o
accesorio destinado a tal fin.
Para combatir los riesgos de accidente y de perjuicios para la salud resulta prioritaria la
aplicación de medidas técnicas y organizativas destinadas a eliminar los riesgos en su
origen o a proteger a los trabajadores mediante disposiciones de protección colectiva.
Cuando estas medidas se revelan insuficientes se impone la utilización de equipos de
protección personal a fin de prevenir los riesgos residuales ineludibles.
Podemos resumir este razonamiento del modo siguiente:

La utilización de un EPP o de una combinación de EPP contra uno o varios riesgos puede
conllevar una serie de molestias. Por consiguiente, a la hora de elegir un EPP apropiado,
no sólo hay que tener en cuenta el nivel de seguridad necesario, sino también la
comodidad.
Su elección deberá basarse en el estudio y la evaluación de los riesgos presentes en el
lugar de trabajo. Esto comprende la duración de la exposición a los riesgos, su frecuencia
y la gravedad, las condiciones existentes en el trabajo y su entorno, el tipo de daños
posibles para el trabajador y su constitución física.
Sólo son aptos para el uso los equipos de protección individual que se hallan en perfectas
condiciones y pueden asegurar plenamente la función protectora prevista.
El EPP debe poder resistir numerosas acciones e influencias de modo que garantice
durante toda su vida útil la función de protección requerida. Entre estas influencias que
pueden amenazar la eficacia protectora del EPP, cabe citar: inclemencias del tiempo,
desgaste por utilización, acciones mecánicas, almacenamiento y/o mantenimiento
inadecuado, etc.

CASCOS DE SEGURIDAD
Un casco de protección es una prenda para cubrir la cabeza del usuario, que está
destinada esencialmente a proteger la parte superior de la cabeza contra heridas
producidas por golpes u objetos que caigan sobre el mismo.
Para conseguir esta capacidad de protección y reducir las consecuencias destructivas de
los golpes en la cabeza el casco debe estar dotado de una serie de elementos que
posteriormente se describirán, cuyo funcionamiento conjunto sea capaz de cumplir las
siguientes condiciones:
1) Limitar la presión aplicada al cráneo, distribuyendo la fuerza de impacto sobre la mayor

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superficie posible.
2) Desviar los objetos que caigan, por medio de una forma adecuadamente lisa y
redondeada.
3) Disipar y dispersar la energía del impacto, de modo que no se transmita en su totalidad
a la cabeza y el cuello.
Los cascos utilizados para trabajos especiales deben cumplir otros requisitos adicionales,
como la protección frente a salpicaduras de metal fundido (industrias del hierro y del
acero), protección frente a contactos eléctricos, etc.
Los principales elementos del casco se presentan en el siguiente esquema:

En el lugar de trabajo, la cabeza del trabajador y su cuerpo entero puede hallarse expuesta
a riesgos de naturaleza diversa las cuales pueden clasificarse en tres grupos, según su
forma de actuación:
a) Lesiones craneales debidas a acciones externas (caídas de objetos, impactos, etc.)
b) Riesgos para las personas por acciones sobre la cabeza (riesgo eléctrico, etc.)
c) Riesgos para la salud o molestias vinculados al uso del casco de seguridad.
Para deparar una protección eficaz contra los riesgos los cascos deben mantenerse útiles,
duraderos y resistentes frente a numerosas acciones e influencias, de modo que su
función protectora quede garantizada durante toda su vida útil. Entre estas influencias que
pueden amenazar la eficacia protectora del casco, cabe citar: almacenamiento,
mantenimiento, limpieza, acción del calor y el frío, humedad, desgaste, suciedad, etc.
¿Cómo utilizarlo?
Algunas indicaciones prácticas de interés relativas a este particular son:
 La mejor protección frente a la perforación la proporcionan los cascos de materiales
termoplásticos provistos de un buen arnés.
 Cuando hay peligro de contacto con conductores eléctricos desnudos, deben
utilizarse exclusivamente cascos de materiales termoplásticos. Deben carecer de
orificios de ventilación y los remaches y otras posibles piezas metálicas no deben
asomar por el exterior del armazón.
 Los cascos destinados a personas que trabajan en lugares altos deben estar
provistos de barbijo/mentonera para asegurar su sujeción.
 La forma de casco más común dentro de las diversas comercializadas es la de
"gorra", con visera y ala alrededor. Deben utilizarse siempre con la visera hacia
adelante y no colocarse debajo de estos gorras u otros objetos que puedan producir
que no funcione de manera adecuada ante un evento no deseado o la rotura de
alguno de sus componentes.
Mantenimiento
Algunas recomendaciones de interés se recogen a continuación:
 Los cascos fabricados con polietileno, polipropileno o ABS tienden a perder la
resistencia mecánica por efecto del calor, el frío y la exposición al sol o a fuentes
intensas de radiación ultravioleta (UV). Si este tipo de cascos se utilizan con
regularidad al aire libre o cerca de fuentes ultravioleta, como las estaciones de

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soldadura, deben sustituirse al menos una vez cada tres años.


 En todo caso, el casco debe desecharse si se decolora, se agrieta, desprende fibras
o cruje al someterse a esfuerzo. También debe desecharse si ha sufrido un golpe
fuerte, aunque no presente signos visibles de haber sufrido daños.
 La limpieza y desinfección son particularmente importantes si el usuario suda mucho
o si el casco deben compartirlo varios trabajadores.
 Los cascos de seguridad que no se utilicen deberán guardarse horizontalmente en
estanterías o colgados de ganchos en lugares no expuestos a la luz solar directa ni a
una temperatura o humedad elevadas.

CALZADO DE SEGURIDAD
En el lugar de trabajo los pies del trabajador, y por estos su cuerpo
entero, pueden hallarse expuestos a riesgos de naturaleza diversa,
los cuales pueden agruparse en tres grupos, según su forma de
actuación:
a) Lesiones en los pies producidas por acciones externas. (Riesgos
térmicos, químicos, mecánicos, biológicos, etc.).
b) Riesgos para las personas por una acción sobre el pie. (Riesgos
de caídas, eléctricos, etc.).
c) Riesgos para la salud o molestias vinculados al uso del calzado. (esguinces,
incomodidad y molestia del calzado, etc.).
¿Cómo utilizarlo?
Algunas indicaciones prácticas de interés, relativas a este particular, son:
 Existen zapatos y botines, pero se recomienda el uso de botines ya que resultan más
prácticos, ofrecen mayor protección, aseguran una mejor sujeción del pie, no
permiten torceduras y por tanto disminuyen el riesgo de lesiones.
 La transpiración de los pies no está relacionada específicamente con la utilización
del calzado de seguridad, sino que aparece con todo tipo de zapatos o botas. Como
medida de higiene diaria deberán lavarse los pies, utilizar medias y ventilar el
calzado luego de su uso.
 La vida útil del calzado de uso profesional guarda relación con las condiciones de
empleo y la calidad de su mantenimiento. El calzado debe ser objeto de un control
regular. Si su estado es deficiente se deberá dejar de utilizar y reemplazarlo.
 Los artículos de cuero se adaptan a la forma del pie del primer usuario. Por este
motivo, al igual que por cuestiones de higiene, debe evitarse su reutilización por otra
persona.
 En la construcción, debido al tipo de tareas que se desarrollan, se utilizan zapatos,
botines o botas con punteras de acero (a excepción del personal que realiza tareas
eléctricas que debe hacer uso de punteras de material no conductor de la
electricidad).
 Para aquellos trabajos que demanden la utilización, y posible contacto del trabajador,
con materiales líquidos o semilíquidos, deberán usarse botas de goma.
 Es importante tener en cuenta que aquellos trabajadores que realicen trabajos con
tensión, si bien deben hacer uso de calzado dieléctrico no se considerarán estos
como una barrera de protección ya que la misma no esta garantizada a raíz del
desgaste de la suela por el propio uso del calzado o por roturas que este pueda tener
(por ejemplo, al picar algún elemento cortante).
Mantenimiento:
Para el mantenimiento del calzado de uso profesional se recomienda:
1) Limpiarlo regularmente.
2) Secarlo cuando esté húmedo. Sin embargo, no deberá colocarse demasiado cerca de
una fuente de calor para evitar un cambio demasiado brusco de temperatura y el

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consiguiente deterioro del cuero.


3) Utilizar productos de limpieza que se hallan en el mercado, los cuales resultan en
general adecuados para los artículos de cuero utilizados en medio muy húmedo como
los es en la construcción.

PROTECTORES AUDITIVOS
El ruido actúa a través del órgano del oído
sobre los sistemas nerviosos central y
autónomo. Cuando el estímulo sobrepasa
determinados límites, se produce sordera y
efectos patológicos en ambos sistemas, tanto
instantáneos como diferidos. A niveles mucho
menores, el ruido produce malestar y dificulta o
impide la atención, la comunicación, la
concentración, el descanso y el sueño.
La reiteración de estas situaciones puede
ocasionar estados crónicos de nerviosismo y
estrés lo que, a su vez, lleva a trastornos
psicofísicos, enfermedades cardiovasculares y
alteraciones del sistema inmunitario.

FIGURA: NIVELES SONOROS Y SUS EFECTOS

Efectos sobre las personas:

Malestar:
Este es quizá el efecto más común del ruido sobre las personas y la causa inmediata de la
mayor parte de las quejas.
La sensación de malestar procede no sólo de la interferencia con la actividad en curso o
con el reposo sino también de otras sensaciones, menos definidas, pero a veces muy

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intensas, de estar siendo perturbado. Las personas afectadas hablan de intranquilidad,


inquietud, desasosiego, depresión, desamparo, ansiedad o rabia. Todo ello contrasta con
la definición de "salud" dada por la Organización Mundial de la Salud: "Un estado de
completo bienestar físico, mental y social, no la mera ausencia de enfermedad".
El nivel de malestar varía no solamente en función de la intensidad del ruido y de otras
características físicas del mismo, sino también de factores tales como miedos asociados a
la fuente del ruido, o el grado de legitimación que el afectado atribuya a la misma. Si el
ruido es intermitente influyen también la intensidad máxima de cada episodio y el número
de éstos.
Durante el día se suele experimentar malestar moderado a partir de los 65 decibeles, y
fuerte a partir de los 75. En el periodo vespertino, en estado de vigilia, estas cifras
disminuyen en 10 a 15 decibeles.
Interferencia con la comunicación:
El nivel del sonido de una conversación en tono
normal es, a un metro del hablante, de entre 60 a 65
dBA. Hablando a gritos se puede llegar a 80 u 85.
Por otra parte, para que la palabra sea
perfectamente inteligible es necesario que su
intensidad supere en alrededor de 15 dBA al ruido de
fondo.
Por lo tanto, un ruido superior a 75 dBA provocará
dificultades en la comunicación oral que sólo podrán
resolverse, parcialmente, elevando el tono de voz.
Situaciones parecidas se dan cuando el sujeto está intentando escuchar otras fuentes de
sonido (televisión, música, etc.). Ante la interferencia de un ruido, se reacciona elevando el
volumen de la fuente creándose así una mayor contaminación sonora sin lograr totalmente
el efecto deseado.
Pérdida de atención, de concentración y de rendimiento:
Es evidente que cuando la realización de una tarea necesita la utilización de señales
acústicas, el ruido de fondo puede enmascarar estas señales o interferir con su
percepción. Por otra parte, un ruido repentino producirá distracciones que reducirán el
rendimiento en muchos tipos de trabajos, especialmente en aquellos que exijan un cierto
nivel de concentración.
En ambos casos se afectará la realización de la tarea, apareciendo errores y disminuyendo
la calidad y cantidad del producto de la misma.
Algunos accidentes, tanto laborales como de circulación, pueden ser debidos a este efecto.
En ciertos casos las consecuencias serán duraderas, por ejemplo, los niños sometidos a
altos niveles de ruido durante su edad escolar no sólo aprenden a leer con mayor
dificultad, sino que también tienden a alcanzar grados inferiores de dominio de la lectura.
Trastornos del sueño:
El ruido influye negativamente sobre el sueño de tres formas diferentes que se dan, en
mayor o menor grado según peculiaridades individuales, a partir de los 30 decibeles:
 Mediante la dificultad o imposibilidad de dormirse.
 Causando interrupciones del sueño que, si son repetidas, pueden llevar al insomnio.
La probabilidad de despertar depende no solamente de la intensidad del suceso
ruidoso sino también de la diferencia entre ésta y el nivel previo de ruido estable. A
partir de 45 dBA la probabilidad de despertar es grande.
 Disminuyendo la calidad del sueño, volviéndose este menos tranquilo y acortándose
sus fases más profundas, tanto las de sueño paradójico (los sueños) como las no-
paradójicas. Aumentan la presión arterial y el ritmo cardiaco, hay vasoconstricción y
cambios en la respiración.
Como consecuencia de todo ello, la persona no habrá descansado bien y será incapaz de

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realizar adecuadamente al día siguiente sus tareas cotidianas. Si la situación se prolonga,


el equilibrio físico y psicológico se ven seriamente afectados.
Con frecuencia se intenta evitar o, al menos paliar, estas situaciones mediante la ingestión
de tranquilizantes, el uso de tapones auditivos o cerrando las ventanas para dormir. Las
dos primeras prácticas son, evidentemente, poco saludables por no ser naturales y poder
acarrear dependencias y molestias adicionales. La tercera hace también perder calidad al
sueño por desarrollarse éste en un ambiente mal ventilado y/o con una temperatura
demasiado elevada.
Daños al oído:
El efecto descrito en este apartado (pérdida de capacidad auditiva) no depende de la
cualidad más o menos agradable que se atribuya al sonido percibido ni de que éste sea
deseado o no. Se trata de un efecto físico que depende únicamente de la intensidad del
sonido, aunque sujeto naturalmente a variaciones individuales.
 En la sordera transitoria o fatiga auditiva no hay aún lesión. La recuperación es
normalmente casi completa al cabo de dos horas y completa a las 16 horas de cesar
el ruido, si se permanece en un estado de confort acústico (menos de 50 decibelios
en vigilia o de 30 durante el sueño).
 La sordera permanente está producida, bien por exposiciones prolongadas a niveles
superiores a 85 dBA (de Nivel Sonoro Equivalente por 8 hs de trabajo con esta
exposición), bien por sonidos de corta duración de más de 110 dBA, o bien por
acumulación de fatiga auditiva sin tiempo suficiente de recuperación. Hay lesión del
oído interno (células ciliadas externas de la superficie vestibular y de las de sostén
de Deiters). Se produce inicialmente en frecuencias no conversacionales, por lo que
el sujeto no la suele advertir hasta que es demasiado tarde, salvo casos
excepcionales de auto observación. Puede ir acompañada de zumbidos de oído
(acúfenos) y de trastornos del equilibrio (vértigos).

El estrés y sus manifestaciones y consecuencias:


Las personas sometidas de forma prolongada a situaciones como las anteriormente
descritas (ruidos que hayan perturbado y frustrado sus esfuerzos de atención,
concentración o comunicación, o que hayan afectado a su tranquilidad, su descanso o su
sueño) suelen desarrollar algunos de los síndromes siguientes:
 Cansancio crónico
 Tendencia al insomnio, con la consiguiente agravación de la situación.
 Enfermedades cardiovasculares: hipertensión, cambios en la composición química
de la sangre, isquemias cardíacas, etc.
 Trastornos del sistema inmune responsable de la respuesta a las infecciones y a los
tumores.
 Trastornos psicofísicos tales como ansiedad, manía, depresión, irritabilidad,
náuseas, jaquecas, y neurosis o psicosis en personas predispuestas a ello.
 Cambios de conducta, especialmente comportamientos antisociales tales como
hostilidad, intolerancia, agresividad, aislamiento social y disminución de la tendencia
natural hacia la ayuda mutua.

La habituación al ruido:
Se han citado casos de soldados que han podido dormir junto a una pieza de artillería que
no cesaba de disparar o de comunidades que, a pesar de la cercanía de un aeropuerto,
logran conciliar el sueño, aun cuando éste sea de poca calidad. Es cierto que a medio o
largo plazo el organismo se habitúa al ruido, empleando para ello dos mecanismos
diferentes por cada uno de los cuales se paga un precio distinto.
El primer mecanismo es la disminución de la sensibilidad del oído y su precio, la sordera
temporal o permanente. Muchas de las personas a las que el ruido no molesta dirían, si lo

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supiesen, que no oyen el ruido o que lo oyen menos que otros o menos que antes.
Naturalmente tampoco oyen otros sonidos que les son necesarios.
Mediante el segundo mecanismo, son las capas corticales del cerebro las que se habitúan.
Dicho de otra forma, oímos el ruido, pero no nos damos cuenta. Durante el sueño, las
señales llegan a nuestro sistema nervioso, no nos despiertan, pero desencadenan
consecuencias fisiológicas de las que no somos conscientes: frecuencia cardiaca, flujo
sanguíneo o actividad cerebral. Es el llamado síndrome de adaptación.

PROTECCIÓN AUDITIVA:
La protección auditiva puede ser realizada en forma general o individual. En el primero de
los casos la protección se dirige a la fuente sonora y al ambiente laboral mientras que en el
segundo caso será dirigida específicamente a los individuos.
Protección general:
 Control de la fuente sonora.
 Equipos silenciadores.
 Disminución de vibraciones.
 Modernización de la maquinaria.
Atenuación sonora:
 Aislación acústica.
 Absorción acústica.
Protección individual:
 Protección personal.
 Cabinas insonorizadas individuales.
 Disminución de los tiempos de exposición.

Protección personal
Al agotarse todos los recursos técnicos y no poderse lograr una atenuación satisfactoria
del ruido es necesario seleccionar el protector acústico más adecuado. Esto se hace en
base a la curva de atenuación de cada protector, y fundamentalmente por la comodidad y
aceptación por parte del usuario.
Es fundamental que la educación deba hacerse consciente por parte del profesional, del
empresario y del obrero. Respecto a este último por lo general desconoce los riesgos, por
lo tanto, no exige inicialmente la protección a la exposición, aunque posteriormente pueda
exigir la compensación por la pérdida de audición.
Tipos de protectores:
Hay dos tipos de protectores auditivos, los que se calzan sobre todo el pabellón auricular
para bloquear toda la circunferencia del canal auditivo (protectores de copa) y son
ajustables por medio de una vincha, y los tapones de oído que se insertan dentro del canal
auditivo (protectores endoaurales).
a) Protectores Endoaurales: Los llamados tapones
descartables, son fabricados con algodón encerado o espuma de
poliuretano muy liviana y suave. Proveen muy buena atenuación,
y deben ser descartados luego de cada uso. Se insertan en los
canales auditivos.
Los llamados tapones descartables, son fabricados con algodón
encerado o espuma de poliuretano muy liviana y suave. Proveen
muy buena atenuación, y deben ser descartados luego de cada
uso. Se insertan en los canales auditivos.
Los tapones reutilizables son fabricados con materiales plásticos o con silicona muy suave.
Entre usos sucesivos, deben ser lavados con agua caliente enjabonada. También se
insertan en los canales auditivos.

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Las manos deben estar limpias antes de insertar los tapones en los oídos; asimismo debe
comprobarse el ajuste para optimizar la atenuación, ya que el canal auditivo y el oído
externo se expanden durante el día.
b) Protectores de Copa: Mal llamados también “auriculares” están
diseñados para constituir un sello atenuador al ruido alrededor de las
orejas, protegiendo el oído contra la pérdida de sensibilidad. Se
mantienen en su lugar mediante un cabezal elástico. También existen
modelos que se acoplan a los cascos de seguridad.
Si el trabajador utiliza anteojos o tiene el cabello largo los protectores
auditivos no tienen buen ajuste, respecto a los tapones de oído, para ser
efectivos deben bloquear totalmente el canal auditivo.
Ambos tipos proveen una reducción del ruido de 15 a 30 dB y son equivalentes en cuanto
a la reducción de ruido, aunque los tapones son mejores para ruidos de baja frecuencia y
los protectores para altas frecuencias. Los protectores de algodón sólo reducen el ruido
aproximadamente 7 dB.
El uso de ambos protectores simultáneamente suma una protección de 10 a 15 dB más
que individualmente y es aconsejable cuando el ruido supera los 105 dB.
Uno de los problemas más comunes de todos los protectores es que no son utilizados en
forma continua o que no calzan bien.
Un protector que reduce un promedio de 30 dB utilizado continuamente durante un período
de trabajo de 8 hs dará una protección de sólo 9 dB si se lo quita sólo una hora en el ruido.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que el sonido también es transmitido al oído
interno a través del hueso y los tejidos blandos lo cual hace que la protección auditiva
resulte insuficiente en ambientes muy ruidosos. Por esta forma de transmisión es que se
aconseja el uso de calzado con suela de goma blanda para que la misma absorba gran
parte de la energía que proviene del suelo.
¿Cómo utilizarlos?
 Los protectores auditivos deberán llevarse mientras dure la exposición al ruido.
Retirar el protector, siquiera durante un corto espacio de tiempo, reduce seriamente
la protección.
 Algunos tapones auditivos son de uso único. Otros pueden utilizarse durante un
número determinado de días o de años si su mantenimiento se efectúa de modo
correcto
 Los tapones son estrictamente personales. Por cuestiones de higiene, debe
prohibirse su reutilización por otra persona. Las orejeras pueden ser utilizados
excepcionalmente por otras personas previa desinfección.
Mantenimiento:
 El mantenimiento de los protectores auditivos (con excepción de los desechables)
deberá efectuarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
 Tras lavarlos o limpiarlos, deberán secarse cuidadosamente los protectores y
después se colocarán en un lugar limpio antes de ser reutilizados.
 Deberán desecharse los protectores cuando hayan alcanzado su límite de empleo o
cuando se hayan deteriorado.

PROTECCIÓN CONTRA CAÍDAS


Un sistema de protección personal contra caídas de altura (sistemas anticaídas) garantiza
la parada segura de una caída, de forma que:
 La distancia de caída del cuerpo sea mínima.
 La fuerza de frenado no provoque lesiones corporales.
 La postura del usuario, una vez producido el frenado de la caída, sea tal que permita
al usuario, dado el caso, esperar auxilio.

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Un sistema anticaídas está formado por:


 Un arnés anticaídas.
 Una conexión para unir el arnés anticaídas a un punto de anclaje seguro.
Esta conexión puede efectuarse utilizando un dispositivo anticaídas o un absorbedor de
energía.
Hay que recalcar que un cinturón no protege contra las caídas de altura y sus efectos.
Arnés anticaídas
Dispositivo de prensión del cuerpo destinado a parar las caídas. El arnés anticaídas puede
estar constituido por bandas, elementos de ajuste y de enganche y otros elementos,
dispuestos y ajustados de forma adecuada sobre el cuerpo de una persona para sujetarla
durante una caída y después de la parada de ésta.

En el lugar de trabajo, el cuerpo del trabajador puede hallarse expuesto a riesgos de


naturaleza diversa, los cuales pueden dividirse en dos grupos, según su forma de
actuación:
a) Lesiones del cuerpo por caída de altura (impactos en la caída, frenado de la caída,
oscilaciones con choque, etc.).
b) Riesgos para la salud o molestias vinculados al uso del EPP (tropiezo con la línea
de vida, limitación de la libertad de movimiento, diseño inadecuado, etc.).
¿Cómo utilizarlo?
Algunas indicaciones prácticas de interés, relativas a este particular, son:
 El dispositivo de anclaje del equipo de protección individual contra caídas debe poder
resistir las fuerzas que se originan al retener la caída de una persona.
 Los puntos de anclaje deben ser siempre seguros y fácilmente accesibles.
 Los elementos de amarre no se deberán pasar por cantos o aristas agudos.
 Revise las instalaciones y equipos antes de usarlo. Si presenta daños o se encuentra
deteriorado no los utilice y avise de inmediato a su superior para que realice el
reemplazo del equipo.
 Antes de colocarse el arnés es conveniente vaciar los bolsillos para facilitar su
colocación y evitar que los objetos (llaves, herramientas, etc.) puedan dañar el arnés.
 Colocarse el arnés ajustando bien todas sus hebillas.
 Utilice los elementos de conexión (líneas amarre, cabos de vida) lo más corto posible
para reducir la distancia de caída libre.
 De ser posible utilizar los puntos de anclaje inmediatamente por encima de la
cabeza, esto reduce el efecto péndulo y disminuye la distancia de caída libre.
 Para fijarse a un punto fijo no lo haga envolviendo el cabo de vida sobre el punto fijo,
sino que debe hacerlo directamente utilizando el gancho/mosquetón.
 No utilizar puntos de anclaje con aristas filosas para así evitar que se corte o dañe el
cabo de vida.
 Para trabajos de soldadura deberán utilizarse cabos de vida metálicos.
 El arnés ni ningún otro elemento utilizado para evitar caídas (líneas de visa, cabos de
vida, cuerdas, etc.) debe ser usado para elevar materiales.
 Para trasladarse en altura en necesario hacer uso de cabos de vida con doble
gancho (para garantizarla sujeción permanente).

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 Todos los elementos de protección anticaídas deben ser reemplazados en caso de


haber sido utilizados para contener una caída libre.
Mantenimiento
Deben almacenarse en lugares secos, al resguardo de la luz solar directa, evitando el
contacto con sustancias agresivas.

PROTECCIÓN DE MANOS: GUANTES


Un guante es un equipo de protección personal que protege la mano o
una parte de ella contra distintos riesgos. En algunos casos puede
cubrir parte del antebrazo y el brazo. Esencialmente los diferentes
tipos de riesgos de los que protege son riesgos mecánicos (cortes,
pinchazos, raspaduras, etc.), térmicos (calor, frío, llamas, etc.),
químicos y biológicos (ácidos, solventes, patógenos, etc.), eléctricos
(contactos directos, descargas electrostáticas, etc.), vibraciones,
radiaciones ionizantes.
- Guantes de látex:
Este material es muy usado en el mundo textil por su gran elasticidad y firmeza. Los
guantes de látex tienen muy buena adaptabilidad, siendo además resistente en paralelo a
su grosor. Su carácter antibacteriano y antifúngico lo hacen perfecto para ser usado en
el ámbito sanitario, químico y de limpieza. Algunos solo suelen tener la palma recubierta de
látex, lo que les otorga una destacada ergonomía y mejora la adherencia.
- Guantes de nitrilo:
El nitrilo es una fibra sintética que se suele utilizar como alternativa al látex, ya que sus
propiedades son cada vez más similares y cuenta con la ventaja de no provocar
reacciones alérgicas (están más extendidas en el caso del látex). El nitrilo es muy
resistente a productos químicos y, en cierto grado, a cortes. Se usa en laboratorios y otros
ámbitos expuestos a riesgos químicos y biológicos.
- Guantes de poliuretano (PU):
El poliuretano es un tipo de fibra sintética que registra gran resistencia a los riesgos
mecánicos, a pesar de ser fino. Gracias a la flexibilidad de este material, los guantes
garantizan una importante maniobrabilidad, ergonomía y comodidad. Aseguran un agarre
sin contratiempos en ambientes secos o húmedos.
Los guantes de poliuretano garantizan una mayor sensibilidad al tacto, por ello son muy
utilizados en procesos de ensamblaje y manejo de componentes electrónicos. También
son usados en la industria del automóvil, del plástico, en el sector del vidrio y del metal y
para montajes, mantenimiento, entre otras aplicaciones profesionales.
- Guantes de soldador:
Concedemos a los guantes de soldador una categoría diferenciada por las características
especiales que requieren. Y es que estos guantes deben ofrecer una excelente protección
frente a riesgos mecánicos y térmicos.
Suelen estar fabricados en carnaza, la parte interior de la piel del animal (suele ser
vacuno). Gracias a su mayor densidad, ofrece resistencia efectiva contra desgarros,
cortes, abrasión y a la perforación. Los guantes de soldador deben hacer frente a
salpicaduras de metal fundido, exposición de corta duración ante la llama y a los distintos
tipos de calores a los que se verá sometido.
Los guantes de soldador son largos para que la manga proteja los antebrazos del operario.
- Guantes de vaqueta:
Estos guantes son de los más populares entre los trabajadores por ser muy polivalentes.
Se utilizan en cadenas de montaje industrial, servicios de albañilería, montajes,
manipulación, carga y descarga, ensamblaje, para usos agrícolas, pero también para
trabajo con piezas metálicas o electrónicas, mantenimiento, bobinados, laminados,

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jardinería.
Suelen estar fabricados en combinaciones de piel flor (bovina o porcina), serraje y algodón.
Existen también versiones reforzadas dependiendo del grado de protección exigido:
- Guantes contra el frío o calor:
No todos los puestos de trabajo requieren de guantes con unas propiedades de seguridad
excelentes. A veces, los guantes actúan como simple prenda de abrigo y, en estos casos,
el tejido puede ser forro polar, poliéster o algodón.
En otros casos es necesario que sean resistentes a altas temperaturas y que no trasmitan
el calor al usuario, por esto existen guantes tipo kevlar que cumplen esta función.
- Guantes dieléctricos:
Este tipo de guante es utilizado para trabajos con tensión eléctrica (los hay de distintas
categorías de protección en función de la tensión de trabajo) que brindan una barrera
aislante entre el trabajador y el conductor eléctrico. No obstante, se recomienda su
utilización en conjunto con otro guante que resista los esfuerzos mecánicos a fin de evitar
su rotura (por corte o pinchazos) y así seguir manteniendo su característica aislante.
Guantes: ¿Cómo utilizarlos?
 La piel es por sí misma una buena protección contra las agresiones del exterior. Por
ello hay que prestar atención a una adecuada higiene de las manos con agua y
jabón.
 A la hora de elegir unos guantes de protección hay que considerar, por una parte, la
sensibilidad al tacto y la capacidad de agarre y, por otra, la necesidad de la
protección más elevada posible.
 Los guantes de protección deben ser de talla correcta. La utilización de unos guantes
demasiado estrechos puede, por ejemplo, mermar sus propiedades aislantes o
dificultar la circulación.
 Al elegir guantes para la protección contra productos químicos hay que tener en
cuenta los siguientes elementos:
- en algunos casos ciertos materiales, que proporcionan una buena protección contra
unos productos químicos, protegen muy mal contra otros.
- la mezcla de ciertos productos puede a veces dar como resultado propiedades
diferentes de las que cabría esperar en función del conocimiento de las
propiedades de cada uno de ellos.
Mantenimiento:
 Se debe sustituir los guantes que presenten roturas, agujeros, etc., dado que su
acción protectora se habrá reducido.
 En cuanto a los guantes de protección contra los productos químicos, estos
requieren una especial atención, siendo conveniente establecer un calendario para la
sustitución periódica de los guantes a fin de garantizar que se cambien antes de ser
permeados por los productos químicos.
 Los guantes de cuero, algodón o similares, deberán conservarse limpios y secos por
el lado que está en contacto con la piel. En cualquier caso, los guantes de protección
deberán limpiarse siguiendo las instrucciones del proveedor.

PROTECCIÓN OCULAR Y FACIAL


Los ojos y el rostro están expuestos constantemente a diversos riesgos que pueden
generar lesiones graves con consecuencias severas. Para ello, es necesario tener un
completo equipo de protección que impida su accidentalidad y además tener un excelente
conocimiento de su empleo, para impedir el daño que se pueda producir.
Es importante tener claro adicionalmente, qué tipo de protección requiere un trabajador.
Esta elección se realiza con base en la labor que desempeña y el riesgo al cual está
expuesto.

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A continuación, agrupamos los riesgos en función de su naturaleza:


Riesgos mecánicos: Partículas proyectadas a gran velocidad.
Son partículas de diversos materiales (metal, madera, abrasivo, concreto, etc.)
desprendidas de procesos de mecanizado, corte, desbaste, arenado y otras tareas. Dichas
partículas pueden proyectarse sobre los ojos y el rostro ocasionando lesiones e
introducción de cuerpos extraños.
Riesgos químicos: Polvos, líquidos corrosivos, gases y sustancias tóxicas.
Irritación y quemaduras ocasionadas por la exposición de ojos y piel a gases peligrosos, o
contacto directo con polvos, líquidos y otras sustancias químicas tóxicas y peligrosas.
Exposición a ácidos, bases, combustibles, solventes, cal viva, mezcla o polvo de cemento.
Riesgos por radiaciones: Radiación ultravioleta, infrarroja, láser, solar e ionizantes.
Lesiones y degradación visual ocasionadas a partir de la exposición a soldadura y otras
fuentes técnicas de radiaciones infrarrojas, visibles y ultravioletas, radiaciones ionizantes y
radiación láser. Quemaduras de rostro ocasionadas por la radiación solar.
Riesgos térmicos: Frío, calor, proyecciones de metales en fusión y partículas
incandescentes.
Quemaduras y lesiones ocasionadas por temperatura excesiva y proyección de partículas
incandescentes y metales fundidos. Hipotermia de ojos debido a la exposición al frío.
Lesiones comunes en ojos y rostro:
 Abrasiones de la córnea y conjuntivitis (ojos enrojecidos.)
 Cuerpos extraños en los ojos.
 Salpicaduras o quemaduras con sustancias químicas.
 Lesiones oculares por resplandor de la soldadura.
 Laceración del globo ocular.
 Contusión facial y hematoma en el ojo.
Clases de protectores oculares:
A la hora de considerar la protección ocular y facial, se suelen subdividir los protectores
existentes en dos grandes grupos en función de la zona protegida, a saber:
 Si el protector sólo protege los ojos, se habla de Anteojos de Protección.
 Si además de los ojos, el protector protege parte o la totalidad de la cara u otras
zonas de la cabeza, se habla de Protector Facial.
Se tienen fundamentalmente dos tipos de anteojos de protección, los de montura universal
(anteojos comunes) y los de montura integral que encierran de manera estanca la región
orbital y en contacto con el rostro.
En cuanto a los Protectores Faciales existen dos tipos principales: las de sostenimiento
manual y las que pueden ser llevadas sobre la cabeza mediante un arnés.
Estos elementos están diseñados para proteger contra distintos riesgos como: mecánicos
(impactos, proyección de partículas, etc.), radiaciones (soldadura, rayos ultravioletas, etc.),
químicos (polvos, sustancias tóxicas, etc.), termo-mecánicos (salpicaduras de material
fundido).
Anteojos de seguridad: Las gafas de seguridad son de diferentes tipos, materiales y
colores. Éstas deben tener guardas laterales, superiores e inferiores de manera que
protejan contra las partículas de mediano impacto proyectadas (Fig. 1). En caso de usar
lentes formulados, a las gafas de seguridad se les puede colocar la formulación requerida.
Antiparras de seguridad: Existen diferentes tipos, marcas y materiales de antiparras.
Ellas se ajustan completamente a la cara y proveen protección contra salpicaduras en la
manipulación de químicos o ante la presencia de gases y vapores (Fig. 2).
Protección facial: Es una pantalla transparente sostenida por un arnés de cabeza, la cual
se encuentra en varios tamaños y resistencias (Fig. 3). Debe ser utilizada en los trabajos
que requieren la protección de la cara, como, por ejemplo, utilizar la pulidora o sierra
circular, o cuando se manejan químicos. En muchas ocasiones y según la labor se

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requiere del uso de gafas de seguridad y careta simultáneamente.


Caretas de soldadura: Son caretas especiales y protegen al trabajador no sólo de las
chispas y partículas en proyección, sino también las radiaciones que provienen del proceso
de la soldadura, para lo cual tienen un filtro especial (Fig. 4).

Fig. 1 Fig. 2 Fig. 3 Fig. 4

Protectores visuales: ¿Cómo utilizarlos?


 Los protectores de calidad óptica baja sólo deben utilizarse esporádicamente.
 Si el usuario se encuentra en zona de tránsito o necesita percibir que ocurre en una
amplia zona, deberá utilizar protectores que reduzcan poco su campo visual
periférico.
 La posibilidad de movimientos de cabeza bruscos, durante la ejecución del trabajo,
implicará la elección de un protector con sistema de sujeción fiable. Puede estar
resuelto con un ajuste adecuado o por elementos accesorios (goma de sujeción
entre las patillas de los anteojos) que aseguren la posición correcta del protector y
eviten desprendimientos fortuitos.
 Las condiciones ambientales de calor y humedad son favorecedoras del
empañamiento de los oculares, pero no son únicas. Un esfuerzo continuado o
posturas incómodas durante el trabajo también provocan la sudoración del operario
y, por tanto, el empañamiento de los anteojos.
Mantenimiento:
 La falta o el deterioro de la visibilidad a través de los oculares, visores, etc. es un
origen de riesgo en la mayoría de los casos. Por este motivo estos elementos se
deben limpiar a diario.
 Con el fin de impedir enfermedades de la piel, los protectores deben desinfectarse
periódicamente y en concreto siempre que cambien de usuario.
 Para conseguir una buena conservación, los equipos se guardarán cuando no estén
en uso, limpios y secos. Si se quitan por breves momentos, se pondrá cuidado en no
dejarlos colocados con los oculares hacia abajo, con el fin de evitar rayones.
 Los elementos regulables o los que sirvan para ajustar posiciones se deberán poder
retener en los puntos deseados sin que el desgaste o envejecimiento provoquen su
desajuste o desprendimiento.

Recomendaciones para evitar lesiones en ojos y rostro:


- Tenga un ambiente de trabajo seguro
 Minimice el peligro resultante de la caída de escombros o escombros inestables.
 Asegúrese de que las herramientas funcionen y de que todos los dispositivos de
protección de las máquinas estén en su lugar.
 Asegúrese de que los trabajadores saben cómo utilizar las herramientas
correctamente.
 Mantenga a los espectadores fuera del área de peligro.
- Evalúe los peligros
 Conozca los peligros principales.
 Identifique los peligros planteados por trabajadores cercanos, maquinarias de

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grandes dimensiones, caída o movimiento de escombros.


- Utilice la protección ocular y facial apropiada.
 Seleccione el dispositivo de protección ocular que cumpla
con las especificaciones técnicas del departamento de
SySO &MA.
 Asegúrese de que el dispositivo esté en buenas
condiciones.
 Asegúrese de que tenga el tamaño adecuado y de que
permanezca en su lugar.
 No se debe depender únicamente de la protección
proporcionada por los dispositivos oculares y faciales.
- Anticipe las lesiones oculares y prepárese para
proporcionar primeros auxilios
Primeros auxilios en caso de lesiones oculares:
Cuerpos extraños en el ojo:
 No frote el ojo.
 Utilice colirio, enjuague el ojo con bastante líquido.
 Consulte a un médico si no sale el cuerpo extraño o si persiste el dolor o
enrojecimiento.
Cortes, pinchazos u objetos introducidos en el ojo:
 No lave el ojo.
 No trate de retirar el objeto introducido en el ojo.
 Estabilice el ojo con una protección rígida sin aplicar presión, como por ejemplo con
la parte inferior de un vaso de cartón.
 Consulte a un médico inmediatamente.
Quemaduras químicas:
 Lave el ojo inmediatamente con agua. Abra el ojo lo más posible. Continúe
enjuagando durante por lo menos quince minutos. En el caso de soluciones
cáusticas o básicas continúe enjuagando de camino al consultorio del médico.
 Consulte a un médico inmediatamente.
Golpes en el ojo:
 Aplique una compresa fría sin hacer presión.
 Se puede sujetar a la frente una bolsa de plástico con hielo picado para que
descanse suavemente sobre el ojo.
 Consulte a un médico inmediatamente en caso de dolor persistente, perturbación de
la visión, sangre o decoloración del ojo, lo cual podría indicar una lesión interna del
mismo.

ROPA DE TRABAJO
Si bien, en muchas ocasiones no es considerada un EPP, la ropa nos protege de algunos
riesgos como: proyección de partículas, salpicaduras, contacto con sustancias o materiales
calientes, condiciones ambientales de trabajo adversas.
Los requisitos que debe cumplir son:
 Ser de tela flexible, que permita una fácil limpieza y desinfección y adecuada a las
condiciones del puesto de trabajo.
 Ajustar bien al cuerpo del trabajador, sin perjuicio de su comodidad y facilidad de
movimientos.
 Siempre que las circunstancias lo permitan, las mangas deben ser cortas y cuando
sean largas y ajustar adecuadamente.
 Eliminar o reducir en lo posible, elementos adicionales como bolsillos, botones,
partes vueltas hacia arriba, cordones y otros, por razones higiénicas y para evitar

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enganches.
 No usar elementos que puedan originar un riesgo adicional de accidente como ser:
corbatas, bufandas, pulseras, cadenas, collares, anillos y otros.
 En casos especiales debe ser de tela impermeable, incombustible, de abrigo
resistente a sustancias agresivas, y siempre que sea necesario, se debe dotar al
trabajador de delantales, mandiles, petos, chalecos, fajas, cinturones anchos y otros
elementos que puedan ser necesarios y complementarios a su utilización.

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