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"BICHA" - Extras de Guión

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“BICHA”

de Mariana Suárez Otero

Storyline​: Un grupo de tres amigos mantienen a resguardo, en un cobertizo, a una criatura


humanoide de naturaleza desconocida, de la que quieren sacar algún rédito económico hasta que la
misma comienza a hablar y demostrar inteligencia, lo que los obliga a revertir sus planes para
ayudarla a ser libre.

Premisa​: Lo que se ve diferente no lo es necesariamente, al menos no en los aspectos que importan.


“La bicha” si bien no es humana es capaz de sentir e incluso de comunicarse y merece una
oportunidad de vivir su vida pese al desconocimiento y miedo de los protagonistas.

Sinopsis: ​Emanuel llega a la casa con cobertizo, saluda a su amigo Elias que se quedó allí durante la
noche, se preguntan cosas casuales, hablan de si está bien, si se mantuvo silencioso, si pasó algo, no
dejando en claro a qué se refieren. Elías le pide que vaya a echarle un vistazo mientras va a comprar
cigarros, como para desentenderse de la situación, cosa que incomoda y molesta bastante al recién
llegado pero no le da tiempo de contrariar. Se dirige, tenso, al lugar donde tienen guardada a “La
bicha” con ciertos elementos de precaución y preparativos alrededor, hay una mirilla que da al
interior de esa habitación cerrada. La llama por el mote de “Bicha” y la saluda como haría cualquiera
con una mascota, abre la mirilla y no logra ver nada, pero se escucha como se mueve dentro. En un
momento los largos dedos de la criatura se asoman por debajo y se enroscan despacio en el borde
de la mirilla a lo que Emanuel reacciona con un sobresalto, y le dice, con tono de regaño que se
aleje, que sabe que no tiene que hacer eso, y ella acata, aunque despacio y parsimoniosamente.
Cierra la mirilla e intenta relajarse en lo que llega Leopoldo, con unas bolsas de súper, que lo saluda y
lo asusta sin querer, por lo que recibe un escarmiento.
Leopoldo se ríe y bromea con que no entiende la razón de su miedo si fue él el que la encontró a un
costado de la ruta, a lo que Emanuel responde que cuando la metió en el baúl estaba muerta y
nunca se le hubiera ocurrido que iba a reconstruirse y estar viva de la nada.
Hablan de cómo vienen las ”ventas”, que por el momento son de muestras de tejido, que manejan
por internet, ellos desconocen que son tejidos que “La bicha” descarta mientras se mantiene en
constante evolución y adaptación a su entorno, mientras, Leopoldo guarda las compras, casi todo
comida para ella, que separa también en una bandeja, abriendo una lata de atún entre otras cosas y
acomodando todo para dejarlo listo. En ese momento llega Elías y los saluda, fumando, felicitando a
Leopoldo por el video que subió a internet sobre la bicha, que pese a los rumores de que es falso les
viene dando algo de fama, Leo anuncia orgulloso que lo contactaron unos sujetos que parecen estar
seriamente interesados en comprar muestras y pruebas de la criatura misteriosa y que incluso lo
citaron a un café en un hotel al día siguiente para discutir los términos. En lo que están los tres
hablando medio en broma medio en serio de cómo los va a hacer desaparecer a todos alguna
agencia de inteligencia internacional (pese a que tanto Elías como Emanuel se mantienen bastante
en el margen del anonimato con todo este asunto) escuchan que la criatura tose o hace algún ruido
de arcadas parecido y entran en modo emergencia.
Leopoldo encabeza, abre la puerta, mientras Elías agarra un machete que esconde atrás de su pierna
y finalmente Emanuel toma una riñonera que estaba en el mismo lugar, a mano. Entran, ella está en
ese momento agazapada contra el suelo (idealmente esto lo vemos desde su perspectiva), con
arcadas, tosiendo, y escupe lo que parece ser un pedazo de hueso con tendones y los mira. Leopoldo
le habla dulcemente y le dice que no se asuste, que siempre pasa esto, que dura poco, le pregunta si
tiene hambre, detrás de él Elías observa, tenso y atento, mientras Emanuel saca un guante de látex y
una ziploc de la riñonera, que se colgó al cuello, y avanza, cauteloso, para tomar el pedazo del suelo
y guardarlo en la bolsa, sin dejar de mirarla, alerta. Ella no responde agresivamente, sólo los observa,
respirando con agitación. Leopoldo le vuelve a preguntar si tiene hambre a lo que ella responde con
ruidos, Elías sale y busca la bandeja ya preparada, dejándola en un lugar que parece ya dispuesto
para eso. Le sonríe con timidez, se despiden, como si fuera de algún perro grande y peligroso al que
quieren tener tranquilo, y salen del cobertizo, cerrando la puerta. Pese al claro nerviosismo, se nota
que es algo que hacen seguido.
En lo que parten a guardar la nueva muestra en el freezer, con las demás, terminan de definir quién
se queda a cuidarla esa noche, y debido a que la noche anterior fue Elías y al día siguiente Leo tiene
este encuentro, le toca a Emanuel. Desde dentro del cobertizo, específicamente desde el techo del
mismo, trepada, como reptando por el mismo, observando la conversación por alguna ventana o
agujero, se encuentra ella.
Emanuel está dormido, los ruidos extraños característicos de la criatura, que empiezan a convertirse
en intentos de vocalización y letras. Se despierta de a poco, y cuando distingue esto empieza a
espabilar, con horror. Recorre el lugar hasta el cobertizo, escuchando, en total silencio y con sigilo,
ella empieza a formar palabras, de manera algo errada y experimental, mientras Emanuel observa en
esa dirección y escucha con horror. Traga saliva, se aleja del lugar y llama por teléfono intentando
mantener la calma, pero por las palabras que elige se nota que está completamente aterrado. Tras la
llamada, en medio de la noche, llega Elías, que deja las llaves del auto y sus cosas, medio dormido,
malhumorado, va hasta el fondo, donde está el cobertizo, lo ve a Emanuel sentado, observando,
absorto y empieza a decirle que no entiende a qué se refería, de mala gana por el sueño, hasta que
avanza lo suficiente y escucha que la bicha está intentando armar oraciones. Se quedan los dos
pasmados, observando, hasta que Emanuel rompe el silencio diciéndole que cree que ella está
intentando decodificar el idioma. Ambos están completamente aterrados por la situación, no saben
qué sentir al respecto, mientras de fondo ella intenta hablar, de a poco. Elías, avanza sin pensarlo
demasiado, haciendo que Emanuel se sobresalte, mientras va directamente a tocarle la puerta a la
bicha, para empezar a hablar con ella, y ella responde como puede. Después de una corta
conversación, mientras Emanuel no sabe qué hacer, ella les dice a Elías que tiene miedo y asoma sus
dedos por debajo de la puerta.. En ese momento Emanuel cambia completamente de expresión ya
que cae en cuenta que no está simplemente imitando el idioma, está comunicándose con ellos, y
observa, ahora con más curiosidad y confusión que simple terror. Elías prosigue la conversación y
ella le responde que morir duele y que no quiere que le pase de nuevo. Los dos muchachos se miran,
sin saber qué hacer o decir.
Leopoldo llega a la mañana, pensativo. Se encuentra con Elías fumando y Emanuel tomando mate
solo y sentado, ambos en la cocina con cara de no haber dormido, en un principio no les presta
atención y se pone a darles información acerca de lo ocurrido, aparentemente los sujetos que lo
contactaron sospechan que tiene un método para conseguir las muestras, quieren pagarle porque
elimine todo lo que subió a internet y les de todo a ellos, incluso les comenta que le dieron un
adelanto, pero que probablemente no tarden en saber que la están guardando ahí y la quieran para
ellos, sin contar con el miedo real de que lo hagan desaparecer, ya que pese a ser una persona de
apellido importante es una posibilidad, que tendrían que optar por la salida fácil y venderla a ella, las
muestras, deshacerse de todo, y hacerse con la plata, que como de todos modos es lo que pensaban
hacer desde el principio no debería ser un problema. Incluso cuenta la cantidad de muestras que
tienen en el freezer como para sacar un cálculo estimativo de lo que van a ganar. Ahí es cuando los
otros dos se miran, lo miran y él nota que el humor del ambiente.
Emanuel se levanta con el mate y le dice que lo acompañe, cuando llegan él le avisa a la criatura que
llegó Leopoldo y ella lo saluda ya con bastante más coherencia que hace unas horas. Leopoldo
palidece y los mira, preguntando cuándo pasó esto, cuándo aprendió a hablar, a lo que Emanuel
responde con un simple “anoche”.
Elías está como absorto en sus pensamientos, mientras los otros dos vuelven a la cocina para decidir
que hacer, medio entre discusiones, Emanuel menciona que podrían llevarla a la casa de campo que
tiene su tío que está en medio de la nada, y van poniendo todo en consideración, como el hecho de
que ya deben saber que la tienen guardada ahí y están en peligro si no hacen nada pronto. Con el
sonido de esa discusión de fondo, claramente entendible, Elías se acerca y le pregunta a ella qué
quiere que hagan, explicándole la situación, ella sólo le responde simplemente que quiere seguir
viva.
Sin decir más entra en la cocina y les anuncia a los otros que va a buscar el auto para llevarla a la
casa de campo, los mira como esperando que se opongan, pero ante la frontalidad de esa decisión,
con la que en realidad están todos de acuerdo, Emanuel empieza a mandar mensajes para avisar a su
tío, que de todos modos quiere que alguien le cuide la casa porque está medio abandonada, y
Leopoldo, tras juntar aire, empieza a juntar todas las cosas del lugar en bolsos y mochilas para no
dejar ningún rastro. Emanuel se queda pensando en cómo sacarla sin que nadie los vea y su atención
queda un momento en unas ropas abandonadas en un perchero y unas cortinas.
Ya en la calle el grupo, cargado de bolsas y mochilas, conduce a lo que parece una mujer abrigada,
con la cara cubierta con una bufanda y un vestido largo, que intenta irse hacia las paredes para
treparlas, Leopoldo la toma de los hombros y la lleva hasta el auto, pasando al lado de un sujeto de
aspecto sospechoso que chequea en su celular y busca un número de casa. Se suben, Elías conduce,
Leopoldo a su lado y tras cerrar la puerta, da la vuelta y se sienta al lado de la bicha disfrazada
Emanuel, que mira sobre su hombro con algo de miedo mientras apura al conductor. Constatan que
ella esté bien, se miran entre todos, ahora incluyéndola, y se alejan en el auto mientras se ve al
sujeto misterioso acercarse a la puerta de la que acaban de salir.

PERSONAJES​:
Los tres personajes principales tienen entre 21-30 años. Son gente promedio, clase media (algo más
alta o más baja, irrelevante) y se nota que estudian o trabajan, y que no tienen muchas más
responsabilidades que eso hasta los sucesos de la historia.

Emanuel​: Serio en general, alto tímido. Es un tipo pragmático, que atraviesa seguido por ansiedades
y tensiones. Parece malhumorado, de buenas intenciones e intenta adelantarse a los problemas y
tiene pocas aspiraciones. En centrado y resolutivo, ordenado. Le cuesta mucho relajarse con la
gente, pero es una persona fiel a sus convicciones y a las personas que quiere. En general es solitario
e introvertido.
Usa barba prolija pero larga, ropa cómoda, oscura, de aspecto metalero. Aspecto cuidado pero osco,
sencillo. Tiene un par de kilos de más, estatura promedio, mirada inquisitiva.

Elías​: Sencillo, desprendido y tranquilo. Es un sujeto relajado de tendencias hedonistas, disfruta los
placeres simples de la vida, pero con una crianza bastante coherente en relación a los valores que no
lo hace alguien despreciable ni egoísta, al contrario. No se preocupa demasiado por nada y es muy
frontal y decidido, es valiente, imprudente y extremadamente terco. Fumador empedernido.
Alto, armado o fornido, intimidante de aspecto, si no fuera una persona de sonrisa fácil daría miedo.
Usa ropa cómoda, deportiva, sin que le importe mucho si pega. De aspecto deportivo, cuerpo
cuidado, afeitado siempre y pelo muy corto.

Leopoldo​: Encantador, chamuyero, bueno con las palabras. Está siempre a la expectativa de una
oportunidad, tiene grandes aspiraciones y piensa en mil cosas a la vez, sabe sus ventajas y las usa
todo el tiempo. Es un sujeto alegre en general, con capacidad de ser muy sañoso y maligno, cosa que
nunca aplica con sus amigos, que tiene pocos. Muy sonriente, parece estar seguro de sí mismo todo
el tiempo. Le gusta estar un paso adelante del resto.
Delgado pero muscular, carilindo, mirada fija, penetrante, sonrisa mentirosa y encantadora.
Arreglado pero no en exceso, siempre medianamente bien vestido, tiene anillos y detalles.

“Bicha”​: Nunca se la ve completamente pero es una entidad de las profundidades del océano que
salió a la superficie. Se ve, en teoría, parcialmente como un insecto o un lagarto. Puede trepar
paredes como si nada, y evoluciona constantemente para adaptarse al ambiente que sea. Es curiosa,
atenta, y bastante valiente, cosa que probablemente la llevó hasta su destino fuera del agua y a sus
diversas muertes. No puede morir, se reconstruye continuamente, por tanto es imposible saber
cuántos años realmente tiene, pero como su mente también se renueva cada vez que se adapta,
tiene la personalidad de un ser joven y sin experiencia. Es pequeña, de piel cambiante en colores,
manchada y brillante, dedos largos. Come, por ahora, cosas ricas en Hierro y Magnesio (Atún,
espinacas y verduras de hoja verde, semillas) y sin que haya un verdadero motivo para ello, le
agradan e interesan los humanos.

Otro - Sujeto sospechoso/Corporación sin nombre: ​Similar a un agente del FBI o de la CIA, trajeado,
con anteojos, claramente en un intento de permanecer anónimo. Su intención y la de la corporación
es adquirir toda muestra o prueba de alguna forma de vida no identificada y eliminarla del
conocimiento público de la manera que sea, siempre y cuando pueda hacerse con sutileza y
disimulo.

Escaleta:

1) Llega Emanuel y Elías lo deja sólo para que “la chequee”.


2) Mirar por la mirilla: La extraña criatura del cobertizo.
3) Leopoldo y los planes de ventas. Todos juntos y buenas noticias, planes de negocio.
4) Tos repentina, recoger muestra. Todo muy normal, son cosas del día a día.
5) Noche solo, y las primeras palabras. Llamada con terror.
6) Conversación con algo que no debería saber hablar.
7) Llega Leopoldo, noticias ominosas. No podemos salir fácil de esta.
8) ¿Qué carajo hacemos? Planes sobre la mesa.
9) ¿Qué opina ella? Decisiones, soluciones.
10) Sacarla a hurtadillas bajo las narices del enemigo. Hacia lo que sea que vaya a ser.

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