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33 Relatos Cortos

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José Miguel Burgui

33 RELATOS CORTOS Y SABROSOS

Queda permitida la reproducción total o parcial


de esta obra por cualquier procedimiento, ya sea electrónico
o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o
cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización
previa y por escrito de los titulares del copyrigh.
Su difusión, es para el autor, un honor. ¡Gracias!
2

Dedicatoria:

Para Cayetana y Martín,


para cuantos tengan el corazón de niña o niño,
así podrán recrear su imaginación
con estos pequeños y jugosos relatos.
3

Me gustan los cuentos

Son muchos los amigos que me regalan mensajes, pensamientos, ideas y


pequeños relatos; un servidor los arregla, retoca y es ahora cuando te los
ofrezco, otros los creo y recreo. Espero te gusten, los voy recopilando y les titulo
relatos cortos y sabrosos.
Me gustan los cuentos, no son sólo para niños, son para la persona que
quiere soñar, vivir ilusiones y sonreír. El cuento nos ayuda a transformar
nuestras vidas. A través de un cuento nos abrimos a otra realidad.
Entre el sueño y la realidad existe un prodigioso abismo, la felicidad está
en intentar colmar el vacío.
El cuento es un caleidoscopio de infinitas posibilidades, que nos deja
entrever en mil colores un mundo en el que todo es posible.
El cuento nos lleva por galerías secretas a profundidades y áreas de
nuestra persona.
El componente del mensaje de los cuentos es la sabiduría.
Los cuentos hacen visible alguna zona escondida del espíritu, provocan
alguna pregunta y dan muchas respuestas.
No hemos de explicar el cuento ya que si hacemos esto es como si
ofreciéramos una fruta masticada ya.

El maestro Burgui nos contaba siempre alguna parábola y cuento en cada


clase, pero los alumnos no siempre entendíamos el sentido de la misma…
-Maestro- le encaró uno de ellos. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos
explicas su significado.
-Pido perdón- se disculpó Burgui- permíteme que en señal de reparación te
invite a esta rica fruta.
-Gracias, maestro, respondió halagado el alumno.
-Quisiera, APRA agasajarte, pelarla, ¿me lo permites?
-Sí, muchas gracias.
-¿Te gustaría, que ya que tengo la navaja, te la corte en trocitos para así comerla
mejor?
-Me encantaría. Pero no quiero abusar de tu amabilidad.
-No es un abuso, yo me ofrezco a ello. Sólo deseo complacerte. ..Permíteme
también que la mastique antes de dártela…
-NO, no, maestro, eso no me gusta que lo hagas.
Burgui hizo una breve pausa
-Si yo os explicara el sentido de cada cuento e imaginación, sería como daros a
comer una fruta masticada.

Hemos de ver con otros ojos.


El hombre sensible e inquieto, imagina y siente los objetos en cierto
modo dobles.
Verá con los ojos una torre, un campo, oirá con sus oídos el sonido
de una campana, el canto de un ave y al mismo tiempo con la imaginación, verá
otra torre, otro campo, oirá otro sonido de campana y recreará el ave de la que
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escuchó su canto.
Verá la aurora y el ocaso, las hojas que amarilleaban y reverdecían,
los ríos arrastrando los recuerdos de las ciudades por donde pasan.
En este segundo modo está lo hermoso y placentero de las cosas.
Así hay que ver la vida entre la realidad y la imaginación.
La vida está ahí, a veces oculta, escondida, como un tesoro.
Hay que saber mirarla, descubrirla.
Disfruta de estos relatos cortos y jugosos. Te los ofrezco con gusto para ti,
querido lector.
Espero que alguno te abra la mente, el corazón y te trasporte a otra
realidad profunda, que no se ve, ni se toque, que no se oiga y sí se sienta en lo
más íntimo del ser.
Suerte, amigo, lo mejor, para ti, amiga.
Blog: jmburgui.es
Roma-Noviembre 2014
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INDICE
01.-Reflejo de tus actos
02.-Camión basura
03.-Historia de Pepe
04.-Era una mañana agitada
05.-Bella lección de amigos
06.-Se venden cachorrillos
07-Los mil espejos
08.-Cruzando el río.
09-¿Con qué ojos miramos?
10-La historia de Pepe
11.- Fábula persa
12.-El anillo
13.-El corazón perfecto
14-El regalo
15.-La balanza
16.-¡Amigos!
17.-El zar y la camisa
18.-Las dos tinajas
19.-Escuchar lo que no se oye
20.-La piedra de hacer sopa
21.-No te veo
22.-El girasol
23.-¿Dónde está la felicidad?
24.-La madre que enseña a rezar a su hijo
25.-Amor para siempre
26.-La bolsa de agua caliente
27.-Un desayuno con sonrisa
28.-El violinista
29.-El gusanito y la mariposa
30.-La niña tartaja con idioma secreto
31.-El espejo
32.-¡Grábatelo bien!
33.-Los dos amigos
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01.-EL REFLEJO DE TUS ACTOS


Respondes de la cara que pones, no
de la que tienes.
Escucha. Se dice que en un lejano pueblo de un país perdido, más allá de
los mares, había una casita de campo abandonada. Un día pasó por allí un
perrillo buscando refugio, se metió por uno de los agujeritos, subió una vieja
escalera de madera y ¡Oh sorpresa!, al abrir uno de los cuartos se topó con que
allí había cientos de perrillos como él. Los observó y comenzó a mover la cola,
levantó las orejas y todos hicieron lo mismo, sonrió, ladró y todos sonrieron y
ladraron alegremente con él.
Al salir de allí se dijo para sí: “¡qué lugar tan encantador, volveré!”
A los pocos días apareció otro perrillo callejero, entró en el mismo sitio.
Este perro al ver a cientos de perros como él, se sintió incómodo, comenzó a
ladrar con furor y los demás lo hicieron igual. Salió disparado de aquella
habitación y se dijo que nunca más volvería por allí.
Ninguno de los dos perritos había leído el gran letrero que estaba puesto
al entrar: “LA CASA de los MIL ESPEJOS”.
El reflejo de tus gestos
es lo que proyectas en los demás.

02.-EL CAMIÓN DE BASURA

Voy en taxi y el coche de atrás, casi nos da, ya que el que va delante
nuestra frena de golpe. El conductor grita, despotrica, insulta al taxista y la
respuesta de este amable hombre es una sonrisa.
En cuanto arranca de nuevo, le pregunto: “¿Por qué ha hecho eso de
darle como respuesta a su grosería una sonrisa?” Él me respondió: “Se trata del
camión de la basura, muchas personas son como él, van llenas de desperdicios,
enojos, frustraciones, desalientos...y cuando han acumulado mucha basura
necesitan descargarla”.
-“Gracias, muchas gracias querido taxista por la lección vivida”. Pagué y me
despedí.
Enseguida pensé si yo era basurero y luego saqué esta conclusión:
Debo sonreír a los insatisfechos, malhumorados y frustrados, que parece
abundan. Debo sonreír a quienes me roban las llaves, la cartera y desearles lo
mejor, debo devolverles bien por mal y así vivir el evangelio de Jesús a tope. Me
va a costar. Creo que esta es la mejor medicina para cualquier conductor de
camión de basura.
Descargaré mi basura en la confesión de mis males al Señor, y ya lo sé,
siempre me va a perdonar. De este modo no descargaré basuras en las
personas.

Seré flor, no basura


No seré basurero de mis males
y sí verteré sonrisas
a quienes desperdicios
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y estiércol me echaren.
Difícil es este gesto
de devolver bien por mal;
de cristianos es hacerlo
como el Señor enseñó y así vivió,
dar rosas blancas a cambio de basuras.
El corazón lleno de sinsabores
vuelca siempre malos olores
y el repleto de bienes y flores
da y devuelve perfumes y bienes.

¡Enhorabuena si así eres!

03.-LA HISTORIA DE PEPE

Era un tipo de persona “guay”, siempre estaba de buen humor y si le


preguntabas cómo le iba, su respuesta era muy clara: de “P. M.” “de Parque
Móvil”, “mejor imposible”
Siempre veía el lado positivo en todo.
¿es posible ser positivo siempre? Su respuesta fue:”Cada mañana al despertar
me digo: Pepe, tienes dos opciones: puedes elegir o estar de buen o mal
humor y siempre escojo el estar de buen humor. Cada vez que me sucede algo
malo, puedo elegir entre ser víctima o aprender de lo ocurrido, elijo lo
segundo”.
Cada vez que viene alguien a quejarse puedo aceptar su queja o señalarle el
lado positivo. Elijo lo segundo.
“Esto no es fácil” Añadió un servidor.
-“Sí lo es, me dijo. En la vida, todo está en elegir. Eliges cómo reaccionarás ante
una situación; eliges estar bien o de mal humor, eliges cómo vivir la vida”.
Un día fue atracado y tiroteado en su trabajo. Fue llevado a urgencias. La
operación duró 8 horas. Al cabo de meses topo con él y le pregunté:”¿Cómo
estás, Pepe?” y su contestación fue la de siempre:” mejor, imposible” le hable
sobre el hecho del robo y de los tiros que le dieron y me respondió que cuando
se encontraba tirado en el suelo eligió vivir. “En el quirófano, me dijo, vi que
los médicos me daban por muerto, así lo leía en sus rostros. Supe pensar mi
decisión y aún consciente, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a
algo y le grité con todas las fuerzas que tenía, que eran pocas: Sí, a las balas”
Todos rieron y les dije: opérenme, he elegido vivir” y vivió.

Cada día tenemos que elegir. La actitud lo es todo.


Cómo eres, cómo te ves, cómo te sientes, cómo vives.
Esta ELECCIÓN es tuya, nadie te la puede robar.
¡¡¡Elige siempre el lado positivo de los acontecimientos y de las cosas!!!

04.-ERA UNA MAÑANA AGITADA

Eran las 8,30 de la mañana. Un señor, de unos 80 años llegó a un


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hospital. Iba a curarse un dedo que días antes de lo habían vendado.


El doctor lo ve muy nervioso y le pregunta si tiene alguna
otra consulta que realizar con otro médico. El buen hombre le
dijo que no, pero que sí tenía que ir luego al geriátrico para
desayunar con su esposa. El doctor se interesó por la salud de
ella.

El señor le explicó y dijo que hacía tiempo que estaba allí


ya que padecía de Alzheimer
De nuevo intervino el doctor preguntándole si ella se iba a
enfadar si llegaba tarde.
La respuesta fue que ella no sabía ni se enteraba de nada
hacía 5 años, que ni siquiera lo podía reconocer a él.
Insiste el doctor: pero Ud. ¿Sigue yendo cada mañana,
aún cuando ella no sabe quién es Usted?

Él sonrió y le acarició la mano al doctor contentándole:


“Ella no sabe quién soy yo, pero yo aún sé quién es ella”.
La piel del médico se erizó y mientras el buen hombre se iba,
tuvo que contener las lágrimas y en voz alta le dijo: “Ese es el
tipo de amor que yo quiero en mi vida”

El amor no es sólo físico ni romántico. El amor es la aceptación de todo lo que la


persona querida es, ha sido, será o no será.

05.-UNA BELLA LECCIÓN ENTRE AMIGOS

Caminaban dos jóvenes por el campo y vieron unos viejos zapatos,


supusieron que eran de un señor que estaba trabajando en un campo vecino.
Uno de ellos le hizo esta propuesta al compañero: “Juguémosle una bromita, se
los escondemos y luego nosotros, también escondidos observamos la cara que
pone el hombre”
El otro compañero le respondió: “Mi querido amigo, no debemos
divertirnos a expensas de este pobre agricultor. Nosotros estamos bien, ¿y él?
No lo sabemos. Podríamos darle una alegría a este hombre. Colocamos un
billetito en cada zapato y escondidos observamos la cara que pone...” Así lo
hicieron
Al rato apareció el hombre al terminar su tarea. Buscó los zapatos y al ir
a meter el pie, vio un billete dentro, se agachó, miró y con gran sorpresa
encontró en cada uno un hermoso billete. Se preguntó qué podría haber sido
aquello. Miró alrededor y los guardó en su bolsillo.
Cayó de rodillas, -los dos amigos lo estaban observando escondidos
detrás de un grueso árbol- levantó la vista al cielo y dijo en voz alta, de suerte
que los amigos lo pudieron escuchar:
“Gracias, Señor. Mi esposa está enferma, nos irá muy bien este dinero y
también para la comida de los hijos, gracias, mil gracias, Señor por esta mano
desconocida”
10

Los dos jóvenes mantuvieron la emoción y se unieron en el silencio con


la oración de aquel señor.
El otro amigo le dijo al segundo:
“¿No es esto mejor que la bromita que querías gastarle”
La respuesta fue: “Jamás olvidaré esta lección que me has dado. Ahora
entiendo mejor que nunca que si das un poco, recibes mucho más.”

06.-SE VENDEN CACHORRILLOS

El amo de una tienda estando clavando este letrero fuera se le acerca un niño y
le pregunta a bocajarro, “¿Sí?, ¿vende Ud. cachorrillos?
-“Así es.
Y el muchacho entró,
-¿Cuánto cuestan?
-Entre 30 y 50 €, replicó el dueño
-Sólo tengo 2,37€, ¿puedo verlos?
El señor sonrió, dio un silbido y salió Linda, er ala madre de 5
preciosos cachorrillos que le seguían como locos, su pelaje era plateado. Uno de
ellos se retrasaba.
-¿Qué le pasa a ese perrito preguntó el niño señalando al perro que cojeaba.
El señor d el atienda le dijo que siempre estaría cojo, así se lo había comunicado
el veterinario. El niño se emocionó y le dijo:
-Ése es el cachorro que yo quiero comprar.
-No lo tienes que comprar, si realmente lo quieres, te lo regalaré.
El niño, algo molesto, miró a los ojos del tendero y le dijo:
-No quiero que me lo dé. Este perrito vale tanto como los demás y pagaré su
valor, así que hoy le doy los 2,37€ y cada semana iré aportando la cantidad
correspondiente hasta que pague todo..
-No creo que quieras comprar este perrito precisamente, nunca va a poder
correr ni jugar ni saltar contigo como los demás, le replicó el dueño.
En este momento, el pequeño se agachó, arremangó su pantalón y mostró su
pierna con la abrazadera de metal.
-Bien, bien, replicó con suavidad el niño al tendero-
Yo tampoco corro muy bien, y el cachorrillo va a necesitar a alguien que lo
entienda.

07.-LOS MIL ESPEJOS

Se dice que hace mucho tiempo, en un lejano pueblo, había


una casita de campo abandonada.
Un día, buscando refugio, un perrillo se metió dentro de ella por un agujero,
subió lentamente una vieja escalera y se metió en una habitación pero se llevó
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una gran sorpresa había cientos de perritos más, le observaban.


El perrillo comenzó a mover el rabo todo alegre y los mil perrillos le imitaron,
luego sonrió y les ladró. Se quedó asombrado al ver que los mi l perrillos le
sonreían y le ladraban con cariño.
Salió de la habitación y se dijo, “¡Qué lugar más agradable! Volveré cualquier
día”.

A los días apareció otro perrillo callejero entró en el mismo lugar pero a
diferencia del anterior, éste se sintió amenazado ya que lo miraban de manera
agresiva. Y comenzó a dar ladridos
Con una cierta rabia y los otros mil perrillos le ladraron también.
Cuando este perrito salió de allí se dijo: “¡Qué lugar más desagradable! Nunca
más volveré a él”.
+++
Ninguno de los dos perrillos se había dado cuenta que en la portada de
aquella casa había un viejo letrero que rezaba: “La casa de los mil espejos”.

08.-CRUZANDO EL RÍO

Al ir a cruzar el río y de cara a su monasterio, dos monjes budistas se


toparon con una bellísima dama.
Al igual que ellos, también ella quería cruzar el río, pero había demasiada
corriente.
Uno de los monjes se la echó a la espalda y la pasó a la otra orilla.
El otro monje se quedó totalmente escandalizado y durante todo el
trayecto fue censurando al monje que había cruzado a tan bella mujer, ya que la
Santa Regla prohibía tocar a ninguna mujer.
¿Cómo se había atrevido a tocarla? ¿Había olvidado que era un monje?
¿Qué diría el Superior? Y así mil preguntas torturando su conducta.
El acusado escuchaba pacientemente el interminable sermón y los improperios.,
hasta que al final estalló y le soltó a bocajarro.
-Hermano, yo dejé a aquella bella mujer a la otra parte del río, ¿No eres tú quien
todavía la sigue llevando?

09.-¿CON QUÉ OJOS MIRAMOS?

Había dos hombres que estaban enfermos, ambos estaban en una misma
habitación de un hospital. La cama de uno de ellos estaba junto a la ventana y
se le permitía estar sentado en la misma cama y durante una hora cada día. El
otro debía estar siempre tumbado. Los dos hombres hablaban y hablaban, se
contaban el uno al otro su vida entera.
El que podía sentarse y estaba junto a la ventana, le contaba todo lo que
iba viendo a través de ella. El otro señor vivía con alegría al escucharle cuanto
veía a través e los cristales, era como si su mundo se agrandara y saliera a
pasear. Desde la ventana se divisaba un hermoso lago, cisnes, plantas acuáticas,
niños jugando y correteando, jóvenes abrazados y muy enamorados y todo ello
rodeado e hermosas flores de todos los colores y luego los árboles, grandes,
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hermosos y viejos árboles.


El hombre de la ventana se lo describía todo esto con todo detalle.
Una tarde de primavera, el hombre de la ventana le describió el desfile
que transcurría. El otro no podía escuchar la banda, pero se lo imaginaba todo.
Pasaron días y días, semanas y semanas.
Hasta que un día, la enfermera de la mañana, al traer agua para el baño
descubrió que el hombre de la ventana estaba muerto. Avisó al doctor y
compañeras para sacar su cuerpo. A la tarde, el otro hombre preguntó si podría
ser trasladado a esa cama para estar cerca de la ventana. La enfermera accedió.
Al quedarse solo el hombre, lenta y con dolor se incorpora para poder
ver el mundo exterior. Al fin podría ver por sí mismo el mundo por aquella
ventana.. Se estiró y, oh sorpresa, se topó con una blanca pared.
Con un cierto desconcierto se lo comentó a la enfermera, que ya les
había oído muchas veces hablar de cuanto se veía por la ventana.
Por respuesta recibió de la enfermera que el hombre que había antes allí, su
compañero de habitación, era ciego y que nunca pudo ver ni la pared blanca,
pero que seguro que lo que le movió a contarle cuanto le contaba era para darle
alegría y ánimos.
El señor sólo hizo un gesto, pasó con suavidad su mano sobre la lisa y blanca
pared.
10.-LA HISTORIA DE PEPE

Era un tipo de persona “guay”, siempre estaba de buen humor y si le


preguntabas cómo le iba, su respuesta era muy clara: de “P. M.” “de Parque
Móvil”, “mejor imposible”
Siempre veía el lado positivo en todo.
¿es posible ser positivo siempre? Su respuesta fue:”Cada mañana al despertar
me digo: Pepe, tienes dos opciones: puedes elegir o estar de buen o mal humor
y siempre escojo el estar de buen humor. Cada vez que me sucede algo malo,
puedo elegir entre ser víctima o aprender de lo ocurrido, elijo lo segundo”.
Cada vez que viene alguien a quejarse puedo aceptar su queja o señalarle el
lado positivo. Elijo lo segundo.
“Esto no es fácil” Añadió un servidor.
-“Sí lo es, me dijo. En la vida, todo está en elegir. Eliges cómo reaccionarás ante
una situación; eliges estar bien o de mal humor, eliges cómo vivir la vida”.
Un día fue atracado y tiroteado en su trabajo. Fue llevado a urgencias. La
operación duró 8 horas. Al cabo de meses topo con él y le pregunté:”¿Cómo
estás, Pepe?” y su contestación fue la de siempre:” mejor, imposible” le hable
sobre el hecho del robo y de los tiros que le dieron y me respondió que cuando
se encontraba tirado en el suelo eligió vivir. “En el quirófano, me dijo, vi que
los médicos me daban por muerto, así lo leía en sus rostros. Supe pensar mi
decisión y aún consciente, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a
algo y le grité con todas las fuerzas que tenía, que eran pocas: Sí, a las
balas”Tod s rieron y les dije: opérenme, he elegido vivir” y vivió.

Cada día tenemos que elegir. La actitud lo es todo.


Cómo eres, cómo te ves, cómo te sientes, cómo vives.
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Esta ELECCIÓN es tuya, nadie te la puede robar.


¡¡¡Elige siempre el lado positivo de los acontecimientos y de las cosas!!!

11.-FÁBULA PERSA

Dice una fábula persa:


Un día, un caminante halló un trozo de barro tan aromático que su perfume
llenaba toda la casa.
-¿Qué eres tú? ¿De qué estás hecho? -le preguntó el caminante.
¿Eres alguna gema o algún extraño nardo disfrazado u otra mercancía
preciosa?
-No, no soy más que un trozo de barro.
-Entonces, ¿cómo es que esparces ese aroma?
-Amigo, te lo diré muy bajo y en secreto: he estado viviendo junto a una

azucena.

Las manos que reparten rosas, ya sabes, huelen a perfume.

12.-EL ANILLO

Idea: Denis Benito—Adaptación, arreglos y añadidos: jmburgui@yahoo.es


Un joven, estaba hundido en su interior y un día abrió su corazón al
padre, le dijo con dolor y tristeza:
“Papá, me siento inútil, no me quiere nadie, en el colegio me dicen que
no sirvo para nada; todo me sale mal, ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo mejorar?”
El padre le miró serio y en silencio, luego le dijo:
-“Mira, hijo, ahora no puedo atenderte, tengo un grave problema que resolver,
se trata de una deuda, ayúdame y yo te echaré una mano después”.
-“Claro” murmuró el hijo por lo bajo, había quedado más triste y
hundido…
El padre fue a su cuarto y trajo consigo un anillo, se lo dio diciéndole:
-“Vete al mercado y vende este anillo, pero bien vendido, es decir no lo des por
menos de una moneda de oro, así me ayudarás a resolver el problema de la
deuda ¿de acuerdo?”
-El hijo tomó el anillo y fue veloz al mercadillo, al centro de la ciudad. Lo
ofreció a todos los mercaderes y a toda la gente que pasaba a su lado. Cuando
decía el precio, unos se reían y otros miraban hacia otro lado. Sólo un anciano,
habiéndole observado por largo tiempo, le dijo con cariño, sabiduría y bondad:
“Mira, hijo, pides demasiado, una moneda de oro es mucho valor a cambio de
un simple anillo”.
Siguió, con todo el muchacho haciendo su oferta.
Lo más que le llegaron a ofrecer fue una moneda de plata, pero el joven no lo
vendió, tenía que ser fiel a aquello que el padre le había dicho: “no lo vendas
por menos de una moneda de oro”.
Pasó todo el día con su oferta, no habiéndolo podido vender por aquello
que pedía, volvió muy abatido a casa y se presentó a su padre y le dijo:
14

-“Lo siento, papá, ha sido imposible poderlo vender por el precio que me
dijiste. Aquí tienes tu anillo”.
-“Es muy importante esto que tu me dices, hijo” contestó el padre
sonriendo.
“Debíamos haber ido primero a un joyero y así saber y conocer con
exactitud el valor de este anillo; así que ya sabes, vamos a seguir, vete a la
joyería y comprueba por ti mismo su verdadero valor, no se lo vendas,
simplemente entérate de su precio por boca de un experto”.
El muchacho llegó al joyero; éste lo examinó bien y muy detenidamente;
lo llegó a mirar con un monóculo y después le dijo: “Dile a tu padre que si lo
desea vender ahora no puedo darle menos de 58 monedas de oro”
“¡58 monedas de oro!” exclamó el joven casi gritando.
“Sí” le dijo el joyero, “pero más adelante podré ofrecerle alrededor de 70
monedas de oro”
El joven, loco de contento, voló y llegó, casi sin aliento, a donde estaba su
padre, le contó lo ocurrido y éste le contestó:
-“Buen trabajo, hijo, muy bien, escúchame bien ahora: Tu eres ese anillo,
y eres una joya más valiosa y única. Sólo puedes ser valorado por un
especialista. ¿Creías que iba a ser cualquiera el que pudiera descubrir tu
verdadero valor?”
Y diciendo esto, el padre se colocó la valiosa joya en el dedo de su mano.
El hijo le abrazó y le dio un cariñoso beso.
+++
Más que esta joya vale este joven, vale cualquier persona y muchos
andan buscando por los mercados de la vida gentes y compradores inexpertos
que los valoren.
¡Engarza, amigo, cada día que pasa y haciendo siempre el bien a todos,
un zafiro, una esmeralda en tu persona, irás subiendo de precio!
No hay nada más hermoso que tu mismo ya que Dios que es la misma
belleza se ha enamorado de ti.
¿Quién puede mencionar algo muy importante y de mucho valor y que
no existiera hace 100 años? Ese eres tú.
¡No te vendas ni por más de 70 monedas de oro, vales bastante más!

13.-EL CORAZÓN PERFECTO

Esta es una bonita leyenda de un joven apuesto que se enaltece y chulea


de su joven y hermoso corazón. Veamos.
Un día, un joven se presentó en el centro de la plaza de un pueblo y allí
proclamó delante de todas las gentes, en especial de las muchachas, de que él
poseía el corazón más hermoso de la comarca.
Todos admiraron y confirmaron que era cierto, su corazón era perfecto,
no tenía ni marcas ni rasguños.
El joven, al verse admirado por todos se sintió todavía más orgulloso.
A todo esto se presentó un anciano, el cual preguntó que cómo podía asegurar
eso, que su corazón fuera el más bonito de todos. Y a continuación con voz clara
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afirmó: “Tu corazón es menos hermoso que el mío”.


Toda la gente quedó sorprendida ante tal afirmación. Observaron
entonces el corazón del anciano y vieron que sí, latía con fuerza pero estaba
cubierto de cicatrices, le faltaba algún trocito y algunos habían sido
reemplazados por otros y además había algún hueco que otro que parecían
como mordiscos.
Rieron junto con el joven y éste dijo: “Amigo, debes bromear. Compara
tu corazón con el mío. El mío, mira, es perfecto, en cambio el tuyo está lleno de
cicatrices y de cortes”.
Muy tranquilamente el anciano respondió: “Es cierto, tu corazón es más
perfecto a la vista, en cambio el mío, mira, te explico: cada cicatriz representa
una persona a la que le he entregado mi amor, arranqué trocitos para dárselo a
personas que amé. Otras, me han dado un trozo del suyo y los he colocado en
los lugares que había vacíos, aunque no encaran bien, me recuerdan el amor
compartido. Los huecos son trozos que entregué y que nunca fueron rellenos ya
que no fui correspondido. ¿Comprendes ahora por qué es verdaderamente
hermoso este corazón?
El joven permaneció en silencio al mismo tiempo que sus mejillas se
sonrojaron.
Arrancó un trozo de su hermoso y entero corazón y se lo regaló al anciano. El
anciano lo recibió con una sonrisa y lo colocó en un hueco del suyo; luego a su
vez arrancó otro trozo del suyo, viejo ya y maltrecho y con él tapó la herida
abierta en el del joven.
El joven miró su corazón y vio que ya no era tan perfecto pero ahora latía
con más fuerza y alegría.
+++
Hasta aquí la narración. Es posible que tengas que tener muchas cosas a
raíz de este cuento. Eres joven, aprende de quienes pueden ofrecerte por años
vividos y experiencia algo más. Escucha, no seas bobo. Nunca desprecies
aquello que no ves, ni tampoco te dirijas únicamente por lo que se ve. Te
puedes equivocar con bastante frecuencia.
“Lo más importante suele estar oculto a los ojos y sólo se ve bien con el
corazón” recuerda al Principito.
Te deseo un buen corazón, con rasguños, heridas y mordiscos...por amar.

14.-EL REGALO

Un tal señor, llamado Antonio no veía con buenos ojos a otra persona,
compañera de trabajo llamada Mario. Llegó el día del santo de Mario y Antonio
le preparó una bella caja envuelta en papel de regalo con un bonito lazo y
dedicatoria de felicidades, la lleva a la hora del trabajo. Mario recibe varios
detalles de distintos compañeros y los va abriendo públicamente.
Antonio había metido dentro en una bandeja, ciemo, estiércol y
basura mal oliente. Todos esperan ver qué regalo le hace, ya que bien sabían no
se llevaban bien.
Lo abrió, todos los presentes pusieron cara de sorpresa al mismo tiempo
que se tapaban la nariz, en Mario se dibujó una leve sonrisa y la cara de
16

Antonio manifestó clara satisfacción.


Mario, con suavidad arrojó la basura de la bandeja a la papelera y en el
grifo limpió la bandeja, tomó uno de los ramos de bellas flores que tenía en un
jarrón, y que también le habían regalado, lo puso sobre la bandeja y se lo hizo
entrega a Antonio.
¿Cuál fue la reacción de Antonio? Sorpresa y desconcierto, se le vio al
tomar la bandeja con temblor. ¿Y la respuesta de los presentes? Fue un sonoro
aplauso de aceptación a tal gesto.

Del estiércol mal oliente nacieron flores perfumadas.


El mártir siempre perdonó a quien lo iba a matar. Siguen el Evangelio de
Jesús que dice devolver bien por mal.

15.-LA BALANZA
Amalia Domingo Soler-Lima (Perú)

Una pobre mujer llena de tristeza, entró en una tienda, se acercó al dueño
y de modo humilde y con mucha vergüenza le preguntó si podía llevarse
algunos alimentos, no se los podía pagar ahora, sí más adelante. Su marido
estaba enfermo y tenía 7 hijos que dar de comer.
El dueño le rogó que abandonara inmediatamente la tienda.
La mujer insistió y le volvió a repetir que se lo pagaría en cuanto pudiera.
De nuevo se lo volvió a negar el dueño y además con malos modos.
Cerca, estaba un cliente que había escuchado toda la conversación.
El cliente se acercó y le dijo al dueño que le atendiera, que él se lo
pagaba en el acto.
Entonces el dueño le preguntó a la señora que ya salía por la puerta con
la cabeza gacha, si tenía la lista de la compra; a lo que la mujer respondió,
cambiando el rostro: sí señor.
-“Ponga su lista en al balanza, aquello que pese su lista se lo daré en
comestibles”
La mujer buscó un trozo de papel en su bolso y escribió y luego lo dejó,
como le había ordenado el dueño, sobre uno de los platos de la balanza.
Los ojos del dueño y del cliente se llenaron de estupor al comprobar que
el plato en el que había dejado el papel se hundió hasta el fondo y así
permaneció.
-“No lo puedo creer” Dijo el dueño.
Entonces el cliente, según la palabra del dueño comenzó a poner comestibles en
el otro plato y más comestibles. Llenó la bandeja.
Los dos seguían pasmados y por fin el dueño tomó por curiosidad el papelito
dejado por la señora y lo leyó en silencio; su cara se quedó más “boba” todavía,
No se trataba de una lista de compras, decía: “Querido Señor, Tú conoces mis
necesidades, te las dejo en tus manos”
El dueño de la tienda le dio los comestibles y se quedó sin aliento y en
silencio.
La mujer se lo agradeció una y mil veces y abandonó la tienda y el cliente le
alargó un billete de 50 € para pagarle diciéndole: “Ahora, señor, sabemos
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cuanto pesa una oración”.


El dueño no le quiso cobrar y los dos permanecieron un rato en silencio.
Arreglos: jmburgui@yahoo.es

16.-¡AMIGOS!

Tendría unos 13 años, era a la salida del colegio, por la tarde. Delante de
mí iba otro compañero, al cual no le conocía, era de mi misma edad, veo con
asombro que lleva la mochila llena de libros, muy cargada.
Al rato pasan delante de él otros tres muchachos, los cuales de quitan su
pesada mochila, le sacan todos los libros y los tiran por la acera, luego lo tiran a
él al suelo, sus gafas salieron disparadas y lejos y ellos corrieron veloces calle
abajo.
Me acerqué, le cogí las gafas y se las doy, veo que en sus ojos brillan las
lágrimas. Le recogí los libros y le ayudé en todo. Le pregunté por qué llevaba
todos sus libros a casa y no los dejaba en el colegio, le insistí y no recibí ninguna
respuesta. Me lanzó una dulce mirada y me dijo con voz trémula: “gracias,
muchas gracias”.
Seguimos juntos el camino, no vivía muy lejos de mi casa, según pude
comprobar, nunca le había visto y era natural, pues se había cambiado de
colegio hacía unos días.
Le invité para que le fin de semana viniera a jugar con mis amigos a fútbol,

aceptó y como era sábado quedamos para vernos al día siguiente.

Jugamos al fútbol, conoció a mis amigos. Vi que era un buen chaval y así
floreció la amistad en nosotros y para siempre.
Pasaron los años y ambos fuimos a la universidad, él estudió medicina y
un servidor derecho. Nos veíamos de vez en cuando. Él era un ligón, llevaba a
las chicas loquillas, yo casi le envidiaba. Llegó el día de su graduación. Le
encargaron el discurso de apertura del acto. Minutos antes le pude ver, ya que
me había invitado a este acto, estaba muy nervioso. Le di una palmadita y le
deseé suerte.
Llegó el momento del discurso y comenzó con mucha serenidad y
firmeza, agradeció a profesores, compañeros, familiares y asistentes en general
su presencia y la ayuda recibida para llegar a esta meta. Se detuvo en un
apartado, a quien más agradeció fue a los amigos, hizo como una pequeña
canción a la amistad y prosiguió: “Yo estoy aquí por un amigo que me salvó la
vida”. Narró el hecho de los libros por tierra y continuó:” Yo llevaba todos mis
libros en mi cartera porque, desesperado, me iba a quitar la vida y así mi madre
no tendría que ir al colegio a buscarlos, pero ese amigo...” y me lanzó una
mirada cariñosa; yo me puse rojo como un tomate, sentí también sobre mí la
mirada de sus padres., “pero ese amigo me salvó la vida”.
Finalizó su jugosa y breve intervención con palabras de aliento y
acentuando el valor de la amistad. Se acercó donde un servidor estaba y
señalando al público congregado y levantando voz y el brazo dijo: “Aquel
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amigo está aquí, es éste” y me dio un fuerte abrazo al mismo tiempo que
sonaron los aplausos.
Naturalmente que por mis mejillas rodaron dos lagrimones.

17.-EL ZAR Y LA CAMISA

El zar estaba muy enfermo


-¡Daría la mitad de mi reino a quien me curase!

Entonces todos los sabios se reunieron para ver de curarle, pero no encontraban
el medio.
Uno de ellos, sin embargo, declaró que sabía cómo podía curarse el zar.
-Si se encuentra un hombre feliz sobre la tierra – dijo-, que le quiten su camisa y
se la pongan al zar. Entonces quedará curado.
El zar mandó buscar un hombre feliz por todo el mundo. Los enviados
del soberano recorrieron todos los países, pero no hallaron lo que buscaban. No
encontraron un solo hombre que estuviera contenido con su suerte.
El uno era rico, pero enfermo; el otro estaba sano, pero era pobre; aquel
rico y sano, se quejaba de su mujer; éste de sus hijos: todos deseaban algo más y
no eran felices.
Un día el hijo del zar, que pasaba por delante de una pobre choza, oyó
que en su interior alguien exclamaba:
-Gracias a Dios he trabajado y comido bien. Soy feliz, ¿qué más puedo desear?
El hijo del zar se sintió lleno de alegría e inmediatamente mandó por la
camisa de aquel hombre, a cambio de todo cuanto quisiera.
Los enviados se presentaron a toda prisa en la choza del hombre feliz
para quitarle la camisa; pero el hombre era tan pobre que ni siquiera tenía
camisa.

León Tolstoi
18.- LAS DOS TINAJAS

Cada mañana repetía el mismo ritual, colocaba sobre sus hombros un


aparejo y en cada ojo del mismo amarraba una tinaja. Después se dirigía ala
fuente por un estrecho y largo camino, llenaba las dos tinajas en la fuente y
regresaba a la ciudad a entregar el agua a sus clientes.
Una de las tinajas tenía muchas grietas y dejaba escapar a goteo toda su
agua. La otra estaba orgullosa de su rendimiento y transportaba toda el agua
sin perder ni gota.
Al tiempo, la tinaja con grietas se acomplejó y se sintió inferior a su
compañera. Tanto es así que un día decidió hablar con su jefe para que la
abandonara por ser ya inservible.
-“Soy consciente de mis limitaciones, soy vieja y pierdo el agua, por mi
culpa dejas de ganar dinero y haces medio viaje en balde. Te pido que me
perdones, compra otra tinaja nueva que pueda hacer mejor que yo el trabajo. Yo
ya no te sirvo”.
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-“De acuerdo, le contestó el dueño, pero ya lo hablaremos esto mañana


con más calma”.
Al día siguiente, de camino hacia la fuente, el portador del agua se dirige
a la pobre y agrietada tinaja y le dice:
-“Fíjate bien en la orilla del camino y dime lo que observes”.
-“Nunca me había fijado, pero veo que hay un borde que está llenito de flores,
es muy hermoso”.
-“Pues bien, mi querida tinajita- repuso sonriente el portador, quiero que sepas
que si esa parte del camino es como un bello jardín, es gracias al agua que tu
portas y que la dejas caer. Compré semillas y las esparcí a lo largo del camino y
tu te encargaste de regarlas a diario, ahí tienes el resultado. Tú sin saberlo ni
quererlo las regabas. Gracias a ti cada día corto algún ramillete y lo llevo a los
seres queridos, a los cuales les alegro”.
Y es en ese momento cuando el buen hombre, inclinándose escogió y
cortó unas bellas flores para uno de sus seres queridos.
Esta vez la tinaja dejó caer unas gotas de sus grietas y también de sus
ojos para regar aquel bello jardín a la vera del camino.

19.-ESCUCHAR LO QUE NO SE OYE

Un maestro envió a un joven que quería ser su discípulo, lo envió a la


montaña para que aprendiera a escuchar la naturaleza.
Al tiempo vuelve para darle cuenta a su futuro maestro de lo que
había aprendido.
.He oído el piar de lo pájaros, el aullido del lobo, el ruido del trueno.
-No, le dijo su futuro maestro, vuelve otra vez a la montaña, aún no estás
preparado.
Al tiempo y por segunda vez vuelve para darle cuenta a su futuro
maestro.
-He oído el rumor de las hojas mecidas por el viento, el canto del agua en la
cascada del río, el lamento de una cría sola en el nido.
-No, le dijo de nuevo su posible futuro maestro, no, no, aún no; vuelve de
nuevo y escúchala bien.
Por fin un día volvió y le dijo:
-He oído el crecer de las plantas en el prado, la sabia subir por el tronco del
árbol, el llanto de las flores al ser cortadas, el temblor de los pétalos al abrirse la
flor al sol., la ternura de la piedra al acariciarla...
-Ahora sí, amigo y discípulo, ven porque has escuchado lo que no se oye

20.-LA PIEDRA DE HACER SOPA

Era un pequeño pueblo, una tarde llegó un señor correctamente vestido y


llamó a una puerta para pedir algo de alimento.
La respuesta que recibió de la señora que le abrió fue bien clara,
“perdone, señor pero en estos momentos no tengo nada en casa”.
El señor no se inmutó y le responde: “No se preocupe, tengo una piedra
de hacer sopa en mi bolsa, si Ud. me permite echarla en un puchero de agua
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hirviendo, yo haría la mejor sopa del mundo, que el puchero sea muy grande,
por favor”.
A la señora le picó la curiosidad y así lo hizo. Para cuando el agua
comenzó a hervir ya estaba allí todo el vecindario para ver aquel fenómeno. El
señor extraño dejó caer la piedra al agua hirviendo y probó una cucharadita
exclamando a continuación:
-“Deliciosa, pero necesita alguna patata”
-“Yo tengo patatas en mi casa! Saltó una mujer y salió dispara a por ellas.
Al rato está de regreso y echa las patatas al puchero.
De nuevo el señor prueba la sopa y dice:
-Sí, buena, buena pero si tuviéramos un poco de carne...”
Otra ama de casa salió corriendo y trajo la carne
Volvió el señor a probar la sopa y añadió:
-“Está muy sabrosa, pero si tuviéramos unas verduras, quedaría mejor”.
Va a ser otra señora que rápidamente vuelva con una cesta con judías
verdes, zanahorias y más.
Una vez probada dijo a la dueña de la casa:
-“La sal, por favor”.
A continuación exclamó: “Preparen paltos” Trajeron platos y hubo
gentes que portaron incluso pan y frutas.
Se sentaron todos y disfrutaron de aquella riquísima sopa, cocido o caldo
Era la sopa de piedra.
En medio de la comida, el señor extraño desapareció sin que nadie se
diera cuenta de ello, dejando tras de sí la milagrosa piedra de hacer sopa que
estas gentes podrían usar siempre que quisieran.

21.-NO TE VEO

Adaptado De Bruno Ferrero, Relatos y narraciones 1, Editorial CCS, Madrid, 2000

Érase una familia feliz que vivía en una casita de barriada. Pero una
noche estalló de improvisto en la cocina un incendio espantoso.
Cuando las llamas comenzaron a propagarse, padres e hijos salieron
fuera corriendo. Se abrazaron e, impotentes contemplaban desconsolados su
hogar envuelto en llamas y humos.
Con horros y pena indescriptibles, cayeron en la cuenta de que faltaba el
más pequeño, un niño de cinco años.. En el momento de salir, asustado por el
crepitar de las llamas y sintiéndose ahogar por la acidez del humo, volvió atrás
y subió al piso de arriba.
¿Qué hacer? El padre y la madre se miraron desesperados e impotentes,
las dos hermanitas comenzaron a llorar: lanzarse a aquel horno era imposible.
Llegan los bomberos.
Pero he aquí que arriba, en lo alto, se abrió la ventana del desván, y el
niño se asomó gritando con fuerza: “¡Papá, papá!”
El padre, esperanzado, respondió: “¡Salta, hijo, salta!”
Debajo de sí el niño sólo veía fuego y humo, pero oyó la voz de su padre
y la de los bomberos que también le animaron a saltar ya que habían puesto
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una gran red y el niño contestó: “¡Papá, no te veo!”


Te vemos nosotros, hijo, tu papá y los bomberos y basta, ¡Salta!” gritó el
señor y los bomberos con todas sus fuerzas.
El niño saltó y cayó sano y salvo en la gran red de los bomberos y en los
brazos cariñosos de su padre.
22.-EL GIRASOL

BRUNO FERRERO, relatos y narraciones para educar y evangelizar,


Editorial CCS, Madrid 2000
En un jardín con flores de todo tipo crecía, precisamente en el centro, una
planta sin nombre. Era fuerte, pero sin gracia, con flores de estopa y sin aroma.
Para las plantas nobles del jardín no era más que un yerbajo, y no le dirigían la
palabra.
Pero la planta sin nombre tenía un corazón benigno y cargado de ideales.
Cuando los primeros rayos del sol acariciaban por la mañana la tierra y
se divertían con las gotas de rocío haciendo que parecieran refulgentes
diamantes en las camelias y rubíes y zafiros en las rosas, las otras plantas se
estiraban perezosas.
En cambio, la planta sin nombre no se perdía ni un rayo de sol. Se los
sorbía todos uno tras otro. Transformaba toda la luz del sol en fuerza vital, en
azúcar, en linfa. Tanto que, al poco tiempo, su fuste, que al principio era
raquítico y débil, se había hecho un estupendo tronco robusto y firme de dos
metros de altura.
Las otras plantas del jardín comenzaron a tenerle cierto respeto y,
también, un poco de envidia.
“Aquel larguirucho está loco”, murmuraban dalias y margaritas.
La planta sin nombre no daba importancia a sus cuchicheos. Tenía un
plan: si el sol se movía en el cielo, ella lo seguía para no perderse ni uno de sus
rayos.
No podía salirse del suelo, pero era capaz de girar su fuste al unísono del
sol.
Así, nunca se dejarían uno a otro.
Las primeras en darse cuenta fueron las hortensias que, como se sabe,
son murmuradoras y comadres. “¡Está enamorado del sol!”, cotorreaban a los
cuatro vientos.
“¡Está enamorado!”, decían sonriendo maliciosamente los tulipanes.
“¡Qué romántico!”, comentaban púdicamente las humildes violetas.
La maravilla llegó al colmo, cuando en lo más alto del fuste de la planta
sin nombre, apareció una magnífica flor circular que en todo se parecía al sol.
Era grande, redonda, con una circunferencia de pétalos amarillos, un
espléndido amarillo de oro, cálido y acogedor. Y aquella faz redonda
continuaba siguiendo al sol en su caminar por el cielo.
Por eso, los claveles le pusieron mote de “girasol”.
Lo hicieron para reírse de él, pero gustó a todos, incluido el propio
interesado.
Desde aquel momento, cuando alguien preguntaba por su nombre,
respondía con orgullo: “Me llamo girasol”.
22

Pero las rosas, hortensias y dalias no dejaban de cuchichear sobre lo que,


para ellas, era una rareza que ocultaba mucho orgullo o, peor todavía, algún
sentimiento poco claro. Fueron las bocas de león, las flores más valientes del
jardín, quienes hablaron directamente al girasol.
“¿Por qué miras siempre a lo alto y no te dignas volver tus ojos hacia
nosotras? ¡Porque somos tan plantas como tú!”, gritaron las bocas de león para
hacerse oír.
“Amigas”, respondió el girasol, “estoy muy contento de vivir entre
vosotras, pero me gusta el sol. Él es mi vida y no puedo apartar mis ojos de él.
Lo sigo en su camino. Lo quiero tanto, que ya creo que me parezco un poco a él.
¡Paciencia! El sol es mi vida y yo vivo para él…”.
Como cualquier persona de bien, el girasol hablaba sin miedo, y lo
oyeron todas las flores del jardín. Y las flores en el fondo de su pequeño
corazón, aromático corazón, sintieron admiración por el “enamorado del sol”.

Gira, gira en torno al sol


Gira, gira en torno al sol,
tu nombre: girasol.
Los que van en torno a Cristo
se denominan cristianos.
A veces no levanto cabeza
y miro a otro lado.
Cuando te veo pasar
cruzo la esquina
y es que no giro al sol,
giro en torno y voy a la mía,
olvido tus colores,
el amarillo de tu luz divina
y mi rostro, por la culpa
tiene tono de melancolía.
Quiero ser como esta criatura
que mueve su cabeza
donde está su corazón,
girar en torno a Ti,
y no agachar el rostro
ni mirar a otra parte
más que a Ti, Cristo Señor.
Amigo, desde hoy
quiero llamarme gira-Jesús.

23.-¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?

Estamos en el Olimpo, allí están reunidos todos los dioses. Llevan entre
manos una fuerte decisión: crear a un ser llamado hombre y mujer pero con
unas determinadas características, a su imagen y semejanza, como ellos…pero
23

intervienen dioses y dioses oyendo su voz. Hay miedo. Si lo hacen como ellos
podrían quitarles el puesto. Así que después de mucho hablar deciden hacer, sí
a su imagen y semejanza pero con una condición: sin felicidad. Deberá estar
buscándola toda su vida.
Pero habrá que esconderla, mas ¿dónde? E interviene el dios de los
mares, Neptuno: “Yo lo sé, en mis profundidades” La respuesta del resto es
negativa, los humanos son inteligentes y darán con ella. Desisten de esta feliz
intervención del dios de los mares.
De inmediato surgen otras voces y ahora es el dios de los vientos Eolo que dice

sabe dónde puede esconderse la felicidad, ¿dónde? Él conoce los más altos

picachos de la tierra porque ha llegado y llega con frecuencia hasta ellos. De

nuevo la respuesta es negativa ya que dicen, con lo fuerte que lo creamos

alguno llegaría a escalar esa cumbre y encontrarla.

Va a ser la diosa Minerva, una mujer la que proponga aquello que todo el
mundo está de acuerdo, veamos lo que dice: “es un sitio que nunca dará con él
y está bien próximo a él y a ella; en lo más profundo de su ser, allí nunca la
encontrarán” Todos acceden a esta profunda y bella propuesta.
Y así lo hicieron, crearon al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza
faltándoles la felicidad. Y nunca, nunca, porque pasaron los siglos a nadie se le
ocurrió buscarla dentro de sí mismo
+++
Alerta, atento amigo, amiga, jóvenes. No busques fuera de ti la felicidad, no la
vas a encontrar y te doy pistas, no la vas a encontrar ni en los € ni en el placer ni
en la vagancia ni en la fama ni en el deporte ni en belleza física ni en la
simpatía. Sólo la podrás gustar dentro de ti, siendo fiel a ti mismo.
Muchos la confunden con el confort, el placer o el bienestar. A la
felicidad no se llega es una manera de andar, no es un destino, es un síntoma
que aparece al caminar. Unos la persiguen y otros la crean. Amando y sin ruido,
cuidando lo esencial, brindando pellizcos de alegría a quienes te rodean y este
es el modo, al hacerlo se es feliz.
Te va a exigir el ser consecuente, eliges de este modo el camino estrecho,
no lo fácil ni el que te ofrece la sociedad ni la tele ni amigos…esta es la gran
pista y flecha que te va a señalar su escondite.
Si quieres llegar a ser alguien, deberás luchar, no te rindas y seguro que
darás en el clavo y encontrarás la felicidad. Ella está dentro, muy dentro de ti, la
vas a encontrar en la paz y profundidad de tu ser, de tu corazón.
Ánimo, si lo intentas, seguro, muy seguro que darás con ella y nada ni
nadie te la podrá arrebatar.
Te felicito ya de antemano porque estoy seguro que lo intentarás y más
seguro que lo conseguirás.
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24.-LA MADRE QUE ENSEÑA A REZAR A SU HIJO

Martina era una buena madre que ama y quiere mucho a su


pequeño hijo Miguel.
Ya desde muy pequeño le enseña a rezar.
Las primeras veces le dice que repita cuanto ella le va diciendo a
Dios y un día sucedió cuanto sigue:
La madre comenzó diciendo:
-“Señor y amigo Jesús” y el hijo Miguel repite: -“Señor y amigo
Jesús”
-“Quiero ser tu amigo siempre, siempre” y el hijo va repitiendo
cuanto dice la mamá.
-“Te entrego y doy mi vida” Miguel repite.
-“Te doy mi corazón” – “Te doy mi corazón” repite el hijo.
Llega un momento en que la mamá Martina piensa y se dice a sí
misma: “Este hijo mío, parece que lo dice con la boca pero no con el
corazón” Prosigue la oración y dice:
-“Señor Jesús, te doy mi osito peluche”
A lo que Miguel responde con rapidez: “No, eso no, mamá, el osito no
por favor”
Queda todo claro.
Y es aquí donde la madre catequista comienza a enseñar con seriedad a
su querido hijo a dirigirse al buen Dios, de verdad y no sólo de boca y de
mentirijillas.
Así llegará a aprender que su súplica debe ir acompañada de hechos.
Un día, después de la oración, le entregó a su madre el osito peluche para
que se lo regalara a aquel niño vecino marroquí.

25.-¿AMOR PARA SIEMPRE?

Estamos en un hospital, en una de las habitaciones hay dos


enfermos. Uno de ellos es un señor mayor, está muy delicado de salud y lo
cuida su esposa que no lo deja ni un solo momento. Le da de comer, le quita el
sudor, lo limpia…
Y en la otra cama hay otro señor, de vez en cuando viene su joven hija a
visitarlo.
Hoy la hija ha traído una revista de moda, de esas del corazón, a todo
color y con buenas fotos. Está sentada y la está curioseando y de vez en cuando
y en voz alta lee los títulos de algunos de los artículos y así lee: “Fulanita de tal
se separa y se va con…” Al rato otro nuevo título:”Ya es la tercera vez que
cambia de pareja” y así una tras otra. Son noticias llamativas de personajes
artistas y famosos del mundo de la canción, de la tele y del espectáculo. Al
cuarto proclamado por la joven, la señora que cuida al marido muy delicado y
muy mayor dice también en voz alta: “¿Cómo se pueden separar? ¡Con lo
bonito que es vivir juntos! Ramón y yo ya llevamos 45 años casados”
Y sigue mientras habla limpiando el sudor de su esposo que respira con
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dificultad.
A los pocos días falleció, se separó de ella físicamente, quedó lejos de sus
ojos pero siguió más cerca que nunca se su corazón.
Ya puedo hablar correctamente inglés, alemán o chino. Mover montañas
de sitio. Cruzar océanos a nado. Ser presidente de un estado importante. Haber
recibido el Oscar al mejor actor. Poseer el premio Nobel de la paz. Ganar una
mensualidad única. Tener posesiones en diversos continentes. Ser un personaje
de renombre mundial.
Amigo, amiga, si no tengo amor de nada me sirve.

“El amor es paciente, amable, no es envidioso ni es fanfarrón, no es


orgulloso ni destemplado, no busca su interés, no se irrita, no apunta las
ofensas, no se alegra de la injusticia, se alegra de la verdad. Todo lo aguanta,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca acabará” Pablo 1ª
Corintios 13, 4-7
26.-LA BOLSA DE AGUA CALIENTE

Esta historia la relató un médico que trabajó varios años como voluntario
en el África ecuatorial.
Una noche trabajé duro con una madre en su parto, pero a pesar de todo
lo que pudimos hacer, ella falleció dejándonos un pequeño y prematuro bebé y
una niña de dos años que lloraba desconsoladamente. Tuvimos grandes
problemas para mantener vivo al bebé, no teníamos incubadora ni electricidad.
Tampoco teníamos alimento especial para estos casos. Aunque estábamos
sobre la línea del Ecuador, las noches a menudo eran frías con peligrosos
vientos. Una estudiante que me ayudaba fue a buscar algo de lana para
abrigarle un poco.
Otra fue a atizar el fuego y a cargar una bolsa con agua caliente. Ella volvió casi
inmediatamente muy preocupada para decirme que la bolsa se rompió al
llenarla. (las bolsas de agua caliente se rompen fácilmente en climas tropicales).
¡Y era nuestra última bosa. Éstas no crecen en los árboles, y no hay farmacias en
los bosques donde comprarlas.
“Muy bien” dije, “pon al bebé lo más cerca posible del fuego y acuéstate entre
el bebé y la puerta para evitar las corrientes de aire frío. Tu trabajo es mantener
con calor al bebé.”
Al mediodía, como hacía todos los días, fui a orar con los chicos. Les
daba sugerencias sobre cosas por las cuales orar, y también les conté lo del
pequeño bebé. Les expliqué nuestro problema de mantener al bebé con calor
suficiente, la bolsa de agua caliente que se había roto, y que el bebé podía
fácilmente morir si se enfriaba. También les conté de su hermana de dos años,
que lloraba porque su madre había muerto.
Mientras orábamos, una de las niñas, de nombre Ruth, hizo la usual
sincera oración que los niños hacen en África. “Dios, por favor, envíanos una
bolsa de agua caliente hoy, mañana será demasiado tarde porque el bebé habrá
fallecido, por favor envíala esta tarde”.
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Mientras trataba de contenerme por la audacia de su oración, ella añadió: “y


también ¿podrías por favor enviarnos una muñeca para que juegue la niña, así
ella puede ver que Tú la amas”
Como sucede a menudo con las oraciones de los niños, yo fui
sacudido.¡Yo no creía que Dios podría hacer esto!
Oh sí, yo sé que Él puede hacer todo; la Biblia dice así. Pero hay límites, ¿no es
cierto? La única forma en que Dios podía contestar esta oración en particular,
sería si alguien enviaba una encomienda desde el exterior. Hacía ya casi cuatro
años que estaba en África y nunca había recibido una encomienda.
Y si alguien enviaba una ¿podría ser que incluya una bolsa de agua caliente?
A media tarde mientras estaba dando clases, me llegó el mensaje de que
un vehículo había llegado a mi casa. Para cuando llegué a mi casa el vehículo ya
se había ido, pero en la puerta había una caja de unos once kilos. Sentí que mis
ojos se llenaban de lágrimas, no podía trasladar la caja yo solo, llamé a los niños
del orfanato para que me ayuden. Con mucho cuidado sacamos los precintos y
empezamos a abrirla con mucha emoción. Había unos 15 chicos observando la
gran caja. Comencé a sacar jerseys de colores muy vivos. Los ojos de los chicos
estaban iluminados. Había vendas para los leprosos. También había pasas de
uva que serían de utilidad para el fin de semana.
Luego puse mi mano nuevamente en la caja y saqué, sí ¡Una bolsa de
agua caliente nueva! Lloré, yo no había pedido a Dios que nos la mande; yo no
creí verdaderamente que Él podía.
Ruth estaba en primera fila. Ella se adelantó y en alta voz dijo, “si Dios
envió una bolsa de agua caliente, también debe haber enviado la muñeca”.
Escarbando hacia el fondo de la caja, ella sacó una hermosa muñeca con un
vestido de colores. ¡Sus ojos brillaban, ella nunca había dudado!
Mirándome me preguntó, ¿“puedo ir contigo y darle la muñeca a la niña,
así ella sabrá que Jesús realmente la ama”? “Por supuesto”, respondí.
Aquel paquete había estado de viaje durante cinco meses, lo habían
enviado mis amigos y compañeros.
Y una chica había puesto la muñeca para una niña africana cinco meses antes,
en respuesta a la oración de fe de una niña de 10 años, y traerla esa misma
tarde.
Y me vino a la mente la cita de Isaías 65, 24 cuando Dios habla al pueblo:
“Antes que llamen, responderé yo… “

27.-UN DESAYUNO CON SONRISA

Siempre me gustó sonreír.


Antes de terminar la carrera de letras, uno de los profesores nos puso como
ejercicio de despedida el que cada uno de los alumnos nos acercásemos a otro u
otra y sin mediar palabra alguna le sonriéramos y al mismo tiempo nos
fijáramos en su reacción para luego poder interpretarla y comunicarla al resto
del grupo.

Días antes me sucedió lo siguiente.


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Mi marido y yo fuimos con el hijo más pequeño de tres años a un Mcdonal y


haciendo cola se acercaron dos mendigos malolientes. Todo el mundo, hasta
incluso mi marido les hicieron paso alejándose de su perfume. Una servidora
permaneció en su puesto con el pequeño.
Uno de los dos mendigos, de bellos ojos azules me sonrió y una
servidora le devolvió la sonrisa. Pidieron un café cada uno, fuera hacía frío,
seguro que vinieron para entrar en calor un poquito y sentados en una de las
mesas, ya que sin consumir no estaba permitido sentarse.
Cuando llegó mi turno pedí dos buenos desayunos y se los llevé en una
bandeja a los dos que estaban sentados en una mesa y alejados tomándose su
cafetito.
Sin mediar palabras les dejé la bandeja en la mesa e intercambiamos
amplias y largas sonrisas, la mía de afecto y la suya de agradecimiento y creo
que no tanto por los desayunos y sí por el detalle tenido para con ellos, detalle
de cercanía.
Su sonrisa me dijo todo esto: agradecimiento, cercanía, alegría,
bondad…leí mucho, mucho…

Cuando llegó el día en que debíamos despedirnos con una sonrisa en el


aula, narré esto antes de sonreírle a uno de los presentes con el cual no me había
llevado del todo bien, debido a la diferencia de caracteres, eso es lo que pienso.
Y después de sonreírle dije en voz alta: “para tratarte a ti mismo, usa la cabeza,
para tratar a otros, usa el corazón”.
Recibí un fuerte aplauso y la sonrisa de quien me despedía que luego
expliqué y dije que era franca, concentrada de muchos días, de deseos, de bien y
felicidad, de comprensión y de perdón.

Concluyo afirmando que Dios les da la comida a todas las aves, pero no
se la pone en sus nidos.

28.-EL VIOLINISTA.

Érase que se era un gran y famoso violinista, siempre tocaba y


desgranaba sus piezas en un stradivarius.
Triunfó en muchas ciudades, los aplausos se prolongaban minutos
después de su actuación y el teatro, la sala o salón reventaba con el chasquido
de las palmas a rabiar.
Un día tuvo una feliz idea, ir a la boca del metro a tocar las mismas
piezas y con el mismo instrumento, su vestido no era de gala, sino vulgar, como
si pidiera limosna. Quería experimentar este duro hecho real de muchos que
había visto ganarse la vida así.
Tocó con el mismo violín, las mismas piezas, con la misma ilusión y así
mañana y tarde, en la boca del metro.
Sólo le echaron en todo el día una moneditas que al contarlas sumaban
19,20 € y únicamente se pararon a escucharle dos personas algo más de un
minuto, el resto pasaba de largo y con prisas.
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El violinista quedó impresionado ya que recibió una gran lección y fue


ésta: puede pasar a nuestro lado lo más bello y extraordinario y puede ocurrir
que ni nos enteremos.
¿Nos falta capacidad de observación, de admiración? ¿Llevamos mucha
prisa y muchas preocupaciones?
Habremos de pararnos para ver, observar, admirar y contemplar cuanto
nos rodea, puede que recibamos gratas sorpresas.

29.-GUSANITO Y MARIPOSA

Todos conocemos lo repugnantes que son los gusanos, esas orugas


gordotas y verdosas, a veces con puntitos blancos o amarillentos y largas barbas
como pelos.
Suelen dar asco al verlas arrastrarse por los suelos o por un tronco
carcomido.
Así era nuestro gusanito, despreciado por todos y sin amigos.
Pero también sabemos de las larvas, que a través de una transformación
pueden salir muy bellas mariposas. Un servidor ha criado huevos de la
“papilio macaon”, la del dibujo y las alimenté con hojas de “ruta graveolens”
consiguiendo bellas mariposas.
Este gusanito era despreciado por todos, nadie le hacía compañía; un día
decidió subirse a lo más alto de un árbol, tardó día y medio en llegar. Desde lo
alto podía contemplar el verde prado, escuchaba los trinos de los pájaros, veía
cómo pasaban con suavidad las nubes y hasta podía gozar del vuelo de las
mariposas.
Un día, una de esas mariposas se paró donde él estaba y comenzó a
hablarle. Se hicieron buenos amigos.
Todos los días se veían. Hasta que un día el gusano le preguntó a
bocajarro: -“¿Por qué has querido ser mi amiga si nadie me quiere por lo feo y
repugnante que soy?”
Las mariposa le respondió: -“Lo que importa para ser amigos, no es
cómo eres por fuera, sino la buena persona que eres por dentro. Desde el primer
momento lo noté en ti”.
El gusano vivía contentísimo con esta amiga. Era feliz hasta que
una noche le entró un fuerte sueño y comenzó a transformase, quedó varios
días aislado de todo y llegó el momento en que reventó la crisálida y surgió una
muy bella, pero que muy bella mariposa, como nunca se había visto. Su amiga,
vino a verle y vio lo que le había ocurrido y le soltó a la cara: “Amigo, has
sacado afuera toda la belleza de buena persona que llevabas dentro” Rieron y
volaron juntas y alegres con el intenso fondo azul del cielo. De vez en cuando se
paraban en una flor y reían, su risa movía sus plateadas alas y formaban
conjunto con los colores al cimbrear las rosas y flores.
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30.-LA NIÑA TARTAJA con IDIOMA SECRETO

Érase que se era una niña que era tartaja y además se comía muchas
palabras. A duras penas se le podía entender.
No tenía amigos, incluso todos los niños y niñas de su edad se le
burlaban y además huían de su compañía; parecía como si fuera portadora de
una enfermedad contagiosa.
Nadie le quería, sólo para reírse. En el colegio era donde más sufría y se
veía todo esto.
Pero ella, siempre estaba atenta para ayudar a quien fuera y cuando
fuera, acompañaba, prestaba atenciones, sus cosas; este era su verdadero
lenguaje, el oculto.
No tenía otro modo para comunicarse. Callaba y sólo actuaba en bien de quien
fuere.
Un día, cerca del hospital por donde pasaba camino del colegio, atropelló
un coche a un compañero, pidió ayuda y se quedó en la sala de espera para
saber algo de su estado.
Al rato apareció muy nervioso un enfermero pidiendo sangre para el
niño. Era urgente. Ella se prestó inmediatamente y sin dudarlo. Le hicieron la
transfusión y gracias a ello pudo salvarse. Todas las tardes iba un ratito, al salir
del colegio a visitarle.
Los compañeros se enteraron de este hecho, eran aquellos que se
burlaban siempre de ella y entre todos decidieron darle una sorpresa, se
pusieron de acuerdo y le compraron varios regalillos y no faltó una rosa roja –
color sangre-, le colgaron el nombre de la niña, con letras bonitas, decía:
SILVIA, una cintita roja la sujetaba. Le Hicieron un pasillo, aplaudieron y le
entregaron los regalos y la rosa. Cada uno le dio un beso. Un compañero, en
nombre de todos le dijo casi gritando: “De ahora en adelante usaremos el
idioma sin palabras que tú nos has enseñado”.
El aplauso fue sonado y corrieron muchas lágrimas. También por las
mejillas de SILVIA la cual sólo pudo decir: “Gracias, gracias, amigos, os
quiero”. Al tiempo que absorbía el amargor de unas gotas de sus lágrimas.

31.-EL ESPEJO

Soy el espejo del cuarto de baño y pertenezco a una joven chica y que
para colmo es muy guapa, su cuerpo es perfecto.
Tengo una gran suerte. Soy el primero que ve sus preciosos ojos después
que se abren a un nuevo día. Los veo, sin amanecer todavía y son dos soles:
grandes, abiertos y azules.
Nada más levantarse se acerca a mí, así la miro y así se ve, sin aditivos ni
maquillajes.
¿Por qué me mira así?
¿Me mira a mí o se mira ella en mí?
Al dibujarse en mi superficie se rompe la barrera que nos separa, su imagen
entra en mí y yo soy muy feliz.
Soy afortunado sólo al pensar cuando aquella mano me colgó en este lugar.
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Pero, amigos, no todo fue siempre felicidad. Comenzó mi tristeza cuando


por vez primera dibujé en mí todo su cuerpo desnudo y de mujer, desarrollado
y vivo, elegante, grácil y sin lunar.
Mi cristal se transformó en sentimiento, quise ser otro, distinto y así poder
abrazarla, sentirle más de cerca, embriagarme de su perfume y tocar su rostro y
su cuerpo..
Despejé en mí el interrogante que nació: “¿Para qué vivir una vida muy
cerca de ti si no puedo compartirla contigo?”
Y un día, ¡triste día!, todo el amor que había acumulado dentro de mí,
toda la pasión reprimida, al regalarme una de sus profundas miradas y la visión
de su cuerpo, dibujándose en ella la primera sonrisa de la mañana, no pude más
y de arriba hacia abajo explotó mi corazón en mil añicos resquebrajándome con
un suave llanto y chasquido de dolor.
Así me marché para siempre se su lado; nunca más vería su cuerpo, ni
rostro ni sonrisa; fui arrinconado en el contenedor del silencio de “sólo vidrio”.
No me llevé ni su nombre, nunca lo supe.
Así es mi triste historia de amor.
Sólo guardo el recuerdo, no así la imagen y sólo el recuerdo con un
eterno silencio.
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32.-¡GRÁBATELO BIEN EN EL CORAZÓN!

La amistad hay que cultivarla.


Guardar lo bueno y rechazar y olvidar lo negativo.
Cuando puedas decir lo bueno del amigo, dilo.
Cuando podrías decir lo malo, cállalo.
Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un
determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.
El otro, ofendido, sin decir nada, escribió en la arena:
"HOY, MI AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO".
Siguieron adelante y llegaron a un oasis, allí había una hermosa balsa de agua y deciden
bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por
el compañero. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
"HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA".
Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:


"Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir en la arena donde el viento del
olvido y el perdón se encargarán de borrarlo; por otro lado cuando nos ocurra algo
bueno, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde ningún viento
podrá borrarlo".

33.-LOS DOS AMIGOS

El mayor se llamaba Javi y tenía 20 años y el pequeño era Juan, que tenía
dieciocho. Siempre estaban juntos y eran muy amigos desde los primeros años de
primaria. Juntos decidieron alistarse como voluntarios al ejército. Y al marchar
prometieron a sus padres que se cuidarían y apoyarían el uno al otro.
Tuvieron suerte y los dos fueron destinados al mismo cuartel y al mismo
batallón. Aquel batallón fue destinado a la guerra. Una guerra terrible en medio de las
arenas ardientes del desierto. Al principio y durante unas semanas Javi y Juan quedaron
acampados en la retaguardia y protegidos de los bombardeos. pero una tarde llegó la
orden de avanzar en el territorio enemigo. Los soldados avanzaron durante toda la
noche, siempre amenazados por un fuego infernal. Al amanecer el batallón se replegó
en una aldea.
Pero Juan no estaba. Javi lo buscó por todas partes, entre los heridos, entre los
muertos. Al fin encontró su nombre en la lista de los desaparecidos. Se presentó al
comandante.
-Vengo a solicitarle permiso para ir a buscar a mi amigo - le dijo.
- Es demasiado peligroso - respondió el comandante. Hemos perdido ya a tu
amigo. te perderíamos también a ti. Fuera siguen disparando.
Javi, sin embargo, partió. Tras unas horas de búsqueda angustiosa, encontró a
Juan herido mortalmente. Agonizaba. Lo cargó sobre sus hombros. pero un cascote de
metralla lo alcanzó. Siguió arrastrándose hasta el campamento.
- ¿Crees que valía la pena arriesgarse a morir por salvar a un muerto? le gritó el
comandante.
- Sí, murmuró Javi -, porque antes de morir, Juan me dijo: “Javi, sabía que
vendrías.”
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