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Araya, L. 2020. Medio Siglo de Políticas Públicas de Conservación de La Naturaleza en Chile

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MEDIO SIGLO DE POLITICAS

PUBLICAS DE CONSERVACION DE LA
NATURALEZA EN CHILE

Leonardo Araya
Ingeniero Forestal
2020
MEDIO SIGLO DE POLITICAS
PUBLICAS DE CONSERVACION DE LA
NATURALEZA EN CHILE

Leonardo Araya
Ingeniero Forestal
2020
MEDIO SIGLO DE POLITICAS PUBLICAS DE CONSERVACION DE LA
NATURALEZA EN CHILE

Primera Edición (Digital) 21 Enero 2021

© 2021, Leonardo Héctor Araya Valdebenito

ISBN: 978-956-402-762-3

Diseño cubierta y diagramación: Cristián Prado Saavedra

Editado en Curacautín
INDICE
1. PROLOGO

2. EXORDIO

3. RESUMEN

4. INTRODUCCION

5. ¿ Podemos saber cuál era el estado de la Naturaleza en el Chile de los 60s ?

6. EL TESTIMONIO DE LA HISTORIA

7. LA DESTRUCCION DE LA NATURALEZA

8. LA ACCION PUBLICA DE CONSERVACION DE LA NATURALEZA

9. SITUACION LOS BOSQUES Y LA NATURALEZA EN EL CHILE DEL SIGLO XXI

10. CATASTROS FORESTALES EN CHILE


• 10.2. 1944, La Misión Haig y el primer catastro Nacional de Bosques
• 10.2. 1966: La Clasificación Preliminar del Bosque Nativo de Chile:
• 10.3. 1995, El Informe del Banco Central
• 10.4. 1997. El Catastro del Bosque Nativo

11. EVOLUCION DE LA SITUACION DE LOS BOSQUES DE 1944 A 1994

12. EVOLUCION DE LA SITUACION DE LOS BOSQUES DESDE 1994 AL 2020

13. CONCLUSIONES

14. LOS NUEVOS DESAFIOS

15. Bibliografía

16. ANEXOS
• Proyección 1994 – 2020 Región a Región
• Informe Haig: Procedimiento de clasificación de tipos forestales
• La CONVENCIÓN DE WASHIIGTON Ley de la República de Chile
• La política forestal del gobierno del Presidente Salvador Allende
PROLOGO
Vistos los niveles de afectación que enfrentan los ecosistemas a nivel global, la situación
de la naturaleza ha venido cobrando creciente atención y Chile no es la excepción. Al
igual que en buena parte del mundo, los bosques concentran las preocupaciones de
conservación de nuestra sociedad. Si bien esto es incorrecto, dado que las praderas,
matorrales y otros ecosistemas terrestres son igualmente valiosos, es cierto que en Chile
los bosques nativos son muy relevantes, tanto por ser la segunda formación vegetal que
más superficie del país cubre, tras los praderas y matorrales, como por la significativa
diversidad biológica que muchos de estos ecosistemas contienen. En este sentido,
el libro Medio siglo de políticas públicas de conservación de la naturaleza en Chile va
directamente al tema de conservación que nos acucia como sociedad.

El libro nos presenta una visión clara de la situación que enfrentaba el país en la década
de 1960. Un enorme deterioro de nuestros bosques y suelos; como señala el autor …el
panorama para la Naturaleza en Chile era catastrófico al año 60, culminando un proceso
de destrucción que había comenzado siglos antes, y que a partir del siglo XIX alcanzó una
escala gigantesca.

El daño que sufre el país en ese momento no solo es visto por la ciencia, y expertos
perceptivos, como Elizalde Mc Clure, sino que llega también a la sensibilidad de Neruda
a través de su Oda a la erosión en la provincia de Malleco, que acertadamente, es citada
íntegra en el libro.

La década de 1960 corresponden a un momento en que el país vive ese dolor por
el daño a la naturaleza. Probablemente no ha habido en Chile, y en sus tomadores de
decisión, un momento de mayor sensibilidad sobre la conservación de la naturaleza
que esa década. Ello queda reflejado fuertemente en las profundas y, podríamos decir,
adelantadas palabras del Presidente Eduardo Frei Montalva, quién señala: …una de
las aspiraciones más grandes que yo tenía al llegar a la presidencia, era poder afrontar
este problema del árbol en Chile. Para mí es un signo, tal vez un test, de la capacidad de
nuestra nación para comprender su situación…. Pero no fueron sólo palabras, pues esta
preocupación por la naturaleza se expresa en que su gobierno incrementa la superficie
de las áreas protegidas terrestres del Estado en un 254%, el más elevado incremento
porcentual de cualquier gobierno en la historia del país.

Muchas veces, en nuestras conversaciones, no vemos donde se inició el problema que


nos preocupa, ni el efecto de las decisiones que hemos tomado. No entender de donde
se partió, ni donde acertamos y erramos en las decisiones que tomamos, nos nubla y
nos impide ver, que es lo que tenemos que perfeccionar; que prácticas han funcionado
y es necesario mantener; y cuales son aquellas que hay que desechar. Esto es aún más
relevante si se considera que, pese a los avances que muestra el libro, hay mucho que
mejorar, hay mucho que hacer. En ese sentido, Leonardo Araya combina en forma acertada
información acerca de la realidad, decisiones políticas y resultados. Esa combinación,
evidentemente permite juicios más certeros acerca de donde estamos y como llegamos
aquí, para tomar las decisiones apropiadas para el futuro, decisiones que se centren en 1
los vacíos del camino recorrido, pero que también recojan los frutos logrados.
Este libro, escrito en un estilo directo, asertivo y, a veces, hasta herético, es un aporte
a la discusión nacional sobre la conservación de los bosques nativos. Primeramente,
entrega una mirada de largo plazo, generalmente ausente en estos temas, donde lo
aciago de muchas situaciones críticas de conservación que enfrentamos, nos impiden
mirar el panorama completo y extenso. Esa mirada, se genera, además, sobre la base de
analizar, armonizar y sacar el máximo provecho de la mejor información existente sobre la
situación de los bosques nativos y sus avances y retrocesos en el tiempo y las causas que
parecen haber tras esos procesos de pérdida-recuperación. Me detengo para destacar la
labor analítica del autor. La forma en que examina la información no solo revela un amplio
conocimiento de los bosques nativos, su ecología y su uso, sus categorías y las fuentes
históricas existentes, sino también nos muestra la capacidad que tiene para abordar, en
forma inteligible y sencilla, las relaciones causales que se infieren de los cambios en el
estado de conservación de los bosques nativos y las políticas que el país ha implementado.
Por último, el libro se adentra en la institucionalidad y las políticas, colocando especial
atención en aquellas desplegadas a través de CONAF y sus antecesoras inmediatas. Allí,
entra en dos áreas que efectivamente son las centrales de la labor de CONAF para estos
fines y que, sin duda, parecen ser un factor explicativo importante de la situación actual
de los bosques nativos: la regulación y fiscalización del uso de los bosques nativos y la
protección, a través del SNASPE.

Se podrá señalar que hay elementos que quedan fuera del análisis que se hace. Eso
es casi inevitable en cualquier análisis. De la misma forma, habrá quienes critiquen la
fuerza de muchos juicios que el autor hace, sin embargo, ese es probablemente uno de
los grandes valores del libro, pues lleva emoción, la emoción de alguien que ama los
bosques y su conservación. No obstante, esa emoción no logra nublar un análisis que se
caracteriza por hurgar a fondo en las cifras y obtener valiosas conclusiones.

En síntesis, este libro coloca una mirada sólida respecto de lo que hemos hecho con
nuestros bosques nativos, focalizándose en dos momentos de la vida de estos: 1944
y 2020, con una profunda detención en el estado de estos en 1994. Como lo dice el
autor, en dicho período hay avances y retrocesos, sin embargo, ello no le quita validez a
entregar una raya para la suma; un resumen del efecto de nuestras decisiones para ese
largo período.

En un momento, en que la situación de la naturaleza resulta preocupante, este libro,


es un aporte, tanto por basarse en información sólida, como por la forma en que obtiene
conclusiones de y para la toma de decisiones sobre ella. Miradas, como la entregada en
este libro, llenas de emoción, pero desarrolladas con un profundo realismo, son la clave
para enfrentar los desafíos de la conservación de la naturaleza que nos toca abordar.

AARÓN CAVIERES CANCINO


Director Ejecutivo CONAF 2013-2018

2
EXORDIO
Este año, 2020, se han cumplido 50 años de existencia de la CONAF, la CORPORACION
NACIONAL FORESTAL, lo que marca medio siglo de políticas públicas de Conservación de
la Naturaleza en Chile:

¿Qué ha pasado en este medio siglo, en materia de Naturaleza?


¿Se puede saber si las políticas públicas de Conservación están funcionando?

Como siempre digo, el país más sano no es el que tiene más hospitales, ni más médicos,
ni más presupuesto en salud, el país más sano es el que tiene menos enfermos.
Bueno entonces:

¿Cuál es la salud del bosque y de la Naturaleza hoy en Chile ?

En estas páginas no se hacen los análisis, tan de moda hoy en día, de las superestructuras
burocráticas, ni de los discursos políticos, en estas páginas se muestra cuál era la situación
(la salud) del bosque y la Naturaleza hace medio siglo, y cuál es la salud del bosque chileno
hoy, el año 2020.

Obviamente si la salud de la naturaleza es hoy más mala que hace medio siglo, es
que definitivamente todo nuestro trabajo de todos estos años ha sido inútil, no han
funcionado las políticas públicas.

Por el contrario, si la situación de la Naturaleza hoy es mejor, es que algo de efectividad


hay en nuestro trabajo, al menos tenemos un resultado, un bosque más sano (o menos
enfermo) que mostrar.

Entonces lo que hago en esta publicación es examinar y evaluar cuál es la situación de


la naturaleza en el último medio siglo y cuál ha sido el efecto de las políticas públicas en
aliviar la situación del bosque chileno.

3
RESUMEN
Chile cuenta hoy con suficiente material gráfico e histórico que nos permite evaluar, con
gran precisión y exactitud, la situación del bosque chileno desde el año 1944 hasta hoy.

A partir del estudio de este material podemos sintetizar la situación del bosque chileno
entre el año 1944 y el presente como sigue:

1. Chile tiene hoy, al año 2020, 13.2 millones de hectáreas de bosque nativo,
disminuyendo anualmente en 3.832 hectáreas. Esta disminución anual resulta del
balance entre la pérdida de 9.379 hectáreas por año y la recuperación natural de
5.548 hectáreas por año. Tenemos ya cuatro regiones con balances azules, Valparaíso,
Metropolitana, Maule y La Araucanía, mientras que el 56 % de la pérdida de bosque
nativo se concentra entre Los Lagos y Los Ríos.

2. Chile con 13.2 millones de hectáreas de bosque nativo, más 3 millones de hectáreas
de plantaciones forestales, tiene 0.83 hectáreas de bosques por cada chileno, muy
superior al promedio mundial 0.52 hectáreas por habitante. Incluso tomando solo el
bosque nativo tenemos 0.68 hectáreas por habitantes.

3. Al año 1944 Chile tenía 14.4 millones de hectáreas de bosque nativo, y entre los
años 1944 y 1994 el bosque nativo disminuyó a 13.4 millones de hectáreas. Esto es
una tasa de retroceso del bosque nativo entre 1944 y 1994 de 16.400 hectáreas por
año.

4. En estas cifras destaca la gran capacidad de recuperación natural del bosque


nativo, como resultado de la disminución de los factores que presionan su destrucción.
En 50 años la recuperación alcanza una extensión equivalente a la Región del Biobío
completa (Ñuble incluida). Esta gran capacidad de recuperación natural, del tamaño
de una región del país, ha sido hasta ahora ignorada por la Academia forestal, y es la
gran causa de los errores históricos de estimación del bosque nativo.

5. Por lo tanto hemos logrado disminuir la tasa de retroceso anual del bosque nativo
desde 16.400 hectáreas anuales entre 1944 y 1994 a una tasa anual de 3.832 hectáreas
entre 1994 y el 2020. Esto es un alivio de un 77 % respecto de la situación existente
antes de 1994.

Este gran alivio, en la catastrófica situación que vivía la Naturaleza chilena al año 1960,
es el resultado de que, a partir del año 1965, se comienza a desarrollar en Chile una
conciencia, una política y una institucionalidad forestal, que enfrenta esta catastrófica
situación.

Un cambio que, sin duda, de modo objetivo, es un gran éxito, más allá de que las mismas
cifras de este éxito, también nos reflejan las tareas que aún tenemos pendiente en Chile
4 para seguir avanzando en la Conservación de la Naturaleza.
INTRODUCCIÓN
La preocupación por la destrucción de la Naturaleza no es algo nuevo en Chile. Ya en 1830,
Claudio Gay manifestó su preocupación por el grado de destrucción de la Naturaleza en
Chile. Sin embargo, por muchas décadas más seguiría siendo una inquietud de una elite
ilustrada: el grueso de los chilenos veía la destrucción de la Naturaleza como un signo
del progreso y a los destructores de la Naturaleza, los colonos, como héroes románticos.

Las políticas públicas de protección de la Naturaleza tampoco son algo nuevo, el primer
decreto de protección de los bosques es del año 1862. Ya al año 1960 Chile contaba con
una florida legislación que protegía los manantiales y a más de una docena de especies
Sin embargo toda esa legislación proteccionista resultó ineficaz, solo fue letra muerta. La
destrucción de la Naturaleza siguió campeando en todo el país.

Sólo a partir de fines de la década del 60 es posible ver que se transite de los discursos
a la acción pública en materia de conservación de la Naturaleza. Ello es porque solo a
partir de la segunda mitad de los 60s se crea una institucionalidad pública con la misión
de la conservación de la Naturaleza, cuyo epítome ha sido, en estos 50 años, la CONAF.
En la práctica llevamos 50 años, medio siglo de aplicación de políticas públicas de
conservación de la Naturaleza.

Luego de medio siglo bien vale la pena preguntarse cuanto hemos avanzado, y cuál es el
balance de 50 años de éxitos y de fracaso en esta materia.

Para poder evaluar si hemos avanzado o hemos retrocedido, debemos saber primero en
donde estábamos situados hace medio siglo atrás, cuál era el estado de los bosques y la
naturaleza en Chile en la década del 50. Luego debemos saber bien en donde estamos
ahora, cual es la situación de la naturaleza y los bosques este año 2020. Solo entonces
podemos evaluar, científicamente, si hemos retrocedido, y la situación de la Naturaleza
ahora es más dramática que en 1970, o en algo hemos avanzado en estos 50 años y en
algo hemos aliviado la situación de la Naturaleza.

5
¿Podemos saber cuál era el estado de la
Naturaleza en el Chile de los años 60?
UNA IMAGEN DE CURACAUTIN DE 1944:

La imagen anterior es una escena de Curacautín del año 1944, forma parte del primer
vuelo aerofotogramétrico que cubrió la totalidad del territorio de Chile, el Vuelo
“Trimetrogón”. Por lo tanto podemos saber cómo estaba el territorio nacional con toda
precisión y exactitud desde el año 1944 en adelante

De hecho gracias a este vuelo el país tuvo su primera cartografía nacional preliminar,
escala 1:250.000 y su primer Catastro nacional de bosques, conocido como el “Informe
Haig”, por su autor principal, el ingeniero del U.S.Forest Service, Irvine Haig.

Esta imagen es sorprendente, más si comparamos la misma escena con la imagen actual
del Google Earth (marzo 2020): Al contrario de lo que la mayor parte de los chilenos cree,
6 hoy el territorio de Curacautín es mucho más verde, tiene más bosques que en el año
1944.
LA MISMA ESCENA EN EL AÑO 2020

El avión del vuelo Trimetrogón llevaba tres cámaras en el vientre, con las que sacaba tres
fotos a la vez; una vertical y dos oblicuas hacia los lados, ello le permitía fotografiar una
gran cantidad de territorio a la vez, por ello en la imagen anterior podemos ver incluso el
ala del avión y el horizonte,

Curacautín no aparece en la foto vertical, solo en las fotos oblicuas. Pusimos esta imagen
pues en ella vemos el Curacautín de 1944, una referencia conocida.

Pero veamos qué pasa con la imagen vertical:

7
CURACAUTIN ORIENTE 1944

En esta imagen podemos ver el Cerro Córdova, el Camino Los Prados, el rio Negro, el
Blanco y el Amantible, y se reafirma la impresión anterior: la mayor parte deforestado,
erosionado, con un significativo grado de desertificación.

8
LA MISMA ESCENA EN UNA IMAGEN DE MARZO DEL AÑO 2016.

El cerro Córdova con su gran bosque nativo, al igual como gran parte de la imagen.

9
AMPLIACIÓN IMAGEN 1944

LA MISMA ESCENA A MARZO 2016

En esta secuencia de imágenes hemos destacado 6 sectores sin bosques y que el 2016
aparecen con bosques identificados con R1 al R6.

10
Fotografía de los del bosque de coihue R5, visitado el año 2017 con estudiantes del curso
de Dinámica de bosques de la Universidad de Chile. Este bosque no existía el año 1944.

11
LA SIGUIENTE ES UNA IMAGEN DE MALALCAHUELLO
(PIEDRA CORTADA) DEL AÑO 1988

LA MISMA ESCENA AL AÑO 2019

Las imágenes son elocuentes, hoy existe más bosque nativo en Curacautín que antes, Hoy
podemos recorrer bosques nativos en lugares que el año 1944 estaban desforestado.

12
Desde el año 1944 son varios los vuelos nacionales y regionales que cubren el país:

1944: Trimetrogon
1956: Hycon (hasta el río Biobío)
1961: OEA
1971: 3 provincias
1980: CH 60
1991: JICA
1994: FONDEFF

A partir de 1972 comienzan los satélites a fotografiar en detalle la Tierra:

1972: Landsat 1
1975: Landsat 2
1978: Landsat 3
1982: Landsat 4
1985: Landsat 5
1999: Landsat 7
2013: Landsat 8

A partir del año 2005 tenemos disponible en forma gratuita imágenes Google Earth, por
lo cual hoy cualquier ciudadano del mundo puede monitorear que está pasando en su
territorio, incluso desde su celular

Como vemos, tenemos suficiente material fotográfico como para reconstruir, la evolución
del paisaje nacional, y con ello saber cuál es el estado de la naturaleza, comuna a comuna,
hectárea a hectárea, desde 1944 hasta hoy.

Yo he revisado muchas de estas imágenes, especialmente de la Provincia de Malleco, y


siempre el resultado es el mismo, teníamos una situación catastrófica en 1944 y hasta
1960, para luego comenzar a mejorar, y hoy tenemos una situación mucho mejor que
antes.

La verdad es que este resultado no debiera sorprendernos si conocemos la historia, pues


las políticas imperantes en todo el mundo en el siglo XIX fomentaban la destrucción de
la Naturaleza, tal como podemos observar en el mensaje al Congreso del Presidente de
EEUU, Andrew Jackson en el año1830:

“Qué hombre de bien preferiría un país cubierto por bosques y


habitado por unos miles de salvajes a nuestra extensa república,
sembrada de pueblos, ciudades y prósperas granjas, embellecida
con todas las mejoras del arte o la industria, ocupada por más
de 12 000 000 de gente feliz y dotada de todas las bendiciones
de la libertad, la civilización y la religión.” 13
Andrew Jackson, presidente de los Estados Unidos. Segundo mensaje anual al Congreso, 1830.
EL TESTIMONIO DE LA HISTORIA
Obviamente alguien me podría acusar de seleccionar solo las imágenes que muestren
esta situación. No puedo mostrar aquí todas las imágenes, sin embargo, existen sólidos
testimonios históricos que apuntan al mismo sentido.

Pablo Neruda nos entrega un testimonio histórico magistral de cuál era la situación
de la provincia de Malleco al año 1956, cuando no existía la CONAF y tampoco existían
plantaciones forestales en esta provincia:

Oda a la erosión en la provincia de Malleco


Pablo Neruda 1956 (Nuevas Odas elementales)

Volví a mi tierra verde Tierra,


y ya no estaba, qué darás a tus hijos,
ya no estaba la tierra, madre mía,
se había ido. mañana, así destruida,
Con el agua hacia el mar así arrasada tu naturaleza,
se había marchado. así deshecha tu matriz materna,
qué pan repartirás entre los hombres?
Espesa madre mía,
trémulos, vastos bosques, Vino a quemar el bosque,
provincias montañosas, a incendiar las entrañas de la tierra,
tierra y fragancia y humus vino a sembrar un saco de fréjoles
patria mojada, cielo grande, y a dejarnos una herencia helada:
raíces, hojas, silencio verde, la eternidad del hambre.
universo fragante,
pabellón del planeta: Y ahora desde las raíces quemadas,
ahora, se va la tierra, nada la defiende,
bruscos socavones,
ahora siente y toca mi corazón heridas que ya nada ni nadie puede borrar
tus cicatrices, del suelo:
robada la capa germinal del territorio, asesinada fue la tierra mía,
como si lava o muerte hubieran roto tu quemada fue la copa, originaria.
sagrada substancia o una guadaña en tu
materno rostro hubiera escrito las iniciales
del infierno.

Cuando hoy recorremos la provincia de Malleco, nos cuesta creer que sea el mismo
Malleco que nos relata Neruda en su poema, que más bien pareciera hoy una descripción
de Coquimbo o Atacama.

14 Pero Neruda no se queda en el lamento, nos hace un llamado a actuar, nos indica la tarea
a realizar para enfrentar esta penosa situación:
¡Vamos a contener la muerte!
Chilenos de hoy,
Araucas de la lejanía,
ahora,
ahora mismo,
ahora,
a detener el hambre de mañana,
a renovar la selva prometida,
el pan futuro de la patria angosta!
Ahora a establecer raíces,
a plantar la esperanza,
a sujetar la rama al territorio!
Es ésa tu conducta de soldado,
son ésos tus deberes rumorosos de poeta,
tu plenitud profunda de ingeniero,
raíces, copas verdes,
otra vez las iglesias del follaje,
y con el canto de la pajarería
que volverá del cielo,
regresará a la boca de tus hijos
el pan que ahora huye con la tierra.

De esta forma lírica, Pablo Neruda


escribió la POLITICA FORESTAL que
llevarían a cabo los Gobiernos de
Eduardo Frei Montalva, Salvador
Allende Gossens, Augusto Pinochet
Ugarte, Patricio Aylwin Azocar, Eduardo
Frei Ruiz Tagle, Ricardo Lagos Escobar
y Michelle Bachelet.

Pero sin duda el documento más


impactante que marcó las políticas
forestales entre los años 1964 y 2005
fue el Libro de Rafael Elizalde Maclure,
“La Sobrevivencia de Chile, testimonio
dramático de lo que era Chile al año 1959.

Es mucha la evidencia histórica que indica


que el panorama para la Naturaleza en Chile
era catastrófico al año 1960, culminando
un proceso de destrucción que había
comenzado siglos antes, y que a partir del
siglo XIX alcanzó una escala gigantesca.

15
LA DESTRUCCIÓN DE LA NATURALEZA
La Destrucción de la Naturaleza por el hombre comienza hace 60 mil años, con lo que
Yuval Harari denomina la Primera Revolución, la revolución del árbol del saber. La
evidencia arqueológica, paleontológica y de otras ciencias del pasado, hoy nos indican
con toda claridad que, al contrario de lo que Jacques Rousseau creía, el hombre ya en
esas remotas épocas quebrantó la armonía natural al salir de nuestra cuna africana. Hace
45.000 años llegamos a Australia, quemamos la mayor parte de ese continente, dando
origen a la mayor parte de los bosques de eucaliptus que caracterizan a Australia hoy en
día, y extinguimos toda la megafauna australiana. Hace 14,000 años llegamos a América,
para extinguir la megafauna americana. Lo mismo luego en Madagascar y Nueva Zelandia.
Solo se salvó la megafauna africana, pues evolucionó junto con nosotros.

La destrucción de la Naturaleza cobró nuevos bríos con la Segunda Revolución, que da


origen a la Civilización, hace 10.000 años atrás. Particularmente a partir de la edad del
Hierro, pues justamente las herramientas de hierro nos permiten un desmonte más
efectivo de los bosques. Ello permite el desplazamiento de las grandes civilizaciones
desde las zonas de climas semiárido (el creciente fértil) y el Mediterráneo, pobres en
bosques, hacia las regiones de clima más húmedos, con suelos más ricos, pero cubiertos
de bosques.

Pero sin duda es con la Tercera Revolución, la Revolución científica industrial, donde la
destrucción de la Naturaleza alcanza dimensiones planetarias. La Revolución industrial,
permite una mejoría notable de la vida de millones de personas, particularmente por las
mejoras en las condiciones sanitarias. Con las mejoras de la calidad de vida comienza la
explosión demográfica, Muy poca gente tiene conciencia de que a comienzos del siglo
XIX, luego de 100 siglos de civilización, la población del mundo era de solo 978 millones
de personas; hoy, cada 13 años la población del mundo aumenta en 1000 millones de
personas, lo mismo que crecimos en los primeros 100 siglos de Civilización.
Sin embargo, la misma ciencia que estaba haciendo posible la explosión demográfica,
amplían las fronteras que oprimen esta explosión demográfica. El motor a vapor y el
ferrocarril hacen posible que la colonización sea planetaria. El Far West, Australia, Nueva
Zelandia, el sur de Brasil, La Patagonia, La Araucanía en Chile, y finalmente África.

Con el boom de la Colonización del siglo XIX, la destrucción de la Naturaleza no solo


alcanzó una dimensión planetaria, sino una intensidad jamás vista antes.

Y todo el mundo aplaudía, los colonos eran unos héroes románticos luchando con tribus
salvajes y abriendo nuevos horizontes a la civilización.

Hasta el día de hoy se sigue viendo a los colonos como héroes románticos, y no vemos
que los colonos son los causantes de la gran destrucción de la Naturaleza y también
de los pueblos originarios. Tampoco vemos que ello no han acabado, su tarea continúa,
día tras día, siguen destruyendo la Naturaleza, tal como hoy, en este mismo instante ocurre
en el Parque Nacional Villarrica, con el apoyo y complicidad de las autoridades locales de
16 Curarrehue, como en este mismo instante ocurre en la Reserva de Malalcahuello, con la
simpatía de las autoridades de Lonquimay y la complicidad del mundo “alternativo”.
LA NATURALEZA SE DEFIENDE
Pero el Planeta se defendía, y la falta de respeto por la Naturaleza comenzó a pasar
la cuenta a los hombres. Aparecen Sequías y hambrunas: el nordeste del Brasil,
magistralmente narrada por Vargas Llosa en su novela “La Guerra del fin del mundo”.
España al comienzo del siglo XX, lanzando una nueva ola de colonos hacia Sudamérica
(los “gallegos”). Todo aquello que hoy atribuimos al cambio climático, no es más que el
resultado de los últimos 200 años de destrucción de la naturaleza en el mundo, incluyendo
el mismo cambio climático.

La crisis ecológica más severa del siglo XX fue el «Dust Bowl», en la década del 30,
justamente en el Far West, símbolo planetario de la colonización del siglo XIX. una gran
sequía afectó las grandes llanuras del Far West desde la frontera con México a Canadá,
por casi 10 años y gigantescas nubes de polvo recorrieron todo Estados Unidos hasta
llegar a Washington, la capital. A consecuencia del Dust Bowl 3 millones de granjeros
debieron abandonar sus granjas en las grandes llanuras del Far West.
17
En Chile la crisis no fue tan violenta como en el Far West, pero, aunque más pausada, fue
tan devastadora como el Dust Bowl, y entre la década del 30 y del 60, miles de campesinos
chilenos abandonaron sus tierras agotadas y empobrecidas, para buscar nuevos
horizontes en las ciudades, formando los cinturones de pobreza que caracterizaron las
grandes ciudades chilenas en la segunda mitad del siglo XX.

Este es justamente el panorama que nos relata Neruda en 1956 en su Oda a la Erosión
en la Provincia de Malleco, y Rafael Elizalde en su libro La sobrevivencia de Chile,
y de la cual nos dan testimonios grafico las imágenes que he mostrado de los vuelos
aerofotogramétricos antiguos: Chile es hoy más verde, tiene más bosques que en la mitad
del siglo XX, cuando la destrucción de la Naturaleza alcanza en Chile su mayor dimensión.

¿Qué ha pasado desde 1960 hacia adelante que hace que hoy tengamos un Chile más
verde que hace medio siglo?

Sin duda parte de este reverdecer de Chile puede ser el resultado del abandono de miles
hectáreas de tierras empobrecidas por parte de miles de campesinos entre las décadas
del 40 y del 60. El bosque ha vuelto a recuperar las tierras abandonadas. Recordemos
que en esos años no existía INDAP y en general no existía la florida política de subsidios
que hoy existen, subsidios que permiten que los campesinos que hoy habitan en suelos
empobrecidos sigan destruyendo la naturaleza y el medio ambiente gracias a que los
chilenos subsidiamos que ese campesino siga viviendo y destruyendo la naturaleza en el
lugar en donde nació.

Pero también, a partir de mediados de los 60, con el gobierno de Eduardo Frei Montalva,
comienza una política pública más efectiva de conservación de la Naturaleza.

18
LA ACCION PÚBLICA DE CONSERVACIÓN
DE LA NATURALEZA
Las políticas públicas preocupadas de la naturaleza son antiguas, posiblemente la
primera fue la creación del Museo de Historia Natural, en 1830, por el gran naturalista
francés Claudio Gay. En general Claudio Gay dejó una huella profunda al aumentar
nuestro conocimiento de la Naturaleza chilena.

En 1862, siendo Presidente de Chile José Joaquín Pérez, se dicta el primer Reglamento
General de Bosques de Chile. Ya este Reglamento prohibía la corta de árboles a menos de
200 metros de un río, a menos de 400 metros de los manantiales y sobre la medianía de
los cerros. Era una legislación muy conservacionista y muy estricta, pero no tuvo ningún
efecto legal, nada cambió y el Reglamento tuvo una limitada existencia. El año 1879 se
promulgó el decreto sobre “Reservas de Bosques Fiscales”.

El año 1907, siendo Presidente de Chile Pedro Montt, se crea la Primera Reserva Forestal
de Chile, La Reserva Forestal de Malleco, justamente en el último territorio abordado
en el proceso de Colonización chileno, La Araucanía, dando origen a lo que luego sería el
SNASPE. El año 1926 se crea el primer Parque Nacional, Puyehue.

El año 1930, siendo Presidente de Chile el General Carlos Ibáñez, se dicta la Ley General
de Bosques, que vuelve a poner, en su artículo 5, las mismas restricciones a la corta de
árboles que formaban parte del fracasado Reglamento de 1862, esto es a menos de
200 metros de un río, a menos de 400 metros de los manantiales y sobre la medianía
de los cerros. Se supone que esta Ley estuvo vigente hasta la dictación del reglamento
de Suelos y Aguas de la Ley 20.283 (año 2010), por lo cual todas las cortas de bosques
de Araucaria y de Alerce efectuadas desde el año 1930 en adelante son ilegales, pues
estos bosques se encuentran sobre la medianía de los cerros. Lo mismo todas las cortas
efectuadas a menos de 200 metros de los ríos y a menos de 400 metros de las vertientes
(o sea, casi todos). Debemos dejar constancia que la propia Corte Suprema de Chile
ha ignorado la Ley de Bosques de 1930, al obligar al Estado Chileno a indemnizar a
propietario de bosques por la declaración de monumento natural de los bosques de
araucaria, ignorando que la Ley General de Bosque de 1930 ya había prohibido su corta
medio siglo ante. y estaban vigente al momento de la sentencia de la Corte Suprema.

Entre 1930 y 1970 se dictan muchos decretos protegiendo la palma, el quillay, el alerce,
el copihue, en fin, muchas especies, de tal forma que al año 1960 existía en Chile una
florida legislación que protegía la Naturaleza. Pero todas estas leyes no son más que
literatura inútil, no tienen ningún efecto real en el territorio nacional, la destrucción
de la naturaleza sigue exactamente igual o peor. La razón es muy simple, no existía una
institucionalidad pública que hiciera cumplir esas leyes, ni las herramientas políticas que
la hicieran efectivas.

19
EL CAMBIO HISTORICO EN LA ACCIÓN PUBLICA 1965 - 2010
Este panorama de florida e inútil legislación de conservación de la Naturaleza comienza
a cambiar a partir del Gobierno de Eduardo Frei Montalva, que, con su Ministro Hugo
Trivelli, comienzan a dar forma a una política y a una institucionalidad que fuera capaz de
enfrentar esta situación de siglos de destrucción de la naturaleza.
El 23 de agosto de 1967 el Presidente Frei promulga como Ley de Chile la Convención
de Washington, PARA LA PROTECCION DE LA FLORA, LA FAUNA Y LAS BELLEZAS
ESCENICAS NATURALES DE AMERICA, aprobada por el Congreso Nacional el 22 de
junio precedente (en anexo), lo que da existencia legal y un sólido respaldo institucional
al Sistema nacional de Areas Silvestres Protegidas, SNASPE. Con esta Ley que da forma
al SNASPE se da comienzo al cambio en la política forestal, que guiaría al país en esta
materia por los próximos 50 años.

En lo institucional el Presidente Frei crea el SAG y en el SAG una División Forestal. También
se crea un organismo que administrara el SNASPE, la APARFO y por último, al finalizar su
Gobierno casi, el 13 de mayo de 1970 crea la COREF, la Corporación de Reforestación,
que luego da origen a la CONAF. También se reorganiza y se da un fuerte impulso al
combate de Incendios Forestales otra de las grandes causas de pérdidas de bosques.

Salvador Allende con un enfoque político muy distinto, continúa con la misma política
forestal, tal como lo deja claro su Ministro de Agricultura, Jacques Chonchol, en su
discurso de inauguración de las III Jornadas Forestales, el año 1970 (en anexo). El año
1972 Allende reúne las funciones públicas forestales, dispersas en varios Servicios
Públicos y Ministerios en uno solo, en la COREF, transformando la COREF en la CONAF,
bajo el Ministerio de Agricultura, , lo que permite unificar la acción pública forestal. Su
primer Director fue el destacado Ingeniero Forestal Guillermo Julio. Debemos destacar
la visión integral, holística en la concepción institucional de Allende, un solo organismo
para una acción holística, que es la esencia de la acción ecológica. Todo lo contrario de
los actuales proyectos institucionales, que de aprobarse significarían un retroceso de 50
años

El Gobierno Militar, teniendo un enfoque político diametralmente distinto, continúa la


misma política forestal comenzada por Frei y continuada por Allende, creando nuevos
instrumentos de acción pública forestal. En 1974 dicta el D.L 701, en el cual destacan
tres nuevos instrumentos de política forestal:

(1) el reconocimiento de los suelos de Aptitud Preferente Forestal (suelos APF),

(2) la bonificación de la Forestación, y

(3) la obligatoriedad de tener un Plan de Manejo Forestal (PMF) aprobado por


CONAF para intervenir un bosque. Este PMF debía comprometerse en un mecanismo
que asegurara la renovación del bosque y debía contener medidas de protección de
20 la Flora, la Fauna, los suelos y las aguas.
El año 1980 se dicta el DS. 259 que da un mayor contenido al manejo del Bosque Nativo,
definiendo los tipos forestales y los métodos de intervención y regeneración del bosque
nativo.
El Gobierno Militar también da un nuevo impulso al Sistema Nacional de Areas Silvestres
Protegidas (SNASPE), adoptando un Sistema nacional de Clasificación de la vegetación
chilena (cuyo autor fue el destacado y recordado Académico Rodolfo Gajardo, de la
Universidad de Chile); se impulsa un Libro Rojo de la flora chilena y un Libro Rojo de la
Fauna chilena, además de crear una serie de nuevas áreas Silvestres Protegidas. Sin duda
esta es la época de oro del SNASPE.
Por último también fortalece la capacidad de CONAF de combate de Incendios Forestales.

El país da un nuevo vuelco político en 1990 con el retorno de la democracia y la elección


del Presidente Aylwin. Sin embargo la política forestal no cambia, continuando la senda
de fortalecerla con nuevos énfasis y nuevos instrumentos de política forestal. Se continúa
el fomento a la forestación, dando un mayor énfasis a la forestación con pequeños
propietarios. Se da impulso a un nuevo Catastro Nacional de Bosques que solucione
la confusa y polémica información existente sobre la situación nacional de los bosques
y la naturaleza. Se da también un fuerte impulso a la fiscalización forestal tendiente a
fortalecer el accionar de los Planes de Manejo Forestal. Patricio Aylwin también impulsa
la Ley de Bosque Nativo iniciando su discusión y tramitación en el congreso Nacional.
Estos énfasis continúan en los Gobiernos de Eduardo Frei Ruiz Tagle y de Ricardo Lagos.
Finalmente, en esta breve síntesis, no podemos dejar de mencionar la Promulgación
de la Ley 20.283, sobre fomento y recuperación de bosque nativo, el año 2009, por la
Presidente Michelle Bachelet.

Sin duda en este período también se cometieron errores, pero esta es solo una breve
síntesis para dar cuenta de lo esencial ocurrido en estos 50 años. Por lo demás los errores
cometidos no disminuyen los éxitos obtenidos, como veremos más adelante.

21
SITUACIÓN LOS BOSQUES Y LA
NATURALEZA EN EL CHILE DEL SIGLO XXI
El año 1997 el Ministro de Agricultura, Carlos Mladinic, dio a conocer al país los resultados
del Segundo Catastro Nacional de Bosques. Los resultados fueron sorprendentes, Chile,
al año base, 1994, tenía mucho más bosque que lo que indicaban las estimaciones
existentes, no solo mas Plantaciones Forestales, 2.1 millones de hectáreas, lo más
sorprendente fue la cifra de bosque nativo, 13.43 millones de hectáreas, prácticamente
el doble de lo indicado por las precarias estimaciones anteriores. En total 15.64 millones
de hectáreas de bosques. La solides de los métodos usados en este catastro nacional, el
sólido respaldo cartográfico y de imágenes, permitió que no se cuestionaran estas cifras,
ni por los más vociferantes detractores de la actividad forestal.

Dado que la CONAF no quería que de estas cifras se sacaran cuentas alegres y se relajaran
las políticas de conservación de la Naturaleza, se explicó que en parte esta situación era
por la definición de bosque usada. Pero esta explicación solo daba cuenta de una mínima
causa de este gran aumento de las cifras. La principal causa del aumento de las cifras de
bosque nativo era un aumento real de la cantidad de bosque nativo, como veremos más
adelante

Las cifras del Catastro de 1994 no solo dan cuenta de la situación actual del bosque y
la Naturaleza en Chile, sus resultados reflejan 25 años de políticas de Conservación
de la Naturaleza y de acción territorial de la CONAF aplicando estas políticas. Aun
cuando estas cifras también nos muestran lo mucho que aún nos quedaba por avanzar el
año 1994.

El catastro no solo permitió resolver, el año 1997, una confusa información sobre los
bosques y la naturaleza chilena, también montó una sólida línea base que permitiera
seguir monitoreando el territorio nacional y con ello identificar avances y retrocesos de
los bosques chilenos, identificando los lugares en que ello ocurre, así como las causas y
los agentes que producen dichos cambios. Para ello se planificó un proceso de monitoreo
anual, en que cada región entre la V y la X se monitoreara cada 5 años, y las demás regiones,
con dinámicas territoriales más lentas, cada 10 años. De este modo se tendría un sistema
que permitiera tener siempre al día la información que la ciudadanía reclamaba.

Esto no ha ocurrido, la CONAF, responsable de mantener esta información actualizada,


se ha ido relajando, sobre todo desde el año 2010 en adelante. Hoy, cuando existe un
fuerte cuestionamiento público a la actividad forestal este descuido genera nuevamente,
como en 1990, una situación confusa respecto de los bosques lo que solo ahonda la mala
reputación que hoy tiene el sector forestal en la ciudadanía.

La propia CONAF no está usando esta tremenda información para focalizar más y
mejor su acción institucional, nos hemos quedado en las cifras globales sin mayor
22 análisis. La mayoría de los ingenieros forestales de la CONAF no es capaz de dar un
sentido a estas cifras. Aun cuando hay algunas regiones que ya llevan dos monitoreos,
estos monitoreos no se traducen en una herramienta de trabajo para el profesional que
está en el territorio. Cada monitoreo debiera entregar a las oficinas en terreno, archivos
digitales (“kmz” para Google Earth), con los polígonos en donde perdimos bosques, y
otros archivos digitales kmz, con los polígonos en que ganamos bosques, y esto comuna
a comuna por separado, no un puro archivo para toda la región. Con esta información lo
primero es revisar si esta pérdida de bosque nativo se hizo con o sin PMF autorizado
por CONAF, y de ahí seguir el análisis, con la información de las carpetas prediales y de
terreno, sobre las causas y los agentes.

EL Catastro nos dio una imagen, una foto estática de la situación territorial nacional, al
año 1994, nos quedó pendiente tener una idea más precisa y exacta de la evolución del
bosque y la Naturaleza. Es la tarea que pretendo abordar ahora. Para ello es necesario
revisar en detalle la información histórica existente.

23
CATASTROS FORESTALES EN CHILE
1944, La Misión Haig y el primer catastro Nacional de Bosques.
El Primer Catastros de Bosques en Chile data del año 1944, y fue realizado por una Misión
del Servicio Forestal Norteamericano (USDA Forest Service) encabezada por el Ingeniero
Forestal Irvine Haig. Sus resultados se encuentran en el Informe “Forest Resources of
Chile” (Forest Service U.S Department of Agricultura 1946. Haig.jt)

Este informe cubre un estudio físico y económico de los recursos forestales de Chile
como base para planificar una posible expansión de las industrias forestales.

El Mundo estaba en guerra cuando se lleva a cabo este Catastro, siendo Presidente de
Chile Juan Antonio Ríos y obviamente fue una de las grandes motivaciones del Gobierno
Norteamericano para esta notable acción de cooperación que también incluye el primer
vuelo aerofotogramétrico realizado en Chile el año 1944, el vuelo Trimetrogón realizado
por aviones de la Fuerza Aérea Norteamericana (USAF), y que sirvió de base para este
primer catastro forestal

Este Estudio incluye (en palabras de sus autores):

1. Un Inventario Forestal: un inventario de la extensión y condición del bosque


y la condición de la tierra forestal, y el suministro actual de madera y otros
productos forestales.

2. Un Estudio sobre el Agotamiento de los Bosques - - Determinación de la


extensión del agotamiento de los bosques a través de la tala y pérdida por
incendios, insectos, enfermedades, lanzamiento de viento y otras causas.

3. Un estudio sobre el crecimiento forestal - - Determinación de la tasa a la cual


el suministro se está produciendo por medio del crecimiento delos bosques,
y el crecimiento potencial en el área forestal.

4. Un estudio de los Requerimientos: una estimación


del consumo actual de productos forestales y la
probable tendencia futura de los requerimientos
tanto para uso doméstico como industrial.

5. Un estudio de las Industrias Forestales:


el carácter y el tamaño de las industrias
existentes y la posibilidad de industrias
nuevas o expansión de las actuales.

6. Un estudio de Política Forestal - - Análisis


de la situación actual y recomendaciones
sobre una política forestal para Chile,
esencial para el mantenimiento,
desarrollo y utilización de los recursos
24 forestales en el mejor interés público.
Como lo dice el propio autor en su
informe (en inglés):

“Estos son los objetivos nacionales de la


investigación forestal que ahora se realiza
en los Estados Unidos, destacando lo
referente a política forestal y la industria
forestal. Los autores no se hacen ilusiones
sobre el alcance y la dificultad de un estudio
forestal exhaustivo. El
presente estudio
fue estrictamente
de carácter de
reconocimiento;
y un inventario
adecuado por sí
solo habría llevado
mucho más tiempo,
esfuerzo y dinero
que el disponible
para el presente
estudio; mientras
que el desarrollo de
una política forestal
sólida debe evolucionar
desde dentro y aquí
solo se hacen las
sugerencias más breves
a modo de orientación.
Esta evaluación debe
considerarse solo el primer
paso.
Sin embargo, el presente
estudio proporciona los
hechos sobre la situación
del bosque como base
para una planificación
constructiva. Si brinda un
reconocimiento adecuado
de la verdadera importancia
de los recursos forestales, las
posibilidades prometedoras
para el desarrollo económico y los
problemas difíciles que enfrenta la República
en el manejo sabio y racional de sus tierras
forestales, esto en sí mismo valdrá la pena.” 25
Los resultados de este notable estudio se resumen en el siguiente cuadro
(en miles de hectáreas):

TABLA 1 Catastro de Bosque de Chile al año 1944 según Informe Haig


Tarapacá Coquimbo Linares Arauco Chiloé
Clase de Bosque Magallanes TOTAL
Atacama Talca Biobío Llanquihue Aysén
2 Montes 8 951 1.180 682 3.439 2.695 8.954
Lower slope dry
2,1 8 826 746 258 1.838
zone
2,2 Montes subalpino 125 434 413 909 668 2.548
Lower slope humid
2,3 10 2.531 2.028 4.568
zone
3 Plantaciones 1 40 67 35 144
BOSQUES
VIRGENES
4 Bosque Latifoliada 57 110 1.709 1.821 389 4.085
5 Bosque Coníferas 13 48 88 127 13 289
5,1 Araucaria 2,3 58 60
5,2 Alerce 30 4 34
5,3 Ciprés 13 46 123 13 195
subtotal Bosques
0 70 158 1.796 1.947 402 4.373
virgen
Bosques
6 211 50 261
Explotados
7 Renovales 91 113 204
subtotal 303 163 465
subtotal bosque nativo
70 158 2.099 2.110 402 4.839
comercial
9 Bosque rocoso 8 142 1.007 538 1.695
Total Bosque nativo 70 166 2.241 3.117 940 6.533
TOTAL 9 1.060 1.413 2.958 6.556 3.635 15.631
8b quemado 1,8 8 266 136 30 442
8c explotado 137 24 162
8 Deforestado 1,8 8 403 160 30 603

El InformeTOTAL 9
de Haig abarca todo 1.062
el país, 1.421
desde 3.360
el límite 6.716
con Perú 3.666
al Cabo 16.234
de Hornos,
clasificando el Recurso Forestal en 5 grandes categorías:

1. Montes (“Woodland”) con 8.95 millones de hectáreas.


2. Bosques Nativos comerciales (“forest”) con 6.53 millones de hectáreas.
3. Bosques Rocosos con 1.7 millones de hectáreas.
4. deforestado con 0.6 millones de hectáreas.
5. Plantaciones Forestales con 144 mil hectáreas.

En total 16.23 millones de hectáreas, que ocupan el 22 % de territorio nacional.

La Metodología está explicada con algún detalle en el anexo del Informe Haig, el que
26 transcribimos al anexo nuestro, dado su relevancia. Lo más esencial es que ellos definieron
bosques a partir de coberturas de copas (stocking classificatión) del 10 %.
1966: La Clasificación Preliminar del Bosque Nativo de Chile:
Este Catastro es esencialmente un trabajo cartográfico, en base a la fotointerpretación
de las fotos pancromáticas escala 1:50.000 del vuelo OEA 1961. La fotointerpretación
es apoyada con reconocimiento de terreno. La base topográfica fue la carta preliminar
de Chile 1:250.000 del IGM, y el resultado final fueron dos series de mapas de los tipos
forestales. Una serie con mapas provinciales a escala 1:250.000 y otra serie con mapas de
síntesis a escala 1:500.000

El INFOR reconoce cuatro categorías forestales amplias para este territorio cada uno con
sus tipos forestales. La clasificación con sus resultados por provincias se sintetizan en el
cuadro siguiente (en hectáreas):
TABLA 2 Bosque entre Arauco y Chiloé al año 1961. INFOR 1966
Arauco Biobío Malleco Cautín Valdivia Osorno Llanquihue Chiloé TOTAL
Bosque Virgen 21.020 49.216 149.910 242.021 597.400 274.595 853.637 1.067.253 3.255.052
Araucaria 4.190 14.364 71.744 53.292 1.850 145.440
Coihue 2.360 17.036 44.259 136.723 238.850 51.908 381.579 239.757 1.112.472
Valdiviano 13.940 39.142 199.690 178.538 273.623 444.999 1.149.932
Roble-raulí 530 1.559 6.845 8.086 74.630 91.650
Chilote 19.766 86.474 142.741 248.981
Lenga 16.257 27.062 4.778 78.320 13.208 65.902 82.903 288.430
Alerce 4.060 4.987 43.692 1.370 54.109
Ciprés 6.188 2.367 155.483 164.038
Renovales 56.380 61.018 44.743 33.630 22.170 7.851 2.913 0 228.705
Valdiviano
56.380 6.616 14.410 77.406
coihue
Roble raulí 61.018 44.743 27.014 7.760 7.851 2.913 151.299
Plantaciones 35.574 37.699 24.368 7.821 5.910 1.755 364 0 113.491
Pino 30.393 37.494 23.882 7.740 5.910 1.755 364 107.538
Eucaliptus 5.181 205 486 81 5.953
Bosque NO
29.030 96.649 23.257 182.297 118.365 55.233 129.074 184.193 818.098
comercial
quemado 29.030 90.302 10.712 181.194 117.300 42.117 122.884 184.193 777.732
Ñadis 735 1.065 1.201 5.644 8.645
Ñirre 6.347 12.545 368 11.915 546 31.721
TOTAL
106.430 206.883 217.910 457.948 737.935 337.679 985.624 1.251.446 4.301.855
NATIVO
TOTAL
142.004 244.582 242.278 465.769 743.845 339.434 985.988 1.251.446 4.415.346
BOSQUE
NO
373.936 847.732 1.158.634 1.329.451 1.007.535 521.112 733.119 423.870 6.395.389
FORESTAL
AGUAS 8.070 21.156 8.598 42.450 95.870 60.384 101.403 46.370 384.301
TOTAL TOTAL 524.010 1.113.470 1.409.510 1.837.670 1.847.250 920.930 1.820.510 1.721.686 11.195.036
El problema mayor de este estudio es su limitada extensión, desde la provincia de Biobío
a Chiloé, y claramente excluye los “montes” de Haig. Ello explica que, 20 años después,
se dé cuenta de solo 4.3 millones de hectáreas de bosque nativo, contra los 15.6 millones 27
de hectáreas de la Misión Haig.
1995, El Informe del Banco Central
El año 1995 el ambiente forestal chileno se vio estremecido, cuando sale a la luz pública,
el llamado “Informe del Banco Central”, con los más sombríos pronósticos sobre el futuro
de los bosques chilenos.

El Informe estimaba que el año 1995 Chile contaba optimistamente con 7,3 millones de
hectáreas de bosque nativo, y en forma pesimista con 6.7 millones de hectáreas. Que en
el transcurso de 10 años, entre 1985 y 1994, en Chile se habían eliminado 0.4 millones
de hectáreas de bosque nativo, en un cálculo optimista y 1 millón de hectáreas, en un
cálculo pesimista.

A partir de estas estimaciones se proyectaron cifras que conmovieron a la opinión pública.


Que al año 2003 desaparecerían todos los bosques nativos no protegidos de las Regiones
VI y VII, salvándose solo los bosques existentes en Reservas Forestales. Que, en la región
del Biobío, en el cálculo optimista, los bosques no protegidos se extinguían el año 2005
(o sea hace quince años que ya no existen de acuerdo a este Informe), salvándose solo
las 25 mil hectáreas existentes en Reservas y Parques. Para la Región de La Araucanía
la debacle se produciría entre el año 2001 (escenario pesimista) y el año 2015 (escenario
optimista).

Aun cuando este informe no emana de un estudio catastral propiamente tal. Se dio a
conocer a la opinión pública como tal, con el aval del Banco Central y tuvo un enorme
impacto en la opinión pública provocando un grave daño al prestigio del sector forestal,
Por ello forma parte de esta historia, aunque sea un capítulo que desearíamos que jamás
hubiera ocurrido.

En los 90s el banco Central se embarcó en una iniciativa de comenzar a desarrollar cuentas
nacionales de carácter patrimonial para Chile, en un intento de incorporar la dimensión
ambiental en su sistema de cuentas nacionales y lograr que el deterioro ambiental se
exprese en este sistema de cuentas nacionales.

Un equipo encabezado por Marcel Claude fue el responsable de las cuentas forestales,
las que nunca se llegaron a publicar, por lo cual no existe un Informe propiamente tal, solo
la información que se filtró a la prensa, más la información entregada en una conferencia
por el banco central y algunos apuntes y resúmenes.

El error en la estimación de la cantidad de bosque al año 1995 fue de entre el 98 % para


el escenario optimista y de 115 % para el escenario pesimista. A 25 años de este penoso
hecho, queda claro que el bosque nativo sigue existiendo y gozando de buena salud en
las regiones que se pronosticó su desaparición entre los años 2003 y 2015.

No tiene mucho sentido perder el tiempo con la metodología usada, dado lo aberrantes
de los resultados. El daño hecho al sector forestal por ese Informe que nunca fue, aún
28 persiste y son una lección de lo importante que resulta tener cifras en que toda la
ciudadanía pueda confiar.
1997, El Catastro del Bosque Nativo:
Entre el año 1993 y 1998 se llevó a cabo el Catastro del Bosque Nativo. Este Catastro no
fue solo fue solo un Catastro del Recurso Forestal, como los Catastros tradicionales, dado
que hoy el interés en los bosques es un interés ciudadano, donde se releva, además de
sus funciones económicas, los Servicios ambientales del bosque; por ello era necesario
ubicar el bosque en el conjunto del paisaje nacional, por lo que abarcó la totalidad del
paisaje, del territorio nacional.

Este Catastro demoró 3 años, trabajaron en él un promedio de 30 profesionales, que


analizaron más de 40.000 fotografías aéreas recientes y más de 30 imágenes satelitales,
material que cubría la totalidad del territorio nacional, con una campaña de terreno que
ocupo más de 3000 días hombres, generando mapas e informes de todo el territorio
nacional. La Cartografía se levantó a escala 1:50.000, desde la V Región al sur, y escala 1:
250.000 para las Regiones del Norte.

El catastro del Bosque Nativo entregó resultados nacionales, por región, por provincia y
por comunas, con un gran nivel de detalle. En la siguiente tabla podemos ver una síntesis
de los resultados nacionales.

TABLA 3 Síntesis Nacional Catastro Bosque Nativo 1994


Ocupación del Suelo hectáreas %
Areas Urbanas 182.184 0,2%
Terrenos Agrícolas 3.814.363 5%
Praderas 5.837.005 8%
Matorrales 14.692.669 19%
BOSQUES 15.637.233 21%
Bosque Nativo 13.430.603 18%
Bosques Primarios 5.977.662 8%
Adulto Renoval 861.926 1%
Renovales 3.585.746 5%
Bosques achaparrados 3.005.269 4%
Plantaciones Forestales 2.119.005 3%
Bosque Mixto 87.625 0,1%
Humedales 4.498.061 6%
Desiertos 24.727.789 33%
Nieves eternas 4.646.660 6%
Aguas continentales 1.226.829 2%
Areas no reconocidas 399.769 1%
TOTAL 75.662.560 100%

29
EVOLUCIÓN DE LA SITUACIÓN DE LOS
BOSQUES DE 1944 a 1994
Finalmente solo tenemos dos Catastros completos, con metodologías sólidas y confiables,
uno con base al año 1944 y el otro con base al año 1994, y aunque usan definiciones
y clasificaciones distintas, al estar las metodologías claramente explicadas en ambos
estudios, es posible homologarlas y compararlas.

Los “Montes” de Haig corresponden claramente con los Bosques achaparrados del
año 1994, con la excepción de los “Montes secos”, que corresponden a los Matorrales
arborescentes. Un problema es que Haig incluye en sus tablas un “area deforestada”, 603
mil hectáreas, y la suma a la superficie de bosque, nosotros hemos optado por excluir de
la suma de los bosques estas áreas que Haig define como deforestadas.

De esta forma podemos construir las siguientes Tablas homologadas:

TABLA 4 Bosques en Chile según HAIG 1944


Tarapacá Coquimbo Arauco
Linares Biobío Chiloé Aysén Magallanes TOTAL
Atacama Talca Llanquihue
Montes 8 951 1.180 682 3.439 2.695 8.954
Montes Secos 8 826 746 258 0 0 1.838
Montes
subalpino/ 0 125 434 423 3.439 2.695 7.117
pantano
Plantaciones 1 40 67 35 0 0 144
BOSQUES PRIMARIOS 70 166 2.149 3.004 940 6.329
Renovales 0 0 0 91 113 0 204
Total Bosque
nativo
0 70 166 2.241 3.117 940 6.533
Total
Bosque + 8 1.020 1.346 2.922 6.556 3.635 15.488
Montes
TOTAL 9 1.060 1.413 2.958 6.556 3.635 15.631

TABLA 5 Bosques en Chile según CATASTRO 1994


Tarapacá Coquimbo Linares Arauco Chiloé
Magallanes TOTAL
Atacama Talca Biobío Llanquihue Aysén
Montes 0 858 237 435 1.797 1.283 4.609
Montes Secos 0 849 166 177 170 239 1.601
Montes subalpino/
pantano
0 9 71 257 1.627 1.044 3.008
Plantaciones 30 528 795 835 17 0 2.206
BOSQUES PRIMARIOS 0 21 190 1.608 3.559 1.462 6.839
Renovales 7 489 593 905 1.470 120 3.585
Total Bosque nativo 7 511 783 2.513 5.028 1.582 10.424
30 Total Bosque+Montes 7 1.369 1.020 2.948 6.826 2.865 15.033
TOTAL 38 1.896 1.815 3.782 6.843 2.865 17.239
Debemos reiterar que, para hacer las cifras comparables, hemos debido incluir dentro
de los bosques en el catastro de 1994 los matorrales arborescentes, por eso el aumento
de la cifra oficial, 13.42, a 15.03 millones de hectáreas. Recordemos que el matorral
arborescente es donde los árboles cubren entre el 10 y el 25 % del suelo, por lo que
corresponde con la definición de “stocking” de Haig: 10 %. Por otra parte, hemos debido
excluir las áreas deforestadas de la cifra de Haig, por ello baja de 16.23 a 15.63

Al sintetizar ambas tablas en una, obtenemos la siguiente, que nos refleja los bosques
entre los años 1944 y 1994:
TABLA 6 Evolución de los Bosques en Chile 1944-1994
BOSQUES ESTADO 44 ESTADO 94 TENDENCIA Tasa
Montes 8.954 4.609 -4.345 -86,9
secos 1.838 1.601 -236 -4,7
alpino y pantanos 7.117 3.008 -4.109 -82,2
Bosque Nativo 6.533 10.425 3.892 77,8
Primarios 6.329 6.839 510 10,2
Renovales 204 3.586 3.382 67,64
Bosque Natural 15.488 15.034 -453 -9,07
Plantaciones 144 2.206 2.062 41,24
TOTAL BOSQUES 15.631 17.240 1.609 32,18

La Tabla anterior nos muestra cambios enormes entre los años 1944 y 1994

• una severa disminución de los montes (bosques achaparrados en 1994), con 4.3
millones de hectáreas menos, lo que nos da una tasa anual de disminución de 87 mil
hectáreas.
• en contraposición, lo que Haig clasifica como “Forest”, esto es bosques bien
desarrollados, tienen un notable aumento, de mano del gran aumento de los
renovales. El aumento de los bosques nativos sería de 3.9 millones de hectáreas, esto
es 78 mil hectáreas de aumento por año, que en gran medida compensan la pérdida
de los montes, aunque no del todo
• De esta forma nos queda una tasa de pérdida de 9 mil hectáreas anuales en promedio,
para el total de bosques y montes de Chile entre 1944 y 1994
• Las Plantaciones Forestales también registran un gran aumento, de 144 mil hectáreas
en 1944 a 2,19 millones de hectáreas en 1994. Esto nos da una tasa media de
crecimiento para el período de 41,2 mil hectáreas anuales, la que de todas maneras
sería bastante menor que el aumento del bosque nativo (“forest”, 78 mil hectáreas
anuales).

Obviamente existe la posibilidad de que parte de los “montes” se clasificaran como


“bosques” el 94, y que esta fuera parte de la causa del aumento de los “forest” y la
disminución de los montes, nada más que un problema de clasificación. Esto lo revisaremos
algo detalladamente más adelante para tener conclusiones definitivas.

Esto no altera el balance final, esto es que los Bosques Nativos (incluidos los Montes o
Bosques achaparrados y los montes secos) disminuyeron de 15.49 millones de hectáreas
el año 1944 a 15.03 millones de hectáreas el año 1994, una disminución neta de 453 mil 31
hectáreas, lo que nos da una tasa de disminución anual de 9.07 mil hectáreas.
En resumen, Chile tiene al año 1994 bastante más bosques, debido principalmente al
aumento de las plantaciones, y también de los boques nativos desarrollados, registrando
principalmente una gran pérdida de montes.

Debemos recalcar que esta disminución anual promedio de 9 mil hectáreas entre los años
1944 y 1994, resulta del balance entre una pérdida anual aparente de 77 mil hectáreas
anuales de bosque nativo, que en gran parte se compensan con una tasa de recuperación
natural de 68 mil hectáreas al año.

Debemos destacar esta gran capacidad de recuperación natural del bosque nativo, que
se expresa en el aumento de los renovales de 204 mil hectáreas en el año 1944 a 3.6
millones de hectáreas el año 1994, lo que nos da esta tasa de recuperación natural de
68 mil hectáreas. Esta tasa es bastante superior a la tasa de plantaciones para el mismo
período, de solo 41 mil hectáreas. Nosotros hablamos mucho del éxito de esta tasa de
forestación, sin embargo, La Naturaleza ha superado la capacidad de creación de bosques
del hombre en un 65 % para el mismo período

Para entender mejor que pasó a entre 1944 y 1994 revisaremos la situación de montes
y bosques por separados por grupos de regiones. En primer lugar revisaremos que pasó
con los montes o bosques achaparrados.

TABLA 7: balance MONTES


1944 1.994 (-) tasa %
Tarapacá - Atacama 8 0 -8 -0,2 0%
Coquimbo -Talca 951 858 -93 -1,9 2%
Linares - Biobío 1.180 237 -943 -18,9 23%
Arauco - Llanquihue 682 435 -247 -4,9 6%
Chiloé - Aysén 3.439 1.797 -1.642 -32,8 40%
Magallanes 2.695 1.283 -1.412 -28,2 34%
TOTAL 8.954 4.609 -4.345 -86,9 106%

Este cuadro nos muestra con toda claridad que las grandes pérdidas de Montes ocurridas
entre 1944 y 1994 se concentraron en un 80 % de Chiloé al sur. Obviamente esto
corresponde a los grandes incendios ocurridos en las décadas del 40 y del 50 del siglo XX,
por lo cual el 80 % de esta pérdida está claramente asociada al proceso de Colonización
de Aysén, de la actual provincia de Palena (en 1944 parte de la provincia de Chiloé) y
de Magallanes, o sea son perdidas anteriores al año 1960, anteriores al gran cambio
ocurrido a partir de 1965 que ya señalamos y ocurrieron en una zona distinta al de la
expansión de las plantaciones forestales.

32
¿y qué pasó con los bosques en el mismo intertanto? Revisemos el cuadro siguiente:
TABLA 8 balance BOSQUES PRIMARIOS
1944 1.994 (-) tasa %
Tarapacá - Atacama
Coquimbo - Talca 70 21 -48 -1 -9%
Linares - Biobío 166 190 24 0,5 5%
Arauco - Llanquihue 2.149 1.608 -542 -10,8 -106%
Chiloé - Aysén 3.004 3.559 554 11,1 109%
Magallanes 940 1.462 522 10,4 102%
TOTAL 6.329 6.839 510 10,2 100%

El cuadro anterior nos indica un aumento de los bosques primarios de 510 mil hectáreas.
Sin embargo este resultado es muy dispar, pues se descompone entre la pérdida de
590 mil hectáreas de bosques primarios al norte Chiloé, y la ganancia de 1.1 millones de
hectáreas de bosques primarios, concentrados de Chiloé al sur.

Los bosques primarios, los “old growth”, son los bosques originales, y como tales no
deben tener aumentos en períodos cortos, por lo que este aumento es llamativo, extraño,
a pesar de que en este caso nuestro período no es tan corto. 50 años, y es obvio que
también existió un gran desarrollo de estos bosques en esos 50 años

¿qué parte del incremento de bosques primarios se debe al desarrollo natural en 50 años
y que parte solo es un problema de clasificación?
Dilucidar esta interrogante con certeza requeriría de un análisis cartográfico detallado,
pero no tenemos accesos a los planos que dibujó la misión Haig, por lo que nuestro
análisis será más limitado y con menos certidumbre: corregiremos estas cifras rebajando
la ganancia de bosques primarios de las pérdidas de montes.

Pasemos entonces a examinar la situación de los Renovales:

TABLA 9 balance RENOVALES


1944 1.994 ( -) tasa %
Tarapacá - Atacama 7 7 0,1 0%
Coquimbo - Talca 0 477 477 9,5 14%
Linares - Biobío 0 631 631 12,6 19%
Arauco - Llanquihue 91 1.149 1.058 21,2 31%
Chiloé - Aysén 113 1.226 1.114 22,3 33%
Magallanes 0 120 120 2,4 4%
TOTAL 204 3.611 3.407 68,1 100%

33
En este cuadro se nos refleja el proceso inverso, el proceso de ganancias del bosque
nativo, el proceso de recuperación natural, que no es otra cosa que lo que en los cursos
de Ecología se enseña como la “sucesión secundaria”, que como ya vemos, es un proceso
muy potente que hasta ahora no ha sido percibido, ni menos considerado en las políticas
públicas. Esto es francamente inaudito, pues estamos hablando de un proceso natural
que en 50 años alcanzó las dimensiones de toda la región del Biobío y Ñuble juntas, con
tasas anuales un 65 % más grandes que las tasas de forestación de todos estos años. El
desconocimiento que tenemos sobre este potente proceso natural es sin duda el mayor
forado que existe en el conocimiento de la Naturaleza chilena.

Este proceso es más disperso que el de pérdidas, como se aprecia en el cuadro precedente,
pero sabemos que está concentrado en la precordillera andina de Curicó a Llanquihue y
tiene cuatro causas:

• el abandono de los terrenos agotados por el proceso de colonización, entre los años
50 y 70;
• la quiebra de la industria forestal nativa ocurrida a fines de los 60s;
• el más efectivo combate a los incendios forestales a partir de mediados de los 60s y,
• la regulación legal de la actividad forestal en bosque nativo, de fines de los 70 en
adelante.

Nos queda pendiente en este análisis hacer las correcciones por los problemas de
clasificación entre los montes y los bosques primarios, rebajando la ganancia de bosques
primarios de las pérdidas de montes, de modo que ambos cuadros comparativos quedan
como siguen:
TABLA 10 Corrección entre balances de Montes y Bosques Primarios
balance MONTES balance BOSQUES PRIMARIOS
1944 1.994 (-) tasa % 1944 1.994 (-) tasa %
Tarapacá -
8 0 -8 -0,2 -100% 0 0 0 0
Atacama
Coquimbo -
951 858 -93 -1,9 -10% 70 21 -48 -1 -69%
Talca
Linares -
1.180 261 -919 -18,4 -78% 166 166 0 0 0%
Biobío
Arauco -
682 435 -247 -4,9 -36% 2.149 1.608 -542 -10,8 -25%
Llanquihue
Chiloé -
3.439 2.351 -1.088 -21,8 -32% 3.004 3.004 0 0 0%
Aysén
Magallanes 2.695 1.804 -891 -17,8 -33% 940 940 0 0 0%
TOTAL 8.954 5.709 -3.245 -64,9 -36% 6.329 5.739 -590 -11,8 -9%

34
Como resultado de esta conversión de 1.36 millones de hectáreas de montes existentes
el año 1944 en bosques primarios, la perdida de montes se reduce de 4.345 millones de
hectáreas a 3.24 millones, y la ganancia de bosques primarios de 510 mil hectáreas cambia
a pérdida de 590 mil hectáreas. Esto no cambia que las mayores pérdidas están asociadas
a los Montes de Chiloé al sur como causa de los grandes incendios de las décadas del 40
y 50 por la colonización de Aysén y de Palena, como también en Magallanes.

Sin embargo ahora la pérdida de bosques primarios aparece ahora concentrada entre
Arauco y Llanquihue.

Esto nos lleva al siguiente cuadro de BALANCE NACIONAL 1944-1994 corregido:


TABLA 11 BALANCE NACIONAL 1944-1994 corregido
BOSQUES ESTADO 44 ESTADO 94 TENDENCIA Tasa
Montes 8.954 5.709 -3.245 -65
Bosque Nativo 6.533 9.325 2.792 56
Primarios 6.329 5.739 -590 -12
Renovales 204 3.586 3.382 68
Bosque Natural 15.488 15.034 -453 -9
Plantaciones 144 2.206 2.062 41
TOTAL BOSQUES 15.631 17.240 1.609 32

En síntesis, entre 1944 y 1994 tenemos una tasa de pérdida de 77 mil hectáreas anuales
de bosque nativo, y una tasa de recuperación de 68 mil hectáreas anuales, lo que nos
arroja un balance negativo de 9 mil hectáreas anuales. La pérdida de bosque nativo
está concentrada entre Chiloé y Magallanes y la causa principal son los grandes incendios
de la década del 40 y del 50 en las Regiones de Palena, Aysén y Magallanes.

Veamos entonces que ha pasado con los bosques entre el año 1994 y hoy.

35
EVOLUCION DE LA SITUACION DE LOS
BOSQUES DESDE 1994 AL 2020
En este período se han realizado los siguientes monitoreos regionales:

TABLA 12 Monitoreos Regionales 1995-2020


REGIÓN año monitoreo
Coquimbo 2000
Valparaíso 2001
Santiago 2001
O’Higgins 2001
Maule 1999 2009
Biobío 1998 2008 2015
Araucanía 2007 2013
Los Ríos 1998 2006
Los Lagos 1995 2013
Aysén 2011
Magallanes 2005

Debemos destacar en primer lugar, que no tenemos nuevos resultados desde el año 2015
en adelante, un descuido lamentable de los últimos años de las autoridades de CONAF.

Al monitorear una Región se detectan los cambios respecto del año base, como también
se detectan errores en el año base, por lo cual no solo tenemos una nueva cifra de bosques
para el año de monitoreo, también tenemos una nueva cifra para el año base. Si bien esta
corrección del año base es insignificante en términos de las cifras de bosques regionales
totales, resulta significativa a la hora de detectar los cambios reales en el territorio, así
como sus causas.

Por ejemplo, el catastro del bosque nativo arrojó una cifra de 908.501 hectáreas de
bosque nativo para La Araucanía para el año base de 1994. La Región fue monitoreada
y actualizada el año 2007, arrojando una nueva cifra de 937.312 hectáreas de bosques
nativo; aparentemente hubo un aumento del bosque nativo entre el año 1994 y 2007
de 28.801 hectáreas. Sin embargo este mismo monitoreo captó algunos errores en el
año base, corrigiendo la cifra base de bosque nativo a 977.140 hectárea, por lo cual en la
realidad en el período 1994-2007 teníamos una disminución del bosque nativo de 39.827
hectáreas. Luego hubo un nuevo monitoreo, el año 2013, el que arrojó una cantidad de
964.153 hectáreas; aparentemente el bosque nativo aumentó en 26.841 hectáreas; sin
embargo, inevitablemente, siempre descubrimos nuevos errores, que aunque cada vez
menores, nunca desaparecen del todo, de modo que la cifra del año 2007 se corrigió a
961.873 hectáreas, lo cual nos da que el bosque nativo si bien aumentó en el período
2007-2013, lo hizo en la cifra más modesta de 2.280 hectáreas. Al proyectar esta nueva
corrección al año base nos da que en realidad en el año 1994 la Región tenía 994.470
hectáreas de bosque nativo. Por lo tanto la Región presenta situaciones distintas entre
ambos monitoreo, primero un período, 1994-2007, de retroceso del bosque nativo, y
luego otro período, 2009-2013, de recuperación del bosque nativo, el que no compensa
las pérdidas del periodo anterior, por lo cual la Región, si bien hoy presenta un balance
36 positivo en materia de bosque nativo, aún no recupera la cantidad de bosque nativo
existente el año 1994.
TABLA 13 Corrección de las cifras bases para la Región de La Araucanía
1997 2009 2014
1994 908.501 977.140 994.470
2007 937.312 961.873
2013 964.153

El ejemplo de La Región de La Araucanía ilustra la importancia de corregir estos pequeños


errores, a la hora de tener una idea cabal de la dinámica del paisaje de bosque en los
últimos 30 años. El Cuadro anterior ilustra como el monitoreo va cambiando también la
cifra al año base, 1994.

También tenemos diferencias porque las fotografías aéreas usadas como base del
catastro demoraron 3 años, entonces tenemos regiones con base en 1993, otras en 1994
y algunas en 1995, las que hemos llevado todas a un año base común, 1994.

Al aplicar estas correcciones a todas la Regiones obtenemos la Tabla siguiente que nos
muestra estas correcciones sobre el año base para todas Regiones, lo que nos arroja una
cifra base nacional corregida, a 1994 de 13.368.685 hectáreas.

TABLA 14 Corrección de las cifras bases del Catastro de Bosque Nativo


cifra año base 1994
original corregida error %
Tarapacá 7.300 7.300
Antofagasta 0
Atacama 0
Coquimbo 1.610 31.381 29.771
Valparaíso 95.313 105.911 10.598 10%
Santiago 93.454 105.311 11.857 11%
O'Higgins 118.013 130.970 12.956 10%
Maule 370.330 380.069 9.739 3%
Biobío 786.208 804.254 18.046 2%
Araucanía 908.501 991.625 83.124 8%
Los Ríos 858.266 869.236 10.970 1%
Los Lagos 2.750.607 2.869.679 119.072 4%
Aysén 4.823.555 4.399.176 -424.379 -10%
Magallanes 2.625.506 2.673.774 48.268 2%
13.438.663 13.368.685 -69.978 -0,5%
Esta corrección también nos muestra los niveles de error en las cifras entregadas el año
1997; son bastante bajas; el error nacional es de apenas 0.5 %. Estamos hablando de
errores reales o catastrales, no de error muestral, pues un catastro no se basa en muestras
estadísticas, sino en la población total. En el caso de la Región de Coquimbo el error, no
es de carácter metodológico, sino corresponde a un cambio de escala, al pasar de escala
1:250.000, con una resolución de 125 hectáreas, a una escala 1:50.000, con resolución de
6 hectáreas. En Aysén parte de la diferencia es por correcciones en la base topográfica, al
contar con una cartografía más precisa el año del monitoreo (2011). Los errores mayores 37
en las regiones centrales son lógicos, pues tenemos una mayor cantidad de situaciones
en el límite entre bosque y matorral. De esta forma nos aseguramos que los cambios son
reales y no productos de errores.

Cada monitoreo regional nos permite identificar también la dinámica regional de


cambios para el bosque nativo, esto a partir del nuevo ecosistema que ocupa el lugar del
bosque nativo. El lugar del bosque nativo puede estar hoy ocupado por una urbanización
(incluimos en ella la minería y la industrialización), por algún tipo de cultivo agrícola, o
pradera o plantación forestal y ello refleja los fines que tuvo el hombre al destruir y
reemplazar ese bosque nativo. También tenemos cambios que bien puede ser causado
por una acción humana que escapan a su control, como son los incendios forestales; en
estos casos se puede originar un matorral o un desierto. Hoy la acción del hombre explica
prácticamente el 100 % de la dinámica del paisaje del siglo XXI. Aun cuando tenemos
cambios por volcanismo, sismos, tormentas, ellos no son significativos a escala nacional.

De esta forma podemos determinar cuáles son los factores que hoy están operando la
dinámica del paisaje regional y nacional, cuyos resultados he sintetizado en la siguiente
tabla:

TABLA 15 Dinámica del Bosque Nativo en el siglo XXI


praderas
Plantación Bosque
REGION año i año f balance ingresos perdidas urbano agrícola y humedal desierto nieves aguas
forestal mixto
matorrales

Valparaíso 1994 2000 72 308 236 3 66 57 110

Metropolitana 1994 2000 40 119 80 16 26 26 2 10

O'Higgins 1994 2000 -1.001 10 1.011 2 24 792 193

Maule 1999 2009 1.101 1.593 492 7 0,03 189 260 20 15

Biobío* 2008 2015 -171 353 524 2 37 137 205 126 0,2 1 16

La Araucanía 2007 2013 380 1.747 1.366 16 61 154 1.134 0 1

Los Ríos 1998 2006 -1969 922 458 1 41 317 2515 3 0 1 14

Los Lagos 1998 2013 -2.166 189 2.356 41 13 1.716 383 203

Aysén 1996 2011 -29 301 329 2 32 180 115

Magallanes 1996 2005 -89 6 94 26 69

TOTAL -3.832 5.548 9.379 116 267 3.420 4.983 149 1 404 10 30

En esta tabla observamos que el bosque nativo tiene una tasa de retroceso de 3.832
hectáreas anuales, la que es el resultado de un balance entre la pérdida de 9.379 hectáreas
por año y la recuperación natural de 5.548 hectáreas por año. El 53 % del bosque nativo
perdido fue reemplazado por plantaciones forestales, el 36 % por matorral y pradera, el
4 % por desiertos, el 3 % por agricultura, otro 2 % por bosques mixtos, y el 1 % fueron
urbanizados. La sustitución sigue siendo, al período que abarcan estos monitoreos, la
principal causa, más si sumamos los bosques mixtos, que son plantaciones fracasadas;
luego viene los incendios forestales, responsables del paso a matorral y a desiertos.

Tenemos ya 4 Regiones con balances positivos El Maule, con 1101 hectáreas, La Araucanía
con 380 hectáreas y las Regiones de Valparaíso y Metropolitana, con 72 y 40 hectáreas
respectivamente. La Región de Los Lagos lidera el retroceso, con 2.166 hectáreas al año,
seguida por la Región de Los Ríos, con 1.969 hectáreas anuales.
38
Ahora hay que considera que estos monitoreos están bastante atrasados, como reflejaba
la Tabla X, la mayoría son de antes del año 2010, por lo que seguramente hoy este balance
es más positivo y deben tener menos incidencia las plantaciones forestales, dado que
desde el año 2004 en adelante, las empresas forestales abandonaron la práctica de la
sustitución, debido a el proceso de certificación ambiental (FSC)l. Por otra parte han
aparecidos nuevas causales, como señalaremos más adelantes.

Con estos antecedentes hacemos la proyección al día de hoy, la que mostramos en la


siguiente Tabla:

TABLA 16 Evolución del Bosque Nativo en Chile 1994-2020


CHILE I - IV V Santiago VI Maule Biobío Araucanía Valdivia Los Lagos Aysén Magallanes

1994 13.379.566 38.681 105.797 105.263 132.179 380.068 806.489 994.470 870.512 2.872.928 4.399.203 2.673.976

1996 13.354.448 38.681 106.025 105.358 129.760 377.521 802.019 988.780 867.960 2.866.429 4.398.342 2.673.572

1998 13.330.244 38.681 106.253 105.453 127.341 374.973 797.548 983.091 865.408 2.859.931 4.398.396 2.673.169

2000 13.312.117 38.681 106.480 105.548 124.922 374.801 795.972 977.401 861.499 2.855.599 4.398.450 2.672.766

2002 13.296.366 38.681 106.708 105.643 122.503 377.004 794.395 971.712 857.589 2.851.266 4.398.503 2.672.362

2004 13.280.615 38.681 106.935 105.738 120.084 379.207 792.818 966.022 853.680 2.846.933 4.398.557 2.671.959

2006 13.264.864 38.681 107.163 105.833 117.666 381.410 791.242 960.332 849.771 2.842.601 4.398.611 2.671.556

2008 13.253.068 38.681 107.391 105.928 115.247 383.613 789.665 958.598 845.861 2.838.268 4.398.665 2.671.152

2010 13.246.463 38.681 107.618 106.023 112.828 385.815 789.323 960.820 841.952 2.833.935 4.398.719 2.670.749

2012 13.239.804 38.681 107.846 106.117 110.409 388.018 788.981 963.042 838.043 2.829.603 4.398.719 2.670.346

2014 13.233.091 38.681 108.073 106.212 107.990 390.221 788.639 965.264 834.133 2.825.270 4.398.665 2.669.942

2016 13.224.157 38.681 108.301 106.307 105.571 392.424 788.297 965.264 830.224 2.820.937 4.398.611 2.669.539

2018 13.215.222 38.681 108.529 106.402 103.152 394.627 787.955 965.264 826.315 2.816.605 4.398.557 2.669.136

2020 13.206.288 38.681 108.756 106.497 100.733 396.830 787.613 965.264 822.405 2.812.272 4.398.503 2.668.733

Chile tendría al año 2020 13.206.288 hectáreas de bosque nativo, el que disminuye a
razón 3.832 hectáreas al año como resultado de la pérdida de 9.379 hectáreas anuales
y la recuperación de 5.548 hectáreas al año.

39
Los promedios regionales pueden tener al interior de cada Región significativas
diferencias. A modo de ejemplo en el cuadro siguiente desglosamos por provincias
tres regiones, y podemos ver que las dos provincias de Los Ríos tienen situaciones muy
distintas:
TABLA 17 variaciones al interior de algunas Regiones
2006 corr 2013 cambio ingresos pérdidas
Osorno 399.159 396.224 -419 -0,11% 80 500
Llanquihue 817.618 808.999 -1.231 -0,15% 42 1.273
Chiloé 642.431 632.200 -1.462 -0,23% 261 1.722
Palena 1.000.723 990.013 -1.530 -0,15% 23 1.553
1998 2006
Valdivia 459.105 443.419 -1.961 -0,43%
Ranco 406.303 406.351 6 0,00%
2007 2013
Cautín 530.335 532.958 437 0,08% 1.201 764
Malleco 431.538 431.195 -57 -0,01% 546 603

Valdivia es la provincia con mayores pérdidas de Chile, seguida de Chiloé. La Comuna con
mayores pérdidas anuales es Ancud, con pérdidas de 308 hectáreas por años.

En las regiones con más de un monitoreo los resultados pueden cambiar entre ambos.
La región del Maule, por ejemplo, tuvo una balance negativo de 6.370 hectáreas entre
los años 1994 y 1999 ( - 1274 hectáreas por años), en cambio entre los años 1999 y 2009
recuperó 11.015 hectáreas, un promedio 1.101 por año.
En anexo presentamos la proyección 1994 – 2020, región a región, año a año.

EL GRAN CAMBIO EN LA SITUACIÓN DE LA NATURALEZA EN CHILE


De esta manera tenemos estimaciones razonables de la situación del bosque nativo para
dos períodos consecutivo, 1944 – 1994 y 1994 – 2020, las que sintetizamos en la tabla
siguiente:
TABLA 18 Comparación periodos 1944-1994 con 1994-2020
período Perdidas ganancias Balance
1944 - 1994 76.702 67.636 -9.066
1994 - 2020 9.379 5.548 -3.832
Las cifras son elocuentes, tenemos una disminución del 58 % en la tasa de retroceso
anual del bosque nativo, lo que sin duda es un gran éxito, pero también nos dicen que no
hemos llegado a la meta, que aún nos queda una larga tarea.

Ya tenemos CUATRO REGIONES con balances positivos, Valparaíso, Santiago, Maule y La


Araucanía. Y Dos Regiones francamente al debe, Los Ríos y Los Lagos

Debemos tener claro que este no es un proceso lineal, tenemos años con pérdidas muy
significativas, seguidos de años de tranquilidad para el bosque; particularmente las
40 pérdidas por incendios se concentran en pocos años, en La Araucanía los años 2002 y
2015, los grandes incendios entre la VI y la VIII Región del 2017.
EVOLUCION DEL SISTEMA NACIONAL DE AREAS SILVESTRES
PROTEGIDAS
Las Políticas de conservación de la Naturaleza actúan a dos niveles:

1. En todo territorio en donde aún exista bosque natural, sea público o privado.
2. En un sistema público de conservación de la naturaleza.

En el primer nivel opera mediante la regulación del uso privado de la Naturaleza, siendo
sus principales instrumentos políticos los Planes de Manejo Forestal y la Fiscalización
Forestal, y su objetivo es una producción forestal sostenible del bosque en armonía con
su carácter natural.

En el segundo caso se trata de conservar la naturaleza en su integridad, incluso la parte


principal sin ningún tipo de intervención por parte del hombre, siendo su objetivo central
la conservación de la naturaleza en sí. Su instrumento central es el Sistema Nacional de
Áreas Silvestres Protegidas del Estado, el SNASPE.

Los Parques Nacionales nacen en el siglo XIX, justamente a raíz del boom colonizador
que caracterizó a ese siglo. Hasta fines del siglo XVIII la colonización estaba limitada a
las rutas de navegación, costas, lagos y grandes ríos. Con la aparición del ferrocarril, de
los vapores y de las nuevas tecnologías, se abrieron las fronteras agrícolas y comerciales
a prácticamente a todo el planeta, con excepción de los polos: el Far West, Australia,
Nueva Zelandia, el sur de Brasil, la Patagonia y, ya a fines de siglo, La Araucanía. No es
casualidad que el primer Parque Nacional del mundo, Yellowstone, se haya creado en
el ícono del boom colonizador, el Far West, y la primera Reserva de Chile, en Malleco.
Con ello se pretendía que la colonización no destruyera y eliminara toda la Naturaleza,
había que conservar algo de la naturaleza aunque fuera para muestra para las futuras
generaciones.

Hoy el SNASPE con sus 105 unidades, con 18.6 millones de hectáreas, 25 % del territorio
nacional, es la columna vertebral de todo el sistema nacional de conservación de la
Naturaleza y en él están representado todas las regiones y subregiones ecológicas de
Chile continental.

41
El siguiente cuadro sintetiza el desarrollo del SNASPE en sus 113 años de existencia:

TABLA 19 Evolución del Sistema Nacional de Areas Silvestres Protegidas del Estado
Parques Reservas
Monumentos TOTAL
década Nacionales Nacionales
N° hectáreas N° hectáreas N° hectáreas N° hectáreas %avance
1920 3 99.090 3 83.647 0 0 6 182.737 1%
1940 7 375.784 7 1.265.684 0 0 14 1.641.468 9%
1950 11 616.425 8 1.267.834 1 82 20 1.884.341 10%
1960 14 2.551.439 9 1.276.928 1 82 24 3.828.449 21%
1970 23 8.029.625 15 1.627.823 2 11.380 40 9.668.827 52%
1980 24 8.033.334 19 1.715.210 2 11.380 45 9.759.923 52%
1990 30 11.431.984 34 5.322.670 10 12.164 74 16.766.818 90%
2000 34 11.812.758 44 5.367.007 14 15.462 92 17.195.226 92%
2010 37 12.230.882 46 5.388.899 15 26.787 98 17.646.568 95%
2020 41 13.193.889 46 5.388.899 18 34.357 105 18.617.145 100%
Este cuadro no es del todo preciso, pues se ha hecho a partir de las unidades actuales,
sin considerar las unidades desafectadas, y con las superficies actuales, sin considerar los
cambios en superficies. Por ejemplo, ya no existe la Reserva Forestal de Llancacura, ni
la de Valdivia, la de Llancacura se desafectó, pero la de Valdivia pasó a formar parte del
Parque Alerce costero.

Por otra parte los cambios de superficie pueden ser muy significativos en cifras que nunca
fueron reales. Por ejemplo, la Reserva de Malalcahuello se creó con 30 mil hectáreas. las
que nunca fueron efectivamente protegidas de la usurpación de parte de los colonos,
quedando en un momento reducida a 12 mil hectáreas, para luego recuperar una pequeña
porción hasta quedar con las 13.880 hectáreas actuales, que seguramente no son las
definitivas, pues el año 2005 fue tomado el sector Cayunco, el que sigue tomado hasta
el día de hoy. Por lo mismo, la superficie actual indica mejor las hectáreas efectivamente
protegidas que las hectáreas señaladas en el decreto de creación.

Hechas estas consideraciones podemos ver que al año 1960, el SNASPE contaba con 24
unidades, con 3.8 millones de hectáreas. Claramente las cifras de este cuadro nos reflejan
dos grandes momentos en el desarrollo del SNASPE. Primero en la década del 60, que
pasa de las 24 a 40 unidades y de 3.8 a 9.7 millones de hectáreas, lo que refleja el gran
impulso que le dio el Gobierno del Presidente Eduardo Freí Montalva. Luego tenemos
la década del 80, con un salto que va de 45 unidades con 9.8 millones de hectáreas a 74
unidades con 16.8 millones de hectáreas. Sin duda la década del 80 marca la época de oro
del SNASPE con la conducción de Iván Castro como Director Ejecutivo de CONAF y Cesar
Ormazábal como Jefe Nacional de Áreas Silvestres.

42
CONCLUSIONES
Partimos preguntando si era posible saber cuál era la situación de la Naturaleza en la década
del sesenta; la respuesta es SI. Contamos con abundante material gráfico y testimonios
históricos que nos permiten saber con toda claridad, comuna a comuna, incluso hectárea a
hectárea, cuál era la situación de la naturaleza desde el año 1944 hasta hoy. En este artículo
me he limitado a hacer una lista de algunos de los numerosos vuelos aerofotográmetricos que
en distintas épocas han fotografiado el territorio nacional generando un valioso testimonio,
mostrando algunas imágenes de Curacautín, a modo de ejemplo, por ser mi lugar de trabajo.

Luego he pasado a revisar algunos de los testimonios históricos que nos dan cuenta de la
situación del territorio nacional en distintas épocas y he comparado las metodologías y
resultados, lo que me ha permitido tener una idea de cuál ha sido la evolución de la situación
de la Naturaleza en el territorio nacional desde 1944 hasta hoy

Chile al año 2020 cuenta con 13.2 millones de hectáreas de bosque nativo, más 3 millones
de hectáreas de plantaciones forestales, en total 16.2 millones de hectáreas de bosques, lo
que nos da 0.83 hectáreas por chileno, muy superior al promedio mundial 0.52 hectáreas por
habitante. Incluso tomando solo el bosque nativo tenemos 0.68 hectáreas por habitantes,
para un país que un tercio de su territorio son desiertos sin duda es un gran mérito.

Las cifras expuestas son claras, tenemos primero un período de gran destrucción de la
Naturaleza y los bosques, asociado principalmente a la expansión de las fronteras agrícolas,
la colonización. Esta situación comienza a cambiar lentamente a partir del año 1965, con el
desarrollo de una política pública y una institucionalidad que comienza con el gobierno de
Eduardo Frei Montalva en adelante. Desde 1965 todos los Gobiernos de Chile, de todos los
colores políticos, han contribuido a desarrollar esta política y esta institucionalidad, cuyo
epítome en estos años ha sido la CONAF, con sus más de 100 oficinas distribuidas a través
de todo el territorio nacional. Ello ha permitido disminuir el retroceso del bosque nativo en
un 58 %, teniendo ya 4 regiones con balance positivo. Sin duda la política forestal aplicada
en estos 50 años, con su institucionalidad única, la CONAF, ha sido un gran éxito, como lo
reconocen los, organismos internacionales. Pero, una vez más, nadie es profeta en su tierra,

Pero estas mismas cifras nos indican que aún queda una larga y compleja tarea, para que
lleguemos en todo el país, en todas las comunas que conforman Chile, a un balance positivo
en materia de bosque nativo y Naturaleza.

LOS NUEVOS DESAFIOS


Por otra parte, en estos tiempos cambiantes, aparecen nuevos desafíos, nuevas tecnologías,
nuevas amenazas y por supuesto nuevas oportunidades. La irrupción de los aserraderos
portátiles de huincha horizontal (los “woodmizer”), han creado una nueva y compleja situación
en el bosque nativo; la compra de predios con bosque nativo por parte de la CONADI ha
creado una nueva y gran amenaza que hasta el momento escapa de nuestro control; el robo de
madera es otro factor nuevo que ha aumentado enormemente sobre todo en los predios de
las grandes empresas forestales, que no cuentan con vigilancia permanente; habitualmente
después de la cosecha de la plantación se desata un robo que borra los retazos de bosques
nativos que existían en el predio, y ello ocurre a plena luz del día de un modo muy agresivo,
de modo que ni carabineros ni los Fiscales actúan ¿Qué puede hacer entonces un fiscalizador 43
de CONAF?
Imágenes 2016 y 2018, Bosque nativo marcado con rojo. Predio de una gran empresa
44 forestal, en donde se cosechó la plantación y con ello el robo del bosque nativo.
Google Earth y otros programas similares son hoy una herramienta muy potente de
monitoreo y de fiscalización que no le estamos sacando el provecho debido, mas que son
gratis, de libre acceso. Hoy el monitoreo territorial es mucho más fácil y muchísimo más
económico que los elevados costos que tuvieron los catastros de 1944 y de 1994, gracias
a Google Earth. No tenemos excusa hoy por el relajo en esta materia, más que ya está
probado el enorme daño que ha causado a la reputación de la actividad forestal el no
tener cifras en la que la ciudadanía pueda confiar plenamente.

Lo más probable es que la situación de hoy sea más positiva aún que lo que estas cifras
reflejan. En gran parte estos resultados están influidos por el gran atraso que hay en el
proceso de monitoreo regional. Hoy tendríamos cifras más positivas y podríamos estar
mejor focalizados y ser más efectivos en nuestro trabajo con la nueva información.

Hoy un Director Ejecutivo de CONAF, y lo mismo cada Director Regional, debería saber
cuánto bosque nativo hay al día que comienza su gestión, y con cuanto Bosque nativo
más o menos cierra su gestión, y debe dar cuenta al país de ello.

Por otra parte, estos monitoreos nos dan cuenta de las pérdidas y las ganancias de
bosques, pero no de la degradación de bosques. Aún no tenemos sensores remotos ni
metodologías eficaces para medir la degradación de bosques, así como su mejoramiento.
Hasta el momento sigue siendo el método más eficaz los inventarios forestales continuos,
que tiene un costo significativo y requieren un esfuerzo importante. Sin embargo la
CONAF está llevando a cabo hoy un inventario continuo, y ya está comenzando la segunda
vuelta, por lo que ya se van a tener los primeros resultados para su análisis.

Pero más allá de medir la degradación del bosque es evidente que este es un aspecto
en que hemos tenido avances más modestos que con el control de la deforestación,
teniendo una herramienta bastante eficaz para ello, como es el Plan de Manejo Forestal
(PMF). Esto hace más evidente que respecto de este desafío aún nos falta conocimiento
sobre la dinámica y la silvicultura del bosque nativo. Para este analista fiscalizador de
PMF es evidente que el método de regeneración natural fracasa en un 80 a 90 % de
los casos, sin embargo sigue siendo el método más recurrido en los PMF, lo que hace
evidente que no hay una evaluación de ellos ni la correspondiente retroalimentación,
que son propias del procesos del de aprendizaje, por lo que seguimos cometiendo los
mismos errores por muchos años. Más aún, las tablas de valores de la ley de bosque
nativo siguen incentivando este método a pesar de su gran fracaso. Llevamos años
cambiando procedimientos y formularios de los PMF, pero el problema que tenemos es
técnico, no burocrático, cambiar formularios no va a hacer que funcione la regeneración
natural como método.

La política forestal con su institucionalidad han sido exitosos, pero aún queda tarea
pendiente y afrontar con más éxito los nuevos desafíos pasan más por una focalización
más efectiva, con más profesionales en terreno, más que por traumáticos cambios de
la estructura institucional, que significan un gran desgaste de energía y presupuesto,
que se traducen siempre en el debilitamiento de las oficinas en terreno para fortalecer 45
la oficinas en las grandes ciudades. Lo primero es que nuestras autoridades sepan a
cabalidad que está pasando en los bosques
chilenos y enfoquen su gestión en función
de este diagnóstico.

Más allá de las tareas pendiente aún, y


de los nuevos desafíos que hoy debemos
asumir, sin duda tenemos 50 años de
éxito, que se resumen en bajar la tasa de
retroceso del bosque nativo en un 58 %,
de 9.066 hectáreas anuales el año 1994,
a 3.832 al año actualmente, por ello hoy
podemos decir con orgullo:

Don Pablo
¡Hemos cumplido!
46
BIBLIOGRAFIA:
Cabaña, Carlos et al. CONAF, su historia y rol en el desarrollo forestal y ambiental de
Chile, 1972 – 2013- CONAF. 2013

CONAF, CONAMA, BIRF. Catastro y Evaluación de los Recursos Vegetacionales de Chile.


1999

CONAF Región de Coquimbo. Catastro de formaciones xerofíticas en áreas prioritarias


para la conservación de la biodiversidad, en las regiones de atacama y Coquimbo. 2009

CONAF, Universidad Austral, Universidad La Serena. Catastro y evaluación de usos del


suelo y vegetación, cuarta región. 2003

CONAF. Catastro de los recursos Vegetacionales nativos de Chile. Monitoreo de


Cambios y Actualizaciones. Período 1997 – 2011. 2012

CONAF. Catastro de uso del suelo y vegetación. Monitoreo y actualización


región del Biobío (período 1998 – 2008), región del Maule (período 1999 – 2009). 2011

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Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
quinta región. CONAF/Universidad Austral/INFOR/Biota/CPR-SIG. 2003

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
Región Metropolitana. CONAF/Universidad Austral/INFOR/Biota. 2003

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
región de magallanes y antártica chilena. CONAF/CONAMA/Universidad Austral. 2006

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
Región de Los Ríos. Período 1998-2006. CONAF/CONAMA/Universidad Austral. 2008

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
Región de Los Lagos. Período 1998-2006. CONAF/CONAMA/Universidad Austral. 2008

Sandoval, Victor et al. Monitoreo de Cambios, Corrección cartográfica y Actualización


del Catastro de Bosque Nativo en la IX Región de La Araucanía’ para el período 1993-
2007. CONAF/CONAMA/Universidad Austral. 2009

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación, 47
Región del Biobío. Período 1998-2008. CONAF/CONAMA/Universidad Austral. 2010
Sandoval, Victor et al. Monitoreo de Cambios, Corrección Cartográfica y Actualización
del Catastro de Bosque Nativo en la XI Región de Aisén. CONAF/Universidad Austral.
2012

Sandoval, Victor et al. Monitoreo y actualización catastro de uso del suelo y vegetación,
sexta región. CONAF/Universidad Austral/INFOR/Biota. 2003

Sandoval, Victor et al. Monitoreo de cambios, corrección cartográfica y actualización


del catastro de recursos Vegetacionales Nativos de la Región de Los Lagos. CONAF/
Universidad Austral. 2012

Sandoval, Victor et al. Monitoreo de cambios, corrección cartográfica y actualización


del catastro de recursos Vegetacionales Nativos de La Araucanía. CONAF/Universidad
Austral/Universidad de La Frontera. 2014

Sandoval, Victor et al. Monitoreo de cambios, corrección cartográfica y actualización


del catastro de recursos Vegetacionales Nativos de la Región del Biobío. CONAF/
Universidad Austral. 2017

Yudelevich, Moisés et al. Clasificación Preliminar del Bosque Nativo de Chile. Instituto
Forestal. 1966

48
CHILE I - IV V Santiago VI Maule Biobío Araucanía Valdivia Los Lagos Aysén Magallanes
1994 13.379.566 38.681 105.797 105.263 132.179 380.068 806.489 994.470 870.512 2.872.928 4.399.203 2.673.976
1995 13.367.410 38.681 105.911 105.311 130.970 378.794 804.254 991.625 869.236 2.869.679 4.399.176 2.673.774
1996 13.354.448 38.681 106.025 105.358 129.760 377.521 802.019 988.780 867.960 2.866.429 4.398.342 2.673.572
1997 13.342.346 38.681 106.139 105.406 128.551 376.247 799.783 985.936 866.684 2.863.180 4.398.369 2.673.371
1998 13.330.244 38.681 106.253 105.453 127.341 374.973 797.548 983.091 865.408 2.859.931 4.398.396 2.673.169
1999 13.319.993 38.681 106.366 105.501 126.132 373.699 796.760 980.246 863.453 2.857.765 4.398.423 2.672.967
2000 13.312.117 38.681 106.480 105.548 124.922 374.801 795.972 977.401 861.499 2.855.599 4.398.450 2.672.766
2001 13.304.242 38.681 106.594 105.596 123.713 375.902 795.183 974.556 859.544 2.853.432 4.398.477 2.672.564
ANEXOS

2002 13.296.366 38.681 106.708 105.643 122.503 377.004 794.395 971.712 857.589 2.851.266 4.398.503 2.672.362
2003 13.288.491 38.681 106.822 105.690 121.294 378.105 793.607 968.867 855.635 2.849.100 4.398.530 2.672.161
2004 13.280.615 38.681 106.935 105.738 120.084 379.207 792.818 966.022 853.680 2.846.933 4.398.557 2.671.959
2005 13.272.739 38.681 107.049 105.785 118.875 380.308 792.030 963.177 851.725 2.844.767 4.398.584 2.671.757
2006 13.264.864 38.681 107.163 105.833 117.666 381.410 791.242 960.332 849.771 2.842.601 4.398.611 2.671.556
2007 13.256.988 38.681 107.277 105.880 116.456 382.511 790.453 957.488 847.816 2.840.434 4.398.638 2.671.354
2008 13.253.068 38.681 107.391 105.928 115.247 383.613 789.665 958.598 845.861 2.838.268 4.398.665 2.671.152
2009 13.249.766 38.681 107.504 105.975 114.037 384.714 789.494 959.709 843.907 2.836.102 4.398.692 2.670.951
2010 13.246.463 38.681 107.618 106.023 112.828 385.815 789.323 960.820 841.952 2.833.935 4.398.719 2.670.749
2011 13.243.160 38.681 107.732 106.070 111.618 386.917 789.152 961.931 839.997 2.831.769 4.398.746 2.670.547
2012 13.239.804 38.681 107.846 106.117 110.409 388.018 788.981 963.042 838.043 2.829.603 4.398.719 2.670.346
2013 13.236.448 38.681 107.960 106.165 109.199 389.120 788.810 964.153 836.088 2.827.436 4.398.692 2.670.144
2014 13.233.091 38.681 108.073 106.212 107.990 390.221 788.639 965.264 834.133 2.825.270 4.398.665 2.669.942
2015 13.228.624 38.681 108.187 106.260 106.780 391.323 788.468 965.264 832.179 2.823.104 4.398.638 2.669.741
2016 13.224.157 38.681 108.301 106.307 105.571 392.424 788.297 965.264 830.224 2.820.937 4.398.611 2.669.539
2017 13.219.689 38.681 108.415 106.355 104.361 393.526 788.126 965.264 828.269 2.818.771 4.398.584 2.669.337
2018 13.215.222 38.681 108.529 106.402 103.152 394.627 787.955 965.264 826.315 2.816.605 4.398.557 2.669.136
2019 13.210.755 38.681 108.642 106.449 101.943 395.729 787.784 965.264 824.360 2.814.439 4.398.530 2.668.934
2020 13.206.288 38.681 108.756 106.497 100.733 396.830 787.613 965.264 822.405 2.812.272 4.398.503 2.668.733
PROYECCIÓN 1994 – 2020 Región a Región

49
ANEXO 2

Informe Haig
PROCEDIMIENTO DE CLASIFICACIÓN DE TIPOS FORESTALES

ZONA DE TIERRAS NO FORESTALES


Tierras incapaces de producir bosques comerciales debido a limitaciones climáticas o del
suelo, o tierras anteriormente boscosas ahora dedicadas a otro uso.
Tipo 1.- Tierras no forestales. Áreas que consisten en 50 por ciento o más de tierras
agrícolas o de pastoreo, ciudades y prados.

ZONA DE MONTES (Woodland)


Tipo 2.- Bosques y matorrales, predominando el 51 por ciento o más del área del suelo.

ZONA DE PLANTACIONES
Tipo 3.-Plantaciones forestales, que cubren el 20 por ciento o más de la superficie
terrestre. En casos de posible conflicto, el tipo 3 reemplaza a los tipos 1 y 2 anteriores. Se
especifica el porcentaje de área plantada y el tipo de cubierta restante.

ZONA DE TIERRAS FORESTALES


51 por ciento o más de tierras por área, de rodales de madera natural, o tierras que
anteriormente sostenían bosques de madera natural, y que ahora no se dedican a otro
uso.
• Tipo 4.- Bosques de Latifoliadas vírgenes. Bosques altos predominantemente de
especies arbóreas latifoliadas en los que no ha existido una cantidad significativa de
tala de árboles.
• Tipo 5.- Bosques de coníferas vírgenes. Bosque de madera predominantemente de
especies de coníferas en los que no ha existido una cantidad significativa de tala
de árboles. Basados en la predominancia de especies se reconocen los siguientes
subtipos:
• Tipo 6.- Bosque parcialmente cortado. Este número de Tipo se usa en combinaciones
con los números 4 a 5.3 anteriores para especificar la cobertura restante, a saber, 6 - 4
designa un bosque cortado selectivamente en el que el rodamiento restante consiste
en especies de arbolado.
• Tipo 7.- Segundo crecimiento natural de especies comerciales predominantes. Se
especifica la edad, las especies y el porcentaje de población basado en la cobertura
del área.
• Tipo 8.- Tierras deforestadas. Las tierras que anteriormente tenían bosques
maderables ahora no se reabastecen y no se convierten para otro uso de la tierra.
Dos subtipos:
• 8-b - Quemado pero no cortado
• 8-c - Cortes
• Tipo 9.- Bosque rocoso no comercial. Áreas que tienen al menos una cubierta más
escasa y que se encuentran dentro del rango altitudinal y latitudinal de los rodales
de madera comercial, pero demasiado rocosas, demasiado empinadas o demasiado
50 expuestas para producir rodales comerciales de madera. Se muestra en combinación
con el tipo de madera apropiado, a saber, 9 - 4, 9 - 5, etc.
Para los tipos predominantes que contienen áreas de otro tipo demasiado pequeñas
para mapear en la escala empleada, se registra el porcentaje de área cubierta por tipos
menores. En tales casos, la proporción en plantaciones se registra hasta 5 por ciento por
área; mientras que en los otros tipos se muestra todos los que ocupan un 10 por ciento o
más en la superficie del suelo.

STOCKING CLASSIFICATION
Todos los tipos forestales, por ejemplo números 4, 5, 6 y 7, están mapeados en amplias
categorías basadas en la densidad de la cobertura de la copa:

Bien Denso = > 70 % cobertura copa


Semidenso = 40 a 70 % cobertura copa
Poco Denso =10 a 39 % cobertura copa

Por consiguiente, las tierras deforestadas, tipo 8, incluyen áreas con menos del 10 por
ciento de cobertura de copa.

METODOLOGÍA DE INVENTARIO FORESTAL


Todo Chile se considera en los resúmenes del Inventario Forestal presentado en este
informe. De una fuente u otra, la cobertura es razonablemente completa y precisa, y en
su mayor parte se basa en un trabajo de campo nuevo y original realizado durante los
meses de enero a marzo de 1944, inclusive. Excepto en la provincia de Magallanes, donde
no se realizó un nuevo trabajo de campo, y en la parte del norte de las provincias de
Arauco y Malleco, en el cual el mapeo de campo cubrió completamente el área de bosque
nativos, pero la plantación forestal y el monte natural solo parcialmente. Las mejores
estimaciones existentes (ajustadas para eliminar inexactitudes conocidas) se emplearon
en estos casos comparativamente menores, en los que no se intentó una nueva cobertura
de campo. Se encontró necesario basar las estimaciones de inventario en las principales
áreas forestales, en un nuevo trabajo de campo, debido a la falta de detalles deseables
en la información existente.

Después de consultar con las autoridades forestales locales y luego de una inspección
preliminar de las áreas típicas, se elaboró un esquema de clasificación de tipos de bosques
y montes, con suficiente detalle como para para obtener la precisión adecuada, pero lo
suficientemente simple, como para permitir un fácil rápido reconocimiento de cada tipo
en terreno.

Procedimiento de terreno
Se seleccionó el método de reconocimiento extensivo de muestras, como el medio
más prometedor para obtener rápidamente resultados aceptablemente precisos. El
tipo de bosque se mostró en su lugar en los mapas base mediante un boceto directo
desde un avión, volando en cursos sistemáticos sobre el terreno, un mapeador dibujando
la cubierta del suelo en un lado de la línea de vuelo, otro en el otro. Estos croquis de
mapas se verificaron más tarde y, en algunos casos, se ajustaron al suelo. En general, se
descubrió que su precisión era bastante satisfactoria, teniendo en cuenta la velocidad
a la que fueron dibujados (se gastaron un total de solo 30 horas en el aire) y la falta de 51
detalles deseables y la precisión de los mapas base disponibles.
Teniendo la ubicación de los bosques desde el aire, el siguiente paso en el catastro fue
determinar el volumen de madera, especies, composición y calidad. Esto se realizó
mediante un proceso de muestreo, tomando una serie de parcelas circulares de 1/4
de acre (1012 m2) equidistantes a lo largo de una línea de brújula o ruta en los rodales
principales. En tales parcelas, los árboles mayores de 11.1 pulgadas (28 cm.) de diámetro
a la altura del pecho fueron contados por especie, clase de diámetro, estado de desarrollo,
clase de vigor y número de tronzos de 16 pies de largo, por grado de registro. Los arboles
entre 5.1 y 11 pulgadas (13 y 28 cm.), fueron medidos en una parcela circular de 1/20 acres
(202 m2), excepto que se registraron las alturas totales en vez de la altura de los trozos.
Defectos fueron estimados por especies para cada grupo de parcelas en orden a poder
calcular luego el volumen neto. En el muestreo de las plantaciones forestales se usaron
una variedad de tamaño de parcelas y en plantaciones jóvenes se midieron arboles desde
2.1 pulgadas de DAP (3 cm.). No se tomaron muestras de los montes secos, el volumen se
determinó por estimaciones directas. También como parte del procedimiento de terreno
se registraron mediciones detalladas de arbole cortados para proveer las bases para la
construcción de tablas de volúmenes.

Procesamiento de datos
La superficie de los tipos de bosques y montes fueron determinados usando planímetro
o red de puntos en los mapas realizados en el campo. La unidad de área de compilación
fue de un grado de latitud y un grado de longitud o la porción de tales cuadrángulos de
una provincia. Se verificaron los recuentos duplicados de tipos revisando dentro de tales
unidades. Las unidades secundarias de compilación fueron las provincias individuales, la
siguiente los grupos de provincias mostrados en las tablas de síntesis.

Durante el mapeo de campo fue necesario reconocer algunas combinaciones de tipos,


por ejemplo, asumiendo 10.000 hectáreas mapeadas como:

Tipo 2.1 =
.1 = tipo 7 =
.2 = tipo 4 =

Lo cual es interpretado como una área, 0.7 de la cual es ocupada por un monte seco
semidenso, 01 por un renoval y 0,2 por un bosque virgen de latifoliadas en parches
demasiado pequeños para ser mapeados separados a la escala empleada. En tales tipos
de unidades el área fue procesada como sigue:

2.1 = 7.000 hectáreas


7 = 1.000 hectáreas
4 = 2.000 hectáreas

Así, cuando nos referimos a mapas de tipos de bosques, debe recordarse que un área
52 mostrada en un mapa como un tipo simple puede actualmente contener un considerable
porcentaje de una o más de otros tipos en el terreno.
Áreas de plantaciones forestales fueron derivados de las estadísticas oficiales 1943 del
Ministerio de Agricultura. Ellas fueron modificadas en algunas ocasiones conforme con la
colección de datos de campo, y con información de ciertos propietarios de plantaciones
y forestales de Fomento. El monte seco en precordillera en el grupo más nortino de
provincias fueron estimadas con la estadística del departamento Forestal del Misterio de
Tierras y Colonización.

53
ANEXO 3
La aprobación de la CONVENCIÓN DE WASHIIGTON como Ley de la República de
Chile.
Diario de sesión: Sesión 11, En 22 de Junio de 1965
REPUBLICA DE CHILE
CAMARA DE DIPUTADOS
LEGISLATURA ORDINARIA

Sesión 11ª, en martes 22 de junio de 1965


(Ordinaria: de 15 a 16 horas)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR BALLESTEROS
SECRETARIO, EL SEÑOR CAÑAS IBAÑEZ
PROSECRETARIO, EL SEÑOR KAEMPFE

9.-INFORME DE LA COMISION DE RELACIONES EXTERIORES


“Honorable Cámara:
Vuestra Comisión de Relaciones Exteriores pasa a informaros el Proyecto de Acuerdo
remitido por el H. Senado por el cual se aprueba la Convención para la protección de la
flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de los países de América, concertada
en Washington el 12 de octubre de 1940 y suscrita por Chile el 22 de enero de 1941.

La Convención materia de este informe tiene por objeto establecer y vigorizar una
protección internacional de las vegetaciones autóctonas de los distintos países de
América, la cual deberá estar encuadrada y orientada en forma tal que en ningún
momento cree conflictos en los intereses económicos de ninguno de los países en donde
ella se aplique.

Nuestro país, como lo expresa el preámbulo del Mensaje, se ha preocupado desde


antiguo de la protección y conservación de la flora y fauna autóctona, conservando, para
estos efectos en su poder extensas reservas forestales, creando, además, y con idéntica
finalidad, parques nacionales.

De allí que nuestro país aceptó gustoso la invitación que se le formuló para concurrir a
la aprobación y establecimiento de la Resolución XVIII de la 8ª Conferencia Internacional
Americana, celebrada en Lima, en diciembre de 1938, en la cual se estableció que en
consideración al hecho de que las Repúblicas Americanas desean proteger y conservar en
su medio ambiente natural, ejemplares de todas las especies de su flora y fauna indígenas,
se resolvió crear un Comité de Expertos que estudiara estos problemas y elaborará un
proyecto de Convención Internacional entre las Repúblicas Americanas destinado a llevar
a la práctica esta finalidad.
Núm. 531.- Santiago, 23 de Agosto de 1967.- Hoy se decretó lo que sigue:
EDUARDO FREI MONTALVA,
Presidente de la República de Chile

POR CUANTO,
se firmó en Washington, el 12 de octubre de 1940 una Convención para la protección de
54 la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de América, cuyo texto es el siguiente:
“CONVENCION PARA LA PROTECCION DE LA FLORA, LA FAUNA Y LAS BELLEZAS
ESCENICAS NATURALES DE AMERICA”.
Los Gobiernos Americanos deseosos de proteger y conservar en su medio ambiente
naturales ejemplares de todas las especies y géneros de su flora y fauna indígenas,
incluyendo las aves migratorias, en número suficiente y en regiones lo bastante vastas
para evitar su extinción por cualquier medio al alcance del hombre, y
Deseosos de proteger y conservar los paisajes de incomparable belleza, las formaciones
geológicas extraordinarias, las regiones y los objetos naturales de interés estético o valor
histórico o científico, y los lugares donde existen condiciones primitivas dentro de los
casos a que esta Convención se refiere; y Deseosos de concertar una convención sobre la
protección de la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales dentro de los propósitos
arriba enunciados, han convenido en los siguientes artículos:

ARTICULO I
Definición de los términos y expresiones empleados en esta Convención.

1. Se entenderá por PARQUES NACIONALES: Las regiones establecidas para la


protección y conservación de las bellezas escénicas naturales y de la flora y la
fauna de importancia nacional, de las que el público pueda disfrutar mejor al ser
puestas bajo la vigilancia oficial.
2. Se entenderá por RESERVAS NACIONALES: Las regiones establecidas para la
conservación y utilización, bajo vigilancia oficial, de las riquezas naturales, en las
cuales se dará a la flora y la fauna toda protección que sea compatible con los
fines para los que son creadas estas reservas.
3. Se entenderá por MONUMENTOS NATURALES: Las regiones, los objetos o las
especies vivas de animales o plantas de interés estético o valor histórico o
científico, a los cuales se les da protección absoluta. Los Monumentos Naturales
se crean con el fin de conservar un objeto específico o una especie determinada
de flora o fauna declarando una región, un objeto o una especie aislada,
monumento natural inviolable excepto para realizar investigaciones científicas
debidamente autorizadas, o inspecciones gubernamentales.
4. Se entenderá por RESERVAS DE REGIONES VIRGENES: Una región administrada
por los poderes públicos, donde existen condiciones primitivas naturales de
flora, fauna, vivienda y comunicaciones con ausencia de caminos para el tráfico
de motores y vedada a toda explotación comercial.
5. Se entenderá por AVES MIGRATORIAS: Las aves pertenecientes a determinadas
especies, todos los individuos de las cuales o algunos de ellos, cruzan, en cualquier
estación del año, las fronteras de los países de América. Algunas especies de las
siguientes familias de aves pueden citarse como ejemplo de aves migratorias:
Charadriidae, Scolopacidas, Caprimulgidas, Hirundinidae.
ARTICULO II
1. Los Gobiernos Contratantes estudiarán inmediatamente la posibilidad de crear,
dentro del territorio de sus respectivos países, los parques nacionales, las reservas
nacionales, los monumentos naturales, y las reservas de regiones vírgenes definidos
en el artículo precedente. En todos aquellos casos que dicha creación sea factible se
comenzará la misma tan pronto como sea conveniente después de entrar en vigor la
presente Convención. 55
2. Si en algún país la creación de parques o reservas nacionales, monumentos naturales
o reservas de regiones vírgenes no fuera factible en la actualidad, se seleccionará a
la brevedad posible los sitios, objetos o especies vivas de animales o plantas, según
sea el caso, que se transformarán en parques o reservas nacionales, monumentos
naturales o reservas de regiones vírgenes tan pronto como a juicio de las autoridades
del país, lo permitan las circunstancias.
3. Los Gobiernos Contratantes notificarán a la Unión Panamericana de la creación
de parques nacionales, reservas nacionales, monumentos naturales y reservas de
regiones vírgenes y de la legislación y los sistemas administrativos adoptados a este
respecto.

ARTICULO III
Los Gobiernos Contratantes convienen en que los límites de los parques nacionales
no serán alterados ni enajenada parte alguna de ellos sino por acción de la autoridad
legislativa competente. Las riquezas existentes en ellos no se explotarán con fines
comerciales. la matanza y la captura de especímenes de la fauna y la destrucción y
recolección de ejemplares de la flora en los parques nacionales, excepto cuando se
haga por las autoridades del parque o por orden o bajo vigilancia de las mismas, o para
investigaciones científicas debidamente autorizadas.
Los Gobiernos Contratantes convienen además en proveer los parques nacionales de las
facilidades necesarias para el solaz y la educación del público, de acuerdo con los fines
que persigue esta Convención.

ARTICULO IV
Los Gobiernos Contratantes acuerdan mantener las reservas de regiones vírgenes
inviolables en tanto sea factible, excepto para la investigación científica debidamente
autorizada y para inspección gubernamental, o para otros fines que estén de acuerdo con
los propósitos para los cuales la reserva ha sido creada.

ARTICULO V
1. Los Gobiernos Contratantes convienen en adoptar o en recomendar a sus respectivos
cuerpos legislativos competentes, la adopción de leyes y reglamentos que aseguren
la protección y conservación de la flora y fauna dentro de sus respectivos territorios
y fuera de los parques y reservas nacionales, monumentos naturales y de las
reservas de regiones vírgenes mencionados en el artículo II. Dichas reglamentaciones
contendrán disposiciones que permitan la caza o recolección de ejemplares de
fauna y flora para estudios e investigaciones científicas por individuos y organismos
debidamente autorizados.

2. Los Gobiernos Contratantes convienen en adoptar el recomendar a sus respectivos


cuerpos legislativos la adopción de leyes que aseguren la protección y conservación
de los paisajes, las formaciones geológicas extraordinarias, y las regiones y los objetos
naturales de interés estético o valor científico o histórico.

ARTICULO VI
56 Los Gobiernos Contratantes convienen en cooperar los unos con los otros para promover
los propósitos de esta Convención. Con este objeto prestarán la ayuda necesaria, que
sea compatible con su legislación nacional, a los hombres de ciencia de las Repúblicas
Americanas que se dedican a las investigaciones y exploraciones; podrán, cuando las
circunstancias lo justifiquen, celebrar convenios los unos con los otros o con instituciones
científicas de las Américas que tiendan a aumentar la eficacia de su colaboración; y pondrán
a disposición de todas las Repúblicas, por igual, ya sea por medio de su publicación o de
cualquiera otra manera, los conocimientos científicos que lleguen a obtenerse por medio
de esas labores de cooperación.

ARTICULO VII
Los Gobiernos Contratantes adoptarán las medidas apropiadas para la protección de
las aves migratorias de valor económico o de interés estético o para evitar la extinción
que amenace a una especie determinada. Se adoptarán medidas que permitan, hasta
donde los respectivos gobiernos lo crean conveniente, utilizar racionalmente las aves
migratorias, tanto en el deporte como en la alimentación, el comercio, la industria y para
estudios e investigaciones científicas.

ARTICULO VIII
La protección de las especies mencionadas en el Anexo a esta Convención es de urgencia
e importancia especial. Las especies allí incluidas serán protegidas tanto como sea posible
y sólo las autoridades competentes del país podrán autorizar la caza, matanza, captura o
recolección de ejemplares de dichas especies.
Estos permisos podrán concederse solamente en circunstancias especiales cuando sean
necesarios para la realización de estudios científicos o cuando sean indispensables en la
administración de la región en que dicho animal o planta se encuentre.

ARTICULO IX
Cada uno de los Gobiernos Contratantes tomará las medidas necesarias para la vigilancia
y reglamentación de las importaciones, exportaciones y tránsito de
especies protegidas de flora o fauna, o parte alguna de las mismas, por los medios
siguientes:

1. Concesión de certificados que autoricen la exportación o tránsito de especies


protegidas de flora o fauna, o de sus productos.
2. Prohibición de las importaciones de cualquier ejemplar de fauna o flora protegido por
el país de origen, o parte alguna del mismo, si no está acompañado de un certificado
expedido de acuerdo con las disposiciones del Párrafo 1 de este Artículo, autorizando
su exportación.

ARTICULO X
1. Las disposiciones de la presente Convención no reemplazan los acuerdos
internacionales celebrados previamente por una o más de las altas partes contratantes.
2. La Unión Panamericana suministrará a los Gobiernos Contratantes toda información
pertinente a los fines de la presente Convención que le sea comunicada por cualquier
museo nacional, u organismo nacional o internacional, creado dentro de sus
jurisdicciones e interesado en los fines que persigue la Convención.
57
ARTICULO XI
1. El original de la presente Convención en español, inglés, portugués y francés será
depositado en la Unión Panamericana, y abierto a la firma de los Gobiernos Americanos
el 12 de Octubre de 1940.
2. La presente Convención quedará abierta a la firma de los Gobiernos Americanos. Los
instrumentos de ratificación quedarán depositados en la Unión Panamericana, la cual
notificará el depósito y la fecha del mismo, así como el texto de cualquier declaración
o reserva que los acompañe, a todos los Gobiernos Americanos.
3. La presente Convención entrará en vigor tres meses después de que se hayan
depositado en la Unión Panamericana no menos de cinco ratificaciones.
4. Cualquiera ratificación que se reciba después de que la presente Convención entre en
vigor tendrá efecto tres meses después de la fecha del depósito de dicha ratificación
en la Unión Panamericana.

ARTICULO XII
1. Cualquiera de los Gobiernos Contratantes podrá denunciar la presente Convención
en todo momento dando aviso por escrito a la Unión Panamericana. La denuncia
tendrá efecto un año después del recibo de la notificación respectiva por la Unión
Panamericana. Ninguna denuncia, sin embargo, surtirá efecto sino cinco días después
de entrar en vigor la presente Convención.
2. Si como resultado de denuncias simultáneas o sucesivas el número de Gobiernos
Contratantes se reduce a menos de tres, la Convención dejará de tener efecto desde
la fecha en que, de acuerdo con las disposiciones del párrafo precedente, la última de
dichas denuncias tenga efecto.
3. La Unión Panamericana notificará a todos los Gobiernos Americanos las denuncias y
las fechas en que comiencen a tener efecto.

Y POR CUANTO,
el H. Congreso Nacional ha aprobado la mencionada Convención según consta en el Oficio
Nº 2.814 de 3 de agosto de 1967 del Honorable Senado, vengo en aceptarla y ratificarla.

Y POR TANTO, y
en uso de la facultad que me confiere el inciso 16 del Artículo 72º de la Constitución
Política del Estado, dispongo y mando que se cumpla y lleve a efecto en todas sus partes
como Ley de la República, publicándose copia autorizada de su texto en el Diario Oficial.

Dado en la Sala de mi Despacho y refrendado por el Ministro de Relaciones Exteriores,


en Santiago de Chile a los 23 días del mes de agosto del año un mil novecientos sesenta
y siete. -

E. FREI M.- Gabriel Valdés S.


Lo que transcribo a US. para su conocimiento. - Mario Silva Concha, Director de los
Servicios Centrales.
58
ANEXO 4
LA POLITICA FORESTAL DEL GOBIERNO DEL PRESIDENTE SALVADOR ALLENDE
Otra Evidencia histórica MAS sobre la situación forestal y de la naturaleza en el Chile de
1970
Discurso del Ministro de Agricultura del Presidente Allende, Jacques Chonchol, al
inaugurar las VI Jornadas Forestales (diciembre de 1970).

Al hablar de la POLITICA FORESTAL del actual Gobierno, no es posible separarla del contexto
del Programa de la Unidad Popular.

En septiembre el país no se pronunció por una alternativa más, sino que escogió un camino, el
que constituye un verdadero desafío, a saber: la sustitución de un sistema agotado e incapaz
de dar soluciones a las más elementales necesidades de las grandes mayoría nacionales, por
un nuevo sistema que permita a estas mayorías tener acceso real al Gobierno y participar en
sus decisiones.

En esa oportunidad, Chile eligió el camino del socialismo y para ello un programa que plantea
en forma clara y categórica que las grandes transformaciones que el país reclama, solo podrán
ser logradas si el pueblo toma en sus manos el Poder y lo ejerce real y efectivamente. Se debe
tener presente que dicho programa no puede estar constituido por recetas reformistas o
simplemente desarrollistas que ya han demostrado reiteradamente su ineficacia. Lo que está
planteado no son problemas de eficiencia en la producción o de disminución de los costos,
sino que se ha planteado claramente al país, la liberación e incorporación, en igualdad de
derecho, de todo el pueblo a la vida nacional.

Para el logro der estos anhelos se deben producir profundos cambios que permitan la
construcción de una nueva economía, que termine con el poder del capital monopolista,
nacional y extranjero y del latifundio, paras iniciar la construcción del socialismo.

Solamente mediante este camino se podrán ver cristalizadas en nuestro país la aspiración
común de ver al hombre nuevo, libre de temores e incertidumbres, incorporado en plenitud
de posibilidades y derechos y en un plano de igualdad y respeto.

Pero este hombre nuevo lo queremos ver en un Chile nuevo, verdaderamente libre y
soberano para buscar su propio destino. Queremos ver este país tan inmensamente rico por
sus condiciones naturales, fruto de la presencia de su tierra, subsuelo, mar, clima, bosques y
por sobretodo su gente, capaz de satisfacer las grandes necesidades de sus habitantes.
Queremos devolverle a nuestro país su verdadero carácter, a su gente confianza en
su destino y a Chile restituirle su paisaje, tan mal tratado y explotado que parece que
estuviéramos viniendo de un país prestado, que no fuera el nuestro.

Alguien podría decir que Chile, según las estadísticas, con 34 millones de hectáreas de
terrenos forestales, es decir un 47 % de la superficie total, es un país forestal.
Pero quien recorra la Cordillera de la Costa desde Coquimbo a Llanquihue y aprecie la
herida abierta en la tierra, producto de la erosión que ha dejado la roca viva, no podrá 59
pensar que este es el país forestal del que tanto hemos leído y oído.
Que amargo testimonio para quien piensa en el sur del país como una zona llena de pletóricos
paisajes y se enfrenta a la dura realidad, al observar las infinitas laderas cubiertas de palos
quemados , ver tanto rio embancado y tanta tierra fértil, ahora estéril por la acción de las
dunas.

Este es el legado de un sistema que consideró al recurso forestal como una fuente de riqueza
de carácter extractiva, a la que había que explotar en la forma más rápida y despiadada
posible y solamente con el afán de lucro personal.
Dentro de este panorama desolador se bate el hombre que vive en y del bosque, tal vez en
peores condiciones que un obrero del carbón y por supuesto del campesino que vive de la
agricultura, soportando los rigores del invierno, sin viviendas permanentes, lejos del hospital
y de la escuela, subalimentados y separado por meses de los suyos.

Cuantas posibilidades despreció el país en el pasado que el bosque le ofrecía como un regalo.
De esas decenas de millones de hectáreas de bosques solo permanecen productivas no más
de 600.000 en este momento.

Esto, mientras Chile reclama con urgencia más de 500.000 viviendas y por otra parte
solamente el mercado latinoamericano de papel y celulosa ofrece a Chile la posibilidad de
exportar más de 300 millones de dólares al año. Pero en un país eminentemente forestal no
existe el bosque suficiente para satisfacer estos requerimientos.

Posiblemente estos juicios aparezcan demasiado duros en una ocasión como esta, en que se
me ha invitado a inaugurar las VI Jornadas Forestales.

Sin embargo, Ustedes, comprenderán mi actitud. La gravedad del problema forestal chileno
Ustedes lo conocen mucho mejor que yo y estos planteamientos tiene por objeto hacer ver el
espíritu de este Gobierno para enfrentar el problema con realismo y decisión.

Con el realismo y la decisión que solamente el camino al socialismo puede brindar para un
sector que necesita una planificación que se mide en término de generaciones, solamente el
deseo de devolverle a Chile su propio carácter puede decidir a un Gobierno a enfrentar un
desafío de esta naturaleza.

Y este Gobierno lo hace, porque se ha dado cuenta de cómo el sector forestal puede y debe
contribuir a dar solución a las más apremiantes necesidades del país.
Frente a la necesidad y propósito de dar nuevo trabajo a 200 mil personas en el primer
año de gobierno, el sector forestal es capaz por si solo de entregar alrededor de 25 mil
nuevas ocupaciones, pese a que los programas y presupuestos ya estaban sancionados el 4ª
de noviembre.

Frente a la necesidad urgente de construir 100 mil viviendas durante el próximo año, el
aporte de la madera será obviamente fundamental, sobre todo al permitir entregar un tipo
de habitación cómoda y económica, justamente para satisfacer las necesidades de los grupos
60 más modestos.
Por otra parte, la Reforma Agraria, preocupación fundamental del Gobierno de la Unidad
Popular, solo tendrá una solución integral si se incluye dentro de ella a los bosques y terrenos
forestales.

Por estas razones, el gobierno del Presidente Allende ha enunciado una Política Forestal
de acuerdo a las características más resaltantes de esta actividad, como es la orientada a
producir bienes que presenten un marcado grado de elaboración.

Este proceso industrial, por las características de las materias primas, que limitan los radios
de abastecimientos, obliga a su ubicación en las cercanías del recurso. Por esto, este proceso
de industrialización se localiza en lugares que contribuyen a desarrollar la economía de las
áreas rurales.

No obstante su carácter industrial, la ligazón del bosque con la tierra, hermana la actividad
forestal con la agropecuaria y la caracteriza por lo tanto dentro de un sector con un reducido
o nulo grado de organización, propio de una actividad que muchas veces es migratoria, que
en general origina una ocupación estacional.

En el sector forestal es donde más nítidamente se han mostrado en Chile las características
de una explotación capitalista despiadada y sin visión de futuro de los hombres y de los
recursos.
Este hecho, además del despilfarro de algo que pertenece a toda la comunidad y a las
futuras generaciones de la misma, ha conducido al enfrentamiento entre dos clases,
social y económicamente muy distintas, una minoritaria, pero que concentra fuertemente
la propiedad de la tierra, agua, bosques e industrias, y otra constituida por la gran masa
asalariada, económicamente explotada y postergada en cuanto a la disponibilidad de
elementos básicos para la vida, como el agua, la salud, la educación, viviendas, etc.

Todo esto se sintetiza en una bajísima tasa de crecimiento económico; en la subutilización de


los recursos reales del país y en la disminución de la tasa de ocupación por unidad de capital
invertido; y esto sucede pese a que en muchas regiones la actividad forestal y agropecuaria
son preponderantes.

Estos y otros aspectos de neto carácter económico han determinado que el Gobierno de la
Unidad Popular haya ubicado el control de la producción de madera, papel y celulosa, en el
área de la economía social.
La Política de Gobierno estará referida al sector forestal en su conjunto, como una
estrategia única de desarrollo sectorial.

En su ámbito será de carácter nacional y considerara todas las regiones que puedan
diferenciarse en el país.

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La formulación de esta política será popular, lo que permitirá una efectiva participación de
los trabajadores en las tareas de Gobierno, en todos los niveles de decisión.

Para que esta política pueda ser realidad, se deben cumplir una serie de objetivos, entre los
cuales cabe señalar: la ocupación plena de la tierra disponible, el pleno aprovechamiento
de la capacidad de producción del sector y la máxima utilización de la capacidad de
ocupación de la actividad forestal.
Complementariamente se deberán adoptar medidas tendientes a lograr una efectiva política
de precios, de manera que ello signifique un estímulo al productor y un resguardo para el
consumidor.

Las líneas de créditos deberán orientarse fundamentalmente hacia la reforestación y el


desarrollo industrial del sector y colocándolas realmente al alcance de todos, junto con
una paulatina estatización de los canales de comercialización.

A fin de obtener una alternativa de mayor eficiencia en el uso de los recursos humanos,
técnicos y financieros, se deberá regionalizar el país de acuerdo a un criterio multisectorial
orientado al desarrollo económico y social.

En cuanto a la acción inmediata a desarrollar durante el primer año de gobierno, las medidas
que se proponen son simples, concretas y de acuerdo a las reales posibilidades del país.

Se tomarán las acciones precautorias y se estudiarán las alternativas de solución que se


requieran con el fin de evitar una baja en la producción forestal de Chile, para lo cual se
estudia la apertura de un poder de compra estatal.

Se reorientará la producción hacia aquellos productos que sean de uso esencial y de interés
nacional.

Se tenderá al máximo aprovechamiento de la capacidad instalada del sector.

Dentro de la estrategia de desarrollo, se buscará la armonización de las inversiones


industriales con aquellas destinadas al desarrollo del sector productor de materias primas.

Se deberá ampliar el programa de reforestación a fin de que sea realmente la base del
futuro desarrollo del sector forestal del país, haciéndolo racionalmente, lo que implica
una diversificación de especies y una reorientación de la investigación.
Igualmente es necesario incorporar a la producción aquellas áreas económicamente
explotables, especialmente las que constituyen el patrimonio forestal del Estado.
Para que esta política pueda tener éxito, es necesario producir una completa
reestructuración del actual cuadro institucional, definiendo un solo sector integrado,
silvícola e industrial, con unidad de mando y planificación propia.

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Esta reestructuración que en el futuro dará lugar a una institucionalidad estable, será
sancionada de hecho en los próximos días con la dictación de un decreto supremo que crea
el consejo de Coordinación Forestal, el que permitirá al Estado, por intermedio del Ministerio
de Agricultura, tener verdaderamente un papel rector en el desarrollo forestal del país.
La acción legal de la política forestal del Presidente Allende estará contenida en las
indicaciones que se harán al Proyecto de Ley Forestal que cumple su trámite constitucional
en el Congreso, para lo cual ya se ha iniciado en forma acelerada su estudio.
Estas son señoras y señores, en síntesis, las ideas básicas del pensamiento del Gobierno del
Presidente Allende con respecto a este sector fundamental de la vida económica nacional,
del que dependerá directa e indirectamente tantos miles de chilenos. Estos aspectos deben,
a nuestro juicio, formar parte de vuestras deliberaciones, de las cuales seguramente saldrán
conclusiones de vital importancia para el destino forestal de Chile. A nombre del Gobierno,
les deseo un gran éxito en vuestras jornadas y les agradezco el honor de haber podido
participar en su inauguración.

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