Texto Expositivo - Resumen
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TEXTO EXPOSITIVO
“LA TRANSCENDENCIA HISTORICA DE LA
CIRUGÌA”
ASIGNATURA:
Lenguaje y Comunicación
AUTOR:
Flor de María Monja Diaz
DOCENTE:
Falla Ortiz, Janeth Benedicta
CHICLAYO - PERÚ
2021
LA TRANSCENDENCIA HISTÒRICA DE LA CIRUGÌA
La cirugía es la rama de la medicina que manipula físicamente las estructuras del cuerpo
con fines diagnósticos, preventivos o curativos. Ambroise Paré, cirujano Frances del siglo
XVI le atribuye conjunciones: “Eliminar lo superfluo, restaurar lo que se ha dislocado,
separar los que se ha unido, reunir lo que se ha dividido y reparar los defectos de la
naturaleza.”
Cirugía procede de los términos cheir (mano) y érgon (obra). Por lo tanto, la definición
podría ser "curar mediante obras realizadas con las manos".
Sin embargo, en realidad va más allá: La cirugía es la actividad médico sanitaria que tiene
como objetivo la remoción de la enfermedad y la promoción de la salud mediante
operaciones efectuadas con las manos o instrumentos.
La historia de la cirugía es tan vieja como la vida del hombre sobre la tierra, siendo el
acto quirúrgico el más antiguo de los procedimientos terapéuticos. Su avance fue muy
lento y lleno de altibajos, disponiendo en sus inicios de unos medios muy limitados. Aun
así, el hallazgo de cráneos trepanados, tanto en Europa como en Asia y América,
demuestran su práctica con éxito, como atestigua la neoformación ósea alrededor del
orificio inicial. Tras los pasos iniciales en Mesopotamia y Egipto, la cirugía continuó su
desarrollo en la antigua Grecia y en el Imperio Romano.
Los avances en la época medieval fueron muy escasos, mejorando paulatinamente durante
el Renacimiento, y en las épocas de la Ilustración y de la Revolución Industrial.
Hipócrates señaló que utilizar ´remedios´ naturales, era más eficaz que recurrir a la
superstición y a la magia. Galeno creyó que las enfermedades se debían a alteraciones de
los cuatro ´humores´ (la sangre, la flema y las bilis amarilla y negra), que se consideraban
esenciales para el correcto funcionamiento del organismo. Ello le llevó a utilizar muy
diversas preparaciones hechas a base de hierbas y plantas.
Las sátiras no se detuvieron a lo largo de los siguientes siglos. Así, el poeta y humanista
italiano Francesco Petrarca (1304-1374) escribió ´Hemos llegado a tiempos tales que no
nos atrevemos a vivir sin médicos, sin pensar que, sin ellos, innumerables pueblos
vivieron más que nosotros y con mejor salud’. Aún varios siglos más tarde, los
tratamientos al alcance de los cirujanos eran con frecuencia tan poco eficaces como
dolorosos, lo que indujo a Molière a decir ´A menudo prefiero la enfermedad al remedio´.
Voltaire definió el tratamiento médico como ´El arte de administrar con profusión
medicamentos de los cuales nada se conoce, a un paciente de quien se conoce todavía
menos´.
En su obra ´Metalogicus´ John de Salisbury reflejó como los médicos en sus diagnósticos
´Profieren palabras nunca oídas - inaudita verba - que consternan las mentes´, aunque sus
tratamientos no iban más allá de consejos dietéticos, remedios vegetales y de una cirugía
menor. En la misma línea, Lope de Vega en su comedia ´La necedad del discreto´ escribió
“Si un hombre viene hablando en otra lengua, debe ser médico famoso”. Aconsejó
asimismo que “El buen médico ha de ser honesto, con ciencia y canas, y con buena
opinión entre la gente”.
Pese a este descrédito social, no faltaron como réplica publicaciones con títulos tan
pretenciosos como ´Cirugía natural infalible´ (Francisco Suárez Ribera,1721). En el otro
extremo, en 1860 el prestigioso médico y escritor estadounidense Oliver Wendell
Holmes, ironizó “Creo firmemente que, si pudiéramos arrojar al fondo del mar, toda la
medicina tal como hoy día se aplica, se beneficiaría a la humanidad y se perjudicaría
enormemente a los peces”.
John Hunter, creador de la ´cirugía científica´ la calificó en el siglo XVIII, como ´Un
espectáculo humillante por sus limitaciones´. Esta realidad explica el éxito que tenían
terapéuticas simples e indoloras, como la homeopatía (Samuel Hahnemann), que unida a
una dieta saludable, al descanso y a la fe puesta por el paciente en su eficacia, conseguían
en un elevado porcentaje de casos una apreciable mejoría.
Afortunadamente el ejercicio de la cirugía cuenta hoy día con eficaces aliados como la
moderna anestesia, el control de la hemorragia y de la infección, y los avances
tecnológicos. Sin embargo, por cada avance conseguido, surgen ante el cirujano nuevos
retos, como la llamada cirugía ´regenerativa´, la cirugía de los trasplantes, y la cirugía
oncológica.
Innovaciones como la cirugía asistida por artroscopia o endoscopia, así como la cirugía
robótica, son avances técnicos ya de una gran importancia actual y con un futuro muy
prometedor.
Por todo ello, debemos mencionar a algunos Cirujanos predecesores. Alexis Boyer afirmó
en 1818 “La cirugía ha hecho en nuestros días los mayores progresos, y parece haber
alcanzado, o poco menos, el más alto grado de perfección”.
Consciente del riesgo que implica no reconocerlas, Theodor Billroth advirtió a sus
contemporáneos que “Aquel cirujano que intente suturar un corazón, se hará merecedor
de perder la estima de sus colegas”. Es una anécdota que demuestra, que una indicación
quirúrgica que en un momento determinado era una temeridad, termina siendo un
procedimiento avalado por sus resultados, gracias a grandes cirujanos que adoptaron ante
las dificultades una actitud inconformista, y se entregaron a una lucha incansable para
hacer avanzar la cirugía. Su desarrollo ha sido tan amplio, que ha llevado a la inevitable
creación de diversas subespecialidades.
Una cuestión muy interesante es comprobar como en los años más recientes, se está
propagando la tendencia a valorar toda enfermedad y su terapéutica, de una forma
´matemática´, nada nuevo por otro lado, si recordamos que ya Leonardo Da Vinci afirmó
que ´Ningún conocimiento puede llamarse verdadero si no está demostrado
matemáticamente´.
Roger Bacon (1214- 1292), científico, filósofo, alquimista y franciscano inglés, opinó que
´Las matemáticas son la puerta y la llave de toda ciencia´ asegurando que ´Sin saber
matemáticas, no pueden ser conocidas las cosas de este mundo´ una manera de expresar
que para él la experiencia tenía un valor prioritario sobre la mera argumentación.
René Descartes en su ´Discurso del método’ (1637) defendió que el método matemático,
tiene un papel fundamental en toda experimentación, desdeñando concebir la ciencia - al
modo de la Antigua Grecia - como una tarea filosófica y especulativa.
Pierre Louis (1787-1872), médico francés, puede ser considerado como el propulsor de
la medicina y cirugía basada en la evidencia, utilizando las estadísticas para probar sus
tesis. No siempre tuvo éxito, como sucedió en su intento de demostrar la inutilidad de las
sangrías en el tratamiento de las neumonías. Su obra, compartida con Jules Gavarret,
´Principes généreux de statistique médicale´ fue publicada en 1840.
La historia de la cirugía aconseja ser prudente, e induce a recordar que pocas teorías son
irrefutables y que mentes brillantes cometieron errores de bulto y aceptaron teorías
erróneas. William Harvey, que demostró la existencia de la circulación de la sangre,
aceptó sin reparos la existencia de ´espíritus vitales´ que actuaban sobre el corazón.
Ambroise Paré, que ocupa un privilegiado lugar en la historia de la cirugía, creía
firmemente en la existencia de las brujas. El gran cirujano Bernhard Langenbeck murió
en 1887 considerando todavía, que el microscopio era un instrumento tan solo útil ´para
el recreo del ojo y del ánimo´. Con seguridad, doctrinas que hoy se dan por ciertas, serán
abandonadas en el futuro.
Hoy el avance técnico conseguido repercute de nuevo sobre la cirugía. Una sociedad cada
vez mejor informada y más culta exige una cirugía de calidad contrastada por los
conocimientos basados en la evidencia.