Aprender A Reconocer Nuestros Sentimientos. Amores y Desencuentros
Aprender A Reconocer Nuestros Sentimientos. Amores y Desencuentros
Aprender A Reconocer Nuestros Sentimientos. Amores y Desencuentros
En la pubertad se producen cambios importantes en la forma de relacionarnos con otras personas –con las
personas adultas y también con las amigas y amigos–. Los cambios en el cuerpo van acompañados por
nuevos sentimientos y emociones, nuevos intereses y gustos.
A veces, poner en palabras lo que sentimos no resulta fácil: no sabemos por qué sentimos algo o nos cuesta
expresarlo. Pero poder hacerlo nos hace sentir bien siempre que lo hagamos con respeto hacia las demás
personas.
Cae la tarde, miro por la ventana. Las nubes en el cielo traen tu nombre, la brisa fresca tu mirada, los árboles
tu sonrisa. Todo me recuerda a vos. Me acuerdo los recreos que compartimos en la escuela. El solo hecho de
pensarlo me hace suspirar, me late más fuerte el corazón. Sé que lo nuestro es imposible, nuestra amistad no
lo permitiría; además creo que a vos te gusta otra persona. Intento distraerme. Y de pronto, las nubes en
el cielo traen tu nombre, la brisa fresca tu mirada, los árboles tu sonrisa.
3. Imaginen una historia breve en la que se relate qué siente su o sus personajes y escríbanla en
sus carpetas.
Pueden tener en cuenta estos sentimientos: enojo, alegría, tristeza, enamoramiento, celos,
entusiasmo, vergüenza, seguridad, amargura, confianza, miedo.
Caractericen a las o los personajes de la historia con sus nombres, edades, gustos, lugar donde
viven y otros aspectos que quieran agregar.
Clase 2
Actividad:
A partir de la definición de intimidad que compartimos, piensen qué cosas les parece que son
parte de su intimidad. Si no quieren registrarlas en la carpeta o el cuaderno,
pueden hacerlo en lenguaje cifrado.
El lenguaje cifrado puede ser así, como un juego: reemplazá la A por la E, la E por la A, la I por la
U, la U por la I, y la O sí mantenela invariable. Para guiarse, lean este ejemplo del diario íntimo de
Andrés, el protagonista del libro El niño envuelto de la escritora argentina Elsa Bornemann:
Asto no ma pesó, asto ma asté pesendo, ma pese. Y e mú, qia ma rasilte ten fécul ascrubur ecarce
da lo qia ma pesó, ma peraca complucedo conterlas lo qia ma pese.
Sará porqia ma da vargüanze raconocar qia astoy anemoredo. An cianto elgún meyor sa antarere,
¡ZES! Sa birle. Paro los chucos tembúan nos anemoremos, ¿no as cuarto?
An fun, las cianto: tango novue; as dacur, madue novue (la dugo madue novue porqia alle todevíe
no seba qia le alagí y heste qia no sa antara no piado dacur qia as mu novue antare…). Sa lleme PEILE
y vuva e le vialte damu cese. Ma giste porqia —su no fare por al palo, qia lo tuana lergo, lergo— peracarúe in
puba como yo. No sa
ende con vialtes su sa trete da traper e in érbol o licher con qiuán sae… Eh, tembuán seba petaer
ine palote o ender an bucuclate soltendo al menibruo...
Esto no me pasó, esto me está pasando, me pasa. Y a mí, que me resulta tan fácil escribir acerca de lo que
me pasó, me parece complicado contarles lo que me pasa.
Será porque me da vergüenza reconocer que estoy enamorado. En cuanto algún mayor se enterara ¡ZAS! Se
burla. Pero los chicos también nos enamoramos ¿no es cierto?
En fin, les cuento: tengo novia; es decir, media novia (le digo media novia porque ella todavía no sabe que la
elegí y hasta que no se entere no puedo decir que es mi novia entera). Se llama Paula y vive a la vuelta de mi
casa. Me gusta porque –si no fuera por el pelo que lo tiene largo, largo- parecería un pibe como yo. No se
anda con vueltas si se trata de trepar a un árbol o de luchar con quien sea…Ah, también sabe patear una
pelota o andar en bicicleta soltando el manubrio”.
Bornemann, Elsa (2016): El niño envuelto, Buenos Aires: Loqueleo.
Clase 3
¿Qué es el género?
El género tiene que ver con lo que cada sociedad espera de las personas, por ser varón o mujer.
Desde que nacemos, según nuestros genitales, nos asignan un género: varón o mujer. Y en función
de eso nos eligen un nombre, nos visten y, muchas veces, nos ofrecen juguetes que consideran
“de nenas” o “de nenes”.
De este modo, casi sin darnos cuenta vamos aprendiendo cómo comportarnos, cómo actuar y
¡hasta cómo sentir! Por ejemplo, ese supuesto que llamamos estereotipo dice que las mujeres
tenemos que ser todas cariñosas, dulces, sensibles, maternales, delicadas, emocionales, frágiles,
pasivas y bellas, y los varones tenemos que ser todos inquietos, fuertes, ágiles, deportivos,
inteligentes, con iniciativa, autosuficientes, decididos.
Pero esto no siempre es así: todas esas características las pueden tener tanto mujeres como
varones. A algunas chicas les gusta más jugar a la pelota que bailar, son decididas, saben lo que
quieren y lo que no quieren y son independientes; a algunos varones les gusta más cantar que
jugar a la pelota, son sensibles y les gusta conversar, les gusta escribir poesía, y tienen iniciativa y
creatividad. Todas y todos podemos expresar nuestros deseos, nuestros gustos e intereses. Por
eso es importante aprender a conocer y expresar lo que nos gusta, lo que nos hace sentir bien.
Lo que tenemos en común todas las personas es que somos diferentes. Estas diferencias son las
que nos hacen personas únicas, irrepetibles y especiales.
Observen las siguientes imágenes y que a partir de estas realicen las actividades que se proponen
a continuación:
1. ¿Las chicas y los chicos de las fotos estarán haciendo cosas que les gustan? ¿Cómo se dieron
cuenta? ¿Cómo se sentirán? Traten de describir algunos sentimientos y/o emociones que
parecen expresar.
2. ¿A ustedes les gusta hacer algunas de las actividades que se ven en las fotos? ¿Cuáles?
3. Imaginen que tienen que poner una foto de cada una/o de ustedes, haciendo alguna actividad
que siempre quisieron hacer ¿qué foto pondrían?
4. Describan algunas de las cosas que les gusta hacer y se animan a hacerlas, y aquellas que les
interesan, pero no se animaron todavía por temor a ser burladas/os o discriminadas/os. También
escriban si sienten que tienen una capacidad que hasta ahora no pudieron desarrollar y cuál es.
5. Piensen en un título para cada una de las fotos y escríbanlos.
Clase 4
¿Quién dijo que los varones no pueden cambiar los pañales de un bebé? ¿O limpiar la casa? ¿O
llorar? ¿Quién dijo que las mujeres no pueden arreglar un enchufe? ¿O jugar al fútbol? ¿O ser
fuertes?
Los estereotipos de género son ideas equivocadas que las personas nos formamos acerca de cómo
deberían ser todos los varones, cómo deberían ser todas las mujeres y cómo deberían comportarse
unos y otras.
Son ideas equivocadas porque no todas las chicas tienen las mismas características de
personalidad, ni les gustan las mismas actividades o tienen los mismos intereses. Y lo mismo
sucede con los chicos. Cada persona tiene sus propios gustos, deseos, capacidades, formas de ser,
de expresarse, de vestirse, de relacionarse con las demás personas… sin importar si son mujeres o
varones.
Lo que tenemos que saber es que todas y todos tenemos los mismos derechos. Las niñas y los
niños tienen que tener las mismas oportunidades para desarrollar sus habilidades e intereses y
concretar sus deseos libremente. Todas las personas tenemos derecho a ser respetadas. Por eso
hablamos de igualdad de derechos: nadie debe ser discriminada o discriminado por cómo se viste,
por sus gestos o por las actividades que desarrolla. Tampoco por quién le guste o por si se siente
chica, chico, o de otra manera.
2. Con las palabras de la sopa de letras armen un cartel para mostrarle a su familia lo que
aprendieron hoy acerca de la importancia de superar estereotipos de género y valorar la
igualdad de todas las personas
Clase 5
Todas las personas somos diferentes, pero algo en común es que todas y todos tenemos los
mismos derechos. En nuestro país, los derechos de los niños, niñas y adolescentes son reconocidos
como tales desde 1990. Veamos cuáles son:
Derecho a que se respete
Derecho a la vida Derecho a la educación Derecho a la salud
nuestra identidad
Derecho a tener una Derecho al deporte y Derecho a acceder a la Derecho a ser cuidados
familia juego recreativo información y cuidadas
Los niños, niñas y adolescentes tienen, además, otros derechos que tienen que ver con sus
necesidades como personas que se están educando. Por ejemplo, en las clases de Educación
Sexual Integral (ESI) de la escuela, aprenden estos derechos:
• Todas y todos pueden jugar a los mismos juegos, sin importar si son niñas o niños, solo hace
falta tener ganas de jugar.
• Tienen derecho a conocer su cuerpo y los cambios que se producen en él mientras crecen.
• Las diferencias entre las personas se deben respetar, aceptar y valorar. No son motivo para
pelear ni discriminar.
• Pueden decir “NO” si alguna situación los inquieta o incomoda, y pueden contar con alguna
persona adulta de confianza que las y los cuide y proteja.
• Lo que sienten no está ni bien ni mal. Son sus sentimientos y emociones y tienen derecho a
expresarlos y a que su opinión sea considerada. Pero ¡atención! siempre que sea de manera
respetuosa.
1. Ahora les pedimos que conversen con alguien de su familia acerca de las afirmaciones que
aparecen en la tabla de la izquierda, y pensando en los derechos que se ven en las clases de
Educación Sexual Integral, unan con flechas cada afirmación de la izquierda con una de la derecha.
Clase 6
1. Ahora les proponemos que piensen si han experimentado algunos de los cambios corporales
que estuvieron leyendo antes. ¿Los comentaron con alguien? ¿Les pasaron cosas parecidas a sus
amigas y amigos?
2. Como todas las personas alguna vez fueron púberes, conversen con alguien de la familia sobre
sus propias experiencias en torno a las siguientes preguntas: ¿Qué es lo mejor de entrar en la
pubertad? ¿Y lo más difícil?
3. En cuanto a los cambios en los gustos e intereses, escriban en sus carpetas qué cosas que
antes les gustaban hacer ahora ya no les gustan tanto. También registren qué es lo que les gusta
hacer ahora que antes no les gustaba.