Calidad de Atencion Medica
Calidad de Atencion Medica
Calidad de Atencion Medica
versión On-line ISSN 1726-569X
Acta bioeth. v.16 n.2 Santiago nov. 2010
http://dx.doi.org/10.4067/S1726-569X2010000200004
ORIGINALES
Gabriel d'Empaire1
1
Médico Cardiólogo Intensivista, Magíster en Bioética, Universidad Central de
Venezuela. Hospital de Clínicas, Caracas, Venezuela. E-
mail:gabrieldempaire@yahoo.com
INTRODUCCIÓN
Ante esta realidad se han propuesto diferentes modelos para mejorar la calidad de
atención médica, todos con el objetivo de resolver los problemas planteados en la
medicina actual. Cada modelo tiene ventajas y desventajas, sin que hasta el
momento exista uno solo que en forma consistente ofrezca un nivel de atención de
alta calidad.
En los próximos párrafos presentaré, en primer lugar, algunos aspectos
relacionados con los cambios que, a través de la historia, han determinado la
necesidad de establecer estándares de calidad en la medicina, seguidos de una
perspectiva clínica del problema. Luego, abordaré la relación entre calidad de
atención y principios de la bioética como elemento fundamental para la adecuada
implementación de cualquier modelo de calidad de atención médica. Si bien es
indudable la responsabilidad que tienen los Estados en la calidad de atención como
protección de los derechos humanos de los enfermos, no es mi intención entrar
ahora en el análisis de este problema; por tanto, me limitaré a los aspectos de la
calidad de atención relacionados con el personal de salud, los enfermos, sus
familiares y la sociedad.
1. Excelencia profesional
A esta condición profesional del médico se agregaba una connotación sagrada. Para
Galeno: "Si el enfermo no admira al médico de algún modo como a un Dios no
aceptará sus prescripciones"(1:81).
Dentro de este complejo sistema, por ejemplo, cada indicación médica debe cumplir
diferentes pasos a través de un largo recorrido. El proceso se inicia con una
decisión del médico respecto de un tratamiento particular. Con frecuencia, este
primer paso encierra un alto nivel de complejidad y de responsabilidad, en la
medida en que la selección del tratamiento debe hacerse, por lo general, dentro de
un amplio espectro de posibilidades terapéuticas. Para esta selección el médico
debe contar con un elevado nivel de capacitación que le permita analizar, en forma
crítica, una amplia y cambiante literatura –llena de resultados con frecuencia
contradictorios, basados en complejos análisis estadísticos, a veces influidos por
conflictos de interés–, de la cual debe extraer el tratamiento que, de acuerdo con
las evidencias, resulta el mejor para ese enfermo(3). Una vez realizada la selección
se inicia el recorrido que involucra personal de enfermería, farmacia, mensajeros
hasta llegar finalmente al paciente, recorrido en el cual debe garantizarse el
cumplimiento exacto de la indicación: dosis, dilución adecuada, conservación, vía y
forma de administración, interacción con otras drogas y horario exacto de
administración.
Tabla 1(6)
Aproximaciones a la mejoría de la
calidad de atención
Aproximación Asunciones
Medicina basada en la evidencia
La disponibilidad de la mejor evidencia, permite decisiones óptimas y un cuidado
Guías de prácticas clínicas
óptimo
Ayuda para decisiones
Educación y desarrollo profesional
El aprendizaje basado en experiencia práctica y educación individual determina
Autorregulación
cambios favorables en la actuación
Recertificación
Evaluación y responsabilidad
Provee feedback sobre los procedimientos entre grupos, reportes públicos de los
Feedback
datos, lo cual motiva a cambios en las rutinas
Reportes públicos
Atención centrada en el paciente
Involucrar al enfermo Autonomía del enfermo y control sobre la enfermedad y los procesos
Compartir decisiones
Calidad total
La mejoría de la calidad viene dada por la mejoría del proceso y no por cambios
Mejoría continua de la calidad
del individuo
Restructuración de procesos
La mayoría de los modelos de calidad de atención están organizados como procesos
administrativos, gerenciales, con lo cual, en muchas ocasiones, quedan desligados
de la realidad clínica y especialmente alejados del personal que los debe utilizar,
quienes, por lo general, desconocen las razones y la importancia de estos procesos.
Otras veces, los pacientes son sometidos a tratamientos bajo circunstancias en las
cuales el riesgo supera los beneficios esperados. Algunos pacientes son sometidos a
tratamiento muy costosos simplemente porque la tecnología está disponible, sin
que existan evidencias razonables de beneficio para los enfermos. Diferentes
tratamientos con efectos beneficiosos demostrados compiten con tratamiento de
efectividad no demostrada e, incluso, con evidencias de resultados negativos.
Tratamientos con evidencias de efectividad para una determinada patología son
utilizados en otras patologías donde su utilidad aún no ha sido demostrada. La
literatura reporta que los antibióticos son en ciertas ocasiones sobreutilizados, con
lo cual se incrementan las reacciones adversas, la resistencia bacteriana y los
costos, sin que exista un beneficio para el enfermo(10). También ha sido
demostrado que procedimientos como la coronariografía, las endarterectomías
carotideas, las endoscopias gastrointestinales y los marcapasos, en algunas
circunstancias, son sobreutilizados.
Por otra parte, los sistemas de atención médica enfrentan uno de los retos más
importantes en la historia de la medicina: el incremento de los costos de
atención(19), que ha sobrepasado la capacidad de los presupuestos de los Estados,
aun en los países más ricos(20), y que reduce las oportunidades de muchos
pacientes de recibir la atención médica que requieren. Cada vez contamos con más
tecnologías y recursos que pueden ser utilizadas en menos pacientes. Aun cuando
se acepte que es imposible lograr una absoluta igualdad para el goce de la mejor
atención, cada miembro de la sociedad, independientemente de su condición
socioeconómica, debe tener igual acceso a la atención médica. Para que un sistema
de salud sea justo y equitativo necesita, en primer lugar, ser eficiente en términos
de costo-beneficio. En otra palabras, una gestión eficiente de recursos limitados.
Ante esta situación se han planteado nuevas interrogantes: ¿cómo conciliar el uso
de tecnologías de alto costo con los derechos de los enfermos, en sistemas
sanitarios con presupuestos limitados, a la vez que se garantiza una atención de
calidad equitativa? Hoy se sabe que ningún sistema sanitario puede financiar todos
los potenciales tratamientos para todos los pacientes que pudieran beneficiarse de
éstos. ¿Cómo distribuir estos recursos en forma equitativa? Como enfrentar los
problemas de inequidad en países con muy bajos recursos? Se requiere establecer
las necesidades reales de la población, así como sus prioridades, y establecer
también limitaciones en la prestación de servicios. Por tanto, más allá de las
decisiones gerenciales, tendremos que respondernos las siguientes preguntas
éticas: ¿debe toda la tecnología ser utilizada en todos los enfermos? ¿Deben todos
los pacientes recibir tratamientos orientados a prolongar la vida? ¿Están siendo
utilizadas las nuevas tecnologías para salvar vidas de enfermos con un razonable
posibilidad de sobrevivir en condiciones de calidad de vida aceptables o, por el
contrario, se están usando para el tratamiento de enfermos con muy poco o
ninguna chance de recuperación en términos de expectativa y calidad de vida(21)?
Todos estos aspectos deben ser considerados al hablar de calidad de atención.
Esta condición tiene dos dimensiones: hacer lo correcto, lo cual implica una alta
capacidad de decisión, y en segundo lugar hacerlo correctamente, para lo cual se
requiere una elevada calidad de realización –habilidades, juicio y oportunidad
(hacerlo a tiempo).
Establecer las políticas necesarias a fin de lograr una gestión de recursos eficiente.
Resulta indispensable que el personal de salud conozca con todo detalle los
problemas relacionados con los errores médicos y sus causas, así como la
responsabilidad profesional, moral y legal. Pero sobre todo es indispensable que
participe activamente en el diseño y desarrollo de los procesos. Es necesaria la
motivación, el liderazgo y la responsabilidad por parte de todos los integrantes del
equipo de salud.
CONCLUSIÓN
Sin embargo, más que un problema gerencial debe verse como un problema ético
y, como tal, debe promoverse a través de la educación en valores y principios,
siendo la excelencia, la solidaridad y la responsabilidad profesional los valores
fundamentales.
Como bien dice Gracia: "Las vías clásicas de control de la ética profesional han
resultado ser muy poco eficaces y hoy es preciso plantear el tema de la
responsabilidad ética de los profesionales desde perspectivas nuevas y con criterios
distintos de los clásicos, como son los de la calidad total y la excelencia, que ya
parecen estar dando importantes frutos en otros campos"(23).