Vidas Maestras 2018
Vidas Maestras 2018
Vidas Maestras 2018
Maestras
2018
© 2018 Consejería de Educación, Cultura y Deporte
© 2018 de las fotografías, los autores y Centro de Recursos, Interpretación y Estudios de la Escuela de Polanco
D. Legal: SA 747-2018
ISBN: 978-84-95302-66-3
Vidas
Maestras
2018
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Presentación / Vidas Maestras 2018
aquellos que trabajan con un material sensible: la formación personal y profesional de seres
humanos.
Es reconfortante saber que, a pesar de las dificultades que surgen durante el camino, el
balance de todos los que aparecen en estas páginas siempre ha sido muy satisfactorio. Mi
agradecimiento a los veintiocho profesores y profesoras que participan en este volumen y
que han contribuido con sus experiencias personales a demostrarnos que el magisterio es una
de las profesiones más bonitas del mundo.
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Vidas Maestras 2018
JOSÉ-P. ALCARAZ SERRADILLA
Vidas Maestras 2018 José-P. Alcaraz Serradilla
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José-P. Alcaraz Serradilla Vidas Maestras 2018
No puedo seguir sin rendir el homenaje que se merecen mis padres y mi hermano para poder
entender que he sido feliz haciendo lo que he querido en parte porque ellos hicieron lo que
tenían que hacer. Mis padres se sacrificaron para que el hijo de un obrero de la Sniace pudiese
recibir la mejor educación posible según sus criterios y, aun sin tener los conocimientos para
ayudarme en las tareas, siempre me animaron recordándome que “el esfuerzo era para mi
beneficio posterior”. Gracias.
Y mi hermano, mi guía y referente en tantas cosas. Cuántas charlas, explicaciones y exigencias
para que “sacase provecho”. ¡Benditos el cuaderno azul de los 1000 problemas de mates que
me permitió pasar a 4º, y dejar atrás la etapa de “mañaco”, y no digamos el contundente
argumento que me decidió, a esos catorce años, a empezar a estudiar de forma eficaz… y
aprender disfrutando! Gracias.
Esos años de Bachillerato forjaron inquietudes, crearon lazos de amistad que aún perduran
y sembraron unos valores que siempre me han acompañado.
Las inquietudes y los valores se deben a personas/profesores como José Parra y Alberto
Rodríguez, y a los frailes Julián, Ángel de la Torre y Jesús Requejo en el Colegio Nuestra
Señora de la Paz. Eran los setenta. Años de lecturas, experiencias, grupos de reflexión y
compromiso social con chicos y chicas de aquí y de allá, compartiendo ideas, dudas y la
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José-P. Alcaraz Serradilla Vidas Maestras 2018
los Departamentos de Orientación con mucha ilusión y no pocas dificultades. Tres años de
responsable de Orientación me ayudaron a “ver” el sistema y el proceso educativo desde otro
punto de vista, me permitieron conocer a mucha gente ilusionada, crearon amistades que
hoy duran y también dejaron huella. Gracias, Asturias.
Pero en 1989 tomé una decisión trascendental. Mis hijos crecían, quería que tuvieran
una infancia en un sitio concreto y tenía nostalgia de Cantabria, de la costa de Cantabria.
Conclusión, concurso de traslados y llegada a un pueblo casi desconocido para mí: Laredo.
En 1990 me incorporo al IFP de Laredo, en el que he pasado veintiocho años de compromiso
profesional en dos fases: la primera hasta septiembre de 2000, formando parte de varios
equipos directivos (jefe de Estudios Adjunto, secretario y administrador); un paréntesis
de dos años como asesor de Formación en Centros de Trabajo de FP en la Consejería de
Educación y Juventud, Unidad de Programas Educativos de la única Dirección General que
había; y una segunda fase hasta el 30 de junio de 2018.
La primera fase me curtió en unos años intensos de cambios, nuevas leyes educativas, los
debates propios que generaban su aplicación, dirigiendo grupos de trabajo y seminarios,
Planes de Mejora, ayudando a la reconversión voluntaria del IFP en IES Fuente Fresnedo
y colaborando con el gran equipo de compañeros que consiguió el Primer Premio “Calidad
en Educación 1999” concedido por el Ministerio de Educación y Cultura y la Fundación
Europea para la Gestión de la Calidad.
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Vidas Maestras 2018 José-P. Alcaraz Serradilla
Esta experiencia de gestión facilitó mi trabajo como asesor en la Consejería. Aquellos dos
años intenté aportar lo que pude y supusieron una experiencia enriquecedora que me permitió
conocer y valorar el funcionamiento integral del sistema y que, desde luego, agradezco
reconociendo la oportunidad que se me brindó y el apoyo de tantos grandes profesionales
con los que coincidí, en especial mi amigo Luis Rioseras. Gracias.
La segunda fase, 2002-2018, fueron años de desarrollo y disfrute personal y profesional. Años
en los que compaginé nuevas responsabilidades en equipos directivos con la actualización
de mi cualificación digital y profesional, que siempre intenté poner al servicio de alumnos y
compañeros. Compañeros y amigos de esta última etapa en el Fuente Fresnedo de los que
guardo un entrañable recuerdo de gratitud por tantos momentos.
Los últimos años me centré en ofrecer una opción de futuro al alumnado de Grado Medio y
Superior de FP Administrativa basada en la preparación que los tiempos requieren y, a la vez,
adaptando esos objetivos a una composición de grupos tan heterogénea como motivadora.
De esta etapa, conservo multitud de recuerdos y experiencias que me aportaron emociones
casi cada día. Y sin olvidar a Cora, la labradora retriever que me acompañó durante trece
años en el paseo matutino, ayudándome con su serenidad a ordenar ideas y estructurar los
mensajes que luego se traducirían en metodología y contenidos. Gracias, Cora.
Y así estaba yo en 2016. Tan tranquilo, con mis sesenta recién cumplidos y “echando cuentas”
sobre mi cercana, y ya decidida, jubilación. Lo que no sabía es que faltaba el broche de oro.
Una última experiencia en la que seguir aprendiendo a la vez que aportar lo que pudiera; en
la que disfrutar y compartir un proyecto tremendamente ilusionante. Una experiencia llena
de emoción. Más motivos para estar agradecido.
Un día de marzo de 2016 me invitaron a integrarme en el nuevo equipo directivo que se
estaba formando. Tuve que pensarlo porque suponía muchas cosas. Abandonar la zona de
confort, retrasar dos años la jubilación, encarar nuevos retos, intentar aportar algo de la
experiencia acumulada en treinta y cinco años, compartir tareas de gestión en un centro
educativo de referencia, etc. Y acepté culminar mi vida laboral como secretario del IES
Fuente Fresnedo en el equipo que, liderado por la directora, Mónica García Celaá, está
desarrollando un gran proyecto educativo integrador y participativo que da sentido a lo que
nos define: ser educadores y formadores. Emoción hasta el final. ¡GRACIAS!
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Carmen Angulo Rodríguez
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Carmen Angulo Rodríguez / Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Carmen Angulo Rodríguez
En el año 83, con el fin de asentarnos como Propietarios Definitivos y no tener que andar
cambiando cada curso de colegio, decidimos participar en el concurso de traslados. Así fue
como llegué a Tenerife, concretamente al Colegio Público San Sebastián, en el Realejo Bajo.
Lo vivido allí durante los seis cursos que estuve daría para escribir un libro. Fue un tiempo
de conocer nueva gente, cultura, lugares, grandes amigos… Esos seis años dejaron una huella
imborrable en mi vida, muchas vivencias, curiosas anécdotas, crecimiento en lo personal y
lo profesional…
Comencé en Preescolar con un grupo con el que luego continué en Primer Ciclo. Me pareció
muy curioso comprobar lo que habían olvidado durante el verano. En aquellos momentos
utilizábamos sociogramas, test como el de Goodenough y baterías como la de Inizan. Pasé a
otro de 4º, hasta que en el 87 decidí ir a San Vicente, un barrio donde se ubicaron dos aulas
pertenecientes al mismo centro. En una estaba mi compañera Nieves, con Preescolar, y en la
otra yo, con dos grupos diferentes de Primaria. En el curso 88-89 en el grupo de 1º estaba
mi hija, por lo que fui su tutora.
Por un lado, deseaba regresar a Cantabria, pero por otro me sentía bastante integrada y
muy a gusto allí. Así fue como en 1989 volví a participar en el concurso de traslados y
obtuve plaza definitiva en el CEIP Nuestra Señora de Latas de Loredo. Tratar de resumir
en unas líneas las vivencias que he tenido en este centro es materialmente imposible. No
obstante, daré unas pinceladas sobre los magníficos diecisiete años que allí pasé: 1989-1996,
Profesora de EGB, tutora y especialista en Ciencias Sociales; y 1996-2006, Maestra de
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Carmen Angulo Rodríguez / Vidas Maestras 2018
Al entrar al Louvre, con mi tía sor Engracia, que vivía en París (1995).
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Roberto Antúnez Pérez
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Roberto Antúnez Pérez Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Roberto Antúnez Pérez
Con dieciséis años, al acabar el Bachillerato Superior. Al terminar la carrera en la Facultad de Ciencias
Físicas (1978)
inmensa experiencia de trabajar con unos extraordinarios colegas y allí concluir mi vida
profesional.
Siempre he sostenido que a un buen profesor le deben adornar tres cualidades fundamentales
para ejercer la docencia: paciencia, dominio de la materia que imparte y dedicación. Si
carece de alguna de estas cualidades, lo mejor que puede hacer en beneficio de sus alumnos,
y también en el suyo propio, es retirarse. Desde hacía dos o tres años, me percaté de que
empezaba a flaquearme la paciencia, y esto me impulsó a tomar la determinación de pedir la
jubilación voluntaria un año antes de la edad reglamentaria.
También he ido observando a través de los años un progresivo deterioro de la educación en
todos los aspectos y ello, a mi entender, es debido a diversos factores como:
a) Unas leyes de educación inestables que van cambiando según el partido de turno que
gobierne, creando con ello una fuerte inseguridad en la comunidad educativa a todos los
niveles.
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Roberto Antúnez Pérez Vidas Maestras 2018
b) Se ha ido devaluando, e incluso diría denostando, la figura del profesor, con la consigui-
ente pérdida de respeto hacia la misma.
c) La relación profesor-alumno y profesor-padres está cada vez más enrarecida, cuando de-
bería ser fluida, cordial e incluso amigable. El profesor está para ayudar y orientar a alum-
nos y padres, no es ningún justiciero.
d) Los niveles, en cuanto a contenidos, de las materias que se imparten cada vez son más
bajos. La cultura del esfuerzo casi ha desaparecido.
Todo lo anteriormente expuesto (y es triste decirlo), ha hecho que haya terminado bastante
contrariado por mi profesión. Tal vez muchas personas al leer estas líneas piensen que doy
una visión muy pesimista de la profesión y de la situación actual de la educación, pero el caso
es que no soy amigo de maquillar las cosas y digo lo que honestamente pienso. Desde luego,
me gustaría equivocarme y que el futuro fuera más halagüeño.
En mi etapa en el Instituto Garcilaso de la Vega de Pocos meses antes de jubilarme en el año 2017
Torrelavega
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Fernando María Cárdaba Alonso
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nos extrañaba aquella convivencia entre animales y personas. Algunas vacas acompañaban a
los niños hasta la escuela, se despedían con voces cariñosas, los niños entraban a la escuela y
las vacas regresabas a las cuadras; de lo más natural.
Fue mi tercer destino después de un primero en un colegio muy grande en Alcalá de Henares
y un segundo en la Escuela Hogar de Soba. Por cierto, entonces yo no tenía coche ni carné
de conducir y estaba esperando mi primer hijo.
Coged un mapa de Cantabria, como hice yo en aquel momento, ya que ni sabía dónde estaba
ni siquiera que existiera, y localizad La Solana de Miera. ¡Cómo me engañó el mapa! Podréis
ver que desde Santander hay que pasar por Liérganes, que me sonaba algo, y poco más arriba
está Miera. En línea recta, cerquita. De los destinos que iban quedando, yo cogí aquel en el
acto público de los de antes, a viva voz y sin más información.
Para conocer el lugar, organizamos una excursión mi mujer y yo junto a mis suegros, Carmina
y Felipe, que habitualmente nos servían de chóferes. Mi suegro sí conocía el lugar, ya que
trabajaba con máquinas de carreteras. Y, cómo es el destino, finalizado el curso al que me voy
a referir, su empresa hizo la carretera de La Solana y le mandó a él para allá. Curioso, ¿verdad?
Pues bien, un domingo nos montamos los cuatro en el Ford Fiesta e iniciamos la excursión.
Poco después, esta palabra sería sustituida en mi vocabulario por una salida extraescolar y
curricular. O algo así. Después de un viaje que a mí se me hizo eterno, de horas, llegamos
al pueblo de Miera, entramos en la tienda y bar de Tallo y nos tomamos un café de puchero
recién hecho y colado en una manga de tela, y que luego sería un referente para mí en todos
los demás viajes. Nos indicaron el camino a seguir: una pista de piedras de varios kilómetros,
dejar el coche en lo alto y continuar andando por un camino entre bardales de pinchos y
hierba alta que lo ocultaba todo. Con una sonrisa enorme, nos desearon suerte y nos dijeron
aquello de que no había pérdida y que si íbamos a ocupar la vivienda que hablásemos con
el alcalde pues habría que hacer algún arreglo. Su sonrisa no supe si era sincera por haberle
asegurado a aquel hombre que mi intención era completar allí el curso o por una apuesta que
se hacía a sí mismo de las semanas que tardaría en dar la espantada como habían hecho los
anteriores profesores y profesoras que habían ido por allí.
Siguiendo las indicaciones, llegamos a La Solana. Era tan tupida la vegetación que no vimos
el pueblo hasta que no lo tuvimos delante de las narices. Llegamos empapados en sudor
y con las piernas llenas de arañazos. Estaba situado en un hoyo, alfombrado de barro y
boñigas pisaras donde pisaras. Localizamos la escuela con la vivienda y se me encogió el
corazón. Dios mío, dónde me iba a meter durante los próximos meses. Nos sentamos a
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comer los bocadillos en las escaleras y nos miramos los unos a los otros. Mi suegro dijo:
“creo que en poco van a hacer la carretera hasta aquí”. Creo que lo dijo para animarnos. Mi
mujer añadió que no estaba tan mal, pero que cuando saliera de cuentas o incluso antes se
quedaría en Santander en casa de su madre. Y mi suegra metió baza también: “qué lugar
más terremoto…” (ella era así con el lenguaje, pero todos la entendimos), quería decir que
era un lugar de los más remotos en los que había estado. La entendimos a la perfección. Yo
no supe qué decir, fui el único que no abrió la boca, tal era mi sentimiento de culpa. Ahora
que lo pienso, si me hubieran dejado allí, en aquel lugar, los hubiera perdonado y entendido.
Cuando regresamos al coche, mi suegra añadió: “yo no vuelvo”. Y lo cumplió.
Mi siguiente pensamiento fue: “Fernando, necesitas un coche, pero ya”. Pero en aquel
momento no tenía ánimos para nada. ¿Dónde me había metido? ¿Se podría cambiar de
destino?
Queridos compañeros, situaos en el mes de octubre, comienzo del curso -fue más tarde por
las obras en la vivienda-. El agua salía por una goma metida entre las piedras, aunque yo
atornillé un grifo y… solucionado. Había que empezar siendo positivos. Me había comprado
un Simca 1200 y parecíamos una troupe que va de pueblo en pueblo: la cama desmontada,
el colchón enrollado, la cocina y la primera bombona…, todo prestado por la familia. Y las
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mesitas, unas cajas de fruta de madera envueltas en papel pintado de la época para darle a la
habitación un poco de color. La mesa, una puerta a la que clavé cuatro tablas en las esquinas
a modo de patas.
Aquel primer día, mis suegros nos acompañaros hasta Mirones, tomaron algo con nosotros
y se volvieron.
En aquel primer viaje, me sobró la cuarta marcha.
Cuando localizamos a la vecina que hacía de guardiana de las llaves de la escuela y de la
vivienda, nos dijo nada más vernos a modo de saludo: “…pero si su mujer está embarazada…,
estos no aguantan aquí todo el curso…, no les doy más allá de las Navidades.” Pues sí,
señora, aguantamos todo el curso.
Como veis en una de las fotos, la matrícula era más bien pequeña y tenía alumnos desde
Primero hasta Octavo de EGB. La pequeña de dieciséis meses fue un préstamo y una
situación especial que ya os contaré en su momento.
Repasemos los acontecimientos que permanecen más vivos en mi mente y afirmaron mi
vocación.
El primer domingo nos quedamos en la cama un poco más, ya que no había nada que hacer.
Pero unos golpes en el portón nos espabilaron, seguidos de unos gritos de mujeres, que
nos alarmaron: “¡señor maestro, señor maestro!”. Eran las beatas del pueblo que se habían
enterado de que el coche que estaba en el alto era mío y querían que las acercara hasta Miera
para la misa de aquel día. ¡Hay que fastidiarse! Primero nos hicimos los dormidos, pero ante
su insistencia me asomé y me disculpé con que mi mujer no se encontraba bien dado su
estado y que iríamos por Miera para hacer unas compras más tarde. Total, y como no había
otra perspectiva para todo el día y después de tomarnos un tiempo, nos acercamos hasta
Miera. Para la vuelta, las buenas señoras nos estaban esperando junto al coche a la salida de
la tienda-bar. Todos nos apretamos en el coche y, al finalizar el viaje de vuelta, se ofrecieron
para lo que necesitáramos; y el primer préstamo fue un cuévano enorme para ir a la compra.
Siguiente situación, el primer festivo. El 12 de octubre es festivo y nada menos que la Fiesta
Nacional de España. Y yo no me di cuenta, dado lo volcado que estaba en la rutina de las
clases. ¿A tal punto había llegado mi obsesión? El día anterior todos nos despedimos con
un hasta mañana. Y al día siguiente allí estábamos todos como si fuera un día más. No fue
hasta el fin de semana siguiente, en el que acudimos a Miera para tomar un vermú y hacer
unas compras, cuando en la tienda nos hicieron mención al suceso y nos dimos cuenta de lo
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acaecido. ¿Cómo se me pudo pasar? Por cierto, cuando lo hablamos en clase, los niños me
comentaron entre risas que ellos sí se habían dado cuenta, pero estaban más a gusto yendo
todos juntos a clase. Eran geniales.
Siguiente situación, los aseos. Disponíamos de un aseo compartido para la escuela y la vivienda
en lo alto de la escalera. Nunca lo utilizaron. Cada vez que salían al servicio yo les seguía con
la vista y nunca subían las escaleras, sino que giraban por detrás de la escuela, donde había
una casa semiderruida, y allí hacían sus necesidades. Lo que me costó convencerles de que el
baño que había en lo alto de la escalera no era solo para la vivienda sino también para ellos.
Con el tiempo, fue mejorando el olor dentro de la escuela.
Siguiente situación, las visitas. Dado lo apartado de aquel lugar, ¿quién iba a ir por allí? Mis
suegros, no, por supuesto. De vez en cuando, alguna de mis hermanas y sus maridos a pasar
el fin de semana y cargadas con bolsas de la compra. Su visita era de agradecer. Una vez la
inspectora de zona dejó aviso en el Centro de Recursos de Mirones de que tal día estaría por
allí y que quería verme. Nunca bajé para ella, al menos ese día. Había la misma distancia si
yo bajaba que si ella subía hasta la escuela. A las demás escuelas de la zona donde sí llegaba
la carretera, bien que iba. No me dejó más recados.
Siguiente situación, nace mi primer hijo. Ya he comentado que esperaba mi primer hijo.
Cuando tenía ocasión, ya que no siempre había línea, bien desde el teléfono público de la
casa de la vecina o bien desde Miera, llamaba a Santander a mis suegros preguntando por
cómo se encontraba mi mujer y si había alguna novedad. Y la novedad llegó un día que
estaba de excursión con las demás escuelas de la zona. Por cierto, mi otro hijo, Fernando,
me dará aviso de su existencia estando en otra salida tres años después, pero esta vez en
Barcelona. En eso fui equitativo con los dos.
Volviendo al nacimiento de mi primer hijo, ese día comimos en el Centro Deportivo de
Ontoria, en Cabezón de la Sal. Y como era ya habitual, llamé a casa para preguntar si había
novedades. Esta vez sí las hubo, y la novedad se llamaba David. A un lado y al otro del
teléfono me urgían a que fuera para el hospital a compartir el momento con la familia. No
eran conscientes del trayecto que tenía que cubrir para eso. Terminé la excursión, volvimos
con el autobús hasta Mirones, llevé a mis alumnos con el coche hasta el alto, y ya de noche
los dejé en sus casas. Al día siguiente, nada más amanecer, partí para Santander. Era sábado.
Al lunes siguiente, ya estaba de vuelta; y como nadie me esperaba, tuve que recorrer el
pueblo casa por casa anunciando el comienzo de las clases. Se libró Angélica, que vivía en
La Cárcoba.
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Fernando María Cárdaba Alonso Vidas Maestras 2018
siguiente para viajar hacia Santander y pasar las fiestas con la familia. Luego me enteré de
que las demás escuelas de la zona dieron las vacaciones al mediodía. Pero, bueno, el caso es
que esa tarde nos encontrábamos en la cocina de La Solana al calor de la lumbre charlando y
leyendo cuando llamaron a la puerta. Y después otra vez y así por varias veces. Eran los niños
de la escuela, que fueron desfilando como un goteo a lo largo de la tarde deseándonos unas
felices fiestas y dejándonos miel, queso, mantequilla, castañas… No empezaron mal nuestras
primeras vacaciones en aquel lugar tan “terremoto”, olvidado por la radio, la televisión, la
carretera…
Otra situación. Del Centro de Recursos de Mirones me avisaron de que antes de la llegada
del invierno llegaría para la escuela una estufa de leña que yo tenía que montar, instalar y
alimentar. Esto último no lo tenía muy claro, después de mi experiencia con el tronco del
vecino, así que esta tarea se la confié a los niños, que se lo tomaron con total interés. El
problema estuvo en que la estufa se pasó días y días tirada en el alto porque ningún vecino se
prestó a bajarla al pueblo; hasta que, tras rogárselo a los niños mayores, estos sí se encargaron
de bajarla con el burro que conocería yo más de cerca al final del curso.
Siguiente situación, el momento de la gloria. Fuimos los protagonistas del periódico a toda
página. Ya he hecho referencia a lo incomunicado del lugar, por lo que apenas recibíamos
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Vidas Maestras 2018 Fernando María Cárdaba Alonso
visitas. Bueno, sí, en una ocasión apareció un vendedor de Planeta que iba recorriendo las
escuelas de la zona y le informaron de que allí estábamos nosotros. Aparte del paseo, del
paisaje y un vaso de agua, no obtuvo nada más. Las tizas las compraba yo de mi bolsillo
cuando iba a Santander o a Solares. Pero quien sí se llevó algo fue el periodista del diario
Alerta Santiago Rego. Resulta que, entre los niños, cuatro eran hermanos, otros dos también
hermanos entre sí y entre todos ellos eran primos. Luego estaba Angélica, que caminaba
todos los días desde el otro lado de las montañas con sus botas de goma. Para entrar en
clase, las cambiaba por unas zapatillas de las de estar por casa, y no faltó un solo día en todo
el curso. Qué motivación tenía por aprender y por estar en el grupo aquel. Los hermanos
primeros, con Jovita a la cabeza, tenían una hermana pequeña que para todos era “la chica”.
Día sí día no, unos días unos y otros días otros, el caso era que siempre faltaba alguno de la
familia, o varios o llegaban tarde. El motivo era “la chica”, Judith. Había que dejarla atendida
y, hasta que no se dormía, alguno de sus hermanos se quedaba con ella en casa ya que los
padres estaban desde primeras horas con el ganado. Una vez que me enteré de la situación,
organizamos un espacio en la escuela donde colocamos una alfombra y un pequeño corral
con juguetes. A partir de entonces, los recreos y cualquier rato libre era ocupado por el ajedrez
y las atenciones hacia la más pequeña de la clase. Nunca hubo el más mínimo enfado o malas
caras por sus llantos o por su gateo fuera del corral queriendo cogerlo todo. Hasta donde
ella alcanzaba era solo hasta un mural lleno de rayas de tizas de colores. Qué ambiente tan
familiar se creó. De haber estado solo, soltero, sin cargas familiares…, me hubiera quedado
allí unos cuantos cursos más. Aquel grupo de niños me estaba dando más de lo que yo les
podía ofrecer a ellos con los medios de que disponíamos.
La situación con Judith se comentó en la tienda de Miera, y tiempo después se presentó
un periodista interesado en la noticia. Tened en cuenta que la mayoría de aquellos niños
no habían salido de ese entorno: a las fiestas de los pueblos de los alrededores y alguno que
otro al Hospital Valdecilla. Los que para el resto de los niños eran seguidos a diario, como
Espinete y los demás personajes de Barrio Sésamo, para ellos eran auténticos desconocidos.
Y, de golpe, se vieron protagonistas a toda página de un periódico.
Ya no eran los olvidados por todos los demás vecinos del valle de Miera y los valles pasiegos
de los alrededores. Ellos fueron protagonistas en el periódico.
Vamos con la última situación. Llegó el final del curso. Después de lo que vivimos en aquellos
meses que nos unió tanto, la despedida fue como la presentación de meses antes, al comienzo
del curso. Caras tristes y cabezas gachas ocultando las miradas y los labios sin decir palabras.
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Fernando María Cárdaba Alonso Vidas Maestras 2018
Nunca una despedida de fin de curso ha sido tan triste y tan vacía para mí. Qué diferencia en
los centros posteriores: refrescos, chuches, merienda, música, representaciones de teatro, de
variedades, festivales, discursos, graduaciones… Este año, no. Caras serias y bocas cerradas.
Todos sabíamos que no íbamos a tener otro curso tan vivido como aquel. Yo y mi familia
nos fuimos para Santander a pasar el verano y a la espera de un nuevo destino. Pero después
hubo que hacer la mudanza de las pocas pertenencias que tenía en la vivienda. Y para eso
conté con mi cuñado Chuchi y el burro que nos prestó una vecina. Sí, esa misma, la que al
comienzo del curso se llevó las manos a la cabeza al ver a mi mujer embarazada y aseguró
que no íbamos a durar allí más que hasta el comienzo de los fríos.
¡Qué día aquel! Fue memorable y no lo hemos olvidado. Siempre que nos juntamos la familia,
sale en la conversación aquel día. En uno de los viajes por el camino de subida hacia el alto
donde teníamos aparcado el coche, el burro de la vecina iba cargado, el calor era tremendo
y nosotros sudábamos hasta empapar la ropa como en una sauna. En medio de la ascensión,
el burro dio dos estirones, se soltó de la mano de mi cuñado y echó a correr de regreso al
pueblo esparciendo toda la carga por el monte abajo. Cuando nos rehicimos, después de los
juramentos y las risas, localizamos al burro tranquilamente junto a su ama, que nos dijo: “este
animal tiene sus horarios”.
Este último curso 2017-18, me jubilo después de treinta y cinco años de ejercer en destinos
tan diferentes como una unitaria, colegios grandes en ciudades grandes y, los últimos cinco,
en el IES de Castañeda. He impartido clases de Religión, de Educación Física, he llevado
aulas de Educación Especial, he estado en un centro de integración de niños con problemas
de motricidad, he disfrutado con las prácticas de laboratorio de Ciencias…, he sido Maestro,
Profesor, Tutor, jefe de Estudios… Y, con todo este bagaje, me reafirmo como maestro
de escuela. Mi paso por La Solana me hizo valorar esta profesión. No todo lo he hecho
bien en estos treinta y cinco años, pero lo he intentado, teniendo en mi mente siempre la
humildad de aquella experiencia de 1984-85. No estaría mal exigir a los futuros profesores,
tanto de Primaria como de Secundaria, un año de escuela unitaria a modo de máster. Todos
saldríamos ganando.
Los que habéis tenido la suerte de ejercer en una unitaria sabéis de lo que hablo: y para los
demás…, lo que os habéis perdido.
Un abrazo muy sentido para todos mis compañeros.
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Francisco Ceballos Alonso
Vidas Maestras 2018 Francisco Ceballos Alonso
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Francisco Ceballos Alonso Vidas Maestras 2018
Primeros años de escuela (San Román de Cayón), tomando la leche en polvo Trabajando en el coto escolar
de la Ayuda Americana en el recreo.
Creo que hasta que tomó posesión D. Julio Calva como Definitivo no tuvimos clase de
forma continuada.
De este maestro es de quién conservo el mayor número de recuerdos. Las excursiones que
organizaba, los murales que hacíamos en clase, la estufa de leña en la que se hervía la leche
en polvo que luego tomábamos en el recreo. Todavía veo a mi amigo Lesmes revolviendo
para deshacer el polvo y luego repartiéndonosla colocados en fila.
Recuerdo las tardes que bajábamos a la vega para hacer la rebusca, que consistía en recoger
las panojas y alubias que se habían quedado sin coger una vez terminada la recolección por
sus propietarios. Entonces se plantaban juntos el maíz y las alubias, se dejaba secar en las
hazas y luego se recogía para desgranar en casa.
El resultado de esta búsqueda, junto a las patatas que cosechábamos en el coto escolar, se
vendía y ese dinero se dedicaba a pagar la excursión de final de curso. Por la repercusión del
hallazgo en su momento, recuerdo la de Burgos y La Lora, de donde trajimos petróleo. Ese
dinero daba también para comprar globos de aire caliente que se lanzaban antes de partir, lo
que era todo un acontecimiento.
D. Julio nos presentó al examen de Ingreso y comenzamos en el Instituto de Castañeda
Agustín y yo. Un año antes lo había hecho Lesmes. Cito a Lesmes porque nos ayudó mucho.
Él ya era veterano. Íbamos en bicicleta y volvíamos por la tarde. Comíamos en el instituto
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Vidas Maestras 2018 Francisco Ceballos Alonso
y recuerdo los apuros con algunos platos de comida que no me gustaban. No se podía dejar
nada ni servirte poco.
Allí cursé Primero de Bachillerato, era el curso 1965-66, y tengo recuerdos de todo tipo.
Para mí, supuso un cambio radical, por eso creo que no he olvidado casi nada, ni el nombre
de los profesores.
Era un Bachillerato Laboral y me parece recordar que teníamos trece asignaturas. También
recuerdo, aunque no me tocó ninguno, los tortazos del director, D. Floriano, y de D. Jesús,
el cura; los castigos por no arrodillarse completamente al rezar el rosario en el salón de actos;
el cañaveral, los partidos de fútbol y la sensación de protección que sentía porque tenía dos
primos mayores muy bien considerados por ser buenos futbolistas; las clases de Geografía o
algunos trabajos en los talleres.
El instituto tenía una granja y vi por primera vez un lugar por el que se hacía pasar a los
cerdos para lavarlos.
El curso 1966-67 se abrió en Argomilla el Colegio Seminario San Luis y cambié a él, como
externo, para hacer Segundo. Me quedaba a un kilómetro de casa y podía ir andando sin
correr riesgos por la carretera. De él conservo, también, muy buenos recuerdos.
Superado el Bachillerato Elemental, pasé a Corbán para cursar el Bachillerato Superior,
1969-71. Y allí continué residiendo dos años más, puesto que en los dos primeros cursos de
Magisterio utilizaba el colegio como residencia.
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Francisco Ceballos Alonso Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Francisco Ceballos Alonso
Terminado Magisterio, en septiembre de 1974 comencé a dar clase en la que por entonces
era conocida como Academia Puente de El Astillero y, luego, Colegio Puente III; y es allí
donde he trabajado cuarenta y cuatro años, hasta la jubilación. Con el paréntesis del servicio
militar, tiempo en el que me sustituyó mi esposa, Margarita, entonces novia.
Con tantos años, las vivencias y vicisitudes darían para escribir un libro, pero así, a modo de
pinceladas, iré citando algunas cosas que se me vienen a la mente.
Era ya un colegio mixto, aunque en esa época no había tantos. Al principio, era mayor el
número de niños, pero con el tiempo esto cambió hasta igualarse o ser más las niñas.
En enero de 1975, el colegio pasó a ser subvencionado y se amplió de una a dos líneas, lo
que obligó a desdoblar aquellos cursos tan numerosos y trajo la incorporación de nuevos
compañeros. A los han continuado de estos, los he visto jubilarse antes que yo. Después de
tantos años juntos, produce un sentimiento raro: los vi llegar, se van y yo continúo.
Durante muchos años, dimos clase todo seguido, sin recreos. Teníamos que dar más horas
que nadie. Era una de las señas de identidad del colegio. Ser los más y los mejores era el lema
que nos repetía el fundador del colegio, D. Gumersindo Puente.
La libreta de control y los cuadernos a limpio eran algunas de las otras señas que debían
distinguirnos.
Aprendiendo
a remar en el
club de remo
de Astillero
Periodo de Prácticas de
Magisterio, equipo de rugby.
El segundo por la derecha.
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Francisco Ceballos Alonso Vidas Maestras 2018
Carnaval escolar,
Colegio Puente III.
Recuerdo también aquellas reuniones, en septiembre, conjuntas de los tres colegios para
planificar y programar el comienzo del curso y que se repetían un sábado por la mañana cada
mes, siempre en el de la calle Madrid de Santander.
Conjuntamente, realizábamos también una excursión en barco por la bahía, con comida
en El Puntal para celebrar la Virgen de Fátima, patrona del colegio. Los otros dos colegios
venían ya embarcados y nos recogían en Astillero o Pontejos, dependiendo de la marea.
En aquellos años, las clases eran numerosas y lo hacíamos notar, baste recordar la hilera de
niños que llegaba desde el colegio a la iglesia cuando se asistía a las celebraciones.
Seguramente, estos recuerdos no deban figurar aquí porque fuera del ámbito del colegio -y
de los, entonces, vecinos de El Astillero- no se entenderán bien. Pero los traigo, precisa-
mente, por ellos, que seguramente recordarán también los dictáfonos unidireccionales que
tenían las clases conectados con el despacho del director y la disciplina que se exigía. No se
podía oír nada por los pasillos. Se subían y bajaban las cuatro plantas totalmente en silencio.
Esos recuerdos y muchos otros forman parte de la historia de un colegio que siempre ha
tratado de estar a la vanguardia en todo, porque en ello iba, también, la pervivencia del co-
legio y del trabajo.
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Vidas Maestras 2018 Francisco Ceballos Alonso
Mérito de los que lo han dirigido y, muy especialmente, de los profesores, que siempre tu-
vimos ese espíritu de actualización y formación constante para tener las titulaciones que los
nuevos planes han ido exigiendo.
Con este fin, además de los muchos cursos realizados, allá por 1982 me especialicé en Cien-
cias Sociales. Más tarde, 1993-96, estuve matriculado en la universidad como un alumno
más, otra vez Magisterio en Educación Física. También en la Universidad de Cantabria,
1997-99, Audición y Lenguaje.
Como profesor de Educación Física he terminado en el colegio. Completaba horas con
Tecnología, Matemáticas en Compensatoria, logopedia o alguna tutoría.
Siempre sentí deseo de impartir Educación Física, seguramente influenciado por el periodo
de Prácticas.
En el punto anterior estaría el final, pero creo que debo mencionar alguna cosa más. Que
conservo un extraordinario recuerdo de los compañeros que he tenido y con los que he tra-
bajado. Que las cosas positivas y los buenos recuerdos superan con creces a las peculiaridades
de la idiosincrasia de nuestro colegio. Que he visto transformarse y crecer al pueblo y a varias
generaciones de estudiantes, que ahora vuelven al cole como padres.
Aprendiendo a jugar a
los bolos en el Programa
Madera de Ser
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Francisco Ceballos Alonso Vidas Maestras 2018
Celebración de la jubilación
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Francisco Chamorro Pérez
Vidas Maestras 2018 Francisco Chamorro Pérez
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Francisco Chamorro Pérez Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Francisco Chamorro Pérez
Los diversos test psicotécnicos del colegio conocían mi camino mejor que yo. Todos decían
siempre que tenía aptitudes para ser maestro. Nunca lo hubiera sospechado. Yo que era
tímido como mi madre, no me gustaba hablar ni ser el que llevara la voz cantante. A mí lo
que me gustaba era pasar desapercibido.
Pues sí, los test acertaron plenamente mi futuro. Era el verano de 1974, cuando tenía que
decidir los estudios que iba a seguir y no lo tenía claro, pues dudaba entre estudiar banca o
Magisterio.
Supongo que la experiencia de la vida, la maduración con la edad, el contacto con gente
que pensaba como yo, hizo que estudiando Magisterio empezara a aflorar el verdadero yo
y la verdadera vocación que llevaba dentro, y que como Miguel Ángel con su Piedad fuera
quitando lo que sobraba para intentar conseguir la obra perfecta de mi vida como maestro.
1978: Fue un año de cambio de rumbo en mi vida:
-Conozco a Carmen, la que ha sido la mujer de mi vida y mi equilibrio desde el 22 de abril.
-Apruebo las oposiciones de maestro por Filología Francesa en agosto.
-Me incorporo al Servicio Militar en Córdoba en octubre.
Mi peregrinación en la enseñanza comienza después de mi andadura militar andaluza. Y, así,
en febrero de 1980 me incorporo al Colegio Menéndez Pelayo de Santander, en el que estoy
solamente un día, ya que me dieron la plaza por una confusión.
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Francisco Chamorro Pérez Vidas Maestras 2018
Equipo de Cuatro
Caminos (soy el 3º de
los agachados por la
derecha de la foto)
Mi primer destino provisional es en la escuela graduada El Sardinero por dos cursos, este que
ya había comenzado y el siguiente, en el que me dan continuidad. Por aquel entonces, era un
colegio constituido por barracones y con el parvulario moderno actual. De esta época, me
acuerdo de Evelio, el director, hombre de mucho carácter y muy emprendedor, con multitud
de iniciativas y el conseguidor del colegio actual por su empeño.
Calvo Sotelo de Astillero y General Sagardía de Santander, un curso en cada uno, son los dos
colegios posteriores. Mis dos últimos años de provisional los llevé a cabo en el colegio de San
Román de la Llanilla, que fue siempre mi amor platónico y en el que siempre había pensado
desarrollar mi labor profesional, pero con el que nunca pude hacer efectivo el matrimonio
porque había un profesor definitivo en comisión de servicios y nunca pude optar a dicha
plaza como hubiera deseado. No era mi destino.
1985: Me caso con Carmen un 25 de julio y a la ceremonia acuden un montón de alumnos
de San Román que subieron de tono la misma, emocionándonos a todos.
Tras siete años de provisional, obtengo mi primer destino definitivo en Ramales de la Victoria.
A pesar del desplazamiento diario hasta allí por la carretera antigua, al no estar hecha todavía
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Vidas Maestras 2018 Francisco Chamorro Pérez
la autovía, y de tragarnos todas las obras de esta última, fueron unos años felices. Nombres
propios de los compañeros de coche: Gabi, Luis Alberto, Villalba, José Angel, María, Dori…
Muchas horas extras en carretera, a veces en ausencia; porque en esa época nacieron mis dos
hijos, David y María, y la falta de sueño nocturno había que compensarla en viaje cuando no
me tocaba conducir. La mayoría de las veces decía hola y me despertaban en Ramales, y al
volver hacían lo propio en la puerta de casa. Fueron siete años muy bonitos y supusieron mi
afianzamiento como profesional de la enseñanza. Empezábamos por aquella época a enredar
en los ordenadores, a los que había que programar paso a paso con el Print. Me acuerdo de
que un día, después de estar programando unas tablas de multiplicar durante dos horas, se
fue la luz y todo el trabajo se fue a pique. Eso supuso mi despedida informática hasta diez
años después, cuando me incorporé a mi último destino.
1991: Siempre me había gustado la Educación Física. Esta se daba por alguien contratado
por la APA, cuando se daba… Yo siempre la había impartido a mi curso y al paralelo,
cambiando dicha asignatura con mi compañero de nivel, dando él la Plástica. Surgió la
oportunidad de hacer el curso de Especialista en Educación Física a través de la Universidad
de Cantabria y cambié de horizonte profesional, con lo que renací otra vez para la causa en
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Francisco Chamorro Pérez Vidas Maestras 2018
algo que adoraba y que lo llevaba muy dentro, pues siempre me gustó el deporte. Estuve
otro año en Ramales y al séptimo concursé al Colegio Jesús Cancio de Santander, ya por esa
especialidad, que no abandoné hasta el final de mi andadura profesional.
En este colegio, al que llevé a mis hijos, estuve cinco años, lo cual fue un privilegio, y en el
mismo tuve luces y sombras. Un lugar que no cubría mis expectativas, por lo que opté por
un cambio de aires.
Así, como por un azar del destino, llegué al Pedro Velarde de Muriedas, que ha sido mi cole
durante 20 años y 4 meses y donde me he realizado plenamente. Quiero tener un recuerdo
muy especial para mi compañera, durante todo este camino, Irene, para Elvira, Marisa y,
de la nueva hornada, para Amelia, Rosa, Javi y tantos que podría nombrar que están con
nosotros y otros que no están pero que permanecen entre nosotros.
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Vidas Maestras 2018 Francisco Chamorro Pérez
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Francisco Chamorro Pérez Vidas Maestras 2018
han crecido conmigo, a mis enemigos porque me han hecho más fuerte, a los colegios en los
que he estado porque de todos he sacado siempre cosas positivas y a los colegios en los que
me hubiera gustado estar porque hubiera conocido otra gente y otras situaciones.
Como vi en un libro de José Luis Martín Descalzo: “Cuando Dios escoge a alguien para una
profesión, le da las herramientas necesarias para que lo haga bien”.
Yo, humildemente, pienso que estaba diseñado para esta profesión y desde luego no sé si lo
habré hecho bien, pero sí puedo decir que he disfrutado mucho en ella, he aprendido mucho
de ella y con ella y al menos he intentado hacer bien las cosas.
Si volviera la vista atrás, volvería a ser maestro.
UN MAESTRO PEREGRINO
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Emilio Cuadrado Tazón
Vidas Maestras 2018 Emilio Cuadrado Tazón
E
ACTO I
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Emilio Cuadrado Tazón Vidas Maestras 2018
con unas persianas de madera, por cierto, muy pesadas. Allí, mi maestro, D. Enrique, me
empezó a “desasnar” como a tantos otros, hasta que con diez años comencé a estudiar el
Bachillerato Elemental, estudios que realicé “por libre”.
En esta etapa, mis maestros fueron D. Paco y D. Miguel, y también el cura del pueblo, D.
Ángel, que nos enseñaba latín.
Estos estudios los cursábamos en la escuela del pueblo y en junio realizábamos los exámenes
oficiales en el Instituto Santa Clara de Santander. Por cierto, el único que había en la capital.
Cuando finalicé el Bachillerato Elemental y la Reválida (mi primer título), pasé al Instituto
José María de Pereda de Santander, que se había inaugurado hacía poco y al que solamente
acudíamos chicos, pues las chicas iban al otro Instituto que había en Santander, que era el
citado Santa Clara. En el Pereda estudié el Bachillerato Superior. Fueron dos años, en los
que empecé a “hacerme mayor”. Aunque en esa época la mayoría de edad era a los veintiún
años.
Una vez aprobado el Bachillerato Superior y la Reválida (mi segundo título), tuve que decidir
sobre los estudios que pensaba realizar y opté por la carrera de Magisterio, aunque tampoco
había muchas otras opciones en aquella época. En mi familia, solamente mi hermana mayor
había elegido ser Maestra, y yo decidí continuar la saga.
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Vidas Maestras 2018 Emilio Cuadrado Tazón
La Escuela Normal del Magisterio, “la Normal”, estaba en la calle Cisneros de Santander, en
el edificio que hoy ocupa la Escuela Oficial de Idiomas.
Cuando empecé la carrera, creo que era el primer o segundo curso en que la enseñanza era
mixta. Hasta esa época, los futuros maestros y maestras entraban por puertas diferentes.
Para mí fue un reto compartir con chicas la misma aula, ya que hasta aquel momento toda
nuestra educación había sido de total separación. Aunque bien es cierto que fuera de la
escuela ya hacíamos lo posible por estar “juntos”.
Fue una época de cambio muy significativa, no solamente por compartir aula con chicas,
sino por el régimen de enseñanza tan diferente, ya que pasamos de una situación de estar
muy tutelados por los profesores en las etapas anteriores a, de repente, una gran libertad en
esta nueva en la que la responsabilidad recaía sobre nosotros. Además, teníamos un montón
de asignaturas, creo que doce o catorce cada año.
Bueno, al final todo se fue aprobando, incluida la Reválida, que finalmente se completó
con un curso de Prácticas que realicé en el Colegio Pedro Velarde de Muriedas. Con ello,
conseguí el título de Maestro de Primera Enseñanza.
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Emilio Cuadrado Tazón Vidas Maestras 2018
Al finalizar la carrera, llegó el primer lapso de tiempo en que falté a la cita con la escuela, ya
que tuve que incorporarme a “filas”. Realicé el servicio militar primero en Vitoria y luego en
Santander, en el Regimiento ABQ, que estaba en el paseo del General Dávila.
Otra época complicada, ya que suponía alejarme de la familia por primera vez. Y, dadas las
especiales circunstancias políticas de la época, hacia que estuviésemos algo preocupados con
la situación y la evolución de los acontecimientos del momento.
Allí comencé mis pinitos de maestro, ya que durante un tiempo de la jornada militar impartía
clases a los soldados que lo necesitaban, bien por mejorar en sus estudios primarios o bien
por luchar contra el analfabetismo, que por desgracia aún abundaba en la sociedad de la
época.
Finalizado el servicio militar, comencé a preparar las oposiciones, que habían estado varios
años sin ser convocadas; y, a decir verdad, el año que me presenté no estuvo mal en cuanto
al número de plazas.
Mi rama fue la de Ciencias; y, gracias a mi esfuerzo y con un poco de suerte, las aprobé a la
primera.
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Vidas Maestras 2018 Emilio Cuadrado Tazón
ACTO II
Mi primer destino como Provisional fue el Colegio Pedro Velarde, pero por motivos
administrativos (falta de espacio para aulas nuevas) no pude tomar posesión. Y, junto a
otra compañera que estaba en la misma situación que la mía, nos enviaron al Colegio de
Educación Especial Parayas.
Nuestra sorpresa fue mayúscula, ya que no sabíamos ni que existía ese colegio. Fuimos a
presentarnos y, sinceramente, ninguno de los dos queríamos quedarnos en el centro, y eso
que el horario en esa época era de jornada continua de 9 a 2.
Al final, tuvo que intervenir la Inspección, incluido el propio inspector jefe, para convencernos
de que allí íbamos a estar muy bien y…
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Emilio Cuadrado Tazón Vidas Maestras 2018
Quién me iba a decir que toda mi vida profesional la iba a desempeñar en un centro de
Educación Especial. Concretamente, he ejercido en Parayas cuarenta y un años (desde 1977
hasta 2018). Entré soltero y finalicé casado, con tres hijos y abuelo de un nieto.
Para ello, tuve que realizar la especialidad de Pedagogía Terapéutica. En aquella época, no
se hacían los cursos de especialidad en Cantabria, y tuve que hacer el mío en Pamplona;
durante un curso completo, acudí a la capital navarra todos los fines de semana, junto a tres
profesores del centro, en nuestro vehículo particular, cuando aún no existía autovía, sino todo
por la “nacional”.
Uno puede imaginarse lo que ha ocurrido en ese periodo tan largo de tiempo señalado, los
cambios que se han producido en los alumnos y sus características, en los recursos materiales
(desde la época del ciclostil hasta la pizarra digital), en la plantilla de personal (maestros,
profesores técnicos, fisioterapeutas, enfermeras, psicólogos, personal auxiliar) y en las
instalaciones, unas aulas y espacios ideales para la época en que se construyó el centro pero
que a lo largo de los años han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades de los alumnos
que en él se escolarizan.
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Vidas Maestras 2018 Emilio Cuadrado Tazón
Pero todo ello en un ambiente muy familiar entre el personal y el alumnado, donde todos
conocíamos a todos. Por supuesto que no era un mar en calma absoluta, pero sí que el buen
ambiente general se percibía en el día a día del trabajo. Y eso posiblemente haya sido uno de
los motivos, que no el único, para mi larga estancia en el centro.
Cuando llegué a él, las características de los alumnos que se escolarizaban eran con déficits
muy ligeros o de grado medio, realizándose un periodo de pruebas en el mes de julio para ver
qué alumnos eran susceptibles de matricularse en el centro o por el contrario eran rechazados.
Posteriormente, ese periodo de prueba se suprimió y empezaron a matricularse los alumnos
con los informes de los Equipos Psicopedagógicos.
Más tarde, se modificaron las condiciones de los alumnos que se admitían; empezaron a
matricularse alumnos con deficiencias auditivas y, posteriormente, con problemas motóricos,
al mismo tiempo que se admitieron alumnos con cualquier grado de discapacidad.
Después, llegó la época de la integración escolar, y el número de alumnos matriculados bajó
considerablemente, pasando de 240 alumnos a unos 80 en la actualidad.
Ese periodo tan largo de tiempo me supuso pasar por todos los niveles educativos del centro.
Dicho de otro modo, he trabajado con alumnos de todas las edades, desde los cinco a los
veintitrés años. Además de ser profesor de aula, durante unos años impartí Educación Física.
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Emilio Cuadrado Tazón Vidas Maestras 2018
También he desempeñado cargos en el Equipo Directivo, ya que fui un curso jefe de Estudios,
otro curso secretario y, durante quince años, director.
Este tiempo dirigiendo el centro fue bastante complejo, porque hubo muchos cambios. Se
fueron modificando las características de los alumnos que se escolarizaban, y ello creaba
nuevas necesidades de más recursos, no solamente materiales sino también personales. Pero
tuve en mi Equipo Directivo una gran ayuda y creo que con nuestra experiencia y dedicación
logramos sacar adelante un trabajo y una organización que hasta mi jubilación en muchos
casos se han mantenido.
Durante mis años docentes, el centro participó y participa muy activamente en la integración
social de los alumnos a través de programas educativos como Recuperación de pueblos
abandonados, intercambios escolares, itinerarios didácticos, hidroterapia, hipoterapia,
actividades deportivas, viajes de ocio, campamentos de verano, albergues de fin de semana,
etc. He de decir que en todas estas actividades mi participación y la de todos los profesionales
del centro fue muy intensa y gratificante. Eran actividades altamente beneficiosas para
nuestros alumnos en su aprendizaje, no solo en aspectos educativos y formativos, sino en su
integración y desarrollo social. Y ellos nos aportaban a los profesores y al personal auxiliar en
cada momento una gran experiencia y satisfacción personal. Era un aprendizaje recíproco,
nosotros les aportábamos y ellos nos correspondían con sus aprendizajes, su cariño y su
agradecimiento.
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Vidas Maestras 2018 Emilio Cuadrado Tazón
ACTO III
Y llegó el final, la jubilación; realmente son muchos recuerdos y vivencias que no se pueden
resumir en unas líneas.
Finalmente, quiero pedir perdón a todos a los que de alguna manera haya podido ofender en
el trabajo diario; recordar con cariño a aquellos alumnos y compañeros que nos han dejado a
lo largo de estos cuarenta y un años y dar las gracias a todos los demás, a los que aún están en
activo, a los alumnos y al personal del centro; y, por supuesto, mandar un cariñoso recuerdo
y un abrazo al equipo al que ahora me incorporo, los jubiletas.
Espero que mi nueva etapa no sea peor que lo vivido hasta ahora.
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José Luis Cuesta García
Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
Espero en estas líneas ser capaz de elaborar esa realidad. Parece tarea difícil. Como aficionado
a la música, me ayudaré de varias melodías para dar coherencia a esta pequeña narración vital.
MELODÍA Nº 1
“Cómo han pasado los años” Autor: Roberto Livi. Interpretan: Trío Los Panchos.
Pues sí, ya han pasado algunos desde que nací en Santander en el seno de una familia de
cuatro hermanos, dos chicos y dos chicas, siendo yo el segundo.
Mis padres, Ramón y Mª Cruz, oriundos del valle del Nansa, se habían trasladado a la
capital, recién casados, para iniciar una vida en común. Al cabo de cuatro años, la familia ya
estaba compuesta por seis miembros.
Fueron luchadores, generosos y sobre todo buenos padres. Siempre pendientes de sus hijos,
apoyándonos en las ocasiones difíciles y compartiendo nuestra felicidad en los buenos
momentos. Nunca olvidaré sus consejos y los valores que nos transmitieron con su ejemplo.
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
En el castillo de Arrecife
(Lanzarote) disfrutando con
alumnos y compañeros del
Premio de Innovación recibido
de la Consejería de Educación de
Canarias por el trabajo realizado
sobre la figura del pintor César
Manrique (junio de 1987)
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
Y ya por fin… la universidad. Eran años convulsos en lo social y en lo político. Había ansia
de libertad y democracia y la muerte de Franco en 1975 abrió muchos conflictos latentes.
Los universitarios participamos activamente: manifestaciones, asambleas, encierros…
Como anécdota de la época, recuerdo que algunos profesores que nos daban clase estaban
perseguidos, escondidos. No importaba que no pudieran impartir las clases, ahí estábamos
los alumnos que solidariamente elaborábamos los apuntes de cada asignatura y nos los
repartíamos para que todo siguiese con normalidad.
Lo primero, cumplir con las obligaciones de todo varón de la época: servicio militar. Acabado
el mismo en febrero de 1979 y con una anhelada “cartilla blanca”, en la que se decía que “el
valor se le supone”, decidí hacerme el valiente y presentarme a las oposiciones convocadas
para realizarse ese verano y… ¡bingo! Ahí estaba mi nombre entre los 62 aprobados.
“Cómo han pasado los años: las vueltas que dio la vida”
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
Sin embargo, aquellos maestros noveles topábamos con la dura realidad administrativa.
En aquellos años a los profesores recién ingresados por oposición se nos adjudicaban los
destinos para cubrir bajas, sustituciones, permisos… De forma que para obtener el primer
destino definitivo pasaban demasiados años.
De esta manera, inicio mi periplo por la Cantabria todavía no calificada como infinita: Laredo,
Noja, Sel del Manzano, Barros, Cieza, Oreña, Torrelavega… No podíamos desempeñar una
labor continuista y estable con los mismos alumnos.
Entonces, encontré una solución que ya rondaba por mi cabeza: las islas Canarias. Al solicitar
destino fuera de tu comunidad, se te adjudicaba uno ya como definitivo. Así fue como el
primer día del curso 87-88 me desperté en Tenerife.
MELODÍA Nº 2
“Te cuento cómo vivo en Tenerife” Autor: Lima Quintana. Interpretan: Los Sabandeños.
Ya no había vuelta atrás y una nueva vida a más de dos mil kilómetros de distancia esperaba
a mi familia (mi compañera Rosa y mi hija Laura, de apenas un año), provocándonos dos
sentimientos encontrados: ilusión y temor.
Inaugurando en el Colegio
Quirós de Cóbreces la 1ª
Olimpiada Escolar surgida de un
Proyecto Comenius (año 2002)
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
Para la familia también fueron unos años Celebrando en mayo de 2017 el XII Festival Poético
dedicado a Cantabria
estupendos. Supimos adaptarnos, la gente nos
abrió sus vidas, las compartimos con respeto
y ternura, les dimos toda nuestra ayuda y nos
hicieron unos “chicharreros” más. Allí criamos
felices a nuestros hijos: la cántabra y el canario.
Tenerife sigue siendo hoy nuestra “otra tierra”
y afortunados prisioneros de ella, allí tenemos
nuestra residencia en temporadas.
MELODÍA Nº 3
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
Durante cinco cursos realicé mi labor de PT en los colegios de los pueblos mencionados.
Los niños con los que trabajaba presentaban distintas necesidades educativas y comencé a
darme cuenta de que en muchos casos para su normalización escolar era más importante la
relación que establecía con ellos que la aplicación de programas de recuperación.
La clave me la dio una mamá que, al dar de alta a su hijo del aula de PT, me dijo: “José Luis,
me gustaría que siguiera en tu aula, aunque solo sea para que hables con él”.
A partir de ese momento, entendí que para ayudar a un niño a superar sus dificultades
primero hay que saber qué le pasa y después por qué le pasa lo que le pasa.
Trabajé muy a gusto esos años. Encontré compañeros y equipos directivos comprometidos y
con ganas de innovar. En Cóbreces, participé como coordinador en un proyecto COMENIUS
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
Despedida sorpresa de todo el colegio cantándome “Viento del Norte”. Algunos niños, tan emocionados como yo, no
pudieron aguantar las lágrimas.
con centros de Alemania, Italia, Finlandia y Grecia sobre los Juegos Olímpicos y los valores
que transmiten. En un viaje de vuelta de Creta, diseñamos lo que sería la celebración de la
1ª Olimpiada Escolar en el Colegio Quirós, que tuvo un amplio despliegue informativo
en la radio, en la televisión y en la prensa escrita de Cantabria. Fue un gran proyecto de
compromiso y trabajo en equipo.
MELODÍA Nº 4
En el curso 2002-03, comienzo mi andadura en el que iba a ser mi último destino profesional:
el CEIP Marzán de Cuchía (Miengo).
Del análisis inicial, descubro un centro todavía rural, con deficientes instalaciones y con una
pedagogía en general academicista.
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
De aquellas reflexiones surgieron los ejes principales que sustentaron los cambios
(acompañados de una potente formación docente) que han marcado las señas de identidad
del centro: la biblioteca, las TIC y las acciones solidarias. Posteriormente, incorporamos la
atención a la diversidad.
BIBLIOTECA
Los proyectos transversales, nacidos de ella, fueron implicando a todo el centro modificando
las metodologías, la organización y fomentando la participación activa de familias,
instituciones y personalidades de la cultura, la política y el deporte: “Ánimos lectores”,
“Marci, nuestra mascota, se va de cuento por el mundo”, Festival Poético (12ª edición), radio
escolar…
TIC
Celebrando con emoción y agradecimiento mi despedida por el mundo educativo (junio de 2017)
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José Luis Cuesta García Vidas Maestras 2018
ACCIONES SOLIDARIAS
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
De todos los cambios producidos en el centro, en los que siempre he participado activamente
impulsando y colaborando, creo que este es quizás el que más ha singularizado la etapa de
mi dirección.
Con este PAT, y gracias a una cultura de formación permanente y común entre el
profesorado, conseguimos compartir lenguajes y que se normalizara el seguir aprendiendo
nuevas estrategias.
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Vidas Maestras 2018 José Luis Cuesta García
Para finalizar, mi agradecimiento y reconocimiento a todos los profesores que han trabajado
a mi lado en el Marzán, creyendo y respaldando todos estos cambios y afrontándolos
como algo positivo. El futuro de la educación no puede estar solo en el conocimiento sino
en disponer y gestionar capacidades socioemocionales para moverse por el mundo. La
Administración tiene la palabra.
MELODÍA Nº 5
Me ha dado alumnos. “Pequeñas personitas” a las que he tenido el privilegio de guiar, junto
a sus familias, en el camino de la vida y que me han enseñado que no me equivoqué cuando
decidí ser maestro.
Me ha dado compañeros y amigos. Excelentes profesionales con los que he aprendido tantas
cosas, compartiendo este apasionante mundo de la enseñanza.
Me ha dado una familia de la que he sacado la fuerza y los ánimos en los momentos
complicados y con la que sigo disfrutando el maravilloso presente.
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Eva Cueto Cano
Vidas Maestras 2018 Eva Cueto Cano
O BSERVACIONES
MAESTRA
Y REFLEXIONES DE UNA
subjetivo, sobre todo a la hora de poner notas, que no siempre eran las que los alumnos y
familiares hubieran deseado, o hacer informes de evaluación; pero no se puede engañar a
nadie, debemos ser honestos y realistas. Esto es lo que hay (al menos, por ahora). El tener
que calificar a nuestros discípulos es lo peor de nuestro trabajo, por lo menos para mí así lo
fue. Todo lo demás, mi padre decía que iba incluido en el sueldo. Este me enseñó a leer y a
escribir mis primeras letras, me contaba historias y desde casa veía la de “Calasita Roja” en
lo alto de una colina, pero nunca tuve miedo al lobo. Los animales fueron y siguen siendo
mis mejores amigos.
Mis padres eran ganaderos. Cuando iban al campo a la siega o a recoger la siembra, yo iba
con ellos. Descubrí saltamontes, grillos, mariposas, topos, nidos de codorniz, mariquitas,
ratoncitos, erizos y gran cantidad de plantas silvestres y cultivadas. Mi juego simbólico
consistía en cultivar alubias y maíz en un pequeñito huerto que tenía en un rincón del balcón y
plantar geranios y begonias. Me quedaba extasiada observando la germinación y crecimiento
de una semilla y cómo se formaba el fruto. Igual de maravilloso era ver salir un pollito del
huevo o nacer un ternero del cuerpo de su madre y la metamorfosis de la rana ¡Parecía un
milagro! Y todas las mañanas y al atardecer escuchaba los conciertos que protagonizaban los
jilgueros, petirrojos, mirlos y malvises; ¡ah!, y en abril cantaba el cuclillo, que hace mucho que
no oigo, ni volví a ver aquellas golondrinas que anidaban en las vigas de la cuadra. También
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Eva Cueto Cano Vidas Maestras 2018
En la escuela
unitaria de Hoznayo
hacía patrones y cosía vestidos en papel que copiaba de los que confeccionaba mi prima, que
era modista. Apenas tuve juguetes, pero me los inventaba. Con astillas de leña que vestía con
trapos y con trozos de cuerdas, les hacía el pelo a mis muñecas; y cuando a mi madre se le
rompía un plato, los cascos eran la vajilla en la que les daba de comer todo tipo de alimentos,
que preparaba con plantas silvestres: arroz, huevos, filetes, pescado… Esto desarrolló mi
creatividad y aún hoy reciclo todo lo que puedo. Siempre hay un objeto al que se le puede dar
alguna utilidad. Jugaba con algunas niñas haciendo canicas con arcilla que recogíamos en el
barrio o a la comba con tallos de plantas trepadoras y al “castro hecho y bien derecho” con
piedrecitas, y lo dibujábamos con trozos de ladrillo, al igual que hacíamos cuando jugábamos
al “cutrumé”. Aun así, mi infancia fue muy feliz. Esperaba la llegada de las fiestas del pueblo
con gran ilusión para comprarme algún pequeño juguete, que no duraba mucho. Ahora me
sorprende la saturación de ellos que tienen los niños y que, a consecuencia de ello, no juegan
con ninguno. Es necesario programarles hasta las actividades de ocio. No pueden aburrirse,
y esto es necesario para reflexionar, imaginar, ser capaces de enfrentarse a las dificultades
que surjan sin frustraciones, para resolver problemas, adquirir seguridad y seguir avanzando.
En el edificio escolar había dos departamentos, uno para los niños y otro para las niñas.
En aquella época estábamos separados, al igual que sucedía en la iglesia, todas las mujeres
hacia delante y todos los hombres hacia atrás. Había niñas de edades comprendidas entre
los seis y los catorce años. Al final se les daba el Certificado de Estudios Primarios. Las
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Eva Cueto Cano Vidas Maestras 2018
Pero que no se alarme nadie. No hubo hematomas ni cara hinchada. Y aunque parezca
injusto, era la pedagogía del momento y no me ocasionó ningún trauma; es más, le estoy
muy agradecida porque desde entonces no fue necesario que me explicaran nada. Aprendí
las enciclopedias Álvarez de memoria. Así fue y así lo viví.
Ello llevó a mi maestra Dña. Rosa a hablar con mis padres y aconsejarles que hicieran un
esfuerzo y me pagaran estudios de Bachillerato porque tenía capacidad para realizarlos.
Yo, a mis once años, ya era consciente de cuánto tenían ellos que trabajar y lo duro que era,
sin tener ni un día libre, al igual que el resto de los vecinos. Quise estudiar para darles una
vida mejor y lo conseguimos mutuamente (siempre fuimos un equipo) y también porque
sabía que, en aquel entonces, no tenía otro medio de conocer el mundo sino a través de los
libros, por lo que nunca tuvieron que recordarme que debía estudiar. Esto me hace pensar
que el que quiere aprender, aprende. Pero es necesario tener motivación y no todos tenemos
las mismas habilidades, intereses y capacidades, por lo que a todos no se les puede exigir
lo mismo. Pero sí es necesario tener una base para ser autónomos y curiosidad para seguir
aprendiendo. El sistema educativo aún no ha encontrado la solución para dar cabida a los
que tienen dificultades de aprendizaje, a pesar de todas las leyes de educación que se han
formulado y que me ha tocado vivir.
Aprobé el examen de Ingreso y el Primero de Bachillerato en el Instituto Femenino Santa
Clara de Santander y así continué hasta 4º y reválida. Dña. Rosa me daba dos horas de
clase particular fuera del horario escolar. Me lo jugaba “todo a una”. Los profesores que nos
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Eva Cueto Cano Vidas Maestras 2018
De carnaval, en la Escuela
Infantil Anjana de Torrelavega.
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Vidas Maestras 2018 Eva Cueto Cano
muchos más convocados por los Centros de Profesores en horario extraescolar asistiendo
como oyente, además de participar en seminarios. Siempre aprendiendo.
Ese año aprobé las oposiciones por Educación Infantil y trabajé en el Colegio de Educación
Especial de Parayas, como Profesora de Apoyo. Allí puse en práctica mis conocimientos y
aprendí mucho de las diferentes discapacidades, al pasar por todas las aulas. Desde entonces,
siempre trabajé en esa especialidad de PT, excepto un curso que estuve en Educación Infantil.
En el CP Jesús del Monte de Hazas de Cesto, donde permanecí desde el 2002 hasta el 2012,
también ejercí de Coordinadora de Interculturalidad. Allí, en contra de lo que nos vendían,
apoyé a los alumnos rumanos y marroquíes enseñándoles a leer y a escribir en español fuera
del aula, porque ¿qué podían hacer estos alumnos en una clase de 4º de Primaria sin saber
nada de nuestro idioma? Pongámonos en su lugar.
En el curso 2012-2013 me trasladé al CEIP Aguanaz de Entrambasaguas, mi pueblo, donde
me jubilé.
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Eva Cueto Cano Vidas Maestras 2018
Allí entré en contacto con el síndrome de Asperger y autismo, comprobando que en los
últimos años se habían producido grandes avances en el tratamiento de la comunicación.
Mi compañera de Audición y Lenguaje María Blanca Irigoyen, de origen argentino, con
grandes conocimientos sobre el tema, me ayudó mucho en mi trabajo. Siempre le estaré
agradecida. Sabía que, si bien no se debe etiquetar a los alumnos porque ello limita el proceso
de enseñanza-aprendizaje, tampoco se deben transmitir grandes expectativas, porque si estas
no se consiguen es tal la frustración que sufren las familias que nos rebota y sufrimos efectos
colaterales. A los maestros, al igual que a los médicos, no siempre nos funciona el tratamiento
y hay que resignarse. Debemos ser prudentes.
Comencé mi trabajo siguiendo el método de investigación-acción y terminé con el mismo en
un colegio en el que en el curso 2014-2015 se inició el Proyecto Samsung Smart School en
el tercer nivel de Primaria, con tablets para todo el alumnado y un equipamiento que permite
realizar tareas digitales y cooperativas, siendo este centro el único de Cantabria, junto a
otros dieciséis de otras comunidades, que participó en el mismo. También se está llevando
a cabo el Proyecto de Inmersión Lingüística en Lengua inglesa, con ayudante lingüístico
nativo, y continúan con nuevos proyectos de innovación. Todo ello con el objeto de formar
al alumnado para afrontar en mejores condiciones los retos de la sociedad actual, que avanza
muy deprisa y en la que es necesario adaptarse continuamente.
Mis compañeros y compañeras me prepararon un acto de despedida “a la carta”, bien pensado
y organizado (como siempre), siguiendo el pensar y sentir de Mª José Rioseco y Raquel
González para que no lo olvidara nunca, como así será. Ahora ha llegado el momento de
dar paso a las nuevas generaciones, porque el cuerpo se cansa y la mente se satura. Mientras
tanto, yo seguiré escribiendo mi futuro…
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Carlos García López
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El Tejo: haciendo taichí con algunos alumnos en 1999. Frente al Instituto de Educación Secundaria de Bezana en
su curso inaugural (2001)
Instituto de Bezana: con un curso de 1º de ESO en 2003. Con alumnos de Secundaria y de Bachillerato de Bezana, en
el intercambio de Londres (abril de 2004).
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Estaba disfrutando animadamente de todo ello…, cuando el final, en junio de 2018, llegó
tan silencioso y súbito como lo había hecho el principio cuarenta y un años antes. Noto que
ahora me siento más fresco que cuando empecé y con más ganas. Desde mi experiencia
en El Tejo, tomé conciencia de que mi trabajo consistía en ser el animador de un proceso
en el que los alumnos y yo dábamos y recibíamos: todos nos enseñábamos, aprendíamos y
evolucionábamos juntos.
Durante cuarenta y un años, he vivido plena y felizmente este viaje colectivo y energético
que ha sacado lo mejor de mí, enseñándome a estar siempre alerta y dispuesto a afrontar el
reto de responder con coherencia a las situaciones nuevas con las que nos desborda la vida
día a día. ¡Gracias a la vida!
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Ángel Llano Díaz
Vidas Maestras 2018 Ángel Llano Díaz
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Ángel Llano Díaz Vidas Maestras 2018
centro, la sección del Ramón Pelayo, luego al IES Nueve Valles, al Jesús de Monasterio en
Potes, un par de cursos en la Consejería de Educación como asesor de Adultos, de nuevo al
Nueve Valles y, finalmente, al IES de Astillero, donde me he jubilado.
Lo he pasado bien. Me ha gustado lo que he hecho, y mucho. Como nos ocurre a casi
todos los maestros, lo mejor de todo ha sido la relación con los chicos y chicas. Todo ha
cambiado tanto después de treinta y cinco años. La modernización de las instalaciones
escolares ha sido espectacular, como lo ha sido también la mejora de las condiciones de
trabajo. Hubo que luchar por el final de los castigos físicos en el colegio, el final de las
prácticas religiosas -aquellos famosos Meses de María-, por la renovación pedagógica -sin
saber muy bien cómo hacerlo, pero sabiendo perfectamente cómo no hacerlo-, por la lucha
sindical buscando mejoras profesionales y laborales, con mi primera afiliación a FETE-
UGT y luego al STEC, luchas por mejorar una enseñanza pública que salió muy perjudicada
del franquismo, las discusiones dentro de los propios claustros contra formas autoritarias
de entender la educación… En todo esto estaba yo, cuando me matriculé en un curso de la
UNED sobre historia de la educación. Coincidió con mi destino en Suances y Baldomero,
el párroco, me dejó la documentación de la Fundación Quintana relacionada con el Colegio
San José. Y ahí comenzó a aparecer una nueva fase de mi vida.
Los últimos veinte años los he pasado investigando sobre la historia de mi profesión. Y me
he dado cuenta de lo poco que sabemos los docentes sobre nuestra historia, agobiados como
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María Luisa Mazón Calpena Vidas Maestras 2018
Yo delante de mi padre en la foto de familia numerosa El día de mi primera comunión junto a mis
hermanas mayores
la apacible vida en una pequeña ciudad levantina por un aterrizaje forzoso en un Madrid
que experimenté como frío y enorme. Tuve que adaptarme. Enseguida hice nuevas amigas,
las “gomas” y las volteretas fueron suplantadas por el baloncesto, los saltos en el plinto y
sobre todo por el balón tiro en el patio del colegio, juego que fue para mí una auténtica
pasión. Acabé el Bachillerato Elemental y luego el Superior con sus dos reválidas incluidas,
obteniendo siempre excelentes calificaciones.
Cursé el COU y luego el Selectivo de Ciencias, ambos cursos en el Colegio Universitario
Poveda, dependiente también de las teresianas. Aquel verano, tras terminar Selectivo, me fui
tres meses de au pair a Londres, a casa de una adinerada familia judía. Ya llevaba estudiando
inglés desde los trece años y aquella estancia me permitió soltarme a hablar y a entender.
Y entonces llegó el gran momento: elegir qué carrera estudiar. Vocación, lo que se dice
vocación, yo no la tenía por nada, así que, entre las opciones a las que me daba acceso el
Selectivo, elegí Matemáticas, quizás por ser una materia en la que siempre me había sentido
segura. Entré en la Universidad Complutense en Segundo Curso de Ciencias Exactas. Ese
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Yo, agachada entre mis tíos maternos y delante de mi hermana Carmen, en la cumbre de Peña Ubiña
a principios de los setenta.
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otras aficiones, yoga, taichí y meditación zen por un lado y alpinismo y escalada por otro.
Tuve una grave caída en los Alpes en el verano de 1981, me tuvieron que rescatar con
helicóptero. En el verano siguiente fuimos a la Cordillera Blanca, en los Andes del Perú, y
ascendimos el Nevado Huascarán. A lo largo del curso, seguíamos saliendo a la montaña
los fines de semana y en los veranos a los Pirineos, acompañados de nuestros hijos; siempre
nos las arreglábamos de alguna manera para poder subir a las cumbres o escalar, con amigos
que hacían de niñeras, turnos entre nosotros o turnos con amigos que también tenían hijos.
Junto a nuestros hijos, hicimos la Travesía Transpirenaica, a lo largo de varios veranos, desde
el Cantábrico al Mediterráneo, una experiencia familiar inolvidable.
El año 1996, tras abandonar la Universidad de Cantabria, me lo tomé de sabático; y en
el 1997 empecé a trabajar de profesora de Matemáticas en una universidad privada de
Santander, la Escuela Superior de Negocios ESNE. Volvía con ello a mi genuina vocación,
a lo que verdaderamente me gustaba, enseñar matemáticas a nivel universitario a gente que
no estudiara matemáticas. Fueron ocho años en condiciones laborales muy precarias, en los
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María Luisa Mazón Calpena Vidas Maestras 2018
Estoy con sombrero y gafas de sol, frente a mi hermana Cristina, en el refugio Subiendo a la Peña Santa de Castilla
de Arremoulit (Pirineos franceses), en julio de 2016. (julio de 2016)
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Vidas Maestras 2018 María Luisa Mazón Calpena
gusto en ese instituto y continué en él hasta que pude jubilarme, en octubre de 2017. Esta
etapa en Secundaria, menos exigente en cuanto al nivel académico de las clases, supuso para
mí todo un aprendizaje. Varios compañeros, maestros de profesión y de vocación, me dieron
algunas pistas que fueron clave para aprender a manejarme en la enseñanza secundaria,
terreno que yo no había transitado nunca antes.
Y como el tiempo pasa tan rápido como una flecha hete aquí que ya estoy disfrutando de
mi jubilación, y me considero muy afortunada de poder hacerlo con buena salud y ganas
de hacer muchas cosas en una tierra en la que he echado raíces y de la que ya no podría
prescindir.
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Patricia Muñoz Caudal
Vidas Maestras 2018 Patricia Muñoz Caudal
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Patricia Muñoz Caudal Vidas Maestras 2018
Mi escuela en Orán
(Argelia); estoy a la
derecha en la primera
fila de pie.
había que adaptarse. Un primer idioma extranjero, inglés, ¡qué horror! Un segundo, español,
¡qué maravilla! Allí descubrí lo que quería enseñar. Desde el primer momento, me gustaron
el sonido, la lengua, los profesores, en fin, todo. Pasé cuatro años en este centro y de nuevo
cambio, llegaba la “mixité”. Unos acuerdos nos obligaron a las chicas mayores a acudir al
instituto de chicos y a los más jóvenes de los chicos a acudir al colegio de chicas. ¡Qué nervios!
Nunca habíamos estado con chicos en clase, ni con profesores hombres. Pero descubrimos un
centro con muchas instalaciones: laboratorios de química, de física, de idiomas, pabellón de
deporte… Estuve tres años en este centro antes de ir a la universidad para empezar a estudiar
Filología Hispánica, ya que seguía con mi idea de enseñar el castellano. De nuevo, tres años.
Quería mejorar mi acento, no podía enseñar castellano con este acento tan francés, así que
decidí pedir una plaza de lectora en Santander. ¿Por qué Santander? Porque mi profesor
de universidad quería que hiciese una tesina sobre su vida cultural; él estaba preparando, a
su vez, una tesis doctoral sobre esta ciudad. Así que cogí mis bártulos y llegué a Santander
sin conocer a nadie. Ya había llegado a mi tercer país, a mi nueva vida y a mi cambio de
idioma. Mi destino era el Instituto Santa Clara. Di mis primeros pasos de enseñante allí con
la ayuda de don Antonio Bueno, el director. Me enseñó de manera muy sutil muchísimas
cosas, trucos que me servirían para más adelante. Al acabar el curso, decidí quedarme a
vivir en este país, ya que me había casado con un santanderino. Empecé a trabajar en la
Alianza Francesa, donde descubrí cómo enseñar mi idioma, el francés. Di algunos cursos
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Vidas Maestras 2018 Patricia Muñoz Caudal
en el antiguo ICE para maestros que tenían que enseñar francés. Mientras tanto, tuve hijos,
dos, que matriculé en el colegio Castroverde. Y allí di mis primeros pasos en la enseñanza
oficial durante treinta años. Había solicitado una plaza al saber que la directora quería
introducir el francés poco a poco. Era la época de la EGB y empecé a dar clase a los alumnos
de Séptimo. Iban por los pasillos, cada vez que me veían, diciendo “Je m’appelle Jacques
Martineau et j’habite place de la Contrescarpe”. Era el primer diálogo del método. ¡Qué
recuerdos! Antiguos alumnos me lo cuentan todavía. Se fue instalando el francés, en BUP, en
Primaria y finalmente en Secundaria. Daba clase a todos los niveles, de Primero de la ESO a
Cuarto y también en Bachillerato. Intenté no solamente enseñar un idioma, sino transmitir
una cultura, así que organicé durante catorce años un intercambio. Y qué mejor lugar que
mi región, mi ciudad y mi antiguo instituto donde seguía enseñando mi antiguo profesor
de castellano, un valenciano; por cierto, salieron varios futuros profesores de castellano de
esta clase. Los alumnos regresaban del viaje deseando aprender más para poder mantener
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Patricia Muñoz Caudal Vidas Maestras 2018
el contacto. ¡Qué satisfacción! Los animaba a presentarse a los exámenes oficiales DELF,
siempre buscando la motivación y la utilidad de saber varios idiomas. Mi labor no acabó allí,
ya que fui tutora de Cuarto, de Tercero, de Primero de la ESO y de 2º de Bachillerato. Había
que atender y ayudar a los alumnos no solamente desde el punto de vista académico, estar
presente en cualquier momento y en cualquier situación, ayudarlos, apoyarlos. Teníamos
también nuestros momentos más cercanos cuando nos íbamos de viaje, podíamos hablar
tranquilamente sin estar preocupados por el tiempo, en fin, conocernos. ¡Cuántos viajes
a Barcelona y a Valencia! Buenos recuerdos no solamente para los alumnos sino también
para nosotros, los profes. ¡Por cuántos cambios pasamos! Mis primeros exámenes estaban
escritos a mano, después a máquina, para acabar con el ordenador. Buscaba material para mis
alumnos durante mis estancias en Francia. Mis contactos permanentes me permitían estar
al corriente de las noticias, de los cambios, de las novedades, de las canciones, en resumen,
de todo lo que podía motivar a los alumnos. Pero entró internet en nuestra vida y facilitó
esta labor de documentación. Empezamos con la pizarra y la tiza y acabamos con la pizarra
digital y el lápiz. Ya mi vida laboral se acabó y doy gracias a la Institución Teresiana, que me
ha permitido ejercer esta profesión que tanto me ha gustado, conocer a un montón de buenos
compañeros, y amigos ahora, y a todos estos alumnos a los cuales he podido aportar, por lo
menos eso espero, mi granito de arena en su formación tanto personal como académica.
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Blanca Ortiz Rodríguez
Vidas Maestras 2018 Blanca Ortiz Rodríguez
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Blanca Ortiz Rodríguez Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Blanca Ortiz Rodríguez
Carné del
Conservatorio
Jesús de
Monasterio
(octubre de 1968)
en el XII Certamen Provincial Literario Juventud obtengo el Primer Premio Verso (A).
Las Prácticas las realizo en el CP Numancia con Vicenta Furones, amistad duradera.
Con las últimas notas, comentan que soy subcampeona femenina de ajedrez universitario.
Me caso en julio y en septiembre ya vivo en Caracas (1977), postergando mis sueños docentes.
Aprendo de Venezuela sus costumbres, idiosincrasia, música, a sentir la diversidad de
personas y paisajes…
A mediados de 1982, regreso a España, residiendo dos años en Madrid con mis hijos. Pongo
al día mis estudios mientras participo activamente en una Escuela de Padres.
1984: Ya en Santander. Trabajos esporádicos. Ilusionante compartir docencia con la hermana
Bernarda (Adoratrices de Cazoña). Excelente directora la hermana Elisa Prieto, profesora
de admirable y valiente trayectoria vital. Gran apoyo en momentos difíciles.
Oposiciones de Celador, tres meses de sustituciones en Valdecilla. Finalizado mi turno,
participo en la Escuela de Verano. Comienzan mis recitales poéticos con UNATE, realizando
mi presentación Fernando Calderón en el Ateneo de Santander el 19 de mayo de 1987.
Formación en psicodrama, técnicas de estudio, iniciación en técnicas teatrales...
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Blanca Ortiz Rodríguez Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Blanca Ortiz Rodríguez
Cédula venezolana de residente, 1982. Ese verano (1990) apruebo la oposición, por Educación
Infantil.
1990-91: La Serna de Iguña. Dificultad para alquilar
casa, las de maestros estaban ocupadas por personas
cercanas al Ayuntamiento. Guardo buen recuerdo de
compañeros, alumnado y familias.
1991-92: Traslado a Cabezón de la Sal. CP Ramón
Laza, tutora de 8º, Ciencias Sociales y Plástica, Segunda
Etapa de EGB. Paliando lagunas por conflictos del
curso anterior, resumo el temario no impartido antes,
esquematizando lo fundamental. Después, actualizo el
temario. Técnicas de estudio… Supe que la inspectora,
Dña. Ana M.ª Pacheco, había felicitado por la
Programación de Sociales que yo elaboré… cuando
escuché dar la enhorabuena a otra docente.
Encargada del comedor, participo activamente
Con mis hijos en 1984, Santander.
en el viaje a la Expo de Sevilla de 1992. Personas
excepcionales el conserje y su esposa, cocinera del
centro.
Comienzo mi especialización en Música al término
de mi jornada laboral, hasta las nueve de la noche,
en la Universidad de Cantabria, con un profesorado
fantástico y muchas horas compartidas que dejaron
huella y amistades impagables. Se prolongará al curso
En la Braña de los Tejos con la Escuela Taller siguiente, incluyendo el mes de julio.
de Potes (Aula de Adultos, noviembre de 1989).
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Blanca Ortiz Rodríguez Vidas Maestras 2018
Actividades en la biblioteca
de Unquera con el aula de E.
Infantil del CP Tina Mayor
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Fundación Botín, CASYC, Centro Loyola… Formación continua para mejorar, renovando
la enseñanza para mi alumnado. En diciembre de 1999, Cantabria Acoge me otorga el
Primer Premio de Poesía para Adultos.
2000-08: Santander. Especialista en Música, CEIP La Reyerta con el IES Torres Quevedo,
del que guardo muy buen recuerdo.
A finales de 2002, presento en CASYC mi primer libro de poemas, En luna creciente,
prologado por mi amigo Fernando Calderón.
La nueva directora del CEIP muestra disconformidad con mi itinerancia en IES, después
de especializarme en Pedagogía Terapéutica, en 2006, y en Audición y Lenguaje (UNED).
Sufro de mucha presión y estrés y en clase de Primaria se me produce un fuerte traumatismo
al evitar que una niña caiga hacia atrás con la silla y se golpee la cabeza…, deriva en una
complicada enfermedad. Mi salud se deteriora notablemente.
Itinerancia con el CEIP Manuel Cacicedo. Recuerdo, especialmente, a Marina, a Lola, a
Mariola… y el precioso, enorme ramo de flores que me regalaron.
Mi 5º del CEIP Elena Quiroga, de Música, Sociales, Plástica… acepta trabajar conmigo en
los recreos, diseñando un jardín infantil. Tercer Premio. Al graduarse, les escribí un poema.
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María Eugenia Pintos Muiños
Vidas Maestras 2018 María Eugenia Pintos Muiños
M
is primeros recuerdos se despiertan con una fotografía, sentada en
la mesa del maestro con el mapa del mundo a mi espalda y una
enorme ilusión en la mirada, aquí reconozco mi relación con la
aventura de aprender, todo un territorio por explorar desde una
base segura.
Bajo por la cuesta de mi calle en Pontevedra, voy de la mano de
dos niñas del barrio mayores que yo, vamos juntas a la escuela, en
una casa con profesores particulares, “la pasantía” -así se nombra en Galicia a todas estas
pequeñas escuelas privadas-; de ahí pasé al colegio de las Doroteas. El uniforme, el trato
con las “madres”, las religiosas responsables del colegio, algunas de ellas también nuestras
profesoras.
Cuando pienso en esa época, recuerdo que siempre fui contenta al colegio; madrugaba e iba
a buscar a mi mejor amiga, luego muchos días las dos llegábamos tarde y nos castigaban a
quedarnos a la misa de una, al acabar las clases; tiempos de risas y estudio. También en ese
momento fueron posando semillas que se expandirían a lo largo del tiempo. Las primeras
visitas a la Biblioteca de la ciudad para coger los libros que nos recomendaba Berta, la profesora
de Lengua e Historia. La preparación de una función de teatro como parte de la Geografía, ya
nuevas formas en aquel clásico colegio, y era la madre Guijarro quien lo proponía.
Estudié mucho y lo pasé muy bien, me interesaban desde las Matemáticas hasta el Latín,
jugar al brilé en los recreos y demorarme en la Alameda por las tardes antes de regresar a
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María Eugenia Pintos Muiños Vidas Maestras 2018
Con el uniforme
de las Doroteas
casa. Tenía buenas notas y mi abuelo estaba orgulloso de mí, guardaba en su cartera mis
calificaciones y a veces se las enseñaba a sus amigos; me daba algo de vergüenza, pero
también me hacía sentir bien.
Algunas tardes iba a estudiar a casa de mis primos, “la casa del horno”, hacíamos los deberes
juntos y me gustaba estar allí, supongo que por la sensación de calor y el olor a pan, levadura y
empanada que venían de la planta baja. Todo esto fue la atmósfera que me acompañó con los
libros y el uniforme. También fantaseaba con hacerme mayor, tener una vida independiente,
ir y venir. Mi hermana mayor, que desde muy joven trabajó como maestra en diferentes
pueblos gallegos, era un estímulo.
Hice el último Preuniversitario en Santiago, en el Instituto Rosalía de Castro, junto a los
jardines de la Herradura. Vivía en una pensión con compañeras universitarias, un año de
muchas novedades. Me interesaban las Ciencias, pero dudaba entre Biológicas o Químicas:
Hice Selectivo de Biología y en Segundo me pasé a Química. Siempre mantuve amistad con
mis compañeros biólogos y disfruto enormemente del contacto con la naturaleza, las plantas
y los animales.
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Vidas Maestras 2018 María Eugenia Pintos Muiños
Con los estudiantes del IFP N.º 2 de Alcalá de Henares en Navacerrada (1995)
Los años en Santiago estuvieron llenos de experiencias: los amigos, la vida en la residencia
y más tarde en los pisos compartidos, el cineclub, los conciertos, las asambleas…, todo esto
unido a las clases y los estudios. Estudiaba con amigos y profundizábamos en las estructuras
de las moléculas, la magia de las partículas y sus misteriosas huellas para reconocerlas. La
Bioquímica me acercó de nuevo a los mecanismos de la vida y los últimos cursos me orienté a
la Química Orgánica. Esto señaló en cierto modo mi destino, pues el jefe del Departamento
de Orgánica tenía relación con Santander y en el tablón de anuncios leí con mi compañera
Mari Carmen Pérez una convocatoria de becas para el Centro de Investigación y Desarrollo
de Santander, una entidad en la que colaboraban la Universidad, la Diputación y el CSIC.
Solicitamos la beca, nos llamaron para una entrevista y nos aceptaron. Me encontré, dos
meses después de terminar la carrera, trabajando en Santander, en la Facultad de Físicas.
Formaba parte de un equipo interdisciplinar con geólogos, biólogos, ingenieros de Montes…
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María Eugenia Pintos Muiños Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 María Eugenia Pintos Muiños
La tarea implicaba no solo ser capaces de entender y realizar análisis químicos, sino también
aprender a ser autónomos en el laboratorio, mantener el orden en el almacén con los
productos y los materiales e ir desarrollando un sentido de equipo y de profesionalidad.
En junio del 84 hice las oposiciones de maestra de Taller, rama Química, en Madrid. La
suerte estuvo de mi parte, pues me salió un tema de análisis de compuestos orgánicos que
manejaba con soltura, así que superé la prueba sin problemas. Muy contenta, pero con la
“sombra” de que tendría que dejar temporalmente Santander, ya que en esta ciudad no había
plaza y en el norte esta especialidad solo existía en Burgos y en Gijón. Para mi sorpresa y
disgusto inicial, me destinaron a Alcalá de Henares. Pronto me sentí a gusto en esta pequeña
y luminosa ciudad, y en aquel 1984 tenía muchos estudiantes procedentes del sur que en
Navidades bajaban a recoger la aceituna; también tuve estupendos compañeros.
Ese año viajé mucho, ya que cogía el tren los viernes por la tarde y regresaba el domingo por
la noche; en Santander se había quedado mi familia y mi hijo Román, que entonces tenía
cinco años. Empecé también a vislumbrar la riqueza de esta profesión. Regreso al Politécnico
por concurso de traslados al curso siguiente y estoy en él hasta el año 92. Años productivos e
interesantes, ya que en torno al 90 comienza a implantarse en el Instituto Politécnico la Reforma
de las Enseñanzas Medias. Me interesa incorporarme a este proceso y puedo participar como
profesora de Biología y además organizando una asignatura opcional denominada “El taller de
Perfumería”, con Mar López, también profesora de Biología en el centro.
En esta asignatura se enlazan y toman cuerpo ideas que rondaban mi cabeza, la importancia
de un contexto que diera sentido a los contenidos de las áreas, una vinculación con la
realidad y la interdisciplinaridad. Como texto, fragmentos de El perfume de Patrick Süskind;
y diseñamos con ayuda del profesor de Plástica un logo, envasamos nuestros perfumes y
los ofrecimos a toda la comunidad educativa. Presentamos un póster con esta experiencia
en el IV Congreso de Investigación en la Didáctica de las Ciencias y las Matemáticas de
Barcelona, en 1993.
Son momentos de cambio en las leyes educativas y en la organización de la Formación
Profesional, y decido presentarme a las oposiciones de Secundaria. Nuevamente los
exámenes son en Madrid y elijo para desarrollar un tema de Cinética Química. Apruebo y
en septiembre comienzo el curso en el Instituto de Colindres, la plaza era “Física y Química
con Informática”. Aquí estoy dos cursos; era un centro muy nuevo, aún sin nombre y estaba
Pilar Maestro como jefe de Estudios. Enseguida me sentí incorporada al centro, con jornadas
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María Eugenia Pintos Muiños Vidas Maestras 2018
largas y con ilusión, no existía la autovía de Bilbao y madrugábamos para llegar puntuales,
preciosos muchos amaneceres a la altura de Hoznayo con las montañas en el horizonte.
Al terminar el curso 93-94, me surge la oportunidad de unirme al equipo del Centro
de Profesores y Recursos de Camargo-Alceda como asesora del Ámbito Científico
Tecnológico. Se abre el centro con Jacinto Arce como director: Esta etapa dura ocho años,
que fue también la duración de este CPR, pues en 2002 hay una reestructuración de la red de
formación y se cerró. Empezamos en la Casa Altamira, actual Centro de Servicios Sociales
del Ayuntamiento de Camargo, y después la sede pasó al Colegio Pedro Velarde.
Una nueva aventura que amplió la mirada que había ido formándome sobre la educación.
Tiempo de generar colaboraciones y crear grupos. Estoy muy agradecida a todo el equipo
del centro y a todo el profesorado que participó en los diferentes cursos y seminarios de estos
años. Quiero destacar de esta etapa el trabajo de reflexión, análisis, formación y producción
de materiales en el área de Ciencias (Física y Química, Biología y Geología y Matemáticas).
Son claves los cursos monográficos con Genaro Guisasola, profesor de Física Aplicada de
la Universidad del País Vasco, con amplia experiencia de investigación en la Didáctica de
las Ciencias y, de modo especial, los Foros de Ciencias-Matemáticas dirigidos por Carles
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María Eugenia Pintos Muiños Vidas Maestras 2018
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después de un período de formación y reflexión sobre el rol del educador y los procesos
de enseñanza/aprendizaje de las Ciencias. El Programa de Diversificación, en el que me
encargo de todas las áreas de Ciencias en 3º y 4º, hace posible poner en juego los materiales
y metodología con los que me identificaba y que junto a otros compañeros (Mª José, Jacobo,
Gema, Jose y Begoña) habíamos preparado y revisado.
Septiembre de 2003, otro curso y otro comienzo, también un tiempo productivo que sigue
ayudándome a tender puentes entre las diferentes facetas del sistema educativo y de los
procesos de formación. Entre las responsabilidades de este momento, están los “Programas
de Cooperación Territorial”, resultado de la colaboración entre el Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte y las comunidades autónomas. Se trata de estancias semanales de dos
grupos de estudiantes de diferentes lugares que juntos viven una experiencia educativa, en
nuestro caso, en Cantabria.
Fue un tiempo vivido con intensidad, ilusión y mucha creatividad; en las Escuelas Viajeras
acogíamos a niños de 5º y 6º de Primaria, tres grupos de quince estudiantes. En las Rutas
Literarias y en las Rutas Científicas eran dos grupos de veinticinco estudiantes de Secundaria
o Bachillerato. Hicimos una reelaboración de las Escuelas Viajeras y pusimos en marcha el
diseño de las Rutas Literarias y Científicas; la elaboración de los materiales didácticos, la
organización de las actividades de ocio y toda la intendencia necesaria para acoger a los
grupos. La base era Viérnoles, la residencia de Programas Educativos; desde allí, salíamos
cada día para visitar los centros de interés seleccionados. El autobús, la residencia, los pueblos,
empresas y museos eran nuestras aulas. La integración grupal se iba logrando rápidamente a
través de diversas estrategias y del natural interés de unos muchachos hacia los otros.
El “curso” duraba de lunes a domingo, y en las despedidas siempre estaban presentes las
lágrimas. Por la noche teníamos teatro, talleres de poesía, cuentacuentos, música y baile. En
la velada estrella, cada grupo nos hablaba de su tierra, paisajes, dulces, cultura, fiestas… Nos
hemos sentido en muchos pueblos y ciudades de nuestra geografía, rodeados por su sonido,
su aroma y sus colores.
Agradezco de corazón todo el buen hacer y disponibilidad de tantas personas y entidades
que nos dieron su tiempo, su conocimiento y abrieron las puertas de sus “casas” para estos
grupos. Mi agradecimiento también para Yolanda y Carmen Rivas por todo su trabajo y
buen talante en el día a día. También en Viérnoles colaboré con el Centro de Educación
Ambiental y el CRIE, que tienen allí su sede.
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María Eugenia Pintos Muiños Vidas Maestras 2018
No me olvido de las asesoras del Ministerio que gestionaban estos Programas y promovían
encuentros para conocer el trabajo de las diferentes comunidades; gracias por haber podido
escuchar versos de Juan Ramón en Palos de Moguer, palabras de Antonio Machado en Soria
y poemas de Lorca en el barranco de Viznar… Aquí también oímos a José Hierro y Gerardo
Diego sobre las aguas de la bahía y a Pereda y Alberti en la Casona de Tudanca.
Desde la Consejería de Educación, participé también en los inicios del programa
“Educación Responsable” promovido por la Fundación Marcelino Botín; una propuesta
integradora encaminada a facilitar un desarrollo saludable en los niños y niñas vinculando
los conocimientos con las emociones, la interacción social y la creatividad.
En 2011, vuelvo al Instituto de Heras, mi querido “Granjero”, muchas mañanas mirando a
Peña Cabarga y caminando bajo la tejavana, con lluvia, sol o viento sur que allí azota fuerte.
Acompañada siempre por las voces de los estudiantes, sus risas y sus saludos; también por
mis compañeros. Llegar a la sala de profesores para ir directamente a clase con el sonido
trepidante de la sirena ¿Por qué no una música relajante o simplemente el sonido de una
campana?
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Luis Antonio del Río Ruiz
Vidas Maestras 2018 Luis Antonio del Río Ruiz
N
ací en Torrelavega en el año 1953. Los primeros estudios los hice en el
Colegio de los Sagrados Corazones de Torrelavega y, después de hacer
la primera comunión, en 1960 pasé al Colegio Nuestra Señora de la
Paz. Allí superé el Ingreso y los seis años de aquel largo Bachillerato,
con sus correspondientes reválidas de 4º y de 6º.
Durante ese Bachillerato, abandonamos el viejo colegio y estrenamos
el nuevo con unas estupendas instalaciones; sobre todo, nos llamó la atención el que tenía
piscina cubierta climatizada.
Durante el curso de 6º de Bachillerato, junto a unos compañeros, y además amigos, forma-
mos el grupo musical “Ilusión Joven”, muy ligado al colegio.
Despues del Bachillerato, cursamos el Preuniversitario, llegando el momento de abandonar
el colegio y de decidirse por unos estudios universitarios.
En aquel tiempo, los amigos del grupo musical nos separamos porque nos fuimos a distintas
universidades.
Yo hice una Ingenieria Técnica. Al finalizar esos estudios, tuve que realizar el servicio militar
obligatorio, que había ido retrasando pidiendo prórrogas por los estudios. El sorteo quiso
que me tocara ir a Alicante para hacer los tres meses del campamento y un año de destino
en Alcoy (Alicante). Lejos de casa, hacía que algún rebaje lo pasara en Benidorm, ya que
estaba a poca distancia.
Tras la mili, a buscar trabajo yendo de entrevista en entrevista, y mientras tanto dando al-
guna clase particular de matemáticas, física y química y, sobre todo, de dibujo técnico. Este
fue mi inicio en la docencia.
Pasaba el tiempo y me apunté en las listas de Interinos de la Dirección Provincial del Minis-
terio de Educación y Ciencia, siendo en 1988 cuando entré de Interino en el Instituto Mi-
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Luis Antonio del Río Ruiz Vidas Maestras 2018
En el colegio
guel Herrero de Torrelavega, estando en él durante dos cursos. En aquellos años, este institu-
to ya era grande y tenía muchos alumnos en sus especialidades de la Formación Profesional.
Este paso fue muy importante. Yo, que venía de dar clase a unos pocos alumnos, me encontré
con grupos bastante numerosos de la rama de Delineación.
Al comienzo del curso 1990-91, me vi desplazado de nuestra comunidad a la vecina Astu-
rias, y elegí una vacante en el Instituto Politécnico de Oviedo, sabiendo que la de Torrelavega
no se iba a cubrir porque el profesor titular había conseguido una comisión de servicios en
Zaragoza. Comencé el curso y, después de más de una semana, una Interina asturiana fue
destinada a la plaza de Torrelavega. Enterados ambos, nos pusimos en contacto y, después de
más de un mes, nos concedieron la permuta.
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Vidas Maestras 2018 Luis Antonio del Río Ruiz
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Luis Antonio del Río Ruiz Vidas Maestras 2018
Los programas y reportajes los realizábamos con los alumnos de las asignaturas de Imagen y
Expresión de 4º de la ESO, de Comunicación Audiovisual de 1º de Bachillerato y de Edu-
cación Plástica y Visual de 3º y 4º. Emitíamos noticias, grabaciones de actividades culturales
y deportivas, videocreación, etc. Los alumnos se implicaban mucho. Unos presentaban, otros
hacían entrevistas…; en fin, había muchos puestos donde desarrollar un trabajo que en mu-
chas ocasiones era casi como de profesionales. Los alumnos se lo pasaban muy bien.
Por el Instituto Foramontanos han pasado muchos alumnos, profesores y visitas de auto-
ridades, como Alfredo Pérez Rubalcaba, siendo ministro del Interior; Eva Díaz Tezanos,
consejera de Educación; Dolores Gorostiaga, vicepresidenta del Gobierno de Cantabria;
Isabel Fernández, alcaldesa de Cabezón de la Sal y Miguel Ángel Revilla, presidente del
Gobierno de Cantabria.
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Vidas Maestras 2018 Luis Antonio del Río Ruiz
Por supuesto que los alumnos y yo, aprovechando las visitas, conseguíamos entrevistarlos
para nuestra cadena SAL-TV.
En alguna ocasión, a la hora de hacer la prueba inicial de dibujo a los alumnos de 3º de la
ESO, les decía que me podían dibujar a mí. En principio, se reían; pero al verme coger la
guitarra del aula de música y posar, comenzaban a dibujarme. Les sorprendía que estuviese
tocando ese instrumento y, sobre todo, porque lo que interpretaba eran canciones del mo-
mento y que ellos conocían. Ponían cara de asombro, pero así hacía más amena la prueba.
Los resultados de los dibujos eran muy variados. Algunos decían que era muy difícil, pero yo
les indicaba que la prueba inicial no se valoraba con nota y así se tranquilizaban. Estos eran
de los mejores.
Dibujos que pinté en las paredes del aula de Plástica con la colaboración de mis alumnos
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Logotipo de la cadena
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Vidal Rodríguez Lavid
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Universidad Laboral de Cheste, un complejo Ladrillo y hormigón para una arquitectura vanguardista en Cheste
educativo con 24 edificios.
tortuosas carreteras de entonces, sin ser en ese momento consciente de lo duro que me iba a
resultar vivir sin la compañía de mis seres queridos.
La llegada a aquella colina plagada de edificios imponentes desde la que no se veía más que
campos que, acostumbrado al paisaje de Cantabria, me parecían desérticos, me situó ante
la cruda realidad, áspera como el hormigón que exhibían por todas partes los edificios: me
encontraba solo y sin nadie a quien acudir. Fue como aterrizar en otro mundo. Toda posible
comunicación con mi familia pasaba por unas cartas que tardaban casi una semana en
llegar…; y así hasta las vacaciones de Navidad, después de tres interminables meses. Hubo
algún chico que no pudo aguantar y regresó a su casa, pero la mayoría se adaptó sin aparentes
problemas. En mi caso, sufrí en soledad la carencia de afecto familiar sin integrarme nunca
del todo en la vida del internado, lo que marcó seguramente mi personalidad, cada vez
más inclinada a la reflexión y el diálogo interno. Si me extiendo tanto en este episodio de
mi vida, es porque marcó de modo especial mi memoria y todavía hoy no puedo dejar de
preguntarme, después de toda una trayectoria vital en la que los estudios han jugado un
papel tan importante, si verdaderamente mereció la pena tanto sufrimiento.
Pero la experiencia de Cheste también tiene su cara positiva, aunque con el paso del tiempo
los que allí estuvimos quizá lo hayamos mitificado en exceso: un sistema educativo innovador,
en el que se sustituían las clases magistrales por el trabajo del alumno, tanto individual como
en equipo, consistente en una búsqueda guiada de información que después había de ser
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Vidal Rodríguez Lavid Vidas Maestras 2018
sintetizada y comentada. Todo ello sin exámenes y bajo la supervisión personalizada del
profesor. Contábamos con medios que la mayoría de institutos no podrían, ni aún hoy,
soñar: aulas materia con biblioteca específica que incluía numerosos manuales de todas
las editoriales, laboratorios dotados de recursos para que cada nuevo concepto de Física o
Química fuese abordado a través de un experimento, talleres de tecnología, laboratorios de
idiomas con cabinas, grabadoras y comunicación individual con el profesor, polideportivos,
canchas, pistas de atletismo…, por no hablar de la cantidad de actividades de todo tipo que
se nos proponían. Un auténtico privilegio…, ¡lástima lo del calor humano!
El paso al Bachillerato Superior, en la Universidad Laboral de Éibar, significó el regreso al
sistema tradicional, en el que los que veníamos de Cheste no tuvimos buen comienzo pues
nuestro nivel de conocimientos era en algunos aspectos más bajo que el de los demás alumnos.
No obstante, y creo que gracias a las habilidades desarrolladas para relacionar conceptos y
sintetizar teorías, nuestro progreso posterior fue espectacular. El trabajo desarrollado en
Cheste nos sirvió para afrontar la comprensión y expresión de nuevas ideas de un modo más
ágil y eficiente, por lo que solo puedo lamentar que algo así no haya tenido continuidad.
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Vidas Maestras 2018 Vidal Rodríguez Lavid
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Vidal Rodríguez Lavid Vidas Maestras 2018
especialidad de Filosofía, hizo que perdiera otras opciones y tuviera que acabar recalando
en la Universidad Pontificia de Salamanca, no sin cierto escepticismo, dado su carácter
confesional. Por aquel entonces aún iba alguna vez a misa, pero no quería que me explicaran
la Historia del Pensamiento desde una perspectiva parcial e ideológicamente sesgada. Debo
reconocer que la mayoría de los profesores pusieron exquisito cuidado en ello, permitiéndome
conocer el pensamiento más crítico de autores como Marx o Nietzsche con toda su fuerza
y crudeza. Era la época de la transición a la democracia, un auténtico hervidero de ideas
políticas y debates ideológicos, tanto en la calle como en las aulas, que nos habituó a detectar
de inmediato cualquier atisbo de parcialidad o falta de independencia.
Curiosamente, es en la Universidad Pontificia y gracias, principalmente, a los debates con
mis compañeros, donde se afianza mi actitud crítica, dando lugar a un proceso intelectual
que me llevará a comprender la auténtica naturaleza de las creencias religiosas y el valor
innegable del método científico como fuente de conocimiento. Entendí que desarrollar
un pensamiento independiente y crítico es el único camino para tener una existencia
verdaderamente libre y no vivir como marionetas al dictado de otros. Promover y facilitar
esa tarea se convertirá pronto en el gran objetivo de mi trabajo como docente, consciente
de que requiere una atención constante y de que nadie está a salvo de ser confundido por
cantos de sirena. Con el tiempo, he podido comprobar que ni siquiera estudiar Filosofía, a
la que tengo por el sumun de la capacitación crítica, garantiza un antídoto contra ideologías
totalitarias y absurdos mitos sobre la existencia de seres ultramundanos que sirven a algunos
de coartada para organizarnos la vida.
Acabada la carrera, había que hacer la mili si uno quería trabajar en la enseñanza pública.
Un dudoso privilegio que nos hizo retrasar dos años la incorporación a la docencia y que
yo viví como un secuestro de mi voluntad y una humillación de toda inteligencia. Nuestras
compañeras, que no tuvieron que pasar por tan nefasta experiencia, pudieron comenzar a
trabajar de inmediato.
La docencia, compromiso por innovar.
De mis comienzos como profesor, recuerdo, sobre todo, la inquietud por encontrar una forma
diferente de abordar el trabajo en clase, tratando de huir de los modelos estereotipados en
los que inevitablemente caemos cuando, por inexperiencia, aún no sabemos muy bien cómo
hacer las cosas. No pasó mucho tiempo antes de que me atreviese a desarrollar actividades
innovadoras, siempre en busca de la participación activa de los alumnos en su proceso de
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Vidas Maestras 2018 Vidal Rodríguez Lavid
Con el grupo musical Los Bonitos del Norte, una colaboración muy especial que nos dejó un recuerdo imborrable.
aprendizaje. Y no solo en relación con los objetivos de la Filosofía, sino con todo aquello que
contribuyera a la formación integral de la persona, a través del estímulo de la creatividad,
la sensibilidad social y el trabajo en equipo. Fruto de este planteamiento, fueron surgiendo
grupos de teatro, revistas escolares, emisora de televisión, foros de debate, spots, cortometrajes,
cinefórum, jornadas de convivencia, experiencias sociológicas... entre las muchas actividades
que promoví en los institutos en los que he estado, particularmente en el IES La Granja, en
el que pasé los últimos veinticuatro de mis treinta y seis años de ejercicio profesional. Un
tiempo cargado de iniciativas pedagógicas que se materializaron en proyectos de todo tipo,
desde la realización de spots publicitarios promocionando una alimentación sana entre los
jóvenes, que nos valió ser finalistas y ganar un viaje a Italia en las tres ocasiones en las que
nos presentamos al concurso internacional Food4U, a la utilización didáctica de los medios
audiovisuales o la inclusión de la inteligencia emocional como factor decisivo en el proceso
de aprendizaje. Algunos contaron con apoyo institucional, a través de la participación en dos
ocasiones en el programa ARCE del Ministerio de Educación, que facilitaba la colaboración
con institutos de otras regiones, y otros contaron con subvenciones por parte de la Consejería
de Educación y algunos ayuntamientos.
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Vidal Rodríguez Lavid Vidas Maestras 2018
El presidente regional se acercó a Sangas para debatir con los alumnos sobre las diferentes formas
de organización social y política
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Vidal Rodríguez Lavid Vidas Maestras 2018
Con los estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Salamanca, durante su participación en la experiencia
de construcción social en Sangas, 2018.
Y todo con el fin de mejorar la motivación de los jóvenes por el estudio de la filosofía, des-
pertar su sensibilidad social y forjar en ellos una sólida actitud crítica.
No es este lugar para extenderme más sobre el contenido del proyecto, pero si con este
breve apunte hubiera despertado el interés de algún lector, le animo a consultar la página
web: http://experimentarparacomprender.emiweb.es, donde encontrará información más
detallada. También en los vídeos: https://www.youtube.com/watch?v=p299Msa9RXg y
https://www.youtube.com/watch?v=cZdPw-IeC0s&t=34s.
Creo que incluir aquí este tema, algo a lo que no he podido resistirme, da una idea del interés
que los proyectos de innovación docente han despertado siempre en mí, constituyendo una
fuente inagotable de motivación y haciendo que haya mantenido siempre viva la pasión por
enseñar. Aunque nada de ello habría sido posible sin la complicidad de tantas generaciones
de alumnos que han compartido conmigo la ilusión por realizar un trabajo colectivo que
ha resultado tan gratificante. A todos ellos, mi agradecimiento más sincero. También a
monitores, profesores y demás colaboradores con los que he llegado a forjar una gran amistad.
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Vidas Maestras 2018 Vidal Rodríguez Lavid
Cuando ahora, que parece ser el momento de dirigir la mirada al tiempo pasado con ánimo
de hacer balance y ver qué ha quedado de todos aquellos afanes que daban sentido a nuestra
jornada laboral, al igual que a nuestra propia vida, puedo repasar mis recuerdos, libre del
estrés cotidiano, me queda la serena sensación del deber cumplido junto al grato recuerdo,
no exento de nostalgia, de todos aquellos felices momentos… ¡Eh! Consulto mi agenda y un
torrente de adrenalina vuelve a correr por mis venas: la semana que viene tengo que reunirme
con los alumnos y profesores del instituto para empezar a planificar la próxima edición de
la comentada experiencia de construcción social. Algo que tendré pronto que hacer también
con la Facultad de Filosofía de la Universidad de Salamanca, con cuyos alumnos y profesores
ya pusimos en práctica nuestro proyecto el curso pasado…
Me dicen en casa… “¿No te habías jubilado?”.
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Conchi Roiz Sánchez
Vidas Maestras 2018 Conchi Roiz Sánchez
M I VIDA DE MAESTRA:
RECORRIDO HASTA CONSEGUIR LA META
¡Quién me lo iba a decir!
Quién me iba a decir cuando, a la edad de cuatro años y atravesando
el umbral de la puerta principal del Colegio Cristo Rey de San Vicente de la Barquera para
entrar en la clase de Párvulos, que sesenta años después haría el mismo recorrido, pero a la
inversa: saliendo como Maestra Jubilada, tras desarrollar en él mi actividad docente a lo largo
de cuarenta y dos cursos escolares.
CRISTO REY, SAN VICENTE: PÁRVULOS Y DOS CURSOS DE PRIMARIA.
Nací un 15 de enero de 1954 en San Vicente de la Barquera, como dice la canción: “Más
bonita que ninguna de las villas marineras”.
A los cuatro años empecé “Parvulitos” en un colegio religioso y mi primera profesora fue la
madre Salvadora junto con la madre Amparo, cuyo cometido era enseñarnos a leer; íbamos
pasando por su rincón para “tomarnos la lectura”.
Aprendí las primeras letras en el Catón; luego llegó El Parvulito. Todavía recuerdo algunas
de las lecciones que nos aprendíamos de memoria: “Las casas buenas tienen ventanas gran-
des y están muy limpias, en cada casa vive una familia”.
En el curso 60-61 inicié mis estudios de Enseñanza Primaria, vigente en la época, con las
Enciclopedias Álvarez de Primer Grado, Segundo Grado y Tercer Grado; se usaron durante
el régimen de Franco, desde 1954 hasta 1966.
Mi colegio era femenino, aunque había un aula de Párvulos para niños. Los chicos iban a
otro, también religioso, Corazón de María. Ambos centros fueron fundados por los herma-
nos don Luis y doña Gloria de la Mata Linares.
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Conchi Roiz Sánchez Vidas Maestras 2018
Cartilla de
Escolaridad para
Primaria
Mi primer día de
Parvulitos
También en San Vicente de la Barquera había Escuelas Nacionales que, de igual modo, im-
partían enseñanza segregada: las niñas iban con maestras y los niños con maestros.
Recuerdo esta etapa como una de las más hermosas de mi vida: mi familia, mis amigas, mis
juegos callejeros -la peñuca, la comba, la pelota, los tres navíos, los saleos, las muñecas que
vestíamos con nuestros propios diseños-, los baños del verano en La Playona mientras nues-
tras madres nos esperaban en tierra firme con la toalla en la mano…
CRISTO REY, LA CORUÑA: HASTA 5º DE BACHILLERATO.
Como en mi pueblo no había centro de Bachillerato, que era lo que procedía estudiar a partir
de los 9 o 10 años si no querías quedarte solo con el título de Estudios Primarios, en el curso
63-64 fui interna a La Coruña. ¿Por qué tan lejos? Si no hubiera sido por esta opción que se
me brindó, probablemente no habría podido continuar estudiando.
Me matricularon, pues, en otro colegio de Cristo Rey que sí ofertaba Bachillerato; allí llegué
con nueve años para hacer Ingreso. Me acompañaba mi madre, y parecía que nos íbamos al
fin del mundo; las carreteras terroríficas, las comunicaciones de transporte imposibles; tanto
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Vidas Maestras 2018 Conchi Roiz Sánchez
Con mi hermano Ramón: él en Párvulos y Recibiendo el diploma que me acreditaba estar en el Cuadro de Honor
yo en Primaria. que se ve al fondo
es así que para poder hacer el viaje lo más cómodo y directo posible cogimos un barco en
Santander, el “Ciudad de Salamanca”, para al otro día atracar en el puerto de La Coruña.
Fueron años de sentimientos encontrados. ¡Los berrinches que me cogía cada vez que en
septiembre debía irme a Galicia y no poder volver a casa hasta acabar el curso en junio!
Con estos ingredientes -edad (en donde la temporalidad se supone eterna), lejanía, separa-
ción familiar a lo largo de todo el curso-, no es de extrañar que la morriña fuese tremenda.
El primer mes suponía para mí un valle de lágrimas. Así durante seis años. Aunque hoy en
día estoy eternamente agradecida a ello.
Cuando nos abrieron a mi madre y a mí por primera vez la puerta principal del nuevo cole-
gio, vimos que en un pasillo había colgado un “Cuadro de Honor” (donde se exponían fotos
de las alumnas más destacadas por su “Aplicación” a lo largo del curso); y el comentario que
me hizo mi madre fue: “A ver si para el año que viene te veo a ti ahí”. Y, efectivamente, acabé
Ingreso con muy buen rendimiento académico y me pusieron en tan importante Cuadro.
Transcurrido ese primer mes tan duro de adaptación en todos los inicios de cada curso, el
resto del tiempo se me pasaba en una entrañable convivencia tanto con mis compañeras
como con profesores y religiosas, viviendo etapas estupendas que guardo en mi memoria con
muchísimo cariño.
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Conchi Roiz Sánchez Vidas Maestras 2018
En La Coruña estudié además 1º, 2º, 3º, 4º (de Bachillerato Elemental, con su Reválida) y 5º.
Mirad si se daba importancia también a las enseñanzas de Hogar, Formación del Espíritu
Nacional y Educación Física que conformaban un eje transversal a lo largo de los seis cursos
del Bachillerato; aparte de figurar las notas en el Libro de Escolaridad, la Delegación Pro-
vincial de la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. debía expedir un Certificado de
Aptitud.
Cuando finalicé 5º, retorné a mi tierra.
INSTITUTO SANTA CLARA, SANTANDER: SEXTO Y REVÁLIDA.
En este instituto terminé mi Bachillerato Superior (6º y Reválida). De esta época, conservo
hasta el día de hoy muy buenas amigas. Muchas después hicimos Magisterio y ahora nos
estamos jubilando de Maestras.
Fijaos el tiempo transcurrido desde mis primeros pasos escolares y aún seguíamos con la
enseñanza segregada. A las chicas nos correspondía ir al Santa Clara (era el único Instituto
Femenino que había en Santander) y a los chicos al José María de Pereda (el único Mascu-
lino). Por supuesto, había otros centros de Bachillerato religiosos, del mismo modo mascu-
linos o femeninos.
Tuve que examinarme por libre para la prueba de Ingreso en el Instituto Eusebio da Guarda
de La Coruña (1964)
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Conchi Roiz Sánchez Vidas Maestras 2018
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Cuando empecé a trabajar Con mis alumnos de 4º de EGB de hace 38 años. Visitábamos la Textil Santanderina de Cabezón de la Sal.
en Cristo Rey
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Acompañando a la tuna en la Reconocimiento por parte de UNICEF y del Ayuntamiento de San Vicente de la
procesión del día de La Folía. Barquera a todos nuestros alumnos por su gran colaboración en el Programa Botuni.
Y actuando en una fiesta. Yo estoy la segunda por la derecha.
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Con una de las promociones de mi tutoría, aun- Homenaje de despedida. Entramos juntas y, tras 42 cursos, nos vamos
que faltaban algunos, treinta y un años después. juntas: María José (a la derecha) y yo (a la izquierda).
DESPEDIDA
Me voy como Maestra Jubilada; con el pelo completamente blanco, que oculto gracias a la
cosmética. Pero me voy con la sensación del deber cumplido.
Me voy satisfecha de haber intentado hacer las cosas lo mejor que pude y supe: la mayoría
de las veces acertadamente y posiblemente, en algunas ocasiones, me haya equivocado. Me
siento pagada cuando me saludan por la calle mis exalumnos y charlamos. Entonces mi
corazón se alegra.
Me voy. Recojo de la clase mis cosas personales en unas cajas de cartón, cierro la puerta y
me voy.
Me voy del Colegio Cristo Rey, atravieso el mismo umbral por el que hace sesenta años
entré a la clase de Párvulos como alumna y del que, tras ejercer en él durante cuarenta y dos
cursos, salgo como Maestra Jubilada. Por eso, el Colegio Cristo Rey es para mí doblemente
querido
TODO CAMBIO, POR MUY DESEADO QUE SEA, SIEMPRE DEJA UN POSO
DE MELANCOLÍA.
LA GRATITUD EN SILENCIO NO SIRVE A NADIE
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Conchi Roiz Sánchez Vidas Maestras 2018
Comida de despedida
con los compañeros.
Las dos jubiladas, a la
izquierda al fondo.
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Vidas Maestras 2018 Mariángeles Ruiz Hoyos
E
DUCAR
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
…y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia los puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
(Gabriel Celaya)
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
RECUERDOS DE MI INFANCIA
Mi vida comienza el 27 de noviembre de 1953 en Barreda, en casa de mis tíos. Mi padre
trabajaba en Nueva Montaña Quijano de Los Corrales, por lo que nos trasladamos a vivir
allí. Soy la mayor de cuatro hermanas. Tuve una infancia muy feliz, mi madre dedicaba
íntegramente su vida a nosotras con el objetivo de que estudiáramos y tuviéramos una
carrera que ella, por la época en que le tocó vivir, nunca pudo tener. Asistí al Colegio Sagrado
Corazón y San José de las Hijas de la Caridad hasta los nueve años. Tengo recuerdos muy
graciosos de esta etapa: Cuando nos pedían las monjas que hiciéramos algún sacrificio por
los niños de África, yo ponía “ir a misa a las siete de la mañana”, y era la única niña que
iba con ellas a esas horas. Les hacía gracia que siendo tan pequeña tomara esa decisión. Un
día, lo comentan con mi madre, que responde: “el sacrificio lo hago yo que la tengo que
preparar y llevar, ella está encantada”. Decidieron que mi próximo sacrificio sería: “comer
lo que me pongan”, ya que comía muy mal. Pasaba mis vacaciones en casa de mis tíos. Para
aprovechar el tiempo, me enviaban a clase particular de matemáticas con una profesora
especialista en la materia. Aprendía tan rápido que al llegar septiembre me saltaron a la
clase de las mayores porque tenía más nivel que mis compañeras de edad. Recuerdo que
hacían manteles, sábanas bordadas… que yo no llegaba a hacer. Dejaba mi costura en un
cesto y me decían que por las noches venían los angelitos y me ayudaban. Aún conservo
con gran cariño una labor “de los angelitos”. Mis padres deciden enviarme al Colegio
Sagrados Corazones. El primer año vivo con mis tíos y al segundo nos trasladamos a vivir a
Torrelavega para que todas las hermanas tuviéramos las mismas oportunidades en educación.
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Vidas Maestras 2018 Mariángeles Ruiz Hoyos
Comienzo en el colegio antiguo de la calle Julián Ceballos. Mi adaptación fue rápida, tenía
amigas, hacíamos excursiones, participaba en la kermés final de curso; como tenía buen
comportamiento, ganaba medallas y era una de las abanderadas que llevaba el estandarte
en las procesiones, llevaba flores a María en mayo… Mi primera amiga del colegio se
llama Luisa Fernanda, en la actualidad seguimos en contacto, vive en Madrid. Cuando se
jubiló, sus hijas me llamaron para invitarme a su fiesta de cumpleaños-jubilación y le di una
gran sorpresa, lo pasamos fenomenal. ¡Era feliz! En 1966, comienza a construirse el nuevo
Colegio Sagrados Corazones en Sierrapando, inaugurándose en 1967, y vivo una experiencia
inolvidable: participo activamente en los actos de la fiesta de la inauguración. Mis recuerdos
están cargados de cariño para las personas que me educaron. En esta etapa, formamos un
grupo de amigas que continuamos en la actualidad, ahora nos llamamos “chicas de oro” y
seguimos compartiendo nuestras vidas. Estudio Bachillerato y Magisterio en el colegio, mi
segunda casa. En estos momentos, vamos al colegio las cuatro hermanas. En 2º de la carrera
de Magisterio, se incorporaron cuatro compañeros al grupo, siendo Magisterio allí mixto
desde entonces. Viví la inauguración de la nueva sede de Magisterio Sagrados Corazones.
Y recuerdo con cariño el mes de julio en Ontaneda: largas marchas en días de sol agobiante,
los ricos y sabrosos helados y sobaos, las visitas de los novios en fin de semana, la discoteca
“Los Tilos” donde los mandos nos controlaban desde el piso superior, las clases con Emilia,
dormir en tiendas de camping, los baños en las aguas minerales del balneario, la habitación
de veinticinco personas… Se respiraba mucho compañerismo.
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
VIDA PROFESIONAL
Las prácticas de Magisterio las hago en el
Colegio José María Pereda, rotando por todos
los cursos. Mi primer trabajo fue sustituyendo
a Luchi los últimos quince días del curso. En
septiembre, trabajé en un colegio unitario
privado en Sierrapando. Preparaba a las niñas de
4º a 8º. Las alumnas de 8º de EGB tenían que
hacer un examen final en el Colegio Niño Jesús
de Praga de Tanos. Diariamente, al finalizar el
horario lectivo, daba clases particulares, a las que
también asistían Carmen y Olga de Educación
Especial; posteriormente, con Carmen he vivido
experiencias inolvidables en Fernando Arce.
Olga me ve a distancia, charlamos cuando nos
Jubilación de doña Benilde. Equipo fundador de la
encontramos, es un encanto ¡Dos trocitos de cielo! Cooperativa Niño Jesús de Praga.
Gran dedicación, esfuerzo, tesón, responsabilidad, Yo, la primera por la izquierda.
formación, empatía, optimismo… Muchas
carencias materiales marcaron este curso:
enseñaba… y aprendía de ellas.
COLEGIO NIÑO JESÚS DE PRAGA
Los dueños del Colegio Niño Jesús de Praga me
ofrecen trabajar el curso 1975-76 como tutora de
1º de EGB. Es un colegio privado que comienza
a estar subvencionado. Con un perfil humilde,
pero con ambiente muy familiar, dedicación,
empatía, con ganas de innovar. Uno de mis
objetivos personales ha sido siempre la formación
continua y la adaptación a las innovaciones que
los nuevos tiempos requerían. Mi primer curso de Convivencias en Selviejo, Luena.
1º de EGB lo formábamos 50 alumnos y alumnas Estoy a la derecha de la foto.
y yo. La paciencia, optimismo, alegría, respeto…
eran imprescindibles. Los esfuerzos llegaban
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Vidas Maestras 2018 Mariángeles Ruiz Hoyos
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
y con la dirección del IES Garcilaso de la Vega para las categorías infantil y cadete. Con el
equipo femenino, conseguimos llegar a campeonas de Cantabria en 1994. Del 23 al 29 de
junio de 1994 participé como delegada en el Campeonato Nacional Infantil por Centros
Escolares de Baloncesto Femenino, con el equipo Ntra. Sra. de la Paz, celebrado en Cartagena
y Murcia, y conseguimos llegar a subcampeonas de España. Participábamos en Juegos
Escolares y actividades deportivas en la provincia de Cantabria, contando con la importante
colaboración de la Asociación de Padres. Quiero expresar mi agradecimiento a la dirección y
a la Asociación de Padres del Colegio José Luis Hidalgo por cedernos su patio para entrenar
y unificar el equipo, así como a los padres de nuestras jugadoras que colaboraban en los
desplazamientos a los lugares donde nos correspondía jugar. Posteriormente, nos coordinamos
con la Escuela Municipal de Baloncesto y el Colegio La Paz para conseguir nuestro objetivo.
Gracias por vuestra colaboración. Coordinaba con Alejandro Rivas las necesidades de las
familias en materia de Educación Especial, ofreciendo a nuestro centro un servicio gratuito.
Mi cariñoso recuerdo a quien siempre nos tendió una mano desinteresadamente, aportando
a nuestro colegio y familias un gran valor. Para poder seguir con mi formación continua y
vivir con intensidad mi profesión, existieron dos personas imprescindibles en mi vida, que
compartían y sacrificaban sus actividades para ayudarme en la educación de mis hijas: MIS
PADRES. A mi título de Maestra de Primera Enseñanza, le añado el título de Diplomado
en Profesorado de EGB (Especialidad Educación Preescolar). Entre mis aficiones estaba
el ciclismo, y saqué la titulación de Directora Regional de Ciclismo y colaboraba, en
horas extraescolares, con el Club Cicloturismo Cantabria, llevando el grupo voluntario de
niños a las excursiones de los domingos por la mañana. Recuerdo con cariño el emotivo
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Vidas Maestras 2018 Mariángeles Ruiz Hoyos
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
Junto a un grupo de
usuarios del Fernando
Arce en la fiesta de la
matanza, programa de
integración en el entorno,
Nueva Ciudad. Yo, en la
primera fila, de rojo.
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Vidas Maestras 2018 Mariángeles Ruiz Hoyos
siendo alcalde Francisco Javier López Marcano, y concejal liberada de Régimen Interior y
Recursos Humanos. Además, concejal delegada presidenta de Policía: miembro de la Junta
de Seguridad del Ayuntamiento de Torrelavega, Tráfico (miembro delegada de la Comisión
Provincial de Seguridad Vial) y Seguridad Ciudadana: SCIS, Protección Civil ( Junta Local
de Protección Civil), concejal delegada en la Comisión del Seguimiento de la Ordenanza del
Taxi. También, representación como Vocal Titular en las Comisiones: Patronato Municipal
de Educación, Cultura y Educación, Desarrollo Local y Empleo, Bienestar Social, Festejos
y Participación Ciudadana. Delegaciones como concejal: miembro delegada del Comité de
Dirección de la Escuela Regional de Policía, Comisión de Coordinación de Policías Locales
del Gobierno de Cantabria, Consejo Provincial de Seguridad Ciudadana de la Delegación
de Gobierno, miembro delegada del Grupo de Trabajo de Menores del Consejo Provincial
de Seguridad Ciudadana, Comisión de Protección Civil de la Comunidad Autónoma de
Cantabria, representante del Ayuntamiento en el Consejo Escolar del IES Marqués de
Santillana.
Solicito excedencia.
Relacionado con la educación, pongo en marcha y coordino los equipos para desarrollar los
proyectos “Educación Vial Excmo. Ayuntamiento de Torrelavega” y “Conciertos Pedagógicos
de la Banda Municipal de Música”.
Son innumerables las experiencias positivas vividas en esta etapa, con disponibilidad las
veinticuatro horas del día. Una época con muchas expectativas ciudadanas, continuas
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
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Junto a mis hermanas, raíces de nuestra FAMILIA: Junto a mis hijas, Eva y Esther, en un día muy
Ana Gema, yo, Carmen M. y Eva. especial en nuestras vidas.
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Mariángeles Ruiz Hoyos Vidas Maestras 2018
Creo que os imagináis la dedicación que tengo en estos momentos. Tengo la suerte de tener
dos hijas maravillosas que entendían y compartían la situación y que iban completando sus
carreras con sacrificio, sin problemas. Vivimos tiempos personales tremendamente duros;
pero con la ayuda de mis padres, familia, amigos y el tiempo… los fuimos superando.
COLEGIO SAGRADOS CORAZONES
Como dijo Enriqueta Aymer, “los lazos que nos unen no saben de distancias, el corazón las
salva a todas.” La vida hace que un día reciba una llamada de Loles, directora del Colegio
Sagrados Corazones de Torrelavega, ofreciéndome la oportunidad de trabajar en MI
COLEGIO siete horas semanales, en Educación Infantil. ¡Uno de los sueños de mi vida!,
trabajar en el colegio en el que tan feliz había sido en mi infancia, adolescencia…, donde
me formé en Magisterio, donde hice la especialidad de Educación Infantil… Tomé una
de las decisiones más importantes de mi vida. Fue un tiempo muy duro, ya que compartía
tres trabajos: responsable coordinadora de la residencia y piso tutelado de Fernando Arce,
concejal no liberado del Ayuntamiento de Torrelavega y siete horas semanales en el Colegio
Sagrados Corazones. Había días que no me daba tiempo a comer, en otros apenas tenía horas
para dormir, pero me sentía feliz porque en todos los trabajos me notaba querida. Finaliza mi
etapa en el ayuntamiento. Me ofrecen en el colegio la jornada completa. Al no ser compatible
el horario, dejo Fernando Arce. Tutora de Infantil y posteriormente en Primaria. Dios me
puso en el camino a mis compañeras de Educación Infantil: me aceptaron con cariño y
me ayudaron a adaptarme a la vida escolar, fue fácil vivir con ellas (su apoyo, la formación
continua, los medios educativos y recursos actualizados, nuevos proyectos educativos,
aprendizaje cooperativo, un trabajo en equipo reforzado por excelentes programaciones y
coordinaciones, familias muy participativas que se ilusionaban y colaboraban en nuestras
experiencias educativas, un ambiente de amistad…), ¡mi sueño era realidad!, aprendía con
mis compañeras, alumnos, familias y me sentía valorada. Quiero agradecer a los equipos
directivos que estuvieron en ese tiempo por lo humanos y sensibles que han sido conmigo,
¡sois muy importantes en mi vida!; a mis compañeras, a todas las personas con las que conviví
en esta etapa por hacerme llano el camino y por ayudarme a transmitir a mis alumnos no
solo la parte técnica sino también los valores y actitudes que les ayudarán a desenvolverse
en este mundo que les ha tocado vivir. Mis alumnos han sido una parte fundamental en mi
vida, me han dejado recuerdos, alegrías…, ¡pedacitos de cielo! Ha sido un tiempo especial.
Como broche de oro a mi vida profesional, he vivido intensamente la celebración del 50
Aniversario de mi colegio. Tengo el orgullo de haber participado activamente tanto en los
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Ramón Sáinz Calasanz
Vidas Maestras 2018 Ramón Sáinz Calasanz
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Vidas Maestras 2018 Ramón Sáinz Calasanz
Una vez a la semana nos visitaban los compañeros de Educación Compensatoria; preparamos
una mesa de pimpón y una mesa de carpintero con sus herramientas, instalamos una canasta
de baloncesto y teníamos un pequeño huerto; los viernes al final de la mañana teníamos clase
de cocina y después nos sentábamos a disfrutar de lo que habíamos preparado.
Fueron tres cursos muy agradables, salvo por las dos horas de coche diarias desde Torrelavega,
ida y vuelta por la carretera de La Montaña.
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Vidas Maestras 2018 Ramón Sáinz Calasanz
De esta forma, acompañé a mis alumnos hasta el IES para cursar la ESO. La incertidumbre
entre los alumnos y sus familias era considerable, fue necesario explicar el cambio y aclarar
dudas en reuniones, entrevistas y visitas al instituto.
Comencé a trabajar en el centro donde, veintiún cursos después, acabaría mi vida profesional.
La dinámica en un instituto es muy diferente a la de un colegio. Sus dimensiones en espacios
y alumnado, la estructura por departamentos, los horarios..., aspectos a los que fue necesario
adaptarnos los cinco maestros que nos incorporamos aquel curso -Carmen Rumazo, Caridad
Iglesias, Miguel Ángel Parra, José Ramón Bezanilla y el que suscribe-.
Uno de los proyectos que iniciamos fue la instalación de un invernadero en los terrenos
de la finca de Programas Educativos de Viérnoles. Nos juntamos un grupo de profesores
de los Departamentos de Biología y Geología, Orientación y Tecnología con el objetivo
de construir el invernadero en los terrenos disponibles de la finca donde se encuentra el
instituto, a fin de proporcionar a nuestros alumnos un lugar para desarrollar actividades
experimentales y mejorar así su rendimiento académico.
Con nuestro recordado compañero José de la Vega, durante el carnaval de Presentación de la Guía de Cartes (curso
1990 en el CP Manuel Lledías. 1993-94)
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Vidas Maestras 2018 Ramón Sáinz Calasanz
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Ramón Sáinz Calasanz Vidas Maestras 2018
Guardo un entrañable recuerdo de todos los alumnos, a los que he intentado ayudar a conocer
y comprender el mundo en el que viven y a buscar su lugar en él, y de los compañeros a los
que he conocido y que tanto hemos compartido.
Lo interesante es que de repente tengo a mi disposición una gran cantidad de tiempo. Dado
el hábito de trabajo que hemos adquirido y los conocimientos acumulados, creo que procede
utilizarlos de la mejor forma posible. Está claro que cada uno tenemos nuestras prioridades;
las mías pasan por emplear parte de ese tiempo en buscar soluciones a algunos problemas
que nos afectan.
La “Ecomarcha” del verano de 2016, organizada por Ecologistas en Acción por la costa cantábrica. Comentando a los
compañeros la problemática de la ría de San Martín de la Arena, junto a mi hijo pequeño, Álvaro.
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Vidas Maestras 2018 Ramón Sáinz Calasanz
Con mi hija Sara, futura maestra, haciendo piragüismo en el río Saja a su paso por Torrelavega (junio de 2012).
Como, por ejemplo, con la creación de la Mesa de Movilidad del Besaya, en cuya fundación
participé junto a otros entusiastas compañeros.
O trabajando con los compañeros de Ecologistas en Acción o de SOS Suances, donde,
a pesar de los avances tecnológicos de que disponemos y de la mejorada legislación, los
problemas medioambientales como la contaminación, las especies invasoras o el deterioro de
nuestro entorno no faltan en el día a día cuando miramos a nuestro alrededor.
Ahora son otros objetivos y otros compañeros con los que trabajar por un mundo mejor.
Me despido con un “¡hasta siempre!”. He cerrado un periodo vital entrañable, que no habría
sido posible sin el apoyo de mis alumnos, de los compañeros y principalmente de mi familia,
siempre con el ánimo de haber podido ser útil a los demás en esta magnífica profesión
nuestra de ser Maestro.
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Ignacio Salazar Mardones
Vidas Maestras 2018 Ignacio Salazar Mardones
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Ignacio Salazar Mardones Vidas Maestras 2018
Posé en 2012 junto a este monumento a la comunicación humana, es decir, junto al monumento al maestro de la plaza
palentina de la Inmaculada, obra de Rafael Cordero Ibáñez.
Casi todos los alumnos de los salesianos encontramos plaza en el Instituto Antonio
Trueba, entonces el único en mi municipio, para estudiar el COU o Curso de Orientación
Universitaria. Mis tres asignaturas optativas fueron: Matemáticas Especiales (había
para todos unas Matemáticas Comunes), Física y Química. Me alegró conocer a nuevos
compañeros formados en el instituto, y también tener compañeras por primera vez, con las
que coincidía en las clases de las optativas.
Y hubo que elegir una carrera. Bastantes de quienes habían llegado hasta ahí conmigo tenían
decidido desde hacía tiempo que estudiarían Magisterio. Pensaban que obtendrían trabajo
antes y acertaron. Con parecido pragmatismo, antiguos compañeros habían decidido, tras el
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Vidas Maestras 2018 Ignacio Salazar Mardones
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Ignacio Salazar Mardones Vidas Maestras 2018
Hay que saber hacer una pausa para volver al aula con mejor humor
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Vidas Maestras 2018 Ignacio Salazar Mardones
no llegó a entrar en funcionamiento, lo cual fue condicionado por dos asesinatos etarras.
Nunca tuve noticia del resultado del examen. No probé más veces a buscar trabajo fuera de
la docencia.
En el mencionado Instituto de Bachillerato de Basauri impartí en total seis cursos:
primeramente, Física y Química, y luego Matemáticas, ya que elegí presentarme a las
oposiciones a esta asignatura. Después me concedieron destino en el segundo instituto
de Bachillerato del mismo municipio, donde permanecí ocho cursos. En algún momento
surgieron los grupos de la REM, en los que se experimentaba una reforma de las enseñanzas
medias. No di clase en ninguno de ellos, ya que no sintonizaba con tal reforma.
Participé en el concurso de traslados de 1994. Quería evitar el obstáculo de la lengua
vernácula, con el que sabía que acabaría topando. El Gobierno Vasco me habría dado todas
las facilidades para el aprendizaje del vascuence, pero no caí en la tentación. Menciono
la lengua y puedo referir una anécdota que a mí me ha servido de guía. Oí contar en una
conferencia a Fernando Lázaro Carreter que uno de los puntos del programa de cierto
partido político francés rezaba así: «Todo profesor en francés es profesor de francés».
Mi nuevo destino, en el que he permanecido hasta terminar la vida laboral, fue el Instituto
de Formación Profesional de Castro Urdiales, llamado Doctor José Zapatero Domínguez,
al que llegué en el curso 1994-95. Hasta entonces había explicado solo asignaturas del
BUP y del COU; tuve que adaptarme al nuevo tipo de alumno. Di clase de Matemáticas a
grupos de las ramas de Electricidad y Automoción (también a los difíciles Primeros), y una
vez Física y Química en un grupo de Segundo de Administración y Gestión. El instituto
se transformó en IES, por la entrada en vigor de la LOGSE. En los últimos cursos, he
explicado Matemáticas de ESO y del Bachillerato LOGSE.
En toda ocasión he mantenido una actitud que ha consistido en confiar en la inteligencia de
los alumnos y en fomentarla. He rehuido el trato paternalista. Según algunas consideraciones,
son casi opuestas la insistencia en el aprendizaje (contenidos) y la insistencia en la formación
de la persona. Pero también al instruir se contribuye a la educación, incluida la sentimental,
porque se trasluce la concepción que el docente tiene de la vida y de sus congéneres, por
ejemplo, si da mucho o poco peso a lo universal frente a lo local.
Al ejercicio de la docencia en los niveles elemental y medio suele achacársele que adocena. A
este propósito, recuerdo como pausas refrescantes algunos cursillos (por ejemplo, en verano,
en Santander, en la Universidad Menéndez Pelayo). Por otra parte, hay que agradecer a la
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Ignacio Salazar Mardones Vidas Maestras 2018
profesión el haber estado uno obligado a explicarse (además de a explicar) tantos días ante
un público más o menos atento. Comparto el pensamiento de don José Rodríguez Martínez,
profesor de Filosofía de mi mujer en el Bachillerato: «Nunca se da una misma clase dos
veces».
En la solicitud de jubilación voluntaria, escribí la fecha 8-IX-2017 para indicar que ese
sería mi último día de trabajo. Quería acabar con el curso completado. Puse los exámenes
y las notas correspondientes a mis alumnos de Segundo de Bachillerato suspendidos en
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Vidas Maestras 2018 Ignacio Salazar Mardones
mayo. En junio había aprovechado el último claustro para despedirme: del Instituto Dr. José
Zapatero Domínguez de Castro Urdiales, en el que he trabajado veintitrés años seguidos;
de la profesión, y de los compañeros de mi último curso, a quienes dirigí unas palabras. Les
conté que, tras mi primer curso, en un instituto vizcaíno, pasé un mes de las vacaciones de
verano en una ciudad austriaca, a la que he vuelto muchas veces. Que en 2003 fue colocada
una lápida junto a la puerta del colegio de las ursulinas, con la siguiente inscripción, que
leo siempre que paso por allí: «Un día nadie da ya más notas a los niños» (o a las niñas,
entiéndase). Y que la frase pertenece a un relato corto de la escritora Ingeborg Bachmann,
quien fue alumna de aquel colegio (de 1936 a 1944). Luego leí a mis compañeros una
paráfrasis adaptada a mi circunstancia. La copio aquí y así termino: «Un día suena el timbre
y los alumnos se van, sin darse cuenta de que dejan al profesor, en el aula, con la palabra en
la boca. Y la palabra quizá fuera “perímetro”, o quizá “Arquímedes”».
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Gregorio Salcedo Díaz
Vidas Maestras 2018 Gregorio Salcedo Díaz
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financiados por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) en los que participé
(Números 2-3-4-5) y actualmente el Número 2 -mientras el Número 1 pertenece a un Grupo
Operativo financiado con fondos europeos-, fueron:
1. Praderas de Cantabria y alimentos saludables con beneficio ambiental.
2. Gestión de deyecciones en sistemas de vacuno de leche de la cornisa cantábrica. De la
explotación al territorio: Eficiencia del uso de nutrientes, mitigación de gases de efecto in-
vernadero y reducción de la huella de carbono.
3. Hacia una producción de leche ligada al territorio. Búsqueda de un sistema de autentifi-
cación del origen de la leche de vacuno en función del sistema de producción.
Presentación del libro Uso sostenible del nitrógeno en la alimentación de las vacas lecheras por parte del consejero de Medio
Ambiente ( José Ortega), en el centro, y del director general de Medio Ambiente (Alfredo Izaguirre), a la izquierda de la foto.
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Gregorio Salcedo Díaz Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Gregorio Salcedo Díaz
animal, vegetal y de medioambiente. Este tipo de proyectos dieron lugar a diferentes hitos
como:
I. Producción animal
1. Potencial de leche en pastoreo, con el estudio Producción de leche en base a pastos, que tuvo
una duración de 17 años.
2. La degradabilidad ruminal de los forrajes en Cantabria, donde fuimos pioneros en España
en el desarrollo de esta técnica de valoración nutricional de los alimentos consumidos por el
vacuno, utilizándose para ello tres vacas fistulizadas en rumen.
3. Utilización de la proteína en las vacas lecheras, donde abordé: a) el metabolismo proteico
de los rumiantes, desarrollando aspectos de mejora alimenticia en vacuno lechero como la
sincronía entre la proteína degradable en rumen y la energía; b) el contenido de urea en la
leche de vaca y c) las pérdidas de nitrógeno en heces y orina y la eficiencia de utilización de
la proteína en la producción de leche. La mayoría de estos experimentos fueron llevados a
cabo con vacas lecheras y ovejas no lactantes en nave metabólica.
II. Producción vegetal
1. Investigué un total de 25 cultivos forrajeros (14 gramíneas, 10 leguminosas y una oleaginosa
-girasol-, tanto en verde como ensilado). Los aspectos más relevantes de estas investigaciones
fueron: a) productivos y b) valoración químico-bromatológica. Estos estudios contemplan
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Gregorio Salcedo Díaz Vidas Maestras 2018
conocer el potencial productivo bajo diferentes tratamientos (variables); entre otras, las
respuestas a los diferentes estados de madurez de los cultivos; variedades; fertilización
(química u orgánica); dosis de siembra; momento de recolección, etc.
2. Otro hito en temas de producción vegetal fue el aplicar la técnica de abonos verdes
y los efectos alelopáticos en la producción de maíz forrajero para ensilado. Analizar sus
posibilidades en las condiciones edafoclimáticas de Cantabria.
III. Medioambiente
Esta área del conocimiento fue la última en llegar. Al principio, y sin ser muy consciente que
parte de mi trabajo estaba orientado a la minimización del nitrógeno en las explotaciones
lecheras de Cantabria, puse todos los datos en manos de la Estadística. Unido a los datos
experimentales (del centro), explotaciones de ganaderos, proyectos de investigación, etc.,
creé un modelo de simulación denominado “DairyCant” donde se analizan aspectos como:
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Gregorio Salcedo Díaz Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 Gregorio Salcedo Díaz
de su explotación), otras veces te llaman por teléfono pidiéndote consejo sobre un cultivo,
una ración, un plan de fertilización, etc.; vivir y trabajar con jóvenes ilusionados (los alumnos
nunca se hacen mayores) y, por encima de todo, formar personas es lo más gratificante de
esta gran profesión como es la docencia. Pese a esto, el camino tuvo desniveles que superé
día a día. Estas líneas solo pretenden animar y estimular a los futuros docentes para que den
lo mejor de sí y, al mismo tiempo, contribuyan al desarrollo de la sociedad.
No quisiera terminar sin dar las gracias a los alumnos, que de una u otra manera formaron
parte del día a día durante su proceso formativo, al final son como tu segunda familia.
También dar las gracias a todas aquellas personas, instituciones, ganaderos y amigos que me
ayudaron en todo momento. Gracias a todos y hasta siempre.
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Jacobo Sanjurjo Biurrun
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Jacobo Sanjurjo Biurrun Vidas Maestras 2018
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En la clase
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Práctica de laboratorio
“Análisis de pañuelos de papel”
Aquí tengo que detenerme un momento para dedicar unas palabras a los Programas de
Diversificación que, con sus ventajas e inconvenientes, han sido una de las mayores novedades
en el panorama educativo en el período que me ha tocado vivir. Para mí fue una suerte
participar en ellos. La libertad con la que abordábamos el programa y, sobre todo, los cambios
metodológicos que suponían trabajar con ese tipo de alumnado me resultaron refrescantes.
Construíamos nuestros propios materiales y el trabajo en equipo era fundamental. Las
unidades didácticas las elaborábamos en un grupo de trabajo que creamos los profesores del
ámbito de distintos centros. En mi caso, fue también importante la coordinación que tuvimos
los dos ámbitos del Programa de Diversificación. Fruto de ese trabajo, fueron unidades como
“La bolsa de la compra” (premiada por la Asociación de Consumidores de Cantabria) o las
unidades relacionadas con los materiales de Carles Lladó, como la unidad didáctica “Sol y
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Jacobo Sanjurjo Biurrun Vidas Maestras 2018
que mi preparación docente era nula. Sí, tenía conocimientos, pero ¿cómo trasmitirlos? Ni
idea. Y lo curioso, o dramático, diría yo, es que han pasado los años y esto sigue igual. ¿Para
cuándo la carrera docente?
Bueno, yo intenté hacer algo. Me inscribí en cursos del CEP. No voy a hacer un listado de
ellos, tranquilos, pero sí tengo que mencionar algunos que fueron decisivos en mi formación
docente.
Estando en el IB Besaya, en un Departamento de Física y Química que era una delicia, el
CEP de Viérnoles convocó un curso ACD “A” de Ciencias de la Naturaleza. Eran 150 horas
a lo largo del mes de julio (para pensárselo), pero allí que nos fuimos todo el departamento.
De lunes a viernes, de nueve a dos, todo julio a Viérnoles como unos campeones. Y nos
lo pasamos bien. Estaba irrumpiendo la famosa LOGSE, tan criticada después, que tenía
(aunque poco se aplicó) una carga teórica como no había tenido ninguna otra reforma
educativa. Fue mi primer contacto con la didáctica, esa disciplina que la mayor parte de los
profesores no saben ni lo que significa.
En el año 1994 realicé otro curso interesante, que se titulaba algo así como “Educación
ambiental. Cómo ambientalizar el currículum” y que se impartía en el CEP de La Albericia
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Jacobo Sanjurjo Biurrun Vidas Maestras 2018
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Emilio Saro Cobo
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Emilio Saro Cobo Vidas Maestras 2018
Infancia rural idealizada Con los compañeros de Magisterio de viaje de estudios en Roma
En muchas ocasiones, los del pueblo nos ayudábamos unos a otros con animales,
herramientas, etc., hasta dedicar días enteros a la siega de algún vecino, solo por obtener
reciprocidad. Recuerdo con gran cariño a uno de ellos, Román Martínez, que atesoraba una
gran sabiduría agraria y que poseía un gracejo incomparable al transmitirla. Considerando
una escala mundial, éramos unos privilegiados, pero no lo sabíamos y tal vez mi recuerdo
adquiera tintes poéticos, ya que no tuve que dedicarme profesionalmente a ella. Con todas
las plagas que se han cernido desde entonces (1970) sobre la agricultura de Cantabria, la
peor de las cuales es sin duda el capitalismo, la ley del máximo beneficio por encima de
calidad, salud, valores, estilo de vida…
A la escuela de niños de Iruz íbamos unos cincuenta desde los seis a los catorce años, donde
seguíamos las enseñanzas oficiales de la Enciclopedia Álvarez (“Qué niño tan listo, ya va por
la Tercera Enciclopedia, ¡y cómo es de gorda!”).
Mis tres maestros, don Víctor de la Torre, don Manuel y don Fermín Santiago, se ocupaban
de algunos que consideraban podían hacer el Bachillerato. Estábamos dos al final de la sala,
a veces tres; y una vez que salían los demás a las cuatro y media, se ocupaban de nosotros,
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Vidas Maestras 2018 Emilio Saro Cobo
que luego nos examinábamos libres en el Instituto Santa Clara, que, con el Marqués de
Santillana de Torrelavega (donde hoy estudia mi hijo), eran los únicos públicos de toda
Cantabria. Recuerdo el examen de Ingreso en enseñanzas medias, sería 1967, en una vetusta
aula en forma de anfiteatro que veía por primera vez, donde nos preguntaron, entre otras
cosas, lagos y lagunas de España. Acerté y empecé el Bachillerato por libre. Don Víctor no
podía estar más feliz.
Allí, en la escuela de Iruz, cursé los cursos Primero y Segundo, Y un buen día, en la sucursal
de la Caja de Ahorros de Santander3, el director, D. Serafín, le dijo a mi madre que la Caja iba
a abrir un Colegio Menor en Santander para acoger tanto internos como mediopensionistas
que estudiaran el Bachillerato en el edificio del nuevo instituto masculino que se iba a
inaugurar en “el Alta”. Había aprobado Segundo y mi madre ni me consultó. No iría al
Instituto Laboral de Castañeda con algunos de mis amigos, sino que iría a vivir con mi tía
a Santander, mediopensionista en el Colegio Menor Modesto Tapia, y alumno oficial de
Bachillerato en el Instituto Pereda. Así acabó mi infancia rural y agraria para convertirme
en santanderino callealtero, mediopensionista del Menor, y nada menos que alumno oficial
de Tercero de Bachillerato.
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Emilio Saro Cobo Vidas Maestras 2018
Con los alumnos de San Adrián de Besós, en el Museo de Ciencias Alumnos de la Escuela Unitaria de Montealegre
Naturales de Barcelona en algún momento de 1982. (Sámano, Castro Urdiales)
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Vidas Maestras 2018 Emilio Saro Cobo
Dosier del congreso de MCEP Cartel de las IV Jornadas Nacionales Cartel del XXIII Certamen de Jóvenes
celebrado en Comillas en julio de de Investigación en Psicología donde Investigadores, en el que participamos.
1982 participamos asiduamente con los
alumnos de El Zapa (noviembre de
2004)
me encanta ir a Santander solo, deambular por la calle Alta, la Peña del Cuervo, bajar hasta
el Pesquero…
No sin dudas entre los estudios de Física y de Magisterio, elijo estos últimos porque otros
amigos los elegían, circunstancia interesante cuando veinte años después, ejerciendo de
orientador educativo, asesoré a no pocos estudiantes en esa importante elección de la primera
juventud.
En septiembre de 1973 ingresé en la Escuela Normal del Magisterio de la calle Cisneros
para cursar el Plan Experimental del 71 en la especialidad de Ciencias, encontrándome por
primera vez con diecisiete años en una clase mixta con alumnos y alumnas de muy diferentes
sitios y colegios. En los tres años de carrera, trabamos buenas amistades el grupo de Ciencias,
se formó un núcleo muy solidario en cuanto a apuntes, tareas, preparación de exámenes, etc.
Este grupo ha venido reuniéndose anualmente la friolera de cuarenta y dos años; aunque yo
no sea de los fijos incondicionales, mis compañeros de Magisterio merecen el elogio.
Allí entré en contacto con la Pedagogía con los profesores Alegría y Monje, también con
las enseñanzas artísticas, el Dibujo con Masip y la Música con Samperio, experimentando
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Emilio Saro Cobo Vidas Maestras 2018
ya desde Primero que mi destino no estaba ni en el arte ni en la música, pero sí que pudiera
estar en lo pedagógico. Fue especialmente difícil superar Música.
Mi promoción debe a Masip el viaje de estudios que hicimos a Italia, de gratísimo recuerdo.
Estuvimos en Roma, Venecia, Florencia, Pisa y Milán. En mi caso era la primera vez que iba
al extranjero, cuando el extranjero estaba a una gran distancia psicológica; sospecho que las
cosas han cambiado mucho, a mejor.
Fue Monje quien nos puso como tarea comentar el libro Técnicas Freinet de la Escuela
Moderna, que en mi caso se convirtió en un verdadero descubrimiento y una transformación
psicológica, sociológica y vital, ya que un compañero que tenía contactos en la Cooperativa
Verdemar nos acercó al MCEP4, donde participé varios años y conocí a varios colegas que
han sido decisivos en mi formación y han marcado profundamente mi historia profesional.
Todo ello lo he contado en mi colaboración en el libro de Sebastián Gertrúdix Construyendo
Escuela5.
Estando en la mili en el cuartel de Artillería de Getafe, hoy convertido en Universidad
Carlos III6, aprobé las oposiciones de Magisterio. Y nada más licenciarme en abril de 1979
comencé de Maestro, con breves sustituciones, en Merilla (San Roque de Riomiera) y en
Laredo (en el Colegio José Antonio), para recalar dos cursos seguidos en el Colegio Gerardo
Diego de Santa María de Cayón cuando empezaba en el sobrecogedor edificio del seminario
de Argomilla. Tengo un excelente recuerdo de este colegio, de los alumnos y alumnas de
Tercero de EGB que tuve, de los compañeros del claustro y especialmente del director, José
Domingo.
Pero la enseñanza cántabra estaba convulsa, a los llamados “provisionales” nos esperaban
años de continuos cambios o un destino definitivo en Canarias o en Andalucía. Importantes
conflictos donde aprendimos toda una generación de maestros que había que defender
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Vidas Maestras 2018 Emilio Saro Cobo
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Emilio Saro Cobo Vidas Maestras 2018
Día de San Jordi, con regalo de libro y rosas y un viaje a Mallorca al que fueron la mayoría,
nos hicimos con el control. Después de este curso, los cotidianos problemas de gestión del
aula, como dicen los tecnócratas actuales, no volvieron a ser un problema.
Pero echaba de menos mi tierra y mis amigos, aunque varios se desplazaron a Barcelona
para visitarme. Y el concurso de traslados me situó en la escuela unitaria de Montealegre,
municipio de Castro Urdiales; un gran cambio, de colegio de extrarradio de gran ciudad a
unitaria rural.
La escuela de Montealegre tenía aquel año diecinueve niños y niñas de los ocho cursos de
EGB. Fueron tres años de vida tranquila, aunque empezaron las actividades de Educación
Compensatoria, la oficial que nos acercaba aparatos entonces raros en las escuelas como el
magnetoscopio, el proyector de opacos, etc. Además, organizaban estancias en la residencia
de Viérnoles y visitas de interés cultural a Santander.
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Vidas Maestras 2018 Emilio Saro Cobo
También tenía contactos más esporádicos con los Unitarios no Compensados que animaban
varios maestros de MCEP que conocía desde los tiempos de Magisterio. Tengo muy buenos
recuerdos de los tres años de Castro Urdiales, de las buenas relaciones que teníamos entre
los maestros de las unitarias y de varios colegios, de lo tarde que nos acostábamos y también
de que allí conocí a mi mujer, que hoy lo sigue siendo, además de madre de mis tres hijos.
Entonces, una apacible tarde de verano, en la taberna de mi pueblo natal, un amigo, Julio
Fernández, me contó lo bien que le iba estudiando Psicología en la Universidad de Salamanca.
Aunque no soy de decisiones rápidas, pedí el ingreso en el Curso de Adaptación desde mis
estudios de Magisterio por probar, a ver qué pasaba. Me admitieron, y en septiembre pedí la
excedencia para estudiar Psicología en Salamanca.
De nuevo alumno; era una situación agradabilísima. Como conocía a Julio, la adaptación a la
ciudad y a la carrera fue muy fácil. Fueron años de mucho estudio, de frecuentes e interesantes
conversaciones en los bares hasta la madrugada, si “cuajaba la conversación”, cosa que era
harto difícil entonces, y ahora. Recuerdo a los profesores Emilio Sánchez en Psicología
Escolar, David López Valenzuela en Personalidad y muy especialmente a Luis Cencillo,
cuya “arte pedagógica” tuve la oportunidad de glosar para unas jornadas de investigación en
Santander y que recogió la propia Fundación Cencillo de Pineda7.
En septiembre de 1988, regreso al magisterio cántabro. Estuve un curso en el Colegio
Gerardo Diego de Corrales y después un trimestre en el Mata Linares de San Vicente de
la Barquera, donde oficiaba de orientador del EOEP8. Juan García fue mi introductor en el
mundo de la Orientación Educativa, a la que me he dedicado desde enero de 1990, siendo
testigo y actor de su desarrollo en Cantabria y de las muchas vicisitudes que han sucedido
en la misma.
Trabajé durante siete años en el EOEP de Reinosa junto con José Luis Ibáñez, recorriendo los
colegios y las escuelas unitarias de sur de Cantabria. Compartíamos oficina y preocupaciones
vitales con el CEP, especialmente con José Antonio Gutiérrez Delgado9 y Joaquín Gutiérrez,
grandes conocedores del Campoo profundo.
El trabajo del EOEP era variado e interesante, pero echaba de menos al alumnado. Y, después
de mucho pensarlo, opté por presentarme a la oposición de Secundaria de Orientación
Educativa, especialidad a la que accedí en 1994. Concursando por ella, llegué a mi último
destino, el IES Zapatón de Torrelavega, donde entré en septiembre de 1997 y en el que he
trabajado veinte años ininterrumpidamente.
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las Jornadas de Investigación en Psicología para jóvenes, que organizaba la asociación del
mismo nombre y que están publicadas en sus memorias anuales11.
Con estos trabajos, conseguimos la clasificación para el certamen nacional de Jóvenes
Investigadores12 que el Instituto de la Juventud convoca anualmente. Viajamos hasta Mollina
(Málaga), donde compartimos muchas brillantes exposiciones y también momentos de
ansiedad con los compañeros del Rosalía de Castro de Galicia, entre otros.
Guardo un especial cariño de los alumnos y alumnas que diseñaron y ejecutaron uno de
los primeros trabajos de investigación que hicimos, allá por el año 2000, sobre aprendizaje
animal, y que nos invitaron a presentar en las Jornadas de Extremadura, en Trujillo, del que
los compañeros de Plástica y Visual nos editaron un cuidado video13 que mejoró mucho
nuestro trabajo.
La producción de video con los alumnos fue en los últimos cursos uno de los recursos
didácticos más motivadores. Fueron muchos los trabajos hechos, pero citaré solamente uno
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Emilio Saro Cobo Vidas Maestras 2018
llamado “Anáforas”, cuyo tema era la confianza injustificada en la repetición de curso por
parte de los profesores en el momento de la evaluación. Data de la primera década de este
siglo y ya las organizaciones internacionales que se ocupan de la educación han señalado este
tema como lacra del sistema español. Mérito de los compañeros Germán Trugeda, Benito
Gutiérrez y de los alumnos y alumnas14 que allí salen, que ya son mayores, pero seguro siguen
siendo del Zapa.
Mayo 2018
Notas
1. Ian Gibson: Aventuras Ibéricas. Ediciones B, 2017.
2. Ramón Villegas López: Santiurde de Toranzo: un municipio cántabro en la década de 1950.
Ed. Librucos, 2012.
3. Caja de Ahorros, hoy Liberbank, lamentablemente desaparecida.
4. Movimiento Cooperativo de Escuela Popular de inspiración freinetiana en España.
5. Sebastián Gertrúdix (coord.), Construyendo escuela. Ed. Octaedro, 2017.
6. Seguramente quiere decir algo que los cuarteles se conviertan en universidades.
7 . Fundación Cencillo de Pineda (https://es.scribd.com/document/126874395/EMILIO-
SARO-COBO-Aquellas-clases-con-Cencillo).
8. Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica.
9. Director entonces de la revista Cuadernos de Campoo.
10. Asociación de Madres y Padres de Alumnos.
11. Jornadas de Investigación en Psicología que, organizadas por la Asociación de Profesores
de Psicología de Cantabria, cumplió once ediciones si la memoria no me falla (www.psico-
logiajoven.com).
12. Jóvenes Investigadores: Certamen de proyectos de investigación para no universitarios
que organiza el INJUVE (Instituto de la Juventud) y el Ministerio de Educación, cuya final
se celebra en Mollina (Málaga).
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María Luisa Tirilonte Solana
Vidas Maestras 2018 María Luisa Tirilonte Solana
C A mi abuela
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En el curso 64-65
Sin duda, ellas fueron quienes pusieron los cimientos de mi formación. Las recuerdo con
cariño y me acuerdo también de que nos repartían leche en polvo en clase.
Después, con once años, comencé el Bachillerato. Hice 1º y 2º en el Colegio de los Sagrados
Corazones de Torrelavega, por deseo de mi padre, que tenía allí dos tías monjas.
En 3º, me cambiaron a las Mercedarias, en Santander, porque se incorporaban mis dos
hermanas menores. Seguía en cole de monjas..., y alguna trastada sí que las hacíamos;
de los castigos también me acuerdo. Durante estos años de adolescente, lo pasé genial
compaginando estudio y diversión. Mi pandilla de amigas se formó en estos años del colegio
y aún seguimos unidas.
Cursé el Bachillerato en los años sesenta (Ley del 53), al que se accedía mediante una prueba
de Ingreso, y en el que había una división: cuatro cursos de Bachillerato Elemental y dos de
Bachillerato Superior. Después de 4º, había un examen de Reválida para acceder al siguiente
tramo (5º y 6º), en el que ya existía la posibilidad de elegir entre Ciencias o Letras. Yo lo
tenía muy claro, y me decanté por Letras: aprendí lengua y literatura, latín y griego por un
tubo. ¡Ah!, las chicas teníamos una asignatura llamada Hogar (en la que hacíamos unos
álbumes de costura primorosos).
Al acabar 6º, tocaba la Reválida Superior. Y al superarla ya teníamos el Título de Bachiller.
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Grupo de alumnas con doña Fina el curso 65-66 (yo de ro- En el Colegio Mercedes de Santander, con mis compañeras
dillas, abajo a la izquierda de la foto, con abrigo de cuadros). de 3º B de Bachillerato.
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María Luisa Tirilonte Solana Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 María Luisa Tirilonte Solana
donde nos proporcionaron los temas, y ...a estudiar como loca. Al convocarse pocas plazas en
Cantabria, opté por ir a probar suerte a otra comunidad, junto a varias compañeras. Y así fue
como llegué a Extremadura. Aprobé, por Preescolar, en el verano del 83, fecha mágica para
mí y para ellas, que aprobaron también, aunque fue duro el mes que nos pasamos estudiando
en Cáceres. El calor y los nervios nos debilitaron, pero la recompensa mereció la pena.
Esperaba con impaciencia comenzar a trabajar, pero no me llamaron hasta febrero del 84.
Y a partir de aquí estuve de Interina recorriendo varios pueblos de Cáceres: Jaraíz de la
Vera, Arroyo de la Luz, Guadalupe…, hasta que me hicieron Propietaria Provisional en
Navatrasierra. Conocí, en esta tierra tan bella, a gentes cordiales que me acogieron con
cariño, y en donde tengo muchos amigos.
Estuve poco tiempo, porque en el Concurso de Traslados me dieron Cantabria. Me despedí
con pena, pero por otro lado estaba contenta de volver. Mi destino fue el CP Val de San
Vicente, en Pesués, donde empecé en septiembre de 1985.
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María Luisa Tirilonte Solana Vidas Maestras 2018
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Vidas Maestras 2018 María Luisa Tirilonte Solana
Continuando ahora con el último tramo de mi relato, hablaré de mi querido Colegio Pedro
Velarde de Muriedas, al que me trasladé el curso 95-96. Estaba recién casada y pronto nació
mi hijo.
Durante veintidós años estuve dando clase en Educación Infantil y en Primaria. De la etapa
en Infantil, recuerdo con cariño la realización de talleres con la colaboración de padres. He
sido testigo de muchos cambios pedagógicos: las nuevas tecnologías a las que he tenido que
adaptarme, las diferentes leyes educativas, los programas, proyectos, etc.
He intentado estar al día, formándome, porque creo que es necesario y muy importante.
Me resulta muy difícil resumir todos los momentos vividos en este tiempo, pero destacaré,
con letras mayúsculas, a todos los compañeros con los que he trabajado (aunque algunos ya
no están), de los que he aprendido, con los que he llorado y reído… Les doy las gracias por
su comprensión y amistad.
Y cómo olvidarme de mis cientos de alumnos, de los que siempre guardaré anécdotas para
contar.
Una de las satisfacciones de ser maestro es que en cualquier lugar oyes una voz que te saluda,
te llama por tu nombre: es un antiguo alumno, a veces con sus hijos, que él te recuerda con
afecto …y yo tengo que esforzarme por identificarlo, porque ha pasado mucho tiempo.
Deseo que mi hijo, que sigue mis pasos en el mundo de la enseñanza, afronte los retos y los
cambios que se avecinan en los próximos años en la educación y lo haga con ilusión.
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Conchita Tricio Torre
Vidas Maestras 2018 Conchita Tricio Torre
Mi niñez
Empecé a ir a la escuela a los seis años, lo habitual en aquella época en que
la edad de escolarización concluía a los catorce años. Tuve suerte con los maestros que me
tocaron de niña, eran personas muy entregadas en su trabajo. Orientaron a mis padres para
que siguiera estudiando e hiciera Bachillerato, eso determinó mi futuro.
Igual que yo, a las clases de las tardes venían chicos y chicas del pueblo y de los pueblos
vecinos para prepararnos y realizar después exámenes libres en el Instituto Santa Clara de
Santander. Eso nos ofreció muchas oportunidades en el futuro.
Mis mejores recuerdos: los juegos y las galerías de la escuela. Los juegos eran muy creativos
y con materiales muy sencillos: trozos de tejas, tizas, canicas, chapas, combas, gomas… Las
niñas que venían de otros lugares nos enseñaban otros juegos nuevos. Nos relacionábamos
mejor, sin teléfonos, tabletas, ordenadores ni televisiones.
Las amplias galerías de las Escuelas Nacionales de Heras nos permitían jugar, aunque lloviera
e hiciera frío. A la entrada, había un espacio porticado. El terreno exterior era muy amplio y
seguro, rodeado de un alto muro de piedra.
Teníamos estufa de leña y de vez en cuando los niños debíamos colaborar llevando madera
a la escuela. Los pupitres eran para dos niños, utilizábamos enciclopedias, estábamos juntas
niñas de diferentes edades y a veces, al terminar, ayudábamos a los más pequeños. Niños y
niñas estudiábamos separados en los extremos del edificio y no nos juntábamos en el recreo.
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Conchita Tricio Torre Vidas Maestras 2018
Las niñas por la tarde hacíamos costura; los chicos seguían preparándose para afrontar más
tarde el mundo laboral.
Recuerdo vagamente que la maestra repartía por la tarde un vaso de leche y queso, que
enviaban los americanos para ayudar a los niños españoles y no pasaran necesidad. En aquel
momento no nos explicaron por qué. Fue una ayuda de Unicef a España, que se concretó
con el envío de leche en polvo proveniente del plan ASA: Ayuda Social Americana. Cáritas
Española fue la encargada de distribuir el alimento.
Se nos ha olvidado que solo una generación nos separa de la pobreza. Hace solamente
cincuenta años recibíamos ayuda alimentaria. Sería conveniente no olvidarlo ahora con la
población inmigrante.
A los nueve o diez años pasábamos a la escuela de mayores con otros maestros.
No nos enseñaban a estudiar, pero sabíamos que de no hacerlo recibiríamos algún castigo
físico. La verdad es que siempre me trataron con mucho cariño y se preocuparon de mi
futuro cuando ya ni siquiera estaba con ellos. Recordaré siempre a mis primeros maestros,
por su entrega y dedicación y lograr que muchas promociones de estudiantes pudiéramos
completar estudios más amplios gracias a ellos.
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Vidas Maestras 2018 Conchita Tricio Torre
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Conchita Tricio Torre Vidas Maestras 2018
Etapa de profesora
He recorrido muchos lugares, disfrutado
de bellos paisajes y resuelto en el camino
muchas dificultades… He pasado por
muchos destinos diferentes y todas las
especialidades: Colegio de Educación
Especial en Santander, Escuela Hogar de
Potes, Educación Infantil en La Cavada,
Profesora de EGB en Aranguren, Cicero,
Entrambasaguas, Hazas y del Primer Ciclo
de ESO en Solares…
He pasado días tranquilos, otros con
dificultades y siempre con alegría (bloqueo
por la nieve en Potes, incidentes en carretera,
risas, chistes, trabajo y muchísima ilusión).
Alumnos de 1º de EGB de Entrambasaguas. Les
En los primeros momentos de esta etapa, a impartí clase de EGB en Entrambasaguas y de la
ESO en Solares.
la mujer por el hecho de serlo se le daban los
destinos más difíciles y alejados, en Escuelas
Mixtas; pero sorteabas las dificultades,
aprendías cosas y transmitías enseñanzas.
De aquella época, destacar el buen
compañerismo, la ayuda entre todas (en
Liébana solo coincidí en los pueblos alejados
con maestras por el motivo expuesto
anteriormente), el compartir nuestras metas,
el buscar soluciones…
No había rivalidad entre compañeros porque
no buscábamos ascensos, sino disfrutar del
trabajo compartido bien hecho. Y, así, nos
reuníamos, dialogábamos, saboreábamos
un café y reíamos alegres transmitiendo ese Fiesta de disfraces en el colegio de Entrambasaguas.
bienestar. Mi entrañable recuerdo para dos compañeros, Amalia
y Roberto, que ya no están entre nosotros.
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Vidas Maestras 2018 Conchita Tricio Torre
En Primaria preparábamos muchas Con algunos de mis compañeros en la excursión con los chicos de la ESO al
actividades en las fiestas más destacadas, Parque de Atracciones del Monte Igueldo (1997)
como esta obra de teatro (1996).
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Conchita Tricio Torre Vidas Maestras 2018
Antes las noticias se conocían despacio; hoy, cualquier incidente, al instante. El uso de
las redes sociales tiene sus ventajas y también sus inconvenientes. Hay que hacer un uso
responsable y en esto hemos de insistir.
Las familias también han cambiado. Antes preparábamos manualidades con los chicos para
que les regalaran a sus padres en San José, el Día de la Madre… Ahora no, por la diversidad
de circunstancias familiares.
Como positivo, el enfoque integrador de la enseñanza, relacionando conocimientos, y la
atención específica a los diferentes problemas del alumnado; como negativo, el menor
esfuerzo de muchos alumnos, a veces alentado por sus circunstancias familiares. Hoy en
general disponen de muchas cosas y no valoran todo lo que tienen.
Los últimos veintidós años (1996-2018) los he pasado en Solares (salvo una Comisión de
Servicios el año anterior a mi jubilación), ejerciendo de profesora de Ciencias Sociales, y el
último año en el Ámbito Sociolingüístico.
Destacaría mi afición por el estudio del patrimonio de la zona: paisaje natural, actividades
económicas, costumbres y tradiciones, léxico cántabro…
Tríptico de la Exposición “Cosas de antes”, realizada por Eva Villa, profesora de Danzas de Solares, les explicó las piezas
los alumnos del Primer Ciclo de ESO en la ermita de que forman el traje regional de Cantabria y también muchas
San Roque de Valdecilla el año 1998. anécdotas del pasado sobre la vida rural de esta región (1998).
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Vidas Maestras 2018 Conchita Tricio Torre
Buscaba un aprendizaje más significativo realizando en las salidas escolares una continuación
del trabajo del aula: observación de edificios, inscripciones en piedra, elementos de arte,
formas de las calles, monolitos, paneles explicativos…, todo lo que nos pudiera servir para
relacionar con la teoría. Eso exigía preparación previa y conocer mejor la realidad que nos
rodeaba. Se daba sentido a lo aprendido y fijaban conocimientos.
Mis trabajos más significativos:
-Solares en el cambio de siglo, importancia del Balneario, recursos del mineral de hierro en
Peña Cabarga y Cabárceno, etc.
-Liérganes: casco viejo, Casona de los Cañones, cambios de uso en las viviendas de la zona,
actuación del Tribunal de la Inquisición, huellas en la piedra de los hechos del pasado…
-Medio Cudeyo: Parque de la Regata, el municipio desde Peña Cabarga, rías de Solía y de
Cubas, ríos Miera y Cubón, así como palacios en la zona más antigua de Solares.
-Santander: una ciudad con mucha historia.
Mi agradecimiento a Raquel Peña Suárez y a Miguel Ángel González Sugasaga por las
tardes que compartimos buscando material y organizando el estudio y por su ayuda para
explicar por grupos de alumnos la historia de Santander.
Jornadas de Convivencia
en Ciudad Real en 2011,
donde expusieron sus trabajos
diferentes centros de España
sobre el Proyecto Arce. Fue un
éxito y la convivencia, ejemplar.
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Conchita Tricio Torre Vidas Maestras 2018
Algunos de ellos aparecen recogidos en el blog que he compartido con los chicos el último
año: “tareas-conchita.blogspot.com”.
En “blog hazas 5º de Primaria” está reflejado el trabajo realizado sobre el huerto escolar en
el colegio, donde lo que más me impactó fue la colaboración de algunas madres, que dieron
ideas y me ayudaron mucho a preparar la tierra. Lo más bonito, el programa de radio, y de
aquí destacar los alumnos tan creativos y participativos que tuve.
Aunque el blog no sea perfecto, ¡trabajo nos costó!
Lo mejor, lo que sirvió al grupo para informarse y estudiar.
Entre las exposiciones, destacaría la primera, realizada en la ermita de San Roque en
Valdecilla sobre “Cosas de antes”, que entusiasmó sobre todo a los abuelos y terminó, al final,
con nuestra participación en un programa de radio. Colaboraron todos mis compañeros del
Primer Ciclo y también la directora del IES.
Distribuimos los espacios por materias que iban desde material antiguo de las escuelas,
tomos de periódicos antiguos, herramientas y aparatos de labranza, instrumentos musicales,
faroles, fotos antiguas, almadreñas, laya, alquitara, útiles para hacer pan de borona, medidas
de peso, etc.
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Vidas Maestras 2018 Conchita Tricio Torre
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José Ramón Uriel González
Vidas Maestras 2018 José Ramón Uriel González
S
“Todas mis acciones las acometí como haría un maestro”
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José Ramón Uriel González Vidas Maestras 2018
En diciembre de 4º de Bachillerato, con solo doce años, perdí a mi padre, Ignacio, siempre
enfermo, y entre mi madre y mi hermana María Elena salí adelante. Pude seguir estudiando.
Mis compañeros no se creían que mi padre hubiese fallecido. Yo tampoco hasta los dieciséis
años, cuando los demás tenían a su padre en la grada y yo a nadie.
En el Pereda, comenzó mi pasión que me ha ocupado en activo durante treinta años, el
baloncesto.
Vinieron buscando gente alta por las clases para el vóley, me rechazaron y terminé en
baloncesto. El segundo año ya entrenaba a mis compañeros más jóvenes.
Un compañero me fichó por el Club Parayas y mi vida empezó a tomar forma. Allí conocí
a mi mujer, Ana, cuarenta y un años juntos, a mis mentores en este deporte, Vila y Mota,
su enseñanza y mi formación para la vida. Compaginé su práctica con su enseñanza junto a
Ana. Fui campeón regional junior y sénior. Surgió un germen de chicas en Mercedarias que
nos hizo campeonas ocho años consecutivos ya en La Achicoria, Alerta y La Salle y de las
que aprendí a convivir en igualdad con las mujeres. Viajamos por toda España compitiendo,
formándonos y formando a otros, pero sobre todo me permitió trabajar en Educación Física,
otro reto y pasión.
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Vidas Maestras 2018 José Ramón Uriel González
Antiguo método
de pago: papel
del Estado en el
resguardo del título
de Profesorado de
EGB (1978).
Documento de 1974, en el Libro de Impartiendo clase a los alumnos del Colegio Puente durante
Calificación Escolar, de la reválida de 6º, tan el campamento de verano en una improvisada aula en Ruesga
importante. (Palencia) en 1985
Hoy conservo: amistades por toda Cantabria y España, de las cuales aún sigue a nuestro lado
Esther después de treinta y ocho años; un estilo de trabajo y de vida; llegar junto a mi mujer
a seleccionadores cántabros; ver crecer la Asociación de Entrenadores junto a Jacinto Vila y
la firme convicción de que el deporte nos hace mejores personas y nos educa para una forma
sana de vivir.
Mientras, mi idea de ser periodista se esfumaba por la situación económica de mi casa y
nació mi verdadera vocación e ingresé en la Escuela de Formación del Profesorado, en la calle
Cisneros, en Ciencias Humanas C. Era septiembre de 1975 y Franco muere y comenzamos
las huelgas y luchas estudiantiles.
Tres cursos de luces y sombras. Volví a tener compañeras de las que tanto aprendí. Profesores
enormes en todos los aspectos y otros que te hacían desear dejarlo. Más amistades para
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José Ramón Uriel González Vidas Maestras 2018
En 1990, con mi mujer y el equipo de baloncesto femenino que participó en Con mis compañeros del CP Ricardo
competición nacional varios años. Macías Picavea. Yo sin barba y ya muy
“calvo”. Raúl, director fallecido, gallego de
pro, es el segundo por la izquierda sentado.
Grandes recuerdos (1994 aprox.).
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Vidas Maestras 2018 José Ramón Uriel González
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José Ramón Uriel González Vidas Maestras 2018
Con el doctor Parlebas, con traje y gafas, y los compañeros de FEADEF. En Medina del Campo (1998). Experiencias
Cristina y Juan Luis de Cantabria (solo las cabezas), Antonio y Paco de de todos los CPR de España sobre la
Almería (segundo y tercero por la izquierda). I Congreso de FEADEF, Educación Física. Junto a Víctor Mazón (el
Murcia, 1997. segundo por la izquierda, sentado, con la
camiseta de ADEF, como yo).
recuperé mi vida. Arranqué la formación de ambas y fue un rotundo éxito, aunque hoy hay
que lamentar la desaparición de ADEF; y, en mi recuerdo, a Ricardo y a Amelia.
Revistas como La Pista de ADEF y Retos de FEADEF han encontrado un hueco entre los
docentes, esta última internacionalmente y con reconocido prestigio, y que es dirigida hoy
por uno de los amigos que me ha traído la federación, Paco Ruiz, actualmente presidente de
la Federación, de la que formo parte en su Comité Científico.
El primer Congreso Internacional de FEADEF se celebró en Murcia en 1997. Allí acudí
junto a Juan Luis, que mientras pudo fue mi compañero inseparable en la Federación. Conocí
a Pepe González y hoy somos familia de Murcia. Siguieron más congresos, destacando el
II en Almería en 1998, como presidente, y el IV en Cantabria, por el que me permitieron
presentar por dos veces las actas junto a mis compañeros al entonces príncipe y actual rey
Felipe VI. Obtuvimos reconocimiento internacional a nuestra labor, presencia de doctores
como Parlebas, Pieron y Pila Teleña e impartir formación a los que se iniciaban en esta área.
El CEP de Santander organizó dos cursos, en 1991-92 y en 1992-93, sobre juegos para
Educación Física en Educación Primaria, dirigidos por Víctor Mazón, donde ochenta
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Vidas Maestras 2018 José Ramón Uriel González
compañeros aportaron sus conocimientos y surgió un libro publicado por el propio CEP
en 1994, que alcanzó enorme éxito. Esto y la propia investigación me llevó junto a Víctor a
impartir cursos y ponencias en Zamora, Medina del Campo, Villarcayo, CEP, Universidad,
Sindicato ANPE… Al mismo tiempo, junto a otros compañeros, después de un tiempo de
investigar y concretar, fui coautor de cuatro publicaciones, de 2002 a 2005, sobre juegos y de
otras seis sobre Programación de la Educación Física en Educación Primaria (2001); estas
seis últimas actualizadas posteriormente a las competencias básicas en 2010, todas con la
editorial INDE.
Antes, y a consecuencia del Curso de Especialista en Educación Física, superé, junto a otros
compañeros, el proceso selectivo en 1991, con un 9,9 de nota.
Mi primer destino como Provisional fue el CP Ricardo Macías Picavea de Santoña, el curso
92-93, junto a José y Belén. Un curso que me pareció que fueron diez por la satisfacción de
encontrarme con tan buenas personas y profesionales.
Mi segundo destino fue el CP Matilde de la Torre de Muriedas, un solo curso, combinando
la Educación Física con las Ciencias Sociales.
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José Ramón Uriel González Vidas Maestras 2018
Obtuve destino definitivo en el curso 93-94 en el CP Pedro del Hoyo de Colindres. Nueve
años, de los cuales cuatro trabajé en el Sindicato ANPE. Nació mi segunda hija, Lucía.
José Antonio, Maestro de Educación Física y secretario del centro, me ayudó muchísimo a
adaptarme a la función pública, la limpieza, el orden y la disciplina en su trabajo; Rosa, a algo
tan difícil como a “dar clase”, con la que, junto a Nacho y D. Francisco, murciano de pro, pasé
días felices, sobremanera los viernes.
Desde que logré ser funcionario, comencé a colaborar con el sindicato ANPE, en principio
en la formación y, luego, 1998, como liberado en representación de los trabajadores. Nunca
había horas para dar todos los servicios que se generaban. Sin móviles, ni internet, ni e-mail;
con veintiocho provincias, Cantabria una de ellas, todavía en el MEC…
Mi mentor, Jenaro, fue moldeándome hasta dejarme solo ante el peligro: las visitas sindicales.
¡Pero cuánto pude aprender de mi trabajo y de las relaciones con la administración!, entonces
en Madrid. Cómo me facilitaron las cosas, hasta mi jubilación, el personal de la Consejería:
Alejandro Gállego, María Luisa, José Casuso, Isabel, Lorenzo, Rosa, Alejandro Cortina y
muchos etc.
Allí desarrollé una labor como secretario de Organización y vicepresidente, por toda España.
La formación aumentó y la combiné con FEADEF, hasta los actuales cursos on-line. Miles
Después de la “Comida de Hermandad” en la celebración de los 25 años del CEIP Gerardo Diego de Santa María de
Cayón, en mi primer curso como director, 2005.
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de alumnos, de horas, incluso en otras sedes de ANPE. Diez publicaciones más, solo y
acompañado de mi mujer y de mi hija mayor, relacionadas con el juego, el cuento, la didáctica,
los recursos, las competencias básicas, la creatividad. En 2002, colaboré con el número 9 de
la publicación Tándem en la Educación Física de la escuela rural.
Dejé la liberación completa del sindicato, aunque hoy siga colaborando con él, en septiembre
de 2003 y me incorporé al CEIP Gerardo Diego de Santa María de Cayón, donde me he
jubilado, a un curso de Primero de Educación Primaria como tutor; casualmente, mi mujer
en Rubayo y mi hija Lucía, con seis años, en el Cisneros, estaban también en Primero.
Veinticuatro años con chándal dieron paso al aula.
D. Pedro, después de dieciocho años como director, se jubilaba. Y un grupo mayoritario del
claustro me propuso que asumiera la Dirección del centro, y al curso siguiente asumí el cargo
en el que he permanecido dieciséis años.
Cuando me senté en el despacho, puse sobre la mesa el Registro de la Propiedad, el servicio
militar, el Colegio Puente, ANPE, pero sobre todo la dirección de partidos de baloncesto.
El colegio más grande de Cantabria, 900 alumnos, 62 maestros, alrededor de 500 alumnos
en comedor y transporte y el personal que eso conlleva. Logré nuevos edificios, cocina
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José Ramón Uriel González Vidas Maestras 2018
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correspondido. He intentado, sobre todo, que fuesen felices. Este curso último, junto a mi
mujer, Ana, que llevaba varios años con destino definitivo en el centro, se incorporó al colegio
mi hija Ana como Interina. Mi madre, y abuela de Ana, consiguió no una generación, sino
dos, de maestros; y yo, como los libros que nunca se terminan de escribir, con mi segunda
hija, Lucía, camino de ser periodista, cumpliré uno de mis tantos sueños.
Aún noto que pertenezco a Cayón. Mis silencios y mis salidas de tono solo buscaban lo
mejor para los alumnos. Me adapté a cada momento y me llevo más alegrías que sinsabores,
a pesar de compartir las muertes en activo, por diferentes circunstancias, de Borja y de Nino
y de superar un infarto, que me han permitido ver la vida como la veo hoy, con mucha paz
y tranquilidad.
Partiendo de mi Enciclopedia Álvarez y mi tintero he terminado mis días con las mini tablet
y las PDI y el mundo de internet, pero intentando que mis alumnos sean felices y aprendan
desde el cuestionamiento de todo.
Queda un nuevo equipo directivo, fuerte y dinámico, con un colegio lleno de retos y mejoras,
que van a conseguirlas todas. Ánimo Ana Maza, Ana Pereiro, David y Geles, y gracias.
Creo firmemente en que todos los maestros deberíamos en nuestra carrera pasar por todos
los puestos que permiten que esto de la educación funcione. En principio, pondríamos más
cuidado al opinar y realizaríamos mejor nuestra labor.
Ahora es tiempo de recordar los momentos felices con nuestros seres queridos que no están
junto a los que sí están a tu lado y ver cómo el tiempo te da la razón: “todo ha merecido la
pena, nada ha perturbado tu trabajo”, “la paz y la tranquilidad de recorrer el camino junto
a tus seres queridos cumpliendo con tu trabajo”, para evitar que como dice el replicante
Roy Batty en Blade Runner: “Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la
lluvia”.
“El mejor método educativo es querer a los alumnos, hablar bien de ellos, esperar algo de
ellos”, son palabras pronunciadas por Ángel Gabilondo, exministro de Educación.
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Tarjeta de identidad del último curso de piano del Real Tarjeta de identidad del último curso de Licenciatura en
Conservatorio de Música de Madrid. Curso 1968-1969. Ciencias (Sección Matemáticas) en la Universidad de
Valladolid. Curso 1973-1974.
agradecimiento especial para el director, el padre carmelita Juan José Díaz Santamaría.
Estos dos primeros cursos en Reinosa me alojo en el Colegio Menor, compartiendo mi vida
con los alumnos, muchos de ellos estudiantes del instituto. Mi agradecimiento a la familia
López-Íñiguez por su cariño.
En 1979 me traslado al Instituto Besaya de Torrelavega y empiezo a salir con el que
posteriormente será mi marido, por lo que al año siguiente regreso al Instituto de Reinosa,
asumiendo de nuevo la Dirección del centro ese curso.
Mi vida de docente ya a partir de este año 1980 quedará ligada a Reinosa hasta mi jubilación
en 2018.
En julio de 1982 me caso en Ávila y nos acompañan algunos compañeros del centro.
En 1983 y 1985 nacen nuestros hijos, Javier y Ana María, y mi visión del alumnado se
refuerza.
Entre los años 1989 y 2000 compagino las tareas docentes con la Secretaría del centro y vivo
de cerca otra faceta de la actividad del instituto desde la perspectiva del personal laboral.
En 1996 se fusionan los centros de FP y de Bachillerato y se incorporan al instituto Maestros
de distintos colegios públicos.
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Con la Coral
del Carmen de
Reinosa; en la
segunda fila,
la sexta por la
derecha (12 de
junio de 1982).
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-Preparar a muchos alumnos que, con el paso del tiempo, se han convertido algunos en
grandes profesionales y otros en compañeros de trabajo.
-Compartir el trabajo diario con muchos docentes.
-Asistir a Seminarios, Jornadas, Cursos, Grupos de trabajo para la Formación continua del
profesorado.
-Realizar tareas de Jefatura de Departamento y tutoría con alumnos.
-Ejercer como Profesor Tutor del Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP).
-Ejercer como Profesor Tutor de las Prácticas de Enseñanza del Máster de Formación del
Profesorado de Secundaria.
-Vivir de otro modo la relación profesor-alumno en los viajes de estudio.
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En el acto de despedida de la promoción 2014 con el homenaje Mi último viaje de estudios con los alumnos en
de reconocimiento del IES Montesclaros a “Toda una vida”; en Zaragoza (2 de abril de 2018)
la primera fila, entre mi marido y mi compañera Lourdes (21 de
junio de 2014).
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REFERENCIAS
Para tener información práctica de la labor pedagógica realizada
con alumnos de 5º de Primaria en el Colegio Público de Hazas,
Conchita Tricio Torre realizó en el curso 2016-2017 un blog que
facilitó el trabajo de los alumnos de ese nivel, que aprendieron
disfrutando de lo que hacían día a día.
Espero sea de vuestro interes y pueda ser útil, lo mismo que para mí lo fueron
los trabajos de adaptación creados por otros profesores.