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Marco Legal para Las FFAA

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PDC-02

MARCO LEGAL PARA EL


EMPLEO DE LAS FAS

JUNIO - 2021
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USO PÚBLICO

ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA

PDC-02 MARCO LEGAL PARA EL


EMPLEO DE LAS FAS

JUNIO DE 2021

USO PÚBLICO
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PDC-02 MARCO LEGAL PARA EL EMPLEO DE LAS FAS

(ESTA PUBLICACIÓN ESTÁ DISPONIBLE EN LA INTRANET)

(http:/intra.mdef.es/portal/intradef/Ministerio_de_Defensa/CCDC/CCDC/Publicaciones/Nacional)

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PDC-02 MARCO LEGAL PARA EL EMPLEO DE LAS FAS

Jefe de Estado Mayor de la Defensa

CARTA DE PROMULGACIÓN

En uso de las atribuciones que me otorga la Ley Orgánica 05/2005 de la


Defensa Nacional, declaro reglamentaria en las Fuerzas Armadas Españolas
la Publicación Doctrinal Conjunta PDC-02 “Marco legal para el empleo de
las FAS”.
La presente publicación resultará de aplicación el día siguiente de su fecha
de promulgación.
La PDC-02 es una publicación de USO PÚBLICO.

EL ALMIRANTE GENERAL
JEFE DE ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA

- Teodoro Esteban López Calderón -

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PDC-02 MARCO LEGAL PARA EL EMPLEO DE LAS FAS

PREFACIO

Las Fuerzas Armadas (FAS) son el instrumento del Estado para el empleo de las capacidades
militares, constituyendo el elemento esencial a través del cual el Gobierno implementa la
política de Defensa, para contribuir a la Seguridad Nacional. Las FAS, además de su participación
fundamental en la Defensa Nacional, contribuyen en materia de seguridad pública y de acción
exterior, colaborando con otras instituciones a difundir la cultura de defensa.
La actuación de las FAS, en cualquier situación, se ajusta a principios legales, éticos y doctrinales.
El marco legal que regula su empleo lo conforma la Constitución, las leyes, las directrices
emitidas por el Gobierno, el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y los acuerdos suscritos
por España.
En el actual entorno operativo, global y complejo, adquiere gran importancia el respeto al marco
legal, lo que garantiza la legalidad y legitimidad de su empleo. Los responsables del
planeamiento y toma de decisiones deben analizar y comprender todos los factores que
componen el entorno para poder ponderar y decidir la forma más adecuada de proceder. Como
consecuencia, entender el marco legal de cada operación es esencial para el adecuado
desarrollo de las operaciones.
La revolución tecnológica que está conformando los escenarios de presente y futuro de las
operaciones, y la adaptación a los mismos a través de la preparación de las FAS, requiere unos
principios de uso responsable, considerando los aspectos de privacidad, consentimiento,
respeto pleno al Estado de Derecho, responsabilidad y gobernabilidad.
Por todo ello, se hace necesario analizar el marco legal en que debe basarse el empleo y la
actuación de las FAS y que facilite tanto el planeamiento como la ejecución de todo tipo de
operaciones. Resulta fundamental tener en cuenta el marco jurídico predefinido para poder
garantizar la cobertura legal de la fuerza.
La figura del Asesor Jurídico, como parte integrante del equipo del comandante, cobra especial
relevancia en esta labor. Su asesoramiento en el planeamiento y ejecución de las operaciones
constituye un esfuerzo más que se integra en la actuación de las FAS y que busca reforzar la
posición de legitimidad de las propias FAS y, por ende, del Estado.
La finalidad de esta publicación es proporcionar conocimiento sobre las herramientas
necesarias para que el empleo operativo de las FAS se lleve a cabo dentro del marco legal
y se desarrolle manteniendo la legitimidad, para lo que recopila los fundamentos y los
principios más relevantes extraídos de la normativa vigente referenciada en el Anexo A. No
pretende ser, en ningún caso, una norma jurídica obligatoria.

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ÍNDICE
Página
PREFACIO ......................................................................................................................................... 9
CAPÍTULO 1. ASPECTOS LEGALES DEL EMPLEO DE LAS FAS .......................................................... 15
1.1. FUNDAMENTOS .................................................................................................................. 15
1.2. MARCO REGULADOR .......................................................................................................... 16
1.3. PRINCIPIOS LEGALES BÁSICOS ............................................................................................ 17
1.3.1. Principio de legalidad ..................................................................................................... 17
1.3.2. Principio de legitimidad ................................................................................................. 17
1.3.3. Principio de jerarquía normativa ................................................................................... 17
1.3.4. Principio de soberanía.................................................................................................... 17
1.3.5. Principios relativos al empleo de la fuerza .................................................................... 18
1.3.6. Principios en el plano internacional ............................................................................... 19
CAPÍTULO 2. EMPLEO DE LAS FAS EN LA DEFENSA Y SEGURIDAD NACIONAL .............................. 23
2.1. FUNDAMENTOS .................................................................................................................. 23
2.2. LA DEFENSA Y SEGURIDAD NACIONAL ............................................................................... 24
2.2.1. La Defensa Nacional ....................................................................................................... 24
2.2.2. La Seguridad Nacional .................................................................................................... 25
2.3. CIBERSEGURIDAD NACIONAL ............................................................................................. 27
2.4. GESTIÓN DE CRISIS Y SITUACIÓN DE INTERÉS PARA LA SEGURIDAD NACIONAL ............... 29
2.5. LOS ESTADOS DE ALARMA, EXCEPCIÓN Y SITIO ................................................................. 30
2.5.1. Aspectos comunes ......................................................................................................... 30
2.5.2. Estado de alarma............................................................................................................ 31
2.5.3. Estado de excepción....................................................................................................... 33
2.5.4. Estado de sitio ................................................................................................................ 34
2.6. OTRAS CONTRIBUCIONES DE LAS FAS A LA DEFENSA Y SEGURIDAD NACIONAL ............... 34
2.6.1. Seguridad pública ........................................................................................................... 35
2.6.2. Acción exterior del Estado ............................................................................................. 37
CAPÍTULO 3. MISIONES DE LAS FAS ............................................................................................... 39
3.1. FUNDAMENTOS .................................................................................................................. 39
3.2. MISIÓN CONSTITUCIONAL DE LAS FAS............................................................................... 39
3.2.1. Garantizar la soberanía e independencia........................................................................ 39
3.2.2. Defender la integridad territorial .................................................................................... 41

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3.2.3. Defender el ordenamiento constitucional ...................................................................... 41


3.3. OTRAS MISIONES DE LAS FAS ............................................................................................. 42
3.3.1. Contribución militar a la seguridad y defensa de España y de sus aliados ..................... 42
3.3.2. Contribución militar al mantenimiento de la paz, la estabilidad y ayuda humanitaria .. 43
3.3.3. Preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos .................................................... 47
3.3.4. Evacuación de los residentes españoles en el extranjero ............................................... 48
3.4. MISIONES MILITARES DE LA GUARDIA CIVIL ...................................................................... 49
CAPÍTULO 4. LAS FAS EN OPERACIONES ........................................................................................ 53
4.1. FUNDAMENTOS .................................................................................................................. 53
4.2. MARCO LEGAL .................................................................................................................... 53
4.3. TIPOS DE OPERACIONES ..................................................................................................... 55
4.4. RÉGIMEN DE LAS OPERACIONES ........................................................................................ 56
4.4.1. Mandato ......................................................................................................................... 56
4.4.2. Mando y control ............................................................................................................. 57
4.4.3. Derecho Internacional de los Derechos Humanos ......................................................... 57
4.4.4. Derecho Internacional Humanitario .............................................................................. 58
4.4.5. Estatutos de la Fuerza y de la Misión ............................................................................. 60
4.4.6. Legislación del Estado anfitrión ..................................................................................... 61
4.4.7. Legislación nacional española ........................................................................................ 61
4.4.8. Memorando de entendimiento y Acuerdos técnicos .................................................... 62
4.4.9. Uso de la fuerza. Reglas de Enfrentamiento .................................................................. 62
4.4.10. Obligación de protección ............................................................................................... 64
4.4.11. Mantenimiento del estado de derecho ......................................................................... 67
4.4.12. Cuestiones de género..................................................................................................... 67
4.5. PARTICULARIDADES DE LOS ÁMBITOS DE OPERACIÓN ..................................................... 68
4.5.1. Aspectos comunes ......................................................................................................... 68
4.5.2. Ámbito marítimo ............................................................................................................ 69
4.5.3. Ámbito aeroespacial ...................................................................................................... 70
4.5.4. Ámbito ciberespacial ...................................................................................................... 71
4.5.5. Ámbito cognitivo ............................................................................................................ 72
4.6. RESPONSABILIDAD EN OPERACIONES ................................................................................ 72
4.6.1. Responsabilidad nacional ............................................................................................... 72
4.6.2. Imputabilidad, responsabilidad y reclamaciones........................................................... 73
4.6.3. Responsabilidad penal individual ................................................................................... 74

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4.7. GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN EN OPERACIONES ............................................................ 76


CAPÍTULO 5. ASPECTOS NORMATIVOS DEL PLANEAMIENTO/EJECUCIÓN DE LAS OPERACIONES 79
5.1. FUNDAMENTOS .................................................................................................................. 79
5.1.1. Aspectos generales ......................................................................................................... 79
5.1.2. Función del Asesor Jurídico ............................................................................................ 80
5.1.3. Gestión de objetivos....................................................................................................... 80
5.2. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS............................................................................................ 81
5.2.1. Solicitudes y procedimientos administrativos generales ............................................... 81
5.2.2. Personal civil ................................................................................................................... 81
5.2.3. Contratación administrativa ........................................................................................... 82
5.2.4. Ejercicio del derecho al voto .......................................................................................... 82
5.2.5. Régimen fiscal y aduanero ............................................................................................. 83
5.2.6. Procedimientos para adscripción a la Defensa, expropiación, requisa de recursos ...... 83
5.3. ASPECTOS DISCIPLINARIOS................................................................................................. 85
5.3.1. Aspectos generales ......................................................................................................... 85
5.3.2. Régimen disciplinario específico en operaciones........................................................... 85
5.3.3. Régimen disciplinario de la Guardia Civil ....................................................................... 86
5.4. FUERZA ARMADA Y AGENTE DE LA AUTORIDAD ............................................................... 87
5.4.1. Aspectos generales ........................................................................................................ 87
5.4.2. Policía Militar ................................................................................................................. 88
5.4.3. Centinela........................................................................................................................ 88
5.4.4. La detención por miembros de las FAS en el cumplimiento de sus misiones ............... 89
5.5. ASPECTOS PENALES ............................................................................................................ 90
5.5.1. Ordenamiento jurídico internacional ............................................................................ 90
5.5.2. Ordenamiento jurídico nacional .................................................................................... 91
5.6. OTROS ASPECTOS ............................................................................................................... 93
5.6.1. Protección de datos y derechos de autor..................................................................... 93
5.6.2. Aspectos sanitarios en operaciones ............................................................................. 94
5.6.3. Operaciones de evacuación de nacionales y derecho de asilo .................................... 95
5.6.4. Accidentes .................................................................................................................... 95
5.6.5. Fallecimientos ............................................................................................................... 96

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ANEXO A......................................................................................................................................... 99
NORMATIVA DE REFERENCIA ........................................................................................................ 99
ANEXO B....................................................................................................................................... 103
ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS .................................................................................................... 103

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CAPÍTULO 1. ASPECTOS LEGALES DEL EMPLEO DE


LAS FAS

1.1. FUNDAMENTOS
1. La Constitución atribuye al Estado la competencia exclusiva, entre otras materias, sobre
la Defensa y las Fuerzas Armadas (FAS). Además, establece que corresponde al Gobierno
de la Nación la dirección de la administración militar y la defensa del Estado.
2. Las FAS son el instrumento del Estado para el empleo de las capacidades militares.
Constituyen el elemento principal y esencial a través del cual el Gobierno implementa
la política de Defensa que, en coordinación con el resto de instrumentos del poder
nacional, contribuye a la Seguridad Nacional. Su entidad, única e integradora, posibilita
el empleo óptimo de sus capacidades con el objetivo de cumplir las misiones
encomendadas.
3. La política de Defensa tiene por finalidad la protección del conjunto de la sociedad
española, de su Constitución, de los valores superiores, principios e instituciones que en
esta se consagran, del Estado social y democrático de derecho, del pleno ejercicio de los
derechos y libertades y de la garantía, independencia e integridad territorial de España.
Asimismo, tiene por objetivo contribuir a la preservación de la paz y seguridad
internacionales, en el marco de los compromisos contraídos por el Reino de España.
4. Las FAS están constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. En
su organización, regulada por una Ley Orgánica conforme a los principios
constitucionales, tiene especial importancia el concepto de Fuerza Conjunta,
instrumento que materializa la acción de las FAS.
5. La eficacia operativa de las FAS le permite responder a las necesidades estratégicas y a
los intereses nacionales, aplicando la acción conjunta y haciendo posible operar de
forma coordinada con otros instrumentos del Estado.
6. Las misiones de las FAS son establecidas por la Constitución y la legislación nacional en
materia de defensa y seguridad.
7. Las FAS contribuyen, militarmente, a la defensa y seguridad de España y de sus aliados
en el marco de las organizaciones internacionales de las que España forma parte, así
como al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la ayuda humanitaria. La Guardia Civil
contribuirá igualmente, en relación con las misiones de carácter militar que se le puedan
encomendar, por su naturaleza militar y preparación policial, mediante la integración de
miembros de la Guardia Civil o de unidades del Cuerpo en estructuras militares de las
FAS españolas, y excepcionalmente, en las de una organización internacional. La Guardia
Civil tendrá consideración de Fuerza Armada cuando se integre en una unidad de las FAS
para desempeñar una misión militar.

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8. En coordinación con las Instituciones del Estado y las Administraciones Públicas, las FAS
contribuyen a preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de
grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas, conforme a lo
establecido en la legislación vigente.
9. Las intervenciones de las FAS pueden ser de distinto tipo según cuáles sean las
condiciones legales particulares bajo las cuales se realicen:
a. En aplicación de la legislación nacional y en el ejercicio de la soberanía nacional, tanto
en condiciones de normalidad como en situaciones de interés para la Seguridad
Nacional y en los estados de alarma, excepción y sitio.
b. En ejercicio del derecho a la legítima defensa.
c. Siguiendo un mandato de Naciones Unidas, para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales.
d. En cumplimiento de los compromisos con la Alianza Atlántica y de la defensa
colectiva.
e. En cumplimiento de los compromisos con la Unión Europea, ante ataque armado a
un país miembro o para participar en tareas humanitarias, de rescate, de
mantenimiento de la paz y en gestión de crisis.
f. A petición del gobierno legítimo de un Estado, para cumplir los compromisos
adquiridos.
g. Para la evacuación de nacionales en otro país, por circunstancias de inestabilidad que
pongan en grave riesgo su vida o intereses.
10. El cumplimiento de sus misiones requiere de las FAS, tanto en el ámbito general de la
seguridad como en el más específico de la defensa, la ejecución de operaciones, ya sea
en territorio nacional o en el exterior.

1.2. MARCO REGULADOR


11. El empleo de las FAS se regula por la Constitución, la legislación nacional, las directrices
políticas emitidas por el Gobierno y los acuerdos internacionales suscritos por España,
en especial la Carta de Naciones Unidas. Se realiza bajo la dirección estratégica del
Presidente del Gobierno y de conformidad con las normas dictadas por el Jefe de Estado
Mayor de la Defensa (JEMAD).
12. En los supuestos de intervención en zonas de conflicto, los miembros de las FAS deben
tener presentes las directivas y la doctrina, tanto nacional como de la organización
internacional con la que se actúe, la normativa de aplicación de las Naciones Unidas, así
como todos los acuerdos internacionales firmados por España relativos a:
a. La protección de los civiles en las zonas afectadas por el conflicto.
b. La especial vulnerabilidad de la infancia en el conflicto y el papel de la mujer,
efectuando una adecuada aproximación de género al conflicto que facilite una mayor
comprensión y una mejor solución del mismo.

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c. La debida protección de los bienes culturales.


13. En el empleo de la fuerza por las FAS durante una operación militar, es necesario
considerar el aspecto regulador de las Reglas de Enfrentamiento (Rules of Engagement,
ROE) y su indudable trascendencia jurídica.
14. Las ROE proporcionan a los comandantes de todos los escalones de mando y a los
miembros de las unidades, guía y respaldo para el empleo de la fuerza, determinando
las circunstancias, condiciones, grado y forma en las que se puede, o no, aplicar.
15. Los miembros de las FAS deben observar las reglas esenciales que definen el
comportamiento de los militares, en especial la disciplina, la jerarquía, los límites de la
obediencia, así como el ejercicio del mando, conformando un código deontológico,
compendio de reglas, conductas y principios éticos propios.

1.3. PRINCIPIOS LEGALES BÁSICOS


16. El ejercicio legítimo de la fuerza por el Estado a través del empleo de la fuerza militar
está sometido al imperio de la ley. Tomada la decisión política de emplear el
instrumento militar en operaciones su actuación se ajusta, además de a principios éticos
y doctrinales, a principios legales.

1.3.1. Principio de legalidad


17. El principio de legalidad rige todas las actuaciones de los poderes públicos
sometiéndolas a la ley y al derecho, no siendo las FAS una excepción. Es un principio
básico del Estado de Derecho, al tener todos los poderes públicos su fundamento y
límite en las normas jurídicas.
18. El principio de legalidad exige que las FAS deben actuar conforme a las leyes, los
mandatos y los compromisos suscritos por España. El adecuado seguimiento del código
moral propio contribuirá, además, a la legitimidad de las operaciones.

1.3.2. Principio de legitimidad


19. El principio de legitimidad significa que la actuación de las FAS es conforme a derecho,
es decir, que tiene lugar en un marco regular, válido y sujeto a la juridicidad que rige
toda actividad del Estado.

1.3.3. Principio de jerarquía normativa


20. El principio de jerarquía normativa, expresamente garantizado por la Constitución,
conlleva que ninguna norma, orden o instrucción pueda ser justificada cuando vulnera
lo establecido por una norma de rango superior. Este principio establece una prelación
en el orden de aplicación de las normas, estableciendo criterios para resolver las
posibles contradicciones entre normas de distinto rango.

1.3.4. Principio de soberanía


21. El principio de soberanía alude al conjunto de los poderes que el Estado ejerce sobre su
propio territorio y en defensa de sus intereses legítimos, de manera exclusiva y

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excluyente, de cualquier tipo de injerencia extranjera. En ejercicio del principio de


soberanía, la contribución de las FAS a la seguridad y defensa de España, tanto en
territorio nacional como fuera de él, se regula por la legislación nacional.

1.3.5. Principios relativos al empleo de la fuerza


22. El empleo de la fuerza por las FAS debe ser aplicado de manera progresiva y conforme
al principio de legalidad.
23. El uso de la fuerza por las FAS no es el mismo dependiendo de si se emplea en el contexto
de un conflicto armado o en tiempo de paz u otras situaciones no equiparables a un
conflicto armado.
24. En el contexto de un conflicto armado el empleo de la fuerza se rige por los principios
de distinción, necesidad, proporcionalidad, precaución y humanidad. El contenido de
estos principios no es el mismo que el de los principios que imperan en tiempo de paz u
otras situaciones no equiparables a un conflicto armado.
a. El principio de distinción comporta que en el curso de las operaciones militares ha de
distinguirse en todo momento entre población civil y combatientes y entre bienes de
carácter civil y objetivos militares. Por lo tanto, ninguna persona civil puede ser
objeto de ataque y debe ser protegida contra los peligros derivados de las
operaciones militares, a excepción de que participe directamente en las hostilidades,
en cuyo caso pierde su inmunidad.
b. El principio de necesidad implica que la fuerza sólo se empleará cuando sea preciso
para contribuir eficazmente a la acción del Estado, proporcionando una ventaja
concreta y directa en las hostilidades o en el contexto del conflicto armado.
c. El principio de proporcionalidad implica tomar precauciones para limitar los daños
incidentales e incluso dar aviso del ataque a realizar, renunciar a medios o métodos
que puedan llegar a producir daños que resulten excesivos, en comparación con la
ventaja militar directa que de su uso se espera.
d. El principio de precaución requiere que las operaciones militares se realicen con un
cuidado constante de preservar la población civil y los bienes de tal carácter.
e. El principio de humanidad prohíbe causar la muerte, heridas o destrucción que no
sean realmente necesarias para el logro de fines militares legítimos.
25. Por otro lado, al margen del contexto de un conflicto armado, el empleo de la fuerza por
parte de las FAS debe regirse por los principios de legalidad, necesidad y
proporcionalidad propios del derecho doméstico y del DIDH.
a. El principio de legalidad supone que la legislación nacional debe prever y regular la
manera de emplear la fuerza por parte de los agentes estatales, así como el hecho
de que el uso de la fuerza solamente debe emplearse para lograr un objetivo legítimo
de conformidad con el ordenamiento nacional.

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b. El principio de necesidad comporta que solo puede recurrirse al uso de la fuerza


como ultima ratio para lograr el objetivo legítimo pretendido, empleándose el
mínimo necesario de fuerza para lograrlo.
c. El principio de proporcionalidad supone una prohibición del uso de la fuerza cuyo
daño sea excesivo respecto del beneficio que implica obtener la satisfacción del
objetivo legítimo pretendido.
26. El uso progresivo de la fuerza por parte de las FAS es la selección adecuada, lógica y legal
de las opciones de fuerza disponibles en cada de momento, en función de tres
elementos:
a. La conducta del sujeto sobre el que se aplica: cooperativo, resistencia pasiva,
resistencia activa, agresión no letal o agresión letal.
b. La evaluación del riesgo.
c. Los niveles de fuerza disponibles: presencia física, uso de medios no violentos,
control físico, uso de armas no letales y uso de fuerza letal.
27. Las FAS deben aplicar la fuerza en los supuestos en los que está autorizado por la ley, de
tal manera que su uso pueda resultar previsible. Con carácter general, el uso de la fuerza
por parte de las FAS en el cumplimiento de sus misiones se realizará conforme a las
prescripciones de la legítima defensa.
28. Cuando a los miembros de las FAS les sea ordenado ejercitar funciones relacionadas con
la seguridad ciudadana, deberán actuar con la decisión necesaria y sin demora cuando
de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable, rigiéndose al hacerlo por
los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los
medios a su alcance.
29. No obstante, la aplicación de los distintos principios en el uso de la fuerza debe
analizarse caso por caso teniendo presente el contexto específico de cada operación. En
ese análisis se valorarán y ponderarán las específicas circunstancias que permitan una
eficaz aplicación del uso de la fuerza ajustado a tales principios.

1.3.6. Principios en el plano internacional


30. En el plano internacional, la Carta de las Naciones Unidas con su propósito general de
mantener la paz y la seguridad internacionales y su carácter vinculante para los Estados
que voluntariamente hayan solicitado convertirse en miembros de la organización,
constituye un elemento normativo esencial de aplicación sobre la guerra y el empleo de
la fuerza.
31. En la medida en que sea necesario para mantener la paz y la seguridad internacionales,
la Carta de Naciones Unidas es incluso vinculante de forma indirecta, para aquellos
Estados que no hayan decidido convertirse en miembros de la organización.
32. Uno de los principios más relevantes en la Carta de Naciones Unidas para la regulación
de la guerra es el derecho de soberanía de los Estados y el de no injerencia en sus
asuntos internos, sometidos siempre a la aplicación de las medidas coercitivas previstas

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en la propia Carta, en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de


agresión.
33. La Asamblea General de Naciones Unidas definió la agresión como el uso de la fuerza
armada de un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia
política de otro Estado.
34. Con carácter general, la Carta de Naciones Unidas condena el empleo de la fuerza
armada, aunque con limitaciones. Ante la existencia de controversias cuya continuación
sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales, las partes implicadas deberán buscar una solución por medios pacíficos
con el apoyo del Consejo de Seguridad.
35. Si a pesar de ello, el Consejo de Seguridad estima que la continuación de la controversia
es susceptible de poner en peligro la paz y la seguridad internacionales, decidirá
recomendar los procedimientos o ajustes apropiados, o bien los términos de arreglo que
considere adecuados.
36. Cuando en un estado posterior de deterioro de la situación el Consejo de Seguridad
determine la existencia de amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de
agresión, podrá instar a las partes a cumplir las medidas provisionales que se consideren
adecuadas. Además, hará recomendaciones a las partes o decidirá la adopción de
acciones. Estas últimas no implicarán inicialmente el empleo de fuerza armada. No
obstante, si el Consejo de Seguridad estimara que las medidas iniciales pueden ser
inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas,
navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la
seguridad internacionales.
37. En sus relaciones internacionales, los Estados deben abstenerse de recurrir a la amenaza
o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de otro
Estado; deben arreglar sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal
manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia;
y no deben intervenir en los asuntos que sean de la jurisdicción interna de otros Estados.
38. La eficacia del sistema mundial de seguridad colectiva, al igual que la de cualquier otro
ordenamiento jurídico, depende en última instancia no sólo de la legalidad de las
decisiones, sino también de que haya una idea común de que son legítimas y de que se
adoptan sobre la base de pruebas sólidas y por buenas razones, tanto morales como
jurídicas.
39. Naciones Unidas definió cinco criterios básicos de legitimidad (gravedad de la amenaza,
propósito correcto, último recurso, proporcionalidad de los medios y balance de
consecuencias), para el debate sobre la autorización o aprobación del uso de la fuerza
militar. La finalidad de estos criterios es aumentar al máximo la posibilidad de lograr
consenso en el Consejo de Seguridad acerca de si procede o no utilizar la acción
coercitiva, incluida la fuerza armada, de aumentar al máximo el apoyo internacional
para lo que decida el Consejo de Seguridad y de reducir al mínimo la posibilidad de que
un Estado Miembro actúe al margen de su mandato.

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40. Ninguna disposición de la Carta de Naciones Unidas puede menoscabar el derecho


inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra
un Estado miembro de la organización, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya
tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales.
41. La legítima defensa anticipada, que surge para el Estado que es objeto de un ataque
manifiestamente inminente contra él, sólo podría ser ejercitada para abortar o repeler
el mencionado ataque y con unas condiciones de uso estrictas, como notificarla lo antes
posible al Consejo de Seguridad.
42. El principio de la legítima defensa ampliada implica el ejercicio del derecho a la legítima
defensa por parte de un Estado u organización internacional para proteger a sus aliados
o personas especialmente protegidas cuando hayan sido atacados.
43. La Asamblea General de Naciones Unidas ha determinado que es responsabilidad de
cada Estado la protección de su población del genocidio, los crímenes de guerra, la
depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad. Esta responsabilidad conlleva la
prevención de dichos crímenes, incluida la provocación a su comisión, mediante la
adopción de las medidas apropiadas y necesarias.
44. La comunidad internacional, por medio de Naciones Unidas, tiene también la
responsabilidad de utilizar los medios diplomáticos, humanitarios y otros medios
apropiados, incluyendo, en último término, el empleo de la fuerza para ayudar a
proteger a las poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y
los crímenes de lesa humanidad cuando sus propios Estados no lo hagan. La autoridad
para emplear el uso de la fuerza, bajo este marco, descansa en el Consejo de Seguridad
y se considera como una medida de último recurso.
45. El principio de la responsabilidad de proteger no introduce ninguna modificación en la
organización y procedimientos contemplados en la Carta de Naciones Unidas, en el
sentido de que continúa siendo el Consejo de Seguridad el único órgano con
responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales.
46. En el marco de la Alianza Atlántica sobresale especialmente el principio de defensa
colectiva de la OTAN que incluye cualquier amenaza de agresión y los desafíos
emergentes de seguridad allí donde amenacen la seguridad fundamental de un aliado o
de la Alianza en su conjunto.

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CAPÍTULO 2. EMPLEO DE LAS FAS EN LA DEFENSA Y


SEGURIDAD NACIONAL

2.1. FUNDAMENTOS
47. La Defensa y la Seguridad Nacional son elementos esenciales para la conformación de la
Nación y la protección de los españoles.
48. La seguridad es un pilar básico indispensable para garantizar derechos, libertades
individuales y colectivas y avanzar hacia nuestro progreso y bienestar, al mismo tiempo
que persigue contribuir activamente a la paz y seguridad internacionales.
49. La Constitución, en su Preámbulo, establece los valores sobre los que se inspira la Nación
española en uso de su soberanía: la justicia, la libertad, la seguridad y la promoción del
bien común de cuantos la integran. Señala asimismo la aspiración de colaborar en el
fortalecimiento de unas relaciones internacionales pacíficas y de eficaz cooperación
entre todos los pueblos.
50. Estas dos dimensiones, la relativa a la Nación española y la relativa a la comunidad
internacional, son claves en el concepto y desarrollo de la Defensa y la Seguridad
Nacional.
51. La defensa de España es un derecho y un deber de todos los españoles, sancionado
constitucionalmente. Las FAS tienen la misión de garantizar la soberanía e
independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento
constitucional.
52. Las FAS se constituyen como el elemento esencial de la defensa y una entidad única,
que se concibe como un conjunto integrador de las formas de acción específicas de cada
uno de sus componentes.
53. La organización de las FAS deberá posibilitar el cumplimiento de las misiones que se le
encomienden en el marco específico, conjunto y combinado, de forma que se asegure
la eficacia en la ejecución de las operaciones militares, conforme a los principios de
jerarquía, disciplina y unidad.
54. El empleo de las FAS se desarrolla en tres escenarios principales:
a. Escenario Nacional: con la misión prioritaria de las FAS de garantizar la seguridad del
territorio nacional, que comprende la seguridad y defensa de los espacios de
soberanía nacional.
b. Escenario Externo al territorio nacional: denominado seguridad exterior, que
responde a los compromisos del ámbito multinacional, multilateral o bilateral y a la
protección de los intereses de España en el exterior.
c. Escenario Transversal y no ligado a una concepción territorial o geográfica específica:
denominado seguridad nacional ampliada, donde las FAS pueden verse obligadas a

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proporcionar una respuesta específica o a contribuir a una respuesta general como


parte de la acción del Estado.

2.2. LA DEFENSA Y SEGURIDAD NACIONAL

2.2.1. La Defensa Nacional


55. La Constitución se refiere a la Defensa Nacional como una necesidad para preservar
nuestro sistema de convivencia social, fundado en los valores e intereses que se recogen
en el texto constitucional. Atribuye al Rey el mando supremo de las FAS y la declaración
de guerra y paz, previa autorización de las Cortes Generales; la dirección del Gobierno
en la defensa del Estado y de la Administración Militar; y la competencia exclusiva del
Estado sobre la Defensa y las FAS.
56. Su finalidad es la protección del conjunto de la sociedad española, de la Constitución,
de los valores superiores, principios e instituciones que en esta se consagran, del Estado
social y democrático de derecho, del pleno ejercicio de los derechos y libertades y de la
garantía, independencia e integridad territorial de España.
57. La Defensa Nacional posee los siguientes rasgos característicos:
a. Es una competencia exclusiva del Estado y un componente fundamental del concepto
de Seguridad Nacional.
b. Se trata de un servicio público esencial, pues su garantía es una condición necesaria
para que nuestra sociedad pueda vivir en paz y libertad.
c. Es una tarea común de las instituciones del Estado y de los españoles, a fin de
salvaguardar nuestra soberanía e integridad territorial y proteger a la población
frente a cualquier agresión, conflicto o amenaza, así como promover la paz y la
estabilidad fuera de nuestras fronteras en el marco de la acción exterior del Estado.
58. La Defensa Nacional contribuye a la acción y al servicio exterior del Estado a través de
las FAS, al conjunto de la acción exterior del Estado, así como a la proyección
internacional de España y al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.
59. El compromiso que establece la Defensa Nacional nos compete a todos y, en su garantía,
el apoyo y la colaboración de los españoles resulta imprescindible, en la convicción de
su necesidad como garantía para preservar nuestros valores y nuestros principios, que
en definitiva conforman nuestro modo de vida.
60. La política de Defensa tiene por finalidad superior contribuir al mantenimiento de la
seguridad y los derechos y libertades de los españoles garantizados por la Constitución,
y a la paz, la estabilidad y la protección de los intereses nacionales en el exterior.
61. Asimismo, la política de Defensa tiene por objetivo contribuir a la preservación de la paz
y seguridad internacionales, en el marco de los compromisos contraídos por el Reino de
España.
62. En el ámbito internacional, la política de seguridad y defensa se fundamenta en un
sistema multilateral de acciones e iniciativas, basado en la responsabilidad fundamental

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del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz y la


seguridad internacionales.
63. Los objetivos de la Defensa Nacional se determinan a través de la política de Defensa,
que además establece los recursos y acciones necesarias para alcanzarlos. Estos
objetivos se definen en los instrumentos de planeamiento de la Defensa Nacional.
64. El Presidente del Gobierno asume la dirección de la política de Defensa y la
determinación de sus objetivos y le corresponde de forma específica la formulación de
la Directiva de Defensa Nacional. Al Ministro de Defensa le corresponde el desarrollo y
ejecución de la política de Defensa, asistir al Presidente del Gobierno y dirigir la
actuación de las FAS bajo su autoridad. El Consejo de Defensa Nacional es el órgano
colegiado, asesor y consultivo del Presidente del Gobierno en materia de Defensa.
65. El Ministerio de Defensa promueve el desarrollo de la cultura de Defensa para que la
sociedad española conozca, valore y se identifique con su historia y con el esfuerzo
solidario y efectivo mediante el que las FAS salvaguardan los intereses nacionales.
Asimismo, el resto de los poderes públicos deben contribuir al logro de este fin.

2.2.2. La Seguridad Nacional


66. La Seguridad Nacional se configura como un servicio público, objeto de una política de
Estado que reclama el compromiso y la responsabilidad al más alto nivel, implicando a
todas las estructuras del Estado, Administraciones Públicas y también a la propia
sociedad.
67. La visión integral de la Seguridad Nacional, con la participación, coordinación y su
gestión armónica de todos los agentes de interés, pretende la optimización de los
recursos disponibles, la eficacia y eficiencia del sistema y su sostenibilidad.
68. La Seguridad Nacional puede definirse, de una forma integral, como la acción del Estado
dirigida a proteger la libertad, los derechos y el bienestar de sus ciudadanos, a garantizar
la defensa de España y sus principios y valores constitucionales, así como a contribuir
junto a nuestros socios y aliados a la seguridad internacional en el cumplimiento de los
compromisos asumidos.
69. La Seguridad Nacional se orienta principalmente a cuatro aspectos:
a. La preservación del territorio nacional.
b. La seguridad de la población.
c. La seguridad de las libertades consagradas en la Constitución.
d. Contribución a la seguridad internacional.
70. Los componentes fundamentales de la Seguridad Nacional son la Defensa Nacional, la
seguridad pública y la acción exterior, apoyados por los servicios de inteligencia e
información del Estado, proporcionando elementos de juicio, información, análisis,
estudios y propuestas para prevenir y detectar riesgos y amenazas y contribuir a su
neutralización.

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71. Los órganos competentes en materia de Seguridad Nacional son el Presidente del
Gobierno, las Cortes Generales, el Gobierno, los Ministros y el Consejo de Seguridad
Nacional. Las autoridades o cargos de las Comunidades Autónomas y de las Ciudades
con Estatuto de Autonomía deberán ser convocados al citado Consejo cuando se estime
oportuno. Igualmente podrán ser convocadas autoridades de los gobiernos locales o
aquellas personas cuya contribución se considere relevante.
72. La política de Seguridad Nacional se configura como una política pública en la que, bajo
la dirección del Presidente y la responsabilidad del Gobierno, participan todas las
Administraciones Públicas, de acuerdo con sus respectivas competencias, y la sociedad
en general, para responder a las necesidades de la Seguridad Nacional.
73. En las Comunidades Autónomas y en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla serán
órganos competentes en materia de Seguridad Nacional, aquellos que correspondan
según los respectivos Estatutos de Autonomía.
74. Las autoridades locales, por su parte, ejercerán las competencias que en materia de
Seguridad Nacional les resulten propias conforme a la legislación de régimen local.
75. Los principios básicos que orientan la política de Seguridad Nacional son: unidad de
acción, anticipación, prevención, eficiencia, sostenibilidad en el uso de los recursos,
capacidad de resistencia y recuperación, coordinación y colaboración.
76. El marco político estratégico de referencia es la Estrategia de Seguridad Nacional, con
los siguientes objetivos:
a. Asegurar la defensa de la soberanía e integridad de España y la protección de la
población y el territorio frente a cualquier conflicto o amenaza proveniente del
ámbito exterior, de forma autónoma o junto a socios y aliados.
b. Contribuir a crear un entorno internacional más estable y seguro mediante la
proyección de estabilidad y el refuerzo de la cooperación con los socios,
particularmente en las áreas de interés para España.
77. La Estrategia de Seguridad Nacional está enfocada a la prevención de conflictos y a
potenciar la diplomacia de Defensa, entre otros aspectos.
78. Los principios fundamentales de esta Estrategia son unidad de acción, resiliencia,
resistencia, recuperación, colaboración público-privada, complementariedad de
capacidades, funcionamiento integrado y coordinado de todos los recursos disponibles
y la implicación de la sociedad civil.
79. El Sistema de Seguridad Nacional es el instrumento institucional fuerte y compacto para
preservar la seguridad de España y poder responder de forma ágil, adaptativa y flexible,
con una visión integral, a los riesgos y amenazas detectados.
80. Se define como el conjunto de órganos, organismos, recursos y procedimientos
integrados que permite a los órganos competentes en materia de Seguridad Nacional
ejercer sus funciones. En función de las necesidades, podrán asignarse cometidos a
otros organismos y entidades, de titularidad pública o privada.

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81. Las entidades privadas que sean operadores de servicios esenciales y de infraestructuras
críticas relacionadas con la Seguridad Nacional tienen el deber de colaborar con las
Administraciones Públicas.
82. El Gobierno aprobará un catálogo de aquellos recursos humanos y materiales
pertenecientes a los sectores estratégicos de la Nación, que puedan ser puestos a
disposición de las autoridades competentes en una situación de interés para la
Seguridad Nacional.
83. La disposición de recursos se efectuará mediante su adscripción al Sistema de Seguridad
Nacional de personal, medios e instalaciones, según la situación concreta de interés
declarada.
84. La aportación de recursos humanos y materiales, tanto públicos como privados, no
adscritos con carácter permanente al Sistema de Seguridad Nacional, se basará en los
principios de contribución gradual y proporcionada y en el de indemnidad.
a. Por contribución gradual y proporcionada de recursos a la seguridad nacional se
entiende una aportación escalonada, de menor a mayor intensidad, de elementos
humanos y materiales, adaptada a la realidad de la situación y a las necesidades que
la misma requiere.
b. Por principio de indemnidad aplicado a la contribución de recursos a la seguridad
nacional, se entiende la garantía del resarcimiento del daño o menoscabo sufrido, o
del valor de los recursos humanos o materiales aportados.

2.3. CIBERSEGURIDAD NACIONAL


85. Los avances tecnológicos han supuesto un cambio sustancial en la sociedad. Su
relevancia hace que la seguridad en el ciberespacio sea un objetivo prioritario en las
agendas de la mayoría de los Gobiernos, extendiéndose más allá del campo meramente
tecnológico y alcanzando al político, económico y social.
86. La garantía de la seguridad de las infraestructuras, redes y sistemas de información se
ha convertido en un ámbito de especial interés para la Seguridad Nacional, ocupando
por ello un espacio propio y diferencial.
87. La Estrategia de Ciberseguridad Nacional busca establecer un modelo integrado basado
en la implicación, coordinación y armonización de todos los actores y recursos del
Estado, en la colaboración público-privada y en la participación de la ciudadanía.
88. Requiere una acción sincronizada y coordinada de todos los recursos del Estado
destinados a este fin, haciendo partícipe al sector privado y a la ciudadanía en general,
teniendo en cuenta a la Unión Europea, organizaciones internacionales y los países de
nuestro entorno.
89. El objetivo es garantizar un uso seguro de las redes y los sistemas de información a
través del fortalecimiento de las capacidades de prevención, defensa, detección,
análisis, investigación, recuperación y respuesta a los ciberataques, reconociendo al
ciberespacio como un nuevo ámbito de relación que ha proporcionado el desarrollo de
las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, ha diluido las fronteras,

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permitiendo una globalización sin precedentes, que propicia nuevas oportunidades,


pero conlleva serios riesgos y amenazas.
90. Destaca la importancia de contar con una estructura bien organizada y operativa que
responda de manera eficaz ante cualquier desafío para la Ciberseguridad, bajo la
responsabilidad del Departamento de Seguridad Nacional del Gabinete de la Presidencia
del Gobierno.
91. En el ámbito de las FAS, la Ciberseguridad es la capacidad de proteger adecuadamente
la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los Sistemas y Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones (CIS/TIC) y la información procesada, almacenada o
transmitida mediante la aplicación de las medidas necesarias.
92. El Mando Conjunto del Ciberespacio (MCCE), dentro de la estructura del Estado Mayor
de la Defensa, planea, dirige, coordina, controla y ejecuta las operaciones militares en
el ciberespacio y en este ámbito, las acciones necesarias para garantizar la supervivencia
de los elementos físicos, lógicos y virtuales críticos para la Defensa y las FAS. Entre otras
misiones, dirige la actividad de los centros de respuesta a incidentes de seguridad de la
información de las FAS y ejerce la respuesta oportuna, legítima y proporcionada en el
ciberespacio ante amenazas o agresiones que puedan afectar a la Defensa Nacional.
93. El ámbito de actuación del MCCE serán las redes y los centros de sistemas de
información y telecomunicaciones del Ministerio de Defensa, así como aquellas otras
redes y sistemas que específicamente se le encomienden y que afecten a la Defensa
Nacional.
94. El marco jurídico de la Ciberseguridad ha experimentado una creciente evolución, tanto
desde el plano internacional como nacional, si bien persisten lagunas que deben ser
reguladas, como los límites jurisdiccionales, la protección del derecho a la intimidad o la
tipificación de nuevos delitos específicos en el ciberespacio.
95. El Derecho Internacional ofrece a los Estados víctimas de operaciones en el ciberespacio
lesivas para sus intereses, la posibilidad de ejercer el derecho a la legítima defensa al
que, conforme a lo previsto en la Carta de las Naciones Unidas, podrá recurrir ese Estado
cuando dicha operación en cuestión alcance un nivel tal que permita calificarla como un
ataque armado.
96. Para poder calificar una operación en el ciberespacio como ataque armado el DIH exige
los siguientes requisitos:
a. Que la operación traspase los límites propios de un Estado, es decir, que tenga un
carácter transfronterizo. Por lo tanto, no constituirían ataques armados las
operaciones llevadas a cabo por un grupo de hackers que operan dentro de los límites
de un Estado contra infraestructuras públicas o privadas emplazadas en ese mismo
Estado.
b. Que la operación produzca daños severos, ya que no todo acto de violencia
constituye un ataque armado. En este sentido, la Corte Internacional de Justicia ha
intentado clarificar el nivel de fuerza requerida para calificar una agresión como un
ataque armado.

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97. El ejercicio del derecho a usar la fuerza en legítima defensa frente a una operación en el
ciberespacio susceptible de ser calificado de ataque armado está, por otra parte, sujeto
a las exigencias de inminencia, inmediatez, necesidad y proporcionalidad.

2.4. GESTIÓN DE CRISIS Y SITUACIÓN DE INTERÉS PARA LA


SEGURIDAD NACIONAL
98. La normativa propia en materia de Seguridad Nacional regula los principios básicos, sus
componentes fundamentales, la organización y coordinación, la gestión de crisis y la
contribución de recursos a la Seguridad Nacional.
99. Está concebida para dar respuesta a las amenazas a determinados ámbitos de especial
interés para la Seguridad Nacional, básicos para preservar los derechos y libertades, el
bienestar de los ciudadanos y garantizar el suministro de servicios y recursos esenciales.
100. La gestión de crisis es el conjunto de actuaciones dirigidas a detectar y valorar los riesgos
y amenazas concretas para la Seguridad Nacional, facilitar el proceso de toma de
decisiones y asegurar una respuesta óptima y coordinada de los recursos del Estado que
sean necesarios.
101. La gestión de crisis se lleva a cabo a través de instrumentos de prevención, detección,
respuesta, retorno a la normalidad y evaluación. Será gradual e implicará a los diferentes
órganos que componen la estructura del Sistema de Seguridad Nacional, según sus
competencias y de acuerdo con la situación de crisis que se produzca. Asimismo, en la
gestión de crisis participarán las autoridades de las Comunidades Autónomas que, en su
caso, resulte afectada.
102. Se encuentra bajo la dirección del Gobierno en el marco del sistema de Seguridad
Nacional, en el que se encuentran integradas sus componentes fundamentales
siguiendo los mecanismos de enlace y coordinación que determine el Consejo de
Seguridad Nacional, actuando bajo sus propias estructuras y procedimientos.
103. La situación de interés para la Seguridad Nacional es aquella en la que, por la gravedad
de sus efectos y la dimensión, urgencia y transversalidad de las medidas para su
resolución, requiere de la coordinación reforzada de las autoridades competentes en el
desempeño de sus atribuciones ordinarias, bajo la dirección del Gobierno, en el marco
del sistema de Seguridad Nacional, garantizando el funcionamiento óptimo, integrado y
flexible de todos los recursos disponibles, en los términos previstos en la normativa
específica.
104. Esta situación se afrontará con los poderes y medios ordinarios de las distintas
Administraciones Públicas y en ningún caso implicarán la suspensión de los derechos
fundamentales y libertades públicas de los ciudadanos, salvo en los casos en que se
acuerde en los estados de alarma, excepción o sitio, en los términos previstos en el
artículo 55.1 de la Constitución Española.
105. Los ámbitos de especial interés para la Seguridad Nacional son los siguientes:
ciberseguridad, seguridad económica y financiera, seguridad marítima, seguridad del

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espacio aéreo y ultraterrestre, seguridad energética, seguridad sanitaria y preservación


del medio ambiente.
106. Se activará, por el Presidente del Gobierno, mediante la declaración de situación de
interés para la Seguridad Nacional.
107. Esta declaración incluirá la definición de la crisis, el ámbito geográfico afectado, la
duración estimada y su posible prórroga, el nombramiento en su caso de una autoridad
responsable y las competencias que se le conceden para dirigir y coordinar las
actuaciones que procedan y la determinación de los recursos humanos y materiales
necesarios para afrontarla.
108. Supone la obligación de las autoridades competentes de aportar los medios humanos y
materiales necesarios que estén bajo su dependencia.
109. El Gobierno, por acuerdo del Consejo de Ministros y a propuesta del Consejo de
Seguridad Nacional, debe aprobar un catálogo de recursos humanos y de medios
materiales de los sectores estratégicos de la Nación que puedan ser puestos a
disposición de las autoridades competentes en la situación de interés para la Seguridad
Nacional. En el citado catálogo se integran los correspondientes catálogos de recursos
de las Comunidades Autónomas en el marco de sus competencias.
110. El Gobierno debe informar de inmediato al Congreso de los Diputados de las medidas
adoptadas y de la evolución de la situación de interés para la Seguridad Nacional.
111. Los instrumentos de gestión de crisis y de la contribución de recursos del Sistema de
Seguridad Nacional servirán de apoyo en los estados de alarma y de excepción de
conformidad con su propia regulación específica, a decisión del Gobierno y sin perjuicio
de lo dispuesto en la legislación de Defensa Nacional.
112. En situaciones de crisis en que las necesidades de la Defensa Nacional no puedan ser
atendidas por los efectivos de militares profesionales, el Consejo de Ministros podrá
adoptar, con carácter excepcional, las medidas necesarias para la incorporación a las
FAS de Reservistas Voluntarios y de Especial Disponibilidad.
113. Si el Consejo de Ministros previera que no quedaran satisfechas las necesidades de la
Defensa Nacional con las medidas anteriores y considerara necesaria la incorporación
de un número mayor de efectivos a las FAS, solicitará del Congreso de los Diputados
autorización para la declaración general de Reservistas Obligatorios.
114. Tras la autorización del Congreso de los Diputados, el Consejo de Ministros podrá
acordar la incorporación de Reservistas Obligatorios, respetando el principio de
contribución gradual y proporcionada a la situación que sea necesario afrontar.

2.5. LOS ESTADOS DE ALARMA, EXCEPCIÓN Y SITIO

2.5.1. Aspectos comunes


115. La Constitución establece unas situaciones extraordinarias tendentes a salvaguardar el
funcionamiento de las instituciones políticas, así como el normal desenvolvimiento de
la vida ciudadana, regulando los estados de alarma, excepción y sitio.

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116. Estas situaciones de excepción tendrán vigencia cuando circunstancias extraordinarias


hiciesen imposible el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios
de las autoridades competentes.
117. No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de
estos estados, quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en
período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes
constitucionales del Estado, no podrá interrumpirse durante la vigencia de estos
estados.
118. Su declaración no modificará el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus
agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes.
119. La declaración de cualquiera de estos tres estados será publicada de inmediato en el
Boletín Oficial del Estado y difundida obligatoriamente por todos los medios de
comunicación públicos y por los privados que se determinen, y entrará en vigor desde
el instante mismo de su publicación. También serán de difusión obligatoria las
disposiciones que la Autoridad competente dicte durante la vigencia de cada uno de
dichos estados.
120. La Constitución recoge varios derechos que pueden ser suspendidos, sólo cuando se
acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio. Mediante ley orgánica podrá
determinarse la forma y los casos en los que, de forma individual y con la necesaria
intervención judicial y el adecuado control parlamentario, los derechos relativos a la
detención preventiva, inviolabilidad del domicilio y secreto de las comunicaciones,
pueden ser suspendidos para personas determinadas, en relación con las
investigaciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o elementos
terroristas.
121. La utilización injustificada o abusiva de las facultades reconocidas en dicha ley orgánica
producirá responsabilidad penal, como violación de los derechos y libertades
reconocidas por las leyes.
122. Las medidas a adoptar en estos estados excepcionales, que pueden comprender la
coacción directa o el uso de la fuerza en su aplicación, serán en cualquier caso las
estrictamente indispensables para asegurar el restablecimiento de la normalidad,
realizándose de forma proporcionada a las circunstancias concretas.
123. En todos los estados excepcionales, el Gobierno es quien asumirá todas las facultades
extraordinarias previstas en la Constitución y en la normativa de desarrollo y quien
designará, en su caso, la autoridad militar que, bajo la dirección del Gobierno, haya de
ejecutar las medidas que procedan en el territorio a que el estado de sitio se refiera.

2.5.2. Estado de alarma


124. Para el estado de alarma, el de menos intensidad, se permite -a través del decreto
gubernativo de declaración- el uso y la práctica de requisas temporales de todo tipo de
bienes, la imposición de prestaciones personales obligatorias, la intervención y
ocupación transitoria de industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de
cualquier naturaleza, con la obligación de informar a los Ministerios correspondientes,

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así como la limitación y racionamiento del uso de servicios o el consumo de artículos de


primera necesidad.
125. Puede ser declarado por el Gobierno mediante Decreto acordado por el Consejo de
Ministros, cuando se produzcan alteraciones graves de la normalidad en todo o parte
del territorio nacional, como graves catástrofes naturales, crisis sanitarias graves,
paralización de los servicios públicos esenciales o desabastecimiento de productos de
primera necesidad, por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de
los Diputados, dentro de los tres primeros días a su declaración.
126. Puede ser prorrogado, con autorización expresa del Congreso, cuando se mantengan o
agraven las causas que motivaron su declaración.
127. La autoridad competente será el Gobierno o, por delegación de este, el Presidente de
una Comunidad Autónoma cuando la declaración afecte a la misma. A su vez, el órgano
competente también podrá delegar en la autoridad militar, si así lo estima conveniente.
128. Por la declaración del estado de alarma todas las Autoridades civiles de la
Administración Pública del territorio afectado por la declaración, los integrantes de los
Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales y los
demás funcionarios y trabajadores al servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes
directas de la Autoridad competente en cuanto sea necesaria para la protección de
personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su
duración o por su naturaleza.
129. Durante el estado de alarma no podrá suspenderse ningún derecho constitucional
reconocido como fundamental. Sólo cabrán las actuaciones siguientes:
a. Limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares
determinados o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos.
b. Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones
personales obligatorias.
c. Intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o
locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados, dando cuenta
de ello a los Ministerios interesados.
d. Racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad.
e. Impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el
funcionamiento de los servicios de los centros de producción afectados.
130. Como regla general, no se prevé ninguna intervención específica de las FAS, lo que no
impide que puedan participar y colaborar a instancias de la autoridad civil, en aplicación
de la normativa en materia de Defensa Nacional.
131. En España, a fecha de hoy, sólo se ha declarado el estado de alarma en dos situaciones:
a. En 2010, con motivo del cierre del espacio aéreo español como consecuencia del
abandono de sus obligaciones por los controladores civiles, provocando la
paralización del servicio público esencial del transporte aéreo y la conculcación del

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derecho fundamental de los españoles a la libre circulación por el territorio nacional.


La consecuencia principal del Real Decreto de declaración del estado de alarma fue
la consideración de personal militar de los controladores aéreos civiles, quedando
sometidos a las órdenes directas de las autoridades militares designadas, así como a
la supervisión por el Ejército del Aire.
b. En 2020, con motivo de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, donde también
las FAS fueron empleadas en diversos cometidos, en el marco de la Operación Balmis.

2.5.3. Estado de excepción


132. Para el estado de excepción cabe una intensidad mayor en la aplicación de la coacción
directa. La Autoridad gubernativa podrá detener a cualquier persona si lo considera
necesario para la conservación del orden, hasta un máximo de diez días, siempre que,
cuando menos, existan fundadas sospechas de que dicha persona vaya a provocar
alteraciones del orden público. También podrá acordar inspecciones y registros
domiciliarios; intervención de comunicaciones; intervención y control de toda clase de
transportes; prohibición y/o restricción de circulación de personas y/o vehículos; la
delimitación de zonas de protección o seguridad; la suspensión de publicaciones,
emisiones de radio y televisión, proyecciones cinematográficas y representaciones
teatrales; autorización previa o prohibición de celebración de reuniones y
manifestaciones; prohibición de huelgas y medidas de conflicto colectivo;
comparecencia y control de ciudadanos extranjeros, así como la expulsión por
contravención de normas o medidas o que perturben el orden público y la incautación
de armas, municiones y sustancias explosivas.
133. Puede ser acordado por el Gobierno mediante decreto del Consejo de Ministros, previa
autorización del Congreso de los Diputados. La autorización determinará el ámbito
territorial, duración y condiciones. El decreto puede ser modificado durante el estado
de excepción mediante el mismo procedimiento y podrá finalizar antes del periodo
inicialmente declarado.
134. La duración podrá ser treinta días máximo, prorrogables por otros treinta, previa
autorización del Congreso.
135. Los requisitos para su declaración serán cuando el libre ejercicio de los derechos y
libertades, el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, el de los
servicios públicos esenciales o cualquier otro aspecto del orden público, resulten
gravemente alterados y que mediante el ejercicio de las potestades ordinarias no se
pudiesen restablecer.
136. Es posible la suspensión de derechos constitucionales fundamentales.
137. La autoridad gubernativa podrá ordenar las medidas necesarias de vigilancia y
protección de edificaciones, instalaciones, obras, servicios públicos e industrias o
explotaciones de cualquier género. A estos efectos podrá emplazar puestos armados en
los lugares más apropiados para asegurar la vigilancia.

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138. En este estado las FAS, además de su participación y colaboración en aplicación de la


normativa de Defensa Nacional, pueden tener misiones específicas de vigilancia,
protección y control que les encomiende la autoridad gubernativa.

2.5.4. Estado de sitio


139. Para el estado de sitio se contemplan todas las facultades anteriores para los estados de
alarma y excepción, más todas aquellas medidas y prevenciones de acuerdo con el
marco constitucional.
140. Su declaración se acuerda por el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta, a
propuesta exclusiva del Gobierno y determinará el ámbito territorial y duración del
mismo.
141. Podrá ser adoptado cuando se produzca o pueda producirse una insurrección o acto de
fuerza contra la soberanía o independencia de España, contra su integridad territorial o
el ordenamiento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios.
142. El Gobierno designará a la Autoridad militar que haya de ejecutar las medidas acordadas
en el territorio a que el estado de sitio se refiera, siendo competente la jurisdicción
militar en todo aquello que determine la declaración del mismo y siendo aplicable el
Código Penal Militar a los que tengan la asimilación o consideración de militar.
143. Durante la vigencia del estado de sitio se podrá disponer de los recursos humanos y
materiales no propiamente militares para satisfacer las necesidades de la Defensa
Nacional, así como la incorporación de los Reservistas a la Defensa en situaciones de
crisis.
144. La Autoridad militar procederá a publicar y difundir los oportunos bandos, que
contendrán las medidas y prevenciones necesarias, de acuerdo con la Constitución, la
normativa vigente y las condiciones de la declaración del estado de sitio.
145. En la declaración del estado de sitio el Congreso de los Diputados podrá determinar los
delitos que durante su vigencia quedan sometidos a la Jurisdicción Militar.
146. Las autoridades civiles continuarán en el ejercicio de las facultades que no hayan sido
conferidas a la autoridad militar. Aquellas autoridades darán a la militar las
informaciones que esta le solicite y cuantas noticias referentes al orden público lleguen
a su conocimiento.

2.6. OTRAS CONTRIBUCIONES DE LAS FAS A LA DEFENSA Y SEGURIDAD


NACIONAL
147. La actuación de las FAS no se reduce únicamente al ámbito de las operaciones con
finalidades estrictamente militares, sino que también contribuyen al esfuerzo común del
Estado en otras áreas.

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2.6.1. Seguridad pública


148. Engloba los conceptos de seguridad ciudadana y protección civil. La responsabilidad
fundamental se atribuye al Ministerio del Interior bajo la dirección política y
coordinación superior del Gobierno.
149. Las FAS colaboran y participan en ambos conceptos en apoyo de la Administración en
varios de los ámbitos de especial interés para la seguridad nacional.
150. La gestión de solicitudes de apoyo del Ministerio de Interior dirigidas al Ministerio de
Defensa se llevará a cabo mediante los procedimientos establecidos.

2.6.1.1. Seguridad ciudadana


151. Es el conjunto de actuaciones de distinta naturaleza orientadas a la protección de
personas y bienes y al mantenimiento de los derechos fundamentales y las libertades
públicas.
152. En este ámbito, las FAS podrán colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado (FCSE) en la lucha contra el terrorismo, el tráfico ilícito de drogas y la ordenación
de flujos migratorios, así como en la protección de las infraestructuras críticas,
ciberseguridad y seguridad energética.

2.6.1.1.1. Lucha contra el terrorismo


153. En circunstancias especiales las FAS actúan en refuerzo de los dispositivos de seguridad
de las FCSE.
154. El Ministerio del Interior es responsable de elaborar los planes de contingencia en los
que se podrá solicitar el apoyo de las FAS. Estos van desde funciones de vigilancia y
protección de grandes infraestructuras de transportes o protección de objetivos
estratégicos, hasta el reconocimiento aéreo de objetivos estratégicos no urbanos u
otros que le pudieran ser asignados.

2.6.1.1.2. Protección de infraestructuras críticas


155. El Ministerio del Interior es el responsable del Sistema de Protección de Infraestructuras
Críticas del que depende el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas
(CNPIC) actuando como órgano de contacto y coordinación con el resto de agentes.
Entre sus miembros hay integrados distintos ministerios y organismos entre los que se
encuentra el Ministerio de Defensa.
156. El Ministerio de Defensa participa en la Comisión Nacional para la Protección de
Infraestructuras Críticas y en los órganos de la misma.
157. Con motivo de la declaración del estado de alarma por la crisis sanitaria COVID-19, las
FAS fueron empleadas, entre otras situaciones, en la protección de la seguridad de
instalaciones nucleares españolas, al ser infraestructuras críticas para la Seguridad
Nacional.

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2.6.1.1.3. Seguridad energética


158. La seguridad energética como bien esencial para el crecimiento y prosperidad de una
Nación, así como para la soberanía y continuidad del Estado, demanda una protección
especial en cuya estrategia de protección participan las FAS.
159. Alcanza a las fuentes y recursos, infraestructuras y equipamientos, junto a factores
geográficos, medioambientales y tecnológicos, entre otros, que conforman la visión
poliédrica de la seguridad energética y la contribución de las FAS a su protección.
160. En cuanto a la seguridad energética específica de las FAS, hay que destacar sus principios
organizativos propios como la independencia autónoma del sistema civil, la autarquía
de medios, suministro y reservas, la resiliencia y la especialidad operativa con
combustibles y tecnologías específicas.

2.6.1.1.4. Lucha contra el tráfico ilícito de drogas


161. El Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior colaboran en este ámbito y a través
de acuerdos interdepartamentales, aportando el ámbito de la Defensa capacidades de
la Armada y del Ejército de Aire, principalmente.
162. La colaboración más habitual consiste en la contribución en operaciones para la
búsqueda, localización, identificación, seguimiento e interceptación en alta mar de
objetivos sospechosos de tráfico ilícito de drogas. Estas operaciones son coordinadas
por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) de la
Secretaría de Estado de Seguridad.

2.6.1.1.5. Ordenación de flujos migratorios


163. Las FAS participan en la lucha contra la inmigración ilegal en diferentes operaciones y
podrán colaborar con las FCSE en el desarrollo de sus misiones de vigilancia y control de
los espacios marítimos, aéreos y terrestres, contribuyendo así a la disuasión contra el
tráfico ilegal y asegurando la asistencia humanitaria y el rescate de los inmigrantes en
caso necesario.

2.6.1.2. Protección civil


164. La protección civil se configura como un instrumento de la política de seguridad pública,
con carácter de servicio público para proteger a personas y bienes y garantizar la
respuesta adecuada ante emergencias y catástrofes.
165. La responsabilidad fundamental se atribuye al Ministerio del Interior bajo la dirección
política y coordinación superior del Gobierno.
166. La competencia en materia de protección civil es compartida por el Estado y las
administraciones autonómicas y locales.
167. La intervención de las FAS en materia de protección civil, así como la petición de otros
apoyos, requiere la previa solicitud del Ministerio de Interior dirigida al Ministerio de
Defensa, siendo este quien en su caso ordene dicha intervención.

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168. La Unión Europea también ha fijado un mecanismo de protección civil basado en la


solidaridad y la colaboración de los Estados miembros, mecanismo que incluye medidas
de apoyo financiero, y que hace mayor énfasis en la prevención y en la coordinación y
eficiencia de las actuaciones de las Administraciones Públicas.
169. La UME es el instrumento de primera intervención en catástrofes y emergencias de las
FAS. Cuando en el desempeño de sus funciones se ve sobrepasado por las
circunstancias, podrá utilizar efectivos y medios de otras unidades de las FAS de acuerdo
con el procedimiento previsto.
170. La intervención de la UME será solicitada por el Ministro del Interior, y será ordenada
por la persona titular del Ministerio de Defensa.
171. En los casos de emergencia en los que el Ministro del Interior haya declarado
emergencia de interés nacional, el Jefe de la UME asumirá la dirección operativa de
todos los medios y recursos del Estado puestos a su disposición, actuando bajo la
dirección del titular de Interior.

2.6.2. Acción exterior del Estado


172. La Acción Exterior del Estado es el conjunto ordenado de las actuaciones que los órganos
constitucionales y las Administraciones Públicas llevan a cabo en el exterior, en el
ejercicio de sus respectivas competencias y según la dirección de la política exterior
señalada por el Gobierno.
173. Las FAS tienen un papel relevante en la Acción Exterior del Estado, para la seguridad y
la defensa de España, así como para la promoción de un entorno internacional de paz y
seguridad.
174. Las FAS participan en diversas operaciones y misiones lideradas por organizaciones
internacionales, para el control de armamentos, la diplomacia preventiva, intercambio
de información de fuerzas y material militar y el fomento de la confianza y la seguridad,
entre otras.
175. La participación de las FAS en misiones internacionales, como parte del esfuerzo
concertado en la Acción Exterior del Estado, debe ser acordada por el Gobierno según
la normativa en materia de Defensa Nacional.

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CAPÍTULO 3. MISIONES DE LAS FAS

3.1. FUNDAMENTOS
176. Las misiones de las FAS se encuentran reguladas en la Constitución y en la normativa
sobre la Defensa y la Seguridad Nacional, conforme al principio de legalidad.
177. La dirección de las misiones de las FAS corresponde al Gobierno de la Nación en
ejecución de sus competencias constitucionales de dirección de la política interior y
exterior, la administración civil y militar y la defensa del Estado.
178. Las misiones que legalmente tienen encomendadas las FAS se llevan a cabo mediante la
ejecución de operaciones militares, ya sean de carácter permanente o de reacción, en
respuesta o en prevención de una crisis nacional o internacional.
179. La organización de las FAS posibilita el cumplimiento de las misiones encomendadas,
asegurando asimismo la eficacia en la ejecución de las operaciones militares.

3.2. MISIÓN CONSTITUCIONAL DE LAS FAS


180. La Constitución atribuye a las FAS la misión de garantizar la soberanía e independencia
de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
181. La misión constitucional de las FAS tiene el mayor rango normativo del ordenamiento
jurídico, no sólo por estar en sede constitucional sino, de manera especial, por estar
ubicada en el Título Preliminar de la Constitución.
182. Cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la
soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento
constitucional, que no pueda resolverse por otros medios, el Gobierno, de conformidad
con lo dispuesto en la Constitución, podrá proponer al Congreso de los Diputados la
declaración del estado de sitio.
183. En la misma declaración del estado de sitio el Gobierno debe designar la Autoridad
militar, bajo cuya dirección haya de ejecutar las medidas que procedan en el territorio a
que el estado de sitio se refiera.

3.2.1. Garantizar la soberanía e independencia


184. Las FAS garantizan la soberanía y la independencia de España, función tradicional que
debe entenderse como una actuación externa para asegurar la propia existencia del
Estado frente a terceros. Esta actuación se realiza ordinariamente con la misma
existencia de las FAS, con un efecto disuasorio.
185. La presencia de España en organizaciones supranacionales tanto de carácter militar
como político, no obsta a que la soberanía e independencia nacional se sigan

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manteniendo, ya que la presencia en las mismas es un acto voluntario del Estado


conforme a las previsiones constitucionales.
186. La Constitución señala que la soberanía nacional reside en el pueblo español, siendo una
nota esencial del Estado y estando ligada al concepto de independencia.
187. El concepto de soberanía nacional puede resumirse en el poder supremo e ilimitado
tradicionalmente atribuido a la Nación o a su pueblo para establecer su Constitución y
adoptar las decisiones políticas fundamentales, en el ámbito interno y en el
internacional, sin sometimiento ni dependencia alguna respecto de terceros actores
internacionales.
188. La soberanía conlleva que el Estado soberano no dependa de ningún otro orden jurídico
estatal ni de ningún otro sujeto de Derecho internacional, estando vinculado solamente
al Derecho nacional.
189. La Carta de las Naciones Unidas reconoce como un principio de Derecho internacional
la igualdad soberana de los Estados, que comprende una serie de derechos y deberes
enumerados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
190. Cabe destacar, en relación con el principio de igualdad soberana de los Estados, los
siguientes derechos y deberes:
a. El deber de respetar la personalidad del resto de Estados soberanos.
b. El reconocimiento de que la integridad territorial y la independencia política del
Estado son inviolables.
c. El derecho de cada Estado a elegir y a llevar adelante libremente su sistema político,
social, económico y cultural.
d. El deber de cumplir plenamente y de buena fe sus obligaciones internacionales y
de vivir en paz con los demás Estados.
191. El concepto de soberanía en las relaciones internacionales es equivalente al de
independencia respecto de un territorio en el que se tiene derecho a ejercer las
funciones estatales básicas, con exclusión de la intervención o injerencia de otro Estado.
192. Este concepto se encuentra en estrecha unión con el principio de no intervención ni
injerencia en los asuntos internos de otros Estados, reconocido asimismo por Naciones
Unidas.
193. El principio de no intervención implica que ningún Estado o grupo de Estados tiene
derecho a intervenir directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos
internos o externos de cualquier otro.
194. Cualquier forma de injerencia o amenaza atentatoria de la personalidad del Estado, o
de los elementos políticos, económicos o culturales que lo constituyen, son violaciones
del Derecho internacional.
195. En ejecución del principio de no intervención queda prohibido el recurso a medidas
económicas, políticas o de cualquier otra índole para coaccionar a otro Estado.

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196. La misión de garantizar la soberanía e independencia de España consiste en asegurar,


mediante el empleo de las capacidades militares, que ningún Estado u otro actor
internacional interfiere en las decisiones adoptadas libremente por el pueblo español,
en relación a su sistema político, social, económico y cultural, en el cumplimiento de las
obligaciones internacionales contraídas por España y en el deber de vivir en paz con los
demás Estados.
197. La garantía de la soberanía e independencia de España implica una actividad
permanente de las FAS de preparación y vigilancia frente a cualquier tipo de actuación
que pretenda su menoscabo.

3.2.2. Defender la integridad territorial


198. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria
común e indivisible de todos los españoles, reconociendo y garantizando el derecho a la
autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas
ellas.
199. De conformidad con la Constitución, España se constituye como una unidad territorial
única, que permite su organización territorial posterior en municipios, provincias y
comunidades autónomas en donde se incardinan las ciudades autónomas de Ceuta y
Melilla.
200. La defensa de la integridad territorial supone impedir todo tipo de agresión, ataque o
actuación, externa o interna, que tenga por finalidad alterar, modificar o suprimir el
territorio español en su conjunto, al margen de los cauces legales previstos en nuestro
ordenamiento jurídico.
201. La integridad territorial de cualquier Estado es también un principio de Derecho
Internacional, que comporta el derecho de todo Estado a preservar intacto su territorio
ante una interacción exterior, según la Carta de Naciones Unidas.
202. Las Naciones Unidas señalan que todo intento encaminado a quebrantar total o
parcialmente la unidad o integridad territorial de un país, es incompatible con los
propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas.

3.2.3. Defender el ordenamiento constitucional


203. El ordenamiento constitucional se entiende como el conjunto de principios, derechos,
instituciones, órganos y poderes comprendidos en la Constitución.
204. La defensa del ordenamiento constitucional por las FAS implica que deben intervenir,
bajo las directrices del Gobierno de la Nación, cuando exista riesgo para el referido
ordenamiento, sin perjuicio de las competencias que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado tienen en materia de orden público y seguridad ciudadana, conforme a su
normativa específica.
205. En el marco de la defensa del ordenamiento constitucional, el Código Penal tipifica como
delitos contra la Constitución los siguientes: delito de rebelión, delitos contra la Corona,
delitos contra las Instituciones del Estado y la división de poderes, delitos relativos al

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ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas, delitos cometidos por los
funcionarios públicos contra las garantías constitucionales y delitos de ultraje a España.

3.3. OTRAS MISIONES DE LAS FAS


206. En desarrollo de la misión constitucional de las FAS y de las competencias del Estado
en materia de Defensa Nacional, seguridad pública y protección civil, y de acuerdo
con la Ley Orgánica 05/2005 de la Defensa Nacional, las FAS pueden tener las
siguientes misiones:
a. Contribución militar a la seguridad y defensa de España y de sus aliados.
b. Contribución militar al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la ayuda
humanitaria.
c. Preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo,
catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas.
d. Evacuación de los residentes españoles en el extranjero, cuando circunstancias de
inestabilidad en un país pongan en grave riesgo su vida o sus intereses.

3.3.1. Contribución militar a la seguridad y defensa de España y de sus


aliados
207. Esta misión de las FAS está recogida en la normativa específica sobre la Defensa Nacional
y se lleva a cabo en el marco de las organizaciones internacionales de las que España
forma parte.
208. La justificación legal de la contribución de las FAS a la seguridad y defensa de nuestros
aliados se encuentra en los compromisos asumidos convencionalmente por el Estado,
que debe respetarse en aplicación del principio pacta sunt servanda.
209. La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados establece que todo tratado en
vigor obliga a los Estados firmantes y debe ser cumplido por ellas de buena fe.
210. La contribución militar de las FAS a la seguridad y defensa de los aliados guarda relación
con el marco legal de las organizaciones internacionales de las que España es miembro,
teniendo en cuenta el principio del derecho de legítima defensa, tanto individual como
colectiva, que impera en el Derecho Internacional en virtud de la Carta de las Naciones
Unidas.
211. Las principales organizaciones internacionales, en especial la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), tienen entre sus propósitos
cuestiones de naturaleza militar y defensiva.
212. La pertenencia de España a la OTAN y a la UE hace que las FAS, además de prestar
atención a las cuestiones de seguridad interna y externa que afectan a la soberanía e
independencia de España, también estén implicadas en la seguridad y defensa de
nuestros aliados.
213. En aplicación de lo previsto en el Tratado del Atlántico Norte, cuando tiene lugar un
ataque armado contra uno o varios de los Estados parte de dicho tratado, acaecido en

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Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todos
ellos y, en consecuencia, si tal ataque se produce cada una de las partes asistirá a la
parte atacada, adoptando de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue
necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada para restablecer y mantener la
seguridad en la región del Atlántico Norte.
214. El Tratado de la UE establece que, si un Estado miembro es objeto de una agresión
armada en su territorio, los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con
todos los medios a su alcance, de conformidad con lo establecido en la Carta de las
Naciones Unidas.

3.3.2. Contribución militar al mantenimiento de la paz, la estabilidad y


la ayuda humanitaria
215. La misión de las FAS para contribuir al mantenimiento de la paz, la estabilidad y la ayuda
humanitaria tiene su fundamento primario en los compromisos internacionales
asumidos por España, derivados de su pertenencia a las diferentes organizaciones
internacionales que tienen, entre otros, tales objetivos.
216. Esta misión de las FAS está recogida en la normativa sobre la Defensa Nacional, en
relación con los propósitos y objetivos de las organizaciones internacionales en las que
España es parte, principalmente la ONU y la UE.
217. Bajo la denominación genérica y generalmente aceptada de misiones de mantenimiento
de la paz se agrupa una variada tipología de acciones que tienen por denominador
común atajar las más graves amenazas para la paz y la seguridad internacionales.
218. Tanto la doctrina como la práctica internacional coinciden en señalar para este tipo de
acciones una serie de principios básicos de alcance general, que sirven de guía y marco
de referencia a las mismas:
a. Legitimidad, derivada de su respaldo internacional.
b. Consentimiento de las partes implicadas.
c. Imparcialidad, por el que las fuerzas intervinientes no pueden tomar partido ni ser
parte en el conflicto.
d. Credibilidad o capacidad para cumplir el mandato.
e. Negociación y mediación, con la finalidad de alcanzar acuerdos entre las partes.
f. Transparencia, compatible con las exigencias de seguridad de la operación.
g. Coordinación entre todos los aspectos de la operación (militares, políticos,
diplomáticos, humanitarios, legales…).
h. Información respecto a las actitudes y capacidades de las partes en conflicto.
i. Limitaciones y restricciones, en cuanto al área territorial, operaciones y ROE.
j. Armamento acorde con el mandato y la situación.
k. Visibilidad o identidad del personal y unidades.
l. Movilidad y capacidad de respuesta rápida.

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m. Centralización en el mando y toma de decisiones.


n. Autosuficiencia en cuanto a abastecimientos para operar.
219. Naciones Unidas vincula las operaciones de mantenimiento de la paz al concepto de
misión integrada, caracterizado por la ayuda a países en transición desde un estado de
guerra hacia una paz duradera, o que buscan responder a una situación similar y que
requiere por su complejidad una amplia respuesta de las Naciones Unidas, vinculando
actores y aunando enfoques y capacidades en el mismo marco estratégico de gestión de
crisis.
220. Las misiones integradas pueden adoptar distintas formas, tienen un carácter
multifuncional y comprenden diferentes mandatos, desde la estabilización, la
protección de los civiles y los derechos humanos, hasta las estrategias de recuperación
a largo plazo, con el desarrollo de la zona y una paz duradera.
221. Las actuales misiones de mantenimiento de la paz son multidimensionales y exigen muy
diferentes respuestas. No se trata tan sólo de mantener la paz y la seguridad, sino
también facilitar procesos políticos, proteger a la población civil y los derechos
humanos, apoyar la organización de procesos electorales y ayudar a restablecer el
estado de derecho, difuminándose gradualmente la distinción tradicional entre
mantenimiento, imposición y consolidación de la paz.
222. En las misiones de mantenimiento de la paz, resulta de aplicación en todo momento el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH), incluso cuando aquellas se
desarrollen en el seno de un conflicto armado. Por ello, durante el transcurso de un
conflicto es posible hallarse ante supuestos en los que las normas del DIH y del DIDH
resulten de aplicación simultánea, siendo ambos complementarios y no excluyentes.
223. En el actual escenario de las misiones de mantenimiento de la paz, la estabilidad y la
ayuda humanitaria, los medios de comunicación se han convertido en actores con una
relevancia creciente en la información y en la conformación de la opinión pública, con
una indudable trascendencia para la imagen de las FAS y a los que debe prestarse una
atención singular.

3.3.2.1. Mantenimiento de la paz


224. El mecanismo que ha adoptado la ONU para salvaguardar la paz y los derechos humanos
son las denominadas operaciones de mantenimiento de la paz, cuyos principios
esenciales son los siguientes:
a. Consentimiento de las partes.
b. Imparcialidad.
c. No uso de la fuerza, excepto en legítima defensa y en defensa del mandato.
225. El mantenimiento de la paz, y su consolidación posterior, guarda una estrecha relación
con la protección de los derechos humanos. La vulneración sistemática y generalizada
de los derechos humanos en un territorio soberano constituye una amenaza para la paz
y seguridad internacional, así como para la estabilidad de la región.

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226. El Consejo de Seguridad de la ONU es el órgano encargado de mantener la paz y


seguridad internacionales, y a tal fin puede decidir emplear medidas que no impliquen
el uso de fuerza armada, o si estas fuesen inadecuadas, podrá ejercer, por medio de
fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o
restablecer la paz y la seguridad internacionales.
227. Todos los miembros de la ONU se comprometen a poner a disposición del Consejo de
Seguridad, cuando este lo solicite y a través de un convenio especial, las fuerzas
armadas, la ayuda y las facilidades, incluso el derecho de paso, que sean necesarias para
mantener la paz y la seguridad internacionales.
228. En el convenio especial entre el Consejo de Seguridad y un Estado miembro se fijarán el
número y clase de elementos de las fuerzas armadas, su grado de preparación y la
planificación general, como también la naturaleza de las facilidades y de la ayuda que
habrán de darse.
229. En el mantenimiento de la paz, las fuerzas armadas deben emplear el mínimo uso de la
fuerza, limitando su empleo en legítima defensa del personal y de las propiedades
vinculadas, así como del mandato recibido.
230. La contribución de las FAS al mantenimiento de la paz se desarrolla a través de sus
capacidades militares para actuar en territorios de conflicto o en situación de crisis, con
el objetivo de alcanzar el cumplimiento de la misión.
231. Para las FAS, una operación de mantenimiento de la paz consiste en una serie de
actuaciones militares que, bajo los auspicios de la ONU o de otra organización
internacional competente, tienen como finalidad apoyar e impulsar los esfuerzos
diplomáticos y procesos políticos que se realicen para evitar, contener, moderar o
resolver conflictos.
232. La UE puede instituir operaciones de mantenimiento de la paz de carácter militar, con
fundamento en la Política Común de Seguridad y Defensa y en el Tratado de la UE, sobre
los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de
Derecho y de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas
pertenecientes a minorías.
233. La Política Común de Seguridad y Defensa de la UE forma parte integrante de la política
exterior y de seguridad común, pudiendo en consecuencia la UE recurrir a las
capacidades operativas basadas en medios militares de los Estados miembros, en
misiones fuera de la UE que tengan por objetivo garantizar el mantenimiento de la paz,
la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional, según los
principios de la Carta de Naciones Unidas.
234. El Tratado de la UE establece que para llevar a efecto las misiones propias de
mantenimiento de la paz, los Estados miembros pondrán a su disposición, a efectos de
la aplicación de la Política Común de Seguridad y Defensa, las capacidades militares
precisas para contribuir a los objetivos definidos por el Consejo.

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235. El contenido y propósitos de cada operación de mantenimiento de la paz, con carácter


general, estarán delimitados y regulados en las resoluciones correspondientes que
dicten las organizaciones internacionales que instituyen dichas operaciones.

3.3.2.2. Estabilidad
236. Las operaciones de estabilidad, también conocidas como de consolidación de la paz, no
son independientes de las Operaciones de mantenimiento de la paz, sino que son una
consecuencia lógica en su desarrollo.
237. Las operaciones de estabilidad son el conjunto de acciones militares efectuadas en
apoyo de una serie de actividades políticas, económicas, sociales y de reestructuración
que están orientadas a reducir el riesgo de recurrencia al conflicto y proporcionan las
bases para una situación de paz sostenible y duradera.
238. El proceso de estabilidad es complejo y a largo plazo, y afronta los motivos estructurales
del conflicto armado de forma global. Sus acciones están relacionadas con el desarrollo
de la sociedad a la que se dirigen y con la mejora de la capacidad del Estado para
desarrollar legítima y eficazmente sus funciones.
239. El objetivo de las operaciones de estabilidad es mejorar las capacidades del Estado y de
la sociedad civil, hasta el punto que el apoyo externo no sea necesario.
240. Pese a que los elementos predominantes sean los actores civiles, las fuerzas militares
pueden ser requeridas para múltiples actividades como son el apoyo en el proceso de
reconstrucción de la seguridad, desarme, desmovilización y reintegración de
combatientes, acciones de desminado, apoyo al desarrollo de procesos electorales,
monitorización y formación, protección y seguridad, entre otros.
241. El marco legal de las operaciones de estabilidad es el que corresponde a las operaciones
de mantenimiento de la paz, compartiendo en la mayoría de las ocasiones una misma
resolución internacional.

3.3.2.3. Ayuda humanitaria


242. La ayuda humanitaria es el conjunto de acciones llevadas a cabo por las organizaciones
internacionales, o por los Estados, para proteger y ayudar a las víctimas de desastres por
catástrofes naturales o por conflictos armados.
243. Numerosos desastres naturales han desencadenado situaciones de crisis en distintos
Estados requiriéndose ayuda humanitaria para la población civil, dado que las
infraestructuras estatales quedan laminadas y resultan insuficientes.
244. La ayuda humanitaria incluye una multiplicidad de actuaciones, como la distribución de
bienes y servicios, ayuda de emergencia, asistencia a refugiados y desplazados, ayuda a
la población civil, prevención y preparación ante desastres, y rehabilitación inmediata
post desastre.
245. El fundamento de la ayuda humanitaria es que forma parte de la dimensión
internacional del Estado Social contemplado en la Constitución y en el cumplimiento de
la Carta y Resoluciones de Naciones Unidas y de la UE, cuyos objetivos de paz y seguridad

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se dirigen a la garantía de libertad, justicia y progreso de los pueblos en situaciones de


guerras, crisis humanitarias o piratería.
246. El objetivo de la ayuda humanitaria es aliviar el sufrimiento de las víctimas, garantizar
su subsistencia, proteger sus derechos fundamentales y defender su dignidad.
247. En la ayuda humanitaria las FAS pueden aportar sus capacidades militares, en relación
principalmente con el auxilio y socorro, control de víveres y apoyo en su distribución,
seguridad en el transporte y la localización de personas.

3.3.3. Preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los


supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras
necesidades públicas
248. Esta misión de las FAS está recogida en la normativa sobre la Defensa Nacional y en la
legislación en materia de Protección Civil y de los estados de alarma, excepción y sitio.
249. La seguridad pública se configura como un servicio público, dirigido a salvaguardar los
derechos y el bienestar de los ciudadanos ante situaciones que ocurran en territorio
nacional y cuya competencia es exclusiva del Estado.
250. La misión de preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en determinadas
situaciones no es propia y exclusiva de las FAS, sino que se desarrolla junto con el resto
de Administraciones Públicas e Instituciones del Estado, bajo los principios básicos de
cooperación y colaboración inherentes al sector público.
251. La misión de las FAS para preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos no
obedece a unos supuestos tasados, sino abiertos, pues comprenden el grave riesgo,
catástrofe y calamidad, así como otras necesidades públicas que no se determinan
legalmente.
252. Las actuaciones que pueden desempeñar las FAS en esta misión se encuadran dentro
del Sistema Nacional de Protección Civil, que integra la actividad de todas las
Administraciones Públicas en el ámbito de sus competencias, para garantizar una
respuesta coordinada y eficiente ante los distintos tipos de emergencias y catástrofes.
253. El personal de las FAS que actúe en cumplimiento de esta misión lo hará encuadrado y
a las órdenes de sus mandos naturales y dirigidos por la autoridad designada en el plan
de Protección Civil que corresponda.
254. La UME, en caso de emergencia de interés nacional, asumirá la dirección operativa de
la misma, actuando bajo la dirección del Ministro del Interior, conforme a la normativa
del Sistema Nacional de Protección Civil.
255. La misión de preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos encomendada a las
FAS está relacionada con las situaciones que pueden provocar la declaración del estado
de alarma.
256. Las situaciones que producen una alteración grave de la normalidad en todo o en parte
del territorio nacional, y que pueden dar lugar a que el Gobierno declare el estado de
alarma, son las siguientes:

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a. Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos,


inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud.
b. Crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves.
c. Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad.
d. Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.
257. A los efectos del estado de alarma, la autoridad competente es el Gobierno, salvo que
haya hecho uso de la facultad de delegar en el Presidente de la Comunidad Autónoma
afectada total o parcialmente por la situación de alarma.
258. La situación de necesidad pública propia del estado de alarma, coincidente con la misión
de las FAS de preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos, hace que éstas
puedan ser desplegadas en el marco de las operaciones para colaborar con las diferentes
Administraciones Públicas en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u
otras necesidades públicas, conforme a lo establecido en la legislación vigente.

3.3.4. Evacuación de los residentes españoles en el extranjero, cuando


circunstancias de inestabilidad en un país pongan en grave riesgo
su vida o sus intereses
259. Esta misión de las FAS está recogida en la normativa sobre la Defensa Nacional y
encuentra su fundamento legal en el Preámbulo de la Constitución.
260. La Constitución establece que la Nación española, deseando establecer la justicia, la
libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía,
proclama su voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el
ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
261. La protección de los españoles no se condiciona en la Constitución a su ubicación en
territorio nacional, sino que por la misma puede extenderse a otros territorios en donde
se encuentren españoles.
262. La obligación del Estado de velar por la vida y el bienestar de sus ciudadanos es un
compromiso e incluye por tanto, entre las posibles acciones a ejecutar, su evacuación
de un área en crisis, como consecuencia de una catástrofe natural, emergencia sanitaria
o de un conflicto de carácter político, social o militar.
263. La evacuación de los ciudadanos residentes en un país extranjero es una iniciativa
diplomática, que contará con el apoyo de las FAS en caso necesario.
264. El marco general, responsabilidades, principios y consideraciones de aplicación al
planeamiento y conducción de las operaciones de evacuación de personal no
combatiente (NEO), por su complejidad en el ámbito nacional e internacional, necesitan
de una guía básica de referencia 1.

1
Las NEO se encuentran desarrolladas en la Publicación Doctrinal Conjunta PDC-3.4.2 Doctrina Conjunta
NEO.

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265. Una NEO es aquella operación que se planea y ejecuta con la finalidad de reubicar en un
lugar seguro al personal no combatiente designado que se encuentre en una situación
de riesgo en un país extranjero.
266. Las NEO se dirigen normalmente a los ciudadanos nacionales. No obstante, en función
de la situación, puede contemplarse la evacuación de ciudadanos de la UE o incluso de
otros países, según lo que determine la Autoridad Diplomática Competente.
267. La característica más significativa de una NEO es su marcado carácter interministerial,
dada la transversalidad de los múltiples actores que intervienen en su planeamiento y
ejecución, tanto en el ámbito nacional como internacional.
268. Para facilitar la participación eficaz y coordinada de los distintos actores implicados, se
precisa una clara delimitación de sus competencias y responsabilidades, en particular
entre las autoridades de la Presidencia del Gobierno, del Ministerio de Asuntos
Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAUEC) y del Ministerio de Defensa
(MINISDEF), de forma que, aplicando un enfoque integral, se garantice la coherencia
entre la actuación militar y la del resto de los instrumentos del poder nacional.

3.4. MISIONES MILITARES DE LA GUARDIA CIVIL


269. La Guardia Civil es un Instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministro
del Interior en el desempeño de las funciones que se le atribuyen por la normativa
vigente en materia de FCSE, y del Ministro de Defensa en el cumplimiento de las
misiones de carácter militar que se le encomienden.
270. En el cumplimiento de misiones militares, los efectivos de la Guardia Civil tendrán la
consideración de fuerza armada, sin perjuicio de su condición de agentes de la
autoridad, y quedarán sometidos a lo dispuesto en las normas penales, disciplinaria y de
derechos y deberes de las FAS.
271. La normativa vigente determina las funciones y cometidos que corresponden a la
Guardia Civil como Cuerpo de Seguridad del Estado, en cuyo ejercicio centra su
actuación y para los que se encuentra especialmente organizada, equipada e instruida.
272. Las misiones de carácter militar de la Guardia Civil son reguladas normativamente por
el Gobierno, debiendo establecerse las condiciones y un régimen de consulta específico
para las misiones que se realicen en el exterior.
273. La determinación de las misiones de carácter militar y la consecuente dependencia del
Ministro de Defensa de los miembros de la Guardia Civil que las desarrollen, han de
guardar la debida concordancia con las referencias específicas que sobre las mismas se
contienen en la normativa vigente sobre régimen disciplinario y derechos y deberes de
los miembros de la Guardia Civil.
274. Son misiones de carácter militar que pueden encomendarse a la Guardia Civil las que
dicho Cuerpo, por su naturaleza militar y preparación policial, es capaz de desempeñar
mediante la integración de sus miembros o de sus unidades en estructuras militares de
las FAS y, excepcionalmente, en las de una organización internacional.

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275. Las misiones de carácter militar que podrán encomendarse a la Guardia Civil son las
siguientes:
a. Participar en el planeamiento, la preparación y ejecución de operaciones militares
desarrolladas por las FAS o fuerzas multinacionales, mediante el desempeño de las
funciones siguientes:
i. Policía militar.
ii. Vigilancia y defensa militares.
iii. Aquellas otras actuaciones que se le atribuyan en el marco de las operaciones
militares desarrolladas por las FAS o fuerzas multinacionales.
b. Participar, de forma integrada, en actividades desarrolladas por unidades, centros y
organismos militares dependientes del Ministro de Defensa, así como por los órganos
judiciales militares y fiscales jurídico militares, mediante el desempeño de las
funciones siguientes:
i. Policía judicial en el ámbito de la jurisdicción militar, con competencias en la
averiguación de los delitos y descubrimiento y aseguramiento del delincuente.
ii. Enlace, apoyo y coordinación, en su caso con fuerzas policiales y sistema judicial
local si existiese, y con las autoridades judiciales españolas.
iii. Inteligencia, contrainteligencia y seguridad.
iv. Enseñanza militar, a través del personal docente de la Guardia Civil asignado a
las distintas academias y centros de formación militares.
c. Participar en aquellas actividades de análoga naturaleza que determine el Consejo
de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa.
276. La encomienda a la Guardia Civil de misiones de carácter militar será realizada por el
Ministro de Defensa, previa consulta con el Ministro del Interior.
277. La generación del contingente de la Guardia Civil necesario para el cumplimiento de las
misiones de carácter militar que se le encomienden, será acordada conjuntamente por
los Ministerios de Defensa e Interior.
278. En el cumplimiento de las misiones de carácter militar asignadas, la Guardia Civil
dependerá del Ministro de Defensa.
279. Cuando las misiones militares encomendadas a la Guardia Civil tengan carácter
operativo, dependerá del JEMAD y se regirá por las normas reguladoras de la estructura
operativa de las FAS.
280. El desempeño de las misiones de carácter militar por parte del personal de la Guardia
Civil no supondrá la pérdida de la dependencia orgánica respecto de su Dirección
General.
281. Cuando las misiones de carácter militar encomendadas supongan la participación en
operaciones y ejercicios, las unidades y los miembros de la Guardia Civil también
quedarán sujetos al estatuto de la fuerza de la que formen parte.
282. El cumplimiento de las misiones se llevará a cabo con el armamento, material y equipo
de dotación propios del Cuerpo de la Guardia Civil, salvo si no dispusiera de medios

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suficientes o razones operativas recomendaran otra solución, en cuyo caso será


proporcionado por el Ministerio de Defensa o adquirido específicamente.
283. En tiempo de conflicto bélico o durante el estado de sitio, las misiones que le pudieran
corresponder al Cuerpo de la Guardia Civil serán ordenadas por el Ministro de Defensa
en los términos que determine el Presidente del Gobierno, correspondiendo su
coordinación al Consejo de Defensa Nacional, de acuerdo con la normativa específica.

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(PÁGINA INTENCIONADAMENTE EN BLANCO)

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CAPÍTULO 4. LAS FAS EN OPERACIONES

4.1. FUNDAMENTOS
284. El empleo de las FAS y el cumplimiento de sus misiones requiere realizar diferentes tipos
de operaciones militares, tanto en territorio nacional como en el exterior.
285. Por operación militar se entiende el conjunto de acciones, coordinadas por una
autoridad militar en tiempo, espacio y propósito, para alcanzar objetivos militares de
acuerdo con lo establecido en una directiva, plan u orden.
286. Las operaciones suponen el conjunto de acciones mediante las que las misiones que
legalmente tienen encomendadas las FAS se llevan a la práctica, concretándose en un
objetivo determinado, específico para cada operación.
287. Las operaciones de las FAS deben alcanzar alguno o algunos de los siguientes objetivos
estratégicos genéricos:
a. Disuadir a las posibles amenazas contra los intereses nacionales y la seguridad y
bienestar de los ciudadanos.
b. Defender y vigilar nuestros espacios de soberanía.
c. Desplegar nuestras fuerzas en el exterior, para defender nuestros intereses
nacionales, con capacidad de integración en ambiente multinacional.
d. Integrar eficazmente el apoyo de las fuerzas militares a las autoridades civiles.
288. Todas las operaciones de las FAS, con independencia del escenario en que se produzcan,
deben emplear los medios más adecuados en relación con las medidas permisivas,
limitativas o prohibitivas conforme al marco legal aplicable a la operación, para
aumentar su eficacia y garantizar el cumplimiento de la legalidad.
289. La inclusión de la dimensión cognitiva en el marco legal para el empleo de las FAS, como
ámbito emergente por el alcance de sus implicaciones en las operaciones, ha conllevado
a que la Unión Europea disponga de Directivas y esté desarrollando un marco de
regulación para todos los Estados Miembro. Asimismo, la Alianza Atlántica y los países
aliados, la han identificado como elemento clave, incorporándola en sus áreas de
transformación en las FAS, al tiempo que demanda una regulación en su gobernanza al
nivel estatal, europeo y aliado.

4.2. MARCO LEGAL


290. Las operaciones, al igual que el resto de actuaciones de las FAS, están sometidas al
cumplimiento de la legalidad, tanto nacional como internacional, dimanante de la
Constitución y de los tratados o acuerdos internacionales de los que España sea parte.
291. La normativa en materia de Defensa Nacional señala que las operaciones de las FAS
pueden desempeñarse tanto en territorio nacional como en el exterior, pudiendo

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materializarse en acciones de prevención de conflictos o disuasión, de mantenimiento


de la paz, actuaciones en situaciones de crisis y, en su caso, de respuesta a una agresión.
292. Para ordenar operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la
defensa de España o sean de interés nacional, el Gobierno debe recabar consulta previa
y autorización del Congreso de los Diputados.
293. La consulta previa y autorización del Congreso de los Diputados puede realizarse por el
procedimiento de urgencia en aquellos casos en que las operaciones en el exterior, de
acuerdo a los compromisos internacionales suscritos por España, requieran una
respuesta rápida o inmediata.
294. Si no pudiera tramitarse por el procedimiento de urgencia la consulta previa y
autorización del Congreso de los Diputados, por razones de máxima urgencia, el
Gobierno debe someter al Congreso lo antes posible la decisión adoptada al objeto de
recabar en su caso, su ratificación.
295. El Gobierno debe informar periódicamente al Congreso de los Diputados, en ningún caso
en plazo superior a un año, del desarrollo de las operaciones de las FAS en el exterior.
296. Las operaciones de las FAS se llevan a cabo tras la iniciativa política del Gobierno, en el
ejercicio de sus competencias constitucionales. Esta iniciativa se traduce en un mandato
expreso, bien originado en el propio Gobierno, bien procedente de una organización
internacional o de un acuerdo internacional, pero asumido por el Gobierno.
297. La acción política se traslada al nivel estratégico, determinándose el modo y manera de
cumplir el mandato a través de una operación, contando con todos los condicionantes
existentes, incluyendo los legales.
298. La directiva, plan u orden que surja de ese proceso fijará los términos en que se
desempeñará la operación, con estricta sujeción a las leyes españolas y a los tratados y
convenios de los que España sea parte, y de manera coherente con la doctrina aplicable.
299. La ejecución práctica del mandato se materializa en la operación o, en su caso, en la
sucesión o coordinación de operaciones para el cumplimiento del fin perseguido.
300. Las operaciones se llevarán a cabo a través de la estructura operativa de las FAS, que es
la organización establecida para el desarrollo de la acción conjunta y combinada,
dispuesta para el empleo de la fuerza.
301. La acción conjunta es la base de la estructura operativa de las FAS, considerada como el
empleo coordinado e integrado de las capacidades militares, bajo una única estructura
de mando y con procedimientos y criterios de apoyo comunes, que permitan alcanzar la
máxima eficacia operativa.
302. La estructura operativa de las FAS se organiza en una cadena de autoridades militares
situadas en los niveles estratégico, operacional y táctico. Cada uno de ellos se encuentra
bajo el mando de las autoridades normativamente designadas para ello.
303. La competencia sobre el nivel estratégico, en lo relacionado con las políticas e intereses
generales del Estado, recae sobre el JEMAD.

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304. La competencia sobre el nivel operacional, en lo relativo al planeamiento y ejecución de


las operaciones, recae sobre el Comandante del Mando de Operaciones (CMOPS).
305. La competencia sobre el nivel táctico, en lo relativo al desarrollo específico de las
operaciones, recae sobre los comandantes de las organizaciones operativas que se
generen.
306. Las organizaciones operativas pueden ser permanentes o temporales, siendo sus
principales características las siguientes:
a. Toman parte, a su nivel, en el planeamiento de aquellas operaciones en las que
participen.
b. Ejercen el mando de las fuerzas puestas bajo su autoridad de acuerdo con lo
establecido en los planes en vigor.
c. Llevan a cabo la integración de las fuerzas bajo su mando.
d. Ostentan, en su caso, la representación militar nacional que se determine ante los
mandos aliados o multinacionales de su nivel.

4.3. TIPOS DE OPERACIONES


307. De acuerdo con la normativa en materia de Defensa Nacional, las operaciones de las FAS
pueden clasificarse de la siguiente manera:
a. Defensa de la soberanía:
i. Vigilancia y protección del espacio terrestre.
ii. Vigilancia y control del ciberespacio.
iii. Vigilancia de espacios marítimos, como contribución a la acción del Estado en la
mar.
iv. Vigilancia y control del espacio aéreo de soberanía nacional.
v. Otras actividades para garantizar la soberanía e independencia de España y
proteger la vida de su población y sus intereses.
b. Acción exterior:
i. Colaboración en operaciones de mantenimiento de la paz y estabilización
internacional en aquellas zonas que se vean afectadas.
ii. Reconstrucción de la seguridad y la administración o rehabilitación de un país,
región o zona determinada.
c. Apoyo a otras instituciones:
i. FCSE, en la lucha contra el terrorismo.
ii. Servicios de rescate terrestre, marítimo y aéreo, en labores de búsqueda y
salvamento.
d. Respuesta militar contra agresiones utilizando aeronaves con fines terroristas.
e. Colaboración con otras Administraciones Públicas en casos de grave riesgo,
catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas.

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f. Participación con otros organismos para preservar la seguridad y bienestar de los


ciudadanos españoles en el extranjero.
308. La doctrina conjunta nacional desarrolla esta taxonomía de las operaciones de las FAS
de manera complementaria a la señalada en la normativa en materia de Defensa
Nacional, estableciendo los tipos de campañas u operaciones principales, los marcos de
actuación operativa y las correspondientes operaciones militares.
309. Así, las operaciones se clasifican en operaciones permanentes y operaciones de reacción
ante una crisis concreta, atendiendo al grado de disponibilidad de la fuerza y el
momento de activación.

4.4. RÉGIMEN DE LAS OPERACIONES

4.4.1. Mandato
310. Cada operación requiere un mandato que le proporcione una base legal y que determine
tanto los objetivos como los parámetros legales y operativos por los que se regirá.
311. El mandato en última instancia siempre procede del Gobierno, previa autorización del
Congreso de los Diputados, y está sujeto a las leyes españolas y a los convenios y
tratados internacionales de los que España es parte.
312. En atención a los compromisos internacionales suscritos por España, el mandato puede
tener su origen en una organización internacional de la que España sea parte, o en el
gobierno de un Estado anfitrión que solicite o preste consentimiento para el desarrollo
en su territorio de una operación dirigida por una organización internacional. También
puede tratarse de una combinación de ambas.
313. En caso de que el mandato derive de compromisos internacionales suscritos por España,
el consentimiento del Estado anfitrión y, en su caso, la correspondiente Resolución del
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas proporcionarán la base legal para el desarrollo
de la operación.
314. Si el mandato ha sido adoptado bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas,
prevalecerá sobre cualesquiera otros términos que el Estado anfitrión hubiera fijado
para prestar el consentimiento para la operación.
315. Pueden existir Resoluciones adicionales, procedentes de otras organizaciones
internacionales y que deriven de la emitida por el Consejo de Seguridad, sin que la
contradigan nunca, sino que solamente la desarrollen. Se darán en aquellos casos en los
que estas organizaciones vayan a asumir el mando y control de la operación
internacional.
316. En ausencia de consentimiento del Estado anfitrión, la existencia de un mandato
emanado del Consejo de Seguridad bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas constituye un requisito legal estricto para el despliegue de tropas y otro personal
en el territorio de un Estado para el desarrollo de una operación. A estos efectos resulta
indiferente si la operación se halla dirigida directamente por la ONU, por una
organización o acuerdo regional, o por Estados individuales que operan con

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independencia de Naciones Unidas o cualquier otra organización, pero con la


autorización del Consejo de Seguridad.
317. Durante la ejecución de las operaciones, las FAS se encuentran sujetas al ordenamiento
jurídico español y a los convenios y tratados de los que España sea parte, y con respeto
en su caso a las leyes del Estado anfitrión de acuerdo con el Derecho internacional y con
el mandato de la operación.

4.4.2. Mando y control


318. En el caso de una operación exclusivamente nacional, el mando y control pleno y
efectivo sobre las FAS no sufre alteración alguna y es ejercido por las autoridades
españolas competentes.
319. En el caso de una operación desarrollada en el seno de una organización internacional,
esta debe proveer los acuerdos relativos al mando y control. En estas operaciones existe
una transferencia parcial de la autoridad o del control que ejerce cada país sobre las
fuerzas que aporta.
320. En el caso de una operación desarrollada mediante acuerdos con otros Estados, pero
fuera de una organización internacional, el acuerdo debe prever también estas
cuestiones.
321. Las transferencias de mando y control dependerán de cada operación y vendrán
recogidas en la documentación de la misma, particularmente en el plan de operaciones
correspondiente.
322. La transferencia parcial de autoridad puede incluir ciertas limitaciones sobre el uso de
personal o medios para la ejecución de labores concretas dentro de la operación.
323. El personal que tome parte en una operación que se desarrolle en el seno de una
organización internacional o mediante un acuerdo entre países, queda sometido a la
autoridad del jefe de la fuerza que haya sido designado. Aunque esta autoridad se basa
en el derecho interno de la organización o en el acuerdo, debe ser asignada por los
países que aportan fuerzas. Los acuerdos de mando y control se fijan en un instrumento
de Derecho internacional entre el país que aporta personal y la organización mediante
el acuerdo que regule la operación.

4.4.3. Derecho Internacional de los Derechos Humanos


324. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) es aquella parte del Derecho
internacional formado por el conjunto de principios y normas que reconoce protección
a las personas, por su mera condición de seres humanos.
325. Algunos derechos fundamentales del DIDH nunca pueden suspenderse en ninguna
operación, como el derecho a la vida, la prohibición de la tortura, tratos crueles o
inhumanos, prohibición de la esclavitud y la no retroactividad de la ley.
326. Las obligaciones en materia de derechos humanos aplicables a una operación tienen su
fundamento en la Constitución, en el resto de legislación española y en las obligaciones

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internacionales contraídas por España, pudiendo basarse en normas convencionales o


consuetudinarias.
327. Las obligaciones relativas a los derechos humanos resultan de aplicación a todas las
personas que se encuentren bajo la jurisdicción española durante el desempeño de la
operación.
328. Se han de adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que el personal que
participa en la operación conoce y cumple las obligaciones del DIDH que vinculan a
España y que atañen a dicha operación.
329. Con independencia del conocimiento que el personal participante en la operación tenga
de las obligaciones del DIDH, las organizaciones internacionales en cuyo seno se
desarrolle la operación, también deben asegurarse de adoptar los mecanismos
necesarios para hacer cumplir sus obligaciones de DIDH.
330. Si hubiere discrepancia entre las obligaciones españolas y del Estado anfitrión respecto
del DIDH, los participantes en la operación deben asegurarse de respetar también las
obligaciones pertinentes del Estado anfitrión.
331. Pueden surgir problemas de interoperabilidad si los Estados que contribuyen a una
operación tienen obligaciones divergentes respecto del DIDH. Las obligaciones de
derechos humanos aplicables no pueden ser eludidas so pretexto de que otros actores
de la misma operación tienen obligaciones distintas.
332. Si la fuerza interviniente en una operación considera que le puede resultar imposible
cumplir con el mandato recibido en todos sus términos, porque estos colisionen con sus
obligaciones de DIDH, debe ponerlo en conocimiento de las autoridades nacionales.
Mediante el correspondiente mecanismo de Derecho internacional, España puede llegar
a solicitar detraerse de las previsiones de derechos humanos.
333. Cuando resulten de aplicación simultánea el DIH y el DIDH, se aplicarán de forma
complementaria. En caso de colisión entre una norma del DIH y otra del DIDH, resultará
de aplicación la norma más específica aplicable al caso concreto.

4.4.4. Derecho Internacional Humanitario


334. El DIH2 es aquella parte del Derecho internacional formado por un conjunto de normas
que, por razones humanitarias, procura limitar los efectos de los conflictos armados.
Está integrado principalmente por los Convenios de Ginebra y los Protocolos
Adicionales, siendo objeto de elaboración y desarrollo jurisprudencial.
335. El DIH protege a las personas que no participen o que hayan dejado de participar en un
conflicto, restringiendo los métodos y medios de guerra disponibles para las partes en
conflicto, a aquellos que son necesarios para la debilitación de las fuerzas militares del
adversario.

2
El Derecho Internacional Humanitario (DIH) anteriormente se denominaba Derecho Internacional de los
Conflictos Armados (DICA).

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336. Con independencia de la naturaleza de la operación, el DIH sólo será aplicable a una
operación militar cuando esta tiene lugar en el contexto de un conflicto armado, tal y
como lo define el Derecho internacional.
337. La existencia de un conflicto armado es el superior requisito de aplicabilidad del DIH, sin
perjuicio de los requisitos propios del carácter internacional o no internacional del
conflicto armado.
338. La jurisprudencia del Tribunal Internacional Penal señala que existe conflicto armado
cuando se recurra a la fuerza armada entre Estados o a la violencia armada prolongada
entre autoridades gubernamentales y grupos armados organizados, o entre dichos
grupos entre sí dentro de un Estado.
339. Desde el punto de vista jurídico, el DIH hace una distinción entre dos tipos de conflictos
armados:
a. Conflicto armado internacional (CAI), cuando se enfrentan dos o más Estados,
aunque el estado de guerra no haya sido reconocido por alguno de ellos.
b. Conflicto armado no internacional (CANI), cuando el enfrentamiento se produce
entre fuerzas gubernamentales y grupos armados no gubernamentales, o entre esos
grupos únicamente.
340. El DIH no es aplicable a las actuaciones de una fuerza desplegada en un conflicto
armado, en el que no sea parte beligerante. Sin embargo, los miembros de esa fuerza se
beneficiarán de la protección que el DIH garantiza a la población civil, mientras no
participen directamente en las hostilidades y sólo mientras dure su despliegue.
341. En caso de no ser originariamente parte en un conflicto armado, los miembros del
componente militar de una operación pierden la protección contra ataques directos que
se garantiza a la población civil si, en ese momento, la fuerza interviniente se convierte
en parte en el conflicto.
342. En los casos en los que la fuerza interviniente en una operación no se ha convertido en
parte, los miembros individuales de la fuerza perderán esa protección solamente en
tanto en cuanto participen directamente en las hostilidades.
343. Si se verifican los requisitos de aplicabilidad del DIH, la fuerza interviniente en una
operación puede convertirse en una parte beligerante en el conflicto. En todo caso, ha
de tenerse en cuenta lo que el DIH establece para la parte correspondiente a sanidad y
servicio de asistencia religiosa.
344. En las operaciones multinacionales, y dependiendo de los supuestos de hecho, los
distintos países participantes pueden convertirse en parte en el conflicto a título
individual, sin que ello extienda la condición de parte a los demás contingentes o, en su
caso, a la organización internacional bajo la cual se hallen desplegados.
345. Conforme al DIH se determinará el ámbito geográfico de un conflicto armado, así como
el ámbito temporal de su aplicación, bien con el cese general de las operaciones
militares o, alternativamente, cuando desaparezcan las circunstancias para su
aplicación.

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346. El cese general de las operaciones militares que pone fin a la aplicación del DIH significa
expresamente el fin definitivo de los enfrentamientos entre todas las partes
involucradas.
347. El DIH sólo continuará aplicándose después del cese general de las operaciones
militares, para las normas del derecho de ocupación y para la obligación de repatriar a
las personas detenidas, en relación con el conflicto armado y las operaciones militares
desarrolladas.

4.4.5. Estatutos de la Fuerza y de la Misión


348. El acuerdo de estatuto de la fuerza (Status of Forces Agreement, SOFA) es un documento
suscrito entre la organización que lidera la operación y el Estado o Estados en donde se
vaya a desarrollar la misma. Asimismo, también puede estar suscrito entre Estados.
349. SOFA es un instrumento jurídico internacional que establece el Estatuto de la Fuerza
fuera del territorio nacional y cómo se relaciona con las fuerzas de otros Estados.
350. La principal característica del SOFA es la regulación jurídica de las fuerzas de un país
extranjero presentes en otro con carácter pactado y permanente como consecuencia de
un acuerdo internacional de cooperación militar, que implique la existencia de una serie
de estipulaciones referidas principalmente a obligaciones, privilegios o inmunidades,
entre otras cuestiones.
351. El objetivo del SOFA es dotar de la cobertura jurídica adecuada al despliegue de una
fuerza nacional para el cumplimiento de los cometidos previamente definidos.
352. El SOFA puede clasificarse en función de la duración o permanencia de la fuerza en otro
Estado y de la colaboración que se va a prestar o en función de los motivos que dan lugar
al despliegue de la fuerza.
353. Desde el punto de vista jurídico, el SOFA debe tener generalmente los siguientes
contenidos relevantes:
a. Mandato de la misión.
b. Definiciones: unidades, tropas, agrupaciones, territorio nacional, bandera, teatro
de operaciones.
c. Materia penal y procesal: jurisdicción civil, penal, laboral, contencioso-
administrativa y militar; potestad disciplinaria; reclamaciones económicas;
inmunidades.
d. Materia administrativa y de personal: documentación necesaria para la zona de
operaciones; permisos de armas, de trabajo para personal civil y de conducir; uso
de uniforme; asuntos económicos; contratos; tributos, tasas y peajes; seguros.
e. Materia operacional: armamento y equipo; movimientos de tropas; uso de
instalaciones; seguridad; comunicaciones; asistencia humanitaria.
354. El Acuerdo de Estatus de la Misión (Status of Mission Agreement, SOMA) recoge el
conjunto de derechos y deberes de los miembros de una fuerza desplegada en un país
extranjero.

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355. Los asuntos relativos a la entrada y salida, libertad de movimientos, exenciones


aduaneras y de impuestos, el derecho a emplear equipos y establecer comunicaciones,
apoyo logístico y seguridad deben recogerse en los acuerdos sobre el estatuto de la
fuerza o de la misión y en los acuerdos complementarios con el Estado anfitrión.
356. En cada operación multinacional deben determinarse claramente y de forma adecuada
las responsabilidades de la organización implicada, de España y de todos los países que
envían tropas y del Estado anfitrión. Se ha de favorecer la suscripción de acuerdos entre
la organización internacional y los Estados remitentes para facilitar la provisión de los
contingentes nacionales.
357. En una operación que se desarrolla en el seno de una organización internacional, los
derechos y obligaciones contemplados en el ámbito de la misma, así como los que
corresponden a su personal, deben quedar especificados en los acuerdos sobre el
estatuto de la fuerza y de la misión.

4.4.6. Legislación del Estado anfitrión


358. El personal de una fuerza española que participe en una operación en el exterior se halla
sujeto a las leyes del Estado anfitrión, durante el tiempo que sus integrantes se hallen
presentes o actuando en su territorio.
359. La fuerza española y todo el personal que compone la operación deben respetar las
leyes del Estado anfitrión.
360. La autoridad competente española ha de velar por que el Estado anfitrión, a la hora de
aplicar su propia legislación nacional sobre la fuerza española, tenga en consideración
las reglas aplicables del Derecho internacional en relación con el ejercicio de sus
competencias jurisdiccionales, incluyendo los acuerdos sobre el estatuto de la fuerza y
de la misión, así como cualesquiera otros tratados o reglas consuetudinarias aplicables
relativas a inmunidades y privilegios.

4.4.7. Legislación nacional española


361. Las leyes españolas son de plena aplicación al personal español que participe en una
operación, tanto en territorio nacional como en el exterior.
362. En una operación en el exterior, España conserva la jurisdicción sobre su personal, con
las limitaciones que establecen los tratados y acuerdos internacionales.
363. Los derechos y deberes del personal de una fuerza que participa en una operación en el
exterior se determinan fundamentalmente a nivel internacional, pero España conserva
determinadas potestades, en especial la disciplinaria, penal y jurisdiccional.
364. A la hora de asegurar el ejercicio de su jurisdicción en el territorio de terceros Estados,
las autoridades españolas deben cumplir las reglas aplicables de Derecho internacional
relativas al ejercicio de sus competencias jurisdiccionales, incluyendo cualesquiera
tratados y reglas consuetudinarias que resulten de aplicación.

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4.4.8. Memorando de entendimiento y Acuerdos técnicos


365. Los acuerdos internacionales no normativos, con independencia de su denominación,
contienen declaraciones de intenciones o establecen compromisos de actuación de
contenido político, técnico o logístico, y no constituyen obligaciones internacionales ni
se rigen por el Derecho internacional.
366. Los acuerdos internacionales no normativos podrán adoptar cualquier nombre en
función de los distintos actores internacionales (Memorando de Entendimiento,
Memorando de Acuerdo, Protocolo, Acuerdo…).
367. Los acuerdos internacionales no normativos contienen una serie de compromisos y
procedimientos que se sustentan sobre la buena fe de los distintos participantes y se
refieren a cuestiones eminentemente prácticas y de la vida ordinaria de la fuerza.
368. La organización internacional o el Estado que lidera una operación puede llevar a cabo
acuerdos con un país que aporte tropas para fijar los términos y condiciones
administrativas, logísticas y financieras que regirán la aportación de personal, equipos y
servicios que deba prestar el país que aporta tropas a la organización. Este tipo de
acuerdo internacional no normativo se suele denominar Memorando de Entendimiento
o Acuerdo Técnico. Estos tipos de acuerdos se encuentran regulados en los Capítulos II
y III de la Ley de Tratados y otros acuerdos internacionales antes citada.
369. Los términos y condiciones administrativas, logísticas y financieras relativos a los apoyos
y servicios que el Estado Anfitrión u Organización Internacional brinden a la fuerza
española que participe en una operación, se establecerán en un Acuerdo de Apoyo de
la Nación Anfitriona (Host Nation Support Agreement).
370. Los contratos que se realicen por las fuerzas españolas con ocasión de las operaciones
se regirán por el marco legal establecido en el apartado 5.2.3. Contratación
Administrativa de este documento.

4.4.9. Uso de la fuerza. Reglas de Enfrentamiento (ROE)


371. Las ROE determinan cuándo, dónde, contra quién y cómo se usa la fuerza durante el
transcurso de una operación militar.
372. Determinan las circunstancias y limitaciones en las que fuerzas militares propias podrán
iniciar y/o continuar acciones de combate con otras fuerzas. Cada operación dispondrá
de unas ROE específicas, que serán de aplicación exclusiva para la misma.
373. Proporcionan a los comandantes de todos los escalones de mando y a los miembros de
las unidades, una guía y a la vez un respaldo para el empleo de la fuerza determinando
las circunstancias, condiciones, grado y forma en las que se puede o no aplicar.
374. Este marco normativo resulta singularmente complejo e incluye desde tratados
internacionales suscritos por España, entre los que cabe destacar todo el conjunto de
disposiciones que integran el DIH, hasta disposiciones de orden penal contenidas tanto
en normas nacionales (Códigos Penal y Penal Militar), como internacionales (Convenio
de Roma).

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375. Desde el punto de vista del Derecho internacional, las ROE no se corresponden con
ninguna de las categorías reconocidas en el artículo 38 del Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia como fuentes de Derecho internacional. No constituyen
obligaciones de carácter convencional, ni tienen la consideración de costumbre ni
constituyen ninguna otra de las fuentes de carácter subsidiario del Derecho
internacional incluidas en dicho precepto.
376. Las ROE no pueden colisionar con lo prescrito por los instrumentos convencionales
sobre la materia en los que España es Parte, o con las normas que constituyen el núcleo
del Derecho consuetudinario aplicable en los conflictos armados.
377. El sometimiento de las ROE al Derecho es absoluto, y por ello deben ajustarse al bloque
normativo español o internacional sobre el uso de la fuerza y sus consecuencias.
378. Es importante señalar que las ROE no pretenden resumir los preceptos del DIH, cuyo
conocimiento por parte de los militares se supone siempre, sino que son autorizaciones
o prohibiciones concretas a disposición de la fuerza, para cada momento de la operación
y la situación en la zona de operaciones, ajustadas a las necesidades operativas
derivadas del cumplimiento de la misión.
379. Las ROE no pueden limitar el ejercicio del derecho a la legítima defensa, ya que según lo
establecido en la normativa nacional e internacional constituye una causa de exención
de la responsabilidad criminal, actuar en defensa de la persona o de derechos propios o
ajenos.
380. El mandato de la operación puede autorizar el uso de la fuerza necesaria y proporcional
para el cumplimiento de los cometidos, propósitos y objetivos establecidos por el
mandato cuando las circunstancias requieran el uso de la fuerza.
381. El personal interviniente en una operación tiene el derecho inmanente a usar la fuerza
necesaria y proporcional en defensa propia o en defensa de otros.
382. El personal interviniente en una operación puede tener el derecho a usar la fuerza
necesaria y proporcional en defensa de propiedad esencial de la misión o para asegurar
su derecho a la libertad de movimiento conforme a las ROE establecidas.
383. En cualquier caso en que resulte de aplicación el DIDH sus normas determinarán las
maneras y circunstancias en que se puede emplear la fuerza.
384. Una fuerza armada que se convierte en parte beligerante en un conflicto armado o que
interviene en él, debe cumplir con las prescripciones del DIH, cuando desarrolle
operaciones en el ámbito de dicho conflicto.
385. Se aplicarán las reglas del DIH a las situaciones que impliquen la conducción de
hostilidades contra objetivos bajo el DIH. El uso de la fuerza fuera de ese contexto se
regirá, con carácter general, por otras reglas, en especial las del DIDH.
386. Una fuerza que participe en una operación debe contar con el equipamiento necesario
que le permita ajustar el grado y naturaleza de la fuerza que emplea, para que se ajuste
tanto como sea posible a los requisitos de las previsibles situaciones de seguridad.

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387. El militar en operaciones debe conocer y cumplir las ROE para hacer frente a las
situaciones cambiantes en cada momento de la operación, debiendo estar preparado
para asumir la protección de la población afectada y los riesgos consiguientes.
388. Las ROE de una operación cuentan con la protección que se determine en cada caso, y
su conocimiento se encuentra limitado a los sujetos que participan en la misma.
389. La naturaleza jurídica de las ROE se asimila a las órdenes de servicio, en relación con lo
señalado en el Código Penal Militar, al señalar que por orden se entiende todo mandato
relativo al servicio que un superior da a un subordinado, en forma adecuada y dentro
de las atribuciones que le corresponden, para que lleve a cabo u omita una actuación
concreta.
390. Teniendo las ROE el carácter de órdenes, el incumplimiento o inobservancia de las
mismas puede conllevar la consiguiente responsabilidad disciplinaria o penal, que
oscilaría desde la falta disciplinaria con carácter leve al delito penal militar. Todo ello sin
perjuicio de otro tipo de responsabilidades que pudieran derivarse de la acción u
omisión cometida.
391. Las ROE en vigor para una operación se encuentran comprendidas en la colección de
ROE para esa operación. Se plasman en un documento individual que porta cada militar
que participe en la operación (ROE Card, tarjeta ROE).
392. La aplicación de las ROE en una operación se relaciona con el proceso de escalada de
fuerza (Escalation of Force, EOF), consistente en la secuencia de acciones llevadas a cabo
por una unidad militar en ambiente hostil que comienza con la aplicación de medidas
defensivas de fuerza no letal hasta la utilización de fuerza letal.
393. Se puede autorizar el uso de la fuerza por el personal interviniente en una operación de
acuerdo con el mandato o en legítima defensa.

4.4.10. Obligación de protección

4.4.10.1. Población civil


394. La población civil goza de protección frente a los posibles actos de violencia que puedan
tener lugar durante el desempeño de una operación.
395. En las operaciones en el exterior, la protección de la población civil es responsabilidad
primordial del Estado anfitrión, con independencia que la operación en cuestión pueda
tener como cometido apoyar a los gobiernos a cumplir esa responsabilidad.
396. Cuando la protección de la población civil se encuentre en peligro, la fuerza interviniente
en una operación debe poner todos los medios a su alcance para proteger a la población
civil que se encuentre bajo una amenaza inminente.
397. Los mandatos de protección deben ser lo suficientemente realistas y formar parte de
una estrategia más amplia.
398. Es necesario que por la vía oportuna se mantengan informadas a las autoridades
competentes, incluyendo en su caso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, acerca

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de todo aquello que se requiera para hacer frente a las amenazas contra la población
civil.
399. En cualquier situación en la que una fuerza reciba el mandato de proteger a la población
civil, las labores de protección deben encontrarse reflejadas en las ROE de la operación.
400. Aun cuando una fuerza no hubiere recibido un mandato expreso en ese sentido, sus ROE
deben permitir la posibilidad de llevar a cabo labores relacionadas con la protección de
la población civil.
401. Se debe dar protección y asistencia especiales a los grupos de personas particularmente
vulnerables que requieran una atención especial.

4.4.10.2. Menores
402. Los menores deben ser protegidos en todo momento y sin discriminación del impacto,
directo o indirecto, de un conflicto armado.
403. La fuerza interviniente en una operación debe asegurar que los roles y responsabilidades
respecto de la protección de menores en conflictos armados se encuentran
suficientemente definidas en todos los aspectos del mandato, así como que el
planeamiento, la ejecución e información de la operación reflejen las particulares
necesidades de protección de la infancia.

4.4.10.3. Explotación y abusos sexuales


404. Está prohibida la explotación y los abusos sexuales por personal militar, de policía o
personal civil miembro de una operación.
405. La prevención debe formar parte de la estrategia para combatir todo tipo de conducta
inapropiada, incluyendo la explotación y abusos sexuales.
406. La prevención de la explotación y abusos sexuales debe tener lugar, entre otros medios,
a través de la formación, actividades de concienciación y medidas preventivas prácticas.
407. La implantación de estándares de conducta debe formar parte de la estrategia para
combatir todo tipo de conducta inapropiada, incluyendo la explotación y abusos
sexuales.

4.4.10.4. Refugiados y otros desplazados forzosos


408. El Derecho internacional de los refugiados es una rama especial del DIDH, pero se
diferencia de estos en que no permite su derogación en caso de emergencia pública o
conflicto. Es de aplicación plena en tiempo de guerra y de paz.
409. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados define a éstos como la
persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión,
nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentra fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores,
no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y
hallándose a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país donde antes tuviera
su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él.

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410. Una persona que cumpla los criterios establecidos en la definición de refugiado, será
privada de los beneficios de su estatuto cuando existan razones fundadas para
considerar que:
a. Haya cometido un crimen contra la paz, un crimen de guerra o un crimen de lesa
humanidad, tal y como se hallan definidos en los instrumentos internacionales
diseñados para prevenir tales crímenes.
b. Haya cometido un delito grave de naturaleza no política fuera del Estado de refugio
previamente a su admisión en el país como refugiado.
c. Sea culpable de actos contrarios a los principios y propósitos de las Naciones
Unidas.
411. Una persona deja de ser refugiado cuando se demuestra que ya no tiene necesidad de
protección internacional o, alternativamente, cuando desaparecen las circunstancias
por las que se reconoció su estatuto.
412. La condición de refugiado se pierde en alguna de las siguientes circunstancias:
a. Si acepta voluntariamente de nuevo la protección de su país de nacionalidad.
b. Cuando habiendo perdido su nacionalidad, la vuelve a adquirir voluntariamente.
c. Si adquiere una nueva nacionalidad y disfruta de su protección.
d. Cuando vuelve a establecerse voluntariamente en el país que abandonó o fuera del
que permaneció por miedo a ser perseguido.
413. Los refugiados se encuentran protegidos contra cualquier tipo de expulsión hacia
territorios en los que exista amenaza contra su vida o libertad por razón de su raza,
religión, opinión política, nacionalidad o por formar parte de un determinado grupo
social.
414. Los refugiados no deben sufrir consecuencias adversas por su nacionalidad formal.
415. Los refugiados tienen derecho a los derechos humanos recogidos en la Convención
sobre el Estatuto de los Refugiados.
416. La UNESCO define a los desplazados como la persona o grupo de personas que han sido
forzados a huir o a abandonar sus lugares de residencia habitual como resultado de
conflicto armado, luchas internas y violaciones habituales de los derechos humanos; o
por desastres naturales o consecuencia de la acción humana que afecten a alguno de
estos elementos y que no hayan atravesado ninguna frontera estatal
internacionalmente reconocida.
417. Los asentamientos y campos de refugiados deben ubicarse lejos de las fronteras.
418. Debe garantizarse el carácter civil y humanitario de los asentamientos y campos de
refugiados y de los lugares con desplazados internos.
419. Deben protegerse los campos de refugiados y los campos de desplazados internos, así
como sus alrededores inmediatos.

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420. Debe asegurarse el acceso sin obstáculos de los refugiados y desplazados internos a la
asistencia humanitaria.
421. Los refugiados pueden regresar a su país de origen exclusivamente de manera
voluntaria. Tanto los refugiados como los desplazados internos gozan del derecho de
regresar a sus lugares de origen.

4.4.11. Mantenimiento del estado de derecho


422. El respeto por el estado de derecho es fundamental para el adecuado funcionamiento
de todos los estados y sociedades.
423. Cuando se ejecuta una operación en un país en el que se ha quebrado el estado de
derecho, o bien el respeto por el mismo se ha visto dañado, resulta crítico para el éxito
de la operación llevar a cabo acciones para establecer y posteriormente mantener el
adecuado funcionamiento de las instituciones esenciales y fomentar el respeto por las
leyes, procedimientos y procesos asociados a dichas instituciones.
424. Todo el personal que participa en una operación debe mostrar su respeto por el estado
de derecho en todo momento y ocasión.
425. Allí donde se requieran acciones de una fuerza militar en relación con materias relativas
al estado de derecho, el mandato debe definir de manera clara, creíble y realista las
prioridades para tales acciones y se deben poner a disposición de la fuerza interviniente
los recursos y estrategias que sean necesarios.

4.4.12. Cuestiones de género


426. La perspectiva de género es considerada prioritaria en las sociedades occidentales, lo
que obliga a tener una especial sensibilidad en el contexto de las operaciones y a ser
tomada en consideración, estando prohibida la discriminación por razón de género.
427. La aplicación de la perspectiva de género en operaciones comporta la capacidad que
todo Jefe debe tener para detectar si mujeres y hombres son afectados por una
situación u operación militar de manera diferente debido únicamente a su género.
428. La aplicación de perspectiva de género en operaciones comprende tres bloques
esenciales de actividad: la prevención de la violencia de género contra mujeres y niños;
la protección específica de estos colectivos; y, finalmente, fomentar y apoyar la
participación de las mujeres en la toma de decisiones para la resolución de los conflictos
y el período postconflicto.
429. La violencia por razón de género y, especialmente, la violencia contra la mujer, son
formas de discriminación por razón de género y constituyen una violación del DIDH.
430. Se debe introducir la perspectiva de género a lo largo de todo el ciclo de las operaciones
militares, integrándose en cada una de las fases estratégica, operativa y táctica. Debe
alcanzar desde la concepción y desarrollo del mandato hasta la ejecución de cada
cometido asignado por el mismo.

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431. La incorporación de la perspectiva de género en las operaciones militares es un proceso


estratégico cuyo objetivo es lograr la igualdad efectiva de derechos, responsabilidades
y oportunidades entre hombres y mujeres.
432. En las operaciones deben incluirse indicadores específicos de género en los requisitos
de recolección de datos y de los informes, tanto antes como durante y después de una
operación, con el fin de asegurar una perspectiva completa de los asuntos de género,
informar el proceso de toma de decisiones y facilitar el aprendizaje de lecciones.
433. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha señalado la necesidad de formar
Asesores de Género (Gender Advisor, GENAD) e incorporarlos a las operaciones
militares, con la finalidad de garantizar que la perspectiva de género se integra en todos
los niveles estratégicos, operativos y tácticos.
434. El Asesor de Género pone a disposición del jefe de la operación su conocimiento en la
materia y supervisa el desarrollo de la aplicación de género en las áreas donde se
desarrolla la operación, teniendo como funciones más destacadas las siguientes:
a. Identificar posibles áreas de intervención en materia de género, de acuerdo con el
mandato de la operación.
b. Supervisar la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas en cuestiones de
género.
c. Detectar organizaciones y entidades vinculadas a la mujer en el teatro de
operaciones.
435. El fin último de la aplicación de la perspectiva de género en el plano operativo consiste
en coadyuvar a que las partes en el conflicto y los demás actores involucrados en la
resolución del mismo consigan alcanzar la igualdad de género, entendiendo esta como
una parte esencial para la resolución duradera y a largo plazo de los conflictos.
436. La perspectiva de género cobra especial importancia en aquellos conflictos en los que
se utiliza la violencia sexual como un instrumento más de la limpieza étnica. También
tiene interés en los procesos de reforma del Sector de Seguridad, así como en los de
Desmovilización, Desarme y Reintegración de los antiguos combatientes pertenecientes
a las partes en conflicto.

4.5. PARTICULARIDADES DE LOS ÁMBITOS DE OPERACIÓN


437. En el espacio de las operaciones, formado por los ámbitos de operación, actúan todos
los instrumentos de poder y es donde tienen lugar los enfrentamientos, se ejecutan las
acciones y se producen los efectos.

4.5.1. Aspectos comunes


438. Todas las actividades de las operaciones, con independencia que se desarrollen en el
ámbito terrestre, marítimo, aeroespacial, ciberespacial o cognitivo, deben conducirse
de conformidad con el mismo marco jurídico general de actuación de las FAS, sea este
nacional o internacional.

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439. Durante la conducción de las operaciones, se podrá emplear la fuerza únicamente de


conformidad con el mandato y el derecho nacional o internacional aplicable.
440. Cualquier uso de la fuerza debe ser estrictamente necesario y proporcionado.

4.5.2. Ámbito marítimo


441. Los buques y aeronaves que participen o actúen en apoyo de una operación disfrutan
de las libertades de navegación y sobrevuelo en y sobre la alta mar y la zona económica
exclusiva, en los términos establecidos en el Derecho internacional, y con los
condicionantes específicos que en su caso pudiera imponer el Derecho de los Conflictos
Armados.
442. Los buques que participen o actúen en apoyo de una operación disfrutan del derecho
de paso inocente en el mar territorial, aguas archipelágicas y ciertos estrechos
internacionales, el derecho de paso por vías marítimas archipelágicas cuando ello
resulte de aplicación y el derecho de tránsito en ciertos estrechos internacionales, en
los términos establecidos en el Derecho internacional, y con los condicionantes
específicos que en su caso pudiera imponer el Derecho de los Conflictos Armados.
443. Los Estados ejercen soberanía plena sobre su territorio y sus aguas interiores, así como
sobre el espacio aéreo sobre su territorio y su mar territorial.
444. Una operación que no se desarrolle como parte de un conflicto armado puede actuar
en el territorio, las aguas interiores o espacio aéreo nacional de un Estado solamente
con su consentimiento, salvo que se establezca otra cosa en una Resolución del Consejo
de Seguridad adoptada de conformidad con el Capítulo VII de la Carta de Naciones
Unidas.
445. El mar territorial es una zona marítima en la que el Estado ribereño ejerce su soberanía
con sujeción al régimen de paso inocente bajo Derecho internacional consuetudinario,
tal y como se refleja en la Convención de Naciones Unidas sobre derecho del mar.
446. Los buques que participen o actúen en apoyo de una operación que no se desarrolle
como parte de un conflicto armado únicamente podrán operar en el mar territorial de
un Estado ribereño de acuerdo con el régimen relativo al paso inocente o con el
consentimiento del Estado ribereño o anfitrión si el derecho de paso inocente no cubre
las acciones pretendidas, salvo que se establezca otra cosa en una Resolución del
Consejo de Seguridad adoptada de conformidad con el Capítulo VII de la Carta de
Naciones Unidas.
447. El Estado ribereño posee derechos de soberanía y jurisdicción, aunque no ejerce
soberanía, sobre sus zonas marítimas más allá del mar territorial. Un contingente que
participe en una operación no precisa obtener el consentimiento del Estado ribereño
para operar en zonas marítimas más allá del mar territorial.
448. Los Estados del pabellón ejercen jurisdicción exclusiva sobre los buques que enarbolen
su pabellón en alta mar. Salvo en circunstancias excepcionales reguladas en Derecho
internacional, los buques que lleven a cabo una operación que no se desarrolle como
parte de un conflicto armado no podrán abordar otro buque sin consentimiento del

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Estado del pabellón. Una Resolución del Consejo de Seguridad adoptada de


conformidad con el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas puede prever una
excepción a esta regla.
449. Durante el desempeño de medidas marítimas de interdicción o interceptación,
solamente se podrá emplear la fuerza en los términos que haya previsto expresamente
el mandato y como último recurso para asegurar su cumplimiento.
450. El abordaje de buques y apresamiento de personas, en la medida en que se encuentren
autorizados por el mandato, deben llevarse a cabo de conformidad con el Derecho
internacional aplicable.
451. El empleo de minas navales sólo se podrá ejercer en los términos que haya previsto
expresamente el mandato y deben llevarse a cabo de conformidad con el Derecho
internacional aplicable, especialmente en aquellos aspectos que evite infligir daños
indiscriminados e innecesarios al tráfico marítimo neutral y civil no envuelto en el
conflicto, como es la obligatoriedad de informar de la localización de aguas minadas
establecida por la Segunda Conferencia de la Paz de La Haya, el 18 de octubre de 1907.

4.5.3. Ámbito aeroespacial


452. El uso de la fuerza en este ámbito debe cumplir con el mandato y con el derecho nacional
o internacional aplicable. Este último excluye en la mayor parte de los casos el uso de la
fuerza contra aeronaves civiles en vuelo.
453. Las aeronaves civiles enemigas sólo podrán ser atacadas si cumplen la definición de
objetivo militar. Las siguientes actividades pueden convertir a las aeronaves civiles
enemigas en objetivos militares:
a. Llevar a cabo actos de guerra en favor del enemigo
b. Actuar como auxiliar de las fuerzas armadas enemigas
c. Estar incorporadas o apoyar al sistema de obtención de información del enemigo
d. Volar bajo la protección de buques de guerra o aeronaves militares acompañantes
del enemigo
e. Desobedecer una orden de identificarse, de desviarse de su ruta o de dirigirse a un
aeródromo de un beligerante que sea seguro para el tipo de aeronave concernida
y razonablemente accesible, para visita y registro; utilizar equipos de control de tiro
que puedan razonablemente considerarse como parte de un sistema de armas de
una aeronave o, en caso de interceptación, maniobrar claramente para atacar a la
aeronave militar beligerante interceptora
f. Estar equipadas con armas aire-aire o aire-superficie
g. Contribuir de cualquier otra manera efectiva a la acción militar.

454. Según el Derecho internacional, en un conflicto armado no pueden ser atacadas las
aeronaves sanitarias; las aeronaves provistas de salvoconducto en virtud de un acuerdo
entre los beligerantes; y los aviones de línea.
455. No obstante, las aeronaves sanitarias sólo gozan de inmunidad contra los ataques si han
sido reconocidas como tales, si actúan de conformidad con un acuerdo, si vuelan en

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zonas dominadas por fuerzas propias o amigas o si vuelan fuera de la zona de conflicto
armado. En todos los demás casos, las aeronaves sanitarias vuelan por su cuenta y
riesgo.
456. Las aeronaves provistas de salvoconducto sólo gozan de inmunidad contra los ataques
si se emplean de manera inocua en su actividad habitual, si no obstaculizan
intencionadamente los movimientos de los combatientes y si cumplen los términos del
acuerdo, incluida la disponibilidad para una inspección.
457. Los aviones de línea sólo gozan de inmunidad contra los ataques si se emplean de
manera inocua en su actividad habitual, y si no obstaculizan intencionadamente los
movimientos de los combatientes.
458. Si estas aeronaves incumplen cualquiera de las condiciones anteriores de inmunidad,
sólo podrán ser atacadas si su desviación para el aterrizaje, visita, registro y eventual
captura no es factible; si no se dispone de ningún otro método para ejercer un control
militar; si las circunstancias del incumplimiento son lo suficientemente graves como
para que dicha aeronave se haya convertido en un objetivo militar o pueda
razonablemente presumirse que lo es; y si las bajas o daños incidentales no fueran
desproporcionados en relación con la ventaja militar obtenida o prevista.
459. En caso de duda sobre si se está utilizando una aeronave que goza de inmunidad contra
los ataques para contribuir de manera efectiva a una acción militar, se presumirá que
no se emplea para ello.

4.5.4. Ámbito ciberespacial


460. Las operaciones desarrolladas en este ámbito se denominan operaciones en el
ciberespacio, entendidas como aquellas llevadas a cabo en o a través del ciberespacio,
con la finalidad de preservar la libertad de acción propia o causar efectos que permitan
alcanzar los objetivos del comandante de una operación, pudiendo ser defensivas,
ofensivas y de vigilancia y reconocimiento.
461. Las operaciones en el ciberespacio se caracterizan por desarrollarse en un espacio no
físico, global y dinámico, no sujeto a un espacio geográfico determinado, que se
compone de infraestructuras, de tecnologías de la información, redes y sistemas de
información y de telecomunicaciones.
462. A las operaciones en el ciberespacio les son de aplicación los mismos principios que en
los ámbitos físicos, incluyendo por supuesto el de necesidad militar, distinción,
proporcionalidad y humanidad.
463. Son susceptibles de producir efectos en áreas geográficas muy diferentes de donde se
originan y por ello están sujetas plenamente a las regulaciones de Derecho
internacional, incluyendo en su caso el DIH, así como el DIDH.
464. Una operación en el ciberespacio constituye uso de la fuerza cuando su escala y efectos
son comparables con operaciones no ciberespaciales que alcancen el nivel del uso de la
fuerza.

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465. El Derecho internacional ofrece a los Estados víctimas de operaciones en el ciberespacio,


la posibilidad de ejercer el derecho a la legítima defensa cuando dichas operaciones en
cuestión alcancen un nivel que permita calificarla como ataque armado, según la Carta
de las Naciones Unidas.

4.5.5. Ámbito cognitivo


466. El ámbito cognitivo se caracteriza por englobar el espacio no físico de las operaciones, y
afectar a las percepciones de individuos o de grupos y a sus comportamientos y
conductas, siendo transversal al resto de ámbitos, con una especial relación con el
ámbito ciberespacial. Abarca entre otras, las operaciones psicológicas, las operaciones
de información, las operaciones legales y, en general, todas aquellas que se desarrollan
mediante elementos intangibles.
467. Aunque no exista un marco legal específico para las operaciones en el ámbito cognitivo,
su carácter transversal al resto de ámbitos hace que se le aplique plenamente la
normativa general, nacional e internacional, para las operaciones de las FAS.
468. El uso de herramientas del ámbito cognitivo, bien sean de información, de comunicación
estratégica, legales u otras, pueden igualmente llegar a producir efectos equiparables a
los que se alcanzan en el ámbito físico, por lo que constituirían uso de la fuerza.
469. La consecuencia legal inmediata de las operaciones en el ámbito cognitivo que
constituyan uso de la fuerza por la entidad de sus efectos, es la aplicación del DIDH y del
DIH.
470. Las limitaciones éticas y deontológicas propias del marco regulador del empleo de las
FAS también son de aplicación a las operaciones en el ámbito cognitivo, de manera muy
especial por su capacidad de influencia en la voluntad de las personas y en sus
decisiones.
471. La incorporación del ámbito cognitivo en las operaciones debe venir acompañada de un
diseño sólido normativo y procedimental relacionado con su dimensión ética, dado que
la adopción e integración de estas tecnologías se fundamentará en un marco amplio
fundado en los valores de las FAS, así como sobre los principios normativos de uso
responsable, privacidad, consentimiento, plena adherencia al marco jurídico nacional e
internacional, responsabilidad y gobernabilidad por parte del Ministerio de Defensa.

4.6. RESPONSABILIDAD EN OPERACIONES

4.6.1. Responsabilidad nacional


472. Durante una operación, el ejercicio de la responsabilidad permanece intacto en la
cadena de mando.
473. En todo caso siempre permanecen como responsabilidad nacional el despliegue,
sostenimiento y repliegue de la fuerza, el seguimiento de su empleo, la potestad
disciplinaria y el ejercicio de ciertas funciones administrativas, institucionales, de
gestión de personal y financieras.

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474. El ejercicio de las responsabilidades nacionales es independiente de las acciones de


investigación o de cualquier naturaleza que en su caso pudiera emprender la
organización internacional en cuyo seno se desempeñase una operación. Estas acciones
no eximen el ejercicio de la responsabilidad nacional.
475. El jefe de la fuerza es el responsable ante la cadena de mando de las unidades españolas
que participen en una operación, transferidas o no a una cadena multinacional, y de los
cometidos que le sean asignados expresamente para la operación. Tiene potestad
disciplinaria sobre el personal encuadrado en la fuerza que de él dependa.
476. No se incurre en responsabilidad criminal personal por desobedecer una orden que
entrañe la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito, en particular
contra la Constitución, o una infracción manifiesta, clara y terminante de una norma con
rango de ley o del DIH.

4.6.2. Imputabilidad, responsabilidad y reclamaciones


477. Los daños a personas o propiedades causados por una operación darán lugar a
responsabilidad civil.
478. España y las organizaciones internacionales en cuyo seno se desempeñe en su caso la
operación deben llevar a cabo acuerdos para hacer frente a dichas responsabilidades y
proporcionar las medidas compensatorias apropiadas para los daños y perjuicios
causados por actos ilícitos.
479. Los actos ilícitos internacionales cometidos en el contexto de operaciones dan lugar a
responsabilidad de conformidad con el Derecho internacional. La responsabilidad
internacional es legalmente exigible. Existe un acto ilícito internacional de acuerdo a
dicho derecho, cuando una conducta consistente en una acción u omisión resulta
atribuible a un Estado u organización internacional y constituye una violación de una
obligación internacional que tuvieran.
480. Es preciso tener en cuenta que una conducta llevada a cabo en el contexto de una
operación internacional puede ser atribuible a más de un Estado u organización
internacional participantes en la misma.
481. Con independencia de la responsabilidad puramente nacional que en su caso pueda
darse, las organizaciones internacionales son responsables de los actos ilícitos
internacionales cometidos por órganos de dicha organización.
482. En todo caso España es responsable internacionalmente de los actos ilícitos
internacionales llevados a cabo por individuos o entidades que actúen bajo su control
efectivo o su dirección.
483. Los terceros que sufran daños personales o materiales debido a cualesquiera actos
ilícitos de una fuerza interviniente en una operación tienen derecho a percibir una
compensación.
484. El derecho a la reparación es una norma reconocida como de Derecho internacional
consuetudinario. De todos modos, este derecho se encuentra regulado por vía
convencional y puede ser restringido por los acuerdos sobre el estatuto de la fuerza

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entre el Estado anfitrión y los Estados u organización internacional que desplieguen las
fuerzas intervinientes.
485. El daño causado por una operación puede derivarse de violaciones de la legislación del
Estado anfitrión y/o del Derecho internacional.
486. Las violaciones del Derecho internacional pueden dar lugar a responsabilidad
internacional, pero por lo general no puede ser invocada directamente por los
particulares frente a un Estado extranjero.
487. Las violaciones de la legislación del Estado anfitrión pueden, en principio, ser invocadas
por las partes. Las inmunidades de jurisdicción de las organizaciones internacionales y
de los Estados remitentes pueden excluir las reclamaciones contra ellos, a menos que
se renuncie a la inmunidad en un caso concreto. Por tanto, pueden requerirse
mecanismos alternativos de reclamaciones.
488. El Derecho internacional no impone un régimen homogéneo de reclamaciones. Las
organizaciones internacionales que participan en operaciones multinacionales pueden
estructurar su sistema de responsabilidad civil frente a terceros de diferentes maneras.
489. Aunque los regímenes de reclamaciones varían, existen algunas excepciones
consolidadas acerca de la responsabilidad que se aplican por todos los actores en las
operaciones. Los daños causados por acciones en legítima defensa o por necesidades
operacionales, así como los daños derivados de acciones de combate, se hallan exentos
de responsabilidad, pero pueden ser compensados mediante pagos a título graciable.
490. Deben establecerse sistemas alternativos de arreglo de disputas en aquellos casos en
los que no resulte posible el acceso a los tribunales debido a las inmunidades. Este tipo
de procedimientos de reclamaciones deben ser transparentes e imparciales, y deben
respetar las leyes locales.

4.6.3. Responsabilidad penal individual


491. Los crímenes internacionales reconocidos en Derecho internacional convencional y
consuetudinario que pueden darse en el contexto de operaciones en el exterior abarcan
el crimen de genocidio, los crímenes de lesa humanidad, los crímenes de guerra y el
crimen de agresión.
492. Todo participante en una operación, bien sea civil o militar, que cometa actos que
constituyan crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra o
crimen de agresión, o que contribuya materialmente o ayude a la perpetración de
alguno de ellos, incurrirá en responsabilidad penal individual conforme al Derecho
internacional.
493. Los comandantes y los superiores civiles incurrirán en responsabilidad penal individual
cuando tengan conocimiento, o debieran haberlo tenido en atención a las
circunstancias, que el personal subordinado bajo su control hubiera cometido los
citados crímenes, sin haber adoptado las medidas oportunas para evitar su comisión,
castigar a los responsables o ponerlo en conocimiento de las autoridades competentes.

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494. Cualquier miembro interviniente en una operación del que se sospeche su participación
en cualquiera de los mencionados crímenes internacionales, o no hubiere adoptado las
medidas oportunas para evitar la comisión o castigar a los subordinados que los
cometieren, se encuentra sujeto a enjuiciamiento por los tribunales nacionales e
internacionales en el ámbito de sus respectivas jurisdicciones.
495. Convertir a los miembros de una operación de mantenimiento de la paz en objetivo de
un ataque, constituye un crimen de guerra si dicha operación no es parte de un conflicto
armado y si el miembro de la operación de mantenimiento de la paz conserva su derecho
de protección de conformidad con el DIH.
496. En toda situación, y hasta los límites establecidos en el mandato, las fuerzas
intervinientes en una operación ayudarán en la administración de la justicia
internacional.
497. En ausencia de tal mandato, las fuerzas intervinientes en una operación deben, siempre
que sea posible, brindar su ayuda en cuanto resulte compatible con su mandato y dentro
de su capacidad, en relación con los tribunales internacionales establecidos en la
administración de justicia internacional.
498. Como mínimo, las fuerzas intervinientes en una operación, a través de los canales
oportunos, deben llamar la atención de las autoridades españolas y, cuando resulte
pertinente, del gobierno del Estado anfitrión o de la organización internacional en cuyo
seno se desempeñe la operación, sobre la comisión de crímenes internacionales por
cualquier actor en su área de operaciones.

4.6.4. Otras responsabilidades

4.6.4.1. Desminado y retirada de armas trampa


499. La responsabilidad principal sobre el desminado y retirada de armas trampa recae sobre
el Estado anfitrión o, en su defecto, en la parte en el conflicto cuyas fuerzas ejerzan el
control sobre el área afectada.
500. Cualquier responsabilidad de la fuerza interviniente en la operación acerca del
desminado y retirada de armas trampa debe encontrarse estipulada en el mandato.
501. La fuerza interviniente debe hacer esfuerzos razonables para identificar todas las áreas
bajo su control en las que se sabe o se sospecha que existen minas y armas trampa.
502. Si lo requiere el mandato, la fuerza interviniente llevará a cabo esfuerzos razonables
para despejar, retirar o destruir minas y armas trampa en las zonas afectadas que se
hallen bajo su control.
503. Si la parte que ha colocado minas o armas trampa ya no ejerce el control sobre el área
afectada, deberá informar de su ubicación a la parte cuyas fuerzas ejerzan el control
sobre el área afectada y facilitar su remoción.
504. La limpieza, remoción o destrucción de minas y armas trampa exige previamente que el
perímetro esté marcado, protegido y vigilado para asegurar la exclusión de personal
civil.

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4.6.4.2. Retirada de restos explosivos, sin explosionar o abandonados


505. Tras el cese del conflicto armado, con carácter general, las partes que hayan utilizado o
abandonado artefactos explosivos deben tomar todas las precauciones posibles para
proteger al personal civil contra los riesgos y efectos de tales restos, incluyendo su
señalización y vallado.
506. Las partes que hayan utilizado o abandonado artefactos explosivos en áreas bajo su
control deben analizar la amenaza que representan, señalizarlos y retirarlos.
507. Las partes que hayan utilizado o abandonado artefactos explosivos en áreas que no
estén bajo su control deben transmitir a la parte que ejerza el control de las áreas
afectadas, información sobre dichos restos, así como sus características técnicas,
ubicación y forma de identificación.

4.7. GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN EN OPERACIONES


508. La información a la opinión pública es un factor clave de éxito en cualquier campo. Las
FAS no son una excepción, máxime cuando la información en tiempo real, con imágenes
y sonidos de una operación militar, es capaz de llegar con inmediatez a los múltiples
dispositivos de comunicación existentes en una sociedad desarrollada.
509. Los actuales conflictos asimétricos y las novedades en la relación de la población con los
medios de comunicación clásicos hacen que, en muchas ocasiones, los Estados pierdan
protagonismo en el componente informativo del conflicto. Ya no poseen la hegemonía
de antaño en la gestión de la información, sino que la comparte y hasta son superados
por la aparición de nuevos actores, pero más ágiles, hábiles y adaptativos a los nuevos
instrumentos de la información (internet, audiovisuales, redes sociales…). De ahí la
importancia estratégica concedida por los Estados a la gestión de la información en
operaciones.
510. La función conjunta Información tiene por finalidad promover decisiones favorables a
las operaciones propias.
511. La comunicación estratégica (StratCom) es una función integradora de las diferentes
funciones de información y capacidades de comunicación (InfoOps, PSYOPS y Mil PA,
entre otros) desde el nivel estratégico-militar hasta el nivel táctico. Se define como la
integración de todas las capacidades de comunicación, técnicas y funciones de
información, con otras actividades militares, para comprender y modelar el entorno de
la información, en apoyo del logro de los objetivos de la Defensa Nacional.
512. Los Asuntos Públicos Militares (Military Public Affairs, Mil PA) incluye las acciones de
relación con los medios de comunicación y empleo de las redes sociales, de
comunicación interna y de relaciones públicas, para promocionar los objetivos y facilitar
el conocimiento y comprensión de los aspectos militares de la operación.
513. Para cubrir esta área se cuenta con la figura del Oficial de Asuntos Públicos (Public Affairs
Officer, PAO).
514. El PAO tiene la función de asesoramiento del Mando en todo lo relativo a PMA,
dependiendo directamente del mismo. En otras naciones también ejerce como portavoz

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de la Unidad a la que pertenece, al margen de su nivel, si bien en España no es el


portavoz, salvo que sea designado expresamente por el Mando y para una información
específica.
515. La gestión de la información es aún más relevante en las operaciones de las FAS en el
exterior, tanto para la opinión pública nacional como para la propia de la zona en la que
interviene. Por ello, toda la información generada en zona de operaciones por el PAO
correspondiente, pasa por un proceso interno hasta la difusión a los medios de
comunicación a través del departamento de comunicación del Ministerio de Defensa.
516. El PAO se integra en la estructura militar operativa, dependiendo orgánica y
directamente del Jefe de la misma. Su dependencia funcional será de la Sección J9 del
Estado Mayor del Mando de Operaciones, que ejerce por delegación del JEMAD el
mando operativo de las operaciones en el exterior.
517. Si la operación de las FAS en el exterior se desarrollase en el marco de una fuerza
multinacional, la gestión de la información y el PAO español guardarían una relación de
dependencia funcional con el departamento correspondiente de la organización.
518. Esta triple dependencia coincidente (orgánica, funcional nacional y, en la mayoría de las
ocasiones, funcional multinacional) hace que los cometidos del PAO en operaciones en
el exterior sean múltiples y en varias direcciones.
519. En una operación en el exterior es necesario que la política de información pública esté
reflejada en el plan de operaciones, derivándose del mismo las directivas y órdenes
correspondientes, y que el PAO acompañe al contingente desde la fase de concentración
hasta la ejecución, pasando por la proyección y el establecimiento de la operación.
520. La gestión de la información en operaciones en el exterior debe atender a los siguientes
agentes, con sus respectivas audiencias:
a. La organización multinacional en la que estuviera encuadrado el contingente.
b. La organización de comunicación nacional en España.
c. La propia unidad de las FAS españolas en zona de operaciones.
d. La opinión pública local donde se desarrolle la operación.
e. Los familiares de los miembros de las FAS desplegados.
521. Para evitar que puedan colisionar los intereses de las diferentes audiencias informativas
que concurren en una operación, es necesaria la adecuada coordinación en la gestión
de todas ellas, tratando de aportar información veraz y evitar que noticias no
contrastadas o sesgadas puedan alterar la percepción de alguna de las audiencias
informativas.
522. La gestión de la información en operaciones y las relaciones con los medios de
comunicación se basa normalmente en una política de comunicación activa, que
repercute en mayor apertura informativa y más presencia de las FAS en la opinión
pública. Los instrumentos para ello son la incorporación de periodistas a zona de

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operaciones, o el acompañamiento a las tropas desplegadas (empotramiento), entre


otros.
523. La apertura informativa es compatible con las limitaciones relacionadas con la seguridad
de la operación, que deben estar reflejadas en el plan de operaciones y que se entregan
a todos los periodistas que solicitan realizar labores de información en zona:
composición de unidades, equipos de comunicación, operaciones en curso, convoyes,
unidades de inteligencia, material clasificado, reglas de enfrentamiento o nombres de
personal militar, especialmente en casos de accidentes o fallecimientos hasta recibir la
autorización expresa.
524. Con carácter general, la normativa de aplicación en materia de transparencia, acceso a
la información y buen gobierno, a la vez que reconoce el derecho de acceso a la
información pública por parte de los ciudadanos, señala varios límites a este derecho.
Entre otros, recoge los siguientes: cuando suponga un perjuicio para la Seguridad
Nacional, la Defensa, las relaciones exteriores, la seguridad pública y para la garantía de
la confidencialidad o el secreto requerido en procesos de toma de decisiones. Estos
límites serán, en todo caso, proporcionados, atendiendo al objeto y la finalidad de
protección y deberán interpretarse de manera restrictiva y justificada, manteniéndose
sólo durante el periodo de tiempo determinado por las leyes o en tanto se mantenga la
razón que los justifique.

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CAPÍTULO 5. ASPECTOS NORMATIVOS DEL


PLANEAMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAS
OPERACIONES
5.1. FUNDAMENTOS

5.1.1. Aspectos generales


525. Los aspectos normativos y el consiguiente asesoramiento jurídico tienen una gran
importancia en los actuales escenarios de las FAS, en especial para el planeamiento y
ejecución de las operaciones.
526. En el planeamiento de las operaciones se analiza el entorno y la misión, se establece el
diseño y desarrollo de las posibles soluciones para alcanzar la decisión y su posterior
desarrollo en directivas, planes u órdenes. En definitiva, se busca alcanzar los objetivos
asignados combinando los recursos disponibles en tiempo y espacio.
527. El planeamiento se realiza en los niveles estratégico, operacional y táctico, relacionados
e interdependientes, y normalmente bajo el principio de la acción conjunta, que
delimitan los marcos de actuación y de responsabilidad de la autoridad interviniente.
528. La ejecución de las operaciones comienza con la activación del plan u orden y
comprende procesos complementarios, la conducción y la valoración de la operación.
529. La relevancia del planeamiento para una operación conlleva que sea necesario contar
con el mayor número de expertos posible en los distintos aspectos relacionados con el
empleo de las FAS, entre ellos el Asesor Jurídico.
530. Desde un punto de vista jurídico, en la fase de planeamiento debe realizarse un análisis
tanto del marco jurídico aplicable a la operación, como de la estimación de todas
aquellas cuestiones legales que en su ejecución pudieran surgir.
531. El marco jurídico viene definido por la normativa nacional de aplicación, así como por
los acuerdos internacionales en la materia. En estos últimos se incluyen aquellos que
tienen eficacia normativa, como pudiera ser un estatuto de fuerzas, y aquellos otros de
carácter no normativo, como los memorandos de entendimiento o los acuerdos
técnicos.
532. Es fundamental tener en cuenta el marco jurídico predefinido de la operación para
poder garantizar la cobertura legal de las fuerzas desplegadas.
533. La referida estimación se centra en aquellas cuestiones de índole jurídica que podrían
surgir en el marco de la ejecución de la operación. Generalmente, estas cuestiones están
vinculadas con el uso de la fuerza en las operaciones, en el sentido más amplio del
término.

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534. Aunque en el ámbito jurídico es muy difícil predecir con exactitud la secuencia de
acontecimientos que las FAS van a tener que afrontar en una operación, debe contarse
con la oportuna anticipación que permita resolver las distintas eventualidades.
535. Como elemento interpretativo básico de los distintos sucesos que puedan tener lugar
en una operación en el uso de la fuerza, el personal de las FAS deberá observar las
normas de utilización gradual y proporcionada de los medios a su disposición, buscando
impedir o repeler una agresión y desde parámetros de racionalidad en los medios
empleados.
536. En una primera aproximación a los aspectos normativos de las operaciones, puede
afirmarse que existe un marco legal de la operación en sí misma considerada y un ámbito
interno que se refiere a las especificidades jurídicas relativas al personal desplegado en
la misma.
537. En el marco legal de las operaciones revisten especial importancia los Acuerdos sobre el
Estatuto de la Fuerza (SOFA) y el Estatuto de la Misión (SOMA), ya referidos
anteriormente, complementados por otro tipo de acuerdos de carácter no normativo,
como son los Memorandos de Entendimiento (MOU) o de Acuerdos (MOA) y los
denominados acuerdos técnicos. Asimismo, deben tenerse en cuenta las ROE, ya
abordadas también.
538. En cuanto al ámbito interno, las FAS desplegadas en territorio de otro Estado se rigen
por el Derecho nacional.

5.1.2. Función del Asesor Jurídico


539. El papel del Asesor Jurídico (ASEJU) (Legal Advisor, LA) en el planeamiento y ejecución
de las operaciones es cada vez más relevante. Su participación activa en el planeamiento
operativo y en la ejecución es un esfuerzo más que se integra en la actuación de las FAS.
540. La función del ASEJU en operaciones tiene como cometido velar, en su ámbito
específico, para que las FAS respeten las normas dimanadas del estado de derecho, los
derechos humanos y del DIH, buscando con ello reforzar la posición de legitimidad de
las actuaciones de las propias FAS y, por ende, del Estado.
541. La responsabilidad de los comandantes en la ejecución de las operaciones obliga a que
en este proceso se tenga en cuenta el marco jurídico. Por ello, la función principal del
ASEJU es proporcionar al comandante y a su estado mayor el asesoramiento jurídico
oportuno para lograr los objetivos encomendados, observando la legalidad vigente.
542. El ASEJU, para cumplir la función de asesoramiento, no sólo abordará cuestiones legales
de fondo, sino que también asesorará sobre cuestiones de ámbito operativo que puedan
tener repercusiones jurídicas.

5.1.3. Gestión de objetivos


543. Uno de los ámbitos donde más relevancia tiene el papel del ASEJU es en la gestión de
targets de interés político-estratégico (targeting). Por sus singulares características,
exige un asesoramiento jurídico integrado dentro de todo el proceso.

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544. Se entiende por target cualquier entidad (instalación, persona, estructura virtual,
equipo u organización) que cumple una función para el adversario y sobre la que se
puede realizar acciones letales y no letales para crear efectos físicos, psicológicos o
virtuales
545. El proceso de elección y selección de targets es fundamental para la misión y la ejecución
de la operación, ya que determina qué objetivos se pueden atacar, cómo emplear los
medios de localización y cuál es la forma más idónea de combatirlos, de conformidad
todo ello con la legalidad nacional e internacional.
546. El targeting implica asegurar el ataque al objetivo oportuno, con los medios adecuados,
en el momento justo y por ello exige un sometimiento escrupuloso a la ley.
547. En el targeting se aplican ROE concretas de considerable trascendencia por su alto valor
operacional y estratégico para la operación. Por ello su autorización suele situarse en
niveles pertenecientes al ámbito político-estratégico, al ser de especial importancia para
la ejecución de la operación.
548. Con carácter general, el ASEJU debe realizar en este proceso una valoración legal que
abarca desde la propia misión, la legalidad del blanco, hasta analizar, desde un estricto
punto de vista legal, los medios al alcance y las posibles consecuencias no deseadas.

5.2. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS

5.2.1. Solicitudes y procedimientos administrativos generales


549. Las FAS son una parte más de la Administración del Estado y por ello están vinculadas a
la normativa general del derecho administrativo.
550. La tramitación de solicitudes y procedimientos administrativos de carácter general se
rige por la normativa reguladora del procedimiento administrativo general y común de
las Administraciones Públicas.
551. El ámbito propio de las operaciones no afecta a los derechos del personal de las FAS en
cuanto a la formulación de solicitudes en el marco del procedimiento administrativo
general.
552. En el plan de operaciones debe quedar definido el conducto oportuno para tramitar las
solicitudes del personal, indicándose la cadena de mando para su tramitación y
resolución.

5.2.2. Personal civil


553. En las operaciones de las FAS, singularmente en el exterior, es frecuente la
incorporación al contingente desplegado de personal civil, sobre todo traductores e
intérpretes, que prestan servicios para la Administración militar.
554. El régimen jurídico aplicable es el correspondiente al personal funcionario o laboral en
su caso, sin más singularidades en su ejecución que las propias de su pertenencia al
contingente y las derivadas, con carácter general, de la operación en que se encuadre.

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555. La principal característica del personal civil en operaciones es la complejidad de su


gestión administrativa, al intervenir varios órganos en las diferentes partes del proceso,
desde su contratación hasta la retribución de sus servicios.
556. El Jefe de la Fuerza desplegada en la operación es el órgano competente para informar
de las incidencias y novedades surgidas en la prestación del servicio por el personal civil.

5.2.3. Contratación administrativa


557. Las FAS en operaciones necesitan del apoyo externalizado para la prestación de servicios
varios (limpieza, restauración…) que se materializa a través de la contratación. El marco
jurídico viene constituido, con carácter principal, por la normativa general en materia
de contratos del sector público y, en el específico ámbito de las FAS, por la normativa
de contratos del sector público en los ámbitos de la Defensa y de la Seguridad Nacional.
558. La competencia para la contratación en el extranjero relativa a operaciones la ostenta
el Ministro de Defensa, pudiendo ser delegada la misma en los jefes de los órganos
económicos que apoyan a las FAS desplegadas fuera del territorio nacional, con el límite
de la cuantía económica que señale la propia normativa.
559. El jefe del órgano económico, cuando actúe como órgano de contratación, podrá
celebrar convenios, contratos o cualquier otro negocio jurídico en el marco de las
facultades y con los límites que la propia normativa establezca. A tales efectos, dispone
de facultades de aprobación y compromiso del gasto respecto de aquellos recursos
económicos que específicamente tenga asignados.
560. Teniendo en cuenta el carácter multinacional en el que las FAS prestan sus servicios en
el exterior, en su caso, y siguiendo criterios de eficiencia, deberán utilizarse los
mecanismos de contratación que se establezcan en el marco de la operación
multinacional.
561. En todo caso, en materia de contratación administrativa deberán tenerse en cuenta los
Acuerdos de Nación Anfitriona (Host Nation Support Agreements) y aquellos otros
suscritos entre los distintos países participantes que estén vigentes en cada momento.
562. Las disposiciones particulares de carácter económico-administrativo que se emitan se
ajustarán, en todo momento, a la normativa en vigor y, en especial, a las directrices
generales del órgano central competente.
563. El jefe del órgano económico desplegado en una operación tiene la responsabilidad de
la gestión de los créditos asignados a través de la cadena nacional para el sostenimiento
de la fuerza.

5.2.4. Ejercicio del derecho al voto


564. El derecho al voto, o sufragio activo, es un derecho fundamental recogido en la
Constitución. En consecuencia, el personal de las FAS desplegado en zona de
operaciones debe gozar de la posibilidad de ejercer tal derecho en condiciones de
igualdad con el resto de los ciudadanos.

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565. El marco jurídico relativo al derecho al voto se regula con carácter general en la
normativa del régimen electoral, existiendo una normativa sectorial específica para el
personal de las FAS embarcado o en situaciones excepcionales vinculadas con la defensa
nacional.
566. En el caso de una convocatoria de un proceso electoral, o en su caso referéndum, el
Ministerio de Defensa en coordinación con el Mando de Operaciones, los Ejércitos, la
Armada o la UME, en cada supuesto, adoptará las medidas pertinentes para que el
personal militar pueda ejercer su derecho al voto.

5.2.5. Régimen fiscal y aduanero


567. En el desarrollo de las distintas operaciones que se llevan a cabo en el exterior del
territorio nacional, las normas en materia fiscal y aduanera tienen especialidades
propias a las que, además, hay que añadir lo previsto en los específicos tratados y
normas internacionales de aplicación. El marco jurídico es extenso y depende del tipo
de despliegue que se realice en cada operación.
568. El Acuerdo sobre el Estatuto de la Fuerza (SOFA) y el Acuerdo de Estatuto de la Misión
(SOMA), en su papel regulador del marco legal de la operación, son instrumentos
jurídicos de referencia en los diferentes aspectos del régimen fiscal y aduanero de la
misma.
569. El órgano económico-administrativo desplegado en la operación será el que, con el
oportuno apoyo del Asesor Jurídico cuando fuera procedente, defina el marco fiscal y
aduanero para las posibles adquisiciones o, en su caso, importaciones.
570. En la documentación operativa es oportuno especificar las normas a aplicar para un
determinado despliegue.

5.2.6. Procedimientos para la adscripción a la Defensa, expropiación,


requisa de recursos civiles
571. El ordenamiento jurídico español dota de medios a las FAS para poder utilizar los
recursos que pueden ser considerados estratégicos para el cumplimiento de las
misiones que legalmente tienen encomendadas. Son varios los mecanismos que pueden
ponerse a disposición de las FAS para que, de forma coactiva, pueda disponer de tales
medios.
572. La normativa en materia de Defensa Nacional regula la contribución de los recursos
materiales nacionales a las diversas necesidades de la Defensa, a través del órgano
interministerial competente.
573. Por medio de la adscripción se posibilita que los bienes y los derechos patrimoniales de
la Administración se adscriban, sin que ello altere la titularidad del bien, a la Defensa
Nacional y a los organismos públicos correspondientes, para su vinculación directa a un
servicio de su competencia o para el cumplimiento de los fines propios de la Defensa.
574. La expropiación por razones de Defensa Nacional se regula en la normativa sobre
expropiación forzosa, en concreto cuando el Gobierno acuerde la adquisición de

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inmuebles situados en zona militar de costas o fronteras, o por otras necesidades


urgentes de la Defensa y Seguridad nacionales.
575. La expropiación por razones de Defensa Nacional se tramitará por la Administración
militar y por vía de urgencia. La declaración de urgencia, como presupuesto habilitador
de la tramitación urgente, deberá ser adoptada por el Consejo de Ministros u órgano
autonómico competente.
576. La requisa por interés de la Defensa Nacional se encuentra en la normativa de la
expropiación forzosa y conlleva la incautación de bienes de propiedad privada por la
Autoridad militar.
577. La requisa se justifica en la existencia de un estado de necesidad de la Defensa o
Seguridad Nacional, a través de un procedimiento que no está sujeto a las formalidades
legales de la expropiación, debido a las especiales situaciones que motivan su adopción.
578. Existen dos situaciones en las que la requisa puede tener lugar, en función de si se
produce ante un estado de guerra o movilización o en ausencia de tales situaciones.
a. En caso de guerra o movilización podrán requisarse toda clase de bienes muebles,
inmuebles, derechos, empresas, industrias, alojamientos, prestaciones personales y,
en general, todo cuanto sirva directa o indirectamente a los fines militares.
b. En el caso de que no se produzca en un supuesto de guerra o movilización,
únicamente podrán ser objeto de requisa los alojamientos para personal, ganado y
material; las raciones de pan y pienso, así como el combustible y el alumbrado, el
alojamiento y cuanto sea necesario para la asistencia a enfermos o heridos; los
medios terrestres, marítimos o aéreos para locomoción o transporte de personal,
ganado o material de los ejércitos o sus servicios. La duración máxima de estas dos
últimas prestaciones no excederá de veinticuatro horas cada vez.
579. El derecho de requisa corresponde a la autoridad militar reglamentariamente
determinada, la cual podrá delegar su ejercicio dentro de los límites autorizados.
580. El ordenamiento español prevé otras situaciones en las que pueden realizarse requisas
por interés de la Defensa Nacional:
a. Aeronaves en territorio nacional, por acuerdo del Consejo de Ministros, siempre
que concurran graves motivos de interés.
b. Servicios aéreos de las empresas extranjeras instaladas en España y de los
pertenecientes a españoles dentro o fuera del territorio nacional.
c. En el estado de alarma, todo tipo de bienes; se podrán imponer prestaciones
personales obligatorias.
d. En situación de emergencia declarada en el sistema nacional de protección civil,
bienes de particulares.
581. La normativa de Seguridad Nacional establece que las entidades privadas, siempre que
las circunstancias lo aconsejen y, en todo caso, cuando sean operadoras de servicios
esenciales y de infraestructuras críticas que puedan afectar a la Seguridad Nacional,
deberán colaborar con las Administraciones Públicas.

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582. La declaración de la situación de interés para la Seguridad Nacional determinará los


recursos humanos y materiales necesarios para afrontar la situación de interés para la
Seguridad Nacional, previstos en los correspondientes planes de preparación y
disposición de recursos, así como de otros recursos adicionales que se requieran en cada
caso.
583. El procedimiento para realizar la adscripción de bienes a la contribución de recursos a la
Seguridad Nacional se regula legalmente y su aprobación corresponde al Gobierno
mediante Real Decreto.

5.3. ASPECTOS DISCIPLINARIOS

5.3.1. Aspectos generales


584. La disciplina es uno de los elementos característicos y definitorios de las FAS, siendo un
factor de cohesión que obliga a mandar con responsabilidad y a obedecer lo mandado,
practicada y exigida en las FAS como norma de actuación.
585. La disciplina tiene su expresión colectiva en el acatamiento a la Constitución y su
manifestación individual en el cumplimiento de las órdenes recibidas.
586. El mantenimiento de la disciplina se lleva a cabo a través del régimen disciplinario y, en
los casos de ilícitos penales militares, a través de la jurisdicción militar.
587. El régimen disciplinario de las FAS se regula por una ley orgánica al tratar derechos
fundamentales, siendo de aplicación a los militares profesionales, mientras no tengan
en suspenso su condición de militar, a los reservistas cuando se encuentren
incorporados a las FAS, a los alumnos de los centros docentes militares de formación y
a los aspirantes a la condición de reservista voluntario, así como a cualquier persona que
pase a tener cualquier asimilación o consideración de militar en los términos previstos
en la normativa sobre estados de alarma, excepción y sitio.

5.3.2. Régimen disciplinario específico en operaciones


588. La normativa establece un régimen disciplinario específico para el personal desplegado
en operaciones.
589. El régimen especial comienza desde el momento en que, individual o formando parte
de unidades o agrupamientos tácticos, militares españoles pasen a integrarse en una
estructura operativa, aspecto que debe quedar claramente definido en el plan de
operaciones correspondiente o, caso de no reflejarlo, según doctrina nacional.
590. La vinculación del régimen disciplinario específico durará durante todo el tiempo que la
fuerza se encuentre integrada en la cadena operativa en zona de operaciones.
591. Las autoridades y mandos de la operación serán también competentes para la
resolución de los recursos disciplinarios contra las sanciones impuestas en el ámbito de
la estructura operativa, aun cuando el recurrente haya retornado a la estructura
orgánica.

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592. La potestad disciplinaria es una materia privativa del mando nacional. En los Estatutos
de la Fuerza y en los acuerdos internacionales que regulan las operaciones, la materia
disciplinaria se reserva a los mandos nacionales, habida cuenta que rige el denominado
principio de bandera, en virtud del cual el militar sigue siempre bajo su ordenamiento
jurídico propio.
593. En la documentación operativa de cada operación deberá hacerse expresa referencia a
la competencia propia del mando militar sobre la fuerza que manda, para evitar
problemas de interpretación que pudieran surgir en el marco de las integraciones de
carácter multinacional.
594. La competencia sancionadora en operaciones es superior a la prevista en el ámbito de
la cadena orgánica, pudiendo llegar a imponer las sanciones correspondientes a faltas
graves, con la excepción de la pérdida de destino.
595. Se permite que en la documentación operativa se lleven a cabo delegaciones de
competencia sancionadora, debiendo ser explícitas, sin que pueda presumirse la
existencia de tal delegación.
596. En todo aquello que no se encuentre especialmente recogido en el régimen disciplinario
en operaciones en el exterior, será de aplicación lo previsto con carácter general en el
procedimiento disciplinario ordinario.

5.3.3. Régimen disciplinario de la Guardia Civil


597. En las operaciones militares en el exterior es frecuente la participación de unidades de
la Guardia Civil formando parte de las unidades desplegadas. La Guardia Civil tiene su
propio régimen disciplinario, regulado a través de una ley orgánica al tratar derechos
fundamentales.
598. La Guardia Civil, por su condición de Instituto armado de naturaleza militar, a efectos
disciplinarios, se regirá por su normativa específica. Cuando la Guardia Civil actúe en el
cumplimiento de misiones de carácter militar o cuando el personal de dicho Cuerpo se
integre en unidades militares, resultará de aplicación el régimen disciplinario de las FAS.
599. La sujeción de los miembros de la Guardia Civil al régimen disciplinario de las FAS será
efectiva a partir del momento en que se les notifique dicha circunstancia, de forma
individual, al ser encuadrados en la organización operativa correspondiente.
600. La aplicación del régimen disciplinario de las FAS a los miembros de la Guardia Civil no
se prolongará más allá de su integración en unidades desplegadas en zonas de
operaciones.
601. Los hechos constitutivos de infracción disciplinaria cometidos por el personal de la
Guardia Civil al que resulte aplicable el régimen disciplinario de las FAS por estar
integrado en una operación, que no hubieran sido sancionados al concluir su sujeción a
dicho régimen disciplinario, se someterán a su propio régimen disciplinario para su
investigación y eventual sanción, con remisión, en su caso, de las actuaciones
practicadas.

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5.4. FUERZA ARMADA Y AGENTE DE LA AUTORIDAD

5.4.1. Aspectos generales 3


602. Los miembros de las FAS que presten sus servicios como policía militar, naval o aérea, o
que intervengan en operaciones en cumplimiento de las misiones de las FAS, tanto en
territorio nacional como en el exterior, así como los miembros de las dotaciones de los
buques de la Armada en el desempeño de sus funciones de vigilancia y seguridad
marítima, tendrán la consideración de agentes de la autoridad en el ejercicio de sus
funciones, siempre y cuando reglamentariamente así se haya previsto.
603. En esas circunstancias y condiciones, las FAS podrán actuar con el carácter de fuerza
armada, y cuando corresponda, adicionalmente con el carácter de agente de la
autoridad. El estatus natural y propio del militar es el de actuar como fuerza armada. No
obstante, el ordenamiento jurídico prevé la posibilidad de que los miembros de las FAS
actúen con carácter de agentes de la autoridad, lo cual no deja de ser una
excepcionalidad; la consideración de fuerza armada no se pierde por el hecho de que, a
su vez, tenga la consideración de agente de la autoridad, al tratarse de circunstancias
compatibles.
604. En el caso de que los miembros de las FAS actúen como agentes de la autoridad deberán
contar con la coordinación y formación adecuadas para un eficaz y correcto desempeño
de sus funciones.
605. Con independencia del particular estatuto de los miembros, el personal participante en
las distintas operaciones habrá de conocer, al menos y dentro de su respectivo nivel y
ámbito de competencias, la guía de actuación y la colección de Reglas de
Enfrentamiento en vigor para la operación.
606. Es responsabilidad de los comandantes el extremar las medidas de precaución, de forma
tal que los miembros de las FAS que vayan a desempeñar funciones y cometidos de
agente de la autoridad posean la formación suficiente y necesaria para el desempeño
de tales funciones.
607. En cuanto a la actuación de los miembros de las FAS con el carácter de agentes de la
autoridad, cuando así lo haya determinado el Gobierno y en los términos que se
dispongan, se ajustará al principio básico de observar en todo momento un trato
correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar
y proteger, siempre que las circunstancias lo aconsejen o fueren requeridos para ello.
608. En todas sus intervenciones, los miembros de las FAS con el carácter de agentes de la
autoridad proporcionarán información cumplida, y tan amplia como sea posible, sobre
las causas y finalidad de estas. En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la
decisión necesaria, y sin demora cuando de ello dependa evitar un daño grave,
inmediato e irreparable, rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia,
oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.

3
Desarrollados con detalle en las publicaciones doctrinales conjuntas TTPC-3.21.1 “Los miembros de las
FAS como agentes de la autoridad” y TTPC-3.21.2 “Policía Militar”.

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609. Los miembros de las FAS con el carácter de agentes de la autoridad solamente deberán
utilizar las armas en las situaciones en que exista un riesgo racionalmente grave para su
vida, su integridad física o la de terceras personas, o en aquellas circunstancias que
puedan suponer un grave riesgo para la seguridad ciudadana y con sometimiento a los
principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad.
610. Si el Gobierno confiriera el carácter de agente de la autoridad a los miembros de las FAS
para el cumplimiento de una o varias misiones, deberán implementarse los
procedimientos operativos necesarios para que tales cometidos puedan llevarse a cabo
de forma eficaz.
611. Los miembros de las FAS son responsables personal y directamente de los actos que en
su actuación profesional llevaren a cabo, infringiendo o vulnerando las normas legales,
así como las reglamentarias que rijan su profesión y los principios enunciados
anteriormente, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder
a la Administración por las mismas.
612. Las normas de actuación de los miembros de las FAS con carácter de agente de la
autoridad se sujetan en todo caso a las Reales Ordenanzas, en especial en lo relativo al
respeto y cortesía militar en sus relaciones con las autoridades civiles y con los
ciudadanos.

5.4.2. Policía Militar


613. Las normas sobre seguridad en las FAS definen a la Policía Militar como el instrumento
gubernativo de protección de la Fuerza, sus medios e instalaciones. Tiene el carácter de
agente de la autoridad.
614. La Policía Militar es un elemento auxiliar de los Juzgados y Tribunales Militares y de la
Fiscalía Jurídico Militar, que pueden requerir su apoyo, salvo para la investigación
criminal, reservada a la Policía judicial.
615. Los cometidos de Policía Militar, de conformidad con lo previsto en los correspondientes
acuerdos internacionales, se podrán desempeñar también en el ámbito de operaciones
en el exterior.
616. La Policía Militar podrá actuar en apoyo mutuo con las FCSE a petición de estas, en
aquellas funciones que le son propias y dentro de los límites de sus competencias.

5.4.3. Centinela
617. El centinela es, por definición legal, un componente de la guardia de seguridad y como
tal presta servicio como Policía Militar durante la ejecución de la citada guardia. Es por
ello que, por derivación, tiene el carácter de agente de la autoridad.
618. Tienen además la misma consideración aquellos que por la importancia o trascendencia
de las funciones o cometidos que desempeñen, así les sea reconocida.

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5.4.4. La detención por miembros de las FAS en el cumplimiento de sus


misiones
619. La detención de personas durante una operación de las FAS está sometida estrictamente
al principio de legalidad y debe estar amparada por el DIDH y el DIH.
620. La detención solamente podrá llevarse a cabo en los términos establecidos en el derecho
aplicable, tanto en las leyes españolas como en los tratados y convenios internacionales
de los que España sea parte.
621. Las personas detenidas deben ser informadas con rapidez de las razones de su detención
en un idioma que entiendan, así como de sus derechos y deben tener acceso a asistencia
legal cuando sea factible.
622. Debe respetarse el derecho a la protección diplomática y consular de los detenidos que
tengan una nacionalidad distinta a la del Estado donde se haya practicado la detención,
de conformidad con lo establecido en las Convenciones de Viena sobre relaciones
diplomáticas y consulares.
623. Todas las personas detenidas serán, bajo cualquier circunstancia, tratadas
humanamente y con respeto a su dignidad, sin distinción basada en raza, color, religión
o fe, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, sexo, nacimiento,
riqueza u otro estatus similar. La tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o
degradantes están prohibidos.
624. Únicamente es posible transferir un detenido a otro Estado o autoridad, según las
obligaciones de Derecho internacional suscritas por España. Se debe asegurar que el
detenido transferido no sufre riesgo real de ser tratado de una manera que atente
contra las obligaciones de Derecho internacional, relativas al tratamiento humano y al
proceso legalmente establecido.
625. La detención por las FAS en un CAI del que España sea parte debe llevarse a cabo
conforme a la normativa aplicable al estatuto jurídico de la persona que va a ser
detenida. Aunque las normas básicas de derechos humanos sean esencialmente
comunes, será el estatuto propio el que determine sus derechos específicos en caso de
detención o internamiento.
626. En el desempeño de las misiones encomendadas, las FAS pueden encontrarse ante la
situación de una presunta comisión de ilícitos penales. En el ámbito de las operaciones
en el exterior, el personal de las FAS se encuentra obligado por las normas nacionales e
internacionales en materia de protección de los derechos humanos. La consecuencia de
este extremo es que todo el personal de las FAS deberá observar escrupulosamente la
normativa en materia de detención, con independencia del escenario donde esté
desempeñando sus funciones.
627. En las misiones en el exterior, se establecerán los oportunos mecanismos, tanto en la
documentación operativa, como a través de acuerdos internacionales, para el debido
trato a los detenidos, así como los oportunos procedimientos para la detención y
posteriores actuaciones.

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628. Las detenciones que pudieran practicarse en las misiones de las FAS que tengan lugar
en territorio nacional, habrán de cumplir en todo caso las disposiciones contenidas en
el ordenamiento jurídico nacional sobre la detención.
629. En el caso de que miembros de las FAS, bien como fuerza armada, bien como agente de
la autoridad, presencien la presunta comisión de un delito, deberán informar al mando
operativo y a la Guardia Civil a la mayor brevedad, si sucede fuera del territorio nacional.
Si el hecho se produce en territorio nacional, se informará a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, por ser los que tienen encomendada la persecución de los delitos.
630. En caso necesario, se podrá proceder a la detención de la persona o personas
involucradas conforme a la legislación procesal. La intervención de los miembros de las
FAS para prevenir o evitar la comisión de un delito sólo podrá darse en el caso de que
se trate de un delito flagrante.

5.5. ASPECTOS PENALES

5.5.1. Ordenamiento jurídico internacional


631. En relación con las responsabilidades penales de carácter internacional, resulta de
importancia capital el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI). El
establecimiento de la CPI supone la sumisión de los países firmantes al fuero de una
instancia penal internacional con una competencia limitada para ciertos delitos
específicos y singulares.
632. La competencia de la CPI tiene un carácter complementario, pues son las autoridades
judiciales de los distintos Estados los primeros garantes del cumplimiento de las leyes y
de la represión de las conductas legalmente punibles.
633. En cuanto a los crímenes bajo competencia de la Corte, se limitará a los crímenes más
graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto, ofreciendo
una descripción completa de los mismos.
634. La Corte tendrá competencia, de conformidad con el Estatuto de Roma, respecto de los
crímenes de genocidio, de lesa humanidad, de guerra y de agresión.
635. La responsabilidad que se articula a través de la CPI es de carácter individual, con
especificidades propias como la exclusión de los menores de 18 años y la improcedencia
de invocar el cargo oficial como elemento que influya en la imposición de la pena.
636. La CPI dispone un régimen específico de responsabilidad para jefes y otros superiores
ante determinadas circunstancias:
a. Por crímenes cometidos por fuerzas bajo su mando o autoridad y control efectivo, si
hubiere sabido o debiera haber conocido de su comisión o no hubiera adoptado
todas las medidas necesarias para prevenir o reprimir su comisión.
b. Por crímenes cometidos por subordinados bajo su autoridad y control efectivo, en
razón a no haber ejercido un control apropiado, si hubiere tenido conocimiento de
los mismos, hubiese hecho caso omiso deliberadamente, si los crímenes guardan
relación con actividades bajo su responsabilidad y control efectivo y si no hubiere

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adoptado todas las medidas necesarias y razonables a su alcance para prevenir o


reprimir su comisión o para denunciar el asunto a efectos de investigación y
enjuiciamiento.
637. Los crímenes de guerra que son competencia de la CPI no prescriben nunca.
638. Debe señalarse la regulación de la CPI de la obediencia debida, en relación con órdenes
superiores recibidas, señalando que quien hubiere cometido un crimen de la
competencia de la Corte en cumplimiento de una orden emitida por un gobierno o un
superior, sea militar o civil, no será eximido de responsabilidad penal, a menos que:
a. Estuviere obligado por ley a obedecer órdenes emitidas por el gobierno o el superior
de que se trate
b. No supiera que la orden era ilícita
c. La orden no fuera manifiestamente ilícita.
639. La obediencia es un elemento fundamental y vertebrador de las FAS, aunque tiene
límites recogidos también en el derecho interno. Las Reales Ordenanzas de las FAS
establecen que si las órdenes entrañan la ejecución de actos constitutivos de delito, en
particular contra la Constitución y contra las personas y bienes protegidos en caso de
conflicto armado, el militar no estará obligado a obedecerlas. En todo caso asumirá la
grave responsabilidad de su acción u omisión.
640. Es preciso destacar el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales, más conocido como la Convención Europea de
Derechos Humanos (CEDH). A raíz de este texto se creó una instancia supranacional, el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que tiene por objeto asegurar el respeto de
los compromisos que resultan del convenio.
641. Las FAS están sujetas a las disposiciones de esta Convención, por lo que deberán
observar el cumplimiento de la normativa en materia de derechos humanos en sus
actuaciones, incluyendo las operaciones. Esta circunstancia deberá incluirse en la
documentación operativa, en particular si existe guía de actuación, deberá tenerse en
cuenta esta normativa a la hora de realizar tales actuaciones en el cumplimiento de sus
misiones.

5.5.2. Ordenamiento jurídico nacional


642. La jurisdicción española es competente para conocer de determinados delitos que se
encuentran vinculados a la operación. En función del delito que se cometa, quien lo
cometa y donde lo cometa, podrá ser o no competente la jurisdicción española y, una
vez siendo de conocimiento de la misma, podrá a su vez ser competencia de la
jurisdicción penal o de la militar.
643. La documentación operativa deberá especificar qué delitos pueden perseguirse por
parte de las unidades desplegadas y en qué supuestos, sin perjuicio de los cometidos de
los órganos jurisdiccionales y del Ministerio Fiscal con competencia en la materia.

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644. En relación con los delitos que se cometen por parte de los militares en el desarrollo de
una operación, el personal militar desplegado en zona de operaciones se encuentra
sujeto a las leyes penales españolas. Por tanto, de tales conductas pueden derivarse las
consiguientes responsabilidades penales que se depurarán ante el órgano judicial
competente.
645. Para la represión de las conductas que revistan el carácter de ilícito penal, el
ordenamiento jurídico pone a disposición del Jefe de Unidad, un mecanismo tendente
a la averiguación y esclarecimiento de tales hechos, pero sometido a la tutela del Juez
competente.
646. La normativa reguladora de la Jurisdicción Militar dispone que los Jefes de Unidad
independiente, Fuerzas destacadas, aisladas o con atribuciones militares sobre un
territorio, tan pronto como tengan conocimiento de la comisión de un delito de la
competencia de la Jurisdicción Militar, perpetrado por quien les esté subordinado o
cometido en el lugar o demarcación de sus atribuciones, deberán comunicarlo por el
medio más rápido posible al Juez Togado Militar competente.
647. La comunicación del Jefe de Unidad al Juzgado Togado debe realizarse a través de la
cadena de mando, sin perjuicio de la posterior remisión de la documentación que se
vaya generando en la conformación del citado atestado. El objetivo principal es dar a
conocer a la autoridad judicial el hecho presuntamente delictivo. No obstante, las
autoridades judiciales, incluidas las de la jurisdicción militar, no se encuentran
subordinadas a los mandos operativos, ni a los orgánicos, gozando de la independencia
propia de este poder del Estado.
648. El Jefe de Unidad debe nombrar a un oficial a sus órdenes, asistido de secretario, para
que incoe el correspondiente atestado. Ello sin perjuicio de las facultades disciplinarias
que puedan ejercer.
649. El atestado se limitará a las primeras diligencias de averiguación del delito y del culpable,
detención de este, si procede, aseguramiento del mismo, levantamiento de cadáveres
con asistencia de facultativo, si es posible, solicitud de autopsia si procede, asistencia a
la víctimas y recogida de todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito.
650. Es necesario destacar que tan pronto como comience a actuar el Juez Togado Militar,
cesarán las diligencias de prevención, entregándose el atestado a dicho Juez, cesando
en consecuencia la competencia y responsabilidad del Jefe de Unidad y del Instructor y
secretario del atestado.
651. En los delitos que sean competencia de la Jurisdicción Militar, la Policía Judicial
interviene con carácter ordinario bien por conocimiento directo del hecho criminal, por
denuncia efectuada ante los funcionarios policiales, por traslado del parte o denuncia
recibida por una autoridad militar, o por encargo del Juez Togado o del Fiscal Jurídico
Militar.
652. Las funciones de Policía Judicial se atribuyen ordinariamente a la Guardia Civil, que tiene
atribuido su desempeño como una de sus misiones de carácter militar ante los Juzgados
y Tribunales Militares y la Fiscalía Jurídico Militar.

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5.6. OTROS ASPECTOS

5.6.1. Protección de datos y derechos de autor


653. La normativa en materia de protección de datos y derechos de autor debe ser observada
con especial celo, máxime en el actual entorno de la información donde es tan común
la difusión de contenidos de carácter principalmente audiovisual.
654. En materia de protección de datos personales se deberá cumplir con la normativa tanto
nacional como comunitaria en la materia. Deberá observarse la debida reserva en tales
tratamientos, con un mayor celo en el caso del personal que se integra en los
despliegues.
655. La obligación de protección de datos por parte de las FAS también es predicable
respecto a los datos de terceros que, por cualquier circunstancia, interactúen con la
fuerza desplegada en la operación.
656. En la documentación operativa de cada operación deberá observarse tanto la
protección general de datos personales, así como sus posibles limitaciones específicas.
657. Los datos relativos a la salud son datos sensibles o especialmente protegidos y requieren
de una mayor protección que el resto de los datos personales, debido a su incidencia
especial en la intimidad, las libertades públicas y los derechos fundamentales de la
persona.
658. Dentro del marco de la protección de datos, y por su relevancia en operaciones, debe
hacerse una referencia a los datos biométricos (huella dactilar, reconocimiento facial,
de iris, retina, geometría de la mano, firma, voz, entre otros), dado que son datos
personales sensibles, están especialmente protegidos y se encuentran amparados por
la legislación de protección de datos, además del derecho fundamental a la intimidad
personal.
659. Para tratar lícitamente datos biométricos deben cumplirse una serie de requisitos:
recabar el consentimiento explícito del titular, especificar la finalidad para la que se
obtienen, realizar una evaluación de impacto sobre esos datos y realizar el registro de
actividades de tratamiento y, en su caso, de cesión a terceros, conforme a lo establecido
en la normativa orgánica sobre protección de datos.
660. Al ser los datos biométricos datos sensibles, la normativa exige la obligación de
establecer medidas de seguridad como el cifrado, el control de accesos y la protección
de los mismos. Por otro lado, su tratamiento está sujeto a los principios de necesidad,
idoneidad y proporcionalidad, no pudiendo realizarse tratamientos distintos a los
expresados en el consentimiento recabado previamente por el titular.
661. En relación con el derecho a la intimidad, se encuentra el derecho a la propia imagen,
siendo asimismo un derecho fundamental amparado constitucionalmente y por
multitud de tratados internacionales.
662. El derecho a la propia imagen salvaguarda la utilización por terceros de la imagen
personal para evitar injerencias no deseadas y preservar la imagen pública personal.

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663. En el ámbito de las operaciones militares nos encontramos, principalmente, con dos
situaciones en las que el derecho a la propia imagen puede verse afectado. Por un lado,
el derecho a la propia imagen de los miembros que forman parte de la fuerza desplegada
y, por otro, los derechos de terceras personas.
664. En cuanto al personal que forma parte de la fuerza desplegada, el derecho a la propia
imagen debe ser protegido por una cuestión directamente vinculada a la propia
seguridad de los miembros de las FAS.
665. El uso de la imagen del personal de las FAS para campañas institucionales o su empleo
en medios de comunicación social, entre otros, requiere con carácter general, contar
con el debido consentimiento del titular.
666. Como regla general, tienen la consideración de intromisiones ilegítimas en los derechos
a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen “…la captación, reproducción o
publicación por fotografía, filme o cualquier otro procedimiento, de la imagen de una
persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos” y ello con
independencia de si el sujeto se encuentra en un espacio privado o público (salvo si la
imagen es meramente accesoria).
667. El derecho a la propia imagen no impedirá “…su captación, reproducción o publicación
por cualquier medio cuando se trate de personas que ejerzan un cargo público o una
profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte durante un acto
público o en lugares abiertos al público”.
668. Hay que destacar que el derecho a la propia imagen no es un derecho absoluto, sino que
su esfera de protección se encuentra sujeta a una serie de limitaciones:
a. Las derivadas de otros derechos fundamentales, en especial el derecho a la libertad
de expresión e información.
b. La apreciación judicial de circunstancias, singulares y casuísticas, de índole subjetiva
u objetiva, que, en un juicio de ponderación y proporcionalidad, excluyen la ilicitud
o ilegitimidad de la intromisión en este derecho fundamental.
669. En cuanto a los derechos de terceros, se deberá evitar la difusión de sus imágenes en
aquellos casos en que las FAS no dispongan de autorización, salvo que se trate de actos
públicos, entendidos como aquellos donde la concurrencia es pública.

5.6.2. Aspectos sanitarios en operaciones


670. La normativa sanitaria aplicable es prolija. Como regla general debe destacarse que la
legislación sanitaria española se aplica a los militares desplegados en zona de
operaciones, con las limitaciones propias derivadas de su específica situación.
671. Relacionado con las operaciones, debe tenerse en cuenta que pueden darse situaciones
potencialmente calificables como estado de necesidad, definido como aquel en el que
no existe otro remedio que la vulneración del interés jurídicamente protegido de un
tercero ante una situación de peligro actual, inminente, grave, injusto, ilegítimo, e
inevitable de los intereses propios o ajenos, estando ambos intereses tutelados por el
Derecho. Tiene su justificación legal en el hecho de que una determinada restricción

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normativa no puede oponerse frente a la tutela de bienes superiores, como puede ser
la vida e integridad física de un miembro de las FAS.
672. El estado de necesidad debe interpretarse de forma restrictiva, aplicándose siempre que
el bien jurídico que se pretende proteger sea superior al que se va infringir, debiendo
valorarse cada caso de manera individual y las distintas situaciones en las que pueda
operar el estado de necesidad.
673. En la prestación de los apoyos sanitarios en operaciones es frecuente el establecimiento
de acuerdos internacionales de carácter técnico entre los Estados participantes, para su
regulación con detalle, así como los distintos mecanismos de compensación, sin
perjuicio de otro tipo de documentos operativos que puedan resultar de aplicación.

5.6.3. Operaciones de evacuación de nacionales y derecho de asilo


674. Las operaciones de evacuación de nacionales en el extranjero aparecen específicamente
recogidas en la normativa sobre la Defensa Nacional, como una de las misiones de las
FAS - ya citadas - cuando circunstancias de inestabilidad en un país pongan en grave
riesgo la vida o los intereses de los nacionales.
675. Las peticiones de asilo se encuentran reguladas en abundante normativa internacional
y en el ordenamiento jurídico interno a través de su legislación específica reguladora del
derecho de asilo y de la protección subsidiaria.
676. Las peticiones de asilo podrán hacerse bien en territorio nacional, en distintos órganos
e instituciones, bien en puestos fronterizos de España. No hay ninguna referencia
normativa ni a bases militares españolas en territorio nacional, ni a buques y aeronaves
españolas, por lo que no cabría entender que la solicitud de asilo pueda ser atendida en
alguna de estas dependencias del personal desplegado en operaciones.

5.6.4. Accidentes
677. En el desarrollo de las operaciones, como en cualquier otro ámbito de prestación de
servicios, pueden ocurrir hechos imprevistos o accidentes, con las consecuencias no sólo
físicas, sino también jurídicas, que pueden derivarse de tales eventos. Sin embargo, en
atención al alcance del análisis, únicamente se tratarán los incidentes ocurridos en el
despliegue en operaciones del personal de las FAS.
678. Se parte de la base de que el personal de las FAS desplegado en operaciones se
encuentra comisionado. A ello hay que añadir el hecho que resulta muy difícil disociar
los momentos de descanso, de los de prestación de trabajo efectivo, máxime cuando,
en ocasiones, ambos coinciden.
679. A efectos de un necesario acotamiento de los sucesos y de sus consecuencias jurídicas,
se considerará accidentes en acto de servicio, o con ocasión o como consecuencia del
mismo, los que ocurran en el efectivo desempeño de las funciones o misión que tenga
encomendado el militar. Por ello, en el caso de que el accidente no se produzca en la
prestación de la función propia para la que ha sido comisionado el militar, podría no
considerarse acto de servicio.

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680. Puede haber situaciones excepcionales en las que, aún sin ocurrir el accidente en la
prestación de una de las funciones propias del militar, sí que sea considerado acto de
servicio. En tales casos, deberá documentarse fehacientemente tal circunstancia,
tratándose de supuestos extraordinarios.
681. Con carácter general, y sin perjuicio de considerar las distintas situaciones que pueden
ocurrir en operaciones, podrían no considerarse acto de servicio aquellos accidentes
que tuvieran lugar en los períodos de asueto o descanso del personal de las FAS
desplegado, siempre que se rompa el nexo causal entre el servicio y el accidente durante
un tiempo prolongado por motivos particulares.
682. La consideración de un accidente como acto de servicio se realiza de manera
individualizada, es decir, caso por caso ante la abundante casuística y variedad de
circunstancias que pueden concurrir, mediante la instrucción del correspondiente
expediente administrativo, con la intervención de los órganos competentes de la
Sanidad Militar y el informe de la Asesoría Jurídica. La competencia última para su
determinación, dejando a salvo la posible revisión judicial del acuerdo, corresponde al
Ministro de Defensa.

5.6.5. Fallecimientos
683. El fallecimiento de un miembro de las FAS o de la Guardia Civil en operaciones, tanto en
territorio nacional como en el exterior, exige un procedimiento riguroso para acreditar
la causa del fallecimiento, con el nombramiento de un Instructor, generalmente el
Asesor Jurídico, la realización de un atestado, informe médico, inventario de
pertenencias, acompañamiento y apoyo familiar, honores y, en su caso, propuesta de
concesión de distinciones.
684. En el caso de fallecimiento en operaciones en el exterior, existe una normativa específica
en las FAS para que los restos mortales de sus miembros fallecidos en el cumplimiento
del deber tengan el tratamiento digno que se merecen y se manifieste el reconocimiento
social que les es debido.
685. Esta normativa es complementaria a la legislación nacional sanitaria y en especial en
materia de policía sanitaria mortuoria.
686. El mismo tratamiento que a los miembros de las FAS o de la Guardia Civil fallecidos en
operaciones en el exterior se aplica a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, así
como a cualquier otro ciudadano español, o al personal contratado individualmente por
la Administración española que participe en tales operaciones.
687. Los restos mortales se repatriarán cuando lo permita el desarrollo diligente de las
operaciones. En el caso de que las operaciones impidan el traslado de los restos
mortales a territorio nacional, se procederá a su conservación, si las circunstancias lo
hiciesen posible, o a su inhumación provisional. En tal caso, la repatriación se llevará a
cabo cuando el desarrollo de las operaciones lo permita.
688. El traslado o la inhumación provisional de los restos mortales de los fallecidos se llevará
a cabo previa identificación, que será tan exhaustiva como los medios humanos y
técnicos disponibles en el teatro de operaciones lo permitan.

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689. La recuperación de los restos mortales se realizará bajo los criterios de certeza y
diligencia, alcanzando a su identificación, determinación de posibles testigos del suceso,
custodia de los restos mortales desde su recogida hasta su entrega en escalón logístico-
sanitario que corresponda, entre otras actuaciones.
690. La identificación de los restos mortales debe ser positiva y contrastada tanto por indicios
materiales, testimonios personales, como por análisis médico forenses y, de ser posible,
realizarse en el mismo lugar del suceso.
691. Una vez trasladados los restos mortales al escalón sanitario del teatro de operaciones
se completará la identificación mediante las técnicas médico-forenses de que se
disponga, en un plazo máximo de siete días siempre que resulte posible.
692. El traslado de los restos mortales desde el teatro de operaciones se efectuará de
acuerdo con lo dispuesto en las directivas, planes y órdenes de operaciones por la
cadena logístico-operativa establecida para la operación.
693. El comandante de la Fuerza desplegada en el teatro de operaciones es el responsable
del traslado y debe asegurarse que los restos mortales cumplen los protocolos
establecidos en la normativa española para entrar en territorio español.
694. Para acompañar los restos mortales en su traslado a territorio nacional, el comandante
de la Fuerza en el teatro de operaciones designará una escolta, cuyo jefe, al llegar a
territorio nacional, hará entrega de los restos mortales en el Hospital Central de la
Defensa o centro que se determine.
695. Los restos irán acompañados en todo caso por una comisión formada por miembros de
la unidad del fallecido, salvo expreso deseo de la familia.
696. La inhumación no se realizará hasta haber completado totalmente los procedimientos
médico-forenses de identificación y obtenido la autorización expresa de las autoridades
judiciales y la conformidad de la familia.
697. El apoyo a la familia será constante desde el conocimiento del fallecimiento en el teatro
de operaciones. La unidad de procedencia del fallecido o, en su ausencia, la unidad
orgánica superior, será la encargada de mantener el contacto próximo con los familiares.
698. Para hacer efectivo el apoyo a la familia del fallecido, se establecerá un grupo en el que
se integrarán, al menos, un miembro de la unidad de procedencia, un psicólogo, un
médico y, a petición de la familia, la asistencia religiosa que desee.
699. En caso de fallecimientos múltiples, se nombrará un Oficial Coordinador y tantos grupos
de apoyo como se requieran.
700. Se rendirán honras fúnebres, en señal de respeto y homenaje, al personal fallecido en
operaciones en el exterior, al menos en el momento en que los restos mortales
abandonan el teatro de operaciones, cuando sean desembarcados en el territorio
nacional y en el momento de la inhumación.
701. La responsabilidad de efectuar las honras fúnebres recaerá en el Ejército, Fuerza o
Cuerpo de Seguridad del Estado de procedencia del fallecido y en particular en la unidad
en la que estaba destinado.

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702. La normativa nacional de aplicación determina los aspectos financieros relacionados con
el fallecimiento en operaciones en el exterior, corriendo los gastos de identificación,
inhumación y apoyo a las familias, a cargo del Ministerio de Defensa o del Interior, en
su caso.
703. La normativa exige la preparación de una prolija documentación sobre el fallecimiento
de un miembro de las FAS en operaciones, que incluye el atestado, informes médicos y
de identificación.

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ANEXO A
NORMATIVA DE REFERENCIA

1. NORMATIVA BÁSICA INTERNA


a. Constitución Española.
b. Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio.
c. Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.
d. Ley 36/2015, de 28 de septiembre, de Seguridad Nacional.

2. NORMATIVA INTERNACIONAL
a. Carta de las Naciones Unidas y Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, 26 de junio de
1945.
b. Tratado del Atlántico Norte, 4 de abril de 1949.
c. Convenio para la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, 4
de noviembre de 1950.
d. Tratado de Roma, 25 de marzo de 1957.
e. Instrumento de Adhesión del Reino de España al Tratado del Atlántico Norte, 31 de mayo
de 1982.
f. Tratado de la Unión Europea, 7 de febrero de 1992.
g. Instrumento de Ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, hecho
en Roma el 17 de julio de 1998.

3. DEFENSA NACIONAL
a. Ley 8/1975, de 12 de marzo, de zonas e instalaciones de interés para la Defensa Nacional.
b. Real Decreto 689/1978, de 10 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de zonas e
instalaciones de interés para la Defensa Nacional, que desarrolla la Ley 8/1975, de 12 de
marzo, de zonas e instalaciones de interés para la Defensa Nacional.

4. SEGURIDAD
a. Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
b. Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana.
c. Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección
subsidiaria.
d. Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil.
e. Real Decreto 194/2010, de 26 de febrero, por el que se aprueban las Normas sobre
seguridad en las Fuerzas Armadas.

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f. Real Decreto 1008/2017, de 1 de diciembre, por el que se aprueba la Estrategia de


Seguridad Nacional 2017.
g. Orden PCI/487/2019, de 26 de abril, por la que se publica la Estrategia Nacional de
Ciberseguridad 2019, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional.

5. ORGANIZACIÓN
a. Real Decreto 1310/2007, de 5 de octubre, por el que se regula el régimen de
funcionamiento del Consejo de Defensa Nacional y la composición y funciones de la
Comisión Interministerial de Defensa.
b. Real Decreto 1438/2010, de 5 de noviembre, sobre misiones de carácter militar que pueden
encomendarse a la Guardia Civil.
c. Real Decreto 372/2020, de 18 de febrero, por el que se desarrolla la estructura orgánica
básica del Ministerio de Defensa.
d. Real Decreto 521/2020, de 19 de mayo, por el que se establece la organización básica de
las Fuerzas Armadas.
e. Orden DEF/710/2020, de 27 de julio, por la que se desarrolla la organización básica del
Estado Mayor de la Defensa.

6. PERSONAL
a. Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas
Armadas.
b. Ley 8/2006, de 24 de abril, de Tropa y Marinería.
c. Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar.
d. Ley 29/2014, de 28 de noviembre, de Régimen del Personal de la Guardia Civil.
e. Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento general de
Recompensas Militares.
f. Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas para
las Fuerzas Armadas.
g. Real Decreto 684/2010, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Honores
Militares.
h. Real Decreto 383/2011, de 18 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de
Reservistas de las Fuerzas Armadas.
i. Real Decreto 2394/2004, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Protocolo para la
recuperación, identificación, traslado e inhumación de los restos mortales de los miembros
de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía, fallecidos en
operaciones fuera del territorio nacional.

7. RÉGIMEN PENAL, DISCIPLINARIO, JURISDICCIONAL Y PROCESAL


a. Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre, del Código Penal Militar.
b. Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de Competencia y Organización de la Jurisdicción
Militar.

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c. Ley Orgánica 2/1989, de 13 de abril, Procesal Militar.


d. Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
e. Ley Orgánica 18/2003, de 10 de diciembre, de Cooperación con la Corte Penal
Internacional.
f. Ley Orgánica 8/2014, de 4 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas.

8. CONTRATACIÓN MILITAR
a. Ley 24/2011, de 1 de agosto, de contratos del sector público en los ámbitos de la defensa
y de la seguridad.
b. Real Decreto 1120/1977, de 3 de mayo, regulador de la contratación de material militar en
el extranjero.
c. Real Decreto 945/2001, de 3 de agosto, sobre la gestión financiera de determinados fondos
destinados al pago de las adquisiciones de material militar y servicios en el extranjero y
Acuerdos internacionales suscritos por España en el ámbito de las competencias del
Ministerio de Defensa.

9. PROTECCIÓN DE DATOS
a. Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016,
relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos
personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE
(Reglamento general de protección de datos).
b. Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de
los derechos digitales.

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ANEXO B
ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS
Abreviatura Significado

ASEJU Asesor Jurídico

CAI Conflicto Armado Internacional

CANI Conflicto Armado No Internacional

CEDH Convención Europea de Derechos Humanos

CITCO Centro Internacional contra el Terrorismo y el Crimen Organizado

CIS/TIC Sistemas y Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones

CNPIC Centro Nacional de Protección de las Infraestructuras Críticas

CPI Corte Penal Internacional

DICA Derecho Internacional de los Conflictos Armados

DIDH Derecho Internacional de los Derechos Humanos

DIH Derecho Internacional Humanitario

EOF Escalada de Fuerza

FCSE Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado

GENAD Asesor de Género

MCCE Mando Conjunto del Ciberespacio

MOA Memorando de Acuerdo

MOU Memorando de Entendimiento

PAO Oficial de Asuntos Públicos

PMA Asuntos Públicos Militares

ROE Reglas de Enfrentamiento

SOFA Acuerdo de Estatuto de la Fuerza

SOMA Acuerdo de Estatuto de la Misión

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