Kuhn RevCientíficas
Kuhn RevCientíficas
Kuhn RevCientíficas
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Pensamiento Contempor~eo 6
PensamIento Contemporaneo 6
¿Qué son las revoluciones científicas?
PENSAMIENTO CONTEMPORANEO Thomas S. Kuhn
Colección dirigida por Manuel Cruz
2. Conmensurabilidad, comparabilidad y
comunicabilidad.. . . . . . .. 95
Cubierta de Mario Eskenazi y Pablo Martín Badosa
@ de esta edición
Ediciones Paidós Ibérica, SA.
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona, e
Instituto de Ciencias de la Educación
de la Universidad Autónoma de Barcelona, 08193 Bellaterra
ISBN: 84-7509-544-5
Depósito legal: B-13.706/1989
Impreso en Hurope, SA.
Recaredo, 2 - 08005 Barcelona
-
Impreso en España Printed in Spain
INTRODUCCION
necesidad de la historia de la ciencia y disciplinas marla... ».2En Hélene Metzger podemos encontrar
afines para la filosofía de la ciencia. Y esto, desde afirmaciones similares no menos entusiastas.3 Si
los dogmas vigentes, resultaba sacrílego. Pero con- a estos añadimos los nombres de L. Febvre y F. En-
templado desde un punto de vista retrospectivo riques, y sobre todo el de su antecesor Paul Tan-
podría ser considerado perfectamente como una nery, obtendremos buena parte del grupo de his-
necesidad;, toriadores a los que pronto se uniría Koyré.
A finales del siglo XIXy principios del siglo xx, Se ha dicho repetidas veces que con Koyré la
los grandes héroes de la inmediata prehistoria de historia de la ciencia alcanza su madurez, que es
la ciencia habían sido científicos o filósofos que, el padre de la historia de la ciencia actuál. Efec-
si no buscaban en la ciencia. pasada la acumula- tivamente, en él la reacción y las directrices del
ción de hechos científicos hacia nuestra verdad, grupo mencionado alcanzan su cumplimiento y
veían en ella la confirmación de sus propias ideas desarrollo. La denuncia del anacronismo. La exi-
científicas o filosoficometodológicas, que la his- gencia de la contextualización de científicos y teo-
toria mostraba como la conclusión de un desen- rías en. su entorno cultural, olvidando nuestros
cadenamiento lógico. Disfrutamos aún de grandes conocimientos actuales. El consiguiente análisis
:1 conceptual y de la «estructura de pensamiento»
monumentos de erudición, como la obra de ¡
Duhem, resultantes de su labor y perspectiva más del problema y autor estudiados. El rechazo del
lógica que histórica. concepto de «precursor», más allá incluso de la
En ~elación o como reacción a esta historia crítica de Metzger.4 La esencial unidad del pensa-
positiva o puramente interna y lógica, surgen en miento científico y filosófico. La prioridad de las
Francia diversos grupos que reivindican una transformaciones filosóficas en las revoluciones
auténtica historia de la ciencia, orientada por la
2. Véase, para lo tratado en este párrafo, la introducción
perspectiva «histórica», muy diferente de la «cien- de Pietro Redondi en Alexandre Koyré, De la mystique a la
tífica». Es necesario, dirá Rey, rehabilitar la Edad science. Cours, conférences et documents 1922-1962, compila-
Media, como quiere Duhem. Pero no podemos ate- ción de Pietro Redondi, París, Editions de 1'Ecole des hautes
études en sciences sociales, 1986. Nuestra cita en pág. XVI.
nemos a la literalidad de ciertos textos. El «espí- 3. Véase H. Metzger, La méthode philosophique en his-
ritu», el ámbito en que se mueven es muy dife- toire des sciences. Textes 1914-1939, París, Fayard, 1987, cuyo
rente al de la ciencia moderna. Su tesis .es que primer capítulo plantea la cuestión en su título «L'historien
«la historia de las ciencias es ante todo historia des sciences doit-il se faire le contemporain des savants dont
il parle?» Pero pueden verse, en general, la primera y segun-
de su espíritu filosófico, de la representación que da partes del libro donde quedan bien definidas sus posturas
los hombres se han hecho en cada instante del historiográfica y filosófica.
universo, cuando trataban de precisarla y legiti- 4. Metzger, op. cit., págs. 75-95.
,
científicas. Todos estos elementos se ilustran y tante uno en la base de su trabajo. Se trata de la
ponen de. manifiestQ en ~os estudios que lleva a ignorancia sistemática, espontánea primero, que-
cabo Koyré del Renacimiento y la Revolución Cien- rida después, de los trabajos originales de los filó-
tífica, y constituyen el marco y apoyo de sus notas sofos, de la historia de la filosofía y de la historia
críticas al inductivismo y al positivismo. de la ciencia».5
Pronto vendría Popper a criticar tesis centrales
del empirismo lógico, defendiendo el falsacio-
11 nismo contra el verificacionismo, el método hipo-
tético-deductivo contra la inducción y prdponien-
Pero entonces ya no son simplemente el induc- do como problema básico el del crecimiento de
tivismo y positivismo decimonónicos. El desarro- la ciencia. Pero eso no acercaba en lo más mínimo
llo de la lógica formal había proporcionado los la filosofía de la ciencia a la historia de la ciencia.
medios para construir una filosofía de la ciencia Por el contrario. Popper pone más énfasis aún en
que, entre otras cosas, iba a explicar el carácter que ambas cosas no sólo son distintas sino que la
racional y progresivo de la ciencia e ilustrar el historia está subordinada a la filosofía de la cien-
camino que debía seguir la filosofía, más allá del cia, o más exactamente a la lógica de la ciencia.
rito de la confusión de la tradicional. El empiris- Formula así lo que llama «principio de transfe-
mo lógico, con la inducción como bandera meto- rencia». Esta es una de las joyas popperianas que
dológica, la verificación como escoba para pseudo- luce así: «Todo lo que es verdad en el dominio de
problemas metafísicos o de catadura similar, y la la lógica, lo es también en el método científico y
persecución de un lenguaje sin equívocos, ahora en la historia de la ciencia».6
sí, universal, se desarrollaba en los mismos años
en que Koyré hacía historia de la ciencia, sobre
todo de una de sus etapas más gloriosas, y ésta 111
tenía poco que ver con lo que afirmaban los posi-
tivistas lógicos. Ya en 1935, Metzger se asombraba Está claro que la obra histórica de Kuhn debe
de que los miembros de la escuela de Viena cre- situarse en la línea de Koyré apuntada más arriba.
yeran que sus agresivas propuestas eran tan nue- En el primer libro de historia de la ciencia de
vas cuando en Viena eran un lugar común. Pero
una de las cosas que le parecía inquietante era 5. Metzger, op. cit., pág. 166.
6. Popper, Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1974,
que los positivistas lógicos «que combaten los a pág. 19. Compárese este principio con la afirmación de Koy-
priori con todas sus fuerzas, mantengan no obs- ré: c... la historia del pensamiento científico no es entera-
J
14 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS? INTRODUCCIÓN 15
Kuhn, La revolución copernicana, puede percibir- La obra filosófica de Kuhn surge de la consta-
se fácilmente la «simpatía» del autor por los ele- tación de que, a pesar del principio de transferen-
mentos centrales de la historiografía defendida cia de Popper, la historia de la ciencia contradice
por Koyré. En su momento constituyó la primera la lógica de la ciencia vigente, y tengo pocas dudas
obra de conjunto del desarrollo. de la astronomía acerca de que Popper identifica su lógica de la cien-
desde Grecia hasta el siglo XVII.Pero, ya allí, se cia con la lógica de su principio de transferencia.
percibe algo más: los intereses filosoficometodoló- Kuhn nos cuenta que, siendo un físico, aficionado
gicos. Está claro que nuevas preguntas formula- a la filosofía de la ciencia, sus primeros trabajos
das, como por qué tardó dieciocho siglos en históricos le pusieron de manifiesto que la "ciencia
aparecer la revolución copemicana o, en general, tenía poco que ver con lo que los filósofos y la
parágrafos como «Las funciones de un esquema pedagogía de las disciplinas científicas decían de
intelectual» y la «Anatomía de la creencia cientí- ella. Pero lo importante no fue sólo tal percepción
fica»7surgen sin duda de un trabajo genuinamente que, en el primer aspecto al menos, era común
histórico que, no obstante, no sólo no excluye entre los historiadores de la ciencia, sino sobre
sino que implica una reflexión filosófica que, como todo que el propio trabajo histórico le convenció
en esta ocasión, p.uede ser de gran novedad y rele- de que la historia de la ciencia podía ser útil y
vancia para la filosofía de la ciencia en general. necesaria para el filósofo de la ciencia y, por otra
De hecho, tales preguntas y reflexiones constituían
una profundización en las directrices historiográ-
,
I parte, que esto provocó su dedicación a la histo-
ria de la ciencia.9 El interés de este punto no es
ficas de Koyré y sus colegas apuntadas más arriba, sólo biográfico, sino que plantea problemas teóri-
pero también se hacían desde la conciencia de la cos centrales respecto al trabajo del historiador y
contradicción con la filosofía de la ciencia vigente.' del filósofo de la ciencia y de sus relaciones.
mente lógica. Por eso, para comprender su evolución hay rium mentis in veritatem y que, en la filosofía de la ciencia,
que tener en cuenta factores extralógicos». (Estudios de his- teorizaría Popper. Kuhn, por el contrario, rechaza esta idea
toria del pensamiento científico, Madrid, Siglo XXI, 1977, de progreso e insiste en que la historia de la ciencia muestra
pág. 83.) un desarrollo «desde los comienzos primitivos», pero que
7. Kuhn, La revolución copernicana. La astronomía pla- nada indica que constituya un progreso haciá algo y, en es-
netaria en el desarrollo del pensamiento occidental, Barcelo- pecial, hacia la verdad. (Véase Koyré, op. cit. en nota 6, ~
na, Ariel, 1978 (orig., 1957), págs. 65-72 y 110-116, respectiva- págs. 395-396; y Kuhn. E.R.C., págs. 262-263.)
mente. Pero véanse de modo especial las págs. 112 y sigs. 9. Para las notas autobiográficas de Kuhn, puede verse
8. Hay, no obstante, un punto importante que separa la especialmente el prefacio a The Essential Tension. Selected
historiografía de Koyré de la. de Kuhn. Se trata de la idea Studies in Scientific Tradition and Change, University of
del progreso científico que el primero describe como itinera- Chicago Press, 1977 (Trad. cast.: La tensión esencial. Estudios
16 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS? INTRODUCCIÓN 17
Creo que debemos empezar por decir que qui- tamente. Aquello le hizo comprobar que hay mu-
zá resultaría ingenuo prestar. to_danuestra fe a la chas maneras de leer un texto y que, como venían
realidad o veracidad del relato autobiográfico. diciendo los historiadores, cuanto más proyectan
y esto, dicho al hablar de la obra de Kuhn, no desde el presente más inadecuadas son. Aprendió
necesita de gran comentario para aclarar que en además que no todas las lecturas son equivalen-
ningún caso se trataría de mala fe. Pero el hecho tes, sino que unas poseen «más plausibilidad y
es que, si creemos a Kuhn, uno de los núcleos cen- coherencia que otras». Pero lo más importante
trales de su reflexión filosófica tendría sus oríge- fue que «el efecto más decisivo» de este método de
nes en los mismos inicios de su quehacer como lectura, nos cuenta, «fue el ejercido sobre mi con-
historiador, hacia 1947. Cuando en este año se le cepción de la ciencia». Y éste es el punto que yo
pidió que diera unas conferencias sobre los orí- quería destacar. Al explicarlo, Kuhn dice que un
genes de la mecánica del siglo XVII,tuvo que en- factor clave de las aportaciones de los fundadores
frentarse a la clásica situación del historiador que de la mecánica del siglo XVIIcomo Galileo y Des-
debe entender las teorías de un autor, en este cartes fue que «crearon nuevas maneras de leer
caso la física de Aristóteles, lejano en el tiempo los textos que en principio me confundieron», y
y en la teoría. Su actitud fue en un principio la algo más abajo continúa: «Por consiguiente, lo que
del antiguo historiador que le preguntaba al autor pareció revelarme mi lectura de Aristóteles fue
griego cuánto sabía de la física moderna. Pero una especie de cambio generalizado de la forma en
entonces Aristóteles resultaba bastante est1Ípido. que los hombres concebían la naturaleza y le apli-
No sólo' no sabía nada de física newtoniana~ sino caban un lenguaje, una concepción que no podría
que además resultaba incoherente y absurdo. Aún I
describirse propiamente como constituida por adi-
hoy en día hay gente que no tiene dificultades a \
ciones al conocimiento o por la mera corrección
la hora de aceptar tal conclusión. Pero Kuhn era de los errores uno por -uno. Esta clase de cambio
sensato y pensó que la incapacidad era suya. El la describía poco después Herbert Butterfield di-
hecho es que, tras arduo esfuerzo y mucha lectura, ciendo que era "como pensar con una cabeza dife-
consiguió pensar a Aristóteles desde la propia obra rente", e impulsado por esta suerte de revelación
de éste, y aquel marco mental se le reordenó súbi- empecé a leer libros de psicología de la Gestalt y
campos afines. Mientras descubría la historia, ha-
selectos sobre la tradición y el cambio en el dmbito de la
bía descubierto también mi primera revolución
ciencia, México, F.e.E., 1982), así como el inicio del primer científica... »10
ensayo. En adelante, y a pesar de todo, citaré por la edición
castellana.
10. Kuhn, ibíd., pág. 13. Al dar la referencia, en nota, de
18 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CmNTIFICAS?
INTRODUCCIÓN 19
Está claro que hay un parecido evidente entre los dioses, insinuar la conveniencia de la unión o
esta descripción y la que más tarde hará Kuhn de unificaCión de ambas disciplinas. Ni siquiera pre-
lo que sucede en una revolución científica. tendo sostener, tras lo dicho, que Kuhn, antes o
después, estuviera haciendo a la vez historia de la
ciencia y lo que los positivistas, popperianos y nue-
IV vos lógicos de la ciencia suelen denominar así. En
el ensayo mencionado, Kuhn aclara perfectamente
Pero si destaco estos aspectos es, al margen de las diferencias de enfoque del historiador y el filó-
su interés intrínseco, para plantear -y no pre- sofo. Afirma que historia y filosofía de la 'ciencia
tendo ir mucho más allá- hasta qué punto esta pueden practicarse alternativamente, y que él lo
descripción es compatible con sus afirmaciones hace, pero no a la vez; que la filosofía en general
respecto a «Las relaciones entre la historia y la o la historia de la filosofía son herramientas bási-
filosofía de la ciencia» que es, como indico, el títu- cas para el historiador como lo es el conocimiento
lo de uno de sus ensayos.u En éste, en efecto, tras de la ciancia. Y sigue: «Aunque no creo que la
señalar la separación institucional y teórica exis- presente filosofía de la ciencia tenga mucho que
tente en los Estados Unidos entre historia y filo- ofrecer al historiador de la misma, sí estoy con-
sofía de la ciencia, pasa a exponer «las razones vencido de que mucho de lo que se escribe sobre
para insistir en que debe mantenerse tal separa- filosofía de la ciencia sería mejor si la historia le
ción».u .No pretendo en lo más mínimo, líbrenme preparara antes el camino». O más abajo: «La his-
toria de la ciencia puede contribuir a salvar la bre-
la obra de Butterfield, Kuhn afirma que la concepción de
cha que hay entre los filósofos de la ciencia y la
ambos sobre las transfonnaciones de la ciencia moderna en propia ciencia, y puede ser para ellos una fuente
sus inicios fue muy influida por los escritos de Koyré. Pode- de problemas y datos».13Queda claro, pues, quizá,
mos ver aquí de qué manera afinnaciones de Koyré como que en su trabajo histórico Kuhn no hacía lo que,
que los científicos de principios del XVIIvieron cosas nuevas
porque fueron capaces de pensar de otro modo y similares, en pro de la claridad y la adecuación, creo que
vienen a reorganizarse, en la propia experiencia de contex- podría llamarse lógica de la ciencia. Pero cabe pre-
tualización de Kuhn, en un marco que llevará estas observa- guntarse hasta qué punto su trabajo histórico, tal
ciones a sus últimas consecuencias filosóficas. Pero si esto es
cierto, o bien está «reconstruyendo racionalmente» su bio- como nos lo ha narrado, no supone o está entreve-
grafía intelectual, o bien sus propias inquietudes o, en esta rado de reflexiones que él mismo llama filosofía
época, intuiciones «filosóficas» estaban ya presentes en este de la ciencia, cuando nos dice que alternativamen-
momento. .
te se ha de4~9.adQa ella. Posiblemente podría con- ción detallada de esta discusión y me limitaré a
testarse,a. esto desde varias perspectivas, desde la introducir alguno de sus puntos centrales.
consideración de en qué consiste el trabajo del Según Kuhn, cuandó un «rompecabezas» se
historiador, más allá de la recolección de datos convierte en una «anomalía», es decir, cuando se
ordenados cronológicamente, al arduo problema duda de que el problema sea solucionable desde las
de desde qué ignorancia o saber puede partir el teorías y reglas dominantes en la comunidad cien-
historiador, pasando por el referente que da Kuhn tífica, se inicia un período de crisis que, en oca-
a la expresión «filosofía de la ciencia». Pero, afor- siones, acaba en un cambio de paradigma. En este
tunadamente, éste no es el lugar ni momento para proceso de «crisis» se pasa de hacer «ciencia nor-
abordar estas cuestiones, aunque tendremos que mal» a hacer «ciencia extraordinaria» en la que
volver a ciertos puntos mencionados antes. se desconfía de las reglas de resolución normales, I
En cualquier caso, puede añadirse que tanto proliferan teorías especulativas, y a veces se recu- ~
si la distinta «imagen de la ciencia» surge de la rre al análisis filosófico. Y, en cualquier caso, el
reflexión sQbre la historia de la ciencia, como si cambio de paradigma o «revolución científica» no
se manifiesta por sí misma .tm ella a través del tra- constituye un episodio de desarrollo acumulativo.
bajo del historiador como tal, esta imagen entraba Tanto si el paradigma es lo que Kuhn llamará pos-
en conflicto con la que la filosofía de la ciencia al teriormente un «ejemplar» como si es una «matriz
uso en los años sesenta había divulgado. Yeso es disciplinar», los científicos postrevolucionarios
lo que ~uhn puso de manifiesto en la E.R.C. Pero «trabajan en un mundo diferente», yeso explica
hizo más que eso. las dificultades o insuficiencias de la comunica-
ción con sus colegas del otro paradigma. Esta se
v da porque los distintos científic<;>sven cosas di-
ferentes observando 10 mismo con los mismos
Hoy son bien conocidos los puntos centrales instrumentos. Miran el «mismo mundo», los «es-
de la nueva imagen del desarrollo científico que tímulos» son los mismos para todos, incluso los
traza Kuhn en la E.R.C., la ciencia normal y la términos usados pueden ser idénticos, pero ven
extraordinaria, el enigma o rompecabezas y la ano- cosas diferentes y «la elección del paradigma noi'
malía, los paradigmas, comunidades científicas y puede resolverse nunca de manera inequívoca sólo
la inconmensurabilidad. Las críticas, de uno u otro mediante la lógica y la experimentación». Eso hace
signo, no se hicieron esperar, y se inició así una que incluso las «buenas razones» que los cientí-
turbulenta década de diálogo y transformación en ficos utilizan para la elección funcionen como «va-
la filosofía de la ciencia. Aquí no cabe una exposi- lores» en los que intervienen elementos sub-
22 ¿Qtrn SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? INTRODUCCIÓN 23
jetivos.14 Sea como fuere, «la tradición científica o falsacionistas, de las reglas metodológicas pop-
normal que surge de una revolución científica es perianas fundamento de la racionalidad y los con-
no sólo incompatible, sino también a menudo real- siguientes criterios Y'concepciones del progreso,
mente
. . inconmensurable con la que existía con an- en el caso de las revoluciones científicas.
tenon da d ».15
Tradicionalmente se daba por supuesto que
lo que cambia con un paradigma es «la interpre- VI
tación que hacen los científicos de las observacio-
nes, que son fijadas de una vez por todas por la Para ilustrar la tesis de la «carga teórica de
naturaleza del ambiente y del aparato percep- los hechos», Kuhn usó reiteradamente, y con con-
tuaI».16Pero esta tesis y otras afines ya no son ciencia de sus limitaciones, la analogía entre la
sostenibles. Buena parte de los elementos centra- distinta percepción de los científicos de distintos
les de las filosofías positivista y popperiana des- paradigmas y las «bruscas reestructuraciones per-
cansaba sobre la «neutralidad» de los enunciados ceptivas >fde que informan los psicólogos de la
observacionales o básicos que se afirmaban como Gestalt. Es una analogía gráfica y sugestiva pero,
«comunes» a las teorías en competición y, en últi- a mi entender, no del todo afortunada por razones
ma instancia, permitían la elección racional entre a las que sólo puedo aludir. En primer lugar, la
ambas. Ahora, al mostrar la inexistencia de tal teoría de la Gestalt introduce una importante in-
«neutra~idad», Kuhn no sólo denunciaba la ina- novación que consiste en afirmar el carácter sin-
decuación de la distinción y las relaciones entre crético y global de la percepción, frente a la
lenguaje observacional y teórico, sino también el supuesta «asociación» de datos aislados anterior-
carácter ficticio de los procesos verificacionistas mente. Pero, de hecho, se mantiene en el empiris-
mo clásico al limitarse a sustituir las «asociacio-
14. Véase sobre este punto Kuhn, «Consideración en tor- nes» por «totalidades estructuradas». Por otra
no a mis críticos», en Lakatos y Musgrave (comps.), La crítica
y el desarrollo del conocimiento, Barcelona, Grijalbo, 1975, parte, afirma el carácter invariante de las «leyes
págs. 429 y sigs. de organización» que rigen las transposiciones
15. Respecto al conjunto descrito pueden verse especial- perceptuales. Ahora bien, Piaget, que es el autor
mente los capítulos IX y x de E.R.C. Las dos últimas citas se
encuentran en las págs. 152 y 166, respectivamente, de la ver- de la crítica señalada, ha puesto de manifiesto la
sión castellana, de la que he cambiado «incomparable» por insuficiencia de estas tesis mostrando, no sólo
'«inconmensurable». Como se verá, he incluido en la descrip- la variación de las «constancias» de que habla la
ción elementos que Kuhn introdujo en la «Posdata: 1969»,
que se encuentra al final de la edición castellana de E.R.C. teoría de la forma, sino la «relación estrecha de
16. Ibíd., pág. 190. la percepción con la actividad intelectual en gene-
24 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS?
INTRODUCCIÓN 25
ral», afirmando el papel «activo» del sujeto en la explicar en sí mismo. Hay en ello algo comparable
percepción frente a la pasividad que le atribuye a las bruscas reestructuraciones de conjunto que
la teoría de la Gestalt.17Creo que estos son ele- describe la teoría de la Forma, salvo que, en este
mentos fundamentales que además señalan puntos caso, se produce lo contrario de una cristalización
básicos, en especial la «actividad» del sujeto, de que engloba el conjunto de relaciones de una sola
lo que Kuhn pretende ilustrar .18 Por todo ello creo red estática: las operaciones nacen, al contrario,
que, aunque fuera simplemente como analogía, los de una especie de deshielo de las estructuras intui-
cambios de estadio en el desarrollo intelectual tivas y de la repentina movilidad que anima y
del niño, estudiados por Piaget, podían constituir coordina las configuraciones, rígidas hasta" enton-
un elemento de apoyo"mucho más adecuado. Per- ces en diverso grado, no obstante sus progresivas
mítaseme sugerir la comparación de la descrip- articulaciones... A la imaginación vacilante sucede
ción que hace Kuhn del cambio de paradigma con ¡ bruscamente a veces un sentimiento de coherencia
la siguiente de Piaget del cambio de estadio del y de necesidad, la satisfacción de alcanzar un sis-
«pensamiento intuitivo» y la aparición de opera- tema a la vez cerrado sobre sí mismo e indefinida-
ciones concretas: «El punto decisivo se manifiesta mente extensible».19Al margen no sólo de la simi-
por una especie de equilibrio, siempre rápido y a litud, sino incluso de la identidad en muchos
menudo repentino, que afecta al conjunto de las puntos, ¿no aparece en la descripción de Piaget
nociones de un mismo sistema y que se trata de el «holismo» que, en dos de los ensayos que pre-
sentamos, Kuhn ve ahora como una de las tres
17. Véase J. Piaget, La psicología de la inteligencia, Bue- características esenciales de las revoluciones cien-
nos Aires, Psique, 1960, págs. 91-92 y 111. tíficas ?'J!J
18. En un texto de 1970 (Psicología y epistemología, Bar-
celona, Ariel, 1971, pág. 111) escribe Piaget: «Los conocimien-
tos no proceden nunca exclusivamente de la sensación o de
la percepción, sino también de los esquemas de acciones o VII
de los esquemas operatorios que son, tanto unos como otros,
irreductibles a la percepción sin más. Por otra parte, la per-
cepción misma no consiste en una simple lectura de datos Como quiera que sea, Kuhn piensa que todavía
sensoriales, sino que implica una organización activa en la no disponemos de una alternativa viable al «para-
que intervienen decisiones y preinferencias y que se debe a
la influencia sobre la percepción como tal del esquematismo digma epistemológico tradicional» de la experien-
de las acciones o de las operaciones». En este texto, en cuyo
prefacio por cierto cita a Kuhn, Piaget no duda en afirmar 19. Piaget, op. cit., en nota 16, pág. 189.
que toda la historia de la ñsica demuestra su tesis de la 20. Lo curioso, y que podría apuntar a un error mío, es
«actividad del sujeto» en la percepción y el proceso de cono- que Kuhn ha usado, digamos que «parcialmente», la analo-
cimiento. gía con el fenómeno estudiado por Piaget en su importante
26 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIEN11FICAS?
vía primaba la dimensión «perceptiva» del proble- problemas y normas de resolución", algo que ya
ma. Baste recordar el proceso de aprendizaje de ¡
no haría excepto en la medida, bastante conside-
reconocimiento de distintas aves por parte de rable, en que estas últimas diferencias son conse-
Johnny y el programa de simulación de ordenador cuencias necesarias del proceso de aprendizaje del
de que nos habla en «Segundos pensamientos».25 lenguaje».26Habría que evaluar esa «medida».
Naturalmente, en este ejemplo de Kuhn están im- Yendo ahora, brevemente, al contenido de este
plicadas cuestiones de lenguaje. Pero se sigue tra- cambio, según Kuhn, sus críticos, a pesar de reco-
tando en términos de «reprogramación neurona!», nocer los problemas y apuntar las líneas de salida
o del «mecanismo nervioso por el que él (Johnny) adecuadas, llegan a la conclusión de que, en últi-
elabora los estímulos visuales», y de teoría de la ma instancia, es posible una traducción y que eso
percepción. Ahora, en los artículos que aquí se es incompatible con la inconmensurabilidad.27
j Frente a esta crítica, Kuhn denuncia que se están
traducen, hay un claro desplazamiento hacia un
~ J planteamiento que se da en el marco de la filo- confundiendo dos procesos distintos: «traduc- 1,
11 sofía del lenguaje o ámbitos próximos. No me ción» e «interpretación», identificados hasta aho- r
atrevo a pronunciarme sobre la radicalidad de
este cambio que "eJ mismo Kuhn reconoce en las 26. Véase la nota 3 del artículo «Cbnmensurabilidad....
primeras páginas del segundo artículo que pre- que se traduce a continuación.
sentamos. En la nota 3, Kuhn advierte, refirién- 27. Este no es el tipo de crítica puramente formalista
que encontrábamos expresada de modo típico y extremo en
dose a :feyerabend: «Pero mientras él restringía Carl R. Kordig, The justification of scientific Change, Bastan
la inconmensurabilidad al lenguaje, yo hablaba Stud. Phil. Sc. Reidel Publis. Co. Dordrecht-Holland, 1971,
también de diferencias de "métodos, campos de págs. 58 y sigs. Aquí se daban básicamente dos pasos. El pri-
mero atribuye injustificadamente a la inconmensurabilidad
de Kuhn consecuencias como la imposibilidad total de co-
municación entre científicos, de la competición entre teorías
«lógica del descubrimiento» es Hanson, y desde luego Popper y en especial, la «variación radical de significado». (Respecto
no se ha ocupado jamás de ésta, ni parece creer que pueda a lo que tienen en común partidarios de distintos paradigmas
existir. La ambigüedad procede de que aquí se ha traducido véase Kuhn, E.R.C., págs. 203, 237-238; 249; 264, 265-267; 304:-{
«Logic of discovery» por «Lógica del descubrimiento». Sea F. Suppe, op. cit., 459; 522-523; Lakatos y Musgrave [comp.],
más o menos correcta, la traducción de la obra de Popper op. cit., pág. 447.) A partir de ahí el argumento era que da-
The logic of scientific discovery por La lógica de la investi- das estas consecuencias «indeseables» e «inaceptables», no
gación científica, tal como la hizo V. Sánchez de Zavala en hay inconmensurabiildad. En ningún momento se acude a la
Tecnos, disminuye, por lo menos, la ambigüedad. También historia de la ciencia para comprobar si lo que Kuhn des-
este caso puede ilustrar los problemas de traducción e inter- cribe se da o no. Frente a esto, la crítica que nos ocupa ve
pretación que trata Kuhn. en la propia historia de la ciencia de Kuhn un contraejemplo
25. Véase' Frederick Suppe (comp.), op. cit., págs. 524 de la inconmensurabilidad. Véanse los parágrafo s 1 y 11 de
Y sigs. «Conmensurabilidad...», que se traduce a continuación.
--
30 ¿Qlffi SON LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS? INTRODUCCIÓN 31
ra como «traducción». La comunicación entre dos ma, y no cuando ésta o aquella técnica de identi-
miembros de distintos paradigmas puede darse r ficación de un referente no se conoce, es cuando
en ausencia de una traducción, porque de hecho el «mundo es diferente, el lenguaje es privado y
utilizan el mismo recurso que los historiadores a cesa la comunicación, hasta que un grupo aprenda
la hora de entender una teoría y su lenguaje del el lenguaje del otro».28
pasado, es decir, la «interpretación». Un proceso Cuando uno observa el diálogo de Kuhn con
que no consiste en la traducción término a térmi- sus interlocutores hay una característica que llama
I no Ytérmino-referente, sino que es anterior a ésta. la atención. Desde 1962 hasta hoy ha cons.eguido
Esto es, el «aprendizaje» del lenguaje en cuestión, mantener el interés de sus críticos, algunos ya muy
es decir, de las técnicas -de carácter no mera- antiguos. Lo que no parece haber conseguido es
mente convencional- para conectar palabras y que acepten que la investigación se lleve a cabo
frases con la naturaleza. También, o dicho de otro I
por los rumbos que él propone, es decir, que acep-
modo, debemos suponer que ésta es la manera de 11
I ten su planteamiento del problema y sus modos
aprender a usar «ejemplares», que es el problema I
de hallar' una solución. Lo cual pone de manifiesto
que Kuhn convertía en centro de su preocupación por lo menos dos cosas. La primera es la centra-
en 1969. lidad de las cuestiones que propone, incluso para
Pero además, mientras que, cuando en E.R.C. sus críticos y cualquiera que sea la perspectiva
planteaba los problemas de comunicación entre que éstos usen. La segunda, que supuestos esen-
miembros de distintos paradigmas, Kuhn afirmaba ciales que, al margen de otros personales, subya-
que muchos términos eran comunes y la «incon- dan al rechazo de Popper a la propuesta de Kuhn
mensurabilidad» se restringía a unos pocos que respecto al tipo de investigación a desarrollar,29
los oponentes deberían tratar de localizar y ana- siguen condicionando el diálogo en la filosofía de
lizar, ahora introduce su tesis del «holismo». Los la ciencia. Esto nos lleva a la ubicación de Kuhn
miembros de una misma comunidad lingüística y sus planteamientos en la filosofía de la ciencia.
--científica o no- no comparten ya términos que
se usan del mismo modo o tienen los mismos refe-
rentes, entre los cuales hay algunos que son cru- VIII
ciales y determinan su comunicación parcial con
los miembros de otra comunidad, porque en ésta Recordemos el punto de partida del diálogo.
los usan de otro modo o con distinto.s referentes. Ya hemos señalado que la constatación por parte
Lo que comparten es «la homología de la estruc- 1
28. Pág. 132 del presente texto.
tura léxica». Cuando esta estructura no es la mis- 29. Véase Lakatos y Musgrave (comps.), op. cit., pág. 105.
I
32 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CmNTIFICAS?
INTRODUCCIÓN 33
de Kuhn en E.R.C. de que lo que sucede en etapas que compadecer».33Es obvio que el diálogo no fluía
,. cruciales del desarrollo científico no es reducible bien. En cualquier caso, al margen de otras dimen-
a una reinterpretación de datos individuales esta- siones en las que no quiero entrar, la afirmación
bles, tuvo consecuencias catastróficas para la filo- citada de Popper y su postura en general podría
sofía de la ciencia dominante. Todo el conjunto considerarse como la insistencia en la distinción
de análisis, precisiones y refinamientos respecto entre el «contexto de descubrimiento» y el «con-
a la distinción entre lenguaje observacional y teó- texto de justificación». No obstante, parece que si
rico, las reglas de correspondencia, las meto dolo- el análisis lógico de los productos científicos o la
gías de Popper, la comparación de teorías y su metodología popperiana consisten en esforzarse
progreso hacia la verdad no parecían tener ningún por elaborar unas reglas metodológicas que nadie
contacto con la empresa científica real. usa, para una ciencia que nadie hace, podemos
La primera etapa del diálogo alcanza su punto preguntamos qué sentido tiene todo esto. Y el
culminante en 1965.30Tras el interludio de 1969, resultado puede ser que empiece a ponerse en cues-
en el simposio de Urbana,3! un punto culminante tión la ~rtinencia de la distinción entre los dos
del diálogo formal se daría en 1975, en el encuen- contextos o, por lo menos, la prioridad del de «jus- II
tro de Kuhn con los nuevos formalistas,32 pues tificación» sobre el de «descubrimiento». Lo que
tuvo cierta continuidad, siendo hoy, posiblemente, hace Kuhn es, como hemos visto, proponer un
cambio en la línea de investigación, y esto podría I
el más relevante.
L~ reacción de Popper no fue una muestra del entenderse como la propuesta de trabajar, a par-
I
racionalismo crítico que había postulado, o quizá tir de entonces, en el contexto de descubrimiento,
sí lo fue. El hecho es que haciendo extensibles las abandonando el de justificación. Ahora tengo mis
consecuencias que la inconmensurabilidad tenía dudas de que esta lectura sea totalmente correcta
en su lógica a las dimensiones histórica y psico- por razones que expondré más adelante. Pero el
lógica, la rechazaba como un «dogma peligroso», hecho es que ésta es la interpretación que se hizo.
e insistió desde entonces, sin más, en la afirmación Paso así al diálogo con los nuevos formalistas.
de la racionalidad y el progreso según sus crite- Es sabido que con.Sneed, Stegmüller, Mouiines
rios. Y al aceptar la existencia de la ciencia normal y otros se desarrolló un nuevo fOrn1alismo en la
era para decir que «el "científico norma!", tal como filosofía de la ciencia. Estos nuevos lógicos de la
Kuhn lo describe, es una persona a la que habría ciencia pensaron que se estaba valorando mal el
alcance de la crítica a la filosofía de la ciencia tra-
30. Véase el libro citado de Lakatos y Musgrave (comps.).
31. Véase el texto citado de Frederick Suppe (comp.).
32. Véanse los artículos de Erkenntnis 10 (1976) 2. 33. Lakatos y Musgrave (comps.), op. cit., pág. 151.
34 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS? INTRODUCCIÓN 3S
dicional y que la alternativa propuesta por Kuhn de la ciencia competente y sagaz, «la obra de Kuhn
no podía basarse legítimamente en tal crítica. Ca- puede interpretar se no tanto como una filosofía
bía, en efecto, otra postura: inmolar a Popper ne- de la ciencia alternativa, sino como el reto filosó-
gándose a identificar la «lógica de la ciencia» con fico de un historiador a los filósofos de la ciencia
la «lógica de la investigación científica». Se con- "profesionales"».35 StegmüIler ya había apuntado
funde así, venían a decir, el «programa lógico» en este sentido. En su opinión, Kuhn «tiene razón
con la versión popperiana del mismo que no es en casi todos los puntos esenciales frente a sus
el único posible y, desde luego, no lo agota. La críticos». Y más adelante: «Lo asombroso de las
versión de Popper o sus antecesores es, efectiva- afirmaciones y metáforas de Kuhn del tipo men-
mente, insostenible porque con su «imitación de cionadas, no consiste en que describa la conducta
la manera de proceder del matemático» utiliza un de los científicos de modo que excluya todas las
concepto de teoría inadecuado. Pero eso no impli- interpretaciones de esta conducta como suceso ra-
ca el rechazo del contexto de justificación o su ina- cional, sino en que dé siempre en el blanco, a pesar
decuación. Es más, hemos elaborado un nuevo de que no disponía del aparato conceptual que
concepto de teoría que no sólo permite superar posibilitara una comprensión lógica de los proce-
las dificultades a que se veía abocada la «concep- sos por él descritos ».36 Parece que -haypuntos esen-
ción- lingüística», que entendía una teoría como ciales que no han variado. La cita anterior mues-
un conjunto de enunciados, sino que permite una tra que la valoración no puede ser más generosa
mayor comprensión de los fenómenos históricos para Kuhn, pero también que en cuanto a la im-
descritos por Kuhn. Esta fue y es, muy brevemen- portancia y relevancia filosófica de la historia de
te, la postura de los nuevos formalistas que con- la ciencia y del contexto de justificación que el
ciben una teoría científica como constituida bási- propio Kuhn defendía, no ha habido el más míni-
camente por dos conjuntos de modelos: el que mo cambio. Porque atribuir los logros-kuhnianos,
representa la estructura matemática de la teoría como hace StegmüIler en una nota, a la genialidad
y el campo de aplicaciones empíricas de la teoría:'. intuitiva de Kuhn equivale a negárselos al estudio
Para estos filósofos de la ciencia la obra de del contexto de descubrimiento.
Kuhn es sumamente importante, la «más seria» Pero, si aceptamos los presupuestos de Steg-
de la «reacción historicista» a la filosofía de la müIler, cabe preguntarse si lo que resulta real-
ciencia tradicional. Pero si bien es un historiador
35. Ulises Moulines, Exploraciones metacientificas, Ma-
34. Para el nuevo concepto de teoría puede verse Steg- drid, Alianza, 1982, pág. 76.
müller, La concepción estructuralista de las teorias, Madrid, 36. W. Stegmü1ler. «Dinámica de teorías y comprensión
Alianza, 1981. lógica» en Teorema IV (1974) 4, pág. 517.
36 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS? INTRODUCCIÓN 37
mente asombroso no es que Kuhn haya podido más de veinte años un «aparato conceptual» que
hacer historia y.filosofía de la ciencia en su obra, no tenía ningún punto de contacto con la realidad
cuando el aparato conceptual de que disponía -es y que ahora es calificado, con toda naturalidad y
decir, la lógica de la ciencia positivista-popperia- gran distancia, de «simplista» por los nuevos for-
na- lo hacía poco menos que imposible o incom- malistas. ¿No será que no se trata en absoluto de
prensible. ¿No cabe pensar que, por asombroso una cuestión de «competencia» que, naturalmente,
que parezca, tal «aparato conceptual» no es nece- yo supongo a uno y otros?
sario para «dar en el blanco»? Pero en esta valo- Me temo que estamos, o mejor, que seguimos
ración hay otros puntos sorprendentes. Stegmüller ante dos enfoques irreconciliables y que ésta era
afirma que «no se trata de disputar, combatir y y sigue siendo la cuestión. Creo que esto es per-
superar de algún modo las tesis principales de ceptible en el tratamiento de problemas como los
Kuhn, sino que el filósofo de la ciencia ha de to- de la racionalidad o el progreso. En un texto que
mar en consideración y ha de elaborar lógica- podría ayudamos a entender la prevención de
mente los resultados de un competente historia- StegmüIler a que de entrada se dé a leer a los
dor de la ciencia».37¿Por qué es relevante hablar estudiantes la obra de Kuhn, dice el primero: «Es
de la competencia de Kuhn? ¿No nos induce esto evidente que numerosos detalles interesantes de
a planteamos la competencia de los antiguos for- la dinámica de la ciencia sólo pueden ser estudia-
malistas? Porque, naturalmente, también podría dos mediante una combinación de investigaciones
decirse. que lo que resulta asombroso es que los históricas, psicológicas y sociológicas. Lo que aquí
«lógicos de la ciencia» hayan mantenido durante se sostiene es únicamente que con sólo tales es-
tudios no se puede aclarar el carácter racional de
37. W. Stegmüller, ibíd., pág. 536. Añade Stegmüller que la empresa científica... ni responder a la pregunta
dada la falta del aparato conceptual adecuado, es una empre- de si las revoluciones llevan consigo un progreso
sa disparatada que en algunos paises se exija a los jóvenes científico... »38 A algunos lectores puede re~ultar1es
estudiantes interesados en estas cuestiones la lectura y discu-
sión del libro de Kuhn antes que ninguna otra cosa, porque curiosa la expresión «numerosos detalles intere-
al no tener su «genialidad intuitiva» ni sus conocimientos santes». Pero no creo que, aunque lo parezca, se
históricos, casi inevitablemente se formarán en su mente un trate en absoluto de desdén, sino más bien del
«cuadro distorsionado y fantástico de la ciencia y su desa.
rrollo». Pero seguramente, tras los correlativos desmanes pe- mantenimiento de prymisas teóricas persistentes
dagógicos que durante más de veinte años se han cometido que permiten ver la contituidad fundamental del
indoctrinando a los jóvenes con una visión que ahora se reco- «programa lógico».
noce como distorsionada, no se ve por qué tendría que resul-
tar tan lesivo para los jóvenes el leer a un autor que, después
de todo, «siempre da en el blanco». 38. W. Stegmüller, ibfd., pág. 517.
38 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIEN11FICAS? lNTRODUCCIÓN 39
~
42 INTRODUCCI6N 43
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS?
construcción que hace el filósofo no suele ser reco- contexto de justificación, si se quiere delimitarlo
nocida como ciencia, ni por los historiadores de de un modo distinto. Ahora éste ya no excluiría la ~
ésta ni por los propios cientm.cos».50 «psicología y sociología de la investigación», ni se...
identificaría únicamente con el «programa lógi-
co». Podía hacerse metateoría también desde la
x «psicología de la investigación ciep.tm.ca».A la vis-
ta de los hechos, no se ve qué razones puedan per-
Está claro, pues, que nos encontramos ante dos mitir negar esto. Y no están claras las razones
modos de entender la filosofía de la ciencia, y ante
por las que se insiste en la identificación entre
«dos» filosofías de la ciencia. Creo que a lo largo
de la confrontación -cuando ésta se ha reconoci- contexto de justificación y programa lógico. Más
do- se ha deslizado implícitamente un supuesto aún, se hace patente que la necesidad de la meta-
teoría no justifica por sí misma el programa lógico.
que, a mi entender, es incorrecto. Naturalmente
no se puede confundir la historia con la teoría. Es Y, por ~nto, puede ser legítimo plantearse si el
obvio que la filosofía de la ciencia es metateoría. Lo «contexto de justificación», si se entiende al modo
que no es en absoluto obvio es la identificación, tradicional como se sigue haciendo, no necesita
tácitamente supuesa, entre meta teoría y formalis- justificación. Dicho de otro modo, cabe preguntar-
mo, y de éste con el «contexto de justificación». se hasta qué punto con el «nuevo formalismo» se
Recojo. así las dudas que expresaba más arriba ha disminuido o salvado la distancia que separaba
respecto a la total corrección de la interpretación al viejo formalismo del «proceder real de la cien-
usual de la propuesta de Kuhn a Popper, en 1965. cia». Y aquí cabe otra reflexión. Como hemos vis-
Creo que ahora puede resultar claro que no to, los actuales formalistas dan por sentado que
consistía en el abandono del «contexto de justifica- Kuhn «siempre da en el blanco». Esta me parece
ción» o «metateoría» para dedicarse exclusivamen- una apreciación excesivamente generosa y, en el
te al «contexto de descubrimiento». Consistía más el fondo, interesada. Naturalmente, no hace f~lta
bien en la propuesta de reorientar la labor en el decir que comparto el juicio de Stegmilller respec-
to a la competencia de Kuhn como historiador,
50. Loc. cit. en nuestra nota 4~. Sin. .quda podría traerse
a colación el artículo. de' C. Truesdell, «Suppesian Stews pero no se trata de esto. No hace falta mencionar
(1980-1981)>>,en Idiot fugitive essays on science, methods, cri- que los excelentes libros y artículos de historia
ticism, training and circunstances, Springer Verlag, 1984, de la ciencia de Kuhn han sido y son muy discuti-
págs. 504-579, que constituyen un ejemplo de la dificultad dos en muchos puntos, incluso por autores que
anunciada por Kuhn. Pero éste es un brasero, <>más bien un
volcán, en el que no quiero calentarme. mantienen puntos de vista filosóficos muy próxi-
46 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIEN11FICAS? INTRODUCCIÓN 47
....
48 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES cmNTiFICAS? INTRODUCCIÓN 49
identificara el fracaso del concepto de «raciona- modo. distinto al que lo hizo Popper.54Cuando en
lidad» de Popper con la inadecuación del supuesto su diálogo con éste plantea el tema de la raciona-
de que la ciencia es el paradigma de la racionali- lidad y el progreso, dice.así: «Debería ya estar cla-
dad A partir de ahí, pudo separarse de Popper ro que, en último análisis, la explicación debe
y decir coherentemente, y con gran habilidad: ser psicológica y sociológica. Esto es, debe ser
«La ciencia debe ser menos popperiana, es de-. una descripción de un sistema de valores, una ideo-
cir, más irraciona1». El correspondiente éxito logía, junto con un análisis de las instituciones a
y atractivo de Kuhn, y también la exasperación través de las cuales es transmitido y fortalecido.
que ha provocado, se han debido a que precisa- Si sabemos qué es lo que los científicos valoran,
mente él afirma que, a pesar del fracaso de Pop- podemos esperar comprender qué problemas em-
per, no hay ninguna razón adicional para poner prenderán y qué elecciones harán en circunstan-
en cuestión el supuesto de que la ciencia sea el cias específicas de conflicto. Dudo que haya que
paradigma de la racionalidad y el progreso. Más buscar otro.tipo de respuestas».S5
aún, según Kuhn, el enfoque «tercermundista» de y a hemos visto que los nuevos formalistas si-
Popper lleva a «abrir la púerta a las' mayores ar- guen pensando, por el contrario, que «con sólo
bitrariedades». Pero no es menos cierto que, cuan- tales estudios no se puede aclarar el carácter racio-
do se «le defiende» al estilo de Feyerabend, des- nal de la empresa científica... ni responder a la
cribiendo «su» argumento «como una defensa de pregunta de si las revoluciones llevan consigo un
la irracionalidad en la ciencia --comenta- me progreso científico».56Sólo el nuevo formalismo
parece no sólo absurdo sino vagamente obsceno».53 puede proporcionar una «comprensión lógica» de
Es decir, está claro que la obra de Popper no ha los procesos descritos o teorizados por Kuhn, que
cambiaclo la empresa científica pasada o presente, ya hemos visto que se identifican interesadamente
aunque sí quizás algunos prólogos de obras cien- con la ciencia real. Parece que lo que se hace
tíficas actuales. Antes bien, lo que parece claro 54. «Sir Karl ha buscado regularmente procedimientos
ahora es más bien que ni siquiera había observado de evaluación de teorías que puedan ser aplicados con la
atentamente la empresa científica. Por eso Kuhn apodíctica certeza que es característica de las técnicas me-
piensa que lo que hay que hacer es estudiarla aten- diante las que se identifican los errores en la aritmética, en
la lógica, o en la medida. Me temo que está persiguiendo algo
tamente, es decir, estudiar lo que hacen los cien- inalcanzable nacido de la misma combinación de ciencia nor-
tíficos y tratar de entenderlo. Naturalmente de un mal y ciencia extraordinaria que hizo que las contrastaciones
pareciesen un rasgo tan fundamental de la ciencia.» Kuhn, en
Lakatos y Musgrave (comps.), pág. 102.
53. Véase el texto de Kuhn en Lakatos y Musgrave 55. Ibid., pág. 104.
(comps.), pág. 432; también 102 y sigs. 56. W. Stegmüller. Véase nuestra nota 38.
L
50 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CmNTIFICAS? INTRODUCCIÓN 51
aquí es identificar la «racionalidad de la ciencia» es que con sólo la lógica de la ciencia no se puede
con nuestra «comprensión lógica» de ésta, que aclarar el carácter racional o progresivo de la em-
pasa necesariamente por el nuevo formalismo. presa científica.
Este puede ser, sin duda, un sentido y un enfoque
del tema de la «racionalidad». De hecho está muy
próximo al que se mantuvo hasta los sesenta, y XII
es obvio que no puede ser aclarado con las inves-
tigaciones propuestas por Kuhn. Pero lo que no Pero, ¿cómo podemos entender la raciqnalidad
se ve, de nuevo, es que tengan que ver con los .y el carácter progresivo de la ciencia desde el en-
científicos y su empresa. No es, desde luego, la foque de Kuhn? O, más en general, ¿cómo se
racionalidad que utiliza el científico. Más bien estructuran, relacionan y evolucionan las comuni-
pertenece al cielo del «tercer mundo» de Popper, j dades científicas y sus distintos productos cien-
y no está claro qué contacto tenga con las «buenas tíficos? La contestación más inmediata es que
razones» de que hablan Kuhn y Popper, y que todavía 'no hay respuestas claras para estos inte-
maneja el científico para hacer lo que hace, por rrogantes. Empezaron a responderse en E.R.C.
ejemplo para decidir entre teorías. Esto es lo que Pero, como hemos visto, gran parte de las energías
interesa a Kuhn y es lo que propone investigar. de Kuhil se dedicaron a discutir si lo que él recha-
La diferencia no está únicamente en lo que unos zaba debía efectivamente rechazarse y hasta qué
y otros .entienden por filosofía de la ciencia, que punto. Tras diez años de reajuste, algunos filóso-
ya hemos apuntado, sino en lo que entienden por fos de la ciencia declararon el éxito de las conse-
«ciencia». Mientras que para los formalistas sig- cuencias críticas del libro de Kuhn. Medir hasta
nifica un conjunto de productos científicos, de teo- qué punto se ha desarrollado la imagen alternati-
rías, una vez sometidos al formalismo, para Kuhn va de la ciencia que allí se presentaba no resulta
el término «ciencia» refiere un quehacer, una acti- fácil. ¿Cuál es el criterio? Cuando Kuhn publicó
vidad, productora de conocimiento científico, que su libro La teoría del cuerp9 negro y la disconti-
se da a lo largo de la historia y cuyo protagonista nuidad cuántica, 1894-1912, algunos consideraron
fundamental son las comunidades científicas. extraño y maliciosamente significativo que Kuhn
y todo ello apunta a un sentido totalmente rele- no utilizara los conceptos centrales de su filoso-
vante del término «racionalidad» que no puede fía de la ciencia. Posiblemente era, en efecto, un
proporcionar el nuevo programa lógico, ni la signo más de que que no estaban lo suficientemen-
«comprensión lógica» que aporta. Lo que puede te desarrollados. Pero tal vez indique también
justificar una contratesis: lo que aquí se sostiene que, a pesar de los problemas que he planteado al
52 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CmNTIFICAS? INTRODUCCIÓN 53
principio, debamos tomamos en serio, o que en que, en los artículos que presentamos, cuando se
cualquier caso Kuhn ahora se toma en serio, su aborda el núcleo del problema, en los tres casos
afirmación de que la historia y la filosofía de la nos remite al mismo tipo de reflexión e investi-
ciencia pueden y deben hacerse sólo alternativa- gación.
mente.57Y esta última observación se ve apoyada Los que están interesados sobre todo en la
por el hecho de que el último ejemplo que Kuhn historia de la ciencia quizá piensen que, desafor-
utiliza en el primer artículo que aquí presentamos, tunadamente, los críticos de la obra de Kuhn so-
«¿Qué son las revoluciones científicas?», es preci- bre historia de la física cuántica no tenían toda
samente el de Planck, historiado en su libro. En la razón. Es decir, si uno observa la evolución de
mi opinión, y utilizando términos kuhnianos, pue- los intereses de Kuhn, creo que cabe preguntarse
de decirse que Kuhn nos ha proporcionado un si, en este proceso, no hemos ido perdiendo a un
repertorio de «ejemplares», pero que éstos aún no historiador, si no hemos perdido a Kuhn para la
están estructurado s en una «matriz disciplinar». historia de la ciencia. Más aúp., no resulta extraño
Lo único que me atrevo a decir respecto a los que los historiadores y, en general, los interesados
avances en la evolución de Kuhn es que parece en «el proceder real de la ciencia», vieran en E.R.C.
haber ido transformando lb que se presentaba una renovación estimulante, una filosofía de la
como problemas distintos en distintos aspectos de ciencia cuyos problemas y planteamientos les re-
un mismo problema. Mientras que previamente sultaban familiares, útiles y pertinentes. La pre-
nos hab~aba de proyectos de sociología de la cien- gunta es si, tras estos treinta años, no es el caso
cia,S8de programas de ordenador -de los que que también Kuhn se ha ido alejando de la his-
ahora simplemente habla en pasado-, parece ha- toria de la ciencia. Sea como fuere, los artículos
berse producido un progresivo desplazamiento ha- que aquí presentamos constituyen una muestra
cia cuestiones centradas en el lenguaje. Nótese reciente de sus ocupaciones y preocupaciones que
ofrecen una posibilidad más para conseguir una
57. Quizá resulten más desafortunados aún algunos in- lectura «más plausible y coherente» de su obra. El
tentos de someter la historia de una u otra disciplina al apa- lector juzgará.
rato conceptual kuhniano, como si éste fuera o pudiera ser
una maquinaria de la que, se meta lo que se meta, salen sal-
chichas casi igualitas. ANTONIO BELTRÁN
58. Para una respuesta al escepticismo generalizado ante Universidad de Barcelona
la posibilidad de los desarrollos de la sociología de la cien-
cia, puede verse el artículo de Steven Shapin, «History of
science and its sociological reconstructionsJ>, en History
01 Science, xx (1982), págs. 158-21b
1. ¿QUE SON LAS REVOLUCIONES
CIENTIFICAS?
tos requeridos para determinar sus magnitudes. La abrumadora mayoría del avance científico es
El descubrimiento de que el producto de la pre- de este tipo normal acumulativo, pero no multi-
f
sión y el volumen de una muestra dada de un gas plicaré los ejemplos.
era una constante a temperatura constante se aña- Los cambios revolucionarios son diferentes y
día simplemente al conocimiento del modo en que bastante más problemáticos. Ponen en juego des-
se comportaban estas variables ya comprendidas.3 cubrimientos que no pueden acomodarse dentro
3. La expresión «ya comprendido» fue introducida por
de los conceptos que eran habituales antes de que
C. G. Hempel, quien muestra cómo servirá para muchos de se hicieran dichos descubrimientos. Para hacer,
los mismos propósitos que «observacional» en discusiones o asimilar, un descubrimiento tal, debe alterarse
relacionadas con la distinción entre términos teóricos y ob- el modo en que se piensa y describe un rango de
servacionales (véase particularmente, su Aspects of Scientific
Explanation, Nueva York, Free Press, 1965, págs. 208 y sigs. fenómenos naturales. El descubrimiento (en ca-
[Trad. casto de M. Frassineti de Gallo y otros, La explicación ( sos como éstos «invención» puede ser una palabra
científica. Estudios sobre filosofía de la ciencia, Buenos Aires, mejor) de la segunda ley del movimiento de New-
Paidós, 1979, págs. 212 Y sigs.]). Yo adopto la frase porque la
noción de un término ya comprendido es intrínsecamente ton es de' esta clase. Los conceptos de fuerza y
diacrónica o histórica, y su uso dentro del empirismo lógico masa que figuran en esa ley diferían de los que
apunta a áreas importantes de solapamiento entre este en- eran habituales antes de la introducción de la ley,
foque tradicional en la filosofía de la ciencia y el más recien-
te enfoque histórico. En particular, el frecuentemente ele- y la ley misma fue esencial para su definición. Un
gante aparato desarrollado por el empirismo lógico para las segundo ejemplo más completo, aunque más sim-
discusioD¡es sobre la formación de conceptos y la definición plista, nos lo proporciona la transición de la as-
de los términos teóricos puede ser transferido como un todo
al enfoque histórico, y utilizado para analizar la formación tronomía ptolemaica a la copernicana. Antes de
de nuevos conceptos y la definición de nuevos términos, pro- que esta transición tuviera .lugar, el Sol y la Luna
cesos que usualmente tienen lugar en íntima asociación con eran planetas, pero la Tierra no. Después la Tie-
la introducción de una nueva teoría. Un modo más sistemáti-
co de preservar una parte importante de la distinción teóri- rra era un planeta como Marte y Júpiter; el Sol
cofobservacional englobándola en un enfoque diacrónico ha era una estrella; y la Luna era un tipo nuevo de
sido desarrollado por Joseph D.. Sneed, The Logical Structu- cuerpo, un satélite. Cambios de esta clase no fue-
re of Mathematical Physics, Dordrecht, Reidel, págs. 1-64, ron simplemente correcciones de errores indivi-
249-307. Wo1fgang Stegmüller ha clarificado y ampliado el
enfoque de Sneed postulando una jerarquía de términos teó- duales englobados en el sistema ptolemaico. De
ricos en la que cada nivel se introduce dentro de una teoría
histórica particular (The Structure and Dynamics of Theories,
Nueva York, Springer, 1976, págs. 40-67, 196-231. [Trad. casto trigantes con el discutido por Michel Foucault en The Archeo-
de C. Ulises Moulines, Estructura y dindmica de teorías, Bar- logy of Knowledge, traducido por A. M. Sheridan Smith, Nue-
celona, Ariel, 1983, págs. 69-104, págs. 278-327]). El cuadro va York, Pantheon, 1972. [Trad. casto de Aurelio Garzón del
resultante de estratos lingüísticos presenta paralelismos in- Camino, La arqueología del saber, México, Siglo XXI, 1970.]
60 ¿Qtrn SON LAS REVOLUCIONES CIBNTtFICAS? ¿Qtrn SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? 61
un modo similar a la transición a las leyes de parte de esta transición, la que se centra en pro-
Newton del movimiento, esos cambios incluían no blemas del movimiento y de mecánica, e incluso
sólo cambios en las leyes de la naturaleza, sino acerca de ella seré esquemático. Además, mi ex-
también cambios en los criterios mediante los que plicación invertirá el orden histórico y describirá,
algunos términos de esas leyes se conectaban con no lo que los filósofos aristotélicos de la natura-
la naturaleza. Además, esos criterios eran depen- leza necesitaron para llegar a los conceptos new-
dientes, en parte, de la teoría con la que fueron tonianos, sino lo que yo, educado como un newto-
introducidos. niano, necesité para llegar ~ los conceptos. de la
Cuando este tipo de cambio de referentes acom- filosofía aristotélica de la naturaleza. Afirmaré
paña un cambio de ley o de teoría, el desarrollo simplemente que el camino que yo recorrí hacia
científico no puede ser completamente acumula- atrás con la ayuda de textos escritos fue lo sufi-
tivo. No se puede pasar de lo viejo a lo nuevo me- cientemente parecido al que los antiguos cientí-
diante una simple adición a lo que ya era conoci- ficos corrieron hacia adelante sin contar con la
do. Ni tampoco se puede describir completamente ayuda de' ningún texto, con la naturaleza como
lo nuevo en el vocabulario de lo .:viejoo viceversa. única guía.
Consideremos el enunciado compuesto: «En el Leí por primera vez algunos de los escritos de
sistema ptolemaico los planetas giran alrededor de Aristóteles sobre física en el verano de 1947, cuan-
la Tierra; en el copernicano giran alrededor del do era un estudiante graduado de física que inten-
So1». Estrictamente interpretado, ese enunciado taba preparar un estudio sobre el desarrollo de
es incoherente. La primera ocurrencia del término la mecánica con destino a un curso de ciencias
«planeta» es ptolemaica, la segunda copemicana, para personas sin formación científica. No puede
, y ambas se conectan con la naturaleza de manera sorprender que me acercara a los textos de Aris-
diferente. El enunciado no es verdadero en nin- tóteles teniendo muy clara en mi mente la mecá-
guna lectura unívoca del término «planeta». nica newtoniana que había leído. Esperaba res-
Ejemplos tan esquemático.s como éstos sólo ponder a la pregunta de cuánta mecánica había
pueden proporcionar algunos indicios de lo que el sabido Aristóteles y cuánta había dejado para que
cambio revolucionario implica. Así, pues, paso en- la descubrieran gente como Galileo y Newton.
seguida a algunos ejemplos más completos, co- Dada esa formulación, descubrí rápidamente que
menzando con el que hace una generación me Aristóteles no sabía nada de mecánica. Había de-
introdujo a la noción de cambio revolucionario: jado todo a sus sucesores, principalmente los de
la transición de la física aristotélica a la newto- los siglos XVIy XVII.Esta conclusión era corriente,
niana. Aquí sólo puede considerarse una pequeña y podría haber sido correcta en principio. Pero yo
62 ¿Otm SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS? ¿Otm SON LAS REVOLUCIONES cIENT1FICAS? 63
la encontraba turbadora porque, mientras leía sus y sus contemporáneos/as que para mí y los/las
escritos, Aristóteles me parecía no sólo un igno- míos/as.*
rante en mecánica, sino además un físico terrible- Con esta actitud continué esforzóndome por
mente malo. En particular, sus escritos sobre el comprender el texto y al final mis sospechas de-
mostraron estar bien fundadas. Estaba sentado a
movimiento me parecían llenos de errores garra-
mi mesa con el texto de la Física de Aristóteles
fales, tanto en lo que se refiere a la lógica como a la
observación. delante de mí y un bolígrafo de cuatro colores en
la mano. Levantando los ojos miré abstraídamente
Estas conclusiones eran inverosímiles. Después por la ventana de mi habitación y aún retengo la
de todo, Aristóteles había sido el muy admirado imagen visual. Súbitamente, los fragmentos en mi
codificador de la lógica antigua. Durante casi dos cabeza se ordenaron por sí mismos de un modo
milenios después de su muerte, su trabajo desem- 1, nuevo, encajando todos a la vez. Se me abrió la
I
peñó el mismo papel en lógica que el de Euclides boca, porque de pronto Aristóteles me pareció un
en geometría. Además, Aristóteles había demos- físico realmente bueno, aunque de un tipo que yo
trado a menudo ser, como naturalista, un obser- nunca hubiera creído posible. Ahora podía com-
vador extraordinariamente agudo. Especialmente prender por qué había dicho lo que había dicho y
en biología, sus escritos descriptivos proporcio- cuál había sido su autoridad. Afirmaciones que me
naron modelos que fueron fundamentales en los habían parecido previamente grandes errores, aho-
siglos XVIy XVIIpara la emergencia de la tradi- ra me parecían, en el peor de los casos, errores
ción biológica moderna. ¿Cómo era posible que de poca importancia dentro de una tradición po-
su característico talento le hubiera abandonado derosa, y en general fructífera. Este tipo de expe-
¡ riencia -las piezas ordenándose súbitamente por
tan sistemáticamente cuando pasó al estudio del
movimiento y la mecánica? Asimismo, si su ta-
* Tal y como hemos hecho hasta aquí, en el resto de la
lento le había abandonado, ¿por qué sus escritos traducción deberíamos continuar empleando este tipo de
de física habían sido tomados tan seriamente du- recursos, u otros similares, con el fin de respetar la intención
rante tantos siglos después de su muerte? Estas de Kuhn, presente en los tres artículos que traducimos, de
evitar el sexismo. Ahora bien, en castellano este problema
preguntas me preocupaban. Podía creer fácilmente parece de más difícil solución y el resultado sería un texto
que Aristóteles hubiera tropezado, pero no que se bastante recargado. Téngase en cuenta, por ejemplo, que los
hubiera desplomado totalmente al pasar a la físi- adjetivos del inglés, a diferencia de los del castellano, son
neutros, con 10 que en un texto escrito en inglés un porcen-
ca. ¿No podría ocurrir que la culpa fuera mía y taje considerable del problema desaparece. Esta es la única
no de Aristóteles? Quizá sus palabras no siempre razón que nos ha movido a volver a un modo de expresión
habían significado exactamente lo mismo para él más convencional en 10 sucesivo. [T.]
64 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? 65
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES cmNT1FICAS?
sí mismas y apareciendo juntas de un modo nue- rísticas básicas que son relevantes para el recono-
vo- es la primera característica general del cam- cimiento y análisis del movimiento deben aplicar-
bio revolucionario que distinguiré después de una se a todos los tipos de cambio. En cierto sentido
consideración adicional de ejemplos. Aunque las esto no es meramente metafórico; se considera que
revoluciones científicas dejan mucho trabajo de todas las variedades de cambio son semejantes, es
limpieza que es necesario hacer poco a poco, el decir, que constituyen una familia natural única!
cambio fundamental no puede experimentarse de Un segundo aspecto de la física aristotélica
este modo, paso a paso. Por el contrario, implica -más difícil de reconocer e incluso más impor-
una transformación relativamente súbita y sin es- tante -es el papel fundamental que desempeñan
tructura en la que una parte del flujo de la expe- las cualidades en su estructura conceptual. Con
riencia se ordena por sí misma de una forma dife- ello no quiero decir simplemente que se proponga
rente y manifiesta pautas que no eran visibles an- explicar la cualidad y el cambio de cualidad, pues
teriormente. otros tipos de física han hecho esto. Me refiero a
Para concretar más todo esto, permítanme ilus- que la físiea aristotélica invierte la jerarquía onto-
trar algo de lo que estaba contenido en mi descu- lógica de materia y cualidad que ha sido habitual
brimiento de un modo de leer la física aristotélica desde la mitad del siglo XVII.En la física newto-
que daba sentido a los textos. Una primera ilus- niana, un cuerpo está constituido por partículas
tración será familiar para muchos y muchas de de materia, y sus cualidades son una consecuencia
ustedes. Cuando el término «movimiento» aparece del modo en que esas partículas están dispuestas,
en la' física aristotélica, se refiere al cambio en se mueven e interaccionan. Por el contrario, en
general, no sólo al cambio de posición de un cuer- la física de Aristóteles la materia es casi prescin-
po físico. El cambio de posición, que es el objeto dible. Es un sustrato neutral que está presente
exclusivo de la mecánica para Galileo y Newton, dondequiera que un cuerpo pueda estar, lo cual
es para Aristóteles sólo una de las varias subca- significa dondequiera que haya espacio o lugar.
tegorías del movimiento. Otras incluyen el creci- Un cuerpo particular, una sustancia, existe en cual-
miento (la transformación de una bellota en un quier lugar en donde este sustrato neutral, una
roble), las alteraciones de intensidad (el calenta-
miento de una barra de hierro) y varios cambios 4. Para todo esto véase la Física de Aristóteles, Libro V,
capítulos 1-2 (224a21-226b16). Nótese que Aristóteles tiene,
cualitativos más generales (la transición de la en- de hecho, un concepto de cambio que es más amplio que el
fermedad a la salud). Por consiguiente, aunque de movimiento. Movimiento es cambio de sustancia, cambio
Aristóteles reconoce que las varias subcategorías de algo a algo (225a1). Pero el cambio también incluye la ge-
neración y corrupción, es decir, cambio de la nada a algo y
no son iguales en todos los aspectos, las caracte- de algo a la nada (225a34-225b9), y estos no son movimientos.
66 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? 67
especie de esponja, esté lo suficientemente impreg- cificarse es la posición del objeto o, utilizando la
nado de cualidades (calor, humedad, color, etc.), terminología de Aristóteles, su lugar. La posición
como para darle identidad individual. El cambio es así, como la humedad o la calidez, una cualidad
tiene lugar mediante la transformación de las cua- del objeto, que cambia cuando el objeto se mueve
lidades, no de la materia; eliminando algunas o es movido. Por consiguiente, para Aristóteles el
cualidades de una materia dada y reemplazándolas movimiento local (movimiento tout court en el
por otras. Hay incluso algunas leyes de conserva- sentido de Newton) es un cambio-de-cualidad o
ción implícitas que las cualidades deben aparente- cambio-de-estado, en lugar de ser un estado como
mente obedecer.s lo es para Newton. Pero es precisamente el hecho
La ñsica de Aristóteles manifiesta otros aspec- de ver el movimiento como un cambio-de-cualidad
tos similarmente generales, de los cuales algunos lo que permite su asimilación a todos los demás
son de gran importancia. Sin embargo, yo avan- tipos de cambio: por ejemplo, de bellota a roble
zaré hacia las cuestiones que me interesan partien- o de enfermedad a salud. Esa asimilación es el
do de estos dos, y recogeré al pasar otro bien cono- aspecto de la ñsica de Aristóteles con el que em-
cido. Lo que quiero ahora empezar a sugerir es pecé, y podría igualmente haber recorrido el cami-
que esos y otros aspectos del punto de vista de no en la otra dirección. La concepción del movi-
Aristóteles, cuando son reconocidos, comienzan a miento-como-cambio y la concepción de una ñsica
unirse, a prestarse apoyo entre sí y así adquieren cualitativa resultan ser nociones profundamente
colectivamente una especie de sentido del que ca- interdependientes, casi equivalentes, y éste es un
recen' considerados individualmente. La primera primer ejemplo del ajuste o cohesión de las partes.
vez que. logré comprender el texto de Aristóteles, Ahora bien, si todo eso está claro, entonces
las nuevas piezas que he descrito y el sentido de otro aspecto de la ñsica de Aristóteles -uno que
su ajuste coherente emergieron a la vez. por lo general parece ridículo si se lo considera
Comencemos con la noción de una ñsica cuali- aisladamente- comienza también a cobrar senti-
tativa que acaba de esbo~arse. Cuando se analiza do. La mayoría de los cambios de cualidad, sobre
un objeto particular especificando las cualidades todo en el reino orgánico, son asimétricos, al me-
que han sido impuestas sobre la omnipresente ma- nos cuando se producen sin intervención exterior.
teria neutra, una de las cualidades que deben espe- Una bellota se desarrolla naturalmente en un ro-
ble, no viceversa. Un hombre enfermo a menudo
5. Compárese la Física de Aristóteles, Libro V, y espe- sana por sí mismo, pero se necesita, o se cree que
cialmente su Sobre la generación y corrupción, Libro 11, ca- se necesita, un agente externo para que enferme.
pítulos 14. Un conjunto de cualidades, un punto final del cam-
68 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
r
I ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS?
Ha más allá de la cual no hay nada en absoluto, ni Estas observaciones, aunque simplificadas e
espacio ni materia. También esta doctrina puede incompletas, deberían ilustrar suficientemente el
parecer prescindible; pero expandir la esfera este- modo en que la ñsica aristotélica divide y des-
lar hasta el infinito crearía problemas a la astro- cribe el mundo fenoménico. Además, y esto resul-
nomía, puesto que las rotaciones de esa esfera ta más importante aún, deberían indicar cómo las
mueven las estrellas alrededor de la Tierra. Otra piezas de esa descripción encajan para formar un
dificultad, más fundamental, es anterior a esta úl- todo integral que tuvo que romperse y reformarse
tima. En un universo infinito no hay centro -cual- en el camino hacia la mecánica newtoniana. En
quier punto puede ser considerado como el cen- lugar de ampliadas más, procederé inmediatamen-
tro- y, por consiguiente, no hay ninguna posi- te con un segundo ejemplo, retornando al comien-
ción natural en la que las piedras y otros objetos zo del siglo XIXpara este propósito. El año 1800
pesados puedan realizar sus cualidades naturales. es notable, entre otras cosas, por ser el año en que
O para decir lo mismo con otras palabras, que son Volta descubrió la batería eléctrica. El descubri-
las que Aristóteles realmente emplea, en un vacío miento fue anunciado en una carta dirigida a sir
un cuerpo no podría saber la localización de su Joseph Banks, presidente de la Royal Society.~ La
lugar natural. Precisamente por estar en contacto carta estaba destinada a la publicación e iba acom-
con todas las posiciones en el universo a través pañada por la ilustración reproducida aquí como
de una cadena de materia intermedia, un cuerpo figura 1. Desde un punto de vista moderno hay
puede encontrar su camino hacia el lugar donde algo peculiar en ella, si bien incluso los historia-
sus cualidades naturales se realizan completa- dores o historiadoras raramente notan esta pecu-
mente. La presencia de la materia es lo que pro- liaridad. Mirando a cualquiera de las llamadas
porciona estructura al espacio.7 Así, pues, tanto «pilas» (de monedas) en la parte inferior del dia-
la teoría de Aristóteles del movimiento local na- grama, se ve, leyendo hacia arriba desde la parte
tural como la astronomía geocéntrica antigua se inferior derecha, un disco de zinc, Z, luego un dis-
ven amenazadas por un ataque a la doctrina de co de plata, A, luego un trozo de .papel secante
Aristóteles del vacío. No hay ningún modo de humedecido, luego un segundo disco de zinc, y así
«corregir» las ideas de Aristóteles sobre el vacío
sin reconstruir la mayor parte del resto de su 8. Alessandro Volta, cOn the Electricity Excited by the
ñsica. mere Contact of Conducting Substances of Different Kinds.,
Philosophical Transactions, 90 (1800), 403-431. Sobre este
7. Para éste y otros argumentos estrechamente relaciona- tema, véase T. M. Brown, «The Electric Current in Early
dos, véase Aristóteles, Física, Libro IV, capítulo 8 (especial- Nineteenth-Century French Physics., Historical Studies in
mente 214b27-215a24). the Physical Sciences, 1 (1969),61-103.
72 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNTtPICAS? ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNTtPICAS? 73
rial conductor de una sección transversal dada, se por primera vez el problema del cuerpo negro en
medía por la longitud más corta que el material 1900 utilizando un método clásico desarrollado.
podía tener sin fundirse cuando era conectado a por el físico austríaco Ludwig Boltzmann. Seis
un voltaje dado. Es posible medir la resistencia años más tarde se encontró en su derivación
concebida de esta forma, pero los resultados no un error pequeño pero crucial, y uno de sus ele-
son compatibles con la ley de Ohm. Para conseguir mentos centrales debió someterse a revisión. Cuan-
resultados que lo sean debe concebirse la batería do esto se llevó a cabo, la solución de Planck fun-
y el circuito utilizando un modelo más hidrostáti- cionó, pero rompió radicalmente con la tradición.
co. La resistencia debe convertirse en algo similar A la larga, esta ruptura se generalizó, y provocó
a la resistencia por fricción que se opone al flujo la reconstrucción de buena parte de la física.
de agua en tubos. La asimilación de la ley de Ohm Comencemos con Boltzmann, quien había con-
requería un cambio no acumulativo de este tipo, y siderado la conducta de un gas concebido como
esto forma parte de lo que hizo que esta ley fuera una colección de muchas moléculas diminutas mo-
tan difícil de aceptar para mucha gente. Dicha ley viéndose 'de manera rápida y desordenada en el
ha proporcionado durante algún tiempo un ejem- interior de un recipiente, y colisionando frecuen-
plo habitual de un importante descubrimiento que temente entre sí y con las paredes del recipiente.
inicialmente fue rechazado o ignorado. A partir del trabajo de otros, Boltzmann conocía
Terminó aquí mi segundo ejemplo y paso en la velocidad media de las moléculas (más exacta-
seguida. al tercero, que es, a la vez, más moderno mente, la media del cuadrado de sus velocidades).
y más técnico que los precedentes. Es, en esen- Pero, por supuesto, muchas de las moléculas se
cia, discutible, porque se relaciona con una nueva movían mucho más lentamente que la media y
versión de los orígenes de la teoría cuántica, aún otras mucho más rápidamente. Boltzmann quería
no aceptada comúnmente.IO Su tema es el trabajo saber qué proporción de ellas se movían con, di-
de Max Planck sobre el llamado problema del cuer- gamos, 1/2 de la velocidad media, qué proporción
po negro, y su estructura puede ser útilmente an- con 4/7 de la media, y así sucesivamente. Ni esa
ticipada de la manera siguiente. Planck resolvió pregunta ni la respuesta que encontró eran nue-
vas. Pero Boltzmann llegó a la respuesta por un
10. Para la versión completa y la evidencia que la apoya, camino nuevo, utilizando la teoría de la probabi-
véase mi Black-Body Theory and the Quantum Discontinuity, lidad, y ese camino fue fundamental para Planck,
1894-1912, Oxford y Nueva York, Clarendon and Oxford Uni-
versity Press, 1978. [Trad. casto de Miguel Paredes Larruces, a partir de cuyo trabajo se ha convertido en algo
La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica, 1894- habitual.
1912, Madrid, Alianza, 1980.] Sólo un aspecto del método de Boltzmann nos
80 ¿Qué SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? 81
¿Qué SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS?
interesa ahora. El consideró la energía cinética to- viamente por él mismo y otros empleando medios
tal E de las moléculas, y para permitir la introduc- más problemáticos.
ción de la teoría de la probabilidad subdividió Ese modo de resolver el problema se inventó
mentalmente esa energía en pequeñas celdillas o en 1877, Y veintitrés años más tarde, a fines de
elementos de tamaño E, como los representados 1900, Max Planck lo aplicó a un problema que pa-
en la figura 5. Luego imaginó una distribución al recía ser bastante diferente, la radiación del cuer-
po negro. Físicamente, el problema consiste en ex-
plicar cómo cambia el color de un cuerpo con la
o E temperatura al calentado. Piénsese por ejemplo
en la radiación de una barra de hierro, la cual,
cuando la temperatura aumenta, primero emite
calor (radiación infrarroja), luego se pone incan-
descente, y posteriormente pasa a un blanco bri-
II II I I I I II I I III
llante. Para analizar esta situación, Planck imaginó
o I111111111111111
t II I I I . ti I II II
E
--
,,
'E'
un recipiente o cavidad lleno de radiación, esto es,
luz, calor, ondas de radio, etc. Además, supuso que
la cavidad contenía un gran número de lo que
azar de moléculas entre esas celdillas, extrayendo llamó «resonadores» (estos pueden imaginarse
papeletas numeradas de una urna para especificar como diminutos diapasones, cada uno de los cua-
la asignación de cada molécula y excluyendo todas les es sensible a la radiación de una frecuencia y
las distribuciones con enegía total diferente de E. no a la de otras). Estos resonadores absorben ener-
Por ejemplo, si la"primera molécula era asignada gía de la radiación, y la pregunta de Planck fue:
a la última celdilla (energía E), entonces la única ¿cómo depende la energía absorbida por cada re-
distribución aceptable sería la que asignara todas sonador de su frecuencia? ¿Cuál es la distribución
las otras moléculas a la primera celdilla (ener- de frecuencias de la energía en los resonadores?
gía O). Está claro que esta distribución particular Así planteado, el problema de Planck era muy
es muy improbable. Es mucho más probable que similar al de Boltzmann, y Planck aplicó así las
la mayoría de las moléculas tengan una energía técnicas probabilistas de éste. Hablando en térmi-
apreciable, y utilizando la teoría de la probabili- nos generales, Planck utilizó la teoría de la proba-
dad puede calcularse cuál es la distribución más bilidad para calcular la proporción de resonadores
probable de todas. ,w!oltzmann mostró cómo ha- que se asignaba a cada una de las distintas celdi-
cedo, y su resultado fue idéntico al obtenido pre- llas, de la misma manera que Boltzmann había
82 ¿QuÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTfFICAS?
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES cIENTfFICAS? 83
~
de energía». Ahora, en 1909, comenzó a hablar re-
gularmente, en su lugar, del «cuanto de energía»,
pues «cuanto», tal y como se utilizaba en la física
o E alemana, era un elemento separable, una entidad
---
e
similar a un átomo que podía existir por sí misma.
Mientras que E había sido simplemente el tamaño
de una subdivisión mental, no había sido un cuan-
de una clase familiar de entidad gobernada por . to sino un elemento. También en 1909 Planck aban-
leyes clásicas ordinarias a una extraña criatura donó la analogía acústica. Las entidades que había
cuya misma existencia es incompatible con los introducido como «resonador» ahora se" con-
modos tradicionales de hacer física. Como es bien virtieron en «osciladores», un término neutral que
sabido, cambios del mismo tipo tuvieron lugar du- sólo se refiere a cualquier entidad que vibra regu-
rante otros veinte años a medida que se iban des- larmente. Por contraste, «resonador» se refiere en
cubriendo fenómenos no clásicos similares en otras primer lugar a una entidad acústica, o por exten-
partes 4el campo. sión a un vibrador que responde de manera gra-
No intentaré discutir esos cambios posteriores; dual a la estimulación, aumentando y disminuyen-
en su lugar, concluiré este ejemplo, el último, do su vibración con el estímulo aplicado. Para uno
apuntando otro tipo de cambio que tuvo lugar con que creía que la energía cambia de manera di s-
el trabajo de Planck. Al discutir los ejemplos an- continua, «resonador» no era un término precisa-
teriores señalé que las revoluciones iban acompa- mente apropiado, y Planck lo abandonó a partir
ñadas por cambios en el modo en que términos de 1909.
como «movimiento» o «elemento de batería» se Este cambio de vocabulario concluye mi tercer
conectaban con la naturaleza. En este último ejem- ejemplo. En vez de dar otros concluiré esta dis-
plo tuvo lugar realmente un cambio en las pala- cusión investigando qué características del cam-
bras mismas, un cambio que subraya esas carac- bio revolucionario manifiestan los ejemplos pro-
terísticas de la situación física que la revolución puestos. Las respuestas pueden clasificarse en tres
había hecho más importantes. Cuando Planck se apartados y seré relativamente breve sobre cada
persuadió por fin, alrededor de 1909, de que la uno de ellos. No estoy lo suficientemente prepara-
86 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIEN'I1FICAS? 87
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
do como para proporcionar la extensa discusión de la corriente, el papel del circuito externo, el
que requieren. concepto de resistencia eléctrica, etc., deben cam-
Un primer conjunto de características compar- biarse también. O, insistiendo en este punto, en
tidas se mencionó casi al comienzo de este artícu- el caso de la física aristotélica no puede simple-
i lo. Los cambios revolucionarios son en un sentido
holistas. Esto es, no pueden hacerse poco a poco,
mente descubrirse que un vacío es posible o que
el movimiento es un estado, no un cambio-de-es-
paso a paso, y contrastan así con los cambios nor- tado. Una imagen integrada de varios aspectos de
males o acumulativos, como por ejemplo el des- la naturaleza tiene que cambiarse a la vez.
cubrimiento de la ley de Boyle. En el cambio nor- Una segunda característica de estos ejémplos
mal, simplemente se revisa o añade una única ge- está estrechamente relacionada con la primera.
neralización, permaneciendo idénticas todas las Es la que en el pasado he descrito como cambio
demás. En el cambio revolucionario, o bien se vive de significado y que aquí he estado describiendo
con la incoherencia o bien se revisan a un tiempo de una manera un poco más específica, como un
varias generalizaciones interrelacionadas. Si estos cambio en el modo en que las palabras y las frases
mismos cambios se introdujeran paso a paso, no se relacionan con la naturaleza, es decir, un cam-
habría ningún lugar intermedio en el que pararse. bio en el modo en que se determinan sus referen-
Sólo los conjuntos de generalizaciones inicial y tes. Sin embargo, incluso esta versión es un poco
final proporcionan una explicación coherente de demasiado general. Como estudios recientes sobre
la naturaleza e incluso en mi último ejemplo, que la referencia han resaltado, todo lo que se conoce
es el más aproximadamente acumulativo de los de los referentes de un término puede ser útil
tres, no se puede simplemente cambiar la descrip- para relacionar ese término con la naturaleza. Una
ción del elemento de energía E. Debe cambiarse propiedad recién descubierta de la electricidad,
además la noción de resonador, pues los resona- de la radiación, o de los efectos de la fuerza sobre
dores, en cualquier acepción normal del término, el movimiento puede ser necesaria en lo sucesivo
no pueden comportarse como entidades que sólo (junto con otras, usualmente) para determinar la
admiten valores discretos de energía. Simultánea- presencia de la electricidad, de la radiación o la
mente, para permitir esta nueva conducta deben fuerza, y así identificar los referentes del término
cambiarse las leyes de la mecánica y de la teoría correspondiente. No es necesario que estos descu-
electromagnética, o al menos intentado. Del mis- brimientos sean revolucionarios, y por lo general
no lo son. También la ciencia normal altera el
mo modo, en el segundo ejemplo no se puede sim-
plemente cambiar la idea del orden de los com- modo en que los términos se relacionan con la
ponentes de un elemento de batería. La dirección naturaleza. Por consiguiente, lo que caracteriza
88 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS?
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENT:tFICAS? 89
a las revoluciones no es simplemente el cambio en vantes para la categorización, sino también del
el modo en que se determinan los referentes, sino modo en que objetos y situaciones dadas son dis-
una clase de cambio aún más restringida. tribuidos entre las categorías preexistentes. Ya
Cuál es el mejor modo de caracterizar esa da- que tal redistribución afecta siempre a más de
se restringida de cambio es uno de los problemas una categoría, y ya que esas categorías se interde-
que me ocupan actualmente, pero no tengo una finen, esta clase de alteración es necesariamente
solución completa. Sin embargo, hablando en tér- holista. Este holismo, además, está enraizado en
minos generales, el carácter distintivo del cambio
a
/"
_ revolucionario en el lenguaje es que altera no sólo
los criterios con los que los términos se relacionan
la naturaleza del lenguaje, pues los criterio~ rele-
vantes para la categorización son ipso tacto crite-
rios que relacionan los nombres de esas catego-
con la naturaleza; altera además, considerable- rías con el mundo. El lenguaje es una moneda con
mente, el conjunto de objetos o situaciones con dos caras: una mira hacia afuera, al mundo; la
los que se relacionan esos términos. Ejemplos de otra hacia dentro, al reflejo del mundo en la es-
movimientos que habían sido paradigmáticos para tructura referencial del lenguaje.
Aristóteles -de bellota a roble, y de enfermedad a Pasemos ahora a la última de las tres caracte-
salud-, no eran movimientos en absoluto para rísticas compartidas por mis tres ejemplos. Es la
Néwton. En la transición, una familia natural dejó que más me ha costado ver de las tres, pero ahora
de ser natural; sus miembros fueron redistribui- parece la más obvia y probablemente la que tiene
dos entre conjuntos preexistentes; y sólo uno de más consecuencias. Asimismo, es la que más val-
ellos cónservó el nombre antiguo. Asimismo, lo dría la pena explorar en profundidad. Todos mis
que había sido el elemento unidad de la batería de
Volta ya no era el referente de ningún término cua-
renta años después de su invención. Aunque los su-
cesores de Volta se ocupaban aún de metales, líqui-
ejemplos implican un cambio esencial de modelo,
metáfora o analogía: un cambio en la noción de
qué es semejante a qué, y qué es diferente. Algu-
3
nas veces, como en el ejemplo de la física de Aris-
dos y el flujo de carga, las unidades de sus análisis tóteles, la semejanza es interior al tema. Así, para
eran diferentes y se interrelacionaban de forma di- los aristotélicos, el movimiento era un caso espe-
ferente.
cial de cambio, de modo que la piedra que cae era
Así, pues, lo que caracteriza a las revoluciones oomo el roble que crece, o como la persona reco-
es el cambio en varias de las categorías taxonó- brándose de una enfermedad. Esa es la pauta de
1 micas que son el requisito previo para las descrip- semejanzas que hace de estos fenómenos una fa-
I ciones y generalizaciones científicas. Además, ese milia natural, que los sitúa en la misma categoría
cambio es un ajuste no sólo de los criterios rele- taxonómica, y que tuvo que ser sustituida en el
90 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
T
¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES cIENT1FICAS? 91
Por una parte, el estudiante aprende qué significan resistencia opuesta por el lenguaje. La violación
esos términos, qué características son relevantes o distorsión de un lenguaje científico que previa-
para relacionadas con la naturaleza, qué cosas no mente no era problemático es la piedra de toque
pueden decirse de ellos so pena de contradicción, de un cambio revolucionario.
etc. Además, el estudiante aprende qué categorías
de cosas pueblan el mundo, cuáles son sus caracte-
rísticas sobresalientes, y algo acerca de la conduc-
ta que les es permitida y acerca de la que se les
prohíbe. En la mayoría del proceso de aprendizaje
dellénguaje estas dos clases de conocimiento -co-
nocimiento de palabras y conocimiento de la natu-
raleza- se adquieren a la vez; en realidad no son
en absoluto dos clases de conocimiento, sino dos
caras de una sola moneda que el lenguaje propor-
ciona.
La reaparición de este carácter bifronte que el
lenguaje posee proporciona un final apropiado a
este artículo. Si tengo razón, la característica esen-
cial de las revoluciones científicas es su alteración
del conocimiento de la naturaleza intrínseco al
lenguaje mismo, y por tanto anterior a todo lo que
puede ser completamente descriptible como una
descripción o una generalización, científica o de
la vida diaria. Para introducir en la ciencia el va-
cío o el movimiento lineal infinito se requerían
info~es observacionales que sólo podían formu-
larse alterando el lenguaje con el que se describía
la naturaleza. Hasta que ocurrieron esos cambios
el mismo lenguaje resistía la invención e introduc-
ción de las codiciadas teorías nuevas. Considero
que lo que indujo a Planck a cambiar «elemento»
y «resonador» por «cuanto» y «oscilador» fue esta
-
2. CONMENSURABILIDAD,COMPARABILIDAD
y COMUNICABILIDAD
1
/ Q8J...
mente se interdefinen) y con los enunciados que vitablemente en el transcurso del tiempo cuando
los contienen.'\La afirmación de que dos teorías cambian las demandas sobre los términos que los
son inconmensurables es más modesta de lo que poseen. Es sencillamente poco plausible que algu-
la mayor parte de sus críticos y críticas ha su- nos términos cambien sus significados cuando se
puesto. t' transfieren a una nueva teoría sin infectar los tér-
Llamaré «inconmensurabilidad local» a esta minos transferidos con ellos. Lejos de suministrar
versión modesta de la inconmensurabilidad. En la una solución, la frase «invariancia del significado»
medida en que la inconmensurabilidad era una sólo puede proporcionar un nuevo ámbito para el
afirmación acerca del lenguaje, o sea, acerca del problema planteado por el concepto de inconmen-
cambio de significado, su forma local es mi ver- surabilidad. Esta dificultad es real, no el producto
sión original. Si puede sostenerse consistentemen- de un malentendido. Volveré a ella al final de est~
te, entonces la primera línea de crítica dirigida a artículo, y entonces resultará que «significado» no
_la inconmensurabilidad debe fracasar. Los térmi- es el mejor encabezamiento para una discusión
nos que preservan sus significados a través de un sobre in~onmensurabilidad. Sin embargo, no tene-
cambio de teoría proporcionan una base suficiente mos hoy en día ninguna alternativa más adecuada.
para la discusión de las diferencias, y para las com- Para buscar una, paso ahora a la segunda línea
paraciones que son relevantes en la elección de principal de crítica que se dirige habitualmente a
teorías.s Proporcionan incluso, como veremos, una la inconmensurabilidad. Esta línea de crítica so-
base para explorar los significados de los térmi- brevive al retorno a la versión local, la cual era la
nos inconmensurables. versión original de esa noción.
Sin embargo, no es claro que la inconmensu-
rabilidad pueda restringirse a una región local.
En el estado actual de la teoría del significado, la 2.2. TRADUCCIÓN FRENTE A INTERPRETACIÓN
distinción entre términos que cambian de signifi-
cado y aquellos que lo preservan es, en el mejor Si algunos términos no vacuos de una teoría
de los casos, difícil de explicar o aplicar. Los sig- más antigua eluden la traducción al lenguaje de
nificados son productos históricos, y cambian ine- su sucesora, ¿cómo pueden los historiadores y de-
más analistas tener tanto éxito al reconstruir o
5. Nótese que estos términos no son independientes de interpretar esa teoría más antigua, incluyendo el
la teoría, sino que sencillamente se usan de la misma manera
en las dos teorías en cuestión. Se sigue que la contrastación
uso y función de aquellos mismos términos? Los
>- es un proceso que compara dos teorías, no un proceso que historiadores afirman que es posible producir in-
pueda evaluar teorías por separado. terpretaciones que tengan éxito, y los antropófo-
102 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS?
CONMBNSURABILIDAD 103
,~
gos,"'en una empresa estrechamente relacionada,
encierra 1dos procesos distinguibles.La filosofía
afirman lo mismo. Aquí yo sencillamente adoptaré analítica actual se ha concentrado exclusivamente
como premisa que sus afirmaciones están justifi-
cadas, que la extensión con que esos criterios pue- en uno de ellos y lo ha confundido con el otro.
Para evitar confusiones seguiré la costumbre re-
den satisfacerse no tiene límites, en principio. Sean
ciente, empleando «traducción» para designar el
correctos o no, y yo pienso que lo son, esos supues-
tos son en cualquier caso fundamentales en los primero de estos procesos e «interpretación» para
argumentos dirigidos a la inconmensurabilidad por designar el segundo. No obstante, con tal de que
se reconozca la existencia de dos procesos, no hay
críticos tales como Davidson (1974, pág. 19), Kit-
cher (1978, págs. 519-529)y Putnam (1981, pág. 116 nada en mi argumento que dependa de lá preser-
[pág. 121]). Los tres esbozan la técnica de mter- vación del término «traducción» para el primer
proceso.
pretación; todos describen su resultado como una
traducción o un esquema de traducción; y todos Así pues, para nuestros propósitos, la traduc- - I
concluyen que su éxito es incompatible incluso con ción es algo efectuado por una persona que sabe
la inconmensurabilidad local. Al intentar ahora dos idiomas. Al enfrentarse con un texto, oral o
mostrar cuál es la dificultad en sus argumentos, escrito, en uno de estos idiomas, el traductor
paso a lo que son las preocupaciones fundamen- sustituye sistemáticamente palabras o secuencias
tales de este artículo. de palabras en el texto por palabras o secuen-
El argumento, o esbozo de argumento, que cias de palabras en el otro idioma, a fin de
acabo de proporcionar depende esencialmente de producir un texto equivalente. Por el momento,
~ la ecuación entre interpretación y traducción. Se qué significa ser un «texto equivalente» puede per-
puede seguir la pista de esta ecuación, como mí- manecer sin especificar. Tanto igualdad de signi-
'"nimo, hasta Palabra y objeto, de Quine. Creo que ficado como igualdad de referencia son desiderata
está equivocada y que el error es importante. Yo obvios, pero no recurro a ellos aún. Vamos a decir
-mantengo que la interpretación -un proceso so- simplemente que el texto traducido cuenta más o
~ bre el que tendré algo más que decir- es distinta menos la misma historia, que presenta más o me-
de la traducción, al menos tal como la traducción nos las mismas ideas, o que describe más o menos
la misma situación que el texto del cual es una
se entiende en la mayor parte de la filosofía recien- traducción.
te. La confusión es fácil porque la traducción real Dos características de la traducción así conce-
contiene a menudo, o quizá siempre, al menos un
pequeño componente interpretativo. Pero en este bida requieren un énfasis especial. En primer lu-
caso es necesario considerar que la ----
traducción real gar, la lengua en la que se expresa la traducción
existía antes de que la traducción comenzara. Esto
104 ¿ QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CmNTIFICAS? CONMENSURABILIDAD 105
es, el hecho de la traducción no ha cambiado los y suponiendo durante todo el proceso que se pue-
significados de palabras o frases. Naturalmente, de extraer un sentido de la conducta aparentemen-
puede haber aumentado el número de referentes te lingüística, la persona que interpreta busca ese
conocidos de un término dado, pero no ha alte- sentido, se esfuerza por inventar hipótesis que ha-
rado el modo en que esos referentes, antiguos y gan inteligible la proferencia o inscripción, como
nuevos, se determinan. Una segunda característica por ejemplo que «gavagai» significa: «Mirad, un
está estrechamente relacionada con ésta. La tra-
conejo». Si tiene éxito, lo que él ha hecho en pri-
~ ducción consiste sólo en palabras y frases que
mera instancia es aprender una lengua- nueva,
reemplazan (no necesariamente una a una) pa-
labras y frases del original. Las glosas y los quizá la lengua en la que «gavagai» es un término,
prefacios de los traductores no forman parte o quizás una versión más antigua de su propia len-
de la traducción, y una traducción perfecta no los gua, una en la que términos aún usuales, como
necesitaría en absoluto. Si a pesar de todo hacen «fuerza» y «masa» o «elemento» y «compuesto»
falta, necesitamos preguntar por qué. No hay duda funcion~ban de forma diferente. Si esta lengua
de que estas características de la traducción pare- puede traducirse a aquella con la que él co- I
cen idealizaciones, y seguramente lo son. Pero la menzó es una cuestión discutible. Aprender una
idealización no es mía. Ambas características deri- nueva lengua no es lo mismo que traducir de ella
van directamente, entre otras fuentes, de la natu- a la propia. Tener éxito en lo primero no implica
raleza y,función de, un manual de traducción qui- necesariamente que también se vaya a obtener éxi-
neano. to en lo segundo. ..
Volvamos ahora a la interpretación. Es una em- Precisamente respecto a estos problemas, los
presa exigida por la historia y la antropología, en- ejemplos de auine son consecuentemente erróneos
tre otras disciplinas. A diferencia de la persona porque confunden interpretación y traducción. ..
que traduce, puede que la que efectúa la interpre- Para interpretar la proferencia «gavagai» no es ne-\
tación domine inicialmente sólo una lengua. Al cesario que el antropólogo o antropóloga imagi-
principio, el texto sobre el que trabaja consiste, nario de auine proceda de una comunidad de ha-
total o parcialmente, en ruidos o inscripciones blantes familiarizados con los conejos y que posea
ininteligibles. El «traductor radical» de auine es, una palabra que se refiera a ellos. En lugar de des-
de hecho, alguien que efectúa una interpretación, cubrir un término que corresponda a «gavagai»,
y «gavagai» ejemplifica el material ininteligible el antropólogo o intérprete podría aprender el
con el que comienza. Observando la conducta y las término indígena de una forma muy parecida
circunstancias que rodean la producción del texto, a como aprendió algunos términos de su propia
106 CONMBNSURABILIDAD 107
¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNTIFICAS?
lengua, en una etapa anterior.6 Esto es, él pue- Sin embargo, las circunstancias podrían ser di-
de aprender a reconocer las criaturas que evo- ferentes. Podría no existir una descripción en cas-
can «gavagai» a los indígenas, y frecuentemen- tellano que tenga el mismo referente que el tér-
te así lo hace. En lugar de traducir, él puede mino indígena «gavagai». Al aprender a reconocer"
simplemente aprender a reconocer el animal y em- gavagais, la persona que efectúa la interpretación I
plear el término que emplean los indígenas. puede haber aprendido a reconocer características ~
Por supuesto, la disponibilidad de esa alterna- distinguibles que son desconocidas para' las per- I
tiva no excluye la traducción. La persona que lleva
a cabo la interpretación no puede, por razones
sonas que hablan el castellano, y para las que el
castellano no proporciona ninguna terminología
\
previamente explicadas, limitarse a introducir el descriptiva. Esto es, quizá los indígenas estruc-
término «gavagai» en su propia lengua, por ejem- turan el mundo animal de forma diferente a
plo el castellano. Esto supondría alterar el caste- como lo hacen las personas que hablan el caste-
llano y el resultado no sería una traducción. Pero llano, utilizando discriminaciones diferentes para
puede intentar describir en castellano los referen- hacerlo., En estas circunstancias, «gavagai» per- "t
tes del término «gavagai»: son peludos, tienen ore- manece como un término indígena irreductible
jas largas, su cola se parece a un arbusto, etc. Si que no puede ser traducido al castellano. Aunque
la descripción es afortunada, es decir, si se adecua las personas que hablan el castellano pueden apren- \
a todas las criaturas que provocan proferencias der a utilizar el término, cuando lo hacen están \
que cor¡.tienen «gavagai», y sólo a ellas, entonces hablando la lengua indígena. Estas son las circuns-
«criatura peluda, con orejas largas, con una cola tancias para las que yo reservaría el término «in-
conmensurabilidad».
que se parece a un arbusto...» es la traducción
buscada y, en lo sucesivo, «gavagai» puede intro-
ducirse en castellano como una abreviatura de ella.
En estas circunstancias, no surge ningún problema
de inconmensurabilidad.7
tura peluda, con orejas largas, con una cola que se parece a
un arbusto...» es demasiado larga y compleja como para ser
6. Quine observa que su traductor radical podría escoger una traducción de un solo término a otra lengua. Pero yo
el camino «costoso» y «aprender el lenguaje directamente, me inclino a pensar que cualquier término que pueda ser
como lo aprendería un niño». Pero considera que este proce- introducido mediante una secuencia puede internalizarse de
so es simplemente un camino alternativo hacia un fin que tal forma que, con práctica, sus referentes puedan recono-
coincide con el que se alcanza mediante su método habitual: cerse directamente. En cualquier caso, lo que a mí me preo-
un manual de traducción (Quine, 1960, págs. 47, 70 Y sigs. I cupa es una versión más fuerte de la intraducibilidad, aquella
[págs. 60, 83 Y sigs.]). en la que ni siquiera largas secuencias están disponibles.
7. Alguien podría objetar que una secuencia como ccria-
108 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS? CONMBNSURABILIDAD 109
yo mismo, pero, dejando a un lado cuestiones de den reemplazarse por frases en las que únicamente
estilo, podría haber sido extraído de un manual el término «flogisto» es ajeno a la química mo-
I
de química del siglo XVIII. derna. Pero después de efectuar todas estas sus-
tituciones queda un pequeño número de términos
Todos los cuerpos físicos están compuestos de ele- que no tienen ningún equivalente en el vocabulario
mentos y principios químicos. Los principios dotan químico moderno. Algunos han desaparecido to-
a los elementos de propiedades especiales. Entre los
elementos están las tierras y los aires, y entre los talmente del lenguaje de la química: «flogisto» es
principios el fIogisto. Un conjunto de tierras, por el ejemplo más obvio. Otros, como el término
ejemplo carbono y sulfuro, es especialmente rico «principio», han perdido toda su significación pu-.
en fIogisto en su estado normal y deja un residuo ramente química. (La exhortación: «Purifica tus
ácido cuando se le priva de él. Otro conjunto, los reactivos» es un principio químico en un sentido
residuos de la calcinación o minerales, es normal-
mente pobre en fIogisto, pero cuando se impregna muy diferente de aquel en que el flogisto lo era.)
de él se convierte en brillante, dúctil y buen Otros términos, como por ejemplo «elemento»,
conductor del calor (o sea metálico). Durante la son todavía esenciales en el vocabulario químico
combustión i otros procesos afines, como la cal- y heredan algunas funciones de sus homónimos
cinación y la respiración, tiene lugar una trans- más antiguos. Pero términos como «principio», los
ferencia de fIogisto al aire. El aire cuyo contenido
fIogístico (aire fIogistizado) se ha incrementado de cuales se aprendían anteriormente con aquéllos,
esta manera ve reducida su elasticidad y su capa- han desaparecido de los textos modernos, y con
cidaq. para mantener la vida. El aire del que se ellos ha desaparecido igualmente la antigua gene-
ha eliminado parte de su contenido fIogístico (aire ralización constitutiva según la cual cualidades
desfIogistizado) mantiene la vida de forma especial- como el color y la elasticidad proporcionaban una
mente vigorosa.
evidencia directa de la composición química. El
El manual continúa, pero con este extracto resultado es que tanto los referentes de estos tér-
tendremos suficiente. minos supervivientes como los criterios para iden-
El epítome que he construido consta de enun- tificados se han alterado ahora drástica y siste-
ciados que proceden de la química del flogisto. La máticamente. En ambos aspectos, el término «ele-
mayoría de las palabras que figuran en estos enun- mento» funcionaba en la química del siglo XVIII
ciados aparecen en los textos de lk química del de forma muy similar a la frase moderna «estado
siglo XVIII y en los de la del siglo XX, y funcio- de agregación» y al término moderno «elemento».
nan igual en ambas. Unos pocos términos más, Tanto si tienen referente como si no, esos tér-
muy particularmente «flogistización», «desflogisti- minos de la química del siglo XVIII -términos
zación» y los que están relacionados con ellos, pue- como «flogisto», «principio» y «elemento»- no
114 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
CONMBNSURABILIDAD 115
se puede aprender primero «masa» (o «fuerza») to o escribe sobre ella? ¿Qué ocurre cuando pre-
y luego usado para definir «fuerza» (O «masa») ¡ senta a los lectores un grupo de enunciados como
con la ayuda de la segunda ley. En realidad, los aquellos acerca del flogisto que vimos en el epíto-
tres deben aprenderse a la vez, como partes de me anterior? La respuesta a esta pregunta depende
un modo globalmente nuevo (pero no enteramente I del tipo de audiencia, y comenzaré con el que me
nuevo) de hacer mecánica. Desgraciadamente, las parece más relevante en este momento: consta de /;
formalizaciones habituales oscurecen este punto. personas que no saben nada de la teoría del
Al formalizar la mecánica se puede seleccionar J flogisto. El historiador les describe el mundo en
«masa» o «fuerza» como término primitivo y lue- que creía el químico del siglo XVIIIque aceptaba
go introducir el otro como término definido. Pero la teoría del flogisto. Simultáneamente, les está
esta formalización no proporciona ninguna infor- I
\
enseñando el lenguaje que los químicos del si-
mación acerca de cómo los términos primitivos o glo XVIIIusaban para describir, explicar y explo-
definidos se relacionan con la naturaleza, o cómo rar ese mun't1o.La mayoría de las palabras de ese
se identifican fuerzas y masas en situaciones físi- antiguo lénguaje son idénticas en forma y función
cas reales. Por ejemplo, si bien «fuerza» puede ser a las palabras del lenguaje del historiador y su
primitivo en alguna formalización particular de audiencia. Pero otras son nuevas, y deben ser
la mecánica, no se puede aprender a reconocer aprendidas o reaprendidas. Estos son los términos
fuerzas sin aprender simultáneamente a identifi- intraducibles para los que el historiador o alguno
car masas y sin recurrir a la segunda ley. Esta es de sus predecesores ha tenido que descubrir o in-
la razón de que la «fuerza» y «masa» newtonianas ventar significados que hagan inteligibles los tex-
no sean traducibles al lenguaje de una teoría físi- tos en que trabaja. La interpretación es el proceso- I /
ca (aristotélica o einsteniana, por ejemplo) que no mediante el que se descubre el uso de esos térmi-
utiliza la versión de Newton de la segunda ley. nos, y ha sido muy discutido recientemente bajo el .,
Para aprender cualquiera de estos tres modos de título de hermenéutica.u Una vez que el proceso ha
hacer mecánica, los términos interrelacionados en
alguna parte local de la red del lenguaje deben 11. La introducción más útil al sentido de «hermenéu-
aprenderse o reaprenderse simultáneamente, y tica» que estoy pensando (hay otros) es Taylor (1971). Sin
embargo, Taylor da por supuesto que el lenguaje descriptivo
aplicarse luego a la naturaleza como un todo. No de las ciencias naturales (y el lenguaje conductista de las
es posible simplemente transmitidos individual- ciencias sociales) es fijo y neutral. En este punto"j\pel (197)
mente mediante una traducción. proporciona un útil correctivo desde dentro de la tradición
hermenéutica. Ambos están oportunamente reimpresos en
Entonces, ¿cómo puede comunicar sus resul- Dallmayr y McCarthy (1977), una antología también útil para
tados un historiador que enseña la teoría del flogis- otros aspectos de esta tradición.
118 CONMBNSURABILIDAD 119
¿Qtrn SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
pondiente es realizable de manera única. Es du- Wolfgang Stegmilller, quienes consideran enuncia-
doso que ese supuesto sea válido alguna vez e dos de Ramsey y muestran que sus formulaciones
improbable que lo sea regularmente. Además, en enunciativas habituales varían de un rango de
el caso de que sea válido, las definiciones que hace aplicaciones a otro (Sneed, 1971; Stegmilller,
posible no tienen ningún contenido informativo. 1973). Sin embargo, la mayoría de las ocurrencias
Si hay una y sólo una realización referencial de un de términos nuevos o problemáticos en un texto
enunciado dado de Ramsey, naturalmente una per- científico están dentro de las aplicaciones, y los
sona puede dar con ella simplemente mediante enunciados de Ramsey correspondientes no son
ensayo y error. Sin embargo, dar con el referente una fuente de claves lo suficientemente ricaocomo
de una ocurrencia de un término definido median- para bloquear multitud de interpretaciones trivia-
te el enunciado de Ramsey no sirve de ninguna les. Para hacer posible una interpretación razona-
ayuda para determinar el referente de la siguiente ble de un texto sembrado de definiciones mediante
ocurrencia de ese término. Por consiguiente, la enunciados de Ramsey, los lectores tendrían pri-
fuerza del argumento de Lewis depende de una mero qua acumular una variedad de rangos de
afirmación adicional suya que señala que las defi- aplicación diferentes. Y una vez hecho esto, aún
niciones mediante el enunciado de Ramsey no sólo tendrían que hacer lo mismo que el historiador
determinan la referencia sino también el sentido, intérprete intenta en la misma situación. Esto es,
y esta parte de su argumento se encuentra con tendrían que inventar y contrastar hipótesis acerca
dificultades que están estrechamente relacionadas del sentido de los términos introducidos mediante
con las que acabo de esbozar, pero que resultan definiciones construidas utilizando los enunciados
aún más serias. de Ramsey.
Incluso en el caso de que las definiciones me-
diante el enunciado de Ramsey escaparan a estas
dificultades, otro conjunto importante quedaría 2.5. EL MANUAL DE TRADUCCIÓN QUINEANO
sin resolver. He hecho notar previamente (Kuhn,
1970, págs. 188 Y sigs. [págs. 288 y sigs.]) que las La mayoría de las dificultades que he conside-
leyes de una teoría científica, a diferencia de los rado derivan más o menos directamente de una
axiomas de un sistema matemático, son sólo es- tradición que sostiene que la traducción puede in-
quemas de leyes, pues sus formalizaciones sim- terpretarse en términos puramente referenciales.
bólicas dependen del problema al que se apli- Yo he insistido en que éste no es el caso, y mis
can. Desde entonces esta observación ha sido argumentos implican por lo menos que es necesa-
considerablemente ampliada por Joseph Sneed y rio recurrir además a algo procedente del reino
122 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? CONMENSURABILIDAD 123
(
de los significados, las intensiones y los concep- hidráulicos) su equivalente es «bomba». Ambos
tos. Para exponer mis opiniones he considerado equivalentes son precisos. De este modo, pomPe
un ejemplo extraído de la historia de la ciencia, el proporciona un ejemplo típico de ambigüedad,
tipo de ejemplo que me condujo al problema de como el ejemplo habitual del castellano «banco»:
la inconmensurabilidad y de allí a la traducción a veces un asiento, otras una institución financiera.
en primer lugar. Sin embargo, discusiones recien. Contrastemos ahora el caso de pompe con d
tes sobre semántica referencial y discusiones rela. de palabras francesas como esprit o doux/ douce.
cionadas sobre la traducción sugieren directa. Dependiendo del contexto, esprit pu~de ser
mente el mismo tipo de observaciones. Aquí reemplazado por términos del castellano como
consideraré el único ejemplo al que aludí al ca. «espíritu», «aptitud», «mente», «inteligencia», «jui-
mienzo: la concepción de Quine de un manual de cio», «ingenio» o «actitud». La segunda, que es
traducción. Este manual -el producto final de los un adjetivo, puede aplicarse, inter alia, a la miel
esfuerzos de un traductor radical- consta de dos (<<dulce»),a la lana (<<suave»),a una sopa poco
listas de palabras y frases, una en la lengua del sazonada (<<sosa»),a un recuerdo (<<tierno»), o a
traductor, la otra en la lengua de la tribu que está una pendiente (<<pocopronunciada») o a un vien-
investigando. Cada elemento de cada lista está to (<<flojo»). Estos no son casos de ambigüe-
conectado con un elemento de la otra, o frecuente- dad, sino de disparidad conceptual entre fran-
mente con varios, y cada conexión especifica una cés y castellano. Esprit y doux/ douce son con-
palabr.a o frase en una lengua que, según supone ceptos unitarios para las personas que hablan
el traductor, puede ser sustituida en contextos francés, pero las que hablan castellano, como
apropiados por la palabra o frase conectada con grupo, no tienen equivalentes. Por consiguiente,
ella en la otra lista. Donde las conexiones son de aunque las diversas traducciones que he ofreci.
uno a muchos el manual incluye especificaciones do preservan el valor veritativo en contextos
de los contextos en que debe preferirse cada una apropiados, ninguna de ellas es intensionalmente
de las conexiones (Quine, 1960, págs. 27, 68-82 precisa en ningún contexto. Esprit y doux/ douce -'
[págs. 40, 81-94]). son, pues, ejemplos de términos que pueden ser
La red de dificultades que quiero aislar tiene traducidos sólo parcialmente y mediante un com.
que ver con el último componente del manual, las ( promiso. La elección del traductor de una pa-
especificaciones del contexto. Consideremos la pa- labra o frase del castellano para uno de ellos es
labra francesa pompe. En algunos contextos (gene- ipso tacto la elección de algunos aspectos de la
ralmente relacionados con ceremonias) su equiva- [ intensión del término francés a expensas de
lente castellana es «pompa»; en otros (generalmente otros. Simultáneamente, esa elección introduce
L
124 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? CONMENSURABILIDAD 125
una primera lengua. Así como hay que mostrar deben preservar no sólo la referencia sino también
muchos perros y quizá también algún gato al el sentido o intensión. Esta es la posición que adop-
niño que aprende «perro», para aprender doux/ té en el pasado con el título «invariancia del sig-
douce, la persona que habla castellano debe ob- nificado», y faute de mieux en la introducción de
servado en muchos contextos, y tomar nota ade- este artículo. No es en absoluto completamente
más de otros contextos en los que los franceses errónea, pero tampoco es completamente correc-
utilizan mou/molle en su lugar. Estas son las ta, un equívoco que me parece sintomático de una
formas, o bien algunas de ellas, mediante las profunda dualidad en el concepto de sigJ;lificado.
que una persona aprende las técnicas para co- En otro contexto será esencial enfrentarse direc-
nectar palabras y frases con la naturaleza; primero tamente con esta dualidad. Aquí me mantendré a
las de su propia lengua y luego, quizá aquellas distancia de ella evitando totalmente hablar de
diferentes que está~ contenidas en otras lenguas. «significado». En su lugar discutiré, aunque aún
Al abandonadas, Quine elimina la posibilidad mis- en términos generales y casi metafísicos, cómo ~
ma de la interpretación y, como argumeIité al identifican los miembros de una comunidad lin V
comienzo, una interpretación es lo que su traduc- güística los referentes de los términos que emr
tor radical debe hacer antes de que la traducción plean.
pueda empezar. ¿Es, pues, sorprendente que Qui- Consideremos el siguiente experimento mental
ne descubra dificultades sobre «traducción» no an- con el que quizá ustedes se hayan encontrado an-
ticipad~s previamente? tes en forma de chiste. Una madre cuenta por pri-
mera vez a su hija la historia de Adán y Eva, y
luego le enseña una estampa de la pareja en el
2.6. Los INVARIANTESDE LA TRADUCCIÓN jardín del Edén. La niña la mira, frunce el ceño
y perplejamente dice: «Mamá, dime quién es
P'ara terminar, me ocuparé de un problema que quién. Lo sabría si estuvieran vestidos». Incluso
he evitado cuidadosamente desde el comienzo de en un formato tan condensado, esta historia su-
este artículo: ¿ qué debe preservar la traducción? braya dos características obvias del lenguaje. Para'
He argumentado que no es simplemente la refe- emparejar los términos con sus referentes puede
rencia, pues las traducciones que preservan la re- usarse legítimamente todo lo que se sepa o crea v
ferencia pueden ser incoherentes e imposibles de de estos referentes. Además, dos personas pueden
atender cuando los términos que emplean se toman hablar la misma lengua y sin embargo utilizar cri- \
en su sentido habitual. Esta descripción de la difi- terios diferentes para identificar los referentes de
cultad sugiere una solución obvia: las traducciones sus términos. Un observador enterado de sus di-
,..
ferencias concluiría simplemente que las dos dife- cuados al mundo que ese lenguaje describe? ¿Qué
rían en lo que sabían de los objetos en cues- deben compartir hablantes que determinan la re-
tión. Creo que puede darse por supuesto con ferencia utilizando criterios distintos para ser ha-
t toda tranquilidad que personas diferentes uti- blantes del mismo lenguaje, miembros de la mis-
lizan criterios diferentes para identificar los refe- ma comunidad lingüística ?14
rentes de términos compartidos. Supondré además Los miembros de la misma comunidad lingüís-
la tesis, ahora ampliamente compartida, que afir- tica son miembros de una cultura común y, por
2. ma que ninguno de los criterios utilizados para consiguiente, cada uno de ellos puede esperar en-
determinar la referencia es meramente convencio- frentarse con un mismo rango de objetos y situa-
nal, es decir, asociado simplemente por definición ciones. Para que identifiquen los mismos referen-
con los términos que ayuda a caracterizar. u tes, cada uno debe asociar cada término individual
¿ Cómo puede ser, pues, que personas cuyos con un conjunto suficiente de criterios como para
criterios son diferentes identifiquen los mismos distinguir sus referentes de otros tipos de obje-
referentes para sus términos tan regularmente? tos o si1:uaciones que el mundo de la comunidad
Una primera respuesta es sencilla. Su lenguaje está realmente presenta, aunque no se requiere que se
adaptado al mundo natural y social en el que vi- distingan de otro tipo de objetos que son sólo ima-
ven, y ese mundo no presenta las clases de objetos ginables. Por tanto, la habilidad para identificar
y situaciones que, explotando sus diferencias de correctamente los elementos de un conjunto re-
criterios, les conducirían a hacer identificaciones quiere a menudo que se conozcan además conjun-
diferentes. Esta respuesta plantea, a su vez, una tos de contraste. Por ejemplo, hace algunos años
cuestión adicional más difícil: ¿ qué determina que sugerí que aprender a identificar gansos puede
los conjuntos de criterios que un hablante em- requerir también que se conozcan criaturas tales
plea cuando aplica el lenguaje al mundo sean ade- como patos y cisnes (Kuhn, 1974). Yo indicaba
13. Dos puntos deben subrayarse. Primero, no estoy con- 14. No he encontrado ninguna manera breve de discutir
siderando que el significado sea equivalente a un conjunto este tema sin que parezca que quiero implicar que los crite-
de criterios. Segundo, «criterios» debe entenderse en un sen- rios son de algún modo lógica y psicológicamente anteriores
tido muy amplio: abarca cualesquiera técnicas, no todas a los objetos y situaciones para los que sirven como crite-
necesariamente consistentes, que las personas usan para co- rios. Sin embargo, de hecho pienso que ambos deben apren-
nectar palabras con el mundo. En particular, tal y como se derse, y que a menudo se aprenden a la vez. Por ejemplo, la
usa aquí, «criterios» puede incluir ciertamente semejanza con presencia de masas y fuerzas es un criterio para lo que po-
ejemplos paradigmáticos (pero entonces la relación de seme- dría llamar «situación mecánico-newtoniana», es decir, una
janza relevante debe ser conocida) o recurso a expertos (pero en la que se aplica la segunda ley de Newton. Pero puede
entonces los hablantes deben saber cómo encontrar los exper- aprenderse a reconocer masa y fuerza sólo dentro de la situa-
tos relevantes). ción mecánico-newtoniana, y viceversa.
130 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENTtFICAS? CONMENSURABILIDAD 131
que el grupo de criterios adecuado para identificar Estas observaciones pueden proporcionar tam-
gansos dependía no sólo de las características bién una base para mi segundo tema recurrente, la
compartidas por los gansos reales, sino además reiterada aserción de que lenguajes diferentes im-
de las características de algunas otras criaturas ponen al mundo estructuras diferentes. Imagine-
del mundo habitado por los gansos y las personas mos por un momento que para cada individuo un
que hablan de ellos. Son pocos los términos o ex- término que tiene referente es un nudo en una red
presiones con referente que se aprenden separada- léxica del cual irradian rótulos con los criterios
mente, o del mundo o uno de otro. que él o ella utiliza en la identificación de los refe-
Este modelo muy parcial del modo en que los rentes del término nodal. Esos criterios conecta-
hablantes emparejan el lenguaje con el mundo rán algunos términos y los distanciarán de otros,
pretende reintroducir dos temas estrechamente re- construyendo así una estructura multidimensional
lacionados que han aparecido con frecuencia en dentro del léxico. Esta estructura refleja los aspec-
este artículo. Sin duda, el primero es el papel tos de la estructura del mundo que pueden ser
esencial de los conjuntos de términos que las per- descritos utilizando el léxico y, simultáneamente,
sonas educadas en una cultura, sea ésta científica limita los fenómenos que pueden describirse con
o no, deben aprender a la vez, y que las que son ayuda del léxico. Si a pesar de todo surgen fenó-
ajenas a esa cultura deben considerar a la vez du- menos anómalos, su descripción (quizás incluso
rante la interpretación. Este es el elemento holista su reconocimiento) requerirá la alteración de al-
que intyrvino en este artículo al comienzo, con la guna parte del lenguaje, cambiando las conexio-
inconmensurabilidad local, y su base debería aho- nes entre términos previamente constitutivas.
ra estar clara. Si hablantes diferentes que utilizan Nótese, además, que utilizando conjuntos dis-
criterios diferentes consiguen identificar los mis- tintos de las conexiones que constituyen criterios
mos referentes para los mismos términos, los con- pueden formarse estructuras homólogas, es decir,
juntos de contraste deben haber jugado un papel estructuras que reflejan el mismo mundo. Lo que
en la determinación de los criterios que cada ha- tales estructuras homólogas preservan, desprovis-
blante asocia con términos individuales. Esto debe tas de los rótulos que designan los criterios, son
ser así al menos cuando, como es habitual, estos las categorías taxonómicas del mundo y las rela-
criterios no constituyen por sí mismos condicio- ciones de semejanza/diferencia entre ellas. Aun-
nes necesarias y suficientes para que un término que aquí me inclino hacia la metáfora, mi direc-
tenga referente. En estas circunstancias, una espe- ción debería estar clara. Lo que los miembros de
cie de holismo local debe ser una característica una comunidad lingüística comparten es la homo-
esencial del lenguaje. logía de la estructura léxica. No es necesario que
132 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNTtFICAS? CONMENSURABILIDAD 133
sus criterios sean los mismos, puesto que pueden se. La comunicación es posible en su ausencia.
aprenderlos los unos de los otros a medida que Pero cuando la traducción no es factible, se requie-
lo necesiten. Pero sus estructuras taxonómicas de- ren dos procesos que son muy diferentes: inter-
ben coincidir, pues, cuando la estructura es dife~ pretación y aprendizaje del lenguaje. Estos proce-
rente el mundo es diferente, el lenguaje es privado sos no son arcanos. Historiadores, antropólogos y
y cesa la comunicación hasta que un grupo apren- quizá los niños se dedican a ellos todos los días.
de el lenguaje del otro. Pero no son bien entendidos, y su comprensión re-
A estas alturas debe estar claro dónde hay que querirá probablemente la atención de un círculo
buscar, en mi opinión, los invariantes de la tra- filosófico más amplio que el que actualmente se
ducción. A diferencia de lo que ocurre con dos ocupa de ellos. De esta ampliación depende el que
miembros de la misma comunidad lingüística, no se comprenda no sólo la traducción y sus limitacio-
es necesario que las personas que hablan dos len- nes, sino también el cambio conceptual. 'No es un
guas mutuamente traducibles compartan térmi- accidente que el análisis sincrónico contenido en
nos: rad no es «rueda».* Pero las expresiones de Palabra.y objeto de Quine se "introduzca mediante
una lengua que tienen referente deben ser empare- el epígrafe diacrónico del barco de Neurath.
jables con las expresiones de la otra que tienen el
mismo referente, y las estructuras léxicas emplea-
das por los hablantes de las lenguas deben ser
las mismas, no sólo dentro de cada lengua sino BibUografía
también de una lengua a la otra. Dicho en pocas
palabras, la taxonomía debe preservarse para pro- APEL,KAIu.-OTro(1972), «The A Priori of Communication
porcionar categorías compartidas y relaciones and the Foundation of the Humanities», Man and
World, 5:3-37. (Reimpreso en Dallmayr y McCarthy
compartidas entre dichas categorías. Si no se pre- (197), págs. 292-315).
serva, la traducción es imposible, un resultado que DALLMAYR, F. A., Y MCCARTHY,T. A. (comps.) (1977), Un-
el denodado esfuerzo de Kitcher para ajustar la derstanding and Social lnquiry, Notre Dame, Univer-
teoría del flogisto a la taxonomía de la química sity of Notre Dame Press.
moderna ilustra con precisión. DAVIDSON, DONALD (1974), «The Very Idea of a Conceptual
Por supuesto, la traducción es sólo el primer Scheme», Proceedings & Addresses 01 the American
Philosophical Asociation, 47:5-20.
recurso de las personas que intentan comprender- FEYERABEND, P. K. (1962), «Explanation, Reduction, and
* Rad es un término alemán que significa «rueda». Kuhn Empiricism», en Scientilic Explanation, Space, and
alude aquí a un ejemplo de Putnam. Véase Putnam, 1981, Time (Minnesota Studies in the Philosophy 01 Science,
pág. 116 [pág. 121]. [T.] volumen III). comp. por H. Feigl y G Maxwell, Min-
134 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNT1FICAS? CONMBNSURABILIDAD 135
neapolis, University of Minnesota Press, págs. 28-97. of Chicago Press. (Trad. cast.: de Roberto Helier, La
(Trad. cast.: «Explicación, reducción y empirismo», en tensión esencial. Estudios selectos sobre la tradición
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cast.: «Algo más sobre los paradigmas», La tensión Theoriendynamyk. (Este es el volumen 2, parte 2 de
esencial, págs. 317-344. Hay otras dos versiones en cas- Stegmüller, W., Resultate der Wissenschaftstheorie
tellano de este artículo: la primera de Diego Ribes, und analytischen Philosophy, Berlín, Springer-Verlag.
con el título «Segundos pensamientos sobre paradig- Reimpreso como The Structure and Dynamics of Theo-
mas», Madrid, Tecnos, 1978; la segunda, de Eloy Roda ries, traducción de W. Wohlhueter, Nueva York, Sprin-
y Pilar Castrillo, está contenida en Suppe, F. [comp.], ger-Verlag, 1976. (Trad. cast.: de C. Ulises Moulines,
La estructura de las teorías científicas, Madrid, Edito- Estructura y dinámica de teorías, Barcelona, Ariel,
ra Nacional, 1979, págs. 509-534, con el título «Segun- 1983.)
das reflexiones acerca de los paradigmas».) TAYLOR, CHARLES(1971), «Interpretation and the Sciences
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Scientific Tradition and Change, Chicago, University en Dallmayr y McCarthy (1977), págs. 101-131.)
3. RACIONALIDADY ELECCION DE TEORIAS1
luación de teorías. Si la ciencia puede descri- desiderata, entonces es obviamente racional, cuando
birse justificadamente como una empresa de reso- se escoge entre dos teorías que compiten, optar por
lución de enigmas, tales argumentos bastan para la que satisface mejor los desiderata... Sería mejor
pensar que [estas consideraciones] justifican de una
probar la racionalidad de las normas observadas. manera casi-trivial la elección de teorías de acuerdo
Desde nuestro encuentro en Chapel Hill, Hem- con cualquier requisito que resulte impuesto por los
pel ha sugerido de vez en cuando una versión del desiderata!
mismo argumento que yo considero más profunda.
En el penúltimo párrafo de un artículo publicado Ya que atempera el compromiso con cualquier
en 1981, señaló que se evitarían algunas de las objetivo particular especificado previamente, como
dificultades con que se encuentran mis explicacio- la resolución de enigmas, la formulación de Hem-
nes publicadas de la elección de teorías si deside- pel mejora la mía: por lo demás, nuestras observa-
rata como exactitud y alcance, a los que se recurre ciones son las mismas. Sin embargo, si le leo co-
cuando se evalúan teorías, fueran considerados, no rrectamente, Hempel está menos satisfecho que
como medios para un objetivo independientemente yo con este enfoque del problema de la racionali-
especificado, como es la resolución de enigmas, dad en la elección de teorías. En el pasaje que
sino como objetivos que la investigación científica acabo de citar, Hempel se refiere a él como «casi-
se esfuerza por alcanzar.3 Más recientemente aún trivial», aparentemente porque descansa en algo
ha escrito: muy parecido a una tautología y, como consecuen-
cia, lo encuentra falto de la penetración filosófica
Está muy extendida la idea de que la ciencia se que se espera de una justificación satisfactoria de
propone formular una concepción del mundo cada las normas para la elección racional de teorías. En
vez más comprensiva, organizada sistemáticamente
y que sea explicativa y predictiva. Me parece que particular, Hempel subraya dos aspectos en los
sería mejor que los desiderata [los cuales determi- que la justificación casi-trivial parece fracasar. «El
nan la bondad de una teoría] fueran considerados problema de formular normas para la evaluación
como intentos de articular esta idea algo más com- crítica de teoría -señala -podría ser considerado
pleta y explícitamente. Y si los objetivos de la in- como un subproducto del problema clásico de la
vestigación científica pura se indican mediante los
inducción», un problema que la justificación casi-
3. «Tums in the Evolution of the Problem of Induction., 4. «Valuation and Objectivity in Science», en R. S. Cohen
Synthese, XLVI, 3 (marzo de 1981), 389-404. Esta posición se y L. Laudan, comps., Physics, Philosophy and Psychoanalysis:
anuncia en la pág. 42 del artículo citado anteriormente, donde Essays in Honor of Adolf Grünbaum, Boston, Reidel, 1983,
Hempel nota las dificultades para decidir si un desiderátum págs. 73-100; la cita procede de las págs. 91 y sigs. Las refe-
particular, por ejemplo la simplicidad, debería considerarse rencias a este artículo se indicarán en el texto mediante el
como un objetivo o como un medio para su consecución. número de la página entre paréntesis.
142 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES cmN11FICAS?
RACIONALIDADY ELECCI6N DE TBOR1As 143
trivial «no aborda en absoluto» (92). En otro lugar para describir fenómenos naturales.5 Antes de vol-
resalta que si las normas deben derivarse de una ver al problema de la justificación racional, per-
descripción de los aspectos esenciales de la ciencia mítanme describir en pocas palabras las manifes-
(mi «empresa de resolución de enigmas» o su «cada taciones de esas características en el área en que
vez más comprehensiva, organizada sistemática- las he encontrado previamente.
mente, concepción del mundo»), entonces la elec- He llamado hace poco «holismo local» a la pri-
ción de la descripción que sirve de premisa en el mera característica. Al menos en los lenguajes
enfoque casi-trivial requiere una justificación que científicos, la mayoría de los términos que tienen
ninguno de nosotros parece proporcionar (86 Y referente no pueden aprenderse o definirse paso a
sigs., 93). Las actividades que observa un especta- paso; deben aprenderse en grupos. Además, gene-
dor de la ciencia pueden describirse de innumera- ralizaciones explícitas o implícitas acerca de los
bles maneras distintas, y cada una de ellas es la miembros de las categorías taxonómicas en que
fuente de desiderata diferentes. ¿Qué justifica la esos términos dividen el mundo desempeñan un
elección de una de ellas y el rechazo de las otras? papel esencial en el proceso de aprendizaje. Los
Estos ejemplos de las deficiencias del enfoque términos newtonianos «fuerza» y «masa» propor-
casi-trivial están bien escogidos, y volveré dentro cionan la clase de ejemplo más simple. No se pue-
de poco a ellos. Esbozaré entonces un argumento de aprender a usar ninguno de los dos sin aprender
que sugiere que una clase particular de premisa
descriptiva no requiere justificación adicional, y 5. Las fonnulaciones más explícitas y desarrolladas son
que el enfoque casi-trivial es, por consiguiente, más recientes: «What Are Scientific Revolutions?», publicación es-
pecial 18, Center for Cognitive Science (Cambridge, Mass.,
profundo y fundamental de lo que Hempel supone. Massachusetts Institute of Technology [1981]), y «Commen-
Sin embargo, a este fin tendré que aventurarme surability, Comparability, Communicability» que aparecerá
en un territorio que es nuevo para mí, y quiero en P. D. Asquith y T. Nickles, comps., PSA 1982, vol. 11. East
Lansing, Mich., Philosophy of Science Association, 1983. Para
clarificar primero el argumento indicando su rela- lo que ahora creo que es una versión implícita de los mismos
ción con otras posiciones que, en otro territorio, temas, aunque quizá más sofisticada, véase mi artículo, bas-
he desarrollado anteriormente con algún detalle. tante más antiguo, «A Function for Thought Experiments»,
reimpreso en The Essential Tension (Chicago, University of
Si tengo razón, la premisa descriptiva del enfoque Chicago Press, 1977), págs. 240-265. [Los dos primeros artícu-
casi-trivial manifiesta, en el lenguaje utilizado para los citados por Kuhn están contenidos en este mismo volu-
describir acciones humanas, dos características men, págs. 55-93 y págs. 95-135. Hay traducción castellana del
estrechamente relacionadas, las cuales, tal y como tercero: «La función de los experimentos imaginarios», en La
tensión esencial. Estudios selectos sobre la tradición y el cam-
he insistido con anterioridad, considero que son bio en el ámbito de la ciencia, Madrid, Fondo de Cultura Eco-
rasgós esenciales también del lenguaje utilizado nómica, 1983, págs. 263-290 (T.).]
144 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIBNTfFICAS? RACIONALIDAD'Y BLBCCIÓN DB TBOlÚAS 145
simultáneamente a usar el otro. Asimismo, esta He llamado necesaria a la segunda ley, pero
parte del proceso de aprendizaje del lenguaje no esto es cierto en un sentido que requiere especifi-
puede progresar sin recurrir a la segunda ley de cación adicional. Hay dos aspectos en los que la
Newton. Sólo con ayuda de esta ley se puede apren- ley no es una tautología. En primer lugar, ni «fuer-
der a identificar fuerzas y masas newtonianas, y za» ni «masa» están disponibles independiente-
a relacionar con la naturaleza los términos corres- mente para ser utilizadas en una definición de la
pondientes. otra. En cualquier caso, la segunda ley, a diferen-
De este proceso holístico de adquisición se si- cia de una tautología, puede ser contrastada. Esto
gue una segunda característica de los lenguajes es, se puede medir la fuerza y masa newtonianas,
científicos. Una vez que se han aprendido, los tér- insertar el resultado en la segunda ley y descubrir
minos que fOTInanparte de un conjunto interrela- que la ley no se cumple. Sin embargo, conside-
cionado pueden utilizarse para formular un nú- 1
ro que la leyes necesaria en el siguiente sentido re-
mero infinito de generalizaciones nuevas, las lativo al lenguaje: si la ley no se cumple, se muestra
cuales son todas contingentes. Sin embargo, algu- que los términos newtonianos que intervienen en
nas de las generalizaciones originales, u otras com- su formulación no tienen referente. Ningún susti-
puestas a partir de ellas, resultan ser necesarias. tuto de la segunda leyes compatible con el len-
Volvamos de nuevo a la fuerza y masa newtonia- guaje newtoniano. Sólo se pueden usar las partes
nas. La fuerza de la gravedad podría haber sido relevantes del lenguaje de forma no problemática
inversa~ente proporcional al cubo en vez de al mientras se mantenga el compromiso con la ley.
cuadrado; Hooke podría haber descubierto que la Quizá el término «necesario» no es apropiado para
fuerza restauradora de la elasticidad era propor- describir esta situación, pero no tengo ninguno
cional al cuadrado del desplazamiento. Estas leyes mejor. Es evidente que «analítico» no servirá.
eran totalmente contingentes. Pero ningún expe- Volvamos ahora a la justificación casi-trivial de
rimento imaginable podría cambiar sólo la forma las normas o desiderata para la elección de teorías,
de la segunda ley de Newton. Si la segunda ley no y comencemos preguntándonos por las personas
se cumpliera, reemplazada por otra tendría como que materializan. esas normas. ¿Qué es ser un
resultado, asimismo, una alteración local dellen- científico? ¿Qué significa el término «científi-
guaje en el que las leyes de Newton habían sido co»? William Whewell acuñó la palabra alrede-
formuladas previamente. Recíprocamente, los tér- dor de 1980. Evocaba la emergencia, que comenzó
minos newtonianos «fuerza» y «masa» pueden fun- al final del siglo anterior, del uso moderno del tér-
cionar con éxito sólo en un mundo en el que la mino «ciencia» para designar un conjunto de dis-
segunda ley de Newton se cumpla. ciplinas aún en formación que debían situarse al
146 ¿QUÉ SON LAS REVOLUCIONES CIENT1FICAS?
como «bellas artes», «medicina», «derecho», «inge- I muy parecidas a las nuestras. Decir, por ejemplo,
niería», «filosofía» y «teología», y compararse con que en la antigüedad helénica ciencia y filosofía
ellos. coincidían es decir también, paradójicamente, que
Pocos o ninguno de estos grupos disciplinarios antes de la muerte de Aristóteles no había en Gre-
pueden ser caracterizados por un conjunto de con- cia ninguna disciplina que 'pudiera ser suficiente-
diciones necesarias y suficientes para la pertenen- mente clasificable como filosofía o como ciencia.
cia a ellos. Lo que se hace es reconocer la actividad Por supuesto, las disciplinas modernas se han de-
de un grupo como científica (o artística, o médica), sarrollado a partir de las antiguas; pero no una
en parte por su semejanza con otros campos del por una, es decir, no cada una a partir de una pro-
mismo grupo y en parte por su diferencia con genitora antigua considerada convenientemente
otras actividades que pertenecen a otros grupos
r como una forma (quizá más primitiva) de la misma
disciplinarios. Por consiguiente, para aprender a cosa. Las progenitoras reales requieren descrip-
usar el término «ciencia» tiene que aprenderse ción en sus propios términos, no en los nuestros, y
también a usar otros términos disciplinarios como esa tarea exige un vocabulario que divida y catego-
«arte», «ingeniería», «medicina», «filosofía» y qui- rice las activiqades intelectuales de un modo dife-
zá «teología». Y lo que posteriormente permite la rente al nuestro. Encontrar y difundir un vocabu-
identificación de una actividad dada como ciencia lario que permita la descripción y comprensión de
(o arte, 9 medicina, etc.) es su posición dentro del otros períodos u otras culturas es una parte esen-
campo semántico aprendido que contiene también cial del trabajo de la historia y la antropología.6
esas otras disciplinas. Saber esta posición entre A los antropólogos que rehusan este desafío se les
las disciplinas equivale a saber lo que el término
«ciencia» significa o, lo que es lo mismo, saber
6. La fuerza de esta observación depende esencialmente
qué es una ciencia. de la consideración, desarrollada y defendida en el segundo
Así, pues, los nombres de las disciplinas iden- artículo citado en la nota 5, de que el lenguaje requerido para
tifican categorías taxonómicas, de las cuales algu- describir algunos aspectos del pasado (u otra cultura) no es
traducible al lenguaje materno de la persona que proporciona
nas deben aprenderse a la vez, de forma análoga a la descripción. He proporcionado un extenso ejemplo de las
lo que ocurría con «fuerza» y «masa». Ese holismo dificultades creadas al imponer una taxonomía disciplinaria
lingüístico local fue la primera de las característi- moderna sobre el pasado en mi «Mathematical vs. Experi-
mental Traditions in the Development of Physical Science»,
cas identificadas más arriba, y como entonces, una reimpreso en ibíd., págs. 31-65. [Trad. cast.: «La tradición
segunda característica le acompaña. Los tér- matemática y la tradición experimental en el desarrollo de
minos que nombran las disciplinas son efecti- la física», ibíd., págs. 56-91.]
...
148 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS? RACIONALIDAD 'Y BLBCCIÓN DB TBOR1As 149
llama «etnocentristas»; a los historiadores que lo tíficas y a distancia de otras disciplinas distintas
rehusan se les llama whig. * a la ciencia. Esta situación, a su vez, es una propie-
Esta tesis -se necesitan lenguajes distintos dad necesaria de todos los referentes del término
para describir épocas y culturas distintas- tiene- moderno «ciencia».
también su inversa. Cuando hablamos nuestro pro- Naturalmente, no es necesario que una ciencia
pio lenguaje, cualquier actividad que designamos posea todas las características (positivas o negati-
«ciencia», o «filosofía» o «arte», etc., debe necesa- vas) que resultan útiles para identificar discipli-
riamente manifestar de forma muy aproximada las nas como ciencias: no todas las ciencias son pre-
mismas características que las actividades a las dictivas; no todas son experimentales. Tampoco es
que por costumbre aplicamos esos términos. Del necesario que sea siempre posible, utilizando estas
mismo modo que identificar fuerzas y masas new- características, decidir si ~a actividad dada es
tonianas requiere acceso a la segunda ley de f ciencia o no: no es necesario que esa cuestión tenga
Newton, identificar los referentes del vocabulario una respuesta. Sin embargo, una persona que ha-
moderno de las disciplinas requiere acceso a un bla el lenguaje disciplinario relevante no puede,
campo semántico que agrupa actividades con res- so pena de contradición, hacer afirmaciones como
pecto a dimensiones como exactitud, belleza, poder la siguiente: «La ciencia X es menos exacta que la
predictivo, normatividad, generalidad, etc. Aunque no-ciencia Y; por lo demás ambas ocupan la mis-
podemos referimos a una muestra dada de una ac- ma posición con respecto a todas las característi-
tividad utilizando muchas descripciones, sólo las cas disciplinarias». Afirmaciones de esta clase
que se expresan en este vocabulario de caracterís- ponen a la persona que las hace fuera de su co-
ticas disciplinarias permiten su descripción como, munidad lingüística. Persistir en ellas tiene como
digamos, ciencia; pues sólo ese vocabulario puede resultado la ruptura de la comunicación, y si se
situar la actividad cerca de otras disciplinas cien- intenta justificar esta persistencia, se obtiene a
menudo también como resultado acusaciones de
* En su The Whig Interpretation of History (1931), Her- irracionalidad. Una persona no está en mejor si-
bert Butterfield definió la «historia whig» como «la tendencia tuación para decidir por sí misma qué significa
de muchos historiadores a escribir desde el punto de vista de
los whigs y protestantes, a elogiar las revoluciones siempre
«ciencia» que para decidir qué es la ciencja.
y cuando hubieran tenido éxito, a resaltar ciertos principios Por supuesto, ahora he vuelto a donde comen-
de progreso en el pasado, y a producir una historia que es la cé. La persona que llamó a X una ciencia, y no a Y,
ratificación, si no la glorificación, del presente». (Citado en estaba haciendo lo mismo que la persona que,
Bynum, W. F., Browne, E. J. Y Porter, Roy [comps.], Dictío-
nary of History of Science, Princeton, Princeton University anteriormente en este artículo, prefería X a Y
Press, 1981, págs. 445.) [T.] cuando ambas eran teorías científicas. Las dos vio-
150 ¿Qtm SON LAS REVOLUCIONES CIENTtFICAS? RACIONALIDAD Y ELECCIÓN DE TBOlÚAS 151
laron alguna de las reglas semánticas que permiten cualquiera de los dos es ajustarse a las limitacio-
al lenguaje describir el mundo. Un interlocutor que nes impuestas por la lógica, y yo lo he utilizado
supusiera que estaban usando el lenguaje normal- para mostrar que las normas usuales para la elec-
mente consideraría que se estaban contradiciendo. ción de teoría están jpstificadas (<<justificadas ra-
Un interlocutor que reconociera que su uso dellen- cionalmente» era redundante). Otro requisito es
guaje era aberrante estaría en un aprieto para ajustarse a las limitaciones impuestas por la expe-
imaginar qué estaban intentando decir. Sin embar- riencia en ausencia de buenas razones para lo con-
go, no es únicamente el lenguaje lo que esos enun- trario. Ambos requisitos ponen de manifie~to par-
ciados violan. Las reglas que están en juego no son te de lo que implica ser racional. No se sabe qué
convenciones, y su abrogación no es la negación de es lo que está intentando decir una persona que
una tautología. Lo que se rechaza es la taxonomía niega la racionalidad de aprender de la experiencia
derivada empíricamente que está materializada en (o que niega que las conclusiones basadas en la
el vocabulario de las disciplinas, y que se aplica experiencia están justificadas). Sin embargo, todo
en virtud del campo asociado de características dis- esto proporciona simplemente un marco para el
ciplinarias. Ese vocabulario puede dejar de descri- problema de la inducción, el cual, cuando se con-
bir, pero, tal y como he argumentado, no sólo tér- sidera desde la perspectiva desarrollada aquí, re-
mino a término. En realidad, el fracaso debe resol- conoce que no tenemos ninguna alternativa racio-
verse mediante el ajuste simultáneo de ampliar nal al aprendizaje basado en la experiencia, y pre-
porciones del vocabulario disciplinario. Y hasta gunta por qué éste debería ser el caso. Esto es, no
que ese' ajuste haya tenido lugar, la persona que pide una justificación del aprendizaje basado en la
prefirió X a Y está, simplemente, optando por que- experiencia, sino una explicación de la viabilidad
darse fuera del juego del lenguaje científico. Creo del juego de lenguaje global en el que interviene
que es aquí donde el enfoque casi-trivial para la «inducción» y que apuntala la forma de vida que
justificación de normas en la elección de teorías vivimos.
obtiene su relevancia. No intento dar una respuesta a esa cuestión,
Naturalmente, esta relevancia es limitada. pero me gustaría tener una. Como la mayoría de
Hempel tiene razón cuando señala que el enfoque ustedes, yo comparto la inquietud de Hume. La
casi-trivial no proporciona ninguna solución al pro- preparación de este artículo me ha hecho darme
blema de la inducción. Pero ahora los dos entran cuenta de que la inquietud podría ser intrínseca al
en contacto. Igual que «masa» y «fuerza», o «cien- juego, pero no estoy preparado para esta conclu-
cia» y «arte», «racionalidad» y «justificación» son sión.
términos que se interdefinen. Un requisito para