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15 Mitos y Realidades de La Minería Transnacional en Argentina - Conjunto de Autores - 2011

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15 Mitos y Realidades de la minería


transnacional en Argentina

Guía para desmontar el imaginario prominero

Colectivo VOCES DE ALERTA

Elaborado por

Horacio Machado, Maristella Svampa, Enrique Viale,


Marcelo Giraud, Lucrecia Wagner, Mirta Antonelli,
Norma Giarracca y Miguel Teubal

Aportes de Javier Rodríguez Pardo y Darío Aranda

Argentina, 2011
2

Este libro está pensado como una caja de herramientas y, a la vez, como un
instrumento de lucha política. Fue concebido colectivamente al calor de la campaña en
favor de la ley nacional de protección de los glaciares, sancionada por el Congreso
nacional en septiembre de 2010, en un momento en el cual debíamos responder punto por
punto los argumentos falaces y los indicadores económicos muchas veces mentirosos
esgrimidos por el lobby minero.

En ese entonces varios investigadores que desde hace años y desde diversas
provincias del país acompañamos a las luchas socioambientales que cuestionan la
megaminería transnacional en Argentina, comenzamos a sistematizar información sobre
el tema. Nuestro propósito era deconstruir los discursos y los lugares comunes del
imaginario prominero, desmontar y desactivar dichos “mitos” que sobre la minería a
gran escala repiten cotidianamente y con total impunidad sus defensores más acérrimos
(corporaciones mineras, representantes del gobierno nacional y de las diferentes
provincias promineras, voceros periodísticos), amparados en la escasa información y
conocimiento que el argentino medio tiene sobre estos temas. Fue entonces que nos
encontramos con el artículo de Jennifer Moore,1 periodista canadiense, publicado en la
Revista Memoria, de México, en octubre-noviembre de 2009, titulado “Mitos y realidades
de la Minería Transnacional”. Retomamos de esta fuente inspiradora el formato y partes
de sus enunciados (bajo la forma de mitos), a los cuales ampliamos con más desarrollos,
datos, ejemplos y otros tantos mitos. .

Las semanas agitadas que pasamos en el Congreso, entre audiencias públicas, visitas a
senadores, declaraciones, escritos periodísticos y dossier especiales, junto con numerosas
organizaciones ambientalistas, vecinos de asambleas y representantes parlamentarios
de diversos bloques y partidos políticos en defensa de la ley nacional de protección de los
glaciares, nos convenció de la necesidad urgente de cerrar esta tarea y publicarlo bajo la
forma de libro.

El texto sintetiza así diferentes saberes y discursos. La argumentación que se desarrolla


combina consideraciones teóricas y de tipo general con referencias específicas a casos
concretos. Éstas no aluden necesariamente a los casos más „graves‟, „resonantes‟, ni a los
„únicos‟ disponibles; por el contrario, se trata sólo de algunos ejemplos tomados
aleatoriamente de la vasta casuística disponible por su relevancia y cercanía a nuestra
experiencia, a los solos fines de ilustrar con casos concretos el modus operandi, los
impactos y las consecuencias de este tipo de explotaciones. Asimismo, atendiendo a la

1Periodista canadiense. Actualmente trabaja en el Observatorio Canadiense sobre la Minería


(MiningWatch Canadá, www.miningwatch.ca,), donde es coordinadora del programa de América
Latina. Sus documentales radiales se han difundido por la radio pública de Canadá, la CBC y The
Green Planet Monitor, además de varias producciones de la Asociación Nacional de Radios
Comunitarias y Universitarias de Canadá. Sus artículos se han publicado en upsidedownworld.org,
dominionpaper.ca, rabble.ca y otros. El artículo que nos ha inspirado es ―Mitos y realidades de la
Minería Transnacional‖, publicado en la revista Memoria 238, pp.22-.26
3

complejidad de la problemática, se ha procurado construir una mirada eminentemente


multidisciplinar como el propio objeto lo requiere, intentando con ello también
desmontar las raíces epistémicas –profunda y primitivamente positivistas, encuadradas
en perspectivas jerárquicas y unidisciplinares- sobre las que se suelen construir las
falacias cientificistas y tecnicistas de las visiones „oficiales‟. De tal modo, en la
elaboración de este trabajo participaron geógrafos, especialistas en ciencias ambientales,
abogados, sociólogos, analistas del discurso, economistas, periodistas, entre otros,
muchos de los cuales conformamos el colectivo Voces de Alerta.

Dicho espacio, compuesto por científicos, artistas, intelectuales, profesionales,


organizaciones de derechos humanos, de pueblos originarios, de campesinos y
socioambientales, y todos aquellos/as interesados/as por la interrelación entre múltiples
saberes y entramados sociales, políticos, culturales, surgió de un episodio en el ámbito
científico argentino ocurrido en 2009 -un investigador dio a conocer hallazgos que tienen
graves implicancias en la salud pública- a partir del cual se desencadenó un debate que
puso de relieve el poco espacio que queda para la autonomía y libertad científica. En esa
ocasión y frente a la respuesta de intereses de cámaras empresariales, corporaciones e
incomprensibles desligamientos de las autoridades científicas nacionales, un conjunto de
personas de muy diversos mundos sociales, que hace tiempo trabajamos coordinada pero
informalmente en diferentes espacios, decidió expresarse públicamente, asumiendo el
nombre de Voces de Alerta.

Desde Voces de Alerta cuestionamos radicalmente la actual colonización que los


grandes poderes económicos producen en las universidades, sistemas científicos y en la
educación pública en general. Estamos convencidos de que no existe ninguna posibilidad
de avanzar en la democratización de la sociedad si no se pone coto tanto al modelo
extractivo (régimen social de acumulación y distribución de riqueza) que necesita
dominar y doblegar bajo cualquier medio a las poblaciones que habitan esos territorios,
como a las guardias pretorianas que los custodian.

Por último, deseamos dedicar este texto a quienes creemos son sus principales
destinatarios y los grandes protagonistas de esta lucha: a todas las asambleas
ciudadanas que, en nuestra extensa y rica geografía, en una situación de clara asimetría
de fuerzas, abogan por la defensa del agua, por la vida, por el futuro de las próximas
generaciones.

Desde Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Mendoza, Tandil

Abril de 2011
4

IINDICE GENERAL

Mito 1: Son fundamentalistas, están en contra de todo tipo de


minería

Mito 2: La minería es un „motor de desarrollo‟ que impulsa la


economía nacional

Mito 3: La minería genera empleo y crecimiento económico


local

Mito 4: La minería crea muchos puestos de trabajo indirectos

Mito 5: La minería se instala en zonas postergadas, crea un


círculo virtuoso, genera desarrollo y eleva el nivel de vida de
la población

Mito 6. Los beneficios de la minería se quedan en los países


donde se extraen los minerales, y las empresas contribuyen
con el pago de diferentes impuestos en el desarrollo del país

Mito 7: La minería puede ser limpia, no contamina el


ambiente, y se puede hacer sin riesgos ambientales. Hay una
solución técnica para cada problema ambiental.

Mito 8: Los emprendimientos cumplen con exigentes


regulaciones ambientales y la minería es la única actividad
regulada por una ley ambiental en nuestro país.

Mito 9: Ningún proyecto minero se hace sin el


consentimiento previo de las comunidades involucradas.

Mito 10: La minería fortalece el tejido social, reduce la


migración y la descomposición de las comunidades.
5

Mito 11: Las empresas transnacionales garantizan


transparencia y libertad de opinión en cuanto a la evaluación
de sus actividades

Mito 12: Cada país es autónomo y soberano en sus relaciones


con empresas mineras transnacionales. Las empresas
mineras transnacionales respetan el marco legal de los
países donde operan.

Mito 13. Las empresas transnacionales se comportan con


responsabilidad social empresarial, robusteciendo el tejido
socioeconómico de la zona.

Mito 14. Los que se oponen a la minería a gran escala,


nacional o trasnacional, no tienen alternativas de desarrollo.

Mito 15: América tiene un destino mineral. Sin desarrollo


minero, no hay futuro para nuestras sociedades.

Anexos
6

Mito 1: Son fundamentalistas, están en contra de todo tipo de


minería

Los que se oponen a la minería son fundamentalistas y no reconocen


el hecho de que ésta acompaña la vida del hombre desde los tiempos
más remotos de la historia y que, por ende, es necesaria para el
desarrollo de la civilización, más aún, imprescindible en nuestra vida
cotidiana.

En el suelo más profundo de las falacias del discurso pseudo-científico que


acompaña las campañas de ‗legitimación social‘ de la minería, encontramos una visión de
‗la‘ minería como una actividad pretendidamente universal y ‗atada‘ a la ‗evolución del
hombre‘. Como presupuestos de esta visión, la historia se concibe como proceso unilineal y
evolutivo, y la ‗evolución‘ misma se piensa en clave exclusivamente tecnológica. Esta visión
desconsidera el carácter eminentemente cultural de la ‗minería‘ como actividad humana;
como tal, omite que las distintas prácticas de minería no obedecen sólo ni exclusivamente
al tipo de tecnología empleado, sino decisivamente a formas muy diversas de concebir el
mundo, las relaciones, los objetos, etc. Las formas de valoración y los usos dados a los
distintos minerales, las formas de extraerlos, procesarlos y trabajarlos, dependen de los
diferentes entornos culturales en los que se realizan. (No es lo mismo el significado del oro
para la cultura inca, que el que tiene para nuestras sociedades contemporáneas).

Pero más que desconsiderar las diferencias culturales que han existido y existen en
torno a la ‗actividad minera‘ (como con el resto de las actividades humanas), lo que hace la
presunción de universalidad es reducir todas esas diferencias culturales en una misma
línea de tiempo, discriminando –por la variable tecnológica y de acuerdo al criterio de
‗rentabilidad‘- así entre ‗formas más avanzadas‘ y formas ‗más arcaicas‘ o ‗atrasadas‘ de
minería (La única diferencia que existiría entonces, por ejemplo entre la minería incaica y
la actual, sería de tecnología: la inca, atrasada, la actual, ‗moderna‘, ‗de punta‘).

Por otro lado, no sólo se introduce una visión discriminatoria respecto de otras
formas culturales (en este caso, de minería) sino que además se procura identificar ciertas
prácticas de minería con la ‗evolución y el progreso‘ mismos de la humanidad. Así, quienes
se oponen a esas determinadas formas de minería se los identifica como ‗enemigos‘ del
‗progreso‘ de la humanidad. Implícita o explícitamente se instala la identificación de ‗la
minería‘ como sinónimo de ‗desarrollo‘, con lo cual al problema de la ‗minería‘ como
modelo único y evolutivo, se suma todavía, la introducción del concepto de ‗desarrollo‘,
como supuestamente unívoco y aproblemático2.

2 Como es de suponer, no hay una única concepción del ‗desarrollo‘; hay sí, una visión hegemónica,
naturalizada, asociada a la mirada etnocéntrica de Occidente y a la expansión del capitalismo como
geocultural y economía-mundo. Y esta visión hegemónica viene siendo objeto de fuertes críticas y
discusiones, tanto en el plano político como en el académico, tanto por parte de quienes aún siguen
‗creyendo‘ en las posibilidades de ‗salvar‘ la idea de desarrollo adosándole ciertas adjetivaciones
7

Ahora bien, aún más allá de esta cuestión de fondo, lo cierto es que actualmente no
hay una única forma de explotación minera, ni las resistencias sociales que día a día se ven
en nuestros territorios se oponen a ‗todo tipo de minería‘. Los conflictos y las resistencias
se centran predominantemente en torno a un tipo específico de explotaciones: la minería
transnacional a gran escala, mayoritariamente practicada ‗a cielo abierto‘.

Esto implica, por un lado, desmontar el ‗truco discursivo‘ de esconder bajo el


paraguas de ‗la minería‘ en general formas muy distintas de explotación. En general, el
centro de las críticas no se dirigen a la minería no metalífera (aún cuando, por
cierto, puede ocasionar impactos socioambientales igual que otras actividades económicas,
y esos casos pueden y deben ser cuestionados). Así, el eje del debate no tiene nada que ver
con la sal de mesa, la roca caliza para cal y cemento, la arena y el ripio para la construcción,
y muchos otros minerales no metalíferos explotados en nuestro país. Este tipo de minería
es el que ha predominado ampliamente en Argentina, y ha estado centralmente vinculado
al abastecimiento del mercado interno, principalmente al sector de la construcción. Más
allá de casos puntuales, no ha sido una fuente generadora de conflictos, como el caso que
aquí sí nos ocupa.

¿Por qué la oposición y el rechazo social a este tipo de minería? ¿Será que los
gobiernos, las grandes transnacionales mineras y su ejército de comunicadores no
trasmiten correctamente las ―ventajas‖ y ―oportunidades‖ del nuevo modelo? ¿Será que las
poblaciones involucradas están desinformadas y no están en condiciones de comprender el
impacto que en términos de trabajo, progreso y desarrollo tendría la industria metalífera a
gran escala, sobre todo en aquellas provincias pobres y relegadas de nuestra geografía?
Estos parecen ser los principales argumentos que repiten algunos funcionarios, técnicos
nacionales y provinciales y, por supuesto, las grandes compañías mineras, que hoy buscan
legitimar el modelo.

Lejos de los ‗planteos‘ implícitos en el discurso oficial, los motivos de la oposición


social a este tipo de emprendimientos mineros hay que buscarlos en las características
tecnológicas y económicas de los mismos. Identificar qué tipo de minería es el que
genera rechazo y alta conflictividad social, permite visualizar los motivos de
dicha resistencia. Éstos tienen que ver básicamente con las características tecnológicas
y económicas de un tipo específico de explotación: la minería transnacional a gran escala,
usualmente ‗a cielo abierto‘. Se trata de un tipo de explotaciones nuevas en nuestro país,
cuyos orígenes se remiten a las reformas de los ‘90 y que poco tienen que ver con la
minería que hasta entonces se vino practicando acá.

Atendiendo en primer término a sus características tecnológicas, hay que aclarar


que la minería a gran escala –generalmente a cielo abierto- es bastante diferente a la
minería tradicional –predominantemente subterránea. El elemento central que explica el
pasaje de la minería ‗tradicional‘ a la ‗moderna‘, está dado por la escala de explotación y
ésta obedece en realidad al progresivo agotamiento -a nivel mundial- de los metales en

(humano, sustentable, integral, etc.) como por parte de quienes están planteando la necesidad de
buscar/construir otros horizontes e idearios civilizatorios.
8

vetas de alta ley. Esto implica que, al disminuir la concentración del mineral contenido en
las rocas, deja de ser rentable la explotación mediante socavones. La explotación minera a
cielo abierto con técnicas de procesamiento por lixiviación o flotación es precisamente la
tecnología que permite actualmente extraer los minerales diseminados en la roca
portadora3.

Mediante la utilización de explosivos (usualmente ANFO: nitrato de amonio + fuel


oil) se producen voladuras de montañas que permiten remover grandes volúmenes de roca.
Así se forman escalones que dan lugar al ―tajo abierto‖ u ―open pit‖. Esto ocasiona que se
movilicen tonelajes de roca crecientemente superiores a los directamente utilizados,
acentuando con ello el deterioro ocasionado en el medio. Este tipo de tecnología extractiva
implica que un solo emprendimiento abarque hasta mil hectáreas sólo para el área de mina
–la que será completamente destruida-, llegando a remover hasta 300.000 toneladas de
roca diarias, y empleando por día hasta 100 toneladas de explosivos, más de 100.000 litros
de combustibles y decenas de toneladas de sustancias químicas de alta toxicidad (cianuro,
ácido sulfúrico, xantato, mercurio, etc.), y requiriendo un altísimo consumo hídrico y
energético. Como se puede deducir, el proceso genera enormes cantidades de efluentes y
desechos (en la mayoría de los casos, más de 95 % de la roca extraída se convierte en
residuo; se generan hasta 4 toneladas de escombros por cada gramo de oro) que quedan a
perpetuidad en los lugares de explotación como pasivos ambientales. Entre ellos, cabe
mencionar el „open pit‟ o „tajo abierto‟ –que puede llegar a tener más de 1500 m de
diámetro y hasta 1000 m de profundidad-, las „escombreras‟ o „botaderos‟ –áreas de
depósitos de estériles que pueden cubrir cientos de hectáreas- y los „diques de cola‟ o
„tanques de relaves‟4 (Moran, 2001; Oblasser y Chaparro Ávila, 2008).

En suma, los rasgos particulares de este tipo de minería se relacionan


con la escala de la explotación, la baja ley de los minerales (cuanto más diseminados,
ley más baja y más voladuras), y la tecnología usualmente utilizada, todo lo cual genera
gravosos efectos socio-ambientales y colisiona directamente con las economías locales y las

3 Cabe aclarar que todavía se practica minería subterránea, y que algunos emprendimientos
combinan en etapas, la explotación subterránea con la de cielo abierto. En ciertos aspectos, la
minería a cielo abierto es igual a la subterránea: ambas usan mucha agua y energía, y procesan el
mineral mediante lixiviación con químicos o por flotación. Aunque no es predominante, en
Argentina hay también minería subterránea reciente, por ejemplo las minas Martha y San José-
Huevos Verdes en Santa Cruz. La primera con un dudoso plan de ―cierre temporario‖ a pocos años
de haber sido inaugurada por la presidenta. La Subsecretaría de Trabajo cerró preventivamente por
un tiempo la segunda en setiembre de 2010, debido a una larga lista de normas de seguridad
incumplidas desde que abrió en 2007, más graves que las no respetadas en la mina chilena de San
José, donde estuvieron atrapados los 33 mineros.
4 A modo ilustrativo cabe considerar que las escombreras finales proyectadas por Minera Alumbrera
ocuparán una superficie de 300 hectáreas con 625 millones de toneladas de estériles, en tanto que el
dique de colas cubrirá una superficie aproximada de 550 hectáreas con más de 650 millones de
toneladas de relaves. Otro ejemplo: la planta concentradora de Southern Perú Copper Corporation
en Cuajone ‗produce‘ 21 millones de toneladas anuales de relaves (Pascó-Font, 2000: 41).
9

formas de vida de las comunidades involucradas, generando cuantiosos pasivos


ambientales.

Uno de los elementos fundamentales del nuevo método (aunque la minería a cielo
abierto es del siglo pasado), es que estamos frente a una nueva tecnología minera que
utiliza grandes cantidades de agua, un bien común cada vez más escaso y necesario para la
vida y reproducción de las poblaciones. Por ello, numerosos emprendimientos mineros
suelen establecerse cerca de las cuencas hídricas y reservorios de agua, como sucede en la
zona de la cordillera y la precordillera, que es nuestra fábrica de agua dulce. No por
casualidad, la consigna de las asambleas de vecinos que se oponen a este tipo de minería es
―El agua vale más que el oro”.

Por eso se habla de ―megaminería‖ metalífera hidro química; esto es, de minería a
gran escala orientada a la extracción de oro, plata, cobre y otros minerales críticos
estratégicos. Así, a diferencia de otros países (como Bolivia), en los cuales coexisten la
pequeña y mediana minería con la gran minería; en Argentina, el tipo de minería llevada a
cabo (a cielo abierto) viene asociada con la gran escala. De este modo, la utilización de
recursos es mayor y, por ende, también los impactos económicos y socio-ambientales.

Por otro lado, atendiendo a sus características económicas, señalamos


que este tipo de minería es básicamente transnacional. Esto quiere llamar la
atención no sólo respecto a que la actividad está altamente concentrada en
unas pocas grandes empresas de capitales extranjeros que operan a escala
global, sino también a que el destino casi exclusivo de estas explotaciones es
la exportación de minerales con escasa transformación. El tamaño y los niveles
de concentración vertical y horizontal de las corporaciones mineras transnacionales5 son
relevantes porque se constituyen en un factor de poder de estas empresas: poder de
mercado (fijación y regulación de precios, definición de stocks, capacidad de manipulación
y especulación de y con flujos comerciales y financieros, etc.) y poder frente a gobiernos y a
poblaciones (para determinar legislaciones favorables y regulaciones ad hoc, definir
niveles de tributación y regímenes de propiedad, etc.; para evadir controles y birlar
procesos judiciales, etc.). Las violaciones a los derechos, los casos de impunidad y de
corrupción, la capacidad que tienen estas empresas para cometer abusos (económicos,
ecológicos, laborales) y atropellos contra las comunidades aún ‗dentro de la ley‘, no son
‗fabulaciones‘ de fundamentalistas sin asidero; son efectos y consecuencias resultantes de
las condiciones y características económicas, jurídicas y fácticas de estas empresas.

En cuanto al ‗destino exportador‘ de estas explotaciones, ello es muy relevante pues


está indicando un elemento estructural de las desigualdades ecológicas y económicas

5 Los niveles de mundialización y de concentración de la extracción minera metalífera actual son de


los más altos entre todos los sectores económicos. En el caso del oro, las diez empresas más grandes
hace varios años ya concentraban el 60 % de la extracción, refinación y comercialización; el 67,3 %
en el caso del hierro, el 70,6 % en el caso del aluminio y el 74,6 % en el del cobre (Campodónico y
Ortiz, 2002; Sánchez Albavera y Lardé, 2006). El proceso de concentración por fusiones y
adquisiciones ha continuado desde entonces.
10

globales: las fases extractivas del proceso minero –las de mayor impacto ambiental
negativo y de menor generación de empleos, desarrollo tecnológico y generación y
retención de valor agregado- se concentran en unos países, los países dependientes;
mientras que el procesamiento, industrialización y consumo final de estos metales se
concentra en los países más poderosos. Tratándose de recursos no renovables, este
esquema implica desigualdades ecológicas de consecuencias mucho más gravosas que las
propias asimetrías económicas implícitas (niveles de apropiación de rentas, de generación
de empleo de calidad, innovación y desarrollo tecnológico, etc.) y permite mecanismos
perversos de ‗subsidio ecológico‘ desde los países del Sur hacia los países del Norte6.

En definitiva, el carácter netamente extractivo exportador de este tipo de


explotaciones mineras está en la raíz de muchos de los mitos económicos que se han
construido a su alrededor con la pretensión de ganar legitimidad social, en particular los
mitos 2, 3, 4 y 5 que se revisan a continuación.

Por último, adicionalmente en referencia a la „desinformación‟ que se


alega respecto a quienes se oponen a este tipo de minería, podemos decir que
los vecinos y organizaciones movilizados, están bastante bien informados, y
ha sido el acceso y la difusión de la información lo que precisamente ha dado
impulso y crecimiento a la resistencia social. Así, desde 2003 existe toda una
red informativa en la cual intervienen asambleas, vecinos y profesionales de
todo tipo, quienes han venido elaborando un saber independiente del
discurso dominante sobre la minería a cielo abierto, en articulación con los
saberes locales. Como muestra elocuente de ello, puede visitarse el sitio de la
Asamblea de Esquel, noalamina.org, que es un verdadero repositorio de
información sobre las características de la megaminería en nuestro país y en
América Latina.

6 Sólo a modo ilustrativo cabe considerar que los denominados países ‗desarrollados‘ (Estados
Unidos, Canadá, Europa Occidental, Japón y Australia) concentraban el 75 % del consumo mundial
de cobre refinado a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, en tanto que casi el 47 % del mineral
de cobre durante ese período se extrajo de América Latina y África (Moussa, 1999).
11

Mito 2: La minería es un „motor de desarrollo‟ que impulsa la


economía nacional

Uno de los mitos más ampliamente difundidos y sin embargo más


endebles de la minería transnacional a gran escala versa sobre sus
impactos macroeconómicos positivos sobre las economías nacionales
donde se instalan, constituyéndose presumiblemente como „motores
de desarrollo‟, que impulsan en conjunto la expansión y maduración
de las economías donde se instalan. Tales aseveraciones se suelen
sostener y „fundamentar‟ apelando a los grandes montos financieros
de las inversiones iniciales que las empresas mineras realizan, y a los
altos valores de exportación que generan, alegando que ellos se
constituyen en fuentes de divisas, en importantes ingresos fiscales y
en dinamizadores del resto de los sectores económicos. Las posturas
apologéticas, por lo general, no consideran las condiciones político-
institucionales que hicieron posible la „expansión minera‟, ni la
significación y los efectos que dicho „crecimiento‟ implica en términos
de la estructura productiva y las relaciones de poder resultantes.

Sin embargo, al analizar el impacto de las transformaciones del sector minero


dentro del conjunto del funcionamiento de las economías nacionales y de la posición de
éstas dentro del sistema económico mundial, se observan sus drásticos efectos negativos
sobre el propio potencial de ‗desarrollo económico‘ de los países receptores de inversiones
mineras, aún en términos estrictamente convencionales del ‗crecimiento económico‘.

En términos de relaciones económicas, la globalización planteó una nueva división


internacional del trabajo que acentuó aún más las asimetrías entre los países centrales y
los periféricos. Se trata de la tendencia de los países del norte a desplazar fuera de sus
fronteras las primeras fases de la actividad extractiva, privilegiando el cuidado del
ambiente local, pero a costa de un mayor deterioro del ambiente a nivel global, y,
particularmente, de los países del sur cuyos territorios son utilizados como fuente de
recursos y sumidero de residuos (Naredo, 2006).

En tal sentido, los principales efectos ‗macro‘ de la radicación de las fases


extractivas de la minería transnacional a gran escala sobre las economías nacionales están
vinculados a la recreación geopolítica y económica de asimetrías entre países proveedores
de recursos primarios y países consumidores de bienes ambiente-intensivos, y,
correlativamente, la extranjerización, concentración y reprimarización del aparato
productivo interno. Estos impactos redundan en mayor dependencia económica,
comercial, financiera y tecnológica respecto a los ‗mercados internacionales‘ y las
estrategias corporativas de las empresas que controlan el sector a escala global y provocan
mayor vulnerabilidad de las economías nacionales en relación a los flujos cíclicos y los
vaivenes especulativos de la economía mundial, trasladando al interior dicha inestabilidad.
12

Veamos punto por punto estos impactos:

a).- Expansión de la megaminería y nuevas asimetrías geopolíticas. En


términos macroeconómicos y geopolíticos, las reformas mineras que impulsaron la
expansión inusitada de la minería transnacional en las economías latinoamericanas y en
nuestro país en particular, han implicado una significativa pérdida de la capacidad de
regulación y control de los territorios y sus recursos, por parte de los estados nacionales
frente a las grandes corporaciones transnacionales. Sin ningún ‗ánimo nacionalista‘, las
reformas neoliberales han hecho del territorio latinoamericano un proveedor intensivo de
bienes y servicios ambientales para abastecer la ‗carrera productivista‘ del mercado
mundial. Tras la ‗maduración de las inversiones‘, la región se convirtió nuevamente en un
‗proveedor‘ por excelencia de ciertos recursos minerales estratégicos para el desarrollo
industrial del mundo: en los últimos años, la riqueza geológica de la región ha abastecido el
45 % del cobre, el 40 % de la plata, y poco más del 25 % del zinc, el estaño y el oro que se
consume a nivel mundial, siendo que, en promedio, el consumo de minerales de la región
representa apenas el 5 % del consumo mundial (Sánchez Albavera et alt., 1998; Sánchez
Albavera y Lardé, 2006; Campodónico y Ortiz, 2002; Moussa, 1999).

Desde un punto de vista estructural, el principal efecto del mismo ha sido el de


reinstalar un nuevo patrón de asimetrías económicas y geopolíticas a través de la creación
de territorios especializados en la provisión de bienes naturales, intervenidos y operados
bajo el control de grandes empresas transnacionales. De tal modo, éstas se constituyen, por
un lado, en nodos de apropiación de rentas generadas políticamente a través de los
beneficios fiscales y comerciales; y por el otro, cumplen la ‗función geopolítica‘ de asegurar
a nivel global la provisión de insumos críticos y estratégicos para las dinámicas de
transformación y consumo controladas desde las potencias que detentan el monopolio de
la innovación tecnológica y de los flujos financieros mundiales.

En términos generales, estas transformaciones tuvieron la función y efecto de crear


nuevos dispositivos de subalternización de las economías nacionales y de apropiación y
transferencia de grandes excedentes financieros, asociados estructuralmente a la pérdida
del peso relativo del Estado en la producción y regulación económica de sus territorios y
correlativo incremento de la participación y el poder de las grandes empresas
transnacionales, tanto en las economías nacionales como en el plano mundial.

Bajo tales niveles de concentración de la producción mundial, la determinación de


las condiciones de radicación y funcionamiento de las explotaciones en sus variables más
críticas (régimen de propiedad, condiciones tributarias, financieras y comerciales, de
regulación ambiental y laboral, precios de productos e insumos claves) pasan de hecho a
estar fuertemente sujetas al poder decisorio de las empresas. Si en los 90 esa
subalternización dio lugar en la región al ―ranking de los países imanes‖, esto es, según la
mayor liberalización comparativa conducente a la concentración antes referida, en la
actualidad el escenario que hacen visible las 500 empresas mineras canadienses que
13

actúan a nivel global-regional, es que el sector sigue prospectando la expansión y


concentración en términos de los ―atractivos de las políticas‖ de los gobiernos7 .

b).- Impacto sobre el aparato productivo interno. Economías de enclave


= extranjerización, concentración y re-primarización de la estructura
productiva. La expansión de la minería transnacional promovida por las reformas de los
‘90, de la mano de las privatizaciones y el ingreso masivo de Inversiones Extranjeras
Directas, coadyuvó a un fenomenal proceso de transformación en la estructura productiva
regional; la extranjerización de la economía acompañó un proceso de redireccionamiento
en dos sentidos:

-Por un lado, la prioritaria orientación al mercado interno es desplazada por un


creciente esfuerzo exportador como factor dinamizador de la economía en su conjunto.

-Por el otro, se verifica un retroceso relativo del sector industrial que genera mayor
valor agregado, cuya contrapartida es la creciente re-primarización generalizada del
aparato productivo regional. Resumiendo una evaluación ampliamente indagada, Arceo
indica que como resultado de estas transformaciones, al cabo de la década, América Latina
se encuentra con ―una estructura productiva extranjerizada y reprimarizada, donde la
apertura económica ha acarreado la desaparición de los segmentos más complejos del
sistema productivo, y las altas tasas de interés ligadas a las exigencias del pago de la
deuda externa han transformado, en la mayoría de los países, a la actividad financiera y
la especulación en las áreas de más alta rentabilidad. (...) la radical reducción de la
capacidad de regulación y control de los aparatos del Estado…expresan en gran medida
una reconfiguración del bloque dominante…donde pasan a ocupar un lugar central el
capital financiero transnacional y los sectores productivos, nacionales y extranjeros,
ligados a la producción primaria para el exterior…” (Arceo, 2007: 53).

El fuerte ‗esfuerzo exportador‘ asumido por los países de la región se refleja en el


incremento del porcentaje de las exportaciones sobre el PBI, cuyo promedio regional pasó
del 11,6 % en 1975 al 23, 7 % en el 2003. Un informe de la CEPAL (E. Gudynas:2010),
refleja esta tendencia, a través de los indicadores del año 2009, los cuales registraron un
incremento en relación con el año precedente: así, en la Comunidad Andina el porcentaje
de exportación de productos primarios pasó del 81% en 2008, a 82,3% en 2009, y para el
caso del MERCOSUR el crecimiento fue aún mayor, ya que éstas pasaron del 59,8% al
63,1%. En la región, Bolivia se halla a la cabeza del proceso de reprimarización (92,9% de
sus exportaciones corresponden a productos primarios), pero la dinámica alcanza incluso a
Brasil, pues durante las dos presidencias de Lula da Silva, la participación de los bienes
primarios en las exportaciones pasó de 48,5% en 2003 a 60,9% en 2009.

Según la Organización Mundial del Comercio, entre 2000 y 2009 los productos
agropecuarios pasaron de 34,7% a 42,6% del total exportado por el MERCOSUR, y los
combustibles y productos de la minería de 14,1% a 18,7%, mientras que las manufacturas

7 http://www.noalamina.org/mineria-mundo/mineria-norteamerica/canada-seria-el-principal-
territorio-minero-del-mundo. link.reuters.com/few38r 11 de marzo, 2011
14

cayeron de 48,8% a 35,7% del total. En la Comunidad Andina, los combustibles y


productos de la minería aumentaron de 43,0% a 49,3% del total, mientras que las
manufacturas disminuyeron de 23,2% a sólo 17,5% del total8. En 2009, el valor del total de
exportaciones mundiales de mercancías comprendía: productos agropecuarios 9,6%,
combustibles y productos de la minería 18,6%, y manufacturas 68,6%. Para América del
Sur y Central (sin México) los valores respectivos eran 30,5%, 38,9% y 27,4%, mostrando
claramente la inserción primario-exportadora de estas economías en el sistema mundial9.

América del Sur y Central representa el 12,4% de la superficie de tierras emergidas,


donde vive el 6,9% de la población mundial. Pero su participación en las exportaciones
mundiales de menas y minerales es mucho mayor: de 13,8% del total mundial en 1990,
llegó a 19,3% en 2009 (13 veces más que sus importaciones de menas y minerales) 10, y se
prevé que siga creciendo, ya que en 2010 atrajo el 27% del presupuesto mundial de
exploración minera por metales no ferrosos11. Contrastando con esos valores, en 2009 sólo
participó con un exiguo 1,5% en las exportaciones mundiales de manufacturas.

En relación a esta reprimarización exportadora del aparato productivo regional,


cabe señalar que las condiciones y modalidades de la privatización y extranjerización del
aparato productivo regional y, en especial, de la explotación de los ‗recursos naturales‘, han
incidido negativamente sobre la composición sectorial y regional del PBI, el perfil de
inserción internacional y la capacidad de desarrollo endógeno de las economías nacionales,
tal como lo indican una amplia diversidad de estudios sobre el caso.

En términos generales, no se puede disociar el masivo ingreso de IED y


la transnacionalización de las economías latinoamericanas del concomitante
proceso de reprimarización exportadora del aparato productivo regional;
mecanismo y efecto de un mismo proceso, ambos están vinculados al diseño
macroeconómico de generación de divisas para el pago de la deuda externa.

Desde el punto de vista estructural, la IED, en el marco de apertura comercial


y de crecimiento basado en la exportación de bienes intensivos en ‗recursos naturales‘, ha
provocado fuertes daños a los sectores productivos de mayor complejidad tecnológica, con
alto dinamismo potencial en la generación de empleo y de valor agregado (Martins, 2005;
Arceo, 2007; Albala-Bertrand, 2006). Desde el punto de vista geopolítico, han
significado, para las economías centrales, la recuperación del acceso y control de las

8 En parte, estos cambios se deben a que entre 2000 y 2009 aumentó el precio relativo de los
combustibles y minerales, y en menor medida el de los productos agrícolas, respecto de las
manufacturas. Pero a esta causa que operó a escala mundial, en América del Sur se agregó que el
volumen físico de productos agropecuarios y minerales exportados aumentó mucho más que el de
las manufacturas.
9 O.M.C. (2010): Estadísticas del Comercio Internacional 2010. OMC, Ginebra, pág. 26, 27 y 44.
10Calculado sobre datos de O.M.C.: op. cit., pág. 195 y 197, y OMC (2001): Estadísticas del Comercio
Internacional 2001.
Metals Economic Group - CESCO (2011): Tendencias de exploración mundial 2011. Halifax, MEG,
11

pág. 4.
15

fuentes de materias primas y energías y el restablecimiento de los flujos abastecimiento


hacia los nuevos centros dinámicos de procesamiento y consumo12.

Expresión paradigmática de los efectos mencionados, el „boom minero‟


implica, desde el punto de vista de las economías nacionales, la cabal
recreación de „economías de enclave‟, como expresión extrema de espacios
socioproductivos estructuralmente dependientes. La minería metalífera
emergente de las reformas constituye un sector excluyentemente dominado por grandes
corporaciones transnacionales, totalmente ligado a flujos globales-verticales de provisión y
recreadores de un patrón asimétrico de intercambios (importación de bienes e insumos
tecnológicos /exportación de commodities ambiente intensivos y de bajo valor agregado).
Consecuentemente, son escasas sus articulaciones con los aparatos productivos nacionales,
lo que se manifiesta en la baja incidencia en el PIB, en la exigua generación de empleo y en
el muy bajo desarrollo e innovación tecnológica interna. Como puede verse en el cuadro
siguiente, el sector minero metalífero está casi totalmente orientado al mercado externo y
su gran incidencia en la composición de las exportaciones contrasta notoriamente con su
exigua relevancia en la estructura del PIB y en la proporción de ocupados en el sector.

INCIDENCIA DEL SECTOR MINERO EN EL PBI, EL EMPLEO, LAS EXPORTACIONES Y


LOS INGRESOS FISCALES DE CHILE, PERÚ Y ARGENTINA

Producción Participación Contribución


Exportaciones Ocupados en
minera del sector de la minería
mineras sobre el sector
Países metalífera minero en la sobre el total
el total de minero
destinada a la composición de ingresos
exportaciones sobre el total
exportación del P.I.B. fiscales

Chile1 97,6 % 63 % 6,0 % 0,8 % 15,8 %2 - 7,1 %3

Perú 94,6 %4 60,14 %5 4,6 %6 0,9 %6 6,9 %7

Argentina1 92,9 %8 2,55 % 2,0 % 0,06 % 0,43 %9

12El rol del BID, promotor de las políticas de financiamiento para esta geopolítica ha aprobado para
Canadá, desde agosto de 2009, un incremento de capital exigible que subió a 4.000 millones de
dólares, el que elevó el capital ordinario del BID en 105.000 millones. En un comunicado oficial, el
BID afirmaba: “La Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo aprobó
una decisión de Canadá de aumentar temporalmente su capital exigible en el BID, una medida que
permitirá a la principal fuente de financiamiento multilateral para América Latina y el Caribe
incrementar su apoyo financiero a la región en el corto plazo. (…) La contribución de Canadá
permitirá al BID incrementar su financiamiento para programas de desarrollo social para
amortiguar el impacto de la desaceleración económica causada por la crisis financiera global”,
afirmó el presidente del Banco, Luis Alberto Moreno. “El BID y sus países miembros agradecen
profundamente a Canadá este apoyo”. ” http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-
prensa/2009-08-06/gobernadores-del-bid-aprueban-aumento-temporal-en-capital-exigible-de-
canada,5548.html
16

Fuente: Elaboración de Horacio Machado Araoz en base a datos COCHILCO, ―Anuario de Estadísticas del
Cobre y Otros Minerales 1987-2007‖; Anuario Minero 2008 (MEM del Perú); Secretaría de Minería, AFIP e
INDEC (Argentina). Notas de referencia: 1. Datos correspondientes al año 2006; 2. Aportes fiscales de Codelco
y Enami; 3. Aportes fiscales de empresas mineras privadas; 4. Promedio correspondiente al Cobre, Oro, Zinc y
Molibdeno; 5. Promedio anual período 2005-2007; 6. Promedio anual período 1990-2006; 7. Promedio anual
período 1998-2006; 8. Promedio correspondiente a Cobre, Oro y Plata; 9. Impuesto a las ganancias de la
minería metalífera sobre el total de la recaudación fiscal, año 2007.

En suma, es una falacia afirmar que América Latina es ―mineral‖, o que


históricamente se halla condenada a exportar ―Naturaleza‖, como subrayan periodistas
promineros, ocultando los complejos procesos históricos, a la vez políticos, económicos y
sociales, que están detrás de ello. La opción ―mineral‖, que hoy busca implantarse desde
México a la Argentina, responde a una nueva división global y territorial del trabajo,
basada en la apropiación irresponsable de los recursos naturales no renovables, lo cual
produce nuevas asimetrías económicas, políticas y ambientales entre los países del centro y
de la periferia. En este sentido, el extractivismo resultante no es un destino, es una
opción política y civilizatoria que reconfigura negativamente los territorios y economías y
genera una nueva dependencia: cada vez exportamos más materias primas y avanzamos en
el proceso de reprimarización, concentración y extranjerización de nuestras economías.
17

Mito 3: La minería genera empleo y crecimiento económico


local

Las promesas de la generación de fuentes de empleo suelen ser uno de


los más relevantes „argumentos‟ que se usan para justificar las
políticas de „promoción‟ de la minera a gran escala; se suele decir que
la gran minería genera oportunidades económicas y laborales para la
población local. Sin embargo, éste suele ser uno de los flancos más
débiles de la argumentación; toda la evidencia empírica demuestra
que se trata de un sector eminentemente capital-intensivo y que su
incidencia en la generación de puestos de trabajo locales es
prácticamente insignificante.

“Los proyectos mineros a gran escala generan una demanda intensiva


de trabajo en las fases iniciales, lo que crea la ilusión de trabajo permanente.
Generalmente el peor trabajo queda para los vecinos del lugar y los puestos
mejor pagados y más altos son para gente de afuera” (J.Moore, 2009).

Al respecto, Earthworks (citado en Moore, 2009) ha observado: ―Al inicio de la


operación de una mina, la actividad económica local crece notablemente. Hay nuevas
vías y nuevas viviendas construidas para los mineros; también se establecen pequeños
negocios para atender la mina y sus trabajadores. Pero aquellas economías
frecuentemente se debilitan por el fenómeno llamado company town (economías de
enclave), es decir: hay poca actividad económica independiente de la mina. Este nivel de
dependencia no genera estabilidad económica a largo plazo.‖13

La minería de gran escala se caracteriza por ser una de las actividades


económicas más capital-intensivas. Cada 1 millón de dólares invertido, se
crean apenas entre 0,5 y 2 empleos directos14. Cuanto más capital-intensiva es
una actividad, menos empleo se genera, y menor es la participación del
salario de los trabajadores en el valor agregado total que ellos produjeron con
su trabajo: la mayor parte es ganancia del capital.

“La minería metálica industrial emplea de modo directo en el mundo a


2,75 millones de personas, lo cual representa 0,09% de los puestos de trabajo
a escala global; la minería de pequeña escala emplea unos 13 millones. Según
la Organización Internacional del Trabajo, entre 1995 y 2000 la tercera parte

13Earthworks & Oxfam America. 2007. Dirty Metals Report: Mining, Communities and the
Environment, pág. 18.
14 Cálculo sobre datos de Minera Alumbrera, Veladero, Potasio Río Colorado y otras. Hernández
indica 1 empleo directo por cada US$ 1,2 millones: HERNÁNDEZ, S.: Sistemas Legales de Apoyo a
la Pequeña y Mediana Minería, en:
http://www.panoramaminero.com.ar/sergio%20Hernandez.doc
18

de los trabajadores mineros en los 25 países de mayor producción de


minerales perdieron su trabajo. La razón principal: la introducción de
tecnologías que desplazan mano de obra” (J. Moore, 2009).

Ejemplo: Tomemos, el caso emblemático de Chile, país minero ‗por


excelencia‘, al que tanto le gustan adular como ‗modelo‘ los gobernadores de nuestros
‗pagos‘, los Gioja, los Beder Herrera, los Brizuela y otros más… Formateado al extremo
como ninguno por los postulados del neoliberalismo, la redinamización reciente de las
explotaciones mineras en Chile deja al desnudo la falacia de la minería como ‗creadora de
empleos‘. Las estadísticas del período 1990-2004 de la minería en Chile muestran de
forma contundente el fuerte incremento de los volúmenes de explotación y extracción, y de
los valores de exportación, producidos a la par de una paralela caída en la cantidad
absoluta y relativa del empleo minero.

Los datos permiten observar el gran aumento en los volúmenes de mineral


extraídos, del 45% en el caso del oro, de más del 107% en el de la plata, triplicándose en el
caso del molibdeno. En cuanto al cobre, que representa en torno al 90% de la minería
metalífera chilena, en 2004 los volúmenes habían aumentado más de 240% respecto de
1990. No obstante, la cantidad de empleos en el sector minero en general registra una
caída superior al 30% en 2004 con relación a los puestos de trabajo en 1990.

Esto significa que mientras los volúmenes de minerales extraídos registraron un


crecimiento promedio del 150% entre 1990 y 2004, esto se produjo en el marco de una
pérdida neta de 18.490 puestos de trabajo. Con ello, la ya exigua participación de la
minería en el total de ocupados del país se redujo drásticamente en más del 50%, pasando
del 1,34% del total de ocupados en 1990 a sólo el 0,67% en el año 2004.

Argentina:

En su sitio web, la Secretaría de Minería de la Nación promete 380.000


empleos directos y 800.000 indirectos para 2025. Previsión incierta, pues
según la misma Secretaría, en 2007 el país contaba con sólo 40.000 empleos
directos en minería15, lo que equivaldría a apenas 0,24% de la población
económicamente activa (P.E.A.), compuesta por unos 16 millones de
trabajadores. La Secretaría no indica qué metodología utilizó para calcular 192.000
puestos de trabajo indirectos, sumando un total de 232.000 empleos.

Estos datos contrastan con los publicados por el I.N.D.E.C.16, según el


cual durante 2010 hubo un promedio de 19.412 trabajadores registrados en
explotación de minerales no energéticos (es decir, sin considerar petróleo,
gas, carbón y uranio): 7.127 en minerales metalíferos y 12.285 en otras minas
y canteras.

15 Secretaría de Minería (2008): Minería en números 2008, p. 11 y 13.


16INDEC (2011): Evolución de la distribución funcional del ingreso (origen de los datos: Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones)
http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/17/cgi_03_11.pdf
19

En Chile, la minería factura 8 veces más que en Argentina (excluyendo


hidrocarburos). Pero según el Servicio Nacional de Geología y Minería, en 2009 dio
empleo a un total de 174.125 trabajadores, incluyendo contratistas (2,4% de la PEA
chilena)17. Y en Canadá, con una facturación total 6 veces mayor a la minería argentina,
sólo 51.116 trabajadores directos18.

No se ve pues en que datos se basó recientemente la Secretaría de Minería de la


Nación, para afirmar que ―La minería ya genera 500.000 empleos en el país‖19.

Los datos más recientes de empleo publicados en el sitio web del Ministerio de
Minería de San Juan, indican 4.167 empleos directos en la minería de esa provincia en
200620, equivalentes a 1,8% de la P.E.A. sanjuanina. Sumando el empleo indirecto, se
puede estimar entre 7 y 8 % de la P.E.A.

En áreas poco pobladas y con predominio de actividades agropecuarias extensivas,


puede representar un porcentaje similar o más elevado (Malargüe, noroeste de San Juan,
Santa Cruz, Puna), pero gran parte del personal es contratado en otras zonas.

Ejemplo: Allá por el año 1993, Minera Alumbrera, según publicidad del
Gobierno, auspiciaba la creación de 10.000 puestos de trabajo para ocupación de
mano de obra directa. Durante la fase de construcción de la mina se crearon 4.000
puestos de trabajo, según un informe publicado por la CAEM. Sin embargo, según un
estudio de la Universidad Nacional de San Martín, el empleo directo fue de 831, 795 y 894
puestos de trabajo para los años 2000, 2001, y 2002 respectivamente21. Y según la página
de la empresa, en el yacimiento minero trabajan actualmente 1.800 empleados: 800
puestos de planta permanente y un promedio de 1.000 contratistas. ―La cantidad de
empleados en el sector minería durante este período fue de apenas el 0,8 % (Censo
Nacional 2001) del total de ocupados de la provincia de Catamarca‖22 (Machado Araoz,
2009).

Consecuentemente, la expectativa de generación de puestos de trabajo


supera ampliamente los puestos de trabajo efectivamente creados. Sin
embargo, el fantasma del desempleo es un argumento utilizado de manera
recurrente para promover la Megaminería, pese a que en el desenvolvimiento

17 http://www.sernageomin.cl/pdf/publicaciones/anuario2009.pdf
18 http://www.nrcan-rncan.gc.ca/mms-smm/busi-indu/cmy-amc/2009revu/stat-stat/tab22-30-
eng.htm#t22
19 http://www.infobae.com/econom%C3%ADa/527260-100895-0-Aseguran-que-la-
miner%C3%ADa-ya-genera-500.000-empleos-en-el-pa%C3%ADs
20http://www.mineria.sanjuan.gov.ar/estadisticas/docs_pdf/pdf/Estadistica_2006.pdf. A partir de
los datos allí indicados, se calculó el empleo propiamente minero, descontando 2.352 empleos en
fabricación de productos derivados (cal, ladrillos, cerámicos, ferroaleaciones).
21 http://www.alumbrera.com.ar/art-003-a.asp
22 Machado Araoz,(2009) ―Sobre mitos, sueños y fantasías. La extraña realidad de la minería como
fantasía colonial,‖ Universidad Nacional de Catamarca, mimeo.
20

de estos emprendimientos difícilmente se cumplan con las promesas


publicitadas, como bien muestra el folleto de minera La Alumbrera, que
prometía nada menos que 10.000 empleos directos…
21

Mito 4: La minería crea muchos puestos de trabajo indirectos

Como siempre se recalca desde el discurso oficial minero, podría


decirse que el análisis anterior no toma en cuenta los puestos de
trabajo indirectos que crea la minería, empleos que, aunque no son en
labores mineras, no se habrían „creado‟ de no ser por la demanda
generada por la misma…

Es común que el sector minero destaque los empleos indirectos que se generan con
su actividad, es decir los de actividades inducidas por la demanda de bienes y servicios de
las empresas. Es cierto que las grandes empresas mineras compran en Argentina parte de
sus insumos corrientes durante la fase de explotación, y eso genera empleo nacional. Sin
embargo, la mayor parte de los bienes de capital (palas cargadoras, camiones,
maquinarias, etc.) y muchos insumos son importados, lo cual origina empleo
pero en otros países. Por ejemplo, para la fase de construcción de su proyecto,
Minera San Jorge (Mendoza) prevé que las importaciones representarían el
75% del costo total de los bienes por adquirir23.

Hacia adelante, las mineras radicadas en Argentina tampoco generan


encadenamientos o complejos productivos, pues exportan materia prima con
ínfimo valor agregado. Por ejemplo, Minera Alumbrera exporta un concentrado de
cobre, oro y otros minerales sin especificar, generando empleo en los países de destino
donde se refina e industrializa dicho concentrado

Más allá de las dificultades metodológicas que existen para medir el


empleo indirecto, las evidencias empíricas en nuestros países señalan la baja
calidad de dichos empleos emergentes en relación a la minería transnacional.
Se trata de empleos altamente dependientes del enclave exportador y con
bajísimas tasas de reproducción una vez que decae el ciclo extractivo (ligados
a la construcción, transporte, comercio, proveeduría de bienes y servicios de
baja o media densidad tecnológica, etc.). Asimismo, muchos servicios profesionales
que suelen contratarse (servicio jurídico, empresas de marketing, consultoras sociales,
medios de comunicación social) están simplemente asociados a las tecnologías de
fabricación de la ‗licencia social‘ de las empresas, sin mayor impacto en términos del valor
social generador de estos sectores para la economía en general

A esta enumeración, cabría agregar el número creciente de profesionales


contratados para inhibir las resistencias de comunidades y vecinos ante los proyectos que
se busca implantar sin consultas ciudadanas, como los denominados “mediadores”,
redes de fundaciones y académicos, que se definen como “sin fines de lucro”,
mientras reciben los subsidios de empresas y gobiernos para obtener la
llamada “licencia social para operar”.

23Cálculo a partir del Informe de Impacto Ambiental: Proyecto Planta Concentradora San Jorge, pp.
370-371. Dirección de Protección Ambiental, Mendoza, Expte. 371-M-08-1583.
22

“Además, la rentabilidad de esta actividad económica es cíclica y


depende principalmente de los precios de metales en el mercado
internacional. Las poblaciones locales pierden el control de las principales
variables de su economía, la cual pasa a responder a intereses anónimos y
especulativos. Recordemos que la duración de una mina en promedio es de
unos 15 años” (J.Moore, 2009).
23

Mito 5: La minería se instala en “territorios vacíos” o


desiertos, es decir, en zonas postergadas, creando un círculo
virtuoso, generando desarrollo y elevando el nivel de vida de
la población

Otro de los grandes mitos que se suelen emplear para procurar la


legitimación social de la minería a gran escala es el relativo a los
„múltiples impactos positivos sobre las economías locales‟, a las que se
presenta como territorios vacíos y/o „desérticos‟, regiones
económicamente „atrasadas‟ sin otras „oportunidades‟ que la actividad
minera para su „desarrollo económico‟. Lo cierto es que la
representación de las regiones como „desérticas‟ y pobres constituye
una construcción ideológica que generalmente oculta historias
precedentes de explotación económica de los territorios, para
presentarlos como „territorios disponibles‟ o “socialmente vaciables”
para su valorización por parte del capital, en este caso, transnacional.
Se trata de una vieja estrategia de devaluación- expropiación de los
territorios largamente empleada a lo largo de los distintos ciclos de
„acumulación por desposesión‟ (Harvey, 2004), que tras la fachada de
la modernización se pueden verificar en nuestra historia económica.

Como se indica en Machado Aráoz (2010): “En términos de la


incidencia de la minería transnacional sobre las economías regionales, lo
cierto es que una vasta experiencia de casos históricos y presentes en nuestra
región latinoamericana permite constatar los efectos destructivos que la
misma tiene sobre los circuitos y sistemas de producción y consumo locales.
Una vasta bibliografía sobre esta cuestión da cuenta de los impactos en términos del
desplazamiento y destrucción de economías locales que generan los ‗enclaves extractivos
mineros‘, impacto que se ve momentáneamente amortiguado por la mayor circulación
monetaria durante el auge de la explotación, pero que evidencia sus consecuencias más
gravosas, una vez que concluye el ciclo extractivo (Kuramoto, 2000; Power, 2002;
Bebbington et Alt., 2007; Bury, 2007; Clark y North, 2006).

Cabe aclarar que no se trata de un tema admitido sólo por „economistas


críticos‟, sino que es una cuestión ampliamente aceptada incluso por sectores
académicos e institucionales fuertemente vinculados al sector minero. Un
ejemplo paradigmático en tal sentido es el conjunto de investigaciones compiladas por
Buitelaar (2001), tanto por el hecho de reunir un conjunto de trabajos específicamente
destinados a investigar el tema24, cuanto por la ‗representatividad‘ institucional de las

24La publicación reúne en una perspectiva comparativa doce investigaciones sobre aglomeraciones
mineras, tomando casos de Canadá, Chile, Perú, Brasil, Bolivia y Colombia.
24

entidades patrocinadoras25. Los trabajos que comentan los resultados de las


investigaciones parten de admitir que las ‗aglomeraciones‘ productivas locales en torno a la
minería, son, hoy por hoy, más un ‗desafío‘ (promesa) que una realidad constatable
(Echevarría, 2001; Chaparro Ávila, 2001), y van identificando, uno a uno, los principales
factores que obstruyen de hecho, el despliegue de procesos sostenibles de desarrollo
económico local a partir de la radicación de grandes emprendimientos mineros. Ocampo
(2001) señala los comportamientos empresariales que inhiben el efecto de difusión
tecnológica que habitualmente se pregona de las grandes empresas transnacionales 26; la
concentración de los segmentos tecnológicamente complejos de la cadena de valor minera
en los países de origen de las grandes empresas transnacionales, la escasa investigación y
desarrollo tecnológico que éstas realizan en los países donde se radican las explotaciones,
la limitación de las empresas locales a roles de intermediación comercial, imitación
tecnológica y aporte de mano de obra barata27; la provisión de mano de obra altamente
calificada y de materiales y insumos tecnológicos complejos a través de grandes
proveedores transnacionales que inhiben y desplazan las posibilidades de generación de
procesos de trabajo conocimiento-intensivos en las economías locales; los fuertes vínculos
de dependencia que articulan subordinadamente a los ‗proveedores‘ locales con las grandes
empresas mineras y sus roles subsidiarios en segmentos de baja especialización
(Curvewell, 2001), etc., son los principales resultados que se destacan en cada una de las
investigaciones realizadas.

En sus conclusiones, Buitelaar señala: “La minería desarrolla ventajas locales


estáticas, sobre todo en la forma de infraestructura especializada, pero desarrolla pocas
ventajas locales dinámicas en términos de capacidad innovadora. El derrame financiero
de la actividad se da más en las metrópolis dentro o fuera de América Latina que en las
economías de las regiones donde se encuentra la fase extractiva. En las aglomeraciones

25 Se trata de una publicación conjunta de la CEPAL –principal entidad regional comprometida con
la legitimación de las reformas mineras de los ‘90 - y el Centro Internacional de Investigaciones
para el Desarrollo (IRDC), organismo de la Cooperación oficial del Gobierno de Canadá, país de
origen de buena parte de las inversiones y las grandes empresas mineras radicadas en América
Latina
26 El autor señala: “la capacidad local de innovación y desarrollo tecnológico… es una de las
mayores debilidades de las aglomeraciones mineras en América Latina,(…) Las empresas
transnacionales tradicionalmente mantienen su capacidad de investigación y desarrollo en sus
respectivas sedes de sus países de origen. Consideran estratégica esta capacidad tecnológica y no
están dispuestas a compartirla con empresas locales.” (Ocampo, 2001: 01).
27Al respecto, basándose en el estudio del caso de Minera Yanacocha (Cajamarca, Perú), Kuramoto
concluye: “primero, se dan escasas relaciones productivas y comerciales con los agentes de la zona
(…) Segundo, aún cuando la mayor parte de las relaciones productivas se dan con empresas
limeñas, la debilidad tecnológica del sector industrial genera una dependencia de tecnología
extranjera y limita a las empresas a un rol comercializador. Tercero, hay un potencial nicho de
competitividad para las empresas cajamarquinas en la provisión de servicios no intensivos en
conocimiento. Cuarto, debido al poco desarrollo institucional en Cajamarca, la empresa mantiene
relaciones con instituciones públicas y gremiales en Lima” (Kuramoto, J. 2000: 08). Conclusiones
similares se han indicado para estudios de caso en Chile (Katz et alt., 2001). .
25

mineras, coexiste un segmento empresarial moderno, poco enraizado en la economía


local, que persigue una estrategia de eficiencia, con un segmento empresarial tradicional
atrapado en una estrategia de sobrevivencia. La contribución de la minería al desarrollo
local es percibida como insuficiente por la comunidad aledaña. El desarrollo y las
condiciones locales son de importancia relativa menor para la eficiencia de las empresas
mineras modernas. Esto no genera un círculo virtuoso que produce desarrollo. Las
grandes empresas del segmento moderno sí tienen una importante capacidad de
innovación, sobre todo para mejorar la eficiencia de los procesos productivos. La
mayoría, sin embargo, pertenece a conglomerados transnacionales que hacen el esfuerzo
de innovación preferentemente en su lugar de origen”. (Ocampo, 2001: 308).

Luego, al analizar las posibilidades futuras para intentar revertir esta situación, los
resultados del trabajo admiten las serias dificultades que obstaculizan los intentos de
industrialización tanto en los eslabonamientos hacia ‗atrás‘ (desarrollo de maquinarias,
equipamiento e insumos tecnológicos requeridos por las grandes explotaciones mineras)
como hacia ‗adelante‘ (procesamiento de minerales y elaboración de semi-manufacturas de
origen minero). Concluye que tal vez una de las pocas vías para intentar eslabonamientos
dinamizadores de las economías locales provenientes de la minería serían los „servicios de
manejo ambiental‟ (sic) (Buitelaar, 2001: 309). La claridad de las conclusiones y el lugar
de enunciación de los estudios, nos eximen de mayores comentarios al respecto.

La constatación de estos pobres resultados en cuanto a la difusión del


„desarrollo local‟ a partir de grandes explotaciones mineras ha dado lugar a
un creciente intervencionismo público-privado orientado a promover el
„desarrollo de proveedores‟ y a favorecer la instalación de una nueva „cultura
minera‟ entre las comunidades locales. Programas de capacitación, fondos de
micro-créditos para nuevos emprendimientos, „rondas de negocios‟,
asistencia „técnica‟ a „proveedores‟, entre otros, se cuentan entre las
principales nuevas prácticas, asumidas muchas veces conjuntamente entre
autoridades mineras nacionales y locales y empresas mineras, con el objeto
de generar capacidades „competitivas‟ y aptitudes „empresariales‟ entre los
pobladores locales. Un análisis específico sobre la cuestión mostraría además
la tendencia a monopolizar servicios y/o insumos básicos para el sector –
como la producción de cal, las consultorías, los seguros, etc.- en manos de
grupos o asociados que guardan estrechas relaciones con funcionarios y
empresarios.

Aunque excede el ámbito estrictamente económico, resulta pertinente


aquí sólo señalar los gravosos efectos micropolíticos que conllevan tales
„programas de promoción de clusters mineros locales‟. Por un lado, no se puede
soslayar el funcionamiento de este tipo de programas como una virtual herramienta de
extorsión/disciplinamiento que los actores pro-mineros ejercen sobre las comunidades.
Las ‗promesas‘ de ‗buenos negocios‘ asociados a la mina hacen que (al menos parte de) las
comunidades se avengan a ‗aceptar‘ el emprendimiento y, en lugar de ‗oponerse
insensatamente‘, ‗aprovechen y participen pro-activamente‘ en las ‗oportunidades de
progreso‘ que el mismo ofrece. Por cierto, este tipo de programas/promesas ha sido un
26

eficaz mecanismo generador de profundas divisiones y conflictos internos en las


comunidades locales (no sólo entre quienes se ‗convierten‘ en ‗proveedores‘ y quienes
‗militan‘ contra la minería, sino también entre muy diversos grupos atravesados por
acusaciones y sospechas de conveniencias económicas y/u oportunismos políticos, etc.),
funcionando de hecho como un efectivo dispositivo de debilitamiento y/o desbaratamiento
de las oposiciones a los proyectos mineros. Por otro lado, de la mano de este tipo de
programas avanza un discurso desarrollista que promueve la ‗articulación público-privada‘
como una ‗necesaria virtud‘ para romper el ‗círculo de la pobreza‘ y avanzar hacia el
desarrollo local. Bajo este discurso se invisibilizan y/o naturalizan prácticas a través de las
cuales el Estado asume directamente la gestión del Capital, ya sea favoreciendo la
rentabilidad de los emprendimientos a través de subvenciones públicas (infraestructura,
‗capacitaciones‘, ‗búsqueda de mercados‘, etc.), ya ‗removiendo‘ las oposiciones y
resistencias sociales a la penetración de las empresas en particular, y la mercantilización de
la vida sociocultural en general.

Lo cierto es que el impacto de la actividad minera sobre las ‗economías locales‘


depende y varía fuertemente en relación a la estructura y organización geopolítica del
mercado mundial, y a la posición que los países en cuestión ocupan en la división
internacional el trabajo. En tal sentido, los procesos de encadenamientos productivos
dinámicos a partir de la minería se dan únicamente en los casos de los países centrales
(Estados Unidos, Canadá, Australia), que son los países donde se hallan radicadas las
grandes corporaciones transnacionales que controlan las cadenas de valor a escala global.
En el caso de países especializados en la provisión de materias primas, lo cierto es que
ninguno de ellos ha superado la pobreza y el subdesarrollo gracias a la gran minería
transnacional. Esta puede generar fuerte crecimiento económico (aumento del producto
interno bruto - PIB), pero volátil, con escaso ―derrame‖ y sin auténtico desarrollo para la
población. Es oportuno mencionar los casos de Malí y Níger.

En los últimos 15 años, Malí se ha convertido en uno de los mayores


exportadores mundiales de oro, el cual llegó a representar más de la mitad de
sus ingresos por exportación28. Níger, por su parte, desde hace más de 3
décadas es uno de los 7 mayores extractores de uranio. A pesar de ello, Malí y
Níger siguen sumidos en el subdesarrollo extremo: en el Índice de Desarrollo
Humano publicado por Naciones Unidas, figuran en los rangos 160 y 167,
respectivamente, entre 169 países29.

En Argentina, el caso de Catamarca ilustra esta situación. Tras catorce


años de explotación de Bajo de la Alumbrera, el primer emprendimiento
megaminero radicado en el país, el paisaje socioeconómico de la provincia no

28 JUL-LARSEN, E. y otros (2006): Socioeconomic effects of gold mining in Mali. Bergen, CMI.
http://www.cmi.no/publications/file/?2340=socio-economic-effects-of-gold-mining-in-mali
PARKER, R. y WOOD, F. (2006): In search of Mali‟s gold-mining revenues. Boston, Oxfam
America. http://www.oxfamamerica.org/resources/files/hidden-treasure
29 P.N.U.D. (2010): Informe sobre Desarrollo Humano 2010. Nueva York, P.N.U.D., pág. 162.
http://hdr.undp.org/en/media/HDR_2010_ES_Complete.pdf
27

ha cambiado favorablemente, sino todo lo contrario: se evidencia la


intensificación de preocupantes indicadores „sociales‟, con niveles de pobreza
e indigencia, de desempleo y subempleo, y con porcentajes de población
„asistida‟ a través de los diversos „programas sociales‟ de los más altos del
país, e incluso, con algunos valores superiores a la media de la región del
NOA. La acentuación de los niveles de pobreza, indigencia y desempleo
contrasta notablemente con la „evolución‟ de las variables macroeconómicas
en un contexto de fuerte expansión de las exportaciones mineras. El
‗crecimiento‘ de la minería se ha dado en el contexto de una retracción de los niveles de
actividad de la industria, la construcción y el sector agropecuario provincial, a tal punto
que, entre 1997 y 2002, mientras que la variación del valor agregado del sector minero se
incrementó en un 11.353,3 %, la industria sufrió una variación negativa del 22,1 % y la
construcción del 47,7 %. Un estudio oficial señala que ―el sector minero constituyó la
fuente de crecimiento del PBG durante el período 1997-2002 (…) compensando las caídas
de las restantes actividades productivas‖ (D.P.P.D., 2005: 70), lo que en realidad puede
interpretarse como un solapamiento del deterioro de las capacidades productivas del
territorio provincial.

Comparando los años anteriores y posteriores al inicio de las actividades de Minera


Alumbrera, se puede observar una profunda transformación en la estructura productiva de
la economía provincial. El crecimiento de más de 18 puntos porcentuales promedio de la
participación del sector minero ha ocasionado una correlativa retracción de la casi
totalidad de las restantes actividades; entre ellas, resalta la magnitud del retroceso de la
industria manufacturera, con una caída de 10 puntos porcentuales, y del sector terciario en
general, que desciende en 7 puntos en los períodos comparados.

Un estudio de una dependencia del propio Ministerio de la Producción del


Gobierno de Catamarca, señala al respecto: “la actividad extractiva metalífera, con el
cobre como principal producto, se constituyó en el principal factor para el crecimiento de
los indicadores macroeconómicos provinciales. No obstante ello, su funcionamiento con
características de enclave, le impidió convertirse en motor de la economía provincial”
(D.P.P.D., 2005: 68).

Probablemente por la veracidad de este ‗reconocimiento‘ tras más de 12 años de


funcionamiento de la explotación, la provincia de Catamarca siga registrando los peores
indicadores ‗sociales‘. El diario provincial de mayor tirada brindaba recientemente un
sintético panorama de la situación social de la provincia en estos términos:

“Es habitual sostener que Catamarca es una provincia pobre. Deprimentes


indicadores sociales parecen sostener el aserto.

- Con el 25% de su población económicamente activa trabajando en el Estado -el


mayor porcentaje del país-, el desempleo alcanza no obstante el 9,9% y la subocupación
el 4,8%, lo que arroja a unos 30 mil catamarqueños con problemas laborales, sin tener en
cuenta a los becados, figura legal con que se encubre el empleo precario de miles de
jóvenes en la administración pública.
28

- 9 mil personas cobran planes de empleo de 120 y 180 pesos por mes, aparte de la
cobertura que brindan organismos nacionales como la Gerencia de Empleo, donde hay
registrados 15 mil beneficiarios de programas de inserción laboral, seguro comunitario y
seguro de capacitación y empleo.

- El 56% de los menores de 18 años -unos 88 mil niños y adolescentes- reciben la


Asignación Universal por Hijo. Se trata de la tasa más elevada de la Argentina.

- El 75% de las escuelas públicas alimentan a sus alumnos. 87 mil niños reciben
ración diaria en comedores infantiles y escolares.

- 30 mil familias reciben ayuda alimentaria a través de bolsones, tarjetas o Vales


Pro Familia. 1.200 familias más obtienen alimentos por el programa Hornos y Cocinas
solidarias. No hay registros oficiales unificados de otros subsidios otorgados por el
Estado Nacional a través del Ministerio de Desarrollo Social, la Legislatura provincial y
hasta los municipios.

- Catamarca tiene una tasa de suicidios de 13,5 casos cada 100 mil habitantes,
superando en un 58% la media nacional de 8,5. El embarazo adolescente, otro problema
de la pobreza y la falta de educación, alcanza el 20%, el nivel más alto del noroeste. De
estas madres, el 3,5% tiene menos de 15 años”. (El Ancasti, “El mito de la pobreza”, 20-
06-10).

Tratándose de una empresa periodística con una línea editorial


inequívoca y sostenidamente „pro-minera‟, resulta por ello más llamativo aún el
reconocimiento de las profundas frustraciones que las ‗promesas desarrollistas‘ de la
minería provocó en la población catamarqueña, tras más de 12 años de explotación del
emprendimiento más grande del país y uno de los más rentables de toda Latinoamérica.
Más recientemente, el mismo dueño del diario admitía:

“El creciente deterioro de la legitimidad social que sufre la minería en nuestra


provincia demanda adoptar y aplicar en forma urgente políticas encaminadas a insertar
esta actividad en la cultura productiva catamarqueña, consolidando condiciones para
que pueda desarrollarse con el apoyo de la comunidad. La resistencia a la minería,
palpable en todo el territorio provincial, es más intensa en los departamentos del Oeste,
donde están los yacimientos de mayor envergadura. Según una encuesta realizada
recientemente por una prestigiosa consultora nacional, en Andalgalá, 7 de cada 10
ciudadanos está en contra de las explotaciones mineras. Mientras que en Santa María, la
oposición ronda el 60%. (…)

Sabemos ya cuáles fueron los errores que llevaron a la situación que se vive, de la
que son responsables las autoridades políticas tanto como las propias empresas mineras.
(…) La falta de información es aprovechada para desinformar por los sectores
interesados en demonizar la minería, a la que postulan, sin sustento, como la causa de un
sinnúmero de males mientras difunden apocalípticas profecías. No puede negarse el éxito
que los enemigos de la minería han tenido hasta ahora en sus objetivos de atemorizar a
la población.
29

Pero el discurso antiminero, por otra parte, no tendría ningún margen para
extenderse si los catamarqueños pudieran percibir que la explotación de sus riquezas
tiene impacto concreto en su calidad de vida. Lo cierto es que esto no ha ocurrido. Por el
contrario, se ha permitido el dispendio de la renta minera, dilapidada mayormente en
aras del clientelismo y la corrupción”. (―La minería hoy. Señor gobernador, es imperioso
intervenir‖, Silvio Zitelli, El Ancasti, 17-06-10. Resaltado nuestro).

El índice de pobreza del Gran Catamarca siempre ha sido mayor al promedio


nacional, pero en los últimos años la diferencia respecto de ese promedio se ha mantenido,
y en algunos períodos aumentó. En 1997 empezó a producir la mina Bajo de la Alumbrera,
Catamarca, la más importante del país hasta hoy. Trece años después, en el primer
semestre de 2010, según la metodología del INDEC30, en Argentina había un
12,0% de personas bajo la línea de pobreza. Ese valor se elevaba a 20,9% en el
Gran Catamarca, y a 14,4% en el Gran San Juan31. Los promotores de la minería
suelen anunciar que, debido a la competencia de los altos salarios pagados por esta
actividad, las demás se verán obligadas a elevar los suyos. Sin embargo, la presencia de
Minera Alumbrera no ha revertido el bajo costo salarial privado en la provincia de
Catamarca, que durante 2010 registró un promedio 19,4% menor al promedio nacional,
mientras que en San Juan ese valor fue 21,7% menor a la media nacional32

Según el P.N.U.D., en 2006 el Índice de Desarrollo Humano Ampliado


promedio en Argentina fue de 0,682. Pero resultó ser bastante menor en
Catamarca (0,596) y en San Juan (0,586), provincias que ocuparon el 19º y
20º lugar entre 23 jurisdicciones33.

Ejemplo: Un episodio vergonzoso, pero emblemático da cuenta del


modelo de desarrollo propiciado por este tipo de minería. En 2009, el diputado
nacional del Frente para la Victoria, Gerónimo Vargas Aignasse, de Tucumán, presentó un
proyecto de Declaración para que el Congreso de la Nación exprese “que vería con agrado
que el alimento sobrante diario de MINERA ALUMBRERA LIMITED fuera entregado en
forma de donación al Municipio de Andalgalá y Amaicha del Valle, escuelas y comedores
escolares como así también a toda sociedad de beneficencia de niños carenciados de la
Provincia de Catamarca y Tucumán”. La entrega de sobras a escolares y carenciados:
¿Sería éste el famoso ―efecto derrame‖ que los paladines de la mega-minería invocan para
defender la actividad? ¿O sería una expresión novedosa del clientelismo empresarial, que
muchos pretenden disfrazar tras el pomposo concepto de ―responsabilidad social
empresarial‖? ¿Acaso no era que la minería sería un motor de desarrollo provincial?‖
(Svampa y Viale, 2009)

30 Aunque cuestionable, aplicada por igual en todo el país: es válido comparar resultados
provinciales.
31 http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/74/pob_tot_1sem10.pdf
32 http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/17/cgi_03_11.pdf
33 http://www.undp.org.ar/desarrollohumano/Aportesdesarrollohumano2009ARG.pdf
30

Andalgalá fue declarada en Emergencia Económica a fines de 2009 por


la gravísima situación financiera que enfrentaba el municipio.
31

Mito 6. Los beneficios de la minería se quedan en los países


donde se extraen los minerales, y las empresas contribuyen
con el pago de diferentes impuestos al desarrollo del país.

Como corolario de los efectos macroeconómicos resultantes de la


„especialización minera‟, hay que señalar el fenomenal proceso de
captación y transferencia de valores excedentes que tiene lugar a través
del conjunto de dispositivos de política económica instalados con las
reformas mineras de los ‟90: todo el andamiaje fiscal, financiero,
comercial y regulativo (ambiental y laboral) instalado con las reformas
„componen‟, en su conjunto, las extraordinarias tasas de rentabilidad
de las grandes corporaciones mineras transnacionales. Los aspectos
que tienen un rol clave en la construcción política de la rentabilidad
empresarial minera son, en primer lugar, la ingeniería fiscal
compuesta de inéditas exenciones y beneficios impositivos que inciden
de modo determinante en la porción de las rentas de explotación que
los estados y las sociedades ceden a favor de los „inversionistas‟.

El resultado es una ecuación financiera asimétrica: ingresos fiscales


exiguos vs. ganancias empresariales extraordinarias.

Esto permite que coexistan en un mismo territorio empresas inmensamente ricas y


pueblos extremadamente pobres, como ocurre en Catamarca, donde la actividad de Minera
Alumbrera, a pesar de estar en funcionamiento desde hace más de 15 años, con
exportaciones que superan el presupuesto provincial, no ha contribuido al mejoramiento
de los niveles de pobreza e indigencia provincial.

Una primera cuestión que hay que aclarar es que, a diferencia de lo ocurrido con los
demás recursos naturales, especialmente con los hidrocarburos34, no fue la reforma
Constitucional del año 1994 la que ―provincializó‖ los recursos mineros. En efecto, las
minas y sus minerales siempre fueron, en nuestra legislación, de dominio
privado de la provincia o de la nación, según el lugar en el que se encuentren.
Fue en el año 1864 cuando el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de Código de
Minería. En el título I de dicho proyecto se establecía que ―los minerales pertenecen a la
Nación si se encuentran en depósitos naturales, aunque ésta puede conceder a los

34En el año 1992 la Ley 24145 transfirió ―el dominio público de los yacimientos de hidrocarburos
del Estado Nacional a las provincias en cuyos territorios se encuentren, incluyendo los situados en el
mar adyacente a sus costas hasta una distancia de doce millas marinas medidas desde las líneas de
base reconocidas por la legislación vigente‖. Esta norma borró de un plumazo a la Ley 17.319, que
había ratificado la propiedad inalienable e imprescriptible de los yacimientos de hidrocarburos
como pertenecientes al patrimonio del Estado Nacional.
32

particulares el derecho de explotarlos en su propio beneficio, conforme a los términos y


condiciones que el proyecto establece‖. Resulta evidente que esta disposición tenía como
fuente la legislación de países unitarios (centralistas) como Chile, Austria o Francia, lo que
colisionaba con el modelo federal impuesto a nuestras instituciones. Justamente por ello,
este proyecto jamás fue tratado por el Congreso Nacional dado que negaba a las provincias
la propiedad de las minas existentes en su territorio. En esos años ya existían, además, las
disposiciones del Código Civil sobre la materia (Art. 2342, inciso 2º) que ratificaban el
dominio de los minerales a las provincias o al Estado Nacional según su ubicación
territorial.

Fue el presidente Bartolomé Mitre, en el mes de septiembre de 1885, quien


finalmente envió el proyecto al Congreso Nacional, el cual lo aprobó luego de algunas
reformas. De esta manera, el 25 de noviembre de 1886, se sancionó la ley 1919,
que comenzó a regir a partir del 1 de mayo de 1887. Así nuestro Código de
Minería tiene desde su misma creación en el siglo XIX, la disposición
establecida en su artículo 7, la cual señala que: “Las minas son bienes
privados de la Nación o de las Provincias, según el territorio en que se
encuentren.”

Estas disposiciones que establecen el dominio provincial de los


recursos mineros, fueron ratificadas con la reforma Constitucional del año
1994. Así nuestra Carta Magna establece que “Corresponde a las provincias el
dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio.”

Durante los `90, como en otros países de la región, la introducción del nuevo
modelo de megaminería en Argentina se realizó gracias a una serie de leyes promulgadas
durante los dos mandatos de Carlos Menem (1989-1995, 1995-1999). Con este marco, la
actividad minera es la actividad extractiva que más ha sido beneficiada e
incentivada por la legislación de nuestro país. El régimen jurídico aplicable a
la minería cuenta con un tratamiento impositivo y financiero diferencial con
beneficios exclusivos para el sector que, si bien se originan en la década de los
90, permanecen y se consolidaron en los últimos años:

Cuadro Nº 1: Principales leyes argentinas que rigen la actividad minera


(1993 – 2001) (elaboración: Svampa, Bottaro y Sola, 2009)

Nº de ley y nombre Fecha


Ley 24.196
Abril 1993
Inversiones Mineras
Ley 24.224
Julio 1993
Reordenamiento Minero
Ley 24.227
Julio 1993
Creación de la Comisión Bicameral de Minería
Ley 24.228
Julio 1993
Ratificación del Acuerdo Federal Minero
Ley 24.402 Noviembre 1994
33

Régimen de Financiamiento y devolución anticipada del IVA


Ley 24.498
Julio 1995
Actualización del Código de Minería
Ley 24.585
Noviembre 1995
Protección Ambiental para la Actividad Minera
Julio 1996
Ley 25.243
Diciembre 1997
Tratado Binacional entre Argentina y Chile de Integración y
(suscripción por ambos
Complementación Minera
países)
Ley 25.161
Octubre 1999
Valor boca mina
Ley 25.429
Mayo 2001
Actualización minera

En mayo de 1993 entra en vigencia la ley 24.196 de Inversiones Mineras, que con
posterioridad es modificada por las leyes 24.296, 25.161 y 25.429, las cuales acentúan y
profundizan aún más los beneficios impositivos y financieros a la actividad. Estas
normas -a las cuales adhirieron la totalidad de las provincias mineras-,
confundiendo seguridad jurídica con seguridad económica, otorga a la
minería un régimen de Estabilidad Fiscal por el término de 30 años del que no goza
ningún habitante de nuestro país. Esto significa que los sujetos alcanzados por estos
beneficios no pueden ser afectados por ese plazo por la creación de nuevos impuestos, el
aumento de alícuotas, impuestos aduaneros, la derogación de exenciones otorgadas, la
eliminación de deducciones admitidas, etc., tanto a nivel Nacional y Provincial como
Municipal. Esta estabilidad fiscal permitió, entre otras cosas, que las empresas
mineras acogidas a este régimen no sufran el gravamen a los débitos y
créditos bancarios, más conocido como “Impuesto al cheque”.

En el pago del Impuesto a las Ganancias tienen un régimen que les


permite deducciones y beneficios de todo tipo y alcance:

a) Deducción del 100% de los montos invertidos en gastos de prospección,


exploración y demás trabajos destinados a determinar la factibilidad técnico-
económica del proyecto. Además, esta deducción podrá realizarse sin perjuicio del
tratamiento otorgado por la normativa general de Impuesto a las Ganancias, como
gasto o inversión amortizable, lo que se traduce en una doble deducción de estos
gastos.
b) Exención del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta respecto a los activos
(patrimonio) de las empresas mineras.
c) Deducción del Impuesto a las Ganancias de hasta el 5% de los costos operativos que
establezcan para prevenir y subsanar las alteraciones del ambiente.35

35El artículo 23 de la ley 24.196 establece que las empresas constituirán una previsión especial a los
efectos de prevenir y subsanar las alteraciones del medio ambiente, pero la fijación del importe
34

d) Exención del Impuesto a las Ganancias respecto de aquellas utilidades provenientes


de aportes en el Capital Social de las empresas incluidas en el Régimen Minero.36
e) ―Amortización37 acelerada‖ en el impuesto a las ganancias respecto de las
inversiones de capital que se realicen para la ejecución de nuevos proyectos
mineros y para la ampliación de la capacidad productiva de las operaciones mineras
existentes, así como aquellas que se requieran durante su funcionamiento.
f) Capitalización del avalúo de reservas de mineral económicamente explotable que
tendrá ―efectos contables exclusivamente, careciendo por tanto de incidencia
alguna a los efectos de la determinación del impuesto a las ganancias‖ (art. 15 de la
ley 24.196).

La relación con las regalías se encuentra prevista en el artículo 22 de la Ley 24.196.


Este establece que las provincias no podrán cobrar un porcentaje superior al 3% sobre el
valor ―boca mina‖ del mineral extraído. Si este porcentaje parecía escaso, la problemática
es mayor si consideramos que al utilizar el mecanismo de ―valor boca de mina‖ se permite
la deducción de gastos operativos disminuyendo la base imponible y dificultando los
controles y transparencia en los métodos de cálculo. En efecto, fue la ley 25.161,
sancionada en 1999, la que perfecciona el saqueo definiendo el valor ―boca mina‖ como el
valor obtenido en su primera etapa de comercialización, menos los costos directos u
operativos necesarios para llevar el mineral de boca mina a dicha etapa. Este método de
cálculo permitió que en San Juan -paradigma de esta gran minería- en
concepto de regalías, la empresa Barrick Gold, por Veladero (la mina más
grande de la provincia), haya aportado en el año 2009 sólo el 1,7% en concepto
de regalías del mineral extraído. Esto significó que del total de ingresos de la
provincia por todo concepto el ingreso por regalías de Veladero haya
consistido en menos del 1% del total (38 millones de pesos de regalías sobre
un ingreso total de 3.960 millones de pesos).

Además, las regalías mineras se aplican sobre aquellos metales


declarados y tipificados por la empresa minera, haciendo abstracción de otros
subproductos y/o derivados (otros minerales) producto de la extracción.
Efectivamente, los controles a las empresas mineras son deficitarios para fiscalizar la
comercialización de los minerales que constituyen la base imponible sobre la que las
empresas tributan38. Una investigación llevada a cabo por el Dr. Antonio Gustavo
Gómez, fiscal general en el ámbito de la Justicia federal de la Jurisdicción 15
(Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero), imputa a Minera Alumbrera la
exportación de minerales no declarados. Esta empresa extrae los minerales en la

anual de dicha previsión no sólo "quedará a criterio de la empresa", sino que también, un gran
porcentaje se considerará como cargo deducible del impuesto a las ganancias.
La ampliación del capital y emisión de acciones a que diere lugar la capitalización de los aportes
36

mencionados en el párrafo anterior estarán exentas también del impuesto de sellos.


37 La amortización significa reconocer el desgaste o pérdida de valor de un bien.
38 Ver pedido de informes N° 2773-D-2008 de la diputada Nacional Fernanda Reyes.
35

provincia de Catamarca, los transporta a través de un mineraloducto hasta la provincia de


Tucumán, y desde allí son enviados en tren hasta la localidad de San Lorenzo (Provincia de
Santa Fe), desde donde son exportados a distintos países. Este procedimiento varía cuando
las empresas exportan lingotes de oro por vía aérea, pudiendo hacerse desde sus propios
aeropuertos. En el marco de la investigación del fiscal Gómez, Gendarmería
procedió al secuestro, y posterior análisis, de parte de los materiales que se
transportaban en tren desde Tucumán hasta San Lorenzo. En dicho
procedimiento se constató la presencia de minerales valiosísimos que Minera
Alumbrera ni siquiera menciona. En virtud de lo expuesto, el fiscal puso en
conocimiento de la situación al Procurador General de la Nación, quien anotició al Fiscal
General de Rosario (Jurisdicción nº 12) abriéndose una causa por contrabando. Lo
antedicho evidencia que en el marco de la actividad minera la falta de mecanismos de
control es alarmante. Más aún, de la investigación del fiscal se desprende también que la
declaración final en los permisos aduaneros de embarque, es cumplimentada (tipos de
minerales y cantidades despachadas de cada uno) por quien recibe la carga en destino
(Japón, Corea, Alemania, España y otros países), impidiendo el cotejo con aquello que fue
efectivamente exportado. El INDEC señala mensualmente en ―Intercambio Comercial
Argentino‖: “En virtud de la resolución 281/98, los exportadores de minerales tienen
opción de modificar el valor de sus transacciones en virtud de las variaciones en la
cantidad y en la ley del mineral constatadas por el comprador. Esta opción puede ser
ejercida dentro de los 6 meses de embarque, con posibilidades de prorrogar este plazo
por otros seis meses.” En suma, lo que tributan en el país las empresas mineras
termina siendo fijado por los destinatarios de dichas exportaciones.

Por otra parte, en la Patagonia la gran minería está terminando de


gozar de reintegros porcentuales sobre el valor de las exportaciones de
mercaderías originarias de dicha región. Mediante el sistema de ―reembolsos
adicionales‖ por exportaciones desde puertos ubicados al sur del río Colorado 39, el Estado
Nacional devolvía a las empresas hasta un 13% del valor facturado por la mercadería
despachada. El porcentaje de reintegro depende de la posición geográfica del puerto,
siendo mayor cuanto más austral fuera el puerto de embarque. Así se dio que el Estado
Nacional terminara reembolsando a mineras radicadas en Santa Cruz una suma mayor que
la aportada por la empresa a la provincia en concepto de regalías. La ley 24.490 prevé un
cronograma de disminución de 1% por año a partir del 31 de diciembre de 1999, hasta la
extinción paulatina de estos reintegros.

Las empresas mineras también están exentas del pago de derechos a la


importación y de todo otro impuesto por la introducción de bienes de capital y
todo insumo relacionado con la ejecución de sus actividades. Esta previsión,
además de discriminatoria, no contempla siquiera la necesidad de proteger e incentivar la
industria local. Adicionalmente, la libre importación de bienes de capital y de insumos
complejos -muy requeridos por la minería de gran escala- consolida estructuralmente un

39Aplicables a exportaciones mineras y de otros productos, aunque la minería en Santa Cruz ha sido
de las mayores beneficiarias. Ley 23.018 -año 1983-, prorrogada por su modificatoria, Ley 24.490 -
año 1996-.
36

esquema de intercambio asimétrico basado en la especialización de bienes primarios y


ambiente-intensivos en los países dependientes y la concentración de la producción de
bienes conocimiento-capital-intensivos en los países centrales, reforzando las tendencias
estructurales ya mencionadas a la dependencia tecnológica y a la baja tasa de retención
local de valor de las inversiones.

Para consolidar esta estabilidad fiscal, es la propia ley 24.196 -en su artículo 11- la
que instituye una especie de reaseguro al establecer que “cualquier alteración al principio
de estabilidad fiscal, enunciado en el presente Título, por parte de las provincias y
municipios, que adhieran y obren de acuerdo al artículo 4°, última parte, dará derecho a
los inscriptos perjudicados a reclamar ante las autoridades nacionales o provinciales,
según correspondiera, que se retengan de los fondos coparticipables que correspondan al
fisco incumplidor, los montos pagados en exceso, para proceder a practicar la devolución
al contribuyente”.

Otra ventaja impositiva es otorgada por la ley 24.402, que instituye un régimen
diferencial de financiamiento destinado al pago del IVA que grave las operaciones o
compra o importación de bienes de capital y las inversiones realizadas en obras de
infraestructura física para la actividad minera.

Si la ley 24.196 y sus complementarias se encargaron de otorgar exenciones y


beneficios impositivos y fiscales a nivel nacional, el denominado “Acuerdo Federal
Minero”40 - firmado entre las provincias y la Nación- se encomendó esa tarea respecto de
los impuestos, tasas y gravámenes provinciales y municipales. Este se firmó en mayo de
1993 y fue ratificado dos meses después por el Congreso Nacional, a través de la Ley
24.228. Algunos de los beneficios acordados en el mismo son los siguientes: eliminación de
gravámenes y tasas municipales que afecten directamente la actividad minera; eliminación
del Impuesto de Sellos en todos los actos jurídicos relacionados con la prospección,
exploración, explotación y beneficio de sustancias minerales; compromiso de las
provincias de ―evitar distorsiones en las tarifas de energía eléctrica, gas, combustibles y
transporte que pudieran afectar a la actividad minera‖.

40 Este acuerdo fue firmado por el Presidente de la Nación Argentina, Carlos Saúl Menem; los
Gobernadores de las Provincias: de Buenos Aires, Eduardo Duhalde; de Catamarca, Arnoldo
Castillo; de Chaco, Rodolfo J. Tauguinas; de Chubut, Carlos Maestro; de Córdoba, Eduardo Angeloz;
de Entre Ríos, Mario A. Moíne; de Formosa, Vicente Joga; de Jujuy, Roberto Domínguez; de La
Pampa, Rubén Marín; de La Rioja, Bernabé Arnaudo; de Mendoza, Rodolfo Gabrielli; de Misiones,
Federico r. Puerta; de Neuquén, Jorge Sobisch; de Rio Negro, Horacio Massaccesi; de Salta, Roberto
Ulloa; de San Juan, Juan Carlos Rojas; de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa; de Santa Cruz, Néstor
Kirchner, de Santa Fe, Carlos A. Reutemann; de Santiago del Estero, Carlos A. Mujica; de Tierra del
Fuego, José A. Estabillo; de Tucumán, Ramón Ortega; el Ministro de Agricultura, Ganadería,
Industria y Comercio, de Corrientes, Bernardo Laurel; el Ministro de Economía y Obras y Servicios
Públicos, Domingo Cavallo; el Ministro del Interior, Dr. Gustavo Osvaldo Béliz; el señor Secretario
de Mineria, Angel Eduardo Maza y el Secretario General del Consejo Federal de Inversiones, Ing.
Juan José Ciácera
37

Junto a los beneficios del régimen impositivo, otros importantes componentes de


los dispositivos extractivos de excedentes involucrados con las grandes operaciones
mineras son, desde el punto de vista financiero y cambiario, la libre disponibilidad de
divisas establecidas para el sector, así como la remisión libre e incondicionada de
utilidades y la plena repatriación del total de las inversiones realizadas.

En este sentido, fue en el año 2004 cuando se sancionó el Decreto Nº 753/04 41,
por el cual se dejó sin efecto la obligatoriedad del ingreso y negociación en el mercado de
cambios de las divisas provenientes de la exportación de productos correspondientes a las
empresas mineras, ya sea respecto de un nuevo proyecto o de una ampliación de unidades
productivas existentes. Este Decreto también deja sin efecto las restricciones a la libre
disponibilidad de las divisas provenientes de financiamientos externos para el desarrollo
de emprendimientos mineros en nuestro país destinados a la exportación.

A ello se suma la posibilidad de establecer cuentas „off- shore‟ como base de sus
activos financieros y de depósitos de divisas originadas en sus exportaciones. El régimen
de paridad y estabilidad cambiaria –que impide la fijación de un tipo de cambio diferencial
para la actividad, a través de cual se podrían captar rentas extraordinarias provenientes de
vaivenes en los precios internacionales- así como las políticas de sostenimiento de tipos de
cambio altos favorables a las exportaciones, constituyen otros tantos mecanismos
indirectos de estímulos estatales a la rentabilidad de las empresas mineras.

En este sentido, se ha difundido la creencia (una especie de sub-mito)


de que el actual modelo minero es un legado de la década de los 90 imposible
de modificar, y cuyas consecuencias tenemos que soportar pasivamente.

Si bien es verdad que las normas fueron impuestas en esa década, no es menos
cierto que es posible desarmar el actual andamiaje jurídico legal del actual modelo minero.

41 Decreto 753/04: ―Artículo 1º - Déjase sin efecto la obligatoriedad del ingreso y negociación en el
mercado de cambios de las divisas provenientes de la exportación de productos, que fuera prevista
por los Artículos 1° del Decreto N° 2581/64 y 10 del Decreto N° 1555/86, correspondientes a las
empresas mineras que con posterioridad a la vigencia del presente decreto obtengan los beneficios
reconocidos en el Artículo 8° de la Ley N° 24.196 y sus modificaciones, respecto de un nuevo
proyecto o de una ampliación de unidades productivas existentes.
Art. 2º - No será aplicable a las empresas alcanzadas por las disposiciones del artículo precedente, la
condición de previa negociación de las divisas correspondientes o entrega de la documentación
pertinente, prevista por el Artículo 10 del Decreto N° 1555 de fecha 4 de septiembre de 1986, para el
pago a los exportadores de las devoluciones previstas en dicha norma.
Art. 3º - Déjanse sin efecto las restricciones a la libre disponibilidad de las divisas provenientes de
financiamientos externos para el desarrollo de emprendimientos mineros productivos en el país
destinados a la exportación, correspondientes a las empresas mineras que con posterioridad a la
vigencia del presente decreto obtengan los beneficios reconocidos en el Artículo 8° de la Ley N°
24.196 y sus modificaciones. Las erogaciones u obligaciones que en virtud del proyecto deban
efectuarse o cumplirse con el exterior deberán atenderse con los fondos mencionados en este
decreto, salvo que luego de la aplicación a dicho fin, resulten insuficientes. En este último caso, el
acceso al mercado de cambios será posible en la medida que se dé cumplimiento a las normas
generales cambiarias que sean de aplicación para el tipo de financiación.
38

A modo de ejemplo, existen proyectos de ley que proponen la modificación


integral del Código de Minería y la derogación de las leyes que permiten el
saqueo, que no pueden ser tratados en el Congreso de la Nación porque el
bloque oficialista custodia la inmutabilidad de dichas normas y no admite
siquiera su discusión en las comisiones. Por ello, no resulta casual que la Comisión
de Minería de la Cámara de Diputados de la Nación se encuentre presidida actualmente
por el diputado sanjuanino del Frente para la Victoria, Héctor Daniel Tomas (mano
derecha del gobernador José Luis Gioja) y que la anterior presidencia haya estado en
manos de la Diputada (MC) Griselda Herrera (La Rioja), también del FpV.

Pero no sólo se garantiza la inalterabilidad del “modelo minero” que


arrancó en la década de los 90 sino, que éste se consolidó, e incluso se
acentuó, en los últimos años. Al comenzar el año 2004, el ex Presidente Néstor
Kirchner, en oportunidad de presentar el Plan Minero Nacional 2004/05, expresó: “El
sector minero argentino es uno de los que durante la década del ‟90, con cambios
importantes en la legislación, empezó a tener un punto de inflexión que le permitió
avizorar un destino estratégico diferente”. En el mismo discurso el ex Presidente dijo
dirigiéndose a los “representantes del sector minero”: ―...todo lo que ayude al sector y
ustedes como empresarios vean como una perspectiva clara de incentivar la inversión y
crean que esa inversión se puede incentivar con determinadas medidas que podemos
conversar, estamos absolutamente dispuestos a escuchar...” 42

Consecuente con este discurso, fue Néstor Kirchner quien el 17 de junio de


2004, emitió el Decreto Nº 753/04 previamente mencionado. Así, como una especie
de broche de oro al entramado legal de entrega y saqueo conformado en la
década de los 90, las empresas transnacionales no sólo gozan de los
beneficios impositivos y financieros antes descriptos sino que ni siquiera
están obligados a liquidar en nuestro país las divisas generadas por la
explotación de nuestros minerales.

Quien mejor explica la continuidad del ―modelo minero‖ es el propio vicepresidente


de Minera Alumbrera: ―Este régimen fue fijado a mediados de los 90. Fue reafirmado
como política de Estado no sólo por el gobierno actual. Eso sucedió en el momento en el
que el actual gobernador de San Juan estaba en el Senado, es decir el ex senador Gioja
cuyo hermano se encuentra hoy presente. Esta política de Estado fue confirmada por el
gobierno radical de De la Rúa, por el de Duhalde y más recientemente por el de Kirchner.
Cuando se hace alusión a la Argentina en el tema minero se tiene un gran respeto por el
régimen que ha existido”.43

Por otra parte, el Código de Minería declara expresamente que el Estado no


puede explotar ni disponer de las minas y, por eso les concede a los “... particulares la
facultad de buscar minas, de aprovecharlas y disponer de ellas como dueños...” (Código

42 http://www.mineria.gov.ar/planmineronac.htm
43Palabras del Sr. Julián Rooney, Vicepresidente de La Alumbrera y representante, de la Cámara de
empresarios mineros, ante la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados de la Nación.
39

de Minería, Artículo Nº 8). En las minas de sustancias metalíferas (o de primera categoría)


el suelo es definido como ―accesorio‖, lo cual implica que no pertenecen al propietario de
la tierra en la cual fueron descubiertas, sino a la provincia. En este nivel de gobierno
radica pues la facultad de otorgar la concesión de explotación de las minas
que fueran descubiertas y las caducadas y vacantes.

La construcción de un andamiaje legal específico, fue acompañada desde el Banco


Mundial mediante el Programa de Asistencia a la Minería Argentina (PASMA), cuyo
principal objetivo fue el de realizar reformas regulatorias e institucionales tendientes a
alentar la inversión privada en minería (SECyT Plan Nacional Plurianual 1998/2000-
Anexo Minería). El proyecto tuvo una duración de 6 años (1995 – 2001), ejecutándose a
nivel del Estado Nacional y seis provincias. Posteriormente, se llevó adelante la segunda
fase, incluyendo esta vez a 17 provincias. Entre los componentes del proyecto se
encuentran el desarrollo del marco institucional, el sistema de catastro y registro minero,
el manejo ambiental, el sistema unificado de información minera.

Asimismo, se implementó una legislación de “facilitación fronteriza”


para que los límites entre países y sus consecuentes incumbencias no fueran
un impedimento para la explotación a ambos lados de la Cordillera de Los
Andes. El Tratado de Integración y Complementación Minera con Chile, firmado en julio
de 1996, rige la explotación integrada de yacimientos compartidos por los dos países. Este
instrumento jurídico es un verdadero símbolo de entrega de soberanía a los negocios de la
gran minería multinacional, ya que permite a las multinacionales mineras la exploración y
explotación de los recursos mineros existentes en las zonas cordilleranas casi sin
restricciones, otorgando facilitaciones tributarias y fronterizas inéditas. Mediante dicho
tratado, en su rol de Estados metareguladores, los Estados nacionales de Chile y Argentina
transfirieron poder de decisión y soberanía, configurándose así un territorio donde se
desdibujan las fronteras y se genera una legalidad propia a los intereses mineros. Admite la
explotación y aprovechamiento ―unificado e integral‖ de yacimientos que se encuentren
emplazados sobre una franja de ancho variable hacia ambos lados del límite internacional.
Los inversores podrán usar los recursos naturales, entre ellos el agua, para utilidad del
yacimiento, se encuentren o no dentro del área concesionada. Expresamente se encargaron
de sortear cualquier impedimento que existiera en las legislaciones internas de los países,
relativo a las zonas fronterizas calificadas como de seguridad nacional. Increíblemente, su
ámbito de aplicación se monta sobre la frontera común y territorios adyacentes,
configurando una unidad territorial y administrativa distinta -casi como un tercer país-,
con normativa tributaria y fuerzas de seguridad propias, donde la frontera desaparece para
los negocios mineros, con una autoridad supranacional a cargo. Para regular cuestiones
puntuales o el desarrollo de determinados emprendimientos mineros se firmarán
Protocolos Adicionales Específicos, los que serán generados por la Comisión
Administradora. El propio Tratado se garantiza su propia inmunidad e inalterabilidad al
establecer que recién transcurridos 30 años de su vigencia se podrá denunciar el Tratado,
no pudiendo surtir efecto dicha denuncia antes de los tres años de efectuada. En este caso,
sus disposiciones continuarán vigentes para las inversiones efectuadas con anterioridad a
la fecha que se diera aviso de la terminación del Tratado, hasta el cese del negocio minero.
40

En el marco de este tratado, el primer emprendimiento que proyecta


desarrollarse es Pascua-Lama, localizado, en nuestro país, en la provincia de San
Juan, que se convertirá en un área con fiscalidad especial sin antecedentes en ninguna
parte del planeta. El propio Peter Munk, presidente de Barrick Gold, se reunió varias veces
con las máximas autoridades de Argentina, Chile, y San Juan, para destrabar y acelerar las
negociaciones entre ambos países, con respecto al tratamiento impositivo que darían al
proyecto, en función de su posición a ambos lados del límite internacional. Finalmente, en
abril de 2009 el gobierno argentino firmó un acuerdo con su homólogo chileno. Diputados
Nacionales argentinos solicitaron infructuosamente copias del mismo al Poder Ejecutivo.
El alcance geopolítico de esta maquinaria productora del ―Potosí del Siglo XXI‖ encuentra
en las declaraciones de sus voceros algunas emblemáticas instancias de impudor. Ejemplo
de ello son las declaraciones de Aaron Regent, gerente de Barrick Pascua Lama, quien dijo
que considerando el precio de la plata, 18 dólares la onza al momento de sus afirmaciones,
“se obtiene todo el oro gratis”44.

Más allá de todas las exenciones y beneficios tributarios directos, este esquema
fiscal favorece la licuación de las obligaciones tributarias a través del mecanismo de
‗precios de transferencia‘ que tiende a subvaluar contablemente las utilidades de las
firmas. Como es unánimemente admitido incluso por quienes han estado
involucrados en la implementación de las reformas, este régimen tributario
“ha permitido que el sector funcionara en el curso de los noventa con altas
tasas de rentabilidad sobre el capital invertido, mayores sin duda de las que
se hubieran obtenido en caso de que la industria minera hubiera estado
sujeta a las generales de la ley” (Katz et alt., 2001: 66), a tal punto que durante
los primeros años de la década pasada se han levantado fuertes voces críticas
reclamando el cambio de la legislación tributaria para la minería: en Chile y
en Perú se dieron sendas discusiones parlamentarias sobre la captación fiscal
de las extraordinarias rentas mineras. Éstas desembocaron, en el caso chileno, en la
sanción de la Ley N° 20.026/2005, que establece el pago de un impuesto equivalente al 5%
de las Utilidades Operacionales para empresas (o grupo de empresas relacionadas) que

44Condición que se habría acentuado aún más desde entonces: en setiembre de 2010 la plata superó
los 20 US$/oz, y en abril de 2011 los 40 US$/oz. ―Producción de oro en Pascua Lama tendrá costo
negativo por precio de la plata, según Barrick. Por David Roberts. Se proyecta que Pascua Lama
producirá un promedio de 750.000-800.000 oz/año de oro y 35 M oz/año de plata durante sus
cinco primeros años de operación. Los costos directos totales se estiman en US$ 20-50/oz de oro si
se toma en cuenta un precio de la plata de US$ 12/oz, lo que la transforma en una de las minas de
oro de menor costo del mundo, según Barrick. Pero con los precios que registra la plata por estos
días, cerca de US$18/oz, "se obtiene todo el oro gratis", expresó el ejecutivo‖. La nota original,
publicada por Bussines News Americas el 09 de abril de 2010, ha sido eliminada de su sitio web.
Puede encontrarse citada en distintos medios que dieron a conocer la entrevista. Por ejemplo, está
disponible en: Banco Central de Venezuela Vicepresidencia de Operaciones Internacionales
Gerencia de Administración de Reservas Internacionales Coordinación de Operaciones elaborado
con Fixing AM del mercado de Londres, Fuente: London Bullion Market Association (LBMA), pp.6.
http://200.74.197.135/orobcv/archivos/operaciones/informes/infomercado090410.pdf
También en http://www.fi.unju.edu.ar/component/option,com_docman/task,doc_view/gid,129/
41

venden más de 50.000 toneladas métricas finas (TMF) de cobre al año, o su valor
equivalente para otros productos mineros45. En el caso peruano, llevaron, en el año 2000, a
la eliminación de las exenciones impositivas por reinversión de utilidades 46 (mecanismo
mediante el cual la SUNAT, organismo central de recaudación, calculó que las empresas
evadían el pago de más de cien millones de dólares anuales en obligaciones tributarias), en
2004 a la implementación de un régimen de regalías (que no afecta a las explotaciones que
se hayan radicado hasta esa fecha, cubiertas por el beneficio de los contratos de estabilidad
tributaria), y en el año 2006 a la aplicación de un ‗óbolo voluntario‘ equivalente al 3 % de
las utilidades netas que las empresas mineras ‗accedían‘ a aportar para la constitución de
un Fondo ―destinado a luchar contra la pobreza, la desnutrición y la exclusión social en las
zonas más deprimidas del país‖, según las palabras del Presidente del Consejo de
Ministros, Jorge del Castillo, en su exposición del ‗acuerdo‘ alcanzado con las mineras ante
el Congreso del Perú (24 de agosto de 2006) (De Echave, 2008: 349).

En la Argentina, en un contexto de fuertes incrementos de los precios


de los metales y de extraordinarias ganancias empresariales, finalmente el
Gobierno fijó un gravamen sobre las exportaciones mineras (del 10% para
concentrados de cobre y del 5 % para el oro) a partir del año 2002, lo que no
afectó a los proyectos radicados antes de esa fecha. En el año 2008, la Secretaría
de Minería de la Nación procuró aplicar las retenciones a la totalidad del sector de la gran
minería por sus escalofriantes ganancias (entre 2002 y 2007, el oro había aumentado de
300 a 800 dólares la onza, y el cobre de 0,75 a 3,5 dólares la libra). Esto generó la
inmediata reacción corporativa de la actividad con la presentación de reclamos judiciales
por parte de las empresas mineras alcanzadas por la medida, al entender que la misma
violaba el principio de ―estabilidad fiscal y tributaria‖ y se afectaba la ―seguridad
jurídica‖47.

45Uno de los casos emblemáticos que incentivó y sirvió de marco para alentar el debate sobre los
escasos niveles de tributación de las grandes empresas mineras en Chile fue el de la mina
―Disputada de las Condes‖ operada por Exxon Minerals (filial de Exxon Mobil), la que desde 1978 y
hasta 2002 había presentado balances deficitarios, por lo que nunca había pagado impuestos
durante todos esos ejercicios. Pese a ello, en 2002 la mina fue vendida a la Anglo American por un
valor de 1.300 millones de dólares (Folchi D., 2003).
46 Lalegislación peruana fijaba que las empresas mineras podían deducir del pago del impuesto a las
rentas hasta el 80 % de las utilidades si éstas eran reinvertidas. Los abusivos recursos a esta
disposición llevaron a la SUNAT a plantear la supresión de este beneficio, lo que se concretó
mediante la Ley 27.343 (2000). No obstante ello, invocando el principio de estabilidad tributaria,
varias mineras iniciaron acciones judiciales reclamando dicho beneficio. Pese a la oposición de
congresistas y de la propia dirección de la SUNAT, el Ministerio de Energía y Minas concedió los
beneficios de eximición del impuesto a las rentas por alrededor de ciento cincuenta millones de
dólares sólo para los ejercicios de 2001 y 2002 (De Echave et alt., 2009).
47En medios nacionales, se explicitó la capacidad de lobby de las transnacionales. Ver, entre otros:
―El gobierno estudia aplicar retenciones a la minería. Resistencia de las empresas. Pelea para no
compartir la mina de oro. La poderosa cámara minera presiona a funcionarios y legisladores
para frenar la instrumentación de una escala de retenciones a las exportaciones mineras.
42

Además de algunos beneficios y regímenes que la minería comparte con otras


actividades, el Ministerio de Economía de la Nación estimó para 2007 un gasto
tributario (impuestos no percibidos por el Estado) como promoción específica a la
actividad minera (aplicación de la ley 24.196 y en mucho menor medida ley 22.095) de
913,6 millones de pesos. La aplicación de retenciones a todo el sector minero implicó
que dicho gasto tributario estimado se redujera a 396,6 millones de pesos para 2008, y a
430,6 millones de pesos para 2009 48.

En la actualidad, asimismo, se discute internacionalmente las prebendarias


ganancias del sector, incluso en países mineros como Australia. Según Nicolás Gutman
(Pagina 12, 6/08/2010) ―En tanto, Australia piensa gravar el sector (minero) en más de
75.000 millones de dólares en esta década para el financiamiento de la infraestructura
del país y Canadá recibe más de 50.000 millones por las operaciones de sus empresas en
el extranjero. Mientras, el Estado argentino con suerte salvará los glaciares, cobrará un
exiguo 3 por ciento de regalía en boca de mina y de los pasivos ambientales futuros, bien,
gracias”49.

Ganancias fabulosas contabilizan las compañías por el alza internacional de los metales”, por
Roberto Navarro. Página 12, 28 de noviembre de 2007.
Las empresas que iniciaron causas: Minera Alumbrera, Bórax Argentina, Procesadora de Boratos
Argentinos, Minera del Altiplano. La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) denunció
entonces que a empresas del sector se les exigió un impuesto a la exportación, que ―no forma parte
de la legislación fiscal que regula su actividad‖. Ver también ―De actividad marginal a gran
privilegiada. La ley que el inversor soñó‖, por Fernando Krakowiak, Página 12, 28 de noviembre de
2007; y ―Mineras denuncian alza irregular impuestos Argentina‖, Reuters América Latina, 4 de
diciembre 2007.
48Ministerio de Economía y Producción: Estimación de los Gastos Tributarios en la República
Argentina. Años 2007-2009 - http://www.mecon.gov.ar/sip/dniaf/gastos_tributarios.pdf
49 Sobre Australia y la presión minera, dice Nicolás Gutman, economista del Centro Cultural de la
Cooperación: ―La renuncia a fines de junio del primer ministro de Australia, Kevin Rudd, está
estrechamente ligada a su enfrentamiento personal al poderoso lobby minero y su plan de
gobierno para la reforma impositiva de las industrias extractivas. El plan intentó reemplazar el
cobro de regalías, que es la forma histórica en que se grava la minería desde la época de los
pioneros y los buscadores de oro y que se mantiene así desde el siglo XIX, hacia un gravamen
sobre las ganancias y las ganancias extraordinarias. David Parker, quien lleva adelante las
conversaciones con la industria minera en representación del Estado, remarca que “las naciones
ricas en recursos naturales están reemplazando los sistemas de regalías por los de gravamen a la
renta minera”.
Según el gabinete del primer ministro, ―es una discusión sobre el gravamen a las ganancias
extraordinarias de un sector que ya lleva un boom de dos décadas, destinado a financiar la
reducción de impuestos a pymes, capitalizar el sistema de jubilación y pensiones y financiar
proyectos de infraestructura que extiendan al resto de los australianos los beneficios obtenidos de
la riqueza del subsuelo que es propiedad de la nación”. Debate intenso, ya que el gravamen en
cuestión impondría a las empresas mineras un impuesto del 40 por ciento.
En una analogía con la reacción que sucedió a la Resolución 125 en Argentina, un grupo de 20
renombrados intelectuales y economistas australianos respaldó en una carta abierta la decisión del
gobierno de Rudd de cobrar impuestos a las mineras en sustitución de las regalías; la base sobre la
43

Sin considerar las múltiples y diversas operaciones fraudulentas verificadas y/o


posibles en materia fiscal en la minería reciente, es claro que el régimen tributario creado
con las reformas de los ‘90 constituye un aspecto central en la composición de las
extraordinarias tasas de ganancia obtenidas por las grandes corporaciones mineras en la
región. Desde el punto de vista de las empresas, el régimen fiscal minero en la región
garantiza las más altas tasas de rentabilidad para el sector a nivel mundial: tal como indica
un reconocido estudio comparado sobre la incidencia tributaria en las tasas de rentabilidad
de proyectos mineros realizado por la Escuela de Minas de Colorado en 1997 y modificado
por la CEPAL en 1998, Chile, Argentina, México, Perú, y en menor medida Bolivia y Brasil,
aparecen entre 23 grandes países mineros como los que garantizan las más altas tasas de
retorno.

TASAS INTERNAS DE RETORNO


EN FUNCIÓN DE LA INCIDENCIA TRIBUTARIA
Proyecto modelo de oro Proyecto modelo de cobre
1 Chile 21,0 % Chile 16,8 %
2 Argentina 18,1 % México 15,3 %
3 Filipinas 16,9 % Argentina 15,1 %
4 México 16,6 % Etiopía 15,1 %
5 Perú 16,0 % Indonesia 14,5 %
6 Indonesia 15,8 % Groenlandia 13,9 %
7 Suecia 15,8 % Sudáfrica 13,8 %
8 Sudáfrica 15,8 % Suecia 13,8 %
9 Groenlandia 15,5 % Bolivia 13,7 %
10 Namibia 14,9 % Perú 13,2 %
11 Brasil 14,7 % Ghana 12,7 %
12 Etiopía 14,2 % Papúa Nueva Guinea 12,7 %
13 Gana 14,0 % Brasil 12,3 %
14 Bolivia 13,7 % Namibia 12,3 %
15 Papúa Nueva Guinea 13,6 % Filipinas 12,1 %
Fuente: Sánchez Albavera et Alt. (1998: 37) en base a Colorado School of Mines, Institute for Global
Resources Policy and Management, ―Global Mining Taxation Comparative Study‖, 1997.

Un indicador indirecto que muestra los niveles de apropiación de rentas mineras


que obtienen las empresas mineras en la región a expensas de los ingresos tributarios que
los estados podrían percibir de la actividad puede visualizarse en el caso chileno, país que
al contar con la gran minera estatal Codelco, permite evaluar los aportes totales al fisco que
la empresa estatal proporciona en comparación con los aportes de las empresas privadas.

que parte la discusión es sobre el impuesto a las ―super ganancias‖ y lo que en inglés se denomina
(windfall profit tax), que grava a sectores específicos cuando los costos se mantienen pero el precio
en el mercado internacional se dispara. En la carta, el grupo aclara que la minería es un sector
único, ya que usa recursos naturales que son de todos los ciudadanos, motivo por el cual los
beneficios también deben alcanzar a la sociedad toda. “Una piedra en el zapato”, Página 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-150980-2010-08-09.html
44

Mientras que Codelco representa en promedio para el período 2000-2007, el


33 % del total de la producción, aporta el 68,5 % del total de ingresos públicos
provenientes del sector minero; en contraste, las diez más grandes mineras
privadas, que concentran el 67 % del total de la extracción de cobre, apenas
aportan el 31,5 % de los ingresos públicos generados por la explotación
minera. En cuanto a la tributación, señala César Padilla del Observatorio de Conflictos
Mineros de América Latina (OCMAL), basándose en el informe de una comisión
investigadora especial del Senado chileno, hasta el ejercicio 2002 incluido sólo 2 de 47
mineras extranjeras en Chile habían pagado impuesto a la renta, el resto ni un dólar,
pues “a través de resquicios legales, manipulan sus balances para presentar pérdidas”50 y
de ese modo no pagar impuestos.

En materia de flexibilización de las regulaciones ambientales y laborales, además de


las implicaciones socioecológicas que tratamos adelante, hay que consignar que, en el
plano estrictamente económico, las mismas constituyen un importante factor diferencial
de las rentas mineras entre países centrales y dependientes. En materia ambiental, el
factor que mayor incidencia tiene en la tasa diferencial de costos de la actividad minera es
la obligación de contratar seguros financieros para afrontar pasivos ambientales futuros,
existente en los principales países mineros centrales (Canadá, Estados Unidos y Australia),
a diferencia de una ausencia de este tipo de exigencias en los países de la región 51. En
nuestro país, a pesar de estar expresamente regulada en el artículo 22 de la ley 25.675 52 la
obligatoriedad de ―contratar un seguro de cobertura con entidad suficiente para
garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que en su tipo pudiere
producir‖, ninguna de las empresas mineras está cumpliendo con este deber legal. Pero no
lo hacen no sólo para evitar el pago de una prima de un seguro ambiental, sino porque
las empresas aseguradoras no estarían interesadas en asegurar la actividad, debido a lo
generalizado e inestimable del daño ambiental, así como a los efectos perdurables e
incalculables en el tiempo de sus consecuencias dañosas. Así, es el propio capitalismo el
que responde el interrogante de algunos en relación al impacto ambiental de la actividad.

50 César Padilla Ormeño, Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL, 2007).
―Minería en Chile: Conflictos Ambientales Emergentes, El Camino de la Recuperación de Derechos‖,
p 5-6. Ver también, en el sitio http://www.senado.cl del Senado de Chile, la versión taquigráfica de
la 10ª Sesión Ordinaria de la Legislatura 351ª, miércoles 7 de julio de 2004.
51Aunque las garantías financieras exigidas en Canadá y Estados Unidos se limitan al cálculo de los
costos de reparación del suelo y la reforestación, omitiendo previsiones por tratamiento de aguas
contaminadas, tales seguros superan los cien millones de dólares por explotación y hay una
tendencia de parte de las autoridades ambientales de tales países de ampliar su cobertura a la
reparación de las cuencas (Morán, 2001).
52Artículo 22 — Toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas
para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos constitutivos, deberá contratar un seguro de
cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamiento de la recomposición del daño que
en su tipo pudiere producir; asimismo, según el caso y las posibilidades, podrá integrar un fondo de
restauración ambiental que posibilite la instrumentación de acciones de reparación.
45

Mito 7: La minería es limpia, no contamina el ambiente, y se


puede hacer sin riesgos ambientales. Hay una solución
técnica para cada problema ambiental.

Las tecnologías que permiten la explotación de yacimientos conllevan


un elevado riesgo y capacidad de contaminación y daño ambiental,
evidencia que se procura minimizar, incluso en algunos países
centrales, como Estados Unidos (Palmer et all. 2010)53.

La minería demanda enormes cantidades de agua, y contamina


frecuentemente las cuencas hídricas con metales pesados y sustancias
químicas como el cianuro. El drenaje ácido, y otras formas de
contaminación, son efectos comprobados, y a veces comienzan después
de que se retiró la empresa y se cerró la mina. En promedio se extrae
un 0,5% de cobre de la roca (en Estados Unidos, hace un siglo, se
obtenía 2,5%) y 0,0001% en el caso del oro. Por cada onza de oro
producida, se genera un promedio de 79 toneladas de desechos
(J.Moore, 2009).

Así, tanto para el caso de Bajo de La Alumbrera en particular (véase anexo 2),
como para esta megaminería en general, y los gravosos impactos que le son
inherentes, la Universidad Nacional de Córdoba considera demostrados:

2. Los efectos negativos sobre las cuencas de varios ríos: sobre el Vis Vis-Amanao,
por encontrarse en su cabecera el dique de colas; sobre el río Santa María debido a la
captación y alto consumo de agua subterránea en el Campo del Arenal; sobre el Salí y el
Dulce por cuanto se vierten los líquidos residuales de la Planta de Filtros en Tucumán a
través del Desagüe Pluvial 2 (DP2). En marzo de 2007 la Secretaría de Minería de la
Nación elaboró un informe en el que se refiere a los elevados contenidos de metales en el
canal DP2 indicando que el efluente de la planta de tratamiento de Minera Alumbrera
presenta concentraciones de sólidos totales disueltos (SDT) sulfatos y molibdeno
detectadas en el comienzo del canal que superan los límites normados;

3. La contaminación debida al drenaje ácido, vinculado principalmente a la


presencia de pirita (sulfuro de hierro), mineral que queda acumulado en las escombreras y
diques de colas y que bajo determinadas condiciones, se transforma en ácido sulfúrico, que
es lixiviado por la lluvia;

53Científicos de universidades estadounidenses afirman que es llamativa la escasa atención prestada


al notabilísimo incremento de evidencias científicas respecto, tanto de pérdidas ecológicas, cuanto
de graves impactos ambientales que no pueden revertirse con las prácticas de remediación,
especialmente en aguas de alta montaña, y también en la salud humana. Ver Palmer et alt. 2010.
¨Mountaintop Mining Consequences,¨ Policy Forum, Science and Regulations, Science, vol. 327,
http; www.sciencemag.org., January 8, 2010, pp.148-154.
46

4. Los efectos a largo plazo del proceso de drenaje ácido, con todas sus implicancias
socioambientales. Luego de veinte años ese efecto se puede constatar aún hoy tras el
abandono de minas con características similares -Mina La Concordia, en la Puna de Salta y
Mina Pan de Azúcar, en la Puna de Jujuy -, ya que el drenaje ácido fluye superficialmente
por los arroyos y también se infiltra, contaminando las capas subterráneas. Trabajos
realizados en otras regiones del mundo muestran que las plumas de drenaje ácido a través
de los cuerpos de agua subterránea que se desplazan por sistemas de acuíferos, se
mantienen durante décadas, y que por ejemplo en los Estados Unidos y Canadá, las minas
de oro -algunas de más de 100 años, unas recientemente cerradas, y otras activas-
presentan filtraciones ácidas, las que insumen cientos de millones de dólares en acciones
de mitigación.

5. La grave e irreversible destrucción de los ecosistemas, contaminación de las


fuentes de agua, la magnitud y peligrosidad de los insumos y efluentes, una profunda
afectación de la flora, la fauna, el hábitat y el paisaje local, con la consecuente pérdida de
biodiversidad y la degradación general de las condiciones socioambientales mínimas
requeridas para las restantes actividades económicas, para la salud humana -tanto desde el
punto de vista genético como de la generación de diversas patologías-y la reproducción de
la vida en general54.

En una muestra representativa de las 183 mayores minas que operaron en EE.UU.
desde 1975, el 76% de ellas provocó en las aguas superficiales y/o subterráneas excesos de
cobre, cadmio, plomo, mercurio, níquel, zinc, arsénico, sulfato y/o cianuro respecto de los
estándares de calidad, a pesar de lo pronosticado por la mayoría de los respectivos
Informes de Impacto Ambiental y de las medidas de mitigación propuestas en los mismos
(Kuipers et alt.:2006).

Según el Informe de Impacto Ambiental (IIA), Barrick Gold pretende obtener del
yacimiento Pascua Lama 14,4 millones de onzas de oro, que equivalen a 447 toneladas, o
23,5 m3 (el volumen de una habitación de 3 m x 3 m x 2,60 m) de Oro, lo cual requeriría:
Roca removida con explosivos: 1.806 millones toneladas - Agua: 170 millones m3 –
Cianuro de sodio: 379.428 toneladas (4 camiones/día) - Explosivos: 493.500 toneladas (3
camiones/día) - Gasoil: 943 millones de litros - Nafta: 22 millones de litros - Lubricantes:
57 millones de litros - Electricidad: 110 MW (3 primeros años: 82 MW), consumo anual
medio: 929 GWh. El consumo eléctrico de un hogar argentino medio durante todo un año
(2,36 MWh en 2006) en Pascua Lama alcanzaría para procesar 54 gramos de oro 55.

Considerandos, Resolución del HCS, UNC, donde decide el rechazo de los fondos provenientes de
54

YMAAD. http://www.unc.edu.ar/seccion/novedades/2009/diciembre/RHCS-1308-2009.pdf
55 Cálculo sobre datos de: http://www.e-
seia.cl/externos/admin_seia_web/archivos/6316_2004_12_9_PE.zip - http://www.e-
seia.cl/externos/admin_seia_web/archivos/6316_2006_2_15_RE.pdf -
http://www.mineria.sanjuan.gov.ar/pascua-lama/CD1/Seccion%203.0%20-
%20DESCRIPCIONES%20DEL%20PROYECTO%20(59%20KB).zip
47

Cada gramo de oro extraído en Pascua Lama requerirá remover 4 toneladas


(4.000.000 g) de roca, y consumir 380 litros de agua, 43,6 KWh de electricidad (similar al
consumo semanal de un hogar argentino medio), 2 litros de gasoil, 1,1 kg de explosivos y
850 gramos de cianuro de sodio.

“El fenómeno del drenaje ácido puede durar cientos o miles de años, y puede
ser particularmente grave cuando las explotaciones mineras están ubicadas en las
cabeceras de las cuencas hídricas, impactando aguas abajo de las mismas. Muchos Estados
otorgan el uso y/o control sobre el agua con las concesiones mineras sin costo para las
empresas‖ (J.Moore, 2009).

El agua, principal insumo en el proceso extractivo, es obtenida de ríos y


acuíferos cercanos a los proyectos a razón de cientos o miles de litros por
segundo. Las explotaciones suelen situarse los sectores más altos de las cuencas hídricas,
y en algunas ocasiones en las proximidades de reservas de agua fósil. Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo de agua recomendado por persona es
de 80 litros de agua por día. Según lo declarado por Barrick en su IIA, para Veladero se
utilizarían 110 l/seg. De acuerdo con el IIA de San Jorge, proyecto mucho menor que
Veladero, requeriría 141 l/seg. Para Pascua Lama, Barrick declara requerir del lado
argentino un promedio de 215 l/s. Potasio Río Colorado tiene otorgado por ley 1.000 litros
por segundo, que es aproximadamente igual al consumo de Minera Alumbrera, mina cuyo
impacto es más severo que el de PRC, dado que se encuentra en un área con mucho menor
disponibilidad hídrica.

Tomando en cuenta las características tecnológicas de la mega-minería


a cielo abierto, estos procesos extractivos son intensivos en agua y energía, de
modo tal que por cada tonelada de mineral exportado se exportan también
enormes cantidades de estos „recursos‟. Respecto del agua, ya se ha indicado que sin
la existencia y disponibilidad de agua en grandes cantidades y a muy bajo costo, la minería
resulta literalmente inviable. De allí que uno de los aspectos claves dentro de las reformas
institucionales aplicadas para la ‗promoción‘ de las inversiones mineras en la región haya
sido el de asegurar el abastecimiento a bajo o nulo costo de recursos hídricos56.

En lo que a energía se refiere, Pascua Lama ilustra un emblema de fiscalidad del


siglo XIX, con privilegios escandalosos para un país con crisis energética, como afirman

56 Tomando como base de análisis el ‗caso chileno‘ en tanto ‗laboratorio‘ de las reformas mineras
neoliberales, hay que señalar la importancia determinante de la creación del Código de Aguas
realizada por el régimen de Pinochet en 1981, tan importante como el propio Decreto Legislativo Nº
600 y la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras (Ley Nº 18.097). En términos
generales este marco normativo “ha favorecido a las grandes empresas y al sector exportador, en
perjuicio de los derechos de la población y las comunidades de acceder a un recurso fundamental
para la vida. Ello se ha traducido en una concentración progresiva de la propiedad de los
recursos, problemas de acceso a la población, alzas de tarifas y agudización de los problemas de
stress hídricos y destrucción irreversible de cuencas en muchas regiones donde el recurso es
escaso” (Larraín: 2007).
48

Gutman y Adaro, en el que las mineras son ―devoradoras de energía barata‖. Los autores
afirman:

―Pascua Lama (…) prevé una demanda promedio de energía de 110 MW, con una
demanda máxima de 123 MW, según lo estimado en su Informe de impacto ambiental.
Estos MW serán provistos por la conexión a la red de suministro. La demanda mensual de
combustibles en la fase operacional sería de 3.150.000 litros de gasoil y 60.000 litros de
nafta por mes durante 21 años. Las cifras declaradas de tres de los principales
emprendimientos son de un consumo de 150 MW en el caso de la Alumbrera; 110 MW en
el de Pascua Lama y 135 MW previstos para Agua Rica; un total de 395 MW. Para tener
una idea: la central nuclear de Atucha I produce 357 MW. Para completar la idea sólo hace
falta multiplicar estas cifras por los más de 275 proyectos en preparación anunciados en
2006 por la Secretaría de Minería de la Nación‖57.

Para dimensionar cuantitativamente los volúmenes de agua insumidos por los


procesos mineros, la Dirección General de Aguas de Chile ha estimado –en base a datos
proporcionados por las empresas mineras- que el consumo de agua fresca por parte de las
grandes compañías ascendía en el año 2006 a 12,8 m3/segundo, lo que significaba un
consumo anual de 403,6 millones de m3 de agua fresca por año (DGA, 2008). Esto se ha
convertido en una importante fuente de conflictos por el agua, ya que el uso minero ha
desplazado no sólo a actividades agrícolas, sino que también llega a poner en riesgo la
disponibilidad de agua para el propio consumo humano básico. La alta demanda de agua
que insumen las actuales explotaciones mineras se torna aún más crítica cuando los
yacimientos se localizan en zonas naturalmente áridas y semiáridas, como ocurre en buena
parte de América Latina.

Como lo admite una propia entidad minera gubernamental del vecino país, “el
desafío [del agua] es mayor para la minería en Chile ya que en nuestro país la actividad
minera está concentrada en zonas de extrema sequedad. Este escenario de escasez del
recurso en el norte de Chile es fuente de conflictos no sólo entre sectores productivos
competidores por su uso (minería vs agricultura) sino que también respecto a su
disponibilidad para consumo humano. Las proyecciones de demanda crecientes de agua
imponen aún mayor presión a un sistema que ya se encuentra muy estresado.” 58
(COCHILCO, 2008: 12).

57Nicolás Gutman y Roberto Adaro, ―Controles y fiscalidad del Siglo XIX en Argentina. Inauditos
privilegios de la minería‖, Le Monde Diplomatique, El Dipló, Edición Cono Sur agosto 2008. Si bien
los tres proyectos mencionados son de los más grandes en el país, cabe imaginar la energía que
requeriría el funcionamiento de los 403 proyectos previstos por la Secretaría de Minería en 2009.
58 Esta situación, por lo demás permite evidenciar la importancia estratégica que reviste el Tratado
binacional de Cooperación Minera celebrado entre Argentina y Chile, pues en base al mismo las
mineras transnacionales que operan en Atacama (como Minera Escondida, controlada por BHP
Billiton), no conformes con el agotamiento de la cuenca del Copiapó, han trazado un plan para
‗importar‘ agua de la Puna salteña, a través de un acueducto que les proveería 6.000 litros/segundo.
49

Agua Rica, otro emprendimiento cuestionado, emplazado próximo a la ciudad de


Andalgalá, provincia de Catamarca, consumiría, de ponerse marcha, 390 litros por
segundo, es decir casi 34 millones de litros de agua por día. El consumo estimado de agua
de la población de Andalgalá, unos 15.000 habitantes, es de apenas 1,5 millón de litros de
agua por día. Minera Agua Rica declara en su propio informe que ―después que Quebrada
Minas sea interceptada y todo el drenaje del área de la mina sea desviado (…), la cantidad
de agua superficial (…) disminuirá. Una reducción de agua en el Río Minas tiene el
potencial de disminuir los flujos de agua en dirección aguas abajo del Río Andalgalá (…), lo
cual, a su vez, podría tener efectos adversos en la agricultura, la economía local y la
calidad de la vida humana. El hábitat y la vida acuática también podrían verse afectados
por los cambios en los caudales de agua.‖ (Proyecto Agua Rica, Informe de Impacto
Ambiental, Resumen Ejecutivo, pág. 38). En relación al impacto que implicará el bombeo
de aguas subterráneas que proyecta, la Minera señala que ―se espera que la extracción del
agua subterránea del acuífero Campo Arenal disminuya la cantidad de agua descargada en
el Río Santa María en 1,6 L/s, y en Río Nacimientos en 8,4 l/s‖ (idem, pág. 39).

El proyecto Gualcamayo, en la provincia de San Juan, consume actualmente 106


litros por segundo, según el informe de la empresa. El agua generalmente es obtenida de
cursos de agua o de perforaciones profundas, lo que ocasiona la alteración de las
condiciones de riego en las cuencas afectadas. Se estima que en el caso del Proyecto Pascua
Lama la magnitud del consumo acuífero será muy superior por las características del
proyecto.

Un caso significativo en más de un aspecto se advierte en las pretensiones del sector


y de la CNEA, en la provincia de Córdoba, el que hace estallar más de un mito a la vez. Para
contextualizarlo, antes de referir al compromiso de las aguas en su existencia de cuencas, y
no meros volúmenes, hay que recordar que en dicha provincia la actividad de la mega-
minería metalífera a cielo abierto, incluida la del uranio, con sustancias tóxicas, se
encuentra prohibida en todas sus etapas (Ley 9526). Este instrumento legal, la sexta ley de
prohibición sancionada por siete provincias argentinas, es resultado de una comprometida
participación ciudadana; en sus considerandos enumera y explica la lesividad de la
actividad, sus tecnologías, impactos económicos sobre otras actividades, etc. Pero, a pocos
meses de sancionada, una ofensiva de la corporación empresarial, la Cámara Empresarial
de Minería de Córdoba –CECOMIN- y en particular, de los geólogos de la Comisión de
Energía Atómica –CNEA- interpusieron un recurso de acción de inconstitucionalidad, a fin
de lograr su derogación. Además de mostrar la pretensión de torcer la voluntad ciudadana,
expresada en la ley vigente, la acción iniciada ante el Tribunal Superior de Justicia hace
pública la pretensión de obtener 5000 hectáreas para la exploración de uranio. La zona
comprometida se encuentra justamente sobre la Reserva Hídrica Provincial Pampa de
Achala, donde nacen el río Chico de Nono y varios afluentes del río Mina Clavero,
principales tributarios del embalse Medina Allende, que proveen de agua potable a
localidades de los departamentos San Javier y San Alberto de la provincia de Córdoba59.

59―La explotación de uranio en Traslasierra. La perspectiva del derecho ambiental‖. Entrevista a la


Dra. Morales Lamberti. http://www.secyt.unc.edu.ar/Nuevo/portada_contenido.php?idNota=151
50

Por otro lado, se afecta profundamente la morfología de la zona donde


se efectúa la explotación, al realizarse un pozo (tajo, rajo u open pit) de hasta cientos
de hectáreas de superficie y cientos de metros de profundidad. Esta excavación es
abandonada al finalizar la explotación, es decir que donde antes había un cerro, o una
ladera del mismo, al concluir la actividad de la mina queda una gran hondonada (o hasta
decenas de ellas, como las que ya ha generado la mina Cerro Vanguardia en Santa Cruz).
Asimismo y antes de comenzar la explotación, esta megaminería ejerce una fuerte
intrusión en vastas zonas del territorio para el acceso a los yacimientos y la posterior
extracción: huellas mineras, aperturas de acceso, camiones de muy gran porte, ingreso y
traslado de sustancias peligrosas y explosivos. Para ello, además, utilizan a discreción rutas
y caminos públicos; usufructúan la infraestructura del estado y demandan cuantiosa obra
pública para operar.

Se utilizan sustancias tóxicas, como el cianuro, el ácido sulfúrico o el


xantato, para extraer los metales de las rocas removidas, trituradas y molidas,
mediante operaciones conocidas como lixiviación y/o flotación, según los
casos. Los residuos de esta operación son almacenados en depósitos que muchas veces, ya
sea por deterioros o derrames, terminan contaminado los cursos de agua o las aguas
subterráneas. Asimismo, suelen contaminarse el aire y los suelos, los sistemas productivos
y la salud humana (cánceres, enfermedades respiratorias y en la piel son algunos de los
signos que han proliferado en las zonas afectadas). También se contamina con los
escombros generados: las rocas removidas remanentes de la explotación son depositadas
formando escombreras, las cuales pueden drenar diversas sustancias contaminantes
(ácidos y metales de diversa toxicidad)60.

En cuanto al aire, la fundición de metales contribuye con el 13% de las emisiones de


dióxido de azufre a nivel mundial, y la minería consume entre el 7 y 10% de la producción
de energía, principalmente en base a petróleo y carbón. Este tipo de actividad minera
contribuye con el 20% al cambio climático global.

Según un estudio de cuatro especialistas en geología y minería, sobre una muestra


representativa de las 183 mayores minas que operaron en EE.UU. desde 1975, el 76% de
ellas provocó en las aguas superficiales y/o subterráneas excesos de cobre, cadmio, plomo,
mercurio, níquel, zinc, arsénico, sulfato y/o cianuro respecto de los estándares de calidad,
a pesar de lo pronosticado por la mayoría de los respectivos Informes de Impacto

60 Respecto de impactos sobre la salud, ver entre los escasos y recientes estudios no oficiales,
―Conflicto sobre la explotación de los recursos mineros Jujuy, Salta y Catamarca‖, en Informe
situación de derechos humanos en Noroeste argentino en 2008 Cátedra UNESCO de
Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) Educación para la Acción Crítica
(EdPAC) Grupo de Cooperación del Campus de Terrassa (GCCT). Grupo de Investigación en
Derechos Humanos y Sostenibilidad (GIDHS pp. 111-125,
http://investigaccionddhh.wordpress.com. También "Abra Pampa: una comunidad contaminada,
una comunidad ignorada: La Lucha por los Derechos a la Salud y a un Ambiente Sano en
Argentina", Clínica de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas
(disponible en http://www.utexas.edu/law/academics/clinics/humanrights/abra-pampa-es.pdf).
51

Ambiental y de las medidas de mitigación propuestas en los mismos (Kuipers et alt.:2006).

Las empresas esgrimen también que la agricultura bajo riego consume mucha más
agua que la minería, como es cierto por ejemplo en la provincia de Mendoza. Asimismo,
debido al cambio climático61 y al crecimiento poblacional, también resulta necesario
mejorar la eficiencia en buena parte del actual sistema de riego. Pero no debe olvidarse que
esa agricultura irrigada en un medio árido, junto con las industrias derivadas de la misma,
representa la principal base económica que desde hace siglos sustenta la vida y actividad
de los oasis mendocinos y sus 1.700.000 habitantes actuales.

Además, el sector minero suele difundir datos exagerados sobre el uso agrícola del
agua. Por ejemplo, Minera San Jorge, en la provincia de Mendoza, afirma que el consumo
de agua requerida por su proyecto, 141 litros/segundo, equivaldría a 140 hectáreas de viña
con riego por goteo, o a 60 ha con riego por surco. En realidad, ese consumo previsto para
el proyecto San Jorge corresponde al agua necesaria para regar en San Rafael 545
hectáreas por goteo o 230 ha por surco, casi el cuádruplo de lo informado por la empresa.

Según un geólogo empresario minero, ―la minería no consume agua, usa agua pero
la devuelve al medio‖, y estima que el consumo agrícola de Mendoza es de 448 m3/seg62.
Tal afirmación carece de sustento: mal podría la agricultura consumir un caudal superior
al total de los ríos mendocinos. El caudal medio asignado para riego en Mendoza es de 157
m3/seg, y para todos los usos el caudal medio total disponible, tanto superficial (conjunto
de ríos y arroyos + reúso potencial de efluentes) como subterráneo, es de 229 m 3/seg63. Y
en efecto, la minería devuelve agua al medio, pero principalmente por evaporación, de
modo que no queda disponible río abajo para otros usos, y efectúa así un consumo o uso
consuntivo. Respecto del agua que devuelve en forma de efluentes, sean superficiales o
subterráneos, implica elevados riesgos de contaminación con diversos elementos.

Por otra parte, tratándose de la producción de alimentos, la agricultura


bajo riego debe gozar de una prioridad incomparablemente mayor a la
minería, sobre todo respecto de la aurífera. Los caudales deberían ser asignados
según el valor social de uso de los diversos productos a obtener o necesidades a satisfacer,
y no según el precio de mercado fijado por la demanda solvente.

Por otro lado, el volumen anual disponible por habitante en Argentina es de 22.500
m³/hab, mientras que el límite de escasez -estrés hídrico- adoptado por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es de 1.000 m³/hab. Pero, como afirma el
geógrafo Vicente Di Cione: "Esto no significa que la geografía del país sea homogénea,

61Se prevé que por el cambio climático disminuyan las nevadas en cordillera, lo cual acarrearía una
reducción de 13% en el caudal de los ríos mendocinos para la década 2020/2030. Ver Villalba, R., y
Boninsegna, J. (2009): ―Anexo. Cambios Climáticos Regionales en el Contexto del Calentamiento
Global‖. En: Secretaría de Medio Ambiente: Informe Ambiental 2009. Mendoza.
62 http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2009/11/22/nota230034.html
63Calculado según datos de: UNCuyo (2004): Marco estratégico para la provincia de Mendoza –
Diagnóstico Físico Ambiental, p. 21-22
52

por lo cual hay lugares donde escasea y escaseó el recurso históricamente, que son las
zonas áridas". Las regiones áridas y semiáridas —que comprenden la Patagonia (con
excepción de los Andes patagónicos) y las provincias del centro-oeste, oeste y noroeste
(con excepción de las delgadas franjas de ecosistema de yungas en Jujuy, Salta, Tucumán y
Catamarca)— representan el 61% del territorio. En algunas de ellas existen valores de
disponibilidad inferiores al piso propuesto por el PNUD, especialmente en la cuenca
hidrográfica del río Desaguadero y sus afluentes.

En tanto, en las zonas húmedas o semihúmedas —principalmente noreste y centro


este de Argentina—, la disponibilidad tampoco implica que el recurso se encuentre en
óptimas condiciones. El vertido de desechos industriales y cloacales con escaso o nulo
tratamiento, la lixiviación desde basurales, el uso intensivo y extensivo de agroquímicos y
la sobreexplotación de acuíferos para riego complementario, constituyen una grave
amenaza a su calidad.

La idea de que la Argentina es excedentaria en el recurso del agua, dice


Di Cione, ha impedido que la preservación del agua sea tema prioritario no
sólo de las autoridades sino del conjunto de la sociedad. "El problema es que se
suman una serie de actividades; tiene que ver con esta visión de desarrollo indefinido:
parecería que no hay limites para el desarrollo y, por lo tanto, para la utilización de los
recursos", subraya el geógrafo, poniendo como ejemplos la gran minería y la expansión de
la frontera agraria, "el modelo sojero, fundamentalmente"64.

La disputa y el uso imprescindible del agua como bien escaso, ha sido


explícitamente formulado y puesto en agenda de la megaminería regional
como tema urgente, ya en 2009, como se comprueba en eventos del sector. A
manera de ejemplo, se decía en el VI Congreso Internacional ProExplo 2009, Perú, del que
participaron conferencistas del sector minero, de países como Chile, Australia, Reino
Unido, Canadá, Brasil y Alemania:

“No olvidemos que el agua también es un recurso mineral escaso y de calidad


variable, recurso vital para todo proyecto (…) y que, por tanto, requiere ser estudiado a
profundidad. Debemos empezar seriamente a explorar por agua y eso requiere
promocionar el tema en este ProExplo 2009‖65.

Este diagnóstico de urgencia ha sido precedido por más de cinco años de acciones
corporativas en torno al ―agua como problema productivo‖. En la actualidad, el agua es el
foco de áreas temáticas y redes de proyectos de investigación consorciados por el sector, y
destinados a él. En efecto, proyectos multiescalares persiguen el relevamiento y la
localización de aguas superficiales y profundas, a fin de controlar la administración y los

64―Engañosa disponibilidad de aguas‖, Inés Aiuto y Hernán Scandizzo, Noticias Aliadas, setiembre
de 2010. http://www.latice.org/milj/es/noalmj1009es.html
65 «Debemos empezar seriamente a explorar por agua», MINERIA, primera revista de la minería
peruana Instituto de Ingenieros de Minas del Perú,
http://www.mineriaonline.com.pe/principal.asp?idtipo=1, 27 de febrero de 2009.
53

usos de ese vital y escaso elemento 66. Al menos cuatro observaciones amerita esta sensible
cuestión.

La primera de ellas se refiere a las implicancias del tratado argentino-chileno, que


ha consagrado para Barrick Gold el uso de la cuenca hidrográfica, y no meramente ―litros
de agua‖. En tal sentido, vale la pena destacar que esta dimensión de la legislación para la
actividad minera salió a la luz en el proceso de debate político institucional y social en
torno a los glaciares. Así quedó además en evidencia aquello que las asambleas ciudadanas
han venido denunciando desde sus comienzos, esto es, que en el discurso hegemónico
argentino el denominar ―tratado binacional‖ al tratado minero, para el negocio minero, no
sólo posibilitó escamotear, cuando no ocultar bajo el imaginario de la fraternidad entre
pueblos, la política de entrega de recursos, sino y de manera determinante, la
desapropiación de la cuenca hidrográfica del cordón cordillerano, obteniendo así su
control las mineras67.

La segunda observación se refiere a los proyectos de investigación direccionados al


control del ―recurso‖. En este punto, se observa que, al igual que en la década de los 90
respecto al relevamiento para las empresas de los minerales que ellas hoy explotan, gracias
a investigaciones del sistema público, en estos días se está realizando el relevamiento de
aguas, como entonces del oro, el cobre, el uranio, etc., para el sector corporativo, esto es,
desde el ámbito de las instituciones y con la masa crítica ―pública‖; y con endeudamiento
también público. Las modalidades en que esta entrega de recursos se presenta para tamaña
transferencia de patrimonio de aguas, suele adoptar la políticamente correcta expresión de
―aguas para usos productivos y sociales‖, donde el orden en que se enuncian ambos
destinos –productivos y sociales- adelanta la preeminencia y asimetría de relaciones
político-empresariales con que se decidirá tal administración y distribución. En tal sentido,
este proceso ya se está dando no sólo en disputa con otros sectores productivos –como el
agropecuario-, sino también en el marco de procesos de reordenamiento territorial en
varias provincias, escenarios estos donde los sectores empresariales suelen imponer la
lógica de lucro de sus intereses sectoriales a través de la clase política.

La tercera observación se vincula con la manera apaciguadora, engañosa y


denegatoria en que la voracidad y voluntad de control del recurso aparece en el discurso
corporativo. Al respecto, resulta particularmente ilustrativo señalar el doble juego por el
cual, por un lado, la corporación afirma que tiende a minimizar el uso del recurso; y por

66 Sobre Proyecto Cuencas Andinas para ―desarrollo concertado‖ en agricultura, ver ―Alianzas
estratégicas y los proyectos de co-inversión en Cuencas Andinas‖,
http://www.redcapa.org.br/cuencas/boletin-n8.htm.

67A escasas semanas de la sanción de la ley de glaciares se celebró el V Encuentro Minero Chileno
Argentino 2010, denominado estratégicamente ―Situación y oportunidades del tratado minero‖, 7 de
diciembre 2010, Santiago de Chile, con la participación del gobernador Gioja, Ginés González
García, Embajador argentino en Chile, y el Secretario de Minería de la Nación.
54

otro, presenta ―el problema del agua‖ como una variable central en la conflictividad social
y comunitaria que genera la megaminería (GECOMIN, 2011)68

La cuarta y última observación se refiere al formidable negocio tercerizado del


agua, del que participan entre otros agentes, las mismas consultoras que ofrecen estudios
de impacto ambiental para las mineras y el lobby público-privado para lograr, de parte de
los gobiernos, la autorización para el acceso y uso de las aguas requeridas para los
―emprendimientos‖, denominación falaz del modelo extractivo.

Cabe destacar respecto del agua, la importante decisión de Naciones Unidas por
la cual, el 28 de julio de 2010, quedó formalmente establecido el derecho
humano al agua potable y al saneamiento. En efecto, la Asamblea General de
Naciones Unidas aprobó en Nueva York la resolución que reconoce tal derecho, con 122
votos a favor, 41 abstenciones (principalmente de países ―desarrollados‖) y ningún voto en
contra. Tal declaración manifiesta su ―profunda preocupación‖ porque ―aproximadamente
884 millones de personas carecen de acceso al agua potable y más de 2.600 millones no
tienen acceso al saneamiento básico‖. Agrega su ―alarma‖ porque ―cada año fallecen
aproximadamente 1,5 millones de niños menores de cinco años y se pierden 443 millones
de días lectivos a consecuencia de enfermedades relacionadas con el agua y el
saneamiento‖69.

Asimismo, cuando voceros del sector no pueden negar estos datos, elaboran una
falacia ad hoc, un ―sub-mito‖, según el cual ―no hay escasez de agua porque se puede
desalinizar el agua de los océanos‖. Entonces, ¿por qué hoy las mineras instaladas en Chile
buscan importar agua argentina? ¿Por qué buena parte de la población mundial no tiene
acceso al agua, como lo demuestra la declaración de Naciones Unidas?

Si la ―maravillosa tecnología extractiva‖ puede a futuro desalinizar el agua, como


afirman profesionales cooptados por el sector de la mega-minería70, entonces, que se
declare una moratoria minera, hasta tanto las empresas transnacionales, con sus capitales,
efectivamente desalinicen agua de los océanos (si bien ello implicaría un gran consumo
energético, con el consiguiente impacto ambiental), y que el agua dulce sea un bien común
y un derecho humano, y que el Estado Nacional comience de inmediato el inventario de
glaciares y proteja el patrimonio de los reservorios de aguas cordilleranas.

68―Prevención de conflictos vinculados a la actividad minera‖. Organismo Latinoamericano de


Minería, Ciencia y Técnica para el Desarrollo Iberoamericano, Proyecto Gestión y Control de
Conflictos Mineros. GECOMIN, http://www.gecomin.org/archivo/ESPANOLPARAREVISION.pdf
69 http://www.redes.org.uy/2010/08/03/importante-decision-de-naciones-unidas-derecho-
humano-al-agua-formalmente-establecido/#more-2028
70 Para un ejemplo emblemático de la denegación de la escasez del agua, véase ―Evo y la Madre
Tierra‖, Orlando Hugo Levato, Doctor en Astronomía. Complejo Astronómico El Leoncito (Conicet).
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=415775. Agosto, 2010.
55

Mito 8: Los emprendimientos cumplen con exigentes


regulaciones ambientales y la minería es la única actividad
regulada por una ley ambiental en nuestro país.

La cuestión de los informes de impacto ambiental (IIA), de los


„estándares de excelencia‟ en el manejo ambiental y la existencia de
normativas para el „cuidado del ambiente‟ específicas para la actividad
minera, se suelen presentar como un aspecto que contradice la realidad
de tratarse de una de las industrias extractivas de mayor y generalizado
impacto negativo para el ambiente.

En primer lugar, es importante destacar que la “solución técnica” a los


problemas ambientales depende de un adecuado diagnóstico, que pueda ser
continuado en un plan de monitoreo. Existen numerosos trabajos que demuestran la
baja calidad de los Informes de Impacto Ambiental presentados por las empresas mineras.
Por ejemplo, sobre la evaluación de los impactos sobre la fauna silvestre, de algunos
proyectos mineros en San Juan y Mendoza, 71 Emiliano Donadio afirma ―Estos ejemplos
evidencian que los EIA e informes de monitoreo mineros presentan fallas metodológicas
importantes, incluyendo falencias en el diseño del muestreo (esfuerzo de muestro
insuficiente, métodos inapropiados) y aplicación inadecuada de los métodos utilizados.
Esto resulta en indicadores inapropiados para el desarrollo de líneas de base y la
implementación de planes de monitoreo. Asimismo, la ausencia de medidas de dispersión
que describan la precisión de los estimadores impide realizar inferencias confiables en lo
que respecta a cambios en las abundancias poblacionales de las especies monitoreadas. A
las falencias metodológicas se le suman errores conceptuales (e.g., utilización de los
conceptos censo y muestreo como sinónimos, definición de variables cuantitativas como
cualitativas) rindiendo líneas de base y programas de monitoreo inadecuados para evaluar
el impacto sobre distintos componentes de los sistemas ecológicos afectados. Por último,
los informes tienden a subestimar los impactos potenciales de sus actividades más allá de
la zona de la mina (e.g., viento o aguas abajo de los emprendimientos) a pesar de ser estas
explotaciones a cielo abierto y con un uso proyectado, en zonas áridas, de cientos de litros
de agua por segundo (Donadio et al. 2006; Reina 2006; Wildlife Conservation Society
2007).72

Otra cuestión espinosa se presenta ya no con el cómo sino con la


pregunta sobre quiénes los realizan. Al menos dos llamativas cuestiones se plantean

71 Ellos son: informes elaborados por la empresa Barrick Gold Corporation para sus
emprendimientos Veladero y Pascua Lama, Gualcamayo (Minas Argentinas) y Potasio Río Colorado
(propiedad de Río Tinto cuando se realizó el IIA).
72 Fuente: DONADIO, Emiliano, ―Ecólogos y mega-minería, reflexiones sobre por qué y cómo
involucrarse en el conflicto minero-ambiental‖, en: Revista Ecología Austral, Volumen 19 (3),
diciembre de 2009, pp. 247-254.
56

sobre el particular. Por un lado, la connivencia de profesionales públicos que forman parte
de consultoras privadas que realizan los estudios para las mineras. Por otro, como si se
tratara de una mera capacitación técnica, en los últimos años han proliferado y se ofertan
cursos, seminarios, etc., privados que prometen la formación a cabalidad de expertos en
informes de impacto ambiental; una feria de oportunidades para la salida laboral. De este
modo, a la tercerización y mercantilización, se le añade la banalización de la cuestión
ambiental, apaciguando los riesgos y minimizando las consecuencias irreversibles que de
ellos se derivan.

En lo que respecta a la legislación ambiental minera introducida con las


reformas institucionales de los ‟90, cabe señalar que las mismas estuvieron
deliberadamente orientadas a remover los „obstáculos ambientales‟ para la
inversión extranjera y a hacer de las „liberalidades ambientales‟ un factor de
„competitividad territorial‟. En efecto, como lo admite uno de sus impulsores y
protagonistas, la legislación y la institucionalidad ambiental específicamente creada para la
actividad minera tuvieron un desarrollo tardío, de alcances limitados y deficientes. Polo
Robilliard (Vice-Ministro de Energía y Minas del Perú durante el proceso de reformas), ya
como investigador de la CEPAL en el 2006, admitía: “La principal limitación que tuvieron
las legislaciones de promoción de inversiones en el sector minero es el haberse focalizado
únicamente en la atracción de inversiones, que (…) al no profundizar en los aspectos
socioambientales, deviene en una estabilidad permanentemente cuestionada que atenta
contra el propio objetivo (sic). La reforma, con posterioridad aborda parcialmente los
aspectos ambientales, al incorporar los estudios de impacto ambiental y la participación
ciudadana en las etapas previas al inicio de la explotación, no desde el inicio del proceso
y con falta de transparencia…” (Polo Robilliard, 2006: 20).

Ya entrado el nuevo milenio y ‗madurado‘ el proceso de reformas, sus impulsores


perciben con abierta preocupación los vacíos y deficiencias institucionales existentes en
materia de protección ambiental, pero no desde un punto de vista ‗ambientalista‘, sino por
el efecto negativo que la conflictividad social desencadenada sobre el ‗clima de negocios‘ y
la ‗seguridad y estabilidad jurídica‘ de las inversiones (Oblasser y Chaparro, 2008).
Precisamente esa preocupación y ese ‗enfoque preventivo‘, orientado a resguardar la
institucionalidad creada, fue lo que dio origen al desarrollo de un marco normativo
ambiental específico para la minería, lo que, como la mayoría de la institucionalidad
sectorial, tuvo su ámbito de gestación en Chile primero para luego ‗difundirse‘ al resto de la
región.

Las mismas características y limitaciones se observan en general en el


caso argentino. La sanción de una “Ley de Protección Ambiental para la
Actividad Minera” (N° 24.585), incorporada como un Capítulo al Código de
Minería de la Nación, tuvo la controversial finalidad de „adelantarse‟ y
pretender sustraer la regulación de esta actividad de la órbita de la posterior y
más exigente Ley General del Ambiente (Ley Nº 25.675) que consagró a los
principios preventivo, precautorio y de sustentabilidad como base de toda
política ambiental.
57

La deficiencia en la protección ambiental otorgada por la ley 24.585 es evidente. En


la época de redacción del Código de Minería, siglo XIX, se creía que los recursos naturales
eran ilimitados. Para este paradigma, los daños ambientales no son más que un ―costo‖ que
solamente debe ser resarcido mediante las reglas del derecho tradicional: se permite
dañar si se indemniza. Pero la humanidad ha descubierto lo evidente: los bienes
comunes naturales no son ilimitados. Por ello, se revisó el modelo extractivo-
resarcitorio por un modelo donde se impone la prevención del daño
ambiental, atento a que no hay valor económico, no hay indemnización que
supla la ausencia de un río, la alteración de los glaciares o la contaminación
de un acuífero. Deliberadamente la ley 24.585 no modifica la añeja concepción, evitando
incorporar en el Código -tanto en su letra como en su espíritu- los principios
preventivo, precautorio y de sustentabilidad (en ese entonces ya existentes en la
doctrina y el derecho ambiental a nivel internacional), incitando a la actuación posterior a
la trasgresión -que supone ya una agresión al ambiente- para no "perturbar" la actividad.

Esta premeditada deficiencia quedó bien evidenciada en la creación por parte de la


ley 24.585 del artículo 356 del Código de Minería. Este artículo, dejado intencionalmente
fuera del Capítulo Ambiental del Código, establece que "los impactos irreversibles e
inevitables producidos no podrán afectar bajo ningún aspecto las actividades que se
estuvieren realizando." Este artículo no resiste el mínimo análisis, chocando de frente con
los principios más básicos del Derecho Ambiental.

Tampoco resulta casual que, por disposición de la ley 24.585, la actividad minera
requiera de un Informe de Impacto Ambiental (IIA) y no de una Evaluación de Impacto
Ambiental como lo prevé toda la legislación nacional e internacional. No es sólo una
confusión terminológica, sino que evidencia el carácter dañoso de la actividad. No es lo
mismo ―evaluar‖ el impacto ambiental de una actividad que ―informarlo‖. Y esto también
está relacionado con el viejo espíritu resarcitorio del Código, mantenido en el capítulo
ambiental. De nuevo se colisiona irremediablemente con el principio preventivo que obliga
a actuar para evitar el daño, incluso hasta no permitiendo la actividad si resulta necesario.

Por otro lado, la regulación de la norma sobre los Informes de Impacto Ambiental
(IIA) contiene importantes vacíos sobre sus contenidos y especificidades, instancias y
formas de participación y consulta de las comunidades, unidad de análisis centrada en el
‗proyecto‘ y no en las unidades ecosistémicas que son intervenidas, etc. Asimismo, igual
que en la mayoría de los países, se establecen plazos sumarísimos para su evaluación y
aprobación (Chaparro, 2002; Prado, 2005).

Más allá de las deficiencias inherentes a la normativa ambiental, las principales


falencias se refieren a las capacidades de las autoridades de aplicación para llevar adelante
el sistema de control y fiscalización establecido por la legislación. El Capítulo Ambiental
del Código excluye la competencia ambiental de la Nación ante determinados supuestos.
Así, se omite deliberadamente la intervención de la máxima autoridad ambiental de la
Nación cuando se trate de proyectos extractivos binacionales (como Pascua Lama) o
cuando el impacto ambiental se presuma interjurisdiccional, como es factible en la mayoría
de los proyectos de gran minería.
58

En el caso de proyectos internacionales que, no sólo son susceptibles de afectar a


otras jurisdicciones provinciales, sino también a otros países, es menester la actuación de
la máxima autoridad nacional con competencia ambiental. Es el Estado Nacional quien
tiene a su cargo las relaciones exteriores, de manera tal que resulta fundamental la
participación de organismos nacionales en emprendimientos conjuntos con países vecinos,
así como también, en aras de preservar las relaciones con ―potencias extranjeras‖ como
establece nuestra Constitución. La ley 25.675 establece específicamente la competencia
federal en los casos en que el acto, omisión o situación generada provocase degradación o
contaminación en recursos ambientales interjurisdiccionales.

Aún antes de la reforma constitucional, el Congreso Nacional ha dictado numerosas


normas de protección ambiental que le otorgaban a la Nación jurisdicción sobre
actividades y objetos cuando los mismos estuvieren destinados al transporte o comercio
interprovincial o cuando, a criterio de la Autoridad de Aplicación, se provocara impacto o
daño ambiental más allá de las fronteras de un territorio provincial. La ley 24.051 -de
residuos peligrosos- es un ejemplo de ello, cuando en su artículo 1° establece que "la
generación, manipulación, transporte, tratamiento y disposición final de residuos
peligrosos quedarán sujetos a las disposiciones de la presente ley, cuando se tratare de
residuos generados o ubicados en lugares sometidos a jurisdicción federal, o aunque,
ubicados en territorios de una provincia estuvieren destinados al transporte fuera de ella, o
cuando, a criterio de la autoridad de aplicación, dichos residuos pudieran afectar a las
personas, al ambiente más allá de las fronteras de la provincia donde se hubiesen generado
o cuando las medidas higiénicas o de seguridad que a su respecto fuere conveniente
disponer, tuvieren una repercusión económica sensible tal, que tornare aconsejable
uniformarlas en todo el territorio de la Nación , a fin de garantizar la efectiva competencia
de las empresas que debieran soportar la carga de dichas medidas".

También la máxima autoridad ambiental nacional debiera entender en aquellos


proyectos cuyo impacto ambiental afecte, en forma actual o potencial, áreas protegidas
declaradas por ley nacional, atento a la importancia de las áreas protegidas en el
mantenimiento de la biodiversidad.

Pero no es casual que se establezca la competencia provincial, ya que eso licua la


capacidad de control efectivo sobre los proyectos de explotación -en un contexto donde las
provincias atraviesan cíclicamente por fuertes apremios financieros- dejando a las grandes
corporaciones extractivas en la mesa de negociación frente a las inexpertas y débiles
administraciones provinciales73.

73 En una solicitud de crédito presentada por la Secretaría de Minería de la Nación al BID, destinada
a ‗fortalecer las capacidades institucionales de control ambiental‘, se señalaba, entre sus
fundamentos: ―Actualmente, la implementación de los instrumentos de gestión ambiental del
Sistema Ambiental Minero Preventivo enfrenta una serie de desafíos en el Estado, particularmente a
nivel provincial. Por un lado, las autoridades de aplicación de la Ley 24585 no cuentan con una
adecuada capacidad para ejercer sus funciones de seguimiento y control de la calidad ambiental de
las operaciones mineras en sus áreas de jurisdicción. Los marcos normativos provinciales para la
gestión ambiental minera…no se encuentran estandarizados… (…) muchas autoridades no cuentan
59

Otra deficiencia del Capítulo Ambiental del Código de Minería -incorporado por la
ley 24.585- es la ausencia, para el uso o disposición de aguas interjurisidiccionales, del
permiso previo vinculante del Comité de Cuenca correspondiente o de las demás
jurisdicciones con las cuales se comparte el recurso. Las provincias potencialmente
afectadas por el uso de aguas compartidas con otras, debieran otorgar un permiso para la
utilización de esas aguas, en concordancia con lo establecido en los principios de
solidaridad y cooperación consagrados en la Ley General del Ambiente (ley 25.675), que
establecen lo siguiente:

Principio de solidaridad: La Nación y los Estados provinciales serán responsables


de la prevención y mitigación de los efectos ambientales transfronterizos adversos de su
propio accionar, así como de la minimización de los riesgos ambientales sobre los sistemas
ecológicos compartidos.

Principio de cooperación: Los recursos naturales y los sistemas ecológicos


compartidos serán utilizados en forma equitativa y racional. El tratamiento y mitigación de
las emergencias ambientales de efectos transfronterizos serán desarrollados en forma
conjunta.

La obligación de contratar un seguro ambiental para la actividad también se


encuentra ausente en la normativa de la ley 24.585. Y a pesar de estar expresamente
regulado en el artículo 22 de la ley 25.675 74, ninguna de las grandes empresas mineras que
operan en la Argentina cumple con este deber.

El proceso de cierre de mina, una de las etapas más conflictivas y críticas en


materia ambiental, tampoco se encuentra regulado por esta legislación específica, como
tampoco se establece ningún procedimiento de participación y/o de audiencia o consulta
pública, que sí se encuentran en las obligaciones establecidas en los artículos 19 y 20 de la
Ley General del Ambiente.

Por su parte, el Consejo Federal de Minería (COFEMIN) emitió una serie de


disposiciones con la pretensión de ―complementar los preceptos contenidos en la Ley de
Protección Ambiental Para la Actividad Minera (24.585), incorporados al Código de
Minería de la Nación‖. Esta normativa, lejos de acentuar los controles ambientales, tiene la
perversa intención de flexibilizar aún más las obligaciones ambientales de los operadores

con manuales de procedimientos para el seguimiento y fiscalización de los planes de manejo y de


recomposición ambiental. Además…, el país carece de un sistema geoambiental que brinde las
líneas de base para la adecuada evaluación de los Informes de Impacto Ambiental, así como para la
planificación territorial de la actividad minera a lo largo del país‖. (BID-Argentina, ―Programa de
gestión ambiental para una producción sustentable en el sector productivo‖ AR-l1026. Propuesta de
préstamo. 2007: 5-6).
74 ARTICULO 22. — Toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades
riesgosas para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos constitutivos, deberá contratar un
seguro de cobertura con entidad suficiente para garantizar el financiamiento de la recomposición
del daño que en su tipo pudiere producir; asimismo, según el caso y las posibilidades, podrá integrar
un fondo de restauración ambiental que posibilite la instrumentación de acciones de reparación.
60

mineros. En efecto, contradiciendo inconstitucionalmente a la Ley General del Ambiente,


el artículo 23 de la Normativa Complementaria dictada por el COFEMIN define al daño
ambiental como: ―toda alteración antrópica que provoque perjuicio para el ambiente o a
uno o más de sus componentes, generado por acción u omisión, excediendo los límites
tolerables admitidos por la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que constituyendo
infracción, sea efectivamente verificado en el marco del debido proceso legal‖. Un
verdadero disparate jurídico. Según el mandato Constitucional, es el Congreso Nacional el
que establece la normativa de fondo como lo es la definición de Daño Ambiental. Y lo ha
hecho a través del artículo 27 de la Ley General del Ambiente (25.675) cuando ―define el
daño ambiental como toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente,
sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.‖
Absurdamente y sin ningún sostén legal, esta Normativa Complementaria dictada por un
Consejo Federal pretende reducir los alcances de una definición establecida por una ley
nacional.

Asimismo esta Normativa Complementaria dictada por el COFEMIN pretende


establecer, en su Anexo IV, niveles guías propios de Calidad de Agua, de Calidad de Suelo y
de Aire para la actividad minera, pretendiendo así también despojarse de las obligaciones
normativas generales tanto nacionales, como provinciales y municipales de donde se ejerza
la actividad.

En resumen: si bien la actividad minera no debiera resultar ajena a la normativa


general de protección ambiental, en los hechos la actividad se maneja con las normas
especiales incorporadas en el Código de Minería y su normativa complementaria. Pero esto
no es casual: con una aplicación efectiva y plena de los principios preventivo, precautorio y
de sustentabilidad, la megaminería no sería posible, no podría llevarse a cabo, al menos
con las técnicas y procedimientos actuales.

Lo cierto es que hasta las propias fuentes vinculadas al sector admiten


las deficiencias de los marcos normativos en relación a los estudios de
impacto ambiental, y los mecanismos de regulación y control de los impactos
ambientales que provoca la minería.

A modo ilustrativo, podemos citar los siguientes testimonios:

“La mayor parte de las empresas mineras están comprometidas a realizar un


avance sostenido en su rendimiento ambiental. Sin embargo, las prácticas del pasado a
veces fueron demasiado negativas, realidad que en algunos casos se mantiene. Incluso
las mejores operaciones modernas pueden tener impactos ambientales indeseables…La
evaluación de Impacto Ambiental (EIA) es, quizás, la herramienta de gestión ambiental
de uso más generalizado… Sin embargo, su implementación es, a menudo, sumamente
deficiente.” (“Abriendo brecha”, Proyecto Minería, Minerales y Desarrollo sustentable.
Resumen Ejecutivo, 2002: xxiv).

“La mayoría de las legislaciones mineras contienen normas sobre estudios de


impacto ambiental y sobre conservación, restauración y no contaminación del
ambiente… Sin embargo, no han dejado de presentarse algunos problemas que, en ciertos
61

casos, han puesto en cuestión las explotaciones. Por otro lado, las relaciones con las
comunidades locales han sido muchas veces conflictivas. Existen, qué duda cabe, una
serie de pasivos ambientales mineros que se han venido acumulando durante muchos
años. Una de las debilidades de las políticas públicas se ha manifestado en la forma de
abordar esta deuda con el medio ambiente”. (Sánchez Albavera, 2004: 58-59).

Las medidas tendientes a la protección ambiental generalmente son


presentadas como costos “excesivos” que los proyectos deberán afrontar, y
como fuentes de limitaciones a una actividad necesaria para la generación de
empleo y la obtención de regalías y otros beneficios económicos que permitan
cubrir las necesidades de nuestras poblaciones. “Chile no se puede dar el lujo de
aplicar restricciones ambientales similares a las de los países industrializados sin afectar
de forma negativa los recursos requeridos para atender sus urgentes necesidades
sociales y sin provocar una pérdida de competitividad de sus operaciones, que haría
peligrar las bases de su subsistencia”. (Gerardo Muñoz, Director de Control Ambiental de
CODELCO, 1993: 243). Mediante este discurso, el cuidado del ambiente es
presentado como un “bien de lujo”, invisibilizando la pérdida de actividades
ya existentes que puede llegar a generar la megaminería, así como también la
posible dependencia de una actividad que se llevará a cabo en un período de
tiempo determinado, y los impactos que podrán caer incluso sobre las
generaciones futuras -que son siempre obviadas en estos análisis costo-
beneficio-.

En términos generales, basados en una fuente que no puede ser sospechada de


‗ambientalista‘, las principales deficiencias que presentan los sistemas de gestión y control
ambiental para el caso de las explotaciones mineras en la región se resumen en los
siguientes ítems:

- Los estudios de impacto ambiental se realizan bajo condiciones


limitadas y modalidades poco transparentes. “Los estudios de impacto ambiental
son desarrollados por consultoras contratadas por las empresas… finalmente estos
estudios no tienen la independencia técnica requerida para una justa apreciación y
valoración de los riesgos… El resultado es que en muchos casos no logran convencer a las
poblaciones circundantes de las bondades del desarrollo minero‖ (sic) (Polo Robilliard,
2006: 20). En el mismo sentido, otra de las críticas es la cantidad de páginas que posee un
Informe de Impacto Ambiental (IIA). Por ejemplo, el IIA del proyecto Potasio Río
Colorado, cuya puesta en funcionamiento ha sido una de las fuertes apuestas del gobierno
nacional75, consta de 3.400 páginas76. Un gran número de estas páginas se encontraban en

75 En palabras del propio Secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, durante su visita al
sitio del Proyecto, en Malargüe, Mendoza, en octubre de 2008: ―…La presidenta nos ha
encomendado la tarea de ir adelante con el proyecto en una visión que trasciende claramente el
perfil de decisión política de nuestro propio gobierno. Hay un compromiso con el presidente Lula de
Brasil amarrado en la relación binacional argentina-brasilera, de poner en marcha este proyecto
minero lo más antes posible, y en este aspecto nosotros vamos a ser celosos custodios para que la
dinámica del proyecto sea la mayor posible. Te vamos a exigir Kevin (dirigiéndose al Gerente
General del proyecto PRC), inmediatamente que tengas la DIA [declaración de impacto ambiental],
62

idioma inglés, hecho que fue marcado por la Universidad Tecnológica Nacional-sede
Mendoza, encargada de realizar el dictamen técnico. Sin embargo, la empresa no sólo no
subsanó el tema sino que, en información presentada un año después, parte de la cual
también en inglés, se indicaba que ―En caso de alguna diferencia entre el texto en inglés y
español contenido en este plano, el texto en inglés tomará precedencia‖.

Este tipo de hechos, entre otros, impiden que la población pueda estar informada al
momento de la consulta y audiencia pública del proyecto. Sumado a ello, el lenguaje
técnico de estos informes también limita a la mayor parte de los ciudadanos mensurar los
costos y beneficios que le traería el proyecto. Ante ello, una iniciativa destacable fue la del
Consejo Provincial del Ambiente de la provincia de Mendoza, que solicitó permiso a la
Dirección General de Escuelas para informar a la población, en las escuelas de la zona de
montaña donde pretende operar el proyecto San Jorge, sobre los contenidos del Informe
de Impacto Ambiental presentado por la empresa canadiense ―Coro Mining‖ y del
voluminoso expediente respectivo. Este Consejo, según la ley provincial de Preservación
del Ambiente (Nº 5.961) es órgano asesor de la Secretaría de Medio Ambiente, y está
compuesto por organizaciones preocupadas por la problemática ambiental. Incluso se
invitó a dicha Secretaría a acompañar esta iniciativa, pero nunca se obtuvo respuesta de las
autoridades. El proyecto llegó a instancia de audiencia pública y fue aprobado por el
Ejecutivo provincial, sin que los ciudadanos tuvieran esta posibilidad de realizar consultas
al mencionado Consejo sobre los contenidos del Informe.

- Concentración en el mismo órgano estatal de las funciones de


promoción de inversiones y de fiscalización ambiental. Como admite Polo
Robilliard, “si la misma institución oficial que promueve las inversiones, interesada por lo
tanto en que éstas se concreten a la brevedad, debe ser la misma que apruebe los estudios
ambientales y además la misma que fiscaliza… lo único que haría es aumentar la
desconfianza y las percepciones negativas hacia la actividad minera”; concluye, por
tanto, que “no es conveniente ni pertinente que sea una misma institución la que realice
estas tareas” (Polo Robilliard, 2006: 42).

el cumplimiento del desarrollo e inversión para que el proyecto se pueda poner en marcha, estamos
absolutamente convencidos que podemos cortar la cinta al fin de 2011, cuando nos estemos yendo, y
queremos dejar este proyecto como parte de la mejor herencia del desarrollo minero de Argentina.
En pocos días vamos a presentar este proyecto, con los caballeros, en sociedad, en Buenos Aires, en
la Casa de Gobierno, estoy seguro que muchos de ustedes nos van a estar acompañando, en este
sentido, entonces también vaya nuestro compromiso para tratar de ir quitando piedras en el camino
de aquellas cosas que aún estando encaminadas todavía no han estado resueltas…‖.
76El IIA fue elaborado por la consultora internacional URS, con sede en San Francisco, EEUU,
dedicada a medio ambiente e ingeniería. Sus 3.400 páginas, distribuidas en 17 cuerpos, integran un
expediente que hoy consta unas 7.000 fojas en 30 cuerpos, e incluye dictamen técnico, dictámenes
sectoriales, pedidos de informes, versión taquigráfica de audiencia pública, Manifestación
Específica de Impacto Ambiental de la relocalización del depósito de sal, sus dictámenes
correspondientes, Informe Final Único de la Comisión Evaluadora Interdisciplinaria Ambiental
Minera y Declaración de Impacto Ambiental, y otros documentos.
63

-Deficiencias en los mecanismos de participación ciudadana: “La


participación ciudadana aparece en la segunda mitad de la década de los noventa… es
tardía, ya que no se da desde el inicio del proceso minero. Finalmente, la percepción es de
imposición y no de consulta y solución concertada, cuando ello afecta los diferentes usos
que pueda tener la comunidad a los recursos, como el agua” (Polo Robilliard, 2006: 22).

Una observación vale para marcar la distancia entre las palabras y los
hechos, entre los mitos y la dimensión fáctica que caracteriza al sector, sus
agentes y prácticas. Un primer aspecto que la fuente prominera citada no
explicita es que el cumplimiento o no de la normativa, la experticia o su
ausencia en los estudios de impacto ambiental, no son vinculantes para torcer
la voluntad política de entregar los territorios para las etapas extractivas. Tal
el caso de Agua Rica, en Catamarca. También la declaración presidencial ―de interés
nacional‖ al proyecto Potasio Río Colorado en 2008, cuando aún se encontraba en pleno
procedimiento de evaluación ambiental, con fuertes objeciones y no había sido autorizado.

El discurso técnico también puede ser parte de la legitimación de la imposición del


modelo minero a la ciudadanía. Uno de los recursos más utilizados es el de recortar la
evaluación ambiental a lo estrictamente técnico, dejando de lado los cuestionamientos que,
según criterios de los funcionarios de gobierno y de los organismos evaluadores, exceden el
tema ―ambiental‖.

Un caso de referencia es el del informe presentado por Yamana Gold,


para el yacimiento de Agua Rica, que fue puesto a consideración de los
investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán. Entre las más de
trescientas objeciones señaladas por los profesionales, un conjunto significativo de ellas
resultan de un procedimiento técnico usual, que resulta una verdadera estrategia
habilitante para la actividad: minimizar impactos, desestimar la afectación del paisaje,
eludir las consecuencias culturales, etc., esto es, producir la ―mineralización de las
comunidades‖ (Antonelli 2010 y 2011), su desaparición discursiva en la zona a explotar.

Darío Aranda ha sintetizado la cuestión:

“La Municipalidad de Andalgalá pidió en 2007 a la Universidad Nacional de


Tucumán (UNT) que hiciera un análisis del Informe de Impacto Ambiental (IIA)
presentado por Agua Rica. La intención era apurar la aprobación de Agua Rica,
que estaba demorada. Pero los consultores de la UNT cuestionaron el informe de
la empresa. El estudio se llamó “Análisis del Informe de Impacto Ambiental Mina
Agua Rica” y fue presentado en julio de 2008. Abundan los cuestionamientos
técnicos, pide numerosos modificaciones, insta a la realización de nuevos estudios
y recomienda que, de mantenerse como está, el proyecto sea desestimado. A pesar
de todo, la provincia dio luz verde al emprendimiento. La Unidad de Gestión
Ambiental (UGAP) es un organismo dependiente de la Secretaría de Minería. En
octubre de 2008, el jefe de la UGAP, Jorge Eremchuk, reconoció que el proyecto
tenía “tres puntos críticos” (no precisó cuáles) y se negó a aprobar el Informe
64

Ambiental de Agua Rica. Al día siguiente, el secretario de Minería, José Sinner, lo


echó de su puesto.
Por los cuestionamientos al Informe Ambiental, Agua Rica funcionó a paso lento.
Era imprescindible esa aprobación para comenzar la construcción. El 17 de marzo
de 2009, la compañía anunció que echaría personal, se declaró en “stand by” y
dejó trascender la noticia de que, de no obtener vía libre en breve, se retiraría del
emprendimiento. Dos días después, la Secretaría de Minería de Catamarca
aprobó el cuestionado Informe de Impacto Ambiental y autorizó el avance
minero” 77.
Otro caso de elusión de la dimensión social es el del proyecto San Jorge.

Por ejemplo, entre los considerandos de la resolución que otorga Declaración de


Impacto Ambiental al proyecto San Jorge, ya citado, puede leerse: ―que durante las etapas
de consulta al público –consulta pública y audiencia pública- previstas en la normativa
ambiental vigente se observa cierta resistencia social al proyecto, fundada en cuestiones
de diverso contenido mas no ambientales”78. Sin embargo, en el texto de dicha resolución
no se encuentra definido qué entienden por ―ambiental‖ los funcionarios que redactaron
estos considerandos.

Algo que la puesta en práctica de las evaluaciones de impacto ambiental


parece ignorar, es que los principales especialistas en Evaluaciones de
Impacto Ambiental destacan que tanto los aspectos tecnológicos como los
sociales deben ser tenidos en cuenta en una Evaluación de Impacto Ambiental
(EIA). La EIA debe basarse en el conocimiento de los procesos tecnológicos que se
producen en las diferentes actividades económicas, sin desconocer los
comportamientos o conductas sociales de cada sociedad en un momento
determinado (Echechuri et alt., 2002). En el mismo sentido, Gómez Orea enfatiza la
importancia de adaptar los proyectos a su entorno: ―…La racionalidad ambiental no se
queda en la simple reacción ante efectos negativos, sino que propicia aquellos proyectos
más afines con las características físico-naturales, culturales, sociales, estéticas y
económicas del medio en el que se ubica; un desarrollo, en suma, desde adentro. En
este sentido, que puede denominarse amplio, tan rechazable es un proyecto porque
produzca un impacto ambiental negativo demasiado alto, como porque se
plantee desvinculado de las aptitudes y actitudes, sociales y naturales, de su
entorno…” (Gómez Orea, 1994: 27).

Sin embargo, como destaca el Informe preparado por la Universidad Nacional de


Cuyo sobre el proyecto minero San Jorge, el estudio de los aspectos sociales que forma
parte del Informe de Impacto Ambiental (IIA), presenta una falta de rigurosidad
metodológica que anticipa dificultades posteriores a la hora de medir el impacto generado

77 Darío Aranda, "Un estudio con dudas", Página/12, Lunes 29 de marzo de 2010.
Fuente: Resolución 19 Dirección de Minería y Dirección de Protección Ambiental, Gobierno de
78

Mendoza, 28 de enero de 2011, foja 11.


65

por la actividad. Por lo tanto, el proponente no consultó adecuada y específicamente a la


comunidad local acerca de su proyecto minero.

- Gravosa omisión del tratamiento de los pasivos ambientales mineros.


―La reforma en lo ambiental sólo ha sido parcial, faltando en prácticamente todos los
países una normativa que de solución a… los Pasivos Ambientales Mineros (PAM)… que
constituyen un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema
circundante y la propiedad‖ (Polo Robilliard, 2006: 33). Además de las deficiencias
informativas sobre un inventario detallado y preciso sobre los pasivos ambientales mineros
y, en particular, sobre la identificación de sus responsables, está la cuestión determinante
de la financiación de las tareas de remediación, lo que en la gran mayoría de los casos, han
sido hasta ahora asumidos por los Estados a través de créditos de organismos
multilaterales. De esta manera se trasladan los déficit ambientales de la actividad a la
sociedad toda, lo que constituye -además de una clara violación al derecho colectivo a
gozar de un ambiente sano- una transferencia ilegitima de pasivos que jamás son
considerados para analizar la viabilidad de los proyectos e incorporarlos adecuadamente
en los análisis costo/beneficio.79

-Falta de capacidad técnica de los organismos estatales para supervisar


el control ambiental y las acciones de remediación. Además de la contradicción de
intereses que afecta a las entidades gubernamentales del sector minero, un problema
adicional es la insuficiente capacitación para controlar y fiscalizar procesos tecnológicos
completamente exógenos. Así, “nuestros países hoy no tienen la experiencia suficiente
para supervisar y gestionar la remediación ambiental. Para ello es necesario recurrir a
la cooperación internacional de los países que ya han desarrollado estos temas, como
Canadá, Australia, Estados Unidos, Alemania, Japón, entre los más importantes” (Polo
Robilliard: 2006: 38).

Tanto el sector empresarial minero como los funcionarios de gobierno que


impulsan esta actividad, y el sector científico-técnico que legitima este modelo, plantean
que la actividad puede ser realizada sin generar impactos ambientales significativos, que
cuenta con la legislación necesaria para garantizar la protección del ambiente y que puede
ser controlada.

En este sentido, tomaremos un caso paradigmático: la provincia de


Mendoza, que posee una ley de aguas que data de 1884, una ley de preservación del
ambiente que es previa casi por una década a la ley nacional de presupuestos mínimos en

79 Para una aproximación cuantitativa que permita dimensionar esta problemática, cabe señalar
que el SERNAGEOMIN (Chile), identificó 213 PAM de riesgo, aparte de la situación crítica respecto
a los 665 tranques de relaves, de los cuales el 50 % presentaban graves deficiencias (Oblasser y
Chaparro, 2008: 51). En el caso de Perú, un estudio del Ministerio de Energía y Minas de 2006
identificó 850 PAM a lo largo de todo el territorio nacional; sin embargo, un estudio en detalle de
una de las cuencas más afectadas, la del río Llaucano, registró 1280 PAM sólo en esa eco-región
(Oblasser y Chaparro, 2008: 29-77). En cuanto a los costos de remediación, un estudio realizado por
Tribunal de Cuentas de Estados Unidos reportó, para el caso de los PAM en su país, un costo de
remediación unitario de 50 millones de dólares (Oblasser y Chaparro, 28; Gutman, 2007b: 16).
66

materia ambiental, con una institucionalidad fuerte en este ámbito y un decreto específico
que regula la evaluación de impacto ambiental para la actividad minera (Nº 820/2006).
¿Por qué en estas provincias se ha gestado una de las más fuertes movilizaciones en
rechazo a la megaminería a nivel nacional, que tiene como eje la defensa del agua? Un
reconocido abogado mendocino, especializado en temas ambientales, explicó en un debate
en la Universidad Nacional de Cuyo: “…Un fuerte sentimiento colectivo acompaña este
proceso social. Esta característica indica que la sustentabilidad social es la condición
primaria a atender en toda propuesta futura. Este conflicto está caracterizado por la
ausencia de una política eficaz y coherente, capaz de asegurar a los mendocinos la
sustentabilidad ambiental…” (Rodríguez Salas, 2009). Entre sus principales causas,
estableció: la carencia de recursos presupuestarios, humanos y materiales para cumplir
con la misión de control ambiental; las irregularidades en el procedimiento de Evaluación
de Impacto Ambiental minero; así como también la creación de la policía minero-
ambiental a fines de 2007, que conforme lo anunciado estaría operativa en el año 2008,
era una clara evidencia que nada estaba operativo en el momento del conflicto. A ello se
suma la falta de designación de Director en la Dirección de Saneamiento y Control
Ambiental durante el período 2004-2007; y que el Consejo Provincial del Ambiente no
fuera debidamente consultado. Estos fueron los antecedentes a la sanción de la Ley Nº
7.722, que limita la actividad minera con el uso de sustancias tóxicas. Por lo tanto, Aldo
Rodríguez Salas, afirma ―Esta ley revela que el Estado no estaba preparado para recibir
las inversiones que intentó atraer. Hay una evidente asimetría entre las empresas
internacionales interesadas y la estructura administrativa para su control”80.

- Ausencia de regulación sobre el cierre de mina y falta de exigencias de


garantías financieras para pasivos ambientales futuros. En las reformas
“tampoco se incorporaron mecanismos preventivos como los planes de cierre y sus
garantía para la ejecución de dichos planes” (Polo Robilliard, 2006: 21). Igualmente
Chaparro señala: “Es notoria la ausencia de normas sobre cierre de operaciones en la
mayoría de las legislaciones de la región” (2002: 57). Esto, de hecho, implica no sólo la
elusión práctica del mentado principio de que ‗el que contamina paga‘, sino la deliberada
aceptación de la degradación de las condiciones ambientales y sanitarias futuras de las
poblaciones. Siendo un tema clave para evitar la generación de nuevos pasivos ambientales
mineros, el cierre de minas resulta una cuestión tan problemática para la lógica del
‗negocio minero‘ debido a los altísimos costos que implica “lograr la estabilidad física y
química y la recuperación de las áreas afectadas” (Polo Robilliard, 2006: 36). La
exigencia de garantías financieras constituye una condición necesaria para afrontar los
planes de cierre; sin embargo, como admite el ex Vice Ministro de Energía y Minas del
Perú, “es probablemente el tema más difícil de aceptar por parte de los inversionistas”
(Polo Robilliard, 2006: 38). Se trata, en realidad, de una cuestión que, medida en términos
realistas, determinaría probablemente la inviabilidad económica de la mayoría de este tipo
de explotaciones. De hecho, la inexistencia de seguros financieros para afrontar los pasivos

80 Fuente: Aldo Rodríguez Salas, ―Visión sobre la minería en Argentina desde el Desarrollo
Sustentable‖, presentación en Foro organizado por el Instituto de Ciencias Ambientales (ICA),
Universidad Nacional de Cuyo, diciembre de 2009.
67

ambientales constituye la diferencia más gravitante entre las legislaciones ambientales de


la región en comparación con Estados Unidos y Canadá81.

- Laxitud y/o inexistencia de parámetros de límites máximos


permisibles (LMP) y estándares de calidad ambiental (ECA). Tanto la emisión de
efluentes como su incidencia sobre los cuerpos de agua, suelos y el aire son aspectos
objetivos determinantes al momento de establecer regulaciones del impacto ambiental. En
términos generales, las autoridades gubernamentales del sector minero establecen los LMP
y los ECA en función de parámetros divergentes respecto de los propios ministerios o áreas
de Salud y Ambiente y mucho más distantes de parámetros de organismos internacionales
como la OMS. Sumadas a las deficiencias institucionales ya consignadas, la ‗flexibilidad‘
normativa y las lagunas reglamentarias en esta materia, hacen de la misma uno de los
aspectos más claramente vinculados con los dispositivos racistas inherentes a la lógica de
la radicación de ‗inversiones extractivas y contaminantes‘‖.

Por otra parte, como ya hemos anticipado, también es importante


destacar que los Informes de Impacto Ambiental se realizan a escala de
proyecto (y por lo general a nivel de prefactibilidad), cuando en muchísimos casos,
por su envergadura y potencial de impacto, los efectos de estos
emprendimientos deberían evaluarse a escala regional y/o nacional. Por
ejemplo, el proyecto Potasio Río Colorado, no ha contado con una evaluación
estratégica de lo que el proyecto implica para el país, a pesar de constituir un
emprendimiento que involucra a cinco provincias82, y de impacto significativo sobre las
reservas gasíferas de todos los argentinos. Las repercusiones regionales y nacionales no
pueden evaluarse mediante simple acumulación de las evaluaciones de impacto ambiental
presentadas en cada provincia involucrada, ya que en cada una de ellas sólo se evalúa el
impacto específico de las obras que se desarrollarán en el territorio provincial.83 Al

81 Robert Moran indica: ―Hasta hace poco, la mayoría de los países fracasaban al exigir a las
empresas mineras pagar los costos asociados a muchos de los impactos post-operacionales. (…)
Muchas minas nuevas en EEUU y Canadá están ahora obligadas a garantizar que los futuros costos
ambientales sean pagados (…) Esto frecuentemente requiere que la empresa minera compre un
bono de una compañía de seguros, el cual se encuentra en manos de un fideicomisario
independiente.‖ (…) ―Actualmente, en EEUU y Canadá es común que las garantías cubran todo el
costo anticipado del movimiento de tierras y reforestación. Sin embargo, los programas que
requieren a las empresas mineras obtener una garantía que cubra problemas de calidad del agua a
largo plazo, están en etapas tempranas de desarrollo y aplicación. (…)En consecuencia, la hipoteca
por anticipado de problemas de agua post-cierre se está volviendo un problema cada vez más común
en EEUU y Canadá…‖ (Moran, 2001: 65-66).
82Si bien este yacimiento se localiza al sur de la provincia de Mendoza, en el departamento de
Malargüe y cercano al río Colorado, el proyecto PRC afecta cinco provincias argentinas: Mendoza,
Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, en su transporte del mineral desde la mina hasta el
puerto de Bahía Blanca, donde será almacenado antes de ser exportado casi en su totalidad a Brasil.
83 Un funcionario del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO) manifestó en una
ocasión que esta evaluación fragmentada en más de cien permisos favorece a la empresa, pues le
resulta más fácil ―conseguir una vía de tren por aquí, el agua por acá, el gas más allá‖ que si tuviera
que pasar por una evaluación estratégica integral a escala nacional.
68

respecto, por Resolución 108/10, la Defensoría del Pueblo de la Nación realizó


recomendaciones a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación: “a-
que se expida en el análisis de los impactos ambientales integrales, acumulativos e
interjurisdiccionales del emprendimiento minero Potasio Río Colorado, b- que intervenga
en las Evaluaciones de Impacto Ambiental de aquellos emprendimientos de similares
efectos ambientales interjurisdiccionales, y c- que, para ello, establezca un Comité de
Evaluación de Impactos Interjurisdiccionales con las autoridades ambientales de las
provincias y con el COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente)”. En esta resolución,
el Defensor del Pueblo expresa: “Una evaluación interjurisdiccional no es necesariamente
estratégica, pero ciertamente habría sido muy oportuno ponerla en práctica en el caso
Potasio Río Colorado, y sería muy deseable que en adelante se comiencen a utilizar tales
criterios”.84

Para finalizar, es preocupante verificar cómo aumentan los casos de


denuncias sobre falsedades en la información “técnica” presentada en los
Informes de Impacto Ambiental. Respecto al IIA del proyecto San Jorge, en Mendoza,
tres profesionales presentaron una nota aclaratoria sobre su participación en dicho
Informe, explicando que si bien la empresa los había convocado para realizar los estudios
de línea de base (ELB) del proyecto respecto a fauna, flora y suelo, los informes entregados
fueron sometidos a edición por miembros de la consultora Vector, que realizó el IIA. En su
nota aclaran que no conforman el equipo de trabajo que realizó el IIA, que hay expresiones
en el IIA que no son veraces -como material citado que no les fue entregado- y detallan las
modificaciones que realizaron a sus trabajos. Entre ellas, se suprimieron observaciones
tales como ―se ha observado que en cercanías del campamento, y merecería ser
observado exhaustivamente, la red de caminos y picadas puede ocasionar un grado de
fragmentación que podría actuar como factor de aislamiento para las especies” y “se
recomienda enfáticamente extremar las medidas de protección sobre estas especies”, o se
agregaron expresiones tales como “la permeabilidad se describe como de moderada a
moderadamente lenta y los drenajes son pobremente drenados (…) son también
frecuentes altos contenidos de arcilla desde superficie”85. Este agregado de la consultora
difiere de lo informado por el profesional responsable del ELB de suelos a través de un
mapa (que muestra muy baja proporción de arcillas) y de lo que describe: ―La textura
superficial es franca y en profundidad franco limosa con un drenaje moderado (…) por
ser suelos de textura gruesa son muy permeables al agua.” No parece azaroso que las
modificaciones realizadas por la consultora se realicen justamente sobre aspectos clave del
proyecto, ya que el proyecto incluye un depósito de colas ―espesadas‖ sobre 800 hectáreas,
que pretendía no impermeabilizar, argumentando que por las características de las colas y

84Wagner, Lucrecia S. y Marcelo Giraud (2010), ―El proyecto minero Potasio Río Colorado:
Conflicto socioambiental, impactos regionales y falta de integralidad en la evaluación ambiental‖.
En prensa
85 Fuente: Nota Aclaratoria sobre el Informe Impacto Ambiental Proyecto Minero San Jorge,
Uspallata - Provincia de Mendoza, presentada al Secretario de Ambiente el 14 de diciembre de
2009. Incorporada al expediente Expte. 371-M-08-1583 correspondiente al proyecto San Jorge,
fojas 4143-4146.
69

las condiciones del suelo no era necesario hacerlo. Finalmente, la Comisión Evaluadora
Interdisciplinaria Ambiental Minera (CEIAM) que evaluó el proyecto exigió que la empresa
proponga un proyecto de impermeabilización, el cual, como muchos otros estudios de base
y modificaciones al proyecto, sería presentado luego de otorgada la DIA de aprobación.

Sobre el mismo proyecto, un Informe presentado por la ONG Oikos, que ha


denunciado penalmente a la empresa por falsedad ideológica debido a la inconsistencia de
la información presentada para afirmar que la cuenca subterránea sobre la que instalaría el
proyecto es cerrada, afirma: “Para apoyar la tesis de que la actividad es plenamente
segura, la empresa ha sostenido que los acuíferos de Yalguaraz y Uspallata están
“desconectados”, es decir, que las aguas subterráneas de uno y otro están separadas por
la geología del terreno (altos topográficos), y que en el improbable caso de que ocurriera
un accidente con derrame de sustancias que provocaran la contaminación (o lixiviados
procedentes del cobre oxidado que no será procesado), dicha contaminación jamás
llegaría al río Mendoza ni al Valle de Uspallata, ya que quedaría confinada a la ciénaga
de Yalguaraz y su acuífero igualmente confinado”. Sin embargo, la tesis de la
incomunicación de los acuíferos sólo es sostenida por la información provista por las
empresas consultoras, no así por la bibliografía ―independiente‖, que en algunos casos
marca precisamente lo contrario86.

Resulta más efectivo para desmontar este mito aportar como dato que, para burlar
la evaluación de impacto ambiental en el propio Canadá, las empresas han recurrido a la
estrategia de fragmentar los mega-proyectos en proyectos parciales, para cambiar la escala
y la envergadura de los impactos, maniobra delictiva en la que necesariamente están
involucradas autoridades gubernamentales. Por ello, el 29 de enero de este 2011, la Corte
Suprema de Canadá prohibió la fragmentación, a propósito del caso de Red Chris87, un
megaproyecto de oro y cobre. En efecto,"en un cambio jurisprudencial fundamental, el 21
de enero la Corte Suprema de Canadá determinó que los grandes proyectos mineros
están obligados a tener una evaluación de impacto ambiental comprehensiva, sin
fragmentar el proyecto para así conocer el verdadero impacto ambiental de la obra y
que garantice la participación pública. (...) La sentencia concluye que las autoridades
canadienses, al realizar la evaluación ambiental del proyecto minero Red Chris (un

86Fuente: Oikos Red Ambiental / Informe Técnico DCA 0099 / DAyDH 0011, ―EIA PLANTA
CONCENTRADORA SAN JORGE‖, Mendoza, 10 de setiembre de 2009.
Sobre la bibliografía independiente a la que hace referencia este informe, el Dr. José María Cortés,
cuyos escritos son citados por la empresa, presentó un Informe que muestra cómo la empresa
consultora interpretó indebidamente las publicaciones previas al realizar el informe para Minera
San Jorge. Fuente: Cortés, José María, Evaluación Hidrológica e Hidrogeológica del Informe de
Impacto Ambiental del Proyecto Minero San Jorge, Departamento Las Heras, Mendoza, Octubre
2010.
87 Enlace a la sentencia: http://www.aida-americas.org/es/refpage/1501
70

inmenso proyecto minero de oro y cobre a cielo abierto), lo fragmentaron legalmente


impidiendo así conocer el verdadero impacto ambiental de la obra”88.

88 http://www.noalamina.org/mineria-mundo/mineria-norteamerica/justicia-de-canada-prohibe-
fragmentar-proyectos-mineros
71

Mito 9: Ningún proyecto minero se hace sin el


consentimiento previo de las comunidades involucradas.

“Hay innumerables estrategias de engaño, cooptación y coerción social;


son estrategias acumuladas por una larga historia de explotación. A
pesar de existir recomendaciones durante los últimos años pidiendo
que se reconozca el consentimiento de las comunidades para resolver
tales conflictos, no hay prácticas ni reglamentos establecidos (J. Moore,
2009). Asimismo, cuando las comunidades intentan realizar sus
propias consultas populares, enfrentan mucha presión o éstas son
anuladas sin más.

Este mito se alimenta de una tópica o lugar común del discurso proextractivo sobre
la minería. Ese lugar común es la instalación legal de las empresas, esto es, que ellas sólo
ocupan las zonas de los yacimientos si están autorizadas y si cuentan con licencia social
para operar. En otras palabras, activa legalidad y legitimidad, propias del imaginario de la
transparencia del capital. Pero es necesario deconstruir un paso más este aspecto que
distingue y separa el carácter fáctico del discurso de la minería, y no “sobre la
minería” como actividad (Antonelli, 2011), que es la violencia de la ocupación e inicio
de etapas del proceso extractivo –cateo, exploración, etc.- de manera ilegal, es decir, sin
ninguna autorización, por detrás y antes de todo proceso que las legalice. Son los
pobladores quienes denuncian estas prácticas delictuales invisibilizadas y silenciadas,
desde Guerrero, México, hasta Catamarca, donde recientemente existe denuncia penal
contra Cat Gold.

Con respecto al mito y sus estrategias, un ejemplo de sus estrategias es


el caso de Esquel.

En la ciudad patagónica de Esquel, Argentina, el 81% de la población rechazó el


proyecto de explotación de oro Cordón Esquel, que proponía la empresa canadiense
Meridian Gold (absorbida en 2009 por Yamana Gold), en una consulta popular realizada el
23 de marzo de 2003. Luego de esto, la empresa declaró el proyecto ―en pausa‖ y aseguró
públicamente que no avanzaría hasta ―responder a todas las dudas de la comunidad‖.
Meses después la Asamblea de Vecinos local difundió las grabaciones de una reunión
secreta, realizada en un lujoso hotel de Buenos Aires, donde la empresa -con el apoyo de
una consultora en comunicación y la organización Business For Social Responsibility
(BSR) de Estados Unidos- desarrollaba estrategias para ―dar vuelta a la comunidad‖ y
desarticular la oposición social al proyecto. Seis vecinos de Esquel y dos periodistas fueron
procesados por la empresa después de la difusión de esas grabaciones, bajo la acusación de
―difusión de secretos empresariales‖.

Pese a que la reforma constitucional de 1994 introdujo las consultas


públicas, el caso de Esquel fue el único que pudo realizarse en Argentina.
Posteriormente se suspendió en tres oportunidades un plebiscito en
72

Calingasta (San Juan), dos veces en Tinogasta (Catamarca), y en 2010, en


Andalgalá (Catamarca). La razón que aducen para tal rechazo es que los
recursos naturales son de dominio originario de las provincias, y como tal, las
localidades no pueden decidir sobre el tema.

La Ley para la Protección ambiental para la actividad minera (24.585) no estableció


ningún procedimiento de consulta ni de audiencia pública previa a la aprobación de un
emprendimiento minero. Por su parte, en concordancia con la Declaración de Río de
199289, el artículo 19 de la Ley General del Ambiente (Ley 25.675) establece: "Toda persona
tiene derecho a opinar en procedimientos administrativos que se relacionen con la
preservación y protección del ambiente, que sean de incidencia general o particular, y de
alcance general." Luego el artículo 20 de la citada ley continúa: "Las autoridades deberán
institucionalizar procedimientos de consultas o audiencias públicas como instancias
obligatorias para la autorización de aquellas actividades que puedan generar efectos
negativos y significativos sobre el ambiente. La opinión u objeción de los participantes no
será vinculante para las autoridades convocantes; pero, en caso de que estas presenten
opinión contraria a los resultados alcanzados en la audiencia o consulta pública deberán
fundamentarla y hacerla pública." A pesar de esta obligación legal, no existen, ni han
existido instancias de participación ciudadana (por ej. la audiencia pública) en la totalidad
de los emprendimientos que se encuentran funcionando en nuestro país ni en los
proyectos mineros en trámite (con la sola excepción del Proyecto San Jorge, en Mendoza,
con las características que se reseñan más adelante).

Asimismo, existen casos probados de manipulación de las comunidades


indígenas. En la propia provincia de Chubut, la contracara poco conocida del caso de
Esquel es sin duda el proyecto Navidad, uno de los depósitos de plomo y plata más grandes
del mundo, llamado así porque los resultados del laboratorio se dieron a conocer un 25 de
diciembre. Como consignan Darío Aranda y Luis Claps (2007), el 3 de febrero de 2003
(esto es, en plena efervescencia esquelense), la empresa minera de capitales canadienses
IMA Exploration anunció el descubrimiento de ese yacimiento. Consciente del proceso de
politización instalado por Esquel, ―lo primero que hizo la minera fue declarar: «Nosotros
no somos como la minera de Esquel»‖, a lo que siguió ―la contratación de una consultora
que realizó un diagnóstico de los grupos sociales y sus relaciones para desarrollar una
estrategia que facilitara la instalación de la minera‖. El principal obstáculo era la existencia
de un cementerio mapuche-tehuelche (chenque) emplazado en el centro mismo del
yacimiento.

En este sentido, ―el chenque era un problema porque se trataba del único conflicto
social potencial del proyecto minero más avanzado y rentable de la región. IMA comenzó
una triangulación entre la empresa, la Secretaría de Cultura y el CENPAT (dependiente

89La Declaración de Río de 1992 establece que el mejor modo de tratar las cuestiones ambientales
es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. Toda
persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre el medio ambiente que dispongan las
autoridades públicas (en cumplimiento de la Constitución Nacional), así como también la
oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones.
73

del Conicet), constituyéndose una «mesa chica» en la que cada actor se aportaba
legitimidad recíprocamente”. En este contexto, uno de los líderes indígenas terminó
negociando con la empresa minera el traslado del chenque, buscando con ello el
reconocimiento legal de la posesión comunitaria para su propia comunidad. Sin embargo,
otras tres comunidades se opusieron al traslado y en noviembre de 2004 enviaron una
nota a la Secretaría de Cultura de Chubut solicitando no seguir adelante con cualquier
modificación, ―antes de producir la consulta necesaria a nuestras comunidades y las
otras comunidades de la zona”. La respuesta fue una operación gestada entre el gobierno y
la empresa minera, que firmaron un acta con otras tres comunidades indígenas. Pero,
puesto que sólo había dos comunidades a favor (una de ellas incluso había estado en
contra), Claps señala que la operación consistió en desdoblar una de las comunidades, a fin
de crear una tercera y así obtener un ―empate, en relación a aquellas que estaban en
contra‖. Ignorando el reclamo de las otras comunidades, el cementerio fue finalmente
trasladado. Tiempo después, en mayo de 2005, el Parlamento del Pueblo Mapuche de Río
Negro denunció que la empresa IMA había levantado, sin previa autorización, un
cementerio de la comunidad para desarrollar allí una explotación. Inmediatamente, la
empresa minera lanzó un comunicado afirmando que había realizado ―una proceso de
información y consulta con las comunidades aborígenes de la región‖. Como finaliza Claps,
―el autodenominado «proceso de información y consulta» que llevó adelante la empresa
minera no cumplió con los estándares mínimos para ser reconocido como tal. Líderes
indígenas se vieron forzados a aceptar el traslado del chenque y a negociar en condiciones
notoriamente desventajosas‖90.

Entre los pocos casos en donde se aplicó el convenio 169 de la OIT, que
establece el derecho de consulta previo, libre e informado a las comunidades
de pueblos originarios, así como la legislación nacional (propiedad veinteñal,
reconocida por la Constitución), fueron los de Ingeniero Jacobacci (Río
Negro), Campana Mahuida y Loncopué (Neuquén) y Tilcara (Jujuy), lugares
donde las comunidades indígenas tuvieron que acudir a acciones judiciales
para lograr frenar proyectos mineros que tenían autorizaciones
administrativas para funcionar (Aranda, 2011).

En este sentido, el 29 de marzo de 2011 el Tribunal Superior de Justicia de


Neuquén reafirmó los derechos indígenas y de la Comunidad Mapuche Mellao Morales en
su integralidad territorial y rechazó la interposición de un recurso extraordinario federal
interpuesto por la Corporación Minera del Neuquén (Cormine SEP) y de la Fiscalía de
Estado de la Provincia, que tenía por objeto dejar sin efecto la medida cautelar que
suspende un emprendimiento minero en territorio indígena.

Por último, cuando las comunidades deciden participar de los procesos


establecidos en la legislación ambiental, como la consulta y audiencia pública,
su palabra tampoco parece ser escuchada.

90M.Svampa y M.Antonelli, Minería Transnacional, Narrativas del Desarrollo y Resistencias


Sociales, Buenos Aires, Biblos, 2009.
74

En la audiencia pública del proyecto San Jorge, en Mendoza, la


población presente en la audiencia rechazó masivamente el proyecto. Se trató
de una audiencia que constituyó un hito en materia de participación social en la evaluación
ambiental de un proyecto minero ya que, debido a la cantidad de personas que decidieron
expresarse, duró 13 horas. ―El pasado 26 de octubre, en la localidad de Uspallata, se
celebró una audiencia pública sin precedentes en la historia de la provincia y del país
sobre el proyecto megaminero San Jorge. El rechazo expresado por el 77% de los
oradores dejó en evidencia el alto grado de conciencia y la abrumadora cantidad de
argumentos por los que mendocinos y uspallatinos han decidido no otorgarle la licencia
social a este emprendimiento”, detallaba el diario provincial MDZ91.

Desde un punto de vista cuantitativo, durante esa Audiencia Pública se expresaron


281 personas. Entre ellas hablaron 185 habitantes del valle de Uspallata, 40 de los cuales
apoyaron el proyecto, 143 se manifestaron en contra, y 2 desde una posición más difícil de
encuadrar. El rechazo expresado por el 77% de los oradores de Uspallata indica que esa
comunidad, directamente implicada por el proyecto minero, no ha concedido la licencia
social a su proponente, dato que las autoridades deberían haber tenido muy en cuenta. Sin
embargo, el Poder Ejecutivo le otorgó la Declaración de Impacto Ambiental, es decir, el
permiso con el cual pueden iniciar la explotación, que debe ser ratificado por la
Legislatura. Dejando de lado lo expresado por la ciudadanía a través de la audiencia, de
más de 14.000 firmas de oposición al proyecto que constan en el expediente, y de varias
movilizaciones en las calles y rutas de Mendoza, en el texto de esta DIA puede
leerse:“siendo los legisladores provinciales los legítimos representantes del pueblo
mendocino, esta Autoridad Ambiental Minera entiende que corresponderá a aquel
Honorable Cuerpo Legislativo otorgar la licencia social del proyecto requerida en la
audiencia pública‖.

En suma, no son pocos los casos en los cuales los dispositivos


institucionales de los cuales se dispone (consultas públicas, legislación
provincial, nacional e internacional, audiencias) tienden a ser manipulados, a
fin de forzar una “licencia social” que es negada por las poblaciones.

91Fuente: Nota titulada ―Si no me entendés, te lo explico con dibujitos‖, Diario MDZ, 16 de
noviembre de 2010.
75

Mito 10: La minería fortalece el tejido social, reduce la


migración y la descomposición de las comunidades.

Toda la evidencia empírica muestra que allí donde se instala la minería


a gran escala y a cielo abierto se multiplican los conflictos sociales,
aumenta la migración y se producen divisiones al interior de las
comunidades. Contratos directos y dádivas u ofertas a individuos y
comunidades particulares, bajo la forma de acción social empresarial,
apuntan a dividir a la población, a fin de lograr una espuria “licencia
social” o acallar a los sectores que se oponen. A su vez, este escenario
asimétrico favorece la territorializacion de los conflictos, la criminalización
de las luchas socioambientales y la violación de derechos ciudadanos.

Si hay algo que precisamente no puede ser negado o minimizado, ni siquiera por el
propio discurso tecnocrático prominero, es la fuerte conflictividad social
desencadenada de manera creciente por los proyectos extractivos. A lo largo de
toda América Latina y de la geografía de los países del Sur en general, a medida que se
fueron ampliando la cantidad de proyectos extractivos y las superficies territoriales
intervenidas, los conflictos provocados por los mismos no han cesado de crecer. La
casuística de la conflictividad social generada por proyectos mineros es extensísima y
prácticamente muy difícil de abordar en términos exhaustivos. Cada proyecto minero
desencadena, de por sí, un proceso conflictual abierto que no cesa ni aún cuando es
momentáneamente paralizado, ni cuando se hubiere agotado el ciclo de vida del
yacimiento; la conflictividad tiene, como los pasivos ambientales que deja la minería
misma, una sobrevida que excede largamente la del período de explotación del yacimiento,
tal como se puede verificar en casos emblemáticos de la minería latinoamericana, en
Guanajuato y Zacatecas (México), Cerro de Pasco, La Oroya o la Bahía de Ilo (Perú) 92.
Actualmente, no hay país latinoamericano con proyectos de minería a gran escala que no
tenga conflictos sociales suscitados entre las empresas mineras y el gobierno versus las
comunidades: México, varios países centroamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras,
Costa Rica, Panamá), Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Argentina y Chile. Según el
Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) existen actualmente 120
conflictos activos que involucran a más de 150 comunidades afectadas a lo largo de toda la
región. Sólo en el Perú, la Defensoría del Pueblo de la Nación da cuenta de que los
conflictos por la actividad minera concentran el 70 % de los conflictos socioambientales y
éstos a su vez, representan el 50 % del total de conflictos sociales en ese país, no

92Existe una amplia bibliografía actual directamente enfocada al abordaje y análisis de los conflictos
sociales suscitados por la minería en América Latina. Entre ellos, se pueden mencionar los
siguientes: De Echave et Alt. (2009); De Echave, Hoetmer y Palacios (2009); Svampa y Antonelli
(Eds.) (2009); AA. VV., CIDSE-ALAI (2009); AA. VV. Broderlijk Delen – ALAI (2008), Quevedo,
Ormeño y Olivares (2004); Alayza Moncloa (2007); Salinas y Karmy (2009); Rodríguez Pardo
(2009); Delgado Ramos (Coord.) (2010).
76

casualmente uno de aquellos donde más acelerada y descontroladamente se ha dado la


expansión minera (De Echave, Hoetmer y Palacios Panez, 2009).

En Argentina, no hay provincia con proyectos mineros donde no se


hayan suscitado conflictos por este tipo de actividad. Los motivos que
desencadenan los conflictos son variadísimos, comprendiendo desde la disputa por bienes
naturales (tierras, agua, pasturas) hasta conflictos por casos de corrupción, clientelismo,
afectaciones a las economías locales, conflictos por las expectativas frustradas de empleo
y/u oportunidades económicas, etc. Cada proyecto minero de envergadura ha dado
lugar a una historia de conflictividad social que ha alterado radical y
decisivamente la vida de los pueblos allí donde se radicaron o pretendieron
hacerlo, desde los pueblos del Oeste catamarqueño (con la apertura de
Minera Alumbrera) a Esquel; de Esquel, a todas las restantes localidades
cordilleranas o serranas con „potencial minero‟.93

Dentro de este panorama, uno de los casos más notorios fue el de San Juan, con
la explotación del proyecto Veladero (2005), en manos de la Barrick Gold. Las experiencias
más relevantes de autoorganización contra Veladero fueron las de los autoconvocados en
Jáchal y Calingasta. Así, sería en 2002, cuando la población de Jáchal, departamento que
cuenta con unos 22.000 habitantes, fue enterándose de la posible instalación de una
empresa minera, que explotaría el proyecto de Veladero, emplazado en la reserva de la
biosfera de San Guillermo, un área protegida reconocida por la UNESCO.

La empresa Barrick comenzó a realizar encuentros con la población para hablar


sobre ―el cuidado del medio ambiente‖. El 2004 fue sin duda un año clave. En ese año,
luego de recopilar información y a partir de la experiencia de Esquel, se conformó la
organización Madres Jachaleras. A pesar de que en los primeros encuentros eran cientos
de vecinos que se congregaban en asamblea, buscaban información y se oponían a la
minería, el funcionamiento político y económico de la localidad –atada al empleo público y
al clientelismo político– debilitó el potencial organizacional que presentaban los vecinos
autoconvocados. Asimismo, a diferencia de otras provincias, como Mendoza, la capacidad
de acción de los productores vitivinícolas de la zona es más limitada, debido a la
dependencia de algunos subsidios que otorga el gobierno provincial.

Asimismo, la falta de independencia de los medios de comunicación dificultó aun


más las resistencias. Además del silencio del pueblo, las empresas mineras
apuntaron a comprar los medios de comunicación. Así en 2004, ―cuarenta
periodistas de toda la región participaron de un curso de manejo de camionetas 4x4
organizado por [Barrick Gold], y no es extraño ver en los diarios locales editoriales
defendiendo a la minería a cielo abierto‖. Otro indicio de la falta de independencia de los
medios es la censura del documental de Silvina Cuman y Javier Orradre, ―Jáchal, cuando
ya nadie te nombre”, cuya difusión por el canal 7 –canal público- fue cancelada dos veces
sin explicación. Por supuesto, los apoyos más importantes que las multinacionales
compran son los políticos, esenciales para llevar a cabo un proyecto de gran minería.

93Para el tema de los conflictos en las diversas provincias argentinas, véase M.Svampa, M.Sola y
Bottaro (2009), en Svampa y Antonelli.
77

Recordemos que en San Juan, el defensor más activo de la minería a cielo abierto
es José Luis Gioja, gobernador de esta provincia desde 2003. Viene ayudando a Barrick a
enfrentar las denuncias de las asambleas ciudadanas locales, difundiendo informaciones
que siembran dudas, etc.94. El gobernador llegó a prohibir las charlas de Fredy Espejo, un
ex-empleado de Barrick, en escuelas de la región para hablar de los peligros de la gran
minería. Espejo trabajó para la multinacional canadiense durante seis años, en el área de
estudios ambientales, y lo despidieron cuando vieron que sus resultados y conclusiones
iban en contra de los intereses de la empresa95.

En La Rioja, en diciembre de 2008, el gobernador Beder Herrera


instruyó a supervisores y directivos de las escuelas a prohibir a los docentes que trataran el
tema minero con sus alumnos, entre otras graves intimidaciones y persecuciones. Tal
como denunciaron en su momento las Asambleas Ciudadanas Riojanas, se
instruyó “PROHIBIR a Docentes tratar el tema de la Minería con los alumnos;
PROHIBIR el ingreso de las Asambleas a las Escuelas; PROHIBIR colocar carteles con
mensajes en contra de la minería contaminante; PROHIBIR hacer trabajos institucionales
y para la Feria de la Ciencia en contra de la Minería saqueadora y contaminante‖
(http://www.noalamina.org/mineria-argentina/mineria-mendoza/hablar-contaminacion-
cerremos-escuela)

En Mendoza, en agosto de 2009, el gobierno tomó una activa postura a


favor las mineras Vale y Coro Mining, trasnacionales brasilera y canadiense
respectivamente. Los Vecinos Autoconvocados de Uspallata y técnicos habían
organizado un foro de discusión sobre el emprendimiento minero San Jorge. La charla
estaba planeada en la escuela Combate de Potrerillos, en Uspallata, y autorizada por su
directora. Una hora antes de que la charla comenzara, el colegio fue cerrado por orden de
la Dirección General de Escuelas y no se permitió el ingreso a nadie.

Las situaciones de amenazas, judicializaciones y violencia también


influyen en la participación de la población en las instancias donde deben
expresar su voz, como las audiencias públicas.

Al respecto, días antes de la audiencia pública del proyecto San Jorge,


en Uspallata, el Equipo de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Mendoza
emitió un comunicado, avalado por al Arzobispo de Mendoza, en el que
expresaba: “En primer lugar, observamos con preocupación el progresivo
deterioro de la convivencia ciudadana en Uspallata y la alteración de la paz
social. Existen además fundados temores por eventuales hechos de violencia
en torno a la Audiencia pública, que la autoridad sabrá prevenir. Estos
proyectos afectan profundamente la forma de vida de las comunidades de las
zonas implicadas. Todos los vecinos han de ser escuchados. El Estado debe

94Informe del Servicio de Paz y Justicia, Juliette Renaud, ―Impacto de la gran minería en las
poblaciones de Argentina‖, 2008
95 ―Así funciona la minera Barrick Gold‖, Ecoportal 4/5/2005, por Javier Rodríguez Pardo,
entrevista a Freddy Espejo.
78

garantizar la plena libertad de expresión de los ciudadanos. La zona posee ya


una actividad económica propia que se verá afectada por el Proyecto. La
minería supone el desarrollo de fuentes de trabajo. Surge, sin embargo, la
pregunta por el alcance real y el carácter genuino de esta oferta laboral (…).
Resta, por último, una pregunta muy importante: ¿En qué medida nuestro
Estado está en condiciones, en la actualidad y en un futuro próximo, de
efectuar con eficacia los controles pertinentes, garantizando la calidad del
agua, el ambiente y la cultura de los mendocinos? La experiencia ciudadana
evidencia la pertinencia de esta pregunta.”

En cuanto a las responsabilidades sobre el tema, el Equipo de la Pastoral subrayó:


“El Estado tiene en todo esto una responsabilidad insoslayable: velar por el bien común,
especialmente de los más débiles. Los empresarios involucrados, por su parte, tienen
también una responsabilidad primaria. Sus decisiones afectan a muchas personas. La
búsqueda legítima de los propios intereses ha de conjugarse siempre con el respeto por la
dignidad de las personas. La comunidad científica, las Universidades y las distintas
organizaciones de la sociedad civil tienen también un rol importante. Algunas han hecho
ya oír su voz, y la sociedad espera que lo sigan haciendo”.

La Iglesia misma ―tiene una responsabilidad respecto a la creación y la debe hacer


valer en público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender la tierra, el agua y el aire como dones
de la creación que pertenecen a todos. Debe proteger sobre todo al hombre contra la
destrucción de sí mismo‖ (Benedicto XVI, La caridad en la verdad, 51). Queremos, por
último, hacer llegar nuestra palabra de aliento a la comunidad de Uspallata, en la que se
cuentan muchos católicos. Reconocemos, valoramos y apoyamos sus esfuerzos toda vez
que los consideramos seriamente fundados y pacíficos. No se trata de ideologías o
dogmatismos, sino de peligros ciertos para la vida, la convivencia social y el desarrollo
integral de la Provincia‖96.

Parte del temor de los uspallatinos se vinculaba a los sucesos que


tuvieron que vivir el 20 de noviembre de 2009, en ocasión de la presentación
de la película documental “Tierra Sublevada, Oro Impuro”, del cineasta y
diputado nacional Pino Solanas. Estos hechos dieron lugar a una denuncia
por parte de los Vecinos Autoconvocados de Uspallata ante el Fiscal de Estado
de la provincia de Mendoza, donde manifestaron su preocupación y pusieron
en conocimiento las amenazas y agresiones verbales recibidas.

Sobre la división social generada en Uspallata, durante la Audiencia


Pública, el cura párroco de Uspallata expresó: “Algunos decían que no veían la
alteración de la paz social (…), en Uspallata jamás ha habido violencia entre los que
vivimos en Uspallata, violencia física. Pero no sólo la violencia física altera la paz social,
esto de “no me saludan”, de unos a otros, descalificaciones de unos a otros. Eso es
alteración de la paz social. (…). Los pueblos tienen derecho a decir y elegir lo que quieren

96Fuente: Declaración del Equipo de Pastoral Social de la arquidiócesis de Mendoza (20 de octubre
de 2010). Disponible en: http://www.aica.org/docs_blanco.php?id=714
79

ser. Lo mismo pasa en la familia con un hijo. Esto es indispensable que sea respetado.
Estas manifestaciones y todo este tiempo tan revolucionado en el pueblo, estoy
convencido que son los dolores de parto de un nuevo Uspallata.”

Por otro lado, este contexto de conflictividad contribuye directa o


indirectamente a la violación de los derechos en la medida en que no se
generan procesos de consultas adecuados a las comunidades, son desalojadas
de las tierras reclamadas por las empresas y éstas últimas contaminan los
recursos de las comunidades como son el agua y la tierra, de los que dependen
para su vida. Las industrias extractivas están involucradas en violaciones a los derechos
humanos fundamentales, afirmó Keith Slack, director del Programa Global de Industrias
Extractivas de Oxfam.

Se trata de un problema global debido a que las actividades mineras y de


hidrocarburos comprometen en diversas partes del mundo derechos humanos como los
derechos a la vida, a vivir libre de tortura y malos tratos, a la libertad de reunión y
asociación, a un nivel de vida adecuado, a la alimentación, al agua y la vivienda adecuada.

Pueden aportarse dos datos contundentes que se han hecho públicos durante 2010
y cuya circulación e impactos se ha minimizado, tanto en medios de comunicación, cuanto
en el discurso de funcionarios y empresarios97. Por un lado, los datos que presenta el
informe de Naciones Unidas sobre empresas extractivas y violaciones a derechos humanos.
Por otro, y directamente relacionado con las transnacionales de origen canadiense, el
Proyecto C-300 a través del cual se procuró, infructuosamente, controlar y regular al
poderoso sector cuyas empresas operan a nivel global.

En cuanto al informe de Naciones Unidas, elaborado por el Representante de ONU


a solicitud de su Secretaría General, indicó los siguientes porcentajes:

―(…) de los 320 casos de violación a los derechos humanos, el sector que obtuvo
más denuncias fue el de las industrias extractivas, con un 28 por ciento de menciones. "Las

97Ciertamente, más allá de la constatación que aporta este informe para desmontar además el mito
de la transparencia, no puede decirse en cambio que represente una ―novedad‖. En primer lugar,
porque la propia corporación, al comenzar la etapa del ―cambio cultural‖ del desarrollo sustentable
y la responsabilidad social, había explicitado que, hasta fines de los 90, había alimentado una
ignominiosa fama, por su involucramiento en todo tipo de ilícitos, violencias sobre comunidades,
corrupción, financiamiento de guerrillas, sobornos a gobiernos, etc.., al dar inicio al programa
global Minería, Minerales y Desarrollo Sustentable –MMSD- (Antonelli, 2009) En segundo lugar, y
mucho más recientemente, a menos de un lustro de iniciado ese programa, se elaboró la
presentación conjunta de ongs, por parte del Grupo de Trabajo sobre la Responsabilidad de las
Corporaciones –RED-DESC. En su Informe, titulado ―Consulta sobre Derechos Humanos e
Industria Extractiva‖ afirma de modo palmario: ―Un análisis sobre los estudios de caso del presente
informe ilustra claramente el fracaso de la legislación interna, las actuales iniciativas voluntarias y/o
estándares para garantizar la protección de las personas y comunidades afectadas por las
actividades del sector extractivo‖. Ginebra, 10-11 de Noviembre 2005. Versión final con fecha 9 de
Diciembre de 2005.
http://www.escr-net.org/usr_doc/Red-DESC_sobre_DH_y_Industria_Extractiva.pdf
80

industrias extractivas representan al sector con más denuncias por abusos contra los
derechos, incluido los crímenes contra la humanidad, por lo general provocados por las
fuerzas de seguridad públicas y privadas que protegen los bienes de las empresas" indica
una cita del citado informe.

Del miso modo se asocian a también a "la corrupción a gran escala, la violación de
los derechos laborales y una amplia gama de abusos contra las comunidades locales,
especialmente los pueblos indígenas". Las denuncias se concentran geográficamente en
Asia/Pacífico en un 28 por ciento, África en un 22 por ciento y América Latina en un 18 por
ciento‖.

En Canadá, por otra parte, el tenor de las denuncias contra empresas mineras de
capitales de ese origen dio lugar al Bill C-300. Este proyecto, titulado Ley de
Responsabilidad de las Corporaciones de Minería, de Petróleo y de Gas en los países en
desarrollo, proponía un marco de derechos humanos y de normas ambientales para las
empresas extractivas canadienses, así como un mecanismo de denuncias que habría
obligado al gobierno federal de ese país a investigarlas, y de comprobarse el
incumplimiento de normas, le autorizaba a retirarle el apoyo a esa compañía, tanto en lo
económico, del Fondo de Desarrollo de las Exportaciones de Canadá, cuanto en lo político,
por ejemplo, el de la embajada canadiense en el país de operación. La ley fue rechazada
por escaso margen en la Cámara de los Comunes bajo la votación de 140 votos en contra y
134 a favor, resultado que demuestra que la fuerza de la corporación minera para incidir en
los procesos parlamentarios no es privativa de nuestros países ―en desarrollo‖98.

En la actualidad, se cuenta con un conjunto de informes independientes


sobre violación de derechos humanos y megaminería (SERPAJ, FOCO, Atlas
de Vulnerabilidad de la Niñez en Riesgo Ambiental, Defensoría del Pueblo de
la Nación, Cátedra UNESCO-Barcelona), además del informe de Naciones
Unidas (Relatoría de Naciones Unidas a solicitud de la Secretaría General,
año 2009).

98 www.miningwatch.ca/.../bill-c-300-corporate-accountability-activities-mining-oil-or-gas-
corporations-developing-countries
81

Mito 11: Las empresas transnacionales garantizan


transparencia y libertad de opinión en cuanto a la evaluación
de sus actividades

“El financiamiento de las empresas mineras, especialmente de muchas


juniors, utiliza prácticas no transparentes que muchas veces son
monitoreadas muy débilmente en cuanto a los impactos ambientales y
sociales de sus proyectos. Además, estas empresas tienen estructuras
empresariales muy complicadas, diseñadas para evitar el fisco y el riesgo
judicial.” (J.Moore, 2009) Por último, existe el caso de que incluso en sus
propios países de origen, las corporaciones mineras estén lejos de garantizar
transparencia y tolerar la libertad de opinión, tal como lo muestran los casos
de persecución judicial contra aquellos que critican fundamentadamente sus
actividades.

Ejemplo: La Bolsa de Valores de Toronto (TSX) – La Bolsa de Valores de Toronto ha


emergido como fuente importante de fondos para la exploración minera. Alrededor del
57% de las empresas mineras cotizan sus acciones en la Bolsa de Valores de Toronto y,
según sus propios informes, en los primeros seis meses de 2007 facilitó 48% de los
financiamientos mineros mundiales, más que cualquier otra bolsa de valores en el mundo.
Está especializada en financiar proyectos en lugares riesgosos, o sea en donde hay conflicto
o mucha oposición, o sea en proyectos propicios a la especulación. Las reglas vigentes en el
TSX exigen de las empresas que den cuenta de los riesgos socio-ambientales solamente si
tienen un llamado ―market impact‖ (J.Moore, 2009).

La TSX procura la mayoría de fondos mediante ―colocaciones privadas‖: ―ofertas de valores


a un número limitado de inversionistas grandes, principalmente los que se llaman
‗inversionistas institucionales‘ –bancos, fondos mutuos y fondos de pensiones–, que se
caracterizan por un menor grado de transparencia, lo cual a su vez implica: (1) una amplia
distribución de las acciones mineras en la población canadiense (se estima que 49% de los
canadienses tienen acciones en la minería) y (2) resulta difícil trazar los orígenes de los
fondos que se destinan a la actividad minera.‖

La Corporación de Desarrollo de Exportaciones de Canadá (EDC) también es poco


transparente. Ella es ―una institución financiera para los exportadores e inversionistas
canadienses en el extranjero, que en 2006 dio $66 billones [miles de millones] en ayuda a
empresas canadienses, de los cuales $30 billones se invirtieron en el sector de recursos
naturales. Hasta 2007, no ha estado sujeta a la legislación de acceso a la información‖.
82

En este sentido, cabe destacar la condición de Canadá como ―paraíso financiero y judicial‖,
tal como ha sido demostrado por los autores de ―Negro Canadá‖, Alain Deneault y William
Sacher. Según éstos, existe en Canadá una impunidad de hecho tal, que aparentemente las
empresas registradas en Canadá pueden cometer cualquier tipo de abuso – en el extranjero
como en Canadá- en aras de maximizar sus ganancias; éstas nunca serán importunadas
por la jurisdicción canadiense. Además, el Gobierno Canadiense confiere un apoyo
multiforme a su industria a través de significativas exenciones fiscales, préstamos,
garantías de financiamiento, apoyo diplomático y logístico clave en el extranjero.

Cabe destacar que en la primavera de 2008, Barrick Gold entabló en Quebec un juicio
millonario por 6 millones de dólares por difamación contra los autores y la editorial del
libro ―Negro Canadá‖, una obra donde recopilaron y analizaron cientos de documentos e
informes publicados por fuentes gubernamentales así como organizaciones y autores de
reconocido prestigio, reportando casos de abusos por parte de empresas canadienses en
África, en particular del sector minero. Asimismo, en Ontario los autores son también
enjuiciados por la misma razón por la sociedad Banro por 5 millones de dólares. En 2010,
Barrick Gold también puso en suspenso al editor Talonbooks de Vancouver, a los
traductores y autores de la edición inglesa del libro Imperial Canada Inc. para que le fuera
suministrado el manuscrito de la obra… antes de que éste fuera finalizado. En el Congo, la
canadiense Emaxon también procedió contra el diario Le Potentiel, que citaba críticas
provenientes del Financial Times.

Como afirman los autores hoy perseguidos judicialmente por la Barrick Gold : « La
libertad de expresión está mal en Canadá y la mala reputación del país ha alcanzado un
pico en este sentido.‖ (A. Deneault y W. Sacher, documento de trabajo inédito). Las
persecuciones extraordinarias lanzadas por las sociedades mineras Barrick y Banro tienen
incluso un nombre, « slapps »(Strategic Lawsuit against Public Participation).

Estas persecuciones abusivas en contra de actores políticos y ciudadanos


comprometidos se resumen a una lista de problemas graves : « desigualdad en el acceso a
la justicia, instrumentalización política del poder judicial, debilitamiento de la condición
de la democracia participativa, limitación de facto de la libertad de expresión, y tensiones
potenciales debidas al hecho de que se reconoce a la vez a las personas físicas o morales el
derecho a recurrir a los tribunales, y a todo ciudadano el derecho de tomar posición
públicamente, etc‖ En 2009, la Asamblea nacional de Quebec votó una de las primeras
legislaciones anti-slapp en Canadá. estableciendo que dichas persecusiones ―minan la
voluntad de los ciudadanos, incluso los intimidan y los inhiben hasta alentarlos a la
autocensura‖. Los autores de ―Negro Canadá‖ han puesto una demanda ante la Corte
Superior de Quebec pidiendo la anulación del juicio de la Barrick, invocando esta nueva
Ley.
83

Como una preocupante señal de un marcado retroceso en el derrotero de las libertades y


derechos del hombre, el conjunto de consecuencias de la megaminería lejos está de ser una
exclusiva problemática ―ambiental‖ o de violación de los denominados derechos de tercera
generación99 -. En efecto, el sistemático ataque a las libertades individuales más básicas
para imponer el modelo extractivo ha retrotraído a la trama que envuelve a la cuestión
minera en una generalizada violación de los derechos de 1era. generación100, consagrados
en el Siglo XVIII. Por ello, no resulta casual, el compromiso cada vez más activo de
distintas organizaciones de Derechos Humanos que se dedicaron históricamente a su
versión más ―clásica‖.

En la provincia de Quebec, el espectro de la puesta en suspensión no impidió que muchos


intelectuales y actores de la vida social tomaran parte públicamente y reflexionaran sobre
este tema. Académicos, escritores, editores, y organizaciones de la sociedad civil brindaron
su apoyo a los autores y su editorial, temiendo ellos mismos por su libertad de expresión.
Esta amenaza impulsó al profesor de derecho público Pierre Noreau, en una carta al diario
de Montreal « Le Devoir », firmada el 9 de diciembre de 2010 por mas de 30 profesores de
derechos, que dice : « El principio democrático supone que cada ciudadano puede
contribuir a su manera de los debates que atraviesan su sociedad. Esta participación
supone una comprensión clara de los problemas en los cuales nos encontramos
involucrados colectivamente. Hacer explotar el gaz, confiar a la empresa privada la gestión
de nuestro sistema de salud o participar en un conflicto armado, todas esas cuestiones
suponen un análisis esclarecido de parte de los ciudadanos. Es lo mismo en cuanto a la
apreciación a la cual tenemos derecho respecto de la actividades de sociedad comerciales,
detentadoras de un estatus jurídico del derecho canadiense, cuando ellas exportan nuestro
saber-hacer y nuestra reputación colectiva‖ (A.Deneault y W.Sacher, ibidem).

Respecto a las estructuras de estas empresas, las empresas juniors –que han aumentado
mucho su participación en la exploración minera– pueden brindar seguridad a las
empresas más grandes que van a desarrollar las minas. Incluso, por su propia constitución,
estas empresas pueden evitar el riesgo judicial.

Ejemplo: Ascendant Copper Corporation (ahora Copper Mesa) ha enfrentado una fuerte

99 Los derechos denominados de tercera generación son aquellos de incidencia colectiva, como el
derecho a un ambiente sano, que se fundan sobre los valores Paz y Solidaridad. Dentro de la
democracia participativa, asumen la estructura jurídica de derecho-deber. Han sido consagrados
expresamente por el constitucionalismo argentino a partir de 1994, en los artículos 41, 42 y 43.
Estos Derechos completan, de alguna manera, la trilogía axiológica de la Revolución Francesa: a la
―libertad‖ y a la ―igualdad‖ (Derechos de Segunda Generación) le agregan la proclamada pero
postergada ―fraternidad‖.

100 Derechos Civiles y políticos que se fundan en el valor libertad. Se han consagrado
fundamentalmente en los artículos 14 y 17 de la Constitución Nacional.
84

oposición comunitaria a su proyecto en el noroeste de Ecuador, en la zona de Intag, cantón


de Cotacachi. Ha sido implicada en violaciones de los derechos humanos y denunciada
ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2007 por el intento de un
grupo de más de 50 guardias fuertemente armados y principalmente ex militares que
trataron de ingresar por la fuerza a las concesiones mineras de Ascendant en Intag. Pero en
su sitio web la compañía reconoce que por su estructura empresarial se hace muy difícil
llevar a juicio a los miembros de su directiva: ―Todos los directores de Ascendant y
prácticamente todas sus acciones y las de la corporación están radicados fuera de Canadá.
Puede ser imposible que quienes compran seguridades… puedan notificar sobre directores
que viven fuera del país en un juicio en Canadá…‖ Mientras la empresa se incorpora en la
provincia de British Columbia, Canadá, su sede está en Colorado, EEUU. También
Ascendant Copper Corporation tiene subsidiarias radicadas y/o que cotizan en las bolsas
de valores del Caribe con sus operaciones principales en Ecuador (J. Moore, 2009).
85

Mito 12: Cada país es autónomo y soberano en sus relaciones


con empresas mineras transnacionales. Las empresas
mineras transnacionales respetan el marco legal de los
países donde operan.

Muy frecuentemente no existen mecanismos, voluntad ni


recursos para aplicar los mandatos legales. Además, muchas
veces las mismas empresas mineras y/o sus promotores
imponen un marco legal a través de gobiernos amigos
(J.Moore, 2009).

Que el marco regulatorio es un conjunto de leyes producidas a escala de los


intereses corporativos no es sólo parte de las denuncias de las organizaciones
sociales y de una exigua parte de la clase política, sino también ha sido
explícitamente afirmada por actores que integran el ámbito empresarial. Sobre ello,
la revista canadiense The Corporate Ethics Monitor, julio-agosto de 1994,
explicaba que las compañías mineras de su país, que representan alrededor del
60% de los capitales de ese origen a nivel mundial y alrededor del 70% en la
Argentina, emigraban hacia otros países por un conjunto de causas específicas,
entre ellas incentivos fiscales del país receptor, lucrativos depósitos de mineral,
menores costos de producción, procesos de aprobación menos complicados y
rápidos, y regulaciones ambientales menos estrictas, o que no se aplican
(www.funam.org).

Según una denuncia judicial101 de la diputada nacional Fernanda Reyes, el


Secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, es propietario de la empresa
Millstone S.A., con un porcentaje accionario del 15 %. Esta empresa, según el
directorio de empresas existente en la misma página de la Secretaría de Minería,
figura con domicilio en la calle Marcelo T. de Alvear 624 Piso 1º, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. En el mismo domicilio están domiciliadas, tal
como consta en el mismo directorio de empresas de la Secretaría de Minería, las
empresas: J. S Redpath Limited Sucursal Argentina, Minera Rodeo S.A, Newcrest
Minera Argentina S.A, Minera Peñoles de Argentina, y la empresa Barrick
Exploraciones Argentina S.A., la multinacional que lleva a cabo, entre otros
proyectos en nuestro país, el controvertido proyecto Pascua-Lama. Además, surge
de la denuncia también que las oficinas de la empresa de la que Mayoral es dueño,

101La causa pena tramita ante el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 2, a cargo de
Marcelo Martínez De Giorgi, donde se investiga las motivaciones que llevaron en 2008 al veto de la
Ley de Glaciares y las vinculaciones ilegales entre el senador César Gioja, el secretario de Minería de
la Nación, Jorge Mayoral, y la empresa minera Barrick Gold. La causa fue iniciada ese año a raíz de
una denuncia de la diputada Reyes por los delitos de ―tráfico de influencias y negociaciones
incompatibles con el ejercicio de funciones públicas‖ contra César Gioja y Mayoral.
86

no solo comparte espacio físico con Barrick Gold, sino que el presidente de su
firma, Hernán Atanasio Celorrio, ha sido el presidente de Barrick Exploraciones
Argentina S.A.
Pero ese privilegio, como se desprende de los desarrollos precedentes en torno a los
otros mitos, no es sólo el que incumbe a las leyes sancionadas en los 90. Como se
ha dicho más atrás, la capacidad de lobby continúa viabilizando el extractivismo, en
dos dimensiones: la legisferante y la judicial. En el primer caso, y como se ha
advertido en torno a la derogación de leyes de prohibición –La Rioja- o los intentos
en curso –Mendoza y Córdoba, además de la zonificación que procura habilitar
―zonas sacrificables‖ (Svampa 2008) –Chubut, Santa Cruz-; y también en el
proceso de sanción de la ley de glaciares, se evidencia que la corporaciòn minera
siempre procura la construcciòn de referentes jurídicos a medida de sus intereses
(Antonelli, 2010), ya sea por vía legislativa – hacer las leyes requeridas-, ya sea por
vía jurisprudencial –interpretar las leyes-. En el primer caso, activa la trama de
relaciones con la clase política; en el segundo, lleva adelante las ―batallas
interpretativas‖ a su favor, mediante una apretada trama de actores institucionales,
en especial, del poder judicial de las provincias.

El forzado federalismo para atacar la Ley de Protección de Glaciares durante su


trámite parlamentario es un claro ejemplo de lo relatado. Al respecto dijimos:
―Este simulado discurso federalista se contrapone de manera burda con la
estrategia adoptada por estos mismos actores en las provincias donde ya existen
leyes provinciales de prohibición de la minería a cielo abierto con uso de sustancias
tóxicas (siete provincias). En efecto, con los argumentos inversos a los expuestos en
el Senado Nacional, el lobby minero ataca judicialmente en los tribunales locales
dichas leyes provinciales de prohibición. Señalan que dichas normas provinciales
son inconstitucionales porque sólo el Código de Minería (ley dictada por el
Congreso Nacional) podría regular la actividad minera y no una norma provincial.
En Córdoba, esto se observa claramente con la embestida judicial ante el Tribunal
Superior de Justicia provincial contra la ley 9.526. Así, queda claro que dicho
discurso se acomoda a las circunstancias; puede apelar al federalismo más
profundo para buscar frenar una ley de presupuestos mínimos como la Ley de
Protección de Glaciares, así como acudir al unitarismo más extremo para
cuestionar que las provincias sancionen leyes de protección ambiental.‖102

Posteriormente, ya sancionada la Ley de Glaciares, se disparó una estrategia legal


consensuada entre el gobernador sanjuanino José Luis Gioja y la empresa Barrick Gold
para evitar la aplicación de la norma en dicha provincia y de esa forma favorecer a los
intereses mineros. Así dispusieron que, primariamente, ataquen judicialmente la ley
nacional los gremios, las empresas mineras y las cámaras empresariales acudiendo al
Juzgado Federal de la provincia peticionando "urgentes" medidas cautelares dentro de
acciones declarativas de inconstitucionalidad. La estrategia requería que la acción no la
realice directamente la provincia de San Juan, porque al demandar una provincia a la

102 ―El `lobby´ minero y un federalismo fingido‖ por Maristella Svampa y Enrique Viale.Artículo
publicado en el diario ―La Voz del Interior‖ el 30 de Noviembre de 2010.
87

Nación debe hacerlo directamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación


(competencia originaria). En este supuesto, la Corte podría tener meses -y hasta años- la
causa en estudio, sin resolver la petición de la medida cautelar. En un Juzgado Federal de
San Juan la consiguieron en apenas 20 horas a través del Juez Federal Miguel Ángel
Gálvez, ex diputado provincial por el partido justicialista y cercano al gobernador Gioja.
El magistrado dictó la medida cautelar que suspende a la Ley de Glaciares en territorio
sanjuanino, aplicando el Principio Precautorio al revés: ante la duda, primero los negocios.
Así el fallo subvierte arbitrariamente el ordenamiento jurídico y desconoce los más
elementales principios del Derecho Ambiental. De esta manera se desprotege abierta y
manifiestamente a los glaciares hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo,
desenmascarando lo que siempre sabíamos: están interveniendo los glaciares.

Por otro lado, un aspecto novedoso radica en la existencia de un ámbito judicial


internacional, en detrimento de la justicia nacional, en lo que a resolución de conflictos
entre intereses y derechos vinculados a la actividad minera refiere. La pérdida de potestad
del Estado en este ámbito se institucionalizó efectivamente en los 90. Un temprano caso lo
constituye la normativa por la que se conformó la unión transitoria de empresas UTE,
entre la interestadual YMAAD y Bajo La Alumbrera. Luego de casi una década y media de
esa legislación Chubut ofrece el inaugural caso de la transnacionalización de las
decisiones.,respecto del proyecto Navidad, anteriormente citado, uno de los depósitos de
plomo y plata más grandes del mundo, La .particularidad del proyecto Navidad fue el de
haberse constituido en el centro de litigio entre dos empresas trasnacionales que se
disputaban su propiedad: la ya citada IMA y Aquiline Resources que también es
propietaria de otro proyecto en la meseta rionegrina. Este litigio, resuelto a favor de
Aquiline en julio de 2006, lejos de desarrollarse en los tribunales locales, se llevó a cabo en
los tribunales canadienses, un hecho sin precedentes en la historia jurídica argentina,
como ha sido señalado en varias oportunidades.

La subordinación a instancias de decisiones transnacionales no es exclusiva de la


Argentina. En efecto, la geopolítica de las inversiones directas extranjeras ha instituido
también su propio fuero judicial: el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones –CIADI- que es una institución del Banco Mundial integrada al
organigrama de Naciones Unidas. Los tribunales arbitrales constituidos por el CIADI
solamente toman a los tratados bilaterales de protección de inversiones (TBIs o BITs en
inglés) y el Convenio de Washington de 1966, constitutivo de éste organismo, para resolver
las causas presentadas, dejando de lado toda otra normativa existente sea ésta interna del
Estado receptor de la inversión (incluyendo las propias Constituciones Políticas de los
Estados) o mismo la normativa proveniente del Derecho Internacional Público (que
incluye por ejemplo, los Derechos Humanos). Se trata de una institucionalidad orientada a
los derechos a las ―Inversiones internacionales‖103 . China y Brasil, en cambio, han

103 Http://blog.juristasiberoamericanos.com/invest/?p=115
88

rechazado esta transnacionalización de la justicia.

Mito 13. Las empresas transnacionales se comportan con


responsabilidad social corporativa o empresarial,
robusteciendo el tejido socioeconómico de la zona.

Muchas empresas sostienen que desarrollan una amplia actividad


en la zona, que desborda claramente la actividad extractiva, en el
marco de la denominada responsabilidad social empresarial (RSA) o
corporativa. Sin embargo, a través de la RSA, las empresas desarrollan
una suerte de “clientelismo empresarial” que practica la cooptación y el
asistencialismo, contribuyendo a reforzar las asimetrías sociales y
económicas. Este escenario de asimetría entre lo local y lo global, en el
cual la empresa deviene un Estado dentro del Estado, favorece además
la violación de derechos ciudadanos.

La noción de ―responsabilidad social empresarial‖ (RSE) es un concepto


reciente, de resonancias globales, que apunta a combinar la filantropía empresarial
con una idea más general acerca de la responsabilidad de las empresas respecto del
impacto social y ambiental que generan sus actividades. La importancia de tal
concepto debe ser entendida en el marco de la nueva matriz neoliberal, en la cual
las empresas pasan a ser consideradas el actor central y dinámico por excelencia.

Este nuevo modelo de acción empresarial, que surgió del Foro Económico de Davos
en 1999, ha sido propuesto por y para las grandes empresas, que operan en contextos de
gran diversidad, de fuerte competencia internacional y, sobre todo, de creciente exposición
ante la opinión pública. No es casual que muchas de las grandes empresas que lideran
internacionalmente el movimiento de RSE, con fuertes campañas mediáticas y enormes
presupuestos, sean responsables de daños ambientales, de explotación de trabajo infantil y
subcontratación de trabajo esclavo, sobre todo en las regiones periféricas, donde los
marcos regulatorios son siempre más permisivos que en los países industrializados del
centro. La RSE adquirió rango institucional a través del Pacto Global, en 2000, el cual es
definido como ―un Programa Interagencial, liderado por el PNUD, la CEPAL y la OIT,
tendiente a aumentar la responsabilidad social empresaria en los campos de los derechos
humanos, los estándares laborales y el medio ambiente‖ (www.rseonline.com.ar). En la
Argentina, se instaló en la agenda luego de la crisis de 2001 y encontró un gran dinamismo
en el campo de la actividad minera (Svampa, 2008).

Fue en 2002 cuando en este país se presenta el informe final del programa Mining
Minerals & Sustainable Development (MMSD), que tendría por objetivo ―cargar de
89

contenidos la responsabilidad empresarial‖. Así, el concepto aparecía como una de las


claves tendientes a producir ―un cambio cultural respecto de la minería a gran escala, para
ser concebida como factor de desarrollo sustentable‖ (Antonelli, 2009).

Ciertamente, la RSE forma parte de un dispositivo más amplio, que apunta a


instalar y legitimar el nuevo modelo extractivista. Hacia afuera, las empresas se orientan a
desarrollar vínculos estrechos con instituciones, universidades privadas y públicas, a partir
de convenios y subsidios, al tiempo que desarrollan una intensa publicidad en los más
diversos medios de comunicación, en el marco de un discurso que subraya la opción por
una ―minería responsable‖. Hacia adentro, en relación con las comunidades en las que se
desarrolla la actividad extractiva, sus efectos son aún mayores, en la medida en que sus
intervenciones focalizadas, y el entramado que generan, introducen cambios sustantivos en
el plano de la ciudadanía. En suma, la empresa tiende a devenir un actor social total, al
extender su acción en áreas como la educación y la salud, a través de una política de
donaciones que apunta a reforzar la dependencia de las poblaciones, afianzando por esta
vía, el control sobre las mismas.

En la Argentina, el caso de Minera Alumbrera, en Catamarca-Tucumán, constituye


uno de los ejemplos más ambiciosos, en los cuales las empresas asumen su condición de
agente socializador, apuntando así a un control general de la producción y reproducción de
la vida de las poblaciones.

Un informe especial de FOCO sobre las Empresas Transnacionales en la Argentina,


firmado por Ricardo Ortiz (2007), consigna: ―Las organizaciones sociales han constatado
que las grandes mineras en Catamarca, Tucumán, San Juan y Chubut efectúan donaciones
a escuelas y hospitales de esas provincias tratando de provocar la captación indirecta de
voluntades y la limitación del ejercicio de la opinión de las comunidades. Esto ha sido
corroborado por el Defensor del Pueblo de la Nación, quien manifestó su preocupación
porque estas donaciones están acompañadas por una contrapartida publicitaria a favor
del trabajo desarrollado por las empresas mineras, pudiendo este simple hecho llegar a
inhibir toda posible crítica y, aún más, restringir la participación y el ejercicio de la
población en la defensa de los derechos ambientales que consideren afectados‖.

Esta suerte de clientelismo empresarial hacia las comunidades locales por


parte de las empresas mineras cuenta, en la mayor parte de los casos, con el beneplácito
del poder político local.

Por ejemplo, el Proyecto Potasio Río Colorado (por aquel entonces de la


empresa Río Tinto, comprado en el 2009 por Vale), en Malargüe, provincia de Mendoza,
fue declarado ―de Interés Público Municipal, Económico y Productivo, Estratégico, de
Desarrollo Social, Laboral, Cultural y de Desarrollo Comunitario Departamental‖, por
Resolución Nº 028 (2007) del Honorable Concejo Deliberante (HCD) de dicho Municipio.
En esta resolución se destacan las ―iniciativas concretadas a favor de la comunidad‖, tales
como programa de entrenamiento docente en medio ambiente, programa de apoyo escolar
y becas, padrinazgo de escuelas, visitas escolares programadas al sitio, entrega de becas y
apoyo a las iniciativas paleontológicas.
90

Este mismo Concejo fue el que aprobó, el mismo año, la Resolución Nº 100 (2007),
la cual determinó que, de realizarse cierto tipo de reuniones en el Municipio de Malargüe,
el Departamento Ejecutivo Municipal y el Honorable Concejo Deliberante deberían
conocer previamente los contenidos y fines de los temas propuestos104. Esta resolución fue
duramente criticada, por un lado, a nivel local, por el presidente de la Federación
Argentina de Espeleología (FADE), quien denunció ante la Fiscalía de Estado el carácter
anticonstitucional de la normativa. A nivel nacional, generó críticas desde diversas
instituciones, organizaciones y personas reconocidas en materia ambiental, como el
Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Greenpeace, y Daniel Sabsay,
constitucionalista y director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales
(FARN), entre otros. Las críticas apuntaron al carácter autoritario de la medida, a su
ataque a la deliberación pública en ciertos temas, y a la violación de derechos
constitucionales, como la Ley Nacional del Ambiente y el Pacto de San José de Costa Rica,
al atentar contra la libertad de expresión, la posibilidad de peticionar ante las autoridades,
la participación en la toma de decisiones y el libre acceso a la información.

Al respecto, en la resolución, El Honorable Consejo Superior de la


Universidad Nacional de Córdoba, al rechazar los fondos provenientes de la
Alumbrera (ver anexo 2), decía en sus considerandos:

―Que tampoco resultan ajenas a esta problemática, las prácticas del clientelismo de
empresa practicado por Minera Alumbrera bajo el revestimiento ideológico de la
denominada ―minería socialmente responsable‖, ―responsabilidad social empresaria‖, o
―minería sustentable‖, para acallar las voces críticas y provocar la captación indirecta de
voluntades y la limitación del ejercicio de la libertad de opinión de las comunidades y
judicializando la protesta social, tal como fuera denunciado por el Defensor del Pueblo de
la Nación (Actuación Nº 2538/05) instando al Estado a ser ―extremadamente cuidadoso
para que el cumplimiento de las funciones que le son obligatorias y justifican su razón de
ser, tales como la promoción de la educación, la salud y la preservación del ambiente, no se
conviertan en un instrumento de ‗asistencialismo minero‘…‖(…)

104 Resolución Nº 100/2007 del HCD de Malargüe: Art. 1º: Repudiar todo tipo de convocatoria a
reuniones de organizaciones que defienden ideas a ultranza deteriorando el sistema democrático de
libres ideas con fundamentos palpables, que favorecen al crecimiento integral de los pueblos y sus
comunidades. Art. 2º: Prever, que de realizarse en el futuro este tipo de reuniones deberá el
Departamento Ejecutivo Municipal y el HCD, conocer los contenidos y fines de los temas
propuestos.
Esta Resolución fue aprobada luego de una reunión organizada por algunos pobladores de Malargüe
y la Asamblea por el Agua Pura de Mendoza (AMPAP). A esta reunión, realizada en mayo de 2007,
además de miembros de las asambleas pertenecientes a AMPAP del resto de los departamentos de
Mendoza, asistieron también representantes de la empresa Potasio Río Colorado (PRC) y alumnos
de escuelas de Malargüe. El fundamento del HCD para aprobar esta resolución, fue ―la mala
educación y el desconocimiento del buen diálogo en el transcurso de la reunión‖.
91

Mito 14. Los que se oponen a la minería a gran escala,


nacional o trasnacional, no tienen alternativas de desarrollo.

Este mito construye la imagen de que la minería ocupa territorios que


en realidad son un “desierto” productivo y quienes se oponen a esas
inversiones no tienen alternativas. De este modo, (y vinculado con el
mito 5 ya desarrollado) se apunta a “ocultar” y a “invisibilizar” las
posibilidades que aún permanecen en estas regiones en materia
productiva y la memoria de prácticas y saberes que todavía conservan
sujetos que han sido excluidos de la producción con políticas públicas
que, justamente, preparaban las condiciones para la instalación de la
megaminería.

Las propuestas ―modernizadoras‖ y de ―nuevos e importantes desarrollos‖, que


ocupan muchas páginas de organismos nacionales e internacionales, se basan en
resultados de treinta y cinco años de política neoliberal, que poco o nada dicen sobre las
experiencias anteriores de agroindustrialización, beneficios industriales de pequeña escala
y emprendimientos turísticos en regiones donde predominaban agriculturas familiares
(pequeños capitalistas o campesinos), pequeñas empresas industriales y de servicios,
emprendimientos turísticos, etc. Se procede, de este modo, a producir ―ausencias‖, o lo que
de Sousa Santos (2006) denomina un gran ―desperdicio de experiencias‖.

En esta etapa de capitalismo neoliberal, predomina una construcción


cultural-comunicacional que indica que debemos pensar en un puro futuro,
como si todo comenzara nuevamente, y muchas de las propuestas de los
“expertos” de estos organismos excluyen deliberadamente las experiencias y
saberes de las poblaciones involucradas, aunque sostengan a rajatabla el
principio de la “participación” o el otorgamiento de la “licencia social” para la
instalación de empresas extractivas.

La Argentina exhibió desarrollos agroindustriales importantes que, con las políticas


públicas democratizadoras (de algunos períodos) lograban la integración de una
heterogeneidad de sujetos agrarios que hasta incluía campesinos. Durante el siglo XX y,
sobre todo, en los períodos de expansión del mercado interno, cuando predominó el
modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), los casos de desarrollos
agroindustriales, tanto sectoriales como regionales, encontraron los momentos de mayor
florecimiento dentro de un sistema de integración con fuertes desigualdades. El excedente
de los sistemas agroindustriales era apropiado de modo desigual por los distintos agentes
dentro del espacio general (industrias, agricultores, distribuidores, etc.) y en el espacio
agrario en particular (entre los agricultores participantes). Con estas expansiones, se
beneficiaron los productores grandes, los medianos y la agricultura familiar. Fue la etapa
en la que muchas poblaciones que se desplazaban de una provincia a otra para el trabajo
agrario pudieron asentarse y comenzaron a conformar pequeños bolsones de campesinado,
92

que entregaban la producción a estas empresas agroindustriales (la caña de azúcar en


Tucumán es paradigmática en este sentido).

A nuestro juicio, este esquema agroindustrial comenzó a resquebrajarse a partir de


mediados de los años 70 y, luego de un período de transición, en 1991, se lo desbarata con
el decreto de desregulación económica del gobierno de Carlos Menem. Desde entonces, no
sólo se intensifica la desaparición de las agriculturas familiares de las agroindustrias, sino
que estas mismas sufren fuertes transformaciones. Con la expansión sojera, se impone un
nuevo modo de funcionamiento general, con predominio del capital financiero, orientado
ya casi exclusivamente al mercado externo y con una tendencia inherente a la
concentración de unidades de explotación. A este modelo lo denominamos agronegocio.
En esta línea, tanto el agronegocio como las inversiones extractivas en
general, cuyo paradigma es la megaminería, son las que arrinconan y llevan a
la desaparición de estas otras actividades basadas en agriculturas de proceso,
producción de alimentos o agroindustrias de otras producciones importantes.

Lo que denominamos ―agricultura de alimentos‖ (en contraposición al


―agronegocio‖ de commodities para exportación, como la soja) se relaciona con la
soberanía y seguridad alimentaria de la población local, regional y nacional. En los últimos
años la producción de los principales y tradicionales alimentos fue disminuyendo a costa
del corrimiento de la frontera agraria de la soja, y en el último tiempo por el avance
minero. En estos momentos el país produce: 22 millones de toneladas de maíz, 15 millones
de trigo y alrededor de 15 millones de girasol. Estos datos deben contrastarse con las 45
millones de toneladas de soja que ocupan 19 millones de hectáreas. Las producciones de
alimentos regionales, frutas frescas, frutas secas, arroz, quínoa, papas andinas, hortalizas,
etcétera, son estratégicas en los consumos de las poblaciones circundantes que pueden
acceder a ellos a través de mercados y ferias provinciales. En las regiones de la
minería lo que está en peligro o ya se destruyó son sistemas agroalimentarios
basados en frutales (uva, manzanas, peras), hortalizas y frutas secas:
alimentos de gran poder nutritivo que, según entrevistas a docentes de La
Rioja, se utilizaron como una importante alimentación de los niños en las
escuelas en los peores momentos de la crisis de 2001-2002 (Giarracca y
Teubal, 2010). No cabe duda de la importancia de estos alimentos en las
producciones provinciales.

Durante una audiencia en el Congreso Nacional realizada tras el veto de la ley de


Protección de Glaciares, el ingeniero Juan José Ramos, presidente de la Asociación de
Viñateros de San Juan, principal provincia minera del país, señaló: «En nuestra actividad
hemos crecido en las exportaciones de uva, vino, pasas, y pagábamos todos los
impuestos. En consecuencia, dennos las condiciones que le dan a la actividad minera
metalífera y nosotros ponemos a riego por goteo a todo San Juan». Ramos apeló a una
cita de un gobernador peronista, «gobernar es regar», y explicó que «toda el agua de San
Juan está distribuida por ley. Cada productor tiene una cuota que no alcanza para regar
toda la superficie que poseemos. Incluso, muchos de nosotros debemos perforar 330
metros para extraer el agua y así poder regar en zonas que no cuentan con derechos,
pero este recurso también escasea». El viñatero expresó que la provincia cuenta con «un
93

25% de la tierra cultivable, que se puede regar, pero hay más de 400.000 hectáreas que
no tienen agua. Existen kilómetros de desierto y no de montaña. Entonces, el argumento
según el cual hay que explotar las montañas porque si no San Juan no es sustentable,
también ha traído aparejado que se hayan aplicado políticas para que nuestra actividad
no sea sustentable»105.

Es decir que, pese a que a nivel nacional ha desaparecido gran parte de


la agricultura de procesos orientados fundamentalmente al mercado interno
y de modo complementario al externo, sigue teniendo gran importancia a
escala regional y particularmente en las provincias en las que se pretende
impulsar la megaminería. Por ende es falso considerar que lo que prevalece en estas
provincias es el desierto, que en ellas no existe un agro importante que puede expandirse
significativamente en la región si son aplicadas las políticas adecuadas. Adicionalmente,
debe destacarse que quienes defienden los proyectos mineros porque generan empleo, no
señalan que tales proyectos implican riesgos de reducir proporcionalmente mucho más el
empleo generado por las actividades agrícola-ganaderas ya existentes en sus respectivas
provincias.

Tomemos los casos de Catamarca, Mendoza, San Juan, y La Rioja. En


cada una de estas provincias prevalece históricamente una importante agricultura familiar
y de procesos, parte de la cual se orienta a los mercados externos. Argentina es conocida en
el mundo por sus vinos, provenientes de Mendoza, San Juan, y en menor medida La Rioja.
Se trata de vinos producidos por una viticultura que, según los casos, podría desaparecer,
retroceder o ver perjudicada su calidad, frente a la expansión de la megaminería. ¿Por qué?
Fundamentalmente porque el agua escasea, existe en cantidad limitada, y tiende a ser
contaminada, como ha ocurrido en lugares donde se han establecido emprendimientos
mineros (Catamarca, Andalgalá).

De modo que en muchos territorios del país coexisten o podrían llegar a coexistir
―sistemas agrícolas o agroindustriales‖, destinados a la alimentación o con una larga
tradición regional (vitivinicultura), y actividades de ―tipo extractivo‖ (minería o ciertos
―agronegocios‖), de lo cual resultan espacios de disputas por los recursos naturales. Sin
una intervención estatal que regule en función de las necesidades y el bienestar de la
población, podrían terminar desapareciendo o retrocediendo los sistemas agrícolas y
agroindustriales de alimentos.

Según datos censales provisorios correspondientes a 2008, la superficie de las


explotaciones agropecuarias con límites definidos ascendía a 8,6 millones de ha en
Mendoza, un aumento de 34,7% con relación al censo de 2002; 1,8 millones en Catamarca,
casi un 12% más que en 2002; 805 mil ha en San Juan (6,5% más que en 2002) y casi 3
millones en La Rioja (una disminución de la superficie con respecto a 2002 del 3,4%). La
mayor parte de esas superficies corresponden a explotaciones dedicadas a la ganadería
extensiva sobre grandes estancias, mientras que el grueso del valor de la producción

105LA MINERÍA A CIELO ABIERTO, RESISTIDA POR LAS POBLACIONES CORDILLERANAS" de


Victoria Richter. Revista ACCIÓN, Edición 1048, 2da. Quincena Abril de 2010.
94

agraria de esas provincias se genera en los oasis de cultivo bajo riego, sobre una pequeña
parte de esas superficies totales. En estos oasis se encuentra el mayor número de las
explotaciones agropecuarias, cuyo total ascendía a 24.242 en Mendoza -20,9% menos que
en el año 2002-, 9.115 explotaciones en Catamarca -0,3% menos que en 2002-, 7.086
explotaciones en San Juan -16,7% explotaciones menos que durante el censo anterior-, y
7.686 explotaciones en La Rioja -5,3% menos que en 2002-. La disminución del total de
Explotaciones Agropecuarias (EAP) evidencia que en estas provincias continúa un proceso
de concentración de la propiedad de la tierra. Cabe destacar que la superficie de de
autoconsumo asciende a 38.053 ha, 2% del total en Catamarca; 65.395 ha, 1,9% del total en
La Rioja; 3.861 ha, 0,4% del total en San Juan; y 9.392 ha, 0,1% del total en Mendoza. En
todas estas provincias los frutales representan la principal producción agropecuaria,
excepto en Catamarca, donde también son importantes las oleaginosas seguido por los
granos. Entre los frutales de La Rioja, San Juan y Mendoza se destaca la vid, tanto para
elaboración de vino como de mesa. No obstante, también existen otros cultivos, algunos
cuales tuvieron importancia significativa para alimentar a la población, por ejemplo los
nogales en La Rioja, durante la crisis del 2001/2002.

En el caso del proyecto San Jorge, en Mendoza, cabe destacar la mirada que el
propio Informe de Impacto Ambiental despliega sobre las comunidades de Barreal y
Uspallata. Según el estudio de Patricia Collado (2011), la empresa se encarga de subrayar el
carácter de ―zona abandonada‖, ―con escasos recursos humanos y organizacionales, a
quienes viene a salvar el emprendimiento ‗competitivo‘ ‗globalizado‘ y fundamentalmente
‗rentable‘‖. Esto que afirmo aparece reiteradamente en dicho informe, al que nuevamente
cito: “El perfil productivo de Uspallata es muy limitado” (…) “El futuro de la comunidad
dependerá, en gran medida, de la capacidad de generar oportunidades de inserción
laboral” p.221; “De lo contrario, este potencial impactará en los niveles de desocupación
de los habitantes de la zona, y de acuerdo a pautas de comportamiento que caracterizan
a la comunidad, se producirá el éxodo de los desocupados en la búsqueda de nuevos y
mejores horizontes”, (IIA, p.221-222). Sin embargo, -retoma Collado- el valle de Uspallata
creció en el período intercensal más del 17% (Mendoza creció mismo período 11,8% y
Barreal más del 83%, mientras San Juan creció el 17%. No parece que sean zonas
expulsivas de población sino muy al contrario, polos de atracción poblacional106. Más
adelante, consigna que el mismo informe ‗detecta signos de instalación humana‟107
(IIA, p. 210) en la existencia de una actividad agropecuaria diversa, basada en el
minifundio con una variedad de cultivos tales como papa, zanahoria, arvejas, alfalfa, ajo y
forestación. Para remarcar sin embargo en la ponderación socio-económica que
predominan los terrenos en condiciones de ‗abandono‖

Por otro lado, cabe subrayar que los propios habitantes del valle de Uspallata
presentaron en 2009 un proyecto de ley a la Legislatura provincial, por el cual piden la

106 Extractado del mismo IIA, pág. 222 a 226. Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 1991-
2001.
107 Es importante destacar –dice Collado- que en el apartado donde figura tal afirmación (3.3.13.1.3)

titulada Unidad de depósitos aluviales (del Arroyo el Tigre, afectado por el emprendimiento mega-
minero), es en el único rubro en el cual figura la palabra ‗cultivos‘, la que no aparece en el resto del
cuerpo del informe ni en la caracterización de actividades económicas de la población (IIA, p.209)
95

creación del Parque Provincial Polvaredas. Este proyecto tramita mediante expediente
legislativo Nº 57.586, y de concretarse permitiría combinar los objetivos de preservación
ambiental del valle con actividades económicas (turismo y agricultura), tendiendo a
generar por los propios pobladores del valle un proceso de desarrollo auténticamente
sustentable (con ―sustentabilidad fuerte‖), que constituiría una alternativa diametralmente
opuesta al proyecto megaminero que pretende imponer, sin licencia social, Minera San
Jorge. Mientras el análisis del proyecto San Jorge avanza sin pausa en la Legislatura, el
proyecto de creación del Parque Provincial Polvaredas sigue sin ser tratado en las
comisiones legislativas.

En definitiva, en todas estas provincias existe un gran potencial


agropecuario, con el que la minería viene a competir a causa de la escasez de
agua. Esto ha llevado a formas de irrigación, control y planificación de la disponibilidad de
agua muy importantes. Podemos señalar que esto constituye un objetivo de política
fundamental: hacer un más efectivo uso de los recursos existentes para una finalidad
fundamental como es contribuir a la alimentación de la población. En efecto, no puede
dejar de considerarse a la producción de alimentos como un objetivo fundamental, que
supera ampliamente cualquier consideración respecto del presunto ―desarrollo‖ que habría
de generar la minería.

Si bien hemos puesto el ejemplo de la producción agroalimentaria, esto puede


replicarse para las estructuras de servicios e industriales locales, que son tan fáciles de
desarmar con medidas y políticas públicas adversas como las que se observan
significativamente donde entra el capital extractivo, como también son factibles de
sostener y sustentar con apoyos financieros y tecnologías adecuadas como lo han
demostrado infinidad de ejemplos en el mundo (los distritos industriales italianos, las
regiones de cooperativas en Mondragón, País Vasco, etc.).

La minería no entra a “desiertos”, sino que puede convertir en


“desiertos y desolación” territorios con historias y potenciales productivos.
96

Mito 15: América tiene un destino mineral. Sin desarrollo minero, no hay
futuro para nuestras sociedades.

Este argumento recorre de modo explícito o implícito el discurso


prominero y consiste en afirmar que tradicionalmente América Latina ha
exportado minerales.108 Sin embargo, es una falacia afirmar que América
Latina es mineral, ocultando los complejos procesos económicos y políticos
que están detrás de ello.

Como hemos señalado varias veces en este libro, en términos geopolíticos (mito 2),
la opción mineral que hoy busca implantarse en la región latinoamericana, desde México a
la Argentina, responde a una nueva división territorial y global del trabajo, basado en la
apropiación irresponsable de los recursos naturales no renovables, que ha dado lugar a
nuevas asimetrías económicas, políticas y ambientales entre los países del centro y de la
periferia.

La minería a gran escala es ciertamente la figura más cuestionada dentro del


modelo extractivista que hoy recorre América Latina. Pero no es la falta de cultura
productiva lo que lleva al cuestionamiento o a la ―demonización‖ de esta actividad como
―modelo de desarrollo‖. Esta es cuestionada porque resume un conjunto de elementos
directamente negativos para la vida de las poblaciones afectadas: tiene un fuerte impacto
ambiental y económico, ya que utiliza sustancias químicas contaminantes; consume
enormes cantidades de agua y energía; compite con otras actividades económicas
(agricultura, ganadería, turismo), por tierra y recursos hídricos; en fin, tiende a
desestructurar la vida de las poblaciones, desplazando economías regionales preexistentes,
genera dependencia de las poblaciones en relación a las grandes empresas, vía actividades
clientelares, al tiempo que produce impactos negativos en la salud y el ambiente y
compromete el futuro de las próximas generaciones.

Pero además, este modelo minero pone en jaque a la democracia, porque avanza sin
consenso de las poblaciones, generando todo tipo de conflictos sociales, divisiones en la
sociedad y nuevas violaciones de los derechos humanos.

Frente a esta evidencia empírica, que pone de manifiesto que la megaminería a


cielo abierto es una síntesis de “maldesarrollo”, comienzan a abrirse ciertos
espacios para la discusión del modelo minero en particular, y del
extractivismo en general, aún si estamos lejos de asistir a un debate como el que en la
actualidad se lleva a cabo en Ecuador y aún en el Perú.

Una vez más, hay que recordar que los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y
Cristina Fernández de Kirchner (2007-) han afianzado la minería como política de
Estado. Más aún, en 2010, Cristina F. de Kirchner se reunió en varias oportunidades con
Peter Munk, el CEO de la Barrick Gold, y a comienzos de 2011, en su gira por Qatar,
ponderó expresamente la minería y llamó a la inversión de más capitales

108 En esta línea, veáse la crítica de A.Acosta, sobre ―la maldición de la abundancia‖ (2009)
97

(http://soydondenopienso.wordpress.com/2011/01/19/cfk-habla-en-el-cierre-
seminario-de-negocios-en-qatar-18-01-2011/). Por otro lado, en varias provincias
argentinas no son pocos los políticos de las más diversas filiaciones que aguardan nuevas
―oportunidades políticas‖ (el período poseleccionario), para aprobar proyectos mineros
violatorios de la ley vigente (como el caso de San Jorge, en Mendoza) o bien para derogar
las legislaciones que prohíben la minería a cielo abierto con algún tipo de sustancia tóxica
(como en Chubut).

Sin embargo, las luchas de las más de 70 Asambleas Ciudadanas en las diferentes
provincias argentinas, así como la discusión sobre los fondos mineros de Bajo la
Alumbrera a las Universidades Públicas y aquella otra sobre la Ley nacional de protección
de los glaciares, han contribuido a abrir la agenda pública y política sobre el tema.
Asimismo, el fracaso del modelo minero en tanto motor de desarrollo en la provincia de
Catamarca, ―caso testigo‖, parece impulsar la oportunidad de una discusión.

Como afirma Horacio Machado en una carta enviada a diversos medios de esa
provincia, parcialmente publicada (2011), ―Tras casi quince años de explotación del
mayor yacimiento del país y el tercero de América Latina, nuestra provincia
ha asistido al rotundo fracaso del „modelo de desarrollo minero‟. Oficialistas y
opositores, y quienes de buena fe, por ingenuidad o por conveniencia, creyeron en la
minería transnacional como ‗tabla de salvación‘ de la provincia admiten que las
expectativas de ayer, son hoy una amarga frustración. La resistencia social a las grandes
explotaciones mineras ha crecido y es hoy un dato clave de la realidad política local. La
empresa periodística ―El Ancasti‖, habitual vocera de oficio de los intereses mineros en la
provincia, advertía a mediados del año pasado que ―la resistencia a la minería, palpable
en todo el territorio provincial, es más intensa en los departamentos del Oeste, donde
están los yacimientos de mayor envergadura. Según una encuesta realizada
recientemente por una prestigiosa consultora nacional, en Andalgalá, 7 de cada 10
ciudadanos está en contra de las explotaciones mineras. Mientras que en Santa María, la
oposición ronda el 60%.En tal contexto, el desarrollo minero resulta una quimera” (“La
minería hoy. Señor gobernador, es imperioso intervenir”, Silvio Zitelli, El Ancasti, 17-06-
10).

“Sin embargo, desde la brutal represión al pueblo andalgalense (15-02-10), a las


elecciones de marzo de este año, poco había cambiado. Sustancialmente, nada. Y el rechazo
popular se hizo evidente en las urnas. En Andalgalá y en Tinogasta se impusieron
claramente candidatos que hicieron campaña con el rechazo a Agua Rica y a la minería de
uranio respectivamente. En municipios de Belén y Santa María, los oficialismos pro-
mineros sufrieron sendas derrotas; los candidatos electos, de mínima, se cuidaron de
tomar una postura a favor de las mega-explotaciones transnacionales.‖

“La necesidad de un cambio en la gestión política de la „cuestión


minera‟ es incuestionable. Sin embargo, se abre un campo de debate y de
disputas sobre a qué nivel y con qué intensidad producir los cambios. Los
aliados locales del poder minero, alientan cambios meramente tácticos: según ellos, para
revertir el rechazo social a la minería transnacional bastaría con mejorar la captación y
98

administración de la renta, dirigir con mejor criterio las inversiones públicas, mejorar los
controles a las empresas y dar mayor publicidad y aún ‗participación‘ a la gestión minera,
pública y privada.‖

―Lamentablemente, aunque no de modo sorpresivo, tal parece ser el rumbo por el


que van a optar las nuevas autoridades electas: la reciente visita de su plana mayor a la
provincia de San Juan es una clara señal en tal sentido. Si aún lo que pretendieran es
‗adecentar‘ un poco el mismo modelo, buscar ‗ejemplos‘ en el feudo de Gioja no parece ser
la alternativa más apropiada; una provincia férreamente asentada en el autoritarismo
represivo y de ‗disciplinamiento‘ fiscal, cuyo único plus aparente sería una mayor eficacia
para reprimir y/o contener las resistencias sociales‖.

En varios países de América Latina hoy comienza a debatirse la


cuestión de la transición y la salida del extractivismo. Pero dicho debate no se
está llevando a cabo en vistas de asegurar la continuidad del modelo por otras
vías o de disfrazarlo con una retórica progresista en nombre del desarrollo
nacional o de las rentas extraordinarias. Se trata de una discusión que coloca
el acento en la transición, en el marco de un pensamiento estratégico.

En este sentido, existen ciertos consensos que hoy recorren las discusiones sobre el
extractivismo en América Latina (Svampa 2011 a y b). El primer consenso se refiere al
momento crucial que vive la humanidad, esto es, a la gravedad de la crisis ecológica
global (crisis energética+crisis alimentaria+crisis climática), lo cual reclama la necesidad
de implementar alternativas superadoras, tanto en lo que se refiere a los modelos de
producción vigentes como a los patrones de consumo masivo.

El segundo consenso se refiere a la gran paradoja latinoamericana, que


marca la coexistencia de gobiernos progresistas, con una cierta vocación por la
transformación social, con modelos extractivistas, basados en la apropiación y destrucción
de los bienes naturales. Así, más allá de las retóricas industrialistas y
emancipatorias en boga, nuestros gobiernos tienden a aceptar como “destino”
el “nuevo consenso internacional”, en nombre de las “ventajas comparativas”
o de la pura subordinación al orden geopolítico mundial, el cual
históricamente ha reservado a América Latina el rol de exportador de
Naturaleza, sin considerar sus impactos desestructurantes sobre la población
ni los efectos socioambientales. En este sentido, las luchas llevadas a cabo por
organizaciones campesino-indígenas y diferentes movimientos socioambientales en toda
América Latina, nos recuerdan que el extractivismo resultante no es un destino, es
una opción política y civilizatoria, asumida por los diferentes gobiernos, que
va reconfigurando negativamente nuestros territorios y economías y genera
una nueva dependencia: cada vez exportamos más materias primas, lo cual aparece
reflejado en la concentración económica, en la especialización productiva, así como en la
consolidación de enclaves de exportación, rasgos que históricamente fueron criticados
tanto por el desarrollismo como el marxismo.
99

De este modo, apostar sin más a ―la expansión de las fuerzas productivas‖, por más
que se quiera citar ciegamente a K. Marx o a J. D. Perón, implica un gran retroceso e
ignorancia; significa volver a una concepción lineal del desarrollo, ampliamente
cuestionada en vista de los costos sociales, sanitarios y ambientales que el planeta está
afrontando. En fin, muestra a las claras que, más allá del discurso y aunque hablen de
―cuidado ambiental‖, los gobiernos progresistas y las grandes empresas (y sus
representantes y voceros) conservan una concepción productivista, que identifica el
desarrollo con el mero crecimiento económico, sin contemplar los indicadores sociales y
ambientales, los cuales no suelen mostrar ninguna de las mejoras significativas
prometidas, ahí donde encontramos megaminería.

El tercer consenso, inextricablemente ligado a lo anterior, se refiere a que un


conjunto de “alternativas” dentro del desarrollo convencional serían
insuficientes frente al extractivismo reinante, y que por ello mismo es
necesario pensar y elaborar alternativas al desarrollo.

Retomando a E.Gudynas (2011), ―los desarrollos alternativos pueden jugar un


papel importante en la transición, pero las “alternativas al desarrollo apuntan a romper
el cerco de la racionalidad actual, para moverse hacia estrategias radicalmente distintas,
no sólo en su instrumentación, sino que también en sus bases ideológicas”. (2011) Así,
pensar la transición requiere de un conjunto de políticas públicas que implicarían una
articulación entre la cuestión ambiental (límites a la producción, umbrales de consumo
ostentatorio) y la cuestión social (umbral de pobreza y redistribución de la riqueza). Sin
embargo, la discusión sobre la transición, esto es, sobre la nueva
institucionalidad ambiental y social, tiene un horizonte emancipatorio; el de
la construcción de una sociedad justa y equilibrada desde una perspectiva
social, política, económica y ecológicamente, aquello que los pueblos
originarios y tantos movimientos sociales latinoamericanos han sintetizado a
través de un concepto filosófico y político, el del “Buen Vivir”.

Por ende, no se trata sólo de una discusión económica o ambiental de


carácter estratégico, sino también de una discusión política de fondo: de saber
si queremos o no debatir lo que entendemos por ―desarrollo‖; si apostamos a que esa
discusión sea informada, participativa y democrática, o aceptamos la imposición que
quieren endosarnos nuestros gobernantes locales y las grandes corporaciones, en nombre
de las ―nuevas oportunidades económicas‖ y de un falso desarrollo.
100

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108

ANEXOS:
1- Entre las consultas públicas y las leyes del NO

Cuadro Nº 1: Provincias Argentinas que dictaron leyes que prohíben o restringen algún
aspecto de la actividad minera metalífera

Provincia Ley Fecha


Chubut 5001 4/03
Río Negro 3981 7/05
La Rioja 8137 3/07
Anulada 7/08
Tucumán 7879 3/07
Mendoza 7722 6/07
La Pampa 2349 8/07
Córdoba 9526 09/08
San Luis IX-634 10/08
Fuente: Svampa, Sola y Alvarez, 2009.

Cronología de leyes y consultas:

- 2002: Tambo Grande, Perú: primer plebiscito sobre este tema en América Latina, que arroja un
resultado de 98,65% en contra del proyecto minero. El 70% de la población censada se acerca a las
urnas.

- 23 de marzo de 2003: Primera y única consulta popular en Argentina. El 81% de la población de


Esquel vota NO a la mina. Asimismo, la consulta popular se lleva a cabo en las localidades vecinas
de Cholila, Epuyén y Lago Puelo (Comarca del noroeste chubutense). En Epuyén los porcentajes
por el “no” alcanzan el 90%. Posteriormente se sanciona la ley provincial 5.001, cuyo art. 1 dice:
“Prohíbese la actividad minera metalífera en el ámbito de la provincia del Chubut, a partir de la
sanción de la presente ley, en la modalidad a cielo abierto, y la utilización de cianuro en los
procesos de producción minera.”

- 2005: A través de la acción concertada de las asambleas de autoconvocados y el Parlamento


Indígena de Río Negro, en julio de 2005, la legislatura de la provincia de Río Negro vota la ley
3.981, que en su art. 1 dice: “Prohíbese en el territorio de la provincia de Río Negro la utilización
de cianuro y/o mercurio en el proceso de extracción, explotación y/o industrialización de
minerales metalíferos, en el marco de la ley nacional 25.675, tratados y convenciones
internacionales y demás leyes nacionales y provinciales vigentes en materia ambiental”.
109

-2007:

Tucumán: En abril de 2007 se sanciona la ley 7.879 que impide la exploración, prospección y
explotación minera a cielo abierto, prohibiendo el uso de cianuro y mercurio para la actividad. Las
declaraciones del entonces gobernador de Tucumán, quien dos años antes había vetado esa
misma ley, son por demás elocuentes: “¿Cuánto vale la vida humana? No importa que se pierdan
500 millones de pesos en inversiones, la vida humana no tiene precio. Es un buena ley para los
tucumanos”. José Alperovich, gobernador de Tucumán, luego de la sanción de la ley contra la
minería tóxica, julio de 2007 (primerafuente.com.ar).

La Rioja:

En un contexto de crisis del sistema político, el gobernador Maza, uno de los responsables de la
legislación minera de los años ´90, es desplazado por el vicegobernador Beder Herrera, quien
sanciona la ley 8.137, que en su Art. 1 decía: “Prohíbese en todo el territorio de la Provincia de La
Rioja la explotación minera a cielo abierto con técnicas correspondientes al proceso de lixiviación
con cianuro, mercurio y/o cualquier otra sustancia contaminante”. Junto con esta ley, se
promulgan dos leyes más. La ley 8.138, que dictaba el llamado a consulta popular (con carácter
vinculante), decía: “Encomiéndase a la Función Ejecutiva convocar, en forma obligatoria, a una
Consulta Popular para el día 29 de Julio de 2007, a los afectos de que el pueblo de los
departamentos Chilecito y Famatina se expida afirmativa o negativamente por la explotación
minera a cielo abierto, utilizando sistemas de lixiviación con cianuro y/u otra sustancia que
provoque contaminación en el territorio de dichos departamentos” (Ley 8.138, art. 1). Asimismo,
la tercera ley (8.139) preveía la conformación de una comisión para la investigación del traspaso
de los derechos de explotación de la empresa pública provincial a manos privadas y,
particularmente, el acuerdo firmado con la empresa Barrick Gold.

Sin embargo, una vez consolidado por la vía electoral, el flamante gobernador deroga la ley que
prohibía la minería, así como aquella otra que disponía el llamado obligatorio a una consulta
popular por el tema, un reclamo ineludible de la comunidad movilizada. El escandaloso hecho,
ocurrido en julio de 2008, tiene dos corolarios; el primero es el nombramiento del presidente de la
Cámara de Minería como nuevo Secretario de Minería de la provincia. El segundo consiste en la
prohibición de charlas informativas sobre la minería en las escuelas de la provincia, a fin de
neutralizar las acciones de la asamblea ambientalista, que cuenta con varios docentes como
activistas. La persecución de los ambientalistas está atravesada por diferentes episodios de
represión y judicialización de la protesta.

La Pampa: En agosto de 2007 se sanciona la Ley 2.349 que dice en su artículo 1º: “Prohíbese en el
territorio de la provincia de La Pampa la utilización de cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y toda
sustancia química contaminante en el proceso de cateo, prospección, extracción, explotación,
tratamiento y/o industrialización de minerales metalíferos”. Art. 2: “Prohíbese en el territorio de la
provincia de La Pampa la explotación minera de minerales metalíferos a cielo abierto.”
110

Mendoza: Durante el año 2006 varias asambleas de los diferentes oasis de Mendoza habían
comenzado a articularse en la Asamblea Mendocina Por el Agua Pura (AMPAP), cuyo principal
objetivo era la sanción de una ley que prohibiera la minería metalífera y de uranio en toda la
provincia. Luego de una primera sanción y pronto veto de Julio Cobos, entonces gobernador de la
provincia (diciembre de 2006), finalmente se sanciona y promulga la ley 7.722 en junio de 2007. En
su Art. 1 dice: “A los efectos de garantizar debidamente los recursos naturales con especial énfasis
en la tutela del recurso hídrico, se prohíbe en el territorio de la Provincia de Mendoza, el uso de
sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en
los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o
industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo”.

A fines de julio de 2007 once empresas del sector minero y la Asociación de Profesionales de la
Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear, presentan ante la Suprema Corte de
Justicia de Mendoza sendas acciones de inconstitucionalidad contra la ley provincial 7.722. Entre
las empresas demandantes figuran Portal del Oro, Minera Río de la Plata, Cognito Limited, San
Jorge, Deprominsa y Agauco. A la fecha no se ha dictado sentencia.

2008

Córdoba: En septiembre de 2008, la Legislatura provincial sanciona por unanimidad la Ley 9.526,
que prohíbe este tipo de minería. Pero, a diferencia de las otras cinco provincias que ya se habían
manifestado en contra de los químicos contaminantes que se usan en minería, con leyes que sólo
prohibían algunas de ellos, la ley 9.526 no sólo prohíbe "el uso de cianuro, cianuro de sodio,
bromuro de sodio, yoduro de sodio, mercurio, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico,
ácido nítrico y toda otra sustancia química contaminante, tóxica o peligrosa", sino que prohíbe
también explícitamente “la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto y en todas
sus etapas, constituidas por cateo, prospección, exploración, explotación, desarrollo, preparación,
extracción y almacenamiento de sustancias minerales" y “la actividad minera, en todas sus etapas,
de minerales nucleares tales como el uranio y el torio”.

En el mes de mayo de 2010 la Cámara Empresaria Minera de la Provincia de Córdoba (CEMINCOR)


y la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Actividad Nuclear
(APCNEAN) entablan una acción declarativa de inconstitucionalidad de la norma ante el Tribunal
Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba. El Tribunal acepta su tratamiento formal y aún está
pendiente de sentencia.

San Luis: Se aprueba la Ley IX-634-2008 en agosto de 2008, cuyo artículo primero dice:
"…prohíbese en el territorio de la Provincia de San Luis, el uso de sustancias químicas como
cianuro, cianuro de sodio, bromuro de sodio, yoduro de sodio, mercurio, ácido sulfúrico, ácido
clorhídrico, ácido fluorhídrico, ácido nítrico, amonio, carbonato y otras sustancias tóxicas similares
en los procesos mineros metalíferos de prospección, cateo, exploración, explotación, beneficio y/o
industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo".
111

Las consultas que no fueron:

San Juan: En Calingasta la población demanda realizar una consulta popular, que al igual que en
Esquel, permita a los habitantes expresar su opinión acerca de los diferentes proyectos mineros
que los involucran. En tres oportunidades habitantes y autoridades locales intentan llamar a un
plebiscito, pero estos son suspendidos por el Tribunal Electoral de la provincia, alegando que “el
medio ambiente no es de competencia municipal”.

Catamarca: En 2007, los vecinos de Tinogasta, con el apoyo del intendente, la comunidad
educativa y empresarios agrícolas y vitivinícolas de la región, proponen realizar una consulta
popular para que la población se exprese sobre la explotación de uranio. Sin embargo, dicha
consulta no puede realizarse debido a su prohibición por la Corte Suprema de Justicia de la
Provincia de Catamarca, que declara inconstitucional el plebiscito alegando que la Municipalidad
de Tinogasta no tendría competencia para opinar sobre política minera y ambiental, ya que estos
tópicos serían exclusivos de la provincia.

A pesar de la prohibición del plebiscito, los tinogasteños se movilizan y juntan alrededor de 7.150
firmas en contra de la instalación de la minería en el departamento, y hoy continúan su lucha.

Andalgalá:

Hacia fines de 2009, un documento elaborado por la Dirección Provincial de Minería y avalado por
el Secretario de Minería, responde a un pedido de informe del Concejo Deliberante de Andalgalá
confirmando lo que hasta entonces era sólo un rumor: el gobierno provincial había adjudicado,
entre tantos permisos de cateo minero, uno que abarcaba a la ciudad misma. Es decir, se había
autorizado -a través del otorgamiento de la concesión a la empresa Billington Argentina BV- a
ejercer derechos de prospección, exploración y futura explotación del subsuelo de la ciudad.

Todavía atónitos, los andalgalenses leen en el informe oficial que “el Área de Mina cubre
prácticamente la ciudad de Andalgalá, situación que es normal y corriente, ya que según el Código
de Minería pueden coexistir las dos propiedades, tanto la Minera como la superficial, siendo la
Minera en este caso con fines de Prospección y Exploración, que en el caso de llegar a una
Explotación, se deberá contemplar la Indemnización correspondiente y el mayor interés público
por parte del Estado, para la prioridad de Desarrollo". Dicho informe omite mencionar que el
propio Código de Minería (art. 33-36) prácticamente prohíbe realizar trabajos mineros en áreas
habitadas o construidas sin formal consentimiento de los propietarios superficiarios.

Por esos mismos días los vecinos, reunidos en asamblea, deciden impedir el paso de vehículos que
transportan materiales para Minera “Agua Rica”109, un megaproyecto en importante estado de

109Se trata de un proyecto en construcción orientado a la obtención de cobre, molibdeno y oro, cuyo
inicio de explotación estaba previsto para el año 2012. Las formas de extracción del mineral,
procesamiento y transporte serían similares a las adoptadas por Minera Alumbrera. Pero las
pendientes muy fuertes y el clima más lluvioso en el sitio, así como su posición 20 km aguas arriba
de Andalgalá, hacen que los riesgos ambientales inherentes al proyecto Agua Rica sean mucho
112

avance, operado por Yamana Gold, transnacional de origen canadiense, y localizado a sólo 25 km
de la ciudad. La acción directa de corte selectivo del camino comunal a maquinarias, camionetas y
camiones con insumos, es así una de las medidas emprendidas no sólo para resistir la posibilidad
de ser desplazados en un futuro próximo, e impedir la puesta en marcha de la nueva explotación,
sino para manifestar el rechazo hacia una actividad con la cual la ciudad convive desde hace más
de 13 años.

Andalgalá constituye un caso testigo, dado que ésta se encuentra a sólo 70 km de Bajo de
la Alumbrera, la primera explotación minera de estas características en la Argentina y una de las
mayores de América Latina. Minera Alumbrera había iniciado la extracción de oro y cobre a cielo
abierto en 1997, entre grandes promesas de empleo y desarrollo, todas ellas incumplidas, y
arrastra desde entonces un historial de violación de derechos humanos, que incluye denuncias de
enterramientos clandestinos de derrames producidos a lo largo del mineraloducto de 317 km,
denuncias por deforestación y destrucción de patrimonio arqueológico con motivo del tendido de
un electroducto, y múltiples denuncias por contaminación, una de las cuales lleva en 2007 al
procesamiento por la justicia federal por el delito de “contaminación grave”.

Un nuevo capítulo en el conflicto minero se abre así en Argentina, nada menos que en la
provincia pionera. El 15 de febrero de 2010, fuerzas policiales locales, grupos de elite provinciales
y efectivos de infantería, con perros y equipos especiales para reprimir, intentan disolver el corte.
Docenas de asambleístas son detenidos y heridos. Detrás de la policía aparecen máquinas para la
explotación minera. Frente a la represión, la respuesta de los pobladores no se hace esperar, y en
medio de los desórdenes generados por la fuerza de seguridad, los vecinos indignados atacan los
locales de la minera y sus proveedores, y son incendiadas oficinas de la municipalidad.

Esta vez el conflicto alcanza una repercusión mediática de alcance nacional. Se realizan
importantes marchas en la ciudad de Andalgalá y varios puntos del país. Informes especiales,
titulados "Andalgalá: un pueblo que dijo Basta", presentados en el noticiero televisivo de un canal
opositor al Ejecutivo Nacional, rompen con la invisibilización que hasta entonces caracterizaba al
tratamiento del tema por parte de los medios masivos de comunicación. El conflicto entre el grupo
Clarín y el gobierno nacional abre así una brecha de oportunidad para el tratamiento del tema. El
diario Página 12 también habilita el tema en la agenda mediática, a través del artículo “Los
desplazados por la soja y la minería” del periodista Darío Aranda, como nota de tapa del 22 de
febrero. Gran parte de la opinión pública se indigna con las políticas nacional y provincial (de
distintos signos partidarios) de sostén y promoción al modelo megaminero.

Días más tarde, la fiscal que había ordenado la represión en Andalgalá, declara públicamente que
“de haber sabido las consecuencias de la orden emitida no la hubiera dado”. Un juez resuelve
suspender provisoriamente la actividad minera Agua Rica, 'para contribuir a la paz social'.

mayores que los de Alumbrera. Su puesta en marcha conllevaría un importante aumento en el


riesgo e impacto ambiental tanto local como regional, involucrando la cuenca del río Salí-Dulce y
territorios de las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba.
113

Mientras las asambleas socio-ambientales forman una Coordinadora Territorial y continúan con el
bloqueo, el 11 de marzo el Consejo Deliberante decide convocar a un plebiscito vinculante, para
que la población de Andalgalá se exprese por el “sí” o por el “no” al proyecto Agua Rica el 25 de
mayo. Hasta el día de hoy, la consulta no ha sido realizada.

Neuquén

El proyecto minero en Campana Mahuida nace como una promesa de desarrollo para una zona
postergada, pero encuentra rápido rechazo en quienes vieron detrás un negocio con graves
consecuencias ambientales. La exploración de cobre debía realizarse originalmente al sureste del
cerro Pedregoso y al noreste del cerro Tres Puntas, en territorios de la comunidad mapuche
Mellao Morales. El titular de la propiedad minera es la estatal Cormine y el proyecto debía estar a
cargo de la empresa china Emprendimientos Mineros Sociedad Anónima. La iniciativa se remonta
al gobierno de Jorge Sobisch.

En abril de 2011, el Tribunal Superior de Justicia rechaza los recursos extraordinarios que habían
impulsado en forma conjunta la fiscalía de Estado de la provincia de Neuquén y la empresa estatal
Cormine contra la medida cautelar que suspende el procedimiento minero en Campana Mahuida,
en septiembre de 2009.

“Cobra mayor entidad jurídica la decisión del máximo tribunal provincial que reconoció la plena
vigencia y aplicabilidad del Convenio 169 de la OIT y en virtud del cual ninguna actividad minera
podrá ser realizada en territorio de la Comunidad Mapuche Mellao Morales hasta tanto se
resuelva definitivamente la nulidad del contrato celebrado entre Cormine y la empresa china
Emprendimientos Mineros", señala la apoderada de la Comunidad Mapuche Mellao Morales,
Elena Picasso, quien pertenece al Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa).

Jujuy

La minería a cielo abierto, con grandes consumos de agua y uso de sustancias tóxicas, también
tuvo un freno en el norte del país. Un caso testigo de la acción minera en esta provincia es lo
sucedido en Abra Pampa, una localidad de 13 mil habitantes en el norte de la provincia de Jujuy.
Allí funcionó durante tres décadas la fundidora de plomo Metal Huasi, que cerró en la década del
’80. Al retirarse dejó en pleno casco urbano 15 mil toneladas de residuos, un “cerro de plomo”,
como lo llaman en el lugar (Aranda, 2010). Así, aunque Jujuy sea considerada la “capital nacional
de la minería”, en rigor, debiera llamarse la “capital nacional de los pasivos ambientales”.
Ciertamente, Abra Pampa es un caso testigo en lo que se refiere a pasivos mineros: un estudio de
la Universidad Nacional de Jujuy reveló en 2007 que el 81% de los niños tiene altos niveles de
plomo en la sangre como consecuencia de la actividad metalífera y los pasivos ambientales
presentes desde hace décadas.

Este municipio jujeño prohibe la actividad extractiva, impulsado por el Consejo Departamental de
Comunidades Kolla, que nuclea a 40 comunidades indígenas. El Concejo Deliberante aprueba una
114

ordenanza en noviembre de 2010, pero el intendente Ariel Machaca veta la norma. En enero de
2011, luego de la movilización de pueblos originarios y organizaciones ambientales, el intendente
da marcha atrás y pone en vigencia la ordenanza.

El artículo 1º de la ordenanza 51/10 establece: “Prohíbase la radicación, instalación o


funcionamiento de exploraciones mineras metalíferas a cielo abierto y/o las explotaciones mineras
que utilicen sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas
similares en sus procesos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización”. Su
artículo 2º prohíbe el ingreso, tráfico, uso, almacenamiento, comercialización, producción y
transporte de sustancias tóxicas usadas en minería.

Con la entrada en vigencia de la ordenanza, Abra Pampa se suma a las localidades jujeñas de
Tilcara, Cangrejillos y Huacalera, que ya tienen normas similares que prohíben la actividad.

Otras Consultas públicas en América Latina:

- Consultas en Piura y Cajamarca - Perú (ambas en 2007, no reconocidas por el gobierno de Alan
García)

-Consultas en Sipacapa, (2005), Huehuetenango (2006); Ixtahuacan (2007) - Guatemala.

Países donde se han prohibido algunas modalidades o técnicas en minería,


especialmente la utilización de cianuro:

- Turquía (1997)

- República Checa (2000)

- Alemania (2002)

- En Estados Unidos: estado de Montana (lixiviación con cianuro prohibida por plebiscito en 1998,
rechazo ratificado en 2004) y condados de Gunnison (2001), Costilla (2002) y Summit (2004) del
estado de Colorado

- Costa Rica (2010): Primer país americano que prohíbe la minería a cielo abierto con utilización de
sustancias químicas

- Panamá (2011): Derogación de la ley de minería


115

2-DECLARACION
Abril de 2011

SI AL AGUA

NO a SAN JORGE

La sanción de la ley 7722 de la provincia de Mendoza, que prohibió el uso de sustancias tóxicas en la
actividad minera, resultó ser un paso importante para el resguardo de nuestros recursos hídricos y la
defensa del ecosistema de nuestra cordillera, hoy amenazado por el avance de la megaminería. Esta norma
inspirada en los principios básicos del derecho ambiental, ilustra el avance de las luchas de las Asambleas
Ciudadanas en defensa del AGUA, así como una saludable apertura de la agenda parlamentaria, gracias al
accionar de legisladores conscientes del carácter devastador de este tipo de actividades extractivas.

En toda América Latina asistimos a luchas en contra de la megaminería transnacional, en protección del
agua como el mayor bien común, protagonizadas por centenares de ciudadanos y comunidades, violentadas
en sus derechos y afectadas por este tipo de actividad que puede llegar a consumir hasta 100 millones de
litros de agua por día (como Bajo La Alumbrera, en Catamarca).

El proyecto San Jorge, en Uspallata, implica impactos generalizados y significativos sobre los diversos
elementos del ambiente natural y social. Pretende dejar un depósito de colas de 150 millones de toneladas
cubriendo 800 ha (superficie similar al dique de colas de Minera Alumbrera, y mayor que el proyectado para
Pascua Lama), y escombreras de 292 millones de toneladas en total, sobre 447 ha y de hasta 90 m de altura:
un funesto legado para las próximas generaciones. Para su proceso extractivo propone utilizar las sustancias
tóxicas “xantato” y “acrilamida” que se encuentran alcanzadas por la prohibición establecida en la ley 7.722.
Todo ello en un marco de beneficios fiscales e impositivos como no tiene ninguna otra actividad. Por todo
ello no resulta extraño la ausencia de Licencia Social del proyecto: en octubre pasado se realizó la audiencia
pública en Uspallata donde el 75% le dijo NO a Minera San Jorge, en el expediente administrativo hay más
de 14.000 firmas en rechazo al mismo, en febrero unos 2.500 mendocinos marcharon por las calles y más de
7.000 en marzo para expresar su absoluto rechazo a San Jorge.

En suma, la ausencia de Licencia Social, la evidente violación de la ley 7722, la bajísima calidad científica del
Informe de Impacto Ambiental presentado por la empresa, el relevante impacto ambiental y el conflicto
social que este emprendimiento ha generado en la comunidad de Uspallata, son motivos más que
suficientes para oponerse categóricamente el proyecto.

Minera San Jorge es el preludio de la llegada de este tipo de emprendimientos a la provincia que cambiaría
para siempre la histórica relación de Mendoza con el bien común agua y el ambiente en general. Por ello es
que se recordará por siempre a los legisladores que aprueben este proyecto. Los exhortamos a evitar las
presiones corporativas y rechazar el proyecto para -de esta manera- honrar la voluntad popular.

Frente a ello, llamamos a intelectuales, científicos y comunidad en general a expresar públicamente su


APOYO A LA DEFENSA DEL AGUA Y A RECHAZAR EL PROYECTO SAN JORGE EN USPALLATA, MENDOZA.

Adhesiones a: muchasredes09@gmail.com
116

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz - Maristella Svampa (CONICET-UNLP) - Miguel Teubal
(CONICET-UBA) - Enrique Viale (Asociación de Abogados Ambientalistas) - Norma Giarracca (IIGG-UBA) –
Daniel Cáceres (CONICET-UNCórdoba) - Carlos Figari (CONICET-UBA-UNCa) - Dora Barrancos (Investigadora
UBA y Directora del CONICET ) - Mirta Antonelli (UNC) -Pablo Bergel (INTI)-Claudia Korol (Coordinadora del
Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía) - Roberto Gargarella (UBA-Di Tella) - Rubén Lo Vuolo
(CIEPP) - Horacio Tarcus (Cedinci-Unsam) - Silvia Cloquell (FCA-Universidad Nacional de Rosario) - Mario
Pecheny (UBA-CONICET)- Juana María Pasquini (Fac. Farmacia y Bioquímica-UBA, CONICET) - Alcira Daroqui
(Directora de la Carrera de Sociología UBA)- Juan Pegoraro (FCS-IIGG-UBA)- Julián Rebón (Director del IIGG-
UBA) - Horacio González (Director de la Biblioteca Nacional) - Ernesto Meccia (Secretario académico de la
Carrera de Sociología-UBA)- Elena Picasso (Abogada-Neuquén) - Emilio de Ípola (Profesor emérito de le UBA-
Investigador Superior del Conicet) - Claudia Briones (UN Rio Negro)-Andrés Carrasco (UBA-FCM-CONICET)-
Alberto Binder (Director Ceppas) - Pablo Stefanoni (Periodista) - Eduardo Molinari (Artista, Archivo el
caminante) - UBA/UNCa) - Horacio Machado Aráoz (UNCA) - Daniel Mato (UNITREF-CONICET)-Pablo
Barbetta (IIGG-UBA) - Tomás Palmisano (IIGG-UBA) - Y siguen las firmas

ADHESIONES INTERNACIONALES

Eduardo Galeano (Escritor) - Boaventura de Sousa Santos (Univ. Coimbra, Portugal y Wisconsin University
USA) - Alberto Acosta (Ex presidente de Asamblea Constituyente de Ecuador-FLACSO)- Raúl Zibechi (escritor
y periodista)- Liz Franchezca Serrano (Investigadora, Université du Québec à Montréal, Canada) - Eduardo
Gudynas (CLAES, Uruguay) - Raul Prada Alcoreza (ex constituyente, politologo) - Pierre Salama (Profesor
Emérito, Universidad de Paris XIII) - Hugo Blanco (Director de "Lucha Indígena", Perú) - Alicia Jardel
(Profesora, Bélgica) - Walter Mignolo (Duke University) - Carlos Walter Porto Goncalves (Prof. Universidad
Federal de Rio de Janeiro) -

Y siguen las firmas…

3-Notas periodísticas

Página 12, 24/04/2010

UN FALLO DE LA CORTE SUPREMA JUJEÑA PRIORIZA EL DERECHO


AMBIENTAL POR SOBRE LAS DISPOSICIONES DEL CODIGO MINERO

Nace un megaproblema para la megaminería


El máximo tribunal de Jujuy ordenó a los jueces inferiores otorgar un amparo pedido por
vecinos de Tilcara contra un proyecto minero por el peligro de la contaminación.
Por Darío Aranda

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Jujuy, máximo órgano judicial de la provincia, emitió
un fallo que sienta precedente en los cuestionamientos sobre la minería a gran escala. Hace
hincapié en el principio precautorio –ante la posibilidad de perjuicio ambiental irremediable es
necesario tomar medidas protectoras– e invierte la carga de la prueba: las poblaciones
cercanas a los yacimientos no deberán probar los perjuicios sino que el gobierno y las
empresas tienen que aportar pruebas ciertas de que la actividad extractiva no afecta ni
117

afectará el medio ambiente. “La sentencia cambió el paradigma jurídico al introducir el derecho
ambiental en la actividad minera”, afirmó Alicia Chalabe, abogada patrocinante, y explicó que
“existen muchísimas causas en las provincias por la acción negativa de la megaminería, pero
siempre los juzgados interponen el Código Minero y no dan cabida al derecho ambiental. El
Superior Tribunal de Jujuy, en sus fundamentos, es totalmente innovador y pionero”. La
medida responde a una apelación de vecinos de Tilcara, que habían presentado un recurso de
amparo para frenar el avance de una empresa minera en la Quebrada de Humahuaca. El
Tribunal Contencioso Administrativo había rechazado el pedido de los autoconvocados, pero
ahora el máximo tribunal de Jujuy cuestionó duramente a los jueces de primera instancia, les
ordenó que revean el caso y los instó a “ajustarse a derecho” (tener en cuenta las leyes y
jurisprudencia vigente).

“Hasta tanto se demuestre (...) que no existe la posibilidad o el peligro cierto de que las tareas
que se realicen en la zona produzcan contaminación o conlleven daño ambiental, es deber de
los jueces (...) proveer de inmediato al resguardo y hacer efectiva la tutela judicial o protección
de los intereses colectivos, tratándose de un derecho humano fundamental, tanto de quienes
allí habitan como de todos los habitantes, a un medio ambiente sano y sin contaminación,
efectuando lo que fuera menester para evitarla”, afirma el Superior Tribunal de la provincia.

“Hace ya mucho tiempo se expresó que el principio de precaución en materia ambiental


plantea que la incertidumbre científica no debe ser excusa para la adopción de medidas que
tiendan a evitar la posibilidad cierta de la recurrencia de un daño ambiental grave ni para
convalidar las acciones u omisiones humanas potencialmente dañosas”, remarca el máximo
tribunal provincial y afirma que “es deber de todos coincidir en que esos daños (al medio
ambiente) se prevengan, ya que una vez producidos resultan en la práctica de una casi
imposible reparación”.

Vecinos de Tilcara realizaron marchas, encuentros, talleres y campañas de información sobre


lo que implica la actividad minera a gran escala. En agosto de 2008, ocho vecinos sumaron
otra acción: presentaron un recurso de amparo. Exigían que el Estado provincial no otorgara
más permisos de cateos, exploración y explotación minera a cielo abierto, pedían la prohibición
de utilización de sustancias químicas como cianuro, mercurio y ácido sulfúrico, entre otras, y
solicitaron que se cancelaran los permisos concedidos en la Quebrada de Humahuaca.
Apuntaban directamente a los permisos de cateos y exploración otorgados a la empresa
Uranios del Sur, que abarcaba una superficie de 14.100 hectáreas en la zona de los
“amarillos”, perteneciente a las comunidades indígenas Yacoraite y El Angosto de Yacoraite,
departamento de Tilcara.

En abril de 2009, la Cámara Contencioso Administrativo (integrada por Sebastián Damiano,


Benjamín Villafañe y Luis Oscar Morales) rechazó el amparo vecinal. Ahora, el máximo tribunal
lo criticó: “La sentencia no se ajustó a derecho vigente y, por el contrario, adoleció del vicio de
arbitrariedad, por ser incongruente y autocontradictoria”, lamenta el Superior Tribunal de
Justicia, y precisa que los jueces “desatendieron e ignoraron” la existencia de presuntos daños
ambientales en ocho causas penales, asentadas en los juzgados federales de Jujuy.

“Es inadmisible el rechazo (del amparo) ejercido por no haberse arrimado prueba, según el
criterio del Juzgado Contencioso Administrativo”, cuestiona el máximo tribunal provincial, y
reitera la necesidad de invertir la carga de la prueba, responsabilizando al gobierno provincial y
al sector privado: “De acuerdo a la doctrina y jurisprudencia (...) en caso de probables, posibles
o bien que puedan presumirse ya provocado un daño ambiental por contaminación deberá
acreditar su inexistencia no sólo quien esté en mejores condiciones de hacerlo sino quien
118

precisamente sostiene tan ciegamente que tal contaminación no existe”. Y carga contra el
gobierno por no haber aportado, en su defensa, un estudio técnico que asegure que no existe
ni existirá contaminación por la actividad minera. Desde el gobierno jujeño no respondieron las
consultas sobre el fallo.

El Tribunal Superior señala que los daños ambientales obligan al sistema judicial a “dejar
moldes ortopédicos (...) y elaborar nuevas respuestas legales para brindar una adecuada
respuesta desde la perspectiva jurídica”. Explica que, siempre en daños ambientales, no se
trabaja sólo con la certeza “sino que se apunta a la probabilidad”.

La sentencia del Superior Tribunal de Justicia es del 23 de febrero pasado, pero recién fue
dada a conocer ahora. El dictamen se basó en los argumentos expuestos por el juez del
tribunal a cargo del expediente, Héctor Tizón, quien fundamentó con aspectos jurídicos
ambientales y remarcó la importancia de seguir el principio precautorio, artículo 4 de la Ley
General del Ambiente (25.675). El juez avanzó un paso más al utilizar el concepto de “daños
generacionales”, enmarcado en el derecho ambiental moderno, que consiste en “aquellos que
por su magnitud repercuten no sólo en la generación actual sino que sus efectos van a
impactar en las generaciones futuras”.

“El Tribunal Superior agrega suficiente argumentación legal como para ser usada en otras
medidas judiciales del país, aporta un marco legal importante y marcará precedente en
cuestiones ambientales”, explicó Movida Nimuendaju, otra de las organizaciones sociales de
Jujuy que lucha contra la megaminería.

La exploración minera cuestionada ocurre en la Quebrada de Humahuaca, declarada


Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003. El fallo también aborda ese aspecto.
“Resulta un absurdo contrasentido permitir nuevas explotaciones, como las mineras a cielo
abierto, en un territorio declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, ya que ese
título es revocable (...) y causaría seguramente daños a la infraestructura turística ya
realizada”.

Los Vecinos Autoconvocados de Tilcara y Juella celebraron la revocación del fallo de primera
instancia y resaltaron la importancia de la trama argumentativa, que alude a leyes y conceptos
ambientales que nunca habían tenido cabida en un tribunal máximo. “La gran minería a cielo
abierto es la peor opción de „progreso‟ para nuestra provincia. Mueve mucho dinero pero entre
pocas personas, contamina el medio ambiente, usa millones de litros de agua diarios, perjudica
la agricultura y la ganadería, arruina la vida en el campo”, afirman.

Los Autoconvocados consideran un gran paso el fallo, y explican que el Juzgado de Primera
Instancia debiera hacer propio lo señalado por el Superior Tribunal, pero prefieren esperar los
hechos. “No tiene fecha para expedirse, por lo cual hay un riesgo de que la causa duerma en
un cajón”, alertó la abogada patrocinante, Alicia Chalabe, y llamó la atención sobre “gran poder
de lobby de las empresas mineras”.

El juez que hizo eje en el derecho ambiental, Héctor Tizón, dejó el máximo tribunal (se jubiló
una semana después del fallo). Abogado y escritor, Tizón fue el claro impulsor del innovador
fallo, aunque en minoría. Los jueces José Manuel del Campo, María Silvia Bernal, Sergio
Jenefes y Sergio González apoyaron la sentencia, aunque no adhirieron a la argumentación.
Sin embargo, como no explicaron cuáles eran sus argumentos, se impusieron los fundamentos
explicitados por Tizón, a cargo del expediente. El voto de esos cuatro jueces también es un
factor de alerta de los Vecinos Autoconvocados.
119

4: Cronología de los delitos ambientales de La Alumbrera


1.- Perfil corporativo:

Minera Alumbrera es una U.T.E. (Unión Transitoria de Empresas) entre Minera Alumbrera Ltd. e
Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (Y.M.A.D. ), sociedad interestadual perteneciente al
Gobierno de la Provincia de Catamarca, la Universidad Nacional de Tucumán y el Gobierno
Nacional, titular originario de los derechos de exploración y explotación del yacimiento Bajo de la
Alumbrera. Minera Alumbrera Ltd. es un grupo de empresas mineras que tienen a cargo la
operación integral de la explotación de Bajo de la Alumbrera. Su composición accionaria est+a
integrada en un 50 % por la transnacional suiza Xstrata plc., un 37,5 % por Goldcorp, y en un 12,5
% por Yamana Gold, ambas canadienses.

2.- Características de la explotación:

a).- Infraestructura: la explotación comprende cinco grandes instalaciones que se extiende a lo


largo de cuatro provincias.

- Área de Mina: localizada en el departamento Belén (Pcia. De Catamarca), comprende un


área global de 5.800 hectáreas, en las que se hallan emplazados dos grandes
campamentos mineros, un aeropuerto propio, el open pit (tajo a cielo abierto), la planta
de molienda y concentrado y el dique de colas.
- Línea de tendido eléctrico de 220 Kv y de 202 km de extensión, desde la subestación El
Bracho (Pcia. De Tucumán) hasta la mina.
- Mineraloducto de 316 kilómetros (con tres plantas de bombeo a lo largo de su recorrido,
un diámetro de175 mm, y una capacidad de transporte de más de 100 toneladas por hora)
desde la planta de procesamiento a la de filtros en Cruz del Norte (Tucumán).
- Planta de filtros (Cruz del Norte, Tucumán): cuenta con dos tanques de 2000 m3 cada uno
y tres prensas de 120 m2.
- Línea ferroviaria de 800 km que transporta el concentrado desde la planta de filtros a las
instalaciones portuarias, atravesando las provincias de Santiago del Estero y Santa Fe.
Minera Alumbrera cuenta con ferrocarriles propios (cuatro locomotoras de 3000 HP y 182
vagones, con una capacidad de carga de 56 toneladas métricas cada uno).
- Puerto propio en el complejo porturario de San Lorenzo (Pcia. De Santa Fe), Comprende
un predio de 12 hectáreas, con una playa de maniobras de 8.200 metros de vías, y
galpones con una capacidad de almacenamiento de 60.000 toneladas métricas y un
régimen de carga de 1.250 toneladas por hora.

b).- Proceso minero y principales insumos:


120

Se trata de una explotación a cielo abierto dedicado a la extracción de un concentrado


polimetálico, cuyos principales motivos extractivos declarados son cobre, oro y molibdeno. A
través de procesos de trituración, molienda y flotación a gran escala, extrae un promedio anual de
650.000 toneladas de concentrados que contienen aproximadamente 180.000 toneladas de cobre
y 600.000 onzas troy de oro, según datos declarados por la empresa. La inversión inicial de la mina
ha sido de 1.200 millones de dólares y se ha ampliado hasta el año 2006 a 1.663 millones de
dólares.

- Su capacidad global de explotación llega a las 120 millones de toneladas de material


rocoso anuales.
- Cuenta con un permiso de extracción de agua dulce de 1.200 litros/segundo, que implican
un consumo de 100 millones de litros diarios. La provisión de agua se realiza desde el
Campo del Arenal, un acuífero de agua fósil, donde la empresa ha adquirido 53.000
hectáreas y ha instalado trece pozos de extracción.

Tabla de Consumos de principales insumos y producción de desechos. Valores Anuales *

Electricidad 835.854.720 KW/h

Diesel 61.183.000 litros

Aceite lubricante 2.0420.000 litros

Gas licuado 763.000 litros

Explosivos 24.608 toneladas

Cal 44.994 toneladas

Residuos totales 5.590,5 toneladas

* Corresponden al año 2008. Fuente: Informe de Sostenibilidad de Minera Alumbrera Ltd.

3.- Principales hitos:

- 1936: Abel Peirano descubre los yacimientos vinculados al centro volcánico de Aguas de Dionisio.

- 1958: Creación de YMAD (Ley 14.771) como empresa estatal destinada a la exploración,
explotación e industrialización de los yacimientos mineros del complejo de Aguas de Dionisio.

- 1978: Por impulso del entonces ministro de economía de la dictadura, José A. Martinez de Hoz,
se modifica la Ley 14.771, eliminando su art. 5 que impedía a YMAD ceder sus derechos y/o
asociarse con capitales privados, ni nacionales ni extranjeros, para la explotación de los
yacimientos bajo su dominio.
121

- 1993: Sanción del nuevo marco normativo para la actividad minera metalífera a gran escala en el
país (Ley 24.196 y conexas).

- 1993: La provincia de Catamarca adhiere a la Ley Nacional de Inversiones Mineras, a través de la


ley provincial N° 4.759.

- 1994 (27 de abril) Se firma el contrato de constitución de la UTE entre YMAD y Minera Alumbrera
Ltd., entonces bajo el control de la canadiense Musto Explorations International Limited.

- 1994 (Octubre) Se completan los estudios de factibilidad y se determina el área a explotar. En un


acto público, con la presencia del entonces presidente Carlos Menem y el gobernador de
Catamarca, Arnoldo A. Castillo, se da por inaugurada la puesta en explotación del yacimiento.

- 1995 Inician las tareas de construcción e instalación de la infraestructura de la mina.

- 1997 Se inicia la explotación propiamente dicha del yacimiento. En septiembre de este año se
realiza el primer envío de mineral concentrado extraído de la mina.

- 1998 – 2007. Se producen cambios en la composición corporativa de Minera Alumbrera Ltd.


Inicialmente North Ltd. y Rio Algom, ambas canadienses, adquirieron el 98 % de la Musto. Durante
el 2000, la británica Río Tinto adquirió North Ltd., y Billiton (ahora BHP Billiton) compró Río Algom.
En 2003 Río Tinto y Billiton vendieron sus porciones de la mina a la empresa canadiense Wheaton
River, mientras Xstrata Plc (Suiza) adquirió Musto International Mining. En 2004, Xstrata Cooper se
hace con el 50 % del paquete accionario de Alumbrera, en tanto que las canadienses Goldcorp Inc.
y Northern Orion Resources, adquieren los restantes 37,5 % y 12,5 % respectivamente.
Finalmente, en agosto de 2007, Yamana Gold adquirió el 100 % de Northern Orion, manteniendo
la estructura corporativa hasta el presente.

- 1999 Juan Antonio González, Director de Medio Ambiente de la Provincia de Tucumán inicia una
denuncia penal en el Juzgado Federal de Tucumán N° II contra Minera Alumbrera por violación a la
Ley de Residuos Peligrosos N° 24.051, a raíz de los efluentes de la planta de filtros que la minera
desecha en el canal DP2 (Ranchillos, Tucumán).

-2003 El Ing. Héctor Nievas, ex inspector de Calidad Minera de la Pcia. de Catamarca, demuestra
que el dique de colas de Alumbrera tiene filtraciones contaminantes que afectan la cuenca del río
Vis Vis, a través de su tesis de maestría aprobada en la Escuela de Minas de Nancy (Francia). El Ing.
Nievas es apartado de su cargo en la Provincia.

- 2004 (Julio) La familia Casas Flores, pobladores de la cuenca alta del río Vis Vis, inician una
denuncia civil contra Minera Alumbrera por daños de contaminación y destrucción de sembradíos
y ganado, a raíz de lo cual se vieron forzados a abandonar sus posesiones y radicarse en otra
localidad. La causa sigue abierta al día de la fecha.

- 2004 (19 de septiembre) Se produce el primer derrame reconocido públicamente por Minera
Alumbrera, en la estación de bombeo II, ubicada en la localidad de Villa Vil (Belén), diseminándose
122

material concentrado sobre el cauce del río e inmediaciones. La localidad quedó con el servicio de
agua potable cortado por 72 hs.

- 2005 (Enero) Con el objetivo de evitar una demanda judicial por parte del Gobierno de Tucumán
Minera Alumbrera Limited accedió realizar obras de infraestructura por 22 millones de pesos,
como forma de compensación por el daño ambiental ocasionado por su mineraloducto,
electroducto y planta de secado. La Federación de Organizaciones Ambientalistas de Tucumán y la
comunidad de Tafí del Valle, entre ellos, comunidades de pueblos originarios diaguita-calchaquíes
rechazaron el acuerdo y lo calificaron de perverso, exigiendo una real reparación de los daños
ambientales ocasionados.

- 2005 (Octubre) El Defensor del Pueblo de la Provincia de Santiago del Estero se presenta como
querellante en una denuncia por co0ntaminación del dique frontal de Termas de Río Hondo en
una causa abierta ante el Juzgado Federal de esa provincia.

- 2006 Se producen nuevos derrames de concentrado mineralizado por rotura del mineraloducto,
en el mes de junio en las cercanías de la localidad de Villa Vil y en diciembre en Ampujaco. La
frecuencia de estos episodios provocó la inquietud de legisladores provinciales y la intervención
del Juez de Minas, Guillermo Cerda, que ordenó la modificación del trazado del ducto, de manera
que no pase por el lecho del río ni por sus adyacencias inmediatas. Pese a esta requisitoria, la
orden judicial nunca se cumplimentó.

- 2007 En agosto de este año se produce un nuevo derrame por rotura del mineraloducto en las
cumbres de Santa Ana (Provincia de Tucumán), produciéndose el escurrimiento de concentrado
mineralizado por la quebrada.

- 2007 En octubre Minera Alumbrera construye piletones de grandes dimensiones en una zona
cercana al Barrio 25 Viviendas en la localidad de Aconquija, con la pretensión de usarlas como
receptáculo del concentrado ante las sucesivas roturas del ducto. La comunidad de Aconquija se
movilizó en protesta ante esas medidas inconsultas y de manifiesta peligrosidad pública iniciando
un período de cortes de ruta que se prolongó hasta diciembre de ese año.

- 2008 El 28 de mayo el Juzgado Federal N° II con asiento en Tucumán dicta el auto de


procesamiento de Julián Rooney en su carácter de vicepresidente y gerente comercial y de
asuntos corporativos de Minera Alumbrera en la causa abierta por violación a la ley de residuos
peligrosos abierta por Juan Antonio González en 1999. Al día de la fecha la causa sigue abierta y
por objeciones formales la empresa ha evitado hasta la actualidad el juicio oral y público.

- 2008 Entre los meses de agosto y octubre, durante 60 días diferentes pueblos de los Valles
Calchaquíes realizaron un bloqueo selectivo impidiendo el paso a camiones con insumos mineros,
denunciando la violación a normativas municipales sobre vehículos de gran porte y con sustancias
peligrosas.
123

- 2008 En el mes de octubre, vecinos de la localidad de Tinogasta realizan un bloqueo de camiones


con insumos mineros para Minera Alumbrera durante cinco días denunciando averías en las
viviendas y las calles pro el tráfico de vehículos de gran porte.

- 2009 En diciembre se realiza la sesión extraordinaria del Consejo Superior de la Universidad


Nacional de Tucumán solicitada por comunidades originarias diaguita-calchaquíes, la Asociación
Civil Pro-Eco y un conjunto de organizaciones aglutinadas en la Asamblea Socioambiental del NOA,
inicialmente solicitada en 2007 para demandar la denuncia del contrato de UTE que vincula a la
UNT con Minera Alumbrera por su complicidad con los casos de violaciones a los derechos
humanos, destrucción ambiental y contaminación de la región.

Entre los años 2009 y 2010, se generaliza un debate en el seno de las universidades por los fondos
que Minera Alumbrera empieza a liquidar como parte de los dividendos en el año 2008,
casualmente luego de haberse dictado el procesamiento de su vicepresidente, Julián Rooney.
Inicialmente rechazado por la Seccional Esquel de la Universidad Nacional de la Patagonia, el
debate y los rechazos se extenderán por diferentes unidades académicas y universidades
nacionales del país, siendo los casos más resonantes los de la Universidad Nacional de Córdoba, de
Río Cuarto, de Luján y más de treinta unidades académicas de todo el país.

5-Los oscuros fondos de La Alumbrera para las Universidades


argentinas Sobre la ley 14771
Por Horacio Machado,

Prof. de la Universidad Nacional de Catamarca

La sanción de la ley 14771 por la que se crea YMAD se da como resolución a las disputas generadas
entre la provincia de Catamarca y la UNT por los derechos de explotación de los yacimientos. En
1956 se produce una primera pueblada en Catamarca rechazando los intentos de la Intervención
Federal ordenada por la dictadura del '55 de concesionar los yacimientos para su explotación a la
minera británica Nacional Lead Limited, movilización tras la cual se dio marcha atrás con ese
intento que no se concretó.

Luego en el '58, Aramburu firma el decreto ley 270 por el que acuerda la creación de un instituto
dependiente de la universidad de Tucumán para la explotación de Aguas de Dionisio. Eso generó
otra reacción popular producida entre el 12 y el 13 de marzo de 1958 en repudio a la decisión del
gobierno nacional de lo que se entendió una 'entrega' del patrimonio provincial. Tras la pueblada,
el gobierno nacional deja sin efecto el decreto ley y dispone esperar una resolución sobre el tema
tras la constitución del nuevo gobierno.

Ya bajo la presidencia de Frondizi, se gesta y se sanciona la famosa ley 14771, la que viene a saldar
la discusión sobre cómo se determinarían los derechos concurrentes de la provincia de Catamarca
y la Universidad de Tucumán sobre los yacimientos y se establecería la modalidad de la
distribución de los beneficios de la explotación.
124

En el espíritu de la época plasmado en el texto de la ley estaba claro que lo que estaba en
discusión era quién controlaría el proceso de explotación y cómo se distribuirían los beneficios: la
provincia de Catamarca no quería ceder su rol en ninguno de ambos aspectos y la ley establece un
acuerdo a través de la creación de YMAD con el objeto de "realizar el cateo, exploración y
explotación de los minerales de cualquier categoría existentes en la zona minera de Agua de
Dionisio, cuya ubicación y superficie se determinan en esta misma ley; y la comercialización e
industrialización de sus productos y la realización de cualquiera otra actividad o explotación
vinculada a su objetivo principal." (Art. 1ª de la Ley).

Al mencionar expresamente cada una de las etapas del proceso minero se está indicando la
voluntad expresa de la Ley de que sea Ymad el que controle todo lo referido a la explotación de los
yacimientos. En los considerandos de los diputados de la provincia durante las sesiones de su
aprobación, se pone énfasis en que no se dé lugar a ninguna empresa privada, mucho menos
extranjera, a intervenir o tomar injerencia en la explotación de tales yacimientos.

Por lo demás esto se pone muy claramente en el posteriormente 'problemático' artículo 5 de la ley
que dice: "YMAD no podrá transferir por ningún concepto los derechos que por la presente ley se
le otorga ni los que se deriven de la concesión minera a que se refiere el artículo 4º, total ni
parcialmente, a personas o empresas privadas, nacionales o extranjeros, ni empresas mixtas,
nacionales o provinciales.".

Los términos de la ley son muy claros. La idea era 'cerrar las puertas al imperialismo' impidiendo
que las empresas extranjeras participaran de algún modo en la explotación de los yacimientos. Los
alegatos de la sesión están llenos de referencias a la 'preservación de la soberanía nacional' y a
impedir que las empresas extranjeras se queden con el beneficio de las explotaciones.

Centro de las pujas políticas sobre la cuestión minera, el artículo 5 de la Ley 14771 sería objeto de
sucesivas reformas, ya derogatorias por gobiernos liberales, ya restauradoras por gobiernos
'nacionalistas'.

La primera modificación se hace bajo la presidencia de Onganía: por pedido de Krieger Vasena . En
su solicitud, Krieger Vasena afirma: "el art. 5ª de la ley de creación de YMAD claramente impide la
intervención de personas o capitales ajenos a YMAD en la explotación de sus yacimientos, lo que
hace imprescindible su modificación para obviar la prohibición referida que no condice con los
objetivos fijados en el anexo III del Acta de la Revolución Argentina". (cit. por Pastoriza, 2008: 62).
Así se dicta la Ley 17819 con el único objeto de modificar el artículo 5ª por el siguiente texto:
"YMAD podrá, previa aprobación del P.E.N., transferir los derechos de propiedad, posesión y los
que deriven de la concesión minera que se le acordara por la provincia de Catamarca. Podrá
asimismo celebrar convenios con personas físicas, o de existencia ideal privadas, públicas o mixtas,
sean nacionales o extranjeras, a los fines de la exploración o explotación total o parcial de los
yacimientos de su distrito minero."

En el marco de esa ley se impulsó la firma de un contrato entre YMAD y la Compañía Andina Cities
Service S.A. que concedía los yacimientos de Ymad por un término de 50 años a cambio de un
125

pago de U$s dos millones por todo concepto, libre de impuestos y con plena libertad de
transferencia de remesas al exterior. Ese contrato finalmente no prosperó.

Con el retorno de Perón, el 'artículo de la discordia' vuelve a ser puesto en vigencia tras una ley
presentada a iniciativa de Vicente Saadi y que se sanciona bajo como Ley 21204 en el año 1975. La
ley simplemente restituye el texto original del articulo 5ª de la Ley 14771, señalando que el
decreto ley 17819/68 "tiene un vicio original al emanar de un grupo usurpador que se arrogaba
atribuciones exclusivas del Congreso de la Nación. Lleva también otro grave vicio de fondo, pues
su artículo 1ª es vehículo para que se infiltren contratos lesivos a la soberanía nacional.." (cit. por
Pastoriza, 2008: 73).

Esa ley dura hasta la dictadura militar. Martínez de Hoz impulsa la reforma del Código de Minería
impulsando la promoción de la inversión extranjera para el desarrollo de las explotaciones
mineras. El código de minería se reforma por la ley Nº 22259 "con el objeto de alentar la minería
en gran escala y para lo cual prevé la exploración y/o explotación de yacimientos por terceros."

Luego de la reforma del Código, se sancionó la ley 22384 que, una vez más, tiene el único objeto
de sustituir el artículo 5ª originario permitiendo la celebración de convenios y la transferencia de
derechos a terceras personas físicas y o jurídicas, nacionales y /o extranjeras. Es bajo la vigencia de
esta ley que se firmará luego, en el año 1994 el contrato por el que se conforma la Unión
transitoria de Empresas entre YMAD y Minera Alumbrera Ltd. Y la que permite actualmente su
explotación por parte del holding de empresas transnacionales lideradas hoy por Xstratta Cooper.

Entonces, se modificó sucesivamente el centro neurálgico de la ley, objeto de disputa entre las
posturas del desarrollismo nacional y las posiciones liberales proclives al capital extranjero, pero
permaneció el 'famoso' artículo 18 que era el que establecía las formas de distribución de los
beneficios de una explotación que no se pensó nunca a esta escala y que tampoco se pensó fuera
capitalizada por capitales extranjeros.

En el marco de las actuales condiciones de operación de las empresas mineras, donde el estado no
tiene un rol de fiscalización real de sus transacciones y éstas se toman a partir de la simple
declaración jurada de la firma que controla la explotación, decir que se verifica una 'distribución
de las ganancias' a través de lo previsto en el art. 18 de la Ley 14771 es cuanto menos una
ingenuidad. Esas 'utilidades' se empezaron a repartir recién en el 2008, a DIEZ años de inicio de la
fase de explotación!! Cuando con todos los beneficios fiscales y comerciales que las leyes de los
'90 concedieron a las mineras éstas se aseguraron tasas de retorno inéditas entre los países
mineros, según lo verifica el Instituto Fraser y el College of Mines de Colorado (USA) que sitúa a
nuestro país entre los 3 primeros en tasas de retorno para proyectos de cobre.

Las universidades no pueden sin más aceptar la 'plata de la repartija' desentendiéndose del
espíritu originario de la ley, de las modificaciones sucesivas y de los sustanciales cambios en las
condiciones y circunstancias en las que actualmente se llevan a cabo las explotaciones mineras a
gran escala. Mientras que originariamente el reparto de los beneficios de esos yacimientos (que se
pensó dirigido y controlado por el estado) a las universidades tenía el sentido de que éstas eran la
126

sede del 'desarrollo científico y tecnológico' ligado a un proyecto de 'desarrollo nacional',


celosamente 'cuidado' de los intereses extranjeros, actualmente ese reparto se da en un contexto
de lisa y llana disolución de una idea tal, en el marco de una inusitada extranjerización y
primarización de la estructura productiva del país y del creciente control que ejercen los grandes
capitales transnacionales sobre los 'recursos naturales' estratégicos del país. En ese marco,
aceptar estos fondos es, ya abierta, ya veladamente, asumir la peligrosa senda de
'mercantilización' de la universidad pública y de encubierto vaciamiento de la misma como nodo
productor de conocimientos al servicio de la 'nación'.

6- Las principales razones por las que la Universidad Nacional de


Córdoba ha rechazado fondos provenientes de la mega-minería.
Diciembre de 2009

La mega-minería dominantemente transnacional en nuestro país está mostrando todo su


poder para condicionar la democracia nacional y de las provincias. En el caso de Córdoba,
hoy se verifica un escenario de presiones del sector empresarial minero y de geólogos de la
C.N.E.A. ante el Tribunal Superior de Justicia, con el afán de declarar la
inconstitucionalidad de la Ley Provincial 9526 que, aprobada en setiembre de 2008,
establece la prohibición de la actividad minera metalífera en la modalidad a cielo abierto,
en todas sus etapas, en todo el territorio provincial. Asimismo, se constata la presencia de la
empresa Barrick Gold a través de cartillas de “prevención vial” en Villa Carlos Paz –
próxima a la zona donde pretenden explotar uranio-; y la circulación de una supuesta
declaración sin firmas que aviesamente se auto-titula “Declaración de las Universidades
Nacionales en defensa de la actividad minera”, por distintos medios pro-mineros, estatales
y empresariales.
Por la trascendencia del tema, a continuación presentamos las principales razones que
motivaron por parte del Honorable Consejo Superior de la Universidad Nacional de
Córdoba (Resolución 1308, 15 de diciembre 2009), el rechazo de los fondos
provenientes de la mega-minería, razones silenciadas por la casi totalidad de los
medios de comunicación.
Al inicio de ese texto –resultado de un extensísimo debate-, en lo relativo a “Visto”, se
recuerda (…) “Que la Comisión de Vigilancia y Reglamento del HCS recibió a
representantes de las asambleas, de las comunidades afectadas y a académicos e
investigadores que también acercaron bibliografía específica y fundaron sus
apreciaciones en estudios publicados respecto de los impactos negativos ambientales,
sociales y económicos de los emprendimientos mineros en cuestión;
Que mediante Resolución Nº 426/09 el H. Consejo Superior se hizo eco de la preocupación
expresada por diferentes sectores y organismos acerca de las condiciones y consecuencias
socioambientales de la explotación minera en distintos yacimientos en nuestro país,
señalando expresamente en su Art. 2º su “convicción de que la agresión al ambiente debe
ser enérgicamente condenada y los intereses del gran capital involucrado deben ceder
frente al interés general de la sociedad argentina”;
127

Y así llegamos a lo que creemos fundamental que se dé a difusión, y que toda la


población sepa POR QUÉ nuestra Universidad pública se definió en contra de esta
actividad. Son centrales los siguientes párrafos:
”CONSIDERANDO:
Que se ha verificado empíricamente, y lo sostiene la amplia mayoría de los informes
recogidos por este cuerpo, que la actividad minera que se desarrolla a cielo abierto e
implica la utilización de procedimientos químicos para la extracción de metales, daña
severamente el ambiente y en consecuencia a los seres humanos y sus comunidades;
(…) La grave e irreversible destrucción de los ecosistemas, contaminación de las fuentes
de agua, la magnitud y peligrosidad de los insumos y efluentes, una profunda afectación de
la flora, la fauna, el hábitat y el paisaje local, con la consecuente pérdida de biodiversidad y
la degradación general de las condiciones socioambientales mínimas requeridas para las
restantes actividades económicas, para la salud humana -tanto desde el punto de vista
genético como de la generación de diversas patologías- y la reproducción de la vida en
general;
Que este tipo de actividades produce por lo general un avasallamiento de las pautas
culturales de la población local, lo que sumado a los daños ambientales empíricamente
verificados, degradan la calidad de vida en las regiones afectadas;
Que la Constitución Nacional en su art. 41 primera parte establece que “Todos los
habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin
comprometer las de las generaciones futuras, y tienen el deber de preservarlo. El daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la
ley.”; que al amparo de tal disposición se dicta la ley 25.675 (27/11/02), en la que se define
en su Artículo 27 el daño ambiental;
Que el Estado Nacional al haber asumido el compromiso, como integrante de la comunidad
internacional, de trabajar en pro de la protección del medio ambiente sano en cuanto
indispensable para el desarrollo integral del ser humano y al haber reconocido en
numerosos instrumentos internacionales y regionales (…)
Que la problemática socioambiental, no sólo involucra dimensiones económicas y técnicas,
sino que implica fundamentalmente aspectos vinculados a los derechos humanos y el
bienestar de las comunidades. En tal sentido el Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales,
Culturales -Protocolo de San Salvador-, instrumento que suscribió nuestro país dándole en
ese acto jerarquía constitucional, genera la responsabilidad ineludible de nuestro Estado
Nacional de promover la protección, preservación y mejoramiento del medio ambiente,
para garantizar a toda persona su derecho a vivir en un medio ambiente sano (Art. 11,
Protocolo de San Salvador);
Que la actividad de la minería metálica no tiene un alto impacto económico en relación
a la generación de riqueza ni es alta su contribución al PBI;
Que la actividad minera se ha visto beneficiada, a lo largo de la década del noventa, por
legislaciones (Ley 24.498; Ley 24.402; Ley 25.261; Ley 24.196) que permiten la libre
transferencia de sus utilidades al exterior, la estabilidad fiscal por 30 años, la deducción en
128

un 100% del pago del Impuesto a las Ganancias por inversiones en prospección,
exploración, estudios de suelos, ensayos y otras actividades, la exención del pago del
Impuesto a las Ganancias respecto de los derechos mineros y aportes de minas como capital
social, el financiamiento y devolución del IVA para bienes de capital e inversiones en obras
de infraestructura física, la exención al pago de la Ley de Sellos, la exención del pago de
derechos por importación u otros tributos, por la introducción de bienes de capital, equipos,
repuestos y accesorios, la exención al pago del Impuesto sobre los activos, los cheques, y
los combustibles líquidos. Ello hace que el negocio de la minería reporte un escenario más
que favorable para la inversión transnacional, tanto es así que la Secretaría de Minería de la
Nación estima que el crecimiento acumulado de proyectos para el período 2003-2006 se
sitúa por encima del 800%. Todas estas inversiones dirigidas hacia la extracción de oro y
cobre y la mayoría son emprendimientos a cielo abierto con el impacto socioambiental ya
mencionado.
Que esta situación requiere de una pronta modificación de la legislación que de prioridad
al interés general de la sociedad argentina y no a los intereses del gran capital involucrado
en los mega emprendimientos mineros, como así también requiere del estudio de
instrumentos legales para responsabilizar a estas empresas respecto de los daños
socioambientales pasados o futuros como consecuencia de su intervención;
Que las empresas mineras funcionan en Argentina con un contacto económico mínimo con
su entorno, dado que los métodos actuales hacen que la extracción de oro del subsuelo no
se inserte dentro de una cadena productiva amplia e integrada económicamente;
corroborado esto por la propia Minera Alumbrera Ltd. al decir que: “El proyecto no
promueve la participación activa de todos los sectores socio-económicos, especialmente los
más desfavorecidos de la población ya que requiere de poca mano de obra, muy
especializada”;
Que tampoco resultan ajenas a esta problemática, las prácticas del clientelismo de
empresa practicado por Minera Alumbrera bajo el revestimiento ideológico de la
denominada “minería socialmente responsable”, “responsabilidad social empresaria”, o
“minería sustentable”, para acallar las voces críticas y provocar la captación indirecta de
voluntades y la limitación del ejercicio de la libertad de opinión de las comunidades y
judicializando la protesta social, tal como fuera denunciado por el Defensor del Pueblo de
la Nación (Actuación Nº 2538/05) instando al Estado a ser “extremadamente cuidadoso
para que el cumplimiento de las funciones que le son obligatorias y justifican su razón de
ser, tales como la promoción de la educación, la salud y la preservación del ambiente, no se
conviertan en un instrumento de „asistencialismo minero‟…”;
Que por el corpus normativo de los años noventa –ingeniería técnica y jurídica plasmada en
el código minero- el Estado se ha autoinhibido para disponer de su subsuelo; promoviendo
el ingreso de la gran minería mundial en la Argentina bajo el paradigma neoliberal de
explotación de los recursos naturales. En otras palabras, las mejores condiciones posibles
para las empresas involucradas y la menor injerencia posible del Estado y de la sociedad
civil, que permite la apropiación de inversores extranjeros de algunos de los últimos
recursos no renovables del país;
Que el gobierno nacional mantuvo los beneficios económico - impositivos de la década del
90 y que la legislación minera no ha tenido cambios en la actualidad, con el agravante del
129

veto a leyes protectoras de la integridad del ambiente como la ley de glaciares, lo que
resulta regresivo respecto de la protección del ambiente;
Que las causas y las fuentes de los problemas socioambientales se debieran atender en
forma prioritaria e integrada, tratando de prevenir los efectos negativos que sobre el
ambiente se puedan producir (derecho preventivo) y que la ausencia de información o
certeza científica no debe ser motivo para la inacción frente a un peligro de daño grave o
irreversible en el ambiente, en la salud o en la seguridad pública (derecho precautorio); y
que el desarrollo económico y social y el aprovechamiento de los recursos naturales
debieran realizarse a través de una gestión apropiada del ambiente, de manera tal que no
comprometa las posibilidades de las generaciones presentes y futuras (sustentabilidad);
Que Minera Alumbrera ha desarrollado, desarrolla y financia, con instituciones educativas
de nivel primario, secundario e incluso universidades, actividades formativas y académicas
que son utilizadas como instancias de legitimación de la empresa y de sus
emprendimientos extractivos y que a través de estrategias de validación amparadas en la
supuesta neutralidad del saber científico como variable asimétrica y vertical, se busca
inhibir y/o controlar los conflictos y anular la legitimidad de derechos ciudadanos,
desautorizando, desacreditando, y/o invisibilizando las resistencias al modelo de
desarrollo que propugna;
Que la UNC mantiene un alto compromiso institucional en defensa del bien público y que
debe estar al servicio de los derechos de los ciudadanos y nunca sujetos a intereses
corporativos, y por lo tanto nuestro pronunciamiento público en este tema, la decisión que
tomamos y las acciones concretas que de esta resolución se deriven, no están en
ningún caso condicionadas por necesidades financieras;
Que es misión de nuestra Universidad consagrada en el artículo segundo de los Estatutos de
la UNC: “d) promover la actuación del universitario en el seno del pueblo al que pertenece,
destacando su sensibilidad para los problemas de su época y las soluciones de los mismos;
y e) proyectar su atención permanente sobre los grandes problemas y necesidades de la
vida nacional, colaborando desinteresadamente en su esclarecimiento y solución”-
(Destacados nuestros)
Como podemos ver, se trata de uno de los análisis más profundos, comprometidos y
socialmente integrales que se haya hecho en nuestro país sobre una actividad económica, y
reiteramos: ha tenido mínimo reflejo en los medios de comunicación.
Además, en marzo de este año 2010, el cuerpo de consiliarios de la UNC manifestó, a
través de una declaración, su solidaridad con los habitantes perjudicados por esa
actividad económica, su total apoyo a sus reclamos reivindicatorios, en procura de la
protección de su derecho a la vida; y también repudió la represión policial y
criminalización de la protesta social ocurrida en la comunidad de Andalgalá, Catamarca.
En este sentido cabe recordar que numerosas manifestaciones, cortes de ruta, hechos de
represión, detenciones, intimidaciones y otras situaciones relativas a conflictos mineros se
viven regularmente en varias provincias del país. Este no es sólo un tema “ambiental”.
Creemos que este documento y esta sólida actitud de nuestra Universidad deben tener
amplia difusión, por el pleno ejercicio del derecho constitucional a la información pública.
130

El texto completo de la resolución de la UNC está disponible en


http://www.unc.edu.ar/institucional/noticias/2009/diciembre/la-unc-rechazo-los-fondos-de-
la-minera-alumbrera

7-Cronología de la Ley de Protección de Glaciares -


Por Matías Meo Guzmán

El veto de la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, a la ley de


Presupuestos Mínimos para la Protección de los Glaciares y el Ambiente Periglacial (Ley
26418), elevó a la superficie una serie de acontecimientos que hasta entonces se
presentaban ante la sociedad como hechos no concatenados y desconectados entre sí, más
próximos a las profundidades oscuras de lo espurio que a la claridad intrínseca al debate
democrático.

En el presente acápite se pretende abordar esta serie de actos y decisiones de gobierno que
guardan relación con el veto presidencial, poniendo en evidencia que el mismo fue la
consecuencia previsible y necesaria de un modelo de neto corte extractivista.

A continuación se exponen los acontecimientos centrales que configuran la cronología de


la Ley de Glaciares:

1 de Octubre de 2007: Es presentado el proyecto de ley de ―Presupuestos mínimos para


la protección de los glaciares y del ambiente periglacial‖ (Expte. 4777–D-07) por la ex
Diputada de la Nación Marta Maffei, quien contó a tal efecto con el asesoramiento del
Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA).

13 de Noviembre de 2007: El proyecto es aprobado por unanimidad en la Comisión de


Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados de
la Nación.

22 de Noviembre de 2007: Es aprobado, por unanimidad, el proyecto de ley en la


Cámara de Diputados de la Nación.

29 de Agosto de 2008: Es aprobado por la Comisión de Ambiente y Desarrollo


Sustentable del Honorable Senado de la Nación.

22 de Octubre de 2008: Es sancionada por unanimidad en la votación en general con el


voto afirmativo de 47 Senadores, y sólo 3 voces en disidencia parcial en relación a que
instituto debía estar al frente del armado del registro la Ley de Presupuestos Mínimos de
Protección de los Glaciares y el Ambiente Periglacial (Ley 26418).

El 10 de noviembre de 2008: La presidente Cristina Fernández de Kirchner sanciona


el decreto 1837/08 por el cual veta la ley de Presupuestos Mínimos para la protección de
los Glaciares y del Ambiente Periglacial (Ley 26418). En los considerandos del veto expresa
131

que “(…) Gobernadores de la zona cordillerana han manifestado su preocupación con lo


dispuesto por la norma sancionada (…)”.

Diciembre de 2008: El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial


(INTI), Enrique Martínez, en un comunicado público bautiza ―Veto Barrick Gold‖ al veto
presidencial a la ley de glaciares. Paralelamente, la diputada nacional, elabora el informe
―La punta del Iceberg‖ que analiza el veto y donde se denuncia la vinculación entre el
Senador César Gioja y la empresa Barrick Gold, a través de la empresa Bentonitas Santa
Gema S.A., que termina en una investigación judicial.

1° de Diciembre de 2008: En el marco de lo dispuesto por el artículo 3 del Decreto


1837/08 convocan a un foro en el ámbito de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación para tratar el veto presidencial a la ley de glaciares y el ambiente
periglacial.

10 de Diciembre de 2008: El Diputado de la Nación Miguel Bonasso presenta un


Ambiente Periglacial (Expte. 6769-D-2008) con el mismo contenido que el presentado por
la ex Diputada Maffei.

15 de Abril de 2009: la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner recibe


en Casa de Gobierno a Peter Munk, presidente de Barrick Gold Corporation, con el objeto
de avanzar en la concreción del proyecto minero binacional Pascua Lama. De la reunión
participaron el Gobernador de San Juan, José Luis Gioja, el Ministro de Planificación
Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido, y el Secretario de Minería de la
Nación, Jorge Mayoral.

28 de Abril del año 2009: Trece días después de la reunión de la Presidente de la


Nación con Peter Munk, se reúnen el Secretario de Hacienda de la Nación, Juan Carlos
Pezoa, y el Director de Servicios e Impuestos Internos de Chile, Ricardo Escobar, y firman
un acuerdo que aborda el tratamiento impositivo del proyecto minero binacional Pascua
Lama.

7 de Agosto de 2009: El Senador Daniel Filmus presenta un proyecto de ley producto


del Foro convocado a través del decreto 1837/08 de la Presidente de la Nación por el cual
se vetó la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Glaciares y el
Ambiente Periglacial.

21 de Octubre de 2009: Obtiene media sanción de la Cámara de Senadores de la Nación


el proyecto de autoría del Senador Filmus. Este proyecto es apoyado por los intereses
mineros por reducir notablemente las prohibiciones de la norma (no incluye el ambiente
periglacial).

26 de Junio de 2010: La presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner


almuerza con el presidente de Barrick Gold, Peter Munk en el marco de la cumbre del G-20
en Toronto (Canadá) conjuntamente con algunos gobernadores de provincias
cordilleranas, entre los que se encontraban José Luis Gioja (San Juan), Juan Manuel
Urtubey (Salta), Luis Beder Herrera (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y
132

Walter Barrionuevo (Jujuy), y el Secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral.


Participaron también directivos del Royal Bank of Canada (banco que financió parte del
proyecto Pascua Lama), el Grupo Cisneros (que también forma parte de la Barrick Gold) y
las empresas mineras Panamerican Silver, Oro Cobre y Lithium Americas.

6 de Julio de 2010: Gobernadores de ocho provincias emiten una declaración conjunta


en donde promueven sancionar leyes provinciales para la protección de los glaciares en las
legislaturas locales y expresando que “(…) resulta inadmisible establecer normas de
presupuestos mínimos fijando la prohibición para el desarrollo de algunas actividades en
particular”.

7 de Julio de 2010: Luego de un intenso debate televisivo, el Senador Filmus acuerda


con el Diputado Miguel Bonasso avanzar en un texto legal común.

8 de Julio de 2010: Las provincias de La Rioja y Jujuy sancionan una ley provincial de
protección de los glaciares, menos protectoras que la norma nacional.

14 de Julio de 2010: Se aprueba en general en la Cámara de Diputados de la Nación el


proyecto acordado de Ley de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y
el Ambiente Periglacial. El proyecto de ley, sin embargo, es rechazado por la totalidad del
bloque de Diputados del Frente para la Victoria que deja sin quórum la sesión al promediar
la votación en particular, conjuntamente con algunos integrantes del bloque de Diputados
del Pro.

El mismo día, mientras en la Cámara de Diputados de la Nación se debatía la Ley de


Presupuestos Mínimos de Preservación de los Glaciares y el Ambiente Periglacial, la
Provincia de San Juan aprueba una ley de protección de glaciares, menos protectora que la
norma nacional.

3 de Agosto de 2010: la Provincia de Salta sanciona una Ley de Protección de Glaciares.

11 de Agosto de 2010: Obtiene finalmente media sanción de la Cámara de Diputados de


la Nación el proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Preservación de los
Glaciares y el Ambiente Periglacial.

29 de Septiembre de 2010: Es sancionada la Ley de Presupuestos Mínimos para la


Preservación de los Glaciares y el Ambiente Periglacial (Ley 26639) con el voto afirmativo
de 35 senadores. Sólo 7 Senadores del Frente para la Victoria apoyaron la iniciativa
acordada, mientras que 23 del mismo bloque se manifestaron en contra de la aprobación
de la Ley con la redacción aprobada en la Cámara de Diputados el 11 de Agosto de 2010.

Noviembre de 2010: El juez Miguel Ángel Gálvez, titular del Juzgado Federal Nº 1 de
San Juan, suspende la aplicación de seis artículos de la ley 26.639, de Régimen de
Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial. Lo
hizo para toda la provincia de San Juan y también específicamente para el ámbito de los
emprendimientos mineros Veladero y Pascua Lama de esa provincia, en las causas
"A.O.M.A y Otras c/ ESTADO NACIONAL p/ Acción de Inconstitucionalidad‖, ―BARRICK
133

EXPLORACIONES ARGENTINA S.A. y Otro c/ ESTADO NACIONAL p/ Ordinario‖ y


―MINERA ARGENTINA GOLD S.A. c/ ESTADO NACIONAL p/ Ordinario‖.

28 de Febrero de 2011: La Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner,


sanciona el Decreto 207/11 por el cual se aprobó la Reglamentación del Régimen de
Presupuestos Mínimos para la Preservación de los Glaciares y del Ambiente Periglacial. No
se reglamentó el artículo 15 de la Ley, relativo a la obligación de realizar el inventario de
Glaciares en las zonas prioritarias dentro de un plazo de 180 días y a las auditorías
ambientales a las que deben someterse las actividades prohibidas establecidas en el
artículo 6º de la norma.

8- DECLARACIÓN
DEFENDAMOS NUESTRA FÁBRICA DE AGUA

DIEZ RAZONES PARA APOYAR LA LEY DE PROTECCION DE LOS GLACIARES


SANCIONADA POR LA CAMARA DE DIPUTADOS

Frente a los erróneos argumentos que diferentes gobernadores y corporaciones mineras están
difundiendo en la Cámara de Senadores, queremos destacar los siguientes argumentos:

1- La ley de glaciares aprobada en la Cámara de Diputados (Ley Bonasso-Filmus) es un paso


importante para el resguardo de nuestros recursos hídricos y la defensa del ecosistema de
nuestra cordillera. Cabe aclarar que la ley sancionada en la Cámara de Diputados es una
ley de protección de glaciares, de nuestra “fábrica de agua” que, como tal, en su artículo 6
prohíbe diversas actividades –no sólo la minería- en una muy pequeña porción del
territorio argentino.

2- El artículo 2º define que además de los glaciares, la ley incluye el área del ambiente
periglacial “con suelos congelados que actúa como regulador de recursos hídricos”,
protegiendo una pequeña porción de nuestro territorio. A escala nacional, y dadas las
condiciones necesarias para la existencia de glaciares y del periglacial así definido, puede
estimarse que aún con la extensión del campo de hielo santacruceño, y de toda el área
periglacial reguladora de recurso hídrico, la ley sólo protege en torno al 1% del territorio
argentino (en su porción americana emergida). Así, no es cierto que quedaría incluido
dentro de la ley una gran parte del territorio nacional o de las provincias cordilleranas,
como pretenden hacer creer ciertos informes difundidos por los gobernadores promineros
o por diversas solicitadas publicadas por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros.
Tampoco es verdad que la ley impida la realización del tren trasandino en Mendoza o del
túnel de Agua Negra en San Juan pues, a diferencia del proyecto del Senado, el de
Diputados no prohibe la construcción de obras de infraestructura en el ambiente
periglacial, sino sólo en los glaciares.

3- No menos importante es el hecho de que, así formulada, la ley de protección de los


glaciares sancionada por la Cámara de Diputados apunta a proteger las CUENCAS
HIDRICAS, las cuales presentan una unidad ecológica y funcional, de carácter
interprovincial, y por ende no pertenecen a una sola jurisdicción provincial. Las aguas
134

nacen en una provincia, cruzan su territorio y continúan su curso a través de uno o más
provincias, regando campos y ciudades, abasteciendo así a diferentes poblaciones. Al
tratarse de cuencas interprovinciales, compete también al Estado Nacional el ser garante
de la unidad de cuenca, dado que cualquier actuación o determinación legal en la gestión
de las aguas afecta a todos los territorios de las distintas provincias por las que éstas
discurren. El objetivo es así lograr el mejor instrumento para un uso eficiente y sostenible
de un recurso escaso y vulnerable, garantizando la solidaridad entre las diferentes
provincias, en función de un concepto de territorio nacional. Esto quiere decir que las
provincias no pueden disponer exclusiva y discrecionalmente de los recursos hídricos
interjurisdiccionales, ya que las cuencas hídricas no admiten potestades provinciales
exclusivas y por ende, compete a toda la nación y el pueblo argentino.

4- En su artículo 7, la ley aprobada en la Cámara de Diputados incorpora la Evaluación


Ambiental Estratégica (que la ley aprobada en el Senado no incluía) en las zonas
protegidas. Este tipo de evaluación (estratégica) agrega en su estudio los efectos
acumulativos y regionales de los emprendimientos a realizarse. Es decir, analiza las
relaciones de diversos proyectos entre si. Al respecto, debe entenderse que, desde la
perspectiva sistémica eco-ambiental no se trata de una mera adición de un proyecto a
otro, sino de tomar en cuenta las relaciones de diversos proyectos entre sí, y sus contextos
sistémicos (estructurales y/o funcionales). Para comprender la importancia de la
Evaluación Ambiental Estratégica tomemos en cuenta que los proyectos de Pascua-Lama y
Veladero (ambos situados en la provincia de San Juan y explotados por la Barrick Gold)
forman parte del mismo distrito aurífero, lo cual podría explicar la omisión deliberada en
la anterior media sanción del Senado.

5- Otro de los artículos objetados por los gobernadores promineros es el 15, el cual exige
que en las áreas donde ya existan actividades prohibidas por el artículo 6, se confeccione
el inventario de glaciares de competencia nacional, en un plazo máximo de 180 días a
partir de la sanción. Asimismo, dispone la realización de una auditoría ambiental a tales
proyectos en ejecución (como Pascua-Lama, operado por la empresa Barrick Gold); y en
caso de verificarse impacto sobre las zonas protegidas podrá ordenarse el cese o traslado
de la actividad, además de las medidas de protección y limpieza que correspondan. La
diferencia con el proyecto aprobado por los Senadores es sustancial: en el proyecto de
Diputados el plazo de 180 días para realizar la Auditoría Ambiental corre a partir de la
sanción de la ley, mientras que para el del Senado antes debe concluirse el inventario de
toda la jurisdicción provincial. Con la redacción de la media sanción del Senado, la
Auditoria Ambiental se transforma en facultativa de cada provincia, la que intervendrá
en la realización del Inventario de Glaciares y Ambiente Periglacial que la propia norma
establece, pero sin plazos determinados para dicha labor. Es decir que si una jurisdicción
retrasa la finalización del Inventario, tampoco se realizará la Auditoría Ambiental sobre los
proyectos actualmente en ejecución. En suma, de convertirse en ley la media sanción del
Senado terminaría de legitimar a los presentes emprendimientos mineros que afecten a
glaciares y a ambientes periglaciares, justo a la medida de Pascua-Lama.

6- El artículo 17 de la media sanción de Diputados introduce el Principio Precautorio. El


mismo es, simplemente, la aplicación de lo que establece el artículo 4º de la Ley General
del Ambiente (Nº 25.675), el cual, en caso de ausencia de información (como ocurre en las
áreas donde el inventario de glaciares no ha sido realizado aún), obliga a actuar
preventivamente, cuando haya peligro de daño grave o irreversible. Así, resulta claro
135

que, en los lugares donde no esté finiquitado el inventario de Glaciares y ambiente


Periglacial no pueden autorizarse nuevas actividades extractivas.

7- Los gobernadores que buscan escudarse en el artículo 124 de la Constitución Nacional -


que establece que los recursos naturales son dominio originario de las provincias-, no
pueden disponer exclusiva y discrecionalmente de sus recursos naturales, porque es
justamente nuestra Carta Magna quien ha limitado lo absoluto de este dominio provincial.
Así, las leyes de presupuestos mínimos de protección ambiental son una facultad del
congreso nacional, facultad que delegaron las provincias a través del artículo 41 de la
Constitución. “Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los
presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para
complementarlas.” Así lo ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Nación cuando
afirmó que: “…corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección y a las provincias, las normas necesarias para complementarlas ya
que complementar supone agregar alguna exigencia o requisito no contenido en la
legislación complementada…” (Voto de los doctores Lorenzetti, Fayth y Petracchi in re
“Villivar Silvana versus provincia de Chubut y otros” 17/04/2007). Existe, por ende, una
clara distribución de competencias Nación - provincias que provee un andamiaje
institucional básico sobre el cual deben sancionarse e interpretarse las leyes de
presupuestos mínimos.

8- Anticipándose a un revés en el Congreso Nacional, las provincias mineras sancionaron, de


manera express, leyes provinciales de “protección” de glaciares, que abren las puertas a la
explotación minera en zonas protegidas por la ley que obtuvo media sanción en la Cámara
de Diputados. Pretenden convertir a estas normas locales en un obstáculo jurídico para
la aplicación en las provincias de la futura ley nacional intentando subvertir el marco
legal imperante. Sin embargo, el fin de las leyes de presupuestos mínimos es equiparar la
protección del ambiente en todo el país, las provincias siempre pueden complementarlas
y hacerlas más estrictas pero NUNCA pueden establecer regulaciones menos protectoras.
Estas leyes provinciales sólo mantendrán su vigencia en cuanto sean más protectoras o no
se opongan a los principios y disposiciones contenidas en la futura ley nacional; en caso de
que así no fuere, prevalecerá esta última.

9- La sanción de la ley en la Cámara de Diputados es producto de un consenso, y es


apoyada por asambleas socio-ambientales de diferentes provincias del país que luchan por
la defensa del AGUA, por reconocidas organizaciones ambientalistas y por numerosos
intelectuales y académicos, de diferentes Universidades Públicas del país, muchos de los
cuales son especialistas en los distintos y complejos aspectos que engloba la problemática.

10- Sabemos de las enormes presiones corporativas que acechan el Senado de la Nación.
Por ello mismo, la aprobación de la ley de protección de los glaciares sancionada en la
Cámara de Diputados es URGENTE, ya que está en juego nada menos que la preservación
del agua y de nuestros bienes naturales; y NECESARIA, para todos aquellos que pensamos
la nación en función de conceptos inclusivos y de largo plazo, esto es, una nación para la
totalidad del pueblo argentino, así como para las generaciones futuras.

Mirta Antonelli (Universidad Nacional de Córdoba)


Pablo Bergel (Instituto Nacional de Tecnología Industrial-INTI)
136

Norma Giarracca (Universidad de Buenos Aires)


Marcelo Giraud (Universidad Nacional de Cuyo)
Horacio Machado Aráoz (Universidad Nacional de Catamarca)
Maristella Svampa (CONICET-Universidad Nacional de La Plata)
Miguel Teubal (Universidad de Buenos Aires)
Enrique Viale (Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas)
20 de septiembre de 2010

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