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Desarrollo Comunitario

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS
MÉDICAS
CARRERA DE OBSTETRICIA

Desarrollo comunitario

TEMA:
DOCENTE
OBST. ÁNGELA MACÍAS GAYTÁN

SÉPTIMO SEMESTRE
Grupo 2

SUBGRUPO
6

INTEGRANTES:

✓ Caicedo Solís Fedra Valeria


✓ De la cruz Rodríguez Angelica María
✓ Guevara Palma Betsy Rocio
✓ Mora Zambrano Joyce Jazmín
✓ Salas Molina Noemi
✓ Vargas Franco Cristel Samira
DESARROLLO COMUNITARIO

El concepto desarrollo de la comunidad, o desarrollo


comunitario, ha perdido fuerza en los últimos años,
es innegable que se ha perfilado un cuerpo de
principios teóricos y metodológicos que se
involucran en la expresión de “desarrollo de la
comunidad”.

En este siglo XXI, época en que se habla de diversos


desarrollos, de “desarrollos adjetivados”, el
desarrollo comunitario es uno de ellos, aunque
también se lo asocia al desarrollo local y comunitario. En gran parte, lo que se
pretende es rescatar la comunidad, las relaciones cara a cara, la solidaridad, la
participación y la organización, lo colectivo, etc.

CONCEPTO DE DESARROLLO

El desarrollo es una construcción social e histórica. Mediante el concepto de


“desarrollo” se ha querido decir, a lo largo del tiempo, distintas cosas. Como lo
expresan Monreal y Gimeno (1999), “el desarrollo es un producto de la
imaginación de unos y otros, una imaginación que siempre es resultado de una
historia social, cultural y material.
Considerar el desarrollo como una
construcción social e histórica es
reconocer que es un producto
contingente y, por lo tanto, puede ser
modificado”.

El principal defecto de la mayoría de


las pseudodefiniciones del “desarrollo”
se debe a que están basadas, por lo
general, en la manera en que en una persona (o
un conjunto de personas) se presenta las
condiciones ideales de la existencia social.

Por supuesto que estos mundos imaginarios


cuyas configuraciones varían según las
preferencias individuales de quienes las
producen son con frecuencia acogedores y
deseables y sería poco grato enfrentarse a
quienes sueñan un mundo más justo, en el que
las gentes serían felices, vivirán mejor y más
tiempo, escaparían a la enfermedad, a la
miseria, a la explotación y a la violencia.
CONCEPTO DE COMUNIDAD

Desde la perspectiva del desarrollo, cuando nos referimos a una comunidad


debemos considerar como aspecto esencial la
dimensión territorial. Es decir, al hablar de
comunidad nos estamos refiriendo a un colectivo
de personas que residen en un espacio físico
concreto, aunque los límites de dicho espacio no
se definen tanto por la existencia de fronteras
físicas rígidas y estáticas, sino que están sujetos
a una dinámica social definida por las
interacciones que se producen entre las
personas (ANDREU, 2008)

Básicamente, las características básicas que


definen una comunidad serían tres (NOGUEIRAS, 1996, págs. 35-37):

1. Es un territorio, es decir, una unidad de referencia que se conforma con


la acumulación de distintos subsistemas (economía, educación, salud,
vivienda, empleo) relacionados entre sí, por lo que, en contra de la
práctica habitual, exigirían un tratamiento interdisciplinar.

2. Es un espacio social donde se producen una multiplicidad de


interacciones, tanto en el interior como entre ese territorio y el exterior de
la comunidad. Esas interacciones integran la
cooperación, pero también el conflicto.

3. Es un espacio sentido como propio por sus


residentes, es decir, las personas se
identifican con la comunidad donde
desarrollan su vida cotidiana, que es un
elemento importante porque permite la
apropiación y la participación social, que son, como veremos, dos
elementos clave en la práctica del desarrollo comunitario.

La comunidad, por tanto, remite a lo local, que encuentra un elemento importante


de intervención en el concepto de desarrollo local, aunque éste tiene una
vinculación mayor con la dimensión económica (desarrollo endógeno) mientras
que lo comunitario ampliaría el ámbito de intervención a una multiplicidad de
dimensiones, todas ellas necesarias para propiciar un desarrollo integral.

Podemos destacar tres ejes básicos (ALGUACIL, 2005, págs. 23-25) para
propiciar una intervención integral a escala local:
1. Eje medioambiental: la importancia del espacio
público y los equipamientos para satisfacer las
necesidades socioculturales (soportes de proximidad
que favorecen la cohesión social, la participación y la
gobernabilidad a escala local).

2. Eje socioeconómico (desarrollo local/endógeno): aprovechamiento de los


recursos humanos locales con inversores e iniciativas que se adapten a
esos recursos, partiendo de las demandas y necesidades locales
insatisfechas como fuente de generación de empleo
3. Eje social: las intervenciones integrales sobre comunidades tienden a
implementarse en entornos de cierta degradación y vulnerabilidad social,
que son percibidos desde el exterior con cierta
desconfianza, contribuyendo a su marginación y
estigmatización. Por eso son tan importantes
intervenciones estratégicas de carácter social que
logren una recualificación económica y simbólica,
facilitando con ello los necesarios procesos de
reconocimiento, apropiación e identificación de
estas comunidades con el territorio que habitan.

Pero la importancia de lo local en la acción integral de las políticas de desarrollo


encuentra su máxima justificación en la eficacia como instrumento para propiciar
procesos de recualificación social, económica y medioambiental en entornos
vulnerables, y ello por varias razones (J., 2006, págs. 33-35):

o Las personas se encuentran enraizadas en un espacio social, formando


parte de redes sociales e institucionales que favorecen o dificultan la
integración social de los individuos.
o El conocimiento de esas redes y su
potenciación facilitan los procesos de
desarrollo comunitario.
o Facilita la identificación de los grupos
sociales excluidos o vulnerables, así
como sus características.
o Permite establecer un diagnóstico de
las problemáticas, carencias y
necesidades que afectan a esos
colectivos, así como las oportunidades y potencialidades presentes en el
territorio y en sus residentes.
o Permite la participación de los sujetos afectados, pues se sentirán más
implicados e identificados con el entorno residencial y convivencial del
que forman parte. La participación e intervención activa de los sujetos en
posibles soluciones a las problemáticas de exclusión social que les
afectan, difícilmente puede lograrse en la abstracción de grandes políticas
sociales de ámbito estatal o autonómico.
o La perspectiva de intervención integral solo es posible en unidades
espaciales abarcables, de escala humana, donde pueden concertarse las
diferentes políticas desarrolladas por los niveles administrativos local,
autonómico y central, y donde es posible la participación de los sujetos
afectados.

DESARROLLO COMUNITARIO

El desarrollo comunitario o desarrollo de


comunidad es un proceso donde los
miembros de una comunidad se unen
para realizar acción colectiva y generar
soluciones a problemas comunes.

Es un término amplio que se otorga a las


prácticas de los líderes cívicos, activistas,
ciudadanos comprometidos y
profesionales para mejorar diversos
aspectos de las comunidades, por lo general con el objetivo de construir
comunidades locales más fuertes y resistentes.

Desarrollo comunitario hace referencia a la participación, protagonista, de los


individuos y la comunidad concreta para la consecución de bienestar social, es
decir, para mejorar la calidad de vida, mediante la superación de carencias y
necesidades y la consecución de una verdadera inclusión social. Hablamos, por
tanto, de una ciudadanía activa, responsable, que es capaz de organizarse
colectivamente para dar respuesta a las problemáticas sociales que se le
plantean.

En este marco, la opción de apoyo entre


asociaciones y la conformación de pequeños
grupos de acción puede resultar un arma de
alto impacto social y que resulta viable para
quienes no tienen la capacidad de enfrentar
a un banco o simplemente son incapaces de
hacer crecer sus ideas debido a falta de
apoyo.

Aquellos procesos de transformación social


que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan un
determinado territorio (a través del empoderamiento de estas. Es decir, deben
ser las personas que habitan ese territorio, su comunidad, las protagonistas de
su propio proceso de desarrollo participando activamente del mismo y de las
decisiones sobre qué camino seguir y qué hacer en cada momento.
Para que un proceso de desarrollo
comunitario sea posible, se debe tratar no
sólo de mejorar materialmente las
condiciones de vida de las personas que
componen esa comunidad, sino de ampliar
las capacidades de elección de cada una
de esas personas: su autonomía. Y son
muchas las dimensiones sociales y
humanas que abordar en un proceso de
desarrollo comunitario que tenga por finalidad última el bienestar, la autonomía
y la independencia de las personas, a saber; subsistencia (trabajo), abrigo y
refugio (vivienda), conocimiento (educación), salud (sanidad, medioambiente),
bienestar (servicios sociales), participación (asociaciones, órganos de decisión),
ocio (deportes, cultura), etcétera.

Unos recursos que deben dotarse de una visión global e integral en sus acciones
y que deben ser receptivos a las demandas y propuestas de la población si
pretenden contribuir a un proceso de desarrollo comunitario.

TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO

El Trabajo Comunitario no es solo trabajo


para la comunidad, ni en la comunidad; es un
proceso de transformación desde la
comunidad: soñado, planificado, conducido y
evaluado por la propia comunidad. Sus
objetivos son potenciar las fuerzas y la
acción de la comunidad para lograr una
mejor calidad de vida para su población y
conquistar nuevas metas dentro del proceso
social elegido por los pobladores;
desempeñando, por tanto, un papel relevante la participación en el mismo de
todos sus miembros.

El Trabajo Social Comunitario, con respecto a los otros niveles o ámbitos,


consideremos que más que una realidad estrictamente delimitada, El Trabajo
Social Comunitario, se configura como una amalgama de todo ello, con tantas
variaciones como comunidades diferentes existen proyectos y programas de
intervención. Aunque si se puede señalarse que el Trabajo Social Comunitario
supone un desafío personal, independientemente del marco institucional y de la
relación contractual que vincule al profesional con la comunidad.

Dado el mayor nivel de abstracción del Trabajo Social Comunitario, con respecto
a los otros niveles o ámbitos, consideremos, que más que una realidad
estrictamente delimitada, el Trabajo Social Comunitario, se configura como una
amalgama de todo ello, con tantas variaciones como comunidades diferentes
existen y proyectos y programas de intervención. Aunque si puede señalarse que
el Trabajo Social Comunitario supone un desafío profesional,
independientemente del marco institucional y de la relación contractual que
vincule al profesional con la comunidad. Este desafío pone en juego los valores
de solidaridad, participación, convivencia para ayudar a la comunidad en la toma
de conciencia sobre sus necesidades, su situación y sus posilibidades de
cambio.

En la conceptualización del Trabajo Social Comunitario destaca cuatro


modalidades:

Trabajo no remunerado de la Comunidad:


Todo tipo de acción que realiza la comunidad
de forma voluntaria y altruista para la mejora
de sus condiciones de vida y en función de sus
intereses, sin intervención de ningún
profesional.

Trabajo de otros profesionales que adoptan


un enfoque de trabajo comunitario:
intervenciones profesionales orientadas a la
comunidad y con metodología de trabajo social comunitario (por ejemplo,
psicología comunitaria, medicina comunitaria, educación medioambiental)

Trabajo comunitario especializado:


el trabajo realizado por un profesional
contratado para el desempleo de
tareas específicas en el ámbito de la
comunidad, bien de forma integral o
global en los ámbitos de bienestar o
bien en aspectos específicos: vivienda,
educación).

Trabajo comunitario generalista: realiza un trabajo comunitario “puro”, esto es,


estableciendo grupos y ayudando a la comunidad en su proceso de desarrollo y
cambio.
Desde el punto de vista del rol del profesional del Trabajo Social Comunitario,
también hay que resaltar los siguientes principios de actuación:

ø Ayuda a la comunidad a comprender los problemas existentes

ø Utiliza los recursos disponibles

ø Trabajo desde la base

ø Acción a través de los grupos para mejorar a los individuos

En definitiva, el trabajo social comunitario es una acción con y de la comunidad,


no es una acción para ni sobre la comunidad, aunque no se debe minusvalorar
el efecto de éstas últimas, especialmente, si producen una ampliación de
derechos sociales. No obstante, si conviene señalar como premisa básica del
trabajo social comunitario la participación de la comunidad en los procesos de
intervención, y ello sólo es posible cuando se organizan acciones contando con
la comunidad, las cuáles sean sentidas como propias por aquélla.

Bibliografía
ALGUACIL, J. B. (2005). Investigación participativa en San Cristóbal de los
Ángeles. Universidad Carlos III de Madrid/Empresa Municipal .

ANDREU, C. (2008). “Desarrollo Comunitario: estrategias de intervención y rol


de la educadora social. Revista de Educación Social, Núm. 7.

J., C. (2006). Diagnóstico de la pobreza y la exclusión social. Documento de


trabajo, Cáritas, Madrid, No publicado, 33-35.

NOGUEIRAS, L. (1996). La práctica y la teoría del desarrollo comunitario. .


Descripción de un modelo, Editorial Narcea, Madrid. .

http://biblioteca.utec.edu.sv/siab/virtual/elibros_internet/55714.pdf

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