Aire Extraluminal
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Aire Extraluminal
radiólogo general.
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Objetivo docente
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localización, con frecuencia, es posible determinar el origen del mismo: (Fig. 1 on page
18).
El radiólogo general debe estar familiarizado con los hallazgos en imagen del "gas
extraluminal" y conocer las situaciones clínicas que frecuentemente se relacionan
con esta alteración y los mecanismos mediante los cuales puede aparacer el gas
extraluminal.
Entre los mecanismos que pueden hacer que nos encontremos gas ectópico en un
estudio radiologico se encuentran:
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• Aire libre en grandes cantidades: que suele poder identificarse en las
Rx simples, siendo la Rx PA de tórax en bipedestación y la Rx en decúbito
lateral izquierdo con rayo horizontal las proyecciones más útiles. (Fig. 3 on
page 21, Fig. 4 on page 22).
• Burbujas de gas en la grasa omental o mesentérica: son difíciles de
detectar en las Rx simples y en la ecografía. La ecografía puede ponerlas
de manifiesto como puntos ecogénicos en áreas donde la grasa está
alterada. La TC es la técnica de elección para estas pequeñas burbujas, y
puede aumentar su sensibilidad usando la ventana de pulmón. En procesos
patológicos pueden aparecer inicialmente pequeñas burbujas de gas en
mesenterio y evolucionar a un gran neumoperitoneo.
La perforación de colon tras una oclusión intestinal suele producir gran cantidad de
neumoperitoneo, sin embargo, la perforación de una diverticulitis y la perforación del
intestino delgado darían inicialmente pequeñas burbujas de gas. (Fig. 8 on page 24).
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Cuando la localización del gas es retroperitoneal el aire no se mueve con libertad con
los cambios de posición del paciente, al contrario que en el caso que su localización
fuera intraperitoneal.
Las causas más frecuente de gas libre retroperitoneal (Fig. 10 on page 26) son la
perforación duodenal y rectal sin olvidar las causas iatrogénicas principalmente tras
procedimientos endoscópicos. (Fig. 11 on page 32, Fig. 12 on page 27, Fig. 13
on page 33).
Una colección localizada de gas en parénquima hepático puede ser producida por un
absceso (Fig. 14 on page 28), siendo menos frecuentes las lesiones penetrantes y
la gangrena gaseosa. Los abscesos hepáticos no siempre presentan gas en su interior,
suelen ser múltiples y de causa piógena, aunque en nuestro país el quiste hidatídico
infectado y el amébico pueden ocasionar abscesos hepáticos. (Fig. 15 on page 45).
La Rx de abdomen y la ecografía pueden ser suficientes para su diagnóstico pero la TC
define mejor su localización y extensión.
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Neumatosis intestinal (Fig. 42 on page 52) : se ha descrito como la agrupación de
quistes radiolúcidos en el contorno de la pared intestinal. Puede aparecer nodularidad
mucosa segmentaria, asociada o no a neumoperitoneo o retroneumoperitoneo,
identificándose incluso gas en el sistema venoso mesentérico o en la vena porta. (Fig.
23 on page 17).
Aunque las técnicas de imagen no permiten diferenciar las causas de esta entidad,
existen datos (localización y apariencia) para orientar la etiología. (Fig. 44 on page
54).
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Independientemente de la etiología, la neumatosis intestinal presenta características
radiológicas similares, por lo que el conocimiento de su patogenia contribuye a una
interpretación más correcta de los hallazgos del TC.
El gas del absceso hepático suele presentarse como burbujas de gas localizadas en
un área del parénquima. Un aspecto útil para diferenciar la neumatosis portal de la
neumobilia es su distribución: la neumatosis portal es aire en el sistema portal de
distribución periférica; la neumobilia tiene una distribución central respetando las áreas
subcapsulares y puede aparecer aire en el conducto hepático común o en colédoco que
facilita su diagnóstico. (Fig. 31 on page 40).
a. Incompetencia del esfínter de Oddi, por el paso de una litiasis, tras una
esfinterotomía, o por mala función en el anciano.
c. Fístula biliar espontánea, por paso de una litiasis desde la vesícula directamente
al intestino, por una úlcera perforante en conducto biliar común, por una tumoración o
traumatismo. El paso de una litiasis biliar directa a tubo digestivo puede producir una
obstrucción intestinal (íleo biliar), cuyos hallazgos serían: presencia de gas en vesícula
y/o vía biliar, presencia de un cálculo en situación ectópica (en asas intestinales), patrón
de obstrucción intestinal proximal a la litiasis. (Fig. 29 on page 38).
d. Gas en la vesícula biliar, por las mismas causas o por una colecistitis enfisematosa.
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La colecistitis enfisematosa es una forma de colecistitis aguda que suele asociarse
a enfermedad alitiásica y a pacientes con diabetes o patología arteriosclerótica
subyacente. (Fig. 26 on page 35).
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a. Sepsis o proceso séptico abdominal (pancreatitis, colangitis, diverticulitis, apendicitis,
absceso abdominal, tromboflebitis séptica de las venas porta y mesentéricas).
La isquemia intestinal es la primera entidad en la que hay que pensar ante una
neumatosis portal en el adulto. Los signos en TC de isquemia son: la presencia de un
trombo en vasos mesentéricos (AMS, VMS) y sus ramas , la disminución de captación
de contraste de la pared del intestino, la presencia de gas intramural, la neumatosis
portal y mesentérica, la isquemia de otros órganos, y menos específicos: la dilatación, el
edema de pared, la trabeculación de la grasa mesentérica, neumoperitoneo y ascitis. La
neumatosis portal aislada en un caso de isquemia intestinal no indica peor pronóstico, se
ha asociado sólo a infarto parcial mural intestinal. Sin embargo, la neumatosis portal junto
con la neumatosis intestinal tipo lineal sí se ha asociado altamente al infarto transmural
intestinal, lo que indica un peor pronóstico en la isquemia intestinal.(Fig. 25 on page
34).
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No todos los abscesos presentan gas en su interior, pueden aparecer simplemente
como colecciones de bordes anfractuosos, pero si existe una colección con gas en su
interior es altamente sugestiva de un absceso.
A. Extraparenquimatosos:
Radiología simple: cuando existen hallazgos suelen ser sutiles: pequeñas colecciones
de burbujas de gas (fácilmente confundibles con contenido intestinal o colónico),
borramiento de la línea del psoas si son retroeritoneales o desplazamiento de órganos
intraabdominales.
Cuanto más viscoso sea el contenido de un absceso, el gas tenderá más a localizarse en
forma de burbujas hacia la zona más profunda, mientras que en aquellos de contenido
poco denso, el gas se localizará hacia la parte más superior, formando un nivel líquido
.
o burbujas en la superficie
B. Intraparenquimatosos:
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El parénquima de los órganos sólidos abdominales (hígado, páncreas, bazo, y
menos frecuentemente en riñones) también puede ser el lugar de asiento de lesiones
abscesificadas.
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Fig. 16
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Fig. 17
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Fig. 19
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Fig. 20
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Fig. 21
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Fig. 22
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Fig. 23
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Fig. 1
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Fig. 2
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Fig. 5
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Fig. 3
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Fig. 4
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Fig. 7
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Fig. 8
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Fig. 9
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Fig. 10
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Fig. 12
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Fig. 14
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Fig. 24
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Fig. 18
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Fig. 6
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Fig. 11
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Fig. 13
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Fig. 25: TC abdomen con CIV: isquemia transmural masiva con neumatosis, perforación
y gas portal
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Fig. 26
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Fig. 27
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Fig. 28
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Fig. 29
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Fig. 30
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Fig. 31
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Fig. 32
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Fig. 33
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Fig. 34
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Fig. 35
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Fig. 15
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Fig. 36
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Fig. 37
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Fig. 38
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Fig. 39
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Fig. 40
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Fig. 41
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Fig. 42
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Fig. 43
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Fig. 44
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Fig. 45
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Conclusiones
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