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Abuso Sexual

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INTRODUCCIÓN

El abuso sexual es un sentimiento angustiante con el que viven muchos niños y


adolescentes.
El tema del abuso sexual de niños y adolescentes es complicado, y sumamente serio,
abordarlo es hablar de un tabú, algo que es poco tratado a la luz pública, por ser un
secreto, tanto para el abusador, que no quiere ser descubierto, como para la víctima, que
está completamente desorientada y siente un miedo terrible.
Los numerosos niños y adolescentes, que sufren el abuso sexual tienen que vivir con un
secreto desgarrador. ¿Por qué? porque a no ser que intervenga una tercera persona, el
niño o el adolescente seguirá atrapado en una situación dañina y pervertida, debido a la
vergüenza, el temor, la confusión y las amenazas del abusador.

¿QUÉ ES Y CÓMO SE DEFINE EL ABUSO SEXUAL INFANTIL?


Se define como "...contactos e interacciones entre un niño y un adulto cuando el adulto (el
agresor) usa el niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona. El
abuso sexual puede ser también cometido por una persona menor de 18 años cuando
ésta es significativamente mayor que el niño (víctima) o cuando el agresor está en
posición de poder o control sobre otro.

CONSECUENCIAS
La violencia sexual siempre tiene consecuencias negativas cuyas dimensiones, según las
investigaciones realizadas, dependerán de varios factores. En general, se plantea que no
se puede determinar la existencia de un cuadro o síndrome del niño o la niña ahusada,
pues las consecuencias pueden ser muy diversas según la edad, el tipo y duración del
abuso, el vínculo con el abusador, las propias características personales del niño o niña
(temperamento, fortaleza de recursos internos y externos, alteraciones o dificultades
anteriores a la situación de abuso).
Un factor muy importante está constituido por las variables del contexto, que tienen que
ver con la respuesta de soporte social y emocional que se brinde en estos casos (el
manejo saludable o patológico de la familia, de los amigos, de las redes de soporte
comunitarias, de los servicios especializados). La reacción del entorno puede empeorar o
disminuir las consecuencias; por eso es tan importante el tratamiento que se da a estos
casos.
También en el caso de las niñas y los niños, pueden darse problemas psicopatológicos
más graves como trastornos del sueño o de la alimentación, o configurarse un cuadro de
estrés postraumático. Es muy importante saber que muchas de las manifestaciones
mencionadas también pueden expresar otro tipo de problemas, por lo que no se puede
decir que la presencia de algunos de estos signos o síntomas implica necesariamente
abuso sexual. Siempre es necesario explorar y confirmar los hechos sin alarmar a los
niños y las niñas.
Pero también existen consecuencias de la violencia sexual a largo plazo, que aparecen
más adelante y que van a influir en el desarrollo posterior de las personas: en
la adolescencia y adultez. Por ejemplo, en el nivel emocional y de la autopercepción, se
encuentra un autoconcepto negativo, culpa, miedos, fobias, aislamiento, depresión,
ansiedad y tensión, todo ello como características que se instalan en el tipo de
personalidad; en el nivel de las relaciones interpersonales, se observa dificultad para
confiar y amar, temor al rechazo, ansiedad en situaciones de intimidad física,
"revictimización" física o sexual (se involucran inconscientemente en situaciones donde
son agredidos/as física o sexualmente, por ejemplo eligiendo parejas violentas, como el
caso de Carlos), dificultades para establecer y mantener relaciones de pareja,
disfunciones y trastornos sexuales (desde inhibición hasta promiscuidad sexual),
tendencia a sexualizar las relaciones y a confundir necesidad de afecto
con demanda sexual.
PREVENCIÓN
Cualquier programa de prevención que se implemente debe considerar tres niveles: los
niños, adolescentes y jóvenes; la familia y la comunidad.
En niños, niñas, adolescentes y jóvenes: Estas acciones de prevención deben estar
centradas en el fortalecimiento de los factores que pueden protegerlos y ayudarlos a
construir positivamente a pesar de las situaciones adversas que puedan ocurrirles. Es lo
que se llama resiliencia. De acuerdo a varios autores cinco serían los ámbitos en que se
debería trabajar.
 Fomentar en ellos la autoestima y concepción positiva de sí mismo.
 Desarrollar en ellos la capacidad para averiguar el sentido de la vida, en estrecha
relación con la vida espiritual y la fe religiosa que practiquen o crean.
 Crear redes de apoyo social y la aceptación incondicional del niño o niña,
adolescente o joven en cuanto a persona.
 Desarrollar en ellos aptitudes y el sentimiento de tener algún control sobre la
propia vida.
 Crear climas en que pueda desarrollarse el sentido del humor, la capacidad de
poder reír a pesar de la adversidad.
En las familias: Las acciones de prevención deberían estar centradas en la pesquisa de
familias en riesgo para fomentar en ellas:
 Conocimiento y utilización de los beneficios sociales a los que puedan acceder.
 La reciprocidad en las interacciones con los niños y adolescentes.
 Las experiencias intrafamiliares favorecedoras de autoestima positiva.
 Las relaciones afectivas de buena calidad, donde puedan demostrarse y
expresarse sentimientos.
 El desarrollo de una mayor plasticidad, es decir, que sean capaces de adaptarse a
situaciones nuevas.
 Enseñanza y aprendizaje de destrezas sociales que les permitan actuar con otras
personas de su entorno.
 Participación en organizaciones sociales, lo que les permite relacionarse con otros
frente a intereses comunes y no marginarse del entorno social.
En la Comunidad
 Inserción de programas de educación sexual integral desde el nivel de educación
de párvulos.
 Promover programas comunitarios de apoyo psico-social a familias de alto riesgo
para prevenir la negligencia, el maltrato y el abandono infantil.
 Promover programas de prevención del embarazo no deseado en general, y el
embarazo adolescente en particular.
 Desarrollo de acciones recreativas y culturales para niños y niñas, adolescentes y
jóvenes de alto riesgo, con cierta regularidad.
 Implementación de espacios colectivos para el desarrollo de habilidades de
crianza y estimulación en los padres y madres en riesgo.

CONCLUSIONES
Los perpetradores de abuso sexual a menudo abusan del anhelo que tiene la víctima de
conexión y amor. Atraen a personas susceptibles a su trampa colmándolas de cariño
personal y amabilidad. Una vez se ganan la confianza de la víctima, los abusadores
buscan la oportunidad de aprovecharse de su confianza abusando de ellos sexualmente y
luego desechándolos como si fueran un objeto sin valor.
Puesto que el anhelo de amor y conexión de una víctima es lo que prepara el escenario
para la situación de abuso, se vuelven más sospechosos de cualquiera que despierte sus
profundos anhelos de intimidad. Para ellos, puede tratarse de otra trampa. Mientras más
se despierten esos profundos sentimientos (por muy buenas intenciones que tenga la otra
persona), más temor tiene la víctima de caer en la trampa del abuso otra vez. Por
consiguiente, una víctima de abuso lucha profundamente para confiar en alguien, sobre
todo en aquellos que le expresan amabilidad y cariño.

REFERENCIAS
Fernández H, Souza D, Propuesta para una mayor protección de la víctima en los delitos
de abuso sexual infantil, Doc., N° 34065, INN, SENAME, 1993
Electra González, Abuso sexual y violacion, En: Recomendaciones para la atención
integral de salud de los y las adolescentes con énfasis en Salud Sexual y reproductiva,
pag. 40-43, 90-91, Serie OPS/FNUAP N° 2, 2000.
Rone E, Moya G, Aspectos generales y psicopatológicos del abuso sexual en niños, Rev
Chil de Pediatría, 1989; (60)2:71-75

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