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TEXTO DE MISIONES Bruce THomas

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CONTENIDO

Prefacio Pág. 2
Capítulo I: Introducción a la misionología Pág. 4

Capítulo II: La base bíblica para las misiones en el Antiguo Testamento Pág. 7

Capítulo III: La base bíblica para las misiones en el Nuevo Testamento Pág. 11

Capítulo IV: Missio Dei Pág. 21

Capítulo V: Razones bíblicas para apoyar las misiones Pág. 23

Capítulo VI: La vida de la cruz Pág. 30

Capítulo VII: El Espíritu Santo y las misiones Pág. 35

Capítulo VIII: El llamado misionero Pág. 40

Capítulo IX: La preparación personal del misionero Pág. 44

Capítulo X: Los requisitos para ser un misionero Pág. 47

Capítulo XI: El proceso de aprobación Pág. 50

Capítulo XII: Desafíos contemporáneos en las misiones Pág. 54

Capítulo XIII: La participación laica en las misiones Pág. 69

Capítulo XIV: ¿Por qué apoyamos las misiones en la iglesia local? Pág. 75

Capítulo XV: El énfasis misionero en la iglesia local Pág. 79

Capítulo XVI: La convención misionera Pág. 87

Capítulo XV: La promesa de fe Pág. 91

Conclusión Pág. 97

Bibliografía: Pág. 99

1
PREFACIO

A partir de los últimos años del milenio pasado, se despertó en la iglesia cristiana evangélica de América

Latina, un interés acelerado por las misiones. Esto llevó a que surgiera el tema de misiones transculturales en

muchos lugares. Es entonces cuando se comienzan a celebrar congresos, seminarios y retiros misioneros,

todo con el propósito de enfatizar las misiones. Para un mejor manejo y resultado, en los países de América

Latina los concilios nacionales de las Asambleas de Dios, han organizado un Departamento Nacional de

Misiones (DNM) con el fin de preparar y enviar misioneros a los confines del mundo. La iglesia latinoamericana

asambleísta toma en serio la Gran Comisión de Jesucristo de llevar las buenas nuevas a toda criatura.

La tarea es demasiado grande para que solamente un pequeño sector de la iglesia la cumpla. Lo bueno

es que la actitud negativista está cambiando y las iglesias de América Latina cada día se comprometen más

en la evangelización del mundo.

Cada vez Dios está llamando más obreros de América Latina para salir al campo misionero. La tarea de

preparar y enviar a estos “llamados” es apremiante. Si la iglesia anhela cumplir con el mandato de llevar el

evangelio a toda criatura tiene que preparar y mandar obreros. Los obreros son pocos y la mies es mucha. El

Apóstol Pablo pregunta en Romanos 10:15, “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?”

En este estudio veremos varios temas relacionados con las misiones, poniendo más énfasis sobre la práctica

que sobre la teoría. La pregunta fundamental que intentaremos contestar es, “¿qué puede hacer la iglesia local

para participar en las misiones?” El enfoque principal es hacia la iglesia local y cómo ella puede ser una parte

de las misiones dentro y fuera de su país. La meta no es enseñar cómo preparar nuevos misioneros, sino cómo

preparar a la iglesia local, a su pastor, y a sus miembros para apoyar al máximo la gran obra misionera

transcultural.

Este módulo se ha escrito con dos objetivos en mente. El primero que Dios use el texto como un instrumento

para aumentar el número de soldados del ejército de Cristo que lleven el evangelio a los que todavía no lo han

oído. El segundo, que cada lector tome conciencia de la necesidad de su compromiso con las misiones. Cada

creyente y cada iglesia de todos los niveles, desde la iglesia local hasta la nacional, debe comprometerse con

2
las misiones transculturales y hacer lo que esté a su alcance para apoyarlas. Repitamos tres preguntas

aplicables a la obra misionera y a la tarea que nos resta. ¿Si no lo hacemos ahora, cuándo? ¿Si no lo hacemos

aquí, dónde? ¿Si nosotros no lo hacemos, quién lo hará?

3
CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN A LA MISIONOLOGÍA

Una parte importante de la disciplina académica es definir los términos que se emplean en la materia. Las

definiciones específicas son la clave para entender la disciplina y tienen varias funciones. Explican los

parámetros del estudio, indican su dirección y proveen la llave que abre la puerta del entendimiento a los

conceptos esenciales de la materia. Por ende, señalan la importancia de definir las palabras y los conceptos

básicos que forman la base del estudio de misiones. .

Definiciones:

La misión de la iglesia es participar en el propósito eterno de Dios de redimir al mundo.

Las misiones se refieren a la participación de la iglesia en la Gran Comisión por medio de la predicación

del evangelio en otras culturas.

Una misión es un esfuerzo específico para cumplir con la Gran Comisión. Observe que en la

misionología, una misión no se refiere a una iglesia pequeña.

Misionología es el estudio de misiones y todos los temas relacionados con estas

Misionólogo es un experto en la materia de misionología.

Evangelizar es compartir el evangelio con otras personas en cualquier lugar con el propósito de que la

persona acepte a Jesucristo como su Salvador.

Misionar es el esfuerzo por proclamar el evangelio en otra cultura con el fin de evangelizar y establecer

una iglesia.

Enculturación es el proceso de adaptación personal del misionero a la cultura en la que se sumerge

para predicar el evangelio.

Contextualización es el proceso de comunicar el mensaje del evangelio adaptándolo a la cultura

anfitriona para que sea entendible para los oyentes.

En la misionología, es necesario tener una definición específica de misiones y una identificación de los

elementos básicos. En primer lugar, los participantes son un elemento esencial en las misiones. Dios envía la

iglesia a evangelizar a un mundo perdido bajo la dirección del Espíritu Santo. En segundo lugar, otro elemento

4
básico es el propósito de las misiones. El primer propósito es la evangelización del mundo y de cada individuo.

El segundo propósito es establecer la iglesia de Cristo Jesús. La iglesia que resulta como fruto de los esfuerzos

de la misión va a ser una iglesia que tiene dos características. La nueva iglesia será una iglesia local autóctona

y se adaptará a la cultura en la cual existe y a la cual ministra. Además, formará una parte del cuerpo de Cristo

que es la iglesia universal e internacional. El tercer elemento básico por definir es el de cruzar una barrera.

Esta característica muy marcada en los esfuerzos misioneros puede tomar muchas formas. Una barrera en las

misiones puede ser lingüística, geográfica, política, nacional o de raza. La palabra “misiones” en sí, implica que

el misionero sale de su propia cultura, y que cruza una barrera cultural al entrar en otra. La diferencia entre

evangelización en su propia cultura y evangelizar en misiones es que la última se hace cruzando una barrera

cultural – concepto esencial en este estudio.

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SECCIÓN I

LO QUE LA BIBLIA NOS DICE: LA BASE BÍBLICA PARA MISIONES

¿Qué dice la Biblia? Es la pregunta trascendental para nosotros como cristianos quienes deseamos sobre

todo obedecer a nuestro amado Señor

En cuanto a las misiones, la Biblia tiene mucho que decir. Son tantas las referencias bíblicas sobre las

misiones, que por falta de espacio sólo podremos tratar unas pocas referencias básicas en una forma superficial

. Como veremos, las misiones forman una parte básica e integral de la Palabra de Dios.

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CAPÍTULO 2

LA BASE BÍBLICA PARA MISIONES EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

En el primer libro de la Biblia, está claro cuál es el deseo de Dios en cuanto al mundo. Él quiere que todos

lo conozcan y gocen de sus bendiciones. Desde Génesis hasta Apocalipsis se ve el corazón de Dios – un

corazón misionero.

El tema de las misiones predomina en la Biblia. En vez de ser un tema menor entre muchos otros, las

misiones es el tema principal de la revelación divina. En cada página de la Biblia se revela la historia de Dios,

su trato con el hombre y el desarrollo de su plan misionero. Este plan empezó en la eternidad, luego continuó

en los tiempos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento y al fin regresará a la eternidad otra vez. Vamos

a trazar la trayectoria de este plan misionero a través de la Biblia. Empezamos en el Antiguo Testamento donde

abundan las referencias misioneras.

Antes de la creación del mundo

En Efesios 1:3-13, Pablo nos da una maravillosa enseñanza en cuanto al plan que el Trino Dios trazó antes

de la fundación del mundo. Aún en la eternidad antes de la creación del hombre, Dios nos escogió. Según

este pasaje, el plan divino tiene tres gloriosos propósitos. Primero, Dios tiene un propósito salvífico (propósito

de salvación?). En su amor, Dios nos llama a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo (Ef.

1:4). Dios en su grande amor quiere que todos lleguemos a conocerlo. Por eso, nos ofrece tan preciosa

salvación por medio de Jesucristo (Ef. 1:4). El segundo glorioso propósito de Dios en su plan eterno es nuestra

santidad. Dios nos llama a ser santos y sin mancha delante de Él. Dios nos llama, nos salva y luego, nos

santifica formándonos a la imagen de Cristo. Quiere que seamos como Él. El tercer propósito es el deseo de

Dios de que todo sea para su gloria. Pablo explica que el propósito que Dios tenía al crear a hombre era que

éste existiera para la alabanza de su gloria. Según este pasaje, la razón por la que hemos sido hechos es para

la alabanza de la gloria de Dios (Ef. 1:6 y 12). Dios nos hizo para vivir para la gloria de Él mismo. Este plan

eterno de Dios revelado en Efesios 1 se llevará a cabo solamente por medio del esfuerzo misionero.

En este pasaje se aprecia la actividad del Trino Dios en el esfuerzo misionero a través de los siglos. El

Padre nos bendice predestinándonos a ser adoptados hijos de Jesucristo (¿adoptados como sus hijos?) (Ef.

7
1:4). El Hijo nos da redención por su sangre y el perdón de pecados según las riquezas de su gracia (Ef. 1:7).

Somos sellados por el Espíritu Santo que es las arras de nuestra herencia (Ef. 1:14). Así que las tres personas

de la Trinidad participan en el plan misionero para que la intención eterna de Dios de que todos vengan a

conocerlo llegue a ser realidad.

Génesis

Desde el principio en la creación del hombre, es evidente que el anhelo de Dios es que sus bendiciones

sean para todo ser humano. Después de la creación de Adán y Eva, el Señor les mandó que se multiplicaran

y llenaran la tierra con su descendencia (Gn 1:28). Desde el Edén en adelante, el plan de Dios es que su

gloria y su obra lleguen a todo el mundo por medio de los hombres .

Los patriarcas

Cuando Dios llamó a Abraham para salir de su propia tierra, lo hizo con la promesa misionera de que serían

“benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3). Desde el primer contacto con Abraham, Dios dejó clara

su intención de incluir a todos en su plan de salvación. Muchos años después, en respuesta a la buena

disposición de Abraham de sacrificar a su hijo, Isaac, Jehová le reveló que la bendición misionológica llegaría

a todas las naciones por medio de su simiente.

La bendición de Jacob sobre su hijo, Judá, incluye una referencia al Rey Eterno, “Y a él se congregarán los

pueblos” (Gn. 49:10). Es una profecía mesiánica y misionera. Profetiza que algún día vendrá Siloh, el Rey

Eterno y que cuando Él venga todos los pueblos serán congregados a Él.

Líderes del Éxodo

Cuando Dios mandó al libertador, líder y profeta Moisés a confrontar a Faraón, Dios reveló que uno de los

propósitos que tenía en estos difíciles encuentros con el rey era un propósito misionero. Dios usó a un rey

pagano con el propósito de anunciar su nombre en toda la tierra. Éxodo 9:16 dice “Y a la verdad yo te he puesto

para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra”. Así que por medio de los

enfrentamientos con Faraón, la palabra de Dios y su poder serían manifiestos al mundo.

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Al pasar el Río Jordán, Josué construyó un monumento conmemorativo porque Dios quería que todos los

pueblos de la tierra conocieran que la mano de Jehová es poderosa. Al edificar este memorial de doce piedras,

Josué explicó que Dios había hecho maravillas para el pueblo de Israel “para que todos los pueblos de la tierra

conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días” (Jos.

4:24).

Los Salmos

No faltan referencias en los Salmos acerca de la universalidad del evangelio. El Salmo más corto es un

llamado a las naciones a alabar a Dios. “Alabad a Jehová, naciones todas; pueblos todos alabadle” (Sal. 117:1).

Se canta el coro misionero tomado del Salmo 2:8, “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como

posesión tuya los confines de la tierra”. El Salmo 22 hace referencia a la obra expiatoria de Cristo e incluye

“todas las familias de las naciones” (v.27). Salmo 96:3 dice, “Proclamad entre las naciones su gloria, en todos

los pueblos sus maravillas.” El último versículo del Salmo 150 enfatiza la idea de la universalidad del evangelio

cuando declara, “Todo lo que respira alabe a JAH.”

Parece que David entendía el plan de Dios para la humanidad al decir, “Por tanto yo te confesaré entre las

naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre” (Sal. 18:49). Pablo hace referencia a este salmo cuando escribe

sobre llevar el evangelio a los gentiles (Rm. 15:9).

Isaías

El profeta Isaías en su “Evangelio del Antiguo Testamento” también hace hincapié en el deseo de Dios de

incluir a todo el mundo en el plan de la salvación. Isaías 2:2-3 habla del tiempo cuando todas las naciones

correrán al monte de Dios para escuchar la palabra de Dios. El profeta dice, “Porque la tierra será llena del

conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Is. 11:9). En Mateo 12:18-21, Jesús cita la profecía

mesiánica que se encuentra en Isaías 42:1-4 dejando en claro que el evangelio es para los gentiles también.

Isaías profetizó que Cristo será puesto por Dios por luz a las naciones (Is. 42:6) Véase 52:10; 55:4-5; 60:3 y

66:23.

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Los profetas menores

Los profetas menores hacen mención del deseo divino de alcanzar a todos los pueblos y todas las naciones

con su amor y verdad. Por ejemplo, Daniel profetiza que en los tiempos finales, el reino de Dios se extendería

a todo el mundo (Dn. 2:35). De la misma manera, Joel profetiza que el Espíritu sería derramado sobre toda

carne (Joel 2:28). Jonás fue enviado a los paganos de Nínive. Un mensaje que queda claro en la experiencia

de Jonás es que el evangelio no es propiedad exclusiva de los israelitas. Al contrario, Dios manda a Jonás a ir

a otro pueblo con su palabra. Zacarías habla de la conversión de los enemigos de Israel y su llegada a Jerusalén

para adorar a Dios (Zac. 14:16). El último profeta del Antiguo Testamento escribe, “Porque desde donde el sol

nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre

incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos” (Mal.

1:11).

Queda claro el mensaje del Antiguo Testamento: Dios quiere que todas las naciones, todos los pueblos y

todos los hombres vengan a su conocimiento. Es la voluntad del Señor que llevemos el evangelio, las buenas

nuevas, a todo el mundo.

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CAPÍTULO 3

LA BASE BÍBLICA DE LAS MISIONES EN EL NUEVO TESTAMENTO

En el Nuevo Testamento el esfuerzo misionero se intensifica. En el Antiguo Testamento se revela que el

deseo de Dios es que todo el mundo y todas las naciones reciban su palabra. La fundación de la obra misionera

se establece en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, Dios manda a Jesús como el Misionero

Divino. El Espíritu Santo se derramó dándo poder para ser testigos en todo el mundo. La iglesia se formó y

Dios la envió a predicar equipada con su Palabra y el poder del Espíritu. Así comenzó una dinámica nueva en

el desarrollo del plan misionero de Dios.

Jesucristo – El Misionero Divino

Quizás la prueba más convincente de que Dios tiene un corazón misionero es el hecho de mandar a su

propio Hijo. En su profundo afán por alcanzar al hombre, el Padre envió a su Hijo para que fuera el misionero

de las glorias del cielo en este mundo pecaminoso. C.T: Studd, un gran misionero pionero en África, dijo, “Dios

tuvo un solo Hijo y lo hizo un misionero.”

Jesús vino al mundo como un misionero y mensajero, pero fue aún mucho más. Jesucristo fue el único

sacrificio aceptable por nuestros pecados. Sí, Él llegó a ser el misionero por excelencia, y lo más significativo,

por su muerte en la cruenta cruz Él es nuestro único Salvador.

Los Evangelios

En los Evangelios se encuentran muchas referencias a la intención divina misionera que nos enseñan varios

principios misioneros. La genealogía de Mateo empieza con la declaración de que Jesucristo es el hijo de David

y de Abraham (Mt. 1:1) y por ende es el medio por el cual la bendición de Abraham llega a todas las familias de

la tierra. Simeón, movido por el Espíritu, llega al templo justo en el momento preciso para ver al Ungido del

Señor a sus ocho días de vida. Declara bajo la inspiración del Espíritu, “Porque han visto mis ojos tu salvación,

la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo

Israel” (Lc. 2:30-32). Mateo dice, “El campo es el mundo” (Mt. 13:38).

Marcos resalta el espíritu misionero de Jesús en 1:38, “Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que

predique también allí; porque para esto he venido.” Lucas añade, “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y

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a salvar lo que se había perdido” (Lc. 19:10). Y ¿quién no sabe de memoria Juan 3:16? “Porque de tal manera

amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas

tenga vida eterna.”

Es verdad que Jesús sintió la necesidad de ir primeramente a su propio pueblo, los judíos. Pero también en

sus enseñanzas y acciones dejó claro que el evangelio es para todos. “Le era necesario pasar por Samaria”

escribió el evangelista (Jn. 4:4).

La Gran Comisión es la piedra angular de la enseñanza misionera en los Evangelios. Queda muy claro que

el último mandamiento que Jesús les dio a sus discípulos fue la Gran Comisión. Cada uno de los cuatro

evangelistas hace énfasis en algún aspecto diferente, pero cada uno deja entendido que el evangelio debe

llegar a todo el mundo. En el caso de Mateo, en su evangelio, hace hincapié en el proceso de cumplir con la

Gran Comisión. Hay cuatro pasos en cumplimiento de este mandamiento tan importante. Primeramente, hay

que ir al mundo. “Por tanto, id. . .” La iglesia necesita movilizarse para ir a todas partes del globo para proclamar

el mensaje del evangelio de Jesucristo. Este es el paso de evangelismo. Segundo, hay que hacer discípulos.

“. . .y haced discípulos a todas las naciones.” Discipular a los convertidos es esencial. Hay que prepararlos

en las doctrinas básicas. Este es el paso del discipulado. Tercero, bautizar a los convertidos. Este paso se

trata de conservar la cosecha. El bautismo es un paso adelante en la maduración de los conversos. El cuarto

paso es enseñar. Lucas, en su evangelio dice, “. . .Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he

mandado.” Ser instruídos en la Palabra es imprescindible para que los creyentes crezcan en su conocimiento

de Cristo, avancen en el camino cristiano y lleguen a ser maduros en el Señor. Para cumplir con el mandamiento

de la Gran Comisión, es esencial que la iglesia cumpla con estos cuatro pasos.

Marcos hace énfasis en la predicación. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr.

16:15). Marcos a la vez habla del poder de predicar por fe. Los que creen y se bautizan serán salvos. Además

señales acompañarán a la predicación de la palabra. “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre

echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieran cosa

mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mr. 16:17,18).

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Lucas habla de la necesidad de predicar el evangelio en todas las naciones (Lc. 24:47). En el griego la

palabra para naciones es etnos que significa pueblos o grupos étnicos. Lucas también nos insta a recibir la

promesa del Padre antes de salir a la obra misionera. “. . .Pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén,

hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lc. 24:49). Jesús en el evangelio de Lucas nos manda a ir

a todos los pueblos y grupos étnicos cuando estemos investidos del poder del Espíritu Santo.

Lucas termina con las palabras de Cristo que nos prometen la presencia y la ayuda del Señor. “. . .y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Cuando la iglesia sale a predicar el mensaje

del evangelio hasta los confines del mundo, puede confiar en esta promesa preciosa que Jesús está con ella.

En su contexto esta es una promesa misionera. Mientras llevamos el evangelio al mundo en obediencia al

Señor, podemos contar con la bendición de Su presencia. Él nos promete que estará con nosotros todos los

días, hasta el fin del mundo.

Juan escribe en cuanto a la obra misionera de Jesús y pone como ejemplo para nosotros las palabras del

Señor que se encuentran en Juan 20:21, “Como me envió el Padre, así también yo os envío.” Jesús dejó la

gloria del cielo para llevar las buenas nuevas de la salvación a un mundo lejano y muy necesitado.

Los Hechos de los Apóstoles

El libro de los Hechos de los Apóstoles es un libro de múltiples facetas. Entretejido en la narración histórica

está el registro misionero de la iglesia primitiva. Relata cómo la iglesia neotestamentaria recibió el llamamiento

misionero y cómo llegó a entender cuál era la voluntad de Dios en torno a las misiones. En su recuento

histórico, Lucas delinea los pasos de la trayectoria y el desarrollo de las actividades misioneras de la iglesia

primitiva. Así Lucas establece un excelente modelo misionero para la iglesia. El primer paso en esta aventura

misionera es la promesa del Espíritu Santo y la declaración de que serían testigos en todo el mundo. Hechos

1:8 dice, “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en

Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” Son las últimas palabras de Jesús en la

tierra antes de ascender al Padre y, por eso, muy importantes pues una persona que está por dejar esta vida,

seleccionaría con cuidado sus últimas palabras. ¡Cuánto más nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios,

sabiendo que sería el último mensaje que dejaría con sus discípulos! Me seréis testigos. . . hasta lo último de

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la tierra”. La idea de que “me seréis testigos” es una acción simultánea. Uno tiene que empezar donde está.

Si la iglesia no se preocupa por su Jerusalén, ¿quién lo hará? Si no es una iglesia evangelizadora en Jerusalén

(es decir, su propia cultura) , tampoco será una iglesia misionera en Judea, ni en Samaria, ni en lo último de la

tierra (es decir transculturalmente). Sin embargo, el versículo usa la conjunción “y” entre cada asignación. Esto

significa que el deber de la iglesia es ir a todos los lugares, no en secuencia, sino simultáneamente. No se

puede esperar que todos en Jerusalén sean salvos antes de salir a otros lugares. Si así fuera, nadie jamás

hubiera salido de su Jerusalén.

Uno de los primeros esfuerzos misioneros de iglesia cristiana fue la misión de Felipe en Samaria. El

evangelista predicó con grandes resultados en esta ciudad odiada por los judíos. Felipe, un judío, cruzó la

fuerte barrera de prejuicio racial contra los samaritanos para llevar las buenas nuevas a ese pueblo tan

necesitado.

Poco después Dios puso en movimiento unos eventos que cambiarían cien por ciento el paradigma de la

iglesia que hasta ese momento era básicamente un movimiento judío. Mientras Pedro estaba en la casa de

Simón en Jope, el Señor le dio una visión en la cual el apóstol vio un lienzo lleno de animales inmundos. Dios

le mandó que se los comiera. Así el Señor lo preparó para lo que sucedería enseguida. Mientras que Pedro

estaba reflexionando en lo que podía significar la visión divina, llegaron a la puerta tres hombres mandados por

Cornelio con una invitación para Pedro, a predicar en la casa de este centurión romano. En la casa de Cornelio,

Pedro predicó a un grupo de gentiles que aceptaron a Cristo como su Salvador y recibieron el Espíritu Santo.

Después Pedro regresó a Jerusalén para presentar un informe a los ancianos de la iglesia. Con gozo recibieron

las buenas noticias de lo que Dios había hecho entre los gentiles. Lucas describe su reacción así, “Entonces,

oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado

Dios arrepentimiento para vida!” (Hch. 11:18). En el gran concilio de Jerusalén la iglesia tuvo que tratar con

un asunto que iba a influir mucho en el futuro del cristianismo. El problema que el concilio tuvo que resolver

fue, ¿es necesario que los gentiles se circunciden y guarden la ley? Básicamente había que averiguar si era la

voluntad de Dios que los cristianos, en especial los gentiles, guardaran la ley judaica, o si estando bajo la gracia

quedaban libres de todas las restricciones de la ley. Fue un momento decisivo para la iglesia y que iba a tener

14
implicaciones profundas para el futuro de la obra misionera. Estos eventos claves marcaron un cambio radical

en la primera iglesia. Una iglesia judía que se convirtió en una iglesia misionera que iba a predicar por todo el

mundo, sin importar nacionalidad, raza, lengua y, sobre todo, el hecho de que sus oyentes fueran gentiles.

Así la iglesia cruzó el umbral de su mundo reducido y encerrado a un mundo vasto y abierto que incluía a todas

las naciones y a todos los pueblos.

En el desarrollo de la misión de la iglesia, es interesante observar que el énfasis que se da en el libro de los

Hechos a Jerusalén cambia a Antioquía de Siria, a partir de cuando Dios empieza a usar la iglesia de Antioquía

como un centro misionero para llevar el evangelio a los gentiles. La iglesia de Jerusalén cumplió bien la primera

etapa, tanto que sus mismos enemigos declararon que habían llenado a Jerusalén de su doctrina (Hch. 5:28).

Sin duda muchos de los primeros convertidos eran judíos helenistas (de habla griega), los mismos que

escucharon las maravillas de Dios en su propio idioma en el Día de Pentecostés. Según Larry Pate, los primeros

siete diáconos mencionados en capítulo seis estaban entre ellos y llegaron a ser apóstoles entre el segmento

helenista de la nueva iglesia.1 Parece que los discípulos estaban contentos en Jerusalén y querían quedarse

allí, hasta que Dios permitió que tuvieran una gran persecución que los esparció. Esta situación fue favorable,

pues por donde iban, predicaban el evangelio. Los helenistas llegaron a Antioquía predicando el evangelio. Es

desde allí, donde voluntariamente, en obediencia a la voz del Espíritu Santo, enviaron a Saulo, Bernabé y otros

para llevar el evangelio de Cristo donde no se había predicado (Hch. 13-20). La iglesia participó en el llamado

misionero de Pablo de llevar el evangelio a los gentiles, a los reyes y a los hijos de Israel (Hch. 9:15). Larry

Pate llama esta obra misionera “ministerio intercultural”. 2 En Hechos 11:19-30 leemos sobre la fundación de la

iglesia en Antioquía de Siria. Llegaron allí los primeros que fueron esparcidos de Jerusalén. Tenían una visión

misionera corta pues no hablaron a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Sin embargo un gran número de

los griegos creyó y se convirtió cuando unos varones de Chipre y Cirene les anunciaron el evangelio. Al

escuchar la noticia, la iglesia que estaba en Jerusalén les envió a Bernabé. Este varón bueno y lleno del

Espíritu Santo y de fe, fue a Tarso para traer a Saulo. Ellos se congregaron allí todo un año. El versículo 26

dice que “a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” ¿Significará algo el hecho de

que no llamaron cristianos a los discípulos en Jerusalén, pero sí lo hicieron en Antioquía?

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Antes de responder a esta pregunta, veamos algunas características de la iglesia en Antioquía. Era una

iglesia generosa. Lo vemos en 11:29-30 cuando ellos participaron con donaciones para los santos en Jerusalén

quienes estaban siendo azotados por una gran hambre. En el capítulo 13, versículos 1-3, vemos que era una

iglesia que ministraba al Señor con oración y ayuno. Fue justamente durante un tiempo de ministrar al Señor

cuando el Espíritu Santo habla y dice, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Es

interesante que Isaías también recibiera su llamado en un momento de acercamiento al Señor. Bernabé y

Saulo formaban una parte del equipo de ministros de la iglesia en Antioquía. Así que ya tenían un ministerio

reconocido dentro de la iglesia. El hecho de imponerles las manos y despedirlos es algo que demuestra que la

iglesia no se desentendió de ellos y los olvidó. sino que por el contrario fue una manera de identificarse con

ellos y declarar que, “Bernabé y Saulo son nuestros substitutos y los vamos a apoyar en su ministerio en otros

pueblos.” Antioquía llegó a ser la primera iglesia que enviaba misioneros voluntariamente. Después de cada

viaje misionero, Pablo volvía a Antioquía para dar su informe y la iglesia lo enviaba de nuevo. Respondo a la

pregunta del párrafo anterior con otra pregunta. ¿No es un verdadero cristiano uno que participa

voluntariamente en llevar el evangelio a toda criatura?

A partir del capítulo 16, los Hechos de los Apóstoles se convierte en una historia misionera porque se dedica

a relatar los viajes de Pablo. De este modo continuamos con la historia de misiones en el libro de los Hechos

y las Epístolas y vemos que la cadena misionera no termina. El libro de los Hechos no finaliza con la palabra

“Amén” y esto da la idea de que los sucesos de ese libro continuarán. Filipos fue una iglesia misionera que

participó en el llamado de Pablo (Fil. 4:15). Éfeso llegó a ser un centro desde el cual se llevó el evangelio a

Asia Menor (Hch. 19:10). Los tesalonicenses predicaron la Palabra en Macedonia, Acaya y otros lugares (I Ts.

1:8). Pedro menciona la iglesia que está en Babilonia (I P. 5:13) que por supuesto fue el resultado de un

esfuerzo misionero.

En cierto modo el libro de los Hechos de los Apóstoles sirve como un manual misionero. Allí podemos ver

los métodos que la iglesia primitiva usaba bajo la dirección del Espíritu Santo. Estos métodos son instructivos

para nosotros hoy en día por los resultados impresionantes que produjeron en los primeros siglos de la

expansión de la iglesia. En los Hechos hay siete principios bíblicos que explican la dinámica de las misiones

16
en la primera iglesia. El primer principio es el llamamiento misionero. Pablo y Saulo fueron llamados a la obra

misionera por el Espíritu Santo. El Espíritu dijo, “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he

llamado” (Hch. 13:3). El esfuerzo misionero se llevó a cabo con gran poder y unción porque fue el mismo

Espíritu quien llamó a la iglesia. Era una misión divina que contaba con la ayuda del Espíritu Santo. El segundo

principio misionero es la dependencia del Espíritu Santo. Habiendo sido llamados por el Espíritu, los primeros

creyentes salían dependiendo de Él para su ayuda y dirección. El tercer principio misionero tiene que ver con

una de las estrategias que los apóstoles empleaban. Iban a las ciudades y a los centros públicos donde habiá

mucha gente para establecer iglesias allí primer. Luego, la iglesia se expandía hasta cada pueblo y rincón

alrededor. El cuarto principio es el de la iglesia autóctona. En todos los lugares, los primeros misioneros

establecían iglesias locales. Estas iglesias eran unidades autosuficientes. No dependían ni de Antioquía ni de

Roma. Estas iglesias eran capaces de gobernarse, mantenerse y extenderse sin depender de otras iglesias.

El quinto principio misionero de los Hechos es el liderazgo. “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y . . . los

encomendaron al Señor en quien habían creído” (Hch. 14:23). Los apóstoles prepararon y constituyeron líderes

en cada iglesia local. Las iglesias podían ser independientes porque tenían pastores, ancianos y diáconos

propios. La preparación de líderes era un factor muy importante en el éxito de la primera iglesia. El sexto

principio misionero que se encuentra en los Hechos es la aculturación. En lo que fuera posible y lícito, los

apóstoles intentaron adaptarse a las costumbres sociales del lugar donde estuvieran ministrando. Hablando de

esta estrategia, Pablo dijo, “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sin

ley. . . para ganar a los que están sin ley; me he hecho débil a los débiles. . . para que de todos modos salve a

algunos” (1 Co. 9:20-22). El séptimo principio misionero tiene que ver con los puntos de contacto. Los puntos

de contacto son puentes culturales. Son maneras por las cuales uno intenta relacionarse con otra cultura. Un

excelente ejemplo de este principio es el mensaje de Pablo en el Areópago en Atenas. Al entrar en la ciudad,

había visto un altar dedicado “AL DIOS NO CONOCIDO”. En su discurso ante los filósofos, el apóstol hace

mención de ese altar. Así adaptó su mensaje a la cultura ateniense.

Apocalipsis - ¡El glorioso fin y la eternidad con el Señor!

17
Una de las escenas más impresionantes en toda la Biblia es la descripción que el libro de Apocalipsis da de

la triunfante celebración ante el trono de Dios en el cielo. En su visión Juan ve una multitud incontable que está

alabando y glorificando a Dios. Es una imagen inolvidable de los redimidos que cantan alabanzas al Cordero

que fue inmolado y es digno de toda gloria y alabanza. En medio de esta escena gloriosa se ve el fruto de los

esfuerzos misioneros. Juan dice que la multitud estaba formada por todas naciones y tribus y pueblos y

lenguas. La multitud estaba delante del trono (Ap. 7:9). Además el testimonio que dan es que por medio de la

sangre de Cristo, Dios los ha redimido de todo linaje y lengua y pueblo y nación (Ap. 5:9). La victoria que se

celebra es debido a la gracia de Dios, al sacrificio de Cristo en la cruz y a la obra misionera que el Espíritu Santo

ha hecho por medio de la iglesia.

En este breve resumen hemos trazado la trayectoria de la historia de las misiones por medio de algunas

referencias. El plan empezó en la dimensión de la eternidad, en los consejos eternos de Dios, de la eternidad

pasó a través del tiempo y regresará a la eternidad en victoria y gloria cuando Dios termine todas las cosas en

triunfo y gloria.

18
SECCIÓN II

LA BASE TEOLÓGICA DE LA MISIONOLOGÍA


Las implicaciones de las enseñanzas bíblicas sobre misiones

Ya hemos visto que las misiones tienen una base bíblica bastante amplia. El concepto de misiones es “muy

bíblico”. Debemos tomar en serio lo que la Biblia nos dice: que seamos hacedores de la palabra, y no solamente

oidores. Necesitamos poner en acción las instrucciones de la Biblia. En este caso específicamente, poner en

práctica lo que la Biblia nos dice en cuanto a las misiones transculturales.

En esta sección vamos a considerar las implicaciones de estas enseñanzas bíblicas sobre las misiones.

Vamos a ver el concepto de missio Deo, las razones bíblicas para respaldar las misiones, los motivos para

apoyarlas y las metas de las misiones.

19
CAPÍTULO 4

MISSIO DEI

En los últimos años el término latino missio Dei se ha usado para referirse a la obra misionera. Este término

muestra la inmensa importancia de las misiones en el plan de Dios para la humanidad. Según el Dr. John York,

“Missio Dei se refiere al plan de Dios para bendecir a las naciones por medio del evangelio de Jesucristo.”3 El

concepto de missio Dei tiene dos enfoques. El primer enfoque viene de Dios. Las misiones son la actividad de

Dios y se inician en Su corazón Es Dios mismo quien estimula el esfuerzo misionero y le da poder a la iglesia

para que lleve a cabo esta misión divina. Las misiones son obra de Dios, no “nuestra”. Las misiones son una

alta prioridad para Dios. En segundo lugar, missio Dei tiene un enfoque trinitario porque incluye a las tres

personas de la Trinidad. Dios el Padre, creó el mundo y mandó a su propio Hijo para ser el Salvador. Jesús

vino para redimir al mundo perdido. Se hizo carne, vivió entre los hombres y se entregó a sí mismo en la cruz.

El Espíritu Santo vino para convencer al hombre pecador de su necesidad de aceptar a Cristo.

El missio Dei forma una parte integral de la teología. Las misiones son una parte tan íntima de la teología

que no se puede separar la una de la otra.. Veamos cómo las misiones forman una parte integral en cada ramo

de la teología sistemática.

TEOLOGÍA MISIONES

Teología propia Las misiones son el corazón de Dios.

Antropología El hombre es la razón de las misiones.


Soteriología Las misiones existen porque el hombre necesita la salvación. Por
medio de los esfuerzos misioneros, el mensaje de salvación llega al
hombre.
Cristología Jesucristo fue el primer misionero. Las misiones son uno de los
resultados de Calvario.

Neumatología En la actualidad el Espíritu Santo está en el mundo convenciendo al


hombre del pecado y de su necesidad de un Salvador.

Eclesiología La meta de las misiones es establecer la iglesia de Jesucristo en


todo el mundo.

Escatología En los eventos finales los redimidos de todos los pueblos se


reunirán alrededor del trono de Dios. Será el resultado final de las
misiones.

20
Vemos que las misiones forman la médula de la teología. Realmente es imposible separar las misiones de

la teología porque el esfuerzo misionero es una parte íntegra del plan de Dios.

21
CAPÍTULO 5

RAZONES BÍBLICAS PARA APOYAR LAS MISIONES

La Biblia nos da muchas razones por las que nosotros los cristianos debemos apoyar y participar en las

misiones. Estas razones bíblicas que nos instan a involucrarnos en las misiones, se dividen en tres grupos que

son los propósitos, los motivos, y las metas.

Los propósitos de las misiones:

Los propósitos se relacionan con las intenciones o los fines que Dios tiene en mente en cuanto al desarrollo

de las misiones. Se trata de lo que Dios se propuso antes de la fundación del mundo al crear el universo y todo

lo que en él existe. Para cumplir con estos propósitos Dios inició su gran plan misionero.

Glorificar a Dios (Salmo 67, Ef. 1:3-6)

En su famosa declaración el Catecismo de Westminster afirma, “El hombre fue creado para la gloria de

Dios”. El más alto propósito de Dios al crearnos fue, que viviéramos y existiéramos para su gloria. De la misma

manera, el fin primordial de las misiones es glorificar y magnificar a Dios. Las misiones son el medio por el cual

la gloria de Dios se se hace real en el mundo hoy en día. Por medio de los esfuerzos misioneroslos hombres

llegan a conocer al Señor y a vivir para su gloria. Es esencial que en las misiones todo sea hecho para la gloria

de Dios. La posibilidad de glorificar y engrandecer a nuestro Señor nos sirve como una motivación poderosa

para las misiones. Cuando reconocemos quién es nuestro maravilloso Dios y lo amamos de todo corazón,

sentimos un deseo profundo de que Él sea glorificado en el mundo entero. El anhelo ferviente de nuestra vida

será que su nombre sea glorificado en todas las naciones, pueblos y lenguas. Esta primera razón bíblica

nos insta a apoyar las misiones con todo lo que hay dentro de nuestro ser.

Hacer la voluntad de Dios. ( Mateo 28:18-20)

Una segunda razón bíblica, por la que participamos en las misiones, es para obedecer a Dios y hacer su

voluntad. La Biblia que es la revelación de Dios y de su voluntad señala que la voluntad de Dios es que

participemos en las misiones. El Señor quiere que la iglesia participe activamente en la gran obra misionera.

La Gran Comisión es un claro y contundente mandamiento a la iglesia, por el cual recibimos instrucciones de

22
ir por todo el mundo predicando el evangelio. Esto nos da suficiente motivo para participar y apoyar los

esfuerzos misioneros. Para el verdadero cristiano la obediencia a Dios debe ser lo más importante de su vida.

Evangelizar al mundo preparando el camino para la venida del Señor. (Mateo 24:14)

Uno de los requisitos que tiene que cumplirse antes de la venida de nuestro Señor Jesucristo es el de

predicar el evangelio en todo el mundo. En Mateo 24:14, el Señor mismo dice, “Y será predicado este evangelio

del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Evidentemente,

esta es una profecía bíblica que tiene que ser cumplida para que Cristo regrese por su pueblo. Esta profecía

es única en el sentido de que la iglesia tiene que hacer algo para que se cumpla. Por medio de los esfuerzos

misioneros para extender el evangelio, podemos apresurar la venida de nuestro maravilloso Señor. ¡Qué motivo

más grande y apasionante para estar activos en las misiones! ¡Prediquemos el mensaje a todo el mundo y

pronto veremos al Rey de Reyes!

Motivos de las misiones

Los motivos de las misiones son las razones que la Biblia nos da para comprometernos en la obra misionera

con dedicación.

El corazón de Dios

Una de las motivaciones más poderosas para que los cristianos participen en las misiones es el anhelo del

corazón de Dios por alcanzar a los perdidos. Desde antes de la creación del mundo, Dios tenía la intención de

llegar al hombre con su amor, por medio de su Hijo, Jesucristo. En la cruz, se ve claramente la evidencia de

ese amor profundo de Dios para el hombre. Este amor se expresa por medio de las misiones. La pasión del

corazón de Dios está reflejada en su deseo de que todos vengan a su conocimiento (I Ti. 2:4) Bob Pierce, el

fundador de Visión Mundial, dijo, “¡Que mi corazón sea quebrantado por las cosas que quebrantan el corazón

de Dios!” El cristiano que verdaderamente ama al Señor tendrá la misma pasión de Dios – una pasión

misionera.

Amor para el Señor

¿Me amas? Esta es la pregunta que Jesús le hizo a Pedro y que hoy en día nos hace a nosotros. En Juan

21:15-19, Jesús confronta a Pedro preguntándole varias veces si lo ama a lo cual Pedro le responde

23
insistintemente que sí lo ama. Entonces Jesús le dice, “Apacienta mis ovejas.” Si amamos al Señor este amor

se traduce en una preocupación para las almas. El solidarizarnos con las misiones es una prueba de nuestro

amor para Dios.

La condición de los inconversos

Otra poderosa motivación que debemos tener como cristianos para participar en las misiones, es la triste

condición de los inconversos. La Palabra de Dios describe a los que son esclavos del pecado y no han conocido

a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Están perdidos en el pecado y lejos de Dios. En Efesios 2:12, Pablo

los describe diciendo que están sin esperanza y sin Dios en el mundo. Por su condición como pecadores

separados de Dios, les espera el juicio de Dios. (Ro. 6:23, Sal. 9:17 y Ap. 21:8) Si no aceptan a Cristo como

su único Salvador, su destino eterno es el infierno y estar separados de Dios. La única manera de cambiar su

destino eterno es guiarlos a poner su fe en Jesús. Por medio de las misiones, la condición actual de los perdidos

por el pecado, es transformada en el momento que ellos aceptan al Señor y empiezan a vivir para Él. Aún más

importante, el destino eterno de millones y millones de almas perdidas cambiará. En vez de ir rumbo al infierno,

sus pasos los llevan hacia el cielo y a una eternidad gloriosa en la presencia de Dios para siempre.

Cristo es el único camino

Es imperativo que participemos en la obra evangelizadora del mundo, porque Cristo es el único camino al

Padre y al cielo. No hay otro camino. No hay otra salvación. Jesús mismo dijo, “Yo soy el camino, la verdad y

la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6) Los apóstoles anunciaron, “Y en ningún otro hay

salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos

4:12)

Vivimos en una época posmodernista en la que se declara que todas las religiones son válidas. “Todas las

religiones mundiales son caminos diferentes que suben el mismo monte”, afirman los posmodernistas. “No

importa lo que uno cree, siempre y cuando sea sincero.” Debemos tener muy en claro que la Palabra de Dios

declara que no hay otro nombre, no hay otra salvación, solamente en Cristo hay salvación. Como la iglesia de

Jesucristo del tercer milenio, tenemos que ser explícitos y firmes en esta afirmación.

24
El hecho de que Cristo es el único medio para la salvación del mundo perdido es una gran motivación que

nos lleva a para predicar a Cristo en todo el mundo.

Una deuda (Romanos 1:14-16)

El apóstol Pablo reconocía un hecho importante – era deudor. En Romanos 1:14,15, el apóstol escribe, “A

griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros

el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.” El cristiano que ha recibido abundantemente de la

maravillosa gracia de Dios tiene que humildemente confesar que es deudor. En estas palabras de Pablo, hay

tres principios bíblicos. Primero, es interesante notar que Pablo aquí no dice que es deudor a Dios, sino a los

inconversos. Segundo, Pablo se ve como deudor a otros pueblos y a otros grupos. Es deudor a griegos y a no

griegos, a sabios y no sabios. Tercero, siendo que Pablo se siente deudor, su reacción es salir para anunciar

el evangelio y lo hace hasta en lugares extranjeros. Como deudores que somos hay algo que debemos

hacer: anunciar y esparcir el evangelio.

Las metas de las misiones

Las metas de las misiones son las actividades que Dios se propone lograr por medio de lo que hace la

iglesia. En los esfuerzos misioneros de hoy en día, esa es la parte que con la ayuda del Señor la iglesia de

Jesucristo debe realizar..

Evangelismo

En primer lugar, una meta en las misiones es el evangelismo. En todos los lugares del mundo, la iglesia

debe hacer todo lo posible para presentar el evangelio de Jesucristo, con la meta de que los oyentes acepten

al Señor. El evangelismo se lleva a cabo por medio de cultos y campañas evangelísticas, distribución de

folletos, usando los medios de comunicación tales como la radio y la televisión, cultos familiares, visitación de

puerta a puerta y varias otras actividades con el fin de compartir las buenas nuevas de Jesucristo.

Discipular a los creyentes

Las responsabilidades de los padres no terminan al nacer su bebé. Los padres tienen que cuidarlo,

alimentarlo, protegerlo, y, al crecer, enseñarlo. Si unas horas después de nacer un bebé, sus padres lo dejaran

en la calle pensando que ya ya puede valerse por sí solo, las autoridades los arrestarían y los meterían en la

25
cárcel acusándoles del crimen de abandonar a su niño. Algo parecido sería si ganáramos a un alma para Cristo

y, luego, lo dejáramos sin hacer nada para animarlo, ni para instruirlo en los caminos de Cristo.

Tal como el evangelismo es una parte integral de las misiones, el discipulado de los nuevos creyentes

también es una parte esencial de las misiones. El discipulado incluye el proceso de enseñarlos, guiarlos,

aconsejarlos y ayudarlos llegar a ser cristianos maduros y firmes en el Señor. El proceso de discipulado puede

ser lento y requiere de mucho tiempo y paciencia. Generalmente esta etapa demanda más tiempo y esfuerzo

que el proceso de evangelismo.

Establecer iglesias locales

Si la iglesia va a cumplir la Gran Comisión, es imprescindible que en la obra misionera una de las metas

sea el establecimiento de iglesias locales. El modelo bíblico se basa en la iglesia local. Cuando Pablo iba de

una ciudad a otra, establecía iglesias. Este era uno de los enfoques de su ministerio misionero. Las misiones

en el Nuevo Testamento se centraban en la iglesia local. Una de las metas fundamentales de los esfuerzos

misioneros en el siglo veintiuno, tiene que ser la de establecer iglesias locales.

26
SECCIÓN III

LA BASE ESPIRITUAL DE LAS MISIONES


La fuente de poder en las misiones

Sería inconcebible que la iglesia emprendiera por sus propias fuerzas una empresa tan monumental como

es el desafío de alcanzar a todo el mundo con el evangelio de Jesucristo. Con nuestras propias fuerzas no

podemos convencer ni a una sola persona de su necesidad de ser salva – ¡mucho menos podemos salvar al

mundo! La evangelización es una obra espiritual. Es la obra de Dios por medio de nosotros. Si vamos a

cumplir con la gran comisión, es imprescindible que tengamos el poder de lo alto.

En esta sección vamos a examinar dos dinámicas espirituales que son esenciales en la obra misionera.

CAPÍTULO 6

27
LA VIDA POR MEDIO DE LA OBRA EN LA CRUZ

Hay dos dimensiones espirituales que nos motivan a participar en las misiones. Estas son el poder de la

obra de Cristo en la cruz y del Espíritu Santo. La vida crucificada ola vida sacrificada y la vida llena del Espíritu

forman la base para nuestra entrega a las misiones. Al entender estas dinámicas espirituales y al ponerlas en

acción, seremos motivados a comprometernos con la gran misión de la evangelización de un mundo perdido y

necesitado de un Salvador. Estaremos dispuestos a sacrificarnos por la causa de las misiones. Si el misionero

vive los principios de la vida crucificada y en el Espíritu Santo, va a experimentar la bendición de Dios en su

ministerio misionero.

LA CRUZ Y LAS MISIONES

“Nadie puede llamarse un predicador del evangelio sin proclamar la redención provista por medio de la muerte de
Cristo y una subsecuente vida de sacrificio personal consistente con el mandamiento de Cristo de “tomar su cruz”.
. .La iglesia transformará al mundo hasta el grado que su pueblo practique el discipulado radical.”
-Dr. John York, en Las misiones en la era del Espíritu

Sin la obra de Cristo en la cruz el evangelio estaría vacío, nuestra predicación sería en vano y no habría

salvación. El sacrificio de Cristo en la cruz y su resurrección son realidades indispensables en el plan de Dios

para la salvación del hombre. La cruz de Cristo trae dos dinámicas primordiales a la vida del creyente. La

primera es la salvación y la segunda es la vida de la cruz. Como escribe el Dr.John York:

“Numerosos textos demuestran que el mensaje de la cruz se refiere principalmente a la expiación


provista por Jesucristo a través de Su muerte y resurrección. Un mensaje secundario, enseñado por
Jesús mismo, extiende la cruz metafóricamente a la vida de auto sacrificio que es una característica de
todo verdadero seguidor de Cristo.”4
El testimonio de Pablo concerniente a la vida crucificada se encuentra en el precioso pasaje de Gálatas 2:20,

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne,

lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” ¿Qué es la vida crucificada?

Es un proceso espiritual que sucede en el corazón y la vida del creyente por el cual Dios hace una obra profunda

y radical en él. Este cambio imprescindible ocurre cuando el creyente desea dedicar su vida al Señor en la

28
forma más completa posible. Este proceso de crucifixión personal con Cristo es esencial para el éxito verdadero

de su vida cristiana. Primeramente tiene que “crucificarse con Cristo”. Este es un paso consciente que se toma

por decisión y voluntad propia. No es algo automático en la vida del creyente, sino un acto deliberado de su

voluntad. Es necesario identificarse con Cristo en su muerte. Esto implica aceptar incondicionalmente la verdad

de que la muerte de Cristo es el único remedio para sus pecados. Luego tiene que reconocer que ha muerto

juntamente con Cristo. Ha muerto a sus propios deseos, planes, ambiciones – a su propia vida. Después de

identificarse con Cristo en su muerte, el creyente empieza a vivir la nueva vida en Cristo en una dimensión más

profunda. Ya no vive para sí mismo. No vive dependiendo de sus propias fuerzas ni para satisfacerse a sí

mismo. Sino, como dice Pablo, ya Cristo vive en él. El Señor vive por medio de él. Esta realidad lo cambia

todo; sus metas, sus planes, sus acciones, en fin, toda su vida. Esta dinámica de una vida cristocéntrica que

es el resultado de haberse crucificado con Cristo, es la motivación divina que nos empuja a entregarnos a las

misiones.

La dinámica de la vida crucificada tiene algunas implicaciones profundas en la vida del creyente. Vamos a

ver tres de estas implicaciones:

Poder

La obra en la cruz tiene una fuerte potencia. En I Corintios 1, Pablo habla elocuentemente de la cruz. En

el versículo 18 dice, “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto

es, a nosotros, es poder de Dios.” La obra de Cristo en la cruz es el poder de Dios para salvación y para

transformar al pecador. Es el poder de Dios para cambiar radicalmente la vida de los creyentes. Es el poder

de Dios para la evangelización de un mundo perdido. ¡El poder de la cruz de Cristo es fundamental en las

misiones! La obra de Cristo en la cruz nos da poder para ir predicando por todo el mundo.

Derechos Personales

“Toma tu cruz y sígueme” es el llamado claro y directo de nuestro Señor. La cruz implica negarse a sí

mismo. Hace dos milenios, cuando un hombre era colgado en una cruz romana tenía que aceptar por lo menos

tres realidades. La primera realidad es que sabía que no tenía ningún futuro. Iba a morir, sería un desperdicio

de tiempo hacer planes para el mañana. Dos, era imposible llevar a cabo algo, porque estaba atado a la cruz.

29
Ya no podía satisfacer sus propios deseos. Tres, sabía que ninguna de sus posesiones materiales le servía

para nada. A partir de ese momento, ni casa, ni caballo, ni muebles le iban a servir más. No podía usarlos en

la cruz y mucho menos le servirían en la muerte. De la misma manera, al crucificarnos con Cristo, le entregamos

nuestro futuro, nuestros deseos y nuestras posesiones terrenales.

La vida crucificada nos da una motivación para entregarnos en sacrificio al Señor para las misiones. C.T.

Studd, captó el espíritu de entrega que la cruz provoca en el corazón del creyente al meditar en el profundo

sacrificio de Cristo en el madero cuando dijo, “Si Jesucristo es Dios y murió por mí, entonces no hay ningún

sacrificio que sea demasiado grande para hacer yo por él.”

Entregar los derechos personales

Una de las implicaciones del acto de “tomar su cruz” es la perdida de los derechos personales. Cuando el

cristiano vive la vida de la cruz, le entrega al Señor todos los derechos. Es el Señor quien toma control de su

vida y es Él quien hace las decisiones. Mabel Williamson, una misionera soltera, empezó su carrera misionera

en China en 1934. Al llegar a China, la realidad de las dificultades con la cultura y las subsecuentes demandas

que su nueva vida iba a requerir de ella, le produjeron un tremendo choque cultural. Se dio cuenta que su vida

allí no iba a ser fácil y sostuvo una tremenda lucha consigo misma. Pero llegó a la conclusión de que el éxito

del misionero y de todo ministro depende de la entrega voluntaria de los derechos personales al Señor. Ella

escribió:

“En el campo misionero el gran desafío no es aguantar las privaciones, ni la falta de comodidades, y no
es la dureza de la vida que hace al misionero vacilar y fallar. Es algo mucho menos romántico y mucho
más real. El misionero no puede hacer lo que quiera. Él tiene que ceder todos sus derechos. En las
palabras de Jesús, él tiene que “tomar su cruz”. Él tiene que entregarse a sí mismo.”5
La práctica del principio de la vida sacrificada tiene un impacto profundo en las misiones. Para el misionero,

el negarse a sí mismo y entregarse al Señor produce la motivación de dejar a su familia, su casa y su país natal

para ir a los confines del mundo a predicar el evangelio. Este mismo principio motiva a la iglesia local, a su

pastor y a los hermanos en la iglesia a levantar los ojos a la mies para ver las necesidades espirituales en

nuestro mundo y a estar dispuestos a sacrificarse para apoyar a las misiones con sus finanzas y sus oraciones.

30
Entender las implicaciones de la cruz cambia nuestras prioridades motivándonos a servir a nuestro Señor en la

evangelización del mundo.

“No lo que quiera ser, Ni donde quiera ir,


Pues, ¿quién soy yo que debo decidir?
Mi Padre escogerá la senda que es mejor;
Así feliz yo puedo ir.”
-C. Austin Miles en Submisión

31
JESÚS RENUNCIÓ A SUS DERECHOS
Jesús no tuvo derechos
Sin derecho a una cama cómoda, y a una mesa bien provista;
Sin derecho a una casa propia, ni a un hogar
Sin derecho a escoger compañeros simpáticos que lo entendieran,
Sin derecho a pasar lejos de la suciedad y el pecado, a caminar por sendas más limpias.
Sin derecho a ser entendido y apreciado; no, ni aún por quienes habían recibido
una doble porción de su amor.
Sin derecho a recibir el amparo de su Padre, Quien significaba para Él más que
todo el universo.
Renunció al derecho de negarse a sufrir en silencio la vergüenza, los azotes, los golpes, el juicio
ante Pilato, la angustia de llevar sobre sí mismo mis pecados en la cruenta cruz.
Él no tuvo ningún derecho. ¿Y yo. . .?
¿Tengo derecho a las “comodidades” de la vida? ¡No! Pero, sí tengo derecho al amor de Dios
que me conforta.
¿Tengo derecho a la seguridad física? ¡No! Pero, sí a la seguridad de estar en el centro de su
voluntad.
¿Tengo derecho al amor y simpatía de los que me rodean? ¡No! Pero, sí el derecho a la amistad
de Aquel quien me entiende mejor de lo que me entiendo yo mismo.
¿Tengo derecho a ser un líder entre los hombres? ¡No! Pero, sí el derecho a ser guiado por
Aquel a quien le he entregado todo, a ser guiado como un niño con su mano en la de su
padre.
¿Tengo derecho a un hogar, y a tener seres queridos? ¡No! No necesariamente; pero, sí tengo
el derecho a morar en el corazón de Dios.
¿Tengo derecho a mí mismo? ¡No! Pero, sí tengo el derecho a Cristo.
Todo lo que Él pida, se lo daré.
Todo lo que Él da lo tomaré.
¡Él es mi único derecho!
Él es el único derecho ante el cual todos los demás derechos se desvanecen.
Tengo pleno derecho a Él.
¡Oh! ¡Mi anhelo es que Él tenga pleno derecho en mí!

-Mabel Williamson6

32
CAPÍTULO 7

EL ESPÍRITU SANTO Y LAS MISIONES


Por Jim Billings

La vida crucificada es la dinámica que nos ayuda a establecer prioridades correctas en nuestra vida.

Morimos a nosotros mismos y dejamos que Cristo viva en nosotros. La presencia del Espíritu Santo en nuestra

vida es la dinámica que nos da dirección en nuestro camino cristiano y poder para hacer la voluntad de Dios.

Con Cristo en el centro de nuestra vida y el Espíritu Santo llenándonos, podemos ir al mundo preparados

espiritualmente para la obra que Dios tiene para nosotros.

El profeta Zacarías lo dijo bien, “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los

ejércitos” (Zac. 4:6). Con mucha sabiduría Jesús ordenó a sus discípulos, “que no se fueran de Jerusalén, sino

que esperasen la promesa del Padre...” (Hch. 1:5). Moisés entendió la necesidad de tener la ayuda del Espíritu

Santo cuando dijo en Éxodo 33:15, “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” Existe una

propaganda de American Express promocionando una tarjeta de crédito por la televisión que dice, “No salgas

de la casa sin ella.” No salgamos de nuestros países para la obra misionera sin la ayuda del Espíritu Santo, o

todo que hagamos será en vano.

Estamos en una batalla espiritual. Esta batalla tiende a intensificarse cuando nos proponemos y nos

comprometemos a ponernos en la brecha a favor de los perdidos de este mundo. Satanás no se preocupa

mucho con una iglesia relajada y conformista, pero sí levanta su cabeza grotesca cuando una iglesia no está

conforme con los logros pasados y se pone en acción para arrebatar de las garras de Satanás las almas

perdidas. Pablo declaró en I a Corintios 16:9, “porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son

los adversarios.” En la segunda epístola a los corintios, Pablo dice que es el dios de este siglo quien cegó el

entendimiento de los incrédulos (4:4). Al escribir a los efesios, Pablo les insta a tomar toda la armadura de

Dios, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los

gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef.

6:12-13). Peleemos la batalla espiritual con la ayuda del Espíritu Santo.

33
Pablo escribió a los efesios en el El Espíritu Santo puede hacer más en un momento de lo que nosotros
podemos hacer en toda una vida. En la década de los ochenta queríamos
capítulo 3, versículo 20, “Y a Aquel que es
plantar una iglesia entre la clase profesional en la zona de la ciudad donde
poderoso para hacer todas las cosas vivíamos. La verdad es que con los muchos viajes, el trabajo de profesorado

mucho más abundantemente de lo que en el Instituto Bíblico, el ministerio en las iglesias y probablemente más que
todo, la falta de fe de quien les escribe, nada estaba pasando. La experiencia
pedimos o entendemos, según el poder de tratar de trabajar con esa clase de gente no era algo agradable por ser
que actúa en nosotros.” Fíjese que Dios gente resistente al evangelio. Un día estaba meditando en la oficina ubicada
en mi casa cuando sonó el teléfono. La persona que llamaba me sorprendió
puede hacer todas las cosas mucho más
con su pregunta sobre si había una iglesia nuestra en esa zona de la ciudad.
(énfasis en mucho más) abundantemente Le dije que no había todavía, pero estábamos pensando en abrir una. Por
curiosidad le pregunté cómo había conseguido mi número telefónico y me
de lo que nosotros podemos pedir o
informó que salió en la pantalla del televisor al final de un programa que
entender. Y lo hace según el poder del estábamos auspiciando. No me sentí contento con la noticia porque el
número telefónico que debía aparecer tenía que ser el de la oficina en el
Espíritu Santo que actúa en nosotros.
centro de la ciudad donde había personal para atender a la gente. La cosa
Con razón siguió Pablo con su doxología clave allí fue que el prefijo del número de mi casa identificó la zona de la
ciudad donde vivía y desde donde empezó a llamar la gente. Estas personas
en el versículo 23, “a él sea gloria en la
no llamaron al número telefónico de la oficina en el centro de la ciudad porque
iglesia en Cristo Jesús por todas las no tenían interés en asistir a una iglesia lejos de sus propias casas.
Al colgar el teléfono, casi en seguida sonó otra vez y la persona lanzó la
edades, por los siglos de los siglos.
misma pregunta acerca de una iglesia. Creo que en este momento el Espíritu
Amén.” Santo me inspiró a preguntar el nombre y número telefónico del que llamaba
y anotarlo en un cuaderno con la promesa de llamarle en cuanto abriéramos
Ya hemos visto cómo el Espíritu Santo
una iglesia en esa zona. Durante el transcurso de esa tarde varias personas
habló a la iglesia en Antioquía para llamaron al “número equivocado” y sus nombres quedaron en la lista de los

confirmar el llamado de Pablo y Bernabé. primeros miembros de la iglesia que todavía no existía. Una señora llamó y
me avisó de un local que podríamos tomar en alquiler. Esto también fue un
En Hechos 13:4 dice que ellos fueron milagro porque en esa zona de la ciudad era cosa difícil encontrar un local
enviados por el Espíritu Santo. Es decir disponible. A las dos semanas se llevó a cabo el primer servicio en el local
alquilado, pero aun antes se convirtieron una mujer, su primo y la esposa de
que todo el proceso fue ordenado y
él al visitarnos en la casa con deseos de conocer a Cristo. La iglesia empezó
coordinado por la Tercera Persona de la a crecer y al cabo de varios meses hubo un promedio de 70 en asistencia y
120 asistieron para el culto de Navidad.
Trinidad. En su segundo viaje misionero,
-Jim Billings, Presidente de ISUM
Pablo quería ir a Asia para predicar el

evangelio, pero el Espíritu Santo se lo

34
prohibió. Después con su compañero Silas pensaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no les permitió. Sencillamente

hay momentos en que los caminos y pensamientos de Dios no son los nuestros. No es que el Espíritu Santo

no quería la salvación de los de Asia o de Bitinia. Simplemente no era el tiempo y sólo Dios sabe el porqué.

Después vemos que se establecieron iglesias en Asia Menor y Pablo participó en esto por medio de su escuela

en Éfeso (Hechos 19:10). También Pedro hizo mención de la iglesia en Bitinia (I P. 1:1), aunque no sabemos

quién la estableció ni cómo. Lo importante es que Pablo era sensible a la voz del Espíritu y no causó daño

indebido, por imponer su propia voluntad cuando Dios tenía otros planes.

El mandato de Pablo a los efesios es, “Sed llenos del Espíritu” (Ef. 5:19). En el griego original la idea es

seguir siendo llenos del Espíritu. El día de Pentecostés fue una de las muchas veces cuando la Escritura dice

que los discípulos estaban llenos del Espíritu Santo. Era su estilo de vida. Los misioneros llenos del Espíritu

son los que ven la mano de Dios obrando con señales y maravillas para llevar a la gente a los pies de Cristo.

Pero es preciso que tanto los misioneros como los pastores colaboremos en esta gran obra. Necesitamos

pastores llenos del Espíritu Santo, quienes prediquen sobre el llamado a salir al campo y sobre el llamado de

apoyar a los que salen. Se necesitan líderes llenos del Espíritu Santo en el Departamento Nacional de Misiones,

en los puestos regionales y también en la iglesia local. Necesitamos laicos llenos del Espíritu Santo, porque es

difícil que alguien que tenga la llenura del Espíritu Santo no forme parte de las misiones.

El Espíritu Santo nos ayuda en nuestra oración para la obra misionera. Romanos 8:26-27 dice, “Y de

igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo

sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los

corazones sabe cual es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los

santos.” La intercesión en lenguas es un privilegio que Dios nos ha dado para que nuestras oraciones no sean

egoístas y que realmente sean efectivas. Jesús nos insta en Lucas 10:2 a orar al Señor de la mies que envíe

obreros a su mies. ¿Por qué nos diría que debemos orar si de todos modos Él va a enviar obreros? Parece

que hay una relación estricta entre las oraciones que suben al Señor de la mies y la cantidad de obreros que

salen a trabajar en ella. Cada misionero es la respuesta a la oración de alguien o de algunos. Vale la pena

orar por más misioneros y por los misioneros que ya están en el campo de trabajo.

35
En el año 1994 el Doctor Luis Flores se graduó del ISUM. El doctor quien había sido profesor de la

Universidad Central del Ecuador había sido ateo, y en su propia opinión, era demasiado inteligente para aceptar

la religión de la gente común de su país. Resulta que su hija se convirtió al Señor en una iglesia pentecostal y

recibió el bautismo en el Espíritu Santo. El Doctor Flores quien habla siete idiomas diferentes, llegó un día a la

casa y para su gran sorpresa, escuchó a alguien hablando en uno de estos idiomas. Al acercarse al dormitorio

de su hija, descubrió que estaba alabando a Dios en un idioma que ella nunca había aprendido, entonces el

Doctor Flores se entregó al Señor al darse cuenta que hay un Dios de milagros.

Dios ha equipado a la iglesia para cumplir con la gran comisión. Las dinámicas espirituales de la vida

sacrificada y de la llenura del Espíritu Santo nos facultan a ir por todo el mundo predicando el evangelio. Dios

nos da el poder espiritual necesario para cumplir la misión que nos ha encomendado.

36
SECCIÓN IV

EL CAMINO AL CAMPO DE TRABAJO: La preparación del misionero

¿Cómo se puede llegar a ser misionero? Es el interrogante que vamos a tratar en esta sección. El proceso

de llegar a ser un misionero aprobado y comisionado por una iglesia nacional es largo y arduo. No se llega a

ser misionero por capricho. No es porque un día cualquiera a alguien se le ocurre que le gustaría viajar y

conocer otros países y por esta razón quiere ser misionero. En realidad, el camino al campo misionero empieza

con el llamado divino. Para el misionero, todo comienza literalmente con el llamamiento del Señor. Cuando se

siente el llamado al campo misionero, hay que dedicar un tiempo para la preparación personal. Luego viene el

proceso de conseguir la aprobación del Departamento Nacional de Misiones (DNM). Una vez que se cuenta

con la aprobación de este Departamento, es necesario buscar fondos y el apoyo financiero de las iglesias

locales. Antes de ir al campo, el misionero tiene que pasar por un tiempo de preparación intensiva que incluye

instrucciones en cuanto a la forma de trabajar de su departamento de misiones, clases sobre los principios

misioneros y también enseñanza y preparación para adaptarse a la nueva cultura. En muchos casos, se

requiere que el misionero candidato asista a la Escuela de Misiones organizada por su Departamento de

Misiones. Por fin, después de recorrer por un camino largo, el nuevo misionero está listo para salir a su campo

de labor. En esta sección vamos a examinar este proceso del camino al campo misionero.

37
CAPÍTULO 8

EL LLAMADO MISIONERO
Por Jim Billings

Todos somos llamados a hacer misiones. Algunos van a salir a los campos blancos y otros van a apoyar a

los que salen. Sin duda hay un llamado especial y divino que Dios le da a ciertas personas para que vayan

predicando el evangelio a los pueblos no alcanzados. Pensando en la mies tan grande y los pocos obreros,

Jesús dijo, “Rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2). ¿Por qué diría Jesús que

debemos orar si de todos modos Él iba a enviar obreros? Hay una relación directa entre las oraciones que

suben al Señor de la mies y los obreros que salen a trabajar.

Abram recibió el llamado de Dios. “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y

de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Gn. 12:1). El gran capítulo de la fe dice que obedeció y

salió sin saber a dónde iba (He. 11:8). Dios desafió a Isaías preguntándole, ¿A quién enviaré, y quién irá por

nosotros? El profeta respondió a esta pregunta de Dios con su respuesta breve pero llena de resolución, “Heme

aquí, envíame a mí” (Is. 6:8).

En Hechos 13, Pablo y Bernabé son enviados por la iglesia de Antioquía en su primer viaje misionero. Esto

es en base al llamado del Espíritu Santo ya realizado en sus vidas, “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé

y a Saulo para la obra a que los he llamado” (v. 2). El llamado a Saulo le llegó en respuesta a su pregunta a

Jesús, “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hch. 9:6) Años después Pablo testificó delante del rey Agripa que

no fue rebelde a la visión celestial o llamado misionero (Hch. 26:19).

Es posible que el llamado de Dios a las misiones no sea tan dramático hoy como lo fue en los tiempos

bíblicos. En el caso mío, el llamado a ser misionero era un deseo implantado por el Espíritu Santo por supuesto

que empezó a crecer en mi vida desde mi adolescencia. A los catorce años ya sabía que Dios me había llamado

y empecé a tomar las decisiones necesarias para poder llegar al campo misionero. Elegí un instituto teológico

que consideré bueno para prepararme para el campo misionero. Busqué a una esposa quien compartía los

mismos deseos de salir al campo misionero. No la sorprendí después de una semana de casados diciéndole,

“¡Mi querida, se me olvidó decirte algo, que voy a ser misionero!” Hablamos de esto ANTES del matrimonio.

38
Pasaron otros catorce años desde la confirmación de mi llamado, pero en el tiempo de Dios llegué a América

Latina acompañado de mi esposa y nuestros dos hijos.

Hay algunos que creen que el llamado de Dios para salir a otra cultura es un castigo. En realidad Dios nos

llama y pone en nosotros los deseos y los dones necesarios para poder ser misioneros con éxito. Cuando un

creyente realmente tiene el llamado, si está en el centro de la voluntad de Dios tiene la vida más maravillosa

que puede haber. Ser llamado al ministerio es un gran privilegio. Como un misionero dijo, “Si Dios me ha

llamado a ser misionero, ¡no me bajaría a ser un rey!”

El llamamiento y los latinos

Un fenómeno de los últimos años es la cantidad de hermanos latinos que están sintiendo el llamado de Dios.

En la década pasada, en el instituto bíblico en Bolivia donde estaba cooperando, era notable el número de

alumnos que llegaban a prepararse para el ministerio, que ya sentían un llamado misionero. Cuando salió la

primera pareja misionera de Bolivia afiliada a las Asambleas de Dios, el Espíritu Santo me hizo sentir que ellos

eran las primicias y que muchos otros los seguirían. En parte estamos viendo la realización de ese sentir, pues

Bolivia ya ha enviado a una soltera a Japón, un soltero al norte de Africa, una pareja bi-vocacional a Londres

y una soltera ya está en el proceso de visitar las iglesias con el deseo de ir a España y al norte de Africa.

Toda persona y todo pueblo que ha recibido el evangelio ya han sido bendecidos. Dios dijo a Abram, “Te

bendeciré...y serás bendición” (Gn. 12:2). Las bendiciones de Dios siempre han sido para compartir con otros.

La iglesia en América Latina ha sido bendecida y va a ser más bendecida todavía al aumentar sus esfuerzos

para compartir el regalo de la salvación con otros. “Más bienaventurado es dar que recibir”.

Una gran ventaja que tiene un misionero latino en el campo, es que no tiene los mismos prejuicios en su

contra en contraste con alguien de Norteamérica o Europa. Sus características físicas son más parecidas a la

gran mayoría de la gente que vive en la Ventana 10-40*, donde existe la necesidad más grande de misioneros

en la actualidad. El castellano también es un idioma más parecido al árabe que hablan muchos de los que

*
La Ventana 10-40 es al área comprendida entre los paralelos de 10 grados a 40 grados al norte del Ecuador
en Europa, Africa y Asia. Aquí vive un gran porcentaje de las personas aún no alcanzadas con el evangelio.

39
viven en la Ventana 10-40. En muchos aspectos su estilo de vida se acerca más al estilo de vida de la gente

donde va a ministrar.

Entre los desafios que tiene un misionero latino es la necesidad de adoctrinar a la gente de su propio país

acerca de las misiones. En algunos países la idea de las misiones todavía es nueva y el Departamento Nacional

de Misiones está en desarrollo. Los primeros pasos mayormente son difíciles. Todavía hay los que no están

convencidos que la iglesia de América Latina puede y debe trabajar en las misiones. Algunos no entienden

por qué se necesitan presupuestos tan altos para enviar a un misionero. Y no hace falta el que dice, “Aun no

hemos evangelizado a nuestro propio país. ¿Por qué estamos pensando en enviar a misioneros a otros

lugares?”

El llamamiento y la mujer en las misiones

Dios en su sabiduría y soberanía ha llamado a muchas mujeres solteras a la obra misionera. Gracias a la

obediencia y valentía de ellas, hay multitudes que ya tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida. Como

Ester, quien abogó por su pueblo, ellas están arriesgando todo para traer la salvación a los desesperados.

Como Rut, quien se identificó con el pueblo de Noemí, ellas se están identificando con los de otras culturas

para poder bendecirles con las buenas nuevas.

La mujer casada lleva un papel muy importante en las misiones. Mayormente comparte la misma carga y

visión misionera que tiene su esposo. He visto casos en los cuales parece que la mujer tiene carga y visión

más fuertes o más específicas que las de su marido. También existen casos en que hay mujeres que

aparentemente no tienen el llamado a salir como misioneras, pero lo hacen por solidaridad con su esposo.

Cualquiera que sea el caso, la mujer casada es una misionera y no solamente la esposa del misionero. Muchas

parejas trabajan juntos en un solo ministerio y hay otras que tienen diferentes ministerios.

El llamamiento y la familia del misionero

Cuando hay hijos en una familia, es necesario tomar en cuenta a cada uno de ellos al pensar en la carrera

misionera. Los niños, adolescentes y jóvenes también pueden y deben participar juntos con sus padres en la

proclamación del evangelio a los de otra cultura. Frecuentemente son los hijos quienes primeramente son

40
aceptados en una nueva cultura y pueden abrir muchas puertas para que llegue el evangelio. Dios en su

sabiduría muchas veces llama a los hijos de misioneros para que ellos vuelvan al campo misionero cuando son

adultos. Tienen grandes ventajas, pues ya conocen el idioma y la adaptación a una cultura extraña no es

problema.

Los padres necesitan dar la prioridad debida a su familia. ¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el

mundo, pero perdiere a su propia familia? Se necesita un equilibrio entre ministerio para el mundo o para la

iglesia y ministerio para la familia.

41
CAPÍTULO 9

LA PREPARACIÓN PERSONAL DEL MISIONERO


Por Jim Billings

Académica

Hoy en día es esencial que el misionero tenga una buena preparación académica por varias razones. El

mundo está cambiando cada día y las exigencias para el que está en el ministerio son cada vez mayores. El

nivel de la educación y el avance de la tecnología están subiendo y progresando a una velocidad alarmante.

Existen países que sólo reciben a misioneros que tienen una profesión o cierto nivel de preparación académica.

Una forma de despreciar a la gente de cualquier cultura es dejarles pensar o sentir que no merecen mucho de

nosotros y, por ende, descuidamos nuestra preparación académica.

El idioma

La comunicación del evangelio depende de muchos factores, pero entre ellos siempre sobresale la

necesidad de aprender el idioma del pueblo donde uno va a vivir y ministrar. Hay algunos que tienen un don

especial de aprender idiomas, pero para la gran mayoría de los misioneros la adquisición de un nuevo idioma

es un duro trabajo que requiere de diligencia y perseverancia. ¿Quién no ha oído de algún error real o inventado

que cometió algún misionero novato en el idioma? Estoy pensando en el que predicó sobre la oveja perdida,

¡pero confundió oveja con vieja! Sólo el que no habla no comete errores del idioma, pero tampoco lo aprende.

Cualquier grupo aprecia el esfuerzo que hace uno para aprender su idioma. No es excusa justificada decir,

“Estoy tan ocupado en la obra que no tengo tiempo para estudiar el idioma.” El aprendizaje de un idioma es la

tarea de toda la vida.

Varios misioneros latinos han mencionado la gran ventaja y a veces la necesidad de aprender el inglés. Es

un idioma comúnmente usado en reuniones multiculturales. En casi cualquier aeropuerto del mundo se puede

hallar a alguien que habla inglés. Para aprender el lenguaje oficial de muchos países se precisa el conocimiento

del inglés porque las clases se enseñan en inglés. Por ejemplo, los misioneros bolivianos que fueron a la India

estudiaron el hindi en clases dictadas en inglés. Sin previo conocimiento de este idioma es más difícil estudiar

el idioma del pueblo donde uno es llamado.

42
Bíblica

Un conocimiento básico de la Biblia es imprescindible para que un misionero tenga un ministerio eficaz. Es

recomendable que uno tenga como mínimo tres años de estudios formales en un Instituto Bíblico. Aun los

discípulos de Cristo pasaron tres años en el Instituto de Cristo antes de empezar su ministerio. ¿Cómo podemos

enseñar a otros lo que no hemos aprendido antes? Aun los misioneros bi-vocacionales necesitan un

conocimiento básico de la Biblia si quieren responder a las preguntas y necesidades de la gente en el país a

donde van.

El estudio bíblico también debe ser para el provecho personal y por toda la vida. La Biblia es nuestro pan

diario y en el campo misionero muchas veces uno no se puede dar el lujo de sentarse a recibir un banquete

espiritual frecuentemente. El que ha aprendido a estudiar la Palabra y meditar en ella en forma personal y diaria

es el que va a tener la fuerza espiritual para sobrevivir a los constantes ataques del enemigo que muchas veces

se aumentan cuando uno quiere llevar el evangelio a los que todavía no lo han escuchado. El buen hábito de

estudio bíblico le va a servir bien en el campo misionero.

Experiencia ministerial

Las experiencias ministeriales le van a servir como punto de referencia en el campo misionero. ¿Cómo

puede enseñarle a alguien con autoridad sobre el pastorado si usted nunca ha sido pastor? ¿Cómo puede

tener empatía con los pastores y apoyarlos en sus momentos de desánimo y diversas pruebas, si usted no ha

caminado antes por la misma senda?

Es necesario equilibrar la urgencia de salir al campo misionero con la preparación necesaria antes de salir.

¡Que nunca perdamos el espíritu de urgencia! Sí, hoy es el día de la salvación, ahora es el tiempo aceptable.

Cuando tenía catorce años, yo dudaba de poder llegar al campo misionero porque creía que Jesucristo iba a

volver antes de terminar mi preparación y llenar todos los requisitos del Departamento Nacional de Misiones.

Al mirar en retrospectiva, ahora, veo que toda la preparación requerida me ha servido. Parece que la única

razón por la cual Dios no ha enviado a Jesús otra vez a esta tierra es que Él no quiere que ninguno perezca y

porque está dándole más tiempo a su iglesia para predicar el evangelio.

43
CAPÍTULO 10

LOS REQUISITOS PARA SER MISIONERO

¿Cuáles son las cualidades que se buscan en los posibles candidatos para misioneros? Vamos a ver lo

que un Departamento Nacional de Misiones espera de los que se presentan como candidatos para ser

aprobados y comisionados como misioneros. En su manual de estudio, Escuela de misiones, el Departamento

Nacional de Misiones de la Unión de las Asambleas de Dios de Argentina cita diez requisitos básicos para los

candidatos para misioneros, del libro, “Preparando los nuevos instrumentos de Dios” por Dennis Lane. Esta

excelente lista da un resumen instructivo de las cualidades necesarias para los misioneros en cierne. 7

❑ Un sentido de vocación y caminar con Dios (el llamado)

Más que una carga, es un llamado. Un llamado es una convicción personal de que Dios tiene un propósito

con uno para el trabajo como misionero. La manera en que surge esta convicción varía de persona a

persona. En algunos casos es algo que surge de repente, y en otros, lentamente, poco a poco. Como sea,

es necesario tener una convicción fuerte, pues todo llamado experimentará momentos en que será

necesario decir: “Sé que sé que sé, que Dios me envió aquí.” De no ser así, se puede generar amargura

contra la iglesia o misión por habernos enviado.

Asimismo esta convicción fuerte tiene que ser confirmada por los demás. Dios nunca le dice algo a una

sola persona. Siempre lo dice a varias. Dios, normalmente, no nos va a llamar a hacer algo si no nos ha

dado la habilidad para responder a la situación.

❑ Madurez espiritual

Esto implica caminar con Dios produciendo el fruto del Espíritu. La madurez espiritual será probada en el

campo misionero, desde el principio, ante las nuevas situaciones de la vida y las relaciones con otros. No

hay sustituto para la obra profunda del Espíritu Santo en la vida de una persona que pueda resultar en

madurez.

❑ Un corazón de siervo

44
Jesús cumplió el papel de siervo. Muchas veces también el nuevo misionero debe ganar la confianza de la

iglesia nacional sirviendo, no como líder, sino como siervo. El orgullo es lo opuesto al corazón del siervo.

No podemos pensar: “Aquí ha llegado el Gran Misionero”. Sino debemos considerarnos como siervos.

❑ Autodisciplina y control de uno mismo

En el campo misionero muchas veces no va a haber un “jefe” para supervisar la actividad cada día, o cada

hora. En un contexto donde el desgaste se produce ya por el solo hecho de vivir allí, tenemos que tener

disciplina para manejar nuestro tiempo y administrar y lograr metas.

❑ Una carga para evangelizar

No sirve de nada tener una amplia variedad de ministerios si no se involucran con el evangelismo. Tal vez

no todos tengamos el ministerio de evangelista, pero sí todos debemos tener una carga por las almas.

❑ Algo para compartir con otros

La iglesia receptora, especialmente en lugares donde ya está establecida, y aun tal vez sea sólida, va a

querer saber en qué área puede contribuir el misionero. Tal vez sea algo que le hace falta a esa iglesia, o

bien aquello en lo que el misionero puede marcar una diferencia, o hacer un aporte.

❑ Experiencia en la vida y el ministerio

La experiencia, tanto en la vida secular como en el ministerio, nos capacita para enfrentar los problemas de

la iglesia. No podemos ir al campo misionero con nada más que meras ideas. Tenemos que aprender a

enfrentar problemas y situaciones en nuestra cultura para poder enfrentar las adversidades en otra cultura.

❑ Estabilidad emocional

Una de las cosas más importantes en la vida del misionero es la estabilidad emocional. Debe ser capaz de

enfrentar con madurez las relaciones y situaciones. Debe conservar su propia identidad cultural, pero estar

dispuesto, a la vez, a anexarse a otra. Debe tener esta estabilidad para enfrentar numerosos y drásticos

cambios, y ayudar también a su familia a superarlos. Asimismo, debe estar sano, libre de actitudes nocivas

(como el orgullo, la inseguridad, los celos) como así también de heridas que pudieran atarle o crear

amargura contra alguien o algo.

❑ Salud física

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El acostumbrarse a nuevas culturas y realidades requiere buena salud. Nuevas comidas, horarios

irregulares, viajes en avión, estrés y tensión, le pueden afectar a uno gravemente si no está en una condición

física saludable, que incluye una dieta sana y cuidado del cuerpo.

❑ Motivación para aprender el idioma

Si alguien no puede aprender bien el idioma, su capacidad para cumplir su llamado se verá disminuida.

Debemos estar, por un lado, motivados, y por otro, saber si tenemos la aptitud para hacerlo.

46
CAPÍTULO 11

EL PROCESO DE APROBACIÓN

Hay varios pasos a seguir en el proceso de conseguir la aprobación del Departamento Nacional de

Misiones. El primero es la solicitud. El futuro misionero tiene que llenar una solicitud y presentarla a los

directores del DNM para someterla a su consideración. En este formulario, el solicitante proporciona

información, incluyendo su Curriculum vitae que es la relación de los datos personales y de estudios.

Además debe anexar un testimonio de su conversión y el desarrollo de su vida cristiana, su ministerio y un

relato de su llamamiento misionero. También tiene que proporcionar información en cuanto a su condición

financiera sobre todo si ha adquirido deudas. Se le pide información concerniente a su familia, su estado

civil, el número de hijos que tiene y, en especial, si su familia comparte su llamado misionero y está dispuesta

ir a vivir en el campo misionero. Es necesario contar con el respaldo de su Pastor, su Presbítero y su

Superintendente del Distrito, lo cual se debe hacer constar por escrito. La junta del DNM le hace una

entrevista para conocerle aún mejor. Luego los directores estudian toda la información obtenida en la

solicitud y en la entrevista, llegando a una decisión en cuanto a aceptarlo o no como misionero.

Si el aspirante es aprobado, tiene que asistir a la Escuela de Misiones patrocinado por el DNM. Esta

Escuela puede tener una duración de unas semanas hasta un año. En el caso de México, la Escuela de

Misiones es de un año y el candidato asiste antes de recibir su aprobación por parte del Departamento. En

otros países, el candidato va a la Escuela de Misiones después de ser aprobado por su DNM.

Una vez aprobado, el futuro misionero ya es un “candidato” que tiene que levantar los fondos y las

promesas de apoyo de las iglesias necesarios para llevar a cabo la obra misionera a la que ha sido llamado.

El DNM y el candidato elaboran en conjunto un presupuesto de los gastos que supondrán para el

mantenimiento del misionero en su campo de trabajo, su traslado, establecimiento y lo que se requiere para

llevar a cabo la obra misionera que se propone realizar. Tomando en cuenta todos estos datos provistos,

el misionero y el Departamento de Misiones elaboran un presupuesto misionero que servirá como base de

referencia para el misionero. Este presupuesto consta de dos partes – las promesas y las ofrendas. Las

promesas son compromisos hechos por las iglesias en los que se comprometen a dar apoyo financiero al

47
misionero. Este apoyo se dará en una forma regular – generalmente cada mes. Las iglesias mandan estos

compromisos por escrito a las oficinas del Departamento de Misiones. Estas promesas de respaldo futuro

van a servir como base para la manutención del misionero en el tiempo que esté en el campo. Las ofrendas

constituirán un fondo para los gastos del misionero tales como viáticos y gastos para desplazarse al campo

y establecerse en su nuevo ministerio. Todos los fondos recaudados se envían al Departamento de

Misiones quien los administra según el presupuesto establecido. Por lo general, los fondos misioneros se

consideran propiedad del DNM para la obra misionera y no fondos personales del misionero. Éste tendrá

que rendir cuentas de la forma como ha gastado todos los fondos recibidos para el ministerio misionero.

Los Departamentos Nacionales de Misiones llevan una contabilidad muy estricta sobre los fondos

misioneros.

Ya con el presupuesto hecho el misionero debe visitar las iglesias locales compartiendo su visión, con

el fin de que las iglesias le apoyen en su futura obra misionera. Es totalmente responsabilidad del misionero

recaudar sus fondos. Generalmente los Departamentos de Misiones esperan que el candidato logre el

respaldo necesario en promesas dentro de un período de un año. Si no alcanza a completar su presupuesto

en un año, el Departamento considerará su caso otorgándole unos tres meses más, o terminando su

candidatura como misionero.

Cuando el candidato finaliza con la recaudación de los fondos y los compromisos necesarios para

completar su presupuesto, entoces puede salir al campo misionero. Pero ahí no termina el proceso. En el

camino al campo, el nuevo misionero tiene que recibir orentación en cuanto a las normas y las políticas de

su DNM con relación a su trabajo en el campo. El DNM tiene unos procedimientos específicos en cuanto

a la relación con la iglesia nacional del país donde va a trabajar, su relación con el DNM en sí y muchos

otros temas. El misionero tiene que ser consciente de que necesita trabajar en conformidad a las normas

de su propio DNM. También en un punto de este proceso, su DNM le dará orientación en cuanto a su

adaptación cultural en el nuevo país.

El camino al campo es largo y arduo. Desde el día en que uno recibe el llamamiento misionero hasta

el día en que pisa la tierra del campo misionero a donde fue llamado, pueden pasar unos años. Dos años de

48
proceso sería poco. Hay misioneros que han tenido que perseverar hasta quince años para llegar al campo

misionero. Las cualidades imprescindibles para el misionero son la perseverancia y la persistencia. Necesita

estas cualidades para llegar al campo y cuando por fin llega, para permanecer allí.

49
SECCIÓN V

DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS EN LAS MISIONES

A través de los siglos en su trayectoria desde Jerusalén hasta los confines del mundo, las dinámicas de las

misiones han cambiado mucho según las circunstancias de los tiempos. En el principio del tercer milenio, han

aparecido nuevas situaciones en el mundo actual que desafían a la iglesia de Jesucristo. Estas circunstancias

culturales, técnicas, y políticas van a influir mucho en los métodos misioneros que van a ser efectivos en este

milenio. La iglesia tiene que responder a los cambios que suceden en el mundo para mantenerse a la

vanguardia. En esta sección vamos a ver varios desafíos que enfrentamos en las misiones en el tercer milenio.

50
CAPÍTULO 12

DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS

LA VENTANA 10/40

La Ventana 10/40 es la región del mundo que se encuentra entre los grados 10 y 40 al norte del Ecuador y

se extiende desde la costa occidente del norte de Africa el lado este de China. Es el núcleo menos evangelizado

en todo el mundo. Por eso, frecuentemente es llamado “El Cinturón Resistente”. En este espacio geográfico

se encuentran los más grupos más grandes de musulmanes, hindúes, y budistas en todo el mundo. La mayor

concentración de personas en el planeta se encuentra en esta zona. Hay por lo menos tres mil millones de

personas viviendo en los 62 países que componen esta región del globo. La evangelización de la Ventana

10/40 es uno de los desafíos más urgentes que enfrenta la iglesia en la actualidad.

Trasfondo bíblico e histórico

La Ventana 10/40 ha tenido un papel muy importante a través de la larga historia de la humanidad. En esta

región clave de nuestro globo han ocurrido muchos acontecimientos tanto bíblicos como históricos. Por

ejemplo, todos los eventos relatados en el libro de Génesis tuvieron lugar en la región demarcada por la

Ventana 10/40. Así que las historias bíblicas tales como las de Adán y Eva, la caída del hombre, el diluvio, y la

edificación de la torre de Babel sucedieron allí. Hablando de esta zona, la Sociedad Misionera Arecibo dice:

“La historia antigua se desarrolló en el territorio demarcado por la Ventana 10-40, desde la cuna de la

civilización en Mesopotamia, a través de la Medialuna Fértil, hasta Egipto. Fue aquí en esta región donde

los imperios antiguos nacieron y murieron. El destino de Israel, el pueblo de Dios, triunfó y fracasó

dependiendo de su obediencia al pacto con su Dios. Aquí Cristo nació, vivió su vida, murió en la cruz y

resucitó. . . El hecho de que una parte tan importante de la historia de Dios con la humanidad tuviera lugar

en el pedazo de tierra abarcado por la Ventana 10/40 es para el cristiano consagrado una buena razón para

enfocarse en ella.”8

La composición demográfica

La Ventana 10/40 representa un gran reto para la iglesia de Jesucristo. Veamos algunos datos que

demuestran las grandes necesidades espirituales de la población que vive en esta región :

51
• Hay 4 billones de personas viviendo en la Ventana.

• Casi el 70% de dicha población tiene menos de 35 años.

• El 87% de la población está entre los más pobres del mundo.

• El 40% de toda la gente del mundo vive en los países de China y de la India.

• En la Ventana 10/40, hay 706 millones que son musulmanes, 717 millones que son hindúes, y 153

millones que son budistas.

• El Islam, el Budismo, el Hinduismo y muchas de las religiones autóctonas tienen sus sedes en la región.

• La inmoralidad y la prostitución son desenfrenadas, la desnutrición aumenta cada día más, y una pobreza

opresiva domina. (no tenemos estos datos)

Un gran reto para la iglesia

La Ventana 10-40 es obviamente un gran desafío para la iglesia de hoy . Por su persistente resistencia al

evangelio en el pasado, es evidente que esta región es una fortaleza de Satanás. Es menester que la iglesia

cristiana del siglo veintiuno responda a este desafío con una estrategia que incluya intercesión constante y

persistente, con una visión clara de lo que Dios quiere y puede hacer allí, con un plan de trabajo para mandar

misioneros llamados por el Señor a trabajar en estos países tan necesitados espiritualmente. Alcanzar la

Ventana 10/40 debe ser una prioridad para la iglesia. Esto implica sacrificio y disposición para sufrir por la

causa de Cristo y con un fuerte deseo de alcanzar a los perdidos. Como iglesia de Jesucristo debemos reclamar

la Ventana 10/40 para el Señor creyendo que “cuando el pecado abunda, sobreabunda la gracia.” ¡Por medio

de nuestra generación, Dios puede hacer grandes cosas en la Ventana 10/40!

EL MUNDO MUSULMÁN

El concepto popular que se tiene de un musulmán es que es un árabe. Inmediatamente vienen a la mente

unos estereotipos. Puede ser, o bien el estereotipo de un beduino viviendo en tiendas con sus camellos en el

desierto abrasador o bien el de un petrolero millonario que ni sabe cuanto dinero tiene o, también, tristemente,

puede ser la imagen de un terrorista extremista en el Medio Oriente. ¡La realidad es otra! Los árabes del

Medio Oriente forman solamente el 7% de los musulmanes en el mundo actualmente. Consideremos las

siguientes estadísticas:

52
• Hoy en día hay 1.300.000.000 musulmanes en todo el mundo.

• El país con más musulmanes es Indonesia con 170.000.000.

• Hay una gran población de musulmanes en la China, la India, y Rusia.

• El Islam es la religión predominante en 45 países en Asia y Africa.

• El Islam es la segunda religión en Europa. Rápidamente está llegando a ser la segunda religión más

numerosa en los Estados Unidos.

• Una de cada 10 mujeres en el mundo de hoy es musulmana. La gran mayoría de ellas viven oprimidas en

la ignorancia, en la pobreza agobiante y, en muchos casos, en la desesperación.

• Más del 80 por ciento de todos los musulmanes nunca han oído el evangelio. Menos de 2 por ciento de

todos los misioneros están trabajando entre los musulmanes. Hay un misionero cristiano por cada millón

de musulmanes.9

Ante el desafío del Islam, la iglesia debe estar a la expectativa. Es muy cierto que las necesidades del

mundo musulmán son profundas y el reto es enorme, pero las perspectivas para el futuro son excelentes.

Dios está moviéndose en el mundo islámico. ¡En los últimos quince años se han convertido a Cristo más

musulmanes de los que se convirtieron durante catorce siglos anteriores! ¡La iglesia tiene que seguir

adelante confiando en el Señor para que en los próximos años surjan grandes victorias en el avance de la

evangelización en el mundo islámico!

MINISTERIOS DE COMPASIÓN

Los ministerios de compasión responden a las apremiantes necesidades sociales y económicas del mundo.

Estas necesidades se dividen básicamente en dos clases: emergencias y condiciones habituales y continuas.

Las emergencias se deben a desastres, generalmente naturales, tales como terremotos, tornados, huracanes,

incendios, inundaciones y el hambre causada por sequías. El tsunami de 2004 que resultó en la muerte de

más de 200.000 personas y dejó a millones sin casa, es un ejemplo notable. La iglesia necesita estar preparada

para responder a emergencias con esta, en el nombre de Cristo, para ayudar a “uno de estos mis hermanos

más pequeños”.

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La persistente pobreza mundial es una preocupación seria para la iglesia. Las estadísticas son asombrosas:

• Más de la cuarta parte de la población del mundo en desarrollo vive en pobreza. Unos 1.300 millones de

personas ganan menos de un dólar americano por día y aproximadamente unos 300 millones de personas

viven con menos de dos dólares al día.

• Cerca de 815 millones de personas sufren de desnutrición moderada o severa.

• Unos 800 millones de personas carecen de acceso a servicios de salud.

• Alrededor de 17 millones de personas mueren todos los años de enfermedades e infecciones parasitarias

que serían curables se se tuviera la atención médica adecuada.

• Más de 840 millones de adultos son analfabetos.

• Las Naciones Unidas calcula que entre 10 millones y 100 millones de niños abandonados viven en las calles.

La pobreza lleva consigo un sinfín de problemas sociales. La gran mayoría de los pobres en el mundo viven

en condiciones deplorables, en casas de cartón, sin electricidad, ni agua y sin servicios sanitarios. Las tasas

de desempleo son altísimas. La desesperación es la característica destacada de su difícil existencia. Estas

horribles condiciones generan problemas tales como el alcoholismo, la adicción a las drogas, el abuso familiar

de esposas y de niños, robos, violencia, y la prostitución tanto de adultos como de niños.

La Biblia habla claramente en cuanto a la responsabilidad de la iglesia con los pobres. Primeramente,

tenemos el ejemplo y las enseñanzas de nuestro Maestro y Señor. Jesús se identificó con los pobres y los

humildes cuando estuvo entre los hombres. Al comenzar su ministerio, el Señor leyó un pasaje del profeta

Isaías en el que se refería a Él mismo de la siguiente manera:

“El Espíritu Santo está sobre mí,


por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres,
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos. . .” (Lucas 4:18)
Además, Jesús vivió una vida de sacrificio. No tenía “donde recostar la cabeza”. Al joven rico le dijo, “ Vende

lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” A nosotros sus seguidores,

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nos enseña, “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo

hicisteis.” (Mt. 25:40) En segundo lugar, la Biblia declara firmemente que debemos ayudarles a los pobres.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, abundan referencias a los pobres que muestran que a Dios

le preocupa la condición de ellos. Un ejemplo de estas referencias a los pobres sería el Salmo 82:3,4:

“Defended al débil y al huérfano;


Haced justicia al afligido y al menesteroso.
Librad al afligido y al necesitado;
Libradlo de mano de los impíos.”

Tercero, la Biblia le promete bendición al hombre que ayuda a los pobres. “El ojo misericordioso será bendito,

porque dio de su pan al indigente.” (Pro. 22:9) Pero juicio divino viene sobre el que los olvida. “El que cierra

su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído.” (Pro. 21:13) En cuarto lugar, Jesús comisionó

a sus discípulos a un ministerio de liberación y compasión. “Y yendo, predicad. . . Sanad enfermos, limpiad

leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” (Mt. 10:7,8)

Para ayudar en la solución de las grandes necesidades de los pobres, la iglesia puede responder de tres

maneras concretas. Primeramente, proveyéndoles alimentación, ropa, atención médica y todo tipo de ayuda

que supla sus necesidades físicas y materiales. Pero es aún más importante que la iglesia busque la manera

de enseñarles cosas prácticas que les ayude a mejorar sus vidas y esta es la segunda manera en que la iglesia

debe responder a las necesidades de los pobres, dándoles educación en materias prácticas que les provean

una mejor calidad de vida. Hay varias posibilidades en cuanto a esto. Existe un alto porcentaje de analfabetismo

entre los más pobres. Enseñarles a leer sería una ayuda grande. En muchos casos, hay falta de conocimiento

sobre la higiene. Se pueden dar clases para enseñarles los principios básicos de la higiene. Una necesidad

apremiante es la enseñanza con relación a la familia. Hay numerosos casos en que las familias de los pobres,

incluso de los inconversos en general, son disfuncionales con muchos problemas que pueden ser tan extremos

como el abuso físico y sexual. Estos problemas familiares complican la condición de la pobreza y contribuyen

a la continuación generacional de la misma. Es decir que los niños están casi condenados a vivir en las mismas

condiciones tristes de sus padres. La pobreza llega a ser una cadena perpetua. La única manera de romper

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esa cadena es por medio de cambios radicales que les conduzcan por un camino mejor. Es aquí donde la

iglesia puede jugar un papel muy importante ofreciendo clases, instrucciones y enseñanzas que puedan servir

para ayudarles a escapar de su prisión de miseria. Una tercera manera de ayudar a los pobres es por medio

de la proclamación del evangelio. Es imprescindible predicar el evangelio porque todos los hombres – sean

ricos o pobres – necesitan a Cristo como su Salvador. Además es el evangelio el que tiene el poder para

transformar al hombre. Solamente Cristo tiene la respuesta para los problemas personales, psicológicos,

sociológicos y familiares. Cuando Cristo entra en la vida del hombre, suceden cambios y la vida empieza a

mejorarse. Se habla del poder de “levantamiento” del evangelio. Es decir, cuando un hombre acepta al Señor

y pone los principios bíblicos en práctica en su vida, empieza a ser honesto, a trabajar mejor, no bebe más, ya

no se emborracha, no malgasta su dinero comprando tabaco. Hay una serie de cambios positivos en su vida

Y el resultado de todos estos factores positivos es un progreso económico en su vida. Así el evangelio levanta

al creyente sincero en todos los sentidos incluso en lo económico.

MINISTERIOS CON LOS NIÑOS

La evangelización de los niños es un asunto urgente para la iglesia hoy en día. Hay por lo menos dos

razones por las que necesitamos alcanzar a los niños de nuestra generación. Primeramente, el aumento de la

población infantil en la actualidad, es impresionante. Según la UNICEF, hay unos 1.700.000.000 de niños en

el mundo. Además el 60% de la población del mundo tiene quince años o menos. La segunda razón por la

que es de suma urgencia evangelizar a los niños es porque ellos están abiertos a escuchar el mensaje de Jesús

y aceptarlo como su Salvador. Es más difícil alcanzar a las personas mayores porque ellos son más cerrados

a los cambios y no están dispuestos a aceptarlos, sobre todo si afectan sus creencias. Un alto porcentaje de

los cristianos de hoy aceptó al Señor en su niñez. Si queremos alcanzar a la nueva generación, tenemos que

hacerlo ya. En una encuesta, se averiguó que el 43% de los cristianos aceptaron al Señor cuando tenían trece

años o menos. El 64% aceptaron al Señor teniendo dieciocho años o menos, mientras el 13% se hicieron

cristianos entre los 18 años y los 21 años. ¡Solamente el 23% de los encuestados habían aceptado al Señor

cuando tenían más de 21 años!

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Los ministerios de niños toman muchas formas. Incluyen programas tales como la Escuela Dominical, los

Exploradores del Rey, las Misioneritas, campamentos de niños, células de niños, y clubes bíblicos. También

comprenden esfuerzos evangelísticos como escuelitas de vacaciones, campañas evangelísticas enfocadas en

los niños, programas de radio y televisión y cultos especiales para niños. La evangelización de niños produce

resultados valiosos, ya que ellos mismos pueden ser profundamente tocados por el Señor resultando en vidas

transformadas para siempre. Estos niños al crecer pueden tener una influencia dinámica para el Señor en su

mundo.

TRADUCCIÓN DE LA BIBLIA

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios.” La fe del cristiano viene por medio de la Biblia

que es la revelación de Dios al hombre. Es por medio de la Palabra de Dios que conocemos a Dios y nuestra

fe es nutrida. La Biblia es una parte importante de la base de nuestra fe y experiencia cristiana. Es un gran

problema cuando uno no tiene una Biblia a su alcance y es peor aún si uno no tiene la Palabra de Dios en su

idioma. Hoy en día uno de los grandes desafíos para la iglesia es la necesidad de traducir la Biblia a todas las

lenguas del mundo y luego asegurarse de que estas Biblias traducidas lleguen a la gente que no tiene la Palabra

de Vida aún. En el mundo de hoy existen 6.809 lenguajes. 10 De estos idiomas solamente 383 tiene la Biblia

completa, 987 tienen el Nuevo Testamento, y 891 tienen por lo menos un libro de la Biblia en su lengua. La

Biblia o una parte de ella ha sido traducida a 2.261 lenguas. Hay 3.000 grupos que todavía necesitan la Biblia

traducida a su lengua. En el mundo actual, hay 250 millones de personas que no tienen ni la Biblia ni una

porción de ella en su lengua. Si esta gran cantidad de gente no tiene la Biblia aún, ¿cómo van a creer en

Jesucristo?

Los Traductores Bíblicos Wycliffe, las varias Ligas Bíblicas y las Sociedades Bíblicas están trabajando

arduamente en este proyecto. Ahora mismo hay más de 1.500 programas de traducción en progreso. Esta

gran labor es esencial y merece el apoyo de todos nosotros como cristianos.

MINISTERIOS URBANOS
“Cuando empecé a mirar seriamente al problema de las ciudades, me di cuenta que el Señor está haciendo
algo no usual en esta generación. Parece que está sacudiendo al mundo. “Id y haced discípulos a todas
las naciones”. Sabemos donde están todas las naciones: en las grandes ciudades. Él ha traído a todas
las naciones aquí, dondequiera que esté la gran ciudad de usted.”
– Ray Bakke en El cristiano en la ciudad.

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Vivimos en un tiempo muy dinámico marcado por muchos cambios significativos en la sociedad. Uno de

estos cambios es la migración enorme que se está presentando actualmente en todo el mundo. Es la más

grande migración en la historia humana. En todo el globo hay millones de personas que están emigrando del

campo a la ciudad, invadiendo las grandes ciudades. El crecimiento explosivo de las grandes ciudades resulta

en un reto grande para la iglesia. Consideremos los siguientes hechos:

• En 1900, el 8% de la población del mundo vivía en ciudades. Hoy vive en ellas más del 50% .

• Hay 409 ciudades en el mundo que cuentan con una población de un millón o más.

• En 1980, 18 ciudades de Africa contaban con un millón o más de habitantes. Actualmente hay 96.

• La migración ocurre del campo a la ciudad, y en muchos casos, a ciudades extranjeras. En Londres en la

actualidad hay por los menos 52 nacionalidades representadas por la gente que vive en esa capital

británica. En Chicago, hay por lo menos 60 nacionalidades. En Holanda, hay comunidades en las cuales

el 16% de la población es de Goa, las Molucas y Surinam. En Amsterdam, la presencia de grandes

mezquitas es muy notable.

Obstáculos en la evangelización de la ciudad

Sin duda, la evangelización de las grandes ciudades del mundo es un desafío para la iglesia contemporánea.

Existen unos obstáculos para la evangelización urbana. Si identificamos estos impedimentos, podemos

vencerlos con la ayuda de Dios. El primer obstáculo es la imagen negativa de la ciudad que ha prevalecido en

la comunidad evangélica. Lo vemos en la Biblia. Por ejemplo, Dios, en su justo juicio destruyó a Sodoma por

su excesiva inmoralidad. Nínive era bien conocida como una ciudad de enorme y terrible iniquidad. La gran

ciudad de Babilonia fue destruida por ser extremadamente pecaminosa. El concepto hoy en día es que las

ciudades están llenas de maldad. En ellas hay drogas, violencia, prostitución desenfrenada, abuso de niños y

toda clase de pecados e inmoralidad. Además de la increíble maldad que abunda en los grandes centros

metropolitanos hay una falta total de seguridad personal. Este es el concepto actual de la calidad de vida en

las grandes ciudades, que en unos casos puede ser cierto, pero también hay excepciones. Un segundo

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obstáculo es el paradigma o la mentalidad del pasado. Anteriormente había una tendencia de que al llegar un

misionero al campo de trabajo para comenzar su labor pionera, iba a un pequeño pueblo o a un lugar aislado

en la selva. En muchos casos, los misioneros llegaban al país de destino por un puerto de una ciudad grande.

Al desembarcarse, en vez de quedarse en ese sitio, iban al interior, a una “estación misionera” en un lugar

remoto donde vivía poca gente. No era muy común que su trabajo misionero lo realizara en la ciudad. Un tercer

obstáculo para la evangelización de las ciudades es el costo. Generalmente el costo de vida en una ciudad es

más alto que en un pueblo o en el campo. Especialmente el valor de propiedad inmobiliaria es mucho más alto.

Por lo cual resulta costoso tomar una casa en arriendo y conseguir un terreno para una iglesia es muy difícil,

porque los pocos terrenos o propiedades disponibles y adecuados son increíblemente caros. Por estas

razones, es desalentador ir a una ciudad con la intención de establecer una iglesia. Un cuarto obstáculo para

la evangelización es el hecho de que generalmente las aglomeraciones (AGLOMERACIONES es la palabra

usada por Ray Bakke en “El cristiano en la ciudad” o grandes ciudades son multiculturales. El misionero que

va a la ciudad tiene que estar preparado para trabajar con muchas y muy diversas culturas.

Pasos para un ministerio urbano con éxito

Las necesidades espirituales de la ciudad son tan apremiantes actualmente, que la iglesia no las puede

desatender, sino por el contrario debe buscar una manera de responder a estas necesidades tan urgentes. Hay

unos pasos que nos pueden llevar a un ministerio urbano exitoso. El primer paso es valorar la ciudad.

Necesitamos desarrollar un concepto positivo de las grandes ciudades. Por lo que vemos en la Biblia, Dios

pone énfasis y piensa mucho en las ciudades. La Biblia usa la palabra ciudad 1.200 veces y menciona 119

ciudades diferentes. A la vez, la Biblia habla en forma positiva en cuanto a la ciudad. Por ejemplo, en el Antiguo

Testamento Dios estableció ciudades de refugio donde la gente podía acudir para encontrar seguridad y

protección. Hablando de la esperanza eterna del creyente, el autor nos dice que Dios nos ha preparado una

ciudad (He. 11:16). En la isla de Patmos, Juan vio “la gran ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo

de Dios” (Ap. 21:10). Así que la Biblia hace muchas referencias positivas de la ciudad. En realidad, hay que

reconocer que en las ciudades grandes que existen hoy, hay grandes beneficios. Por ejemplo, numerosas

oportunidades de empleo, de educación y de prepararse. También se encuentran un sinnúmero de actividades

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culturales como conciertos, museos y exposiciones. Además, abundan las actividades cristianas tales como

campañas, conciertos y cultos especiales. ¡Sobre todo, en todas las ciudades se encuentra innumerable gente

buena! Un segundo paso para un ministerio urbano de éxito es hacer de las ciudades una prioridad. Es lógico

que la iglesia le dé importancia a las ciudades porque hay gente – gente en gran cantidad. Si uno va a pescar,

tiene que ir a un río o lago que tenga peces. Si vamos a pescar hombres, lo más lógico es que vayamos donde

está la gente y ésta se encuentra en las grandes ciudades. El apóstol Pablo entendía esta realidad. Siempre

iba a las grandes poblaciones de su época – a Corinto, a Filipos, a Tesalónica, a Atenas, y a Roma. Establecía

las primeras iglesias en las ciudades con la expectación de que desde allí se llevaría el evangelio a los pueblos

alrededor. Pablo iba donde estaba la gente. Un tercer paso para un ministerio urbano con éxito es desarrollar

una estrategia para el avance de la obra. Por su carácter tan diverso, la ciudad demanda flexibilidad en los

tipos y formas de ministerios. Para tener éxito, el ministerio urbano debe que hacerse con una estrategia y

planeación. Pero, sobre todo, requiere de mucha oración y de la unción del Espíritu Santo.

La Carta a Diogenta decía: “Lo que el alma es al cuerpo, eso son los cristianos a su ciudad”.11 Hoy, más

que nunca, las ciudades necesitan un alma: la presencia de cristianos.

LA IGLESIA PERSEGUIDA

Para el cristiano, el mundo en el tercer milenio es un lugar peligroso. Un promedio de 480 creyentes mueren

al día“Los
por cristianos
su fe en han llegado aSegún
Jesucristo. ser el las
blanco de oportunidad
estadísticas cada año,parahay
regímenes
más deopresivos alrededor del
160.000 cristianos quemundo,
son y
hay muchos. Lo que está pasando es monumental y está afectando millones, muchos millones de gente. No
estamos hablando
martirizados. aquí deeldiscriminación,
Actualmente, cristianismo essino persecución
la religión de lo peor;delesclavitud,
más perseguida mundo. Enhambre,
nuestrorobo,
mundo homicidios,
200
quemaduras, y tortura.”
millones de cristianos sufren interrogatorios, -Michael
arrestos,Horowitz,
y muerteen unpor
programa radial
la causa dedesuEnfoque
fe en enCristo.
la Familia
Esta
(www.worship.com)
persecución activa ocurre en unos 60 países. Según un estudio, más cristianos fueron martirizados en el siglo

veinte que en todos los diecinueve siglos anteriores.12 Esta cruel persecución contra la iglesia de Jesús es un

motivo de preocupación para todos los cristianos. Somos una familia y, por eso, los creyentes que están

sufriendo bajo la mano dura y el odio de sus perseguidores son hermanos nuestros. Somos un solo cuerpo en

Cristo, “si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él” (I Co. 12:26). Debemos estar

preocupados por las iglesias subterráneas. La iglesia está sufriendo bajo varias adversidades. En unos casos,

la persecución se debe a condiciones políticas que existen en un país o en una región. Por ejemplo, los países

60
comunistas, tales como Corea del Norte, Cuba, China y Vietnam, son unos de los países más peligrosos. Bajo

dictaduras, los cristianos frecuentemente sufren en gran manera porque el régimen insiste en que todos se

conformen a éste y la conciencia del cristiano no le permite hacerlo. Generalmente en estos países, la

persecución es de índole política porque la motiva el interés de poder mantener el régimen sin ninguna clase

de oposición. Pero, en muchos otros países, la persecución contra los cristianos es religiosa. Este tipo de

persecución puede ser también tremendamente intenso. En varios de los países islámicos, la persecución y la

represión son muy fuertes. Arabia Saudita, Irán, Bangladesh, Sudán e Indonesia son algunos de los muchos

países musulmanes donde la persecución religiosa es un gran problema. De los cincuenta países más

peligrosos en la actualidad, la gran mayoría son repúblicas islámicas. Además, recientemente, el índice de

persecución ha subido notablemente en países donde el hinduismo es la religión mayoritaria. En unas regiones

de la India, los cristianos han sufrido terriblemente y ya se cuentan muchos mártires. Igualmente en algunos

países budistas, el nivel de persecución se ha incrementado marcadamente. Dos de los diez países más

peligrosos, Bhután y Myanmar (Burma), son budistas. También por parte de la iglesia Católica hay cristianos

que todavía sufren persecución aún en ese siglo veintiuno Esta persecución toma varias formas, desde la

discriminación y la represión hasta la violencia.

Al reflexionar en la triste realidad de que millones de nuestros hermanos en Cristo están pasando por fuego

ahora mismo, ¿qué podemos hacer nosotros para ayudar a los perseguidos? Hay unos pasos que podemos

tomar para apoyar a estos hermanos necesitados:

• Ser conscientes de la persecución actual. El primer paso para ayudar a los perseguidos es informarse

de lo que está pasando en el mundo hoy en día. Si se carece de información acerca de la terrible

persecución que está sucediendo en un determinado país, no habrá ningún freno que pare esta persecución.

Si el mundo no se entera que la iglesia está siendo perseguida, los perseguidores lo seguirán haciendo con

toda libertad. Es imprescindible que la iglesia esté al tanto de lo que está pasando en el mundo para que

se sepa la condición de nuestros hermanos en países donde existe la persecución. Así podremos cumplir

con el encargo de Proverbios 31:8 y 9:

“Abre tu boca por el mudo,

61
En el juicio de todos los desvalidos.

Abre tu boca, juzga con justicia,

Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.”

• Orar fielmente por los perseguidos. La oración es de valor inestimable y es una manera efectiva de

respaldar a nuestros hermanos que están sufriendo persecución. La Biblia nos manda “acordaos de los

presos, juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.”

(Hebreos 13:3) La intercesión es poderosa. Los hermanos estaban orando por Pedro en la casa de María

cuando el ángel le libró de la cárcel. La oración de los justos es eficaz.

• Hacer una campaña a favor de los perseguidos. Algo que podemos hacer como iglesia de Cristo, a favor

de nuestros hermanos perseguidos, es promover una campaña para apoyarlos. Hay varias fuentes de

información en torno a la iglesia perseguida. Por ejemplo, los misioneros de las Asambleas de Dios en las

regiones nos informan continuamente de la condición de la iglesia de su región. También existen ministerios

internacionales que se dedican exclusivamente a la iglesia perseguida, tales como Puertas Abiertas y La

Voz de los Mártires. Estos ministerios constantemente le avisan a la iglesia acerca de la persecución que

sufren los cristianos en la actualidad y continuamente vigilan las condiciones en el mundo para advertirnos

sobre lo que está sucediendo e identificar los lugares donde existe la persecución. Hay dos acciones

concretas que podemos llevar a cabo. La primera es publicar el hecho de que hay cristianos sufriendo en

muchas partes del mundo. A un régimen opresivo que esté persiguiendo a los cristianos no le va a gustar

esa publicidad. Si los cristianos informan lo que está pasando en un país determinado, por lo menos el

mundo va a saber que existe la persecución en ese país. A veces la publicidad crea la suficiente presión

pública para que el gobierno opresivo se vea obligado a detener su persecución o, por lo menos, a

suavizarla. Esta estrategia también puede surtir efecto cuando se trata de un grupo en un país, que persigue

la iglesia y el gobierno no hace nada para remediarlo, pero la publicidad puede forzar al gobierno a intervenir.

La segunda acción es contactar a las autoridades del gobierno. Se pueden escribir cartas a la embajada

del país implicado denunciando la persecución. O bien se puede escribir a las autoridades de su propio

país animando al gobierno a que intente ejercer presión sobre el país culpable.

62
• Apoyar financieramente a los afectados. Los hermanos en las iglesias perseguidas pasan por grandes

apuros financieros. Tienen que pagar multas injustas. Sus familias pasan hambre cuando los padres están

encarcelados. Necesitan atención médica cuando sufren abuso y maltrato físico en las prisiones.

Trágicamente muchas hermanas quedan viudas como resultado de la persecución y muchos niños,

huérfanos. La iglesia internacional debe responder a estas necesidades ayudando a los afectados.

• Mandar Biblias a los países perseguidos. “La verdad os hará libres,” dijo nuestro Señor. Generalmente

en los países donde existe la persecución hay escasez de la Palabra de Dios. Junto con la persecución de

los creyentes hay restricciones en cuanto a la Biblia. La población en general no tiene la Biblia a su alcance.

Tristemente, en muchos casos, los cristianos tampoco tienen copias de la Palabra de Dios en su posesión.

Podemos ayudar a las iglesias subterráneas proveyéndoles Biblias. Estos hermanos necesitan Biblias para

su propio uso y para distribuirlas aunque sea clandestinamente.

• Evangelizar a estas regiones opresivas. Muchos de los países están cerrados a los misioneros. Los

gobiernos opresivos no permiten que los misioneros entren en su territorio para evangelizar. Pero esto no

significa que la iglesia no pueda hacer nada. Las puertas cerradas no impiden que la iglesia evangelice.

Hoy en día se puede evangelizar a través de la Internet, la radio y, en muchos casos se les permite entrar

a los misioneros a estos países por períodos cortos.

NUEVAS FRONTERAS EN LAS MISIONES

Las nuevas fronteras en las misiones son sin límite. En las misiones, las nuevas fronteras son posibles

áreas de ministerio en los cuales no existen ministerios en la actualidad, pero hay buenas posibilidades de

desarrollar un ministerio nuevo. El mundo está cambiando continuamente y en el proceso se crean fronteras

de todo tipo. Las fronteras hoy en día pueden abarcar cosas tan diversas como las de la geografía y la

tecnología. En el sentido geográfico, las fronteras serían los grupos no alcanzados porque se encuentran en

lugares remotos. Todavía existen grupos que no han tenido la oportunidad de escuchar las buenas nuevas.

Hay misioneros de las Asambleas de Dios y otras misiones como Nuevas Tribus que se dedican exclusivamente

a evangelizar a estos grupos. Van a vivir entre ellos, y aprenden su idioma y sus costumbres con el propósito

63
de ganarlos para el Señor. Están trabajando en la frontera para cumplir la Palabra de Dios “. . .y con tu sangre

nos has redimido para Dios, de todo linaje, y lengua y pueblo y nación” (Ap. 5:9).

En el sentido tecnológico, las fronteras incluirían las técnicas nuevas que se puede emplear en el

evangelismo como la Internet, programas de informática, los CD y ¡aún lo que no ha sido inventado todavía,

pero cuando salga al mercado puede servir a la causa del Señor! La Internet tiene un enorme potencial para

las misiones. Tenemos el ejemplo de una iglesia pequeña que ha desarrollado un ministerio para los de habla

árabe a pesar de que nadie en la congregación habla este idioma. Para lograrlo, unos hermanos de la iglesia

con experiencia en Internet y deseosos de usar sus talentos para el Señor, diseñaron una página Web en árabe,

con la ayuda de unos hermanos refugiados que hablan este idioma. La página está enfocada en los árabes

que viven en el Medio Oriente. Mientras los hermanos de la iglesia manejan la página, los hermanos refugiados

se encargan de traducir las cartas de correspondencia electrónica que les llegan. Todos los meses reciben

más de mil cartas respondiendo a su página Web. Así la iglesia ha extendido su ministerio mucho más allá de

su pueblo.

64
CAPÍTULO 13

LA PARTICIPACIÓN LAICA EN LAS MISIONES

MISIONES A CORTO PLAZO

En los últimos veinte años una de las tendencias marcadas ha sido el incremento fenomenal de las misiones

a corto plazo que son por lo ministerios de dos años o menos de duración en el campo misionero. El misionero

a corto plazo va al campo de trabajo con la intención de regresar a su país natal cuando termine su temporada

de servicio misionero. En contraste, las misiones a largo plazo son las que duran más de dos años. También

se caracterizan por el hecho de que el misionero siente un llamado a dedicar su vida entera a las misiones. En

las misiones a corto plazo hay variedad de ministerios, como por ejemplo viajes de una o dos semanas de

jóvenes que van a evangelizar en un campo misionero. Incluyen también casos como el de un hermano que

viaja solo a un país extranjero por un tiempo no mayor de dos años para trabajar junto con los misioneros de

ese lugar. En las misiones a corto plazo participan jóvenes sin experiencia, profesionistas que aportan su

conocimiento y experiencia profesional como los médicos y también personas jubiladas, profesores, carpinteros,

albañiles, y hermanos de todas las descripciones. Hoy en día muchas organizaciones misioneras de las

Asambleas de Dios coordinan las misiones a corto plazo.

Las misiones a corto plazo han proporcionado una contribución grande y positiva para avance de las

misiones. Sin embargo no todo ha sido positivo. Vamos a ver algunos de los beneficios de las misiones a corto

plazo y algunas de sus desventajas.

Beneficios de las misiones a corto plazo:

➢ Millones de personas son bendecidas por estos ministerios. Muchos aceptan a Cristo, otros son sanados,

otros reciben atención médica gratis y multitudes reciben ayuda de toda clase. Además hay numerosos

templos, centros de evangelismo e institutos bíblicos que han sido construidos por hermanos que sirven en

misiones a corto plazo. No cabe duda que la iglesia en general ha sido beneficiada por las misiones a

corto plazo.

➢ Como resultado de su participación en misiones a corto plazo, un gran número de hermanos han recibido

el llamamiento para trabajar en las misiones a largo plazo.

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➢ Nada sensibiliza más la conciencia por las misiones como un viaje misionero. Los hermanos que participan

ven las misiones de cerca. En el proceso su entendimiento sobre las misiones es transformado. Van a

apoyarlas de por vida como resultado de las experiencias que han tenido durante el viaje. El compromiso

que tienen con las misiones va a ser mucho más profundo.

➢ Los que participan en una misión a corto plazo pueden aportar mucho en un campo misionero ayudando y

animando en una forma maravillosa al misionero del lugar. Tal como Aarón y Hur sostenían las manos

de Moisés en la batalla, estos hermanos pueden sostener las manos del misionero, apoyándolo en sus

labores en la viña del Señor.

Desventajas de las misiones a corto plazo:

❑ Su ministerio es más superficial.

❑ Los hermanos que salen a misiones a corto plazo muchas veces no hablan el idioma y, en la gran mayoría

de los casos, no entienden la cultura. Por eso, no pueden tener la misma influencia que un misionero a

largo plazo que ha aprendido el idioma, ha observado con cuidado la cultura y se ha esforzado por conocer

a la gente. Un hermano que está en un campo misionero a corto plazo no puede llegar a la gente en el

mismo nivel que el misionero a largo plazo. Es curioso observar que frecuentemente. cuando llega a un

país un hermano en una misión a corto plazo, en unos pocos días, aunque no habla el idioma y no sabe lo

que está pasando en su alrededor, se cree un “experto” en la cultura. Cuando esto sucede, se van a

presentar malentendidos. Francamente en casos así, hasta pueden causar daño.

Sugerencias para asegurar la efectividad de una misión de corto plazo:

✓ Comuníquese con el misionero con quien piensa trabajar. El primer paso es contactar al misionero en el

campo donde van a ministrar para ver si realmente hay una necesidad de misioneros por un corto tiempo

en su área. Si hay una necesidad, es importante asegurarse de que los hermanos que quieren ir tengan

las habilidades y talentos necesarios para ministrar eficazmente en el campo misionero.

66
✓ Escoja hermanos maduros espiritualmente para formar el equipo. Busque a hermanos con un buen

testimonio que sean fuertes en el Señor para ser miembros del grupo misionero.

✓ Si va a mandar a un equipo, aclare bien la administración del grupo. Nombre líderes. Explique cuáles son

las responsabilidades de cada miembro.

✓ Enséñeles principios del ministerio y aculturación. Prepárelos para ministrar en una cultura extranjera con

clases acerca de lo que es el ministerio. También bríndeles una orientación sobre la cultura en la cual van

a trabajar. Con la preparación adecuada, su grupo misionero a corto plazo puede ser una tremenda

bendición en el campo misionero.

“MISIONES INFORMALES”

Ha habido grandes cambios demográficos dramáticos en el mundo actual que influyen mucho en el

desempeño de las misiones. Unos de estos factores es el crecimiento rápido de la iglesia en América Latina,

Asia, Africa Sub-sahariana y las Islas Pacíficas. Debido a este crecimiento dramático, en la actualidad la

mayoría de los creyentes viven en esas regiones del mundo. De hecho algunas de las iglesias más grandes en

el mundo se encuentran en países tales como el Sur de Corea y Brasil. El segundo cambio demográfico que

es un factor importante en las misiones actualmente es la migración masiva de gente de un país a otro. En un

interesante análisis de las implicaciones de esta migración en las misiones, Miguel Palomino pone el ejemplo

de su país, el Perú.13 Hoy en día, hay un millón de peruanos viviendo fuera del Perú. Hay 500.000 en los

Estados Unidos, 52.000 en España, 50.000 en Japón y 50.000 en Italia. Según las autoridades, no existe país

en el mundo donde no se encuentren peruanos. Según las estadísticas oficiales, 200.000 peruanos salen de

su país todos los años. Obviamente hay cristianos en este grupo que están emigrando a otros países.

Palomino hace la observación de que hay tres tipos de “misioneros” que salen de América Latina. Estos

son los siguientes:

1. Misioneros convencionales – son hermanos enviados por su propia iglesia. Van con la aprobación

de su iglesia y cuentan con su apoyo financiero por medio de ofrendas misioneras. Trabajan de

tiempo completo en sus labores misioneras.

67
2. Misioneros informales – son ministros que salen sin el apoyo financiero de su iglesia. Generalmente

estos hermanos trabajan en lo secular para mantenerse mientras intentan plantar y establecer

iglesias.

3. Misioneros itinerantes – son laicos que salen de su país nativo para buscar una vida nueva.

Como los miembros de la iglesia del primer siglo (Hechos 8:4), estos creyentes llevan consigo su

entusiasmo evangelístico donde quiera que van. En los primeros siglos de existencia de la iglesia la

mayoría de la evangelización del mundo se llevó a cabo por medio de “misioneros informales”.

Debido a la persecución que sufrió la iglesia en Jerusalén, los cristianos salieron de Jerusalén a todo

el mundo llevando el evangelio con ellos a todos los rincones del mundo conocido en aquel tiempo.

Estos primeros “misioneros itinerantes” trastornaron el mundo entero”. En el siglo veintiuno estamos

viendo esta misma dinámica. ¡Que el Señor ayude a nuestros “misioneros itinerantes milenarios” a

trastornar el mundo entero de nuevo!

Hay unas observaciones que se pueden sacar en cuanto a las implicaciones de estos tres tipos de “misioneros”:

1. Los tres tipos de “misioneros” están haciendo una contribución importante a la evangelización del

mundo. Cada uno tiene cualidades que aportan a la iglesia. Fe, visión, un espíritu pionero, nuevas

ideas, disposición para vivir por fe y pasión por la obra de Dios son algunos ejemplos de estas

cualidades.

2. Las iglesias que tiene miembros que van a emigrar a otro país, tienen una oportunidad única para

prepararlos para salir como “misioneros itinerantes”. La iglesia puede prepararlos para predicar,

evangelizar y compartir la Palabra en su nuevo país. Puede comisionarlos al salir, para que sean

“misioneros” de la iglesia, y así animarlos a servir al Señor con ahínco en su país destinatario.

3. Hay una necesidad de capacitar a los misioneros “itinerantes” e “informales” en los países extranjeros

donde se encuentran. En algunos casos hay falta de preparación teológica entre estos hermanos.

Esto con el tiempo llega a ser un impedimento en su ministerio. Hay que buscar la manera de proveer

entrenamiento a estos obreros que ya se encuentran en el extranjero. .

68
69
SECCIÓN VI

PROMOVIENDO LAS MISIONES EN LA IGLESIA LOCAL

“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?” Es la pregunta a la que vamos a responder en esta sección.

En el gran esfuerzo misionero hay un equipo formado por tres partes: Dios, el misionero y la iglesia local.

Cada uno de estos partícipes en la obra misionera tiene su propio papel importante. Es Dios quien llama al

misionero, el misionero va al campo de trabajo y la iglesia lo envía y lo mantiene. Es esencial para el éxito de

las misiones que la iglesia local cumpla con su parte. Sin la participación y el apoyo de la iglesia, el misionero

sencillamente no puede ir al campo misionero. En esta sección del libro, se verá la importancia de la

participación de la iglesia en el gran esfuerzo misionero y cómo puede cumplir con esta responsabilidad. La

iglesia local forma una parte indispensable en la obra misionera. Es como los ladrillos que componen el muro

del reino de Dios. Si no hubiera ladrillos, no existiría una pared. Si no hubiera iglesias locales, tampoco podría

existir la iglesia universal.

70
CAPÍTULO 14

¿Por qué apoyamos las misiones en la iglesia local?

Metas en la promoción de misiones

El programa de misiones en la iglesia local tiene varias metas. Hay unos objetivos que se quieren lograr

en este gran esfuerzo. La primera meta es hacer conciencia de las misiones. Con el énfasis de misiones en la

iglesia, se espera que los hermanos adquieran conocimiento de las misiones mundiales. Con este nuevo

conocimiento y conciencia se espera también que ellos tomen un interés personal en misiones ya que hará un

impacto profundo en su vida espiritual. Una segunda meta de la promoción de las misiones en la iglesia local,

es animar a los hermanos a orar por la obra misionera. La oración intercesora de la iglesia a favor de las

misiones es esencial para el éxito de la obra de Dios en todo el mundo. El alentar a la iglesia local a participar

en el apoyo de las misiones por medio de sus oraciones fervientes a favor de almas perdidas es una parte

importante de la obra misionera internacional. Una tercera meta en la promoción de misiones en la iglesia local

es muy práctica. Se trata de levantar fondos para el apoyo financiero de los misioneros de la iglesia. Tal como

la iglesia debe tener fondos para cumplir con su ministerio, la obra misionera necesita fondos para cumplir su

misión. Un ministerio internacional implica muchos gastos incluyendo el sostenimiento de los misioneros, los

viáticos, y un sinfín de necesidades para predicar el evangelio y hacer la obra de Dios en el campo misionero.

Una cuarta meta en el fomento de misiones en la iglesia local es el llamamiento de obreros. Uno de los

resultados de predicar y enseñar sobre las misiones en la iglesia es que el Señor puede llamar a hermanos de

la iglesia para ir al campo misionero. Para alcanzar al mundo hoy en día, Dios está levantando un gran ejército

de misioneros. Los hermanos que van a formar este gran cuerpo de valientes tienen que salir de la iglesia local

porque no hay otra fuente de obreros.

Razones para promover las misiones en la iglesia local

Muchos creyentes preguntan, ¿Por qué levantamos ofrendas para mandar a un campo misionero

extranjero cuando aquí mismo hay demasiadas necesidades? El pastor tiene que estar preparado para

71
explicarles a los hermanos por qué su iglesia necesita participar en misiones mundiales. Hay muchas potentes

razones por las que debemos enfatizar y apoyar las misiones desde la iglesia local.

Una de las razones para promover las misiones en la iglesia es la voluntad de Dios. En sus últimas

palabras en la tierra, nuestro Señor mismo le dio a la iglesia la Gran Comisión, “Id, y haced discípulos a todas

las naciones. . .” Está claro que la voluntad de Dios para la iglesia es evangelizar al mundo. Este mandamiento

empieza con la iglesia local. ¡Francamente no necesitamos otra razón! Sabiendo cuál es la voluntad del Señor,

debemos hacer todo lo posible para cumplirla.

Una segunda razón para promover las misiones en la iglesia es que ésta forma la base de apoyo para la

obra misionera. En un sentido práctico, si la iglesia local no apoya financieramente y en oración a los

misioneros, será imposible que vayan a trabajar para el Señor en el lugar a donde han sido llamados a ministrar.

Si la iglesia local no apoya a los misioneros, ¿quién lo hará?

Otra razón para ser una iglesia con una visión misionera es que Dios bendice a la iglesia que apoya a las

misiones. Es notable cómo las iglesias locales “misioneras” tienen una vitalidad espiritual. Tienen “vida” y

energía espiritual. Las iglesias con conciencia misionera experimentan crecimiento y registran un mayor

número de conversiones. Mostrar interés por las misiones y apoyarlas en la iglesia local tiene un tremendo

impacto en la vida de la iglesia en todos los aspectos.

La participación de la iglesia en las misiones es al fin y al cabo, una cuestión de prioridades. Le damos

prioridad a lo que más nos importa. Si la evangelización del mundo es importante para nosotros, vamos a hacer

todo lo posible para apoyar este gran esfuerzo. Si no tenemos la pasión de alcanzar a un mundo necesitado,

en efecto le haremos caso omiso a la obra misionera. Si tenemos una visión misionera, entonces por las

mismas razones que realizamos cultos especiales de evangelismo, para la familia, o de educación cristiana,

vamos a dedicar tiempo y esfuerzo para pensar, orar y planear cómo vamos a llevar a cabo la obra misionera

en nuestras iglesias.

El pastor como clave

Hemos oído que o somos claves o somos clavos. Dios es quien coloca pastores en las iglesias y les da un

gran privilegio y también una gran responsabilidad. Pedro amonesta a los pastores que sean ejemplos de la

72
grey. Un pastor alegre y amable puede esperar que sus feligreses también sean alegres y amables. El pastor

fiel en pagar sus diezmos tiene la autoridad para enseñar y animar a los de su congregación a que hagan lo

mismo. En la misma forma el pastor que participa personalmente en la obra misionera puede ser una influencia

positiva sobre los miembros de su iglesia. Es difícil que el pastor que no está participando en misiones pueda

animar a los de su congregación a que participen. No es suficiente nombrar a un comité de misiones y de vez

en cuando pedir un informe de ellos. El pastor tiene que guiar a su iglesia con su propio ejemplo. La carga y

visión misionera no es algo que se esconde fácilmente. Aun Jesús dijo que por nuestros frutos seremos

conocidos. Al ver que el líder de la grey está involucrado en misiones muchos también le van a seguir.

Algunas barreras

Entre las muchas barreras en la obra misionera, se encuentran: el egoísmo, complejo de inferioridad o

superioridad, mentalidad de pobreza y falta de fe. Cualquiera de estas barreras, sola o en combinación, es

capaz de robar a una iglesia el privilegio de participar en la obra misionera. La iglesia egoísta simplemente no

puede ver las necesidades más allá. Su visión principal es el aumento de la asistencia de su propia iglesia. Es

difícil que un convertido en la ventana 10-40 llegue a ser miembro de su iglesia local. Entonces, ¿por qué hacer

un esfuerzo tan grande y mayormente costoso para tratar de alcanzarlo con el evangelio?

El complejo de inferioridad ignora la aseveración de Pablo, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil.

4:13). El complejo de superioridad no permite que sintamos la necesidad de los que están sin Cristo. La

mentalidad de pobreza limita a Dios en lo que Él quiere y puede hacer en y por medio de nosotros. Sin fe no

podemos agradar a Dios. Por supuesto la obra misionera desde el inicio hasta el final es obra de fe. Con la

ayuda del Señor, tenemos que ser conscientes de estas barreras y tenemos que vencerlas.

73
CAPÍTULO 15

EL ÉNFASIS MISIONERO EN LA IGLESIA LOCAL

Estrategias para financiar las misiones desde la iglesia local

Métodos para promover las misiones en la iglesia local

En la iglesia local existen diversas maneras para promover las misiones y despertar el interés entre los

hermanos. Hay una gran variedad de métodos que incluyen cosas tan sencillas como poner mapas del mundo

en las paredes para despertar la conciencia sobre las necesidades del mundo, o actividades de mayor amplitud

como una convención misionera. En este capítulo vamos a ver varias maneras por las cuales podemos

promover las misiones en la iglesia local.

La predicación misionera

Por medio de la predicación se puede crear conciencia en las misiones. Ya sea haciendo referencia de

ellas en las predicaciones o en mensajes dedicados especialmente al tema de las misiones. En los mensajes

con referencias misioneras, el pastor puede incluir las declaraciones bíblicas y teológicas de los principios

misioneros. También un buen aporte es mencionar testimonios contemporáneos de conversiones de personas

alcanzadas en campos misioneros, o informes con testimonios y datos estadísticos de las grandes cosas que

Dios está haciendo en nuestro mundo hoy en día. La historia de las misiones provee un tesoro de anécdotas

y testimonios que pueden servir como ilustraciones en un sermón y a la vez para enriquecer el mensaje y para

despertar la conciencia acerca de las misiones. Algo que ayuda a darle mayor impacto al mensaje es mencionar

citas bíblicas poderosas que se relacionan con el tema.

El pastor debe predicar mensajes misioneros con regularidad para que la gente adquiera conciencia en

cuanto al gran encargo misionero que tiene la iglesia. Los mensajes misioneros pueden incluir los siguientes

temas:

+“La base bíblica de misiones”


+“La visión misionera”
+ “Las necesidades de nuestro mundo”
+“El desafío de las misiones hoy en día”
+“Nuestra parte en la obra misionera”

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Ambiente misionero en el templo

Una forma efectiva de promover las misiones es ambientar el templo decorándolo con motivos misioneros.

Por ejemplo, al colocar mapas del mundo en el santuario o en las aulas de la escuela dominical se crea

conciencia en las personas y se despierta su interés acerca del mundo en que vivimos. Estos mapas dan

información gráfica y pueden señalar los lugares donde están trabajando los misioneros de la iglesia o donde

se encuentran los campos cerrados al evangelio. Una forma excelente de promover las misiones es colocar un

tablero de anuncios con las fotos de los misioneros a quienes la iglesia apoya financieramente. En este tablero

se pueden poner también las cartas de los misioneros y los boletines de información. Algunas cartulinas con

frases notables o citas misioneras pueden tener resultados muy positivos. Hay citas tales como: “Emprended

grandes cosas para Dios, y esperad grandes cosas de Dios”. – Guillermo Carey o “Apoyemos las misiones -

para que el Calvario no sea en vano.”

Estos gráficos estarán recordando todo el tiempo a los hermanos sobre las misiones. Así continuamente

estos “maestros mudos” ayudarán a levantar el nivel de conciencia misionera en la iglesia.

Publicaciones

El uso de publicaciones también es de ayuda en la promoción de las misiones en la iglesia local. Se deben

distribuir entre la congregación todos los materiales publicados por el Departamento Nacional de Misiones.

Tanto los materiales producidos por las oficinas nacionales como materiales de los propios misioneros del

Concilio son útiles para informar a los hermanos acerca del programa misionero en su iglesia. También hay

otras organizaciones misioneras que publican materiales que son excelentes para despertar el interés en las

misiones. Poner publicaciones misioneras al alcance de la congregación, será una bendición para la iglesia y

servirá para animarla en su participación en las misiones mundiales.

Otra clase de materiales escritos son los publicados por la misma iglesia local. Si la iglesia tiene un

boletín semanal o mensual, se pueden incluir artículos y anuncios sobre las misiones en esta publicación, o

producir un boletín exclusivamente dedicado a las misiones en donde se presente la visión misionera de la

iglesia, la lista de los misioneros que la iglesia apoya con una descripción de su ministerio, la explicación de

75
alguna faceta de las misiones contemporáneas y los testimonios de los campos misioneros. Un boletín

misionero realmente tiene un sinfín de posibilidades.

Cultos misioneros

Los cultos misioneros en la iglesia local se celebran con el propósito de despertar el interés en las

misiones, infundir la visión y hacer sentir la responsabilidad de la iglesia hacia las misiones. Estos cultos son

claves para un alcance misionero. Pueden celebrarse con un misionero invitado para compartir acerca de su

ministerio o establecer un “Día de Misiones” organizado por la iglesia sin un misionero presente.

Cultos misioneros con un misionero invitado

La visita de un misionero a la iglesia puede ser de gran bendición para la congregación. El misionero

tiene mucho que aportar de sus experiencias en la obra misionera, su visión en la obra de Dios y de su espíritu

como siervo del Señor. Es importante que la iglesia aproveche al máximo la visita misionera, para esto damos

unos consejos a continuación:

Anuncie la visita del misionero con antelación. De esta manera los hermanos llegarán al culto con la

expectativa de oírlo y preparados para participar en la ofrenda misionera.

Hable con el misionero antes del culto para conocerlo, para captar algo de su pasión por las misiones,

para saber en cuanto al lugar donde va a ministrar, si aún no está establecido, o si lo está para informarse

dónde está su campo misionero y cómo es su ministerio. Pregúntele en cuanto a sus necesidades

financieras..

Organice el culto para darle suficiente tiempo al misionero invitado para presentar su ministerio y visión

en la obra de Dios y para compartir su pasión por las misiones. No deje que la alabanza, los testimonios

y los anuncios se alarguen tanto que no quede suficiente tiempo para la participación del misionero. No

es justo pasar dos horas o más con cánticos, testimonios y dando anuncios, todo lo cual se puede hacer

en otros cultos, pero el misionero está allí por un solo día y luego se va. Por eso es importante

aprovechar su visita mientras él está en la iglesia.

Use al máximo la visita del misionero, para compartir en la escuela dominical, en las reuniones de los

niños, de las misioneritas, de los jóvenes y en otros departamentos.

76
En el culto, haga una presentación personal y entusiasta del misionero. Dígale a la iglesia en cuál país

o lugar va a ministrar el misionero y qué tipo de ministerio va a desempeñar o si ya lo está haciendo. Si

lo recomienda bien ante la iglesia, los hermanos lo van a recibir abiertamente. Una buena presentación

le ayudará al misionero para abrirle el camino al corazón de los hermanos y a la congregación a

prepararse para recibir del Señor por medio del hermano misionero.

Reciba una ofrenda misionera animando a los hermanos a ser generosos con la obra de Dios apoyando

al hermano en su ministerio misionero.

Anime a la iglesia a apoyar mensualmente a este misionero. Si se invita a un misionero a la iglesia, lo

más justo es intentar ayudarle con un compromiso de apoyo mensual.

Cultos misioneros sin un misionero presente

La iglesia puede celebrar un culto misionero efectivo, aún sin tener un misionero invitado. De hecho, para

que el programa de misiones funcione bien en la iglesia local, debe establecerse un “Día de Misiones” cada

mes en forma sistemática. Para esta ocasión se celebra un culto especial con énfasis en las misiones y se

recoge la ofrenda misionera. A continuación algunas ideas de las actividades que se pueden llevar a cabo en

este día:

-Cantar coros relacionados con las misiones

-Predicar un mensaje misionero

-Leer cartas o porciones de cartas que la iglesia ha recibido de sus misioneros

-Hacer un drama con un tema misionero

-Presentar un video (¿humano?) que hable sobre el tema

-Leer un testimonio misionero

-Compartir una breve biografía misionera

-Tener un desfile misionero de niños o de un departamento de la iglesia

-Hacer oración por el mundo

-¡Usar la imaginación para infundir el interés en las misiones!

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Lo más importante es que de una forma u otra se mantenga viva la visión y el interés misionero de la

iglesia y para lograrlo es necesario estar enfatizando el tema continuamente en sus cultos.

La comisión misionera

Una comisión misionera puede ser de mucho beneficio para la promoción de misiones en la iglesia local.

Este es un comité de hermanos que tiene la responsabilidad de organizar y dirigir el programa de misiones en

la iglesia. La comisión misionera puede tener de tres a seis miembros o más según el tamaño y las necesidades

de la iglesia. Este comité tiene varias funciones: administra todos los fondos misioneros y rinde cuentas al

pastor y a la junta directiva de la iglesia en cuanto al manejo de estos fondos. También mantiene el contacto

con los misioneros que la iglesia apoya enviándoles cartas y otras comunicaciones. Entre sus funciones

también está la de compartir con la iglesia las comunicaciones recibidas de los misioneros y del Departamento

Nacional de Misiones. Del mismo modo, el comité coordina las varias actividades relacionadas con las misiones

en todos los departamentos de la iglesia. La comisión misionera tiene la responsabilidad de organizar y llevar

a cabo la convención misionera anual. Decide cuál va a ser el tema, nombra comisiones que tendrán diferentes

responsabilidades y hace todo posible para que la convención se realice en la manera más eficaz que sea

posible. La comisión misionera también ayudará con la planeación de los cultos misioneros.

Es importante notar que aunque el pastor delegue mucha responsabilidad a la comisión misionera,

siempre él va a ser clave en el éxito del programa. El pastor tiene que ser miembro activo de la comisión, debe

mantener un interés vivo en la promoción de las misiones en su iglesia y mostrar constantemente este interés.

No puede delegarle a la comisión misionera la responsabilidad y luego lavarse las manos del asunto. Si el

pastor no muestra interés en las misiones en la iglesia local, el programa no avanzará. La iglesia adopta la

actitud del pastor y si los miembros perciben que para el pastor las misiones tienen poca importancia, para ellos

tampoco llegará a ser una prioridad. En contraste, si el pastor muestra una pasión por las misiones, la iglesia

va a captar esta misma visión.

La oración misionera

Una de las metas que se busca con todos los esfuerzos que se hacen en la iglesia a favor de las misiones,

es animar a los hermanos a orar por los misioneros. La intercesión es imprescindible para la obra misionera.

78
Lo ideal es que la oración no sea hecha de forma general – “Señor, bendice a todos los misioneros en el mundo

donde quiera que estén”. Sino, más bien una oración enfocada en necesidades y misioneros específicos. Una

manera de presentar las peticiones misioneras sería orando por estas publicamente en los cultos de la iglesia.

También se debe dedicar un tiempo a la intercesión misionera en los cultos de oración de la iglesia. Se puede

informar a los hermanos sobre estas necesidades por medio de un boletín con una lista de las peticiones de los

misioneros. También es importante formar grupos de oración por las misiones de cada región del mundo.

¿De dónde se pueden obtener peticiones misioneras para presentar en la iglesia? Una fuente excelente

son las cartas que los mismos misioneros mandan a la iglesia. También lo son las publicaciones del

Departamento Nacional de Misiones y las revistas y publicaciones de otras organizaciones misioneras. Las

noticias en periódicos y revistas también son una fuente de peticiones porque las mismas noticias de crisis,

desastres, cambios políticos radicales en un país y otros sucesos son motivos para la oración. La iglesia

perseguida siempre necesita nuestra oración. No debemos olvidar a nuestros hermanos en la fe que están

sufriendo ahora mismo por la causa del Señor. ¡En verdad no faltan motivos para orar por nuestro mundo!

Constancia en la presentación de las misiones en la iglesia local

La constancia en la presentación de la visión misionera de la iglesia local es imprescindible. Es clave que

los esfuerzos que hacemos a favor de la obra misionera sean constantes y consecuentes. No se puede esperar

que la iglesia capte una visión expresando una pasión misionera un día y luego dejar pasar semanas o hasta

meses sin mencionar las misiones. Es necesario recordársela constantemente. La presentación de la visión

misionera a la congregación es simplemente comunicar el amor de Dios por un mundo perdido en pecado y

nuestra responsabilidad de participar con el Señor en la evangelización del mundo. Es una parte íntegra del

evangelio central. Ser constante en los esfuerzos que hacemos para promover las misiones es una prueba de

la prioridad que las misiones tienen en la iglesia local.

En la constancia el pastor es clave para que la iglesia capte la misma visión y pasión que él tiene. La

congregación necesita ver en su pastor un corazón sensible al corazón de Dios en cuanto a un mundo

necesitado de la salvación que viene solamente por medio de Cristo. El pastor es el líder espiritual de la iglesia

79
y tiene una responsabilidad ante Dios de dirigir el rebaño en el amor a los que se pierden tanto en el país como

en todo el mundo.

80
CAPÍTULO 16

LA CONVENCIÓN MISIONERA

Ocho razones para tener una convención misionera 1

“Toda Asamblea de Dios local necesita comprometerse con la evangelización del mundo. Una iglesia con

conciencia misionera es responsable y tiene potencial de crecimiento. Las estadísticas indican que las iglesias

que tienen compromiso misionero registran un número mayor de conversiones. Este material lo ayudará a

planear en su iglesia un alcance misionero sólido. Toda idea ha sido sometida a prueba. Recuerde, el tamaño

de la iglesia no es el factor principal en el buen éxito de crear una conciencia misionera.

“La convención anual de misiones, como primer paso, es la manera más rápida y más eficaz de dirigir a

la congregación a ese compromiso. Es la turbina que impulsará a su congregación a la conciencia de la

necesidad mundial y de la responsabilidad personal de alcanzar al mundo durante esta generación.”

Ocho razones porque su iglesia debe cada año celebrar una convención misionera

1. LA CONVENCIÓN MISIONERA ES LA MANERA MÁS RÁPIDA Y EFECTIVA DE ABRIR EL MUNDO

A SU CONGREGACIÓN.

• Una convención misionera expone a la iglesia las necesidades del mundo, y la prepara para la

intercesión.

• ¿Acaso no se puede obtener lo mismo con tres o cuatro cultos de misiones al año con un misionero

invitado? ¡No! Y las razones son las que siguen. . .

UN CULTO MISIONERO UNA CONVENCIÓN MISIONERA

Presenta un culto Presenta una estrategia

Incluye a sólo un misionero Abarca a todos

Presenta el llamado de una persona Presenta el llamamiento de todos

El resultado es una ofrenda personal El resultado es una ofrenda personal

1
Esta sección usada con permiso de Por todo el mundo, Paul Brannon, Misiones Mundiales de las Asambleas
de Dios, Springfield, Mo.

81
constante

El resultado es la ofrenda de un solo El resultado es un compromiso de fe de

culto ofrendar mensualmente

2. LA CONVENCIÓN MISIONERA HARÁ QUE SU CONGREGACIÓN ADQUIERA CONCIENCIA POR

LAS ALMAS.

• El resultado será creyentes más eficaces en la tarea personal de ganar almas.

• No sólo el reino de Dios crecerá, sino que los estudios muestran que su congregación también

experimentará crecimiento.

3. LA CONVENCIÓN PUEDE DARLE AL CREYENTE MAYOR GOZO.

• Los creyentes que ganan almas son cristianos que muestran mayor gozo.

• El creyente gozoso es un mejor miembro y obrero de la iglesia.

4. LA PARTICIPACIÓN DE LA IGLESIA EN LA CONVENCIÓN MISIONERA RESULTARÁ EN MAYOR

UNIDAD.

• El creyente gozoso tiene una mejor relación con los demás.

• La unidad que se manifiesta en la convención se manifestará también en todas las áreas de la vida

de la iglesia.

• Los creyentes que trabajan con la meta común de alcanzar el mundo perdido reciben abundantes

bendiciones de Dios.

5. LAS PROMESAS DE FE SON EL ACCESO AL PRINCIPIO DIVINO DE MULTIPLICACIÓN.

• Esto significa más dinero para las misiones.

• Cuando ofrendamos para la causa más cercana al corazón de Dios, Él bendecirá tanto al creyente

obediente como a la iglesia con conciencia misionera.

82
• Dios nunca estará en deuda con la iglesia o con el creyente generoso.

6. LA CONVENCIÓN ANUAL AYUDA A LA IGLESIA A PROCLAMAR EL EVANGELIO Y A

APRESURAR LA VENIDA DEL SEÑOR.

• “. . .¡Cómo no debéis andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la

venida del día de Dios. . .!” II Pedro 3:11,12

• Jesús dijo a sus discípulos: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para

testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Mateo 24:14

7. LA CONVENCIÓN ANUAL DA OPORTUNIDAD A QUE LOS CREYENTES OBEDEZCAN EL

MANDATO DE CRISTO.

Los creyentes pueden obedecer la Gran Comisión por:

• Interceder fielmente en oración.

• Comprometerse a ofrendar para las misiones.

• Responder al llamado al campo misionero. Las encuestas realizadas a misioneros en 1985 y en

1995, revelan que de las cinco razones que influyeron en el llamado al campo misionero, las dos

principales fueron la oración personal y la presentación de un misionero.

8. LA CONVENCIÓN MISIONERA ANUAL HACE QUE USTED Y SU IGLESIA ESTÉN DE ACUERDO

CON EL PROPÓSITO DE DIOS.

• El Padre no quiere que nadie se pierda. (II Pedro 3:9)

• El Hijo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10)

• El Espíritu Santo vino a convencer al mundo de pecado y a acercar a todos los hombres a Cristo

(Juan 6:8).

83
CAPÍTULO 17

LA PROMESA DE FE

Oswald J. Smith, (1889-1986) pastor, autor y evangelista canadiense, fue el pionero del concepto de la

promesa de fe.14 Él dedicó su vida a la causa de las misiones y las apoyó con gran entusiasmo y energía. Smith

fundó la iglesia llamada The People´s Church en Toronto, que creció y llegó a ser una congregación grande.

Esta iglesia tenía la visión de ser una iglesia misionera y su meta era dedicarse al avance del evangelio en todo

el mundo. Para alcanzar esta noble meta, Smith inició el plan de la promesa de fe para financiar el programa

de las misiones. Luego Smith animó a todas las iglesias en donce él ministraba para comprometerse a dar

ofrendas semanales o mensuales a las misiones en una forma constante y fiel en vez de dar una ofrenda

misionera ocasionalmente.

Definición

Una promesa de fe es un compromiso voluntario que el creyente hace con Dios para contribuir fielmente a

la causa de misiones y como tal es sagrada y se debe cumplir fielmente en el tiempo prometido. Esto puede

ser cada semana, cada mes o para una fecha establecida. Su propósito es ayudar a financiar la obra misionera

para la extensión del evangelio por todo el mundo.

La base bíblica de la promesa de fe

¿Tiene base bíblica el compromiso de fe? Sí, es un concepto basado en principios bíblicos. En primer lugar,

el autor de Hebreos dice, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios” (11:6). Santiago añade, “Así también la fe,

si no tiene obras, es muerta en sí misma” (2:17). Somos salvos por la fe y sanados por la fe. ¿Por qué no

ofrendamos por la fe también?

En segundo lugar, Pablo animó a las iglesias a comprometerse con los santos necesitados de Jerusalén.

En I a los Corintios 16:2 dice, “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según

haya prosperado...” Fíjese que se hizo el primer día de la semana y no el último y que cada uno debía de

participar.

La promesa de fe en II Corintios 8 y 9

84
El concepto de la promesa de fe tiene su base en la enseñanza que Pablo da en II Corintios 8 y 9. En este

pasaje, Pablo resalta el notable sacrificio de las iglesias de Macedonia. También reconoce el deseo que ellos

tienen de participar y la fidelidad al dar sus ofrendas. En estos capítulos, se encuentran numerosos principios

que forman el concepto de la promesa de fe.

La descripción de la promesa de fe en II Corintios 8 y 9

El apóstol nos describe las características de una promesa de fe. Hay una amplia definición en este pasaje

del concepto de este tipo de compromiso misionero. Ahora vamos a ver las características de la promesa de

fe vistas en II Corintios 8 y 9.

1. Es una ofrenda conforme a sus fuerzas. (II Co. 8:3) Pablo habla de dos realidades. Las ofrendas de

amor de los creyentes de Macedonia se hacían conforme a sus fuerzas y aun más allá de sus fuerzas.

Dar conforme a las fuerzas es un acto de obediencia y fidelidad al Señor. Es importante que todo

cristiano sea fiel con lo que tiene.

2. Es un acto de fe aun más allá de sus fuerzas. (II Co. 8:3) Dar “aun más allá de las fuerzas” es un acto

de fe. El creyente está confiando en Dios creyendo que el Señor le va a ayudar para que pueda dar aun

más de lo que tiene. Dar más allá de sus fuerzas está basado en la obediencia. El creyente necesita

participar en las dos experiencias para crecer en el Señor y vivir con la bendición de Dios.

3. Es un acto de sacrificio. (II Co. 8:1) Es notable que en medio de grande prueba, de tribulación y

tremenda necesidad, las iglesias de Macedonia abundaron en gozo. A pesar de su profunda pobreza

abundaron en riquezas de generosidad (v. 2 ). Aunque los macedonios estaban sufriendo grande

necesidad, insistieron en que también iban a dar una ofrenda. No quisieron ser excluidos de esta

oportunidad de apoyar la obra de su Señor.

4. Es un acto hecho con agrado. En el versículo tres Pablo dice, “Pues doy testimonio de que con

agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas”. “Con agrado” es la actitud

que Dios busca en el dador. Así que los corintios se sacrificaban para ofrendar y lo hacían con una

actitud alegre.

85
5. Es un acto de obediencia. (II Co. 9:13) “Pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios

por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo. . .” Para los corintios, participar en esta ofrenda

fue un acto de obediencia. Este acto de obediencia le daba validez a su profesión de fe en Cristo.

¿Por qué nos extendimos tanto en este tema de las finanzas? Porque es aquí donde las misiones o

viven o mueren. ¿Cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados?

Como ya hemos dicho, Dios está llamando a obreros de América Latina. La mies a la verdad es mucha.

Nadie puede discutir la necesidad de más obreros para llevar el evangelio a los que no lo han oído.

Cada uno de nosotros puede tener una parte en el envío de obreros por medio de nuestras finanzas.

Brad Walz, el Director del DNM de Argentina dice, “No es cuestión de falta de dinero, es cuestión de

falta de obediencia”.

6. Es un privilegio. (II Co. 8:4) Los creyentes vieron la oportunidad de ayudar con sus ofrendas como “un

privilegio de participar en un servicio para los santos”. Aunque ellos mismos estaban pasando por

necesidad y escasez, consideraban esta ofrenda como un privilegio. El cristiano debe pensar en la

oportunidad de apoyar financieramente a la obra misionera como un privilegio que nuestro precioso

Señor nos ha concedido.

7. Es un acto voluntario. (II Co. 8:5) Es una ofrenda que uno da de la abundancia de su corazón. No es

una ofrenda dada por obligación, sino por amor. El creyente da motivado por el deseo de servir al Señor

y bendecir su obra.

8. Es una ofrenda. No es el diezmo. (II Co. 8:5) “Se dieron primeramente al Señor. . .” Dieron

primeramente su diezmo al Señor. Su ofrenda de amor era aparte de los diezmos. Era una ofrenda

voluntaria para ayudar a los cristianos necesitados.

9. Es una prueba de la sinceridad del amor. (II Co. 8:8) Ofrendar pone a “prueba. . . la sinceridad de

nuestro amor”. Hay una relación estrecha entre el amor que le tenemos al Señor y nuestro deseo de

dar. Si amamos al Señor, queremos darle nuestras ofrendas.

10. Es una decisión personal. (II Co. 9:7) “Cada uno dé como propuso en su corazón. . .” Dar una ofrenda

es una decisión personal. Es algo que empieza en el corazón.

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Motivos para hacer una promesa de fe

En este mismo pasaje, Pablo menciona cuatro motivos para participar en las ofrendas de las promesas de

fe. El primer motivo para hacer una promesa de fe es para la gloria de Dios. En II Co. 8:19, Pablo dice que

“este donativo, es administrado por nosotros para la gloria del Señor mismo. . .” Un segundo motivo para dar

una promesa de fe es para seguir el ejemplo de Cristo. “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor

Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis

enriquecidos.” Un tercer motivo para hacer una promesa de fe según este pasaje es para “demostrar vuestra

buena voluntad”. (II Co. 8:20) El último motivo es para sembrar. (II Co. 9:6-10) Es interesante notar que la

motivación aquí no es “da para que recibas” sino es dar para servir aún más al Señor.

Hay cuatro resultados de dar que se ven en este pasaje (II Co. 9:10,11). Un resultado es que al que da

Dios le multiplicará su sementera. El segundo resultado es que Dios les aumenta los frutos de su justicia. Otro

resultado es que va a estar enriquecido en todo para toda liberalidad. El cuatro resultado es que a va producir

acción de gracias a Dios.

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CÓMO RECIBIR PROMESAS DE FE

Por Gary Wornica


Director del Centro de Adiestramiento de las Asambleas de Dios
Oaxaca, México
Los diez minutos más importantes durante todo el año del énfasis misionero en la iglesia local están en la

conclusión de su convención anual. En estos minutos claves es cuando cada miembro tiene la oportunidad de

hacer una promesa de fe. El pastor sabio hará todo lo que sea posible para lograr una respuesta positiva de

parte de su congregación para apoyar a sus misioneros. ¿Cuáles son los pasos claves que deberá tomar para

garantizar una expresión de fe por parte de la mayoría de los hermanos?

Primeramente y ANTES de la convención misionera el pastor debe enseñarles a sus miembros incluyendo

niños y jóvenes lo relacionado a las promesas de fe. Durante las cuatro semanas previas a la convención,

debe aprovechar cada oportunidad para instruirlos acerca del tema, como también distribuir las tarjetas de las

promesas de fe para que los hermanos las lleven a sus casas para leerlas y orar en cuanto a cómo van a

responder. Es importante que les explique cómo llenar las tarjetas. El pastor sabio es conciente de que se

requiere tiempo para enseñar un concepto nuevo y, por eso, no espera a hacerlo hasta que se da inicio a la

convención. Tampoco predica sobre las misiones sólo en los días de la convención, sino que explica el

concepto de la promesa de fe en la escuela dominical, grupos familiares, reuniones de jóvenes y niños.

En segundo lugar, el pastor establecerá metas para la participación de la iglesia en las promesas de fe

DURANTE la convención misionera. No debe importarle tanto la cantidad de dinero que se prometerá, sino el

énfasis en que todos deben participar llenando la tarjeta de promesa de fe, al final de la convención misionera.

Si en la convención anterior treinta hermanos hicieron una promesa, proyectará una meta para motivar a más

hermanos a participar este año. Al final de la convención misionera, anunciará cuántos hermanos hicieron su

promesa de fe y todos darán la gloria a Dios.

En tercer lugar, el pastor deberá asegurarse de que todos los hermanos entiendan desde un principio que

las promesas de fe se recibirán al terminar el culto. Esto es algo que no se hace a la ligera. Si el misionero

que va a predicar es quien va a recibir las promesas de fe al concluir su mensaje, el pastor se asegurará de

que el misionero sepa cómo los ujieres van a distribuir las tarjetas y recolectarlas después. En vez de preguntar

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quiénes son lo que quieren recibir una de las tarjetas de promesa de fe, el pastor debe darles instrucciones a

los ujieres para repartirlas a todos los hermanos presentes. Se pueden repartir a medida que va entrando la

gente o se pueden colocar en los asientos antes del culto. Así el pastor o el misionero solamente tendrá que

preguntar si hay alguien que no ha recibido una tarjeta. Esto asegura la máxima participación de los hermanos.

El pastor o el misionero le leerá a la congregación la tarjeta de la promesa de fe y después les preguntará

¿Cuánto va a confiar que el Señor va a proveer por medio de usted cada mes de este año para el apoyo de las

misiones? Luego los dirigirá en oración pidiendo que Dios los guíe en este paso de fe y por último les dará el

suficiente tiempo para que todos puedan llenar sus tarjetas. TODOS se animarán a participar según su fe.

Antes del culto debe orientar a los ujieres en cuanto a lo que van a hacer y dónde van a servir. Es importante

que entiendan que deben contar con una cantidad amplia de tarjetas y lápices para repartir entre los miembros

de la congregación para que ninguno se quede sin llenar su promesa de fe.

Y, por último, el pastor tendrá dos o tres miembros (preferiblemente de la comisión de misiones) preparados

para recibir y sumar el número de las promesas de fe y el importe de las ofrendas prometidas por mes. El

pastor anunciará los resultados a la congregación. El culto termina con una oración dando gracias al Señor por

lo que Él ha hecho y pidiendo que les ayude a todos a cumplir lo prometido.

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CONCLUSIÓN

La iglesia cristiana en el principio del tercer milenio se enfrenta a un desafío histórico. Los problemas

sociales y políticos de nuestra generación son enormes y, a veces, alarmantes. Pero a la vez, las múltiples

oportunidades son grandes y llevan consigo enorme potencialidad para victorias espirituales. Dios nos ha

puesto por delante una puerta abierta de oportunidad para ganar a nuestro mundo y ministrar en el poder del

Espíritu Santo hasta los confines del mundo. Para ganar las grandes victorias que el Señor tiene para la iglesia

hoy en día, necesitamos poner todos manos a la obra. Es urgente que salgan misioneros de todos los

continentes y países, llamados por el Señor, llenos del Espíritu Santo y dispuestos a sacrificarse por la

evangelización del mundo. Es preciso que toda la iglesia de Jesucristo apoye el gran esfuerzo misionero

mandando obreros de valor a la mies. La iglesia de América Latina tiene un papel clave que jugar en las

misiones en la actualidad. Necesitamos que el Señor nos ayude a levantar los ojos a la mies e ir hasta los

confines del mundo predicando evangelio. Que al enfrentarnos al gran desafío del siglo veintiuno, nuestro lema

sea, “¡Desde América Latina al mundo!”.

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

90
1
Pate, Misionología, pág. 29.

2 Pate, pág. 29.

3 John York, Las misiones en la era del Espíritu, pág. 20.


4 John York, pág. 196.

5 Mabel Williamson, “Have We No Rights. . .”, pág. 9.


6 Williamson, pág. 125.
7 Brad Waltz, Escuela de misiones, pág. 30.

8 www.sociedadmisioneraarecibo.com

9 Arab World Missions en www.wgm.org/cms/fields

10 www.thebibleleague.com, pág. 1.

11 Ray Bakke, El cristiano en la ciudad, pág. 79.


12 Reporte presentado en el Congreso de los Estados Unidos, Scripps-Howard News Service, 28 septiembre
1996.

13 Miguel Palomino, “Lessons from Latino Missions to Europe”, Evangelical Missions Quarterly (January
2005), pág. 24.
14 Artículo por Howard Culbertson. Para más información, visite: http://home.snu.edu-hculbert.fs

BIBLIOGRAFÍA

91
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1997).

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