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Las Sociedades Andinas (1° Parte)

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Las sociedades andinas (1° parte)

Dejamos a los mexicas en suspenso -al menos hasta 1519- y dejamos también Mesoamérica
para trasladarnos a los Andes. Muy al sur de México, más allá del istmo de Panamá, sobre
el borde occidental de Sud América, se levanta una mole imponente: la cordillera de los
Andes.

(En Netflix pueden ver el documental Andes mágicos)

Sabido es que los climas se ordenan paralelamente sobre la superficie terrestre desde el
Ecuador hacia los polos, pero en los Andes -debido al enorme volumen de la cordillera- la
altura se convierte en el principal determinante de las condiciones climáticas. Consecuencia
de ello es una rica variedad de ambientes naturales en distancias relativamente cortas, ya
que una diferencia en la altitud provoca significativos cambios en las condiciones del
medio. Si nos trasladamos desde el litoral marítimo hacia el oriente, tendremos que
atravesar cuatro amplias zonas climáticas.

Partimos desde una costa desértica, donde casi nunca llueve y los ríos que bajan de la
Cordillera son las únicas fuentes de agua para practicar agricultura, pero también la riqueza
del mar constituye una fuente de recursos para los grupos humanos. Más hacia el oriente
están los valles y quebradas, lugares óptimos para el cultivo de maíz y con abundancia de
algarrobos y chañares. Arriba de los 3.500 metros sobre el nivel del mar se encuentra la
puna o altiplano, donde la amplitud térmica es muy grande -oscilaciones de hasta 20°- y
hay heladas casi todo el año, es territorio natural de camélidos como guanacos, vicuñas,
alpacas y llamas, que se alimentan de los pastos duros. Por último, llegamos a la ceja de
selva, también llamada selva de montaña o simplemente montaña, donde el clima es cálido
y húmedo, con lluvias frecuentes, y hay una densa vegetación.

Esto quiere decir que cada región posee algún tipo de recurso natural pero no hay
variedad, lo cual sabemos que es determinante para el sostenimiento de los grupos
humanos. ¿Cómo resolvieron este problema las sociedades andinas? Es lo que hoy veremos
y para ello comenzaremos, como hicimos respecto de Mesoamérica, con las primeras
civilizaciones.

En el siguiente mapa pueden ver la región a la que nos referimos, que es donde se
desarrollaron la mayoría de las sociedades andinas. Busquen un mapa de América del Sur y
ubiquen en él la región que vemos éste.

Más adelante trabajaremos con un mapa de la región surandina, que comprende una parte
de nuestro actual territorio.
Debido a la distribución desigual de las zonas ecológicas, al alto índice de heladas o bien a
condiciones meteorológicas adversas, gran parte de las sociedades andinas, ya fueran
agrícolas o pastoriles, tenían dificultades para alcanzar la autosuficiencia. ¿Cómo hicieron
para resolver este problema? La respuesta es la complementareidad.

Aprovecharon del mejor modo los recursos con los que contaban y luego se
complementaron. Quienes tenían la posibilidad de cultivar tubérculos como la papa,
aprovecharon las heladas nocturnas para deshidratarla, produciendo chuño. A su vez,
gracias a la sequedad del ambiente preservaron la carne, produciendo charqui, lo cual fue
posible porque habían domesticado a las llamas y alpacas, que además les sirvieron como
animales de carga, y también pudieron obtener lana y producir textiles. Hubo quienes
cultivaron granos como el maíz y quienes marisquearon (recolectaron productos del mar).

Contar con alimentos no perecederos como el chuño y el charqui o las harinas de algarrobo
y chañar, además de textiles de lana para abrigarse y animales de carga, hizo posible que
pudieran trasladarse. Gracias a ello pudieron practicar la complementareidad.

¿De qué manera lo hicieron? Desarrollaron dos modalidades para llevarla a cabo: una es la
que llamamos insularidad o archipiélago y la otra es el intercambio, que se hacía a través
de lo que llamamos tráfico caravanero. Es importante señalar que ambas modalidades no
eran excluyentes, en ciertos momentos del año podían llevar a cabo una u otra y, a veces,
ambas de manera simultánea.

La insularidad consistía en la explotación de enclaves de distintas zonas ecológicas por


parte de una misma comunidad, pero sin dominarlos. Eso significa que otras comunidades
hacían lo mismo y se producía entonces algo así como una rotación, de allí el nombre de
insularidad o archipiélago.

El intercambio permitía el abastecimiento de bienes de distintas zonas ecológicas a través


de un sistema de tráfico caravanero, para el que se utilizaban las llamas y sólo era posible,
como dijimos, gracias a contar con alimentos no perecederos y abrigo. Es importante
señalar que no se trata de comercio, sino de intercambio: doy lo que tengo a cambio de lo
que no, mientras el otro recibe lo que no tiene a cambio de dar lo que sí.

Es importante subrayar que la complementareidad no fue solamente una respuesta a las


condiciones del ambiente, sino fundamentalmente un producto social. Fue posible porque
los grupos humanos transformaron las plantas y los animales, intervinieron en el ambiente,
y, tan importante como eso, desarrollaron relaciones sociales (matrimonios, formas de
parentesco, alianzas), sin las cuales hubiera sido imposible complementarse.

Mientras en Mesoamérica se encontraban los olmecas, en los Andes florecía la cultura


chavín. ¿Desde cuándo tenemos noticias de ella?

Fue en 1940 que un equipo de arqueólogos de la Universidad de Yale (USA) encontró, en


un angosto valle a 3.000m de altura sobre el nivel del mar, un enorme edificio con tres
pisos en su interior, comunicados por escaleras y rampas, con pequeñas habitaciones, al
cual llamaron El Castillo. Por sus características, lo más probable es que nadie hubiera
vivido allí, por lo cual se trataría de un santuario, una casa para los dioses. Una las cosas de
aquella construcción que más llamó la atención de los investigadores fue que, al final de
una oscura galería, se hallaba un ídolo de piedra de gran altura, con rasgos felinos y
enormes colmillos. Este hallazgo, para nosotros, no resulta sorprendente porque conocemos
a los olmecas y sabemos que el jaguar era para ellos una representación de poder, pero
para entonces nada se sabía todavía acerca de los olmecas.

Lo sorprendente es que si bien no existe indicio alguno que nos permita pensar que hubo
algún tipo de contacto entre la cultura olmeca y la cultura chavín, en ambas encontramos
representaciones de jaguar asociadas al poder. También en los Andes, al igual que en
Mesoamérica, las representaciones de jaguar serán parte del legado que dejaron las
primeras civilizaciones, las que encontraremos en objetos de cerámica o metales y en los
textiles, como más adelante veremos.

El siguiente powerpoint les permitirá aproximarse a las sociedades andinas. Ubíquenlas en


el mapa, tomen nota de lo que les llame la atención y busquen información sobre todo
aquello que no conozcan.
https://drive.google.com/file/d/1-yQUi3YB5grhLtYHa0VaawI-RMjnH8iw/view?usp=sharing
Siguiendo el recorrido del ppt, si dejamos el valle y nos trasladarnos al sur, hacia donde
actualmente se encuentra la ciudad de Paracas, encontramos una región árida, lo cual hizo
posible que se preservara lo que se dio en llamar la Necrópolis de Paracas. Se trata del
hallazgo de 429 bultos o fardos, que fueron llamados momias, pero hoy sabemos que cada
uno constituye lo que se denomina mallqui: un cuerpo que ha sido conservado sentado y
envuelto en distintos textiles, llevando entre ellos diversas ofrendas. Cada uno de esos
textiles nos permite conocer no sólo el modo en que los paracas hilaban, teñían y tejían,
sino muchos aspectos de su vida que podemos encontrar en los dibujos bordados. De allí
que los textiles constituyen un universo de saberes.

Si nos trasladamos hacia el sur de Paracas, 160 Km costa abajo, encontramos a los nazcas,
quienes continuaron la tradición textil de Paracas pero se especializaron en la producción
de cerámica, desarrollando complejas técnicas que implicaban la superposición de colores,
con lo que obtenían un aspecto espejado. Su cerámica exhibe plantas, insectos y diversas
representaciones, aunque la más común es la cara de un gato, que suele llevar enormes
bigotes (clara alusión al jaguar). Sin embargo, lo más conocido son Nazca son sus líneas,
descubiertas en 1927 y que siguen acaparando la atención de los investigadores.

María Reiche, una investigadora alemana que se trasladó a Perú, desde 1946 dedicó su vida
entera al estudio de estos geoglifos (inscripciones sobre grandes extensiones de terreno) que
representan diversas figuras enormes y que sólo pueden apreciarse desde lo alto. La
extraordinaria historia de María Reiche y las líneas de Nazca está aquí:

https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/maria-reiche-y-la-tecnologia-tras-las-
lineas-de-nazca/

Pueden volar sobre las líneas de Nazca para ver las líneas y las figuras ingresando aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=jeRP7EZDAH0

Partiendo de Nazca rumbo al norte, haciendo 800km por la costa llegamos a una zona
donde corre el río Moche, del cual tomó el nombre un pueblo que nos dejó un detallado
registro de su vida a través de la producción cerámica. Se trata de los mochicas, quienes
representaron en su producción cerámica todo lo que podían ver o imaginar, siendo lo más
notable sus vasorretratos: vasos que incluyen la representación de rostros de un
extraordinario realismo. Pero fue en 1987 que se produjo un hallazgo absolutamente
espectacular, que nos permite conocer aún más a los mochicas: la tumba del Señor de
Sipán y su extraordinario ajuar funerario. Basta con ingresar al siguiente link para verlo:

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20180604/47313881538/el-
descubrimiento-del-tesoro-de-sipan.html

Además, el Señor de Sipán tiene actualmente su propio museo, el que pueden visitar
ingresando aquí: http://www.naylamp.gob.pe/mtrsPage.html

Para cerrar nuestro recorrido, antes de ir a la región del NOA, nos trasladamos hacia una
fría meseta, a 70km al sur del lago Titicaca (el lago navegable más alto del mundo), en la
actual frontera entre Perú y Bolivia, a casi 4.200m de altura sobre el nivel del mar. Así
llegamos a Tiahuanaco, donde se desarrolló una cultura de la que quedan muy pocos
vestigios. Uno de ellos es la Puerta del sol, que exhibe la representación de una figura
antropomorfa con una gran cabeza y de cuyos ojos caen lo que parecen ser dos grandes
lágrimas. Se cree que Tiahuanaco fue un gran centro ceremonial, con magníficas
construcciones hechas con bloques de piedra, que irradió su cultura en una gran extensión
(hasta el actual Ecuador en el norte y en el interior de Bolivia y Chile), y se supone que
llegó a su fin hacia el año 1.000dC.

En el siguiente link encontrarán un cuadro cronológico comparativo:

https://drive.google.com/file/d/1Ywxj9KZ6T0g2xdENyALOeesGWJ5YMtWA/view?usp=sharing

Prof. Braccio

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