Los Libros Litúrgicos
Los Libros Litúrgicos
Los Libros Litúrgicos
(Intro). (Nacho)
Son aquellos que contienen los textos y las indicaciones para la celebración
litúrgica, oficialmente editados en la Iglesia. A esta edición oficial se le llama
edición típica y está escrita en latín. A partir de ella se realizan las traducciones
a las lenguas vivas.
Su recopilación y fijación se llevó a cabo a partir del siglo VI.
¿Qué es un libro litúrgico? ¿Qué contiene? Podríamos decir sencillamente que
un libro litúrgico es el "manual de instrucciones" de la celebración. Leyéndolo
atentamente sabremos cómo es y cómo se desarrolla el rito en cada una de las
partes que lo componen. A las indicaciones que nos dan los libros litúrgicos se
les suele llamar "rúbricas", porque se escriben en rojo, para diferenciarlas así
de otros textos, como las lecturas de la Palabra de Dios y las oraciones, que
también están contenidas en los libros litúrgicos.
Las oraciones que se utilizan en la celebración –que técnicamente reciben el
nombre de "eucología"– son muy importantes, porque expresan la fe de la
Iglesia. En efecto, la Iglesia, cuando celebra la liturgia, está celebrando su fe.
Por eso las oraciones que utiliza no son improvisadas al gusto de cada uno,
sino que forman un patrimonio que es de toda la Iglesia. Por eso, cambiar algo
en los libros litúrgicos es competencia del Papa, que lo hace por medio de un
organismo llamado la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos, que se encuentra en Roma.
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Leccionarios I, II, III. (Todas las celebraciones) (Robin)
Este término designa a los distintos libros que recogen los textos de la Sagrada
Escritura destinados a ser proclamados durante la Liturgia de la Palabra.
Los domingos poseen tres lecturas: Antiguo Testamento, Epístolas del Nuevo
Testamento y Evangelio. Las lecturas evangélicas del Tiempo Ordinario
corresponden a Mateo, Marcos y Lucas, según el orden previsto en el ciclo
trienal (A, B y C). El Evangelio de San Juan se lee en Cuaresma, en Pascua y
en las semanas 17 a 21 del ciclo B del Tiempo Ordinario. Evangelio y Epístola
discurren de modo semicontinuo, no estando armonizados entre sí, mientras
que la lectura del Antiguo Testamento está escogida en orden al Evangelio del
día, como figura o anuncio de la realidad actuada en Jesucristo.
Evangeliario. (Robin)
El evangeliario es el libro en el que se leen los evangelios durante la
celebración de la eucaristía y, por lo tanto, uno de los objetos litúrgicos
principales empleados en la misa. Por lo general, está encuadernado con
cubiertas ricamente decoradas, muchas veces con metales preciosos, incluso
joyas, o ricas telas con bordados. En el siglo VI, nacen los leccionarios al
realizarse libros para uso litúrgico con los textos de lecturas para cada día. Se
incluían en ellos los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, pero las
lecturas del Evangelio se colocaban aparte en libros llamados Evangeliarios.
Hasta nuestros días, y desde el siglo XIII donde el Misal cobró realmente
importancia, los tres misales más importantes han sido: el de la Curia Romana,
el de San Pío V (o de Trento) y el Pablo VI con sus correspondientes
reediciones.
Como su propio nombre indica, el Pontifical sería el libro que contiene las
celebraciones y ritos que preside el pontifex, el pontífice, o sea, el obispo.
La Reforma Litúrgica del Vaticano II hace con el Pontifical lo mismo que había
hecho con el Ritual: deja de existir como libro autónomo y lo que se hace es
publicar por separado los ritos que forman parte del mismo, ampliando la
posibilidad de elegir textos y lecturas, y simplificando notablemente los ritos, en
continuidad con la Tradición litúrgica de la Iglesia.
De entre los libros que formarían parte del Pontifical y que han sido publicados
por separado cabría señalar dos, entre otros: el Ritual de Órdenes y el Ritual
de la dedicación de iglesias y altares. Las ordenaciones, tanto del obispo como
del presbítero y el diácono, son celebraciones que solamente puede presidir el
obispo, que es el ministro del sacramento. La dedicación de las iglesias no es
un sacramento, sino un sacramental, una celebración instituida no por Cristo,
sino por la misma Iglesia, y estructurada a imagen de los sacramentos.