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E ] : ) ,
Lumpendesarrollo
] Dependencia, clase y política
: | en Latinoamérica
]E |
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| ED EDICIONES PERIFERIA S.R. L.
s análisis referidos al problema
imperialismo y de la dependencia se han
o estimulados por la particular relevancia
la actual coyuntura política continental,
de haber entrado en crisis muchos
11
control” (Halperin, p. 37). Lo verdaderamente
y ionante a mi parecer es que alguien pueda con-
y vencerse de tal tesis —que no es la mía— a partir
s escriben sido “la naturaleza explotadorata- de la lectura de un libro cuya introducción hace es-
a que lleva implícito el sistema capi pecial hincapié, en la página 10, en que “para la ge-
que sin esta
“ista, da a Frank la pauta para asegurar . de explota- 'neración del subdesarrollo estructural, más importan-
relación contradictoria de una estru ctura
Ade- te aún que la succión de su excedente económico
dores y explotados, el capitalismo no existiría. (+...) es la impregnación de la economía nacional del
n la causa y el li
más, es precisamente esta contradicció camente re- satélite con la misma estructura capitalista y sus con=
origen del proceso simultáneo y dial écti
económi- tradicciones fundamentales (...) que organiza y do-
lacionado del desarrollo y del subdesarrollo. cos agre- mina la vida nacional de los pueblos en lo econó-
adel ante los mism os críti
co” (p. 2). Más ndía hasta mico, político y social” y cuyo prefacio anuncia lo:
+ “Esta estructura sociopolítica se exte E me el argumento pretende mostrar, o sea que “to-
país ... Alrespec-
Tos más alejados rincones de cada clases latinoame- los ensayos conducen a una conclusión de im=
to, dice Frank que la estr uctu ra de
smo mun portancia cardinal: el capitalismo nacional y la bur-
ricana a través del desarrollo del capitali ía nacional no pueden ofrecer salida alguna al
de la estruc-
dial ha sido básicamente el producto subdesarrollo en América latina”. Vale decir que al
ópol i ibéri ca, y más tarde
tura colonial que la metr € inculcaron contrario de aquella “impresión”, la dependencia no
la i y nort emer ican a, impu sier on
, y no sólo en debe ni puede considerarse como una relación mera-
a la América latina (-..). Por ende , América mente “externa” impuesta a todos los latinoamerica-
en el local
el nivel nacional, sino también mos desde fuera y contra su voluntad, sino que la
vía tiene , la estr uctura de
Jatina vino a tener, y toda dependencia es igualmente una condición “interna”
colonial y neoco-
clases de una economía exportadora del e integral de la sociedad latinoamericana, que deter-
el enfoque
Jonial (...). Podemos concluir que.satélite, dentro mina a la burguesía dominante en Latinoamérica,
desarrollo, subdesarrollo y metró poli- a la vez es consciente y gustosamente aceptada por
Gunder Frank,
de la tesis del subdesarrollo que elabora estructural ella. Si la dependencia fuera solamente “externa” po-
A enmarcados en el marco histórico y ¡dría argumentarse que la burguesía “nacional” tiene
diferentes tesis.
“en el cual logra desarrollar sus condiciones objetivas para ofrecer una salida “na-
“Pero, evidentemente, en los ensayosmism reseñados mi cionalista” o “autónoma” del subdesarrollo, Pero es-
los os críticos
logro ha sido muy relativo si para sis y si la ta salida no existe —según nuestro argumento— pre-
mí marco histórico no prof undi za el análi -cisamente porque la dependencia es integral y hace
un patrón geo-
estructura de clases les aparece como Aparen- que la propia burguesía sea dependiente. Volveremos,
ico.
gráfico o espacial demasiado esquemátresp al tema en este ensayo, y trataremos de desarro-
temente no he sabido cumplir con mi onsabilidad
ante el lecto r. Mea la tesis más explícita y rigurosamente y —espe-
de autor al no expl icar me bien ro— con mayor claridad.
¿
culpa. Los epígrafes (Smith, pp. 207, 416; Otero, pp. 73,
a cuan-
Semejante falla de comunicación se evidenci 79, 102 y 84) que encabezan este ensayo sirven de
libro Ca-
do alguien escribe con satisfacción que mina “es una base e ilustración de la tesis tripartita que trataremos
pitalismo y subdesarrollo en Amér ica Lati
la ma- de sustentar mediante el examen de hechos determi-+
presentación impresionante y convincente de el des- nantes en cada una de las principales etapas de la
a parti r de la Conq uist a,
“nera decisiva en que afectado historia latinoamericana desde la Conquista hasta
“tino de los latinoamericanos siempre ha sidoy fuera de nuestros días: 1) como lo señalaron Adam Smith y
por acontecimientos fuera de su conti nente
13
extranjero todas sus ventajas” y que podríamos de-
es y sus acompañantes reli- nominar de “lumpendesarrollo”. En este ensayo se
Conquista colocó a toda Lati en
examinan estas relaciones de determinación entre 1)
posición de creciente subordinación y dependen- dependencia económica, 11) estructura de clase O
cia económica colonial y neocolonial con respecto lumpenburguesía, y HI) política del sub o lumpen-
al sistema mundial único del capitalismo comercial desarrollo, para cada uno de los casos de: 1) la es-
en expansión; 11) como lo señalan también los reli- tructura colonial; 2) la estructura agraria; 3) la
giosos después de la Conquista y el mexicano Ma- Independencia; 4) las guerras civiles: nacionalismo
riano Otero en 1842, esta relación colonial o neoco- vs. librecambi: la reforma liberal; 6) el imperia-
lonial con respecto a la metrópoli capitalista ha for- ) el nacionalismo burgués y 8) el neoimpe-
mado y transformado la estructura económica y de rialismo y la neodependencia actual, tal como se re-
clases, e inclusive la cultura, en el seno de la socie- seña en el “Resumen introductorio”.
dad latinoamericana, haciendo que esta estructura na-
Este examen se hace, al parecer, tanto más oportuno
cional se transforme como consecuencia de los cam- puesto que al reseñar, en Monthly Review, Selecciones
bios en las formas de dependencia colonial; y II)
en Castellano, mi ya citado libro, bajo el título de “El
como también lo señala Mariano Otero, esta estruc- capitalismo colonial según A. G. Frank”, Theotonio
tura colonial y de clases determina “intereses muy Dos Santos escribe: “Según Gunder Frank, el subdes-
directos” de clase para el sector dominante de la bur- arrollo es consecuencia de las contradicciones internas
guesía que, a menudo valiéndose de los “gabinetes” del propio capitalismo (...) resultantes de la expro-
gubernamentales y demás instrumentos del Estado, piación del excedente económico de muchos en favor
políticas del subdesarrollo en lo económico,
de la apropiación de este excedente por pocos. La
social, cultural y político para la “Nación” y el pue- expropiación de este excedente se efectúa a través de
blo latinoamericano, haciendo que cuando un cam- lina cadena de explotación, cuyo punto más alto es
bio en las formas de dependencia modifica la estruc- el centro del capitalismo mundial en cada período
tura económica y de clase, se determinen a la vez histórico (...) Una segunda contradicción (...) me-
cambios en la política de la burguesía dominante que, trópoli-satélite se repite, pues, en el interior de las
salvo algunas excepciones parciales que serán señala- economías colonizadas ( ) Sus tesis fundamentales,
das, terminan por fortalecer aún más los mismos lazos apoyadas en largas ejemplificaciones de autores latino-
de dependencia económica que propiciaron estas po- americanos, son: 1. La economía colonial se destina
líticas, y que por lo tanto contribuyen a agravar aún básicamente a la exportación y está dominada por
más el desarrollo del subdesarrollo en Latinoamérica. el capital comercial de la metrópoli internacional y
Por ende, coincidiendo con Mariano Otero al “reco- de las metrópolis nacionales (...) A través de abun-
“nocer que nuestra sociedad tenía una fisonomía pro- dante documentación extraída de estudios antropoló-
pia” pero dependiente, y sin querer hacer otro tras- gicos, sociológicos e históricos de América latina, de-
plante mecánico y literal que después hará que “un muestra en forma convincente que el aislamiento del
error de idioma traiga el de la política”, podríamos indígena es falso (...) Muestra enseguida cómo la
calificar de “lumpenburguesía” a la clase que “no producción indígena es explotada per los mercaderes”
era más que el instrumento pasivo (yo diría más bien urbanos nacionales que, a su vez, son explotados por
activo, AcF) de la industria y del comercio extranje- los mercaderes metropolitanos (...) El mismo Frank
To, y sus intereses eran naturalmente los de éste”. Los tiene que recurrir a ciertas categorías de explicación
integrantes de esa clase “están profundamente intere- que se relacionan con la estructura interna de los
sados en mantenernos en el estado (o más bien pro- países coloniales: al predominio del sector exportador
ceso) de miserable atraso del que saca el comercio
15
“básica (...) No se trata de una cues-
TE ,
n desatelización, como lo pretende Andre G, Frank,
de la confirmación de un cierto tipo de estructuras
Dd rolla e vea que
o hubo una burguesía industrial nacionalista, internas que están condicionadas porla situación inter-
se hace cada vez más dependiente de la metrópoli "nacional de dependencia.” Y en la “crítica a la meto-
italista en financiamientos, comercialización, bie- dología” ya citada, Dos Santos concluye: “El esquema
de capital, tecnología, dibujos, patentes, marcas colonial que él [Frank] plantea no puede ser «com-
iales, licencias, etcétera. En resumen [del argu- binado» con un análisis de clase como él lo desea (....)
mento de Frank por Dos Santos] no se puede hablar En cuanto a los cambios del sistema, no basta con
de esa burguesía nacional progresista (...) El gol "mostrar la contin id de la estructura colonial. Es
pe militar del *64 en Brasil refleja estas condiciones jo explicarse cómo, a pesar de esta continuidad
de acentuación de la dependencia, con la adhesión de la dependencia, ella ha cambiado sus formas. Pues
as burguesías nacionales decadentes, al capital extran- sido estos cambios los que generaron la profunda
jero. La solución del problema del subdesarrollo bra= actual que exige una solución socialista y que la
“sileño se muestra cada vez más imposible sin la des- ermite.”
trucción del sistema que lo ha generado: el sistema Efectivamente, ésta fue mi intención en el citado
capitalista mundial y nacional.” O y en otro que reúne los mueve ensayos compren-
Sin embargo, parece que este argumento mío requie- os en la crítica mexicana, con dieciséis más bajo el
“re una reformulación o por lo menos alguna explica= ulo Latinoamérica: subdesarrollo capitalista o revo-
ción adicional, porque no obstante (o a partir de) lución socialista. Puesto que casi todos los trabajos
este resumen expositorio del mismo, que me parece ndidos en ambos libros fueron escritos hace
bastante adecuado, Theotonio Dos Santos concluye su o decenio entre 1963 y 1965 y que han suscitado
misma reseña con la siguiente “crítica a la metodolo- ¡críticas como la mexicana y la de Dos Santos (entre
gía”: “Nuestra principal crítica a la teoría de Gunder veintena de reseñas menos severas) me parece
'rank se refiere al hecho de que no logra superar 'o ahora no descartar la metodología o dese-
4 una posición estructural funcionalista (...) De ahíse : el argumento, sino tratar de fortalecer la meto-
a un carácter estático en el sistema de Gunder a con mayor rigor y esclarecer la relación dia-
Frank, Los cambios que han existido, y el mismo
Frank admite que son importantes, en su análisis apa=
recen como «irracionales», o mejor, como resultado de el presente. Ensayo. Y dlevez no esté de más, para
factores aleatorios (...) La primera contradicción itizar el carácter del principal de aquellos actores
del modelo de Frank (...) no explica por qué nuestro
excedente que se queda en América latina es invertido a uno y otra —quizá con alguna licencia
tal o tal forma (..)” En otro trabajo (La crisis tanto poética— “Tumpenburguesía” y “Tumpendes-
la teoría del desarrollo y las relaciones de depen-
cia en América Latina) Dos Santos agrega que 5] este “autor no profundiza en su análisis histó-
as huellas de un régimen colonial exportador dan de y escribe un ensayo interpretativo y no una
parámetros de la América latina «liberada». No Historia latinoamericana, lo es porque prefiere dejar
mente porque se nos arrebata gran parte de nues- a tarea a los historiadores profesionales —oficio
excedentes, como lo cree Frank, sino fundamen- no es el mío— y porque aquí no quiero más que
colaborar en la medida de mis posibilidades con las
es eran dependientes (...) Creemos haber aclarado fuerzas populares en discriminar entre las engañosas
17
ar de “aristocracia” o “clase media”, co-
que una algunos ideólogos del imperialismo y de
: Eotolera orde El no
E pen”. Finalmen:te sigo empleando la palabra “sub-
E Oaalec de mi trabajo
jor, que son las de analizar también las condi- desarrollo”, cuya procedencia etimológica y función
ciones de las clases no-burguesas y la de una estra- actual no es sino la más descarada negación ideológica,
“tegia popular para la lucha de clases cuya necesidad : 57Ea social, cultural y psicológica da
presente análisis como de los le y su acertada conceptualización que son
e del
“se desprende tanto > id: a expresión de las formaciones y procesos reciénBo)
nombra-
de otros autores y de la propia realidad latinoame- Mo Metas que mts da hunanidad, No
reemplazar esta palabra —liberarme de este colonia»
Para adelantarme a algunas eventuales críticas adi- lismo cultural— tampoco. Para empezar a reempla-
cionales, quiero ya hacer otro mea culpa: igual que zarla por una terminología que, aunque si no adecua-
algunos de mis críticos, no he sabido aún liberarme damente, refleje la realidad por lo menos mejor, ¿no
del colonialismo cultural que nos impone una termi- “podríamos volver al vocablo del científico que nos
nología —¿y con esto una conceptualización?— abe= proporciona uno de los epígrafes de este ensayo
trante e inconsecuente con la realidad que estamos —Adam Smith—, quien se refirió a colonialismo y
analizando para poder cambiarla. Al servirme de la Jaíses coloniales? ... ¿Y denominar el resultado en
palabra “dependencia” apenas me apego —transito-
últimos como “lumpendesarrollo”?
fiamente, espero— a la nueva moda, ya tan difundida Otro mea culpa: por motivos personales e institu-
que se ha hecho aceptable igual para los burgueses
reformistas como para los marxistas revolucionarios. "cionales este trabajo no tiene quizá la coherencia que
pudiera o debiera tener. Es el producto de varias ver-
Es decir que “dependencia” carece ya de un contenido hechas con motivo de conferencias o ensayos
específico y bien definido. Trato en este ensayo de
los. Empezó como una “clase magistral” que el
darle a “dependencia” una definición operacional —co- ntro de Alumnos del Departamento de Sociología
mo diría Reichenbach—, pero soy consciente, y quiero
que los lectores lo sean aún más, que a esta altura la la Universidad de Chile me hizo el honor de soli-
palabra “dependencia” no es más que un eufemismo para inaugurar el año escolar en abril de 1969,
ya aceptable para encubrir la subordinación, la opre- mente revisada por mí, posteriormente fue pu-
sión, la alienación y el racismo imperialista y capita= por ellos en Sociología N* 2, 1969, con el
lista internos tanto como externos que sufre el empo- ¡structura colonial, estructura de clases y res-
'brecido pueblo; y —como dirían un Frantz Fanon o lad del sociólogo”. Esa versión la revisé am-
mente con motivo de una invitación del Congreso
um Jesucristo— que sufre aun el propio explotador y
opresor mientras el oprimido no logra liberarse a sí obre América Latina realizado en julio de 1969 en
'mismo y así a ambos. Se me ha dicho que no debería =Jyviskyli, Finlandia, donde dicté dos conferencias,
“nunca emplear la palabra “burguesía”, porque ella posteriormente publicadas allá bajo el título “Depen-
fica una formación y un proceso social que en la económica, estructura social y subdesarrollo en
“Latinoamérica colonial y neocolonial no se ha dado América Latina”. De esta versión, la parte final co-
y no se dará nunca. Pero no he sabido reemplazarla -rrespondiente a la época actual se publicó en forma
por otra palabra. “Clase dominante” no me satisface revisada en español con el título “cErAL, política
tampoco; y “oligarquía” conlleva implicaciones aún del subdesarrollo” en Punto Final (Santiago, Chile),
más equívocas acerca de la realidad latinoamericana, Suplemento de la edición N? 89, 14 de octubre de
19
en Maracaibo, Venezuela, , A A
mbr de1069, al designarme invitado espe- no incurra en algunas de las fallas de comu-
para dictar una conferencia, y con motivo de la: n y de error de idioma advertidas en aquéllos...
ión del Centro de Estudios Posgraduados de que todavía no he terminado la tan prome-
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la tida obra más extensa —¿e intensa?— sobre la de=
iversidad Central de Venezuela en Caracas, para ación por la “dependencia” de los modos de |
ctar uria serie de conferencias en su Seminario sobre jucción y lumpendesarrollo agrícola en Latinoamé- |
"Desarrollo Económico-Social e Integración en América y en particular en México (algunos de cuyos j
Latina, volví a revisar ampliamente el ensayo entero tos se adelantan en la sección sobre estructura |
para su presentación oral. En forma escrita e inti- de este ensayo, mientras que otros se guardan |
tulado “Dependencia económica, estructura de clases un manuscrito más largo sobre México, redactado |
política del subdesarrollo” presenté el ensayo am- hivado hace más de tres años), y ya que no !
como ponencia en el 1x Congreso Latinoame- decirle cuándo lo terminaré para debidamente j
ricano de Sociología, realizado en la Universidad Na- er dedicárselo a él, cuyo propio desenvolvimiento 4
cional Autónoma de México del 21 al 25 de noviem= lo harto contradictorio y dialéctico, quiero mien |
de 1969, y lo entregué a la vez como colaboración tanto dedicar este pequeño trabajo a mi cuate |
en el primer número de la revista que será publicada no, Miguelito, y a otros que como él recién
por el Departamento de Sociología de la Universidad tratando de orientarse. Mea culpa. ¡
1
eNChile, donde desempeño mis labores de enseñanza
A.G.F.
e investigación y donde en mis clases y seminarios
ideas fueron largamente discutidas, criticadas y
Santiago de Chile, /
21 de diciembre de 1969
- mejoradas por mis alumnos,
Finalmente, aprovechélas arriba citadas y otras crá-
bl ticas y reseñas de mis publicaciones anteriores, mis
ncias en las nombradas conferencias y las crí-
ticas de mis oyentes, otros congresistas y amigos, y.
aportes de mis colegas, y muy particularmente de.
-mis alumnos del Departamento de Sociología, y volvi
a revisar y a ampliar considerablemente el ensayo para
r preparar la presente versión y agregar este prefacio,
abiendo casi agotado las variaciones sobre el tema:
los citados títulos anteriores, decidí servirme de
“mismos sólo como subtítulo explicativo del presente
yo, y consideré oportuno bautizarlo con un título
No obstante, noquisiera reconocerle exclusiva
midad a éste y no sé si otro se atrevería a hacerlo.
ende, para este ensayo mis deudas intelectuales son
«numerosas, aunque quedan un tanto anónimas
. No obstante, mis. responsabilidades
fediante el examen de hechos determinantes en
1una de las etapas principales de la historia latino-
a desde la Conquista hasta nuestros días, este
sustenta la siguiente tesis tripartita:
La Conquista colocó a toda Latinoamérica en
posición de creciente subordinación y dependen--
económica colonial y neocolonial con respecto al
ma mundial único del capitalismo comercial en
27
Adam Smith alescribir que paradéjis Ed
l iea sido oga-
le di clplan
AS E mientras ma=
después d Colón, parecen
nadas por el mismo motivo. Fue la sagrada sed del Mpecquen por Espia, pá poe
la que llevó a Ojeda, Nicuesa y Vasco Núñez de»
Balboa al itsmo de Darién, la que llevó a Cortés a La razón fundamental es una sola; el subdesarrollo
México, a Almagro y Pizarro a Chile y Perú” (Smith, es producto de la explotación —de la estructura colo-
p. 529). Y, ¿cómo se aprovecharon de las minas de nial y de clase basada en la ultraexplotación— y el
oro y plata en México y Perú? Evidentemente, explo- desarrollo se logró donde esta estructura del subdesarro-
tando a la mano de obra indígena y aprovechando su llo no se implantó porque no fue posible hacerlo. To-
alta civilización y gran organización social. Es igual- dos los otros factores son secundarios o derivados del
mente evidente que los españoles y portugueses no factor fundamental deltipo de explotación, y esto vale
montaron una explotación igual de minas en el Caribe, también para el tipo de pobladores que fueron a di-
Brasil, Argentina y otras partes, porque no pudieron O versas partes y para su manera de comportarse una
hacerlo por falta de minas en aquellas regiones. Y si vez llegados allí.
los ingleses que se fueron al norte de América no explo- En Norteamérica, o más precisamente en el norte
taron minas de metales preciosos allí, esto se explica de este país, porque en el sur algodonero fue distinto,
exactamente por el mismo motivo: no porque no que-= creció inicialmente una economía diversificada de pe=
rían sino porque no podían. Y ¿por qué crearon los queños propietarios agrícolas y pequeñas industrias, Y
, franceses —e igualmente los ingleses— na sociedad parecida se asentó por un buen tiempo
plantaciones de azúcar en Brasil y las Antillas y de en diversas partes de Latinoamérica: “El proceso de
algodón en el sur de América del Norte? Porque no ocupación y división de la tierra cubana durante los
les fue posible explotar minas allí, pero sí fue posible siglos xv1, xv y xvi, condujo a la creación de una
a el clima para explotar mano de obra es- "clase de propietarios grandes y pequeños, descendientes
iva en una economía de exportación, puesto que se de los primeros pobladores, que estuvieron hondamente
podía también proveer dichas regiones de tal mano de atados a la tierra nativa. Fueron predominantemente
obra, importándola de Africa. Entonces podemos pre- gente no refinada, que vivieron en aislamiento del
guntarnos por qué los mismos franceses e ingleses no mundo exterior (...); pero en Cuba se pusieron los
hicieron igual en la Nueva Francia y Nueva Inglaterra. entos de una nación nueva yoriginal que fue
La respuesta salta a la vista: porque estas regiones. el fruto detres siglos de asentamiento. Los distintos sis-
carecían —lamentablemente, como les parecía enton- temas de ocupación y utilización de la tierra determi-
ces— de todas las condiciones geológicas, climáticas y -naron los destinos diferentes de las Antillas británicas
de población indígena precisas para poder implantar y españolas: para las primeras, decaimiento; para las
una economía de exportación. Así fue también en Ar- segundas, progreso lento pero constante” (Guerra y
gentina, hasta que el desarrollo del sistema capitalista Sánchez, pp. 35 y 36), hasta que éstas también se
"mundial permitió en el siglo xix convertir aquella re- Eo convirtieron en plantaciones de azúcar en el siglo xrx.
gión en exportadora de lana, carne y trigo; así como En Colombia, “hasta mediados del siglo pasado las
convertir a San Pablo partes de Colombia, Costa Rica, manufacturas y la rica agricultura del oriente se opo-
etcétera, en exportadores de café. 1 a la penuria del occidente y a la miseria de la
Así, el estudio comparativo de las variedades en la or central, departamentos de Boyacá y Cundina-
colonización europea del Nuevo Mundo nos conduce marca. El occidente era la mina (...), en Boyacá y
a una conclusión fundamental, que a primera vista y dinamarca regía (...) el latifundio (...). En
29
red plantación valía 400 libras; sin em-
era muy distinta (... 1648 la mitad se vendió en 7.000 libras (. ...)
ios, mo podía haberlos. No se encontraron 1667 (...) el mayor Scott dijo que, después de
de oro, ni de plata. No se introduce, en conse- todas las actas de Barbados, encontró que
a, el negro (...) Se forman las manufacturas 1643, no menos de 12.000 «buenos hombres»
.:). La economía del oriente colombiano, en la épo- an dejado la isla para otras partes, que el número
que se analiza, no estaba orientada hacia el mer- terratenientes había descendido de 11.200 pequeños
cado exterior” (Nieto Arteta, pp. 79-80). En Centro- "propietarios en 1645 a 745 dueños de latifundios en
américa, “Costa Rica, la provincia más pobre y aisla- 1667: mientras que durante el mismo período los escla=
da de aquella época (...), tenía una estructura social “vos negros habían aumentado de 5.680 a 82.023. Fi-
más homogénea constituida en forma casi exclusiva por alimente, resumió la situación diciendo que en 1667
los descendientes de españoles” (Torres, p. 16). Y así isla «no fue tan fuerte, aunque sí cuarenta veces
fue en muchas otras partes de Latinoamérica, especial- “más rica que en 1645». Este proceso doble [comenta
“mente en el ahora relativamente menos subdesarrollado “Harlow en 1926], mediante el cual una colonia inglesa
cono sur. Y así también fue en la colonia inglesa de fuerte se convirtió en poco más que una fábrica de
Ja isla caribeña de Barbados, aunqueallí esta estructura azúcar, propiedad de unos pocos propietarios ausentis-
“social no sobrevivió mucho tiempo, como Harlow lo “tas y trabajada por una masa de trabajadores extran-
“señala en su History of Barbados, 1625-1685, citando “jeros, constituye la principal característica de la histo-
observadores contemporáneos: “En los años durante los Tía de Barbados” (Harlow, pp. 40-44. 306-310).
cuales se cosechó variedad de pequeños productos, la De hecho las regiones que hoy son las más lumpen-
tierra estuvo ocupada por muchos asentados en peque- desarrolladas del continente, como partes de Centro-
—ñas parcelas. Este sistema, común en la mayoría de américa y del Caribe, el nordeste * del Brasil, las regio-
“las jóvenes colonias británicas, fue en parte el resultado indígenas andinas y mexicanas y las zonas mineras
de las mercedes originales a los primeros asentados de e Minas Gerais, Bolivia y México central, tienen en
pequeñas parcelas (...) De esta manera la isla tenía
“una clase de colonos numerosos y fuertes, que(... .) fue=
ron la columnavertebral de la colonia. Conla llegada 1 Al extender esta vieja tesis sobre las regiones más colonia-
de la industria azucarera, estas circunstancias sanas se y explotadas, para comprender no sólo Latinoamérica
alteraron. La economía del azúcar, para tener éxito, re- Asia y Africa también. y al denominarlas “ultrasub-
olladas” en mi exposición en Caracas, los compañeros
quiere amplias extensiones de tierra y una oferta gran=
de de manode obra: el sistema holandés de créditos a nforme a mi “teoría” el ultrasubdesarrollo debería darse no
largo plazo dio a los más adinerados la posibilidad de 'en aquellas regiones anteriormente más colonializadas, sino
conseguir ambas cosas. Pero el pequeño colono con las actualmente más colonializadas, y que de hecho, según
“unas pocas hectáreas y escaso capital no podía enfren= Silva, el país que sufre más ultrasubdesarrollo en América
tar el gran gasto inicial de poner un ingenio de azúcar. ina en Venezuela. La obieción teórica me pareció correcta
“En consecuencia, la tierra cayó más y más en manos también la evaluación del ultrasubdesarrollo venezolano a
de un grupo de magnates (...) Un ejemplo del pro- jusa de la ultraexplotación del boom de exportación de pe=
“ceso puede encontrarse en la hacienda del capitán Wa- 'tróleo. Acordamos- denominar, muy provisionalmente, este
terman, la cual abarcó 800 acres, que anteriormente
limo como un desarrollo “activo” del ultrasubdesarrollo y
buscar otra palabra conceptual para el estado “pasivo” de
habían pertenecido a no menos de cuarenta pequeños ib (¿0 lumpen?) desarrollo de aquellas regiones de
propietarios (...) El mismo hecho se enfatiza (...) «portación de etapas anteriores del desarrollo capitalista
en el valor dela tierra perteneciente al mayor Hilliard.
Antes de la introducción de la nueva industria (alrede=
época fueron
fu —y a menudoto- ,
partes de Latinoamérica que más evolución de los mercados internos y la búsqueda
han caracterizado por la explotación de sus recursos nuevos renglones de exportación libres de la autori
ales, y sobre todo humanos, en función de una
d metropolitana” (Ferrer, pp. 31-32). Del capital
“economía de exportación. Y esta desgracia espantosa,
como Adam Smith la calificó, es lo que estas regiones
nte potencialmente invertible, la estructura del
tienen de común entre sí —y con gran parte de Asia
jarrollo encauzó la mayor parte a la minería, la
tura, el transporte y empresas comerciales de ex-
y Africa también— a despecho de la gran variedad de
características culturales y de otra índole que las dis- ación a la metrópoli; casi la totalidad del sobrante
importaciones de lujo de las metrópolis, y sólo muy
—tingue, y a pesar del hecho de que en algunas el desa-
rrollo del capitalismo mundial transformó totalmente co a las manufacturas y el consumo relacionados con
la estructura social indígena, mientras que en otras mercado interno. Debido al comercio y al capital
tranjeros, los intereses económicos y políticos de la
asentó una sociedad totalmente nueva, y en otras más
a minera, agrícola y comercial nunca estuvie-
—comoel caso de Cuba, por ejemplo— este desarrollo ron dirigidos al desarrollo económico interno. Las rela-
capitalista mundial transformó completamente la mis-
ma estructura social primitivamente asentada allí, si
de producción y la estructura clasista del lati-
.glos atrás, por los propios europeos. Así que el factor ), de la mina y sus hinterlands económicos y so-
clave de la estructura económica y de clase en Latino- se desarrollaron en respuesta a las expoliadoras
idades colonialistas de las metrópolis ultramarina
américa hay que buscarlo en el grado y tipo de depen-
itinoamericana. No fueron, como con tanta frecuen-
dencia con respecto a la metrópoli de este sistema capi-
talista mundial. se pretende erróneamente, el resultado del traspaso
Como nota Ferrer: “La minería, la agricultura tro- el siglo xv1 de las instituciones feudales ibéricas.
pical, la pesca, la caza y la explotación de bosques (to» Esto no significa que la estructura colonial y de
e haya sido estática. Por lo contrario, las constan=
das en función directa de la explotación) fueron las
industrias que se desarrollaron en las economías colo- variaciones cn la primera han ocasionado corres-
niales y, por tanto, las que atrajeron los recursos finan- tes transformaciones en la segunda como lo
cieros y laborales disponibles (...) Los grupos con la suerte de las manufacturas durante la Co-
¡intereses en actividades exportadoras eran comerciantes Por ejemplo, la depresión económica del siglo
«y propietarios de altos ingresos y altos funcionarios de en España, que ocasionó la disminución del tone-
la corona y de la Iglesia. Estos sectores de población de buques que comerciaban entre ella y la Nueva
(...) constituyeron el mercado colonial interno y la a un tercio de lo que había alcanzado en el
fuente de acumulación de capital (...) En la medida XVL, permitió el desarrollo apreciable de manufac-
en que la concentración de riqueza crecía en manos de locales. Antes del fin del siglo xvm, las solas in-
un pequeño grupo de propietarios, comerciantes y po- textiles de México ocuparon 60.000 obreros
líticos influyentes, aumentaba la propensión a obtener o y Florescano, p. 73). El virrey de la Nueva
artículos manufacturados de consumo en el exterior a comentó en 1794 que “aun sin auxilio alguno,
(...) De este modo,el sector de exportación, por su ¡protección directa del gobierno, se han adelantado
"naturaleza misma, no permitiría la transformación del ) 2 un grado que admira, cierta clase de
sistema como un todo, siendo el principal obstáculo acturas, principalmente las de algodón, y con es-
para la diversificación de la estructura interna de pro- ad, de paños de rebozo. Las lanas burdas pro-
ducción y, por consiguiente, para la consecuente ele= también materia prima para muchas fábricas
vación de los niveles técnicos y culturales de la pobla- ) Es muy difícil prohibir que se fabriquen en
Teinos la mayor parte de las cosas que enellos se
33
a Ñ e
(...) El único medio de destruir las fábricas
“reino, es el que vengan a precios más cómodos de
Eu Tos mismos efectos, y otros equivalentes. Asi
ha sucedido con la gran fábrica y gremio que había de
todas especies de tejidos de sedas, de que apenas queda
i
“memoria;y otro tanto se ha ve
“de estampados (...) La decadencia de este comercio i Pasemos entonces a examinar la formación de la es.
[de Acapulco] era muy natural en la alteración que tructura económica y social en el ámbito rural e inves-
han tomadolas cosas, los progresos que han tenido las tiguemos el crecimiento del latifundio y los principales
fábricas europeas, y el menor precio que merecen gene- ¡modos de producción agrícola.
- ralmente los géneros asiáticos (...) Resulta que desde Tomemos primero el caso de México en elsiglo xvL.
el año '89 han ido sucesivamente en aumento los géne- , Ahí empezaron primero con la esclavitud indígena, lo
ros y especies que se han introducido (- .)” (Revilla- que duró desde 1520 hasta 1533. Después dominó la
-gigedo, pp. 191, 192, 200, 203). El historiador chile- encomienda de servicio y de tributo. La encomienda
no Hernán Ramírez Necochea (p. 65) hace notar que fue un sistema de trabajo en el cual los indígenas fue=
“es de suma importancia subrayar que el fenómeno ron obligados a proporcionar trabajo o tributo al enco-
analizado se manifestó en diversos países americanos. imendero. Después de poco, en México se suprimió la
«El libre comercio —escribe el historiador peruano encomienda de servicio, pero en el Chile colonial per-
Carlos Deustúa Pimentel— trajo como resultado el de- maneció durante mucho tiempo, ya que no era posible
rrumbamiento de las pocas fábricas florecientes, al aba= —suprimirla. Entre 1545 y 1548 hubo una gran epide-
trotar completamente de mercadería los mercados de "¡nia en México queredujo la mano de obra disponible;
América» (...) Refiriéndose a la situación creada en 8 lado, las minas de plata descubiertas aumenta-
las provincias de! Plata, Ricardo Levene anota: «Fue, a la necesidad de mano de obra. En función de
en efecto, el activo intercambio que se inició con los; "estas dos cosas (el aumento de la necesidad de mano
reglamentos de 1778, la causa de la decadencia de las de obra y la disminución de su disponibilidad) se cam-
primeras industrias nacionales.»” Las transformacio -bió el sistema de la encomienda cada vez más hacia
nes en la estructura social latinoamericana ocasio: uno que en México se llamó “el catequil” y en Perú
por cambios en las relaciones coloniales se ven com! a mita” (sistema que no hubo en Chile, porque no
igual nitidez en la estructura agraria, “fue adecuado para la realidad chilena). Este sistema
luró hasta 1630, más o menos, pero a partir de 1580.
35
>y
A Y obdoataas el alli o descubrimiento de una mina considerable(...)
creció después de 1580, porque en los lecen haciendas en las inmediaciones de las
anteriores (1576-1578) hubo otra epidemia que la carestía de los víveres y el precio considerable
inuyó mucho la mano de obra disponible y a la e la concurrencia de los compradores sostiene to-
1 bajó el rendimento de las minas; entonces hubo los productos de la agricultura, indemnizan al cul-
un aumentoen el precio delos productos agrícolas, lo lor de las privaciones a que le expone la vida pe-
que hizo de la producción agrícola un negocio mucho de las montañas. De este modo, sólo por el ali-
mayor de lo que era antes, mientras las utilidades en te de la ganancia (...), una mina (...), en poco
la minería disminuyeron absoluta y relativamente con po se une a las tierras ya de antiguo labradas” y
respecto a la agricultura, En consecuencia, hubo una a el latifundio.
transferencia de capital del sector minero al agrícola fin del siglo xvm, el conde de Revillagigedo,
en el momento en que, a la vez, la despoblación debilitó y de Nueva España, observó en su Instrucción re-
la competencia de los pequeños agricultores indígenas, da del año 1794 a su sucesor, “que lejos de haber
Así surge entonces como forma predominante la ha- do decadencia, había habido aumento considerable
cienda mexicana, y con ella el peonaje, que mucho des- ¡los años de comercio libre, así de las cantidades de
se llamó feudal. Es decir que los modos de pro- os y efectos introducidos, como de los caudales y
ión que aparecieron y desaparecieron en México extraídos en retorno (...). En esta parte se ha
—o que ni siquiera se impusieron en Chile— y las
ido mucho en los últimos años, habiéndose casi
. jones en la estructura de clases respondie=
la extracción de frutos en ellos, respecto a los
ron a las posibilidades coloniales de llenar las necesida- es y consistiendo principalmente, en los ramos
des metropolitanas. Y una vez quellegaron a ser domi- rtidos, añil y algodón, palo de tinte y pimienta de
nantes, los hacendados supieron imponer —a través de sco, y sobre todo, en el precioso fruto de la grana
Mo los cabildos y aun del virrey— las políticas de precio,
1 de peonaje por deuda, de leyes de vagancia, etcétera, + De estos reinos se enviaba ellas [La Habana y
- que les convenían.? islas], efectos de cortiduría, jabón, algodón, y más
todo, harina, cuyo producto animaba a esta agri-
Esta determinación colonial de la estructura agrícola 1 Ml do Las cosechas de granos de todas espe-
la confirma para toda la época colonial su más des- han aumentado considerablemente en estos reinos
tacado observador, el geógrafo alemán alemán Hum-
“boldt, en su renombrado Ensayo político sobre el reino + La división de las tierras en estos reinos, es mu-
de la Nueva España: “Los viajes sobre el lomo de los más [desigual que en España, como hay varios
Andes o en la parte montañosa de México ofrecen los
os que poseen terreno suficiente para fundar
ejemplos más evidentes de la benéfica influencia de entero (...). En estos últimos años, se ha
las minas sobre la agricultura. Sin los establecimientos tado considerablemente el producto de las minas
formados para el beneficio de las minas, ¡ cuántos sitios . Las causas de este aumento, no son el que haya
habrían permanecido desiertos!; ¡cuántos terrenos sin mayores bonanzas, ni más ley en los metales; se
abrir al cultivo en las cuatro intendencias de Guana- «principalmente al mayor número de personas que
Juato, Zacatecas, San Luis Potosí y Durango! (...) La jan dedicado al laborío de las minas (....). Muchos
s comerciantes, acostumbrados a las grandes ga-
que sin ningún riesgo les proporcionaban las
8 Este párrafo es resumen de un manuscrito del autor cuando vieron que el nuevosistema de comercio
.MISS dl México colonial, de 150 páginas y aún inédito. exponía a mayores riesgos para lograr menores utili-
37
ala agri y minería (+..)J% determinaron una mayor libertad de comercio después
), PP: E209, 210). _de 1778,y del crecimiento de la demanda cubana para
* Un historiador actual dice que “de 1779 a 1803 el la harina mexicana a raíz del auge azucárero —que a
valor de los diezmos, que refleja el auge de la agricul- su vez fue propiciado porla rebelión haitiana de 1790
tura, casi se triplica (...). Por primera vez el valor y ésta a su vez por la Revolución Francesa de 1789)
de la producción agrícola (que se calculaba según el modifican la estructura económica y de clase en Amé-
de los diezmos) sobrepasa al de la producción minera, rica latina, como veremos nuevamente más adelante
a pesar de que 1779-1803 es también el gran período cuando examinemoslas causas de la Independencia; y
de auge de la minería (...). Cuando Humboldt visitó es también un ejemplo de cómo esta transformación a
la Nueva España en 1803 pudo comprobar que el au su vez determina cambios en la política de clase del
mento de la riqueza en los últimos treinta años del siglo sector dominante, y con esto a menudo también en la
xvm había agudizado las desigualdades económicas de lucha de la clase dominada.
la sociedad colonial (...). En una palabra, el alza de El mismo padrón es analizado por Mario Góngora
los precios había hecho más ricos a los grandes propie- en El origen de los “inquilinos” de Chile central: “En
tarios, más hondala división entre el alto y el bajo clero. el siglo xvi acontece un viraje capital, el comercio del
y más insoportable la situación de las clases pobres trigo con el Perú, que trae consigo una organización
lo Los expulsados del campo porel crecimiento de más intensa de la hacienda y una valorización de la
las haciendas y los golpes de las crisis cíclicas fueron tierra desde el Aconcagua hasta Colchagua, regiones
más numerosos y aumentaron el número de desocupa= exportadoras. La tendencia se constituye en arrenda-
dos y la tensión social en las ciudades (....). Los de- miento, cobrando cierta importancia el pago de canon
sequilibrios causados por ese gran aumento dela rique- —(...), marca su sello en la mayor dependencia de los
za fueron tan evidentes que, al observar la situación arrendatarios y en la agravación de sus deberes (...),
existente entre 1803 y 1807, Humboldt, Fray Antonio: la gran hacienda va descargando su necesidad de ser-
de San Miguel, Abad y Queipo y el grupo de liberales "vicio sobre los arrendatarios (...), cae en desuso el
que escribía en el Diario de México, predijeron el estar iérmino «arrendatario» que sirve también para desig-
llido de un conflicto social. En septiembre de 1810, nar hombre de nivel medio o alto, y se especializa el
después de treinta años de alza continua de Jos precios, "nombre «inquilino». En suma, pues, las tenencias
de las crisis de 1785-1786 y 1801-1802, justamente rurales, desde el préstamo al inquilinaje-peonaje, nada
cuando otra ola de precios llega a su cúspide, Hidalgo “lienen que ver con la encomienda ni con instituciones
inicia la revolución que 10 años más tarde hará de la de la Conquista. Proceden del segundo momento de
Nueva España un país independiente” (Florescano, pp. historia colonial, en que se estratifican, hacia arriba,
193-195); aunque hay que agregar que porcierto ' los terratenientes, hacia abajo los españoles pobres y los
independencia no se logró bajo las banderas humildes diversos tipos de mestizajes y castas (...). La estrati-
de Hidalgo o Morelos, sino bajo la bandera del Plan ficación se marca crecientemente en lossiglos xvm y
de Iguala, patrocinado por los mismos hacendados y su x1x, y en la misma proporción se agravan los deberes
abanderado Iturbide. No obstante, esta experiencia es de los inquilinos (....), el inquilino se irá convirtiendo:
en la historia latinoamericana un ejemplo importante (en el siglo xvm) en un trabajador más y más depen-
(que habrá de repetirse en la historia mexicana en tér- diente (...), según una tendencia a la proletarización
minos asombrosamente análogos en 1857 y nuevamen- del inquilino que avanza enel siglo xx." Cuando este
te en 1910) de nuestra tesis central según la cual los ¡proceso se agudiza aún más al fin del siglo xvm, de-
cambios en las relaciones de dependencia colonial (en semboca también en la Independencia, como veremos
este caso propiciados por las reformas borbónicas, que: más adelante,
39
proceso -jan- del vecino, vendemos nuestros azúcares a un
y Discurso sobre la agricultura de ventajosísimo; pero mañana, ¿qué habrá? He
«según el verdadero cuidado que debe tener la isla de
La Habana y medios de fomentarla que el do Cuba. (...) De todo lo cual se infiere que,
agricultor e ideólogo cubano de la época, Francisco bierno quiere fomentar la industria de sus colon el
si
Arango y Parreño, redactara en 1792 para el rey de tener una balanza ventajosa, debe seguir en sus
ias
España y todos “aquellos que nada sepan de la agricul- ducciones la marcha política de las demás nacio
pro-
tura de América, ni de su orden y progreso (. . .), que cotejar el costo que les tiene a ellas la agricultur
nes:
a muchos impracticabley ridículo”, pero cuyo a de
ramo, con el que tiene a sus vasallos; ver lo que
verdadero modo de producción a no capi- an los transportes y fletes, hasta llevarlos al
pi 10Ció licó mejor que nadie. lo de consumo,y si la comparación nos fuese
mer-
E a a 1763 estaba casi en mantillas, desven=
ljosa, lejos de imponer derechos, lejos de coart
y en el de 1779 ya era una gran plaza de comercio,ya ar las
las y de pensar en trabas, es menester dar premi
hacía cuantiosas remisiones de cera a Nueva España, os,
¡concederfranquicias, en unapalabra, ocuparse en
ya proveía a la Península de todo el azúcar que nece- igua-
huestra economía e industria a la de nuest
sitaba, y que tomaba del extranjero, le daba muchos ros
rivales (...).
cueros al pelo, alguna porción de café y el tabaco ne- *Inconvenientes que hay para eso, ejemplificando
cesario para la Real Factoría. (...) La infeliz ca mel ramo de azúcar (...). Primer inconvenient
del año 1760, puede señalarse comola verdadera P e
-) : porqueles cuestan menos los utensilios y negros.
de la resurrección de La Habana. El trágico suceso
il diferente estado defelicidad y vigor en quelos fran-
su rendición al inglés, le dio la vida de dos modos: el e ingleses tienen el comercio y las artes, hacen
primero fue con las considerables riquezas, con la gran
sus colonos logren a mejor precio que nosotros
porción de negros, utensilios y telas que derramó en
los géneros y herramientas que puedan necesitar,
sólo un año el comercio de la Gran Bretaña; y el se- Esta es una ventaja notoria que nadie osará negar
gundo, demostrando a nuestra corte la importancia de smo digo de los negros: ahora es cuan
. Lo
aquel punto, y llamando sobre él toda su atención y do hemos
iesto los medios de que en nuestras Américas se com.
cuidado. (...) La existencia de estas verdades, era con alguna comodidad, y aún todavía, ¿cuán
incompatible con la de la Compañía exclusiva. Se la s falta que andar para que los alcancemos?
to
dio el golpe mortal; se la desnudó de su privilegio (%
ndo inconveniente, Porque gastan menos en man-
opresor; se abrió un comercio libre y franco entre
enerlos y trabajan más. Los ingleses, franceses y por-
La Habana y España con derechos moderados; se ¡eses en la mayor parte tienen un mismo modo
estableció un correo mensual para la comunica- de
ientar sus esclavos. No les dan dinero, ni
ción con la metrópoli, y se hizo una contrata con alimento
aunque esto último se lo provengan sus leyes)
ciertas casas para que llevasen negros (...). A an . sino
pedacito de terreno para quelo cultiven. y el tiemp
sabias providencias se unieron otros agentes ocultos: ¡e cada nación ha juzgado conveniente. Nosotros
o
otras mil casualidades conspiradas en favor de la agri- el mismo tiempo para el cultivo al que se quier
da-
cultura de La Habana. La Providencia descargó sobre iplica
r; pero sin perjuicio de la ración diaria
e
la Francia el azote que hoy la aflige. La confusión y menestra. Los ingleses y los franceses tiene
de carne
desorden que reinaba en sus colonias disminuyó sus n menos
las festivos y por consecuencia sacan mayor
producciones y dando valor a las nuestras, hizo que no es tareas
sus esclavos, Tercer inconveniente. Porla mayo
nos fuese nociva la abundancia de negros que nos trajo r per-
ción de sus conocimientos en la agricultur
la citada Real Cédula de 1789. Hoy, en más feliz si- a. Esta
posición no necesita de ser ilustrada para merec
tuación, por el funesto incremento que han tenido las er
41
pasearse por loscampos de empeñan para concluirlas y no les queda otro
n para saber que en ellos son forasteros absolu que el de ser tiranizados por los que tienen
es, los da
m ente desconocidos, hasta por sus nombr ero y almacenes de los utensilios precisos: de aquí
Físic a n de Epr id e tan las negociaciones ruinosas y frecuentísimas en
conocimientos de Se
Botáni:
mica: pero, aun presciindie
ni ndo de estos auxi Habana. Reflexiones sobre estos inconvenientes,
Ea
y más ea en un punto LS ora bien, si en nada sobrepujamos la industria de
tado de una y otra icultu
agricu l ra. (... rivales; si en cada punto del cuadro compara-
tiene n mejor orden yona que acabo de delinear estamos en igual distancia
berveniente. Porque aoE
(.....) . No hay un molin o de la que hay del diez al uno, ¿cómo podremos dar
en susfábricas
sa idea
ni una dl de lo que es esto;0 cuan lo en A nuestro sobrante luego que se llene el vacío que
éstos muy co
P Dra extranjeras además de ser tenemos por la desgracia del Guarico? ¿De qué
en tener!e
las habitaciones que por su situación no pued era podremos sostener la concurrencia en el mer-
de hieno , bien const ruido s; coloc an cado extranjero? (...) Aprovechad el momento de
usan trapiches
A
palancas o manjarias casi horizontalmente y Eña a nuestro suelo las riquezas que el estrecho te=
r mayor cantidad de caña
“mole en A E rio del Guarico daba a la nación francesa. Pare-
i . Segunda: para cocer el caldo de la caña, á a muchos impracticable yridículo este pensamien-
cuandoa
MEescros el bagazo seco de la caña: pero será a aquellos que nada sepan de la agricul-
A
La Habana todavía es un problema de América, ni de su orden y progreso; que acos-
v a p: le del
werberos, que gastar la noven mbrados al lento paso de la Europa, piensen que la
Ecoschas en cortar y o un monte oba tación de un ingenio, de una algodonería, cafete-
les z para cada zafra. (...) Quin into inconve: . y etcétera, necesita para fructificar tantos años como
pa
oe E salidas son más libres y más enlu-
moreras de Granada yque, para que haya hombres
eles
(....). Sexto inconveniente. Porque sus aranc hagan estos cultivos, es menester esperar la tarda
garde detener,alientan su aplicación (. ..). Séptimo lucción de la especie. Por toda respuesta, los
último inconveniente. Y últimamente, pora na tiré a la Historia. Vean en ella a Jamaica crecer
peso de
Pon afligidos como nosotros del enorme poquísimos años; a Santo Domingo francés formar
e delas hacie ndas del Gua-
usura (... .). La mayor part menos de treinta todo el fondo de riquezas que
o perte necen a Un A oES oseía antes de la insurrección de sus esclavos, y a no-
rico y de Jamaica a
propi etari
jetari os residi en:
idien do ns
en la n
metró poli, a s cómo, sin tantos auxilios, en sólo dieciséis años,
a sus
ción los exime
ituaci di de la ble
ob! tiraní a a
del Y
comet le 1763 hasta 1779, dimos a nuestras cosechas todo
otra situa
le de
ciante, pues ni se hallan en precisión de pedir ser que tienen hoy.
los fuerte s suple mento s que %
a interés para hacer "El que supiere algo de estas clases de plantaciones
«ciso anticipar para cada cosecha, ni Hant EN Nez nmigo que si hubiese caudales para comprar y
Mode caros los renglones que les son necesarios, idad de introducir en los puertos de Cuba, en
En máquinas, herramientas y aún los lienzos para ólo unaño, todos los negros que necesita para el cultivo
o 1E
ht sus esclavos, les vienen de la ao sus tierras, dentro detres años llegarían sus produc-
jetari
isión del propie i do lel
tario, opor el cuida come al doble si se quiere de lo que nos dice nuestra
o nada que
le Mraico: y así les importa muy poco E
eta, de las de la parte francesa de Santo Domingo.
ande escaso el numerario. El haban ero al a No hay que dudarlo: la época de nuestra felicidad ha
propietari
jen ¡ene propie li, ni compañía
tario en la metrópoli,
7
gado (...). ¿Qué esperamos? ¿Cómo nos detene-
en:
ace y además de esto, los más de ellos compr ” (Arango y Parreño, pp. 184-197).
den el establecimiento de sus haciendas con poco capi- Y de hecho no esperaron ni se detuvieron, sino que
42 43
¡caminos que las unan los puertos'de embar
- que —el tabaco también era producto de expo Y
ción y,por último, están en las únicas zonas rta- "
de po-
sobre El ingenio: el complejo económico social cubano blación donde arrancar obreros asalariados para el
tra-
car. bajo de los ingenios. [Cursivas en el original.]
Así el
ace 1763 y 1792 se eliminan todos los factores Jomento de ingenios va a surcar inicialmente los cami
que frenan el desarrollo azucarero cubano y la Isla se nos trazados por las vegas tabacaleras (-..)3 esas once-
transforma en la primera productora mundial. (...) mejores vegas que incendió José de Coca, no
eran su-
Es importante insistir en que el tremendo auge azuca- yas, sino de los vegueros. Sobre las tierras hume
antes
rero de la segunda mitad del xv se hizo a expensas Ly las casas de tabacos en llamas, se extendieron
sem
los
de precios altísimos del producto mantenidos durante brados de caña y levantó un ingenio: Nuestra
fora de las Mercedes. [Cursivas en el original.] Se-
más de sesenta años. En 1748 el azúcar se cotizaba, en Su pro»
el puerto de La Habana, a 18 y 12 reales. En 1760 el - pietario: José de Coca...
precio es de16 y 12. Con muy corta diferencia se sos- "Todaesta bárbara especulación que enriqueció aún
tienen estos promedios hasta la Revolución Francesa, más a la oligarquía habanera, tuvo sus efectos
terri
bles
cuando el mercado distorsionado por la ruina de Haiti en las clases humildes. A mediados de 1799 el capi-
marca topes fabulosos de 40 y 36 paratornar a la tán general tuyo que reconocer que los precios habí
subi
an
curva normal de 16 y 13 y medio conel cierre del siglo: do escandalosamente y queel pan que se comía en
(-..)5 la última zafra normal anterior a la toma de ¡La Habana estaba hecho con harina podrida.
El in-
La Habana porlos ingleses cortó un área cañera de: - forme delrecién llegado marqués de Someruelos
unas 320 caballerías. En el año 1792,el total de tierra impresionante. Perola situación más dura se confrontes
.en los ingenios. Con motivo de la guerra escas
ó
ocupadas por los ingenios habaneros fue superior a la eó el
5.000 caballerías. Así el área promedio del ingenio tasajo y el bacalao. Los negros subalimentad
os fueron
1762 fue de 10 a 12 caballerías, mientras en 1 “sometidos a las interminables tareas de veinte hora
s dia.
puede calcularse en 22. Con el proceso de amp y murieron por millares en los campos. El médi
co
ción de la capacidad productiva el ingenio ha duph Francisco Barrera y Domingo, que presenció esta
etapa
do su Ocupación de tierras. [Cursivas en el original.] aniquilamiento, dejó terribles descripciones de
Fampos azucareros cubanos en 1797. En los
"El boom de 1792 se caracterizó por el abandono, su análisis
hasta límites increíbles, de todas las actividades que no sobre las enfermedades de los negros
señaló como fun-
tuviesen un fin azucarero, directo o indirecto. Es el; ntales las provocadas por la falta de alime
Y reconocía que de no ser porel guarapo ntos.
gran sacrificio nacional en aras del azúcar. En lo que y las cañas,
For entonces José Sedano definiera como «abandono. ««morirían de pura necesidad por el hamb
re». La Pri-
de lo necesario por fomentar lo útil», entendiéndose mera Danza de los Millones era trágica
danza de mi-
por útil las actividades lucrativas de más altos benefi- seria en las clases humildes, A]
cios (...); los vegueros, pequeños cultivadores de ta- ”Naturalmente que nada de esto hubiera
podido
baco, fueron los primeros en recibir el bestial impacto hacerse sin el total apoyo oficial, sin el contr
ol efec-
de la expansión azucarera. Es lógico que las tierras tivo de la cosa pública (...). El boom azuc
arero de
tabacaleras sean las ocupadas inicialmente, _Son férti- 1792 envejece repentinamente todas las formas
les, tienen regadíos naturales, están lo suficientemente histrativas y jurídicas de la colonia. Lo que admi-
necesa-
desmontadas para proceder de inmediato al cultivo de tiamente iba a cambiarse en el curso de varia
s déca-
la caña y conservan los necesarios bosques para mante- das se modifica en unos años, (... «) Aunque es
bueno
ner encendidos los fuegos, se hallan bien situadas, hay señal ar que, al convertirse en gobernan
tes azucare-
44 45
“fueren secretario de Estado y director general de
y se vieron obligados aproducir en la superestruc- cultura en el gobierno de Madero:
colonial tan importantes cambios que es lógico “Enmateria agraria la política de la dictadura fue
que pasen a la posteridad con el justo nombre de liamente delineada en su primera época por el
grandes reformadores. [Cursivas en el original] (.. +) tro Pacheco, general salido del pueblo como
«La forma adecuada de propiedad territorial la crea Díaz, y en su forma definitiva al complementarse
el propio régimen de producción capitalista, con lo la organización capitalista, por el ministro Molina,
que la propiedad feudal de la tierra y la pequeña gran terrateniente yucateco, concesionario de cortes
propiedad campesina combinada con el régimen co- de maderas en Quintana Roo y político íntimamente
munal se convierten también en la forma adecuada ligado al grupo científico. Ambos adoptaron el axio-
a este sistema de producción, por mucho que su for- del capitalismo de que la gran panacea del pro-
ma jurídica pueda diferir.» Este proceso señalado ¡greso es el aumento de la riqueza pública, para el
por Marx, fue a veces más visible en Cuba que en cual es necesaria la paz, y «cueste lo que cueste» como
los propios países europeos, cuando en sólo veinte decía el traidor Huerta. Pacheco resucitó las antiguas
años de ascenso azucarero se liquida todo el sistema composiciones de demasías que tanto habían contri-
jurídico (...)” (Moreno Fraginals, pp. 5, 10, 1, buido a crear y desarrollar el latifundismo y con su ley
12118, 35, 37): 15 de diciembre de 1883, hizo nacer las compa-
Así empezó el proceso histórico del desarrollo del deslindadoras; despertó la especulación en las
subdesarrollo en Cuba —cambio en la forma de de- s y produjo una fuerte alza en el valor de la
pendencia, transformación de la estructura económi- ¡edad rústica. En poco tiempo se formó una gran
ca y de clases, nueva política burguesa (inclusive en tidad de latifundios que hicieron ingresar en la
materia superestructural) — que su historiador Ra- leza terrateniente a la mayoría de los caudillos
miro Guerra y Sánchez ya pudo resumir en 1928 bajo lares de la revolución tuxtepecana, y una gran
el título “La evolución inexorable del latifundio: so- tidad de extranjeros, mientras que el clero recons-
breproducción, dependencia económica y “creciente a toda prisa su antiguo poderío comprando ha-
pobreza en Cuba” de su capítulo dieciséis en su obra ndas por trasmano o heredándolas de moribundos
clásica sobre Azúcar y población en las Antillas. Fun- orizados con la visión de las penas del infierno.
damentalmente el mismo patrón de crecimiento del +) Elresultado de tal política se fue haciendo cada
latifundio se desenvuelve durante la misma época en más perceptible, Los hacendados levantaban ca-
Argentina y Uruguay, San Pablo, Chile, Perú, Colom- año más abundantes cosechas: las tierras valían
bia, Venezuela, Centro América —en toda Latino- a día más y el trabajo menos, y los pobres sentían
américa—. Las razones esenciales son siempre las mis- su miseria a medida que los terratenientes se
mas. Al no poder, dentro de los límites de este ensa= iquecían. La organización capitalista resultaba ser.
yo, examinarlas para cada país, nos remitiremos al pues, el medio más eficaz para aumentar la esclavitud
caso de un país que nos provee de un ejemplo particu- =y la miseria del pueblo y la desigualdad reinante en-
larmente aleccionador: el de México. 3 tre pobres y ricos, puesto que cada día fueron unos
Volviendo a la experiencia mexicana a fin del siglo ¡y otros siéndolo más y más. (...) Se ha dicho, y es
pasado y principios del actual, cuando creció la de- cierto, que el alza de la renta de la tierra hace de la
. manda para productos agrarios y por supuesto mine- stria agrícola en forma capitalista un negocio ca-
ros de México debida a su penetración por el crecien- da día más pingiie, pero esa alza de las rentas provie-
te imperialismo norteamericano y europeo, escuche ne del aumento del precio de los productos acrícolas
mos a autorizados testigos contemporáneos que des- y de la reducción del costo de producción, factores
47
mente un E elevado para los cultivadores,
y del dominio del gobierno por parte delos _subsecuentemente, un fuerte valor para los terrenos
terratenientes, dominio que les proporciona los privi- ' cultivables, que los pone únicamente al alcance de los
-legios que le sirven de arma eficaz para vencer y para empresarios capitalistas, TI. La baratura de la mano de
absorber al pequeño propietario. Al crecer la renta, bra, que reduce relativa, si no absolutamente, el costo
gracias a que la explotación de la tierra monopolizada producción y determina por lo mismoel efecto ante-
da grandes rendimientos a causa del despojo que su- - riormente indicado de elevar el beneficio agrícola.
fren los peones que la trabajan, ese aumento es un A estas dos causas que deben considerarse como los
aliciente para la explotación capitalista (...); el mo- más firmes apoyos de nuestra actual organización Agra-
nopolio de la tierra conduce inevitablemente a la a se une una tercera, que aun cuando es en cierto
reducción de los jornales (...). Asimismo, hemos «sentido su natural consecuencia, por sí misma consti-
señalado los jornales ínfimos como uno de los facto- un poderosísimo obstáculo para llegar al deside-
res que fomenta la explotación capitalista de la tierra ratum de la pequeña propiedad; la falta de un ele-
ál reducir el costo de producción, y consolidan dicho ¿mento agricultor, no capitalista, provisto de los recur-
régimen (...). La organización bancaria francamen- ¡sos indispensables para comprender el cultivo por fa=
te privilegiada y de potencia política y social irresis- 'milias. Los efectos de nuestra insuficiente producción
tible (...) la organización ferrocarrilera ayudaba efi- saerícola son doblemente funestos; por una parte, el
cazmente a la consolidación del latifundismo y de la ado precio de los artículos gravita penosamente
esclavitud agraria (...). La obra gubernamental. de re las clases puramente consumidoras, puesto que
la dictadura del general Díaz, fue la de organizar llenen la subsistencia mucho más cara de lo que
sistemáticamente el régimen capitalista” (González drían encontrarla: por la otra, este nrecio, mante-
Roa y Covarrubias, pp. 86-88, 55-58, DD. niendo altos beneficios que se derivan de la industria
El ingeniero Lauro Viadas, conocido “científico” y ola. atrae por un fenómeno económico natural
director general de Agricultura, confirma lo mismo capitales, haciendo imposible la concurrencia del
en su Informe Oficial, eño agricultor. Tan absurdo es pensar en la po-
“Si las grandes propiedades subsisten, es por la idad de la pequeña agricultura de familias, mien-
lógica consecuencia del estado de evolución en que la el capitalista encuentre ventajoso el cultivo de los
agricultura se encuentra en nuestro país, y tendrán por fámpos. como el suponer que los obreros en el ta'ler
lo mismo que subsistir, a despecho de los propósitos éstico pueden sostener ima competencia con la
más firmes y mejor intencionados, en tanto que no se inde industria manufacturera, o como el creer que
logre remover los obstáculos que detienen nuestro pro-
Al peaueño comercio será capaz de provocar la quie-
greso agrario. La agricultura grande se impone y
Ira de las erandes casas importadoras En contados
excluye la pequeña de las familias, apoderándose de
será posible. sin duda, la coexistencia del peque-
las tierras, atraída, y diré que fuertemente atraída, o propietario al lado del rico hacendado. como lo
por ventajas económicas que emanan de las dos causas
siguientes: 1. Por el alto precio que alcanzan los ar- también el sostenimiento de un modesto industrial
tículos de primera necesidad, a consecuencia de la n- la nroximidad de las grandes fábricas: pero. estos
insuficiencia de nuestra producción agrícola y de los aislados. explicables por especiales condiciones
derechos aduanales con que está gravada la importa- ividuales, nunca justificarían la generalización con-
ción de los extranjeros, a los cuales es indispensable «siderando la agricultura o la industria nacionales?
recurrir para completar las exigencias de nuestro con- La veracidad de este análisis fue comprobada por la
sumo. La carestía de estos productos origina prime- historia, Después de la revolución que costó dos mi-
49
es de másprofunda y exten- de desarrollo de la agricultura se
n na agraria burguesa del continente, un libro tuvo a un alto nivel hasta 1955, como resultado
de reciente publicación sobre Neolatifundismo y ex- de la apertura de grandes extensiones al cultivo bajo
plotación en México señala: -riego y el incremento observado en los niveles de
“El impacto de la demanda externa puede apre- inersión, tanto por parte del sector público como de
ciarse claramente en las siguientes cifras: en 1940 el los particulares, quienes alentados por el desarrollo ex-
valor de la producción de bienes agropecuarios repre- pansivo e inflacionario dedicaron parte sustancial de
- sentaba cerca del 10,3 por ciento de las exportaciones
sus recursos a los cultivos industrializables. Asimismo,
- totales, en tanto que para 1945 esa proporción se «alentado» por la guerra de Corea, el mercado inter-
acerca al 21 por ciento. Lo anterior implica que a nacional se mantuvo con precios atractivos para los
partir de entonces el crecimiento de las actividades "principales productos de exportación: algodón, café
agropecuarias, pero sobre todo de la agricultura, esta=
y jitomate” (pp. 78 y 79).
rá condicionado en mayor grado por las condiciones *Es indispensable subrayar entonces que el minifun-
prevalecientes en el mercado externo que en el interno, dio abarca, en realidad, el 86 por ciento de las uni-
Como es lógico, ello entrañó que las mejores tierras dades en explotación, puesto que sólo en contados
—las de riego—, los créditos y los insumos se orien- casos los ejidos tienen ese sentido. Esto constituye el
taran hacia ese tipo de agricultura, mientras que en problema central de la agricultura en materia agraria,
el país se carecía de maíz, frijol, grasas vegetales y m el momento presente” [en cursivas en el original]
otros productos que debían importarse, creándose 84). “En 1960 se censaron, en producción, un
«mercados negros» que constituyen el origen de no ón treinta y un mil predios, De ellos, el 94,3 por
pocas fortunas (...)” (Stavenhagen, Paz y otros, ento obtuvo ingresos inferiores a 25,000 pesos, mien-
pp. 75 y 76). “A partir de 1940, pero más concreta- que, en el extremo opuesto, el 2 por ciento de
mente desde 1946: 1) El desarrollo de la agricultura predios absorbieron el 70,1 por ciento del valor
depende más de fuerzas externas (demanda y aprovi- las ventas. Para dar una idea del grado agudo de
sionamiento de insumos) que del mercado interno. ntración que se padece en el medio agrícola, cabe
2) Las mejores tierras, las de riego, y los otros recur- jalar que en Estados Unidos el 10 porciento de los
sos: capital, fuerza de trabajo, crédito e insumos físi- ecios agrícolas genera el 40 por ciento de las ventas,
cos, empiezan a concentrarse en determinadas regio- se habla de que eso ya implica un alto grado de
nes en manos de unos cuantos propietarios. 3) Ese entración. Lo anterior pone de manifiesto que la
crecimiento abre las puertas al capital extranjero, que - cultura constituye un magnífico negocio para unos
inicia el proceso de control de la agricultura nacional. cuantos, en tanto que la gran mayoría de la población
4) Los productos agrícolas empiezan a constituir la Ípada en esa actividad vive en condiciones preca-
base de la balanza comercial de México, del lado de as. Más del 55 por ciento de los predios censados
las exportaciones. (...) 5) La política económica del ¿tuvieron ventas inferiores a 1.000 pesos [80 dólares]
país, y más concretamente la fiscal y monetaria, lejos ¡durante 1960” (pp. 86 y 87).
de contribuir a superar las condiciones de vida mise- En el período de 1959 a 1960 aumenta en 33 por
rables de la población rural y a liberarla de la explo- «ciento la población agrícola total. En ese mismo pe-
tación, apoya el acaparamiento de la tierra y la ex- =ríodo el número de ejidatarios crece apenas 9 por
plotación del trabajo humano. 6) Esa misma política "ciento y el número de propietarios disminuye en casi
contribuye a generar la grave iniquidad en la distri- 23 por ciento debido a un proceso de concentración
bución del ingreso” (pp. 77 y 78). “Las tendencias de la tierra en el sector privado, En consecuencia,
señaladas se agudizan todavía más en la década pa- aumenta en 60 por ciento el número de trabajadores
51
PUE
sando de 2 millones a más de 3,3 mil . Esto
cen los editores del libro citado, que “el problema
e
ca que en 1960 la población agrícola sin tierras aspectos, indudablemente más grave que cuando
ha sobrepasado en número absoluto la magnitud que Ejército del Sur se lanzó a la lucha bajo las banderas
tenía en 1930 y también la que tenía en 1910 y repre= de Emiliano Zapata, hace más de medio siglo. La con-
senta ahora más de la mitad de la población agrícola centración de la tierra —y los demás recursos produe=
total. Si analizamos todo el período bajo consideración tivos— ha adoptado nuevas formas, y el control ex-
(1930 a 1960), advertimos que frente a un crecimien- tranjero ejercido por todas las Anderson Clayton € Co.
to total de la población agrícola de 70 por ciento, son hechos que convergen y se dan la mano en uno
el número de ejidatarios creció el ciento por ciento, el solo: la creciente explotación de enormes masas de
número de propietarios 113 y el número de agriculto- campesinos” [contratapa]; y “el neolatifundismo no
res sin tierras apenas 33. Massi solamente tomamos es un fenómeno aislado y no puede ser tampoco atri-
el período 1940 a 1960, las proporciones se invierten. buido a factores circunstanciales: las mañas de un
Durante estas dos décadas la población agrícola cre- latifundista, la deshonestidad de algún funcionario, la
ció 60 por ciento en su conjunto. Y mientras que el falta de recursos o de personal calificado de tal o cual
número de ejidatarios solamente sube a 22,6 por cien- dependencia oficial. El neolatifundismo es simplemen-
to, el aumento de propietarios es de 81,6 y el de te el resultado natural de la actual estructura de
trabajadores agrícolas sin tierras 74. Estos datos refle= poder, o sea, de la estructura de clases en el país”
jan el cambio de la política agraria del gobierno a (Stavenhagen y otros, p. 19).
partir de 1940” (pp. 30 y 31). Esta conclusión particular de los analistas, especí-
"La hacienda tradicional ha desaparecido efectiva» ficamente del agro mexicano actual, se recordará, es
mente del escenario agrario nacional, a excepción tal - precisamente la tesis que en este ensayo se sustenta
vez de algunas regiones remotas de Chihuahua o Chia= para toda Latinoamérica y su historia —hasta la Re-
pas. Pero la gran propiedad que monopoliza tierras, volución Cubana.
aguas y demás recursos, en perjuicio de los pequeños
cultivadores (tanto privados comoejidales) sigue sien-
do más la norma que la excepción en muchas partes
del país. Para burlar la legislación agraria, las grandes
propiedades son fraccionadas aparentemente y regis-
tradas a nombre de familiares del terrateniente o de
prestanombres. Así se han constituido los nuevos lati=
fundios, sobre todo en las ricas regiones irrigadas del
noroeste, Por ejemplo, en el Valle del Yaqui, 85 pro-
pietarios controlan 116.800 hectáreas de la mejor tie-
rra de riego, que están a nombre de 1.191 personas,
es decir, cada propiedad tiene en promedio 1.400 hec-
táreas. No hay estadísticas que permitan cuantificar
el fenómeno, pero basta con leer las denuncias de los
campesinos de todas partes de la república para com-
prender que el neolatifundismo está mucho más ex-
tendido de lo que hacen suponer las cifras censales.”
Así que no podría dejarse de concluir, como lo
Ya que nos hemos adelantado al curso de la histo-
ja, volvemos al siglo xymr para examinar las causas
de la independencia formal en Latinoamérica. En
primer lugar, salta a la vista que la Independencia
se da precisamente en los años 1810-1820, época en
que las guerras napoleónicas debilitan marcadamente
las relaciones coloniales entre las posesiones americanas
sus metrópolis españolas y portuguesas, que inclusive
ocupadas por los ejércitos napo!eónicos. Pero
cambio en la relación colonial, que habrá de mo-
car la estructura social en Latinoamérica, no fue
os que la culminación de un largo proceso histó-
que había comenzado hace tiempo. Desde la
ción de la armada española por los ingleses
1588 y la colonización económica y la desindustria-
ción de Portugal a través de una serie de tratados
:omerciales que culminaron en el Methuen de 1703,
Gran Bretaña había virtualmente eliminado a los paí-
es ibéricos de participar en el desarrollo capitalista
mundial (proceso que en 1817 habrá de santificarse
enel ejemplo famoso del intercambio de textiles in-
gleses —un producto industrial— por vino portugués
in producto primario— mediante el cual Ricardo
alegó justificar la explotación del segundo por el pri-
mero en función de una supuesta ley natural de ven-
- faja comparativa). Pero Inglaterra, y Francia hasta
la derrota de Napoleón por la primera, había llegado
a dominar cada vez más no sólo el comercio de Espa-
ña y Portugal, sino el de sus colonias también. Este
comercio creó oportunidades de beneficio a los pro-
ductores y exportadores de materias primas e impor-
tadores de productos manufacturados en América la=
tina, y ellos se apresuraron a aprovecharse de estas
oportunidades,
55
mico, controlado por la burguesía criolla, y el poder
tico, monopolizado por los españoles, es elmotor
E e en movimiento el proceso revolucionario
gal liberalizaron sus reglamentos comerciales, de 1810. Los intereses de la burguesía criolla eran
con respecto a sus colonias, durante la época de las contrapuestos a los del imperio español. Mientras la
“reformas borbónicas” de fin del siglo xvi. Pero ya burguesía criolla necesitaba encontrar nuevos Ierca-
era tarde, y las medidas solamente aceleraron la ma- dos, la corona española restringía las exportaciones
ea que debieron frenar. El aumento del comerc de acuerdo a las necesidades exclusivas del comercio
io
—como lo hizo notar en 1794 el virrey de la Nueva peninsular, Mientras la burguesía criolla aspirabaa
- España— generó un crecimiento de la comprar productos manufacturados a menor precio,
producción
de materias primas para la exportación y de las uti- el imperio imponía la obligación de consumir las mer-
lidades derivadas de la misma, en Latinoamérica; y caderías que los comerciantes españoles vendían a
con eso también fortaleció el poderío económico. y precios recargados. Mientras los nativos exigían la
po-
— Títico —y alentó las ambiciones— dela burguesía pro- rebaja de impuestos, España imponía nuevos tributos.
ductora de estas materias primas en América latina, Mientras la burguesía criolla exigía que el excedente
mientras el diluvio (también señalado por el citado económico y el capital acumulado quedaran en Amé-
virrey) de manufacturas baratas provenientes de la rica latina, el imperio español se llevaba gran parte
metrópoli, y a través de ella aun del Asia colonizada, del excedente y del capital circulante, La burguesía
ahogó a las manufacturas locales que habían flore- criolla aspiraba a tomar el poder porque el gobierno
cido en muchas partes de Latinoamérica bajo la pro- significaba el dominio de la aduana, del estanco, de
tección de la depresión metropolitana del siglo las rentas fiscales, de los altos puestos públicos, del
xvm.-
Así que, cuando la crisis política en la metrópoli creó ejército y del aparato estatal, del cual dependíanlas
Ta oportunidad, algunos sectores de la burguesía crio- leyes sobre impuestos de exportación e importación,
lla se aprovecharon para capturar el poder estatal El cambio de poder no significaba transformación
,
y con éste los beneficios económicos que podría social, La burguesía criolla perseguía que los ante-=
n
derivarse de la dirección del Estado y su política riores negocios de la corona pasaran en adelante a
econó mica y social en beneficio propio. De modo ser suyos. De ahí, el carácter esencialmente político
que esta “reforma” en América latina, y formal de la Independencia”(Vitale, pp. 156 y 157) n
si así se la
puede denominar, también fue consecuencia
de cam- ”Sería un error considerar las demandas de tipo
bios en las relaciones coloniales que habían generado
¡modificaciones en la estructura económica económico en forma aislada y separada del resto de
local,
Icon esto en los intereses y las políticas de las clasesy las aspiraciones de clase de la burguesía criolla, Lo que
criollas. impulsa a la Revolución de 1810 es el conjunto de
Luis Vitale resume el proceso en su Historia de reivindicaciones que presenta una burguesía dispuesta
“Chile: “La causa esencial de la Revolución de 1810 a tomar el poder, a autodeterminarse, a controlar
fue la existencia de una clase social cuyos interes no sólo el poder económico sino también el poder
es político, el aparato del Estado, única garantía para
"entraron en contradicción «con el sistema de domin
a- el cumplimiento de sus aspiraciones generales de clase.
ción impuesto por la metrópoli. Esa clase social
fue La burguesía criolla se daba cuenta de que el régimen
Ta burguesía criolla. Controlaba a fines de la coloni
a colonial le imposibilitaba el acceso al poder político,
Jas principales fuentes de riqueza, pero el gobierno
- seguía en manos de los representantes de la monar que era la llave para abrir una nueva política econó-
quía mica en su exclusivo beneficio. No basta señalar cuán=
española. Esta contradicción entre el poder
econó- tos criollos hubo en los altos mandos del ejército, la
57
a criolla, como clase, industrial; en América latina fue la ideo-
La estructura del Estado colonial le fa de los terratenientes, mineros y comerciantes,
- vamente el paso al poder” (p. 165), cerraba defini a misma terminología liberal era utilizada en fun=
"La sea dicha de una vez n de intereses de clase distintos. Mientras en Euro-
es que los hombres que dirigieron la por todas— el liberalismo servía como instrumento de la bur-
1810 eran en su mayoría de extr
Revolución de guesía industrial contra los terratenientes, aquí era
acción social bur- .utilizado por los terratenientes y mineros contra el
_guesa. En Argentina, los criollos
Saavedra, Castelli, monopolio español. Allá servía para el proteccionismo
Pueyrredón, eran hacendados; Vieytes, Lezica y Ma-
theu, acaudalados comerciantes. industrial, acá para el libre comercio” (Vitale, pp. 171
En Para
r fue acaudillada por los yerbateros y guay, la 1172).
res de tabaco, como Yedros plantado- ; Como en tantas otras oportunidades en la historia
y el general Cabañas.
En Uruguay,
los ganaderos del litor latinoamericana, los cambios en las relaciones colo-
se destacaba Artigas, y los comerciaal, entre los cuales niales iniciados en ultramar determinaron modifica
- bandeaban con los ingleses y francesentes que contra- ciones en la estructura de clase criolla, y éstas auspi-
1 Jucha por la Independencia.4 s, canalizaron la ciaron revisiones en la política del sector dominante
y jefes más destacados, Miranda En Venezuela, los de la burguesía local —esta vez la lucha para la
y Bolívar, eran hijos *Independencia”—,revisiones que terminaron porfor-
Es de r terratenientes. En Chil
| del movimiento de 1810, figuraron lose, a la cabeza 2 aún más el viraje hacia las nuevas relaciones
Inineros y comerciantes más acau terratenientes, coloniales, es decir, que de hecho fortalecieron toda-
dalados, El caudillo a más los lazos de dependencia económica en fun-
más destacadoen el período 1810
-1811, Juan Martínez
de Rozas, era el hombre más ción del fortalecimiento de la economía de exporta-
rico de la colonia.
- Comerciante, agricultor y abogado (...)” n y la estructura del subdesarrollo. No obstante,
. "El pensamiento liberal del siglo xvnr, que(p. 166). ésta no fue una consecuencia automática, sino que
sirvió para realizar la revolución democrát en Europa fue el resultado de la imposición de su política de
sa, en América latina fue utilizado para ico-burgue- del sector de la lumpenburguesía latinoamericana
mente una de sus tareas: la inde
cumplir sola- que salió vencedor de las guerras civiles mediante las
pend
Los argumentos de la burguesía euro encia política. vales, después de la independencia formal, las diver-
pea contra el feu-
Y dalismo fueron adoptados Por la burg as fuerzas económicas, sociales, políticas e ideológi-
luchar contra la opresión de la monuesí a criolla para
arquía española.
Cas, trataron, cada una en función de su interés e
En Europa, el pensamiento liber “imagen, de determinar el futuro delos pueblos latino-
al fue la bandera de “americanos, que en consecuencia han sufrido el lum-
pendesarrollo,
65
1 argumentos, sino que alcanzaron a des- que a mediados del siglo xrx, en ninguna
M el Principio de una respetable industria textil América latina hubiera el poder suficiente ¡para
en Puebla y Orizaba —incorporando en ella la ma- alcanzar tal política de desarrollo. Al contrario, en
- quinaria textil más moderna del mun
do en su época— América latina las luchas entre “europeos” y
para sustituir la antigua manufactura que ricanos” resultaron en la victoria definitiva de
primero el
comercio libre y después la misma guerra de la quellos herederos de la “Independencia” porque a
Pendencia habían casi destruido. Para estimularInde-
la lo largo de la historia colonial la dependencia les
nueva industria, Alamán fundó el Banco
del Avío para había negado a los americanos del sur la oportunidad
financiarla. Pero al terminar su gestión como ¿precisa para alcanzar el desarrollo adecuado para
tro, su obra careció del apoyo político
minis
-
preciso para poder definitivamente imponer su política “americana”
prosperar a largo plazo. Otros clarividentes de desarrollo. En vez de ésta, la lumpenburguesía de
nos de la época también defendireon mexica-
la causa nacional, idarios “europeos” construyó lumpen-Estados “na-
y alo mejor hubieran sido calificados de cionales” que nunca alcanzaron una verdadera inde-
nos” por Guizot o de “bárbaros” por “america.
Sarmiento. 'pendencia, pero que eran y son ideados e idóneos comu:
Quizá no es casualidad que, como Antuñano, instrumentos adecuados de una política lumpenburgue-
ció en Veracruz, y Alamán, oriundo de que na-
Guanajuato, sa de lumpendesarrollo.
todos los grandes hombres nacieran en
provincia y No fue así para los americanos del norte. Entre
ningunoen la capital europeizante: Lorenzo
de Zavala también se gestó una larga lucha que culminó en
en Zacatecas, José María Luis Mora en Como Guerra Civil de 1861-1865 entre los americanos
(y se educó en Querétaro), Ponciano nfort
Arriaga en
San Luis Potosí, Benito Juárez en
Oaxaca, etcétera, y protección aduanera y la incorporación del “lejano
Mariano Otero nació en Guadalajara,
para después >” bajo sus instituciones y control, y los americanos
escribir las líneas que sirven de epígr
afe a nuestro “europeizantes” y librecambistas del sur que, con ins-
ensayo, en las cuales observaba entre
otras cosas, en “tituciones esclavistas que querían extender al oeste,
1842, que “el comercio no era más que
el
Pasivo de la industria y del comercio instrumento lucían algodón para la industria de Europa —que
extranjero, y apoyó igual que a los “esclarecidos” partidarios
Sus intereses eran naturalmente los de éste
esos gabinetes del todo sometidos al
(-...)
, y hoy peos de Sudamérica—, Pero —como observamos
espíritu mercantil principio de nuestra historia— la colonización del
están profundamente interesados en
mantenernos en norte de Ez. uv. no había implicado una coloniza-
elestado de miseria o el atraso del que saca
cio extranjero todas las ventajas.
el
comer- ción y dependencia como la de Sudamérica, porque
(...) Neces ita- “el norte no ofreció las mismas condiciones para la
_ Ios, pues, un cambio general, y este
cambio debe explotación colonial. En consecuencia, allí la resul-
Comenzar por las relaciones materiales de
Por estas mismas relaciones que hasta la sociedad. lante estructura de clases —en un principio a base
dido de nuestra situación (O
hoy han decia de pequeños agricultores— no impidió una política
de desarrollo que permitió a la burguesía del norte
Pero a pesar del acertado análisis por
estos “americanos” de cómo la dependen
muchos de cobrar (inclusive con base en la explotación coloni-
cia determi- zadora, a su vez, de las Antillas y del propio sur de
maba la estructura de clase, y cómo ésta a
raba una política de subdesarrollo, y
su vez gene- los Estados Unidos) la fuerza suficiente, primero para
a despecho de aprovechar la independencia para un desarrollo ínte-
sus mejores deseos de reemplazarla por
una política gro, después para vencer en la guerra civil contra los
de desarrollo, las mismas fuerzas econó
micas, sociales, agroproductores exportadores del sur, posteriormente
políticase ideológicas que ellos analizaban determina- para imponer su política industrial y alcanzar el des-
67
industrial propio, y finalmen llegar quería
las etapas del imperialismo y aho
ra delmooimocnas quería.
Al ganar la gue Claudio Véliz explica, por ejemplo, el caso chileno;
rra contra los productores de mate- “Los exportadores mineros del norte del país eran libre-
Has primas y librecambistas del
sur, el general victo- cambistas. Esta posición no se debía fundamentalmente
1loso y luegopresidente de los Estado
"Durante siglos Inglaterra ha confia s Unidos observó: a razones de tipo doctrinario —aunque también las
do en la protección, hubo—,sino al hecho sencillo de que estos señores esta=
a a :nido resultados sa- ban dotados de sentido común. Ellos exportaban cobre,
tisfactorios de ella. No cabe duda de plata, salitre y otros minerales de menor importancia
sistema al cual debe este país su actual que es a este
pués de dos siglos, Inglaterra ha poderío. Des- 2 Europa y los Estados Unidos, donde recibían su pago
creído conveniente en libras esterlinas o dólares, Con este dinero adquirían
adoptar el libre cambio, Porque cree
que la protección equipos, maquinarias, manufacturas o productos de
ya no le puede ofrecer nada. Pues
Conocimiento que tengo de mi país
bien, señores, el consumo de buena calidad a precios muy bajos, Es
me hace creer que difícil concebir altruismo, elevación de miras o visión
entro de doscientos años, cuando Amé
nido todo lo que pueda obtener derica haya obte-
profética que hicieran que estos exportadores acepta-
adoptará también el libre cambio” (citla protecci
tan pagar derechos de exportación e importación en
ado en Santos aras de una posible industrialización del país. Apega=
tínez, p. 185). Aunque Grant se equivo dos al ideario liberal de la época, hubieran argumen-
un siglo respecto al futuro, apreció có en
do y su muy bien el pasa- tado que si realmente valía la pena fomentar la indus-
época en que, no por casu
cambismo manchesteriano nació alidad, el libre- tria chilena, ésta debía ser por lo menos lo bastante
cuando ella había alcanzado el dom en Algodonópolis eficiente como para competir con la europea, que de-
su época; y —como observó el naci inio industrial de bía pagar un flete elevado antes de llegar a nuestras
del Proteccionismo alemán, Frie onalista y padre playas (...), los exportadores agropecuarios del sur
drich List—, la doc- del país también eran decididamente librecambistas
trina del libre cambio y del lais
que el propio paño de algodón—sez faire —más aún (....); para estos hacendados pagados en libras ester-
se convirtió en el linas, la idea de gravar la exportación de trigo o de
principal producto de exportaci imponer derechos proteccionistas sobre las importacio=
ón de Gran Bretaña.
e muy bien sabía el presidente Gra nes era sencillamente digna de un manicomio. (. 2)
nt por qué la
Jurguesía norteamericana, que él Las grandes firmas importadoras con sede en Valpa-
representa! DO te-
nía interés alguno en importar a raíso y Santiago también eran librecambistas. ¡Se
aún la doctrina librecambista, y men os
imaginaría alguien a una firma importadora defen=
Pero en toda América latina, al diendo el establecimiento de fuertes derechos de im=
ganar las ¡erras
civiles y aseg urarse el poder del Estado contra 1i portación para proteger a una industria nacional!
reses nacionalistas y proteccionis nte- (...) He aquí la poderosa coalición de fuertes inte-
tas —es decir “ame- reses que dominó la política económica de Chile du-
ricanos”— el “partido europeo”
de la dominante lum- rante el siglo pasado y parte del actual. Ninguno de
penburguesía minera Y agropecu
aria
exportadora, a diferencia de la nort productora y estos tres grupos de presión tenía razones de peso para
gió la doctrina librecambista con eameri abogar por una política proteccionista” (Véliz, pp.
coil E 237 y 239).
nudose hizo más papista
adoptando también, a su que
mod
el papa manchesteriano,
o, la doctrina del Jaiss
Igual pasó en Argentina, como lo explica Aldo
faire, dejando hacer a su gobi Ferrer: Los sectores dinámicos en el proceso del
erno lo que la burgue- desarrollo del litoral, comerciantes y ganaderos, tenían
69
E ce
E hi bi E familiarizado con la historia del
filosofía y la práctica pol de esto le suena conocido, esta sensaciósiglo pasado
grupos. n no se debe
a sueño o imaginación del
de que nuevamente está viviendo lector, sino al hecho
1 libres implicaban importaciones
libres” (Fer
rer a, Pp. 69) y causaron una pres el mismo proceso en
tante sobre la balanza de Pag ión cons- nuestros días: “En enero de 1959 come
os que a su vez se “resol. nzó en Argen-
ló con otra política complemen tina-la aplicación de un plan de esta
tar bilización (. de
devaluaciones (sea «automáticas» ia, la de repetidas Al mismo tiempo se liberalizó el régi
men de cambios
a través del patrón y se devaluóel peso (...). La deva
oro o «discrecionarias») —como luación se ha con-
se ha puesto nueva= vertido, además, en una herramienta
mente de moda en nuestros días-— de política eco-
las depreciaciones (...) contribuy del Papel moneda: nómica utilizada con el propósito expl
ícito de modi-
- Concentración del ingreso en los eron a acentuar la ficar la estructura de precios internos
en favor de las
Comerciantes. La retribución de grupos ganaderos y - actividades de exportación de.
+ La polí
los trabajadores del ciera y monetaria (.. ») ha sido concurre tica finan=
nte con una
fuerte redistribución regresiva del ingr
eso (...) y el
cios internos, que estaba fue: reajuste estructural hacia atrás de la econ
omía argen=
los precios de exportación y tina” (Ferrer, b, pp. 501-514, cursivas en
por los bienes importados el original).
que satisfacían la demanda Lamentablemente, la política del subdesar
interna, (...) rollo no es
ciación del peso aumentaba el monopolio argentino ni se limita a una époc
precio en moneda na- a histórica:
cional de las exportac la polít ica del lumpendesarrollo es propia de la lump
iones y, como éstas eran bási
ca- burguesía en toda Latinoamérica y a muchas etapa en-
mente productos ganadero? s de
Que también se consumían su subde sarrollo, Veamos otra: la de las reformas
internamente, ese aumento arra libe-
straba paralelamente el rales,
precio interno de los prod uctos pecuarios. Los precios
en moneda nacional de las impo
rtaciones también cre-
cían naturalmente, al compás
de la depreciación de la
moneda. (...) Comolos prec
ios de
y los ingresos de los ganaderos y expo rtación y, con
come
mentaban en la misma pro rciantes, au-
porción que la devaluación
del peso papel, se producía una
de ingresos de unos sectores soci transferencia interna
- agudizaba la concentración del ales a otros, lo cual
mos” (Ferrer, a, p. 71). Pero ingreso en pocas ma-
“desarrollo de la exportación,esta Política clasista de
abaratando el precio
externo” en función de los interese
sos— de la burguesía produc s —vale decir ingre-
tora y exportadora de pro-
Juctos agropecuarios (y en otro
nos, productos mineros tambié s países latinoamerica-
n) al concentrar la dis-
tribución del ingreso
en pocas anos, restringía
mercado interno, desalentaba el
la producción industria]
nacional , aumentand o así aún
decir que también esta políticamás la dependencia, Es
de clase burguesa re-
sultó ser una política del subdesarrollo. Y si aun al
Tal como la propia Independencia, las reformas li-
berales del siglo xrx en Latinoamérica generalmente se
interpretan —por parte de los mismos liberales y sus
escendientes ideológicos como una gran transforma-
ción de la sociedad nacional, que obedeció a una ola
de esclarecimiento ideológico procedente de la metró-
poli. Sin embargo, aunquela influencia metropolitana
es innegable, tal como en el caso de la Independencia,
esta influencia no fue simplemente ideológica o cultu-
. Y el hecho de que estas ideas liberales —tal como
las del librecambio, también— fueran acogidas y apli-
_cadas en Latinoamérica, tampoco se debe solamente a
su atractivo innato. Al contrario, como parte de nues-
tra tesis general postulamos que las reformas liberales
"constituyen otro ejemplo más de una transformación
de la estructura económica, política, social y Cultural
y de un correspondiente viraje político por parte de
un sector de la burguesía, que obedecen a un cambio
previo de las relaciones coloniales entre la metrópoli y
Latinoamérica, y que a su vez terminan en fortalecer
todavía más la nueva tendencia colonial. Específica-
mente, planteamos la hipótesis de que la reformaliberal
se concretó, no en el momento en que la nueva ola
de ideas liberales iniciada porlas revoluciones de 1848
en Europa llegó a Latinoamérica, ni sólo porque algu-
nos elementos esclarecidos hayan tenido motivos ideo-
lógicos para realizar la reforma, sino que la toma del
poder estatal y la im ¡ón de la nueva política libe=
ral se realizó, en cada país, solamente después de que
un aumento apreciable de la producción y exportación
de café, azúcar, carne, trigo, algodón o estaño —según
el caso— colocó a uno de estos monoproductos prima--
rios en, digamos, más del 50 por ciento del total de
las exportaciones del país, y por lo tanto fortaleció el
eS AN A
Sa NS
7
económico y político de los liberales para im- a,
poner su política liberal, a la par que, simultáneamen-
te, aumentó su interés en imponer la misma. Para con- En Costa Rica, el café se había convertido en el pri-
firmar, desconfirmar o modificar la hipótesis, habría mer producto antes de 1860, y la dictadura liberal em-
que averiguar e interpretar las fechas de los gobiernos pezó en 1858 y duró hasta 1867. En Honduras nunca
liberales, de los auges o cambios productivos, para la se estableció un régimen de producción y de exporta=
exportación, y los cambios estructurales que de éstos se ción de café como en los otros países, y allí fracasó
derivaron, y habría que investigar sus relaciones reales. el intento de la revolución liberal; cuando se hizo en
Noes éste el lugar para tal estudio, pero podríamos
1876, era muy limitada. En Nicaragua se planteó en
adelantar aleunas sugestiones muy preliminares. realidad el problema del canal mucho más tarde, y la
En Argentina, el liberalismo podría eventualmente revolución liberal se hizo en el 92. (Para mayores an-
identificarse a partir de 1862 con el «obierno de Mitre, tecedentes, véase Torres Rivas, pp. 21-49.)
vero el verdadero dominio liberal no comenzó hasta Otros casos son más difíciles de interpretar. En Pe-
la unificación del país bajo la hegemonía porteña, des- rú, una reformaliberal asociada con Castillo y aparen-
pués de 1880, durante la época de Roca, y más aún
temente ligada al auge guanero y algodonero de esos
después de 1890, con Pellegrini. El gran auge exporta- años, empezó en la década de 1860, pero fue cortada
dor empezó apenas en 1860 y se había acelerado por la Guerra del Pacífico en la década siguiente. En
después de 1870 y 1880. Para Brasil. habría quizá que Ecuador la reforma liberal se impuso en el gobierno
considerarla abolición de la esclavitud y la instauración del, para su época, muy avanzado Eloy Alfaro, a partir
de la República, en 1888 y 1889, como el inicio del de 1895, En Venezuela, el liberalismo se hace repre»
liberalismo, que coincidió con el auge cafetalero y pan= sentar por Guzmán Elanco a partir de 1870. En Co-
lista, que experimentó la década del *80, y después la -lombia, se vincula claramente con el crecimiento de Ja
del *90. En Cuba, país todavía colonial, quizá la inde- producción cafetalera, pero no logra imponer un do-
pendencia frustrada de 1868 o la lograda, pero desvia=
-minio liberal como en otros países. En México, la re-
da, de 1895-1898 corresponderían al liberalismo, y se forma liberal de Comonfort y Benito Juárez, en 1857,
relacionan con el gran avance de la producción azuca- parece haber sido precedida por un aumento de los
rera después de 1860. En Chile, aunque las revolucio- precios agrícolas a partir de 1851 y a partir de 1849-
nes de 1851 y 1859 fueron formalmente reprimidas, el
liberalismo se impuso en beneficio de los intereses de
1851 por un aumento de la exportación, medida porel
tonelaje de las naves que zarparon en Veracruz y es-
los nuevos agricultores del sur y mineros del norte a
partir de 1860, y después del rápido crecimiento cu-
pecialmente en el puerto de Tampico, que sirvió al
prífero y triguero (este último estimulado por la nueva
centro-norte del país. Sin embargo, el verdadero Esta-
demanda triguera de California y Australia a raíz del
doliberal mexicano debería quizá buscarse en el porfi-
riato, cuyo “deslinde” de tierras “baldías” en función
descubrimiento de oro en estas regiones, en 1848 y
de los intereses ligados a la creciente penetración im-
1851), crecimiento que cuatriplicó las exportaciones perialista es muy visible.
chilenas entre 1844 y 1860. En cada unode estos casos, la reforma liberal no se
¿En el caso centroamericano, el aumento de la pro-
dirigió solamente contra la influencia conservadora del
ducción de café en Guatema!a comenzó en 1856, y en
clero y sus seguidores más fieles. La reforma agraria
1875 ya era el primer producto de exportación; y la
tampoco se limitó a las manos muertas del clero, sino
revolución liberal se hizo en 1871-1873. En El Salva-
dor, el café llegó a ser el primer producto de exporta-
que —en un sentido netamente contrarreformista—
abarcó igualmente las tierras comunales de los indíge-
ción en 1880 y la revolución liberal se hizo en el '85. nas. Apelandoa la supuesta superioridad de la propie-
dad privada sobre la corporativa o comunal, se santifi-
74 có el despojo de las tierras de ambos en un grado a
73
“
“menudo superior a la pérdida de tierras indígenas du-
rante la época colonial. Y esta misma tierra, rápida-
mente se concentró en pocas manos particulares y/o
corporativas, pero laicas, pertenecientes a corporacio- A
nes nacionales o extranjeras, que las dedicaron a la mo-
noproducción para el mercado exterior y al nacional
que, como en tiempos coloniales, fue ligado al sector
minero de exportación, Asimismo, la pérdida masiva
de sus tierras obligó a los indígenas latinoamericanos Este período preparó la irrupción del imperialismo
somo a los africanos poco después— a entregarse lisa y Sus nuevas formas de manejo del capital, tanto en
y llanamente como simple mano de obra a la creciente la metrópoli como en Latinoamérica, donde los libera-
agricultura o minería de exportación. Mientras al prin- les habían concentrado la tierra en pocas manos, crean-
cipio de la reforma los liberales se valieron de acusacio- do así una mayor fuerza ociosa de trabajo agrícola y
nes de “explotación feudal”y “clericalismo”para com- fomentando gobiernos dependientes de la metrópoli,
batir a sus rivales conservadores en nombre de la “liber- que abrían ahora las puertas no sólo al comercio sino
tad”, una vez que los liberales alcanzaron el poder e a las nuevas formas de inversión del capital imperialis-
impusieron su política de cada vez mayor dependencia ta, que rápidamente tomaba ventaja de esta situación.
con respecto al creciente imperialismo, y que esta polí- La demanda metropolitana de materias primas y lo
tica generó agravantes conflictos y tensiones económi- lucrativas que su producción y exportación eran para
cos, sociales y políticos en el país, los propios liberales Latinoamérica, atrajeron el capital privado y público
Se apresuraron a ser los primeros en imponer una polí- de esta última hacia la expansión de la infraestructura
tica represiva, y aun una dictadura militar, para elevar necesaria para esta producción. En Brasil, Argentina,
y servir sus propios intereses económicos —como neto- Paraguay, Chile, Guatemala y México (hasta donde
Tiamente fue el caso en el porfiriato mexicano, en las sepa el autor, pero probablemente también en otros
repúblicas bananeras de Centroaméricay las azucareras países), el capital nacional construyó el primer ferro=
del Caribe. Así que un mayor análisis del trasfondo carril. En Chile, dio acceso a las minas de nitrato y
económico, social y político de las reformas del siglo cobre, que iban a convertirse en las principales abas-
pasado no deja de tener algún interés, y quizá de pro- tecedoras de fertilizantes y metal rojo del mundo; en
veer algunas lecciones, para la comprensión del refor-= Brasil a los cafetales cuyo grano abasteció casi todo el
"mismo actual del siglo xx en los mismos países,
consumo del globo, y así en todas partes. Sólo después
que demostraron ser negocios brillantes —como una y
otra vez ha acontecido en la historia de Latinoaméri-
ca— y cuando Inglaterra tuvo que encontrar salida pa=
Ta su acero, entró el capital extranjero a estos sectores
para hacerse cargo de la propiedad y administración
de empresas inicialmente latinoamericanas, mediante la
compra —a menudo con el propio capital latinoameri-
cano— de las concesiones de los nativos,
Un argentino, por ejemplo, pregunta: “¿Cómo se
financió el desarrollo después de Caseros? ¿Con los
recursos nacionales, o con el capital extranjero, según
lo preconizan los organizadores? (...) Pues, en efecto,
7
fueron capaces las metrópolis colonialistas. Como.
el desarrollo posterior a Caseros se hizo entre nosotros anotaba Rosa Luxemburgo sobre un proceso similar:
con recursos nacionales y no con el capital extranjero, “Despojadas de todos sus eslabones oscurecedores, es-
(..) Entre 1852 y 1890 la Argentina se procuró la tas relaciones consisten en el hecho simple de que el
mayoría de los elementos del progreso moderno, por sí
capital europeo ha absorbido totalmente la economía:
sola; los restantes ferrocarriles que habían de integrar
agrícola egipcia. Enormes extensiones de tierra, tra=
la red nacional (el Nordeste de Entre Ríos, el Central-
Norte de Córdoba a Tucumán, el Andino, etcétera), el bajo y productos sin número, afluyendo como tributos
alumbrado a gas, los tranvías de tracción a sangre, en al Estado, han sido convertidos por último en capital
europeo, y acumulados” (Luxemburgo, p. 438).
la Capital y el interior, el puerto de Buenos Aires.(....)
En realidad, en América latina el imnerialismo fue
Tnicióse en 1877 un movimiento de traspaso de empre-
más lejos y transformó —pnero en sentido reacciona=
sas nacionales a compañías extranjeras, Caso primero
- y típico, o modelo de operaciones posteriores, fue la
rio— toda la estructura productiva y de clases. No sólo
venta de la Compañía de Consumidores de Gas de Bue- se sirvió del Estado para invadir la agricultura, sino
nos Aires (que fue vendida a The Buenos Aires Gas «que tomó posesión de casi todaslas instituciones econós
al.
Company Limited) junto con el convenio que aquélla micas y políticas para incornorar la economía entera
tenía con la Municipalidad de la capital argentina, sin sistema imperialista. Los latifundios crecieron a un rif
desembolsar un centavo. El pago se efectuó de este 'mo y en proporciones desconocidas en la historia, espe=
“iodo; la sociedad inglesa mandó imprimir acciones cialmente en Arcentina. Brasil, Uruguav. Cuba, Mé-
con títulos en inglés, por un valorigual al capital de la xico v Centroamérica. Con la ayuda de los robiernos
Compañía de Consumidores, más un paquete de accio- latinoamericanos, los extranjeros se adueñaron —casÍ
nes por cinco mil libras, para giro del negocio (porque por nada— de inmensasextensiones de tierras. Y don-
hasta de eso carecía) y que emitió cuando tomó pose- de no se apropiaron dela tierra fueron dueños de sus
sión de la fábrica que compraba tan cómodamente. productos, noraue la metrónoli también tomó el control
(+...) El único capital británico invertido en The Bue- y monopolizó el intercambio de los productos agrícolas
nos Aires Gas Company Limited era el papel y la im- y la mavoría delos demás. 'Tomó nosesión de las minas
presión delos títulos que se entregaron a los accionistas de Latinoamérica y aumentó su rendimiento agotando
de la compañía porteña traspasada, más bien vendida, a veces recursos económicos. comolos nitratos de Chile,
a la entidad radicada en Londres. (...) Entre el úl- en pocos años. Para exportar esas materias primas de
timo cuarto del siglo xnx y el primero del xx la Argen- Latinoamérica e importar sus eauipos y mercancías,
tina traspasó en forma similar el Ferrocarril Oeste Ja metrópoli estimuló la construcción de muertos. ferro=
¡(cuya historia narrada por Scalabrini Ortiz ha sido carriles y otros servicios con recursos públicos. Las re-
consideradaclásica), el de Entre Ríos, el Andino, a em- des ferroviarias y eléctricas. lejos de ser verdaderas
presas británicas que en la mayoría de los casos no redes, irradiaban y conectaban el interior de cada país,
- invirtieron sino el dinero necesario para promover el y a veces de varios países, con el puerto de entrada y:
negocio, for promotion” (Irazusta, pp. 71-74). salida. que a su vez estaba conectado con la metrópoli.
En América latina, este mismo comercio y capital im- Hoy, ochenta años después, gran parte de este esquema.
perialista hizo mucho más que incrementar el valor de de exportación-importación permanece aún: en parte
la producción, comercio y beneficios por la acumula- porque el ferrocarril todavía está orientado en esa for-
ción de cerca de 10 mil millones de dólares de inver- ma, pero principalmente porque el desarrollo urbano,
siones en esa zona. La metrópoli imperialista utilizó económico y político orientado hacia la metrópoli —que
su comercio y su capital para penetrar en la economía
79
de Latinoamérica y utilizar su potencial productivo en
és : Y pe
1 , social y política de Latinoamérica hasta que la|
dio origen a intereses de clase creados que, con el estructura de su subdesarrollo estuvo firmemente conso-
o de la metrópoli, mantuvieron y expandieron este lidada. A
ollo del subdesarrollo latinoamericano durante el Pero no debe pensarse que este proceso de penet ra-
ción imperialista de la economía latinoamericana obe-
Es así que, implantadaen la era colonial y ahondada deció a un impulso meramente metropolitano; fue
en la del librecambio, la estructura colonial y clasista igualmente un resultado de la atracción y c« .
del subdesarrollo se consolidó en América latina con por parte de la propia burguesía latinoamericana, cuya.
¡el comercio y el capital imperialista del siglo xrx. Se política de clase en esta a a e 10 EN
convirtió en una economía monoexportadora explotada anteriores habrá de volver a hacerlo en
por una burguesía satelizada actuando a través del Es- a aceleró esta penetración, fortaleció la de-
tado corrompido de un antipaís: México bárbaro pendencia y profundizó el subdesarrollo en Latinoamé- y
(Turner); las “Repúblicas del banano” de Centroamé- rica. Según un estudio del caso, en el estado mexicano
_Yica, que no son sino “Países-compañía”, “La inexora- de San Luis Potosí, un puñado de fami jas de élite, a
s,
1 ble evolución del latifundio; sobreproducción, depen- menudo en cooperación con empresarios extranjero
dencia económica y crecimento de la pobreza en CnBa” dominaron la vida económica,política y social. Un sis
(Guerra y Sánchez); “Argentina británica”; y “Chile tema de intereses económicos interligados entre ciudad,
patológico”. del que el historiador Francisco Encina mina y hacienda, con una tendencia hacia un aumento
escribió en 1912, bajo el título Nuestra inferioridad eco- de industrialización, monopolización, mec 3
nómica: su causa y consecuencias: “Nuestro desarrollo utilidades y participación del capital extranjero, resul-
económico de los últimos años presenta síntesis que tó en cambios importantes en toda la estructura social
tuación realmente patolóvica. Hasta del estado, “(...) Las inversiones económicas extran- |
"mediados del siglo xtx el comercio exterior de Chile es- jeras a menudo fueron alentadasy bien venidas por los
taba casi exclusivamente en manos de chilenos. En empresarios locales de las familias de élite, que dieron | |
.menos de cincuenta años, el comercio exterior ha asfi- la bienvenida a nuevos ferrocarriles para come 3
xiado nuestra incipiente iniciativa comercial; en nues- sus minerales y al agrícol as. Ademá s, un em-
10- resario potosino "listo ía conseguir una S
mal y nos desalojó, en gran parte, del comercio al Eorisnadel gobierno federal y venderla a inversio-
detalle (...): la marina mercante (...) ha caído en nistas norteamericanos con una buena utilidad para
tristes dificultades y sigue cediendo campo a la nave- sí mismo. Esto es exactamente lo que hizo el goberna:
gación extranjera aún en el comercio de cabotaje. La dor Pedro Díaz Gutiérrez en 1888 (...). Dejando f
mayoría de las compañías de seguros que operan entre un lado los planes de hacerla llegar hasta Río Verde,
1 nosótros tienen su casa matriz en el exterior, Los ban- lo que hubiera constituido un beneficio para la econo-
cos nacionales han cedido y siguen cediendo terreno a mía nacional, los ingenieros norteamericanos completa=
| Jas sucursales de los bancos extranieros. Una porción ron apenas el tramo más corto y más barato de las
| cada vez mayor de bonos de las instituciones de ahorro minas de Matehuala hacia la línea principal norte-sur!
estápasando a manos de extranjeros que viven en el lo El presidente Díaz inauguró la línea oficialmen=_
exterior”. te (...). Las familias de propiedad agraria (2) e-
Con el desarrollo de la nueva estructura colonial del taban bien conscientes de las nuevas oportunidades que
imperialismo del siglo x1x, el capital extranjero vino a se abrieron con la entrada del capital norteamericano”
jugar un papel casi equivalente al del comercio exte- y la construcción de ferrocarriles y carreteras a lo largo
rior en la tarea de transformar la estructura econó- del estado, No fue por-acaso que la primera organiza= |
nd es y c
grandes
(el 27 de mayo de 1905) como el Centro Agríco- inos o extranjeros, a
Industrial Potosino (...). En su junta directiva "cidos en este país por argentlos argentinos pi E q
e habrían sido vendepatrant ias
los grandes terratenientes y estancieros (...), la js nerii or fueron llamados
de minas (...) y el industrial (...). Dos de eA
rito de su cap aci dad profesional a niod
mayores latifundios del estado ( les tienen mi e N
estaban bien presas, algunos de los cua a
esentados. El nuevo centro agrícola-industrial dio la vic ios pre s
E torios de sus eminentes ser
nida a la inversión norteamericana en la indus- cuales o
local, como las fundiciones Guggenheim” (Cock- ono las empresas a las com o profesional, pal '
b Pp. 13, 14, 17, 25 y 26). José Luis Ceceña con- tro he tenido el honor, mom ent
: o cli ent es 3
Enq a asesorar, fueronn enen algún entes argen-
ma que estas políticas del subdesarrollo de parte de de los presid
la burguesía, que fortalecieron los mismos lazos de de- deefetal de mi padre, socio Sáenz Peña [
ndencia que los habían auspiciado en primer lugar, tinos, los doctores aY
fueron clieni
n la regla en todo México: “Durante el gobierno o Rosa O Romero,
general Porfirio Díaz (1876-1911) el capital ex- o iqula época com Enrique Gar SEcía
jero penetró profundamente en la economía mexi- o Alberto López, Julio García o n E e
ció
(.....), no favoreció el surgimiento de una bi así como fueron en la genera aLeceo
E mi abu elo , de m e Ln ee ]
mexicana independiente. (...) Altos funcionarios , d ,
amigo don Bernardo de coE a
gobierno, incluyendo miembros del gabinete del ¿Folec
de ingre, o de Ugarte” y 188, de
jeral Díaz, tenían estrechas ligas con los inversionis-
tiempos de la Rep úbl ica , pp. 187
extranjeros, (...) Un buen número de gobernado- hij os, vie tos ,p er a8
rera Dennis, p. 14). ¿Y sus o
de los estados, miembros del Congreso y represen- n (0)
de la burguesía (...) que participaron en amigos están y estarán tambié servicios presi
tes
s extranjeras y que tenían también inversiones mérito (...) de sus eminen
país?”
negocios bancarios, industriales, mineros, comercia-
etcétera, a la vez eran grandes latifundistas” (Ce-
ña, pp. 79-80). Pero más que los investigadores
ales, los propios colaboradores o agentes lumpen-
¡eses del imperialismo expresaron (y en nuestros
siguen o vuelven a expresar) ellos mismos su res-
idad y orgullo de servir al imperialismo. El
o presidente de México, general Porfirio Díaz, de-
“Comosoy responsable dela inversión de cientos
"millones de dólares de capital extranjero en mi país,
o que debo continuar en mi puesto hasta que pueda
un sucesor competente” para defender estas
nes e intereses (citado en Cosío Villegas vn, p.
+ Asimismo, quien fuera ministro de Hacienda
Argentina en la década de 1930, Federico Pinedo,
ó con plena claridad: “Si es ser vendepatria el
er sido abogado delos ferrocarriles, de los tranvías,
le los bancos, de las compañías de electricidad, de
La Primera Guerra Mundial dio a las economías de-
¡entes de América latina una tregua respecto del
ital y el comercio exterior, tanto como de otros
con la metrópoli. Como había ocurrido en otras
nidades,los latinoamericanos impulsaron su pro-
desarrollo industrial, principalmente por el merca-
interno de bienes de consumo, No bien terminó la
a, la industria metropolitana, ahora principalmen-
norteamericana, penetró precisamente en aquellas
y sectores como los manufactureros de bienes
consumo de Buenos Aires y San Pablo, que los lati-
ericanos acababan de encaminar hacia la indus-
li Después, apoyadas en su poder financiero,
y político, las gigantescas corporaciones
y británicas desplazaron y aun reemplaza-
—esto es, desnacionalizaron— a la industria lati-
ericana. Las crisis de la balanza de pagos que
uralmente siguieron, fueron remediadas con emprés-
externos, que cubrían los déficit, pero también
an al fin de obtener del gobierno concesiones para
ificar la penetración de la metrópoli en las eco-
de Latinoamérica.
crisis de 1929, en contra de la teoría del comercio
ional, pero de acuerdo con los precedentes his-
s, redujo fuertemente el capital extranjero, así
el comercio, y por consiguiente la transferencia
recursos de inversión desde los satélites hacia la me-
li. Este debilitamiento de: los lazos económicos,
la reducción de la intromisión metropolitana en
érica latina, se inició con la represión de 1930, se
'0 con la recesión de 1937, y continuó con la
a Guerra Mundial y la consiguiente reconstruc-
hasta principios de la década de 1950. Creó con=
ones económicas y permitió cambios políticos en
h 7 >
América latina redundaron en el comienzo de una joen Latinoamérica, sentaron también las bases
e
fuerte política elogia nacionalistas y su más granddel
micas y políticas para nuevas alineaciones de las
industrialización independiente desde las décad as ases y nuevos programas de industrialización.
terior. 7 En algunas partes surgió un desarrollismo y en otras
i
DE encial comprender que los relacionados cambios no. Cardoso y Faletto sugieren que en el caso
Chile,
de la estructura de clases en Brasil, Argentina, Én que el producto principal de exportación estaba en
,
Colombia, México y otras partes de América latina s extranjeras, y había una economía que ellos
coloni al exter na
han ocurrido dentro de su estructura n de enclave, tal como en Centroamérica, el
a cambios
e interna y en respuesta, sustancialmente, e y Venezuela, ahí, como respuesta a los proble-
de sus relaciones coloni ales gener ados porla metrópoli. económicos que planteó la depresión de los años
Es importante interpretar estos cambios de la estructura no hubo una revolución como en otros países, o si
lonial que los sustenta. S ubo fue aplastada y lo que resultó fue una dicta-
resul tante de la drást ica
ra acción económica a militar. Pero en países como México, Brasil y
reducción de la capacidad de América latina para
im- tina, y en parte Chile, hubo un surgimiento in-
portar, del desce nso de las expor tacio nes de manuf actu- jal, nacionalista, populista. Las condiciones mu-
ras metropolitanas y de las inversiones y empréstitos. s —con más o menos la excepción de Chile, que
causados por la gran depresión en la me- bién habría que estudiar más profundamente, por-
no cabe bien en el esquema de Cardoso y Faletto—
n, en primer lugar, que el producto de exportación
debe comprender incipal estaba en manos nacionales, lo que dio a un
nes de estas consecuencias para pod: po nacional —a una burguesía no necesariamente
mente los problemas económicos y políticos de hoy. jonal, pero a una burguesía del país— cierto poder
inicio de la depresión modificó a tal punto el ; y, en segundo lugar, que hubo una inmigra-
nacional y su distribución, que la estructura instituci o un cierto grado de surgimiento industrial duran-
nal existente no pudo hacer frente a los necesa a Primera Guerra Mundial, y con esto el surgi-
reajustes: en 1930 o poco después ocurrieron revol to de alguna clase media. Es decir que también
nes en Brasil, Argentina, Chile, Cuba; y la Revoluci casos las diferencias en las relaciones colonia-
Mexicana de 1910, que casi había detenido, s habrían determinadolas diferencias de estructura y
un nuevo impulso. La actividad revolucionaria a su vez de políticas de clases entre los distintos
a otras partes del continente. Los intereses e
res aliados con la metrópoli se vieron obligados a el caso brasileño, lo que pasó con la depresión
in:
trar en coalición con los todavía débiles intereses *30 fue que se acabó por completo el negocio del
dustriales y (al menos en Brasil) con los nuevos inte No pudieron exportar casi el café y por lo tanto
reses regionales, que se hicieron incluir en el gobi podían importar nada, porque no tenían di
A los dos o tres años se intentaron contrarrevol: Entonces, en respuesta a la crisis económico-po!
ue representaban a algunos de los intereses trac sa resultante, hubola llamada revolución burguesa del
, ls e tuvieron éxito parcial en Cuba y Chile, aun 1930, en la cual surgió no al poder, pero sí para
que no en los tres mayores países latinoamerican ir el poder con las antiguas clases exportadoras,
En este sentido, el aflojamiento de los lazos económi! ciales y productoras de café, una clase industrial
coloniales con la metrópoli y, en general (aunque N guesa, y también una región que antes había sido
en Cuba), la relativa paralización de la intervenci ida del poder político, que es Río Grande do Sul,
política imperialista, que la depresión metropóli de donde procedió el nuevo presidente Getúlio Vargas.
87
A 5 A , l
es y aspiraciones legítimas de la economía agrícola
Y estas dos, no clases, pero digamos capas de la bur- 1 aspiraciones de la clase industrial de nuestro país.
guesía, lograron un pacto, puesto que ya no era posible
exportar. La burguesía exportadora ya no insistió en Es verdad que nosotros siempre hemos conceptuado
una política antiproteccionista, en una política de los itraproducente el proteccionismo para cierta clase de
más estrechos lazos con la metrópoli como lo había: lustrias que sólo pueden vivir en aquel invernáculo
hecho antes, sino que permitió que se desarrollara una celario, pero ahora nos encontramos todos de
industria, inclusive una industria pesada brasileña, e werdo en la necesidad y utilidad nacional de ayudar
hicieron el llamado pacto entre estas dos capas burgue= la organización de industrias que pueden prosperar
sas que se mantuvo a lo largo de la depresión y de la sformando las materias primas varias y cuantiosas
guerra, hasta que últimamente se quebró, porque la jue nuestra tierra produce, Todo lo que se podría ha-
condiciones en el plano internacional y nacional haz para.fomentar nuestra producción industrial ayu-
bían cambiado de tal modo que ya no era posible man= ría seguramente al país a salir de las dificultades
tener este pacto, nosotros también vemos con creciente ansiedad
Enel caso argentino pasó más o menos lo mismo. Á- arse a consecuencia del cierre progresivo de los
primeravista, el caso argentino parece desconfirmarla ados europeos” (citado en Parera Dennis, p. 10, w
tesis, porque había surgido en 1916-1917 el yrigoyenis- parcialmente en Murmis y Portantiero, p. 16). Así, el
mo, y también a principios de los años *30 una revol: io señor Bruzzone aclara que no “sin la menor
ción lo derrotó y puso en el poder de nuevo a la olig se ha dicho muchas veces (,..) que hubo
quía exportadora. Pero si se analiza con más detal existencia de antoganismos (...) entre los intere-
lo que pasa en Argentina, también se confirma al (...) de la economía agrícola y las aspiraciones de
recer esta tesis: la tesis general de quela relación colo: a clase industrial”, pero que “ahora nos encontramos
nia] parece formar y transformarla estructura de clase todos de acuerdo(....), dadolas dificultades que noso-
y específicamente, que el populismo, industrialismo y: también vemos (...) a consecuencia del cierre
nacionalismo burgués de los años 30, '40 y '50' surg rogresivo de los mercados europeos”.
en un momento muy sui generis. El famoso pa Más tarde, Federico Pinedo, quien fuera ministro de
Roca-Runciman, de mayo de 1933, garantizó a In icienda de la época (el mismo que aclaró la cuestión
terra la importación, y a Argentina la exportación d los vendepatrias), proporcionó adicionales aclara=
carne enfriada, producida por la gran burguesía es: “La vida económica del país gira alrededor de
litoral, más bien de la provincia de Buenos Aires, ima gran rueda maestra que es el comercio exportador,
daa los frigoríficos y a los intereses financieros y li losotros no estamos en condiciones de reemplazar esta
invernadores de ganado de Buenos Aires, y, debido la maestra, pero estamos en condiciones de crear
las limitaciones que en él se establecieron, casi exclu) lado de esos mecanismos, algunas. ruedas menores
la exportación de la carne congelada que era producid. permitan cierta circulación de la riqueza, cierta
en provincias por productores más pequeños y más: idad económica, la suma de la cual mantenga el
débiles. > del puebloa cierta altura.” Después viene el por-
Al estallar la crisis, aquellos intereses represen de este cambio: “(...) nuestro país no ha tenido
por la Sociedad Rural Argentina declaran a través jes, como en tiempos más favorables de su historia .
su presidente, Horacio Bruzzone, en julio de 1933,q; onómica, la alternativa de dedicarse preferentemente
“contrariamente a lo que se ha dicho muchas vect la exportación de cantidades cada vez mayores de
sin la menor razón, nosotros, representantes de las 1 luctos agrarios, importando en cambio productos
dustrias agropecuarias, descartamos en absoluto la nufacturados, o la de desenvolver intensamente la
tencia de antagonismos de cualquier clase entre los in: lustria sacrificando las posibilidades de su exporta-
89
Por el momento el país no tiene esa
su política económica (...)”
No obstante, como Pinedo aclaró en 1940, “no cree- adustria se había logrado por motivos muy especiales;
mos que sea posible ni conveniente cambiar las bases iormente dio lugar al peronismo, y en el año "55
económicas del país. No pensamos en establecer la aron a Perón y tomaron nuevamente el poder las
autarquía. Teneo dichas sobre el punto palabras cla= s ligadas a la producción ganadera, los grandes
rísimas y categóricas: no creo que importar sea un mal, ¡cultores y la nueva industria que vino instalándose
no tengo ninguna prevención por lo que se llama el mediante la penetración de los norteamericanos,
carácter agrario de nuestro país (...). No pensamos En México, llama la atención que la revolución se
llegar a una industrialización total, masiya, del país o” en la década de 1910, y quelas resultantes leyes
(...)” (Citado por Murmis y Portantiero, pp. 16, 24, .¡ndamentales en materia de reforma agraria se dicta-
32, y parcialmente en Parera Dennis, p. 10). En su durante la misma —el Decreto del 6 de enero de
condición de lumpenburguesía no aspiran a más que 15 y el Artículo 27 de la Constitución de 1917— y
un lumpendesarrollo. esta última también estableció los nuevos funda-
Sin embargo. no todos descartaron “la existencia de nentos acerca del patrimonio nacional de los recursos
antagonismos de cualquier clase”. Los pequeños y me- turales del país. Sin embargo, como es de conoci-
dianos ganaderos, productores más bien de la carne ento común, la reforma agraria y la nacionalización
congelada cuya exportación se había limitado por el petróleo apenas se realizaron entre 1934 y 1940,
acuerdo Roca-Runciman, y que se hicieron representar ante la presidencia de Lázaro Cárdenas; el año de
por la Confederación de Asociaciones Rurales de Bue= yor reparto de tierra fue 1937 y el de la nacionaliza-
nos Aires y La Pampa, combatieron el acuerdo gran- 'dión 1938. La industrialización empezó durante estos
burgués agropecuario-industrial. Su portavoz, Lisandro" y se aceleró verdaderamente después de 1940. Así
de la Torre. objetó: “La teoría asume más o menos , al parecer, también en México fueron las conse-
esta forma: tenemos una cuota limitada de exporta- encias nacionales de la depresión de los años '30 y
ción. Guardémosla para las carnes más valiosas, es guerra de los '40 las que impulsaron y permitieron
decir guardemosla cuota y los relativamente altos pre- el reformismo y nacionalismo burgués. El autor de un
cios que puede representar para los grandes producto= dio sobre la industria eléctrica en México observa;
res de «Chilled», es decir enfriados, y que corran su a gran depresión ejerció una influencia profunda
suerte los pequeños productores que venden en Lina- nto en el gobierno de México como en la industria
res la ganadería de Entre Ríos, la de Corrientes, la trica establecida en la república. La crisis fue re-
del norte de Santa Fe y la del Chaco”, es decir de tida en México de manera casi inmediata y la pará-
provincia. Otros opositores decían lo siguiente: “Pre= s se extendió con gran velocidad a todos los sectores
tender, como dice el informe —también de gente liga= la economía. Entre 1930 y 1932 declinó vertical-
da a Pinedo—, estabilizar industrias surgidas en medio ente el producto nacional bruto. En sólo tres años,
de soluciones de emergencia, es plantear un problema producción minera cayó hasta niveles comparables
trágico para el futuro del país después de la guerra, es n los registrados en 1907 (que —podemos observar
¿estimular una lucha que no deseamos entre las indus- paso— fue un año de recesión que hizo mucho para
trias y las fuentes básicas de la producción rural” (ci- lar la Revolución de 1910, que a su vez prosperó
tado en Murmis y Portantiero, pp. 18, 26 y en Parera durante la Guerra Mundial). (...) El volumen de
Dennis, pp. 8-13, en donde se analiza la cuestión a “las exportaciones se contrajo en una tercera parte y su
fondo). Es decir, estimular una lucha dentro de la lor en más de 45 porciento. (.. .) Entre 1929 y 1932
clase burguesa en torno de esta industrialización. Esta redujo a la mitad el empleo en la actividad minera,
) El país atravesaba no sólo una severa crisis eco-
ica, sino también política. El ambiente político no
guardaba ninguna semejanza con las condiciones rela- e Sánchez, pp. 63-71). El cambio de rumboen la polí-
tivamente pacíficas que caracterizaron los años inicia= tica agraria a partir de 1940, en respuesta a la nueva
les y finales del gobierno de Calles. Aunque Calles mis-- situación creada por la Segunda Guerra Mundial, du-
mo seguía siendo, después de 1928, «el poder detrás 1ante el gobierno de Avila Camacho —designado pre-
del trono», su autoridad no era ya indiscutible (...)” sidente con el visto bueno, vale recordarlo, de Cárde-
(Wionczek a, pp. 74-78). Y analizando el sector agrí- nas—, y después en el de Miguel Alemán, ya fue ob-
cola después de recordar que una importante tentativa Jeto de reseña en nuestro examen dela estructura agra-
de reforma agraria (la ley Bassols, que fue promulgada ria. En cuantoa la industria mexicana, los hechos que
en 1927, pero luego sujeta a enmiendas restrictivas y son de conocimiento común obligan a concordar con
ya derogada en 1928) fue derrotada durante el gobier- el resumen —del todo consecuente con nuestra tesis—
no de Calles, otro autor señala: “La situación de la de Alonso Aguilar: “En otras palabras, las cifras rela-
agricultura a fines de 1934 no podía ser más difícil. tivas a la inversión neta parecerían mostrar que el ver-
Los efectos de la gran depresión de 1929-1932 se em- dadero «despegue» hacia el desarrollo se produjo en
pezaron a resentir recrudecidos en la economía mexi= México en los años cuarenta, cuando en una corta eta-
cana. El hambre se había vuelto un mal pernicioso, pa la acumulación de capital se realizó a un ritmo sia
(... .) Cárdenas comprendió perfectamente estos males. precedentes, bajo la influencia favorable de las refor-
(+...) Para nosotros, las razones de la expropiación del mas sociales e institucionales llevadas a cabo en los
petróleo fueron dos fundamentales: 1) a raíz de la quince años previos —y sobre todo en 1935-1940—,y
erisis de 1929 (...), una causa esencial fue esta debili- de las condiciones creadas por la Segunda Guerra Mun-
dad del imperialismo. 2) En otro extremo, los obreros dial, que transitoriamente libraron en buena parte a
petroleros, (...) En los años que precedieron a 1938 nuestro país de la ruinosa competencia de las grandes
el número de huelgas registradas fue realmente impre- potencias industriales y de la crónica succión de re-
sionante y esto lleva a pensar que fueron precisamente cursos a través de la inversión extranjera y del comer-
los obreros quienes obligaron a dar-ese paso trascen= | cio exterior” (Aguilar y Carmona, p. 50).
dental y peligroso, (...) La expropiación es otro de Aun en un país que nodisfrutó de las condiciones de
los elementos que harán posible el desarrollo agrícola los tres grandes, las fuerzas motrices parecen haber
nacional e influirá, tal vez en mayor medida, en otros sido fundamentalmente las mismas: “En los años 1931=
apartados de la economía nacional (...) El resurgi- 1934 la capacidad colombiana de pagos en el exterior
miento del mercado de capitales y el rescate de recursos descendió a la mitad de los niveles de los años inme-
naturales fueron conseguidos en este período 1934- diatamente anteriores a la crisis. Las importaciones
1940. (...) No debe olvidarse que se trata de un go- del país cayeron en parecidas proporciones. (...) En
bierno burgués (...). En resumen, dentro de este pe- los años anteriores de la crisis la producción industrial
ríodo se consigue la consolidación de la estructura bur= creció a un ritmo anual de menos'del 3 por ciento;
guesa surgida a raíz de la Revolución de 1910. (...) en los años treinta a un ritmo anual de cerca del
El gobierno de Cárdenas fue el continuador de la po- 11 por ciento. Currie afirma que en los años 1930-
lítica seguida por los gobiernos burgueses; pero las 1933 se fundaron en Colombia 842 establecimientos
circunstancias por las que atravesaba la economía na- industriales, (...) Se describen así los mecanismos
cionaly la de los problemas que obstaculizaron su creci- a través de los cuales nuestro país dio el paso del
miento, imponían una dirección contraria, (...) De semicolonialismo al neocolonialismo en ocasión de la
allí el cambio de dirección que se manifiesta en el crisis de 1930: 1) la crisis provocó una drástica re-
reparto agrario, en el fortalecimento de la burguesía ducción de las disponibilidades de divisas; 2) el mer-
nacional y en la lucha contra el imperialismo” (Paz — cado nacional de productos manufacturados dejó de
93
cana PEN ul
E
«ja de lo cual se vieron obligados a
exterior, a fin de mantener y continuar el proceso de
ser abastecido por la industria extranjera; 3) ese mer- sustitución de las importaciones. Esto es, terminaron
cado era relativamente amplio dado que un sector sustituyendo únicamente un tipo de importaciones por
importante de colombianos trabajaba para la expor- “otro, lo cual renovó su dependencia de la metrópoli
tación en calidad de pequeños propietarios; 4) los y condujo a la renovación de las inversiones extran-
términos semicoloniales de la dependencia del país ljeras. Esto es, la política del “desarrollo hacia aden-
habían permitido la realización de acumulaciones de tro” a base de la “sustitución de importaciones”
capital por nacionales; 5) muchos capitales perdieron "empezó a tropezar también con limitaciones “exter-
su esfera tradicional de operaciones con la contrata= nas”. Al haberse —conforme con la distribución del
ción del comercio exterior —café por bienes de con- ingreso y la política de la clase burguesa en el plano
sumo extranjeros—; 6) del encuentro de un mercado ' nacional— sustituido primordialmente la importación
nacional abandonado por la industria extranjera y de bienes de consumo por su manufactura nacional
de las acumulaciones de capital en manos nacionales, (tendencia que se agudizó aún más con la vuelta a
parte de ellas momentáneamente ociosas, surgió la Latinoamérica de las empresas extranjeras después de
industria nacional, con base en el intercambio neo- la guerra), la industria “nacional” empezó a importar
colonial de café por bienes de producción extranjera” “cada vez más materias primas y bienes de capital
(Arrubla, pp. 15 y 16, 18). como insumos de esta manufactura “nacional”. La
¿Por qué se “desarrollaron”, no sólo Colombia sino propia cepAL concluye en su importante estudio sobre
aún más los países más avanzados del semicolonialis- Auge y declinación de la sustitución de importaciones
mo, no hacia la independencia, sino hacia el neoco= en Brasil que “en resumen, a la luz del estudio de
lonialismo, y a una dependencia aún mayor? Como Tos principales ftem del muestreo. puede concluirse que
vimos, ciertos países latinoamericanos comenzaron a no hubo ninsún verdadero proceso de sustitución con
producir los bienes de consumo que antes importaban, respecto a bienes de capital en su conjunto” (Eco-
Pero este proceso de sustitución de las importaciones nomic Bulletin for Latin America, YX, 1, marzo 1964,
conllevaba dos importantes limitaciones, ambas deri- p. 38, de mi traducción de la versión inglesa). Más
vadas de la estructura de clases existente. Primero, recientemente la misma CEPALesclarece aún más: “En
tenían que partir de la distribución del ingreso y la los países más avanzados de América latina se advier-
estructura de la demanda tal como era. Es decir, que te que el bajo coeficiente de importaciones y la com-
tenían que concentrarse en la producción de bienes ición de ellas con predominio de bienes intermedios
de consumo, particularmente para el mercado de altos y de capital esenciales, hacen que la vulnerabilidad -
ingresos. Sin un cambio grande en la distribución del “externa no haya disminuido necesariamente con el
ingreso, el mercado interno no podía crecer con bas- ¡proceso de sustitución, sino que haya cambiado de
tante rapidez para sustentar indefinidamente el pro- "carácter pasada la primera etapa sustitutiva; esta vul-
ceso de sustitución de las importaciones. Para evitar “nerabilidad no está ya dada por una dependencia
esta limitación, estos países latinoamericanos tendrían cuantitativamente importante del abastecimiento inter-
“que haber seguido el modelo de industrialización so- mo con respecto al exterior, sino por el carácter estra-
viético, en el cual el Estado y no la demanda de los tégico de los bienes que afecta” (831/p. 29). Tradu-
consumidores es el que determina qué bienes —bie- "ciendo lo diplomático al cristiano, esto significa sen-
nes esenciales— se producen primero, Pero para eso cillamente que con la sustitución de lo cuantitativo
habrían debido tener un Estado soviético, o sea otra por lo estratégico, la dependencia latinoamericana
estructura de clases. Por la misma razón no produ- ha aumentado. De hecho, esta acentuada dependen-
jeron suficiente equipo industrial o bienes de produc-
ción (el sector 1 en términos marxistas), a consecuen=
O oe re AAC
cia estratégica se hizo notable luego que, después de E sentaron eran limitadas —y terminaron por limitar
la guerra contra Corea, se desplomaron los precios de cada vez más el desarrollo integral—. Una posibilidad
las materias primas, y con ellos la disponibilidad —mejor dicho necesidad. como lo señala bien Ruy
de las divisas de las que Latinoamérica dependía para Mauro Marini— para la burguesía industrial y el go-
importar el equipo necesario para su industria “na- biernoerala de volver a claudicar cada vez más con los
cional”. Estos nuevos cambios en las modalidades de intereses mineros y agroproductores y exportadores,
la dependencia neocolonial, junto con otros que exa- concediéndoles las mayores facilidades para generar
minaremos más adelante, nuevamente determinaron las divisas que “el país necesita en estos momentos
también importantes transformaciones en la estructura tan difíciles”. Esto implicaba una política de “esta
económica en Latinoamérica, y ocasionaron nuevas bilización” —preconizada a la vez por el tristemente
modificaciones en la política lumpenburguesa del sub célebre Fondo Monetario Internacional— de repeti-
[o lumpen) desarrollo, que terminaron a su vez cn das devaluaciones de la moneda. de disminución de
una nueva profundización de la dependencia. los salarios reales mediante la inflación, de represión
El gran auge de la demanda y el precio “mundial” de las reivindicaciones populares resultantes, y de
de materias primas y en especial productos agrícolas inacción en materia de reforma agraria (que algunos
coloniales, que había comenzado en el siglo xIx, ter- decían ser en el interés de los industriales para ensan=
minado con la crisis de los años 1930, y sólo breve- char su mercado interno). En una palabra. en el
mente resucitado durante los años 1940-1955 a causa plan nacional hubo que abandonarla política “popu-
de las guerras, ahora parece haber llegado a su fin lista” de concesiones económicas, sociales y políticas
definitivo. Este reemplazo de “vacas gordas” por “va- a ciertos sectores populares y reemplazarla por una
cas flacas” es la causa principal de la renombrada “estabilización” de los intereses burgueses, tanto mi-
crisis actual de la agricultura latinoamericana y de 'nero-agropecuarios comoindustriales, que necesitaban
los cambios en el modo de producción que en ella divisas altas y salarios bajos.
presenciamos, Pero a diferencia de los años 1930, a La otra opción —no alternativa sino necesariamente
partir de 1955 la escasez resultante de divisas para adicional— para poder continuar con el crecimiento
importar “cuantitativamente” ya no podía impulsar industrial a base de la “sustitución de importaciones”
un desarrollo industrial semiautónomo hacia adentro, era la de recurrir a las empresas extranjeras para sus-
sino por el contrario tuvo que limitar este mismo des- tituir las importaciones —y a la industria nacional—,
arrollo que ahora era “estratégicamente” dependiente y pedir empréstitos de los eobiernos extranjeros de
de estas importaciones, a menos que se encontraran estas empresas para cubrir el déficit en el presunuesto-
fuentes alternativas —o “sustitutivas”— para financiar nacional. Así que, en forma análoca a la de la época
el continuado crecimiento industrial. Y la continua= del imnerjalismo clásico del sielo pasado. en la segun
ción de este crecimiento industrial, más que deseable da mitad de este sielo, cuando el desarrollo neoimpe-
por razones de “política de desarrollo nacional”, se rialista, en especial de los Estados Unidos, por razones
hizo económicamente necesaria para la burguesía cu- internas a éste, generó y dirició hacia Latinoamérica
yas utilidades provenían de la industria, y política- y otras partes del mundo su “inversión y ayuda ex-
mente conveniente también para ella si quería con- tranjera”. ésta fue muv bien venida por la burenesía
servar el apoyo de las capas medias (altas) que se latinoamericana, también por motivos que obedecen al
habían acostumbrado a consumir estas manufacturas. subdesarrollo interno, aunque por supuesto este sub-=
Pero para los países “avanzados” (con la excepción desarrollo es a su vez parte integral del desarrollo
parcial de México, que podía recurrir al turismo como imperialista, Estos nuevos cambios en la dependencia
nueva fuente de divisas), las alternativas que se pre- económica (y político-militar), la consecuente trans-
96 97
! y ó ja. Y no debe olvidarse algo que es quizás.
la resultante nueva política del subdesarrollo de la “aún más revelador. Los mismos Rómulo Betancourt,
burguesía local, serán objeto de examen en la sección José Figueres, Muñoz Marín, Arévalo, Haya de la
final de este ensayo. Pero puesto que este nuevo “des- Torre (aunque éste nunca alcanzó el poder) y quizás
arrollo” es también consecuencia necesaria de aquella aún Juan Bosch (aunque éste en un tono diferente
dependencia económica y política de clase anterior 'que responde a la situación particular de su país), que
en Latinoamérica, debemos primero evaluarlas en tér- antaño cantaron el himno nacionalista del desarrollis-
minos del criterio del desarrollo. mo democrático-populista, hoyse hacen eco igualmente
¿Cómoevaluar, pues, las reformas y la “política del de los intereses ahora entreguistas y represivos de sus
desarrollo hacia adentro” que algunas burguesías la- mismas burguesías en su actual condición de neode=
tinoamericanas emprendieron durante las décadas del - pendencia bajo el neoimperialismo. Ante cualquier
230 y 40'? A primera vista y superficialmente podría cargo de inconsistencia lanzado contra ellos, estos
parecer que en realidad lograron el “despegue” hacia señores podrían contestar con toda razón que no hay
el desarrollo que a menudo se les ha atribuido. Pero ninguna y que ellos son perfectamente consistentes
no debe olvidarse que a primera vista la “reforma” al permanecer consecuentes con los intereses —por
de la “independencia”, la reforma, y quizás aún más cierto cambiantes— de las burguesías que ellos repre=
el crecimiento, durante la época del imperialismo clá- sentan. Y, como a lo largo de casi toda la historia
sico del siglo pasado, también parecían significar lo latinoamericana, hoy día estos intereses lumpenbur-
que hoy denominamos “desarrollo”. Sin embargo, .gueses en Latinoamérica propician el desarrollo del
aunque no se debe y no se puede desconocer el pro- lumpendesarrollo.
greso que Latinoamérica vivió durante aquella época, Así, importa mucho comprender no sólo los éxitos,
la historia nos enseñó que dentro de la dependencia sino también las limitaciones de este período, porque
(neo) colonial del capitalismo mundia!, este progreso algunos problemas políticos principales del presente
también tuvo su contrapartida necesaria del desarrollo derivan de la supervivencia del vástago deforme y de
del lumpendesarrollo en Latinoamérica —y más, como los esfuerzos de cierta gente por animarlo a producir
intentamos demostrar en este ensayo, que la misma ctro hijo semejante.
política del “desarrollo” de la lumpenburguesía latino- Este desarollo industrial, este nacionalismo burgués,
americana resultó ser el instrumento eficiente de la cre- esta alianza de la clase obrera con elementos burgue-=
ciente dependencia y del mismo subdesarrollo—. Ahora ses nacionales en contra del imperialismo y de los
bien, también en nuestro siglo lo han sido las políticas intereses exportadores latinoamericanos y toda la su-
de clase de estas burguesías latinoamericanas, que a la perestructura ideológica que les acompaña, fueron el
par con el desarrollo neoimperialista han conducido a producto de circunstancias históricas particulares que
la neodependencia y al subdesarrollo todavía más agu- on definitivamente a su fin con la recuperación
do de hoy. Sin desconocer las contradicciones no- de la metrópoli después de la Segunda Guerra Mundial
antagónicas entre diversos sectores de la burguesía y y con los importantes cambios por los que han pasado
sus manifestaciones políticas, debe reconocerse que en la metrópoli y el resto del mundo desde entonces, par-
el fondo fue la misma burguesía que se hizo repre- ticularmente la revolución tecnológica y la militariza-
sentar primero por un Getúlio Vargas y después por ción de los Estados Unidos yla revolución y desarrollo
un Castelo Branco y Costa e Silva: por un Justo, un socialistas en algunas ex colonias de la metrópoli. Estos
Perón y ahora por un Onganía: por un Cárdenas acontecimientos, los cambios de la estructura de neo-
que designó como su sucesor a Avila Camacho y éste dependencia en el neoimperialismo, imposibilitan la
a Miguel Alemán hasta llegar a Díaz Ordaz y Luis continuación de tal desarrollo nacionalista burgués en
99
érica EAS ene do sueño
Tecomenzarlo ES el futuro; es decir, utópico para la
burguesía, pero políticamente suicida para el pueblo,
Y esto es así no sólo en América latina, sino también,
como enseña la experiencia de las nuevas neocolonias
de Africa, Asia y particularmente Indonesia, en toda
-la parte colonial del sistema imperialista en general.
El neoimperialismo y la neodependencia hacen que
la nueva lumpenburguesía neocolonial vuelva a im=
poner una política del lumpen o subdesarrollo en La= Enesta sección final del ensayo no se pretende hacer:
tinoamérica. Veamos cómo y por qué. un examen teórico o exhaustivo del neoimperialismo_|
y de la neodependencia en Latinoamérica (examen
que en los últimos tiempos es objeto de estudios inten-
sivos por parte de muchos otros autores), sino que se
aspira, apenas, a colocar éstos en su debido contexto,
- que indica cómoel resultante proceso de subdesarrollo
actual es la continuación en nuestros días de esen- |
cialmente los mismos procesos fundamentales de depen=
dencia, transformación de la estructura económica y
de clases, y política lumpenburguesa del subdesarrollo
que hemos presenciado a lo largo de la historia. Para
examinar este proceso y con ello demostrar nuestra
tesis nos basaremos en la más intachable evidencia
proporcionada por los más autorizados portavoces de
la propia burguesía norte y latinoamericana, como lo
son el Departamento de Comercio de los Estados |
Unidos y en especial los informes oficiales preparados -
por la Comisión Económica para América Latina de
las Naciones Unidas (CEPAL) para su xm período
de sesiones en Lima, Perú, del 14 al 23 de abril de
1969 para evaluar “el primer decenio... .” e inaugurar
“el segundo decenio de las Naciones Unidas para el
desarrollo”, (Referencias entre paréntesis serán por
número de documento y de página a éstas y otras
publicaciones de la cEPAL, a menos que se indique
cosa contraria. La lista de los documentos correspon-
dientes se encuentra al final entre las fuentes citadas.)
Podemos empezar nuestro análisis del neoimperia-
lismo y la neodependencia con el examen de dos
hechos fácilmente calculables —y quizá por ello un
tanto superficialmente—, que son la tasa de creci-
miento económico y la descapitalización de Latino-
básicas, las mecánicas y aun la química—
ca hacia el exterior, antes de tratar de averiguar las que se han visto más notoriamente frenadas en
as de las causas estructurales y políticas de estas
'ncias. A pesar de —o quizá mejor dicho, a
su desarrollo en el último decenio” (830/p. 11). Más
aún, un estudio del caso brasileño agrega: “Estas con-
causa de— la renovada integración dependiente de
clusiones no sugieren que la industria de bienes de
Latinoamérica en el desarrollo imperialista y tal cual capital pueda cumplir el papel de «sector dinámico»
ha ocurrido varias veces en la historia del desarrollo (leading) que le fue asignado en el crecimiento futu=
capitalista mundial, la recuperación de la metrópoli ro del Brasil (...); la industria de bienes de capital
después de la crisis de la depresión y la guerra, lanzó _ parece haberse agregado a la lista de industrias «vege-
sun hálito negativo sobre el desarrollo económico lati- tativas»” (Leff, p. 178).
noamericano. Conforme a los cálculos de la cePaL
Mientras tanto, la reintegración de Latinoamérica
(en Estudio económico de América Latina, de 1963,
en el desarrollo imperialista ha conducido a una tal
1966 y 1968), la tasa de crecimiento anual del ingre-
so nacional per cápita en Latinoamérica declinó du-
descapitalización de Latinoamérica hacia el exterior,
que aun la burguesía latinoamericana pone ahora el
rante cada período de cinco años, a partir de la
guerra, desde el 4,8 por ciento en 1945-1949 a 19
grito en el cielo en una tentativa de presionar a su
socio mayor en la explotación del pueblo latinoameri=
durante 1950-1955, el 1,4 por ciento para 1955-1960
y el 1,2 durante 1960-1966, La tasa de crecimiento cano para que le conceda un mejor trato en la repar-
tición de los beneficios resultantes:
del producto bruto nacional declinó desde el 5,1 por
“Es creencia generalizada que nuestro continente
ciento durante la década de 1950 al 4,6 por año, en- está recibiendo una ayuda real en materia financiera,
tre 1960 y 1966. La producción agrícola per cápita Las cifras demuestran lo contrario. Podemos afirmar
aumentó sólo 0,5 por ciento al año entre 1950 y que Latinoamérica está contribuyendo a financiar el
1966,pero según rao,ella declinó 7 por ciento desde desarrollo de Estados Unidos de América y de otras
su promedio 1934-1938 hacia 1963-1964 (pao 1964/
p. 16). Más interesante es la declinación experi- naciones industria'es. Las inversiones privadas han:
“mentada por la tasa de crecimiento de la producción significado, y significan, para América latina que los
montos que se retiran de nuestro continente son varias
industrial manufacturera, que fue del 7,2 por ciento veces superiores a los que se invierten. Nuestro capital
al año en el período 1936-1949 (mi estimación de
potencial se empobrece. Los beneficios del capital in=
1659 Add. 1, Cuadro 20), del 6,8 durante la década vertido crecen y se multiplican enormemente, pero
| del *40, del 6,3 en la década del '50 y del 5,4 y toda= 'no en nuestros países sino en el extranjero. La llamada:
vía bajando desde 1960, de modo que su relación ayuda, con todos los condicionantes que conocemos,
«con la tasa de crecimiento del producto interno bruto significa mercado y mayor desarrollo para los desarro-
también declinó durante los últimos tres períodos, des- lados, pero no ha logrado por cierto compensar las
de 1,4 a 1,3, a 1,2 (830/p. 12). Esto quiere decir, sumas que salen de América latina en pago de la
según la ceraL, que “el sector industrial ha ido dejan-
“do de ser un factor dinámico dentro de la economía deuda externa y como resultado de las utilidades que
latinoamericana tal como fue durante la depresión y genera la inversión privada directa. En una palabra,
tenemos conciencia de que es más lo que América latina
laSegunda Guerra Mundial para convertirse so'a- da que lo que América latina recibe. Sobre estas reali-
mente en un sector que acompaña a los demás sin
transmitirles un impulso especialmente estimulante. dades no puede basarse una solidaridad, ni siquiera
una cooperación estable o positiva” Esta afirmación
Es más, puede señalarse que son las ramas industria-
oral de Gabriel Valdés, ministro de Relaciones Exte-
les que tuvieron las tasas de crecimiento más altas al
riores de Chile, hecha a Richard Nixon, presidente
comenzar el período de referencia —es decir, las
103
los e. uv., en la Sala de Gabinete de la Casa a,y
Y E a empresas
“Blanca, el 12 de junio de 1969, deriva su autoridad ll aciendo a una parte desconocida dl O
no sólo de los que estaban presentes (todos los emba- ciento adicional del total de divisas que Aé
latina paga por “otros servicios”, más otro 10 por
ciento por transporte y 6 por viajes lo cual sitúa todos
cialmente designado de todos los ministros de Rela. los pagos por servicios inmateriales (distintos de los
ciones Exteriores latinoamericanos (excepto Cuba) bienes materiales) en aproximadamenteel 65 por cien-
que se reunieron recientemente en Viña del Mar y to de las ganancias de divisas obtenidas por América
aprobaron en forma unánime una declaración, que, latina, o aproximadamente 8 por ciento de su producto
a pedido de ellos, debía ser entregada personalmente bruto nacional (computado a base del .wB en 696/6).
1 por su colega Valdés al presidente Nixon. De hecho, Comparativamente, Latinoamérica gasta cerca de 2,6
el financiamiento externo neto, calculado por la CEPAL, por ciento de sus PNB para educación (Lyons, p. 63).
que incluye la reinversión de ganancias retenidas en El Departamento de Comercio de Ez. uu. calcula
América latina, promedió un 10,3 por ciento de la los flujos totales de capital por cuenta de inversión
¡inversión bruta en Latinoamérica, durante 1955-1959. privada, entre 1950 y 1965, desde los 2. uu. a Lati=
- Después de la iniciación de la Alianza para el Pro- noamérica: 3.800 millones de dólares; desde Latino-
greso, en 1961, la participación extranjera dismi- américa a EE. UU, 11.300 millones, Lo que deja,
muyó al 7,4 por ciento durante 1960-1964, y des- tal cual lo señaló el ministro Valdés, un flujo neto
pués al 4,3 para 1965-1966 (831/p. 15). Dejando desde la pobre América latina a los ricos 2. uv. de
de lado la reinversión y examinando sólo los flujos 7.500 millones de dólares (Magdoff, p. 228).
internacionales de capital, la cepaL señala que la sa Podemos preguntar cómo las firmas extranjeras
lida de capital financiero aumentó desde el 184 obtienen estas utilidades de exceso, que además ellas
por ciento de todos los ingresos de divisas por ex- subestiman, para fines de los impuestos de los EE. UV,
portaciones de América Jatina, en el período 1950- antes de entregarlas al Departamento de Comercio y
1954, al 25.4 durante 1955-1959, para llegar al antes de que éste las sume para entregarlas a nosotros.
386,1 por ciento en 1965-1966 (831/p. 37). Esas ¿Es que las utilidades sobre capital fijo y variable
salidas de capital incluyen solamente las utilidades, son tan altas en Latinoamérica? He aquí sólo una
intereses y pagos de amortización de América latina parte pequeña de la respuesta. La parte principal
que pueden atribuirse directamente a la llamada ayu- la proporcionan los directores de las corporaciones,
da e inversión extranjera. Y durante los últimos tres según testimonio personal, y el Departamento de Co-
años, esos pagos han aumentado tanto que superan mercio por medio de cifras. Frederic G. Donner, pre=
la entrada de capital extranjero (816/p. 94). Pero sidente de la Junta de General Motors Corporation,
“sia esas salidas de capital agregamos las registradas
informa: “Permítaseme resumir nuestro record de ul-
en la balanza de pagos a título de donaciones, trans-
tramar durante los últimos quince años en términos
— ferencias y errores u omisiones en flujos de capital,
de algunas mediciones objetivas de realización comer=
cuyo origen no puede identificarse fácilmente como
nacional o extranjero, la proporción de pagos de ser- cial. A fines de 1950, el valor del capital de trabajo
vicio financiero por Latinoamérica asciende a más o neto y bienes fijos de la General Motors en ultramar
menos el 22 por ciento en 1950-1954 y al 42 en 1965- ascendía a 180 millones de dólares. (...) Al finalizar
1966 (696/pp. 238-247), y llega al 50 por ciento 1965, esta inversión había aumentado a 1,100 millo=
hi para Brasil, México, Chile y Colombia (816/p. 13). nes de dólares, o sea aproximadamente seis veces el
l No obstante, estas cifras no incluyen los pagos por monto de 1950. Esta expansión fue lograda casi
enteramente con recursos financieros generados me-
A Ñ Mi
ruey of Current Business, del Departamento de
te las operaciones de General Motors en ultramar ercio de los EE. UU., correspondiente a agosto
y mediante empréstitos locales que podrían ser can-
- celados con ganancias locales. Como resultado (...), setiembre de cada año posterior al año mencionado).
No debe sorprender, pues, que un estudio sobre
nuestras subsidiarias en ultramar remitieron a los Brasil también señale que “las empresas extranjeras
EE.UU. alrededor de las dos terceras partes de sus en general no trajeron consigo su capital circulante,
a (Donner, p. 109). El Departamento de
sino que dependieron de los bancos y disponibilidades
É io de los EE. uu., bajo el título Financing
locales. En algunos casos, las empresas extranjeras
U.S. Direct Foreign Investment, en un cuadro sobre también construyeron sus fábricas con recursos de la
“Fuentes y usos de fondos de empresas de inversión economía nacional brasileña”, y se hace hincapié en
directa, por área e industria seleccionadas, 1959-1961”,
el hecho de que estas empresas equiparon sus fábricas
proporciona el panorama global; en 1961 las fuentes con equipo “disponible para la empresa a un costo
totales de fondos de inversión extranjera en todas las de oportunidad apenas mayor que su valor como hierro.
“áreas del mundo eran 8.217 millones de dólares, de viejo [scraf]”, asunto que volveremos a examinar más
los cuales 1.249 millones, o sea el 15 por ciento, eran adelante. El autor concluye que “si no hubiera sido
“fondos provenientes desde Estados Unidos”; 1.391 posible invertir a un costo capital relativamente bajo:
millones, o sea el 16 por ciento, eran “fondos obte-
para la empresa, probablemente hubiera habido mu-
nidos en ultramar”, fuera de las firmas de los EE. UU.,
cho menos inversión extranjera” (Leff, pp. 26 y 27).
y el resto eran ganancias en el extranjero y cargos por Además, tal cual el señor Donner puntualiza con
e depreciación. En el mismo año, las fuentes totales
respecto a la General Motors, “nuestra experiencia
de fondos de inversión en América latina eran de demuestra que nuestras inversiones en ultramar han
1.781 millones de dólares; los fondos traídos desde mejorado nuestra capacidad para exportar, vender y
los EE. uu. eran 110 millones, o sea el 6 por ciento
servir nuestros productos fabricados en los Estados
de los fondos totales, y los fondos adquiridos en el Unidos”. Esto es, virtualmente, todos los “fondos re-
extranjero, fuera de las firmas, eran 186 millones, gistrados que fluyen a Latinoamérica representan, en
o sea más de la mitad de los traídos desde los EE. vU.; realidad, la exportación (generalmente a sobreprecio)
el resto era, como de costumbre, ganancias locales
de abastecimientos, y a menudo de equipos obsoletos
y cargos de depreciación, muchos de los cuales son o depreciados para fines de impuestos, desde la oficina
a menudo manipulaciones de contabilidad que ocul- matriz situada en los Ee.vu, hacia la subsidiaria
tan las reales ganancias como costos supuestos (Survey
latinoamericana. Esta función estimuladora de la ex-
of Current Business, setiembre de 1962). Esto fue portación norteamericana es, en realidad, uno de los
en 1961. En el año previo, 1960, la proporción de
principales propósitos y realizaciones de la inversión
todos los fondos invertidos por los Er. uu. en Latino-
extranjera directa. En vista de tales datos, que du-
américa que realmente se trajeron desde ese país rante la década de 1960 se tornaron aún más desfa-
había sido el 5 por ciento. Pero en 1962 ésta decayó
vorables para Latinoamérica, no resulta sorprendente
al —1 por ciento, esto es que no se trajo ningún que la contribución de capital de la metrópoli impe-
IO capital y aun en la forma más brutal algo se sacó. rialista sea crecientemente negativa y que el drenaje
ple En 1963 la proporción fue 10 por ciento y para
de capital desde Latinoamérica sea cada vez mayor.
1 1964 nuevamente había decaído al 1 por ciento. Esto Pero todavía más grave que el drenaje de capital, es
hace que la inversión que realmente vino desde el efecto de la inversión y ayuda extranjera sobre la -
los er. uu, entre 1960 y 1964 alcanzó un promedio
estructura económica y de clase de Latinoamérica,
quinquenal del cuatro por ciento del total de la la-
Pero, primero, veamos otro problema colonial.
mada inversión “norteamericana” en América latina
107
de Aunque la arriba mencionada salida de capital, por las estimaciones de la GEPAL de esos pagos ex=
cuenta de financiamiento y otros servicios, crea una en que ya han aumentado al 36 por ciento del
permanente y siempre agravante crisis de la balanza total del ingreso de divisas en 1966, y siguen todavía
de pagos latinoamericana, el continente ha podido en aumento.) Suponiendo una base similar para los
hasta ahora arreglárselas para mantener un comercio dos cálculos de porcentaje, la adición de estos pagos
de exportaciones que excede las importaciones de mer- “al capital extranjero, estimados por la CEPAL, aumenta
cancías. Entre 1955 y 1966, mientras que la cantidad »el déficit virtual proyectado a un 33 ó 36 por ciento
de exportaciones aumentó a razón del 4,6 por ciento hacia 1975, y un 44 a un 48 porciento hacia 1980, si
al año, debido a la baja de los precios de las materias “incluimos sólo las utilidades e intereses que calcula
primas, el valor de estas exportaciones aumentó sólo Ja ceraL (831/p. 45). Pero si agregamos los pagos
en 3,9 por ciento al año, y a causa de los mayores amortización al actual nivel de deuda, a base de
costos de las mercancías manufacturadas, el poder los cuales se ha calculado el actual pago de capital
_adquisitivo de estas exportaciones aumentó sólo en del 36 por ciento, e incluso si olvidamos el casi seguro
33 al año. Entretanto, el valor de las importaciones aumento de los pagos de amortización a medida que
aumentó a razón de 3,8 por ciento anualmente, y los aumente el nivel de la deuda, y no tomamos en
pagos arriba mencionados a capital extranjero aumen-= cuenta los flujos adicionales de capital del 10 por
faron a una tasa anual de 8,9 (825-1/p. 172). Para ciento antes mencionados, el déficit virtual habrá ya
el futuro previsible la cera considera que “las pers- aumentado a más del 50 por ciento en 1975 y a más
pectivas de crecimiento de las exportaciones de mate- del 60 en 1980, Todas estas proyecciones se basan
ría prima son francamente desalentadoras para los en la presunción, irrealmente optimista, de una tasa
países en desarrollo” (816/p. 22), y que “las proyec- de crecimiento económico anual superior al 6 por
ciones de la Fao (Food and Agricultural d: ciento, en el futuro, mientras que la verdadera tasa
tion de la onu) conducen a una conclusión todavía de crecimiento ha sido menos del 5 por ciento en el
más pesimista” (816/p. 26). En vista de las tarifas pasado. Cualquiera estimación realista del déficit co-
discriminatorias de los países desarrollados, que la mercial que encara Latinoamérica en un futuro muy
UNCTAD trató infructuosamente de rebajar, las ex- "próximo resulta, pues, tan pavorosa que nadie parece
portaciones de manufacturas latinoamericanas han “estar deseoso de formularla.
auspicios de la Asociación Latinoamericana de Libre Al buscar las causas de estas tendencias y al obser-
- exportaciones en 1955-1957, al 5 por ciento en 1964- var las manifestaciones institucionales e instrumentales
1966; y dos tercios de este aumento corresponden ya señaladas por las fuentes citadas, tenemos eviden-
al comercio dentro de Latinoamérica, el que, dicho “temente que examinar las nuevas modalidades de Ja
sea de paso, se realiza en su mayor parte bajo los ¡inversión extranjera en la industria y las instituciones
auspicios de la Asociación de Libre Comercio Latino- financieras de Latinoamérica, y sus consecuencias para
americano y del Mercado Común Centroamericano, la estructura económica y la política de clase burguesa.
por firmas extranjeras, que en su mayoría son norte- El valor libros de las inversiones directas de em-
americanas (816/p. 65). presas norteamericanas en Latinoamérica, que fue de
, Proyectando hacia el futuro esta tendencia comer- 3.803 millones de dólares en 1950, ya alcanzó los 9.391
cial extranjera, la CEPAL estima “un déficit virtual millones de dólares en 1965 y ahora con mucho so-
comercial” del 14 al 17 por ciento en 1975 y del 19 brepasa los 10.000 millones (datos del Departamento
al 23 porciento en 1980, sin contar los pagos al capi- ¡de Comercio de los ze. vu., citado por Wionczek b,
tal extranjero, que la ceraL calcula en 19 por ciento -p. 681), y en los principales países de la región, una
para 1975 y en 25 para 1980 (aunque, como dijimos creciente parte, que hace tiempo rebasa la mitad
108 109
e ada TS ES se ba en in-
dustria Es más, como lo señala la propia CEPAL, “el tecnológico”. Al respecto, un estudio sobre la
capital privado extranjero que llega en forma de inver- lustria de bienes de capital en Brasil hace notar
siones directas, ya sea solo o en asociación con empre- “las empresas extranjeras se vieron alentadas en
sarios nacionales (...), representa una competencia us Operaciones ultramarinas por la posibilidad de
excesivamente difícil para los inversionistas naciona- ¡plear equipo de segunda mano disponible a precios
les (...) y suele significar serias limitaciones en la ivamente bajos, permitiendo que el componente
idad posterior de acumulación de capital por equipo de su inversión les saliera a un costo de
de los empresarios nacionales. Asimismo, la pital bajo. Todas las empresas extranjeras del
tendencia del capital extranjero, que se ha acentuado or (de bienes de capital) hicieron gran uso de
notoriamente en los últimos años, a adquirir total o po usado que caso contrario hubiera sido deshe-
parcialmente empresas industriales en funcionamiento o como obsoleto en sus fábricas matrices. (...)
en los países de América latina, lejos de significar empresas nacionales también han hecho gran uso
un impulso positivo a las actividades industriales de tal maquinaria de los países avanzados y casi
la región, suele implicar una creciente salida de re- lo su gran equipo se compró de segunda mano”
cursos financieros, sin la creación de nuevas capa= '(Leff, pp. 26 y 27). El resultante crecimiento del
cidades productivas que pudieran justificarla” (830/ ital intensivo” de la industria en Latinoamérica
pp. 46-47). sería inconveniente por sí solo, si no trajera múl-
Esta política de inversión “extranjera” —que se tiples consecuencias adicionales, algunas de las cuales
realiza predominantemente con capital latinoamerica- eden resumirse: dependencia tecnológica, “desarro-
no, como claramente lo señalan el señor director de y” de bienes y servicios que no alientan sino que
la General Motors y el Departamento de Comercio frenan el desarollo económico y social, enajenación
de los ee. uu.— obedece a necesidades de los gran- control financiero de la economía nacional, “des-
des monopolios “multinacionales” que surgen de las ollo” y mantenimiento de instalaciones industriales
contradicciones del desarrollo imperialista mismo, ana= y la ilustración de este desarrollo del sub-
lizado por Baran y Sweezy, Magdoff y otros. Excede- ollo en la industria automotriz, que podemos
ría el marco de nuestro ensayo examinar esta proble- ninar a continuación.
mática aquí, pero no podemos dejar de anotar uno de La cepa señala con su característico lenguaje di-
sus elementos ya enfatizado por Ruy Mauro Marini, “plomático: “La dependencia tecnológica del exterior
que tiene especial importancia para definir “el nuevo y el desarrollo industrial primordialmente en mercados
carácter de la dependencia”, como lo denomina Theo- ionales y altamente protegidos influyeron para que
-tonio Dos Santos. Para poder mantener su rápido o se planteara en los hechos el problema de la selec-
ritmo de desarrollo tecnológico y su nivel de utilidades de técnicas productivas más de acuerdo con las
monopolistas, las “empresas multinacionales” se ven - acterísticas de la región y los recursos disponibles
obligadas a colocar su equipo recién devenido obso- ella. (...) Esta falta de políticas adecuadas no
leto, pero todavía muy servible, en alguna parte donde ólo se dejó sentir en el sector empresarial privado,
no compite con su producción en la matriz y todavía o también en el ámbito gubernamental respecto a
le proporciona utilidades (además, la política guber- actividades industriales que los gobiernos manifes-
namental de concederles a estos monopolios liberales on interés en promover. Muchas de las decisiones
ventajas impositivas en materia de depreciación y re- se tomaron con criterio técnico (...), la subordi-
posicionesalienta el mismo proceso) ; colocar este equi- "nación de la región a las áreas industrializadas en
po en sus subsidiarias en Latinoamérica y otras regio- “materia de tecnología ha traído consigo una serie de
10 111
repercusiones que hoy afectan su nivel de costos y lag de la confabulación de éstos con el financia-
posibilidades de una expansión más acelerada, (...) to de la producción y la comercialización de los
Esta dependencia del exterior no se manifiesta sola- es y servicios generados por la integración neode-
mente en las técnicas de fabricación, sino en el acceso liente en el desarrollo neoimperialista. La CEPAL
a los diseños y al engineering que acompaña la pro- bserva en otro documento más: “El establecimiento
ducción de los mismos (...)” (830/pp. 24-26). Aun= 9 ampliación de un sector de bienes de consumo du-
que la ceraL agrega que “la explicación (...) es sin dero, de bienes costosos, como automóviles, televi-
duda la ausencia en la región de la investigación cien- jores o refrigeradores (...) faltando esta condición
tífica y tecnológica industrial” (830/p. 26), la cansa- se del consumo masivo de los países desarrolla-
ción es más bien al revés: la dependencia latinoame- 1 tiende a depender de la extensión y ampliación
ricana de los diseños y el engineering metropolitano e las facilidades de financiamiento y de los recursos
limitan la demanda local para el: desarrollo latino- monetarios para proveerlas. En el fondo, pues, aho-
americano de la investigación y tecnología de acuerdo s y disponibilidades de distinto origen, incluso cré-
con sus propias necesidades y potencial, o exterior, son absorbidos por esos usos y alejados
En otro documento, la ceraL identifica una dimen= una hipotética y directa contribución a la for-
sión adicional: “Estas presiones determinan una con= ción de capital reproductivo. El sistema de inter-
formación de la estructura productiva del sector mo= ¡arios financieros que ha ido creándose en Améri-
derno caracterizada por su orientación preferente ha= latina, fuera de mostrar que una parte importante
cia la producción de bienes de consumo,especialmente los recursos que reúne se destina a fines ajenos a la
de bienes de consumo duradero relativamente sun= expansión de la capacidad productiva en un sentido
tuarios. Incluso la dimensión relativamente pequeña icto, también parece adolecer de una manifiesta
de producción de bienes de capital está orientada ha= ncia interna, (...) Varios de los intermedia-
cia el reforzamiento del aparato productivo destinado englobados en esta categoría [intermediarios tra-
al consumo en desmedro de las posibilidades de creci- ales] han preferido volcar su liquidez al finan-
miento del sector productor de bienes de capital que miento del consumo suntuario. No se está haciendo
tiende a apoyar un mayor desarrollo del resto de la erencia sólo al de bienes duraderos, Existen varios
economía y a asegurar su capacidad ulterior para icios, por ejemplo, los viajes turísticos al extran-
un desarrollo autosostenido, Esta última consideración ), que son financiados de esa manera,(...) El pro-
se ve acentuada además por las dificultades de la ma no se circunscribe a la acumulación personal.
región en su situación de pagos externos, que limitan que ver, en realidad, con todo lo que se deno-
la importación de bienes de capital y la hacen muy. «inversión financiera» y puede repetirse, por lo
voluble al abastecimiento desde el exterior de este: to, al nivel de las empresas o del propio gobierno.
tipo de bienes” (825-1/p. 74). Es decir que la depen- Ambos sectores pueden emplear, y en diversos grados
dencia tecnológica a nivel empresarial y la política o hacen,fracciones de su superávit en cuenta corrien-
“en el ámbito gubernamental” con respecto a la in- le en objetos como el financiamiento de sus consu-
versión “extranjera” —que según el Departamento de lidores o, en el caso del gobierno, la adquisición de
. Comercio de los EE. uu. se hace en un 96 por ciento ctivos existentes. En estos casos lo que es y aparece
con ahorros latinoamericanos— canaliza estos ahorros omo ahorro (e inversión) desde el ángulo del agente
en direcciones que limitan la “capacidad ulterior para: ómico en cuestión, no llega a serlo al nivel nacio-
un desarrollo autosostenido”. * (827/pp. 64, 127, 123, 64). “Pero no se trata
Pero no se trata solamente de la combinación de icamente de cuestiones relacionadas con el finan-
dependencia tecnológica y política gubernamental, niento del consumo (...). Al introducirse una
113
a EAN iaa
serie de eslabones entre la producción primaria y la de los bancos y otras instituciones financieras
de bienes finales industriales, que alarga el tramo de avanzado mucho más.
los nexos o fases intermedios, se incrementa automá- a bien, podría pensarse que esta penetración
ticamente el coeficiente de requisitos financieros direc» njera en las instituciones financieras nacionales
tos e indirectos por unidad de producto final. En se- Latinoamérica obedece a una “deficiencia genera-
gundo término, el radicarse con la inversión extranjera a en la región de los medios de financiamiento”
en el país de la producción de parte de los insumos n el ámbito nacional, como por una parte alega la
y bienes de capital que antes se importaban trae apa- pal (830/p. 33). En fin, también con una supues-
rejada la obligación de establecer los medios de finan- ¡falta de capital y divisas se pretende explicar y
ciamiento complementarios, que en el pasadose aten- ificar la llamada inversión y ayuda extranjera y la
dían en buena medida desde el exterior (caso de cia generalizada en que nuestro continente está
los créditos de suministro, por ejemplo) y sin olvidar iendo una ayuda real en materia financiera” des-
que los costos internos probablemente más elevados “el exterior, como diría el canciller chileno Gabriel
constituyen otro factor que aumenta las necesidades dés. Pero como le consta, las cifras demuestran
financieras. (... 9 contrario: “Podemos afirmar que Latinoamérica
Las principales fuentes de recursos de las corpo- contribuyendo a financiar el desarrollo de Esta-
raciones privadas colombianas son, en cuanto a capi- Unidos de América” y que la llamada “ayuda”
tal, los accionistas y bancos colombianos [en los cuales ialista está muy lejos de obedecer a una supuesta
la CEPAL no dice y seguramente no sabe cuánta parti- anterior de recursos latinoamericanos, ya que
cipación extranjera hay] que en un caso habían sus- falta es más bien posterior y creada por esta
crito dos tercios del mismo, la Corporación Financiera yuda”, Y al examinar los hechos, el posible engaño
Internacional e Inversiones Extranjeros. Las financie-
ogo acerca del financiamiento interno en Latino-
ras privadas pueden, además, emitir bonos y aceptar rica desaparece igualmente. De hecho, como le
depósitos; cuentan con préstamos del Banco Central a a la propia CEPAL en su documento dedicado
hasta el equivalente del ciento por ciento de su ca; Movilización de recursos internos, “podrían postu-
tal y del Fondo de Inversiones Privadas, constituido. e algunas hipótesis generales respecto de las relacio-
«por los recursos de contrapartida de los préstamos del es ahorro-inversión al nivel de las empresas. Una de
gobierno de los Estados Unidos al de Colombia. Las
es que el sector en su conjunto, probablemente
financieras se han constituido en una fuente princi-
¡peravitario en lo quese refiere a su capacidad para
pal de financiamiento del sector fabril colombiano, nciar su inversión real ( El ahorro de las
pero, asimismo, han contribuido a asociar empresas onas o familias parece (...) que, al igual que
extranjeras con firmas locales en el establecimient “empresas, ese sector tenga un excedente de ingreso
de empresas importantes en el campo de la petroquí- respecto a sus gastos corrientes (...). Parece
mica, fertilizantes, empacadoras de productos alimen- able suponer que una parte determinada del
ticios, fibras sintéticas y otros [.....]” (827/pp. 65 y 66, ), pero de gran significación estratégica, se apar-
126; las cursivas son nuestras) que, no está de n de los objetivos que importan formación de
observar, es, quizá no por acaso, precisamente el cam pital fijo y se desviaría hacia el financiamiento
po generalmente más controlado por el capital impe- rriente de las operaciones y hacia el antes comen-
rialista y específicamente por su supermonopolio mun o financiamiento del consumo duradero” (827 /p.
dial del petróleo. Comparado con Colombia, en los: Lo mismo se aplica a los importantes interme-
países más “avanzados” del continente, no sólo os financieros y al sector financiero como con-
inversión extranjera sino también el control impe- unto (827/pp. 123 y $s.). Uno de los principales
114
115
estímulos de este proceso son, precisamente, las EE.UU. y Europa; los de la industria
extranjeras y sus aparatos de distribución y publifirma
cidad,
s
lera eran del 14 al 240 por ciento y muy a menu-
que producen bienes de consumo durables que do el 60 por ciento más altos; y las materias primas
no
pueden ser absorbidos por el mercado mientras no. importadas (probablemente compradas por una sub-
estén acompañados por facilidades de pago a plazos —sidiaria “latinoamericana” a su oficina matriz metro-
todavía mayores que en la propia metrópoli. politana) eran el 49 por ciento más altas, antes de
Pero no sólo «el financiamiento, sino que, por la - pasar al consumidor latinoamericano (830/p. 35).
selección de tecnología y de los mismos productos: Así que la bienvenida y colaboración que las bur-
que la dependencia le impone al capitalismo latino- guesías latinoamericanas y sus gobiernos dan —no tan
americano, también las instalaciones industriales y sólo al control foráneo del financiamiento externo, sino
su
producción, lejos de ser deficitarias, se encuentran también del financiamiento interno y de la determi-
en
superávit en relación a la “demanda efectiva”, aunque, mación de los productos que se producen en los diver-
Por supuesto, no con respecto a la necesidad verdadera. sos países de América latina en condiciones en que
del pueblo latinoamericano: en 1966, la industria del este control foráneo no es tanto la consecuencia como
acero latinoamericana tenía una capacidad productiva más bien la causa de la escasez de oferta efectiva (aná-
superior en 48 porciento a la producción; la industria: loga a lo que los economistas llaman “demanda efec-
del papel y la celulosa usaban, aproximadamente, del tiva”) del capital invertible— demuestra que esta
68 al 71 por ciento de su capacidad (830/p. 34); en bienvenida y colaboración obedecen a una política
1961-1964, las industrias alimentos, — lumpenburguesa en función de sus propios intereses
de clase, que a la vez significan una política del
lumpendesarrollo para los pueblos latinoamericanos.
57 por ciento de su capacidad; la industria ecuato- El ejemplo más ilustrativo, y a la vez quizá más im-
riana, al 59 por ciento de su capacidad; la venezo-: portante de esta política, es el de la industria automo-
lana, en 1961, a menos del 50 por ciento de su capa- triz, que vale la pena considerar brevemente. Raúl
cidad (827/pp. 34 y 35). En el sector industrial bra= Prebisch, el ex director de la cepa, reseña: “Lo que
sileño de equipo pesado en 1960, “estimaciones deta ocurrió en la industria automotriz fue aleccionador.
lladas (...) hechas por la misión de la cepaL mues Nosólo varios países trataron de hacer lo mismo,sino
tran (...) que para la mayoría de los productos, la que hubo una proliferación inaudita de plantas anti-
proporción de utilización de capacidad era aproxima- económicas en un mismo país, Bastará con mencionar
damente entre 20 y 50 porciento [... . pero], de restar. que además de Argentina y el Brasil, países que en
la parte del mercado que en realidad se suministró. la actualidad disponen de fabricación propiamente
por importaciones, aumentaría el grado de subutiliza- dicha, hay cuatro países más —Colombia, México,
ción de la capacidad nacional a niveles aún más altos” ¡Chile y Venezuela— que mantienen plantas ensam-
(Leff, pp. 30 y 31). bladoras de vehículos y se encuentran en vías de
Para compensar el costo de subutilización de lanzarse a la fabricación. El mercado total latino-
capacidad, la industria monopólica de América latina americano para coches de pasajeros —estimado en
—que es cada vez más de propiedad extranjera y pro poco más de 300 mil unidades anuales— debería divi=
- tegida por aranceles y cuotas altas queles co dirse en un número cercano a los 40 fabricantes actua-
los gobiernos latinoamericanos — recarga al con les y potenciales, mientras que cada uno de los prin-
dor latinoamericano: así, en 1965-1966, los precios cipales fabricantes europeos entrega al mercado entre
de la industria química eran del 50 al 300 por ciento. 250 y 500 mil unidades anuales” (Prebisch, p. 143,
más altos que los precios de lista (sin descuento) en citado en Jiménez Lazcano, p. 63).
116 117
Esta proliferación de productores y plantas paraun - mientras los métodos que se emplean para pro-
mercado restringido y protegido trae consigo una evi- los automóviles constituyen “un paso para atrás”,
dente elevación de costos de producción y aun más mismafabricación de autos y la consecuente no pro-
de precios de venta. Pero también implica conside= ¡ducción de otras cosas implica otro paso aún más gi-
raciones cuya apreciación requiere un conocimiento itesco hacia atrás. Por ejemplo, se ha calculado que
técnico y cuya revelación requiere la falta de com= valor anual de la producción automotriz argentina
promisos o la honestidad de expertos como Leo Fens- a mediados de la década del *60 alcanzaría para dunli-
ter, un funcionario del sindicato United Automobile ¡car la red caminera de aquel país en cinco años, per-
Workers en los Estados Unidos que fue huésped de 'mitiendo un servicio popular de transporte mucho ma=
la gerencia de General Motors en la apertura de su si apenas parte de la misma inversión se hiciera
nueva fábrica de automóviles en Toluca, México: en camiones y buses en vez de automóviles particulares
“Hice un cuidadoso recorrido de la fábrica. Fue peor para el uso de la minoría adinerada (Peña y otros,
que arcaico. Pero porque fue deliberadamente arcaico, p. 33). Y esto en Argentina, que es quizás el país lati-
con lo obsoleto cuidadosamente planeado, (...) Glo= noamericano menos castigado por la distribución de
balmente, parece que tiene menos del 10 por ciento “ingresos y recursos. A la vez, tan sólo el insumo de las
de nuestra productividad potencial en los EEUU. ¿divisas (y no de los demás recursos) por la industria
(...) El hecho importante es que las prensas en itomotriz en Arcentina durante 1961-1964 fue equi-
Buenos Aires, como las máquinas en Toluca, no fue- ente al valor de todaslas exportaciones de aquel naís
ron ruinas anticuadas o quebrantadas. La maquina- durante un año de la misma énoca. y hubiera finan-
ría allí, también había sido nuevamente fabricada ciado el ciento por ciento del valor de las immortacio-
—para no producir (...). Yo le pregunté [a un inge- de maauinaria v equipo recuerido durante once
niero norteamericano después de su regreso] acerca
de la maquinaria Foote-Burt que vi en las plantas la= derureia y productos metálicos. metales no ferrosos, ce=
tinoamericanas, «Oh», contestó, «ésta es nuestra ma- mento, papel y celulosa, productos químicos básicos,
quinaria especial de baja producción» (...). La re- maquinaria, eouino y vehículos) para obtener un in-
vista [mexicana Sucesos, que había publicado un ar- nto del 2,8 por ciento en el producto por
tículo calculando que esto costó a México 180 millones ¡tante (ceraL. El desarrollo económico de la Argen-
de dólares en 1966 y que para el fin del decenio Ja a, parte I, p. 68, citado en Peña y otros, p. 34).
industria automovilística habrá drenado de México mil
Y los costos de la inversión “extranjera” y nacional
millones de dólares] no se dio cuenta del hecho de que
n una industria como la automotriz conducen todavía
las plantas mexicanas deliberadamente son equipadas
lejos hacia el subdesarrollo: la subutilización de
con maquinaria de baja productividad. Además, pa-
rece que esto tampoco lo sabe nadie más con la autori- recursos nacionales en la misma industria. el mal
dad, inclinación, oportunidad o valor para denunciarlo. iprovecharmiento de estos recursos con respecto a su
(....) Los latinoamericanos son totalmente sometidos a utilización alternativa en industrias más adecuadas pa-
los deseos y preferencias de las naciones industriales a la generación y autosustentación del desarrollo eco=
avanzadas. América latina no puede decir qué tipo de ómico, la contribución de la industria automotriz y
equipamiento debe instalarse; toma lo que le dan similares a la desigualdad de la distribución del
(...). Así, cada torturada pulgada de avance indus- o nacional, y la generación por las mismas in-
trial latinoamericano en realidad es un paso gigantesco strias de intereses económicos, sociales y políticos
para atrás” (Feneter, en The Nation, citado en Inter- creados y comprometidos con el mantenimiento de esta
continental Press, julio 28, 1969, pp. 753-755). misma política del subdesarrollo, todo repercute desfa-
118 119
- vorablemente sobre todas las demás industrias y laeco-
nomía nacional en su conjunto. trópoli en su propio sector agrícola (y de industrias
Quizá no está de más recordar nuevamente que el sintéticas) ha frenado el crecimiento de la demanda y
96 porciento de la inversión “norteamericana” en éstas precio para muchos productos agrícolas latinoamerica=
y otras ramas se hace con ahorros latinoamericanos, y nos, mientras el desarrollo monopolista de la industria
que esto sienifica que con la entusiasta cooperación del metropolitana ha limitado —como ya observamos— el
Estado y la empresa de la lumpenburguésía “nacional”, desarrollo industrial y todavía más su absorción de
esta inversión “extranjera” efectivamente obliga al ca- mano de obra en Latinoamérica. Dada la condición
pital latinoamericano a embarcarse en onerosas instala= de dependencia fneo]colonial de Latinoamérica dentro
ciones industriales que se aprovechan a medias y a me= del sistema capitalista mundial, el mismo desarrollo
dias se utilizan para ejecutar la “política del desarro- metropolitano y su traspaso de mano de obra agrícola
Mo” Ilumpenburguesa, que aumenta así cada vez más la a otros sectores crea ahora la necesidad para la agri=
dependencia y profundiza aún más estructuralmente el cultura latinoamericana de liberarse de mano de obra
desarrollo del sub y Iumpendesarrollo para el pueblo económicamente ociosa y a la vez impide que esta
latinoamericano, proceso que se vislumbra claramente mano de obra sea productivamente absorbida por un
en la resultante estructura del empleo y distribución desarrollo industrial. La evidencia —y las consecuen-
del ingreso, que podemos examinar a continuación. cias cada vez más graves— se encuentran en la estruc=
Las modificaciones en las modalidades de la depen= tura del empleo en los demás sectores de la economía
dencia económica han ocasionado importantes cambios latinoamericana, tal como lo demuestran las recientes
en la estructura del empleo en Latinoamérica durante investigaciones de la cepar y de la Organización Inter-
el medio siglo pasado y aun durante los últimos años. nacional del Trabajo (orr) de las Naciones Unidas.
Pero en función de un criterio de desarrollo, difícil La participación de la producción industrial en el
mente podría considerarse este cambio como un mejo- producto bruto interno de Latinoamérica aumentó
ramiento. El empleo en la agricultura y la minería desde el 11 por ciento en 1925, al 19 en 1950, al 22 en
declinó desde el 60 por ciento de la fuerza de trabajo - 1960 y al 23 en 1967. No obstante, la industria ema
en 1925, al 55 en 1950 y al 43 en 1969. En algunos pleaba el 14 por ciento de la fuerza total del trabajo
países de la región, por supuesto, el descenso ha sido en el primero de esos años, el 14 en 1950, el 14 en
bastante mayor, y en otros menor. Á primera vista esta 1960 y la misma cifra en 1969 (830/p. 5 y 831/pp.
tendencia podría considerarse como la contrapartida 79, 810). Esto quiere decir que el crecimiento indus-
natural de un desarrollo económico, ya que los países trial ha sido incapaz de ofrecer oportunidades de em-
metropolitanos experimentaron un fenómeno aparen-= pleo a un mayor volumen de fuerza de trabajo. A
temente similar en el curso de su desarrollo, Pero en decir verdad, mientras las industrias mecánicas metá-
los países metropolitanos el sector agrícola se articuló ; licas aumentaron su producción entre un 14 y un 25
complementariamente con los demás sectores de la por ciento entre 1950 y 1960, su participación en el
economía nacional, de la cual, a su vez, la agricultura empleo sólo aumentó desde el 18 al 21 por ciento
fue una parte íntegra. Aunque no sin ciertos desajus- (827/p. 45). La tendencia señalada es doblemente
tes transicionales, el desarrollo metropolitano permitió alarmante porque en tanto que la tasa de crecimiento
“el traspaso de la mano de obra agrícola a la industria del empleo total de manufacturación disminuyó desde
(y a países “nuevos” de ultramar). No así en Latino- el 2,6 en la década del '50 al 2,3 por ciento anualmente,
américa y otras colonias dependientes. Aquí el mayor desde 1960, la declinación correspondiente fue del 3,7
“desarrollo” agrícola se articuló, no con los demás sec- al 2,9 por ciento en el empleo fabril, mientras que la
tores de la economía nacional sino precisamente con la tasa de crecimiento del empleo artesano (cuatro per-
120 121
- sonas o menos por taller) aumentó desde el 1,5 al 1,6
por ciento (825-1/p. 55). Para el total del período, p “Jumen de desempleo más el desempleo equivalente de
puesto que el empleo industrial permaneció estancado los que son subempleados. Esta laboriosa estimación
en el 14 porciento,el relativo éxodo desde la agricul- expresa que el equivalente de 25 millones de personas,
tura debió ser absorbido en los sectores de la construc- 0 sea un cuarto de la población activa de Latinoamé-
ción y los servicios, que aumentaron su participación rica, no tiene empleo. De este total, la agricultura
de empleo desde el 26 por ciento en 1925, lentamente cuenta con 11 millones de personas, es decir el 45 por:
al 31 en 1950 y después, explosivamente, al 43 en 1969 : ciento del desempleo equivalente, y los ya mencionados
(825-1/p. 54). “otros servicios” y “actividades no especificadas” absor=
"Todavía más grave es el hecho de que 10 de estos ben casi 10. millones, que es el 39 por ciento del
12 puntos de aumento fueran absorbidos, en los últi- desempleo equivalente. Sumando el sector comercial
mos veinte años, por el comercio, la finanza y otros y financiero, que incluye los pequeños comerciantes, las
servicios, y por actividades no especificadas, los dos úl- tres últimas categorías incluyen 11,4 millones de perso-
timos de los cuales ya correspondían al 23 por ciento nas y el 45 por ciento de los no empleados, o casi el
de la fuerza de trabajo en 1969. Y más revelador es 14 por ciento de la población total de edad activa
que estas últimas actividades no especificadas, que (825-1/p. 65-66). De este enorme desempleo equiva»
“esencialmente no eran otra cosa que el desempleo o lente, los desempleados corresponden a menos de la
servicios marginales de la más baja productividad”, mitad y los subempleados a más de dos tercios del
aumentaran del 2,3 al 5,6 por ciento de la fuerza de total (825-1/p. 62).
trabajo durante esas dos décadas (825-1/pp. 54-57). En la década próxima, el problema del desempleo se
En otras palabras, los sectores de servicio literalmente agravará aún más. A fin de eliminar este desempleo,
improductivos absorbían el 30 por ciento del crecimien= absorbiendo tanto el crecimiento natural de la fuerza
to de la fuerza de trabajo desde 1925 a 1950, el 40 de trabajo como los cesantes ya existentes, el empleo
por ciento del crecimiento en la década de los *50, y tendría que aumentar a razón de 5,5 por ciento cada
casi la mitad del crecimiento de la fuerza de trabajo año, lo que requeriría una tasa de crecimiento del
a partir de 1960; y de ésos, más de la mitad iban a los producto bruto interno del 8 por ciento al año. En
otros servicios y actividades no especificadas (827/pp. realidad, sólo para absorber el aumento de la fuerza
51-52). > A de trabajo y para mantener el actual nivel de 25 por
La cerAL comenta: “El conjunto de estos anteceden- ciento de desempleo equivalente, se requeriría un au-
tes refleja las crecientes dificultades delsistema econó- "mento anual del 4 por ciento en el empleo, lo que a su
mico de muchos países latinoamericanos para absorber turno significa una tasa de crecimiento del 6,5 por
la oferta de mano de obra en forma suficiente y pro- ciento del producto bruto interno durante la década
ductiva. (...) Todo ello ha hecho que el desempleo y de los *70 (836/p. 34-35).
el subempleo, de manifestación relativamente débil en Para apreciarlo que esto significa, es necesario recor=
años anteriores, se hayan hecho cuando menos mucho dar que, durante la década de los "60, la tasa de creci-
más ostensibles en la década actual. La información 1 inientodel producto bruto interno ha sido sólo del 4,7
estadística disponible no permite apreciar la magnitud por ciento y que, con posterioridad al término de la
del fenómeno” (825-1/p. 61). Segunda Guerra Mundial, la tendencia de esta tasa
Sin embargo, la cerar (y simultáneamente la Orga- ha ido constantemente hacia abajo. La actual tasa de
nización Internacional del Trabajo de las Naciones crecimiento se logra con un nivel de una inversión
Unidas, que llega a conclusiones similares) ha hecho bruta del 16 al 17 por ciento del pnx, y que ha per-
estimaciones de desempleo equivalente; esto es, del vo- manecido a este nivel durante muchos años hasta
2hora, Para lograr una tasa de crecimiento del 7
123
La distribución del ingreso en América latina es mu-
más dispar que en los países capitalistas desarro-
nivel de desempleo (y, tal cual la cepaL lo señaló lados, para no mencionar a los países socialistas. Se-
arriba, aumentaría, sin embargo, peligrosamente la gún lo estimado para 1965,el 20 por ciento recibe sólo
brecha comercial), se requiere un aumento inme-
el 3 por ciento de todo el ingreso, o sea un promedio
diato de la inversión bruta de entre un 20 y un 23
por ciento o más del pai (836/p. 35). Esto es evi- de 60 dólares por año (a precios de 1960). El 50 por
"ciento más pobre, o sea la mitad de la población, recibe
- dentemente imposible con la actual distribución desi-
gual del ingreso y su disparidad mayor cada año, que “el 13 por ciento del ingreso o un promedio de más o
menos 100 dólares anuales (en El Salvador y Brasil,
es el problema siguiente que debemos examinar. En 15 y 20 centavos de dólar diarios). Al mismo tiempo,
“consecuencia, podemos estar ciertos de que el problema el 20 por ciento más rico de la población recibe el
del desempleo, con todas sus consecuencias políticas y so. 63 por ciento del ingreso nacional, y el 5 por ciento
ciales, inevitablemente, adquiriría proporciones todavía más rico de ellos recibe el 33, o sea más de la mitad
más enormes en la década venidera, a menos que Amé- de ese ingreso, y el 1 por ciento más rico de la pobla=
rica latina experimente un cambio total en su estrue- ción total recibe más de la mitad de eso, o sea el
tura colonial y de clase. En el Hemisferio Occidental, 17 por ciento' del ingreso nacional. En consecuencia,
solamente Cuba ha logrado eliminar el desempleo. “el 1 porciento de la población de Latinoamérica recibe
La distribución del ingreso y otras características so-
alrededor de uno y un tercio (1,33 por ciento) del
cioculturales no deben ser confundidas, como a menu- total de ingreso querecibe el 50 por ciento (o la mitad)
do lo son porla ciencia social anglosajona, con la es-
tructura de clase. La distribución del ingreso es conse-
más pobre de todos los latinoamericanos, A modo de
comparación, la mitad más pobre de los ciudadanos
cuencia de la estructura y política de clase, así como norteamericanos recibe el 24 por ciento, o sea casi dos
esta última es consecuencia de la estructura colonial, veces ese ingreso relativo, y, por supuesto, varias veces
Sin embargo,si la estructura de clase y determinadas más capacidad adquisitiva absoluta, en tanto que el
políticas de clase refuerzan la estructura colonial, tam- 20 por ciento másrico recibe el 45 por ciento del ingre-
bién la distribución del ingreso refuerza a su turno la so nacional de EE. vU., o sea dos tercios de la partici-
estructura de clase. Desde el comienzo de los tiempos pación de los latinoamericanos (DI/pp. 160-161, y el
coloniales españoles, la estructura colonial y de clase 1 porciento estimado a base de 107 y 105). Asimismo,
determinaba una gran desigualdad en la distribución parte de los más pobres receptores de ingreso en los
del ingreso, lo que limitaba gravemente el mercado Estados Unidos son sólo temporalmente menesterosos a
interno, e inducía a la burguesía latinoamericana a in- causa del desempleo cíclico, mientras que los pobres
vertir y gastar los excedentes expropiados a los obre- latinoamericanos lo son en forma permanente debido
ros rurales, mineros y urbanos, para vigorizar los víncu- al desempleo, el subempleo o la baja productividad de
1 los coloniales con la metrópoli y, por ende, para de- empleo estructural. El 40 porciento de ellos, o sea 100
|sarrollar el subdesarrollo. Los fundamentos del mismo millones de personas, carecen permanentemente del in-
mecanismo todavía funcionan en América latina; o, mínimo necesario para el “acceso mínimo” a las
mejor dicho, vuelven a funcionar, después de la re- ocibilidades ofrecidas por la vida civilizada contem-
cuperación de la metrópoli imperialista desde el ago- poránea(...) en Latinoamérica” (827/pp.65-67).
tamiento del proceso de desarrollo que había sido Lo que es más, la distribución del ingreso se está
acompañado por una relativa igualdad de la distribu- tornando crecientemente más desigual como resultado
ción del ingreso en los principales países latinoamerica- del desarrollo del subdesarrollo aún más estructural,
nos, entre el término de la Depresión y la Guerra de antes mencionado. Eneste aspecto los análisis son muy
Corea.
125
124
escasos; no porque sea difícil hacerlos, sino porquese- os ahora algunas de las implicaciones de esta
- Han muy alarmantes y políticamente inconvenientes. bución del ingreso. Para empezar, la mitad de la
El reciente crecimiento de las clases medias latinoame- población que recibe sólo el 13 por ciento del ingreso
ricanas ha sido ampliamente proclamado como un pro- "nacional, evidentemente no puede comprar en abso-
ceso social y económicamente democrático, Pero vea= Juto bienes de consumo duraderos, Y el 45 por ciento
mos de dónde proviene su creciente participación en el de los receptores de ingreso invierte sólo el 3 por
ingreso nacional. Entre 1950 y 1963, el 20 por ciento ciento de él en bienes de consumo durables. En con-
más rico de los receptores mexicanos de ingreso redujo “secuencia, virtualmente la producción total de las gran-
su participación en el ingreso "nacional desde el 60 al ¡des (y en su mayoría de propiedad extranjera) fábricas
58,5 porciento, pero “la aparente declinación en 1963 de automóviles, refrigeradores, etcétera, está destinada
puede estar exagerada”, dice la cepaL, a causa de las al 5 por ciento de la población de Latinoamérica
peculiaridades de los procedimientos de declaración de (827/p. 46n). Nadade raro, pues. que el enorme apa
ingresos en México, que resultan de subestimar los rato productor sea altamente ineficiente y permanezca
altos ingresos (DI/p. 103m). En consecuencia, el 20
por ciento más rico vio su participación del ingreso
semiocioso,
Así. pues, en un círculo vicioso o, peor, una espiral
eos cuando más, en un 1 por ciento. Mientras
de subdesarrollo, esta distribución del ingreso no esti-
tanto participación del 50 por ciento más re mula el ahorro (DI/p. 33), —aunque, como vimos
declinó desde el 18,1 al 15,4, o sea casi tres Luna y “antes, los ahorros de este sector ya son demasiado altos
. entre ésos el ingreso del aún más empobrecido 20 por para ser absorbidos—, sino que más bien estimula el
ciento más pobre declinó del 6,1 al 3,6, o sea casi la consumo de bienes de consumo durables y suñtuarios,
mitad de su participación anterior de ingreso (DI/p.
alojamiento y viajes al exterior. Por ende, la empresa
107). En 1963, esos mexicanos más pobres comproba- privada, extranjera y nacional, es atraída no sólo para
ron que nosólo su ingreso relativo, sino que su “ingre- canalizar los ahorros latinoamericanos hacia la produc=
so absoluto, era apreciablemente más bajo que en
ción de artículos suntuarios para una parte infinitesimal
1950” (DI/p. 110). Esta explotación relativa y absolu-
ta, crecientemente mayor de los miembros más pobres de la población, sino que también tiende a construir
de la sociedad latinoamericana, es la fuente real de la bienes de capital e industria de equipos que se desti=
nen a soportar esta industria de “bienes de consumo
creciente participación relativa del ingreso de las cla=
ses medias. En Brasil, que tiene casi un tercio de la
"durables”, en vez de estar destinados a ser un motor de
desarrollo económico. Por esta razón, asimismo, la
población latinoamericana, la distribución del ingreso PAL observa que el sector industrial total ya no cons-
es considerablemente más desigual aún que en Latino- fituye un factor dirigente dinámico en la economía la=
américa en general, y mucho más que en México, cuya
tinoamericana.
revolución produjo una distribución del ingreso algo Este proceso está doblemente reforzado. Un apoyo
- más equitativa. En Brasil, entre 1955 y 1965, en tanto
"proviene de la determinación económica neoco!onial
+ que la productividad por trabajador aumentó en el
de productos industriales latinoamericanos, tecnología
5,2 por ciento por año, los salarios aumentaron sólo
y procesos en general, hecha por la metrópoli imperia-
1,33 al año. En consecuencia, el ingreso de los propie-
tarios de los grandes negocios aumentó mucho más que
lista, tal cual antes lo indicamos. El otro apoyo provie-
ne del hecho de que son estos procesos y estructuras
proporcionalmente, en tanto que los asalariados per-
productivas, que desarrollan el subdesarrollo, los que
dieron proporcionalmente, y el creciente número de
también generan los altos ingresos de la burguesía lati-
cbreros subempleados o cesantes, no asalariados, sin
“"noamericana. A través de la historia latinoamericana,
duda perdió ingresos en forma absoluta (DI/p. 141).
la propiedad que genera los altos ingresos de la bur=
127
> guesía no se ha concentrado en la agricultura —como
se cree, erróneamente, a menudo—, sino también, y as políticas económicas y políticas de esta última inten-
mucho más, en los sectores financiero y comercial. La el desarrollo del lumpendesarrollo,
alta productividad aparente del gran sector comercial, Este subdesarrollo, por supuesto, se ha desarrollado
que es medida por el alto ingreso que recibe, se debe con tasas y formas diversas en los distintos países lati-
a las muy altas utilidades concentradas en parte de moamericanos. En Argentina y Brasil (o más precisa-
este sector (DI/p. 262). El alto ingreso latinoameri- mente Buenos Aires y San Pablo), la dependencia que
cano no deriva del simple ingreso obtenido por la renta implicaba la producción y exportación a base de recur-
de la propiedad, sino del inereso empresarial (DT/p. sos en poder de burguesías radicadas en el país, y en
176), y mientras más alta sea la proporción de ingreso parte con mano de obra recién inmigrada desde Euro-
nacional derivado de las utilidades. tanto mayor será pa, permitió el principio de un desarrollo industrial
la desigualdad de ingresos (DT/p. 174). Pero mientras durante la coyuntura creada por la Primera Guerra
en una época esta actividad empresarial, altamente hu- Mundial. Laresultante estructura económica, social y
crativa, debió ser canalizada principalmente hacia la política en estos países —y la análoga generada en
producción para la exportación y venta de bienes im- México por la Revolución de 1910— permitió la ace-
portados terminados, hoy es posible obtener utilidades leración del proceso de sustitución de importaciones
similares en los principales países latinoamericanos en los tres mayores países de la región durante la pró-
produciendo allí mismo esos bienes terminados, siem- xima coyuntura favorable creada por la depresión de
pre que esto se haga con equipos y tecnolorías impor- los *30 y la guerra de los '40, Y la estructura econó-
tadas, en sociedad con monopolios extranjeros y sólo mica, social y política resultante de este proceso, fue
para el consumo de la burcuesía misma y una parte A su vez aprovechada por la metrópoli imperialista paz
de las clases medias altas. Pues ahora la metrópoli no ra establecer sus sucursales industriales y continuar este
tiene interés en exportar los propios bienes terminados. proceso, hasta donde pudiera, como socio mayor de las
por cuanto la burguesía metropolitana podrá conseguir — burguesías “nacionales”, desvirtuándolo cada vez más
mayores ganancias y control económico, en la metrá- en beneficio propio. En el plano internacional, las
poli y en ultramar, dentro de la economía del mundo contradicciones de este nuevo carácter de la dependen-
capitalista, mediante la exportación del equipo pro- cia se agudizan cada vez más porque esta relación de-
ductor y de la tecnología. que, junto con el control pendiente implica —como lo demuestran los datos del
financiero, es hoy fuente de poder monopolístico, En lujo de capital— que la metrópoli aporta cada vez
América latina, las consecuencias lógicas o inevitables menos, mientras se lleva cada vez más. En el plano
son una polarización siempre más acuda entre ella y la "nacional, las contradicciones se agudizan por el cre-
metrópoli. reflejada en la creciente brecha comercial y “ciente grado de explotación que sufre el pueblo; por
la crisis de la balanza de pagos, y una polarización acelerada desarticulación de los diversos sectores de
interna que es cada vez más aguda y que se refleja en la economía nacional, cuyo “sector moderno” pasa a
la creciente desigualdad de la distribución del ingreso ser una sucursal metropolitana como lo fueran los “en-
y la creciente pobreza absoluta. claves” de antaño, y por la consecuente desnacionaliza=
Así, pues, tal cual lo revela la historia, a partir de ción —ydesarticulación— también de la burguesía “la-
A
la:Conquista, la estructura colonial del sistema capita- "tinoamericana”, que se alimenta económicamente y se
lista forma en Latinoamérica la estructura de clase y sustenta políticamente a base de este sector “avanzado”
económica, y mientras más estrechas sean las relaciones en su grado de integración imperialista. Para enfren-
económicas y coloniales entre la metrópoli y su lumpen= far esta crisis, las burguesías en Brasil y Argentina —y
burguesía satélite colonial latinoamericana, tanto más ahora en México también— se valen de la represión
militar de sus pueblos; y para tratar de resolver las
129
ma dl
contradicciones en el plano económico recurren al “mo+ á arrancar el proceso de sustitución de impot* —
delo canadiense de desarrollo” —como lo bautizara su en las regiones centroamericana y andina (ex-
principal ideólogo,el ex ministro Roberto Campos del cepto el parcial arranque anterior en Chile y Golom-
Brasil—, que consiste en una consciente, planificada y bia) a partir de la década de los '60. Pero las formas
total integración con —es decir entrega a— la econo- institucionales de aquel proceso anterior no son muy
- mía imperialista, en la vana espera de que esto permi- útiles para este nuevo proceso: ahora en estas regiones
tirá la difusión del desarrollo desde la metrópoli y su la “sustitución” ha de hacerla la empresa extranjera
asimilación por las neocolonias latinoamericanas. En casi por sí sola, porque apenas encuentra empresas na-
el plano 'socioideológico, el “modelo canadiense” se cionales con las cuales asociarse e instalaciones de que
completa con la ideología de la sociedad de consumo; aprovecharse. Es una especie de repetición industrial
y en el plano político-ideológico con el anti-“castroco- de la implantación de plantaciones extranjeras de an-
munismo” y el reemplazo de las fronteras nacionales - taño. La colaboración que las burguesías de estos paí-
por las “fronteras ideológicas”, como las bautizaran los ses ofrecen, es la que pueden: ampliar el mercado ex-
militares brasileños que se dedican a defenderlas. En terno para la empresa imperialista, primero con el Mer-
una palábra, en los países más avanzados en el proceso cado Común Centroamericano (ideado por la CEPAL),
de integración imperialista, la lumpenburguesía Tespon= y ahora con el Pacto Andino, propiciado por los Frei,
de al nuevo carácter de la dependencia con una nueva Belaúnde, Velasco, etcétera. “Está claro, no obstante,
versión de una supuesta “política del desarrollo” que que unode los propósitos que guió a Colombia y Chite
igual, o quizás aún más que en anteriores etapas del al impulsar la iniciativa del grupo subregional andino,
subdesarrollo latinoamericano, vuelve a reforzar esta fue el de evitar «que los capitales norteamericanos se
misma dependencia todavía más y con esto acelera aún desplacen cada vez con mayor intensidad a las grandes
más el desarrollo del subdesarrollo, áreas que representan Argentina, Brasil y México»,
En los demás países latinoamericanos, y específica- según expresara, sin mucha reserva, uno de los delega=
mente en las regiones centroamericana y andina, las dos a la reunión de Cartagena del Grupo Andino” (Ci-
modalidades de la dependencia —sobre todo el control tado en Fuente Molina, p. 20). El otro 1ntento de aporte
foráneo de los principales medios de producción y la £ es el de ensanchar el mercado interno y convertir agri-
consecuente debilidad de la burguesía y capas medias— cultores en industriales calificados para ser socios me-
a fines del siglo pasado y a principios del presente "nores de la empresa imperialista mediante la reforma
no permitieron el “desarrollo autónomo” del proceso agraria —con provisión de acciones industriales para
de sustitución de importaciones durante la coyuntura de los agricultores expropiados—, sea por los fallidos mé-
los años 1930-1955, o, como en Chile y Colombia, lo- todos “democráticos” de Belaúnde y Frei, o manu mili-
permitieron en grado mucho menor. En estos países tari por un Velasco (¿y un eventual camarada de ar-
las empresas imperialistas no quisieron —o no pudie- mas en país limítrofe?). Examinaremos enseguida la
- Ton— entrar inmediatamente después de la guerra a suerte de las nuevas reformas burguesas —integracio-
"beneficiarse con la sustitución “nacional” de importa- Umistas, agrarias y otras— en la “Alianza para el Pro-
ciones, porque por la propia incapacidad de la bur- greso” del imperialismo,
guesía local, ésta no había preparado adecuadamente Pero antes de hacerlo es conveniente comparar las
el terreno para los extranjeros mediante la creación de modalidades y coyuntura de la dependencia en que
un núcleo industrial y un mercado interno por cuenta Brasil, Argentina y México hicieron sus reformas bur-
propia. Así que solamente después que la asociación
guesas una generación atrás, con la estructura de la
“mixta” de la empresa “multinacional” y la “nacional”
ya está bien avanzada en Argentina, Brasil y México,
dependencia y la coyuntura histórica en que otras bur=
guesías latinoamericanas emprenden tentativas de cier-
131
tas reformas burguesas ahora. Al sólo plantearse esta que se refieren (5) a la expansión de las ex-
comparación salta a la vista que aquellas burguesías nes y en especial a la de productos industriales,
gozaron de circunstancias mucho más desfavorables; y (6) la cooperación financiera externa y (7) la inte-
aun así sus reformas, aunque de cierto éxito para ellas ación económica regional en el ámbito latinoameri-
mismas, resultaron ser de muy relativo beneficio per- “cano (836/p. 46). (Los números entre paréntesis son
manente para sus pueblos y desembocaron en políti- nuestros, para fácil referencia.)
cas del subdesarrollo, a pesar de todo. Pero las actua- Examinemos la factibilidad de esta “estrategia del
les tentativas reformistas centroamericanas y andinas desarrollo” a la luz del análisis precedente y de otros
no cuentan con una análoga parálisis temporal del hechos realizada por la propia cEpaL, y de un docu-
imperialismo (con la notable excepción que le causa mento editado por la oza en Washington, D.C.
la victoriosa lucha del pueblo de Vietnam), y sus em- 1.) Movilización delos recursos internos. Raúl Pre-
presas “multinacionales” están en plena ofensiva; a la bisch —entonces secretario general de la CEPAL y más
vez ningún Velasco actual puede aspirar a la plétora tarde secretario general de la uNcTAD, hasta que re-
de divisas con que contó un Perón (hasta que se le aca- “nunció después de las Conferencias de Ginebra en 1964
baron en 1953, año que quizá no por casualidad tam- y de Nueva Delhi en 1968— escribía ya en 1963: “Es-
bién marcó el fin de la política peronista, aunque su ta impresionante desproporción en el consumo de los
vida política se prolongó dos años más) ; y parece muy grupos en cuestión y el ingreso transferido al exterior
dudoso que a esta altura algún régimen burgués en para invertir y atesorar implica amplias economías po-
Latinoamérica —o su socio norteamericano, como éste “tenciales que podrían permitir un rápido aumento de
lo demostró en Santo Domingo— pueda darse el lujo la tasa de desarrollo, siempre que al mismo tiempo se
de un populismo estilo Cárdenas, Getúlio o Perón, que satisfacieran otras condiciones. En realidad, si el con-
pudiera convertirse en una genuina movilización popu= sumo de los estratos superiores fuera rebajado a no
lar que escapara al control burgués y amenazara, por más de once veces el de los estratos más bajos, la tasa
vía armada, conducir al socialismo. Al año de su inves- de crecimiento anual de ingreso per cápita podría au-
tidura, el general Velasco ya siente estas limitaciones mentar desde el 1 por ciento al 3 por ciento; y si só'o
en el Perú. fuera nueve veces más grande, la tasa anual per cápita
Para examinar las actuales gestiones reformistas de podría aumentar al 4 por ciento” (680 Rev. 1/p. 32
la burguesía latinoamericana en alianza con el impe- “de la edición inglesa).
rialismo, podemos aprovecharnos nuevamente de los Pero, ¿cuáles son esas otras condiciones que deben
documentos de la CEPAL, que en su xt período de se- “satisfacerse? En primer lugar, la ceraL ha señalado
siones en Lima, en 1969, resumió convenientemente los que en los últimos años la desigualdad del ingreso no
“Aspectos básicos de la estrategia del desarrollo de Amé- ha disminuidosino que, más bien, ha ido en aumento,y
rica Latina” para “el segundo decenio de las Naciones ¿que el flujo de capital al extranjero también ha aumen-
Unidas para el desarrollo”, y que en los ya citados do- tado, y la cerAL estima que continuará aumentando.
cumentos presentados a la misma reunión nos propor- Aín más, en el ámbito nacional, este organismo señ
cionan los datos acerca de la realidad latinoamericana la que “la concentración sostenida del ingreso en el
adecuados para evaluar esta supuesta estrategia; “En 5 por ciento de ingresos más altos en la Argentina in-
suma, se destacan cuatro instrumentos fundamentales dica que la eliminación del sector primitivo no reducirá
de carácter general en la estrategia: (1) la moviliza- necesariamente de modo marcado la desigualdad glo-
ción de los recursos internos, (2) la reforma agraria, bal en la distribución del ingreso” (Dl/p. 72). Sin
(3) la política de ocupación y (4) la política regional embargo, la reducción de este sector “primitivo” de
en el ámbito nacional, Y tres instrumentos en el orden baja productividad y desempleo es precisamente uno
182. 133
= EP bel
135
z
delos contratos de tenencia es unade las causales prin- a veces, la expropiación de propiedades 1me-
cipales a las que se debe que miles de arrendatarios ++) Sila reforma agraria tiene el propósito de
hayan sido expulsados de las tierras que ocupaban, una nueva distribución de poder e ingreso, los
porque antes de cumplir la ley, los terratenientes pre- ndes propietarios no pueden ser compensados an
fieren expulsar a sus campesinos. (...) Deben recor- ectivo a estos precios” (pp. 59, 66). Es evidente que
darse que muchas de estas leyes son promulgadas con el apoyo a la reforma agraria no provendrá de los
el acuerdo tácito de que no serán aplicadas rigurosa- industriales, de los que con frecuencia se cree que la
mente. (...) Pese a estas dificultades obvias, los in- anhelan para expandir los mercados para sus produc-
tentos de regulación gozan de la preferencia de algu- tos; así quedó demostrado por la fuerte oposición
nos políticos porque les permiten dar la impresión de política a la reforma agraria chilena hecha por los
que se enfrentan al problema agrario a la yez que sectores industriales; de un grupo de industriales chi
evitan las reformas directas” (pp, 47-49). “Reformas Jenos entrevistados al respecto, tan sólo el 17 por
fiscales. La experiencia en los países del estudio re- “ciento se declaró partidario de la reforma agraria
vela que los impuestos a la tierra y a la herencia su- mediante la expropiación. por el gobierno, de los la-
fren de las mismas fallas que los contratos sobre re- tifundistas (Johnson, p. 76). En consecuencia, esta
glamentación de tenencia y salarios mínimos. La pre- segunda “estrategia del desarrollo”, de la cEPAL, tam-
sión de los terratenientes muchas veces no permite a poco está disponible,
los legisladores dictar leyes verdaderamente efectivas” 3.) Política de empleo. Queesta tercera “estrategia
(p. 52). “Los precios altos de los productos agrícolas del desarrollo” es inexistente lo demuestran las ten-
disminuyen el ingreso real del sector obrero y asalaria- “dencias pasadas y proyecciones futuras de empleo y
dos rurales. En los estudios de civa no se encontró desempleo que hace la propia cepaL, y también lo
ninguna correlación entre los niveles de precios o
demuestran las proyecciones futuras que actualmente
dos a los propietarios y los salarios” (p. 55). “Refor- se calculan por la Organización Internacional del Tra-
mas directas de la tenencia de la tierra. Es abrumadora bajo. Estas instituciones internacionales, como vimos
la evidencia de que los programas de reforma indi- antes, calculan un desempleo equivalente actual a Y.
recta no han logrado cambiar la estructura agraria, de la fuerza de trabajo latinoamericana, y señalan que
ni suavizar los conflictos y desequilibrios en la sociedad. “sin una tasa futura del crecimiento del pNR de un mí-
Las alternativas a una reforma directa de la tenencia nimo de 6,5 por ciento al año —esto es casi el 50 por
para crear el ambiente necesario de desarrollo pare- ciento más que la tasa actual— el desempleo inevita-
cen cada día menos efectivas” (p. 56). “Los estudios blemente tendrá que crecer absoluta y relativamente,
de cima indican que si la legislación sobre salarios y despecho de cualquier “política de empleo”.
tenencia carece del apoyo vigoroso de las federacio- j 4.) Política regional en el ámbito nacional. Su fi-
nes de campesinos y del gobierno no pueden mejorar malidad es mejorar el aprovechamiento de los recursos
: la situación agraria” (p. 50). “La experiencia en racionales y reducir las desigualdades regionales pro-
América latina y en otros continentes indica que es | ductivas y de ingreso, en las últimas de las cuales,
fútil esperar reformas sustanciales simplemente por tre el estado más rico y el estado más pobre de
la distribución de tierras del Estado o por la coloni- Brasil, excedieron de 10:1. Pero las desigualdades
zación de tierras dispersas, Cualquier reforma seria, egionales de ingreso están creciendo igual que la des-
necesariamente afectará tierras de propiedad particu- gualdad del ingreso personal. El programa regional
lar en áreas agrícolas densamente pobladas y altamen- de desarrollo más famoso y ambicioso de Latinoamé-
te productivas. Esto implica la expropiación de pro- rica, el sunenz de Celso Furtado en el nordeste de
Piedades que forman parte de grandes unidades, e Brasil, ya ha fracasado. La ceraL valoriza otro pro-
136 137
yecto brasileño destinadoa estimular el desarrollo del - Asistencia financiera exterior, Como el ministro —
nordeste Brasileño: “En el Brasil ha estado operando se lo dijo al presidente Nixon, y como el
un mecanismo que mira a la transferencia de ahorros tamento de Comercio de los EE. uu. y la pro-
empresariales desde las regiones centro-sur [Río de la GEPAL lo han documentado ampliamente, es pre=
Taneiro y San Pablo] al nordeste; se trata de los cré- mente esta inversión y ayuda extranjera la que
ditos tributarios del artículo 34/18, (...) a) al ha- a generado no sólo la actual crisis de la balanza de
cerse extensivas a las empresas extranjeras las facili- pagos sino la crisis comercial estructural colonial, así
dades del artículo 34/18, el fisco y el Banco del Nord- como el subdesarrollo económico nacional y aberra-
este (del gobierno) resultan financiando el 75 por ciones estructurales de clase antes mencionados. Mien-
ciento aproximadamente de su inversión en el nordes- mayor sea la “ayuda exterior” proveniente de
te, ya sea en instalaciones propias o en participaciones metrópoli imperialista, tanto mayor subdesarrollo
de capital, todo lo cual con el tiempo se traducirá en habrá para Latinoamérica. En consecuencia, esta
una salida de capitales desproporcionada a la inver- sexta “estrategia del desarrollo” de la CEPAL no es
sión que ellas efectúan; y b) al permitirse la insta- -sino la repetición de una letanía que la misma CEPAL
lación de fábricas y subsidiarias enteramente de pro- ya ha descartado.
piedad de empresas del centro-sur, probablemente se 7.) Integración regional de Latinoamérica. Esta
vigorizará uno de los factores que explican histórica= tima presunta estrategia del desarrollo es ya notable
mente el rezago relativo del nordeste, esto es, las ex- r su ubicación: el último lugar. Pues, aunque los
portaciones de capitales al centro-sur” (827/pp. 111 |, UL. se opusieron a esta estrategia hasta 1960,
v 112). O sea que el mecanismo capitalista colonial s corporaciones monopolísticas multinacionales em-
funciona igualmente bien en el plano nacional como a comprender los beneficios que para ellas
internacional, y la “política regional en el ámbito drían deducirse de la integración latinoamericana.
nacional” es tan irrealista e ilusoria como todas las ío tiene nada de sorprendente que la política del go-
demás. erno de los Ee.uuv. hacia la integración latino-
5.) Expansión de la exportación. La CEPAL ya nos nericana empezara a ser crecientemente favorable
ha manifestado que las perspectivas son “francamente asta que, en 1967, el presidente Johnson voló a Punta
desalentadoras”. Además, la uNcran, que está for- Este para darle a esta integración su total apoyo
mada por setenta y siete países subdesarrollados, bajo para sugerir que debiera reemplazar la reforma agra-
la dirección del antiguo secretario general de la CEPAL, ¡Tía y otras reformas previamente propuestas por la
precisamente para luchar en pro de mejores condicio- lanza para el Progreso. Los presidentes latinoame-
nes para dichas exportaciones, ya ha fracasado y, los presentes, con excepción del presidente ecua-
tal cual antes se expresara, el señor Prebisch debió o, apoyaron debidamente la sugerencia del señor
presentar su renuncia. Asimismo, aun cuando la ex- * n y colocaron la integración económica latino-
pansión de las exportaciones volviera a ser posible, icana en el número uno delalista de prioridades
toda la historia capitalista colonial de Latinoamérica las proposiciones comunes. En consecuencia, re-
demuestra que —lejos de garantizar el desarrollo— ulta interesante señalar que la cerar, que apoyó a la
produce subdesarrollo; mientras tanto, la mayor parte integración latinoamericana y, en especial, al Mercado
del esfuerzo de importación y desarrollo se produjo Común Centroamericano mucho antes de que lo hi
durante la depresión del mundo capitalista, en la cieran los Estados Unidos, ahora coloque esta supuesta
década de 1930, cuando las exportaciones latinoame- “estrategia del desarrollo” en el último lugar, entre
ricanas llegaron virtualmente a cero. Así, pues, ésta “todas las estrategias irrealísticas y no existentes en
tampoco es una estrategia del desarrollo, ¿que se puede pensar.
138
Como en tantos otros aspectos, el análisis evaluativo in “latinoamericana”, el mismo autor señala
de la GEPAL es más acertado que su “estrategia del
desarrollo” y tal como señaló la propia cEPAL en “los productos incluidos hasta este año en el pro-
de liberación de aLaLc suman 9.400, de los
1966, “hay que reconocer que los cambios producidos es los que principalmente han sido objeto de con-
por el mercado común en el conjunto del sistema son nes en las negociaciones de 1966 son los quími-
todavía pequeños en cada país, y que sus economías farmacéuticos, las máquinas y material eléctrico.
siguen estructuradas en torno a la pauta nacional tra-
dicional. Este es el caso, lo mismo en la infraestruc- claro que la industria química farmacéutica o eléc-
está constituida en América latina en forma aplas-
tura —energía, transporte, comunicaciones— que en
mente mayoritaria por capital extranjero. En el
el sector financiero y en gran parte del mercado legal
o de los acuerdos de complementación industrial,
e institucional por el que se canaliza la actividad pro-
los 153 proyectos que se han presentado solamente
ductiva. Todos estos elementos continúan operando e han llevado a la práctica cinco. (...) Estas cinco
en función de las necesidades del aparato productivo
lustrias de máquinas estadísticas, de válvulas elec-
interno ya establecido” (cepaL, 1966, citado en Jimé-
rónicas, de línea blanca, de aparatos electrónicos y
nez Lazcano, pp. 106 y 107). Escribiendo en la pres-
productos químicos son dominadas por capital ex-
tigiosa revista oficial mexicana Comercio Exterior jjero. Se trata, pues, de integración económica de
(del Banco Nacional del Comercio Exterior), el reco-
nsorcios extranjeros” (Jiménez Lazcano, p. 153).
nocido funcionario del Centro de Estudios Monetarios,
Miguel S. Wionczek (b, p. 675), califica “el proceso
Claramente, la integración económica “latinoame-
'? constituye una buena proposición comercial
de industrialización, en gran parte ficticio, de las re- a las corporaciones monopolísticas imperialistas y
públicas centroamericanas”. No debe extrañar, enton- conveniente intento político de los gobiernos lati-
ces, que en su Integración económica e imperialismo,
*ricanos para exportar sus problemas internos,
otro estudioso llegue a las conclusiones siguientes: nte la expansión del mercado extranjero en vez
“Los resultados del mercado común centroamericano
del interno. La cera misma observa que la inte-
son prácticamente nulos en sus primeros cinco años ción económica no ayudará a solucionar el pro-
de funcionamiento. La estructura de las economías de la distribución del ingreso y la efectiva
nacionales centroamericanas se mantienen igual que vilización de los recursos internos, que la CEPAL
antes de su establecimiento. Los niveles de ingreso de
oca en número uno de prioridad en su lista, porque
la población no han aumentado y los niveles de pro- cambio —junto con la correspondiente distribución
ducción tampoco. Lo único que se ha logrado es poder político— es el sine qua non de cualquier
aumentar al 15 por ciento el comercio internacional, ectiva estrategia del desarrollo, que la cerAL y la
pero sin la disminución de precios, en beneficio sólo urguesía latinoamericana, para no mencionar a la
de reducidos grupos. (...) La integración centroame- tropolitana, no pueden ofrecer, por mucho que vean
ricana no ha sido más que la integración que puede problemas.
existir entre el jinete y el caballo, en la que el jinete Así lo revela la propia cePAL en un momento de
está representado por los intereses extranjeros y el
o esclarecimiento sociopolítico (proveniente, por
. caballo por los intereses de la población centroameri- o, de su División de Asuntos Sociales, que ha
“cana. Se trata de una integración con el imperialismo
do burocráticamente la división más libre y menos
consistente en abrir las puertas a la inversión masiva
omprometida, ya que hasta ahora se había consi-
de capital extranjero, pero no con fines de desarrollo,
ado que al dedicarse a problemas no “económicos”
sino de explotación irracional intensiva, depredadora” la se dedicaba a asuntos sin importancia). En otro
(Jiménez Lazcano, pp. 108 y 109). En cuanto a la 'umento de la misma serie, titulado El cambio
140 141
social y la política de desarrollo social en América ; se trataba de apoyarse en los estratos popu-
Latina (86 pp.), la cerar observa: “En ge para lo cual era indispensable hacerles ciertas
puede presumirse que el apoyo externo tenderá a for. iones, pero sin ir demasiado lejos. Mientras los
talecer a aquellos grupos cuyas fuentes de poder se: atos populares sirvieran de apoyo y al mismo
hacen más estratégicas, pero no debe olvidarse que: mpo se integraran al sistema serían bien venidos,
la presión externa es autónoma y puede hacer estra= o no más allá de ese punto. Debe insistirse en
tégicas ciertas actividades por su solo apoyo. (...)' locer que gobiernos de clase media dieron a los
Importa recordar aquí (...) cuál es el grado de apoyo dicatos lo que ellos no hubieran podido obtener
que determinados grupos reciben del exterior, sí solos, pero no sería justo olvidar que las repre-
fac más violentas contra los estratos populares fue-
tor que siempre jugó y que se hace más imy
como consecuencia del aumento de la dependencia desatadas por esos mismos gobiernos de clase me-
externa (...). Si el comportamiento, la unidad o la ?* (p. 85). “Los líderes desarrollistas (...) chocan
división de las clases altas dependió siempre de la co-. stantemente con las presiones estructurales y es
yuntura, tal dependencia parece hoy más verdadera bajo el nivel de apoyo real que pueden obtener
que nunca. (...) No debe extrañar, por ello, que: a un proyecto de tipo nacional” (p. 85). “Fuera
sean los sectores más tradicionales de las clases altas la alternativa revo'ucionaria, de las que aquí se
los que insisten en fortificar las ideologías defensi bosquejado y de algunas otras que pudieran ima-
del statu quo; tales ideologías les permiten manten arse, sólo quedael statu quo y la esperanza de que
E paco que sólo en su perjuicio podría romperse”, lentas transformaciones favorezcan el desarrollo”
110). Pero la mayoría del pueblo no puede resig-
p. 88).
En cuanto las clases medias, que los anglosajones se a esta vana esperanza, en tanto que la lumpen-
gustan de conceptuar como el motor social del des. esta colonial y sus aliadas las clases medias,
arrollo, pero cuyo mayor ingreso, como lo vimos, es. idas todas ellas estratégicamente por los intereses
extraído de los pobres, la cepar observa en el mismo “el poder militar, político y económico, continúan
documento: “Las clases medias, cuando ascendieron arrollando todavía más el lumpendesarrollo de La-
lo hicieron pactandoconla oligarquía” (p. 82). “Una
de las mayores paradojas de la historia social latino- tatamos pues que la cEPAL demuestra que, du-
americana es que las clases medias —tanto por su te el “Primer decenio de las Naciones Unidas para
origen histórico como por su brega para hacerse re- desarrollo”, América latina de hecho sufrió un pro-
conocer por las oligarquías y para ser apoyadas por ceso de subdesarrollo acelerado, que promete profun-
los estratos populares— sólo pudieran hablar el len se aún más en el futuro inmediato; y la CEPAL
guaje de una ideología universalista, mientras que la nuestra que ella carece aún de los primeros ele-
heterogeneidad de su composición y la naturaleza del: ntos de una estrategia del desarrollo para el “Se-
problema que enfrentaban las obligaran a ser estricta- do decenio de las Naciones Unidas para el
mente particularistas en su comportamientoreal, (ui) ollo”, que pudiera hacer otra cosa que no sea
Lo más notable de las clases medias y de las diferentes ir y agravar la experiencia del primero. Como
unidades que las compusieron es su altísimo nivel de clases medias, de las cuales ella recluta sus tecnó-
instrumentalidad, dado el objetivo fundamental en la fas, y en sus propias palabras, la cEpAL “sólo pu-
época de emergencia: asegurarse un Papel razonable hablar el lenguaje de una ideología universalis-
—es decir, moderado— en la distribución del poder. ta”, mientras que se ve obligada “a ser estrictamente
No se trataba de asumir el poder total, ni de hacer ticularista en su comportamiento real” cuando
la revolución necesaria para ello, ni de destruir la formula su política real, que en la práctica apoya el
142 143
A Mar 104! elementos de ua añil nciivo ist ín e propiciar
y una olla:del dl
mas del subdesarrollo latinoamericano. Pero los inte : sus intereses creados lo impiden, sino que la
reses particularistas y particulares de la burguesía y tante política lumpenburguesa del subdesarrollo
su representación ideológica y política a través de la te profundizar cada vez más las contradicciones
CEPAL, intergubernamental desde luego, le prohíbea cas, sociales y políticas —en fin, el lumpen-
la cepar el desarrollo de un análisis igualmente i ollo— en Latinoamérica.
sivo de las causas del subdesarrollo y de unaestra!
verdaderamente capaz de superarlo. Esto es porque
las causas se encuentran en el sistema capitalista mis-
mo como en su burguesía, y el único remedio contra:
la causa, además de los síntomas del subdesarrollo,
es la destrucción revolucionaria del capitalismo bur:
gués y el desarrollo socialista.
Así, los intereses que la dependencia con
a la metrópoli crea para la burguesía latinoamericana:
determinan que el sector de ésta que había auspiciado
un nacionalismo burgués en otra época, ahora aban
dona su alianza populista con los obreros sindicaliza-
dos, impone una política salarial antipopular que
distribuye el ingreso nacional regresivamente, y
cambio vuelve a forjar una alianza para el prog
del imperialismo y —como socio menor de éste— de
sí mismo, y con esta alianza profundiza aún más
dependencia, el desarrollo dependiente y el subdes-
arrollo, La misma burguesía ataja los conocidos “con
sejos” del Fondo Monetario Internacional e im;
una política monetaria y de cambio, tanto ani
nal como antipopular, que también aumenta la depen:
dencia. La burguesía “latinoamericana” auspicia una
integración económica “latinoamericana” de las indus.
trias como las de aparatos eléctricos, línea blanca
de productos químicos, etcétera, que son precisamente:
las más controladas por el imperialismo. Y donde lo
- gobiernos civiles carecen del poder político para h
poner semejantes políticas del subdesarrollo a
pueblos, la burguesía —como lo hizo en Brasil y Ar-
gentina— recurre a la fuerza militar (que de por
ya tiene su propia dependencia con respecto al im=
perialismo) para implementar la política del
arrollo. Ahora, la neodependencia económica crea ua:
estructura de clases y genera una neopolítica del lum=
144
¿Cuáles, pues, son las alternativas que Latinoamé-
rica enfrenta y dónde buscar una política popular del
ollo? Una respuesta la pretende ofrecer Helio
guaribe, fundador del ises y antiguo ideólogo del
fracasado “desarrollismo nacionalista” en el Brasil
Kubitschek, Quadros y Goulart, y que ahora parece
irar al liderazgo ideológico del “militarismo nacio-
'” latinoamericano de los años 1970. Bajo el
o Dependencia y autonomía de América Latina, *
aribe dice encontrar “tres alternativas básicas de
mérica latina”: “Existe un consenso básico entre los
idiosos de la materia sobre el hecho de que el pre-
statu quo es insostenible. Creo que se podría
+) formular la hipótesis de que el curso de este
so enfrenta a tres alternativas básicas (...
endencia, revolución y autonomía. (...) En el
de las tres alternativas con que se enfrenta el
latinoamericano, la dicotomía «estabilidad
tiva» e «inestabilidad inminente» corresponde,
ivamente, por un lado, a la alternativa de
itonomía, y porel otro, a las alternativas de la de-
dencia y de la revolución. Como veremos a con-
¡ación, todo parece indicar que es difícil que Amé-
latina sea conducida hacia un modelo estable de
dencia. La alternativa de la revolución, a su
aparte de que es intrínsecamente inestable, colo-
a América latina en un contéxto de conflictos
jonales que no parecen comportar soluciones
equilibrio durables, mientras no se genere un nuevo
rden mundial. (....) Por esto mismo, es fundamental |
que ocurra en los próximos diez años. Solamente
producen alteraciones en las situaciones de poder:
los países claves de América latina, especialmente
Brasil, Argentina y México, y particularmente en
147
y la estrategia política de los que quieren
el primero (...), será posible que en el curso de los la en praxis y a quienes J: ibe también
- veinte años siguientes se genere en la región, o en lo impresionar con su destreza terminológica y
que se tornaría la parte estratégica de ella, un sistema
autónomo e integrado de desarrollo. En el caso que Pero al examinar la “alternativa de la autonomía”
el decenio transcurra sin tales modificaciones es pro= el ideólogo Jaguaribe pretende ofrecer durante
bable que dentro de algunos años más se cierren las “el plazo de los próximos diez años, encontramos que
posibilidades para un destino autónomo de América
“su programa no es más que otro nombre o disfraz
latina por una vía razonablemente transaccional, la “estrategia del desarrollo” que la CEPAL nos
En tal caso, la región se enfrentará con la alterna- pretende ofrecer para “el segundo decenio de las Na-
tiva de la dependencia o de la revolución y sólo podrá “ciones Unidas para el desarrollo”. Ahora bien, el
' recuperar su estabilidad después de un largo y penoso análisis de éste y las propias palabras de la CEPAL que
proceso...” (Jaguaribe, pp. 27-31, todas las cursivas vimos arriba nos indican que “fuera de la alterna-
en el original). tiva revolucionaria, de las que aquí se han bosquejado
La finalidad es manifiesta: ofrecernos una supuesta y de algunas que pudieran imaginarse, sólo queda el
alternativa de desarrollo autónomotras alteraciones no statu quo y la esperanza”y el propio Jaguaribe agrega
revolucionarias del poder que mantienen la estabilidad “que “la región se enfrentará con la alternativa de la
y asustarnos con inestabilidad inminente, conflictos dependencia o la revolución”.
internacionales y un proceso penoso de revolución si ¿Exactamente cuáles —podemos preguntar pues—
no aprovechamos los escasos diez años que Jaguaribe
son estas otras alternativas “que pudieran imaginarse”
nos ofrece para seguirle en su liderazgo ideológico de h e que la cepaL, al parecer, no quiere especificar?
una supuesta “alternativa de la autonomía”. Para faguaribe no se siente limitado por compromisos di-
tratar de obligarnos a aceptar lo que para él es un plomáticos o institucionales y más adelante, en su
punto de partida ideológico comosi éste fuera la única ido ensayo, nos especifica y esclarece exactamente
conclusión lógica de un argumento serio, Jaguaribe qué consiste su “alternativa de la autonomía”:
comienza alegando que enfrentamos una opción ne- “Comenzar en un plazo tan corto una compleja
cesaria entre la inestabilidad mala y la estabilidad “transformación de los regímenes de poder, participa-
buena. Primero nos quita la opción dela inestabilidad ción, valores y propiedad en uno o algunos países
dependiente por ser demasiado mala. Luego nos quita
“estratégicos de América latina, es. algo que no parece
la opción de la inestabilidad revolucionaria porque posible si el proceso no se realiza con el máximo em-
supuestamente ella es objetivamente infactible mien- -pleo de los factores de poder ya existentes. Frente a
tras no se genere un nuevo orden mundial —es decir les condiciones parece claro que el dispositivo clave
que no puede haber revolución sin revolución— y ade- transformación del régimen de poder en América
- más porque para él la revolución es aún peor que la latina no puede ser otro sino el que ya lo detenta
* dependencia. Así que, por supuesto —según el argu- “ahora: las fuerzas armadas. Los cuadros que se de-
'mento—, no queda otra alternativa que no sea la de
la buena estabilidad autónoma. Pero por si las mos-
“ben movilizar son, por tanto, los grupos progresistas,
"nacionalistas y no corrompidos de la oficialidad...”
cas... el lector todavía no se entusiasmara bastante
(Jaguaribe, IL, p. 46). Para transformar los regíme-
por la autonomía dentro del corto plazo que Jaguaribe
le concede, el mago, a pesar de todo, nuevamente
nes de poder, debemos —le parece claro— apoyarnos
en los que ya detentan el poder ahora y no debe mo-
resucita la revolución como posibilidad real —mien-
vilizarse al pueblo, sino a los oficiales que detentan
tras le sirve para asustar al lector y darle la debida
el poder. Más adelante, en la misma página, Jagua-
prisa para que opte rápidamente por la ideología de
149
148
ribe“explica”: “(....) promover una enorme concen-
tración de poder en manos del Estado, y dentro del
Estado en manos del Poder Ejecutivo, bajo control de Además, aun el primer año de experiencia con el
las fuerzas armadas (...). Las fuerzas armadas mon- “giro de los tanques del general Velasco permite —no,
-taron, así prácticamente la estructura del sistema ne- obliga— el reconocimiento de las fundamentales limi-
cesario para emprender una profunda transformación taciones objetivas de tal “alternativa de la autonomía”
de las sociedades latinoamericanas, faltando ahora tan y “estrategia del desarrollo”; en cuanto a la dependen-
sólo dotar esta estructura, en un plazo no más corto cia “externa”, aunque el gobierno peruano expropió
de aquel del cual dispusieron aquellas fuerzas, de un la 1c (International Petroleum Company, de la Stan-
nuevo espíritu, sustituyendo la ideología de la depen- dard Oil). que ya había sido reclamada por el pre-
dencia satelizante por la de la autonomía desarrollista —decesor gobierno reformista civil, este mismo gobierno:
. €. imprimir un giro de 180 grados en la dirección a la “nacionalista” le permitió a la 1pa sacar más dinero y
que apuntan los tanques. (...) Es necesario subrayar valores negociables del país de lo que valían las insta=
la enorme importancia que en el modelo de desarrollo laciones expropiadas; entregó mayores concesiones a
autónomo y endógeno de la América latina tienen los otras empresas extranieras de petróleo: comnró accio-
requisitos de seguridad (...) que exigirá la creación nes mayoritarias en la empresa peruana de la rrr
integrada de un moderno sistema de producción de (International Telephone 8: Telecraph Co. de los
equipos militares. La industria militar traería a la BE. vU.), acordando que ésta invierta a su vez la
región el mismo tipo de aporte tecnológico y económi- mayor parte del paso en un eran hotel de luio de
co para su desarrollo industrial civil que acarreó para su subsidiaria, Sheraton Hotels: nevoció un préstamo
Estados Unidos y Europa” (Jaguaribe, IL, pp. 46, 45, de 80 millones de dólares del mm (Banco Interame-
todas las cursivas en el original). ricano del Desarrollo, que es uno de los conocidos
Ahí está, pues, la imaginaria alternativa autónoma instrumentos imperialistas para bombear el ahorro la-
(y quizá la explicación de por qué la ceraL solamente tinoamericano hacia los er. uv.): entrecó enormes
se la imagina sin nombrarla, mientras el señor Jagua- concesiones a la Southern Pern Conner Corporation
ribe se apresura a hacer pública su imaginación —¿y para cue ésta invierta cerca de 300 millones de dólares
también la “esperanza” de la cepaL?— poco después en aumentar la producción del cobre peruano —y de
del golpe militar peruano de 1968 en una conferencia paso avuda a restablecer la confianza de otros noten=
que se celebra precisamente en Lima). ciales inversionistas extranjeros—, etcétera. La medida
Pero la esperanza imaginaria en el desarrollo indus- <más espectacular ha sido el decreto de reforma agra-
trial civil, que inclusive algunos líderes populares, co- ria, sacado muy de prisa para ser promulgado por el
molos sindicalistas argentinos, se permitieron depositar general Velasco en el “Día del Indio”y su inmediata
. en el giro alternativo de los tanques de los generales aplicación en algunas haciendas azucarears de la costa.
- Onganía en Argentina, Castelo Branco y aun del su= Pero al medio año de su inicio, la reforma ya se topa
puesto “nacionalista” Costa e Silva en Brasil, ya ha ¡contra las limitaciones que le presenta la estructura de
sido convertida en verdadera pesadilla por la arriba clases y lumpenburguesía de una sociedad dependiente,
examinada dolorosa realidad de esta imaginaria “alter- y que muestran que la realidad no cede tan fácilmente
nativa de la autonomía”. En cuanto a la “alternativa a la demagogia velasquiana ni a la palabrería jaguari-
de la autonomía” al estilo peruano, también hay que biana, según la cual, “para emprender una profunda
descartar la posibilidad de su realización en virtud del transformación de las sociedades latinoamericanas,falta
examen anterior a base de pronósticos —inclusive los ahora tan sólo (...) dotar esa estructura de un nuevo
151
espíritu sustituyendo la ideología de la dependencia 4 4
peruana recibiría un movimiento campesino cod
satelizante por la autonomía desarrollante (.....)”. go verdaderamente revolucionario. ¿No será la
Recordemos que ya observamos arriba que aun la que el mismo ejército brindó a los movimientos
- OEA hace notar que “si la reforma agraria tiene el - campesinos y guerrilleros anteriores, cuyos líderes —sl
propósito de crear una nueva distribución de poder no fueron asesinados junto con muchos campesinos—
e ingreso, los grandes propietarios no pueden ser com- fueron lanzados a la cárcel por el gobierno “refor
pensados en efectivo a estos precios de avaluación de mista” de Belaúnde y todavía se encuentran custodia-
sus tierras” y “si la legislación sobre salarios y tenencia dos ahí por el gobierno “revolucionario” de Velasco?
carece del apoyo vigoroso de las federaciones de cam- En suma, sin despreciar los aportes a nuestro Cono-
pesinos y del gobierno no pueden mejorarla situación cimiento y capacidad predictiva dela teoría y la praxis
agraria”” (citado en p. 137, subrayado mío). Pero de los marxistas revolucionarios, como Lenin yotros
aunque la Junta Militar peruana ha pagado relativa- en su tradición, y sin desconocer la experiencia del
mente poco a los grandes propietarios: por sus tierras, lumpendesarrollo que es producto de las reformas
les ha pagado bastante por sus instalaciones sobre las Jumpenburguesas examinadas a lo largo de este ensa-
mismas, y más importante, el gobierno alienta y faci- yo, si la propia OEA reconoce que una verdadera alter-
lita a los grandes propietarios que reciben bonos en “nativa de la autonomía y estrategia del desarrollo no
pago de sus-tierras para que los conviertan en accio- sino basarse en el apoyo vigoroso de los cam
nes de empresas industriales. Requiere poca imagina= pesinos además de los obreros, la imaginación de los
ción predecir cómo estas “alteraciones en las situacio- ideólogos “reformistas” institucionales e individuos
nes de poder” a la Jaguaribe cumplirían con el even- “autónomos” no puede sino calificarse de totalmente
tual “propósito de crear una nueva distribución de ilusoria, y la oportuna (¿o hace falta agregar más?)
poder e ingreso” que menciona la oga (aun si esta acogida y apoyo que algunos autodenominados parti-
“estrategia del desarrollo” fuera objetivamente facti- dos “revolucionarios” en Perú y países vecinos prestan
ble). Pero en Perú esta estrategia para resolver los a semejante estrategia no puede sino denominarse de
problemas agrarios e industriales a la vez, inmediata- traición a los intereses populares. ¿
mente se vio limitada por falta de dinero para finan- En circunstancias comolas del Perú actual (fines de
ciar tanto la reforma agraria como el desarrollo in- 1969), el “entrismo” y el “afuerismo” parecen con=
dustrial. Por lo tanto, el gobierno “nacionalista y frontar a los revolucionarios locales con el reto de
revolucionario” recurre a empréstitos e inversión ex- evitar los Escila y Caribdis de su neutralización y/o
tranjera para salvar el lado industrial de su programa eliminación como consecuencia de su apoyo incondi-
y cada vez alienta más el reemplazo de su reforma «cional al gobierno —como lo hizo el Partido Comu-
, Agraria de expropiación obligatoria con todos sus cos- 'nista en Indonesia— y de su marginación de las masas
tos económicos y políticos, por la “reforma agraria "como consecuencia del rechazo de las reformas progre-
voluntaria” mediante la subdivisión de los latifundios sistas y populares —comole ocurrió a la izquierda en
a iniciativa y en beneficio de los mismos propietarios. la Argentina de Perón—. En tales circunstancias, los
Por otro lado, la Tunta Militar ni quiere ni permite el revolucionarios parecen enfrentar, entre otras, la difíz
“apoyo vigoroso de las federaciones campesinas” por- cil praxis revolucionaria de apoyar las reformas ver-
que éstas son controladas por su enemigo político, el daderamente progresistas y populares, yde organizar a
APRA, que, como ya observamos también, hace tiempo las masas para radicalizar el proceso político hasta don-
dejó de ser un partido revolucionario. Así que requie- de (por ahora no muy lejos) las circunstancias Jo
re igualmente poca imaginación predecir la bienvenida permiten, manteniendo y aun desarrollando a la vez
u otra reacción con que la “revolucionaria” Junta Mi» la independencia de acción de los partidos, los cuadros.
y las masas revolucionarias frente al gobierno refor-
Inista,
Para el pueblo latinoamericano, la opción de una
estrategia autónoma y de una política popular ver-
dadera es objetiva y necesariamente otra. La lumpen-
burguesía latinoamericana sólo se puede valer de la
manu militari para optar por una “alternativa de la
autonomía” e imponer una “estrategia del desarrollo”
—ideadas por los ideólogos de autonomía individual onso AGUILAR y Fernando CARMONA, México: vi
y dependencia institucional— que a la par de moder- queza y miseria. Ed. Nuestro Tiempo, México, 1967.
nizar la dependencia latinoamericana mediante refor- evan de ANTUÑANO, en Miguel A. Quintana, Estevan
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del lumpendesarrollo latinoamericano, hasta” su re- agricultura de La Habana y medios de fomentarla”, en
solución por el pueblo mediante la única y verdadera Hortensia Pichardo, Documentos para la historia de
estrategia del desarrollo: la revolución armada y la Cuba (Epoca colonial). Ed. Consejo Nacional de Uni-
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la Jumpenburguesía y el lumpendesarollo en América lo ARRUBIA, Estudios sobre el subdesarrollo colom=
latina me obligan a concluir este ensayo con las mis- biano. Ed. Oveja Negra, Medellín, 1969.
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EEA
163
das las principales reformulaciones del pensamiento
económico. .. han sido todas respuestas a las cam- ional, la promoción de “reformas estructura-
biantes condiciones y oportunidades políticas. planificadas” con “ayuda extranjera” y endeuda-
o que fueron patrocinadas por la Alianza para
Guxar MyrDaL, Asian Drama. Progreso, y después la vuelta hacia la “integra-
económica” a través de la aLaLc y sus deri-
El desarrollo en América latina de la “teoría de la regionales centroamericano y andino, que de-
dependencia” del subdesarrollo en la época de la pos- y automáticamente recibieron el visto bueno de
guerra fue la respuesta a las cambiantes condiciones y gobiernos latinoamericanos (exceptuando el cuba-
oportunidades políticas que se habían dado por razo- )'en sucesivas conferencias en Punta del Este. Al
nes históricas, en especial en esta región del mundo o: gen de las intenciones y autopercepciones subjeti-
en determinadas partes de la misma, por la crisis del de los prominentes economistas cepalinos-ideólo-
capitalismo mundial durante las décadas de los treinta: desarrollistas como Raúl Prebisch y Aldo Ferrer
y cuarenta, Análogamente al surgimiento de los fren= 'Argentina), Celso Furtado, Antonio Barros de Cas-
tes populares (comprendido el New Deal en los Esta- y María Conceigao "Tavares (Brasil), José Mayo-
dosUnidos) y al keynesianismo en la metrópoli impe- e (Venezuela), Horacio Flores de la Peña (México),
rialista, determinados países latinoamericanos experi bal Pinto y Osvaldo Sunkel (Chile), y muchos
mentaron el surgimiento de regímenes burgueses popu= s, se dieron dos importantes acontecimientos des-
listas y nacionalistas que se dedicaron a la tarea eco- mediados de los años sesenta,
nómica de la industrialización a través de la sustitu= Por un lado, evidentemente, el desarrollismo topó
ción de importaciones, a la política del desarrollismo "con una crisis económica y política cada vez más agu-
y a su legitimación ideológica a través del “estructu= en los países latinoamericanos (tal como se refle-
ralismo” y la “dependencia”, En última instancia, el en los propios escritos de la GEPAL, reseñados por
desarrollismo encontró su expresión más importante e autor en Lumpenburguesía: lumpendesarrollo y en
influyente en el trabajo de la Comisión Económica into Final, N* 89), mientras que la Revolución Cu-
para América Latina de las Naciones Unidas (or=
PAL), bajo la dirección del ex ministro de Hacienda a señaló una estrategia alternativa y radicalmente
erente (reflejada también en algunos otros escri-
de la Argentina, Raúl Prebisch, quien posteriormen=
del autor, en especial en algunos ensayos compila-
te llegó además a inspirar la formación y a guiar la
suerte de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo los en Latinoamérica: subdesarrollo capitalista o re-
olución socialista, por aparecer en México, Ediciones
de las Naciones Unidas (uncraD). ). Por otra parte, aunque menos perceptiblemente,
_Nacida aparentemente de —e impulsada por— as-
piraciones nacionalistas progresistas, la nueva ideolo- especial para los cepalinos y sus seguidores, el na-
gía desarrollista y la teoría de la dependencia encon- alismo aparentemente progresivo de sus manifes-
traron inmediatamente una fuerte oposición y recha- ciones económicas, políticas e ideológicas había sido,
zo científico por parte de los “monetaristas” ortodoxos le hecho, corresponsable del desarrollo de la crisis del
dentro y fuera de Latinoamérica, que se expresó a tra=
arrollismo. Mientras tanto, un grupo de jóvenes
vés de su largo debate con los “estructuralistas”, Ade- “científicos sociales de América latina y de otros países,
más, en el curso de dos décadas la doctrina cepalista: un creciente público, especialmente entre la juven=
encontró cada vez más aceptación y se benefició, o tud, se mostró bastante insatisfecho con el desarrollismo
sufrió, de diversas modificaciones en respuesta a las dis y la dependencia de inspiración cepalina, que les pa-
ficultades acumulativas de la sustitución “fácil” de im= recían cada vez más conservadores. Como respuesta
portaciones, así como la expansión de la corporación ofrecieron una “teoría de la dependencia” y una estra-
tegia revolucionaria críticamente alternativas, inspira-
165
grupo “de izquierda” entre los cuales ellos
primordialmente a Dos Santos, Quijano,
o y Faletto, Marini y Gunder Frank, entre
Es notable que esta apertura crítica no surgió de la . Este último grupo se distingue supuestamente
vieja izquierda y menos aún de los partidos comunistas, anterior por rechazar su “dualismo”, tanto en el
sea en Latinoamérica o en Europa. Al contrario, nacional como internacional, reemplazándolo
con.
las notables excepciones de Mariátegui en Perú y Anf- un análisis insistente del conjunto de las relacio-
bal Ponce en Argentina, durante el medio siglo trans- imperialistas y de la participación activa, cons-
currido desde la muerte de Lenin estos partidos no “ciente y voluntaria, de América latina —en el pla=
produjeron sino el Comintern y el browderismo de la "no económico y político nacional— en el sistemá im-
época de Stalin, y la coexistencia pacífica “no-capita= 'perialista bajo el liderazgo burgués —incluida la bur-
lista” de los años de Kruschey (su “progresivo” alej - guesía nacional progresista—, tal como se manifiesta
miento del leninismo y su relación con las tendencias en la “nueva dependencia” de los años sesenta, Capi-
posteriores bajo reseña son examinados por Albert talismo y subdesarrollo en América Latina, escrito por
o
Filippi en su prólogo a la edición italiana de Lumpe Andre Gunder Frank entre 1963 y 1965, y algunos
n-
burguesía...) Durante todo este tiempo, y hasta fines otros de los primeros ensayos del autor compilados en
de los años sesenta, los partidos comunistas latino Latinoamérica: subdesarrollo capitalista o revolu=
ame-
ricanos y sus ideólogos (siempre exceptuando al ción socialista se mencionan, frecuentemente, como el
ac-
tual Partido Comunista Cubano) no han hecho disparo de partida de esta “nueva apertura”. El autor
nin-
guna contribución a la teoría marxista u otra que “considera ahora a su Lumpenburguesta: lumpende=
se haya podido descubrir. (sea antes o después), que sarrollo, escrito en 1969, como un (aunque quizá no
con motivo de la OLAS en 1967, Fidel Castro el) canto de cisne de este concierto, aunque algunas
ridicu-
lizó sus arcaicos modelos 14, 13, 12). Programáti- nuevas estrellas en América latina aun cantan nuevas
camente, estos partidos han sido apenas tan ayan- variaciones de esta melodía (y ecos de la misma han
zados como los desarrollistas burgueses de los cuales empezado a ser grabados o tocados recientemente en
se diferenciaron a lo más en su posición —principal. otras partes del mundo).
mente propagandística e inspirada por los soviéticos
frente al imperialismo norteamericano, y políticamen- Dentro de ciertos límites —y dentro de sus limita-
se haya podido descubrir (sea antes o después, que ciones—, la importancia de la teoría de la dependen-
por el perro burgués nacional, quien se aprovechó cia del subdesarrollo es innegable en términos de los
de ya citados criterios de Myrdal, Dowd y Marx. Repre-
los partidos comunistas —temporalmente exceptuan-
do los de Guatemala, Venezuela y Colombia— “sentó, sin duda, una importante reorientación en res
para 'a a cambiantes condiciones y oportunidades po-
mantener atados a los movimientos obreros. Frente
al Indudablemente permitió y obligó, tanto a
desafío de los teóricos de la nueva dependencia,
los amigos como a enemigos, a plantearse preguntas dife-
partidos comunistas, dentro y fuera de América
latina, rentes y ofrecer otras soluciones. Ha sido hasta coins
se plegaron lealmente a la oposición,
Los numerosos publicistas, reseñadores y clasifi trumental en cambiar el mundo, aunque no lo revo=
ca- lucionó como algunos de sus proponentes habían es-
. dores de la teoría de la dependencia (Olme
do, Gra- perado y algunos de sus opositores habían temido. Lo
ciani, Filippi, Sechi, Martinelli, Valenzuela,
Boden- "mismo puede probablemente decirse de la nueva teo-
imer, Murga, Acevedo, Guzmán, etcétera), están
casi totalmente de acuerdo entre sí al distinguir ría de la muevea dependencia, tanto con respecto a
un su abuelo positivista como respecto a su padre refor-
“viejo” grupo “de derecha” de teóricos desarrollistas
de la dependencia mencionados anteriormente, mista desarrollista. Pero implícito en el surgimiento
y un
166 167
de la “dependencia”, en respuesta a cambiantes con= reemergente son acompañados por un nuevo
diciones políticas (y éstas en relación a cambiantes y” (para tomar prestada una palabra de las
condiciones económicas), está la posibilidad, o la pro- relaciones antes inimaginables entre Sudáfrica y un
babilidad, o más aún, la necesidad, de su posterior creciente número de nuevos estados africanos), que
decadencia para despejar el camino a nuevas explica- hace oír en todo el mundo, tanto dentro como en-
ciones científicas y orientacionens ideológicas, en la ¡tre muchas de sus regiones,
medida que las condiciones económicas y políticas
Se difunde en los países capitalistas industrializados
vuelven a cambiar. Mientras más importante ha sido
una teoría en vista de su relación con la realidad con- un movimiento neosocialdemocrático y amenazas neo-
fascistas para el caso de que aquél fracase (para to-
creta, tanto menos será ella eternamente verdadera,
mar en préstamo y modificar algunos términos de la
condición que en el mejor de los casos se reserva a tau-
tologías vacías. última gran crisis, mientras el análisis contemporá-
"neo no nos ofrezca una terminología más adecuada o
Se está acumulando la evidencia de que la “de-
quizás una ideología de falsa conciencia). Ello cons-
pendencia” —tanto la vieja como la nueva— ha fituye una respuesta a la movilización de masas ge-
terminado o está en vías de completar el ciclo de su nerada por la crisis, y esto es así en la Alemania de
vida natural, por lo menos en Latinoamérica, que Brandt; en la dificultad de Heath para invocar la
fue la que le dio vida. La razón es la nueva cam- Ley de Relaciones Industriales que su predecesor la=
biante realidad económica y política mundial, que “borista no había podido imponer en Gran Bretaña;
puede resumirse en una palabra como la crisis de los en la promoción de “Chile con salsa de spaghetti” y
años setenta. Sean cuales fueren su causa y su na- de la “apertura a destra” en Italia; en la copia de la
turaleza, así como su destirio o resolución —pregun- fórmula de la Unidad Popular chilena, y la reacción
tas y respuestas, precisamente, que habrán de code- gaullista a la misma, de Pompidou en Francia; en
terminarse por la alternativa necesaria a la “depen- la nominación por el Partido Demócrata de Mc Go-
dencia” el “keynesianismo”—, la realidad de esta vern en los Estados Unidos y su flirteo con el electo-
nueva crisis se hace cada vez más evidente en el rado adicto a George Wallace, etcétera. Están, ade-
mundo. Las tasas descendentes de crecimiento eco- más, el desarrollo del socialimperialismo (para servir-
nómico, y aún más (y más importante) de utilida- se de la terminología china) y su ofensiva económica
des y de inversiones en los países capitalistas indus- y diplomática en importantes regiones subdesarrolla=
trializados, y la lucha intensificada entre ellos por das. Una importante modificación de la anterior divi-
mercados nacionales e internacionales —manifiestas n del trabajo también es el desarrollo subimperia-
en la “crisis financiera” y la devaluación del dólar lista de Brasil, Sudáfrica, Irán, India y quizás otros
entre otros— constituyen evidencias de una nueva contendientes por rutas tanto similares como diferen=
crisis en el proceso histórico de la acumulación capi tes de las que Japón e Israel trazaron antes de ellos.
talista de capital. Modificaciones recientes en la po- Y en otras partes del mundo subdesarrollado (para
lítica nacional y extranjera de algunos países socialis- tomar de nuevo en préstamo temporal un término del
tas indican que allí también el proceso de acumula- pasado), las tendencias corporativas neofascistas com-
ción de capital está cambiando de velocidad o rumbo, piten con las tentativas nacionalistas y neopopulistas
y que ellos hacen intentos por colocar su participa- de trazar el camino hacia el socialismo, desde Bangla
ción en la recientemente emergente división interna Desh y Ceilán pasando por Tanzania y Zambia, has-
cional del trabajo sobre una base modificada y más ¡ta Perú y Chile. Una nueva o renovada dimensión
amnlia. Las concomitantes negociaciones y el paso es la guerra, o su amenaza, entre estados del Tercer
de la “bipo'aridad” de la guerra fría a la “multipola- Mundo que vuelven su “nacionalismo” no solamente
168 169
contra los países imperialistas, sino también, con el tinoamericanos, reunidos en Viña del Mar, delega-
apoyo imperialista, contra sus propios vecinos. ron a uno de ellos para elevar una presentación al
En vista de esta crisis mundial y de los críticos pro- idente Nixon en la Casa Blanca en el sentido de
blemas concomitantes surgidos en América latina y que la ayuda extranjera estaba fluyendo desde Lati-
otras partes, la vieja teoría de la dependencia desa- 'noamérica hacia los Estados Unidos. Gran parte de
rrollista, y aun su ideología, parece haber entrado en la crítica a la inversión extranjera propuesta por los
bancarrota. Puede sospecharse lo mismo de la anta- analistas de la nueva dependencia fue incorporada en
ño revolucionaria teoría de la nueva dependencia, las restricciones puestas a la inversión extranjera en el
que si no se encuentra en bancarrota, por lo menos código del Pacto Andino y se recomienda ahora algo
está escasa de efectivo como para enfrentar las de- similar, por parte del secretario de la UNCTAD, 2
mandas inmediatas que en lo económico, político e otros países subdesarrollados. Y en la 1 Conferen-
ideológico le hacen los revolucionarios que tienen que cia de este organismo la nueva dependencia, el desa-
formular la estrategia, y las tácticas en las actuales rrollo del subdesarrollo y hasta el subimperialismo co-
circunstancias. Así parece suceder en Brasil, Uruguay, braron vigencia en las declaraciones oficiales de varios
Argentina, Chile, Perú, Venezuela y México, entre delegados, Esto es bastante más motivo de preocupa-
otros, y quizá también en Cuba. (Esto pone también ción que de orgullo para los inventores de dichos
en duda lo aconsejable de la exportación tardía de términos. Dejaremos para los críticos que siguen
la “dependencia” hacia Asia y Africa, cuando, ade- otras reflexiones sobre las relaciones y diferencias en-
más, el “tercermundismo” ya alcanzó la cima de su tre la vieja y nueva teoría de la dependencia.
influencia en las revueltas estudiantiles metropolita= La nueva teoría de la nueva dependencia ha sido,
nas de 1968-1969.) Por otra parte, la aparente si- por supuesto, objeto de diversoscríticos y críticas. Aquí
multaneidad de la crisis de la vieja y nueva teorías podemos examinar,clasificar y reseñar —si no contes-
de la dependencia plantea la interrogante de cuán ra- tar exhaustivamente— las principales tendencias refle=
dicalmente diferentes fueron o son. Quizá menos de jadas en quienes han hecho referencia especial al tra=
lo que algunos de nosotros hubiésemos querido. Po- bajo o a la persona de Andre Gunder Frank. Antes
demos observar con Roberto Castañeda —en su rese- de seguir adelante, sin embargo, puede observarse que
ña del N* 150 conmemorativo de El Trimestre Eco- —aunqueeste trabajo no ha sido más que la parte so-
nómico*— que aquellos que una vez fueron radica= cialmente determinada de una corriente más amplia,
les desarrollistas y aprovecharon gran parte del aún tal como se reseñó recientemente— muchos críticos
más radical análisis de la nueva dependencia, ahora han otorgado un tratamiento especial, o a menudo ex=
conmemoran la dependencia desde las páginas de la elusivo, a AGF o a su trabajo, suponiéndolo represen=
revista económica más prestigiosa del continente la- tativo del resto, y llegando a veces al extremo de sos-
tinoamericano, y muchos de ellos incluso ocupan pues- tener, explícita o implícitamente, que una crítica (exi-
tos ministeriales en sus respectivos países. Hasta tal tosa) de este único ejemplo vale y abarca a todos,
punto una parte del análisis de la nueva dependencia criterio —este último— bastante discutible. Quizás
fue acogido por el establishment burgués, que —co- esta preferencia (negativa) puede derivarse del su=
mo se cita en Lumpenburguesía ...— los cancilleres to de los críticos de que Aur les ofrece un blanco
'más vulnerable o destructible, o uno más visible, o uno
descubierto antes, o uno que se supone más extremo,
* “Subdesarrollo Latinoamericano: ¡150 Trimestres os Con- 'o una combinación de todas estas razones. Una cosa
templan!”, Problemas del Desarrollo. Revista Latinoameri- es segura, y ésta ha sido francamente clarificada por
cana de Economía, México, año 1, N* 8, pp. 165-168. el autor y universalmente apreciada tanto por amigos
170 171
como por enemigos: que el trabajo ha sido intencio- menores que nada tienen que ver con el argu-
al, conscientemente político y substancialmente ins- central, o a desviar la discusión totalmente
pirado por la Revolución Cubana. Sea como fuere, a del punto en contienda, alegando que el com-
existe evidente motivo para que el autor se haga car- omiso político de acr —no así el propio— excluye
go de las críticas, especialmente de las que afectan a la objetividad, y por tanto la credibilidad o validez.
las “tesis frankianas”. Según ellos, el trabajo constituye la restauración re-
Las críticas, y en especial los críticos (véase lista de "petitiva de una tesis del imperialismo (que ellos su-
referencias en el apéndice), parecen dividirse en tres ponían muerto hace tiempo). Es dogmático (su pa-
principales tendencias: las retrospectivas de derecha y “labra favorita) ; ideológico en vez de empírico; ¡profé-
de la izquierda marxista tradicional, y la prospecti- tico en tono en vez de analítico en contenido —aunque
va de la nueva izquierda, cada una de ellas dividida - (según otro autor) el trabajo es catastrofista—, y cons-
a su vez en dos subgrupos (A y B). La publicación tar- tituye un tipo especialmente rígido de leninismo (no
día (en relación a su redacción) del libro completo obstante que el mismo autor alega que el trabajo es
Capitalismo y subdesarrollo en América Latina, en dirigido contra los comunistas).
1967 y 1969 en inglés, francés e italiano, y en 1970 En cuanto condena objetiva (¿quién se propuso
en español, encontró en un principio una recepción hacer una condena?), el libro sería evidentemente ina-
favorable, si bien poco crítica, en diversos círculos de decuado, ya que la defensa (del capitalismo) no se
izquierda, la cual en alguna medida aún subsiste (véa- “examina, y menos aún se destruye —según Timothy
se Amin, Palloix). Pero también estimuló una reac- King, del Queens College, Cambridge, Inglaterra, es-
ción crítica que no tardó mucho en aparecer, empe- “eribiendo en el Economic Journal que se edita en la
zando especialmente (1. A) en la derecha reacciona= "Biblioteca Marshall—,y, continúa,solamente aquellos
ria y liberal (American Opinion de la John Birch ya están convencidos en el fondo de su corazón
Society norteamericana y de King), luego por 7..B) le que el sistema capitalista tiene solamente explo-
los demás liberales y socialdemócratas de diversa índo- “tadores y explotados, se dejarán persuadir sobre la
le (Halperin, De Kadt, Sauvy, Morner, Dedijer, Dal- veracidad de la tesis general expuesta en este libro
ton, Alba, Aportes, Pinto y, en general, varios colabo- en base a la evidencia proporcionada. Y en “res-
radores del simposio sobre “responsabilidad” en Cur- esta” a la crítica que el que esto escribe hace del
rent Anthropology, y diversos autores de reseñas en bajo de George Dalton y otros sobre antropolo-
revistas académicas norteamericanas) . económica, dicho autor escribe: “Frank odia toda
Estos críticos de derecha carecen de la perspectiva, ja social que nosirva para justificar la revolución.
o de la capacidad, o del interés, o de las tres cosas, comentario no es sobre antropología económica.
como para examinar el argumento en su propio nivel, una denuncia altisonante de casi todos los que
para no decir, por supuesto, de llevarlo a un nivel comparten su rabia revolucionaria. No tiene caso
más alto; su interés académico y político es descalifi- más allá para responder a escritos tan llenos de
car el argumento —y a través de sus reseñas prevenir e ideología”. (¡Amén!) Un lector escribió a la
a los no entendidos contra el mismo— recurriendo a ión “discusión y crítica” de la revista para hacer
los “descalificativos” que el positivismo ha inculcado tar que alguien que necesita valerse de este tipo de
en las mentes de sus víctimas, a saber el “error” em- puesta tan sólo demuestra que carece de recursos
pírico y la falta de “objetividad”. Con pocas excep- para hacer frente a la argumentación. Hasta aquí en
ciones, los críticos de la derecha conservadora,liberal lo que se refiere a los críticos desde la derecha.
y socialdemócrata, se limitan, en sus reseñas y críticas Una segunda tendencia principal entre críticos y crí-
de la argumentación,a insistir en desacuerdos empíri- ticas deriva de (2) los principales partidos marxis-
172 173
tas y sus portavoces o seguidores oficiales y no ofi- desde 1963, ellos no empezaron a dirigir su
ciales. Entre éstos puede distinguirse especialmente: a pesada contra este trabajo hasta 1969 y espe-
(4) los comunistas inspirados por o alineados con nte desde 1970,
Moscú, y (B) los maoístas y trotskistas. (2. A) Entre Lejos de ser una coincidencia o deberse siquiera a
los primeros, el trabajo y la tesis —o a menudo más na demora “natural” entre la publicación y la crí-
bien la persona— de Acr han sido objeto de crítica, tica, puede sugerirse que el momento escogido para
entre otros, por Víctor Volski, director del Instituto esta crítica es una consecuencia y un reflejo de la
de Asuntos Latinoamericanos de la Academia de erisis antes mencionada, y que está destinada a ayu-
Ciencias de la urss, y B. N. Brodovich, escribiendo dar —aunquesea en pequeña medida— a la resolución
en Latinskava America (Moscú); L. Becerra en Re- de dicha crisis de una u otra manera. Por qué y
vista Internacional — Problemas de la Paz y el So- cómo la nueva izquierda responde a la misma crisis
cialismo (Praga); Renato Sandri, especialista en con su crítica constructiva puede examinarse más
asuntos latinoamericanos del Comité Central del Par- “adelante, Aquí puede preguntarse por qué camino
tido Comunista de Italia; Ruggiero Romano en media o en qué dirección quieren dirigirnos los partidos
docena de publicaciones de Europa y América latina; comunistas. Durante gran parte de los años sesenta,
quizás Eugene Genovese, uno de los principales histo- el avance de la Revolución Cubana y su atracción y
riadores marxistas de los Estados Unidos y Canadá; y prestigio cada vez mayores en América latina y otras
en América latina, Mauricio Lebedinsky de Argen- partes obligaron a los partidos comunistas tradicio-
tina, Armando Córdova de Venezuela y José Rodrí- "nales —que simultáneamente se estaban batiendo en
guez Elizondo de Chile. otro frente ideológico con los chinos— a adoptar una
Estas críticas, ligadas a los partidos comunistas, actitud relativamente conciliadora hacia la política cu-
en cierta medida caen entre las del ala derecha de la bana y las posiciones vinculadas con ella en Latino-
primera tendencia y las críticas de la tercera tenden= “américa. En algunos casos ellos aceptaron temporal-
cia de la nueva izquierda, compartiendo algunas ca- mente la lucha armada; y en muchos casos cambiaron
racterísticas de la primera y otras de la última. Con su línea, o por lo menos su lenguaje táctico. Empezó
la tercera tendencia, la crítica comunista comparte a desaparecer de los programas de los partidos comu-
el reiterado juicio de que Acr no es marxista porque nistas la ya clásica fórmula de la lucha democrática
hace hincapié en la circulación con exclusión, total contra un imperialismo solamente “externo” y un
o virtual, de la producción, o que confunde las dos “feudalismo” interno —nótase, por ejemplo, el cam-
categorías al construir su argumento sobre el capi- bio del programa electoral en Chile desde el FraP de
talismo. Los méritos de esta crítica, que se constru= 1964 al de la Unidad Popular en 1970—. Algunos
ye con mucho más seriedad por parte de la nueva partidos comunistas de América latina enviaron re-
izquierda, bien pueden reservarse para el comenta- presentantes a la oLas en 1967, y otros —inclusive los
rio que más adelante se hace al reseñar la tercera de Brasil, Argentina y Chile— enviaron sus secreta-
tendencia, dejando aquí la interrogación acerca de rios generales a Moscú para que allí se hicieran refe-
los motivos comunistas para escoger esta línea de ata- rencias oblicuas, pero bastante transparentes, a la
que, Aquéllos parecen relacionarse con una segunda OLAs, en el sentido de que “nacionalistas pequeñobur-
característica que las críticas comunistas: comparten gueses que niegan la significación internacional del
con las de la nueva izquierda: la selección del mo- .marxismo-leninismo han creado una concepción del
mento oportuno para su contraofensiva. Es notable excepcionalismo local o continental... mientras que
f que aunque estos artículos de Ar circularon, y han se denomina comotradicionalistas, ortodoxos y mode-
sido objeto de algún fuego de francotiradores comu- rados a aquellos partidos que se mantienen leales a los
174 175
principios del marxismo-leninismo”. No fue sino has- _porque ellos habían contribuido a desencadenar el
ta el fin de la década, y quizá no accidentalmente ¡al ser demasiado izquierdistas! El presidente
hasta un tanto después de la muerte del Ché Guevara, Partido Comunista de Ceilán me contó reciente-
que los partidos comunistas de América latina nueva- mente que sería bueno que ellos dejaran la coalición
mente lograron una unidad substancial en el marxismo- gubernamental “progresista” de la señora Banda-
leninismo internacional —y lanzaron una contraofen- ranaike, o fueran expulsados deella, porque la movi-
siva general en un frente amplio, incluyendo blancos lización popular (al margen o contra el gobierno) se
tan diminutos como AGF. estaba volviendo “demasiado caótica” y porque su
Puede preguntarse, ¿en qué dirección apunta esta ido podría hacerse cargo de ella con más autoridad
contraofensiva comunista? Políticamenete, ella está si estuviera fuera en vez de dentro del gobierno.
marcada por el acercamiento económico y político ca- El Partido Comunista de Chile públicamente echó la
da vez mayor entre la urss y el imperialismo, que culpa del derrocamiento del gobierno de Torres en
parece obstaculizado solamente por la guerra sucia Bolivia, no a una movilización obrera que fuera inade-
en Vietnam y el enfrentamiento en el Medio Oriente. cuada o incorrectamente organizada, sino al “ultra-
El Partido Comunista Francés (el secretario general jzquierdismo” de la Asamblea Popular y su consti-
del pa chileno dijo en cierta oportunidad que es el par- tución, A
tido qué más se parece al suyo) declaró, y es más,
El Partido Comunista de Chile, primero participó
demostró, ser el “partido del orden” durante la re- en escribir en una parte destacada del programa de
vuelta de 1968 que, más allá de los estudiantes, movi-
lizó 10 millones de obreros en Francia, En Italia, el la Unidad Popular la formación de una Asamblea
“mayo” de un año de duración, en 1969-70, en Turín, Popular y la promesa de que sus Comités de Uni-
dad Popular (cup) se transformarían, después de la
Milán y otras ciudades obligó al Partido Comunista
yictoria: electoral de comités electorales en comités
a seguir, más bien queliderar, la movilización masiva para una movilización de masas continuada y cada
de los obreros. Más recientemente, como ya se obser-
vez mayor. Pero luego este partido dejó de aprove-
vó, los dos partidos mencionados se hicieron admira- char su capacidad organizativa para desarrollar di-
dores —y para sus propios fines grandes propagandis- chos comités y no hizo nada para evitar el desgaste de
tas— de la “vía chilena”. En América latina, el Par= casi todos los 15.000 cur del país. Sin embargo, la
tido Comunista de Venezuela volvió a la “paz demo-
movilización de masas, lejos de disminuir, aumentó
erática” antes de dividirse, En otros países latinoame-
a niveles jamás conocidos en Chile. Cuando en Gon-
ricanos, y en vista del aumento de la movilización de
masas generada por la crisis, los partidos comunistas 7 cepción, centro que tradiciona'mente es el de mayor
se han plegado, han promovido y, en donde ha sido
conciencia y organización política del país. todos los
vartidos de izquierda dentro y fuera de la Unidad
posible, liderado viejos o nuevos frentes populares,
Popular, y no menos e' Partido Comunista, organiza-
unidos o amplios. Estas iniciativas, o más correcta-
mente estas respuestas comunistas, ¿son para movili- ron primero una movilización de masas y después el
primer encuentro de una Asamblea del Pueblo, el
zar a obreros y campesinos hacia la revolución socia-
Partido Comunista de Chile desionó a su principal
lista, o son para guiar esta movilización objetivamen-
ideólovo para descalificar a sus comnañeros de la up
te generada hacia el camino pacífico “al socialismo”?
por termocéfalos irresnonsables ome han perdido todo
La autocrítica pública del Partido Comunista Brasi-
contacto con la realidad. ¿Cnál es entonces la reali-
leño después del golpe militar de 1964 expresó no su
dad seoún el Partido Comunista de Chile? ;Oné el
pesar porque durante el régimen “progresista” de
Goulart ellos hubieran sido demasiado moderados, si- descenso del anovo electoral. y quizás otros apovos,
experimentado por el gobierno de la Unidad Popular
176 177
ET
durante los últimos meses (o desde las elecciones a a algunas ca] determinados grupos socia=
de abril de 1971) no se debe a no haber cumplido .enmendando ecaclertos tácticos”. Para el Partido
partes importantes del Programa de la ur y a no - ista de Chile la consigna llegó a ser “consoli-
haber cumplido ni siquiera con la mitad o algo más dar avanzando”, cuyo significado en la práctica mu-
de las “40 medidas” prometidas por él mismo?... chos han comprendido como “avanzar consolidando”.
Al contrario, el mal reside —según el pc chileno— Estas circunstancias y políticas también sirven de
en las presuntas y excesivas transgresiones del progra- base y determinan la contraofensiva del Partido Co-
ma de la ur y en los “ultraizquierdistas infantiles”, munista en el frente ideológico, inclusive contra AGF
quienes, en alianza con la cra y el imperialismo, pre- y la mueva dependencia. La “vía chilena” ya tiene
suntamente impulsan tales transgresiones. Por otro en sí bastante importancia. Pero ella ha alcanzado
lado, más allá de movilizar su considerable poderío también amplias implicaciones para la suerte de los
organizativo para desmovilizar la masa en miles de movimientos de frentes unidos —no importa cuán
luchas cotidianas menores (y algunas mayores), el diferentes puedan ser del chileno— en varios otros
Partido Comunista de Chile se ha valido de sus par- países latinoamericanos. Y en una coyuntura históri-
lamentarios para promover y concertar innumerables ca en la cual el “tercermundismo” parece haber re-
convenios con la oposición demócrata cristiana a trocedido a un lugar secundario con respecto al cen-
Puertas cerradas y a espaldas de las masas —y los tro de gravedad política mundial, a Chile se le con-
ha empleado para anunciar su política oficial para 'sidera como una pieza vital para los partidos comunis-
el futuro previsible: ¡ganar a las clases medias para tas que se encuentran en una seria contienda, cuyos
las próximas elecciones! rey y reina, o por lo menos torre y alfil, están en
Poco antes de ser nombrado ministro de Hacienda, - Francia e Italia. No es accidental la atención que
Orlando Millas escribió el documento político más algunos ideólogos comunistas de Europa dedican a
comentado —dentro y fuera del pG— de los últimos Chile, y aun a las “aberraciones” ideológicas cen=
tiempos, titulado La clase obrera en las condiciones tradas en Chile, que en otras circunstancias serían
del gobierno popular. Después de repetir algunas pa= insignificantes.
labras acerca de la importancia de la movilización Estas circunstancias quizás explican, más que justi-
obrera y de hacer hincapié en las diferencias entre el fican, la táctica principal empleada por estos “com<
Chile contemporáneo y la wr leninista en la Unión - pañeros” —uno de ellos ha escrito que él no es
Soviética —pero sin especificar ninguna diferencia en compañero de Acr— para combatir las “contenciones”
particular, como por ejemplo retener el poder polí- —así mencionadas por otro que no puede llamarlas
tico—, Millas revela el meollo de su argumentación 1 Stesis"— de AGE, quien es un eminente sabio de papel
y de la estrategia de su partido: “Lo característico de (todo entre comillas, se entiende), con un talento
la coyuntura de hoy en nuestra experiencia es que la y una pasión dignos de mejor causa: es un teorizante
correlación de fuerzas ha sido afectada, en contra de conspicuo de una izquierda anárquica, un provoca=
la clase obrera y del gobierno popular, por errores po- dor, desviacionista, confusionista y divisionista; este
Jíticos y económicos que podemos resumir diciendo investigador (sic) marxista (nuevamente sic) lleva su
fue constituyen transgresiones al programa de la Uni- ligereza a límites extremos bajo un pretexto seudomar-
dad Popular. Cabe, entonces, poner el acento en la ista, en una tentativa deliberada de crear confusión;
defensa del Gobierno Popular, en su mantenimiento su ligereza, trivialidad y superficialidad intelectuales y
y en la continuidad de su obra. Sería funesto seguir su superficialidad ytrivialidad científicas no pueden dar
ampliando el número de los enemigos, y por el con- lugar sino a la inconsistencia (¿será mejor decir desho-
trario, deberían hacerse concesiones y, al menos, neu= —nestidad?) política, que es el producto natural del tra-
178 179
bajo de un pequeñoburgués con pretensiones de mar- sedisminuye la posibilidad de discusión. Porque
xista revolucionario (flomano). No, no hay ilusión para terminar, que discutir significaría ha-
posible. Gunder Frank termina su trabajo propo- erse cómplice de Andre Gunder Frank, el cual, 0b-
niendo como la única y correcta estrategia del desa- jetivamente —y a nivel político— no es más que un
rrollo la revolución armada y la construcción del so- verdadero provocador. Se podrá preguntar que si
cialismo, La verdad es que en Chile, Perú y Bolivia, todos estos escritos son tan inútiles, ¿por qué habla-
la liberación sólo puede ser el resultado de un proceso mos de ellos? Porque desenmascarar su aspecto pro-
articulado y laborioso de lucha antioligárquica y an- vocador me parece una obligación. Un deber de mo-
tiimperialista (Sandri). “El marxismo-leninismo ha» ralidad científica, de higiene intelectual, de profilaxis
ce centro, dada la estructura, la alianza clave del tica. Ante un exceso de incapacidad en la presun-
proletariado y el campesinado en un frente con la ción de este calibre, se tiene el deber de reaccionar y
pequeña burguesía, las capas medias y sectores pro- de indicar que tras todo este oropel conceptual de
gresistas de la burguesía nacional, para resolver el il a no existe sino el más total vacío”. (Romano).
problema agrario como eje de la revolución necesa- [¡ Amén!]
ria. En la revolución socialista que proclama Frank En estas circunstancias podemos preguntar, ¿qué
y quienes aceptan sus puntos de vista, la clase obrera queda por discutirse con o en relación con estos ca-
marcharía sola. Por tanto no habría que trabajar en maradas? El lector habrá observado por sí solo uno
el seno del campesinado. Tampoco habría que ten- de los aspectos críticos que esta segunda tendencia tie-
der a que participen en la lucha la pequeña y me- ne en común con el nivel del debate empleado por la
diana burguesía, y los sectores más avanzados de la primera, anteriormente reseñada. La otra similitud
burguesía nacional. No habría tareas inmediatas que con ésta reside en la dirección hacia donde dirigen
realizar antes de plantearse la revolución socialista. su argumentación —en el grado limitado de profun=
Nose trata, pues, de un pequeño «detalle»; se trata didad (aunque quizá no de extensión) en que nos
nada menos que del tipo de revolución necesaria, del ofrecen alguna dirección: la retrospectiva.
problema de las alianzas” (Lebedinsky). La resurrección, por otra parte, que el partido
“La cia y la pata del gato. Naturalmente, no es comunista contemporáneo hace del fantasma de su
Gunder Frank, sino lo que representa, lo que está ¡a político “antioligárquico” y “antiimperia=
en el centro del debate. Él representa, básicamente, lista” de antaño, y que algunos pensaron ya muerto
la existencia de un pensamiento de ultraizquierda en sepultado con el Comintern, se complementa —y
la política internacional, sumamente proporcionado. según ellos se apoya— con sólo retocar los mismá-
Un pensamiento que mientras más difusión tiene, simos antiguos argumentos científicos e ideológicos,
más facilita la labor del imperialismo con respecto 'Al margen de su cargo acerca de la debilidad ciemtí-
a los procesos revolucionarios... En efecto, la sola fica de aor, por no lograr hacer un análisis satisfacto- *
presencia de este tipo de teóricos significó... la ten= rio de las relaciones productivas o del modo de pro-
dencia de dividir a los antiimperialistas en dos blo- ducción (cuestión todavía a ser examinada), puede
ques: el de los marxistas e intelectuales revoluciona- observarse ya que los teóricos del partido comunista
rios, por un lado, y el de los comunistas por el otro... 3 tampoco lo han hecho mejor. Ellos no tratan ni lo-
este puñadito de intelectuales amorfos, anárquicos e gran levar el análisis más allá de lo alcanzado en
hipercríticos ,.. defiende las posiciones del imperia= los años sesenta, aprovechándose del renacimiento la-
lismo concurriendo a las trincheras del antiimperialis- tinoamericano y mundial —aunque sea limitado— de
mo”. (Rodríguez Elizondo). los estudios marxistas durante el decenio pasado, para
“Nose trata de estar o no de acuerdo; es que in- reorientar nuestro trabajo planteando nuevas pregun-
181
180
argumentación. Reiterando y reafirmando su
terior reserva acerca de la carencia de un análisis
suficiente de las relaciones de producción por parte
va izquierda que se reseñan a continuación). No; en de acr, Arrighi ahora agregó el cargo de queel análisis
vez de esto, los voceros del partido comunista se li- no es marxista, y menos aún maoísta, por cuanto pre-
mitan a hacer un llamado a la generación pasada
sunta y erróneamente supone que las contradicciones
para retroceder a los mismos, ya viejos, sustitutos
“externas”, en vez de las verdaderas “internas”, deter-
- esquemáticos que no lograron hacer el verdadero aná-
lisis de la transformación del modo de producción minan el curso histórico de los acontecimientos en
en el proceso de acumulación de capital. Pero en
América latina y otras partes. En su conocido ejem=
plo, Mao observaba que a pesar de aplicarse la misma
realidad, para todos los efectos (salvo quizás alguno temperatura “externa” a un huevo y a una piedra,las
de ellos), éstos ya eran inservibles en aquel entonces
y tanto más lo son ahora. ¿Evidencia? El mismo he- diferentes condiciones “internas” hacen que nazca
cho de que no se hiciese necesaria la renovación de de uno un pollito y de la otra nada. A pesar de apo-
los estudios marxistas —que tuvo lugar sin ninguna yarse en esta autoridad marxista, Arrighi no ha lo-
contribución reciente que haya podido descubrirse— grado —aun recurriendo adicionalmente a la corres-
Eemo de estos intelectuales, que se mantuvieron
pondencia personal y a su conversación amigable con
a la línea moscovita de su partido comunista, el autor— clarificarle suficientemente al que esto es-
cribe cómo debe distinguirse exactamente entre las
El camarada Lebedinsky (págs. 92 y 93) reclama que contradicciones “externas” y las “internas” en el pro-
“algunos de los apologistas de la teoría de la [nueva] ceso, tal como éste se desenvuelve en una parte deter-
dependencia prácticamente vienen a una tesis mar- minada del sistema imperialista. Sin duda. 'os límites
xista, pero el primer esfuerzo es diferenciarse de los del éxito de este esfuerzo residen en las limitaciones
comunistas”. Pero a esta altura, ¿quién se dispondría
“internas” de Acr. Pero junto con el esfuerzo de otros,
a seguir, o quién podría unirse al camarada, cuando éste está empeñado en tratar de superarlos en su tra=
suponer que estos “apologistas” se diferencian
en que se quedan cortos de la teoría y praxis del
bajo futuro. No son inmediatamente evidentes las
conclusiones políticas a derivarse de la crítica en Tta-
partido comunista, en vez de avanzar más allá de lia. Pero en América latina. alennos maoístas han te-
ellas? Sea cual fuere la respuesta objetiva, podría nido reservas acerca de la arenmentación en la me-
hacer una indicación personal: yo mismo jamás he
dida cme no sirve de base. tal como ellos lo requie=
tenido la temeridad de proclamarme marxista, En
ninguno de mis escritos publicados —o no publica: ren. a la estratesia maoísta con respecto a los cono-
dos— podrá encontrarse tal pretensión personal. cidos “enatro grunos”.
¿Quién, entonces, formula esas falsas o seudopre- Entre los trotskistas. Ernest Mandel expresó cierta
tensiones? afinidad con nuestras armimentaciones en el posfacio
Una parte de la crítica (2. B), pero mucho menor, a la edición mexicana de su Tratado de economía
marxista, Pero luego su compañero dirigente de la
ha emanado también de otros partidos marxistas
maoístas (Arrighi, Circolo Lenin) y trotskistas (No= y Internacional. George Novak. repitió las mismas
vak, Deward y Bailly). Arrighi se identificó con Ja críticas acerca de las relaciones de producción, etcétera,
y resumió: “El enfoque de Frank al desarrollo socio-
argumentación de acr en el prefacio de su libro so»
bre Africa, escrito independientemente. Al volver a “económico de América 'atina es excesivamente sim=
plificado. No deja luear para situaciones históricas
Italia para hacerse militante maoísta, Arrighi hizo
Pública una autocrítica de su anterior aceptación de complejas, relaciones de clases, formaciones socioeco-
nómicas contradictorias. .. Esto también explica por
AT
qué la tentativa de Frank de dividir el marxismo del Por otra parte, noparecía, y nó párece, preciso
trotskismo y de contraponer uno al otro no tiene - —según creo— enfrentar los cargos equivocados de
fondo”. “Excesivamente simple”, sí —podemos res- - “esquematismo geográfico” y de “estructural-funcio-
ponder—; “no deja lugar...”, no, Y en cuanto a nalismo”, ni las contradicciones internas de sus pro-
marxismo y trotskismo, jamás he alegado representar + pios argumentos (señalados en el Mea Culpa). De
mi a uno ni a otro, ni de dividirlos, ni de contrapo- todas formas, el mismo Dos Santos se ha aprovecha-
nerlos, ni nada. do de su crítica para avanzar aún más en el análisis
Puede distinguirse una tercera tendencia principal que él y sus compañeros de trabajo han hecho de
entre los críticos y las críticas (3), que —no muy sa- Ja “nueva dependencia”. "Tanto este progreso como
tisfactoriamente— puede denominarse de la nueva sus limitaciones —en la medida que ha sido restringi-
izquierda independiente, aunque muchos de sus ac- do esencialmente por la misma coyuntura política y
tores también vinculan su trabajo intelectual a la concepción ideológica— ya han sido comentados por
praxis política militante y partidaria. Lo que los otros críticos, amigos y no amigos. y
distingue dentro del contexto actual es que sus críti- La crítica de Weffort, en el sentido de que nuestra
cas no son retrospectivas sino prospectivas, Estos argumentación supondría una base nacional no exis-
críticos y críticas pueden a su vez subdividirse tente del poder y de la política clasista, es dirigida,
—quizás aún menos satisfactoriamente para ellos y simultáneamente, a Cardoso y Faletto y a acr. Pero
para el autor— en las (4) que se hicieron relati- Cardoso ya ha mostrado que dicha crítica carece de
vamente temprano y que, aunque prospectivas, aún fundamento, y su respuesta plantea preguntas y ofrece
no avanzan su trabajo crítico muy lejos hacia Áreas conclusiones que son bastante más interesantes y tras-
distintas; y (B) las más recientes —y seguramente —cendentales que las de Weffort. Rodríguez y Sechi,
venideras—, cuya contribución importante es que “a por su parte, se limitan a formular cargos de esque-
los conocimentos y análisis actuales se les compone de matismo excesivamente simplificado, que aun si fue-
maneras nuevas, planteando preguntas y ofreciendo- rán correctos en sí, no son muy útiles mientras no
conclusiones que permiten y obligan, tanto a amigos interpretan ni evalúan el esquema dentro del con-
como a enemigos, a dirigir su propia investigación y texto económico, político, ideológico y científico en
análisis en direcciones distintas”, y que dan lugar respuesta al cual primitivamente se planteó, y a me-
a “reformulaciones principales del pensamiento eco- mos que ellos mismos hagan una contribución al re-
nómico... [que son respuestas] a las cambiantes formular las preguntas y conclusiones en respuestas
condiciones y oportunidades políticas”, ¡Mientras más “al contexto recientemente emergente. Sempat divide
éxito tengan en esta tarea, tanto más bien venidos su crítica en lo que en esencia son dos partes: en
sean tales críticos y críticas! , cuanto historiador, alega que los acontecimientos his-
(3.4). La temprana crítica de Cabral et al. y de -tóricos no son los que aparecen en el ensayo de AGR
Dos Santos ya se citaron y se comentaron en el Mea que se basa en Chile. Pero —tal como Torres (véase
Culpa que prologa a Lumpenburguesa . en la más adelante) lo ha observado— tal crítica empírica
medida entonces posible, sus críticas pros; en sí queda necesariamente dentro del marco teórico
aprovecharon y se incorporaron en la extensión y re- de lo que critica y no alcanza a reformular el pro-
orientación de la argumentación anterior que se in- blema teórico, y tanto menos —puede agregarse—
tentó en el texto de dicho libro, y que hizo hincanié por cuanto en el ensayo original, acr explícitamente
en la participación clasista activa e “interna” en la negó cualquier tentativa de escribir historia alguna
determinación del proceso histórico —y de algunas de de Chile, limitándose a expresar la esperanza de que
sus variaciones entre países— a través de yarias eta= pudiera ayudar a reformular la teoría. En la parte
185
e
del ensayo de Sempat que efectivamente se dedica nes del subdesarrollo colonial y capitalista la
a la crítica teórica se atribuye a Acr haber propuesto que debe detenernos, como su progresiva reformula-
presuntas relaciones entre los lazos metrópoli-saté- - ción de las cuestiones mismas y, por este medio, de las
lite y el desarrollo-subdesarrollo, que son precisamen- - conclusiones.
te los inversos de los sostenidos por AcF en el ensayo La importancia del esfuerzo de Laclau, en conse-
basado en Chile, así como en otros. Estas críticas cuencia, no reside tanto en su crítica a eventuales fa-
—como cualquier lector puede comprobarlo— son llas en los análisis del feudalismo y del capitalismo
prospectivas en intención, “tono” y en algunas suge- en América latina por parte de Frank (como suena
rencias no centrales. Pero ellas aún no logran llevar 'su título), y de ninguna manera (según creo) en
adelante la crítica hacia una reformulación teórica su prueba de que AcF no puede decirse marxista (lo
sustancial de las preguntas y conclusiones. que nunca hizo), sino en la confirmación eventual
(3.B). Llegamos finalmente a una nueva apertura de su creencia de que “es posible dentro de este cua-
crítica, Este último año (desde 1971) ha sido testi- dro teórico, situar el problema de la dependencia en
go no tan sólo de una extensión y profundización el nivel de las relaciones de producción” —cosa que
de la crisis económica, política e ideológica, tal como los teóricos del partido comunista, por ejemplo, nunca,
ya se señaló. También ha invocado el trabajo nuevo siquiera, se han esforzado en intentar—. Laclau, por
por parte de estudiosos políticamente comprometidos Su parte, apenas empieza a hacerlo a través de un
que, por una parte, recibieron su formulación en los incipiente análisis de las cambiantes tasas de com=-
avances de la década anterior, pero que —siendo posición orgánica de capital y de plusvalía en el pro-
_también cada vez más conscientes de las limitacio-
ceso de acumulación de capital,
mes de la misma— por otra parte tienen ahora la Glauser se limita a hacer algunas referencias a los
capacidad para colaborar en el enfrentamiento de esfuerzos insuficientes de otros, para pasar a analizar
dicha crisis al ofrecer aperturas críticas que prome- los regímenes coloniales de producción en Chile y en
ten reorientar el pensamiento económico —y la pra- otras partes de Latinoamérica. Elabora una clasifi-
xis política— hacia un nuevo y más alto nivel. Lo cación analítica de las relaciones de producción su-
que en estas críticas es especialmente importante y cesivas y diversas, para concluir que su análisis impli-
meritorio, en nuestra consideración, no es tanto el ca que “la necesidad de un desnivel en el grado
campo viejo que recorren —no importa cuán crítico de desarrollo de las fuerzas productivas, entre una
pueda ser el de los que lo han trazado antes de ellos—, zona llamada centro y otra llamada periferia, parece
sino más bien el campo nuevo hacia donde estas críti- ser una condición indispensable para que la pro-
cas nos conducen, aprovechando lo viejo tan sólo - ducción capitalista exista... De todo lo cual resulta
para construir lo nuevo. Es el caso, por ejemplo, que es la propia estructura interna de cada región
de la serie de recientes críticas fundamentales de la periférica y precapitalista la que supone la existencia
tesis de A. Emmanuel acerca del intercambio desigual, de la producción capitalista central... Estructural.
como también de las críticas contra AF y otros vin- 'mente, el centro es interior a cada región de la peri-
culados a la nueva dependencia. Sobresalientes en= y a su vez, toda la periferia es inmanente al
tre las recientes críticas son las de Laclau; las de centro” (págs. 142, 148, 149). Así vuelve a presentar
Hinkelammert y Glauser (ambos del ceren, de la el antes mencionado problema planteado por Arrighi.
Universidad Católica de Chile), y las de Marini y Hinkelammert, por su parte, también encuentra insatis-
“Torres (ambos del ceso, de la Universidad de Chi- factorio el análisis de acr de la transición al capita-
le, donde también se desempeña quien esto escribe). lismo industrial; pero lo hace tan sólo para llevar su
Pero no es tanto la crítica de estos autores sobre las propio análisis de la dialéctica del desarrollo desi-
186 187
gual aa través
través dede la acumulación capitalista
ipitalista hacia la decrisis (tal como lo hicieron, por ejemplo,
m-Bawerk y Joan Robinson durante cada una de
Finalmente, Marini expresa similares y bien fun- anteriores “grandes” depresiones). En tiempos de
dadas reservas acerca del fundamento teórico de los ascendencia cíclica, el proceso de acumulación
análisis de Agr y otros, de las transformaciones del si- capital tiende a percibirse más bien como una
glo xix y de la dependencia —vieja y nueva— del encia natural y autónoma a largo plazo, si es
siglo xx, tan sólo para pasar a analizar toda la expe- se lo mira desde la metrópoli que lo está acumu-
lo, y quizá como una “dependiente”, tal como se
riencia histórica de Latinoamérica désde la Conquis-
ta hasta hoy (y mañana) en términos del proceso ve desde la perspectiva de los países subdesarrolla-
Pero habiendo cerrado el círculo, tanto en nues-
de acumulación de capital mundial y local, y más
recientemente del capitalismo de Estado. Mientras tra argumentación como en el ciclo económico, la
tanto, Torres se embarcó en una crítica metateórica y problemática de la acumulación (cíclica) de capital
levamente cobra vigencia como orden del día, sea
muy elaborada de toda la teoría de la. dependencia, a responder a las cambiantes condiciones políti-
vieja y nueva, para despejar el camino para la re-
o a las correspondientes oportunidades políticas . ..
construcción propia —y es de esperarse por otros—
de todo el proceso de acumulación de capital mun- tas condiciones y oportunidades también se mani-
an a través de la renovada agudización de la lu-
dial, tal como se ha manifestado en Latinoamérica.
de clases y del renovado esfuerzo concomitante
Por todos estos esfuerzos críticos y originales no po-
analizar y —hacia una dirección u otra— co-
demos sino estar muy agradecidos, En cuanto a AGE,
minar la transformación contemporánea de la
está tratando de expresar su agradecimiento a través
de la preparación —durante los dos años pasados (y
“estructura de clases y del modo de producción sub-
quién sabe cuántos futuros) — de su propia tentativa
de reescribir, si no de reanalizar, el proceso cíclico Santiago, Chile, agosto de 1972.
de la acumulación de capital en el mundo, con espe-
cial referencia a la participación en el mismo de
Asia, el Medio Oriente, Africa y América latina,
desde 1500 hasta la actualidad. Espera por este me-
dio hacer cualquier pequeña contribución que esté a
su alcance a la renovación ideológica, a la revolu-
ción política y social, y a la futura acumulación
socialista,
En fin, quizá no debería sorprender que la atención
científica social vuelve a los problemas de la acumu-
lación de capital —y desencadena una nueva aper-
tura de su análisis— precisamente ahora que el pro-
ceso de acumulación de capital nuevamente parece
problemático. Tal comoel estudio de una de sus prin-
cipales manifestaciones, que es el ciclo económico
(que comúnmente se identifica solamente con la eri-
sis y con la fase descendente del ciclo), la tendencia
es analizar el proceso cíclico de la acumulación de
capital en sí y sus consecuencias solamente en tiem-
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