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La Educación Inclusiva

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EDUCACIÓN INCLUSIVA

La Educación Inclusiva debe ser concebida como un proceso que permite abordar y

responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de una mayor

participación en el aprendizaje y reducir la exclusión del sistema educativo.

El propósito de la Educación Inclusiva es permitir que los docentes y estudiantes se

sientan cómodos ante la diversidad y la perciban no como un problema, sino como un desafío y

una oportunidad para enriquecer el entorno de aprendizaje.

Entendemos por Escuela (o educación) inclusiva un modelo pedagógico que atiende las

necesidades de todo tipo de alumnado, aunque prestando especial atención a aquellos que se

encuentren en riesgo de exclusión social. Pero, aunque pretende solventar la marginalidad y

desigualdad social desde las aulas, este sistema educativo no contempla la diversidad o las

particularidades psíquicas o físicas de sus alumnos como obstáculos, sino como un refuerzo de

su proceso educativo. Por eso, la Escuela inclusiva se sitúa un paso más cerca de la universalidad

del derecho a la educación contemplado desde la Carta de los Derechos Humanos firmada en

1948, asentándose en los logros alcanzados por la llamada educación integradora.

La Escuela integradora supuso un primer e importantísimo paso hacia la disminución de

las desigualdades sociales y económicas, consecuencia de un sistema educativo también

desigual, tal y como fue señalado por el popular Warnock Report: Special Educational Needs,

conocido en español como Informe Warnock. Elaborado en 1978 por la Comisión Británica

sobre Educación Especial presidida por Mary Warnock, este informe afirmó que no existían

niños o niñas “ineducables”, y que las necesidades educativas eran inherentes a todo ser humano,

independientemente de su etnia, cultura, religión, o condición física o psíquica.

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España por ejemplo creó la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI) de 1982,

que promovió la integración educativa de alumnos con minusvalías, permitiéndoles recibir una

educación regular en un centro escolar ordinario pese a sus necesidades educativas especiales.

Sin embargo, la educación inclusiva tiene orígenes mas antiguos que datan desde el año de 1839

cuando Jean Itard crea la primera escuela dedicada a la educación de personas retardadas. Luego,

en el año de 1867 se funda la escuela nacional para sordos para dar respuesta a las necesidades

educativas de las personas con alguna discapacidad, iniciándose formalmente la historia de la

educación especial. Posteriormente en el año de 1922 se funda en España la Escuela Central de

Anormales y es el primer colegio de educación especial público para alumnos con discapacidad

intelectual. La Escuela Central de Anormales tiene una trascendental importancia respecto al

tratamiento y atención de los menores discapacitados.

En el año de 1957 Frampton y Grand realizan La Educación de los Impedidos. En la

“Educación de lo impedidos” plantean desde el punto de vista médico a partir de 1950, se

generaliza el término que impedido que implica el efecto de una situación mental o física, más

bien que el de una enfermedad, deformidad u otra marcada desviación. Luego en el año de 1966

se celebra en Jerusalén la asamblea internacional protectora de deficientes mentales".

Así mismo en el año de 1968 la UNESCO define el dominio de la educación especial y se

hace un llamado a los gobiernos sobre la igualdad de oportunidades para acceder a la educación

y para la integración de todos los ciudadanos en la vida económica y social.

Luego el 20 de diciembre de 1970 se proclaman los derechos del deficiente mental y en

1975 se hace la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Impedidos, donde se reconoce

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la necesidad de proteger los derechos de estas personas y de asegurar su bienestar y

rehabilitación

A partir del año de 1994 se realiza la declaración de Salamanca, que representa un

compromiso importante signado por varios mandatarios de diversos países con la firme intención

de dar una educación para todos a aquellos estudiantes que históricamente se encontraban en una

situación de exclusión del sistema educativo regular o común. Ya en el año de 2008 entró en

vigor la convención internacional de los derechos de las personas con discapacidad.

En el caso de América Latina desde hace más de 20 años sus países se enfrentan al

desafío de generar políticas que abonen a los objetivos de universalización y democratización del

nivel secundario garantizando el acceso, permanencia y egreso de los jóvenes. En ese sentido aún

hace falta superar una serie de “brechas estructurales” como la desigualdad de género, de raza,

etnia y población, la pobreza que persiste actualmente, la casi nula efectividad de las políticas

públicas de inclusión social, la escasa calidad de los servicios de salud y educación, (…)

(Naciones Unidas, 2015), desigualdad que supone un esfuerzo adicional para que la educación

inclusiva sea una realidad en todos los niveles del sistema educativo, sobre todo en la educación

superior como un mecanismo que permite corregir las desigualdades sociales (De la Cruz, 2012;

Herdoíza, 2015; Vessuri, 2016; Fernández & Pérez, 2016). En ese sentido y hablando de nuestro

País, desde la década de los 70 podemos hablar del inicio del periodo de la institucionalización.

Varios organismos públicos y privados asumen responsabilidades en los espacios de la

educación, la salud y bienestar social, para afrontar y corregir necesidades de la población con

discapacidad. Posteriormente se adopta un enfoque rehabilitador determinado por la adaptación

de currículos para cada una de las discapacidades. Estos currículos son oficializados mediante

acuerdos ministeriales y son paralelos a los de la educación regular, aunque las instituciones

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educativas trabajan de modo aislado y de forma diferente a la educación regular (Vicepresidencia

de la República, 2011).

En el año 2003 entra en vigor el Código de la Niñez y de la Adolescencia en el que se

sostiene que, ante la ley, todas las niñas, niños y adolescentes son iguales independientemente de

su condición (Congreso Nacional, 2003). Evidenciándose la voluntad del Estado ecuatoriano

para favorecer la inclusión en las instituciones educativas adoptando la diversidad como un

elemento positivo. Más adelante se aprueba en el 2006, mediante consulta popular, el Plan

Decenal de Educación. Las ocho políticas de este plan tienen un enfoque inclusivo y buscan

garantizar la educación de todas las personas, con independencia de las situaciones personales,

culturales, étnicas, sociales y de discapacidad. Las líneas presentes tendentes a universalizar la

educación inicial y la educación general básica, mejorar la infraestructura, la calidad y equidad,

revalorizar la profesión docente (SENPLADES, 2012), entre otras, constituye políticas que

asisten a la promoción de la educación inclusiva.

En la Constitución de la República del Ecuador, se sitúan objetivos vinculados a mejorar

progresivamente la calidad educativa, basada en un enfoque de derechos, de género, intercultural

e inclusiva, buscando robustecer la unidad en la diversidad y sobre todo garantizando la

permanencia y la culminación de los estudios. (Constitución, 2008).

En esta misma línea, con la promulgación de la Ley de Educación Intercultural (LOEI,

2011), se hacen efectivos los derechos constitucionales que poseen las personas con

discapacidad, garantizando la inclusión a las instituciones educativas, eliminando las barreras

para el aprendizaje. Mediante esta ley se promueve que cada uno sea “tratado con justicia,

dignidad, sin discriminación, con respeto a su diversidad individual, cultural, sexual y

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lingüística, a sus convicciones ideológicas, políticas y religiosas, (…)” (Legislación, 2011, p.18).

también promueve políticas inclusivas, mediante la creación de medidas de acción afirmativa y

una cultura escolar incluyente, motivando la igualdad de oportunidades a comunidades, pueblos,

nacionalidades y grupos (Legislación, 2011).

En conclusión, podemos afirmar que la Constitución del 2008 marca un antes y un

después en la educación inclusiva en el País. Históricamente han sido grupos que han

permanecido invisibilizados y gracias a este cuerpo legal se les dio el reconocimiento que se

merecen; y a partir de allí es que la normativa legal educativa se adecuó a las necesidades de

estos grupos considerados prioritarios y vulnerables.

BIBLIOGRAFIA

A NACIONAL, A. (2008). WWW.ASAMBLEANACIONAL.GOB.EC. Obtenido de


https://www.asambleanacional.gob.ec/sites/default/files/documents/old/constitucion_de_
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Clavijo, R. G. (2020). La educación inclusiva. Análisis y reflexiones en la educación superior
ecuatoriana. Obtenido de Alteridad. Revista de Información:
http://scielo.senescyt.gob.ec/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1390-
86422020000100113
Cruz, R. (2019). A 25 Años de la Declaración de Salamanca y la Educación Inclusiva: Una
Mirada desde su Complejidad. Obtenido de Revista latinoamericana de educación
inclusiva: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
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Educación, M. d. (2015). Biblioteca. Obtenido de Normativa Educativa:
https://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2017/05/Ley-Organica-
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Educación, M. d. (s.f.). Escuelas inclusivas. Obtenido de Ministerio de Educación:
https://educacion.gob.ec/escuelas-inclusivas/
Llorente, A. (23 de junio de 2020). Educación inclusiva: cuáles son los 5 países del mundo que
tienen leyes que la promueven (y dos están en América Latina). BBC News Mundo, págs.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-53146030

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