Este documento define el texto como una unidad lingüística comunicativa fundamental caracterizada por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia y estructuración mediante reglas lingüísticas y del sistema de la lengua, lo que le otorga capacidad comunicativa. El texto supera los aspectos formales del lenguaje al tener un propósito comunicativo que involucra aspectos pragmáticos como el emisor, receptor y contexto.
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Este documento define el texto como una unidad lingüística comunicativa fundamental caracterizada por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia y estructuración mediante reglas lingüísticas y del sistema de la lengua, lo que le otorga capacidad comunicativa. El texto supera los aspectos formales del lenguaje al tener un propósito comunicativo que involucra aspectos pragmáticos como el emisor, receptor y contexto.
Este documento define el texto como una unidad lingüística comunicativa fundamental caracterizada por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia y estructuración mediante reglas lingüísticas y del sistema de la lengua, lo que le otorga capacidad comunicativa. El texto supera los aspectos formales del lenguaje al tener un propósito comunicativo que involucra aspectos pragmáticos como el emisor, receptor y contexto.
Este documento define el texto como una unidad lingüística comunicativa fundamental caracterizada por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia y estructuración mediante reglas lingüísticas y del sistema de la lengua, lo que le otorga capacidad comunicativa. El texto supera los aspectos formales del lenguaje al tener un propósito comunicativo que involucra aspectos pragmáticos como el emisor, receptor y contexto.
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¿Qué es el texto?
Por: José Antonio Valdivia Morales
No es sencillo definir al texto1; en el mundo académico se ha teorizado bastante, al
respecto; en la lingüística hay múltiples publicaciones, profundas e importantes sobre este tema. Bernárdez elabora una caracterización del texto luego del análisis de un panorama de definiciones; este autor nos dice: “Texto” es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su cierre semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a la intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro, y a su estructuración mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la lengua. [ CITATION Enr82 \l 10250 ] Si hacemos un esfuerzo analítico para encontrar una palabra que encierre a todas las características del texto, el término “comunicación” muy bien cumple esa función. Es fascinante concluir que las características del texto nos conducen a entenderlo como algo relacionado con nuestra naturaleza humana, social, lingüística, o, en suma, con nuestra necesidad comunicativa. Esto es lo primero que queremos subrayar en este curso: reconozcamos que el saber qué es un texto y cómo elaborarlo están por encima de una exigencia académica, de tal manera, que se les entienda como aspectos de nuestra propia naturaleza, es más, en los cuales podamos reconocernos. La expresión de Bernárdez “cierre semántico y comunicativo”, justamente, hace referencia a que el texto en sí mismo tiene un significado, por lo tanto, posee capacidad comunicativa. Por lo anterior, preguntémonos: ¿todas las características del texto tienen su razón de ser en lo comunicativo? Sin duda, es así; por ejemplo, ¿para qué la coherencia interna (lógica) en un texto?, ¿para qué buscar una cohesión o unidad del texto? Ambas cuestiones contribuyen a que el texto cumpla con su característica comunicativa, pues le otorgan inteligibilidad. Además, en el texto usamos el lenguaje que va desde la oración, los signos de puntuación; este uso tiene reglas. Al organizar una idea en un párrafo usamos varias oraciones, luego los párrafos se unen para, por ejemplo, defender una posición; en ese proceso también se usan reglas para que la estructura del texto sea adecuada y, por lo tanto, comunicable. En nuestra experiencia docente siempre nos ha interesado pensar la intencionalidad comunicativa, la cual es una característica del texto. Que el texto tenga una intencionalidad, significa que su autor, el sujeto emisor, tiene un propósito comunicativo; por ejemplo, transmitir una información, hacer un pedido o generar una emoción. Tener la intención de comunicar es indispensable para ser auténticamente capaz de construir un texto. 1 “Texto” proviene del latín “textus”, tejido. En la generación de intencionalidad, el autor provoca procesos cognitivos; por ejemplo, de exploración y lectura del tema. Este proceso es altamente importante para el autor porque le permitirá generar un conocimiento y un interés – notemos que este es un factor afectivo-, que le llevarán a reflexionar y estructurar su posición respecto a un tema. Sin embargo, en la vida académica universitaria, quizás por la insistencia descontrolada de producir textos, ocurre que los estudiantes “presentan” trabajos académicos, supuestamente textos, que no contienen una mínima intencionalidad de su también “supuesto” autor. Es una especie de vacío comunicativo que se quiere ocultar bajo una apropiación ilícita, el plagio, y bajo un pretexto evaluativo de un hacer algo. Dejando de lado esta reflexión de la praxis docente, retomamos nuestro interés por entender el texto. Un investigador prolífico del texto es el lingüista Teun A. van Dijk; en su obra Texto y contexto expone: “aquellas expresiones a las que puede asignarse estructura textual son, pues, discursos aceptables de la lengua – en este nivel de explicación de la aceptabilidad, esto es, están bien formados y son interpretables” [ CITATION Teu93 \l 10250 ]. De esta cita nos interesa subrayar la aceptabilidad; aunque no es un término plenamente claro para la lingüística, nos sirve para entender más al texto. Tal cual lo señala van Dijk, la aceptabilidad del texto hace referencia a que este sea interpretable. Esto es posible si el texto está bien formado, lo que implicaría, por ejemplo, el uso del lenguaje; sin embargo, para que el texto sea interpretado participan otros elementos que están fuera de él, por ejemplo, el receptor del acto comunicativo y el contexto, lo circundante. Escribimos para otro, por lo tanto, es indispensable tomarlo en cuenta. En ese sentido, cabe hablar de la pragmática. Victoria Escandell en Introducción a la pragmática menciona la variedad de discusiones alrededor de este tema; sin embargo, la autora señala que hay consenso en un aspecto central: Se entiende por pragmática el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan el empleo de enunciados concretos emitidos por hablantes concretos en situaciones comunicativas concretas, y su interpretación por parte de los destinatarios. [ CITATION Esc93 \l 10250 ]
¿Por qué es importante hablar de la pragmática? Es cierto que cuando usamos el
lenguaje apelamos a cuestiones gramaticales, de sintaxis, etc., podríamos decir que son los aspectos formales; sin embargo, como lo dijimos, la aceptabilidad, el acto comunicativo o la intencionalidad trascienden esos formalismos. Así, si recordamos algunos elementos del acto comunicativo, como el emisor y el receptor, observamos que estos están más allá de las cuestiones formales del uso del lenguaje; Escandell usa el término “concreto” para designarlos. En todo este meollo está la importancia del estudio pragmático. A manera de conclusión, hemos observado que explicarnos qué es el texto exige apelar a la lingüística; la cual es una disciplina muy interesante y tiene varias coincidencias con la filosofía. Las características del texto implican aquellas relacionadas con el uso del lenguaje en un nivel formal, por ejemplo, la coherencia, la cohesión o la unidad del texto. Sin embargo, el texto supera ese nivel en su propósito comunicativo; surgen ahí, aspectos pragmáticos. Además, observamos una especie de círculo virtuoso: nuestra naturaleza comunicativa necesita del texto; para entender lo que es el texto se apelan a otros textos y solo construyendo y usando textos aprendemos a producirlos. En esa omnipresencia textual se encuentran características para que el texto cumpla con su fin comunicativo; tenerlas en cuenta nos ayudará a cultivar nuestra consciencia lingüística en el proceso de escritura o producción de textos. Finalmente, consideramos que todos los temas de este curso de Producción de textos se entenderán mejor y serán más útiles si previamente se ve al texto desde una perspectiva comunicativa.