La ciudad de Sardis tenía un pasado ilustre como capital del antiguo Imperio Lidio, pero en tiempos de Juan estaba en decadencia. Su iglesia también parecía haber perdido vigor espiritual, pues Cristo dice que sus obras no estaban completas y que parecía estar muerta. Exhorta a la iglesia a vigilar, fortalecer lo que queda, recordar lo recibido y arrepentirse, o de lo contrario vendrá como ladrón. Sin embargo, algunos en Sardis se esforzaban por vencer y rec
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La ciudad de Sardis tenía un pasado ilustre como capital del antiguo Imperio Lidio, pero en tiempos de Juan estaba en decadencia. Su iglesia también parecía haber perdido vigor espiritual, pues Cristo dice que sus obras no estaban completas y que parecía estar muerta. Exhorta a la iglesia a vigilar, fortalecer lo que queda, recordar lo recibido y arrepentirse, o de lo contrario vendrá como ladrón. Sin embargo, algunos en Sardis se esforzaban por vencer y rec
La ciudad de Sardis tenía un pasado ilustre como capital del antiguo Imperio Lidio, pero en tiempos de Juan estaba en decadencia. Su iglesia también parecía haber perdido vigor espiritual, pues Cristo dice que sus obras no estaban completas y que parecía estar muerta. Exhorta a la iglesia a vigilar, fortalecer lo que queda, recordar lo recibido y arrepentirse, o de lo contrario vendrá como ladrón. Sin embargo, algunos en Sardis se esforzaban por vencer y rec
La ciudad de Sardis tenía un pasado ilustre como capital del antiguo Imperio Lidio, pero en tiempos de Juan estaba en decadencia. Su iglesia también parecía haber perdido vigor espiritual, pues Cristo dice que sus obras no estaban completas y que parecía estar muerta. Exhorta a la iglesia a vigilar, fortalecer lo que queda, recordar lo recibido y arrepentirse, o de lo contrario vendrá como ladrón. Sin embargo, algunos en Sardis se esforzaban por vencer y rec
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Sardis
Sardis se encontraba a 35 km al sureste de Tiatira. y Estaba a 80
km al noreste de filadelfia
Fundada por el rey Giges (680 a.C.–644 a.C.)
Sardis fue capital del Imperio Lidio hasta caer en mano de los persas en el año 549 a.C. Primeramente por Ciro el grande, La segunda vez por Antioco III el grande en el año de 218. A. D. Cristo. Para el tiempo del imperio romano Sardis ya comenzaba a decaer, pero se enorgullecía de su pasado.
Parece que sardís era un pueblo pagano dado al lujo en el cual
abundaban la inmoralidad y un carácter muy débil. Predominaba allí el culto a Cerees, la de Deletree (Madre de los dioses)
En Sardis habían un templo enorme dedicado a la principal diosa pagana del lugar, que era Cibeles, también luego conocida como Artemis o Diana. Muchas de sus imágenes la figuran como una mujer sentada sobre un trono, con uno o dos leones al costado. Según la mitología, esta diosa tuvo un hijo, quien luego se convirtió en su amante. En un ataque de celos de la madre, el hijo se castró a sí mismo, y murió como resultado. Pero la madre logró resucitarlo. Por esta razón, creían que esta diosa tenía el poder de levantar a alguien de los muertos. Los griegos la adoraban como la “madre de los dioses, la salvadora que escucha las oraciones, la que está accesible a todos”.
Durante la segunda guerra púnica, los romanos secuestraron la imagen de Cibeles de Asia Menor para llevarla a Roma, siguiendo el consejo del oráculo de Delfis para asegurarse la victoria. Más tarde, el emperador Augusto elevó el culto a Cibeles, cuyo templo se encontraba a un costado de su palacio imperial. Dedicó un festival en su honor, llamado Hilaria, que se celebraba en el equinoccio de verano, aproximadamente a finales de marzo. Este festival conmemoraba la muerte del hijo de Cibeles y su posterior resurrección. Comenzaban con unos días de luto, que luego se convertían en días de fiesta y regocijo.
MESCLA DE PAGANISMO
Más tarde en la historia, sobre este mismo templo de Cibeles en Roma se construyó la Basilica di Santa Maria Maggiore, que fue dedicada a la “madre de Dios”.
Sardis era una ciudad con un pasado ilustre del cual estaba orgullosa, pero en los tiempos de Juan tenía menos motivos para vanagloriarse.
Los judíos dieron a este rey el nombre de Gog y se lo consideraba
un símbolo de los poderes del mal que se levantarán al fin de los tiempos. Fue muerto en un ataque sorpresivo de los cimerios. La ciudad se hundió en el olvido después de la conquista persa, pero recuperó algo de su prestigio cuando, por medio de la ayuda de Tiberio, fue reconstruida después de un terremoto en 17 d. de J.C.
La iglesia de Sardis reflejaba la historia de la ciudad; en un tiempo
tuvo prestigio por sus logros espirituales, pero ahora estaba sin vida (1). Otros dos elementos de la vida de la ciudad son reflejados en la carta. Sardis fue construida en una montaña y tenía una acrópolis que era considerada inexpugnable. “Capturar la acrópolis de Sardis” era entre los griegos un proverbio para alcanzar lo imposible. Pero la acrópolis fue conquistada no menos de cinco veces, dos de ellas por falta de vigilancia.
El paralelo con la falta de cuidado de la iglesia y su pobre situación
es notable (2, 3).
los siete Espíritus de Dios; a la luz de las figuras de 1:4 El Espíritu
inspira la profecía y vivifica a los muertos; esta iglesia necesitaba escuchar las advertencias proféticas y buscar la vivificación de vida del Espíritu. Como en 2:1 las siete estrellas, las iglesias, están en las manos de Cristo tanto para sostener como para juzgar. No he hallado que tus obras hayan sido acabadas delante de Dios (2). ¡Pero no se menciona ninguna! La congregación de Sardis necesitaba las cualidades que tenía la iglesia de Tiatira: amor, fe, servicio, perseverancia. Si tenían alguna de ellas, o algo similar, en verdad estaban esforzándose poco para ponerlas en práctica.
Nada de lo que ellos comenzaron llegó a ser completado. Por ello,
la iglesia es llamada a estar vigilante (cf. Ef. 5:14) y a reforzar las cosas que quedan o sea todo aquello que es de Dios en la iglesia y que no ha muerto; también a acordarse de lo que ha recibido, o sea el evangelio de los apóstoles y su enseñanza sobre la vida cristiana; a guardarlo y arrepentirse (3) o sea el volverse a Dios como en su conversión. De otro modo, dice el Señor, vendrá como ladrón. La parábola del ladrón tiene un claro reflejo aquí (Mat. 24:43, 44; cf. 1 Tes. 5:2-4), como en Apoc. 16:15. Considerando el uso de este lenguaje en las cartas a Efeso y Pérgamo (2:5, 16), sin embargo, es probable que se tenga en vista una venida del Señor para juicio más bien que la posibili dad de que la iglesia padecerá juicio en la venida del Señor en poder y gloria.
4 Hay unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus
vestidos o sea que han resistido la tentación al acomodamiento de sus vidas a las costumbres paganas de sus vecinos. De acuerdo con eso, ellos andarán con el Señor en vestiduras blancas. 5 La misma promesa se dirige al vencedor (cf. 19:7, 8). La santidad siempre es un don del Señor forjado en la vida del redimido. Nótese, además, que el vestirse de blanco se asocia con los festejos (como en 19:7, En cuanto al concepto de ser borrado del libro de la vida, ver Exo. 32:32, donde la idea es de un registro de ciudadanos. En Dan. 12:1, Luc. 10:20; Fil. 4:3 y en este pasaje simboliza un registro de los ciudadanos del reino de Dios. El reconocimiento del Señor del vencedor es un eco de Mat. 10:32: “Yo también le confesaré delante de mi Padre.”
Recuerda cómo has recibido.-
Se da una advertencia acerca de un tiempo cuando penetrarían
errores como un ladrón para robar la fe del pueblo de Dios, cuando los hijos de Dios debían velar diligentemente y estar constantemente en guardia contra los engaños del enemigo.
En Sardis muchos se habían convertido por la predicación de los
apóstoles. La verdad había sido recibida como una luz brillante y resplandeciente; pero algunos habían olvidado la forma maravillosa en que habían recibido la verdad, y Jesús creyó necesario enviar un reproche.
Los antiguos portaestandartes habían caído uno tras otro, y
algunos se habían cansado [970] de la frecuente repetición de las verdades. Deseaban una doctrina novedosa, más agradable para muchas mentes. Pensaban que necesitaban un cambio maravilloso, y en su ceguera espiritual no discernían que sus sofisterías desarraigarían todas las experiencias del pasado.
Pero el Señor Jesús podía ver el fin desde el principio. Por
medio de Juan les envió la advertencia:”Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón”
En el mensaje a la iglesia de Sardis se presentan dos grupos: los
que tienen nombre que viven, pero están muertos; y los que se están esforzando para vencer.
No he hallado tus obras perfectas delante de Dios”. [Se cita
Rev_3:3-5.]
Este mensaje se envía a la iglesia de la actualidad.