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El Perú Prehispánico - Resumen 1

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El Perú Prehispánico

En 1532, cuando los españoles llegaron al Perú, este era un país de más de 5000 km de
longitud, llamado Tawantinsuyo. Estaba gobernado por los incas, naturales del Cusco,
que a lo largo del siglo XV habían desarrollado un proyecto político expansivo. El alto
grado de prosperidad alcanzado por este país llamó mucho la atención de los europeos,
quienes pugnaron por conocer los términos de sustento de esta civilización, de su auge
material y las características del Estado que lo conducía.
La imagen del Perú anterior a 1532 quedó fijada por el “Imperio de los Incas”, limitada
a noticias y especulaciones que se podían elaborar a partir de descripciones e historias
transmitidas por los cronistas. En verdad, había una muy larga historia detrás de todo
este exitoso y complejo panorama.
El Periodo Lítico:
El ser humano llegó al Perú hace más de doce mil años (últimos milenios de la “edad de
los hielos”. Su vida se sustentaba en la caza y la recolección. Organizados socialmente
en “bandas”. Sistema de vida seminómada. Cambios en la subsistencia, debido a
alteraciones del clima o a descubrimientos de nuevos recursos tecnológicos. En el
séptimo o sexto milenio de nuestra era se descubrieron nuevos mecanismos de
apropiación de los recursos. Domesticación de plantas y animales, y la tecnología de la
pesca y la colecta de mariscos.
La Época Arcaica
En los años 6000 y 5000 a.C., casi todos los habitantes de los andes tenían alguna forma
de agricultura. Los efectos de domesticación de plantas y animales fueron sobrios, una
tendencia definida al establecimiento de núcleos permanentes de población,
organización del modo de vida, incremento de una población concentrada y un mejor
manejo de los recursos de vida. Los mayores logros tuvieron su expresión física en la
presencia de caseríos y aldeas. Los avances más destacados fueron los de construcción
de viviendas y el tejido. Desde entonces se fue estableciendo una sociedad compleja
basada en la vida sedentaria y una economía organizada a partir de la producción
agropecuaria, pesca y recolección.
Entre los años 2500 y 2000 a.C. se inició el florecimiento de civilizaciones complejas en
la costa y la cordillera, con la construcción de centros urbanos asociados a espacios
públicos ceremoniales. El tamaño de los poblados era cada vez mayor, como Caral y
Aspero, en Supe, tales como plataformas o recintos sagrados. Se fue consolidando la
tecnología de la predicción del tiempo (astronomía) y los sistemas de manejo del agua
mediante el riego y el uso de los recursos hídricos del subsuelo.
Los eventos cósmicos están asociados al fenómeno de “El Niño”. El aporte del milenio
III a.C. fue el registro calendárico en los Ande. Crearon oráculos que fueron la base del
desarrollo agrícola.
La Época Formativa
Comienza en el año 1800 a.C. con la aparición de la cerámica en el Perú donde se
identifica como “Formativa”. Un proceso de difusión desde la región ecuatoriana y la
selva amazónica en donde apareció en el milenio anterior. En la costa y sierra de Perú
ya se experimentaba la plasticidad de las arcillas antes de que aparezca la cerámica en
nuestro país. En la primera mitad del segundo milenio a.C. emerge la civilización
“Chavín” en el denominado “periodo inicial” o “Formativo inferior”, cuando se fue
consolidando un proyecto urbano – teocrático que culminó con la formal instalación de
los templos de Chavín, en la sierra de Ancash.
Chavín revela la existencia de un sistema religioso muy complejo y poderoso. Sus
imponentes edificios y una serie de imágenes draconianas, feroces y con atributos
terribles dan a conocer un evidente aparato de “dominio” sobre las fuerzas naturales
(mediante la astronomía, la hidráulica o la magia). En esta época la sociedad puramente
agraria y aldeana dejó de ser tal para transformarse en una sociedad urbana.
Los templos chavinenses parecen ser desarrollos locales o regionales con un alto grado
de autonomía. También hay evidencia que Chavín de Huántar era una especie de
“meca” andina, donde llegaban gente 2de toda la tierra”.
Los Desarrollos Regionales
La descomposición de Chavín se inició hacia el siglo V antes de nuestra era, y los
desarrollos regionales (luego de un tránsito conocido como “periodo” experimental” o
“Formativo Superior”) ingresaron a su plena vigencia entre los siglos III a.C. y I de
nuestra era. Loa logros regionales más reconocidos son los valles de la costa norte
(Moche o Mochica), de la costa central (Lima) y de la costa sur (Nasca) y de los valles
interandinos de Cajamarca, Callejón de Huaylas (Recuay), Ayacucho (Huarpa) y el
altiplano del Titicaca (Tiwanaku). Hubo un proceso de crecimiento urbano desde los
centros ceremoniales se avanzó hacia una formación compleja de los poblados. El
centro urbano andino, la ciudad antigua peruana, viene a ser una zona de residencia de
los “señores” y sus asociados, ligados a la tarea productiva estatal. En el factor
fundamental de sus existencia y sustento estuvo en el almacén de reservas de alimentos
y manufacturas que son la base del sustento del Estado.
Los centros urbanos así organizados competían en la tarea de producir mejores cosas.
La especial riqueza de materias primas para la metalurgia, el tejido y la producción de
objetos para el culto o el adorno estuvo acompañada de un alto nivel tecnológico ligado
al riego, con múltiples estrategias productivas y la creación de una infraestructura
agraria muy variada, que incluye el uso de andenes, “camellones” y “cochas”, aparte de
diversos sistemas de riego. Las manifestaciones regionales tienen su expresión más
definida en los estilos artísticos que se expresan en todos los materiales, con una
iconografía propia.
Los centros urbanos establecieron formalmente estados locales de diverso grado de
extensión y poder. Hacia los siglos III o IV de nuestra era había Estados en pugna, unos
centros urbanos contra otros y en la base de los campesinos como botín de conquista.
El Imperio Wari
La ciudad de Wari creció incontenible en Ayacucho, donde en pocos años (entre los
siglos IV y V) formularon un esquema económico y político propio que se basó en la
explotación de materias primas regionales (especialmente para la industria textil y la
alfarería) y en la existencia de un importante cordón agrícola de gran potencia
productiva en Los valles de Huanta, San Miguel y Pampas.
Los Wari comenzaron a conquistar a los pueblos vecinos hasta formar un gran Estado
imperial que sometió a los habitantes del Perú desde Lambayeque y Cajamarca por el
norte hasta Arequipa y Cusco por el sur, desplazando a los dioses locales o regionales.
Wari era un estado con un patrón urbano de vida con énfasis en la producción
manufacturera. Impusieron un patrón de vida urbana en su área de influencia,
acompañado del uso de técnicas de producción en serie, de la implantación de artefactos
de arcilla y madera para uso doméstico y el uso del sistema de registro que se conoce
como quipu o kipu, que más tarde desarrollaron los incas del Cusco.
La declinación y caída del Estado imperial Wari fue producto de sus propias fortalezas.
Wari, en su conquista, estimuló el desarrollo urbano de sus colonias. En el curso de los
siglos VI al X muchas regiones se hicieron poderosas y pugnaron por establecer su
propio señorío. Cuando cayó Wari, la zona quedó convertida virtualmente en un
desierto; por lo que algunos arqueólogos piensan que la insurgencia y declinación de
Wari se debió a cambios en el clima.

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