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Aristoteles

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TEORIA DE LA VIRTUD (ARISTOTELES)

ARISTOTELES:
Aristóteles fue un filósofo, matemático y lógico nacido el 384 a.c en la ciudad
Estagira, Grecia. Su padre fue un reconocido médico del rey Amintas III de
Macedonia. A los 17 de años, cuando muere su padre, Proxeno de Atarneo su
tutor, lo manda a la escuela intelectual de Grecia para que estudiara a Platón.
Estuvo por más de 20 años aprendiendo todos los conocimientos que podía
entregarle su gran maestro. Tras la muerte de Platón en el año 347 a.c, Aristóteles
decide emprender un viaje por distintas ciudades de Grecia. Es por esa razón que
aproximadamente en el año 343 a.c, el rey Filipo II de Macedonia llama al filósofo
griego para que fuera el consejero de su hijo de 13 años, quien más tarde sería
conocido como Alejandro Magno. Estuvo bajo sus enseñanzas por más de 2 años,
hasta que comenzó su carrera militar a los 15 años.

Aristóteles a diferencia de su maestro Platón, planteaba que solo existía un mundo


y que era posible entender la realidad mediante la experiencia y la observación. La
ética, para Aristóteles, se fundamentaba en el concepto de virtud humana. Para
este filósofo, la postura que desarrolla un hombre a través del tiempo se logra
gracias a la madurez y la templanza. Es por eso que plantea dos formas de poder
lograr la ética: la primera, es a través del intelecto; y la segunda, es mediante el
uso de la sensibilidad y el afecto. En palabras más simples, Aristoteles decía que
para lograr una ética correcta se tiene que ocupar tanto la cabeza como el
corazón.

La filosofía aristotélica se basa en cuestionarse todo y que las respuestas se


obtienen mediante la experimentación directa con la realidad. Él se preguntaba el
origen de todo lo que existía en el mundo y no quedaba conforme hasta poder
descubrirlos mediante sus hipótesis y argumentos. El filósofo griego planteaba que
la felicidad se puede lograr solo cuando se disfruta de la observación directa de la
vida, ya que para él la materia y el alma son un todo en la persona. Aristóteles se
centra en lo concreto de la vida, manifestando que lo único concreto que existe en
la vida es la experiencia. Es por eso que hace una distinción entre las ciencias que
estudian lo teórico, como la matemática, la física o la metafísica y las ciencias que
estudian lo práctico, como la ética y la política.
Argumentación idea principal (ética o filosofía)
TEORÍA DE LA VIRTUD
1.- Definición de virtud
Aristóteles define la virtud como la excelencia (areté), interpretada ésta, siguiendo
los principios de su Física y Metafísica, no como una pasión, sino como una
acción. De esta forma la virtud es la acción más apropiada a la naturaleza de cada
ser; el acto más conforme con su esencia. Esta acción propia de cada ser que es
la virtud, es también el bien propio de cada ser. En el hombre, por tanto, la virtud
es la excelencia de su parte esencial que es el alma.
Ahora bien, habiendo dos partes en el alma, así también habrá dos tipos de
virtudes. Las virtudes éticas, correspondientes a la parte irracional del alma, y las
virtudes dianoéticas correspondientes a la parte racional del alma. Pero la parte
irracional del alma debe seguir los dictados de la parte racional, luego las virtudes
éticas responden en su excelencia al comportamiento guiado por la parte racional
del alma.
2. Virtudes éticas
El libro II de la Ética a Nicómaco, define la virtud ética: «la virtud es una
disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio relativo a
nosotros, el cual está determinado por la regulación recta y tal como lo
determinaría el hombre prudente.»
Por tanto, la virtud ética es un hábito, no un don de la naturaleza, y así mismo, se
niega con ello la posibilidad defendida por los socráticos de que la virtud moral
pueda ser susceptible de una elaboración científica. Con ello, Aristóteles pretende
señalar el papel que las pasiones juegan en la realización de una vida virtuosa,
pues muchas veces estas pasiones la obstaculizan, aun a sabiendas de que no es
lo mejor. La moralidad, por tanto, no pertenece únicamente al orden del logos, sino
también a la pasión y a las costumbres (ethos en griego, de donde proviene la
palabra ética). Diríamos que la moral requiere, por tanto, de una educación,
fundamentalmente mediante el ejemplo, que tenga como principal objetivo
introducir la razón en las costumbres de manera duradera, elaborando una serie
de hábitos adecuados.
La virtud es la racionalización de la parte irracional del alma, su «domesticación».
Pero siendo el criterio la elaboración de una «regla recta», cabe decir que la
racionalidad a la que apela Aristóteles aquí es una racionalidad prudencial. Este
conocimiento práctico, está condicionado por el criterio de la eficacia y del ensayo-
error, de ahí que se organice en torno a normas determinadas por el hábito y la
costumbre, y que su criterio de verdad corresponda exclusivamente con la
experiencia pasada. Por ello, apela Aristóteles para representar su concepto de
virtud moral precisamente a la autoridad del hombre prudente; del hombre
«phrónimos». La autoridad es estrictamente ejemplar. Aristóteles está convencido
de que ningún sistema moral puede reemplazar entonces al consejo del hombre
prudente.

 El término medio:

La norma de la virtud, sin embargo, se puede objetivar en el criterio del término


medio. Cada virtud es un medio entre dos vicios: uno representa un exceso, el otro
un defecto. El valor es un medio entre la cobardía y la temeridad, la generosidad
un medio entre la prodigalidad y la avaricia, etc. La virtud se establece como un
uso mesurado de las pasiones. Esto no significa, sin embargo, una defensa de la
mediocridad, porque «lo que es un medio desde el punto de vista de la esencia, es
una cima desde el punto de vista de la excelencia». No se trata de un máximo,
sino de un óptimo. El medio no se refiere a la media aritmética (que quedaría
representada por el comportamiento de la mayoría, sin ningún otro criterio sobre
su excelencia) sino por un medio relativo a nosotros y a las circunstancias.
Téngase en cuenta la dificultad de llevar a cabo esta definición porque en el
comportamiento prudente habrá que considerar el uso de la mayoría y la inevitable
tendencia a la mediocridad, aunque eso no signifique un comportamiento
moralmente correcto desde el punto de vista de la razón.
 Moral circunstancial
La clasificación que Aristóteles propone para las virtudes se establece mediante
el criterio de las situaciones y no, como Platón, según el criterio de las partes del
alma. Así, el peligro dará la medida del valor, la riqueza la de la liberalidad, el
placer la de la templanza, la grandeza la de la magnanimidad, etc. La virtud existe
sólo si hay situación. Por ello, Dios, al cual es ajeno cualquier circunstancia o
situación, no puede ser virtuoso. Las virtudes son estrictamente humanas. Por
ello, también, la ética de Aristóteles se ofrece aquí de una manera puramente
descriptiva. Se trata de describir tipos de hombre virtuoso.
En el libro V se refiere a la virtud de la justicia, y en él se manifiesta el verdadero
poder de su interpretación. La justicia no puede quedar encerrada en
formulaciones jurídicas, en leyes, puesto que no acoge todos los casos
particulares, no puede prever todas las situaciones. La ley, por ser general, no
puede prever todos los casos y deviene injusta. La justicia es equidad, y el valor
de la equidad lo da cada situación, pues «de lo indeterminado (los casos
particulares) la regla debe ser también indeterminada».

3.Virtudes dianoéticas.
Aristóteles aborda el tratamiento de este tipo de virtudes en el libro VI de la Ética
a Nicómaco. De lo dicho anteriormente, se colige que la virtud fundamental de la
parte racional del alma, que guía, por lo demás, a la parte irracional, debe ser
precisamente la prudencia, expresada como phrónesis. Aristóteles distingue,
frente a Platón entre phrónesis y sophía. La sabiduría se refiere a lo necesario, lo
que no nace ni perece; la prudencia, es la capacidad de deliberar sobre las cosas
contingentes, es decir, sobre las cosas en tanto que pueden no ser. No es, por
tanto, ciencia, sino juicio, discernimiento correcto de los posibles. La prudencia es
la habilidad del virtuoso, que guía a la virtud moral indicándole los medios para
alcanzar los fines. Como virtud intelectual, no es, sin embargo, la forma más
elevada del saber; es simplemente, la capacidad de discernir y realizar el «bien del
hombre», una virtud que no conocen ni los animales ni los dioses; es virtud media,
como lo es la posición del hombre en el universo.

 Felicidad
En el libro X de la Ética a Nicómaco, define Aristóteles la felicidad propia del
hombre. La felicidad es la actividad de lo más elevado que hay en nosotros. Lo
más elevado del hombre es el intelecto (nous) mediante el cual participamos de lo
divino; la felicidad del hombre radicará entonces en la actividad contemplativa, que
tiene, sobre cualquier otra actividad, la ventaja de ser ella misma su propio fin y de
no necesitar mediaciones exteriores para ejercerse. Con ello, lleva
coherentemente a su fin la distinción entre phrónesis y sophía, que Platón no
podía realizar. Aristóteles está definiendo aquí la felicidad de una manera que
tendrá toda su resonancia en la mística desde el neoplatonismo hasta el
misticismo del siglo XVI, pasando por la tradición teológica medieval árabe y
cristiana. El ideal de Platón era el Bien, definido desde la sabiduría como
phrónesis, y por tanto, su ideal de felicidad quedaba dentro de la vida política. El
conocimiento dirige a los hombres hacia la virtud, en la medida en que aquel
contribuya al bien. Y el bien sólo puede entenderse desde la escala de la ciudad.
Para Aristóteles, el ideal es el conocimiento, pero la finalidad de éste ya no es el
bien, sino la verdad. En el mito de la caverna cuenta Platón cómo el conocimiento
que alcanzaba el esclavo liberado, sólo lo era, en la medida en que se realizara
como emancipación, liberación de los otros esclavos, en la medida en que el
esclavo libre volvía a la caverna. En Aristóteles, el conocimiento lo es en la medida
en que el esclavo se queda fuera de la caverna, contemplando la luz.
Sin embargo, la visión mística no llega a su culminación con Aristóteles que, como
es coherente con su filosofía anterior, plantea esta felicidad como una tendencia
problemática. Porque la vida contemplativa «está por encima de la condición
humana» y el hombre, suponiendo que llegue a ella, vivirá «no en cuanto hombre,
sino en cuanto que existe algo de divino en él». De nuevo, aparece como una
propuesta moral, como un principio regulativo de la acción de los hombres. Se
trata de concebir la vida humana como una tendencia a hacernos inmortales en
cuanto sea posible, por la ejemplaridad de los actos y las obras. Este ideal había
sido ya representado por Platón, y como tal, nos vuelve a acercar las posturas de
éste con las de Aristóteles. Pues, ¿cuál puede ser el valor de esas obras y
acciones excelentes, sino se mide en lo que ello puede representar como
aportación a los demás? Aristóteles recoge así la sabiduría de los límites,
representada por la moralidad griega: un humanismo trágico que invita a renunciar
a las ambiciones desmesuradas, pero igualmente, según Píndaro, a «agotar el
campo de lo posible».
Conclusiones

Bibliografía

Glosario

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