2 - Ser, Hacer, Tener
2 - Ser, Hacer, Tener
2 - Ser, Hacer, Tener
te invitamos a pensar en la forma de Ser que debes diseñar, con el fin de alcanzar la Realidad
Ideal que te planteaste.
Nosotros -como seres humanos- tenemos la capacidad de dominar nuestro Ser, cambiando así
la realidad que percibimos. Ahora nos preguntaremos:
la vida es otra(…)
En 1957, Octavio Paz se lo preguntó. En la actualidad, esta interrogante aún resuena en la mente
de la mayoría de individuos de nuestra sociedad: ¿Quién Soy?
Por lo general, las personas nos trazamos objetivos y metas superficiales, entre las que
destacan: Ganar mucho dinero, aprender idiomas, conocer distintos países o tener lo último en
tecnología. Esto parte del "pensamiento racionalista"; sin embargo, ¿cuándo nos preocupamos
realmente por ser felices y orientarnos a nuestros valores? (pensamiento emocional)
El racionalismo extremo, nos ha llevado a creer fielmente en el “Hacer y Tener” desde la niñez.
Por ejemplo:
Cosas, cosas y más cosas. Nos hacen creer, que mientras más posesiones tengamos,
dirigiremos a otros o tendremos mayor VALOR sobre otros; especialmente, si hablamos de
dinero.
Asimismo, nos enseñaron a creer que si alguien dirige una empresa exitosa, un ingeniero
participó en las más grandes obras de construcción o un abogado resolvió los casos más
famosos del país, es de admirar por las cosas que muestra a la sociedad.
Creemos también, que si alguien baila de manera increíble o dedica su vida a los deportes
logrando los mejores resultados, es una persona con mayor VALOR. Llevando a admirar el
sacrificio y las acciones del resto.
Si bien, la voluntad es importante, pero, ¿en qué momento dejamos de enfocarnos en el HACER
de otros para ser felices y pensamos en por qué SON felices?
Probablemente habrás escuchado alguna vez la siguiente fase del reconocido físico Albert
Einstein: “Si buscas resultados distintos,no hagas siempre lo mismo.”
Un error que cometemos constantemente, es que valoramos en desorden. Es decir: pasamos por
pensar primero en lo que otros tienen; luego, en lo que hacen para obtenerlo y finalmente, como
último recurso, en quienes “son”. Llevándonos, como es natural, a creer que se HACE para
TENER.
Por tanto, es lógico creer que si queremos lograr nuestros objetivos, tenemos que empezar por
HACER. Por ello, muchas personas se enfocan en hacer una lista de tareas, planear en
calendarios, someterse a un intenso régimen, lo que podría funcionar en un principio pero
termina causando estrés.
Ahora, para que descubras un poco más sobre tu SER, te invitamos a preguntarte: ¿Lo que eres
hoy, es precisamente lo que quieres SER?
Una mañana cualquiera en una empresa, cuando los empleados llegaron a la oficina,
encontraron en recepción un letrero que rezaba lo siguiente: “Ayer falleció la persona que
impedía el crecimiento de usted en esta empresa. Está invitado al velorio en el área de Deportes”.
En un inicio, los empleados se entristecieron por la pérdida de uno de sus compañeros; sin
embargo, la curiosidad por saber quién era la persona que impedía su crecimiento y de la
empresa, no tardó en llegar.
La agitación en el área deportiva fue tan grande que el personal de seguridad tuvo que organizar
la fila del velorio. ¿Quién sería? Conforme las personas se acercaban al ataúd, la excitación era
mayor.
Uno a uno, los empleados agitados se aproximaron al ataúd; sin embargo, al mirar al difunto
tragaban en seco y se quedaban unos minutos en silencio, como si aquello les hubiese tocado lo
más profundo del alma.
¿Quién estaba en el ataúd? No, no había una persona. Había un espejo que reflejaba a cada uno
que pasaba a ver el ataúd. Este espejo, llevaba lo siguiente escrito:
Luego de ver este video, registra en cinco renglones dentro de tu cuaderno de apuntes, tus
reflexiones sobre esta lección.
Ahora que has podido analizar tu SER, te invitamos a leer a continuación, las lecturas
complementarias.
Toda organización opera en una red de conversaciones, emociones y acciones que condicionan
los procesos de desarrollo y la calidad laboral.
Partiendo de la idea de, que dentro de los objetivos fundamentales de toda organización están la
productividad, la calidad y la efectividad, podemos comprender la importancia del trabajo en
equipo.
Estas metas claves solo pueden ser alcanzadas a través de la unión coordinada de capacidades,
conocimientos y esfuerzos de todo su personal; es decir, a través de una comunicación efectiva
que permita a los miembros del equipo mantener sus características individuales, integrar
satisfactoriamente sus fortalezas, y a la vez, compensar debilidades y compartir un ambiente de
compromiso, confianza y bienestar para todos.
Los Seres Humanos obtenemos resultados (Dominio del Tener) dependiendo de las acciones
que tomamos (Dominio del Hacer), y las acciones que tomamos están íntimamente relacionadas
con la manera en que nos observamos a nosotros mismos y observamos el Mundo (Dominio del
Ser).
La función del coach es la de conectar el proceso de aprendizaje del cliente para que pueda
devenir en el tipo de observador capaz de conseguir los resultados que se propone. La
efectividad del coach se ve en los resultados de esta persona atendida y en su ámbito laboral.
El coach debe tener la capacidad de diseñar conversaciones que abran a la persona nuevos
accesos para tomar acciones comprometidas que ayuden al logro de los resultados. La relación
y la confianza son lo más importante en cualquier interacción de Coaching.
Para Fredy Kofman (La empresa consciente) la consciencia es la clave. Una actitud consciente
en la empresa permite afirmarnos en nuestros valores, elegir conductas coherentes con ellos y
actuar con integridad incondicional.
Esto hace posible lo que el autor llama “el éxito más allá del éxito”: Orientarse al objetivo sobre la
meta y al proceso en lugar del resultado. Actuar de acuerdo a la propia naturaleza de modo que
se alcanzan el conocimiento y la realización personal.
Desde el punto de vista de liderazgo, un líder consciente sostiene al equipo transformando su
potencial individual en desempeño colectivo. Y desde el punto de vista organizativo, una
empresa consciente permite a sus empleados lograr el éxito (cumplir con su misión) mientras
establecen relaciones saludables (pertenecen a un equipo) y experimentan una sensación
incondicional de satisfacción y crecimiento.
Según Kofman, existen tres dimensiones del éxito en las organizaciones: la dimensión
impersonal (el “ello”) cuyo objetivo es cumplir con la misión de la organización incrementando
su capacidad para seguir haciéndolo en el futuro y ofrecer a los accionistas beneficios en el
largo plazo.
La dimensión interpersonal (el “nosotros”) cuyo objetivo es establecer relaciones de mutua
colaboración, confianza y respeto y crear una comunidad con metas y valores compartidos.
Y la dimensión personal (el “yo”) cuyo objetivo es vivir en estado de flujo y llegar a la realización
personal fomentando la salud psicofísica y una alta calidad de vida como vías al compromiso y
la alta productividad.
Estas tres dimensiones deben operar de manera coordinada en el largo plazo, cualquier
desequilibrio en una de ellas incrementa las posibilidades de fracasar como empresa. Funcionan
de manera interdependiente, de modo que cada dimensión influye en las otras y, a la vez, es
influida por ellas. Por lo tanto, es posible influir en todo el sistema influyendo en cualquiera de
sus componentes.
Teniendo estos tres elementos en cuenta: ¿Por dónde empezar si se quiere transformar una
organización?
"Hay tres tipos de personas en este mundo. Primero, están las que hacen que ocurran las cosas.
Luego están las que ven cómo ocurren las cosas. Por último, están las que preguntan, ¿qué ha
ocurrido?... ¿Cuál quieres ser tú?"
Steve Backley
Para recordar: