El documento resume la situación macroeconómica y financiera del Perú entre 2002 y 2020. Tuvo dos fases de crecimiento entre 2002-2013, con un promedio de crecimiento del PBI del 6.1% anual, que redujo la pobreza. Entre 2014-2019 la economía se desaceleró a 3.1% anual debido a la caída de precios de las materias primas. Debido a la pandemia en 2020, se espera una recesión que aumentará la pobreza, con una caída proyectada del 12% del PBI. El
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El documento resume la situación macroeconómica y financiera del Perú entre 2002 y 2020. Tuvo dos fases de crecimiento entre 2002-2013, con un promedio de crecimiento del PBI del 6.1% anual, que redujo la pobreza. Entre 2014-2019 la economía se desaceleró a 3.1% anual debido a la caída de precios de las materias primas. Debido a la pandemia en 2020, se espera una recesión que aumentará la pobreza, con una caída proyectada del 12% del PBI. El
Título original
CONCLUSIONES DE LA MACROECONOMIA Y FINANZAS EN EL PERU
El documento resume la situación macroeconómica y financiera del Perú entre 2002 y 2020. Tuvo dos fases de crecimiento entre 2002-2013, con un promedio de crecimiento del PBI del 6.1% anual, que redujo la pobreza. Entre 2014-2019 la economía se desaceleró a 3.1% anual debido a la caída de precios de las materias primas. Debido a la pandemia en 2020, se espera una recesión que aumentará la pobreza, con una caída proyectada del 12% del PBI. El
El documento resume la situación macroeconómica y financiera del Perú entre 2002 y 2020. Tuvo dos fases de crecimiento entre 2002-2013, con un promedio de crecimiento del PBI del 6.1% anual, que redujo la pobreza. Entre 2014-2019 la economía se desaceleró a 3.1% anual debido a la caída de precios de las materias primas. Debido a la pandemia en 2020, se espera una recesión que aumentará la pobreza, con una caída proyectada del 12% del PBI. El
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CONCLUSIONES DE LA MACROECONOMIA Y FINANZAS EN EL PERU
La situación macroeconómica del Perú tuvo dos fases diferenciadas de
crecimiento económico, entre 2002 y 2013, distinguió a nuestro país por ser uno de los estados con mayor estabilidad y mejores propuestas de desarrollo económico en América Latina con una tasa de crecimiento promedio del PBI de 6.1% anual. Esto es el resultado de las políticas macroeconómicas adoptadas y reformas estructurales de amplio alcance, que dieron lugar a crea un escenario de alto crecimiento y baja inflación.
El firme crecimiento del empleo y los ingresos redujo considerablemente las
tasas de pobreza. La pobreza (porcentaje de la población que vive con menos de US$ 5.5 al día) cayó de 52.2% en 2005 a 26.1% en 2013, lo que equivale a decir que 6.4 millones de personas dejaron de ser pobres durante ese periodo. La pobreza extrema (aquellos que viven con menos de USD 3.2 al día) disminuyó de 30.9% a 11.4% en ese mismo lapso.
Entre 2014 y 2019, la expansión de la economía se desaceleró a un promedio
de 3.1% anual, sobre todo como consecuencia de la corrección en el precio internacional de las materias primas, entre ellas el cobre, principal producto de exportación peruano. Esto generó una caída temporal de la inversión privada, menores ingresos fiscales y una desaceleración del consumo. De igual forma se siguió con el aumento porcentual del PBI, dentro de las acciones tomadas por el gobierno peruano, estaba la prudencia con la que se ha venido manejando tanto la política fiscal, como la política monetaria y cambiaria, especialmente durante los años de auge. De esta forma se posibilitó, por un lado, sobrellevar la caída de los ingresos fiscales sin ajustes drásticos en el gasto, y por el otro, contar con las reservas internacionales para facilitar una gestión ordenada del tipo de cambio. Segundo, el aumento de la producción minera, debido a la maduración de los proyectos gestados durante los años previos, lo que impulsó las exportaciones y contrarrestó la desaceleración de la demanda interna. El déficit en cuenta corriente disminuyó de 4.8% del PBI en 2015 a 1.5% en 2019. Este déficit externo ha venido siendo financiado principalmente con el ingreso de capitales de largo plazo. Por su lado, las reservas internacionales netas se han mantenido estables y, hacia marzo de 2020, ascendieron a 30% del PBI.
Como parte del ajuste, el déficit fiscal se incrementó temporalmente y alcanzó
un pico de 3.0% del PBI en 2017. Este mayor déficit fue resultado de una disminución en los ingresos debido a los menores precios de exportación y la desaceleración económica, y un incremento en los gastos recurrentes, especialmente en el caso de bienes y servicios y salarios. En los dos años siguientes hubo un importante rebote de los ingresos fiscales lo que permitió el déficit fiscal finalizara en 1.6% del PIB en 2019.
Debido al impacto de la pandemia de COVID-19 se espera que la economía
esté en recesión en 2020, lo que provocará un aumento de la pobreza y la desigualdad. La profundidad de estos impactos dependerá de la duración de la crisis y la respuesta del Gobierno. Un menor crecimiento en China y una probable recesión en las economías mundiales provocarán una fuerte disminución de la demanda de commodities, lo que disminuirá los volúmenes de exportación y también la inversión privada. Además, las medidas sin precedentes para frenar la propagación del virus, que incluyeron el cierre temporal de las fronteras y una cuarentena en todo el país, condujeron a una disminución significativa del consumo privado, especialmente en servicios como restaurantes, transporte y comercio.
Actualmente se vive “la reactivación de la economía peruana” divididas en 4
fases, donde diversos sectores productivos de nuestro país habían paralizado sus operaciones por completo, el Gobierno decretó la reanudación de las actividades económicas de manera progresiva con el fin de mitigar las consecuencias económicas ocasionadas por la pandemia de Covid-19.
El economista y docente de la PUCP Waldo Mendoza, afirma que este será el
peor año para la economía del Perú en más de un siglo. “Este año se sufrirá la caída más grande del PBI desde la Guerra con Chile, por eso es importante que las empresas sobrevivan. Ninguna reactivación económica va a ser posible sin empresas sanas”, expresa.
A consecuencia de poder mantener una economía sana, el Gobierno ha
lanzado el programa ‘Reactiva Perú’, el cual busca apoyar a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas a fin de que puedan acceder a créditos bancarios para que puedan continuar operando. “Estos préstamos funcionan como una especie de respirador artificial para que las empresas no desaparezcan. Económicamente es un excelente negocio para el país, porque de los 60 mil millones de soles que se van a otorgar, es probable que sólo se pierda un porcentaje mínimo”.
Con respecto al nuevo año que se avecina, el presidente de la república, Martin
Vizcarra, ha manifestado que, hasta diciembre, la caída de la economía alcanzara su último mes, acumulando en todo el 2020 un desplome del 12%. También, comento que el país regresara a la situación antes de la pandemia, de aquí a tres años, y que el crecimiento por efecto rebote empezara el primer trimestre del año 2021.