Efecto Stark de La Peña
Efecto Stark de La Peña
Efecto Stark de La Peña
(0)
En
1/2 (0)
~ βE0 /2 [1−(1−β) ]En
no perturbado 1er. orden 2o. orden solución exacta
embargo, con alguna frecuencia sucede que, aun cuando esto no sea del todo válido,
la información que proporciona la teoría de perturbaciones, incluso a primer orden,
es cualitativamente razonable. Más adelante tendremos un ejemplo específico de
esta situación al estudiar el átomo de He, para el cual la teoría de perturbaciones
nos dará información cualitativa satisfactoria, pese a que la energía de interacción
entre electrones es comparable con la energía de interacción de cada uno de ellos
con el núcleo atómico. El criterio básico es que mientras la perturbación no haga
que los niveles de energía no perturbados se entrecrucen al desplazarse, sino que
se mantengan suficientemente diferenciados, la teoría de perturbaciones puede dar
resultados confiables, al menos en lo cualitativo.
V = −eE · r, (14.80)
es nula, puesto que el integrando es impar; esto es cierto, en particular, para el estado
base de los sistemas atómicos. Por lo tanto, los estados atómicos (o moleculares)
no degenerados, incluyendo el estado base, no presentan el efecto Stark lineal
(proporcional a E) sino que manifiestan sólo el efecto Stark cuadrático (proporcional
a E 2 ). La razón general de este comportamiento es que el hamiltoniano de un
problema central es invariante frente a la inversión de las coordenadas respecto del
origen, es decir, es invariante respecto del operador de paridad P̂ (Ĥ0P ≡ P̂ Ĥ0 P̂ −1 =
Ĥ0 ), por lo que Ĥ0 y P̂ conmutan y la paridad de la función de onda está bien
definida, P̂ |ni = ±|ni. De aquí se sigue que (véase la ecuación (9.75)):
y si desarrollamos, obtenemos
X X X
0 ∗ 0 0 ∗
d = e(1 + Cnn )2 rnn + e(1 + Cnn ) [Cnk rnk + Cnk rkn ] + e Cnk Cnk0 rkk0 .
k k k0
(14.84)
Si hacemos ahora el desarrollo perturbativo (14.11) y (14.12) y empleamos la
fórmula (14.16) para los coeficientes de primer orden, obtenemos
X (rkn· E) rnk + (rnk · E) rkn
0
d = ernn − e2 (0) (0)
+ ··· (14.85)
k En − Ek
∂di
αij = , (14.87)
∂Ej
las cuales miden la capacidad del sistema de desarrollar un momento dipolar (es
decir, de polarizarse) en las diferentes direcciones como producto de la acción
del campo externo. De la ecuación (14.85) concluimos que a primer orden la
polarizabilidad es
(0)
X ri kn rj nk + ri nk rj kn
αij ≡ αij (E = 0) = e2 (0) (0)
. (14.88)
k6=n Ek − En
Estas dos últimas expresiones coinciden con los desarrollos perturbativos a primer
orden (14.85) y (14.81), respectivamente, y ayudan a comprender mejor el sentido
físico de los diferentes términos.
Estudiaremos ahora el efecto Stark en el átomo de hidrógeno. Analizaremos
primero el estado base, que presenta sólo el efecto Stark cuadrático y se estudia con
la teoría para estados no degenerados. Por otra parte, los niveles excitados presentan
el efecto Stark lineal, pero su estudio requiere la teoría de estados degenerados.
Introducción a la mecánica cuántica 494
(2)
X (E · r1k )(E · rk1 )
0
δE100 = e2 (0) (0)
. (14.91)
k E1 − Ek
en donde se usó la expresión (13.51) para la energía del estado base del átomo
hidrogenoide.
Supóngase ahora que podemos construir un operador F̂ tal que
en donde |0i representa el estado base del sistema.5 Se tendrá entonces que
(0) (0)
hk|z|0i = (E1 − Ek )hk|F̂ |0i, (14.97)
4
H. A. Bethe y E. E. Salpeter, Quantum Mechanics of One and Two Electron Atoms, en
Handbuch der Physik (Springer, 1957), sección 52. Este excelente libro contiene un amplio estudio
del efecto Stark en el hidrógeno, incluyendo la comparación con el experimento. Puede encontrarse
allí también la solución de este problema para el caso de campos muy intensos mediante el método
WKB.
5
Seguimos aquí la exposición de Merzbacher en Quantum Mechanics. Como el método es de
aplicación general, hemos generalizado la notación en su presentación.
495 14. Métodos aproximados II: Teoría de perturbaciones independientes del tiempo
Vimos ya que los elementos de matriz diagonales que intervienen en esta expresión
son nulos. Para los dos restantes tenemos, con
2 r 1 r
R20 = p 3 1 − e−r/2a0 , R21 = p 3 e−r/2a0 ,
8a0 2a0 24a0 a0
que
Z ∞ Z
3
h200|z|210i = h210|z|200i = R21 (r)R20 (r)r dr Y10 cos θY00 dΩ = −3a0 .
0
(14.108)
Por lo tanto, la ecuación secular se reduce a
(1)
−δE2 3ea0 E
=0
3ea0 E −δE2(1)
9
9/2
n= 3 0
−9/2
−9
Hα
3
n= 2 0
−3
(a) (b)
Figura 14.2. Efecto Stark lineal para la línea Hα del H; en (a) se muestran los niveles
de energía para n = 2 y 3 y en (b) la descomposición de esta línea en 15, algunas de las
cuales son muy débiles.
(1)
A su vez, para δE22 = −3V0 , obtenemos
Finalmente, para los niveles que no presentan el efecto Stark lineal se tiene
La teoría del efecto Stark presentada aquí es aplicable sólo al caso de campos
externos relativamente intensos (varios miles de volts/cm o superiores), pero no
para campos muy débiles, pues en tal caso los efectos de estructura fina del espectro
(los cuales tendremos oportunidad de estudiar en la sección 15.4) son de magnitud
comparable.