Platillo Volador
Platillo Volador
Platillo Volador
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«Platillo volante» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Platillo volante
(desambiguación).
No debe confundirse con el objeto sumergible no identificado osni.
1Contexto histórico
2Terminología
3Historia
o 3.1Ovnis en la Edad Antigua, Media y Moderna
o 3.2Ovnis contemporáneos
4Investigación
o 4.1Líneas de investigación
o 4.2Clasificación de los ovnis según su observación
4.2.1Encuentros lejanos
4.2.2Encuentros cercanos
o 4.3Clasificación de los ovnis por su forma
o 4.4Resultados
5Interpretación
o 5.1Hipótesis extraterrestre
o 5.2Carl Gustav Jung: fundamentación psíquica
o 5.3Hipótesis psicosocial
o 5.4Hipótesis paraufológica
6Los ovnis en la cultura popular
7Véase también
8Notas
9Referencias
10Bibliografía
o 10.1Bibliografía utilizada
o 10.2Bibliografía adicional
Contexto histórico[editar]
Autores como Luis Alfonso Gámez, Ricardo Campo1 o Neil deGrasse Tyson3
han insistido en la gran importancia de los antecedentes históricos que
rodeaban el nacimiento y la popularización del término «ovni».
Terminología[editar]
Búmeran de madera a cuya forma se parecían los objetos declarados por Kenneth Arnold.
Pintura mural en Val Camonica (Italia), que según los ufólogos representa dos astronautas.
Investigación[editar]
Artículo principal: Ufología
Broma de Patrick Marechal de un ovni fabricado por él en Valonia (Bélgica) siguiendo las
descripciones de la Oleada Ovni belga.
Interpretación[editar]
Hipótesis extraterrestre[editar]
Artículo principal: Hipótesis extraterrestre
La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con
el Incidente de Roswell y ha sido una explicación recurrente desde aquel
momento. Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia
según el cual «para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios
se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han
aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni
mantiene relación con naves extraterrestres. El doctor Neil DeGrasse Tyson
afirma contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido para
nosotros no se debe concluir cualquier cosa, sino «dejar de hablar». 3
Científicos como Edward Gondon, Donald Menzel o Carl Sagan han afirmado
que, cuando los informes de ovnis se estudian en profundidad, la mayoría de
los casos logra ser identificado con certeza en porcentajes parecidos a los
arrojados por el Proyecto Libro Azul, es decir, fraudes, alucinaciones, malas
interpretaciones y sobre todo pareidolias de fenómenos conocidos
(cometas, fenómenos atmosféricos, satélites, basura
espacial, aviones, prototipos de naves terrestres, nube lenticular, etc.). A lo que
los defensores de la conexión ovni-extraterrestre mantienen que lo importante
radica en ese pequeño porcentaje de no identificados. Es la llamada falacia del
residuo.nota 12Esta postura es respondida por los escépticos afirmando que la
falacia residual no prueba nada porque la existencia de un pequeño porcentaje
inexplicado es común a cualquier disciplina con un número considerable de
casos. Así, en criminología siempre quedan algunos asesinatos sin aclarar y lo
mismo en los accidentes de tráfico, siempre existe un pequeño porcentaje que
no puede ser explicado, lo que no prueba la existencia de vampiros, zombis o
seres demoníacos.1
Pese a los argumentos en contra, la ufología ha formulado
varias conjeturas o hipótesis sobre la procedencia del pequeño índice de casos
sin resolver:
Para escritores como Patrick Harpur, el ensayo de Jung sigue siendo uno de
los más agudos análisis de apariciones aéreas. 46 Fue «dedicado a Walter
Niehus, arquitecto, como muestra de agradecimiento por haberme inducido a
escribir este librito».47 En el prólogo comienza aludiendo a la conclusión a la
que llegó en el artículo de 1954 ya citado: «Se ve algo, pero no se sabe qué.
Incluso resulta casi imposible hacerse una idea correcta de estos objetos, pues
no se comportan como cuerpos sino con la ingravidez de los pensamientos. No
ha habido hasta ahora ninguna prueba indudable de la existencia física de los
ovnis excepto en los casos en que se ha producido un eco en el radar». 48
Jung añade que desde entonces y «durante más de un decenio la realidad
física de los ovnis ha seguido siendo un asunto sumamente problemático». Y
que «cuanto más se prolongaba la incertidumbre, tanto más probable se fue
haciendo que en ese fenómeno, evidentemente complicado, incidiera también,
además de una posible base física, un importante componente psíquico. Esto
no tiene nada de asombroso al tratarse de un fenómeno aparentemente físico
que se caracteriza, por una parte, por su frecuencia, y por otra, por lo extraño y
desconocido, incluso por lo contradictorio de su naturaleza física. Un objeto
semejante provoca como ninguna otra cosa la fantasía consciente y
la inconsciente, produciéndose suposiciones especulativas y narraciones
fantasiosas con el fondo mitológico propio de estas excitantes
observaciones».49
Así, Jung establece tres modos de ver el fenómeno:50
Fenómeno celeste en Núremberg de 1561. Hans Glaser, 1566. Biblioteca Central de Zúrich. Incluido
en Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo.
Aún resta abordar el carácter real del fenómeno, ante lo cual Jung plantea tres
posibilidades:54
Los ovnis serían más bien de naturaleza psicoide,5657 es decir, tienen por base
una realidad que integra y supera los opuestos anteriormente mencionados de
materia y psique o unus mundus.58
El paréntesis introducido por Jung será el precedente más directo de las
hipótesis psicosociológicas (y en parte de las paraufológicas), las cuales
surgirían años después para tratar de explicar el fenómeno ovni acudiendo a
confusiones o errores de interpretación moldeados por la psicología del testigo
y el ambiente sociológico del momento.59nota 13
Hipótesis psicosocial[editar]