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Comienza La Funci N

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

"Comienza la función"
Comedia en 4 cuadros

PERSONAJES
ENCARNA (Mujer del pueblo vieja, viuda, de genio)
EUGENIA (De la edad de la anterior más o menos, vecina)
BLAS (El cura del pueblo, también veterano)
ANTONIO (vecino del pueblo, también entrado en años)
BENITO (Joven del pueblo, un poco inocente)
JOAQUÍN (Joven del pueblo, todo un galán, con éxito entre las chicas)
ROSA (Una chica del pueblo. Como todas, va detrás de JOAQUÍN)
ÁNGELA (Hija de ANTONIO, también joven, y también suspira por JOAQUÍN)
LUCÍA (Vecina del pueblo, sorda)

La obra se ambienta en un pueblo de la Asturias rural, pero es perfectamente


extrapolable a cualquier otra parte, cambiando el nombre de algunos lugares. La época
de la obra, en la España de la dictadura.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

PRIMER CUADRO

Un pueblo, una casa a un lado, y otra al otro. Al fondo, el pueblo. ENCARNA y


EUGENIA hablan delante de casa mientras desgranan unas alubias.

ENCARNA.- Este año las alubias dan pena. Tengo que tirar la mitad de cada vaina que
desgrano.
EUGENIA.- No las tires, échalas aquí en mi cesta.
ENCARNA.- Mujer, si están negras. ¿Para qué las quieres?
EUGENIA.- Esto… para los cerdos. Ellos comen lo que sea.
ENCARNA.- Tu no tienes cerdos.
EUGENIA.- No, pero tengo tres posaderos en casa, que para el caso…
ENCARNA.- ¿Les vas a dar las alubias dañadas, Eugenia?
EUGENIA.- Las haces puré con el tenedor, y ya está. No sé de nadie que haya muerto
por comer una alubia con una pintita negra.
ENCARNA.- A ver si se pone alguien enfermo.
EUGENIA.- ¿Enfermos? Esos no enferman más que el día que les cobro. Anda, anda.
¿Dónde van a estar mejor atendidos que en mi casa? Les cambio las sábanas
una vez al mes, desayunan, comen y cenan y hasta les doy conversación de
vez en cuando. Y todo eso por tres míseros duros. Para andar encima
escogiendo las alubias.
ENCARNA.- Ea, ea, tu sabrás.
EUGENIA.- Hay que mirar por la peseta, Encarna. Pueden venir tiempos peores. Ando
con la ciática que cualquier día me quedo coja. Además, acuérdate de la
guerra.
ENCARNA.- En la guerra andabas vendiendo estraperlo, tan mal no te fue.
EUGENIA.- Había que buscarse la vida. Mi marido murió en ella casi en su inicio, y
tenía bocas que alimentar.
ENCARNA.- Pero si no tienes hijos.
EUGENIA.- Tenía mi boca. ¿Te parece poco?
BLAS.- Buenas tardes, hermanas.
EUGENIA.- ¡Toma! Con la iglesia hemos topado.
ENCARNA.- Santas, padre. ¿Cómo por aquí?
BLAS.- De visita. Hay que ver cómo anda el rebaño.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

EUGENIA.- Para ver rebaños, mejor vaya a los campos, que andan pastando por allí las
cabras y las ovejas del Eustaquio.
BLAS.- Esta Eugenia… ¿Os puedo acompañar?
ENCARNA.- Siéntese, padre, siéntese. Y si quiere desgranar alguna vaina…
BLAS.- Es que no sé.
EUGENIA.- Claro, Encarna, tienes unas cosas. ¿No ves que puede romperse una uña?
ENCARNA.- ¡Calla, Eugenia!
BLAS.- En realidad, aparte de la visita, tenía que comentarte otra cosa, Encarna.
EUGENIA.- Ahora es cuando viene la parte interesante, ya verás.
BLAS.- Este otoño no lo podemos pasar sin arreglar la pila del agua bendita, que los
feligreses ya protestan porque tienen que mojar los dedos para santiguase en
una palangana. Ya he pedido presupuesto.
ENCARNA.- Mi hijo no va a poder, está de trabajo hasta arriba.
BLAS.- Muy ocurrente, Encarna. Joaquín no la tiene que poner, la ponen unos obreros
de Oviedo. De lo que vengo a hablar contigo es del pago.
EUGENIA.- ¿No te había dicho que ahora venía la parte interesante? Me voy, que los
posaderos van a llegar, y tendrán hambre. Hale, con Dios, padre.
BLAS.- A ver si paso a verte por tu casa, Eugenia.
EUGENIA.- ¿Eh? Esto, no sé si voy a estar…
BLAS.- ¿No vas a dar la comida a los posaderos?
EUGENIA.- A ponerla a calentar nada más, luego me voy… a casa de una sobrina…
que ha dado a luz hace un mes.
BLAS.- Pues paso por casa de tu sobrina y así…
EUGENIA.- ¡En Oviedo! Está en la residencia. Así que casi que no voy a estar. Y
como ahora me pilla sin dinero. ¡Hasta luego! (Se va corriendo)
ENCARNA.- Mira la que iba a quedar coja por la ciática. Como corre camino abajo.
BLAS.- Nada más ha oído lo de pagar, se ha ido por si le tocaba a ella ¿Qué pasa? ¿No
sabe lo de la pila?
ENCARNA.- No le he contado nada, no. No son cosas para airearlas por ahí.
BLAS.- Es igual, Encarna. Vamos a lo de la iglesia. El presupuesto para la pila sube a
ciento diez.
ENCARNA.- ¡Cómo corre ese auto! ¡A ciento diez! ¿Y porqué traen tan rápido ese
presupuesto, padre?
BLAS.- Hay veces que no sé si estás burlándote de mi, Encarna. Son ciento diez
pesetas. Ya sabes. La mitad tu, y la otra mitad Antonio.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ENCARNA.- ¿Ciento diez pesetas? ¿Por una pila? Bendecirá el agua ella sin falta de
cura, porque por ese dinero…
BLAS.- De todos modos, no os apuréis, que no hay que pagar hasta después de
difuntos.
ENCARNA.- Sí, ahí tiene razón que las pondremos después de difuntos, porque estos
tres meses que faltan vamos a tener que pasarlos sin comer para pagar ese
dinero.
BLAS.- En fin, (Se levanta) ahora voy con Antonio. Queda con Dios, hermana.
ENCARNA.- No, padre, llévelo con usted, que no se quede aquí, que en esta casa con
dos que somos ya es suficiente, no sé de qué vamos a comer estos meses.
BLAS.- Hay que hacer un esfuerzo. Lo primero es la iglesia. Hasta luego. (Se va)
ENCARNA.- Ciento diez pesetas. ¿Quién las ha visto juntas?
EUGENIA.- (Se asoma) ¿Ya se ha ido el cobrador de la sotana?
ENCARNA.- Eugenia, hija, ¿Cómo has echado a correr de esa forma?
EUGENIA.- Nada más que lo oí empezar a pedir, me he largado. ¿Qué hay que arreglar
ahora en la iglesia? Si está pintada del año pasado.
ENCARNA.- La pila.
EUGENIA.- No sabía que las iglesias fueran a pilas.
ENCARNA.- La pila del agua, Eugenia. ¿No ves que lleva dos meses rota?
EUGENIA.- Sí, pero al parecer se rompió por una riña entre dos vecinos. Un par de
salvajes, seguro. Mira que pegarse en una iglesia.
ENCARNA.- Criticarlo sin saber lo que ha pasado…
EUGENIA.- Unos bestias, te lo digo yo. Además, ¿por qué viene a pedir dinero aquí?
Que la paguen los que la rompieron.
ENCARNA.- Pues eso, Eugenia.
EUGENIA.- Oye, que yo no he sido, ¿eh? Espera… ¿Tu?
ENCARNA.- Sí, hija, yo.
EUGENIA.- Lo de bestias y eso no era por faltar, ¿eh? Pero, ¿entonces?
ENCARNA.- Fue por culpa de Antonio, mujer. Justo a la que entraba yo, salía él. Y yo
que no me aparto, y él, que tampoco, y que si ponte para allá, que si no me
pongo, comenzamos a reñir.
EUGENIA.- Para variar.
ENCARNA.- Es un zopenco. Me llamó de todo menos guapa. Pero yo no me quedé
corta, ¿eh? Y en esto que se calienta, y levanta el cayado para amenazarme,
yo cogí una albarca y se la tiré.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

EUGENIA.- ¡Hala!
ENCARNA.- Él se agachó, la albarca pegó en el coro, luego en la puerta, y al final fue
a dar a la pila.
EUGENIA.- Al billar serías una fiera.
ENCARNA.- Y la pila partió en veinte pedazos.
EUGENIA.- ¿No te digo? Menuda tacada.
ENCARNA.- Cuando el cura vino a ver, Antonio dijo que la culpa era mía, por tirar la
albarca, y yo que era de él por agacharse, y como no había acuerdo, el cura
dijo que la pagábamos entre los dos.
EUGENIA.- ¿Y cómo de cara te ha salido la broma?
ENCARNA.- Tenemos que pagar entre los dos ciento diez pesetas.
EUGENIA.- ¿Ciento diez? Eso es un dineral.
ENCARNA.- Calcula. Mi hijo gana cinco duros dónde trabaja, y yo bajo el colchón no
tengo más que pulgas y chinches.
EUGENIA.- ¿Y Antonio?
ENCARNA.- ¿Yo qué sé lo que tiene Antonio bajo el colchón?
EUGENIA.- Mujer, que si él tendrá el dinero.
ENCARNA.- Esperemos que él ande mejor que yo, porque si no…
ANTONIO.- (Entra hecho una furia) ¡Ciento veinte pesetas! ¡Ciento veinte pesetas!
EUGENIA.- (Se vuelve a ir corriendo) Ahora sí que me voy, que aquí puede granizar.
(Se va)
ANTONIO.- ¿Qué, Encarna? ¿No tienes nada que decir?
ENCARNA.- Pues sí. Vaya inflación que hay en este pueblo, que de mi casa a la tuya
ha subido la pila diez pesetas.
ANTONIO.- No, la pila vale ciento diez pesetas. Los otros dos duros son porque me he
cabreado y he asolapado al cura… Y le he roto la sotana.
ENCARNA.- Ese gasto a mi no me incumbe.
ANTONIO.- ¿Que no? Si te hubieses apartado en la iglesia aquel día, ni hubiese roto la
pila, ni hubiese asolapado al cura. Y ahora, ¿qué? ¿De dónde vamos a sacar
ese dinero?
ENCARNA.- He pensado que tu a lo mejor…
ANTONIO.- ¿Yo? Tengo veinte pesetas de pensión.
ENCARNA.- ¿Y los ahorros?
ANTONIO.- Yo forro no lo tengo más que en el chaleco, y muy gastado.
ENCARNA.- Pues si no se puede…

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Si no se puede, el cura ha dicho que lo pondría en manos de la justicia.


¡Que voy a pasar treinta años a la sombra!
ENCARNA.- ¿A ti te parece que pasarás treinta años en la cárcel por ciento diez
pesetas?
ANTONIO.- No, digo treinta años porque si no aparece ese dinero te llevo a ti por
delante.
ENCARNA.- Si no te hubieses agachado…
ANTONIO.- Si la albarca hubiese seguido en la pezuña, que es dónde debía estar…
ENCARNA.- ¿Pezuñas? ¿Quieres ver cómo te planto las pezuñas en la cara?
ANTONIO.- ¿Tanto te vas a estirar? ¡Mala bruja!
ENCARNA.- ¡Muerto de hambre!
JOAQUÍN.- (Entra) Buenas tardes.
ENCARNA.- Buenas eran hasta que apareció este monigote.
ANTONIO.- Si uno no fuera un caballero…
ENCARNA.- Si tu fueses un caballero no pasarían estas cosas.
JOAQUÍN.- Veo que ustedes dos se llevan igual de bien que siempre. ¿Qué pasa?
ENCARNA.- Que por culpa de este mentecato ahora hay que pagarle una pila al cura.
JOAQUÍN.- ¿Para la radio?
ANTONIO.- Mira que graciosillo es el muchacho. No le ha debido hacer efecto la mala
leche que mamó.
ENCARNA.- El que las vas a mamar eres tu.
JOAQUÍN.- Haya paz. ¿Todo esto es por una pila? Si llegáis a tener que pagar la radio
entera es muy gorda.
ANTONIO.- ¡Qué chistoso el muchacho! Mira, que para tu madre me estoy
conteniendo, pero a ti te sacudo antes de decir miau.
ENCARNA.- ¡Si te piso un callo vas decir miau y lo que no es miau!
JOAQUÍN.- Venga, venga, no discutan más. ¿Puede alguien contarme lo que pasa?
ENCARNA y ANTONIO.- Que por su culpa hay que pagar la pila. (Pausa) ¿Por mi
culpa? (Pausa) ¡Por la tuya!
JOAQUÍN.- ¡Qué lindo! ¿están aprendiendo una canción? ¿Qué es, de Machín?
ENCARNA.- Mira, hijo, que entre este espantapájaros y yo tenemos que juntar ciento
diez pesetas.
ANTONIO.- Ciento veinte.
ENCARNA.- Que la sotana es cosa tuya.
JOAQUÍN.- ¿Se va a meter a cura?

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Lo que voy a meterte es una…


ENCARNA.- Ea, ea, tengamos la fiesta en paz. Vamos a calmarnos, Antonio, y a ver
qué hacemos, porque hay que juntar ciento diez pesetas…
ANTONIO.- Ciento…
ENCARNA.- ¡Vale, coño! ¡Ciento veinte! Me da igual, porque ni tengo para juntar
unas ni para otras.
ANTONIO.- ¿Tu cuánto puedes poner?
ENCARNA.- Mirando por la peseta estos tres meses puedo poner cinco duros.
ANTONIO.- ¿Y lo que tienes ahorrado?
ENCARNA.- Ah, ya, si sumo eso entonces puedo juntar… ¡Veinticinco pesetas!
¿Ahorrar? ¿Piensas que con mi paga y las cuatro perras que gana mi hijo
puede ahorrarse algo?
ANTONIO.- Con todo y con eso, puedes poner más que yo. ¿No tendrás una cinta de
medir por ahí?
ENCARNA.- ¿Para qué?
ANTONIO.- Para tomar medidas para el traje de presidiario. ¡Ay, con lo mal que me
sientan las rayas!
ENCARNA.- A ti te sienta mal cualquier cosa.
ANTONIO.- Encarna, que me da igual ir a la cárcel por no pagar que por zurrarte.
JOAQUÍN.- No comiencen otra vez a reñir, ¿eh? Hay que buscar una solución, y hay
que buscarla ya. ¿De dónde se pueden sacar ciento veinte pesetas en menos
de tres meses?
BENITO.- (Entra) Buenas tardes. Hombre, señor Antonio, precisamente iba a su casa.
ANTONIO.- ¿Y a qué ibas, si puede saberse?
BENITO.- A ver si veía a Ángela.
ANTONIO.- ¿Y para qué quieres verla?
BENITO.- Es que hoy, en el pueblo de al lado, hay teatro, viene una compañía de
Oviedo, y entonces iba a invitarla para que viniera a verla conmigo.
ANTONIO.- Eso está bien pensado. Pero, ¿a quién le has pedido tu permiso para ir al
teatro con mi hija?
BENITO.- A mi madre.
ANTONIO.- ¿Y no te parece que me lo deberías pedir a mi?
BENITO.- ¿Qué pasa, que no me deja ir? ¿Por qué?

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Serás imbécil. A la que no dejo ir contigo a ningún lado es a mi hija.


Desaparece de mi vista, que tal como tengo el día hoy, no respondo de mi.
¡Arrea!
JOAQUÍN.- ¡No! ¡Eso es! ¡Esa es la solución!
ANTONIO.- ¿La solución es zurrarle a este pazguato? ¿Alguien nos va a pagar por
eso? Porque comienzo ahora mismo.
JOAQUÍN.- No. El teatro, esa es la solución.
ENCARNA.- Vaya, sí, vamos a ver el teatro, a ver si nos cae el dinero del cielo a la que
vamos o a la que venimos.
JOAQUÍN.- No, madre. Vamos a montar una función de teatro para recaudar dinero
para la pila.
ANTONIO.- Encarna, anda, vete a por el termómetro, que a tu hijo le ha dado algo.
JOAQUÍN.- Que no. Es perfecto. Montamos una función, y cobramos dos pesetas de
entrada, y con que vengan sesenta vecinos, ya está. Y seguro que van más y
aún nos sobra dinero.
ANTONIO.- Mira, ahora me metes en una duda.
ENCARNA.- ¿Te parece bien la idea?
ANTONIO.- No, la duda es si cascarle al pretendiente de mi hija, o a tu hijo por idiota.
JOAQUÍN.- Mirad. Entre Ángela, usted, Antonio, mi madre y yo podemos hacer un
entremés. Y seguro que Rosa, la amiga de Ángela, también participa.
BENITO.- Si sale Ángela, también me apunto.
ANTONIO.- Tu vale más que te vayas antes de que se me escape la mano.
JOAQUÍN.- No, no, cuanta más gente, mejor, así vendrán más a vernos.
ANTONIO.- Esto es una tontería, Joaquín. ¿Qué obra vamos a hacer nosotros?
JOAQUÍN.- No sé, un clásico, que sabes que eso no falla.
ENCARNA.- Si la obra va a ser para difuntos, lo propio es hacer “Don Juan Tenorio”.
BENITO.- Oiga, ¿que van hacer la obra para los difuntos? Entonces yo me borro, que
prefiero actuar para los vivos.
ENCARNA.- No seas botarate, Benito. Me refiero a hacerla el uno de noviembre, el día
de los difuntos.
BENITO.- ¿En el cementerio?
ANTONIO.- ¡En casa de tu madre! Pues sí que…
BENITO.- Oiga, que en mi casa no sé si cabrá mucha gente.
ANTONIO.- Ahora sí que le planto una guantada.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- Pare, pare, señor Antonio, que el pobre ya sabemos que es un poco
inocente. Está entonces decidido. Hacemos “Don Juan Tenorio”.
ANTONIO.- Vamos a ver, calamidades. A ver si pensamos con un poco de sentido.
¿Piensas que alguien de este pueblo que tenga más de un dedo de frente va a
pagar dos pesetas para vernos a nosotros hacer el tonto en la plaza del
pueblo? Tengo miedo que no paguen ni diez céntimos.
JOAQUÍN.- Diciendo que es para la pila…
ANTONIO.- Despierta, Joaquín. Eso no va a servir para nada.
BENITO.- Si es para buscar gente conocida, para eso estoy yo aquí.
ANTONIO.- No, hijo, aunque el tonto del pueblo sea el más conocido, tampoco van a
pagar dos pesetas para verlo hacer el idiota, y más cuando ya lo ven
haciéndolo gratis todos los días.
BENITO.- Ande, Don Antonio, que ya sé que lo dice de broma.
ANTONIO.- Si, hombre, si, ¿no ves las carcajadas que estoy echando?
BENITO.- Hablo de gente conocida de verdad. ¿A usted qué le parecería que vinieran a
hacer la obra Leandro y Lupita?
ANTONIO.- Es que si vinieran esos dos, vendrían hasta de la capital a verlos. Son la
pareja más nombrada de Asturias. Ahora que voy a ver primero una vaca
volando por encima de mi que ver a esos dos en este pueblo.
BENITO.- Pos vaya poniendo algo en la cabeza para que no le caiga una boñiga en ella,
porque esos dos van a venir a este pueblo y van a actuar con nosotros. De
eso me encargo yo.
ENCARNA.- Benito, si quieres actuar, te dejamos, pero déjanos hacer las cosas a
nosotros, que no vale con soñar con ellas.
BENITO.- No son sueños, doña Encarna. Leandro es primo mío.
ENCARNA.- Si, claro, y Lola Flores tu madrina.
BENITO.- Que sí, doña Encarna, que sí. El padre de Leandro y mi padre son hermanos.
ENCARNA.- ¿Cómo?
ANTONIO.- Espera un momento, es cierto que Benito y Leandro se apellidan igual.
BENITO.- Benito Suárez, como Leandro Suárez.
ENCARNA.- ¿Sois primos de verdad?
BENITO.- De verdad. Ustedes no se preocupen más por eso, que voy a hablar con mi
primo para que nos eche una mano, y para que traiga a Lupita con él.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Siendo así, estamos salvados. Con Leandro y Lupita vamos a tener más de
cien personas. Llenamos la iglesia seguro. Y cien por dos… ¡Arrea! Que me
van a sobrar ochenta pesetas.
ENCARNA.- Te van a sobrar unas cuantas menos.
ANTONIO.- No, Encarna, doscientas menos ciento veinte son ochenta. Ni pare ni
preña.
ENCARNA.- Ya, pero en la obra sale más gente aparte de ti, se repartirá lo que sobre
entre todos, ¿no te parece?
ANTONIO.- Hombre, claro, para eso he echado yo las cuentas. (Aparte) Sí, sí, ese
dinero ya lo arramplaré yo de algún modo.
BENITO.- Voy a casa de Marcela a la centralita para llamar por teléfono a mi primo.
¿Cuándo comienzan los ensayos?
ENCARNA.- Mañana mismo, que no nos sobra nada. A las seis quedamos aquí delante
de casa. Avisa a tu hija y a la amiga, Antonio. Voy a ir a casa de la maestra,
a ver si tiene el "Juan Tenorio". Mañana nos vemos. (Salen todos menos
JOAQUÍN que sigue en medio de la escena un poco ido)
JOAQUÍN.- ¡Lupita! Voy a conocer a Lupita. No soy a creerlo. Lupita en este pueblo.
Tengo que ir a sacar el traje del armario, que mañana tengo que ponérmelo.
¡Lupita!

TELÓN

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

SEGUNDO CUADRO

Mismo decorado. ENCARNA y JOAQUÍN hablan delante de casa.

ENCARNA.- A ver si llega ya esa gente, que tenemos que repartir los papeles.
JOAQUÍN.- ¿Ya ha hecho el reparto?
ENCARNA.- Por encima. Hay muchos personajes, a ver cómo nos arreglamos, porque
he tenido que eliminar algunos.
JOAQUÍN.- Con hacer los más importantes, basta.
ANTONIO.- (Entra con ÁNGELA, su hija, y ROSA, la amiga) Buenas tardes.
¿Todavía no ha llegado el zamarro ese? Porque yo hasta que no vea aquí a
Leandro y Lupita no acabaré de creer todo lo que ha dicho.
ENCARNA.- Llegarán, llegarán. Mientras y no, vamos a repartir los papeles.
ANTONIO.- Cuánto mejor era que te estirases y repartieses unos tacos de chorizo.
ENCARNA.- Igual te acusaban de caníbal.
ANTONIO.- ¿Y eso?
ENCARNA.- Hombre, un retaco comiendo tacos…
ANTONIO.- La primera en la frente.
ENCARNA.- A los papeles. Lógicamente, a Lupita le daremos el papel de Doña Inés…
JOAQUÍN.- ¡Y a mi el de Don Juan!
ENCARNA.- Sí, que va venir a Leandro con Lupita para que hagas tu de Don Juan.
Anda, anda, Don Juan y Doña Inés son Leandro y Lupita. Los papeles que
voy a repartir son los demás. A ver, Luis Mejía. Ese tiene que ser un galán
bien plantado.
ANTONIO.- Entonces no hay más que buscar. Para ese valgo yo.
ENCARNA.- ¿Tu bien plantado? A ver si resulta que se te ve así de pequeño porque
estás plantado. Debieron de quedar bajo tierra un par de cuartas.
ANTONIO.- Como me empieces a calentar…
ENCARNA.- Si tan bien plantado estás, en vez de calentarte habrá que regarte.
ANTONIO.- Encarna…
JOAQUÍN.- No empiecen. Oiga, madre, ¿ese galán pretende a Doña Inés?
ENCARNA.- Claro, es el rival de Don Juan.
JOAQUÍN.- Entonces ese lo hago yo.
ANTONIO.- No das tu planta de galán.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ENCARNA.- Si, que pena perder a este… champiñón como galán.


ANTONIO.- ¿A quién llamas tu champiñón?
JOAQUÍN.- Las recetas de cocina para después. A ver, ¿qué más papeles hay?
ENCARNA.- El padre de Don Juan.
JOAQUÍN.- ¿Ve? Ese sí es buen papel para usted.
ANTONIO.- ¿Estás llamándome viejo?
ENCARNA.- No tiene menester de llamártelo. Eres viejo.
JOAQUÍN.- ¡Vaya cruz!
ENCARNA.- Para Antonio había un papel mejor, la estatua del cementerio, que ya da
el perfil de cadáver sin falta de maquillarlo.
ANTONIO.- Mira, si no fuera las sesenta pesetas que me hacen falta, el cementerio iba
a visitarlo, sí. ¡Para ponerle flores a tu tumba!
JOAQUÍN.- Por favor os lo pido. Dejen de reñir aunque sean diez minutos. Falta poco
para difuntos, y hay que apurar lo más que se pueda.
ENCARNA.- Vale. Yo firmo un armisticio mientras que dure la obra.
ANTONIO.- Para eso hay que saber escribir. Como no pongas el dedo…
JOAQUÍN.- (Desquiciado) ¡Valioooooooó! Otra más y pierdo los papeles, ¿eh?
ROSA.- No los pierdas, que todavía no nos han dado papel a nosotras.
JOAQUÍN.- ¿A quién habré matado yo, señor?
ENCARNA.- Antonio. ¿Qué te parece si haces el papel de Don Diego?
ANTONIO.- Eso sí. Don Diego, un papel bueno, y con un nombre de alcurnia. Ese
papel me parece bien. ¿Quién es?
ENCARNA.- El padre de Don Juan Tenorio.
ANTONIO.- La madre que… ¡Me la ha clavado bien clavada!
ROSA.- ¿Y nosotras?
ENCARNA.- A ver… Una tiene que ser Ana, la prometida de Don Luis, y otra Brígida,
la sirviente.
ROSA.- Vale, yo Ana.
ÁNGELA.- ¿Y por qué tu?
ROSA.- Porque tu pareces más una sirviente que yo.
ÁNGELA.- ¿Y eso por qué?
ROSA.- Vamos a ver, Ángela, ¿vas a compararte conmigo?
ÁNGELA.- No, de eso nada, que lo que quieres es ser Ana porque es la prometida de
Luis.
ROSA.- Bah, mira con lo que me sale. Si a mi me da igual. ¿Quién interpretaba a Luis?

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- Yo.
ÁNGELA.- Anda, Joaquín, que sabía de sobra que lo interpretabas tu. He dicho que yo
no hago de sirviente.
ENCARNA.- Los papeles los doy yo.
ÁNGELA.- ¡Papá!
ANTONIO.- Tiene razón mi hija. Ella que haga de señora y Rosa de criada. No voy a
ser yo un señor y ella una sirviente. ¿Dónde se ha visto eso?
ENCARNA.- Es que no es hija tuya.
ANTONIO.- Oye, ¿a que te planto los dedos en la cara? ¿Cómo que no es hija mía?
ENCARNA.- En la obra, idiota. Está decidido. Rosa es Doña Ana, y Ángela, Brígida.
ÁNGELA.- ¡Pues no actúo!
ENCARNA.- Tu misma, el que va a acabar en chirona es tu padre.
ANTONIO.- Eso también es verdad. Ángela, ¿qué más da un papel que otro?
ÁNGELA.- Jo…
ROSA.- Ya está dado, Ángela. Yo soy Ana.
ENCARNA.- A ver, ahora habría casi seis papeles de hombre importantes, y solo nos
queda Benito.
ANTONIO.- ¿Y va hacer él los seis papeles? Si creo que no va ni a aprender uno.
ENCARNA.- No, voy a arreglar la obra para que hable algo, pero para que casi no
salga.
JOAQUÍN.- No le va a parecer nada bien.
ENCARNA.- No te apures. Le puedo decir que él tiene que estar preparado por si hay
que sustituir a alguien. Eso es, va a ser el suplente, y así no hablará nada y
no destrozará la obra. Le diremos que él solo sale si falla alguien, y como
eso no va a pasar…
ANTONIO.- A ver si llega ya de una vez con su primo y Lupita, que por aquí no acaba
de aparecer nadie.
BENITO.- (Entra corriendo con un cartel bajo el brazo) ¡Ya estoy aquí!
JOAQUÍN.- ¿Dónde está Lupita?
BENITO.- Está con Leandro. Ya está todo solucionado. Están de acuerdo y van a hacer
la función. Pero eso sí, lo que no pueden es venir a ensayar, porque dice que
están muy atareados, pero que nosotros vayamos preparando la obra, que el
día uno estarán aquí para hacerla.
ANTONIO.- Oye, Benito, eso será verdad, ¿eh?
BENITO.- Lo juro por lo más sagrado.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ENCARNA.- Entonces será cosa de empezar a ensayar, que los papeles ya están todos
dados.
ANTONIO.- Oye, Encarna, ¿y tu qué papel haces?
ENCARNA.- ¿Yo? Soy la directora.
ANTONIO.- Si, que lo de mandar se te da bien.
BENITO.- ¿Y yo? ¿Qué papel hago?
ENCARNA.- Tu eres el más importante. Vas a ser el suplente de Don Juan.
BENITO.- ¡Ole! ¡Ole! ¡Voy a ser el suplente! ¡Voy a ser el suplente!
ÁNGELA.- No sabes lo que es el suplente, ¿verdad?
BENITO.- No, pero tiene que ser muy importante, ¿no?
ENCARNA.- Importantísimo. No se puede hacer la función sin él.
BENITO.- Venga, deme mi papel.
ENCARNA.- Tu no tienes papel, eres el suplente, y tienes que estar preparado para
salir en cualquier momento.
BENITO.- ¿Y qué digo?
ENCARNA.- Tienes que escuchar a los demás y aprender lo que dicen y hacen, y si
alguien falla, entonces ahí entras tu.
BENITO.- Oiga, ¿y está segura que ese papel es importante?
ENCARNA.- Importantísimo. El principal de todos.
BENITO.- Si usted lo dice… Mirad, he hecho un cartel para anunciar la obra. (Lo
miran). ¿Qué os parece?
ANTONIO.- Está bonito.
JOAQUÍN.- Oiga, Antonio, ya sé que Benito no era de ir mucho a la escuela, pero, ¿no
le parece que hay algunas faltas de ortografía?
ANTONIO.- No está escrito como si lo hubiese hecho Jovellanos, pero está bien
coloreado.
JOAQUÍN.- (Vuelve el cartel al público. Pone “Uno de Noviembre, ovra de tehatro,
Donjuhan Tenorio”) Si Jovellanos levantase la cabeza y viese este cartel,
vuelve a estirar la pata del susto.
BENITO.- ¡Meca! No me había dado cuenta. Mira que escapárseme… ¡Noviembre es
con b! Ahora lo corrijo.
ENCARNA.- Deja el cartel para otro día, y vamos a comenzar a leer los papeles, que el
tiempo apremia.
BENITO.- ¿Y qué hago mientras?

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ENCARNA.- Escuchar con atención. A ver, vamos a ensayar la primera escena que se
va a hacer, que es la de Luis y Ana.
ROSA.- ¡Eso, eso! O sea… está bien. (Los demás se sientan alrededor, y quedan
ROSA y JOAQUÍN con ENCARNA en medio)
ENCARNA.- Vamos, leed lo que os he dado, e intentad hacerlo bien, ¿eh?
ROSA.- Empiezo yo. “¿Quien va?”
ANTONIO.- ¿No dices que empiezas tu? Pues tu, boba.
ROSA.- No, que digo: “¿Quién va?”
JOAQUÍN.- “¿No es Pascual?”
ANTONIO.- A ver, Encarna, que estos no se aclaran. ¿Quién va?
ENCARNA.- Calla un poco, Antonio, que la obra es así. Venga. Al principio.
ROSA.- “¿Quién va?”
ÁNGELA.- Es cierto que esta no se aclara, mejor me daba a mí el papel de…
ENCARNA.- Escuchad, los de fuera callad la boca, ¿eh? No quiero oír ni una mosca.
ANTONIO.- Que enseguida te metes en el papel de mandar, carajo.
ENCARNA.- Silencio. A ver, Rosa: “¿Quién va?”
BENITO.- No se entera la directora, mal nos vamos a enterar los demás.
ENCARNA.- No puedo con esto. Saltad esas dos frases..
ROSA.- Muy bien. “¡Don Luis!”
JOAQUÍN.- “¡Doña Ana!”
ROSA.- “¿Por la ventana llamas ahora?”
JOAQUÍN.- “Ay, Doña Ana, cuan a buen tiempo salís.”
ROSA.- “¿Pues qué hay, Mejía?”
JOAQUÍN.- “Un empeño por tu beldad con un hombre que temo.”
ANTONIO.- Oye, Encarna, ¿y yo cuando salgo, que aquí no acabo de verme?
ENCARNA.- No interrumpáis. Sales más adelante.
ANTONIO.- Es que a mi me parece que un personaje de la mi altura tendría que salir al
principio.
ENCARNA.- Hombre, si por la altura es…
ANTONIO.- No tengo gana de esperar a que me toque. Vamos a hacer una escena de
las mías, que tengo que callar muchas bocas.
ENCARNA.- Oye…
JOAQUÍN.- Ande, madre, déjelo. Busque una escena de las suyas, porque si no no
ensayamos.
ENCARNA.- Tu escena es con Don Juan. Voy hacer yo su papel. A ver.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- ¡Vaya tenorio das tu!


BENITO.- Oiga, si yo soy el suplente, podría hacerlo yo.
ENCARNA.- Tu escucha, Benito, escucha. A ver, Antonio. Comienza.
ANTONIO.- (Muy teatrero e impostando la voz en demasía) “No puedo más
achucharte, vil Don Juan…” Oye, ¿voy a achuchar al Tenorio?
ENCARNA.- Escucharte, Antonio, escucharte.
ANTONIO.- Ah, eso. Sí. “No puedo más escucharte, vil Don Juan, porque recelo que
hay algún gallo del cielo preparado para anidarse.” ¡Qué tontería, Encarna!
ENCARNA.- Claro que eso es una tontería. Lo que trae es que “no hay ningún RAYO
en el cielo preparado para ANIQUILARTE”.
ANTONIO.- Es que escribes con la letra tan pequeña… Venga, ya no me equivoco
más. “Ah, no pudiendo creer lo que de ti me decían, confiando en que
mentían vine esta noche a te ver”. ¿Esto qué es? ¿A te ver?
ENCARNA.- En algunas partes he hecho algunas modificaciones, y esta es una de
ellas. Lo he puesto así para no deshacer la rima.
ANTONIO.- Es que así lo que deshaces es el idioma.
BENITO.- ¡Yo, yo! ¿Y si dicen vine esta noche a comer?
JOAQUÍN.- Por la noche irás a cenar.
BENITO.- Eso no rima.
ENCARNA.- (Tirando los papeles) ¡Se acabó! ¡Idos al cuerno! Por hoy no hago más
nada. Para mañana me aprendéis los papeles, y… ¡Ay de vosotros como no
los sepáis! (Mientras se va rezongando) ¿Quién me mandaría a mi meterme
en este jaleo? (Sale)
BENITO.- ¿A mi también me toca sustituir a la directora?
ANTONIO.- Olvídame, Benito. Mañana será otro día. (Marcha leyendo el papel) Vine
esta noche a te ver… No lo acabo yo de ver… ¡Porras! Que ya se me ha
pegado la tontería esta. (Sale)
ROSA.- A lo mejor podríamos ensayar tu y yo algunas escenas, Joaquín. Igual hay
alguna de amor, y esas hay que hacerlas muchas veces para que salgan bien.
JOAQUÍN.- No, Rosa, no estando la directora, es mejor que no.
BENITO.- ¿Quieres que las haga yo contigo? A mi las escenas de amor se me dan muy
bien.
JOAQUÍN.- Lo que faltaba por oír.
BENITO.- ¿Que no? Voy a hacerte una demostración. (Muy teatral, se arrodilla
delante de ROSA) ¿Qué tienes en esos ojos, que me hacen suspirar?

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ÁNGELA.- Para mi que van a ser legañas a causa de no se lavar.


BENITO.- Caramba, Ángela, vaya ripio bonito que has hecho.
ROSA.- A mi no me ha parecido nada bonito.
BENITO.- Calla, calla. (A ÁNGELA) Vamos a probar con otro. A ver… “Cada vez que
yo te miro, siento en el pecho una desazón”
ROSA.- Será por mirarle a la cara a ese pedazo de fantasmón.
ÁNGELA.- A que te cojo por el pelo, y verás quién es el fantasmón.
ROSA.- ¿Tu y cuantas más, andrajo?
ÁNGELA.- ¡Te despellejo! (Va a por ROSA, pero la sujeta BENITO)
ROSA.- ¡Ven acá! (A esta la sujeta JOAQUÍN)
BENITO.- Hay que ver, con la de poesía que parece que tienen encima, y al final el
miedo que dan.
JOAQUÍN.- Venga, no riñáis. Id para casa, y mañana ya nos volvemos a ver a la hora
de ensayar. (Las sueltan) ¿Seréis capaces de ir cada una a su casa sin
pelearos?
ÁNGELA.- Veremos a ver.
ROSA.- Por la cuenta que le tiene. (Salen juntas, pero encaradas una con otra)
BENITO.- Nosotros nos vamos a ir también, ¿eh?
JOAQUÍN.- Espera, Benito, que antes de marchar quisiera preguntarte una cosa. ¿Has
estado con Lupita?
BENITO.- Unas cuantas veces. Ya os he dicho que Leandro es primo mío. He ido en
algunas ocasiones a verlos al teatro.
JOAQUÍN.- ¿Y cómo es?
BENITO.- Pues es una sala llena de asientos, con un escenario, y allí se hacen obras de
teatro. Claro, teatro en el teatro.
JOAQUÍN.- El teatro no, Benito. Lupita.
BENITO.- Ah. Pues, no sé. Es… guapa.
JOAQUÍN.- ¿Cómo de guapa?
BENITO.- Pues… guapa. Guapa, de guapa.
JOAQUÍN.- Pero, ¿de uno a diez?
BENITO.- No, no, es guapa a todas horas. Vaya, no sé de la que se levanta, pero...
JOAQUÍN.- ¡No digas sandeces, Benito! Que si es muy guapa.
BENITO.- Mucho. Mira, es… ¿Cómo se les dice a los cantos rodados estos…?
JOAQUÍN.- ¿Es como un canto rodado?
BENITO.- No, hombre, esto que viene en los anillos, los collares…

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- Ah, una piedra preciosa.


BENITO.- Bueno, piedra, canto rodado. Para el caso… Pues eso, es preciosa.
JOAQUÍN.- (Se relame) Preciosa…
BENITO.- Y tiene la voz así, de esas que parece que te estén cantando una nana.
JOAQUÍN.- ¿Dulce?
BENITO.- No, gracias, ahora no me apetece un caramelo.
JOAQUÍN.- ¡Benito!
BENITO.- Ah, la voz. Si, si, muy dulce. Es como las chicas que salen en las revistas,
pero en color.
JOAQUÍN.- ¡Qué ganas tengo de que llegue el día uno!
BENITO.- ¿Para qué?
JOAQUÍN.- Esto... para hacer la obra. Hala, voy a casa a estudiar. (Se va
ensimismado) Preciosa… Preciosa….
BENITO.- ¿Y yo qué hago? Esto de ser suplente qué difícil es. Sin papel ni nada… En
fin, mientras voy a ir a arreglar este cartel y poner noviembre con b, que no
quiero que la gente se ría de mi. (Sale mientras cae el

TELÓN

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

TERCER CUADRO

Mismo decorado. JOAQUÍN delante de casa está martilleando unas tablas.


Aparece ROSA.

ROSA.- Hola, Joaquín. Qué trabajador te veo.


JOAQUÍN.- Estoy aquí preparando el escenario para la obra. Si quieres echar una
mano…
ROSA.- No, que acabo de pintarme las uñas. Mira, ¿te gusta como han quedado?
JOAQUÍN.- Muy bonitas. ¿Y cómo es que te has puesto tan guapa?
ROSA.- Porque voy a ver al chico que me gusta.
JOAQUÍN.- Pues no dudes que le vas a gustar tu también a él, porque estas muy guapa.
ROSA.- ¿Así que crees que le gustaré? Verás, es que es un chico muy exigente. Y
andan detrás de él la mitad de las chicas del pueblo.
JOAQUÍN.- Hay que estar muy ciego para no fijarse en ti.
ROSA.- Lo que pasa que no sé qué le voy a decir, porque él no se fija mucho en mi. A
ti, ¿qué te gustaría que te dijese una chica?
JOAQUÍN.- No sé. Cosas bonitas. Eso a todos nos gusta. Aunque lo normal es que sea
el chico el que le diga cosas bonitas a la chica.
ROSA.- Es que este chico es muy tímido, y no acaba de dar el paso. Por eso tengo que
darlo yo.
JOAQUÍN.- No sé, Rosa. A lo mejor, si me dijeses quién es, igual te podría decir algo.
ROSA.- Es… ¡El chico más salado de todo el pueblo!
JOAQUÍN.- Home, salados hay munchos.
ROSA.- Pero este de tanta sal que tiene te sube la tensión con solo mirarlo.
JOAQUÍN.- ¿Qué más?
ROSA.- Tiene unos brazos fuertes y largos.
JOAQUÍN.- A ver si va a ser un gorila…
ROSA.- Mono sí lo es. Es ancho de espaldas y estrecho de cintura.
JOAQUÍN.- ¡Qué bien lo dibujas! Talmente parece que lo tuvieses delante.
ROSA.- Talmente, talmente. Es alto, el más alto del pueblo.
JOAQUÍN.- No caigo…
ROSA.- Y un poco corto también, por lo que veo. ¿No das con él?
JOAQUÍN.- No, y es raro, ¿eh? Porque si tan alto es…

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ROSA.- Es… (Aparece ÁNGELA)


ÁNGELA.- ¿Estáis aquí?
ROSA.- Ya me destrozó el tema esta mojigata. Ahora que lo tenía a punto de
caramelo…
JOAQUÍN.- Hablábamos aquí del chico que le gusta a Rosa. ¿Tu lo conoces?
ÁNGELA.- Tengo una ligera idea.
JOAQUÍN.- Al parecer, es el más guapo del pueblo.
ÁNGELA.- Ahí no le voy a quitar la razón.
JOAQUÍN.- Y el más alto.
ÁNGELA.- Sí lo es, sí.
JOAQUÍN.- Y el más fuerte.
ÁNGELA.- Lo ha descrito tal y como yo lo veo.
JOAQUÍN.- Pues no soy a dar con él.
ÁNGELA.- Claro, no puedes dar con él, porque… Porque no es de este pueblo, es del
pueblo de al lado.
ROSA.- Pero...
ÁNGELA.- Y está muy enamorada. Para ella no hay nadie más que ese chico. Ya han
hablado de casarse y todo.
ROSA.- Te vale más callar o…
ÁNGELA.- ¿O qué?
ROSA.- O te zurro.
ÁNGELA.- ¡Ven acá, sabandija!
JOAQUÍN.- (Las separa) Bueno, bueno, haya paz. Últimamente andáis todo el santo
día a la gresca. Menos mal que sois amigas, que si no…
ROSA.- Eso empiezo a dudarlo.
ÁNGELA.- Ahí también te doy la razón.
JOAQUÍN.- Algo avanzamos. Estáis de acuerdo en una cosa. Ayudadme. Llevad esta
tabla para allá atrás. (La cogen una por cada lado) Y a poder ser, la posáis
en el suelo, no en la cabeza de la otra. (Salen con la tabla) Vaya dos. Pobre
del chico ese del que hablan, si andan así todo el día detrás de él.
ANTONIO.- (Entra) Hola, Joaquín. ¿Qué? ¿Trabajando?
JOAQUÍN.- Preparando el escenario para la función.
ANTONIO.- Mira que mañana estrenamos.
JOAQUÍN.- Ya lo sé. En difuntos casi todo el mundo estrena, como en Ramos. Yo
estrenaré una camisa que…

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Digo la obra, panoli. ¿Acabarás a tiempo?


JOAQUÍN.- Si. Son un par de cosas. Una tarima y el telón. En un par de horas está
hecho.
ÁNGELA.- (Vuelve con ROSA, ambas enfadadas) Me has tirado la tabla encima del
pie aposta.
ROSA.- ¿Aposta? No, hija, no. Ha sido un accidente laboral.
JOAQUÍN.- (Sigue martilleando a lo suyo. A ANTONIO) Estas dos hoy no están en lo
que celebran.
ÁNGELA.- Espera, Joaquín, te sujeto la tabla.
ROSA.- ¡Tu no, yo! (Intentan las dos sujetarla justo en el momento en que
JOAQUÍN da un martillazo, y lo que hacen es que se dé en un dedo)
JOAQUÍN.- ¡Aaaayyy!
ÁNGELA.- ¡Mira lo que has hecho!
ROSA.- ¡Has sido tu, desgraciada!
JOAQUÍN.- ¡Ay! ¡Ay, mi dedo!
ANTONIO.- No es para tanto, que te quedan otros nueve.
JOAQUÍN.- Para mi que lo he roto. Ay, voy a ver a Jesús el curandero para que me lo
mire. ¡Ay! (Sale)
ANTONIO.- ¿Habéis visto la que habéis armado? Las dos para casa, y a estudiar bien
los papeles, que tengo vendidas noventa entradas para mañana. Hay que
hacerlo muy bien.
ROSA.- (A la que salen) Toda la culpa la has tenido tu.
ÁNGELA.- Si no hubieras metido las manos dónde no debías… (Salen)
ANTONIO.- A ver si no es nada lo de Joaquín, que esto está a medio hacer. ¡Encarna!
¡Encarna!
ENCARNA.- (Sale de casa) ¿No has oído un cuervo graznar por ahí?
ANTONIO.- ¡He oído a tu padre! No te digo…
ENCARNA.- ¿Qué pasa, Antonio? Vienes de muy malas pulgas. Otras veces estás
mucho más vivo para contestar a una apostilla de las mías.
ANTONIO.- Hoy no estoy para tonterías. Mañana es el estreno, y eso de que ni
Leandro ni Lupita hayan aparecido por aquí, me tiene muy escamado.
ENCARNA.- No te apures. He hablado con los padres de Benito, y es verdad todo lo
que nos ha dicho. Son familia, y han quedado en que venían. No te pongas
nervioso.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ANTONIO.- Hasta que no los vea aquí, no voy a quedar tranquilo. ¿Qué? ¿Cuántas
entradas has vendido?
ENCARNA.- Más de setenta.
ANTONIO.- Puf. Y yo casi noventa. Va a ser un éxito. Se nos va a quedar pequeña la
plaza para tanta gente.
ENCARNA.- Que se junten bien, y cogen todos.
ANTONIO.- Venía a verte, porque he estado pensando…
ENCARNA.- ¡Dios! A ver si te va a dar algo en el cerebro y no llegas a mañana.
ANTONIO.- En la lengua te tenía que dar a ti, que no puedes estar dos minutos sin
decir una palabra. Te digo que he pensado que mañana, en la función,
podríamos vender entre la gente que viene castañas asadas, y así sacábamos
unas pesetas más.
ENCARNA.- No está mal pensado, pero para eso hay que ir a recoger castañas, y no te
veo capacitado para perseguir los erizos.
ANTONIO.- Cada vez me sorprendes más por lo dicharachera que eres. No he tenido
que ir a recogerlas yo, para eso tengo inteligencia.
ENCARNA.- Tu ahí aparte de pelo, y poco, por cierto, y la boina, poco más tienes.
¿Qué? ¿Has mandado a esa inteligencia tuya a recogerlas?
BENITO.- (Entra con una bolsa) No, me ha mandado a mi. Me ha dicho que el
suplente era el encargado del mantenimiento.
ANTONIO.- ¿Lo ves? Inteligencia…
ENCARNA.- Eso en mi pueblo lo llaman tener mucha cara.
BENITO.- A mi me parece que va a haber de sobra. ¿Quién las asa?
ANTONIO.- Creo que debe de ser el del mantenimiento, ¿no?
BENITO.- Si el tonto soy yo por preguntar. Por lo menos, lo que saque será para mi,
¿verdad?
ANTONIO.- Lo que saques va a ir al fondo común, para los gastos. Luego, si sobra
algo, ya veremos lo que se hace con ello. (Aparte) Aunque eso está muy
claro. Va a venir a parar todo a este bolsillo.
BENITO.- Oiga, señora Encarna, aprovechando que la pillo ahora, no acabo de ver yo
claro mi papel en esta obra. Desde que hemos empezado con los ensayos no
he hecho nada más que mirar.
ENCARNA.- Esa es tu función. Mirar todo bien por si tienes que hacer el papel de
alguien.
BENITO.- Ya, pero el día que faltó Joaquín no hice su papel.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ENCARNA.- Claro, porque ese día te tocaba escuchar bien el papel de Antonio, por si
tenías que suplirlo a él.
BENITO.- Pero al día siguiente el que faltó fue Antonio, y tampoco actué.
ENCARNA.- Ese día no saldría.
BENITO.- Vaya que no. Si hizo usted su papel.
ENCARNA.- Ah, ya. Pero eso fue para que vieses como tenías que hacerlo si fallaba él,
porque Antonio como actor…
ANTONIO.- Casi tan bueno como tu dando disculpas, anda. Encarna, aparte de todo
venía a verte porque no tengo segura la escena esa que tengo con Don Juan.
ENCARNA.- Pues hoy no tengo tiempo.
ANTONIO.- Encarna, hazme el favor, que no…
ENCARNA.- Que te ayude Benito. Para eso es el suplente.
BENITO.- Sí, sí, hago yo el papel de Don Juan. Lo sé “de carretilla”.
ANTONIO.- No sabes ni decir "lo sé de carrerilla", vas a saber el papel.
ENCARNA.- Ahí os dejo. Hasta luego. (Se va)
BENITO.- Vamos, señor Antonio, ya verá como lo sé bien. Comience.
ANTONIO.- A ver si es verdad. A ver… (Muy teatral) “Pero te juro malvado, que me
pesa haber venido, para salir convencido de lo que es para ignorado. Sigue
al ciego con el pan…
BENITO.- No, no, es “Sigue con ciego afán”
ANTONIO.- Eso. “Sigue con ciego al flan…” ¡Cuernos! Lo tengo atravesado.
BENITO.- Pues ya es difícil que se atraviese un flan. Si fuera una corteza…
ANTONIO.- A ver… “Sigue con ciego afán en su torpe frenesí, pero nunca vuelvas a
mi.”
BENITO.- “No te conozco”.
ANTONIO.- ¿No me conoces? ¿Eres tonto?
BENITO.- No, que acaba, “no te conozco, Don Juan”.
ANTONIO.- Sí, sí, lo tenía en la punta de la lengua.
BENITO.- Ahora yo. Por fin. (Exagerando muchísimo) “¿Quién jamás a ti se volvió,
ni quien osa hablarme así, ni que se me importan a mi, que me conozcas o
no?” (Se queda en una pose muy dramática)
ANTONIO.- Oye, con que me des los pies es suficiente, ¿eh?
BENITO.- ¿Y luego con qué camino?
ANTONIO.- Paciencia, Antonio. A ver… “Adiós, pues. Pero no te olvides que hay un
Dios justiciero.”

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

BENITO.- “Ten”.
ANTONIO.- “¿Qué quieres?”
BENITO.- Yo nada, ¿por qué? ¿No estamos ensayando?
ANTONIO.- No, que digo “¿Qué quieres?”
BENITO.- Oiga, no estará contándome el cuento de la bona pipa, ¿eh? Yo también lo
sé.
ANTONIO.- No, hombre, no. Que digo, “¿Qué quieres?”
BENITO.- Yo no digo que qué quieres, digo que si quieres que te cuente el cuento de la
buena pipa.
ANTONIO.- Déjalo, déjalo. Si la culpa es mía por ensayar con el primer zoquete que
aparece en el camino.
BENITO.- Yo no digo que aparece en el camino, digo que…
ANTONIO.- ¡Calla!
BENITO.- Tampoco hay que enfadarse. ¿Seguimos con la obra?
JOAQUÍN.- (Entra. Trae una mano vendada) ¡Ay!
BENITO.- ¡Caramba! Vaya guantes más bonitos que tienes para la obra. ¿Y en la otra
mano no lo vas a poner?
JOAQUÍN.- ¿Guantes? El dedo roto por tres sitios.
ANTONIO.- ¿Roto? ¡Esto es una catástrofe!
JOAQUÍN.- Gracias por preocuparse, Señor Antonio, pero el curandero me ha dicho
que en un mes o así ya estará bien.
ANTONIO.- A mi qué me importa tu dedo. El problema es quién hace ahora el
escenario.
BENITO.- ¿Y ese es todo el problema? Lo hago yo. A ver, ¿qué hay que hacer?
JOAQUÍN.- La tarima, el telón, dos árboles, dos bancos, el cementerio…
BENITO.- Vale, vale. Este Joaquín es gracioso hasta con el dedo roto. Ahora en serio.
¿Qué hay que hacer?
JOAQUÍN.- No lo digo en broma, Benito. Hay que hacer todo eso.
BENITO.- Pero, ¿no estrenábamos mañana?
JOAQUÍN.- A las cinco de la tarde.
ANTONIO.- Lo que os decía. ¡Una catástrofe!
BENITO.- Vale. Si lo hay que hacer, se va a hacer. Vosotros dejadme a mi. Voy a casa
a buscar unas cosas, y me pongo inmediatamente. Hasta luego. (Se va)
ANTONIO.- Joaquín, ¿seguro que no te arreglas? Te prefiero más a ti manco que a ese
con las dos manos.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- No puede ser, señor Antonio. Me voy a casa, que me duele este dedo
muchísimo. (Se va)
ANTONIO.- ¡Una catástrofe! ¡Una catástrofe! Menos mal que vienen Leandro y
Lupita, porque si no esto no lo arregla ni San Judas Tadeo, patrón de los
casos perdidos. No, y encima no he podido ni ensayar. ¿Cómo era esa frase?
“Don Juan, en brazos del vicio, desolado, te abandono, me matas, más te
perdono...” Y ahora, ¿qué rimaba con vicio? ¿Oficio? ¿Suplicio? (Sale
rascando la cabeza mientras cae el

TELÓN

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

CUARTO CUADRO

La misma plaza, el día de la actuación. En medio de la plaza, dos palos, con una
cuerda de uno a otro, y un par de sábanas colgadas en ellos, haciendo de telón.
Ni hay tarima, ni otra cosa ni delante ni detrás del telón. ANTONIO, JOAQUÍN,
ENCARNA, BENITO, ÁNGELA y ROSA en escena. Todos muy nerviosos y
apurados. Los que actúan van vestidos más o menos con los trajes del Tenorio,
aunque hechos en plan casero, y mal rematados.

ANTONIO.- No me mates, Benito. Desde ayer, ¿no has tenido tiempo más que de
hacer esta basura de telón?
BENITO.- Y puede dar gracias, que he tenido que hacer montones de cálculos, porque
si quedaba muy alto, no podíamos abrirlo, y si quedaba bajo, molestaba para
la correcta visión por parte del público. Luego, cotejar que las dos sábanas
midieran lo mismo...
ANTONIO.- Mira, calla, porque en una de estas no me voy aguantar. ¿Y los árboles?
BENITO.- No se apure, que eso está hecho. Voy a por ellos. (Sale)
ANTONIO.- Lo sabía, lo sabía. ¿Por qué me pongo en manos del primer inútil que pasa
por el camino?
ÁNGELA.- Ande, padre…
ANTONIO.- Vosotras callad, ¿eh? Toda la culpa es vuestra. Si no le hubieseis roto el
dedo a Joaquín, ahora estaría todo terminado, seguro.
ROSA.- Fue un accidente.
ANTONIO.- ¡Un accidente es que estéis en este mundo!
ENCARNA.- Antonio, puñetas, cálmate ya, que te va a dar todavía un soponcio antes
de empezar.
ANTONIO.- ¿Que me calme? ¿Que me calme? En diez minutos comienza la función, y
no hay escenario, el telón son dos sábanas colgadas de un tendal, no hay
decorados… ¿Y el vestuario? ¿A ti te parece que esto es ropa para un
Tenorio?
ENCARNA.- Escucha, soy labriega, no costurera. Si no te gustan, haber puesto a tu hija
a coser, a ver si lo hacía mejor.
ANTONIO.- ¿Y Leandro y Lupita? ¿Dónde coño están? ¡Qué la gente ya está viniendo
por la calle!

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- Ha ido a buscarlos a la estación el señor cura, tienen que estar al llegar,
que el tren ha llegado hace un cuarto de hora.
BENITO.- (Viene con un par de ramas en cada mano) Aquí están los árboles.
ANTONIO.- ¿Los árboles? ¿A eso llamas tu árboles? ¡Te mato! ¡Yo a ti te mato! (Lo
sujetan entre todos para que no le zurre a BENITO)
ENCARNA.- Valió ya, Antonio, que ya llegan los primeros vecinos. (Habla al
público) Hola, hola, Cristina. Sí, sí, diez minutos o así. Id sentándoos.
JOAQUÍN.- (Mirando al lateral) ¡Ya viene el cura!
ANTONIO.- Menos mal. Por fin una buena noticia. A ver si ver a Leandro y Lupita me
anima de una vez, porque estoy al borde del infarto.
JOAQUÍN.- (Con cara de circunstancias) No sé por qué me da que el cura va a darle
el empujón que le falta.
BLAS.- (Entra) Buenas tardes.
ANTONIO.- ¡Por fin! ¿Dónde están, Don Blas? ¿Cambiándose?
BLAS.- Con respecto a eso creo que no traigo buenas noticias.
ANTONIO.- ¡Ya está! Han dejado la ropa en casa, ¿eh? Bueno, es igual, viendo lo que
traemos nosotros encima da igual que salgan con ropa de calle. (BLAS no
contesta) Es eso, ¿verdad, don Blas?
BLAS.- Sí, la ropa se ha quedado en casa.
ANTONIO.- Es igual, es igual. Que salgan ya, que está la mitad del pueblo esperando.
BLAS.- Pero es que ellos han quedado con la ropa.
ANTONIO.- (Echa mano al pecho) ¡Ay! ¡Ay! Ahora sí que me da. ¡Dios! Ni siquiera
me da un infarto ahora que me hace falta. ¿Cómo que se han quedado con la
ropa?
BLAS.- Han mandado un telegrama a la estación. Se disculpan por no poder venir, pero
les ha salido una función en Albacete que no pueden dejar de hacer.
ANTONIO.- ¡Esto es una catástrofe! Si ya lo sabía yo. Ay, señor, y con más de ciento
cincuenta entradas vendidas.
BENITO.- Señor Antonio, cálmese. Si no hay ningún problema.
ANTONIO.- Mira, Benito, no la enredes, que tengo falta de descargar, y el primer
trompazo te va a caer a ti.
BENITO.- No la enredo. ¿No hemos quedado en que soy el suplente? Pues ya está.
Puedo hacer el papel de Don Juan sin problema.
JOAQUÍN.- Anda, Benitín, hijo. Que esto es serio.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

BENITO.- Y esto también. Sé perfectamente el papel de Don Juan, que para eso era el
suplente.
ENCARNA.- Mira, Benito, aunque hicieses el papel de Don Juan, nos falta también
doña Inés. No hay arreglo.
BENITO.- Pero…
ÁNGELA.- Yo tengo de sobra con mi papel, no he aprendido más.
ROSA.- Y yo tampoco.
ENCARNA.- ¿Ves? No hay arreglo.
BENITO.- ¡Sí! ¡Sí lo hay! ¡Usted! ¡Usted va a ser doña Inés!
ENCARNA.- ¿Qué dices, Benito?
BENITO.- Sabe el papel de sobra, lo ha estado diciendo todo este tiempo en los
ensayos. Usted Doña Inés, y yo Don Juan. Venga. ¡Que comience la
función!
ANTONIO.- A ver, Benito. Voy a decírtelo sin alterarme mucho. Toda esa gente que
ves ahí ha pagado dos pesetas cada uno para ver a Leandro y Lupita, y no
van a tragar que tu eres Leandro, por no hablar del adefesio ese (Por
ENCARNA).
ENCARNA.- Oye, oye, ¿a quién llamas tu adefesio?
ANTONIO.- Encarna, que Lupita…
ENCARNA.- ¿Qué piensas? ¿Qué no estoy capacitada? Pues ahora por mis narices
hago el papel. Está dicho. Benito es Don Juan, y yo Doña Inés.
ANTONIO.- Nos hemos vuelto todos locos. ¿Cómo vais a ser Don Juan y doña Inés?
BLAS.- Ya sé que no es la mejor solución, pero ahora mismo es la única que hay. La
gente ya está un poco revuelta y poniendo la oreja a ver lo que pasa aquí. O
hacéis la función como sea, o si no, primero te van a calentar entre todos
para que les devuelvas el dinero, y detrás vas a acabar en chirona por no
pagar la pila.
ANTONIO.- ¿A quién he matado yo, Dios mío? Si yo hasta que tuve de vecina a
Encarna nunca te he hecho nada malo, ¿por qué me castigas así?
EUGENIA.- (Viene con LUCÍA, otra mujer vieja) Oíd, que la gente anda preguntando
que por qué no comienza de una vez la obra, que a este paso anochece.
JOAQUÍN.- Ahora mismo comienza, doña Eugenia. Vayan a sentarse.
EUGENIA.- Es que también veníamos a ver si Lucía y yo nos podemos sentar aquí al
lado, que ya sabéis que Lucía está sorda como una tapia y si no no se va a
enterar de nada.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

JOAQUÍN.- Sí, sí, siéntense ahí de lado.


EUGENIA.- Lucía, que podemos sentarnos en el banco.
LUCÍA.- ¿Qué están vestidos de espanto? No quería decir nada, pero la verdad es que
sí.
EUGENIA.- No, no. En el banco.
LUCÍA.- ¿Manco? No, mujer, Joaquín tiene solo un dedo roto, no ha quedado manco.
JOAQUÍN.- Hala, hala, a sentarse. (EUGENIA y LUCÍA se sientan en un banco)
Bueno, ¿qué? ¿Comenzamos o no comenzamos?
ANTONIO.- Mira, de perdidos, al río. Id a vestiros, y rezad para que se ponga a llover
y haya que suspender. Don Blas, ¿presenta usted la obra?
BLAS.- Sí, id preparándoos. (Se van tras de las sábanas y queda BLAS hablando
frente al público) Vecinos. Hoy es un día importante para todos, porque
debe de ser la primera vez que se junta tanta gente para algo que no sea
comer. Me alegro que lo que os haya traído hoy aquí sea la cultura.
LUCÍA.- ¿Qué van a hacer costura? Más les vale, sí, a ver si hacen los trajes mejor.
EUGENIA.- Calla, Lucía.
BLAS.- Vamos a ver la obra cumbre de Zorrilla.
EUGENIA.- ¡Jesús! ¿La ha hecho una fulana?
LUCÍA.- Sí, a mi también me parece que estaban mejor con trajes de lana.
BLAS.- A ver si no interrumpimos tanto, ¿eh? Vamos a ver Don Juan Tenorio. Bueno,
unas escenas de Don Juan Tenorio, porque era imposible montar la obra
entera por falta de tiempo. Esto… Lo importante es la obra, no miréis a los
actores.
EUGENIA.- Hombre, Don Blas. Aquí lo importante es Leandro y Lupita.
BLAS.- Es que Leandro y Lupita…
ANTONIO.- (Sale de detrás de las sábanas) ¡Ya han llegado! Leandro y Lupita ya han
llegado.
BLAS.- ¿Qué?
ANTONIO.- Sí, sí. Lo que pasa es que han insistido mucho en maquillarse
abundantemente, y puede que no los conozcáis bien, pero yo os aseguro que
son ellos.
BLAS.- ¿Qué dices, Antonio?
ANTONIO.- Lo que se nos ha ocurrido ahí detrás, padre. Usted sígame la corriente, y
rece para que nadie se fije demasiado. (Se va)

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

BLAS.- En fin. ¡Que comience la función! (BLAS se sienta con EUGENIA y LUCÍA.
Las sábanas se abren, tirando ROSA y ÁNGELA una por cada lado.
Aparece ANTONIO en el papel de Don Diego, y JOAQUÍN en el papel de
BUTARELLI. A un lado está ÁNGELA y al otro ROSA con obras en la
mano, apuntando)
ANTONIO.- ¿Empiezo ya?
ÁNGELA.- Sí. La seña está terminante.
ANTONIO.- ¿Cómo va a estar terminante si acabamos de empezar?
ÁNGELA.- No, que tiene que decir eso.
ANTONIO.- Ah, sí. ”La seña está terminante, aquí es, bien me informaron. Llego
pues.”
JOAQUÍN.- “¿Otro embozado?”
ANTONIO.- No, soy Don Diego, idiota.
ROSA.- (Apunta) “¡Ah de esta casa!”
ANTONIO.- ¿Qué?
JOAQUÍN.- Deje, deje, Antonio. “Adelante”
ANTONIO.- Ah, ¿que continuamos? Venga, ¿quién habla ahora?
JOAQUÍN.- Pregunte por la Hostería del Laurel.
ANTONIO.- ¿La Hostería del Laurel?
JOAQUÍN.- “En ella estáis, caballero.”
ANTONIO.- ¿Eh?
ÁNGELA.- (Apunta) “¿Está en casa el hostelero?”
ANTONIO.- No sé, ¿a qué viene eso ahora?
JOAQUÍN.- Antonio, por Dios. “Está hablando con él”
ANTONIO.- ¿Eres el hostelero? ¿No eras el que tenía nombre de macarrones?
JOAQUÍN.- Soy Butarrelli.
ANTONIO.- Eso, eso. Algo de italiano tenía.
JOAQUÍN.- Céntrese, señor Antonio, por su padre.
ANTONIO.- Vale, vale. (Duda) Ya me he perdido. ¿Tu quién eres?
JOAQUÍN.- ¡Butarrelli!
ANTONIO.- ¿Y yo?
JOAQUÍN.- Dios, déjeme a mi. (Coge el sombrero de ANTONIO) Esto… Háganse a
la idea de que yo soy Don Diego: (Declama) “¡Que un hombre de mi linaje
descienda a tan pequeña mansión! Pero no hay humillación a que un padre
no se baje por un hijo. Quiero ver por mis ojos la verdad, y el monstruo de

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

liviandad a quien pude dar el ser.” ¡Venga, telón, telón! (Cierran ÁNGELA
y ROSA)
ANTONIO.- (Se asoma y habla a BLAS) ¿Qué tal lo he hecho, padre? (BLAS se
santigua y mira al cielo) Divino, ¿eh? Soy un hacha. (Se guarda)
LUCÍA.- No he entendido muy bien la obra, Eugenia. ¿De qué va?
EUGENIA.- Algo va de macarrones.
LUCÍA.- ¿De marrones?
EUGENIA.- Ay, Lucía. Cada día estás más sorda.
LUCÍA.- ¿Cómo me voy a poner a bordar ahora?
BLAS.- Callad, callad, que sigue la función. (ROSA y ÁNGELA abren telón, y
aparecen ENCARNA y BENITO, para hacer la famosa escena de Don
Juan Tenorio, con ANTONIO. Muy maquillados, en lo posible un poco
desfigurados para no parecer ellos y simular que son Leandro y Lupita)
ANTONIO.- Y ahora, con ustedes… ¡Leandro y Lupita! (Para sí) Que estén todos
miopes, Virgen de Covadonga… (Se guarda)
BENITO.- “¿A dónde vais, Doña Inés?”
ENCARNA.- “Dejadme salir, don Juan.”
BENITO.- “¿Que os deje salir?” (Pausa) “¿Que os deje salir?” ¡Ángela, puñetas, que
va Brígida!
ÁNGELA.- Ah, sí. (Sale) ¿Qué decía yo?
BENITO.- Anda, deja, que sigo yo. (Se guarda ÁNGELA) “¡El fuego!”
ANTONIO.- (Sale corriendo con un caldero) ¿Dónde?
JOAQUÍN.- (Coge a ANTONIO y lo mete para dentro) Es la obra, señor Antonio.
BENITO.- Gracias, Joaquín. “Ah, no os de cuidado por Don Gonzalo, que ya dormir
tranquilo lo hará el mensaje que le he enviado” (Al público) Esto no rima
mucho, pero la culpa la tiene Encarna que…
ENCARNA.- ¡Calla, idiota! “¿Le has dicho..?”
BENITO.- “Que estabais bajo mi amparo segura, y el aura del campo pura, libre, por
mi respirabais. ¡Cálmate, pues, vida mía! Reposa aquí, y un momento olvida
de tu convento la triste cárcel sombría.”
LUCÍA.- Eugenia, ¿quién es ese chico?
EUGENIA.- Debe de ser Leandro, y la monja Lupita. ¡Qué desmejorada está! Con lo
que ha sido esa mujer, que era de bandera.
LUCÍA.- ¿Que el chico es de la Felguera? ¿No hacía la obra Leandro?
BLAS.- Callad, que viene la escena cumbre.

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

LUCÍA.- ¿Que quiere lumbre? Pero, ¿usted fuma?


BENITO.- “¿No es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla…”
ANTONIO.- (Sale de pronto) ¿Están asando una morcilla y hasta aquí llega el olor?
Dios, llevo dos meses esperando para decir esta bobada.
BENITO.- Señor Antonio…
ANTONIO.- Perdón, perdón. No me he aguantado.
ENCARNA.- Por lo menos podrías haber sido más original, que eso ya está muy visto.
ANTONIO.- ¿Más original?
ENCARNA.- Sí, podrías haber dicho: “¿No es verdad ángel de amor, que en esta
apartada orilla comiendo una peladilla no hace frío ni calor?”
ANTONIO.- ¿A eso llamas tu ser original?
BENITO.- Vamos, a lo que estamos. (Se guarda ANTONIO) “No es verdad, ángel de
amor, que en esta apartada orilla más clara la luna brilla, y se respira mejor?
Este aura que vaga, llena de sencillos olores de las campesinas flores que
brota esa orilla amena; ese agua limpia y serena, que atraviesa sin temor la
barca del pescador, que espera cantando el día. ¿No es cierto, paloma mía,
que está respirando amor?” (Pausa) Ángela…
ENCARNA.- No, soy doña Inés.
BENITO.- No, llamo digo a Ángela porque se me ha ido el texto.
ENCARNA.- Es igual, sigo yo. “Callad, por Dios, oh, Don Juan, que no podré resistir
mucho tiempo sin morir tan jamás sentido afán. Ah, callad por compasión,
que oyéndoos me parece que mi cerebro enloquece y que arde mi corazón”.
BENITO.- ¡Ya me acuerdo! “Esa armonía que el viento recoge entre esos millares de
floridos olivares…”
ENCARNA.- ¡No seas imbécil, que ahora estaba yo en mi monólogo! “Ah, me diste a
beber un filtro infernal sin duda, que a rendíos os ayuda…”
BENITO.- Pero primero iba yo. (Hablan simultáneamente, diciendo cada uno sus
frases, pisándose) “Que mece con manso aliento ese muy dulce acento con
que trina el ruiseñor de sus copas morador, llamando al cercano día…”
ENCARNA.- (A la vez que BENITO) “La virtud de la mujer. tal vez poseéis Don Juan,
un misterioso amuleto, que a vos me atrae en secreto como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos su vista fascinadora…”
ANTONIO.- ¡Telón, telón! (ÁNGELA y ROSA se disponen a cerrar)
ENCARNA.- De eso nada. Yo he aguantado tu escena, tu aguantas la mía. ¡Abrid!
(ÁNGELA y ROSA vuelven a abrir)

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ÁNGELA.- Me está entrando un complejo de persiana con tanto abre-cierra…


ANTONIO.- Haz el favor, Encarna, que estáis haciendo el ridículo.
ENCARNA.- ¿Lo dices tu, que no sabías ni dos frases seguidas del texto? (ANTONIO
y ENCARNA siguen discutiendo, un poco bajo, para no tapar a
JOAQUÍN mientras habla. BENITO, ÁNGELA y ROSA intentan
separarlos, porque están a punto de llegar a las manos)
JOAQUÍN.-(Al público) Disculpen esta pequeña interrupción, debida a un pequeño
malentendido, que enseguida resolveremos. (Al cura) ¿Qué hago, Don
Blas?
BLAS.- Divierte a la gente, que me da que se está revolviendo un poco, y al final vamos
a tener follón.
LUCÍA.- Está muy animada la obra, ¿eh? Y debe ser verdad que Leandro es pariente de
Benito, porque se parecen mucho.
EUGENIA.- Sí, y cuanto más miro a Lupita, más se me parece a Encarna.
LUCÍA.- ¿Qué dices? No, mujer. A la que se parece Lupita es a Encarna.
EUGENIA.- Eso digo.
LUCÍA.- Sí, es verdad que tiene la cara como un higo. Encarna no está tan vieja, se
conserva muncho mejor. Estas artistas sin cremas en la cara se quedan en
nada.
BLAS.- ¡Joaquín, haz algo, que Damián se está rascando el estómago, y ya sabes que
eso lo hace cuando está a punto de darle la locura!
JOAQUÍN.- Sí, sí… Esto… ¿Qué hago?
BLAS.- Recita, que de niño se te daba muy bien.
JOAQUÍN.- Pues… “Cuatro esquinitas tiene la mi cama, cuatro angelitos que me la
guardan…”
BLAS.- ¡No seas bobo, Joaquín! Mira a ver si recuerdas uno de los romances que
recitabas de niño.
JOAQUÍN.- Sí, sí, me acuerdo de uno. (Al público) Voy a representaros el romance del
Conde del Rebollar:
Esta es la real historia
del conde del Rebollar
que ahora os voy a contar
si no falla la memoria,
que quería a una muchacha
como un ángel de preciosa,

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

y no se queda ahí la cosa


pues era muy vivaracha.
Los jóvenes del lugar
eran todos a mirarla,
y querer enamorarla
pues era tal su beldad.
Tenía la moza una hermana
fea como un restallo,
con narices de caballo
y con la boca de rana.
Ningún joven de la aldea
a esa chica se arrimaba,
y la madre barruntaba
que se iba a quedar soltera.
Y entonces fue que un buen día
fue el conde del Rebollar
con la madre a conversar
de la boda con su hija.
Y aunque el conde pretendía
casarse con la más bella
la madre de la doncella
preparó una perrería.
Su mano le dio asintiendo,
con la única condición
que en la boda un gran mantón
su cara fuera cubriendo.
Aceptó el conde con risa
sin poner ningún reparo
pues no le pareciera raro
casarse de aquella guisa.
Fue la boda en Ribesella,
con el conde en el altar
la novia vino a casar
con un gran mantón sobre ella.
Hicieron el juramento,

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

se pusieron las alianzas,


el cura cantó alabanzas
y remató el casamiento.
Y ya casados por fin
el conde quita el mantón,
y encuentra de sopetón
todo un palmo de nariz.
¡Mi novia no es esta cosa!
¿De dónde salió este cadáver?
Y entonces le espetó la madre
No es tu novia, ya es tu esposa.
Aprended la lección, gente,
del Conde del Rebollar:
Cuidado al irse a casar,
no os den gato por liebre. (Saluda. Los de detrás fueron parando de
discutir al poco de empezar el romance, y aplauden)
ANTONIO.- ¡Telón! ¡Telón! Que ahora la gente está encantada. (ÁNGELA y ROSA
cierran las sábanas) Don Blas, ahora o nunca, despida.
BLAS.- (Al público) Con esto la función ha llegado al final. Esperamos que os haya
agradado, y a ver si a partir de ahora todos los años montamos una función
de estas. Gracias por venir. (EUGENIA y LUCÍA aplauden un poco y
luego van con BLAS) Parece que la gente se va contenta.
EUGENIA.- ¡Qué lindo ha estado! A mi casi me ha gustado más el romance de Joaquín
que lo de Leandro y Lupita, para todo lo famosos que son.
LUCÍA.- La única pena era que hablaban tan bajo… Yo me he perdido algunas cosas
del romance de este joven. A ver, ¿el conde se casa con la madre?
EUGENIA.- Ay, Lucía, anda, vamos a casa, y ya te voy contando por el camino. Hasta
luego, padre. (Se van.)
ANTONIO.- La gente ha quedado satisfecha, ¿verdad, padre?
BLAS.- Eso se lo tenéis que agradecer a Joaquín, porque el Juan Tenorio que estabais
haciendo parecía más bien una feria desorganizada. Me voy también, para
que celebréis tranquilos el éxito. Con Dios. (Justo antes de salir) Ah, y no
te olvides de pasar mañana por la iglesia a llevar el dinero de la pila. (Se va)
ANTONIO.- El dinero de la pila… ¡La pila de dinero que le hay que rascarle a este
ahora! En fin…

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“Comienza la función”__ _ ____ José Ramón Oliva Alonso

ÁNGELA.- (A JOAQUÍN por un lado, con ROSA por el otro, atosigándolo) ¿Dónde
has aprendido ese romance tan bonito?
ROSA.- ¿A que cuando hablabas de la guapa, estabas pensando en mi?
ÁNGELA.- ¿En ti? En ti pensaría cuando hablaba del palmo de narices.
ROSA.- ¿A que te rompo las tuyas? (Se pegan con JOAQUÍN en medio, que lleva la
mayor parte de los palos hasta que las separa)
JOAQUÍN.- (Nada más separarlas) Si al protagonista de una función lo felicitan así,
prefiero más ser el apuntador.
BENITO.- Esto ha sido un éxito. ¿Veis como podía hacer el papel sin ningún
problema?
ENCARNA.- Bah, ha sido todo mérito mío. No se ha visto una Doña Inés mejor en
muchos años.
ANTONIO.- Querrás decir que no se ha visto nunca una Doña Inés con tantos años.
ENCARNA.- ¿A que todavía te arremango?
BENITO.- Haya paz. Hoy lo único que tenemos que hacer es disfrutar. Pero estoy
pensando… ¿Por qué no montamos para navidades un belén viviente?
ANTONIO.- Esa es una idea bárbara. Podemos cobrar a dos reales, y si viene tanta
gente como hoy, los reyes van a venir bien cargados.
ENCARNA.- Voy a ir preparando ya los papeles. Joaquín va a ser San José y…
ÁNGELA y ROSA.- (A la vez) ¡Y yo la virgen!
ANTONIO.- (Mirando al cielo) La virgen, qué cruz de muchachas… ¿Y yo, Encarna?
¿A mi qué papel me toca?
ENCARNA.- Mira, a ti voy a darte a escoger.
ANTONIO.- Que sea un papel importante, ¿eh? Has visto que yo respondo a cualquier
papel sin problema, hoy he sido uno de los más destacados.
ENCARNA.- Ya, ya. Mira, tu vas a poder escoger entre dos papeles: ¡La mula o el
buey!
ANTONIO.- La madre que… (ENCARNA escapa y ANTONIO corre tras de ella
mientras cae el

TELÓN

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