El Bosón de Higgs y El Socialismo, Materialismo Dialectico 1 y 2
El Bosón de Higgs y El Socialismo, Materialismo Dialectico 1 y 2
El Bosón de Higgs y El Socialismo, Materialismo Dialectico 1 y 2
El “bosón de Higgs”, partícula fundamental que proporciona masa a todas las otras partículas y
que, por lo tanto, es responsable por formar, simplemente, toda la materia del universo, está
pronto a ser encontrado. El pasado día 4 de julio, experimentos realizados en el Centro
Europeo de Física Nuclear (CERN), mostraron fuertes indicios de la existencia del bosón.
Aunque muchos cálculos y nuevos experimentos aún precisan realizarse, es innegable que nos
aproximamos cada vez más a la última frontera que nos permitirá entender el origen de la
materia, y con ella, el origen del propio universo. Pero, las lecciones de ese hecho no se reducen
al mundo de la ciencia y a los suplementos dominicales de los periódicos burgueses. Todo
obrero consciente debe conocer esa discusión y saber sacar las conclusiones necesarias.
Como todos aprendemos en la escuela, la materia que nos rodea está compuesta por átomos.
Pero, los propios átomos, que antes se creían unos e indivisibles, son apenas una combinación
específica de otras partículas aún menores: los protones, neutrones y electrones. Los protones y
neutrones se agrupan en el núcleo del átomo, en un número específico, dando origen a un
determinado elemento químico: hidrógeno, oxígeno, carbono, etc. Los electrones, por su parte,
orbitan ese núcleo.
Frecuentemente, para representar un átomo, diseñamos una pequeña esfera, con los electrones
girando a su alrededor. Eso es así sólo en parte. La idea central es correcta, pero si fuésemos a
tomar en consideración la escala de las cosas, el diseño sería muy diferente. Si el núcleo del
átomo fuese del tamaño de un limón, por ejemplo, los electrones estarían girando a cerca de 3
kilómetros de distancia de ese “limón” (núcleo). Quiere decir, el espacio entre la órbita de los
electrones y el núcleo atómico es inmensamente “grande” (en términos subatómicos,
obviamente). De ahí sacamos una primera conclusión, como mínimo impresionante: la mayor
parte de la materia que vemos, de las cosas y personas que tocamos y sentimos, está compuesta
de... vacío.
Así, al estudiar el mundo subatómico, los científicos comenzaron a descubrir cosas fantásticas.
Pero, lo más importante: comenzaron a percibir que las leyes tradicionales de la física, la
llamada “física newtoniana” (en referencia a Isaac Newton, formulador de las leyes de la
mecánica clásica), simplemente no se aplicaban al mundo subatómico. Por ejemplo, en la física
clásica, cualquier objeto, para dar una vuelta completa entorno de sí mismo, tiene que girar
360 grados. Así ocurre, por ejemplo, con la Tierra o con una pareja que baila. Ya, en el mundo
subatómico, existe toda una clase de partículas que, para dar una vuelta completa entorno de
su propio eje, tiene que girar... 540 grados, o sea, una vuelta y media. Eso parece muy extraño,
pero es así.
Esos extraños fenómenos observados por los científicos dieron origen a una nueva mecánica, la
mecánica del mundo subatómico, completamente diferente de la mecánica clásica de nuestro
mundo visible: la llamada mecánica cuántica.
El “modelo patrón”
Estudiar el mundo subatómico es algo muy complicado. No se puede abrir un átomo y ver lo
que tiene allí dentro. Lo que se sabe sobre su estructura interna proviene, fundamentalmente,
de experimentos que “reflejan” esa estructura y, obviamente, de muchos cálculos matemáticos.
Así, a lo largo del tiempo, fue estableciéndose un determinado “modelo” de cómo sería esa
estructura interna, sus componentes, su comportamiento, etc. Eso no significa que los
científicos hagan “especulaciones” sobre el mundo subatómico. Muchas cosas se demostraron
con precisión a través de experimentos absolutamente irrefutables, verificados
exhaustivamente por todo el mundo científico. Otra parte del “modelo” no fue aún demostrada.
Pero, incluso, lo que no fue aún demostrado o descubierto, fue previsto matemáticamente. O
sea, los científicos no detectaron aún algunas partículas subatómicas, pero ellos saben que ellas
deben estar allá, sólo pueden estar allá, porque todo el modelo sólo tiene sentido si ellas
existieran y estuvieran allá.
El “modelo patrón” es, por lo tanto, un enorme (o minúsculo) quebradero de cabeza que viene
siendo montado a lo largo de varias décadas, a través de los esfuerzos conjuntos de diferentes
generaciones de científicos de diversos países.
La última parte de ese quebradero de cabeza es el “bosón de Higgs”, cuyos indicios fueron
encontrados el día 4 de julio en Ginebra, Suiza.
En 1964, el físico británico Peter Higgs, propuso la hipótesis de que existiría una partícula
específica en el mundo subatómico cuya función sería, justamente, proporcionar masa a todas
las otras partículas. Esa partícula, por los cálculos de Higgs, habría surgido después del Big
Bang, hace cerca de 15 mil millones de años atrás, dando origen a los primeros átomos y a la
materia tal cual nosotros la conocemos.
Solamente en el 2008, con la inauguración del LHC (Large Hadron Colider, o “Gran
Colisionador de Hadrones”), un inmenso acelerador de partículas de 27 kilómetros de
circunferencia enterrado en la frontera entre Suiza y Francia, fue posible dar inicio a los
experimentos que deberían demostrar la existencia del bosón de Higgs.
¿Qué hace un acelerador de partículas? Básicamente, consiste en dos tubos circulares, dentro
de los cuales se inyectan dos “nubes” de protones eléctricamente cargados. Esas “nubes” van
siendo aceleradas en direcciones contrarias, por medio de un sistema de imanes colocados a lo
largo de los tubos. Cuando las dos nubes llegan al 99,99% de la velocidad de la luz, los dos
tubos son “conectados”, uno al otro (como en los desvíos de trenes), haciendo que las dos
“nubes”, que giraban en direcciones opuestas, se choquen violentamente. La colisión es tan
poderosa, que la energía liberada puede ser comparada (proporcionalmente, está claro) al
propio Big Bang. Los protones, literalmente, “se quiebran”, dando origen a partículas menores,
o sea, demostrando de que son hechos. Cuanto mayor es el choque, menor la partícula
generada y más a fondo, la estructura subatómica es revelada.
Fue, básicamente, ese experimento el que detectó fuertes indicios del bosón de Higgs el día 4,
en Ginebra. Si no lo capturamos aún, por los menos estamos en sus huellas...
Una cosa muy importante: la percepción del hombre sobre el universo y la materia. Si el bosón
de Higgs fuera encontrado, quedará definitivamente probado que la materia puede surgir de la
nada.
Eso estremecería, profundamente, los cimientos de las distintas religiones, pues varias de ellas,
después que aceptaran, muy a disgusto, la idea del Big Bang, siguen pulsando en la tecla de que
la materia del universo no podría haber surgido “de la nada”. El bosón de Higgs comprobaría,
justamente, que la materia no sólo surgió de la nada, como aún hoy surge constantemente de la
nada y se transforma constantemente en nada. Aceptar esa idea es difícil para cualquier
persona normal, exactamente porque se trata de un fenómeno cuántico, o sea, regido por otras
leyes que no son las de la física clásica. Parece ilógico, absurdo, irracional, pero de acuerdo con
las leyes de la física cuántica, es un fenómeno tan banal, como la caída de una manzana o la
frenada de un carro.
¿“Partícula de Dios”?
Sin embargo, hay dos problemas con ese apelativo: el primero, es que él no pasa de un mal
entendido. En 1993, el premio Nobel de física, León Lederman, escribió un libro sobre el bosón
de Higgs, cuyo título en inglés es “The goddamn particle” (literalmente, “La partícula maldita”),
en referencia a las dificultades que se enfrentaban para encontrarla. Poer, la editora de
Lederman encontró al título muy agresivo y cambio el título a “The God particle” (La partícula
de Dios), para no alejar al público religioso. El infeliz apelativo acabó pegando y la pobre
partícula es llamada así hasta hoy.
El segundo problema es que el bosón de Higgs, justamente, aleja aún más la idea de un dios
creador del universo. De la misma manera que Darwin demostró que el hombre no necesitó ser
creado, pues había evolucionado de especies anteriores, así también el bosón de Higgs
demostra simplemente que la materia del universo (o sea, ¡todo!) no necesitó de un dios para
ser formada. Se formó y se organizó por sí misma.
Sobre eso, es bueno que se esclarezca: ningún descubrimiento científico jamás probará la
inexistencia de dios, como desafían los religiosos. Eso es así por una cuestión lógica. Sólo se
puede probar que algo “existe”. No se puede probar que algo “no existe”. Justamente por eso, el
peso de la prueba recae, siempre, sobre aquel que quiere demostrar la existencia de algo. Pero,
cada descubrimiento científico prueba, eso sí, que dios no es necesario. Con el tiempo y con el
avance de la ciencia, así esperamos, la hipótesis de un ser creador del cielo y la tierra quedará
cada vez más insustentable y las personas abandonarán esa idea de manera más o menos
natural.
La discusión sobre el bosón de Higgs nos remite, también a otras, más políticas. En primero
lugar, quedó definitivamente comprobada la importancia decisiva del financiamiento estatal a
las investigaciones científicas. El LHC costó cerca de 3 mil millones de euros (US$ 3,68 mil
millones). Cuando comenzaron las discusiones sobre su construcción, muchos políticos y
medios de comunicación criticaron el proyecto como que era un “juguetito” para científicos
vanidosos jugando a ser Dios. Obviamente, ninguna empresa privada quería invertir tanto
dinero en algo de lo que no se tenía ninguna certeza que iría a ser cierto. Se llegó a especular
que los experimentos con las nubes de protones generarían un agujero negro que se tragaría a
todo el planeta, etc. Tamaño oscurantismo de ciertos medios reaccionarios...
Pues, el LHC no sólo fue construido con dinero estatal, en un consorcio entre diversos países,
como funciona de manera extremamente democrática: los datos obtenidos en todos los
experimentos son compartidos libremente con miles de científicos en el mundo entero. Quedó
probado, también, por lo tanto, que las actuales leyes que rigen la propiedad intelectual, en la
mayoría de los países, protegen sólo a las grandes corporaciones, siendo absolutamente
nefastas para el desarrollo de la ciencia. Es necesario garantizar el libre compartido de toda y
cualquier información, sea ella científica, cultural, política o de cualquier otra naturaleza. Las
nuevas leyes, que están siendo votadas en varios países, sobre todo en EE.UU. y Europa, y que
regulan el uso de internet y criminalizan compartir la información, bajo el justificativo de la
“protección” de los autores, va a contramano de la historia. Empuja a la humanidad hacia atrás.
¿Qué buscan los científicos del CERN, cuando envían los datos de sus experimentos a colegas
del mundo entero? La respuesta es simple: buscan críticas a su trabajo. Quieren que otros
científicos encuentren los errores que ellos no encontraron. Tal es el espíritu de la verdadera
ciencia: la verdadera ciencia es movida por grandes pasiones e hipótesis visionarias, pero es
rígidamente controlada por el pensamiento escéptico. La ciencia no busca respuestas fáciles y
fábulas reconfortantes. La ciencia busca la verdad. Sólo la verdad le interesa, por dura,
incómoda o vulgar que sea.
El socialismo, al liberar a la sociedad de las amarras de la propiedad privada y del lucro, dará a
la ciencia un impulso nunca visto. La ciencia verdadera, sinónimo de libertad y humildad, será
enseñada en las escuelas, en internet, en los programas de TV (u otras tecnologías que vayan a
ser creadas), de manera profunda e interesante, y sustituirá a las actividades fútiles y alienantes
que conoce hoy la infancia de nuestros hijos. La población será científicamente culta. De esa
población culta y consciente, se destacarán, en número increíble, para nuestros patrones
actuales, los nuevos genios del mundo comunista. Las más fantásticas obras de la ficción
científica serán realidad en nuestro cotidiano y el ciudadano común tendrá acceso no sólo al
fruto de la ciencia, o sea, a la tecnología, como es hoy, sino que conocerá el propio proceso
científico. Será más consciente de sí mismo y del mundo a su alrededor. La simple curiosidad,
característica de los mamíferos superiores (y no debemos olvidar nunca que somos apenas una
entre las varias especies de mamíferos) llevó al hombre hasta aquí. En el futuro, conducirá a la
humanidad mucho más allá, hasta fronteras jamás soñadas.
Traducción: Laura Sánchez
El Bosón de Higgs y el materialismo dialéctico
Escrito por DD, desde Moscú, Rusia
http://www.litci.org/inicio/newspaises/mundo/3242-el-boson-de-higgs-y-el-materialismo-
dialectico
Fue una gran satisfacción haber visto en el sitio web del PSTU el artículo "El bosón de Higgs y
el socialismo". Es tan raro que la izquierda publique algo sobre ciencia, que sólo por eso hay
que felicitar al autor del artículo. No sólo por la iniciativa, sino porque el artículo mismo
intenta explicar un tema bastante difícil a los no especializados en el tema. También manifiesto
mi total acuerdo con las conclusiones políticas de cómo el capitalismo se vuelve cada vez más
un impedimento y un obstáculo para la investigación científica. El articulo refleja bastante bien
la posicion (interpretación) mayoritaria entre los físicos de hoy. El problema es que esta
posición/interpretación mayoritaria de la comunidad científica está, en mi opinión, errada, en
especial en lo que respecta al tema de la origen del universo. Y eso vale la pena discutir.
Materia y masa
El artículo dice: "El bosón de Higgs", partícula fundamental que da masa a todas las demás
partículas y, por lo tanto, es responsable de la formación de casi toda la materia en el
universo". La hipótesis de que el bosón de Higgs sea el mecanismo que les da masa a algunas
de las partículas elementales es a menudo interpretada como una explicación del "origen" de la
materia misma y del universo. De ahí viene la denominación de "partícula de Dios", a la que
también se le podría llamar el "bosón de la Creación." Se trata de un mecanismo físico que
supuestamente justificaría la creación del universo. Así lo consideran tanto los religiosos, como
lamentablemente muchas personas no religiosas, pero bastante confusas filosóficamente. Para
aclarar el enredo, empezaremos por comprender que masa y materia son dos cosas diferentes.
La Materia es todo aquello, cuya existencia es independiente de nosotros, como partículas,
campos, energía, luz, vida, etc. La Materia está en constante movimiento, y por cierto el propio
concepto de Materia es inseparable del concepto de movimiento, ya que la primera solo
existe en cuanto movimiento. La Materia es un concepto opuesto a la Idea, cuya existencia si,
depende de nosotros. La masa es sólo una de las infinitas características (cualidades) de la
materia en movimiento. Otras serían, por ejemplo, la carga eléctrica, el espín ("giro" de la
partícula, como dice el artículo citado), la cantidad de movimiento, etc. Acercándonos a nuestro
mundo macroscópico, se puede añadir aun densidad, dureza, color, resistencia eléctrica,
temperatura, entre otras. En biología, se podría decir que la vida es una de las características
de la materia, y en el caso de los seres humanos (mamíferos superiores, como se dice en el
artículo), incluso su conciencia se podría definir como característica de la materia, su
característica mas elevada conocida. La materia tiene infinitas características, que expresan su
movimiento infinito. Algunas de estas características nos son conocidas y otras aún no (así
como tampoco la carga eléctrica, entre otras, no eran conocidas en épocas más remotas).
La masa es tal vez la característica más evidente de la materia. De ahí la confusión de los
conceptos de masa y materia, lo que lleva a muchos a entender materia como todo aquello que
tiene masa, como lo que podemos tocar, pellizcar, ver, o sea, que puede acceder directamente a
nuestros sentidos. Sin embargo, masa se define científicamente como una medida de la
resistencia de la materia para modificar su estado de movimiento mecánico 1. Todo el mundo
entiende que es mucho más fácil detener una motocicleta que un camión pesado. Justamente
porque el camión tiene más masa, es que es más difícil de acelerarlo o frenarlo, es decir
cambiar su estado de movimiento. Esta resistencia al cambio del estado de movimiento (en
física se expresa en el Principio de conservación de cantidad de movimiento y en la Ley de la
Inercia) es una expresión particular para el movimiento mecánico de la tesis fundamental de la
filosofía materialista dialéctica - la indestructibilidad del movimiento de la
materia (Engels , Dialéctica de la Naturaleza). Es decir, de acuerdo con Engels (y de acuerdo
con los principios físicos de conservación de la masa, la energía y cantidad de movimiento), la
materia en movimiento no se crea ni se destruye, sólo cambia de una forma a otra. Si el camión
es detenido, su movimiento no desaparece, sino que se transforma en otro, como por ejemplo,
transfiriéndoselo al planeta Tierra. Esta acelera un poco en la dirección opuesta a aquella en
que el camión se detiene (esto es imperceptible, dado que la diferencia de masa entre el camión
y todo el planeta es enorme, pero existe!). En el lenguaje de los físicos, esta es la conservación
de la cantidad de movimiento. Además, el freno se traduce en calor a las pastillas de freno,
ruido, chispas, etc, que son expresiones también del movimiento de la materia. En el lenguaje
de la física, esta es la conservación de la energía. Hay muchas otras leyes de conservación en las
ciencias que son todas expresiones particulares del mismo principio general: la
indestructibilidad del movimiento de la materia. Es decir, la definición misma de la
masa como la resistencia a cambiar el estado de movimiento mecánico de la materia ya apunta
a la idea de que la materia es indestructible en su movimiento.
Toda esta introducción ha sido para llegar a la pregunta: ¿Por qué se afirma que la masa
"forma" a la materia cuando aquella es sólo una de sus cualidades? También hay muchas
formas de la materia sin masa, como los fotones (en términos generales, partículas de luz),
entre otras. ¿De dónde sale la afirmación de que "el bosón de Higgs es el responsable de la
formación de toda la materia del universo"? Si así fuera, de nuevo, estaría justificado el que se
le llame partícula de Dios... Sin embargo, el bosón de Higgs no crea materia. Nada
crea la materia, sino que ésta existe en constante movimiento. No olvidemos que
incluso el bosón de Higgs es al fin y al cabo ... materia. El mecanismo de Higgs, según teorías
todavía en fase de desarrollo, podría ser el proceso mediante el cual se expresaría la masa, la
resistencia a la aceleración, solamente una de las infinitas características de la materia. Al igual
que el fotón es el mecanismo por el cual se expresa la fuerza electromagnética y el gravitón
hipotético es el mecanismo por el cual se expresa la fuerza gravitatoria, otros bosones con
nombres complicados expresarían fuerzas nucleares y así sucesivamente. Es decir, ninguna
relación con el "origen de la materia".
La cosa se agrava aún más cuando se dice: "El bosón de Higgs precisamente comprobaría que
la materia no sólo se originó de la nada, sino que sigue apareciendo de la nada y se
transformando constantemente en nada" o "Si el bosón de Higgs fuera encontrado, se
demostraría definitivamente que de hecho la materia puede surgir de la nada”. Estas
declaraciones van en contra, como hemos visto, tanto de los principios físicos de conservación
de la masa/energía y de cantidad de movimiento, como de la tesis fundamental del
materialismo dialéctico, la indestructibilidad del movimiento de la materia. No hay
absolutamente ninguna evidencia científica de que la materia pueda originarse de la nada y
convertirse en nada (para consternación de los partidarios de la Creación y del Juicio Final).
Muy por el contrario, toda la física demuestra la absoluta imposibilidad de ello, sin dar lugar a
ninguna excepción conocida. La masa, como una de las infinitas cualidades de la materia,
incluso podría surgir de formas de materia sin masa, a partir del mecanismo de Higgs, de la
misma forma que la vida emerge de la materia inanimada. Pero la materia no aparece o
desaparece, sólo se transforma, en su movimiento perpetuo. No hay nada escrito en ninguna
teoría científica sobre el origen de la materia misma. La afirmación de que la materia y el
universo fueron creados, ya sea por Dios o por Higgs, no es científica... ¡sino
antimarxista, antimaterialista y antidialéctica!
Lenin y Einstein
A pesar del buen esmero de muchos científicos ateos para luchar contra la religión, la mayoría
se equivoca en cuanto al objetivo. No es correcto decir que la iglesia haya aceptado a
regañadientes la teoría del Big Bang. Por el contrario, la aceptó sin problemas porque es una
justificación de la Teoría de la Creación del universo, de que el mismo fue creado en un
momento dado. El hecho de que la física moderna aún no haya llegado el instante mismo del
Big Bang es el último refugio de los teólogos mas sofisticados.2 La tesis materialista dialéctica
de la indestructibilidad del movimiento de la materia niega la propia Creación, y ésta
si, es la tesis filosófica mortal para la iglesia. Para ser claro, el objetivo de este trabajo no es
negar la teoría del Big Bang. Esta es un gran logro teórico de la ciencia moderna, explicando en
detalle el origen de cada expresión concreta actual de la existencia de la materia, de
cada cualidad conocida de ella, tales como las partículas subatómicas, átomos de diferentes
elementos, ¡prediciendo con precisión hasta la proporción de estos en el universo visible! Lo
que sí queremos negar aquí es la interpretación positivista/metafísica de que el Big Bang haya
sido el inicio del universo, la Creación, porque no hay un solo indicio de ello, además de
contradicer los principios de conservación de la física y la tesis de la indestructibilidad del
movimiento de la materia. Contradice inclusive los últimos avances de la física, como
veremos más adelante. El Big Bang es el origen del actual período de movimiento sin
fin de la materia en la región del universo donde nos fue dado vivir. No es de
extrañar que a la iglesia le encante llamar al bosón de Higgs “partícula de Dios”. Pues esta es la
justificación última de que el universo tuvo un origen, que hay un origen para la materia, o sea,
que el movimiento de la materia no sería indestructible, como dijo Engels.
Hay, entonces, sólo dos posibilidades: O como dijo Engels, el movimiento de la materia es
indestructible, y no hubo Creación; o "la materia puede formarse de la nada" y hubo Creación.
Entonces el debate se reduciría a discutir si la Creación necesita un Creador o no. Y ahí por
desgracia se centra ahora la polémica entre los ateos y los místicos, en que si la teoría del Big
Bang le cede o no un lugarcito a Dios, por más pequeño que sea. Tampoco es una coincidencia
que el Papa Juan Pablo II hubiera dicho que estaba bien que los físicos estudiasen el Big Bang,
que la iglesia no tenía nada en contra, pero debían abstenerse de estudiar lo que hubo antes de
la Gran Explosión, porque este es territorio de la iglesia. El positivismo vergonzosamente
capitula a esto, diciendo que si no tenemos información acerca del “antes” del Big Bang, hay
que interpretar que el Big Bang es el origen mismo del universo. Incluso dicen que el Big Bang
es el origen del tiempo. Y si se interpreta el Big Bang como el origen del universo, entonces no
hay un “antes” y sólo se puede explicar el origen del universo a través de algo fuera de este - de
Dios, y nada más. Los positivistas, por lo tanto, son incapaces de llevar a cabo la polémica
contra la religión. Su "filosofía" les impide hacerlo. Nos corresponde a los marxistas revertir
este debate y decir en voz alta que el movimiento de la materia es indestructible, que
por lo tanto no hubo Creación, y no hay ningún Creador. Después de todo, tenemos a
toda la ciencia moderna de nuestro lado en esta lucha.
Donde el bosón de Higgs se cruza con la Teoría del Big Bang: la inflación caótica
Para esta tarea podemos y debemos entonces apoyarnos en los últimos logros de la física y
demás ciencias. Si las liberamos de la carga de interpretación positivista/metafísica, cada una
se convierte en un poderoso argumento a nuestro favor. A modo de conclusión, queremos
remitirnos otra vez a la teoría del Big Bang y a lo que esta dice en realidad. No es cierto para
nada que esta afirme que hubo un "principio" del universo como es comúnmente aceptado. En
realidad dice lo contrario. La teoría del Big Bang, en su versión clásica, tenía una serie de
problemas insolubles y contradicciones. Por ejemplo, no podía explicar por qué el universo
visible era uniforme a gran escala, entre otras cuestiones más técnicas que no vamos a abordar
aquí. Por lo tanto, surgió una variación de la teoría del Big Bang, llamada “Teoría de la inflación
cósmica”, que establece que en el instante inmediatamente después del Big Bang hubo un
período de inflación (expansión) del universo muy acelerada y mucho más intensa que en la
teoría "clásica" del Big Bang. Esta "inflación cósmica", por fuerza de nuestro amigo bosón de
Higgs, es la responsable de "crear" la masa del universo, de hecho, de multiplicarla a partir de
una cantidad inicial muy pequeña que ya estaba presente antes del Big Bang. Así que esta
"versión actualizada" de la teoría ya predice la existencia de un "antes" del Big Bang, es decir,
que este no sería el "principio" del universo. El mecanismo de la inflación es, al parecer, sólo un
pequeño cambio en la teoría pero que logró responder a todas las contradicciones y deficiencias
de la versión anterior y fue un gran paso adelante.
Al mismo tiempo, como es común en la ciencia, ha creado otros problemas, como la predicción
de que el universo sería granulado, lo que no se observa. Para hacer frente a estas otras
cuestiones, se tomó un paso más allá con la Teoría de la Inflación Caótica que, en principio,
tuvo éxito en resolver todos los problemas gracias de nuevo al bosón deHiggs.3 Sin embargo,
esta teoría hace predicciones que son espectaculares y que han conmocionado a unos cuantos
científicos. La Teoría de la Inflación Caótica tajantemente predice que el universo no tuvo un
origen, que el movimiento de la materia es eterno e indestructible, reafirma los principios de
conservación de la física y ¡deja en claro que no hubo ni Creación del universo ni habrá juicio
Final!.4 Dice que "nuestro universo", "surgido" en el Big Bang, es sólo uno entre infinitos "otros
universos" permanentemente en “surgimiento”, no a partir de la nada, sino de "otros"
universos ya existentes, como burbujas dentro de burbujas (también llamados por los físicos
"universos bebé"), en un movimiento eterno y infinito.5
Así como la inflación caótica no proporciona "origen" al universo, tampoco le preve ningún
"fin" al mismo, evitando la así llamada Muerte Térmica del Universo, es decir, que el universo
poco a poco irá enfriándose por la acción del Segundo Principio de la Termodinámica hasta que
ya no sea posible la existencia de vida o de cualquier proceso físico, químico, etc. Todo lo que
quedaría sería un universo oscuro, poblado por agujeros negros6 y radiación térmica a
bajísimas temperaturas. Es decir, un universo muerto, inmóvil, sin vida. La hipótesis de la
Muerte Térmica del Universo niega la tesis de la indestructibilidad del movimiento de la
materia y condena a todo y todos a una terrible muerte helada. La única salvación posible a la
destrucción del universo sería "fuera del universo", es decir, en Dios. Esta es la versión más
sofisticada del Juicio Final y supuestamente "científica". Engels ya combatía esta hipótesis en
su Dialéctica de la Naturaleza, diciendo que la ciencia descubriría en el futuro un mecanismo
por el cual el movimiento de la materia (incluida la vida) se reconstituiría y vencería a la
Segunda Ley de la Termodinámica. En la actualidad esta increíble afirmación de Engels
comienza a ganar terreno. Si en un futuro lejano nuestra "burbuja" del universo estuviera
impregnada principalmente por agujeros negros y radiación térmica, esto no significaría de
ninguna manera, de acuerdo con estimaciones de la Inflación Caótica, el fin del movimiento de
la materia.
Por el contrario, ya que los agujeros negros serían exactamente (de nuevo gracias a Higgs) la
fuente de nuevas "burbujas de universo" (nuevos big bangs) apareciendo a partir del nuestro,
de nuevos "universos", llenos de movimiento y de vida. Nuestra porción del universo podría
incluso "morir", pero sólo para generar más "vida" en forma de otras "burbujas de universo".
Lo mismo que sucede con la vida orgánica en nuestro planeta, donde cada ser vivo muere
inexorablemente, pero para dar lugar a más vida.
Es tarea de los físicos de verdad comprobar o refutar la teoría de la Inflación Cósmica Caótica.
Hoy por hoy ésta es la más aceptada por la comunidad científica. Se trata de una teoría que
depende enteramente del bosón de Higgs y de la Física derivada de ella, que con su posible
descubrimiento, recién comienza a dar nuevos pasos. Es de particular importancia para nuestra
discusión porque, cuando la libramos de toda carga metafísica y positivista, demuestra cómo el
desarrollo de la ciencia, por ensayo y error7, se aproxima cada vez más a lo que afirma la
concepción dialéctica del mundo: que el movimiento de la materia es eterno e indestructible, o,
en palabras de Einstein, que "la única constante en el universo es el constante cambio", queno
hubo ninguna Creación y por lo tanto, no existe Creador alguno; que no habrá Fin
del Mundo, y consecuentemente es nuestra tarea, como socialistas
revolucionarios, construir el Cielo aquí en la tierra, la sociedad comunista del
futuro, y quizás un día expandirlo por otros cuerpos celestes!
Notas
1 Para ser exacto, se refiere a la masa inercial. Otra masa que hay es la gravitatoria que se
expresa en nuestro peso, es decir, el grado en que es atraído cada cuerpo por la gravedad. Pero
esta masa no importa aquí, porque se no refiere a la discusión sobre el bosón de Higgs.
2 Aunque la Física se ha acercado ya a 10-43s después del Big Bang, o sea,
0,00000000000000000000000000000000000000000001 segundos!!!
3El gran problema que tenía esta teoría era que dependía por completo del Bosón de Higgs,
partícula que no había sido antes detectada. El posible descubrimiento de este bosón podría
tornarse un fortísimo argumento a favor de la misma y un gran impulso a su desenvolvimiento.
Sin lugar a dudas, la detección experimental del bosón de Higgs, si se confirma, será un gran
paso para la ciencia.
4No es coincidencia que la inflación caótica tiene sus orígenes en la física soviética, donde los
físicos, incluso con todas las absurdas restricciones impuestas por el régimen estalinista,
estaban en mayor nivel libres en cuanto a las concepciones idealistas, después de haber sido
educados en la tradición del materialismo dialéctico.
5Aquí hay claramente un problema de lenguaje impreciso, porque el universo significa la
totalidad de lo que existe, por lo que no podría haber (como quieren los idealistas), nada
"fuera" del universo. Por lo tanto, hablar de "nuestro" universo "creado" en "otro universo",
padece de inconsistencias en la terminología. Los físicos tratan de improvisar con términos
tomados de libros de historietas como "universos infinitos dentro de un multiverso". Para ser
más exactos, habría que hablar de "nuestra porción del universo, que vino de otra porción, en
un universo infinito en el tiempo y el espacio, como burbujas surgindo de burbujas, en
perpetuo movimiento".
6Expresión mas extrema conocida de la materia. Es el resultado del colapso gravitatorio de
estrellas de gran masa, comprimiéndose, en teoría, virtualmente a un punto. Según muchos,
seria el fin del movimiento de la materia, ya que nada podría salir del agujero negro, ni siquiera
la luz, de ahí su nombre. En efecto, se ha demostrado ya que los agujeros negros emiten
radiación térmica, así que no son el final del movimiento. En teorías mas modernas, los
agujeros negros serian como posibles semillas para "otros universos", para nuevos big bangs (lo
que resolvería aun la actualmente misteriosa similitud entre el Big Bang y los agujeros negros,
en sus caracteres puntuales, conocidos como singularidad.
7Si no fuera por el aislamiento que hubo después de la Segunda Guerra Mundial, por plena
responsabilidad del estalinismo, entre la concepción materialista-dialéctica del mundo y la
comunidad científica, este desarrollo sería menos aleatorio, más consciente, más rápido, más
rico y más eficiente. La miseria filosófica que sufre la ciencia moderna se convierte cada día
más y más en una traba al desarrollo científico.
Otra polémica con el artículo tiene que ver con la afirmación, repetida tan a menudo por tanta
gente, que "la mayoría de la materia que vemos, las cosas y las personas que tocamos y
sentimos se componen de... vacío". Suena anti-materialista, como si se quisiera disolver lo
material en el vacío, en lo "inmaterial", a gusto de los idealistas de turno. La física cuántica, por
el contrario, afirma que el vacío es imposible, que no hay vacío, que por más que alguien se
esfuerce en producirlo, comenzarán a aparecer pares partícula-antipartícula para rellenarlo
como efecto de los diversos campos de fuerza existentes en todas partes (¡los cuales también
son materia!). Una vez más, la física moderna confirma otro postulado de la dialéctica
materialista, que el espacio es una forma de existencia de la materia (El problema del tiempo y
su interpretación filosófica, I. F. Askin), y por lo tanto no podría existir sin ella. Si el espacio no
puede existir sin la materia, no puede haber vacío. Lo que si se podría decir es que la MASA,
como UNA de las características de la materia, se concentra en volúmenes muy pequeños de
algunas partículas elementales. Pues lo mismo ocurre con la carga eléctrica, otra de las
características de la materia, que también se centra en algunas partículas, como protones y
electrones. Esto no tiene nada que ver con el "vacío". El universo no está "vacío", está lleno de
materia en movimiento, en toda su extensión infinita, tanto espacial como temporal.